Comportamiento Organizacional
Comportamiento Organizacional
Comportamiento Organizacional
Los objetivos del CO son explicar y predecir el comportamiento, así como influir en él. Es preciso
que los gerentes sean capaces de explicar por qué los empleados presentan algunos
comportamientos y no otros, predecir cómo responderán ante diversas acciones y decisiones, e
influir en la conducta de la fuerza laboral.
¿Cuáles son los comportamientos específicos que nos interesa explicar y predecir, y en los que
queremos influir?
Las actitudes son declaraciones evaluativas, favorables o desfavorables, que se emiten respecto de
objetos, personas o acontecimientos. En términos prácticos, las actitudes reflejan cómo se siente
un individuo en relación con algo. Las actitudes constan de tres componentes: la cognición, el
estado afectivo y el comportamiento
Satisfacción laboral
se refiere a la actitud general que tiene una persona respecto de su trabajo. Si un individuo tiene
un alto nivel de satisfacción laboral, sin duda tendrá una actitud positiva hacia su trabajo. En
contraste, quien se sienta insatisfecho exhibirá una actitud negativa. Cuando la gente habla de las
actitudes de los empleados, por lo general están haciendo referencia a su satisfacción laboral.
Involucramiento del empleado: Cuando los empleados están conectados con sus trabajos y se
sienten satisfechos y entusiasmados con su labor.
Actitudes y Consistencia
En términos generales, las investigaciones al respecto han concluido que las personas buscan que
haya consistencia entre sus actitudes y también entre sus actitudes y comportamientos. Esta
tendencia implica que los individuos tratan de conciliar diferentes actitudes, y de alinear sus
actitudes y comportamientos, para dar la impresión de que son racionales y consistentes. Y,
cuando se topan con una inconsistencia, harán lo necesario para deshacerse de ella, ya sea
alterando sus actitudes o conductas, o racionalizando la inconsistencia.
La teoría de la disonancia cognitiva buscaba explicar la relación que hay entre las actitudes y el
comportamiento. La disonancia cognitiva es cualquier incompatibilidad o inconsistencia entre
actitudes, o entre comportamientos y actitudes. Según la teoría, esa inconsistencia es
desagradable, y los individuos tratarán de reducir la incomodidad y, por consiguiente, la
disonancia.
¿Qué hacen las personas para enfrentar la disonancia cognitiva? La teoría propone que el esfuerzo
invertido en nuestro intento por reducir la disonancia está determinado por tres elementos
Los gerentes deben interesarse por las actitudes de sus empleados, ya que éstas influyen en su
comportamiento. Los empleados satisfechos y comprometidos, por ejemplo, tienen tasas de
rotación y ausentismo más bajas. Si los gerentes quieren limitar el número de renuncias y
ausencias (sobre todo entre sus empleados más productivos), lo más recomendable es que traten
de generar actitudes positivas hacia el trabajo.
MBTI ® un método bastante popular para clasificar los rasgos de personalidad es un instrumento
de evaluación conocido como MBTI ®. Se trata de una evaluación que pregunta a las personas, a
través de la formulación de 100 interrogantes, cómo acostumbran actuar o cómo suelen sentirse
en distintas situaciones.49 Con base en sus respuestas, los individuos son clasificados en cuatro
categorías: extrovertidos o introvertidos (E o I), sensoriales o intuitivos (S o In), reflexivos o
sensibles (R o Se) y juiciosos o perceptivos (J o P).
Los rasgos de personalidad que constituyen el modelo de los cinco grandes son:
Esa determinación, sin embargo, depende de tres factores: distintividad, consenso y consistencia.
Los gerentes necesitan ser conscientes de que sus empleados reaccionan a las percepciones, no a
la realidad propiamente dicha. Por consiguiente, si la evaluación que hacen del desempeño de un
empleado es objetiva o es sesgada, o si los niveles salariales de la organización están entre los más
altos de la comunidad, es menos relevante que cómo perciben los empleados esos factores. Si los
individuos perciben que las evaluaciones adolecen de sesgos o que los salarios son bajos, se
comportarán como si tales condiciones realmente existieran. Los empleados organizan e
interpretan lo que ven, así que siempre existirá la posibilidad de que haya distorsión perceptual. El
mensaje es claro: hay que poner mucha atención en cómo perciben los empleados tanto sus
empleos como las acciones gerenciales.
El desafío inherente a manejar a los trabajadores de la generación Y consiste en que han aportado
nuevas actitudes al entorno laboral. Los retos principales, en este sentido, tienen que ver con
temas como la apariencia, la tecnología y el estilo gerencial. El mal comportamiento en el lugar de
trabajo puede enfrentarse reconociendo, en primera instancia, su existencia; también se debe
hacer un examen minucioso de los posibles empleados para detectar tendencias negativas y,
sobre todo, poner atención a las actitudes de los empleados ya contratados mediante encuestas
respecto de su nivel de satisfacción laboral.