Rosario Vocacional CORREGIDO
Rosario Vocacional CORREGIDO
Rosario Vocacional CORREGIDO
3. La coronación de espinas Mc 15, 16-20; Mt 27, 27-31; Lc 23, 11; Jn 19, 2-3
Entre bufas y burlas se revela paradójicamente la identidad de Cristo: Él es rey de los judíos,
porque es la Palabra encarnada, el centro y origen de la historia. La realeza de Cristo no se
manifiesta en el poder y la opresión, sino en el servicio humilde y compasivo.
Pidamos a María por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que guíen a la comunidad
cristiana con humildad y espíritu de servicio y, de este modo, velen por la vocación de cada uno de
los bautizados.
4. Jesús con la cruz a cuestas, camino al Calvario Mc 15, 21-24; Mt 27, 32-38; Lc 23, 26-
34; Jn 19, 17-24
En el camino hacia el Calvario, Jesús contempla el mal y el sufrimiento presente en la historia
de la humanidad desde su existencia sufriente para asumirlo y redimirlo en el sacrificio de la cruz.
Pidamos a María por los que desgastan su vida en tierras de misión, sean sacerdotes,
religiosos o laicos, para que anuncien sin cesar la buena noticia de la salvación que Jesús nos ha
traído y derriben, al proclamar el evangelio, los muros de la injusticia y la opresión.
5. La crucifixión y muerte de nuestro Señor Mc 15, 33-41; Mt 27, 45-56; Lc 23, 44-49; Jn
19, 28-30
Ante el misterio de la cruz, sólo queda el silencio. Lo que ahí acontece no es simplemente
una muerte injusta, sino el misterio de la redención humana. Ante el misterio, las únicas actitudes
posibles son la fe y el silencio agradecido.
Pidamos a María por los religiosos, especialmente por los de vida contemplativa, para que al
vivir con plenitud la vocación a la que han sido llamados, nos muestren a todos los bautizados el
modo de ser partícipes de los misterios de nuestra fe.
MISTERIOS GLORIOSOS (Miércoles y Domingo)
Domingo)
1. La Resurrección del Señor Jn 20, 1-18; Mc 16, 1-8; Mt 28, 1-8; Lc 24, 1-11
La resurrección de Cristo es el mensaje central de la predicación cristiana. Si Cristo no
hubiese resucitado, vana es nuestra fe, afirma san Pablo (1 Cor 15, 14). Se trata de una realidad
que trasciende el orden de lo creado y que apunta hacia una singular y definitiva intervención de
Dios en la historia humana. La resurrección de Cristo es la fuente de nuestra esperanza, de la fe y
de la caridad cristiana.
Pidamos a María por todos los hombres, para que encontremos en la resurrección de Cristo
un motivo para la fe, la esperanza y la caridad.
2. La Ascensión del Señor a los cielos Mc 16, 19; Lc 24, 50-53; Hch 1, 9-14
Jesús retorna al cielo, junto al Padre, llevando consigo la carne de su humanidad, de nuestra
humanidad. De esta manera, la historia de los hombres pasa a formar parte del misterio de Dios.
Dios ha querido hacernos santos, nos ha llamado a la santidad, porque Él es santo.
Pidamos a María por todos los bautizados, para que respondan con fidelidad, cada uno
desde su vocación específica y forma de vida, a la común llamada a la santidad que Dios ha querido
hacer a todos los hombres.
LETANÍAS …