La Teoría Fenomenológica de Carl Rogers
La Teoría Fenomenológica de Carl Rogers
La Teoría Fenomenológica de Carl Rogers
la evaluación de experiencias
Asimismo, aprendemos a evaluar las situaciones positivamente o negativamente en función de si
nos permiten la utorrealizacion personal,por ello, acercándonos a los elementos que nos permiten
satisfacernos y alejándonos de los que nos la dificultan. Vamos aprendiendo a visualizar la realidad
de determinada manera y esta visión va a marcar nuestra interacción con el medio.
Esta tendencia está presente desde el nacimiento, intentando coordinar dicho desarrollo con
nuestro ser para formar un Yo más o menos estable a lo largo del tiempo, cosa que va a marcar
nuestra identidad y nuestra personalidad.
La teoría fenomenológica se centra fundamentalmente en los procesos de cambio de la conducta
y la personalidad a lo largo de la vida. Un concepto importante es el
autoconcepto, el cual se entiende como la conciencia de uno mismo, se genera a lo largo
de la evolución y crecimiento de la persona, según se interiorizan y autoasignan rasgos que
perciben a partir de la actuación de los otros y sus efectos. En base a estos rasgos
autoasignados se forma una imagen del sí mismo, adquiriendo poco a poco conciencia de
su individualidad, se fundamenta en el organismo, la totalidad de la persona, tanto a nivel
físico como mental asi tambien la persona aprenderá a valorarse a sí misma de manera que
se terminará por construir la autoestima.
Esta autoestima o valoración emocional de la persona hará que se esboce un Yo ideal, aquello
que al sujeto le gustaría ser, y que intente alcanzarlo. Pero nuestro Yo ideal puede estar más o
menos cerca de nuestro Yo real, cosa que puede desencadenar frustraciones y una autoestima
disminuida si no se consigue una aproximación al yo ideal. Del mismo modo, si las situaciones que
se viven contradicen nuestro desarrollo, se ven como amenaza.
Cuando el autoconcepto y la realidad se contradicen el ser humano intenta reaccionar a través de
diferentes reacciones que permitan reducir la contradicción. Es en este momento donde pueden
surgir reacciones patológicas como la negación o la disociación, según la reacción defensiva no
sea suficiente o bien esté desorganizada, cosa que pueden conllevar la aparición de trastornos
mentales al desintegrar la personalidad del individuo.
En terapia, Rogers considera que el profesional debe actuar desde la empatía y haciendo uso de
la intuición y la vinculación con el paciente para llegar a comprender su campo fenomenológico, de
manera que pueda contribuir a guiarle en su adquisición de autonomía y desarrollo.
Es importante tener en cuenta que para Rogers cada persona es responsable de sí misma, siendo el
propio sujeto quien va a elaborar su desarrollo y a realizar el proceso de cambio. Así, el profesional
que pretende entender y tratar a otro ser humano ha de partir de la idea de que para comprenderle
va a tener que tener en cuenta no solo lo que hace de manera objetiva, sino la visión subjetiva del
mundo que posee y que le ha llevado a ella, trabajando con ambos elementos a un mismo tiempo a
partir de la vinculación entre profesional y paciente. El terapeuta es una guía o ayuda, pero no
puede hacer el cambio por él sino ayudar a la persona a encontrar maneras de actualizarse de la
mejor manera posible.
El papel del profesional es pues la de orientar y ayudar a hacer ver al sujeto que le motiva o en qué
dirección se desarrolla a partir de la vinculación con el paciente, al que debe permitir y ayudar a
expresarse. Se basa en la completa aceptación del paciente, sin condiciones, para lograr que
este abra su campo fenomenológico y pueda hacer conscientes y aceptar aquellas experiencias que
contradicen su autoconcepto. Con ello se busca que la persona sea capaz de reintegrar su
personalidad y lograr desarrollarse positivamente.