Teatro en La Infancia Ensayo
Teatro en La Infancia Ensayo
Teatro en La Infancia Ensayo
Todo el interés por el teatro infantil que con tan entusiástico fervor muestran las instituciones
públicas, profesorado, editoriales, pedagogos, críticos y cuantos de uno u otro modo tienen
relación con el mundo de la infancia, incluidos muchos padres, no queda en la mayor parte
de los casos más que en pura palabrería. Pero, como en el teatro, no basta la palabra, se
necesitan además el gesto y la acción. Y pocos gestos y acciones se realizan en nuestro país
en favor de este género.
El teatro para niños es el representado para ellos por adultos, tenga solo niños como
espectadores -funciones en algunos colegios y campañas escolares en salas- o lo sean junto
con sus familiares -el habitual en salas-, llamado teatro familiar o para la familia. Un tipo de
teatro, por lo general, creativo, colorista, divertido, ágil y cautivador, que ha evolucionado
de forma considerable, superadas ya las obras con moraleja o moralina, didácticas -el teatro
no es un medio de enseñanza sino de educación- o con la absurda idea de que la participación
de los niños consiste en que suban en masa al escenario para que deslavacen y destrocen la
representación o que contesten con síes o noes corales o clonescos. Este renovado teatro,
siendo de calidad, lo considero fundamental para los pequeños espectadores por su carácter
formativo, lúdico, imaginativo, seductor, onírico, crítico y forjador del espectador del futuro
o, por ende, del futuro del teatro.
El teatro infantil forma parte de la lista de actividades extraescolares ofrecidas a los niños.
Para hacer teatro no es necesario que el niño sea un artista y tenga una cualidad innata para
ello, bastará con que quiera divertirse, inventar e interpretar historias, y hacer amigos.
La mejor edad para que los niños empiecen a acudir a clases de teatro es a partir de
los cinco años de edad. A esta edad, el niño podrá leer, entender, y su poder de memoria es
alto. Los niños absorben todo lo que escuchan.
Ventajas:
a) Fomenta la concentración, gracias a ello los niños y niñas ponen interés en el aprendizaje
e) Divierten y educan a los niños y niñas como ninguna otra expresión del arte
Desventajas:
Vamos a seguir con las risas haciendo una actividad que es muy divertida, juegos de
“repetición”. Varios niños voluntarios van a salir del aula y uno se quedará junto al
animador. Los demás pueden ser espectadores y luego pueden participar en la misma
actividad. El animador le contará al niño que se ha quedado con él una historia con muchos
detalles. Le contará la historia con rapidez y el niño tiene que estar muy atento para
quedarse con el mayor número de detalles. Después entrará otro niño y el que ha
escuchado la historia deberá contársela al que acaba de entrar. Ahí se verá como
aunque ha estado pendiente de lo que el monitor decía, él contará la historia a su manera,
olvidará detalles y algunos incluso se los inventará. Luego el niño que acaba de escuchar la
historia, se la contará al siguiente niño que entre y así hasta que entre el último de los niños.
Ya veréis como la historia que contó el monitor y la que cuenta el último niño tienen pocas
cosas en común. Esto provocará la risa de los que están presenciándolo todo y también hará
divertirse a los que están participando.
Juguemos con los gestos. Los niños tienen que expresar lo que les diga el monitor pero
sólo con gestos. Los niños tendrán la cara tapada con las manos y el animador dirá por
ejemplo: “alegría”, “tristeza”, etc., y el niño deberá destapar su cara expresando lo que el
monitor ha dicho.Así aprenderán a expresar emociones que luego les servirán a la hora
de escenificar, ya que no pueden poner cara de estar contentos si están escenificando algo
triste. También pueden jugar a este juego por parejas, e ir cambiando de pareja para que
interactúen entre ellos.