Autores Sobre Flagrancia
Autores Sobre Flagrancia
Autores Sobre Flagrancia
MARIA INES HORVITZ LENNON y JULIAN LOPEZ MASLE[5]no define la detención por flagrancia, sin
embargo, señalan "es una forma de detención que, por regla general, se practicará en lugares y
recintos de libre acceso público. Nada obsta, sin embargo, a que pueda realizarse por la policía en
un determinado edificio o lugar cerrado, al que se haya ingresado con el consentimiento de su
propietario o encargado, o en cumplimiento de una orden de entrada y registro…"
“1 MARTÍN M. Ricardo (1999), Artículo: “Entrada en domicilio por causa de delito flagrante (1)
(A propósito de las SSTC 341/1993 y 94/1996)” en Revista Electrónica de Ciencia Penal y
Criminología (RECP 01-02 (1999))”.
Jesús ZAMORA-PIERCE, citado por César SAN MARTIN, precisa que flagar (del latín flagrare)
significa arder o resplandecer como fuego o llama, de manera que, etimológicamente, el término
delito flagrante se refiere al hecho vivo y palpitante, resplandeciente, cuya observación convence
al testigo de que está presenciando la comisión de un delito.3 Además resultan siendo
importantes los aportes de Iván MEINI M., quien puntualiza que la flagrancia “es un concepto que,
por un lado, abarca el momento en que el autor o los partícipes están cometiendo el delito, lo que
incluye a todos los actos punibles del iter criminis. De ahí que los actos de inicio de ejecución
(aquellos posteriores a los actos de preparación y con los cuales empieza la tentativa) son actos
que también quedan abarcados por el concepto de flagrancia. La razón es hasta cierto punto
obvia: los actos de inicio de ejecución, a diferencia de los actos de preparación, son ya punibles de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 16 del Código Penal. Aquellos actos realizados
inmediatamente después de la consumación del delito deben ser igualmente incluidos en la
flagrancia…”4
SAN MARTÍN C. César. Derecho Procesal Penal, Vol. II, Grijley, 1999, p. 807. 4 MEINI M. Iván,
artículo: Procedencia y requisitos de la detención, en La Constitución Comentada T.I de Walter
Gutiérrez, Gaceta Jurídica. 2006, p. 294
Enseña CARNELUTTI, Flagrancia es el delito en general, mientras se ve, o sea para quien lo ve
cometer; en otras palabras, para quien está presente a su cumplimiento. Esto quiere decir que la
flagrancia “no es un modo de ser del delito en si, sino del delito respecto a una persona; y, por
eso, una cualidad absolutamente relativa; el delito puede ser flagrante respecto a Ticio y no
flagrante respecto a Cayo”.23
Nos dice CARNELUTTI24, en relación a esta noción, puede establecerse que la flagrancia del delito
coincide con la posibilidad para una persona de comprobarlo mediante una prueba directa; lo cual
nos puede conducir erró- neamente a afirmar que el delito es flagrante en cuanto constituya la
prueba de sí mismo, ello significaría que el delito flagrante es “… el delito que se comete
actualmente”, en este sentido no habría delito que no sea o que al menos no haya sido flagrante,
porque todo delito tiene su actualidad; pero la flagrancia no es la actualidad sino la visibilidad del
delito.
23 CARNELUTTI, Francesco, Lecciones sobre el proceso penal, T. II, traducida por Santiago Sentís
Melendo, ediciones jurídicas Europa-América, Bosch, Bs. As., 1950, p. 77.
24 CARNELUTTI, Francesco. Lecciones sobre el proceso penal, citado, pág. 77-78.
Para SAN MARTIN CASTRO, el delito flagrante es aquel cuyo autor es sorprendido en el momento
de cometerlo.
GARRAUD hace notar que no es propia la distinción entre delitos flagrantes y no flagrantes,
puesto que todos lo son en el momento en que se cometen y todos deja de serlo transcurrida su
ejecución. Lo que importa prácticamente es saber si el delincuente fue sorprendido en el acto de
la infracción, es decir, infraganti o no y a eso es a lo que únicamente y en realidad se refiere la
distinción.
Según CERO28, en todo rigor, se reputaría flagrante delito, o mejor delincuente in fraganti, solo al
que es descubierto durante la comisión misma del hecho punible, al asesino hallado apuñalando a
la víctima, al ladrón interrumpido al cargar objetos robados, etc. Pero al lado de estos casos se
colocan los otros que los autores llaman cuasi-flagrancia y que asimilan a los anteriores para
determinados efectos en la forma de proceder o como entre nosotros, especialmente para la
cuestión de la captura del reo sin intervención judicial (…).
26 Véase SANCHEZ VELARDE, Pablo, Manual de Derecho Procesal Penal, Idemsa, Lima, 2004,p.
823.
27 SAN MARTIN CASTRO, César, Derecho Procesal Penal Vol. II, Grijley, Lima, 1999, p. 806.
28 CERO, Julio. Procedimiento Penal. Sexta Edición. Editorial Jose M. Cajica. JR. S.A. México:
1968. pág. 132-133.