Tinta Negra, N°1, Revolución Rusa
Tinta Negra, N°1, Revolución Rusa
Tinta Negra, N°1, Revolución Rusa
Directores
Eduardo Pillaca Matos
Efrain Huamanchahua Carrasco
Portada
Imagen: Reunión en Putilov (Patrogado), 1917
Confección: S. Miguel
Revisión de textos
Márlet Ríos
Luis Eduardo Meza Vera
Cesar Saint
Eduardo Pillaca Matos
Diagramación
Efrain Huamanchahua Carrasco
Edición
Editorial Apátrida
Lima – Perú
[email protected]
https://editorialapatrida.blogspot.pe
https://www.facebook.com/EditorialApatrida/
EDITORIAL 7
Memoria e historia
La Dacha Anarquista
Renzo Forero 185
Memoria «вниз с войной!»
La Oveja Negra 189
Las voces anarquistas del Perú y la Revolución rusa
Eduardo Pillaca Matos 193
RESEÑAS
CÓMIC
1
Huamanchahua, Efrain y Pillaca, Eduardo (Comps.). La prensa anarquista de lima
y la masacre de huacho de 1917. Lima, Ed. Apátrida, 2017.
2
Hobsbawm, Eric. Historia del siglo XX. Barcelona, Editorial Crítica, 1995, p. 91.
–7–
Es así que nace esta publicación, pretendiendo generar rupturas
con las mitologías y leyendas creadas por la historia oficial, que
cargadas de su ideológica estatista se ha encargado de construir las
historias en beneficio de los intereses del Estado, el cual ha generado
―[…] que los valores dominantes del Estado determine el criterio de
lo que es histórico‖3. Y bajo esta lógica, la historia oficial, ha
visibilizado lo que convendría para el sostenimiento de la sociedad
como tal, sin cuestionamientos profundos. Por otro lado, ha
invisibilizado la otra historia, la del proletario revolucionario que
llevaba consigo la negación de la sociedad de clases, el Estado y el
Capital.
Pero también la historia construida por la socialdemocracia y sus
expresiones radicalizadas como la leninista, stalinista y los otros
ismos de la izquierda del capital, ha generado la deformación y
ocultamiento de lo que realmente sucedió, enfatizando en
individualidades como los directores (Lenin, Trotsky y Stalin) de la
Revolución rusa, cuando esta se dio por el empuje social del
proletariado organizado en los soviets, donde también participaron
diversas minorías revolucionarias como los anarquistas y socialistas
revolucionarios.
Esta arbitrariedad de los líderes y verdaderos revolucionarios es
sostenido por la intelectualidad del marxismo oficial, tanto en el Perú
como en el mundo, siendo los constructores de la imagen de una
Revolución rusa en la que el proletariado toma el palacio de invierno
y se erige con la toma del poder del Estado. Esa imagen contiene en
sí misma una reducción del análisis de la insurrección proletaria en
Rusia, al reducirla a la dimensión política y no a la totalidad de lo
social. Siendo esto adrede, pues conlleva a pensarse en la necesidad
histórica de la realización de las tareas democrática burguesas y del
capitalismo de Estado, ―donde no ha llegado el capitalismo‖, siendo
estos intereses ajenos al proletariado revolucionario. Ya que hasta el
día de hoy esa visión evolucionista, positivista y progresista viene
siendo sostenida por los diversos partidarios y organizaciones de la
izquierda del capital.
3
Guha, Ranahit. Las voces de la historia y otros estudios subalternos. Barcelona,
Editorial Crítica, 2002, p. 17.
–8–
Es por lo tanto que en este dossier venimos a reivindicar y
cuestionar los mitos y leyendas sobre esta fecha importante e
histórica del proletariado, y para eso hemos contado con los estudios
de compañeros, grupos afines, investigadores y publicaciones de
agitación y balance sobre este hecho histórico (Argentina, Chile,
Francia, México, Uruguay). Sin su colaboración no se hubiera
concretado este trabajo que tuvo frutos satisfactorios.
Con estas colaboraciones hemos logrado agrupar las diversas
investigaciones, finalizando así nuestro primer Dossier sobre la
REVOLUCIÓN RUSA. Para lo cual hemos dividido el contenido
total en seis partes: las cuatro primeras, de artículo y ensayos, se han
titulado así: Introducción histórica a la Revolución rusa, La
Revolución rusa y su impacto en América Latina, Análisis político-
social sobre la Revolución rusa y Memoria e historia; la quinta parte
contiene reseñas de libros y artículos; y la última, un Comic sobre
Néstor Magno.
***
Para la finalización de este trabajo se han corregido algunas
cuestiones ortográficas y uniformizado la forma del citado de cada autor,
en esta tarea se ha procurado no distorsionar el contenido y el sentido
original de los textos. Así mismo se ha respetado el estilo autónomo de
cada autor con respecto a las formalidades de los artículos, ensayos y
reseñas. Y hemos de señalar que nuestra editorial no necesariamente
comparte con el contenido de todos los textos publicados ya que
creemos en la libertad y autonomía de los autores para contribuir en dar
una perspectiva crítica y diferente a la oficialidad.
No podemos cerrar esta editorial sin antes agradecer a los
compañeros e investigadores que nos brindaron sus estudios, tanto
del extranjero como de estas tierras. Y sobre todo a los compañeros
que ayudaron en la edición, en la corrección y trascripción de textos,
con la portada, los ánimos y el aliento. Sin ellos este material no
hubiera podido concretarse. Hemos de manifestar que la solidaridad
de los compañeros expresada en la práctica configuró un proyecto y
trabajo colectivo, que va más allá del simple interés individual o de
esta editorial.
–9–
DOSSIER: REVOLUCIÓN RUSA
Introducción histórica de la Revolución rusa
A 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN RUSA1
Una introducción histórica
Anarquía y Comunismo
[email protected]
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
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LA REVOLUCIÓN RUSA, UNA INTERPRETACIÓN
CRÍTICA Y LIBERTARIA1
Agustín Guillamón
FEBRERO
INTRODUCCIÓN
La revolución rusa2 fue fruto de un amplio y profundo
movimiento de masas. No la hizo ni la dirigió ningún individuo o
partido, sino que fue una tempestad popular que lo arrolló todo a su
paso, superando a todas las organizaciones e instituciones existentes.
Fue una revolución propulsada desde abajo hacia arriba, que produjo
órganos de poder obrero y de democracia directa como los soviets o
consejos de delegados obreros.
Los soviets surgieron en 1905 como amalgama de organizaciones
muy diversas del proletariado revolucionario: comités de huelga,
cajas de resistencia y ayuda mutua, comités de barrio, comisiones
representativas y diputados de obreros (y más tarde también de
campesinos y soldados) elegidos como representantes en el
Consejo/Soviet de una ciudad o comarca. Tanto los eseristas de
1
Tomado de: Guillamón, Agustín (2017). La Revolución Rusa, una interpretación,
crítica y libertaria, Santiago, Pensamiento y Batalla; y de la página web:
http://kaosenlared.net/la-revolucion-rusa-una-interpretacion-critica-y-libertaria/. Se
ha modificado el formato de citas y realizado algunos agregados.
2
Recomendamos la lectura de los siguientes textos que analizan, desde diversas
perspectivas y de manera crítica la experiencia rusa: Dauvé, Gilles y Martin,
Francois (2003). Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista. Barcelona,
Ediciones Espartaco Internacional; Grupo Comunista Internacionalista (2009) La
contrarrevolución rusa y el desarrollo del capitalismo. Buenos Aires, Libros de
Anarres; Cardan, Paul [Castoriadis, Cornelius] (Sin fecha) El papel de la ideología
bolchevique en la aparición de la burocracia. Madrid, Castellote Editor; Kollontai,
Alexandra (Sin fecha) La oposición obrera. Madrid, Castellote Editor; Fabbri, Luigi
(Sin fecha) Dictadura o Revolución. Santiago, Quimantú; Luxemburg, Rosa (2005)
Crítica de la revolución rusa. Buenos Aires, Quadrata. (N. del E.)
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El Gobierno Provisional
El poder de la calle, el poder real, lo detentaban los soviets, pero
no tenían intención alguna de hacerse con el gobierno y asumir todo
el poder. Así se planteó lo que Trotsky calificó como ―la paradoja de
Febrero‖, esto es, que una revolución que había ganado las calles dio
paso a un gobierno constituido en los salones. Del pacto del Soviet de
Petrogrado con la Duma surgió un gobierno provisional republicano,
que estaba formado mayoritariamente por cadetes (KD, Partido
constitucional democrático) y algunos representantes de los eseristas
(SR, Partido socialista revolucionario) de derecha, como Kerenski.
La composición social del nuevo gobierno había pasado de la nobleza
a la burguesía liberal.
Los soviets habían puesto en libertad a los presos políticos y
organizado los abastecimientos. También habían disuelto a la policía
política zarista, legalizado a los sindicatos, organizado a los
regimientos adictos a los soviets, etcétera, sin esperar ningún decreto.
El Gobierno se limitó a ratificar las decisiones tomadas por los
soviets, que no habían tomado directamente el poder porque existía
una mayoría de mencheviques y eseristas que ―no consideraban en
absoluto la posibilidad de exigir un poder que la clase obrera aún no
está capacitada para ejercer‖5, de acuerdo con los análisis previos de
esos partidos sobre la naturaleza del proceso revolucionario ruso.
Los bolcheviques, dirigidos por Kamenev y Stalin, apoyaban
estos dogmas. En el órgano bolchevique Pravda se produjo un giro
radical cuando, a mediados de marzo, Stalin tomó la dirección del
periódico, puesto que empezaron a publicarse numerosos artículos
4
Figes, Orlando, La revolución rusa (1891-1924). Barcelona, Edhasa, 1996, p. 385.
5
Broué, Pierre. El partido bolchevique. Madrid, Ayuso, 1973, p. 114.
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
6
Broué, Pierre. 1973, op. cit., p. 115.
7
Carr, E.H. La Revolución Bolchevique (1917-1923). Madrid, Alianza Universitaria,
Tomo I, 1985, pp. 92-93.
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
De julio a octubre
La dualidad de poderes se deslizó rápidamente hacia un
enfrentamiento social, sin más alternativa que la continuidad de la
8
Broué, Pierre. 1973, op. cit., pp. 116-126.
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OCTUBRE
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El régimen bolchevique
Los bolcheviques se encontraron políticamente aislados. Los
mencheviques seguían considerando que la toma del poder por un
partido obrero era una locura, puesto que las ―condiciones objetivas‖
impedían ir más allá de las tareas propias de una revolución
burguesa: se trataba de desarrollar las libertades democráticas. Los
eseristas de derecha oscilaban entre pedir a los bolcheviques un
suicidio político, esto es la expulsión de Lenin y Trotsky, o la
confrontación armada. Los eseristas de izquierda se enfrentaron con
los bolcheviques a causa de las discrepancias existentes sobre la
cuestión de disolver, o no, la Asamblea Constituyente. En este
Parlamento, elegido por sufragio universal, los bolcheviques eran una
minoría. Los eseristas de izquierda estaban mal representados, porque
el Partido Socialrevolucionario había designado a los candidatos
antes de la anunciada escisión del ala izquierda, que era mayoritaria
en las bases y en el campo. Ante la negativa de la Asamblea
Constituyente a aprobar la Declaración de Derechos del Pueblo
Trabajador y Explotado (aprobada por los soviets), los bolcheviques
la abandonaron, y a continuación, un destacamento de guardias rojos
entró en el hemiciclo y dio por terminadas las sesiones. Era el fin de
la democracia parlamentaria en Rusia. Se iniciaba una peligrosa
confusión y entrelazamiento entre la burocracia del aparato estatal y
los cuadros del partido bolchevique.
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El triunfo de la burocracia
A causa de las calamidades, penurias y destrucciones de la guerra
civil, el aislamiento de la revolución rusa tras el fracaso de la
revolución internacional, la muerte de numerosos militantes
bolcheviques, el caos económico, el hambre que había producido
millones de muertos, y una miseria generalizada; pero sobre todo
gracias a la identificación realizada entre Partido y Estado, surgió una
burocracia que se afianzó en el triunfo de la contrarrevolución
política, y la costosa y salvaje industrialización impuesta por el
triunfante capitalismo de Estado.
En 1922, Lenin ya había advertido los peligros de esta
estatificación. La burocracia había vaciado de significado y
contenido a los soviets, los sindicatos, las células y comités del
partido, sometidos al aparato estatal y a las directrices
contrarrevolucionarias. A partir de 1923, Stalin encarnó esta nueva
burocracia del Partido-Estado que dirigía una brutal
contrarrevolución política.
El pronóstico elemental de los bolcheviques en 1917 había sido
que, dado el atraso económico de Rusia, una revolución obrera
victoriosa sólo podía sobrevivir con la extensión internacional de una
revolución que había de ser de ámbito mundial, dando su primer paso
concreto en Alemania. En caso contrario, la revolución rusa
fracasaría. En 1924, la burocracia adoptó la teoría del ―socialismo en
un sólo país‖ y el culto a la personalidad del momificado Lenin,
como los dos ejes sobre los que levantar la nueva ideología
estalinista. La burocracia rusa, abandonado ya todo disfraz, aparecía
dispuesta a aplastar definitivamente cualquier oposición. El
estalinismo deformó grotescamente el concepto de lo que era el
socialismo, vació de contenido los soviets, suprimió el menor atisbo
de democracia obrera, impuso una dictadura personal sobre el
partido, y del partido sobre el país, construyendo un régimen
totalitario.
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CONCLUSIONES
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La Revolución rusa y su impacto en América Latina
LA REVOLUCIÓN RUSA DE 1917, SU REPRESIÓN Y LA
EMERGENCIA DEL CAPITALISMO DE ESTADO
BOLCHEVIQUE
Su impacto en el Perú y las respuestas anarquistas
RESUMEN
La Revolución rusa ha sido antojadizamente propagandeada por
quienes la reprimieron, paradójicamente como un proceso victorioso
del comunismo, cuando en la realidad dicha represión había sentado
las bases para la construcción del primer capitalismo de Estado de la
historia de la humanidad. Si bien, tempranamente en Europa
verdaderos comunistas de diversas tendencias, consejistas o
libertarios, harían una crítica coherente y sistemática al rol
contrarrevolucionario de los bolcheviques en Rusia, dichos
planteamientos no llegaron a su debido tiempo al Perú. Consecuencia
de ello, el pensamiento bolchevique seria favorecido por el contexto
calando rápidamente entre los intelectuales peruanos nacionalistas,
no en contrapartida la crítica sistemática a esta tendencia, la cual en
la realidad quedó a cargo de una minoría de anarquistas, que en la
medida de sus posibilidades hicieron frente a esa ideología del
capitalismo de Estado que a partir de 1920 comenzó a propagarse
populistamente a nivel planetario.
Palabras claves
Revolución Rusa, consejismo, anarquismo, bolchevismo,
capitalismo de Estado, nacionalismo
1
Historiador y arqueólogo egresado de la UNFV (Lima). Magíster y doctor en
arqueología, historia y civilizaciones del EHESS (Paris), actualmente investigador en
el Centro de investigaciones sobre la América prehispánica en el EHESS (París).
Desde el 2007 codirector del programa de investigaciones arqueológicas en Animas,
yacimiento Paracas en la Costa Sur del Perú.
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Introducción
Hemos llegado al centenario de la Revolución rusa de 1917.
Tenemos así la ocasión de constatar que raramente un evento
histórico de tal magnitud, haya estado percibido a la inversa de la
lógica, por un aura de mitos y deformaciones antihistóricas. Un siglo
después y desaparecida la dictadura de la URSS, de manera infeliz,
para dar paso a otra dictadura, la de Putin, es posible que hoy se
comience a elaborar comprensiones racionales e históricas de lo que
fue la Revolución rusa, despojada de los mitos religiosos del
marxismo-leninismo. No obstante, hay que anotar que análisis
coherentes y lúcidos acerca del triste final de la Revolución rusa,
reprimida por las fuerzas capitalistas bolcheviques ya habían sido
escritas paralelamente a los sucesos. El mismo Lenin, presionado por
una corriente minoritaria de su partido, había reconocido en mayo de
1918 que él estaba trabajando por levantar un capitalismo de Estado
en Rusia: ―…nuestro deber es de meternos en la escuela del
capitalismo de Estado de los alemanes, de aplicarnos con todas
nuestras fuerzas a asimilarlo, de no economizar los procedimientos
dictatoriales para poder implantarlo en Rusia‖2. El zar del
bolchevismo reafirmaba así, históricamente, la contrarrevolución
contra los trabajadores rusos.
El contexto y su devenir
Siguiendo las propias líneas de Lenin, la URSS no conoció ni
socialismo ni comunismo, mucho menos el poder de los trabajadores,
peor aún una existencia posrevolucionaria de los ―soviets‖ cuyos
militantes proclamaban ―todo el poder para los soviets y no para el
partido‖ (Volin, 2017: 290). Para 1921 el último soviet, el de
Kronstadt, la perla de revolución, allí donde estalló la revolución en
1917, caía a sangre y fuego, ametrallado y bombardeado por las
fuerzas bolcheviques dirigidas por Lenin y Trostky. Para fines de
1921 y comienzos de 1922, la URSS no era más que una inmensa
2
V. Lénine, Sur l’infantilisme «de gauche» et les idées petites-bourgeoises, artículo
original en Pravdan° 88–89-90, pp. 9–11, mai 1918, traducido al francés en Œuvres,
tome 27, (Traducción de la frase al castellano en el texto, por el autor).
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4
En Izvestia periódico del Soviet de Cronstadt en armas contra el partido
bolchevique, citado en Volin (2007: 290).
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5
―El 1° de mayo y el Frente único Proletario‖ en El Obrero Textil, Lima, n° 59,
mayo 1924.
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6
―Una aclaración‖ en La Protesta, año XIV, Lima, n°125, mayo 1924.
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7
―Servicio de la Prensa, Publicada por el Secretariado de la Asociación Internacional
de los Trabajadores, A LAS ORGANIZACIONES DE LA A.I.T. Al Proletariado de
todos los Países! Ayudad a los revolucionarios presos en Rusia! » en La Protesta,
Lima, año XIV, n° 126, junio 1924.
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pasó totalmente por alto. Y tenía que ser pasado por alto, porque la idea
marxista de la asociación de productores libres e iguales es directamente
opuesta, en esencia, al dominio de una organización jacobina, y porque
Rusia no posee las condiciones sociales y económicas necesarias para el
socialismo. El concepto de la socialización de los bolcheviques no es,
por consiguiente, nada más que una economía capitalista apropiada por
el Estado y dirigida, desde fuera y desde arriba, por su burocracia. El
socialismo bolchevique es capitalismo organizado por el Estado.
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9
―No nos convence‖, en La Protesta, Lima, año XIV, nº 131, noviembre de 1924.
10
―Feminismo peruano y bolchevismo‖, en La Protesta, Lima, año XIV, nº 131,
noviembre de 1924.
11
Idem.
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
Conclusiones
El impacto de las experiencias de la Revolución rusa en el Perú
durante los años 20 fue muy relativo, debido a la poca información
de las dinámicas que llevaban a cabo las fuerzas revolucionarias
dedicadas a la destrucción del Estado zarista y al fortalecimiento de
las comunas o consejos de proletarios y campesinos. Contrariamente,
las informaciones en torno al Partido Obrero Socialdemócrata de
Rusia en sus dos fracciones, mencheviques y bolcheviques, los
primeros participando del gobierno provisional tras la dimisión del
Zar (febrero de 1917) y los segundos dando el golpe de Estado y
haciéndose del control del gobierno provisional (octubre de 1917),
fueron los acontecimientos que en el limbo del periodismo y el
historicismo vulgar académico, marcaron y coparon las
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
BIBLIOGRAFÍA
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LOS SIGNIFICADOS DEL COMUNISMO O LA LUCHA
POR EL NOMBRE1
Roberto Pittaluga2
[email protected]
1
Texto cedido por el autor para su publicación. Publicado en Taller. Revista de
Sociedad, Cultura y Política, vol. 6, nº 17, Buenos Aires, diciembre de 2001, pp. 93-
104.
2
Roberto Pittaluga es Licenciado y Doctor en Historia por la Universidad de Buenos
Aires. Es Profesor en la Universidad Nacional de La Pampa, en la Universidad
Nacional de La Plata, en la Universidad de Buenos Aires, y en la Maestría de la
Universidad Nacional de General Sarmiento. Dirige el proyecto acreditado ―Historia,
narración y significación de la experiencia argentina reciente (1955-1989)‖ (NLPam)
e integra el proyecto ―La política en un tiempo bifronte: se prepara el infierno, se
espera la revolución. Argentina 1973-1976‖ (UNLP). Ha publicado numerosos
artículos en revistas especializadas nacionales e internacionales. Entre sus libros más
importantes, destacan, con Alejandra Oberti, Memorias en montaje. Escrituras de la
militancia y pensamientos sobre la historia (2006; 2ª ed. 2012), en colaboración con
Alejandra Oberti; Soviets en Buenos Aires. La izquierda de la Argentina ante la
revolución en Rusia (2015), y Figuraciones estéticas de la experiencia argentina
reciente (2016), en colaboración con Luis Escobar y Juan Pablo Giordano.
3
Consejo Federal de la FORA Comunista, ―El problema de la unidad obrera‖,
Buenos Aires, edición del Consejo Federal de la FORA Comunista y La Protesta,
enero 1922.
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Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
I
Desde fines del siglo XIX y hasta 1917/1919, el término
―comunista‖ devino, principalmente, en un signo de identificación de
la militancia anarquista. En oposición a los socialistas y, luego de
1915, también respecto del sindicalismo, el comunismo era
concebido, por los pensadores libertarios, como el complemento de la
anarquía, en tanto designaba lo que sería el sistema de producción y
distribución de riquezas en la sociedad emancipada. Pero, más
profundamente, entre la militancia libertaria comunismo-anárquico o
comunismo a secas, era el nombre de una identidad. La fuerza de esta
denominación y la necesidad de su explicitación puede observarse
tanto en los debates como en las consecuencias que tuviera la
decisión de la mayoría de los delegados al IX Congreso de la FORA
de quitarle el apelativo de ―comunista-anárquica‖ a la entidad. Si
para esa mayoría era este un paso imprescindible para dejar de
identificar la central obrera con el anarquismo, para la minoría
anarquista que se alejó de dicho Congreso para formar una nueva
FORA (la llamada FORA del V Congreso, en referencia a aquel
encuentro de 1905 en el que se adoptó dicha denominación político-
ideológica) el problema de la ―clara definición‖ de los fines de la
institución obrera era un tema nodal de su propia autoidentificación
como movimiento. Una central obrera que no se llamara a sí misma
comunista-anárquica, argumentaban los militantes ácratas, se
extraviaría en las tinieblas del reformismo, perdería la brújula que la
orientara hacia los fines libertarios.4 Pero junto a esas
consideraciones, parece más relevante la pérdida de una
referencialidad política clave para un movimiento que se
caracterizaba por la ausencia de otro tipo de estructuras organizativas
que le dieran cohesión. Por ello, la FORA quintista, autodenominada
FORA Comunista, buscaba –desde el nombre y con el nombre–
trazar con meridiana claridad en el mapa político de la izquierda las
fronteras entre revolucionarios y reformistas de todo signo, y el
4
Como afirman los editores del periódico Tribuna Proletaria sobre el neutralismo
en las organizaciones obreras, al que califican de ―hibridismo suicida‖ que ―anula las
mejores disposiciones combativas del proletariado‖, en Tribuna Proletaria, nº 26,
27/8/1919, p. 1.
– 72 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
5
Para las recepciones de la revolución rusa entre las filas anarquistas véase: Roberto
Pittaluga, ―Las recepciones de la revolución rusa en el anarquismo argentino‖, Tesis
de Licenciatura, Buenos Aires, 2000; ―Las recepciones de la revolución rusa en la
Argentina: el caso de los anarco-bolcheviques‖, ponencia presentada en las 1as
Jornadas de Historia de las Izquierdas, Buenos Aires, Ce.D.In.C.I., 8 y 9 de
diciembre de 2000; ―De profetas a demonios. Recepciones anarquistas de la
revolución rusa. Argentina, 1917-1924‖, Sociohistórica, [en línea], n° 11-12, La
Plata, 2001, pp. 69-98. Disponible en:
http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3061/pr.3061.pdf. Un
estudio detallado de la trayectoria de los anarco-bolcheviques, el grupo de militantes
libertarios que sintió más profundamente la influencia de la revolución rusa, puede
verse en Andreas Doeswijk, ―Camaleones y cristalizados: los anarco-bolcheviques
rioplatenses, 1917-1930‖, Tesis de Doctorado, Universidad de Campinas, 1998.
– 73 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
II
Desde la irrupción de los ecos de la revolución rusa en tierras
rioplatenses, con su carga emotiva y su relanzamiento de las
expectativas de cambio, el significante comunismo fue objeto de
disputa por sus significaciones, aun cuando esos conflictos de sentido
aparezcan las más de las veces a través de otras querellas. Lo que
primero aparece en los años que siguen a 1917 es que,
progresivamente, para los anarquistas ya no es suficiente apelar al
comunismo como símbolo en el que se condensa su propia identidad.
La fuerza de los deslizamientos de sentido que operaban sobre el
concepto provenía, en gran medida, de las nuevas referencias
internacionales gestadas a partir de la revolución rusa, entre las que
destacaban instituciones formalmente internacionalistas como la III
Internacional o la Internacional Sindical Roja. Junto con —y a través
de— ese nuevo marco referencial, las reformulaciones de las
significaciones del comunismo, tal como parecía constituirse en la
realidad histórica contemporánea, implicaban un nuevo conjunto de
problemáticas tanto como la revitalización de anteriores discusiones
bajo nuevos formatos, problemáticas que conllevaban un desafío a
los presupuestos políticos y teóricos del anarquismo. Entre este
nuevo conjunto de problemáticas, algunas tuvieron un peso
determinante: la concepción de la revolución como toma del poder
del Estado –que tenía como presupuesto la formación del partido y la
revalorización de la dimensión política del proceso revolucionario–,
y el problema de la transición del capitalismo al socialismo, bajo la
controvertida figura de la dictadura del proletariado, eran ambas
cuestiones críticas para el pensamiento y las formas de intervención
anarquistas. Sin embargo, como decía, este proceso de conflictividad
por los significados del comunismo —y la serie de problemas
asociados— sólo emergió con vigor cuando gran parte del
anarquismo, entre 1919 y 1921, dejó de apoyar el curso que la
revolución tomaba en Rusia para pasar, luego de una etapa de
distanciamiento, a una feroz crítica de los bolcheviques y el estado
soviético.6
6
Cfr. Roberto Pittaluga, ―La recepción de la revolución rusa en el anarquismo
argentino‖, op. cit.
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Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
III
Desde otro ángulo abordaban por entonces los más destacados
―antorchistas‖ el conflicto por los sentidos del comunismo. 11 Sus
enfoques consistían, básicamente, en establecer una neta distinción
entre dos formas de conceptuar el comunismo a partir de la crítica de
una de las cuestiones que la revolución rusa había introducido en el
debate político de las izquierdas contemporáneas: la dictadura del
proletariado como estado transicional, y a través de esa crítica
oponían el ―comunismo anárquico‖ al ―comunismo político‖.
Nuevamente fue la apelación a la tradición antipolítica de la
militancia ácrata la que sirvió para ir modelando dos sentidos
antitéticos de las nociones sobre el comunismo: de la misma forma
10
Si bien López Arango manifestó tempranamente que anarquismo y
―maximalismo‖ no eran lo mismo, fue uno de los firmes defensores de la revolución
rusa hasta que, en la segunda mitad de 1921, todo el grupo protestista cambió su
posición hacia la crítica de los bolcheviques.
11
Entre las distintas corrientes que animaban el anarquismo de esta época, los
―antorchistas‖ editaron, entre otras publicaciones, los periódicos Tribuna Proletaria
y luego La Antorcha.
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
IV
Para fines de 1921 el tono de la crítica de los anarquistas
antibolcheviques respecto del ―comunismo político‖ se había elevado
considerablemente. Uno de los detonantes del aumento de la tensión
tanto al interior de las filas libertarias como en el intercambio de
acusaciones entre los anarquistas y otros grupos, fue el proyecto de
unificación de las dos federaciones obreras. En dicho proyecto, y en
los pasos que la FORA Comunista había dado en tal sentido desde
1920, desempeñaron un rol central algunos dirigentes de la corriente
anarco-bolchevique. En la segunda mitad de 1921 los anarco-
bolcheviques fueron expulsados de sus cargos directivos en la FORA
Comunista, y la nueva dirección frustró todo intento de fusión. Y es
que la posibilidad de la unificación sindical puso nuevamente de
manifiesto el tipo de relación que el anarquismo como movimiento
– 79 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
V
Evidentemente no fueron sólo los deslizamientos de los
significados del comunismo lo que puso en crisis al anarquismo de la
Argentina –y no sólo el de este país.26 Una multiplicidad de
elementos se superpusieron en la coyuntura de la primera posguerra,
y contribuyeron en la reclusión de los militantes libertarios en
pequeños cenáculos sin mayor influencia entre quienes debían ser
principales destinatarios de sus palabras. Lo que pone de manifiesto
el conflicto por los sentidos del comunismo es la profunda crisis que
sufriera por entonces el pensamiento y la acción del anarquismo
finisecular, en tanto reconfiguraba los horizontes de los futuros
posibles y las formas de alcanzarlos. Esta redefiniciones de las
expectativas y de las experiencias se alimentaron mutuamente,
24
La Antorcha, nº 63, 8/12/1922, ―El espíritu de clase del bolchevismo y del
sindicalismo revolucionario‖, p. 3.
25
La cantidad de artículos en torno a la temática o a cuestiones estrechamente
vinculadas es enorme. Como muestra, véanse La Antorcha de 1922 y 1923, o La
Protesta. Suplemento Semanal de 1922 a 1924.
26
Cfr. las conclusiones de mi tesis, ―Las recepciones de la revolución rusa en el
anarquismo argentino‖, op. cit.
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
– 83 –
EFÍMERA FE EN LA DICTADURA
Impacto de la Revolución rusa en el anarquismo chileno
(1918-1922)1
Mario Araya
[email protected]
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La Revolución y la dictadura
Rusia vivía bajo un régimen monárquico-feudal gobernado por la
dinastía de los Romanov, la que establecida en Moscú desde
principios del siglo XIV, había regido el país durante 304 años hasta
los sucesos que desencadenaron la Revolución de 1917. En esta
región las tendencias revolucionarias no eran para nada un fenómeno
novedoso, al contrario, se habían desarrollado grupos que desde hace
décadas proclamaban el libre acuerdo, la igualdad de derechos y el
salto de la fase capitalista para la realización concreta del
socialismo.2
Ya en 1905 una intentona insurreccional había buscado destruir el
régimen existente mediante huelgas, motines y revueltas, que con
grandes inconvenientes había sido sofocada por las fuerzas eficaces
de la reacción, las que sucesivamente fueron encarcelando y
exiliando a numerosos elementos revolucionarios. Para muchos, estos
sucesos representaron un bosquejo de la revolución ulterior…
habrían constituido un ensayo general para la apertura inevitable del
telón doce años más tarde.
La Primera guerra mundial fue dejando desastrosos efectos sobre
la población más pobre de Rusia, tanto así que hacia 1917 la
situación se estaba volviendo realmente insostenible, ―El caos
económico, la miseria del pueblo trabajador y la desorganización
social llegaron a tal punto que los habitantes de las grandes ciudades,
2
Lehning, Arthur, Marxismo y anarquismo en la revolución rusa, Buenos Aires,
Libros de Anarres, 2004, p. 26.
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– 88 –
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7
―Dos fechas‖, Verba Roja, Valparaíso, n°1, primera quincena de noviembre de
1918.
8
―Algo sobre Rusia. Helios de los ríos‖. El Surco, Iquique, n°14, 15 de septiembre
de 1918.
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– 91 –
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Determinismo anárquico
Para muchos anarquistas la Rusia monárquica no había muerto
con la caída de los zares, sino que más bien, se había transplantado
16
Rebelde, ―La revolución triunfante‖. Verba Roja, Valparaíso, n°7, primera
quincena de marzo 1919.
17
F. Ricard, ―la dictadura del proletariado‖. Verba Roja, Valparaíso, n°12, segunda
quincena de junio de 1919.
18
Federico Serrano Vicencio, ―¿No somos prácticos los anarquistas?‖. El
Comunista, Santiago, n°7, 20 de agosto de 1921.
– 92 –
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– 94 –
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25
Jobet, Julio cesar, Luís Emilio Recabarren. Los orígenes del movimiento obrero y
del socialismo chileno, Santiago de Chile, Prensa latinoamericana S.A., 1955.
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– 96 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
30
Centro de Estudios sociales ―Luz y Acción‖. Verba Roja, Valparaíso, n°47,
primera quincena de junio de 1923.
31
Triviño, Luís A., Arengas, Santiago de Chile, Editorial LUX, ¿1922?, pp.22-23.
– 97 –
EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN RUSA EN EL
ANARQUISMO URUGUAYO1
1. La ola Roja
La Revolución Rusa marcó sustancialmente la historia del siglo
XX. Las economías europeas estaban devastadas por la gran guerra
mundial, las poblaciones desgarradas por las millones de muertes en
combate. El sistema capitalista, los gobiernos y los ejércitos vivían
un gran desprestigio a causa de la tragedia. Eric Hosbawm, el
conocido historiador británico señalará al respecto que;
Las repercusiones de la revolución de octubre fueron mucho más
profundas y generales que las de la revolución francesa, […], las
consecuencias prácticas de los sucesos de 1917 fueron mucho mayores
y perdurables que las de 1789. La revolución de octubre originó el
movimiento revolucionario de mayor alcance que ha conocido la
historia moderna. […] Una oleada revolucionaria barrió el planeta en
los dos años siguientes a la revolución de octubre y las esperanzas de
los bolcheviques, prestos para la batalla, no parecían irreales. «Vólker
hort die Sígnale» («Pueblos, escuchad las señales») era el primer verso
de la Internacional en alemán. Las señales llegaron, […] se escucharon
en todos los lugares donde existían movimientos obreros y socialistas,
con independencia de su ideología, e incluso más allá. Hasta los
1
Texto cedido por el autor para su publicación.
2
Pascual Muñoz es un historiador y escritor anarquista uruguayo. Además de
artículos y ponencias sobre el tema, ha publicado los libros: Antonio Loredo.
Aletazos de tormenta. El anarquismo revolucionario a comienzos del siglo XX,
Montevideo, La Turba Ediciones, 2017; Cultura obrera en el interior del Uruguay:
Salto, Paysandú y Rocha (1918-1925), Montevideo, Lupita Ediciones, 2015; Apuntes
para una historia del Sindicato Único del Automóvil (1903-1965), Co-edición,
Montevideo, La Turba Ediciones y SUATT, 2015; La Primer Huelga General en el
Uruguay. 23 de mayo de 1911, La Montevideo, La Turba Ediciones, 2011; La vida
anárquica de Florencia Sánchez, Montevideo, La Turba Ediciones, 2010; Francisco
Ferrer i Guardia. Su vida. La pedagogía anarquista. Sus repercusiones en el
Uruguay, Montevideo, La Turba Ediciones, 2009.
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Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
2. América revolucionaria
En el Rio de Plata existía un movimiento obrero de una
importante práctica revolucionaria. Inspirados en la vieja
internacional bakuninista del siglo XIX la Federación Obrera
Regional Argentina y la Federación Obrera Regional Uruguaya
protagonizaron fuertes huelgas revolucionarias en los primeros años
del siglo XX. En la Argentina, la brutal represión ejercida por el
Estado con leyes de expulsión y estados de sitio, y la fragmentación
de las fuerzas obreras en dos organizaciones la FORA del V
Congreso (anarquista) y la FORA del IX Congreso (sindicalista),
hacían que el movimiento revolucionario no estuviera en su mejor
momento. En el Uruguay, las políticas obreras impulsadas por el
segundo gobierno de José Batlle y Ordoñez habían debilitado las
fuerzas revolucionarias.
Sin embargo ese panorama comenzó a revertirse desde 1917. La
difícil situación económica de la región exigía respuestas más
precisas. En Uruguay, entre 1914 y 1920 el costo vital aumentó un
49% y el poder de compra se redujo en un 20%4.
En Montevideo, concretamente, la violenta huelga del Cerro de
1916 donde murió un obrero en manos de la represión fue el
3
Hobsbawm, Eric. Historia del siglo XX. Buenos Aires, Crítica, 1998. pp. 63, 73.
4
El Salario Real. Ministerio de Industrias. Imprenta Nacional. Montevideo, 1927. En
Lopez D'Alessandro, F. La fundación del partido comunista y la división del
anarquismo. Montevideo, Vintén, 1992, p. 17
– 100 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
5
Muñoz, Pascual. ―Huelga en los frigoríficos del Cerro 1916-1917, primera parte‖,
Tierra y Tempestad nº12, Montevideo, Verano 2012. Extraído de:
https://laturbaediciones.files.wordpress.com/2010/03/numero-12_tyt-chico.pdf
6
Muñoz, Pascual. ―Huelga en los frigoríficos del Cerro. Segunda Parte. Guerra
Social en el Cerro‖ Tierra y Tempestad, Montevideo, nº13 Otoño 2012. Extraido de:
https://drive.google.com/file/d/0B3jwypu7Jr7PelM0dUNueXVhdW8wZUZlQjNCe
DNfZ252U0JN/edit
7
La Batalla, Montevideo, nº51, 10 de diciembre de 1917.
8
Maximalismo era la forma más común de denominar al proceso revolucionario
ruso. La prensa acusaba de maximalista a toda huelga que fuera medianamente
violenta. En la prensa obrera se discutía si los anarquistas eran maximalistas, o los
maximalistas eran anarquistas, o si los socialistas eran o no maximalistas.
– 101 –
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9
―Libertades uruguayas‖. La Batalla, Montevideo, nº47, 30 de octubre de 1917.
10
―Las minorías‖. La Batalla, Montevideo, nº57, 10 de febrero de 1918.
– 102 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
11
―El programa‖. El Hombre, Montevideo, nº60, 15 de diciembre de 1917.
– 103 –
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12
El Hombre, Montevideo, nº65, 19 de enero de 1918.
13
La Protesta, Buenos Aires, 29 de enero de 1918.
14
―De la Revolución. La Dictadura del Proletariado‖. La Protesta, Buenos Aires, 5
de marzo de 1919.
– 104 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
3. La potencialidad revolucionaria
La chispa revolucionaria encendida en Rusia correrá rápidamente
por toda Europa y no tardará en llegar al Rio de la Plata, para
potenciar una situación que ya era explosiva de por sí.
Diego Abad de Santillán, destacado anarquista del periódico La
Protesta señalará tiempo después;
Vino primero la revolución rusa, con la gran conmoción suscitada en
todo el mundo por el gran acontecimiento, luego el fin de la guerra y la
repercusión de los movimientos europeos, la caída de los imperios
alemán y austríaco, la revolución en Hungría, la República de los
Consejos de Baviera, la agitación en Italia y en España. Todo eso
repercutió vivamente en la Argentina y todo eso hizo de la F.O.R.A. del
quinto congreso el centro de convergencia de las grandes masas.
La revolución rusa y el fin de la guerra despertaron aquí la fiebre de la
organización; en pocos meses se levantaban sindicatos con millares y
millares de asociados; el crecimiento era demasiado rápido y se estaba
muy poco preparado para tanta y tan repentina afluencia.
No había gremio que no considerase como su deber primordial ir a la
huelga en demanda de mejoras materiales y morales; se abusaba quizás
de las huelgas, fruto de la conciencia que se tenía de la propia fuerza.15
15
Abad de Santillán, Diego. La FORA Ideología y trayectoria del movimiento
obrero revolucionario en la Argentina. Buenos Aires, Libro de Anarres, 2005, pp.
249-250.
– 105 –
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16
La Batalla, Montevideo, nº60, 15 de marzo de 1918) y nº61 (30 de marzo de
1918).
17
Dicha huelga es mencionada así en; Despertar, Montevideo, n°75, Agosto
[Setiembre] 1918. Y en el volante: ―Trabajador: ¡Acuerdate!‖ (Panfleto del Centro
Socialista de la 5a Sección, Montevideo), conservado en Ugo Fedelli Papers,
Instituto de Historia Social (Amsterdam). Sin fecha de impresión posiblemente sea
de Noviembre de 1919.
18
Puede consultarse sobre el tema: Muñoz, Pascual. ―La Semana Roja de
Montevideo. Primera Parte‖, Tierra y Tempestad, Montevideo, nº18,
Primavera/Verano 2013-2014. Muñoz, Pascual ―La Semana Roja de Montevideo.
Segunda Parte‖, Tierra y Tempestad, Montevideo, nº19, Otoño 2014. Y Muñoz, P.
―La Dinamita redentora. La Semana Roja de Montevideo tercera parte.‖, Tierra y
Tempestad, Montevideo, nº20, Primavera 2014.
– 106 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
19
La Tribuna Popular, Montevideo, 16 de agosto de 1918.
20
La Batalla, Montevideo, nº79, 20 de octubre de 1918.
21
La Acción Obrera, Montevideo, nº1 (5 de noviembre de 1918) y nº2 (21 de
noviembre de 1918)
22
La Batalla, Montevideo, nº83, 20 de noviembre de 1918.
– 107 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
23
El Plata, Montevideo, 21 de diciembre de 1918.
24
Archivo General de la Nación. Archivo Virgilio Sampognaro. Caja 219, Carpeta
22, hojas 51-54 fechada 25 de Diciembre de 1918.
– 108 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
– 109 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
27
Archivo General de la Nación (Argentina) ―Circular Nº817 (confidencial)‖, legajo
―Huelgas Varias - 1919 (Series Históricas II - leg. 31), la circular es citada
íntegramente por Silva, 2011, op. cit., p. 102. Agradezco a su vez enormemente a
Horacio Silva el envío de una copia escaneada del original de la circular en cuestión.
– 110 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
28
Archivo General de la Nación. ―¡Apresurate!‖, Archivo Virgilio Sampognaro.
Caja 219, carpeta 7, hoja 13.
29
Archivo General de la Nación. Archivo Virgilio Sampognaro. Caja 216, Carpeta
22. Carta del 8 de enero de 1918.
30
Ver La Protesta, Buenos Aires, 21 de enero de 1919 y Bustelo Natalia. ―A 100
años de la Revolución Rusa. Las izquierdas argentinas y las primeras noticias
bolcheviques‖. En Todo es Historia, Buenos Aires, nº 597, 2017, pp., 6-18. Extraído
de:
(https://www.academia.edu/33806045/A_100_a%C3%B1os_de_la_Revoluci%C3%
B3n_Rusa)
– 111 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
31
―Los soviets chilenos‖. La Protesta, Buenos Aires, 29 de enero de 1919 y 5 de
febrero de 1919
32
Archivo General de la Nación. Archivo Virgilio Sampognaro. Caja 219.
33
Archivo General de la Nación. Archivo Virgilio Sampognaro. Caja 219, carta
fechada el 25 de febrero de 1919.
– 112 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
la sociedad, que las policías urbanas y rurales sean más aptas y tengan
una organización más perfecta.34
34
Revisar: https://parlamento.gub.uy/documentosyleyes/discursos/presidentes-
rou/3869
35
La Batalla, Montevideo, nº95, 14 de marzo de 1919.
36
Archivo General de la Nación. ―Al proletariado de la República‖. Archivo Virgilio
Sampognaro. Caja 219, Carpeta 7. FORU 30 de abril de 1919.
37
Ver al respecto tanto Pittaluga, Roberto. ―De profetas a demonios: Recepciones
anarquistas de la Revolución Rusa (Argentina 1917-1924)‖ En Sociohistórica, [en
línea], n° 11-12, La Plata, 2001, pp. 69-98. Disponible en:
(http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3061/pr.3061.pdf) y
Doeswijk, Andreas, L. Los anarco bolcheviques rioplatenses, Buenos Aires,
Cedinci, 2013.
– 113 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
38
El Hombre, Montevideo, nº152, 20 de setiembre de 1919.
39
Abad de Santillán. Memorias 1897-1936, Barcelona, Planeta, 1977. p. 64.
40
La compleja batalla que se dio en la Patagonia argentina fue prolijamente
estudiada por Osvaldo Bayer en La Patagonia Rebelde (IV tomos) Argentina,
Editorial Bruguera, 1984.
– 114 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
4. La división obrera
Las simpatías de los anarquistas por la Revolución Rusa se iban
matizando con el paso del tiempo, pero el año 1921 marca un punto
de infección. Las noticias llegadas desde Rusia fueron decisivas, los
rumores sobre la represión a los anarquistas ucranianos, la represión
de los marinos de Krontsdat, los anarquistas presos y los
fusilamientos, estaban definiendo las posiciones de un bando u otro.
En Argentina dentro de la F.O.R.A. del V° Congreso desde Enero
de 1919 predominaban los anarquistas que simpatizaban con la
dictadura proletaria como metodología revolucionaria para instaurar
el comunismo. En Setiembre de 1920 la F.O.R.A. realiza un
Congreso Extraordinario, donde cambia su denominación por
―F.O.R.A. Comunista‖, e incluso incluye en su logo una hoz y un
martillo, y adhiere a la Internacional Roja fundada el en Moscú en
Marzo de 1919. Entre otras resoluciones la F.O.R.A. -C. señala lo
siguiente:
El proletariado de la Región Argentina, reunido en el primer congreso
extraordinario de la F.O.R.A. comunista con asistencia de los delegados
41
Abad de Santillán, 2005, op. cit, p.268.
– 115 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
42
Abad de Santillán, 2005, op. Cit., p.246.
– 116 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
43
Doeswijk, 2013, op. cit., p.61-62
44
Federación Obrera Regional Uruguaya. Acuerdos del 3er Congreso Obrero en el
Uruguay. Montevideo, Tip Morales Hnos, 1919. (Biblioteca Nacional)
– 117 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
45
Solidaridad -Órgano de la FORU- , Montevideo, n°13, setiembre de 1921.
46
López, 1992, op. cit, p.287.
47
Publicado en Trabajo, Montevideo, nº8, 23 de setiembre de 1921.
– 118 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
48
Azaretto, Manuel. El cenáculo de Judas. Montevideo, Editorial Libertad, 1923, p.8
49
Despertar, Marzo de 1922, citado por López, 1992, op. cit, p.261.
– 119 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
5. La Unidad fragmentada
Expulsados los anarco bolcheviques de la F.O.R.A. anarquista en
la Argentina, y frustrada la fusión de las dos federaciones obreras,
igualmente se realizó el congreso de unidad entre éstos, los
sindicalistas, los comunistas y los gremios autónomos conformando
la Unión Sindical Argentina en 1922. La U.S.A. mantuvo la línea
sindicalista de la F.O.R.A. En sus estatutos se expresó un fuerte anti
capitalismo y anti politicismo prohibiendo que sus delegados y
miembros del Comité Central puedan ser candidatos a ninguna
función política, lo que ponía en un lugar muy incómodo a los
comunistas.50
En Montevideo el proceso de división obrera iniciado en 1921
con la prohibición de la propaganda a favor de la dictadura proletaria,
el retiro de los muebles de la F.O.R.U. y la posterior creación del
C.P.U.O., culminó entre el 19 y el 23 de Setiembre de 1923 con el
congreso obrero que fundó de la Unión Sindical Uruguaya.
Luego de los cuatro congresos de la F.O.R.U. (1905, 1906, 1911
y 1912), y después de once años sin que se realice otro, se celebra un
nuevo Congreso Obrero. La U.S.U. es una clara escisión de la
F.O.R.U. de los elementos anarco sindicalistas (simpatizantes de la
revolución rusa) en alianza circunstancial y siempre conflictiva con
los gremios influenciados por el Partido Comunista que toma el
ejemplo de la Unión Sindical Argentina, (continuación de la
F.O.R.A. del IXº Congreso).
La nueva Unión Sindical quedó formada por una clara mayoría
anarco-sindicalista y una minoría comunista partidaria. Ya meses
antes del congreso dos comisiones armaron dos propuestas de bases,
una de la mayoría y otra de la minoría.
50
Camarero, Hernán. A la conquista de la clase obrera. Los comunistas y el mundo
del trabajo en la Argentina 1920-1935. Buenos Aires, Siglo XXI, 2007, p. 106.
– 120 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
51
Lopez D'Alessandro, op. cit, 1992, p.269-270.
– 121 –
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52
El Picapedrero, Montevideo, nº58, setiembre de 1923.
53
Justicia, Montevideo, 21 y 23 de setiembre de 1923.
– 122 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
publicidad oral y escrita que se considere eficaz para los fines que se
persigue‖
El Congreso fue sin duda un triunfo del anarco sindicalismo, así
lo manifestó La Batalla; ―Apresurémonos a decir que este Congreso
de unidad obrera ha sellado un magnífico y elocuente triunfo para las
normas revolucionarias que se informan en la tendencia denominada
anarco-sindicalista para diferenciarla del sindicalismo amarillo y del
comunismo político electoral‖54
6. Conclusiones
Como se adelantó en un comienzo, la Revolución rusa actuó en el
mundo y en la región como un potenciador de las energías
revolucionaras del movimiento obrero y anarquista. En esos
años se realizan las huelgas más violentas que se conocerán
en varias décadas, se percibe una confianza revolucionaria y
una paranoia en las esferas gubernamentales que se diluirán
al comprobar que la revolución social no se había logrado
propagar con éxito en el resto del continente europeo y el
mundo.
Pero la puesta en práctica de una revolución social como la vivida
en Rusia, puso en cuestionamiento varios aspectos teóricos del
anarquismo regional con una presencia más que trascendente en el
movimiento obrero. La necesidad de articular una minoría
revolucionaria que lidere el proceso de ruptura con el sistema
capitalista imperante y la aceptación de ciertas formas de dominación
a través de una dictadura obrera chocaron fuertemente con la
tradición anarquista de la región consolidando una división que
atravesó todos los gremios obreros y todas las agrupaciones
anarquistas del periodo.
54
La Batalla, Montevideo, nº 329, 28 de setiembre de 1923.
– 123 –
DICTADURA ES SIEMPRE TIRANÍA
Interpretaciones de Ricardo Flores Magón sobre la
Revolución rusa
Resumen
Mi objetivo en este breve ensayo es establecer con claridad
cuáles fueron las interpretaciones que hizo el anarquista mexicano
Ricardo Flores Magón en torno a la Revolución rusa, justo en el
momento de su desarrollo. Muestro cómo el anarquista oaxaqueño
fue transformando su postura a medida que observaba el penoso
desarrollo de los sucesos en Rusia, pasando de un franco apoyo a una
postura sumamente crítica para finalmente distanciarse
completamente del proceso ruso. La revisión de las posturas de
Magón de dicho proceso revolucionario permite apreciar una
capacidad crítica y analítica que sorprende, sobre todo tomando en
cuenta que los últimos escritos de Magón fueron redactados mientras
se encontraba preso y enfermo en Estados Unidos.
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– 130 –
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6
Tal era el pseudónimo que utilizaba Lilly Sarnoff, una joven anarquista
estadounidense de origen ruso (Avrich, 1988:211).
– 131 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
[…] miro con simpatía los esfuerzos de los rusos para derribar el
capitalismo; pero que pienso que no es por medio de una dictadura
como deberá alcanzarse esta aspiración. La dictadura de la burguesía, o
del proletariado, es siempre tiranía, y la libertad no puede alcanzarse por
medio de la tiranía. Lo que se necesita no es una dictadura, sino la
libertad, y la libertad solamente puede alcanzarse por la libre
cooperación de los trabajadores para producir, sin amos de ninguna
especie. Es necesario que nosotros los proletarios estudiemos
cuidadosamente los métodos rusos con el objeto de evitar sus errores.
Ha habido en Rusia por más de dos años, una llamada dictadura del
proletariado, esto es, un Gobierno y el resultado es que la población rusa
se está muriendo de hambre (Flores, 1921c:1).
– 133 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
REFERENCIAS
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
– 135 –
EL FANTASMA DE LA REVOLUCIÓN RUSA EN EL
PERÚ
RESUMEN
La Revolución rusa desató un gran entusiasmo en los
movimientos sociales de todo el mundo, en nuestro país coincidió
con años de fuerte lucha obrera e indígena, dándoles a estos sectores
un ejemplo triunfante en la lucha contra el capitalismo. Pero sirvió
también para inculcar en los activistas de entonces la ideología
marxista que se extendió aplastando la pluralidad libertaria. A cien
años de aquel suceso, son muchas las reflexiones que nos provoca,
pero para ello es necesario primero reencontrarnos con los hechos
silenciados de la revolución, conocer quiénes y por qué los
silenciaron.
La experiencia rusa de 1917 hoy ayuda a entender lo fácil que
resulta derivar un proceso revolucionario en un gobierno autoritario y
represivo, y que un discurso ideológico no basta para transformar la
sociedad. La tarea informativa y pedagógica es fundamental, pero
necesitamos hacerlo desde principios libertarios. Además, urge
liberar la memoria histórica anticapitalista de la hegemonía marxista.
Este texto propone algunas pautas sobre estas reflexiones.
1
Roberto Ojeda Escalante “Koche” (Cusco 1975) Historiador, caricaturista y
activista libertario. Participa del Colectivo ―El Muro‖, Canasta Solidaria Mihuna
Kachun y otras iniciativas del Cusco. Ha publicado: A la izquierda de la historia
(2008), Criándonos entre plantas y hombres, saberes agrícolas del distrito de
Chinchaypucyo (coautor, 2016), El Cusco insurrecto, la revolución de 1814
doscientos años después (editor, 2016).
– 137 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
Introducción
El año 1917 un rumor recorrió el mundo: en Rusia acababa de
triunfar una revolución popular. La noticia también llegó a nuestras
tierras ilusionando a las clases trabajadoras y contestatarias al mismo
ritmo que preocupaba a los grupos dominantes y conservadores. Pero
un rumor siempre es una verdad incompleta, las ilusiones y temores
que despertó no permitieron ver la realidad tal cual era.
Ese año, en el Perú crecían el movimiento obrero, los grupos
feministas, las rebeliones indígenas2. La existencia de una revolución
triunfante resultaba un estímulo para todos ellos, por eso
anarcosindicalistas, indigenistas, feministas, comunistas y
librepensadores de todo tipo celebraron la revolución. Poco a poco, el
ejemplo de la ―revolución triunfante‖ sería el mejor argumento para
difundir el marxismo en el Perú, y esa pluralidad inicial de los
libertarios peruanos terminó jugando en su contra. La frase
mariateguiana ―somos todavía pocos para dividirnos‖3 parecía
irrefutable4. La necesidad de una organización que aglutine las luchas
dio paso al partido y desplazó a la autonomía. De este modo, obreros
cercanos al anarquismo se hicieron militantes del APRA y el PC, o al
menos eso es lo que nos cuenta la historia.
– 138 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
5
La revolución desconocida de Volin testimonió esta parte de la historia, publicada
luego de su muerte en 1945.
6
Trotsky escribió La revolución traicionada (1937), donde denuncia la
burocratización de la revolución. Aunque acusa a Stalin de la ―traición‖, no reconoce
que esta derivó del mismo proceso iniciado en octubre del 17.
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Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
que les ayudó a conquistar la tierra y por eso fue la única ―guerrilla‖
triunfante en el Perú de esos años10. Por el contrario, la experiencia
del maoísmo de Sendero Luminoso priorizó tanto su ideología que
terminó cometiendo atrocidades, espantando a las ―bases‖ y a la larga
fortaleciendo al Estado represor.
Tercero, el control de la memoria es clave. La izquierda peruana
falseó la historia de las luchas populares, silenciando a los no
marxistas, presentándolos como simples antecedentes y borrando la
palabra ―anarquía‖. Así, llegados los años 60 en el Perú existía un
casi total desconocimiento del anarquismo, lo que dejaba como única
posibilidad anticapitalista al marxismo, contribuyendo también a que
pensar en otras rutas posibles fuera visto como una desviación. Lo
comprobamos al constatar lo poco de socialismo no marxista de esos
años11.
Finalmente, el comunismo se desgastó y terminó dando paso a
regímenes capitalistas. Aun así, el recuerdo de la Revolución rusa
sigue asociado a los bolcheviques así como las luchas obreras de
nuestros países a la izquierda marxista. En los últimos años, cientos
de iniciativas vienen recuperando la memoria negada o distorsionada,
y ese es un buen paso. Sin embargo, la principal lección al
conmemorar el centenario debe ser más bien reflexiva: ¿cómo
evitamos que la historia se repita?
La confianza en la bondad del pueblo quedó desmentida en las
varias revoluciones del siglo XX. Resultó evidente que quienes
vivimos en una sociedad de opresión tendemos a reproducirla, nos
sentimos cómodos delegando la toma de decisiones a algún tipo de
autoridad, lo que al final restablece el sistema de dominación (aunque
con reformas y modificaciones). Otro error es pensar que el proceso
histórico avanza a la inminente liberación, vemos más bien que la
10
Técnicamente no fue una guerrilla, pero tuvo un grupo armado que hizo que fuera
visto como tal. Las guerrillas guevaristas de los 60 fueron derrotadas sin lograr
mucho apoyo popular (MIR, ELN).
11
En los años 70 destacan las experiencias del INDEICOC, intentando difundir la
autogestión en las reformas progresistas de la época; y la Organización Horizontal
Obrera (OHO) de Arequipa. Ver (Forero, 2016)
– 141 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
La lucha simbólica
La importancia de la educación y la información son innegables,
pero son campos de batalla complicados. Los marxistas apelaron a
usar las mismas estructuras del sistema para difundir sus ideas, a
ellos les funcionó bien porque en el fondo no buscaban la
transformación total. El caso es que todo el trabajo pedagógico
libertario terminó olvidado gracias a la prédica marxista, que
arrinconó también al feminismo y al indigenismo13. En Perú el
resurgir de estos movimientos fue más tardío que en Bolivia, siendo
ambos países muy similares. El PCP terminó secundando al gobierno
capitalista de Prado y el Apra al ex dictador Odría, sin embargo, la
izquierda crítica se planteó seguir el ejemplo del Che o el camino
chino, en vez de volver la mirada al país, como sí lo hizo el katarismo
boliviano, por ejemplo14.
Es que aquí nos ganaron la batalla simbólica desde una posición
burguesa de ensalzar héroes varones, blancos e intelectuales
(Mariátegui, Haya, el mismo Prada) en desmedro de sus contrapartes
o complementos populares, mujeres e indígenas. Con esto
continuaron las tendencias del peso aplastante de Lima y la herencia
autoritario-gamonal dominante en muchos de nuestros pueblos. El
recuerdo del pasado ―imperial‖ también ayudaba, mientras los
anarquistas rescataban el comunitarismo andino (kapsoli, 1984), los
comunistas resaltaron el control inca, ―el imperio socialista‖ del que
habló Boudin. Haya quiso gestar un partido continental liderado
desde el Perú, así como décadas después Sendero pensaba reorientar
12
La historia lineal ha sido el modelo historiográfico moderno de Occidente, aunque
hoy en día es cuestionada incluso en la propia academia occidental.
13
Si la historia ―oficial‖ de la izquierda peruana reduce la presencia anarquista a
simple antecedente, reduce aún más al feminismo, como simple complemento. Y el
indigenismo es visto muchas veces como desviacionismo localista, alabándolo sólo
en los momentos que se acerca al marxismo.
14
En los años 70 (el mismo periodo en que crecían los PCs peruanos), el katarismo
postuló una ideología indigenista que se apartó del marxismo.
– 142 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
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Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
BIBLIOGRAFÍA
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Análisis político-social sobre la Revolución rusa
LENIN Y LA EXALTACIÓN MAXIFICADA DEL
CAPITALISMO DE ESTADO1
RESUMEN
La influencia y continuación de la socialdemocracia ha sido
nefasta para el proletariado, llevándolo en muchas ocasiones a luchar
y defender intereses que le son ajenos.
Lenin, y los bolcheviques, continuación radicalizada de la
socialdemocracia, lucharon no sólo por crear las condiciones
favorables para el desarrollo del capitalismo en Rusia, sino que
asumieron las tareas de ésta (burguesía). Pretendieron hacer creer que
el socialismo (comunismo) y el capitalismo pueden convivir,
desarrollando un capitalismo de Estado. Un capitalismo mejorado,
fortificado y exportado. Terminando como sus mejores agentes y
represores del proletariado, tanto a escala nacional como a escala
internacional.
1
Texto elaborado en base a extractos de la ponencia: “¿Dictadura del proletariado o
capitalismo de Estado?”, expuesta en el conversatorio: “¡Todo el poder a los
soviets! Por un análisis crítico de la Revolución rusa”. Llevada a cabo el viernes 15
de octubre de 2010 en la Facultad de Ciencias Sociales de la U.N.M.S.M.
Organizada por el Grupo Anarquista de Estudios Sociales (G.A.E.S.). Publicado en
Evohé: Revista de Filosofía, año 3, n° 3, Lima, agosto de 2014, pp. 349-366. Las
correcciones y cambios que se realizaron han sido mínimas para no variar y alterar el
contenido original del texto.
2
Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(U.N.M.S.M.). Bachiller en Filosofía por la Universidad Nacional Federico
Villarreal (U.N.F.V.). Egresado de la Maestría en Psicología Clínica y de la Salud en
la U.N.M.S.M.
– 149 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
I
Para la socialdemocracia la revolución proletaria sólo tenía
sentido y era posible en países desarrollados. Si en Alemania o
Inglaterra la revolución proletaria no se había realizado, no tenía
sentido plantearla en un país atrasado como lo era Rusia. Llevarla a
cabo implicaba (y significaba) aventurerismo, caudillismo,
anarquismo, etc. Su programa general consistía en aliarse y apoyarse
en los sectores progresistas del capitalismo para la realización de las
tareas democrático-burguesas, que en el fondo era la defensa del
capitalismo ya que no había un ataque directo al capital ni se le ponía
en cuestión.
Los bolcheviques, como continuación radicalizada de la
socialdemocracia, llevaron al máximo tal programa. Lucharon no
sólo por crear las condiciones favorables al capitalismo, sino que
asumieron las tareas de ésta, de la burguesía, justificando su accionar
en la necesidad de desarrollar las fuerzas productivas por parte del
proletariado que tenía el control del aparato estatal. Sustituyendo el
antiguo Estado por un Estado capitalista, gigantesco, poderoso y
burocrático.
Sostuvieron la necesidad de una revolución proletaria, asimismo
estuvieron a la cabeza, por así decir, de la revolución. Pero a pesar de
su radicalidad, no rompieron de manera total con la
socialdemocracia. Siguieron fiel al credo de que el capitalismo debe
de desarrollarse sí o sí. Y si no sucede, el proletariado (junto al
campesinado) debe de asumir tal tarea. Tareas burguesas. Que en
táctica y forma cambiaron, pero no en el contenido social de la
revolución, ya que de manera obligatoria se debía de realizar las
tareas democráticas-burguesas.
A comparación de la socialdemocracia, oficial y tradicional, su
discurso y accionar parecía revolucionario, pero no lo fue, sólo servía
para justificar y mejorar al capitalismo (estatal), ya que tenían que
aplicar y desarrollar el programa del enemigo histórico, el de la
burguesía. Capitalismo de Estado que consistía en realizar tareas
burguesas y desarrollar el capitalismo a nombre del proletariado.
Ejemplo de ello fue lo que siguió a la Revolución rusa de octubre en
1917.
– 150 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
II
Lenin, al hacer una supuesta crítica y respondiendo a los
―comunistas de izquierda‖ en el texto Infantilismo “de izquierda” y
la mentalidad pequeñoburguesa3, dice:
[…] comparado con el actual estado de cosas en nuestra República
Soviética, el capitalismo de Estado sería un paso adelante 4. Si dentro de
3
Infantilismo “de izquierda” y la mentalidad pequeñoburguesa. Publicado el 9, 10 y
11 de mayo de 1918 en los números 88, 89 y 90 del periódico Pravda. En LENIN,
V. I. Obras escogidas. Tomo V. Buenos Aires, Editorial Cartago, 1973, pp. 181-211.
4
Las cursivas son propias del texto original, ibíd., p. 192.
– 151 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
– 152 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
8
Ibíd., p. 196.
9
Ibíd., p. 197.
– 153 –
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10
Ibíd., p. 199. Revisar: La catástrofe que nos amenaza y como luchar contra ella.
Escrito entre el 10 y el 14 de setiembre de 1917. En LENIN, V. I. Obras escogidas.
Tomo IV. Buenos Aires, Editorial Cartago, 1973, pp. 257-300.
11
Las negritas son propias del texto original. Infantilismo “de izquierda” y la
mentalidad pequeñoburguesa, op. cit., p. 199.
12
Ibíd., p. 199.
13
Un Estado burgués administrado por obreros. Justificación mitificada para la
defensa y apología del capitalismo de Estado.
– 154 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
III
Después de la revolución proletaria de octubre de 1917, los
bolcheviques se entronizaron en el Estado monopolizando su
dirección, quedando como únicos directores14 e instauradores del
capitalismo de Estado. Los años pasaron, pero ningún tipo de
transformación socialista (o relevante15) le siguió. El sistema
económico social que siguió prevaleciendo (y predominando) fue el
capitalista.
En El impuesto en especie, de 192116, ante el fracaso de la
medida llamada ―comunismo de guerra‖, Lenin plantea: ―como la
última política posible y la única razonable‖, la alternativa de no
[…] tratar de prohibir o de obstaculizar completamente el desarrollo del
capitalismo, sino intentar orientarlo por el canal del capitalismo de
Estado. Esto es económicamente posible, pues el capitalismo de Estado
existe –en una u otra forma, en uno u otro grado– donde quiera que haya
elementos de comercio libre y capitalismo en general 17.
14
Reprimieron de manera sistemática (desde 1918) toda resistencia proletaria, que
después se convertiría en represión contra sus propios miembros. Los puntos
culminantes serían: las masacres en Ucrania, la represión en Petrogrado y la masacre
en Kronstadt. En esta última no sólo se masacró (en masa) a proletarios que no
compartían la política de los bolcheviques (Social revolucionarios de izquierda,
anarquistas, mencheviques…), sino también a militantes de su propio partido, bajo
las ordenes de la dirección bolchevique. Revisar: GRUPO COMUNISTA
INTERNACIONALISTA. La contrarrevolución rusa y el desarrollo del
capitalismo. Buenos Aires, Libros de Anarres, 2009. Gran parte del texto basado en
este libro. Asimismo, para ampliar la información social sobre el tema, revisar:
ARCHINOFF, Pedro. Historia del movimiento machnovista (1918-1921). Buenos
Aires, Editorial Argonauta, 1926. AVRICH, Paul. Kronstadt 1921. Buenos Aires,
Libros de Anarres, 2004. METT, Ida. La comuna de Kronstadt. Crepúsculo
sangriento de los soviets. Barcelona, Ediciones Espartaco Internacional, 2006.
ROCKER, Rudolf. Bolchevismo y anarquismo. Buenos Aires, Editorial Reconstruir,
1959.
15
La medida llamada ―comunismo de guerra‖ y, ante su fracaso, la implantación de
la NEP. Fueron medidas (y métodos) capitalistas que favorecieron el desarrollo del
comercio y de la industria capitalista. No hizo más que afianzar las bases del
capitalismo, para mantenerlo y fortalecerlo bajo el nombre de socialismo.
16
El impuesto en especie, publicado como folleto en mayo de 1921. En LENIN, V. I.
Obras escogidas. Tomo VI. Buenos Aires, Editorial Cartago, 1973, pp. 289-326.
17
Ibíd., p. 305.
– 155 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
– 156 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
que luchar contra él, en 1921 dijo que hay que acogerlo y abrirle las
puertas. Socialismo, capitalismo de Estado y capitalismo privado van
ahora de la mano. Por ende, no hay que poner trabas, ni obstaculizar
el desarrollo capitalista en Rusia, porque ―el capitalismo de Estado
existe donde quiera que haya elemento de comercio libre y
capitalismo en general‖. Planteando la necesidad de llevar a cabo
concesiones al capitalista que ―dirige sus negocios al modo
capitalista‖, dándole todas las facilidades en la obtención, a modo
seguro, de ―beneficios extraordinarios, superbeneficiosos‖. Claro,
todo avalado y regularizado mediante un contrato (―tratado‖) ―con el
gobierno proletario‖21.
Continuando con las alabanzas del capitalismo privado, prosigue:
[…] comparadas con otras formas de capitalismo de Estado dentro del
sistema soviético, las concesiones son quizá la forma más simple,
precisa, clara y definida de capitalismo de Estado. Implica un acuerdo
formal escrito con el capitalismo más civilizado y avanzado de Europa
occidental22.
21
¿Los hechos y sucesos en la actualidad son pura coincidencia o son continuación,
desarrollo y ampliación de lo que ya planteaba, aplicaba e implantaba Lenin y el
PC(b)R?, ¿Los países que se hacen (o hicieron) llamar socialista, son socialistas o
son la continuación, desarrollo y ampliación de lo que ya planteaba, aplicaba e
implantaba Lenin y el PC(b)R?, ¿Los partidos marxistas (socialistas o comunistas)
en sus diversas variantes, son socialistas o son la continuación, desarrollo y
ampliación de lo que ya planteaba, aplicaba e implantaba Lenin y el PC(b)R?
22
El impuesto en especie, op. cit., p. 307.
23
Ibíd., p. 307.
– 157 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
24
Ibíd., p. 308.
25
Ibíd., p. 315.
26
Ibíd., p. 315.
27
Proyecto de tesis sobre el papel y las funciones de los sindicatos bajo la nueva
política económica. Escrito entre el 30 de diciembre de 1921 y el 4 de enero de 1922
y publicado con algunas modificaciones el 17 de enero de 1922 en Pravda, número
– 158 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
IV
Enmarcado ya en una nueva política económica (NEP), que no
representó ni fue una forma diferente (o grado) de socialismo, ni
siquiera el pasaje al comunismo, Lenin y los bolcheviques, al creer
(de manera ilusoria y ficticia) que podían controlar al capitalismo por
medio del control y el dominio del aparato estatal, no hicieron mas
que reconocer, y de manera explícita, el papel que cumplían en el
ejercicio del desarrollo capitalista, acompañado de una manera
implícita en el reconocimiento de que el capital es quien controla al
Estado (así se llame obrero o sea controlado por los obreros o los
dirigentes del partido, etc.) y no a la inversa. No llegaron a controlar,
ni planificar, ni dirigir al capitalismo como pretendieron o hicieron
hacer creer. El capital siguió existiendo, construyendo y
constituyendo la dirección de la sociedad, ejerciendo e implantando
la dictadura. El Estado capitalista no fue destruido, no hubo siquiera
la pretensión ni la intención de destruirlo, sino de reconstituirlo.
En el Informe político del Comité Central al XI Congreso del
PC(b)R29, en 1922, Lenin, haciendo un balance en torno al
capitalismo de Estado, dice:
12. En LENIN, V. I. Obras escogidas. Tomo VI. Buenos Aires, Editorial Cartago,
1973, pp. 370-381.
28
Ibíd., p. 371.
29
Informe político del Comité Central al XI Congreso del PC(b)R. Publicado el 28
de marzo de 1922 en Izvestia del CEC de toda la Rusia, núm. 70, y el 28 y 29 de
marzo en Pravda, núms. 70 y 71. En LENIN, V. I. Obras escogidas. Tomo VI.
Buenos Aires, Editorial Cartago, 1973, pp. 396-440.
– 159 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
– 160 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
V
A modo de conclusión, y retomando la síntesis del libro La
contrarrevolución rusa y el desarrollo del capitalismo, se diría:
32
Ibíd., pp. 420-421.
– 162 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
33
Cf. La contrarrevolución rusa y el desarrollo del capitalismo, op. cit., p. 102.
34
Cf. Ibíd., p.105.
35
Cf. Ibíd., pp. 105-106.
– 163 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
En síntesis:
Lenin y lo bolcheviques pretendieron controlar el capitalismo sin
destruirlo, lo que fue algo ilusorio, reaccionario y
contrarrevolucionario. Pretendieron e hicieron hacer creer que el
socialismo (o lo que ellos llamaban socialismo) tiene algo que ver
con el orden social y económico que se implantaba en Rusia.
Fueron agentes del capitalismo, del Estado burgués (pasado como
socialismo), y represores del proletariado, tanto a escala nacional
como a escala internacional, que desde un principio se pusieron al
lado y al servicio del capital.
***
―La dictadura del proletariado es la dirección de la política por el
proletariado‖36. Por ende a nivel teórico, el proletariado tiene que
controlar y administrar el Estado. Si tiene que controlar y administrar
el Estado tiene que implantar y desarrollar, a como dé lugar, el
capitalismo de Estado. A nivel de la práctica, la dictadura del
proletariado fue que el partido o los dirigentes del partido controlaron
y administraron el Estado, implantando y desarrollando el
capitalismo de Estado, que en sí, fue el capitalismo a secas,
desarrollado (mejorado), fortificado y exportado.
36
El impuesto en especie, op, cit., p. 302.
– 164 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
BIBLIOGRAFÍA
– 165 –
NO HAY COMUNISMO EN RUSIA1
Emma Goldman
I
El comunismo está ahora en boca de todos. Algunos hablan con
exagerado entusiasmo de los nuevos convertidos al comunismo, otros
hablan con miedo y condena como si se tratara de una amenaza
social. Pero yo estoy casi segura de que ni sus admiradores –la gran
mayoría de ellos– ni aquellos que lo denuncian tienen una idea muy
clara de lo que realmente es el comunismo bolchevique.
En términos generales el comunismo es el ideal de igualdad y
fraternidad humana. Se considera a la explotación del hombre por el
hombre como la fuente de toda esclavitud y opresión. La desigualdad
económica conduce a la injusticia social y es el enemigo del progreso
moral e intelectual. El comunismo tiene como principio la creación
de una sociedad donde las clases hayan sido abolidas como resultado
de la propiedad en común de los medios de producción y
distribución. Se enseña que solo en una sociedad sin clases, de vida
solidaria y comunitaria se podrá disfrutar de la libertad, la paz y el
bienestar.
Mi propósito es comparar esta forma de entender el comunismo
con la forma en que es aplicado en la URSS. Pero tras finalizar mi
evaluación se hace imposible continuar hablando de comunismo en
Rusia. En los hechos, no existe comunismo en Rusia, ni un solo
principio, ni un solo elemento de sus enseñanzas, ha sido aplicado
por el partido comunista.
1
Traducción realizada al español por Jesús Jiménez, para el primer número de la
presente revista, en base al texto: ―There is no communism in Russia‖, publicado por
primera vez en The American Mercury, volumen XXXIV, n° 136, abril de 1935, pp.
393-401. Se consultó también la versión: Red Emma speaks: an Emma Goldman
reader. Third edition. Humanity Books: New York, pp. 405-420. Asimismo, las
traducciones en francés de ―Le communisme n‘existe pas en Russie‖ aparecida en la
revista Ni patrie ni frontières y la editada por Zanzara Athée, Il n’y a pas de
communisme en Russie. (N. del T.)
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Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
– 168 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
II
Nos permitiremos ahora explorar la producción y el consumo en
todos sus niveles de existencia. Podría ser que hablemos de algún
grado de comunismo, lo que justificaría que utilicemos el término
comunista para describir la vida en Rusia, por lo menos en lo que se
refiere a algunos aspectos.
Ya se ha señalado que la tierra y la maquinaria de producción son
propiedad del Estado. Los métodos de producción y de cuantificación
de lo que debe ser producido por cada industria, en cada taller, cada
fábrica, cada usina son determinados por el Estado, por el gobierno
central - por Moscú - a través de sus diferentes órganos.
Ahora Rusia es un país de una amplia extensión, que cubre la
sexta parte de la superficie de la tierra, cuenta con una población de
165 millones de habitantes, está compuesta de numerosas repúblicas,
varias razas y naciones, cada región tiene sus propios intereses y
necesidades particulares. Sin duda, la planificación industrial y
económica es vitalmente necesaria para el bienestar de la comunidad.
El verdadero comunismo - la igualdad económica entre las personas,
y entre las personas y las comunidades - requiere la mejor y más
– 169 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
– 170 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
III
Observemos ahora como el comunismo ―bolchevique‖ afecta la
vida de las masas y de los individuos.
Algunos ingenuos creen que al menos algunas características del
comunismo han sido introducidas en el modo de vida del pueblo
ruso. Yo desearía que fuera cierto, pero esto no es más que una
promesa de un desarrollo potencial a largo plazo. Lamentablemente,
en ninguno de los aspectos de la vida soviética, ni en las relaciones
sociales, ni en las individuales han tratado de aplicar los principios
comunistas, en ningún aspecto o forma. Como lo he dicho
anteriormente, el solo hecho de sugerir que el comunismo puede ser
libre y voluntario es un tabú en Rusia, y se le mira como un contra-
revolucionario y se le acusa de alta traición contra el infalible Stalin y
el sacro santo partido ―comunista‖.
Y aquí no hablo de comunismo libertario o anarquista. Lo que
afirmo es que en la Rusia soviética no existe comunismo, ni si quiera
el comunismo autoritario o de Estado. Echemos un vistazo a los
hechos de la vida cotidiana en Rusia.
La esencia del comunismo, incluso del tipo coercitivo, es la
ausencia de las clases sociales. La introducción de la igualdad
económica es su primer paso. Esta ha sido la base de todas las
filosofías comunistas, aunque han diferido en otros aspectos. El
– 171 –
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
– 173 –
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
IV
¿Y hoy?, ¿este ―comunismo‖ ha cambiado su naturaleza?, ¿el
―comunismo‖ actual es diferente del de 1921? A mi pesar, debo decir
que, a pesar de todos los cambios ampliamente anunciados y las
nuevas políticas económicas, el ―comunismo‖ bolchevique es
esencialmente el mismo que en 1921. Hoy el campesinado en la
Rusia soviética está totalmente desposeído de la tierra. Los sovkhozi
son granjas del gobierno en las que el campesino trabaja como
jornalero, igual que el hombre en la fábrica. A esto se le conoce
como la ―industrialización‖ de la agricultura, ―transformando a los
campesinos en proletarios‖. En el kolkhoz la tierra pertenece solo
nominalmente al pueblo, realmente es propiedad del gobierno. Este
último puede, en cualquier momento, - a menudo lo hace - requisar a
los miembros del kolkhoz para que trabajen en otras partes del país o
exiliar a aldeas enteras por desobediencia. Los kolkhoz son
trabajados colectivamente, pero el control del gobierno sobre ellos
equivale a expropiación. Fija los impuestos según su voluntad;
establece el precio que desea pagar por los cereales y otros productos,
y ni el campesino individual ni el pueblo soviético tienen voz en este
asunto. Bajo la máscara de numerosos gravámenes y préstamos
obligatorios del gobierno, se apropia de los productos de los kolkhoz
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
V
Todas estas características se encuentran en el sistema soviético
actual. Es una ingenuidad imperdonable, o una hipocresía aún más
imperdonable, pretender - como lo hacen los apologistas
bolcheviques - que el servicio de trabajo forzado en Rusia es ―la
autoorganización de las masas para fines de producción‖.
Es extraño decir que he conocido personas aparentemente
inteligentes que afirman que con estos métodos los bolcheviques
―están construyendo el comunismo‖. Aparentemente, ellos creen que
la construcción consiste en la destrucción despiadada, física y
moralmente de los mejores valores de la humanidad. Hay otros que
pretenden pensar que el camino hacia la libertad y la cooperación se
logra a través de la esclavitud laboral y la represión intelectual.
Según ellos, inculcar el veneno del odio y la envidia, del espionaje
universal y el terror, es la mejor preparación para la hombría y el
espíritu fraterno del comunismo.
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
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– 181 –
Tinta Negra, año I, n° 1, 2018
REFERENCIAS
Referencia principal:
Goldman, E. (1935) ―There is no communism in Russia‖, en: The
American Mercury, abril de 1935, n° 136, pp. 393-401. Recuperado
el 30 de octubre de 2017 de: http://www.unz.org/Pub/AmMercury-
1935apr-00393
Referencias secundarias:
Goldman, E. (2017). Il n’y a pas de communisme en Russie
[Brochure]. Paris: Zanzara Athée. Recuperado el 30 de octubre de
2017 de: https://infokiosques.net/lire.php?id_article=1452
Goldman, E. (2002) ―Le communisme n‘existe pas en Russie‖, en: Ni
patrie ni frontières, septiembre de 2002, n° 1, pp. 21-27. Recuperado
el 30 de octubre de 2017 de:
http://mondialisme.org/IMG/pdf/no_1.pdf
Goldman, E. (1998). ―There is no communism in Russia‖, en: E.
Goldman. Red Emma Speaks: An Emma Goldman Reader. Third
edition. New York: Humanity Books, pp. 405–420. Recuperado el 30
de octubre de 2017 de:
https://libcom.org/files/Red%20Emma%20Speaks.pdf
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Memoria e historia
LA DACHA ANARQUISTA
Renzo Forero1
[email protected]
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
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MEMORIA
«вниз с войной!»1
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LAS VOCES ANARQUISTAS DEL PERÚ Y LA
REVOLUCIÓN RUSA
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
¡Anarquistas!5
El gran movimiento revolucionario que se viene realizando en
Rusia, debe preocuparnos bastante. No es un movimiento que
debemos mirar contemplativamente, sino estudiar su desarrollo,
alentarlo, procurando que las masas no estén desprevenidas ante los
grandes acontecimientos que, posiblemente, deben desarrollarse en
toda Europa.
Los revolucionarios rusos, por cablegramas publicados en los
diarios locales, hacen un llamado de solidaridad a los revolucionarios
de América. ¿Y cómo responderles? Actuando, procurando que a las
ideas sucedan las acciones.
Demasiado sabemos que la revolución social es un problema
internacional que deben resolverlo todos los países civilizados.
También sabemos que la revolución social no se organiza ni se
decreta a plazo determinado, sino que es el resultado de un evolutivo
periodo de gestación, que puede encontrar el momento propicio para
estallar, en uno u otro pueblo, en la descomposición aguda del
sistema político actual y en el levantamiento de los pueblos
hambrientos y oprimidos.
Por esto, en todo tiempo es necesario la organización y agitación
constante de los libertarios, porque, a más de acelerar el proceso
evolutivo de la revolución, mantiene la unidad de acción y de miras
del elemento ácrata.
Organizar y encausar todas las fuerzas vitales del pueblo, de las
que se aprovechan las sectas religiosas y los bandos políticos, es
hacer algo por el triunfo de nuestras ideas. Pero entre nosotros,
5
―Anarquistas‖. La Protesta, Lima, Año VII, n°63, marzo de 1918.
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Editorial6
Gritos de libertad se escuchan por todas partes. Un temor de
perderlo todo invade el mundo capitalista. Las clases laboriosas
tantas veces sojuzgadas y burladas en sus aspiraciones, comienzan
por su propia cuenta a marcar el derrotero de la humanidad hacia un
6
―Editorial‖. Armonía Social, Lima, Año I, n°5, enero de 1921.
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La experiencia enseña7
Hubiéramos querido que ―unos compañeros‖, en vez de
escribirnos tan largamente, pretendiendo impugnar nuestra posición
netamente anarquista, hubieran provocado una reunión libertaria para
discutir y dilucidar ciertos puntos nebulosos y débiles que ―unos
compañeros‖ sostienen para defender su ―evolución‖ al
maximalismo. Pero, ya que nos han escrito –haciendo honor al
anónimo– trataremos de concretar su forzada argumentación en estos
tres puntos:
1°- Que no es conveniente combatir al maximalismo porque así
hacemos una labor parecida a la de la burguesía.
7
―La experiencia enseña‖. La Protesta, Lima, año XII, n° 118, octubre de 1923.
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RESEÑAS
LA REVOLUCIÓN DESCONOCIDA DE VOLIN
Editorial Proyección, Buenos Aires, 1977.
1
Integrantes del ―Círculo de Estudios por la Revolución Social‖. Por el rescate y
estudio de experiencias emancipatorias y revolucionarias en los cinco continentes.
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– 206 –
Revista Anarquista de Estudios Sociales
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RECENSIÓN SOBRE EL LIBRO LOS JURISTAS DEL
HORROR DE INGO MÜLLER
Editorial ACTUM, Caracas, 2007.
Diego Haller1
[email protected]
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
– 211 –
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A PROPÓSITO DE LA PRENSA ANARQUISTA DE LIMA Y
LA MASACRE DE HUACHO DE 1917
Editorial Apátrida, Lima, 2017.
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
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RESEÑA DE PSICOLOGÍA DE LA VIOLENCIA POLÍTICA
DE EMMA GOLDMAN
Editorial Mother Earth, New York & London, 1910.
Jesús Jiménez1
1
Jesús Jiménez J., psicólogo y militante anarquista, ha traducido ―El anarquista‖
(1902) de Reclus
(https://anarquismoenpdf.tumblr.com/post/148762511313/%C3%A9lis%C3%A9e-
reclus-el-anarquista); ―Anarquismo, Poder, Clase y Transformación Social‖ de
Felipe Correa (http://www.portaloaca.com/pensamiento-libertario/textos-sobre-
anarquismo/10665-anarquismo-teoria-e-ideologia-principios-y-estrategias.html); ―La
Distinción entre las Categorías Ciencia y Doctrina/Ideología en la Obra de Errico
Malatesta‖ de Felipe Correa (https://www.anarkismo.net/article/26633) y;
―Psicología de la violencia política‖ de Emma Goldman
(https://es.scribd.com/document/60461817/PSICOLOGIA-DE-LA-VIOLENCIA-
POLITICA).
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2
Su nombre original es Mother Earth.
3
Primera edición en 1910, segunda edición en 1911 y tercera edición en 1917.
4
Esta versión fue traducida por mí para ser discutida en el Curso de Psicología
Política de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos; además difundida entre algunos anarquistas de Lima.
5
Se toma como fuente principal la primera versión aparecida en 1910: ―The
psychology of political violence‖ en Anarchism and other essays, New York &
London: Mother Earth.
6
Era un anarquista alemán, fue uno de los mayores difusores de la propaganda por el
hecho, fue influenciado originalmente por Marx, Liebknecht‘s y Lasalle, realizó un
resumen de El capital en 1873, el cual fue corregido y revisado en su segunda
edición por los propios Marx y Engels. Tras su migración a los Estados Unidos entra
en contacto con los anarquistas, lo que lo acerca políticamente a ellos. Fue difusor de
la propaganda por el hecho como estrategia de lucha, influenció a Berkman y
Goldman.
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
7
Hamón realizó estudios de psicología colectiva, entre ellos su interesante trabajo
sobre la psicología del socialista anarquista. Sus estudios se caracterizan por su nivel
de detalle y por recurrir a fuentes primarias y secundarias analizadas
cualitativamente.
8
Debido al atentado organizado por la policía en perjuicio de obreros, socialistas y
anarquistas que terminó con la ejecución de algunos trabajadores, el movimiento
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
13
De hecho, la expresión genética depende de las condiciones de vida, lo que se
conoce como epigenética.
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REFERENCIAS
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Revista Anarquista de Estudios Sociales
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IRENE SALVADOR GRADOS. LA HUELGA DE 1917 EN
HUACHO (2A ED.) DE FILOMENO ZUBIETA
Huacho: Gráfica Imagen, 2017.
Efrain Huamanchahua
1
Zubieta, Filomeno (1988). Irene Salvador. La huelga de 1917 en Huacho. Huacho:
Ediciones 14 de junio.
2
Carlessi, Carolina (1984). Mujeres en el origen del movimiento sindical. Crónica
de una lucha, Huacho, 1916-1917. Lima: Lilith Ediciones, Tarea. Carmona Bazalar,
Manuel (1994). La masacre por las ocho horas en la historia de Huacho. Huacho:
Familia Carmona.
3
Zubieta, Filomeno (2016). Las luchas sociales en el Perú. Huacho 1916-1917.
Huacho: Gráfica Imagen.
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4
Periódico anarquista de Lima (1911-1926), sostenida por el grupo ―Luchadores por
la Verdad‖, el cual recogerá las diversas demandas e inquietudes de los trabajadores,
contribuyendo en la organización y el desarrollo de la consciencia de clase.
5
Revisar nuestra compilación: Huamanchahua, Efrain y Pillaca, Eduardo (2017)
(Comps.). La prensa anarquista de Lima y la masacre de Huacho de 1917. Lima:
Editorial Apátrida.
6
En esta huelga se conseguirá la jornada laboral de ocho horas. Sin embargo, no se
llegará a aplicar ante la negativa de los hacendados y ante la persecución y
encarcelamiento posterior de los huelguistas.
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7
Número de 8 páginas en homenaje a los caídos en la masacre de Huacho. El 50 %,
después de cubierto los gastos de impresión, fue destinado a los huérfanos y viudas
de los fallecidos.
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CÓMIC
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