Mejoramiento Genético
Mejoramiento Genético
Mejoramiento Genético
Introducción
Para lograr esos objetivos deben buscar plantas, cultivadas o silvestres, que posean las
características deseadas y cruzarlas con las variedades que quieren mejorar. Así,
obtendrán un gran número de semillas con diferentes combinaciones genéticas
(población) desde donde poder seleccionar, en las próximas generaciones, las
combinaciones más interesantes.
Las técnicas empleadas para la selección dependerán del tipo de reproducción del cultivo,
es decir si es autógamo, alógamo o de reproducción vegetativa, y de las características
que se quieran mejorar; aunque existen tres pasos generales que se deben seguir:
El fitomejorador necesita obtener toda la información posible acerca del cultivo que va a
mejorar y de las condiciones socioeconómicas del medio donde se van a utilizar los
nuevos cultivares. Debe construir un programa consistente de largo alcance, "vivir" con
su cultivo, "'amar un poco" sus selecciones, variedades o híbridos pero sin
sobredimensionarlos porque probablemente no son tan buenos como él cree. Además
debe ser receptivo y hacer que los resultados lleguen a la comunidad. Algunos
fitomejoradores casi nunca entregan genotipos mejorados porque siempre esta n
esperando producir la "mejor" variedad o el "mejor" híbrido. Se debe pensar que el
fitomejoramiento implica un proceso de avances progresivos y que por lo tanto esto no
va a ocurrir. Se debe entregar al público, la variedad o híbrido mejorado (aunque no el
"mejor") para su uso y beneficio. La sociedad no se beneficia de los materiales mejorados
que permanecen guardados en los centros experimentales.
Aunque los procedimientos de selección deben haberse hecho más eficientes a medida
que la agricultura desarrollaba, lo más probable es que las grandes diferencias que ahora
se notan entre las plantas cultivadas y sus parientes silvestres, hayan sido producto de la
adaptación a un medio más controlado y a otros procesos naturales, más que a la
aplicación de métodos eficientes de selección. El mejoramiento de cultivos hasta llegar a
las formas que actualmente conocemos, tiene que haberse realizado con la aplicación de
alguna forma de selección.
Todos los métodos tienen como objetivo seleccionar los mejores genotipos dentro de una
población, o crear genotipos nuevos con características previamente definidas. Todos los
métodos están diseñados, para en mayor o menor grado:
6. Controlar el efecto del ambiente, de la interacción genotipo por ambiente y del error
experimental, para mejorar la heredabilidad.
Las evidencias históricas de la selección de plantas para producir cultivares antes del siglo
XX son muy escasas. Se sabe que los chinos desarrollaron variedades mejoradas de arroz
hace 6000 años. La existencia de semillas especialmente guardadas en tumbas de culturas
que creían en la continuidad de la vida, es la mejor evidencia del valor que tenía la semilla
en esas culturas.
En 1766, Köelreuter hizo una serie de contribuciones en ese campo: observó esterilidad
en cruzas interespecíficas de Nicotiana; describió el polen y formas de polinización eólica
y entomófila; descubrió el vigor híbrido en la F1. Los resultados con relación al vigor
híbrido fueron corroborados por Beal en los Estados Unidos, cruzando variedades de
maíz. En 1878, este investigador sugirió el uso de híbridos intervarietales de maíz. En el
mismo país, en 1906, East y Shull, describen la depresión por endocría en maíz y la
heterosis que restituye el vigor en las cruzas entre líneas endocriadas. En 1917, Jones
propone la formación de híbridos dobles, y se inicia la producción de híbridos de maíz
que revolucionaron la agricultura de los Estados Unidos.
En 1921, Wright publicó una serie de trabajos sobre sistemas de apareamiento y sentó las
bases teóricas del fenómeno de endocría. Ya en esa época estaba perfectamente definido
que los caracteres que se heredaban en forma cuantitativa tenían una base mendeliana. En
1918, Fisher en Inglaterra había publicado su trabajo titulado: "La correlación entre
relacionados bajo la suposición de herencia mendeliana." La aplicación de la Estadística
Experimental en la solución de problemas genéticos que desarrolló Galton en Inglaterra
a fines del siglo XIX, confirmó la creencia de que los factores responsables de la herencia
se mezclaban en el híbrido, en contraposición a los descubrimientos de Mendel. En 1906,
Nilsson Ehle publicó un artículo en el que expuso la dificultad de obtener buenos
genotipos por simple selección dentro de una población, recomendando los cruzamientos
artificiales como el mejor modo de combinar varios caracteres deseables. Anteriormente
Nilsson Ehle había probado que un carácter que aparentemente era gobernado por factores
que se mezclaban en el híbrido y mostraban una variación continua, era gobernado por
tres pares de genes mendelianos con efectos aditivos. Este investigador consideró la
utilización de la segregación transgresiva como un método de Mejoramiento.
En 1856, Gregor Mendel publicó los resultados de sus investigaciones que dan lugar a las
leyes que llevan su nombre, pero ellas no se usaron para explicar la eficiencia de los
métodos o para crear nuevos, hasta que su trabajo se redescubrió en 1900, cuando el
holandés De Vries, el alemán Correns, y el austriaco Tschermak, publicaron experimentos
similares a los de Mendel, y se dieron cuenta de la importancia de ellos. En 1901, De
Vries y Tschermak, visitaron la Estación Experimental de Svalöff en Suecia, y contaron
a los mejoradores sobre sus investigaciones que corroboraron los resultados de Mendel.
Ese momento puede considerarse como el inicio del uso de los conceptos de Genética en
el Mejoramiento de las Plantas.
Muy rápidamente se desarrolló la ciencia de la genética y su aplicación en el
mejoramiento. En 1903 el danés Johannsen propuso el concepto de la "línea pura", y se
definió: "genotipo y fenotipo". La conclusión de que la selección en base a las diferencias
fenotípicas dentro de una línea pura es ineficiente, fue el punto de partida para la búsqueda
de métodos que distinguen claramente entre genotipo y fenotipo.
El método de Retrocruzas fue aplicado en las plantas en 1920 por Harlan y Pope. Sin
embargo, se considera que un método similar se aplicaba en mejoramiento animal, aun
antes del redescubrimiento de las leyes de Mendel; podemos concluir que todos los
métodos tradicionales de mejoramiento aplicados en plantas autógamas: selección masal,
línea pura, prueba de progenies y retrocruzas, existían ya antes de las leyes de Mendel.
Sin embargo, muchas modificaciones se desarrollaron después, que hicieron mucho más
eficiente los métodos, no sólo para lograr un mejoramiento más rápido sino para
conservar la variabilidad en el proceso de selección, o restaurarla si fuese necesario. La
sugerencia de Nilsson-Ehle de usar la segregación transgresiva, se puede considerar como
el punto de partida del método genealógico o de pedigree. Él mismo en 1908 inició en
Svaloff la aplicación del método del Bulk. Mucho después se idearon algunas
modificaciones, como el "Single Seed Descent".
A pesar del éxito logrado por Vilmorín en remolacha azucarera, los métodos de
mejoramiento aplicados en alógamas fueron muy poco eficientes, sobre todo cuando se
aplicaron para mejorar caracteres de baja heredabilidad. La utilización de la heterosis en
maíz cubrió con creces esa ineficiencia.
Los avances logrados en la producción de alimentos a partir de 1900 han sido progresivos
y, sin duda sorprendentes para beneficio tanto de los agricultores como de los
consumidores. El mejoramiento vegetal ha dado origen a variedades o híbridos cada vez
más productivos con mayor resistencia a hongos, bacterias, virus, insectos, frío, calor,
sequía, acidez, salinidad, y con gran adaptación a las diferentes condiciones en donde es
posible el desarrollo de la agricultura.
A finales del siglo XIX, las variedades de remolacha azucarera contenían alrededor del
9% de azúcar; hoy existen variedades con más del 20%. En la década de 1940, las
variedades de girasol contenían alrededor del 30% de aceite, mientras los híbridos
actuales contienen 50%, y algunas líneas poseen más del 60% de aceite. En la primera
mitad del siglo XX, el rendimiento máximo del maíz era de 5.0 T/ha en Estados Unidos
y en Europa; el rendimiento máximo actual excede las 20.0 T/ha. Las variedades de trigo
de las décadas de 1960 y 1970 rendían entre 6.0 y 8.0 T/ha; actualmente las nuevas
variedades exceden las 10:0 t/ha. Similares resultados se han logrado con muchos otros
cultivos. En el Cuadro 1 se presenta el rendimiento máximo alcanzado y la relación entre
el rendimiento máximo y el rendimiento promedio para algunos cultivos; en él se pueden
observar las ganancias espectaculares obtenidas por el uso de nuevas variedades
acompañadas de factores ambientales favorables.
Además se han producido desarrollos portentosos en una gran cantidad de cultivos tales
como hortalizas, frutales, ornamentales y especies industriales (caña de azúcar, café,
palma africana, algodón, caucho, etc.).
Los resultados del fitomejoramiento han sido extraordinarios, especialmente para que el
mundo pueda tener alimento y materias primas para la industria. Ninguna actividad ha
sido, es y será tan lucrativa para un país como el mejoramiento genético de plantas y
animales.
En el Perú, podemos preciarnos de ser herederos de la gran Cultura Inca y Pre-Inca, donde
seleccionaron especies vegetales de gran valor nutritivo para las diferentes condiciones
ambientales. Sin embargo, no tenemos la certeza de la metodología seguida para obtener
las variedades que muchas de ellas perduran sin ser superadas por las tecnologías actuales;
ejemplo el maíz (Zea mays) gigante Blanco Urubamba, maíz dulce para cancha Chullpi,
pallar (Phaseolus lunatus L.) gigante criollo, el chocho o tarwi (Lupinus mutabilis Sweet)
de alto contenido proteico y de aceite, cultivado sobre los 3000 msnm, el frijol (Phaseolus
vulgaris L.) reventón tipo ñuña o numia. También tenemos las especies como
Chenopodium quinoa Willd. (Quinua), Lepidium meyenii Walp. (Maca) cultivado a 4000
msnm, Chenopodium pallidicaule (cañihua), Amaranthus caudatus L. (kiwicha),
Amaranthus sp. (Atacjo, ataco, ataco casha, yuyo, jetka), todas estas especies de gran
valor nutritivo. Sería de gran importancia colectar informaciones básicas sobre el proceso
desarrollado en el mejoramiento por los antiguos agricultores andinos para desarrollar
estas especies.
Dada la importancia de la papa (Solanum tuberosum) a nivel mundial, se acordó realizar
el secuenciamiento del genoma de la papa. Un grupo de 18 países se encargan de este
trabajo liderado por la Universidad de Wageningen-Holanda. En América Latina, Brasil,
Chile y Perú se encargan del estudio del cromosoma 3. En el Perú, la Universidad Peruana
Cayetano Heredia (UPCH), conjuntamente con el Centro Internacional de la Papa (CIP)
son los encargados de este trabajo. Para este estudio se usó como progenitores Solanum
tuberosum di-haploide y Solanum phureja doble monoploide, para secuenciar y
ensamblar un genoma de 844 megabases. Las seudomoléculas construidas de cada uno
de los doce cromosomas anclaron genéticamente 623 megabases o sea el 86 % del
genoma. Se identificaron 2 619 loci; algunos identificaron proteínas que son la base para
resistencia a enfermedades. Esos genes se identificaron y mapearon en Solanum phureja.
Los genes que codificaron proteínas, representando todos los principales tipos de tejido,
estados de desarrollo y respuestas a estreses bióticos y abióticos, abren muchas
posibilidades para solucionar problemas de esos estreses con medios genéticos.
También hay productos que aclaran el origen de la papa y las relaciones con otras
especies. La divergencia entre la papa y la uva ocurrió hace 89 millones de años y la
divergencia entre las dos principales ramas de las dicotiledóneas ocurrió hace 185 ± 55
millones de años. La secuencia de genes conservativos a través de las especies, por
ejemplo entre papa y tomate es notable; seguramente que ese fenómeno se debe presentar
también con otras Solanáceas. Las herramientas bioinformáticas que se han creado en ese
proyecto para descubrir genes usando las secuencias genómicas de la papa, es un producto
tecnológico que será usado también para generar herramientas similares para otras
especies.
Durante la Colonia se introdujeron especies tales como el trigo (Triticum aestivum L.),
cebada (Hordeum vulgare L.), arroz (Oryza sativa L.), entre otros, que se adaptaron y
forman parte de la dieta diaria del poblador peruano. Actualmente se va dando prioridad
a cultivos de exportación pero que todavía en muchos casos, falta desarrollar tecnologías
para cumplir los requerimientos de calidad de exportación. Mediante estudios
biotecnológicos se vienen analizando las propiedades funcionales y nutritivas de los
cultivos nativos alto andinos.
El impacto del maíz híbrido en la economía de los EEUU, fue impresionante en los
primeros 25 años de desarrollo. En 1955 se estimó que la inversión anual de US$ 2.8
millones, producía un retorno neto anual de US$ 230 millones; la inversión en
investigación en la producción de híbridos, una actividad netamente de mejoramiento
genético, produjo un retorno por año de 700 %.
En 1987 – 1989, los nueve productos del CIAT, CIMMYT y CIP generaron ganancias de
$ 26.6 mil millones sobre la inversión en tierra, mano de obra y capital. Los economistas
estimaron que un agricultor promedio latinoamericano gana $ 640 por año, lo que permite
pensar que por lo menos 41.5 millones de personas viven de estos cultivos. Estos
productos aportan directamente 59 % de las calorías y 75 % de la proteína que consume
los pueblos de esta región. “Los científicos de los Programas Nacionales de Investigación
y de los Centros Internacionales colaboraron en la investigación que llevó al aumento en
la producción y, posteriormente, a la reducción del precio de estos alimentos en las
ciudades”, dice el Dr. Willem Janssen, coordinador del estudio y vinculado al CIAT hasta
hace poco. “En consecuencia, atribuimos el 50 % de las ganancias a la investigación
nacional. Con esta distribución, las tasas de retorno para la investigación realizada por los
centros en el mejoramiento de los principales cultivos de América Latina (maíz, arroz y
trigo) oscilaron entre 50 % y 70 %”.
Actualmente, el CIAT, el CIMMYT y el CIP dirigen su atención no solo al mejoramiento
de cultivos, sino también a la biotecnología y al manejo de los recursos naturales, una
estrategia para desarrollar sistemas agrícolas productivos y ambientalmente sanos que
protejan los ecosistemas frágiles del trópico latinoamericano, amenazados por el uso
agresivo de la tierra. La investigación postcosecha y de mercadeo ha aumentado la
disponibilidad de alimentos para los consumidores urbanos y ha abierto nuevos mercados
para los agricultores.
La cebada (Hordeum vulgare L.) se cultiva en el Perú sobre los 3000 msnm en terrenos
marginales, climas adversos y con tecnología rudimentaria. Bajo estas condiciones se
requiere mejorar su productividad, haciendo necesario el desarrollo de variedades
mejoradas de este cultivo. Es así que el Programa de Cereales y Granos Nativos de la
UNALM inicia sus trabajos en 1971 asociado con las empresas industriales de este rubro,
con el objeto de mejorar la producción y la productividad de la cebada en el Perú. Este
esquema de trabajo conjunto ha permitido el desarrollo de las variedades Zapata 588,
UNA 80, UNA 8270, Yanamuclo, Buenavista, UNA La Molina 94 (Mejorada), UNA La
Molina 95, UNA La Molina 96 y Centenario que hoy se siembran en el 90 % del área
nacional, que para el año 2003 fue de 135 963 has. Con estas nuevas variedades el
rendimiento promedio nacional ha aumentado de 800 kg/ha en el año 1978 a 1296 kg/ha
en el año 2003, equivalente al 62 % de incremento. El rendimiento potencial se
incrementó de 1500 a 2000 kg/ha con la variedad Zapata, de 4500 a 6000 kg/ha con la
variedad UNA La Molina 96 y la variedad Centenario. En los departamentos Junín,
Huancavelica y Ayacucho que tienen influencia directa del Programa de Cereales-
UNALM, los rendimientos sobrepasan los 4000 kg/ha es decir 350 % más que el
rendimiento promedio nacional. Se incrementan 8 además las ganancias del agricultor; si
consideramos el promedio nacional del año 1978 igual a 855 kg/ha y el año 2003 de 1283
kg/ha, el incremento de rendimiento será igual a 496 kg/ha como efecto de la aplicación
de métodos de mejoramiento; dándole un valor monetario sería igual a US$ 73.4 por
hectárea cultivada. La ganancia económica por el uso de las variedades mejoradas es igual
a US$ 9 979 684.2 anuales a nivel nacional. También se incrementa el empleo de mano
de obra en 10 jornales adicionales por hectárea con el uso de variedades mejoradas, en
relación al uso de las variedades tradicionales donde se utiliza 20 jornales desde la
siembra a la cosecha.
Los estudios del CIAT mostraron que estas semillas de P. vulgaris tienen un efecto
significativamente adverso sobre la biología de los insectos y su capacidad de sobrevivir
después de la reproducción (antibiosis). El número de gorgojos adultos que emergen de
las larvas dentro de la semilla se reduce drásticamente, y se retrasa su etapa reproductiva
en el ciclo de vida. Además, sus descendientes son marcadamente pequeños. En
accesiones altamente resistentes las colonias de insectos ni siquiera pueden desarrollarse
y mueren a las dos o tres generaciones. Mientras se hacía esta investigación en el CIAT,
científicos de un proyecto colaborativo en la Universidad de Wisconsin identificaban una
proteína presente solo en las accesiones resistentes al brúchido. Esta se llamó "arcelina'"
en honor a Arcelia, un pueblo de México en cuyas cercanías se encontraron las accesiones
silvestres. Se supuso que dicha proteína es el factor responsable de la resistencia a los
brúchidos. El CIAT ensayó muchas accesiones con fines de mejoramiento, con o sin
presencia de arcelina. Todas aquellas proteínas positivas en arcelina fueron resistentes a
Z. Subfasciatus. Se hicieron semillas artificiales con harina de una variedad susceptible a
la cual se le añadió arcelina purificada en cantidades crecientes. Estas semillas preparadas
fueron probadas por su resistencia a Z. subfasciatus. A medida que la concentración de
arcelina en la semilla aumentaba, el ciclo de vida se prolongaba y el porcentaje de adultos
se reducía drásticamente. Después de confirmar esta relación se inició la evaluación de
técnicas para detectar la proteína en las primeras poblaciones segregantes. Ahora se la
puede detectar por electroforesis, pruebas serológicas (placas de Ouchter lony), y pruebas
ELISA. Estudios iniciales en el CIAT, la Universidad Estatal de Michigan y el Instituto
de Nutrición de 9 Centroamérica y Panamá (INCAP), Guatemala, indican que la arcelina
no tiene efectos adversos sobre el crecimiento o metabolismo de ratas que las consumen
en forma de frijoles cocidos, lo cual probablemente indica lo mismo en humanos. El CIAT
continúa desarrollando líneas avanzadas de material resistente a ambos brúchidos en tipos
de granos aceptables al consumidor. Estas líneas serán evaluadas en la red internacional
de germoplasma. Las variedades que resulten resistentes tendrán un gran impacto sobre
el problema de los gorgojos en África y América Latina. Investigaciones paralelas en la
Universidad de Durham and Natural Resources Institute, Reino Unido, sugieren que el
factor responsable por la resistencia a A. Obtectus es probablemente una glicoproteína
presente en las accesiones silvestres resistentes a una especie. Los científicos están
tratando de caracterizar y aislar este componente para desarrollar una prueba sencilla de
diagnóstico de su presencia en el frijol.
Dentro del área de mejoramiento genético de plantas igualmente se han hecho avances
muy importantes en cuanto al mejoramiento de calidad de las proteínas de las plantas
cultivadas en años recientes. El descubrimiento del gen mutante opaco-2 ha permitido
producir variedades de maíz con el doble de concentración de lisina y triptofano que los
maíces normales. En Etiopía existe una variedad de cebada denominada “high proly", que
contiene el doble de lisina que la cebada ordinaria y en el caso del algodonero se han
logrado producir variedades sin gosipol, que es un principio tóxico que impedía la
utilización de la pasta de semilla de algodonero en la alimentación humana. Actualmente
se cuenta con plantas que tienen gosipol en la planta pero no en el grano.
Para la zona de Huallaga Central, el INIEA liberó la variedad PA-2, más resistente al
Cercospora orizae y al volcamiento que CICA 8. Además se aplicó un sistema de siembra
directa en el lodo, utilización de agroquímicos (herbicidas) y de segadoras pequeñas, entre
otras innovaciones. Mientras que en 1982 se produjeron 30 000 t en la zona de Alto Mayo,
en 1984 se duplicó la producción a 60 000 t.
Según la proyección en 1987 la zona produciría 180 000 t o sea tres veces el nivel actual
de producción. Igualmente en la zona del Huallaga central se produjeron 25 000 t en 1984,
mientras que en 1982 se había producido sólo 10 000 t. El pronóstico para 1987 fue una
producción de 90 000 t. En conjunto, los técnicos calcularon que la producción de las dos
zonas alcanzarían las 300 000 t para 1987, cantidad que representó aproximadamente un
30 % de la producción total del país.
El impacto logrado por este proyecto en tan corto plazo es un ejemplo de la optimización
con escasos recursos. El estudio inicial estimaba conservadoramente, un aumento en la
producción de 20 000 t para todo el país al décimo año después de terminado el proyecto;
en contraste, el incremento obtenido en las dos zonas mencionadas, a sólo dos años de
iniciado el proyecto, fue de 45 000 t. Debido a la gran demanda de agua de este cultivo,
en la actualidad tanto la UNALM como el INIA vienen desarrollando variedades de arroz
para cultivo en secano.
En el caso del algodón se viene trabajando desde 1923. En 1908, el Sr. Fermín Tanguis
obtiene la variedad TANGUIS caracterizado por ser de días cortos y ciclo vegetativo largo
(10 meses), de tipo semiarbustivo, rústico, tolerante a temperaturas relativamente bajas,
a la sequía y a la salinidad del suelo. Además es tolerante a las enfermedades radiculares
como marchitez causado por Verticillium sp. Luego se siguió mejorando por otras
características, cultivándose en casi todos los valles de la costa central. Actualmente se
tiene variedades de algodón UNALM-1 y UNALM-2 con características de precocidad,
obtenido por el Programa de Algodón de la UNALM.
La investigación del camote en el Perú se inició a comienzos de la década del 40. En 1975
se obtuvieron variedades de camote con alta calidad nutritiva produciendo el pan de
camote en la UNALM, el pan de camote cañetano y el pan de camote chinchano. En 1979
- 1983 se lograron buenos híbridos con tolerancia a nematodos por parte del INIEA. El
camote es rico en vitamina A, cuya deficiencia es factor de riesgo en mujeres embarazadas
y constituye la mayor causa de mortalidad infantil en buena parte del Continente Africano
y las zonas alto andinas de América Latina. En el Perú actualmente se siembran
variedades mejoradas de camote provenientes del material genético del CIP y dos
variedades nativas seleccionadas como variedades comerciales (Helena y Huambachero).
La mayoría de estas variedades son resistentes al nematodo del nudo de la raíz
(Meloidogyne incógnita).
El fitomejorador debe tener claramente definidos los objetivos que han de ser alcanzados
en su trabajo investigativo. Esos objetivos varían de acuerdo con la especie, estado de
mejoramiento en que ella se encuentre y especialmente con las condiciones, necesidades
y recursos del agricultor, procesador y consumidor que van a utilizar los cultivares
mejorados.
La semilla en una agricultura eficiente es esencial en todo proceso de desarrollo, más aun
si se toma en cuenta que en los países en vías de desarrollo, más del 50 % de la población
vive de la agricultura. Una agricultura eficiente necesita de insumos, los que deben ser de
fácil aplicación y estar al alcance de los agricultores en el precio, cantidad y oportunidad,
acordes con la realidad de la región.
Sevilla, menciona que la semilla de tipo ortodoxo tiene varias características, que si se
comparan con otros insumos agrícolas se ve su importancia con las siguientes
características:
La naturaleza genética de un nuevo cultivar determina en gran parte las etapas básicas del
proceso de mejoramiento. Igualmente, la biología de la reproducción de la especie incide
en las estrategias de mejoramiento.
La materia prima del mejoramiento está constituida por los genes que se encuentran
dispersos en las plantas de una especie. El trabajo del fitomejorador se concentra en reunir
una gran cantidad de genes favorables en las plantas de una variedad por medio de
cruzamientos, esperando recombinar esos genes y obtener así nuevos genotipos.
El fitomejorador puede cruzar plantas, dos a dos; cruzar una con varias otras,
autofecundarla y así sucesivamente, con miras a producir nuevas combinaciones génicas.
En la fase siguiente, después de los cruzamientos, los nuevos tipos son sometidos a
pruebas cuidadosas de laboratorio y de campo, para identificar las nuevas combinaciones
génicas interesantes. A medida que los nuevos tipos mejorados van siendo identificados
los experimentos deben seguir aumentando en precisión y cubrimiento geográfico. El
fitomejorador mide sus progresos cuando evalúa y comprueba la superioridad de los
materiales en los centros experimentales y sobre todo en las fincas de los agricultores.
Una vez conocida la superioridad agronómica, y establecidas sus ventajas; se procede a
la distribución del nuevo cultivar.
• Conocer muy bien los problemas existentes en la zona donde se va a utilizar el nuevo
cultivar.
• Hacer una evaluación en la literatura publicada de lo que ya fue investigado con el fin
de evitar repeticiones.
• Conocer las variedades locales: son materiales que están siendo cultivados por los
agricultores tradicionales y que no han sido trabajados en programas de fitomejoramiento.
Se debe verificar el potencial de algunas de las variedades locales como material básico
(germoplasma) para el programa de mejoramiento.
Es de mucho interés conocer la forma como están asociados los diferentes caracteres de
la planta, especialmente para determinar la influencia de ellos en el rendimiento o en otro
carácter de interés.
De acuerdo con los aspectos anteriormente mencionados con el nivel de desarrollo del
cultivo y con los recursos materiales y económicos se procede a dar inicio al programa de
mejoramiento.