Seminario 1
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Por tanto las membranas son como láminas extensas que cuando se observan en
secciones transversales, perpendiculares a sus superficies, con el microscopio
electrónico presentan un aspecto trilaminar: dos franjas oscuras que corresponden con las
partes hifrofílicas de los lípidos y una franja clara más ancha entre ellas que son sus
cadenas de ácidos grasos. A esto se denomina unidad de membrana y es así para todas
las membranas celulares. El espesor de las membranas varía entre los 6 y los 10 nm, lo
cual indica que no todas las membranas son exactamente iguales.
Esquema de la organización de una membrana plasmática según la visión actual del modelo de mosaico fluido de
Singer y Nicolson (1972). Es una bicapa fluida estructurada por los lípidos pero heterogénea en su
organización.
Las propiedades fisiológicas y estructurales de las membranas dependen de la
proporción y del tipo de moléculas que las componen: lípidos, proteínas y glúcidos.
Así, la membrana de los eritrocitos de rata contiene un 50 % de lípidos, un 40 % de
proteínas y un 10 % de glúcidos. Una proporción similar a ésta es la más común entre las
membranas plasmáticas de todas las células animales, con algunas excepciones. Por
ejemplo, la mielina formada por las membranas plasmáticas de las células de
Schwan, que rodean a los axones situados fuera del sistema nervioso central, contienen
un 80 % de lípidos y un 20 % de proteínas. Las membranas intracelulares suelen
contener una mayor proporción de proteínas que la membrana plasmática. La mayor
diferencia la encontramos en las mitocondrias donde el porcentaje de proteínas de su
membrana interna llega hasta el 80 %. Por supuesto, lípidos, proteínas y glúcidos son
grupos heterogéneos de moléculas y también las membranas celulares se diferencian
en la composición y en la proporción de distintos tipos de lípidos, de proteínas y de
glúcidos. Además, como dijimos anteriormente, las membranas están en una constante
renovación que permite a la célula cambiar su composición.
Propiedades.
Parte de las funciones de las membranas son debidas a sus propiedades
físico- químicas: a) es una estructura fluida que hace que sus moléculas tengan movilidad
lateral, como si de una lámina de líquido viscoso se tratase; b) es
semipermeable, por lo que puede actuar como una barrera selectiva frente a
determinadas moléculas; c) posee la capacidad de romperse y repararse de nuevo sin
perder su organización, es una estructura flexible y maleable que se adapta a las
necesidades de la célula; d) está en permanente renovación, es decir, eliminación y adición
de moléculas que permiten su adaptación a las necesidades fisiológicas de la célula.
Funciones.
Cada tipo de membrana está especializada en una o varias funciones
dependiendo del compartimento celular del que forme parte. Entre las múltiples
funciones necesarias para la célula que realizan las membranas están la
creación y mantenimiento de gradientes iónicos, los cuales hacen sensible a la célula
frente a estímulos externos, permiten la transmisión de información y la producción de
ATP, son necesarios para la realización del transporte selectivo de moléculas ,
etcétera. Las membranas también hacen posible la creación de compartimentos
intracelulares donde se realizan funciones imprescindibles o la envuelta nuclear que
encierra al ADN. En las membranas se disponen múltiples receptores que permiten a
la célula "sentir" la información que viaja en forma de moléculas por el medio
extracelular. Por ejemplo, dan a las neuronas sus propiedades y capacidades, también a
las musculares. Tambén poseen enzimas asociadas que realizan numerosas
actividades metabólicas, como la síntesis de celulosa o de ácido hialurónico,
fosforilaciones, producción de energía, síntesis de lípidos, etcétera. Como hemos
visto en el apartado anterior, la adhesividad celular a la matriz extracelular o a
otras células en los tejidos animales se debe a las moléculas presentes en la membrana
plasmática.
LIPIDOS
La organización de las membranas celulares está determinada por las
características de sus componentes, fundamentalmente por los lípidos. Los otros
componentes importantes de las membranas celulares son las proteínas, principales
actores en las funciones celulares asociadas a las membranas, y los glúcidos. Sin
embargo, la diversidad (hay más de mil tipos de lípidos diferentes) y su organización
espacial (formando un picapa) hacen a los lípidos esenciales. Así, ellos definen las
propiedades físicas de las membranas. La longitud y el grado de saturación de sus
ácidos grasos regulan la fluidez y el grosor de la membrana, y su distribución desigual
crea asimetría en las membranas. En la membrana plasmática las cargas asociadas a sus
partes hidrofílicas contribuyen a crear un gradiente eléctrico entre la cara externa y la
interna, y por tanto a modular el potencial eléctrico. Mediante interacciones electroquímicas
son capaces de modular la actividad de las proteínas de membrana. Se ha postulado
que las interacciones moleculares entre ciertos lípidos producen la segregación de
dominios espaciales y funcionales en áreas restringidas de la membrana que afectan
también a la localización de las proteínas y a sus funciones. Son las denominadas
balsas de lípidos o "lipid rafts". Pero además pueden actuar como segundos
mensajeros que abandonan la membrana, viajan a compartimentos intracelulares y
desencadenan respuestas celulares.
Los lípidos constituyen aproximadamente el 50% del peso de las membranas, con unos
5 millones de moléculas por µm2. Las membranas celulares de una célula eucariota
contienen más de 1000 tipos de lípidos que aparecen en distinta proporción
según el tipo de membrana que estemos considerando. Se estima que
aproximadamente el 5 % de los genes de una célula están dedicados a producir sus
lípidos. Los lípidos de membrana se caracterizan por poseer una parte apolar o
hidrófoba que constituye la parte interna de la membrana y por una parte hidrofílica
que está en contacto con el medio acuoso. Por ello se dice que son
moléculas afipáticas.
Se clasifican en tres grupos según su estructura y composición molecular:
glicerofosfolípidos (también denominados glicerolípidos, fosfoglicéridos
o simplemente fosfolípidos), los esfingolípidos y los estéroles.
Fosfoglicéridos o glicerofosfolípidos
Los ácidos grasos constituyen la parte hidrofóbica (fobia por el agua) de los
glicerofosfolípidos y son los que constituyen la parte interna de las membranas.
El glicerol hace de puente entre los ácidos grasos y la parte hidrofílica (apetencia por
el agua). Este componente hidrofílico está formado por un grupo fosfato al que se
pueden unir una variedad de moléculas, tales como la etonalamina, colina, serina,
glicerol, inositol, el inositol 4,5-bifosfato, etcétera. Estos componentes son los que
dan nombre a los distintos tipos de glicerofosfolípidos. El tipo
fosfatidilcolina representa más del 50 % de los fosfoglicéridos en las membranas
eucariotas.
Esfingolípidos
Esteroles
La cantidad y tipo de lípidos varía entre membranas. Por ejemplo, aunque todas la
membranas tienen fosfatidil colina, este glicerolípido es más abundante en las
membranas del retículo endoplasmático.
Distribución de los lípidos más abundantes en diferentes compartimentos membranosos celulares. Las
flechas azules delgadas indican trasiego de lípidos transportados por las vesículas, las rojas gruesas la
transferencia de lípidos entre membranas muy próximas, las flechas rojas delgadas indican la
transferencia de lípidos entre membranas mediante transportadores proteicos, los cuales actúan entre varios
compartimentos (no indicado). En la imagen inferor se representa el incremento de la concentración de
colesterol desde el retículo endoplasmático hasta la membrana plasmática. PC: fostatidil colina, PE: fosfatidil
etanolamina, PI: fosfatidil inositol, PS: fosfatidil serina, SM: esfingomielina, ISL: esfingolípido inositol,
CL: cardiolipina, MBP: bis monoacilglicerol fosfato (modificado de van Meer et al., 2008).
Esto significa que deben existir mecanismos de segregación por compartimentos
membranosos de las diferentes especies de lípidos de membrana. Se han propuesto
diversos mecanismos que contribuyen a esta distribución desigual de
lípidos:
vesículas, por ejemplo, entre el retículo endoplasmático y las mitocondrias. Pero también
entre compartimentos comunicados por membranas como el retículo
endoplasmático y el lado trans del aparato de Golgi, entre el retículo endoplasmático
y los endosomas, o entre el retículo endoplasmático y la membrana plasmática.
Por ejemplo, el complejo proteico CERT (ceramide transfer protein) transfiere
ceramida desde las membranas del retículo endoplasmático al lado trans del aparato
de Golgi.
Degradación y reciclado diferencial. Todas las membranas sufren un proceso de
reciclado de lípidos, bien por degradación in situ de los lípidos o por su salida en
vesículas de reciclado. En ambos procesos es posible un mecanismo de selección de
unos tipos de lípidos respecto a otros que condicionará la población de lípidos de la
membrana.
Asimetría
PROTEINAS
Las proteínas son las responsables de muchas de las funciones que tienen su base
en las membranas celulares. El contenido de proteínas de las membranas respecto a los
lípidos es varibale dependiendo del tipo de membrana, pero puede ser de cerca de 1:40
en número de moléculas, lo que indicaría que las membranas contienen
bastantes proteínas. Incluso puede ser más alta en aquellas membranas con
funciones netamente metabólicas como la membrana interna de las mitocondrias. Hay
dos grandes grupos de proteínas relacionadas con las membranas: las integrales y
las asociadas.
Proteínas integrales
Existen proteínas transmembrana cuya cadena de aminoácidos cruza una sola vez la
membrana mientras que otras pueden hacerlo hasta 7 veces. Muchas proteínas
transmembrana realizan su función cuando se asocian con otros polipéptidos también
integrales para formar estructuras oligoméricas (más de un elemento). Las funciones son
muy variadas, pero destacan la adhesión llevada a cabo por las integrinas, cadherinas,
selectinas y otras; el intercambio de iones, calcio, sodio o potasio, entre ambos lados de
la membrana como hacen las bombas de iones y los canales iónicos, los cuales
permiten gradientes que hacen posible, por ejemplo, la sínteis de ATP; permitir
el cruce de moléculas como la glucosa por parte de los transportadores;
algunas participan en la comunicación celular y actúan como receptores de señales como
los que reconocen los factores de crecimiento, neurotransmisores, hormonas
y otros. En este último caso, la organización en dominios extracelular e
intracelular permite una comunicación entre ambos lados de la membrana, lo cual
hace que una información extracelular, por ejemplo una hormona reconocida por el
dominio extracelular, provoque un cambio conformacional en el dominio intracelular y
esto desencadene una cascada de señales intracelulares que alteren la fisiología celular,
incluso la expresión génica.
Hay proteínas integrales que forman parte de la membrana pero que no son
transmembrana. Un tipo son aquellas que poseen parte de su secuencia de
aminoácidos integrada entre los lípidos de una de las monocapas de la membrana,
y por tanto tienen un dominio extramembranoso que puede ser citosólico o
extracelular, según en que monocapa de la membrana
estén integradas. Otro tipo de proteínas integrales, no transmembrana, son aquellas
que se encuentran ancladas por enlaces covalentes a moléculas de la membrana,
como puede ser un ácido graso. En este caso toda la secuencia de
aminoácidos es extramembranosa, pudiendo ser citosólica o extracelular. En
este tipo podemos también incluir a las proteínas que están unidas covalentemente a
los glúcidos de los lípidos. A las proteínas que no son transmembrana se les puede
llamar también periféricas puesto que sólo están relacionadas con una monocapa.
Las proteínas periféricas Incluyen también a las proteínas asociadas.
Proteínas asociadas
Las proteínas asociadas a las membranas plasmáticas son aquellas que no forman parte
permanente de las membranas, es decir, no son proteínas integrales, y su unión a la
membrana se produce por interacciones eléctricas con moléculas de la propia
membrana (fuerzas de van der Waals). Estas asociaciones son más lábiles y las proteínas
pueden abandonar la membrana con cierta facilidad. Son proteínas hidrosolubles.
GLÚCIDOS
Los glúcidos presentes en las membranas están unidos covalentemente a los lípidos
formando los glicolípidos y a las proteínas formando las glicoproteínas de
membrana. Algunos proteoglicanos insertan sus cadenas de aminoácidos con radicales
hidrófobos en la membrana, quedando los glicosaminoglicanos hacia el exterior.
Aunque existen glúcidos en las membranas intracelulares, tanto glucolípidos como
glucoproteínas son mucho más abundantes en la membrana plasmática,
preferentemente localizados en la monocapa externa. Los glúcidos de las membranas
se ensamblan principalmente en el aparato de Golgi, aunque también en el retículo
endoplasmático.
Hay tres tipos de glicolípidos: los glicoesfingolípidos, que son los más
abundantes, los gliceroglicolípidos y los glicosilfosfatidilinositoles. Los gliceroglicolípidos son
típicos de las membranas plasmáticas de las plantas. Sin embargo, la mayoría de los glúcidos
de membrana se encuentran asociados a las proteínas, denominadas glicoproteínas.
Mientras que prácticamente todas las proteínas contienen sacáridos unidos, sólo un 5 %
de los lípidos los poseen. Al conjunto de glúcidos localizados en la membrana plasmática se
les denomina glicocálix. En algunos tipos celulares la cantidad de glúcidos que se encuentran en
las superficie celular es tan grande que puede observarse con el microscopio
electrónico. En algunas células como en los enterocitos el glicocálix se puede extender más
de 1 µm desde la membrana celular. La célula queda así recubierta por una envuelta de
glúcidos que representa entre el 2 y el 10 % del peso de la membrana plasmática. El grado de
desarrollo del glicocálix depende del tipo celular.
No se puede considerar a los glúcidos como moléculas inertes sino que tienen
papeles importantes en el funcionamiento celular, fundamentalmente actúan como lugares de
reconocimiento y unión. Por ejemplo, los grupos sanguíneos vienen determinados
por glúcidos de la membrana, lo que implica que tienen capacidad de respuesta
inmunitaria. Cuando se produce una infección, las células endoteliales próximas
exponen una serie de proteínas llamadas selectinas que reconocen y unen sacáridos de los
linfocitos circulantes en el torrente sanguíneo y permiten su adhesión y el cruce del
propio endotelio para dirigirse hacia la zona infectada. El reconocimiento celular mediado
por los glúcidos es también muy importante durante el desarrollo embrionario. Son
también unos de los principales lugares de reconocimiento por parte de los patógenos
para unirse e infectar a las células. Los virus como el de la gripe, bacterias como las
E. coli patógenas y protozoos patógenos deben adherirse a la superficie celular para
infectar, de otra manera serán barridos por los mecanismos de limpieza del
organismo. Estos organismos patógenos poseen unas proteínas de membrana
denominadas lectinas que tienen afinidad por determinados azúcares o cadenas de
azúcares y por tanto sólo reconocerán a las células que los posean. La selectividad en
la infección de determinados tipos celulares depende de la composición de
azúcares de su glicocálix. Existen diferencias entre los glúcidos de la membranas
de vertebrados, invertebrados y protozoos.
Difusión facilitada.-
La bicapa lipídica de la membrana plasmática resulta
impermeable para todas las sustancias
polares o iónicas de tamaño molecular
intermedio, tales como aminoácidos, monosacáridos
o nucleótidos.
Este tipo de sustancias constituye el grueso del
tráfico molecular a través de la membrana, por
lo que debe existir algún mecanismo que les
permita franquearla; este mecanismo es la difusión facilitada.
b) Transporte activo.- En esta modalidad de transporte las sustancias atraviesan la
membrana plasmática en contra de un gradiente de concentración, o bien, si se trata de
sustancias con carga eléctrica, en contra de un gradiente electroquímico.
En este caso, la dirección del transporte es contraria a la que predicen las leyes termodinámicas,
es decir, se opone a la tendencia natural a que se alcancen por difusión idénticas
concentraciones a ambos lados de la membrana. Por ello, el transporte activo no es un
proceso espontáneo, sino que requiere energía metabólica que debe ser aportada por la
hidrólisis del ATP (molécula que las células utilizan universalmente para almacenar y transportar
energía química)
El transporte activo también necesita de la concurrencia de unas proteínas transportadoras
específicas que se suelen denominar bombas. Estas proteínas transportadoras funcionan de
manera análoga a como lo hacen las permeasas, pero, adicionalmente, tienen la capacidad de
catalizar la hidrólisis del ATP, de la cual obtienen la energía química necesaria para realizar el
transporte en contra de gradiente electroquímico
Por otra parte, los procesos de transporte a través de la membrana plasmática no sólo están
relacionados con las funciones de nutrición celular, sino con otras funciones más
especializadas que realizan algunos tipos celulares. Por ejemplo, para que tenga lugar la
transmisión del impulso nervioso, es necesario que exista una diferencia de potencial eléctrico a
ambos lados de la membrana neuronal; esta diferencia de potencial se establece
mediante transporte activo de iones a través de dicha membrana por acción de la bomba Na+-
K+. Las neuronas invierten un elevado porcentaje (hasta un 70%) de su energía metabólica en
llevar a cabo este tipo de transporte.
.) ENDOCITOSIS Y EXOCITOSIS
Algunos tipos de células necesitan incorporar el alimento en forma de macromoléculas, partículas
de tamaño supramolecular o incluso células enteras. También puede resultar necesario para
algunas células expulsar al medio extracelular diversas partículas de tamaño
macromolecular o superior como son los productos de secreción (proteínas, polisacáridos, etc.) o
los productos de deshecho, no utilizables por la célula, que resultan de algunos procesos
celulares.
Por todo ello, es necesario que la célula disponga de mecanismos para incorporar o expulsar
partículas de gran tamaño que no pueden atravesar la membrana plasmática. Estos mecanismos
son la endocitosis y la exocitosis. Ambos procesos, en realidad, no son más que una
manifestación de lo que hemos llamado anteriormente flujo de membrana.
La endocitosis consiste en un invaginación de una región de la membrana plasmática que
posteriormente se estrangula para dar lugar a una vesícula intracelular. De este modo, la célula
incorpora, englobándolas en el interior de esta vesícula, partículas procedentes del medio
extracelular
Existen dos modalidades de endocitosis en función del tamaño de las partículas
incorporadas: