La Red y El Yo Castells
La Red y El Yo Castells
La Red y El Yo Castells
DOSSIER
__________________
SOCIEDAD DE LA
INFORMACIÓN
Y
CULTURA MEDIÁTICA
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I. La red y el yo
II. Internet y la Sociedad Red
III. La dimensión cultural de Internet
IV. La política del escándalo. La política informacional en
acción
Manuel Castells Sociedad de la información y cultura mediática
I. La red y el yo
La era de la información
Tomo I, Economía, Sociedad y Cultura
Manuel Castells
Prólogo
(1999)
Fonte: http://www.hipersociologia.org.ar/catedra/material/Castellscap5.html
-En absoluto -dijo Confucio- Tan sólo he agarrado el hilo que enlaza el resto*.
El proyecto que informa este libro nada contra estas corrientes de destrucción y
se opone a varias formas de nihilismo intelectual, de escepticismo social y de
cinismo político. Creo en la racionalidad y en la posibilidad de apelar a la razón,
sin convertirla en diosa. Creo en las posibilidades de la acción social
significativa y en la política transformadora, sin que nos veamos
necesariamente arrastrados hacia los rápidos mortales de las utopías
absolutas. Creo en el poder liberador de la identidad, sin aceptar la necesidad
de su individualización o su captura por el fundamentalismo. Y propongo la
hipótesis de que todas las tendencias de cambio que constituyen nuestro
nuevo y confuso mundo están emparentadas y que podemos sacar sentido a
Manuel Castells Sociedad de la información y cultura mediática
Para recorrer los pasos preliminares en esa dirección, debemos tomar en serio
la tecnología, utilizándola como punto de partida de esta indagación; hemos de
situar este proceso de cambio tecnológico revolucionario en el contexto social
donde tiene lugar y que le da forma; y debemos tener presente que la
búsqueda de identidad es un cambio tan poderoso como la transformación
tecnoeconómica en el curso de la nueva historia. Luego, tras haber enunciado
el proyecto de este libro, partiremos en nuestro viaje intelectual, por un
itinerario que nos llevará a numerosos ámbitos y cruzará diversas culturas y
contextos institucionales, ya que la comprensión de una transformación global
requiere una perspectiva tan global como sea posible, dentro de los límites
obvios de la experiencia y el conocimiento de este autor.
los líderes tecnológicos del mundo durante miles de años cayeron de repente
en el estancamiento, en el momento preciso en que Europa se embarcaba en
la era de los descubrimientos y luego en la revolución industrial?
Needham ha propuesto que la cultura china estaba más inclinada que los
valores occidentales a mantener una relación armoniosa entre el hombre y la
naturaleza, algo que podía ponerse en peligro por la rápida innovación
tecnológica. Además, se opone a los criterios occidentales utilizados para
medir el desarrollo tecnológico. Sin embargo, este énfasis cultural sobre un
planteamiento holístico del desarrollo no había impedido la innovación
tecnológica durante milenios, ni detenido el deterioro ecológico como resultado
de las obras de irrigación en el sur de China, cuando la producción agrícola
escalonada llevó a la agresión de la naturaleza para alimentar a una población
creciente. De hecho, Wen-yuan Qian, en su influyente libro, critica el
entusiasmo algo excesivo de Needham por las proezas de la tecnología
tradicional china, pese a su admiración por el monumental trabajo de toda una
vida. Qian sugiere una vinculación más estrecha entre el desarrollo de la
ciencia china y las características de su civilización, dominada por la dinámica
del Estado. Mokyr también considera que el Estado es el factor clave para
explicar el retraso tecnológico chino en los tiempos modernos. Cabe proponer
una explicación en tres pasos: durante siglos, la innovación tecnológica estuvo
sobre todo en manos del Estado; a partir de 1400 el Estado chino, bajo las
dinastías
Puede contarse una historia bastante similar, y se hará en este libro (véase el
volumen III), sobre la incapacidad del estatismo soviético para dominar la
revolución de la tecnología de la información, con lo que ahogó su capacidad
productiva y socavó su poderío militar. No obstante, no debemos saltar a la
conclusión ideológica de que toda intervención estatal es contraproducente
para el desarrollo tecnológico, abandonándonos a una reverencia ahistórica del
espíritu emprendedor individual sin cortapisas. Japón es, por supuesto, el
ejemplo contrario, tanto para la experiencia histórica china como para la falta
de capacidad del estado soviético para adaptarse a la revolución de la
tecnología de la información iniciada en los Estados Unidos.
bien grados más elevados de conocimiento suelen dar como resultado grados
más elevados de producto por unidad de insumo, la búsqueda de conocimiento
e información es lo que caracteriza a la función de la producción tecnológica en
el informacionalismo.
su historia, cultura e instituciones. Así pues, sería hasta cierto punto impropio
referirse a una Sociedad Informacional, que implicaría la homogeneidad de
formas sociales en todas partes bajo el nuevo sistema. Ésta es obviamente una
proposición insostenible, tanto desde un punto de vista empírico como teórico.
No obstante, podríamos hablar de una Sociedad Informacional en el mismo
sentido que los sociólogos se han venido refiriendo a la existencia de una
Sociedad Industrial, caracterizada por rasgos fundamentales comunes de sus
sistemas sociotécnicos, por ejemplo, en la formulación de Raymond Aron .
Pero con dos precisiones importantes: por una parte, las sociedades
informacionales, en su existencia actual, son capitalistas (a diferencia de las
sociedades industriales, muchas de las cuales eran estatistas); por otra parte,
debemos destacar su diversidad cultural e institucional. Así, la singularidad
japonesa , o la diferencia española , no van a desaparecer en un proceso de
indiferenciación cultural, marchando de nuevo hacia la modernización
universal, esta vez medida por porcentajes de difusión informática. Tampoco se
van a fundir China o Brasil en el crisol global del capitalismo informacional por
continuar su camino de desarrollo actual de alta velocidad. Pero Japón,
España, China, Brasil, así como los Estados Unidos, son, y lo serán mas en el
futuro, sociedades informacionales, en el sentido de que los procesos centrales
de generación del conocimiento, la productividad económica, el poder
político/militar y los medios de comunicación ya han sido profundamente
transformados por el paradigma informacional y están enlazados con redes
globales de salud, poder y símbolos que funcionan según esa lógica. De este
modo, todas las sociedades están afectadas por el capitalismo y el
informacionalismo, y muchas de ellas (sin duda todas las principales) ya son
informacionales , aunque de tipos diferentes, en escenarios distintos y con
expresiones culturales/institucionales específicas. Una teoría sobre la sociedad
informacional, como algo diferente de una economía global/informacional,
siempre tendrá que estar atenta tanto a la especificidad histórica/cultural como
a las similitudes estructurales relacionadas con un paradigma tecnoeconómico
en buena medida compartido. En cuanto al contenido real de esta estructura
social común que podría considerarse la esencia de la nueva sociedad
informacional, me temo que soy incapaz de resumirlo en un párrafo: en efecto,
la estructura y los procesos que caracterizan a las sociedades informacionales
son el tema de que trata este libro.
EL YO EN LA SOCIEDAD INFORMACIONAL
Por otro lado, también deben hallarse los elementos de un marco interpretativo
más amplio que explique el poder ascendente de la identidad en relación con
los macroprocesos de cambio institucional, ligados en buena medida con el
surgimiento de un nuevo sistema global. Así, como Alain Touraine y Michel
Wieviorka han sugerido, cabe relacionar las corrientes extendidas de racismo y
xenofobia en Europa occidental con una crisis de identidad por convertirse en
una abstracción (europeas), al mismo tiempo que las sociedades europeas,
mientras veían difuminarse su identidad nacional, descubrieron dentro de ellas
mismas la existencia duradera de minorías étnicas (hecho demográfico al
menos desde la década de 1960). O, también, en Rusia y la ex Unión
Soviética, el fuerte desarrollo del nacionalismo en el periodo postcomunista
puede relacionarse, como sostendré más adelante (volumen III), con el vacío
cultural creado por setenta años de imposición de una identidad ideológica
excluyente, emparejado con el regreso a la identidad histórica primaria (rusa,
georgiana) como la única fuente de significado tras el desmoronamiento del
históricamente frágil sovetskii narod (pueblo soviético).
Éste es el terreno que debe explorarse, no sólo enunciarse. Las pocas ideas
adelantadas aquí sobre la manifestación paradójica del yo en la sociedad
informacional sólo pretenden trazar la trayectoria de mi investigación para
información de los lectores, no sacar conclusiones de antemano.
estadísticas soviéticas sobre el PNB o el informe del Banco Mundial sobre las
políticas de ajuste en África). Soy consciente de las limitaciones de prestar
credibilidad a una información que puede no siempre ser precisa, pero el lector
se dará cuenta de que se toman numerosas precauciones en este texto, así
que por lo general se llega a conclusiones sopesando las tendencias
convergentes de varias fuentes, según una metodología de triangulación que
cuenta con una prestigiosa tradición de éxito entre los historiadores, policías y
periodistas de investigación. Además, los datos, observaciones y referencias
presentados en este libro no pretenden realmente demostrar hipótesis, sino
sugerirlas, mientras se constriñen las ideas en un corpus de observación,
seleccionado, he de admitirlo, teniendo en mente las preguntas de mi
investigación, pero de ningún modo organizado en torno a respuestas
preconcebidas. La metodología seguida en este libro, cuyas implicaciones
específicas se expondrán en cada capítulo, está al servicio del propósito de
este empeño intelectual: proponer algunos elementos de una teoría
transcultural y exploratoria sobre la economía y la sociedad en la era de la
información, que hace referencia específica al surgimiento de una nueva
estructura social. El amplio alcance de mi análisis lo requiere la misma amplitud
de su objeto (el informacionalismo) en todos los dominios sociales y las
expresiones culturales. Pero de ningún modo pretendo tratar la gama completa
de temas y asuntos de las sociedades contemporáneas, ya que escribir
enciclopedias no es mi oficio.
Manuel Castells.
(1999)
Profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Lección inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la
información y el conocimiento (UOC)
el año 2000 en el mundo sólo habría cinco ordenadores, y que todos serían,
obviamente IBM Mainframe. No fue la empresa la fuente de Internet.
Estas reflexiones sobre la historia de Internet me sirven para indicar hasta qué
punto es un tipo nuevo de tecnología en su forma de organización. La famosa
idea de que Internet es algo incontrolable, algo libertario, etc., está en la
tecnología, pero es porque esta tecnología ha sido diseñada, a lo largo de su
historia, con esta intención. Es decir, es un instrumento de comunicación libre,
creado de forma múltiple por gente, sectores e innovadores que querían que
fuera un instrumento de comunicación libre. Creo que, en ese sentido, hay que
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La geografía de Internet
La geografía de los usuarios hoy día se caracteriza todavía por tener un alto
nivel de concentración en el mundo desarrollado. En ese sentido, digamos que
las tasas de penetración de Internet se acercan al 50% de la población en
Estados Unidos, en Finlandia y en Suecia, están por encima del 30-35% en
Gran Bretaña y oscilan entre el 20-25% en Francia y Alemania. Luego está la
situación española en torno a un 14%, Cataluña un 16-17%. En todo caso, los
países de la OCDE en su conjunto, el promedio de los países ricos, estarían,
en estos momentos, en un 25-30%, mientras que, en el conjunto del planeta,
está en menos del 3% y, obviamente, si analizamos situaciones como la
africana, como la de Asia del sur, está en menos del 1% de la población. En
primer lugar, existe una gran disparidad de penetración en el mundo, pero, por
otro lado, las tasas de crecimiento en todas partes, con excepción de África
subsahariana, son altísimas, lo cual quiere decir que los núcleos centrales,
también en el mundo subdesarrollado, estarán conectados dentro de cinco a
siete años a Internet. Ahora bien, esa geografía diferencial tiene consecuencias
en la medida en que llegar más tarde que los demás genera una disparidad de
usos, puesto que como los usuarios son los que definen el tipo de aplicaciones
y desarrollo de la tecnología, los que lleguen más tarde tendrán menos que
decir en el contenido, en la estructura y en la dinámica de Internet.
La divisoria digital
Hay muchísimos otros ejemplos. Si les interesa, les puedo contar ejemplos de
la mayor empresa de construcción de edificios en San Francisco, WebCor,
cuyo centro es también un web site en el que los usuarios se relacionan con los
diseñadores, los arquitectos, los constructores, los empleados municipales.
Todo esto está en la web y todos los pasos que una empresa de construcción
tiene que dar para llevar a cabo una construcción se hacen en la web. Con esa
tecnología ha sido capaz de reducir a la mitad el tiempo de producción de un
edificio, con un tercio del personal de gestión, limitando los costes en un 50%.
Como pueden imaginarse, las otras empresas de construcción están
rápidamente pasando a la red. Un ejemplo más cercano sería Zara. Zara es
una empresa Internet que en estos momentos -les estoy hablando de la misma
Zara donde ustedes compran su ropa- cuenta con 2001 almacenes en el
mundo, en treinta y cinco países diferentes. En estos almacenes cada
vendedor lleva una pequeña maquinita en la que registra cada compra que se
hace con una serie de datos, con los que el director de cada almacén hace un
informe semanal, lo pasa por red a la sede central en La Coruña, donde 200
diseñadores procesan por ordenador y determinan las tendencias de mercado,
envían directamente a las fabricas que cortan los patrones y producen la ropa.
Con este sistema, enteramente basado en la comunicación electrónica, y
procesado por Internet Zara ha reducido a dos semanas el tiempo necesario
para rediseñar un producto desde el momento en que se decide ponerlo en el
mercado en cualquier parte del mundo. El modelo Benetton, que había logrado
hacer el ciclo en seis meses, fue arrinconado por GAP, que lo consiguió en dos
meses, a partir de una conexión que no era Internet, y Zara lo ha logrado en
dos semanas, con lo que está ganando cuotas de mercado rápidamente en
todo el mundo y, en este momento, el valor de capitalización de mercado de la
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El segundo cambio que produce Internet o, mejor dicho, la base material sobre
la que se produce este cambio es la transformación del funcionamiento del
capital. Y aquí también, muy esquemáticamente, la primera transformación es:
el centro de la economía global son los mercados financieros globalizados que
funcionan mediante conexiones entre ordenadores. Esto no es técnicamente
hablando Internet porque no esta basado en los protocolos de Internet, pero es
una red de redes de ordenadores, que esta convergiendo rápidamente con la
red Internet.. Esta red es lo que subyace, la articulación, la interdependencia y
también la volatilidad del mercado global financiero. Segundo: Internet ha
permitido el desarrollo vertiginoso de la transacción financiera electrónica, el
desarrollo de mercados financieros, mercados bursátiles como el Nasdaq, que
son mercados electrónicos, sin un lugar físico en el espacio; el desarrollo de los
principales mercados de futuro del mundo como es el mercado suizo-alemán
Eurex, que es enteramente electrónico, o Liffe en Londres o Matif En Francia;
el desarrollo de redes de ***brokers, de redes de corredores de bolsa como
Instinet, que, hoy día, canaliza algunas de las transacciones más importantes
del mundo; el desarrollo de empresas de corredores como Charles Schwabb
que es mayoritariamente electrónica. En estos momentos el NewYork Stock
Exchange, la Bolsa de New York, se planeta la creación de una bolsa de forma
mixta, que sea a la vez electrónica, virtual y física. En Europa, en torno al
proyecto, hoy aplazado, de fusión entre las bolsas de Frankfurt y de Londres,
que prefigura la fusión de las bolsas europeas en uno o dos centros bursátiles,
se está planteando la conexión del Nasdaq americano con un equivalente de
Frankfurt y un equivalente japonés, con lo que se crearía, por lo tanto, un
Nasdaq global, enteramente electrónico. Es decir, los valores de nuestras
empresas, de todas las empresas, tendencialmente, se están negociando ya y
se van a negociar cada vez más en términos de interacciones electrónicas,
puramente electrónicas, no físicas. Esto genera un nuevo tipo de transacción
económica, genera una velocidad, una complejidad, una dimensión de mercado
mucho mayor, una capacidad de reacción de los inversores casi instantánea y
la dependencia de mecanismos de cálculo, de modelos matemáticos
predictivos activados a velocidad octoelectrónica mediante conexiones Internet.
Esto cambia los mercados financieros, cambia las finanzas mundiales y, por
consiguiente, cambia nuestra economía.
Internet sino a través de lo que se puede hacer con Internet; esta idea la vende
a una empresa de capital-riesgo que proporciona los fondos iniciales para
empezar a arrancar; con ese capital-riesgo se compra talento y se instala
Internet; con eso se empieza a producir algo, pero no mucho, desde luego no
ganancias, con lo cual se sale en oferta pública y el mercado lo valoriza o no lo
valoriza. Cuando no lo valoriza, la empresa desaparece y se vuelve a intentar;
cuando lo valoriza, con esa valorización de mercado que no se produce en
torno a beneficios sino a una promesa, entonces es cuando realmente hay
recursos para pasar de esa promesa de innovación a una innovación material,
a una producción material que vuelve a salir al mercado, que vuelve a generar
valor. Es decir, se crea valor a partir de la innovación sobre la base de la
valorización del mercado de las iniciativas que se desarrollan en términos de
empresa. Hemos pasado a una economía en la que la expectativa de
generación de beneficios a través de la empresa es reemplazada por la
expectativa de generación de nuevo valor en el mercado financiero. Y eso
depende fundamentalmente de la capacidad de relación con ese cálculo de las
empresas Internet. Es decir, el ejemplo de la industria Internet está siendo en
estos momentos seguido en el conjunto de las otras ramas industriales. Eso
genera una gran volatilidad financiera, pero al mismo tiempo genera también un
extraordinario aumento de riqueza y de productividad. Hay empresas
sobrevaluadas, otras menos, pero, en realidad, la tendencia es ascendente, los
ciclos económicos van a seguir; en cualquier caso, recuerden que, por mucho
que hayan caído los valores tecnológicos, el Nasdaq está todavía un 35% por
encima de su valor de hace doce meses, cuando el Dow Jones, el índice
equivalente de la economía tradicional, está a un -1,2% para el mismo periodo.
Es decir, la capacidad de creación de valor sobre la base de un nuevo modelo
de anticipación de expectativas ha salido también de la economía Internet.
La sociabilidad en Internet
Esto no significa que Internet no sea importante, quiere decir que no es Internet
lo que cambia el comportamiento, sino que es el comportamiento el que cambia
Internet. Estudios más de tipo panel, como los que realiza el principal
investigador de sociología empírica de las comunidades de Internet, Barry
Wellman, de la Universidad de Toronto muestran la realidad de la vida social en
Internet. He aquí lo que señalan sus resultados: en primer lugar, las
comunidades virtuales en Internet también son comunidades, es decir, generan
sociabilidad, generan relaciones y redes de relaciones humanas, pero no son
las mismas comunidades que las comunidades físicas. Esto puede parecer una
verdad de perogrullo, pero había que investigarlo y mostrarlo. Las comunidades
físicas tienen unas determinadas relaciones y las comunidades virtuales tienen
otro tipo de lógica y otro tipo de relaciones. ¿Qué tipo de relaciones? ¿Cuál es
la lógica específica de la sociabilidad on line? Lo más interesante es la idea de
que son comunidades personales, comunidades de personas basadas en los
intereses individuales y en las afinidades y valores de las personas. Es decir,
en la medida en que se desarrollan en nuestras sociedades proyectos
individuales, proyectos de dar sentido a la vida a partir de lo que yo soy y
quiero ser, Internet permite esa conexión saltando por encima de los límites
físicos de lo cotidiano, tanto en el lugar de residencia como en el lugar de
trabajo y genera, por tanto, redes de afinidades. Por ejemplo, las
investigaciones en Canadá y en Estados Unidos mostraron que, aparte de
Internet, los individuos tenían normalmente, como término medio, no más de
seis lazos íntimos de relación fuera de la familia y, al mismo tiempo, cientos de
lazos débiles. Parece que es una cosa que en los últimos diez años se ha
mantenido como establecida. Entonces, lo que ocurre es que Internet es apta
para desarrollar lazos débiles, para crear lazos débiles, pero no es apta para
crear lazos fuertes, como media, y es excelente para continuar y reforzar los
lazos fuertes que existen a partir de relación física. En fin, en esto, que parece
también bastante lógico, lo que me importa es que viene avalado
empíricamente por la síntesis de los estudios que se han desarrollado. En este
sentido, la tendencia que se está desarrollando es hacia la disminución de la
sociabilidad de base comunitaria física tradicional. Hay una tendencia hacia la
disminución de la sociabilidad basada en el barrio. Hay un declive de la vida
social dentro del trabajo, en general, en el mundo. Lo que está ocurriendo es
que la sociabilidad se está transformando mediante lo que algunos llaman la
privatización de la sociabilidad, que es la sociabilidad entre personas que
construyen lazos electivos, que no son los que trabajan o viven en un mismo
lugar, que coinciden físicamente, sino personas que se buscan: yo quiero
encontrar a alguien a quien le guste salir en bicicleta conmigo, pero hay que
buscarlo primero. Por ejemplo, ¿cómo crear un club ciclista? o ¿cómo crear un
club de gente que se interese por la espeleología? Esta formación de redes
personales es lo que Internet permite desarrollar mucho más fuertemente.
Cuando Wellman intentó medir qué influencia tenía Internet sobre las otras
sociabilidades, encontró algo que contradice los mitos sobre Internet. Es lo que
el llama "cuanto más, más", es decir, cuánto más red social física se tiene, más
se utiliza Internet; cuanto más se utiliza Internet, más se refuerza la red física
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que se tiene. Es decir, hay personas y grupos de fuerte sociabilidad en los que
es correlativa la sociabilidad real y la virtual. Y hay personas de débil
sociabilidad, en las que también es correlativa la débil sociabilidad real y virtual.
Lo que ocurre es que, en casos de débil sociabilidad real, hay algunos efectos
compensatorios a través de Internet; es decir, se utiliza Internet para salir del
aislamiento relativamente. Lo que algunos estudios hacen es medir esta
correlación y constatan que se trata de personas que utilizan mucho Internet,
que están aisladas socialmente, por tanto Internet aísla. El proceso de
causalidad es distinto, Internet se utiliza como medio para aquellas personas
aisladas, pero fundamentalmente hay un efecto acumulativo entre sociabilidad
real y sociabilidad física, porque la virtual también es real, y sociabilidad virtual.
La otra serie de estudios, como los realizados por Marcia Lipman, en Berkeley,
que ha estudiado cientos de comunidades virtuales, señalan otro dato
fundamental, y es que las comunidades virtuales son tanto más exitosas,
cuanto más están ligadas a tareas, a hacer cosas o a perseguir intereses
comunes juntos. La idea de que Internet es un lugar donde la gente habla de
cualquier tontería, se cuentan chismes etc., es absolutamente superficial. Esto
es extremadamente minoritario, no mucha gente tiene tiempo de hacerlo. Lo
que ocurre es que estas historias de las identidades falsas, de que la gente se
disfraza de cualquier cosa, de que se cuentan lo que no son, hacen las delicias
de los sociólogos posmodernos. Es verdad que esto existe, pero se da sobre
todo en los adolescentes ¿Y qué hacen los adolescentes, en general?
Inventarse identidades, experimentar identidades, pasarse ratos de cháchara
sobre cualquier cosa, siempre que pueden, crear una contracultura propia de
experimentación identitaria. Y esto también lo hacen en Internet. Pero,
estudiando a través del conjunto de la sociedad, fuera de los mecanismos de
adolescentes, lo que se observa es, más bien, que el Internet instrumental, es
decir, la utilización de Internet para desarrollar tareas políticas o personales, o
de intereses concretos, es lo que realmente genera los niveles de interacción
más fuertes. Por tanto, más que ver la emergencia de una nueva sociedad,
totalmente on line, lo que vemos es la apropiación de Internet por redes
sociales, por formas de organización del trabajo, por tareas, al mismo tiempo
que muchos lazos débiles, que serían demasiado complicados de mantener off
line, se pueden establecer on line. Por ejemplo, uno de los elementos más
interesantes en esto es el desarrollo de organizaciones de interayuda entre las
personas mayores: el Seniornet en Estados Unidos es una de las redes más
populares de información, de ayuda, de solidaridad, de reforzamiento de una
vivencia compartida, etc. O las redes de información religiosa y de compartir
valores religiosos. O las redes de movilización social.
Y aquí paso al sexto punto de lo que sabemos de Internet: su relación con los
movimientos sociales. Lo que sabemos es algo ya bastante analizado en los
medios de comunicación: la mayor parte de movimientos sociales y políticos
del mundo de todas las tendencias utilizan Internet como una forma privilegiada
de acción y de organización. Esto simplemente quiere decir que Internet es un
instrumento. Pero, ¿qué es lo específico?, ¿qué le confiere especificidad a la
movilización social a partir del hecho de que se haga por Internet? Bien, hay
tres rasgos que son fundamentales en la interacción entre Internet y los
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El tercer rasgo específico de los movimientos sociales es que, cada vez más, el
poder funciona en redes globales y la gente tiene su vivencia y se construye
sus valores, sus trincheras de resistencia y de alternativa en sociedades
locales. El gran problema que se plantea es cómo, desde lo local, se puede
controlar lo global, cómo desde mi vivencia y mi relación con mi mundo local,
que es donde yo estoy, donde yo vivo, puedo oponerme a la globalización, a la
destrucción del medio ambiente, a la masacre del Tercer Mundo en términos
económicos. ¿Cómo se puede hacer esto? Pues bien, Internet permite la
articulación de los proyectos alternativos locales mediante protestas globales,
que acaban aterrizando en algún lugar, por ejemplo, en Seattle, Washington,
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La privacidad en Internet
Muchos debates sobre Internet en estos momentos plantean la idea del efecto
de Internet sobre la privacidad y sobre la capacidad de control de nuestra vida
íntima a través de Internet. Aquí hay dos elementos: la relación gobiernos-
ciudadanos y la relación privacidad-Internet. En la relación gobiernos-
ciudadanos, hay algo que pone muy nerviosos a los gobiernos y es que,
realmente, no pueden controlar Internet. Hay muchas razones, pero una mucho
más decisiva que las demás. Podemos argumentar si técnicamente se puede o
no se puede. Parece que no es tan fácil como algunos pensaban y, para
demostrarlo, siempre se cita el caso de Singapur. Acabo de recibir una
ponencia de los sociólogos de Singapur que estudian Internet que muestra,
empíricamente, la incapacidad del Gobierno de Singapur para controlar Internet
en este momento, debido a que, por razones económicas y financieras, se han
tenido que abrir al exterior. Naturalmente, China, Singapur y otros muchos
países quisieran utilizar Internet para los negocios y no suprimir para la libre
expresión ciudadana. En Singapur parece que ya no les funciona ese control.
En China les funciona porque, aunque no controlan la difusión de información
en Internet, luego pueden buscar a la persona que ha recibido o difundido la
información y llevarla a la cárcel, lo que es otra forma de control. Pero, Internet
como tal, parece difícil de controlar. En cambio, la razón fundamental no es
solamente técnica, sino que es una razón institucional: en Estados Unidos no
se puede hacer, porque hay varias decisiones de los tribunales federales y en
particular, la que eliminó el Acta de Decencia en la comunicación que Clinton
presentó en 1995 para censurar Internet argumentando la pornografía infantil.
famosa caja que tendrá usted encima de su televisor y que llega a todos, lo que
se llama la Web TV. Lo que realmente existe es un mueble que dispone al
mismo tiempo de Internet y de televisión, pero son dos sistemas. Aunque se
puede transmitir televisión por Internet tecnológicamente, no es muy
interesante, no es muy efectivo y, sobre todo, si se pretendiera transmitir de
verdad la televisión que tenemos, la masa de televisión por Internet, no habría
capacidad de banda previsible en los próximos veinte años para hacerlo en
ningún país, ni siquiera en Estados Unidos. Es decir, la capacidad de banda de
transmisión para transmitir el enorme volumen que representaría toda la
televisión que se transmite hoy día simplemente es impensable, carísimo e
ineficaz. ¿Quién tiene la manía de recibir exactamente a través del mismo
canal televisión e Internet? No tiene ningún sentido.
Toda esa información llega a los periodistas, que van siendo reemplazados por
otros periodistas en la misma sala de prensa, que continúan procesando de
forma ininterrumpida esa información. Eso ya existe y es el modelo que
rápidamente está siendo adoptado por los grandes grupos multimedia y de
prensa. Junto a eso, Internet está revolucionando la comunicación por su
capacidad de cortocircuitar los grandes medios de comunicación. El hecho de
que sea una comunicación horizontal, de ciudadano a ciudadano, quiere decir
que yo puedo crear mi propio sistema de comunicación en Internet, puedo decir
lo que quiera, puedo comunicarlo. Por primera vez hay una capacidad de
comunicación masiva no mediatizada por los medios de comunicación de
masas. Ahí se plantea el problema de credibilidad. ¿Cómo entonces se puede
creer uno lo que aparece en Internet? El año pasado, en el congreso de
editores de periódicos norteamericanos estaban aterrorizados porque había
una serie de empresarios de Silicon Valley que decían que se acaban los
periódicos: el New York Times desaparece, todo será on line. Mi posición en
ese momento era: habrá periódico on line, el mismo periódico o algo distinto on
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line, por televisión, por radio, y en papel, en distintos formatos para distintos
momentos de utilización y distintos contextos de utilización. Pero el problema
esencial, cuando todo está en Internet, es de credibilidad, y es ahí donde los
medios de comunicación siguen teniendo un papel esencial, ya que la gente
tiende a dar mayor credibilidad a La Vanguardia, al New York Times, a El País
o a El Periódico de Cataluña que a lo que Manuel Castells pueda poner en la
red en un momento determinado. En ese sentido, el brand name, la etiqueta de
veracidad, sigue siendo importante, a condición de que esa etiqueta se respete,
con lo cual la credibilidad de un medio de comunicación se convierte en su
única forma de supervivencia en un mundo de interacción y de información
generalizada.
La sociedad red
Sin retórica de ningún tipo, quiero agradecer al señor Joan Fuster el hecho de
haberme dado la oportunidad de estar aquí hoy con ustedes y, además, poder
intercambiar unas ideas con una persona de la categoría intelectual y artística
como el señor Antoni Muntadas. Asimismo, lo agradezco por el profundo
interés que tengo por la conexión con el mundo del arte, en este nuevo
contexto. Una de las intervenciones más importantes en nuestro tipo de
sociedades es precisamente la intervención artística, pero luego ya
hablaremos más de esto porque no quiero perjudicar el discurso del señor
Muntadas, para no obligarle a él a hacer el mío, y entonces tengamos
diálogos cruzados.
En este sentido, por tanto, al hablar de sociedad del conocimiento —en otros
casos, sociedad de la información, etc.— nos estamos refiriendo a la
constitución de este nuevo paradigma tecnológico. Dicho paradigma tiene dos
expresiones tecnológicas concretas y fundamentales: una es Internet. Internet
no es una energía más; es realmente el equivalente a lo que fue primeramente
la máquina de vapor y luego el motor eléctrico en el conjunto de la revolución
industrial. La otra es la capacidad de ingeniería genética, el concomitante ADN
o la capacidad de recodificar los códigos de la materia viva y, por tanto, ser
capaz de procesar y manipular la vida. Ya somos capaces de esto, lo estamos
haciendo, lo vamos a hacer cada vez más y, además, las dos revoluciones se
fusionan e interactúan a través de la capacidad de introducir sensores en la
capacidad de reproducir la estructura del mapa de los procesos del genoma por
capacidad informática masiva. Por consiguiente, estamos generando una doble
revolución en la información que es genética y de índole electrónica, pero que
interactúan cada vez más. Se convierten en una revolución en la que todos los
procesos de la información, incluso los códigos de la materia prima, pueden ser
programados, desprogramados y reprogramados de otra forma.
Asimismo, quiero hacer referencia a cómo Internet, una vez que existe como
tecnología potente insertada a la práctica social, tiene efectos muy
importantes, por un lado, sobre la innovación —y, por tanto, la creación de
riqueza y el nivel económico; y por otro lado, sobre el desarrollo de nuevas
formas culturales, tanto en el sentido amplio, es decir, formas de ser
mentalmente de la sociedad, como en el sentido más estricto, creación cultural
y artística.
¿Cómo se desarrolla Internet y por qué digo que es cultura? Porque había que
pensarlo. Había que pensar un instrumento de comunicación horizontal, global,
libre y no controlable. Esto hay que pensarlo; no es evidente. Toda la historia
de la humanidad se basa en el control de la comunicación, todos los aparatos
del poder se construyen sobre esto. Entonces, había que pensarlo al revés. ¿Y
quién lo piensa al revés? Pues es ahí donde creo que la dimensión cultural es
muy importante, porque demuestra la capacidad de subvertir los aparatos de
poder. Si no se pudieran subvertir los aparatos de poder, la vida sería muy
aburrida y las sociedades, totalitarias.
Manuel Castells Sociedad de la información y cultura mediática
"¿Cómo se desarrolla Internet y por qué digo que es cultura? Porque había que
pensarlo. Había que pensar un instrumento de comunicación horizontal, global,
libre y no controlable."
El segundo nivel cultural, que surgió dentro de este primer grupo, fue el de
aquellos que vieron inmediatamente la posibilidad de llegar a fronteras de la
innovación tecnológica en una tecnología que nadie entendía muy bien en el
establishment y que ellos podían entender mucho mejor. Se trataba de la
cultura de lo que llamaron en los años sesenta en el Laboratorio de Inteligencia
Artificial (Artificial Intelligence Lab) del Massachusetts Institute of Technology
(MIT) los hackers. Los hackers no son los malos, originalmente; fueron los
medios de comunicación los que simplificaron el concepto. Los hackers no son
los que hacen cosas malas; los que hacen cosas malas —como entrar en
sistemas que no les corresponden, perturbar sistemas, enviar virus, entrar en
los ordenadores de los bancos, de los pentágonos— son los crackers. Éstos
son los malos, aunque hay crackers que, para mí, no lo son tanto; no es lo
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mismo robar a un banco que enviar un virus simplemente para hacer la gracia.
(No he dicho qué es lo bueno y qué es lo malo). Pero los hackers, como dice
Himanen en su gran libro The hacker ethic and the spirit of the information age
(Random House, Nueva York, 2001), son simplemente los que tienen la pasión
por crear. Para los que el placer del trabajo de creación es más importante que
nada más. Y lo que sostiene Himanen es que lo que fue la ética protestante de
salvarse mediante la acumulación de dinero como origen del capitalismo es, en
nuestro tipo de sociedad, la ética hacker de la pasión por el crear.
He aquí una afirmación empírica: todos los protocolos sobre los que está
basado Internet, desde el principio de Internet hasta ahora, son en código libre.
Todos están en la Red, los puede bajar y los puede utilizar quien quiera. Dos
terceras partes de los sitios web que nos proporciona Internet hoy en día están
basados en un programa que se llama Apache, que fue inventado y sigue
siendo mantenido y desarrollado por una cooperativa electrónica global de
gente que lo diseña y lo va perfeccionando y manteniendo. Uno por uno, todos
los protocolos, desde el protocolo fundador de Internet —el TCP/IP—, hasta los
últimos de ahora, son libres; todo esto es libre, software libre, organizado por
innovadores que lo hacen por el placer de crear. Y algunos hacen dinero y
otros, no. Linus Torvalds, como otros, podría ser Bill Gates, pero le aburre ser
Bill Gates. Le divierte mucho más hacer lo que hace y, cuando necesita dinero,
se va a trabajar a alguna empresa de Silicon Valley con su mujer y sus niñas, y
lo único que pide cuando le citan a algún sitio es que se le pague el billete en
primera clase para él, su mujer y sus dos niñas pequeñas. Él tendrá suficiente
dinero para tener una pequeña vida, más o menos realizada, pero no es el
dinero lo que le interesa; lo que realmente quiere es quedarse todas noches
creando su Linux y perfeccionándolo, que la empresa no le moleste, y que
simplemente le pague suficiente para vivir y seguir adelante. Esto es la cultura
hacker. Esta cultura ha sido decisiva en todo el conjunto de la revolución
tecnológica actual.
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"Todos los protocolos sobre los que esta basado Internet son en código libre.
Todos están en la red, los puede bajar y los puede utilizar quien quiera,
organizados por innovadores —los hackers— que los hacen por el placer de
crear"
La tercera capa cultural que formó la historia de Internet son las formas
culturales alternativas. La gente a quien no le gustaba esta sociedad y que
encontró en Internet la capacidad de encontrar formas alternativas de vivir. La
gente que salió de los años sesenta, pero sobre todo, setenta, de los
movimientos contraculturales y que vio Internet como un espacio de libertad.
Cuando las comunas físicas empezaron a ser problemáticas de mantener, las
comunas virtuales, en cambio, se convirtieron en lugares de libertad donde, a
escala mundial, se podían construir formas alternativas de vida, de
comunicación y, en último término, de política. Curiosamente, de toda esta
tradición, por un lado, se produjeron muchos de los instrumentos que hoy
utilizamos en Internet —chats, mutabilities, etc.— y, por el otro, esas personas
crearon la mayor parte de las formas del uso de Internet trabajando sobre los
códigos culturales de los hackers, pero distintos de éstos. Para los hackers, lo
importante es la creación tecnológica; para las comunidades virtuales lo
importante es la aplicación de la tecnología a la inclinación cultural, política y
personal. El último desarrollo de este tipo en los últimos años ha sido,
obviamente, la utilización masiva por parte del movimiento antiglobalización de
las formas de comunicación y de organización a partir de Internet. No se puede
entender el movimiento antiglobalización sin entender las formas de
organización comunitarias y de difusión de ideas y de debates a escala global:
de lo global a lo local y de lo local a lo global.
Y la cuarta cultura que se montó sobre todo esto, pero ya en los años noventa,
nació en el momento en que hubo la suficiente densidad de utilización y la
suficiente densidad tecnológica para crear la cultura empresarial. Es decir, los
empresarios con vocación de riesgo —la mayor parte de ellos jóvenes y
nuevos empresarios, pero también aquellos que, dentro de las grandes
empresas, las transformaron en sentido empresarial— que, sobre esta nueva
cultura, tratan de desarrollar innovaciones en el plano empresarial para ganar
dinero. Entonces sí, se trata de ganar dinero, pero sobre la base de la
innovación: la capacidad de innovar tecnológicamente, innovar el modelo de
negocio, innovar el producto.
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El hecho de que Internet sea una cultura de libertad apoyada en este sistema
de códigos culturales innovadores permite, por un lado, crear nuevas
condiciones de organización e innovación empresarial que están en la base de
la nueva economía. La nueva economía no es la economía de las empresas de
Internet, es la economía de las empresas que se reorganizan en redes y que
innovan en cuanto a la capacidad de nuevas formas de crear riqueza que sólo
es posible gracias a la tecnología en red. Internet es a la nueva economía lo
que fue el motor eléctrico a la economía industrial. Por tanto, no hablamos de
las empresas que hacen Internet, sino de las empresas que usan Internet para
organizar su funcionamiento en red a partir de la innovación empresarial. Así
pues, es completamente distinto a decir que son las empresas puntocom. No
son las puntocom; éstas eran un caso extremo. Son todas las empresas. Un
ejemplo muy típico de empresa de nueva economía en España es la empresa
Zara, que está ampliamente organizada en redes informáticas e
intercomunicadas con todo el mundo, a partir de su sede central en Galicia.
Así pues, Internet es una creación cultural que permite la creación de una
nueva economía y el desarrollo de la innovación y la productividad económica.
En fin, Internet, cultura de la libertad, la interacción y la participación expresada
tecnológicamente, crea una plataforma tecnológica que permite ampliar
extraordinariamente el intercambio artístico y cultural; permite la creación de
una plataforma de cultura en la sociedad y la expresión de la sociedad civil, y
una ruptura de los marcos institucionales de definición de la cultura y el arte
oficiales. Hoy en día, existe una extraordinaria afloración de expresiones
culturales y artísticas a escala global, pero también local, ligadas a Internet.
Para dar un ejemplo, el mundo está lleno de concursos de teselaciones, que
son creaciones gráficas basadas en la obra de Escher
(http://www.mcescher.com/), que es uno de los sitios de Internet más visitados
y populares hoy en día. A cada cual le puede gustar Escher o no, pero lo
importante es que hay miles de personas en el mundo que compiten en crear
teselaciones; desde gente sin ninguna capacidad artística, a otros mejores. Es
decir, lo que era un acotamiento del espacio cultural y de expresión artística en
centros oficiales, está explotando en un mundo de creatividad a partir del cual
unos se aprovechan para su placer, otros se aprovechan comercialmente y
otros, simplemente, ni se enteran. Pero se ha ampliado enormemente el
espacio público de creación cultural y artística. La idea de que estamos en una
sociedad con capacidad autónoma de creación cultural, de que los sistemas de
controles burocráticos que existían se están disolviendo en gran medida, de
que la plataforma tecnológica existe para que la autonomía cultural y social
tenga capacidad de maniobra, es una idea que se organizó tecnológicamente,
pero que nace de una serie de culturas que, en su interacción histórica, crearon
esa plataforma de innovación, Internet, y que representan los intentos de
innovación en la economía, de autodeterminación cultural y, en cierto modo, de
reconcretización en lo político.
ÍNDICE
La corrupción en sí parece ser menos significativa que los escándalos (esto es,
corrupción o fechorías reveladas) y su repercusión política.
Así que, ¿por qué ahora? Si no es probable que la corrupción esté en su punto
más alto de la historia, ¿por qué estalla en todos los medios y por qué afecta
de forma tan devastadora a los sistemas y actores políticos en la década de los
noventa? Hay diversos factores institucionales y tendencias macropolíticas que
han debilitado los sistemas políticos, haciéndolos más vulnerables a la
confusión creada en la opinión pública. La competencia política y la lucha por
influir en el centro del espectro político del electorado han minimizado el
contraste ideológico a medida que los partidos/coaliciones, una vez asegurado
su núcleo de partidarios, se esfuerzan todo lo posible por arrebatar los temas y
posiciones a sus adversarios. Esto se traduce en un desdibujamiento de las
posiciones políticas y en la tendencia, por parte de los ciudadanos, de ser más
sensibles a la fiabilidad de los partidos y candidatos que a sus posiciones ante
los problemas. La personalización de la política también centra la atención en
los dirigentes y en su carácter, con lo que se abre la vía para los ataques
precisamente sobre esas cualidades como forma de ganar votos. La potente
economía criminal global en ascenso se ha infiltrado en las instituciones
estatales de muchos países, con frecuencia en los niveles más elevados del
gobierno, lo que proporciona munición para crear escándalos y también se
utiliza la información para amenazar a los políticos y lograr su sumisión. Los
factores geopolíticos también desempeñan su papel: así, los sistemas políticos
italiano y japonés, organizados en tomo a la Democracia Cristiana y el Partido
Liberal Democrático respectivamente, se establecieron a raíz de la Segunda
Guerra Mundial con una ayuda e influencia considerables de Estados Unidos,
para instalar un baluarte contra el comunismo en dos democracias que eran
cruciales en el contexto de la guerra fría y donde los partidos comunista y
socialista eran fuertes. Las conexiones antiguas y bien conocidas de algunos
notables democristianos con la Mafia y de algunos liberales demócratas con la
Yakuza no fueron un obstáculo para el apoyo incesante de las fuerzas
internacionales e internas a esos partidos, en la medida en que su reemplazo
era una operación excesivamente arriesgada. En el contexto posterior a la
guerra fría, cada partido queda abandonado a su suerte, a los movimientos del
mercado político de cada país; la disciplina interna de los partidos se vuelve
menos estricta, porque es más fácil permitir una competencia feroz en ausencia
de un enemigo exterior. Guehenno también ha sugerido que, en un mundo de
estados-nación evanescentes y compromisos ideológicos inciertos, las
recompensas por ocupar un cargo ya no son diferentes de las ofrecidas en la
sociedad en general, es decir, en definitiva, dinero, como la clave de los
proyectos personales u organizativos, desde disfrutar de la vida hasta
proporcionar el sustento a la familia o ayudar a causas humanitarias.
Todos estos factores parecen contribuir a que los sistemas políticos sean
vulnerables a la corrupción. Pero hay algo más, algo que, en mi opinión,
cambia la naturaleza de los sistemas políticos en las sociedades
contemporáneas. Sostengo que la política de los escándalos es el arma elegida
para luchar y competir en la política informacional. El argumento puede
resumirse así: en general, la política se ha encerrado en el espacio de los
medios. Los medios se han vuelto más poderosos que nunca, tecnológica,
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(...)
El análisis del proceso parece que debe hacerse en sentido inverso: el nuevo
medio de comunicación surge de una iniciativa personal empresarial que gana
un mercado que surgía en esos momentos: el mercado del cerco informativo a
la corrupción socialista. Su director y fundador es un profesional de relieve,
influido por el buen periodismo estadounidense, que decidió vengarse de su
expulsión de su anterior periódico, Diario 16, expulsión que él atribuyó a
círculos del gobierno. Una vez creado un instrumento de expresión que pronto
probó su eficacia, empezó a recibir «encargos», o sea filtraciones e
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(...)
-Las tendencias internas del Partido Socialista, pugnando entre sí para ganar
cuotas de poder y, sobre todo, para desprestigiar a los adversarios dentro del
partido en la opinión de Felipe González, líder indiscutible que en última
instancia decidía el reparto de las cuotas de poder. Tanto unas tendencias
como otras parecen haber desempeñado un papel importante en la filtración de
informaciones y en la predisposición de algunos medios de comunicación en
contra de la tendencia rival. En este sentido, no puede hablarse con propiedad
de una conspiración antisocialista, puesto que los socialistas también
conspiraron los unos contra los otros, participando en coalición con adversarios
del socialismo en contra de sus «compañeros de partido», en una buena
demostración de la fragilidad de las fronteras doctrinales como delimitación de
redes de poder.
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