Rut 2
Rut 2
Rut 2
2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo a recoger espigas en pos de aquel a cuyos ojos halle gracia. Y
ella le respondió: Ve, hija mía. 3 Partió, pues, y fue y espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que fue a la parte del
campo que pertenecía a Booz, que era de la familia de Elimelec.
4 Y he aquí que vino Booz de Belén, y dijo a los segadores: El SEÑOR sea con vosotros. Y ellos le respondieron: Que el SEÑOR te
bendiga. 5 Entonces Booz dijo a su siervo que estaba a cargo de los segadores: ¿De quién es esta joven? 6 Y el siervo a cargo de los
segadores respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de la tierra de Moab. 7 Y ella dijo: "Te ruego que me dejes
espigar y recoger tras los segadores entre las gavillas." Y vino y ha permanecido desde la mañana hasta ahora; sólo se ha
sentado en la casa por un momento. 8 Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía. No vayas a espigar a otro campo; tampoco pases de
aquí, sino quédate con mis criadas. 9 Fíjate en el campo donde ellas siegan y síguelas, pues he ordenado a los siervos que no te
molesten. Cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del agua que sacan los siervos. 10 Ella bajó su rostro, se postró en tierra y
le dijo: ¿Por qué he hallado gracia ante tus ojos para que te fijes en mí, siendo yo extranjera? 11 Y Booz le respondió, y dijo: Todo lo
que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle, y cómo dejaste a tu padre, a tu
madre y tu tierra natal, y viniste a un pueblo que antes no conocías. 12 Que el SEÑOR recompense tu obra y que tu remuneración
sea completa de parte del SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte. 13 Entonces ella dijo: Señor mío, he
hallado gracia ante tus ojos, porque me has consolado y en verdad has hablado con bondad a tu sierva, aunque yo no soy como
una de tus siervas. 14 Y a la hora de comer Booz le dijo: Ven acá para que comas del pan y mojes tu pedazo de pan en el vinagre.
Así pues ella se sentó junto a los segadores; y él le sirvió grano tostado, y ella comió hasta saciarse y aún le sobró. 15 Cuando ella
se levantó para espigar, Booz ordenó a sus siervos, diciendo: Dejadla espigar aun entre las gavillas y no la avergoncéis. 16
También sacaréis a propósito para ella un poco de grano de los manojos y lo dejaréis para que ella lo recoja, y no la reprendáis.
17 Y ella espigó en el campo hasta el anochecer, y desgranó lo que había espigado y fue como un efa de cebada. 18 Y lo tomó y fue
a la ciudad, y su suegra vio lo que había recogido. Y sacó también lo que le había sobrado después de haberse saciado y se lo dio
a Noemí. 19 Entonces su suegra le dijo: ¿Dónde espigaste y dónde trabajaste hoy? Bendito sea aquel que se fijó en ti. Y ella informó
a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El hombre con el que trabajé hoy se llama Booz. 20 Y Noemí dijo a su nuera: Sea él
bendito del SEÑOR, porque no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los muertos. Le dijo también Noemí: El hombre es nuestro
pariente; es uno de nuestros parientes más cercanos.
21 Entonces Rut la moabita dijo: Además, él me dijo: "Debes estar cerca de mis siervos hasta que hayan terminado toda mi
cosecha."22 Y Noemí dijo a Rut su nuera: Es bueno, hija mía, que salgas con sus criadas, no sea que en otro campo te maltraten.
23 Y ella se quedó cerca de las criadas de Booz espigando hasta que se acabó la cosecha de cebada y de trigo. Y vivía con su
suegra.
INTRODUCCIÓN:
La semana pasada comenzamos a estudiar el libro de Rut y tal como nos dijo Pedro, vimos que una familia de Belén Efrata parte
hacia Moab buscando mejores condiciones de vida y al transcurrir el tiempo suceden dos cosas, por una parte, fallecen tanto el
marido de Noemí y sus dos hijos quienes se habían casado con sendas moabitas quedando entonces tres mujeres viudas y sin
descendientes. Por otro lado, la misericordia de Dios ha traído de nuevo prosperidad a Belén y Noemí decide regresar a su tierra
acompañada de sus dos nueras a las que, no obstante, les recomienda regresar a Moab y rehacer sus vidas casándose de nuevo.
Esta declaración implica que Rut, una moabita idólatra, se había convertido al único Dios verdadero. Ella no mostró lástima por
sí misma ni manifestó la amargura que había atrapado el corazón de Noemí debido a su triste situación. En medio de las sombras,
Rut mantuvo una ecuanimidad y una serenidad que incluso su suegra debe haber envidiado. Cuando la muerte destroza a hogares
felices, se necesita mucha gracia para decir tal como Job: «El SEÑOR ha dado; el SEÑOR ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del
SEÑOR!»
La amargura que Noemí confesó por la pérdida de su esposo e hijos habla de su falta de fe en la providencia de Dios. Pero Rut,
aunque había sido pagana, parece estar de acuerdo con la voluntad divina. Rut lo dijo en serio, y mediante esa declaración cambió
la amargura de Noemí en dulzura. Nosotros podemos tener amigos fieles que se apegan a nosotros como Rut lo hizo con Noemí, y
otros como Orfa cuya amistad es solamente superficial y que nos dejan rápidamente.
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DESARROLLO:
2:1-3 Rut comienza su trabajo
1 Y tenía Noemí un pariente de su marido, un hombre de mucha riqueza, de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.
Según lo dicho en 1:16-18, la declaración de amor de Rut y su lealtad hacia Noemí se distingue como un amor puro y la más
desinteresada forma de devoción, especialmente cuando recordamos que Noemí tenía el doble de la edad de Rut, y que,
proverbialmente, no es fácil vivir con una suegra. Aquí tenemos una fuerte contradicción con la frivolidad moderna, el afecto
apasionado de una joven viuda por suegra su también viuda.
Este versículo nos dice que Booz era un hombre rico esto quiere decir, además de poseer fortuna, que era un hombre de la ley o
un hombre de guerra, o quizás ambas cosas.
Noemí obviamente lo conocía pero decidió no pedirle su apoyo, aunque era un hombre de buena posición que podría haberla
ayudado. La necesidad inmediata de ellas era tener algo para comer. Era humillante verse reducidas a semejante pobreza, pero
por ser el tiempo de la cosecha tenían una manera de ayudarse a sí mismas. La ley de Dios estipulaba que los agricultores no
debían cosechar las esquinas de sus campos, sino dejar el grano para ser recogido por los pobres. Pero no les daba la libertad de
espigar tras los cosechadores, éste era un privilegio concedido o negado según la buena voluntad o favor del dueño.
Levítico 19:9-10
9 "Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta los últimos rincones de tu campo, ni espigarás el sobrante de tu mies. 10 "Tampoco
rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; lo dejarás para el pobre y para el forastero. Yo soy el SEÑOR tu Dios.
Levítico 23:22
22 "Cuando seguéis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella ni espigaréis el sobrante de vuestra mies; los dejaréis
para el pobre y para el forastero. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios."
2Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo a recoger espigas en pos de aquel a cuyos ojos halle gracia. Y ella le
respondió: Ve, hija mía.
Cuando Rut escogió una nueva vida con Noemí, sabía que no sería una cosa fácil. Habría trabajo pesado y pobreza porque
estaban destituidas de un hombre proveedor. Además, estaría separada de su casa y familia. Noemí y Rut tenían que vivir, y Rut,
con la consideración que la caracterizaba, sabía que su anciana suegra no estaba en condiciones de trabajar. Este versículo es una
muestra de la humildad de Rut. Rut decidió aprovechar esta disposición de la ley mosaica, pero suponía que no todos los
agricultores recibirían bien a los que espigaban para ellos mismos sus campos, especialmente tratándose de una extranjera.
Quería hacerlo donde pudiera hallar gracia y cuando salió aquella mañana para seguir a los segadores, lo hizo con gozo y
confianza en que el Dios bajo cuyas alas había venido a refugiarse se encargaría de ella.
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No lo sabemos con certeza, pero si trasladamos la situación a nuestra familia particular; podemos suponer que antes de que Rut
partiese, Noemí le dijo algo así como: “Rut be careful”, o sea, “Rut ten cuidado” y que Rut le haya respondido: “Sí, seguro. Tendré
mucho cuidado”.
3Partió, pues, y fue y espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que fue a la parte del campo que pertenecía a Booz, que era de
la familia de Elimelec.
Rut no se avergonzó de la baja categoría del trabajo al ocupar su lugar como recolectora con los pobres y los marginados.
Cuando la providencia la empobreció, ella se sometió de buena gana a su suerte. Los espíritus soberbios prefieren morir de hambre
antes que doblegarse; no así Rut. No debemos avergonzarnos de un empleo honesto. Ningún trabajo es indigno. El pecado es una
cosa mala para nosotros, pero no debemos pensar lo mismo de algo a lo cual nos llama la providencia.
Debemos preguntarnos a nosotros mismos ¿Son soberbios nuestros espíritus? ¿Rechazaremos un trabajo dentro o fuera de la
iglesia por considerarlo indigno de nosotros? ¿Estamos dispuestos a sacrificarnos por el bienestar de otros?
También podemos preguntarnos ¿Cómo llegó Rut allí? Ella no tenía un GPS que la llevara derecho a ese terreno y le dijera: “Ha
llegado a su destino”, ni tuvo un sueño o una visión de parte de Dios que le indicase donde debía ir a recoger espigas. El término
aconteció sugiere que las cosas suceden al azar, de manera fortuita. Bajo la ley judía Rut tenía el derecho de recolectar en
cualquier campo en el que se estuviera cosechando. Aunque Rut no sabía nada de ningún pariente cercano de su suegro, por
“casualidad” escogió recoger espigas en el campo de Booz, de la familia de Elimelec.
Como los campos en Palestina no estaban cercados, aquí se refiere a aquella parte del campo abierto que estaba dentro de los
límites de Booz. Por lo que a ella respecta, y desde un punto de vista humano, todo sucedió así como por casualidad. Pero su
entrada en el campo de Booz, y no en el campo de otro hombre, no fue por casualidad. Desde el punto de vista divino, no fue así.
Entonces, no fue la casualidad la que unió a Booz y a Rut, porque Dios dirige los pasos de sus hijos. En sus planes para los
suyos no existe tal cosa como la suerte. Decidida a procurarse el pan para las dos, la hacendosa Rut fue directamente hacia los
brazos de la providencia divina. Su elección del campo no fue accidental. Dios había sido su guía invisible. Dios ordena sabiamente
lo que a nosotros nos parecen hechos pequeños; y los que se ven totalmente inciertos, también son dirigidos a servir a su gloria y al
bien de su pueblo.
Él nos guía a través de Su Palabra, de Su Espíritu, y a veces lo hace a través de las circunstancias. Creemos que el Señor nos
guía así como guió a Rut. Dios quiere guiarnos hoy en día. Dios quiere que permanezcamos cerca de Él. He aquí una pregunta
retórica ¿Queremos ser guiados por Dios o queremos ser nosotros los capitanes de nuestro destino?
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Sin embargo, tenemos que estar muy cerca de Él para poder ser guiados. No podemos simplemente correr a Dios para aferrarnos
de Su voluntad en el último momento, cuando ya nos hallamos en apuros tratándolo como si fuera un comodín o el mago de la
lámpara. Se trata de permanecer cerca de Él en todo momento.
Salmo 32:8
8 Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti.
El lenguaje piadoso y bondadoso entre Booz y sus segadores nos muestra que había personas misericordiosas en Israel. Un
lenguaje como éste rara vez se oye en nuestros campos; por el contrario, con demasiada frecuencia, tal lenguaje es inmoral y
corrupto. Pero la verdadera religión enseña al hombre a comportarse rectamente en todas las situaciones; forma amos amables y
siervos fieles y produce armonía en la familia. La religión verdadera produce amor y bondad mutuos entre personas de diferentes
rangos. Tuvo estos efectos sobre Booz y sus hombres. Cuando él iba a ellos, oraba por ellos. Ellos no lo maldecían en cuanto él se
ponía fuera del alcance de oírlos, como algunos siervos de mala naturaleza que odian el ojo de su amo, sino que retribuían su
cortesía. Lo más probable es que las cosas salgan bien donde hay una buena voluntad como esta entre amos y siervos. Ellos se
expresaban su bondad unos a otros y oraban los unos por los otros.
Vemos entonces que llegó el dueño y saludó a sus segadores con palabras que asociamos más con la iglesia que con nuestro
lugar de trabajo. ¡El Señor sea con vosotros!, una expresión familiar para muchos cristianos, sólo aquí es usada en esta forma
precisa. El saludo acostumbrado era “paz” (shalom). Booz y sus segadores reconocían su dependencia de Dios para obtener una
buena cosecha. Esta salutación piadosa entre el amo y sus trabajadores, demuestra claramente los sentimientos religiosos entre la
población rural de Israel en aquella época.
5 Entonces Booz dijo a su siervo que estaba a cargo de los segadores: ¿De quién es esta joven? 6 Y el siervo a cargo de los segadores
respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de la tierra de Moab. 7 Y ella dijo: "Te ruego que me dejes espigar y recoger tras los
segadores entre las gavillas." Y vino y ha permanecido desde la mañana hasta ahora; sólo se ha sentado en la casa por un momento.
En el Oriente se practicaban varios modos de cosechar; donde el crecimiento es ralo, se arrancan las plantas de raíz, de lo
contrario se corta con la hoz. Sea como sea el modo de cosechar, el grano se mete en gavillas, para trillarlo más tarde,
generalmente cuando se termina de segar. Los trabajos del campo se empezaban temprano en la mañana, antes que el calor fuera
sofocante. La casa de la que se habla era una carpa levantada en el campo para el descanso ocasional y el refrigerio de los
trabajadores.
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Después que las personas se pusieron a espigar, Booz entró en su campo. Habló a su siervo, quien estaba encargado de los
segadores. El trabajo de este siervo (una especie de capataz) consistía en vigilar las operaciones en el campo, proveer las
provisiones a los trabajadores, y pagarles el jornal en la tarde. Había pobres, extranjeros que espigaban en su campo y se fijó en
que había muchos. Luego, de repente vió a Rut.
Booz quiso saber de quién era ella. Creemos que Booz era uno de los solteros más aceptables en todo Belén. Pues bien también
creo que para Booz éste fue un caso de amor a primera vista. Podemos preguntarnos: "¿Por qué no conoció Booz antes a Rut? La
respuesta, posiblemente, se halla en el hecho de que él había estado fuera. Probablemente luchando en una de las innumerables
guerras que se libraban durante el tiempo de los jueces. Era un hombre de guerra, un hombre rico, un hombre seguidor de la ley.
Quizás fuese uno de los hombres más prominentes en todo Belén, y uno de los solteros más aceptables. Ahora, se había
enamorado de la joven Rut.
El siervo relaciona a Rut con su suegra Noemí, al ser interrogado por Booz sobre ella (Vs. 6). Rut es reconocida por los
trabajadores en la era como la extranjera moabita y como la compañera y nuera de Noemí. Es decir, es reconocida por su
procedencia nacional y por su relación o familiaridad con Noemí. Estos dos aspectos se repiten en el libro sobre la identidad de
ella. Parte de su identidad y presentación es ser moabita y nuera de Noemí.
Por lo tanto, es altamente revelador que se asocie permanentemente a ella con su suegra. Pareciera a simple vista que Rut no
tiene identidad propia, sino en relación con otras personas y lugares. No obstante, se nos está relatando, la inmensa bendición de
estar al lado de esta mujer sufrida, lo cual le posibilita una identidad y posición en Belén.
8 Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía. No vayas a espigar a otro campo; tampoco pases de aquí, sino quédate con mis criadas. 9 Fíjate
en el campo donde ellas siegan y síguelas, pues he ordenado a los siervos que no te molesten. Cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del
agua que sacan los siervos.
El recoger las espigas era trabajo de mujeres, mientras que el manejo de las gavillas era trabajo de los hombres. Booz no sólo
dió a Rut el amplio privilegio de espigar tras los segadores, sino que además proveyó para su comodidad personal. A los
espigadores a veces se les permitía, por la bondad y la caridad de los amos, participar de las provisiones hechas para los
segadores. Los vasos mencionados eran botellas de cuero, llenos de agua. Es interesante que Booz le dijo a Rut: "No vayas a
espigar a otro campo". No quiso que ella fuera a otra parte para espigar. Evidentemente ya estaba comenzando a mostrar interés
en ella.
10 Ella bajó su rostro, se postró en tierra y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia ante tus ojos para que te fijes en mí, siendo yo extranjera? 11
Y Booz le respondió, y dijo: Todo lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle, y cómo
dejaste a tu padre, a tu madre y tu tierra natal, y viniste a un pueblo que antes no conocías.
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¿Por qué he hallado gracia en tus ojos?" Creemos que esta fue una pregunta sincera por parte de Rut. Pero Rut hizo esta
pregunta a Booz porque Noemí la había instruido y preparado para lo peor. Noemí le había recordado a Rut que ella era moabita y
que los hombres israelitas no le harían mucho caso. Eso quería decir que probablemente permanecería viuda todos los restantes
días de su vida. Sería rechazada. Y Rut aceptó y creyó lo que Noemí le había dicho.
Es por eso que se quedó tan sorprendida cuando espigó por primera vez en un campo, cuyo dueño era probablemente el soltero
más observado del pueblo. Éste llegó y se enamoró de ella a primera vista, e inmediatamente comenzó a cuidarla. Y ella quedó tan
admirada de su interés que le preguntó: ¿Por qué te has fijado en mí y eres tan amable conmigo? Este libro de Rut nos revela algo
interesante porque constituye uno de los casos del Antiguo Testamento en el que las barreras raciales se rompieron y Dios amó y
se preocupó por aquellos que llevaban sobre ellos el estigma del juicio.
Ahora bien, es posible contestar la pregunta de Rut, diciendo que ella era atractiva, maravillosa, que tenía todo el encanto que
un hombre podría desear en una mujer y en una esposa. Pero, si me pregunto a mí mismo ¿Por qué he hallado yo, Vladimir
Miramare, gracia en los ojos de Dios? No puedo responder, Porque no hay nada en mí, estimados hermanos, que merezca la gracia
de Dios. Yo estaba muerto en delitos y pecados, viviendo en las pasiones de la carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la
mente, Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que me amó, aún cuando estaba muerto en mis delitos,
por el poder de su amor, me dió vida juntamente con Cristo (por gracia he sido salvado) Fue cuando yo era impío, huyendo de Dios,
en rebelión contra Dios, pecador, débil, que Cristo murió por mí y por cada uno de nosotros como nos dijo el apóstol Pablo en su
carta a los Romanos capítulo 5, versículos 6 y 8
6 Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
¿Por qué murió Cristo? Porque nos amó. Vió nuestra necesidad de la salvación. Vió cuan indignos éramos, y por eso, hallamos
gracia en Sus ojos.
Booz le respondió: Aunque Booz nunca antes había conocido a Rut, había oído hablar de ella. Tenemos la idea de que muchos le
habrían hablado de la joven que había regresado con Noemí, de su bondad y de su belleza. Seguramente le contaron como ella
había dejado su tierra natal y se había identificado con el Dios de Israel y con su pueblo. Luego, al conocerla, Booz no podía creer
que ella fuera tan maravillosa. Quizá le habían dicho lo mismo en cuanto a muchas otras y por tanto, él no tenía mucha prisa en
averiguar si en este caso era verdad, o no. Pero, vemos entonces que ella entró en su campo, él la vio y se enamoró de ella.
12 Que el SEÑOR recompense tu obra y que tu remuneración sea completa de parte del SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a
refugiarte.
Rut había confiado en el Señor. Por tal motivo había tomado la decisión de dejar su tierra de Moab. Había declarado que el Dios
de Noemí sería su Dios. Había abandonado la idolatría para confiar en el Dios vivo y verdadero. Era ya una hija de Dios. Booz se
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dió cuenta de que él solo no podía recompensarla lo suficiente por su obra, y por tanto, oró que ella fuera abundantemente
recompensada por el Señor. Ahora veamos lo que Rut dijo aquí en el versículo 13:
13 Entonces ella dijo: Señor mío, he hallado gracia ante tus ojos, porque me has consolado y en verdad has hablado con bondad a tu
Rut aceptó la hospitalidad bondadosa que le fue extendida y reconoció el hecho de que Booz había traído paz a su corazón.
Recalcó el hecho de que era extranjera y que no era ni siquiera como una de sus criadas. Pero ella no era como las otras criadas y
esa fue la razón por la que Booz se fijó en ella. La belleza física de la joven gentil, junto con su hermoso carácter, hicieron surgir el
amor en el corazón de Booz.
Ahora también nosotros tenemos un Salvador que nos ama, y nosotros debemos amarle a Él. El apóstol Juan nos dijo en su
primera carta capítulo 4, versículo 19 que: "Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero."
Hermanos, a través de los siglos, desde antes y después de Rut, hombres y mujeres hemos sido alcanzados por el amor de Dios.
Personas de todas las condiciones, que habíamos vivido como si Dios no existiera, y que no nos estimábamos a nosotros mismos,
y que estábamos profundamente descontentos con su carácter, con su forma de ser, descubrimos con asombro que, a pesar de
todo, Dios nos amaba.
14 Y a la hora de comer Booz le dijo: Ven acá para que comas del pan y mojes tu pedazo de pan en el vinagre. Así pues ella se sentó junto a
los segadores; y él le sirvió grano tostado, y ella comió hasta saciarse y aún le sobró.
En tiempos bíblicos, los segadores o los trabajadores al aire libre usaban vinagre también conocido como vino agrio, como un
medio de refresco en los climas cálidos durante la cosecha. Dependiendo del gusto preferido, se diluía o se consumía "puro". Booz
invitó a Rut a almorzar con él. No fue ningún festín de manjares especiales; pero, fue la comida apropiada para las circunstancias
en que se encontraban. Booz era un hombre pudiente, pero comía con sus trabajadores, y así se preocupó de que Rut tuviera lo
suficiente para comer. ¿Cómo crees que se sintió Ruth durante esta comida? Probablemente, para ella fue la mejor comida que
había comido desde hacía mucho tiempo.
15 Cuando ella se levantó para espigar, Booz ordenó a sus siervos, diciendo: Dejadla espigar aun entre las gavillas y no la avergoncéis. 16
También sacaréis a propósito para ella un poco de grano de los manojos y lo dejaréis para que ella lo recoja, y no la reprendáis.
Los pobres que espigaban en el campo estarían más que dispuestos a situarse donde el grano fuese mejor y podemos
comprender que el dueño del campo tenía que mantenerles a raya, por detrás y a cierta distancia de sus propios segadores.
Imagínense lo que está ocurriendo hermanos: ¡Un hombre que es dueño de un campo, diciéndole a sus obreros que dejen que una
campesina espigue entre las gavillas! Si ella llegaba a donde ellos trillaban y recogía una de las gavillas, no debían decirle ni una
sola palabra. Debían dejar que ella la recogiera.
Reflexionemos sobre esto: ¿Qué fue lo que dijo Booz? Les estaba diciendo a sus trabajadores, a sus criados, que observasen a Rut.
Si ella espigaba tras ellos, debían dejar caer una gavilla o dos y hacerse los desentendidos, seguir como si no hubiera pasado
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nada. Debían asegurarse de que ella las recogiera. ¿Sabías tú que lo que él les dijo era conforme a la ley mosaica? Booz conocía
bien la Ley e instruyó a sus empleados al respecto.
Deuteronomio 24:19 Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no regresarás a recogerla; será para el
forastero, para el huérfano y para la viuda, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos.
Una bendición especial sería el resultado de esta acción generosa. Esta fue la manera en que Dios cuidó de los pobres en aquel
entonces, y según este versículo Booz recibiría una verdadera bendición del Señor por su manera de tratar a Rut.
Centremos ahora nuestra atención en los rasgos que el pasaje nos muestra de Booz:
Generosidad: La laboriosidad y el arduo trabajo de Ruth en los campos hacen que Boaz extienda una invitación generosa para
su refrigerio. Además de esta invitación, Boaz continuó ofreciendo su provisión en la forma de recoger más allá de la ley
establecida. La generosidad abarca diferentes factores que revelan quienes somos, incluidos los recursos, los dones y el tiempo.
Booz era un hombre de recursos (materiales) pero también era un hombre de carácter noble (corazón).
La generosidad comienza en el corazón. Debemos orar por tener un corazón de generosidad. ¿En qué áreas quieres tú practicar
mejor la generosidad?
1 Timoteo 6: 17-19
17
A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el
cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. 18 Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras,
generosos y prontos a compartir, 19 acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo
que en verdad es vida.
Satisfacción de Rut:
Además de la generosidad de Booz, el texto hace referencia a la comida de la que Ruth estaba satisfecha y de la que tenía un
sobrante restante. La verdadera satisfacción proviene del Señor. Nuestros deseos deben estar alineados con la definición bíblica de
satisfacción.
Salmo 107: 9 dice: "Porque él satisface al alma anhelante, y al alma hambrienta llena de cosas buenas."
Isaías 58:11
9
11 Y el SEÑOR te guiará continuamente, saciará tu deseo en los lugares áridos y dará vigor a tus huesos; serás como huerto regado y como
manantial cuyas aguas nunca faltan.
¿Qué tan satisfecho estás con tu vida? ¿Tu matrimonio? ¿Tu profesión? ¿Tus amistades? ¿Tu fe?
Noemí vió que Rut había espigado mucho más que lo que habría podido obtener una mujer normal trabajando en el campo, en un
solo día. Había recogido muchísimo más que lo acostumbrado, lo cual sorprendió a Noemí. Porque parecía haber sucedido lo que
ella creía que nunca pasaría. En otras palabras, alguien se había fijado en Rut. Noemí le pregunta por el dueño del campo en el que
Ruth estaba espigando. A medida que se revela la identidad de Booz, Noemí se regocija con gozo y reza por Booz: Rut le contó a
Noemí como había espigado en el campo de Booz. Francamente, su nombre no significaba nada para Rut. Ella no sabía quién era
Booz ni su posición en la comunidad, pero Noemí sí lo sabía.
Todo lo que ella sabía era que él se había portado de una manera muy bondadosa con ella. No creemos que a esta altura,
tuviera idea de que Booz se había enamorado de ella. Su suegra le había dicho que nadie se fijaría en ella porque era extranjera, y
Rut se había mentalizado con respecto a la viudez y a la pobreza perpetua. Recordemos que ella le había preguntado a Booz con
verdadera sorpresa: "¿Por qué he hallado gracia en tus ojos? Pero ella aún no se había dado cuenta del significado completo de lo
que estaba ocurriendo.
20Y Noemí dijo a su nuera: Sea él bendito del SEÑOR, porque no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los muertos. Le dijo también
Noemí: El hombre es nuestro pariente; es uno de nuestros parientes más cercanos.
La amabilidad que Naomi menciona es la palabra judía, hesed, y es difícil de traducir porque representa un grupo de ideas:
amor, misericordia, gracia, bondad. Envuelve en sí misma todos los atributos positivos de Dios. Hesed es una de las características
más preciadas del Señor. Hesed es una cualidad que mueve a alguien a actuar en beneficio de otra persona sin considerar "¿qué
hay para mí?". Puede traducirse como "amor leal". A veces el énfasis está en "leal" y otras veces se hace hincapié en "amor."
En los tiempos de Rut y Booz, existía lo que era conocida como la ley del pariente-redentor, la ley del "goel", que es una palabra
hebrea que significa "el pariente cercano-redentor". Esta ley nos resulta extraña porque no disponemos en la actualidad, en
ningún país del mundo, de ninguna legislación que se corresponda con ella. En este libro de Rut vemos como operaba la ley del
pariente-redentor y también otras leyes que hemos mencionado antes y que asimismo nos resultan extrañas.
Una de ellas era la base que Dios había dispuesto para la atención a los pobres, permitiéndoles que entraran en los campos y
viñedos para espigar después que el propietario hubiese enviado una vez a sus segadores. Era una buena provisión para los
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pobres porque quedaba mucho sin recoger. Ese cuidado de Dios de los necesitados preservaba la dignidad de ellos, dándoles la
oportunidad de trabajar por lo que recibían.
Ahora veamos operar la ley del pariente cercano-redentor, detallada en el capítulo 25 de Levítico, y que operaba en tres áreas
diferentes. En relación con la tierra, con los individuos y con las viudas.
Booz estaba relacionado con el marido de Noemí, cuyo nombre era Elimelec (que significaba "Mi Dios es Rey"). Interpretamos que
los padres de Elimelec y Booz eran hermanos, lo cual convertía a los hijos en primos y, en consecuencia, podríamos decir que Booz
era primo del primer marido de Rut. Por ello, Noemí le dijo a Rut que Booz era uno de los parientes cercanos que tenían el deber de
redimirlas.
Como el énfasis está en el término goel veamos, en primer lugar a esta ley, en relación con la tierra. Dice Levítico 25:23 y 24: 23 La
tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es, y vosotros como forasteros y extranjeros sois para mí.
24Por tanto, en toda tierra
de vuestra posesión otorgaréis derecho a rescatar la tierra. Ahora, ¿cómo haría Dios esto? El versículo 25: "25 Si tu hermano empobrece y
vende algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano haya vendido". Ésta, pues, la ley del
pariente cercano-redentor en relación con la tierra.
Ahora, veamos esta ley en operación. Cuando este pueblo llegó a la tierra prometida, Dios se la entregó. Pudieron ocuparla en la
medida en que fueron fieles a Dios. Cuando fueron infieles, Dios les expulsó. La tierra no debía ser vendida para siempre, es decir,
en forma permanente. Dios dijo que había dado aquella tierra a Su pueblo, a los israelitas. Nunca deberían venderla para siempre.
Ni tampoco podrían vender la tierra fuera de la familia.
Dios dice que la tierra realmente era de Él, pero que la estaba dando a los israelitas bajo ciertas condiciones que se declaran en
Levítico 25: 24. Dios no sólo dió la tierra a Israel, sino que también puso los límites alrededor de ella. Dió a cada tribu una porción
particular de la tierra. En cada tribu, cada familia tenía cierta porción de tierra que era suya. Aquella tierra debía quedar en la
familia, y nunca podía salir de la posesión de la familia mientras permanecieran en la tierra prometida.
Ahora, ¿Cómo proveyó Dios a fin de que la tierra quedara dentro de la familia? Bueno, supóngase que a un hombre le pasaran
dos o tres años malos por causa de la sequía, tuviera que deshacerse de su propiedad, y tuviera un vecino rico que veía la
oportunidad de hacer una hipoteca. Y podía hacerlo por un período máximo de 50 años. Dios lo arregló de tal manera que cada año
de jubileo, es decir, cada 50 años, todas las hipotecas eran canceladas, todos los esclavos eran puestos en libertad y toda
propiedad se devolvía a su dueño original.
Ahora, esta ley no solo se aplicaba a la propiedad sino también a las personas. En el capítulo 25 de Levítico, versículos 47 al 49
leemos: "Si el forastero o el extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al
forastero o extranjero que está contigo, o alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de
sus hermanos lo rescatará. O su tío o el hijo de su tío lo rescatará, o un pariente cercano de su familia lo rescatará; o si sus medios
alcanzaren, él mismo se rescatará".
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Quizás un hombre tuviera una pobre cosecha y no solamente hubiera perdido su propiedad, pero debido a la sequía o al hambre,
sus hijos tenían hambre y él mismo se había vendido como esclavo para alimentar a su familia. Este pobre hombre viviría en la
esclavitud hasta el Año del Jubileo. Si aún faltaban 49 años para ese Año, pasaría un largo período como esclavo. Incluso podría
morir en la esclavitud. Pero si tuviera un familiar rico, un día podría verle venir por el camino con el dinero para pagar el precio de
su esclavitud. En ese caso, su familiar o pariente redentor, al pagar el precio, lo habría redimido y el que había sido esclavo sería
puesto en libertad.
¿Con qué o con quién podemos asociar la figura del pariente cercano-redentor? El pariente cercano-redentor era una figura del Señor
Por tal motivo en el Nuevo Testamento se usa la palabra redención en vez de expiación. La
Jesucristo. Él es nuestro pariente-redentor.
expiación, todo lo que hacía era cubrir los pecados. Pero la redención, significa el pago de un precio para que el que ha sido
redimido por ese precio, pudiera salir en libertad sin recibir ningún castigo.
Los seres humanos fuimos vendidos al pecado. Somos siervos del pecado, según nos dice la Palabra de Dios. Pero, Cristo pagó
el precio de nuestro pecado al morir en la cruz. Ahora Cristo no solo murió para redimirnos a nosotros, sino también para redimir a
esta tierra. Tú y yo vivimos en una tierra que está bajo la maldición del pecado. Algún día será liberada de la esclavitud de la
corrupción, y entonces habrá un nuevo cielo y una nueva tierra. Esta es también una parte de la redención divina.
Tenemos un pariente-redentor. Él ya ha pagado el precio de nuestra redención, y uno de estos días vendrá otra vez. Levantará
la maldición de la tierra y el desierto florecerá nuevamente, y Él librará a todos aquellos que han confiado en Él.
Entonces sabemos que Booz era un pariente cercano-redentor, pero él no tenía la capacidad de actuar como tal porque había otro
pariente más cercano que Booz y que tendría la oportunidad de actuar como tal, pero rehusaría hacerse cargo de Rut. Sin embargo,
Booz la amaba y eso cambiaría las cosas.
En el caso de Dios, Él no tenía por qué redimirnos. Éramos pecadores perdidos. Si no nos hubiera redimido, aun habría
continuado siendo un Dios justo y santo. Pero Él nos amó. Y así que la salvación por redención es una historia de amor. Y en este
libro se nos narra en un lenguaje sencillo, ilustrada por medio de esta joven extranjera del pueblo de Moab y por Booz, en la tierra
de Israel.
21Entonces Rut la moabita dijo: Además, él me dijo: “Debes estar cerca de mis siervos hasta que hayan terminado toda mi cosecha”. 22 Y
Noemí dijo a Rut su nuera: Es bueno, hija mía, que salgas con sus criadas, no sea que en otro campo te maltraten. 23 Y ella se quedó cerca de
las criadas de Booz espigando hasta que se acabó la cosecha de cebada y de trigo. Y vivía con su suegra.
La sagaz anciana judía supo que el programa del Señor se estaba desarrollando satisfactoriamente. Sabía que Booz era pariente
cercano de su marido muerto, y sintió que el Señor iba a obrar maravillosamente a favor de ella y Rut. Así que animó a Rut a
continuar espigando en los campos de Booz.
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El consejo de Noemí de quedarse en los campos de Booz era prudente. Puesto que había mostrado gracia, sería un insulto que
Rut se fuera de su protección a espigar a otro campo. Nosotros tampoco debemos extraviarnos de la provisión y protección
prometida del Señor, yendo a los campos de los placeres del mundo.
Noemí había perdido su propiedad. Al parecer, faltaba mucho tiempo para el año de jubileo. Y aquí estaban dos viudas muy
pobres, y necesitaban a alguien para redimirles su propiedad. No habían sido vendidas en esclavitud, pero sus circunstancias no
eran favorables. Esta cosecha duraría aún unas seis semanas. Durante ese tiempo, cada tarde, Booz y Rut, probablemente, serían
vistos caminando juntos hacia Belén. El hecho era que Booz la amaba y estaba dispuesto a redimirla. Pensando ya en nosotros,
diremos que es maravilloso que hayamos tenido un Salvador que nos amó, que vino a esta tierra hace más de dos mil años para
redimirnos.
CONCLUSIÓN:
Noemí y Rut, junto a Booz, estaban siendo capacitadas para ejercer la responsabilidad humana, frente a la voluntad divina. Una
de las razones que hace que sus personas, descansen y confíen en el Señor a pesar de las circunstancias adversas y trágicas que
están viviendo, es la seguridad de la redención. De esta forma, debemos establecer en nuestras vidas dinámicas de dependencia
espiritual y principios de confianza y de descanso en la siempre buena, perfecta y agradable voluntad de Dios, aunque no la
entendamos. Los creyentes, estamos convencidos que en Jesucristo el Hijo de Dios, hay salvación definitiva y segura. Partimos de
la creación, pasamos por la caída, la redención y esperamos la glorificación. Esta esperanza nos alienta y sostiene.
En el programa de Dios no hay tal cosa como suerte, ni casualidad, ni accidentes. Como el resto de la historia bien lo ilustra,
éste no fue un hecho fortuito, sino el resultado de la dirección de la mano invisible de Dios. Dios estaba determinando todos los
eventos en la vida de esta extranjera, a fin de que ocupara una posición estratégica y fuera un eslabón importante en la genealogía
Bíblica, en la sucesión de las generaciones que llevarían hasta el Rey David y a Jesucristo.
En Booz vemos ilustradas muchas de las excelencias de Cristo. Booz era hombre de grandes riquezas (v. 1). Tenía compasión del
extranjero que no tenía derecho a sus favores (vv. 8–9). Sabía todo acerca de Rut, aun antes de que ella le conociera (v. 11), así
como el Señor sabe todo acerca de nosotros antes de que lleguemos a conocerle. Sirvió a Rut con gracia, y todas sus necesidades
fueron satisfechas (v. 14). Le concedió protección y prosperidad para el futuro (vv. 15–16). En estos actos de gracia vemos
prefiguradas las misericordias de nuestro bendito Pariente Redentor hacia nosotros.
Dios provee para los suyos
Proveyó a un familiar de Elimelec, esposo difunto de Noemí. Proveyó el lugar específico donde espigar. Proveyó el tiempo exacto
(Booz había regresado a Belén). Proveyó la protección de otras damas para acompañar a Rut en el campo. Proveyó comida y
bebida de la generosidad de Booz.
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