Las Áreas Del Nivel Primario y Su Importancia
Las Áreas Del Nivel Primario y Su Importancia
Las Áreas Del Nivel Primario y Su Importancia
En esta situación inicial el profesorado debe tratar de detectar en cada alumno el desarrollo
de las diversas capacidades lingüísticas, es decir, los niveles de comprensión y expresión oral
en distintas situaciones y las experiencias previas que ha tenido en relación con la lengua
escrita. Para ello es necesario realizar un seguimiento detallado de los distintos aspectos
involucrados en las actividades comunicativas: cómo se desenvuelve en las situaciones de
intercambio verbal, de que forma se relaciona con los demás, finalidades para las que usa la
lengua, formas lingüísticas que utiliza y contenido del mensaje que comunica. La
observación sistemática parece el procedimiento más indicado para llevar a cabo una
valoración inicial de los alumnos. Las observaciones pueden realizarse en cualquier situación
que estimule el interés de los niños, ya sea espontánea (entradas, salidas, juegos, etc.) o
planificadas (trabajos en grupo o cualquier actividad en el aula). Es importante que se hagan
de forma regular y puede resultar de gran ayuda dejar constancia escrita de ellas.
Los niños al entrar en la escuela tienen bagajes muy diferentes; los procesos de desarrollo
y aprendizaje son distintos para cada alumno, sus intereses y motivaciones son diversos y se
manifiestan diferencias lingüísticas notables. En consecuencia, parece importante ofrecer una
respuesta educativa diferenciada que atienda a la diversidad del alumnado. Para ello se han
de buscar estrategias didácticas diversas, programando distintos tipos de actividades,
buscando materiales variados, practicando agrupamientos flexibles. Además, se ha de tener
en cuenta que no es posible partir de un modelo único de lengua; es más coherente adoptar
una actitud de aprecio hacia las diferencias lingüísticas presentes en el aula, eliminándose
cualquier actitud de rechazo o infravaloración hacia cualquier variedad lingüística.
La adquisición del lenguaje se lleva a cabo a través de la interacción con otros, se realiza en
un contexto social. Parece importante crear un clima positivo y acogedor para que las niñas
y niños puedan expresarse respetuosamente. El profesorado ha de promover el diálogo con
sus alumnos y deben contemplarse distintas actividades en las que los alumnos se beneficien
de la interacción con los compañeros: trabajos cooperativos, debates, actividades en las que
se establecen relaciones de tipo tutorial en las que un alumno cumple la función de profesor
con otro compañero, etc.
Junto con estos principios generales parece preciso reconocer el valor modélico del maestro
y de los textos empleados. El comportamiento lingüístico del maestro cuando habla o escucha
a sus alumnos y cuando lee y escribe con ellos, así como el clima comunicativo en el Centro,
son factores de excepcional importancia en la enseñanza de la lengua como auténtico
instrumento de comunicación.
1.- Espacios:
Es importante hacer sentir al alumnado que el aula no es el único referente para el área; la
biblioteca del Centro, los pasillos, el patio, otros espacios comunes o cualquier otro contexto
comunicativo es igualmente propio de esta área. En relación con el aula puede ser bueno
crear un espacio determinado en que se encuentre la biblioteca y otros recursos didácticos
como el material audiovisual, los ficheros de vocabulario y ortografía, el ordenador, los
juegos, la imprenta, etc.
Se trata de trabajar con materiales que respondan a muy distintas situaciones comunicativas
y que aparezcan en soportes diferentes. Pueden resultar especialmente útiles los textos
auténticos, respetando su integridad, procurando que sean completos y que recojan los
diferentes elementos que aportan sentido al mensaje.
Por otra parte, se deberá potenciar la formación de una biblioteca de Centro y bibliotecas
de aula. En el caso de ésta última, no es necesario que sea excesivamente amplia en cuanto
al número de volúmenes. Por último, la utilización de las nuevas tecnologías de la
información puede ser especialmente indicada en esta área: la radio, el magnetófono, la
televisión, el vídeo, el ordenador, etc.
En cualquiera de ellas debe facilitarse una adecuada disposición de niñas y niños en la que
realmente sea posible la comunicación. (gran círculo, grupos pequeños, etc.) La composición
de los grupos puede decidirse libremente por los alumnos o puede ser orientada por el
maestro, en función de las necesidades concretas de aprendizaje.
ORIENTACIONES ESPECÍFICAS:
Por otra parte, en Lengua y Literatura se han de tener en cuenta todos los elementos que
puedan facilitar el aprendizaje de otras áreas. En este sentido se ha considerado importante
la incorporación al currículo de esta área de contenidos como: el manejo de la biblioteca, la
utilización de textos de distintas áreas para trabajar la comprensión, el empleo de técnicas
para el tratamiento de la información, etc.
En cuanto a las actitudes, una de las novedades que aporta el modelo curricular es la
introducción de este tipo de contenidos a la par que otros que tradicionalmente han sido los
únicos que se han considerado contenidos educativos.
A lo largo de esta etapa educativa será preciso trabajar contenidos sencillos en torno al texto
literario, iniciando un proceso sobre el que posteriormente se ha de profundizar y
sistematizar. Es preciso ofrecer gran variedad de textos adecuados a sus intereses y a su nivel
lingüístico. Igualmente es importante que a los alumnos se les brinde la oportunidad de
comunicar su experiencia como lectores a otros compañeros, fomentando la participación en
comentarios colectivos, pequeños escritos donde se recojan sus opiniones, elaboración de
carteles en los que se anuncien: libros favoritos, dramatizaciones de algunas escenas,
preparación de cómics basados en libros, etc.
La pedagogía y la didáctica
La pedagogía (del griego παιδίον paidíon 'niño' y ἀγωγός agōgós 'guía, conductor') es la
ciencia que tiene como objeto de estudio la educación con la intención de organizarla para
cumplir con determinados fines, establecidos a partir de lo que es deseable para una
sociedad, es decir, el tipo de ciudadano que se quiere formar. Pertenece al campo de
las ciencias sociales y humanas.
El objeto de estudio en la pedagogía es «la educación», tomada ésta en el sentido general,
que le han atribuido diversas legislaciones internacionales, como lo referido en documentos
de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura
(Unesco), la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (OEI) y los propios de cada país (como las leyes generales o nacionales sobre
educación). También es posible encontrar la palabra «formación» como objeto de estudio
de la Pedagogía, siendo «educación» y «formación» vocablos sinónimos en tal contexto
(existe un debate que indica que son términos diferentes).
La pedagogía estudia a la educación como fenómeno complejo y multirreferencial, lo que
indica que existen conocimientos provenientes de otras ciencias y disciplinas que le pueden
ayudar a comprender lo que es la educación; ejemplos de ello son la historia, la sociología,
la psicología y la política, entre otras. En este contexto, la educación tiene como propósito
incorporar a los sujetos a una sociedad determinada que posee pautas culturales propias y
características; es decir, la educación es una acción que lleva implícita la intencionalidad
del mejoramiento social progresivo que permita que el ser humano desarrolle todas sus
potencialidades. Para una mejor comprensión de la historia de la conformación de la
Pedagogía y su relación con la educación, Immanuel Kant y Durkheim aportan elementos
importantes. Kant propone la confección de una disciplina que sea científica, teórica y
práctica, que se base en principios, experimentación y reflexiones sobre prácticas concretas.
Durkheim, al referirse a la educación, expresa que es materia de la Pedagogía y es
indispensable construir un saber por medio de la implementación de reglas metodológicas
−postura positivista− que sea garante del carácter científico de dicho conocimiento.
Una de las actividades humanas con mayor trascendencia e impacto en la sociedad es, sin
lugar a dudas, la labor docente. Por esto, es importante considerar que toda persona con las
funciones de un profesor, tiene una responsabilidad que va más allá de transmitir
únicamente conocimientos.
El maestro o instructor que ha logrado influir positivamente en las personas bajo su tutela -
sin importar la edad de los alumnos o el área de desempeño-, seguramente debe el éxito de
su trabajo, a la calidad humana que vive y hace vivir dentro y fuera del aula;
desgraciadamente, el amplio bagaje cultural y de conocimientos muchas veces es
insuficiente para realizar una labor educativa eficaz.
Superación
Posiblemente una de las palabras que más se utilizan en un centro educativo, es
precisamente el superarse, y cada vez que un profesor dedica parte de su tiempo para lograr
este cometido, todo su esfuerzo se traduce en acciones concretas, por ejemplo, aprende e
implementa nuevas técnicas de enseñanza o utiliza el propio ingenio para el mismo fin;
comenta temas de actualidad relacionados con su materia; comparte experiencias
personales; sugiere y ofrece puntos de vista respecto a las lecturas, películas, espectáculos;
posee conocimientos de historia y cultura general; busca relacionarse con las nuevas
tecnologías: internet, e-mail y el chat para orientar sobre sus riesgos y beneficios… podría
decirse que en su clase siempre hay algo nuevo que comentar.
El aspecto humano es un factor que no debe descuidarse, al menos deben tenerse nociones
básicas de la filosofía del hombre, ética, relaciones humanas, etapas físicas y psicológicas
en el desarrollo de los seres humanos, caracterología, etc. como herramientas
indispensables.
Empatía
Aunque la vocación para enseñar supone un genuino interés por los demás, son acciones
concretas las que permiten vivir mejor este valor:
Por otra parte, las muestras de empatía pueden ser tan simples como sonreír, felicitar por el
esfuerzo continuo o un trabajo bien realizado; con palabras de aliento para quien tiene
mayores dificultades; reforzando las actitudes positivas; poner al corriente a quien estuvo
enfermo, implementando las estrategias y elementos necesarios para lograr un mejor
aprendizaje.
La empatía exige un esfuerzo cotidiano por superar el propio estado de ánimo, la poca
afinidad con determinadas personas, las preocupaciones, el cansancio y otros tantos
inconvenientes que afectan a los seres humanos. Por tanto, este valor permite hacer un
trabajo con mejor calidad profesional y humana al mismo tiempo.
Coherencia
Todo profesor representa autoridad, disciplina, orden, dedicación y verdadero interés por
las personas, y partiendo de esta base, el ser coherente supone trasladar a la vida personal
las mismas actitudes que se exigen en el salón de clase.
Por ejemplo, es fácil pedir que los alumnos cumplan con sus trabajos a tiempo, completos,
en orden y con pulcritud, pero esto exige revisar, corregir, hacer observaciones por escrito y
entregar resultados con la misma puntualidad solicitada.
Lo mismo sucede con el vocabulario, las posturas, el arreglo personal, hábitos de higiene y
la relación personal que se vive con los demás: amable, respetuosa, comprensiva… La
actitud que toman los alumnos a la hora de clase, muchas veces es el reflejo de la
personalidad del profesor; si se desea que maduren, sean responsables y educados, el
ejemplo es fundamental.
De igual forma, ser coherentes comprende el cumplir con las normas establecidas por la
institución: planeación, elaboración de material, seguimiento de un programa, cubrir
objetivos según el calendario, participar en las actividades extraescolares, etc.
Recordemos que para exigir a los demás, es indispensable tener disciplina en la vida
personal y profesional.
Sencillez
Posiblemente uno de los valores que mejor decora y ennoblece el trabajo de un educador es
la sencillez, porque permite reconocer en su labor una oportunidad de servicio y no una
posición de privilegio para tener autoridad o un estupendo escenario para hacer gala de
conocimientos.
En este mismo renglón, conviene encontrar en las críticas una oportunidad para mejorar
personalmente, así como aceptar los errores personales, rectificar y pedir disculpas, si es el
caso.
Lealtad
Desafortunadamente la falta de lealtad es una situación que se vive en todos los ámbitos
sociales: murmuración, crítica, difamación y falta de honestidad.
Ser leal a una institución significa una completa adhesión a sus normativas, respeto por los
directivos y trabajo en equipo con los colegas. Por supuesto que no siempre se estará de
acuerdo con todo, pero habrá que distinguir la fuente de inconformidad para actuar
acertadamente: si personalmente incomoda u objetivamente es un caso que requiere mayor
estudio
Lo primero y fundamental es manifestar las inquietudes con las personas adecuadas. Falta a
la lealtad quien desahoga críticas e inconformidades a espaldas de los directivos con los
compañeros, los amigos, padres de familia e incluso con los alumnos. Sea en forma
individual o en conjunto con otras personas, estas actitudes son totalmente incorrectas.
Alegría
Tal vez una de las figuras más atractivas es la del profesor entusiasta, siempre con una
sonrisa dibujada, optimista, emprendedor; quien difícilmente se enoja, pero a la vez es
estricto y exigente; disponible al diálogo; bromista pero respetuoso; capaz de comprender y
dar un buen consejo…
Esta personalidad no es extraña ni ajena, pero a nadie se le ocurre pensar si tiene
problemas, carencias o dificultades personales, mucho menos, preguntarse cual es la fuente
de su alegría y serenidad.
Para lograr vivir este valor hace falta esfuerzo y madurez, es decir, dejar los problemas
personales para el momento y lugar oportuno, nunca para desquitarse en el aula; concentrar
toda la atención en lo que se hace: preparación, elaboración, exposición y conducción de la
clase; buscar como ayudar a los demás a solucionar los problemas propios del aprendizaje;
planear actividades diferentes: recorrido cultural, película, asistir a un evento, etc., o
dedicar unos momentos a charlar con los colegas.
No pensemos que es profesor sólo aquel que imparte clases a niños o jóvenes, también
quienes participan en los centros de capacitación de las empresas y las instituciones con
cursos especializados, por mencionar algunos.
Tipos de aprendizaje
Normalmente, en las escuelas, nos enseñan a repetir una y otra vez los datos hasta que
conseguimos memorizar la información. Pero, ¿cómo aprende el cerebro? Memorizar
información no nos enseña a enfrentarnos al mundo ni a desarrollar nuestro potencial,
nuestra personalidad, nuestra forma de ser, la forma de afrontar los retos y objetivos…
Nuestra educación y aprendizaje define quién somos. Pero, a pesar de todos los avances y
descubrimientos que se han hecho en el campo del aprendizaje cognitivo humano, no los
aplicamos a la educación. Tenemos que aprender a educar con cerebro, a tener en cuenta las
características de nuestra mente para educar mejor.
Un buen aprendizaje cognitivo pasa por el uso de la emoción, la sorpresa, el
movimiento y el uso de herramientas de neuroeducación específicas que favorecen
el desarrollo cognitivo de los individuos.
Aprendizaje cognitivo: La RAE define aprender como adquirir el conocimiento de algo
por medio del estudio o de la experiencia. Por otro lado “cognitivo” hace referencia a la
“cognición” que define la capacidad del ser humano para conocer por medio de la
percepción y los órganos del cerebro. El concepto de aprendizaje cognitivo define los
procesos que intervienen durante el proceso de información, que van desde la entrada
sensorial, pasan por el sistema cognitivo y llegan hasta la respuesta producida.
Aprender es el verbo que quizás ha marcado más a la especie humana a lo largo de toda su
filogenia. Somos la prueba viviente del continuo aprendizaje que ha supuesto la vida
humana tal y como hoy la conocemos.
Nuestro cerebro es el guía y director de nuestro aprendizaje, pero no hay que equivocarse.
A medida que el ser humano avanza, abarca cada vez más y más conocimiento. “Vamos
haciéndonos más inteligentes”. Esto podría llevarnos a pensar que quizás, nuestro cerebro,
se vuelva más sofisticado a medida que avanzamos, sin embargo no es así. Lo que cambia
es nuestra forma de aprender, y a medida que conocemos más cómo funciona nuestro
cerebro, más fácil nos es aprovechar sus características para hacernos más fácil aprender.
Tipos de aprendizaje
1. Aprendizaje de tipo implícito
El aprendizaje implícito, es un aprendizaje “ciego”, ya que aprendemos sin darnos cuenta
de que estamos aprendiendo.
Las características principales de este aprendizaje cognitivo, es que es no-intencional, el
aprendiz no tiene consciencia de lo que aprende y que resulta en una ejecución automática
de una conducta motora.
Ciertas actividades requieren de un aprendizaje no intencional como pueden ser hablar o
caminar. Muchas de las cosas que aprendemos son sin darnos cuenta, de forma implícita.
2. Aprendizaje de tipo explícito
En contraposición al aprendizaje implícito, el aprendizaje explícito se caracteriza por la
intención de aprender y la consciencia de ello. Hay muchos ejemplos de este tipo de
aprendizaje cognitivo, como por ejemplo el acto de leer este artículo ya es un ejemplo de
aprendizaje explícito, ya que lo hace con intención de aprender.
El aprendizaje explícito, al ser un gesto intencional requiere de atención sostenida, de un
esfuerzo que siga a la intención para aprender.
3. Aprendizaje cooperativo y colaborativo
El aprendizaje cooperativo, es un tipo de aprendizaje en grupo. Por ejemplo, un alumno que
aprende junto a su compañero o compañeros. El objetivo que persigue este aprendizaje
cognitivo es que cada miembro aprenda dentro de sus posibilidades y que además se
favorezca un trabajo en equipo.
Los cuatro pilares que sostienen este aprendizaje cognitivo, son la interdependencia
positiva, la responsabilidad individual, la participación igualitaria y la interacción
simultánea.
Un aprendizaje similar (pero no igual) a éste, es el aprendizaje colaborativo. En este tipo de
aprendizaje, generalmente es una persona fuera del grupo (ya sea un profesor, educador
etc.) quién propone un tema y se desarrolla en grupo.