Lasificacion de Los Bienes en La Legislacion Peruana
Lasificacion de Los Bienes en La Legislacion Peruana
Lasificacion de Los Bienes en La Legislacion Peruana
INTRODUCCION
La distinción física entre muebles e inmuebles responde -que duda cabe- a una
comprobación de la realidad: no es posible negar, que en una colección de bienes,
una de las clasificaciones que podemos adoptar es la que separa a los
transportable de los que no lo son. Pero esta distinción no es tan “natural” como la
de que existen bienes grandes y bines pequeños, bienes ásperos y bines lisos,
bienes sólidos y bines líquidos, bienes rojos y bines azules, bienes agradables y
bines repugnantes, bienes comestibles y bienes no comestibles bienes orgánicos y
bines inorgánicos. Sin embargo, ninguna de estas clasificaciones que se
encuentran en la “naturaleza de las cosas” a sido recogida por el derecho
moderno. El hecho de que una distinción sea natural no es suficiente para que el
derecho lo haga suya.
En nuestra opinión antes de tomarse una decisión legal sobre este tema debe
determinarse la función que cumple la forma de clasificar los bienes en un sistema
legal.
Para algunos sistemas, entre cosa y bien existe una relación de género a especie:
las cosas son todo aquello que existe en la naturaleza, excepto el ser humano,
mientras que los bienes son todas aquellas cosas que son útiles al hombre y son
susceptibles de apropiación. Es decir no todas las cosas son bienes, ya que
pueden existir cosas que no dan provecho al ser humano, o que no son
susceptibles de apropiación. Para otros sistemas, como el nuestro, es a la inversa:
todas las cosas son bienes, pero no todos los bienes son cosas.
C) El bien proporciona utilidad. Los bienes deben ser útiles a los hombres en sus
relaciones sociales. La utilidad puede ser de diversa índole, como material o
moral. Para que los bienes sean útiles, deben ser susceptibles de apropiación.
La luz solar, por ejemplo, no es jurídicamente un bien porque no puede ser
apropiada. Si bien la luz solar es necesaria y útil, su regulación legal no
brindaría utilidad alguna a los hombres en sus relaciones sociales.
e) El tráfico de los bienes debe ser lícito. El tráfico debe estar permitido por el
ordenamiento legal. Hay objetos cuyo tráfico está prohibido legalmente, que
están fuera del comercio. Para que podamos hablar de bienes fuera del
comercio, cualquier acto jurídico respecto del bien debe ser ineficaz. Una
persona, por ejemplo, no puede ser objeto de tráfico. Cualquier acto jurídico
respecto de ella no produciría efecto. En cambio, la comercialización de
estupefacientes no implica necesariamente la ineficacia del acto (sin duda que
origina una sanción penal). Por licitud del tráfico se refiere a lo primero.
f) Los bienes pueden ser futuros. Los bienes pueden no tener existencia presente.
De hecho, el Código Civil permite la compraventa de bienes futuros (artículo
1532).
g) Los bienes tienen valor económico. Los bienes, como objeto de los derechos
reales, deben ser susceptibles de satisfacer un interés económico. Los
derechos de la personalidad, como el derecho al honor o al nombre, son
entidades jurídicas que no son capaces de constituir objeto de relaciones
jurídicas de valoración económica.
a) Corporales e incorporales
Esta clasificación proviene del Derecho romano. Los bienes corporales son los
que tienen existencia tangible, ocupan una parte del espacio, por lo que pueden
ser percibidos por los sentidos. Es el caso de un carro, una casa o un animal.
Los bienes incorporal es carecen de existencia corporal y son producto de la
creación intelectual del hombre. Solo se pueden percibir intelectualmente. El
ordenamiento jurídico valora como objeto de relaciones reales determinadas
realidades carentes de existencia corporal. Estas realidades son los derechos
como el usufructo, o una concesión, o las obras literarias. Los créditos también
pueden ser bienes, cuando se incorporan en una relación jurídico-real. Así,
cuando se prenda un crédito, dicho crédito es jurídicamente un bien.
El Código Civil no clasifica los bienes en corporales e incorporales. Sin
embargo, varias de sus disposiciones recogen el criterio de la materialidad. Es
el caso de los artículos 884, 2088, 2089, 2090 Y 2091.
b) Fungibles y no fungibles Los bienes fungibles son aquellos que pueden ser
sustituidos por otros a propósito del cumplimiento de la obligación. Estos bienes
son iguales en su valor, peso o medida. Son equivalentes unos a otros, y por eso
pueden ser reemplazados a la hora del pago. Ello ocurre por ejemplo con una
cierta cantidad de papas. En la legislación peruana hay una definición de bienes
fungibles, a propósito de la prenda global y flotante. El artículo 1 de la
Resolución SBS N° 43097 dice que los bienes fungibles son aquellos que
pueden ser sustituidos por otros de la misma calidad, especie, clase y valor.
Los bienes no fungibles son los que no pueden reemplazarse por otros al
momento del cumplimiento de la obligación, como por ejemplo una casa. Salvo
acuerdo de las partes (dación en pago o novación), la entrega de un bien distinto
supondría incumplimiento.
Sin embargo, no todos los bienes muebles pueden ser entregados a los
acreedores, pues de lo contrario el deudor tendría dificultades para pagar sus
obligaciones. Es el caso de las mercaderías de un establecimiento comercial. En
una ferretería, por ejemplo, la mercadería (clavos, tornillos, etc.) está destinada a
venderse (ese es el negocio del ferretero), por lo que no puede ser entregada en
prenda.
La prenda global y flotante se constituye sobre bienes fungibles (como los clavos
y tornillos del ferretero) que pueden ser sustituidos por otros bienes de igual
naturaleza. Se entiende por prenda global y flotante el gravamen prendario sin
desplazamiento que se constituye sobre bienes fungibles que pueden ser
sustituidos por otros de igual naturaleza, siempre que no afecten el valor de la
prenda ni los derechos del acreedor prendario.
Al igual que con los bienes corporales e incorporales, el Código Civil no clasifica
los bienes en fungibles y no fungibles. Sin embargo, el criterio de la fungibilidad
está recogido en algunas de sus disposiciones, como son los artículos 1256,
1288, 1509 Y 1923.
Los bienes consumibles son los que se agotan con el primer uso. El concepto de
consumo puede entenderse en sentido físico o jurídico. En sentido físico o
material, el bien se acaba con el primer uso. Es el caso de las bebidas o de la
leña cuando es utilizada. En lo jurídico el bien sale del patrimonio de la persona
con el primer uso, como cuando se dispone del dinero.
Los bienes no consumibles son los que no se consumen con el primer uso. Estos
bienes pueden usarse de manera indefinida sin que el uso los destruya o altere
sustancialmente. Por ejemplo, un terreno.
Usualmente los bienes que son consumibles también son fungibles, pero hay
bienes fungibles que no son consumibles, como la ropa hecha en serie. El
Código Civil tampoco recoge la clasificación de los bienes consumibles y no
consumibles, pero varias de sus disposiciones se refieren al criterio de la
consumibilidad. Ejemplos de ello son los artículos 999, 1026, 1223, 1396, 1648,
1728 Y 1729.
El Código Civil de 1936 se refirió a los bienes y no a las cosas y los clasificó
también en muebles e inmuebles. El artículo 812 enumeró los bienes inmuebles
y el artículo 819 los muebles, como lo hacen los artículos 885 y 886 del Código
Civil de 1984.
Para el Código Civil de 1852 eran cosas muebles, por lo que la garantía que
recaía sobre ellas era la prenda con entrega del bien. El inconveniente de la
prenda radicaba en que el deudor debía entregar la nave al acreedor o al
tercero, con lo cual se privaba de su utilización, lo que hacía que disminuyera su
capacidad de producción y por consiguiente de pago de la deuda. La nave se
convertía así en un bien improductivo.
De otro lado, la clasificación del Código de 1936 comprende derechos (como los
patrimoniales de autor o las concesiones para explotar servicios públicos) tanto
en la relación de bienes muebles como en la de inmuebles. Sucede que los
derechos no son bienes móviles o fijos, ni tienen color o son apreciables por los
sentidos. Son bienes incorporales, creaciones intelectuales, por lo que la
distinción entre muebles e inmuebles no tiene fundamento alguno respecto de
ellos. Una segunda incoherencia.
c) Las construcciones en terreno ajeno, hechas para un fin temporal. Este tipo de
construcciones se caracterizan por no tener cimientos fijos en el suelo. Tienen
carácter temporal. Es el caso de los circos.
d) Los materiales de construcción o procedentes de una demolición si no están
unidos al suelo.
g) Los demás bienes que pueden llevarse de un lugar a otro. Los demás bienes
no comprendidos en el artículo 885.