Historia Clinica - DR Arrollo
Historia Clinica - DR Arrollo
Historia Clinica - DR Arrollo
HISTORIA CLINICA
2. INFORME SOCIAL
I.- DATOS PERSONALES: NOMBRES Y APELLIDOS : ROBLES ALVARADO VIVIANA
FECHA DE NACIMIENTO : 06/01/1972 EDAD : 45 AÑOS E. CIVIL: SOLTERA, GRADO
INST.: SUPERIOR, OCUPACION: RECPCIONISTA
II. DINAMICA FAMILIAR: NO REFIERE FAMILIARES.
III. SITUACION ECONOMICA: NO REFIERE.
Paciente mujer de 45 años (Robles Alvarado Viviana), con antecedente de
luxación de artrosis de cadera bilateral, recibiendo una intervención quirúrgica a
la edad de dos años en el área de la cadera derecha, donde se observó mejoría
o una cierta evolución en la paciente en lo que cierne su enfermedad.
Quince años después la paciente refiere presentar molestias en cadera izquierda
y columna, diagnosticándole Artrosis de cadera y columna, recibiendo como
tratamiento:
Orfenadrina.
Hidroxicloroquina.
Hidroxiplus.
Naproxeno.
Paracetamol.
A la fecha presenta:
síntomas:
PARACETAMOL
NAPROXENO
IBUPROFENO
INTRODUCCIÓN
La luxación congénita de cadera (L.C.C.) llamada también Enfermedad Luxante de la
Cadera, es la malformación ortopédica de gravedad más frecuente de la articulación
de la cadera.
Corresponde a una displasia articular (forma anormal de la articulación) que se produce
por una perturbación en el desarrollo de la cadera en su etapa intrauterina antes del
tercer mes de embarazo.
¿QUÉ ES LA CADERA?
La cadera ósea es la parte baja del tronco del cuerpo humano y está formada por dos
huesos llamados iliacos o Ilion, fuertemente soldados entre sí por delante (pubis) y unidos
hacia atrás por el sacro y dos huesos llamados Isquion.
Se dice que el hueso iliaco es plano, y articula con el sacro (sección final de la columna
vertebral), el cual hace función de cuña entre los dos iliacos. La unión de éstos
constituye el cinturón pélvico, donde están alojados órganos muy importantes para
nuestras vidas.
Poco después de nacer puede suceder también que se produzca una extensión
mantenida y en aducción de la cadera inestable, ya sea por meter al niño en una en
una cuna estrecha, ya sea por envolver al bebé con las piernas estiradas; cualquiera de
estas acciones va a dar lugar a una luxación o subluxación inicial que se podrían evitar.
Todo lo anterior dará lugar a dificultades progresivas para la reducción y estabilización
de la luxación de cadera, lo que llevará a una deformidad residual e incongruencia de
la articulación que, en el adulto, provoca una artrosis degenerativa precoz.
El grado de inestabilidad de la luxación puede variar, es decir que la cabeza del fémur
puede estar completamente fuera del acetábulo o, ser menor y sólo estar levemente
desplazada.
Esta situación pone en riesgo la deambulación del bebé y, a largo plazo, puede
presentar artritis en la edad adulta.
INCIDENCIA
La incidencia de aparición es de 2 por cada 1,000 nacimientos con una cierta
tendencia familiar. Es más frecuente que se presente en un solo lado, con
predominancia del izquierdo (60%) y esto es debido a que la posición del bebé en el
útero, coloca el lado izquierdo del bebé contra la espina de la madre y tiene limitada
la abducción (movimiento para abrir) de la pierna.
Varía en las diferentes zonas del mundo. Hay razas –la frecuencia es mayor en la raza
caucásica que en la raza negra- y regiones en que la frecuencia es mayor por razones
que se desconocen. Hay zonas en que la frecuencia es muy baja, y se cree que es por
la forma en que las mamás transportan a sus hijos (a horcajadas).
CAUSA
La causa es desconocida pero lo que sí se sabe es que no hay un desarrollo adecuado
de la articulación.
Hay varias teorías que postulan factores “endógenos y exógenos” como causa de la
enfermedad.
FACTORES DE RIESGO
Los bebés primogénitos se encuentran en mayor riesgo ya que el útero es pequeño y el
espacio para que el bebé se mueva es limitado; hecho que afecta el desarrollo de la
cadera. Otros factores de riesgo incluyen:
Antecedentes familiares de displasia del desarrollo de la cadera, o de ligamentos
muy flexibles
La posición del bebé dentro del útero, en especial con presentación de nalgas. El
nacimiento por cesárea no constituye por sí mismo un factor de riesgo para el
desarrollo de la enfermedad.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico es el aspecto más importante de la luxación congénita de cadera, ya
que si se realiza precozmente, tiene fácil solución y el niño llegara a ser un adulto normal,
mientras que si se pasa desapercibido, evolucionará a un adulto inválido.
El diagnóstico debe hacerse fundamentalmente en la primera semana, pues aunque a
los dos años es mucho más fácil diagnosticarlo, ya no tiene tanta relevancia, dado que
el cuadro puede ser ya irreversible. De ahí la gran importancia que tiene un
conocimiento, ya no por los ortopedistas, sino por los médicos generales, pediatras,
ginecólogos y matronas que son los primeros en ponerse en contacto con el recién
nacido, cuando el cuadro es todavía reversible y se le puede solucionar de forma
absoluta y definitiva.
Antes de los 3 meses de edad: Al momento de examinar al bebé éste debe estar
tranquilo, porque si está llorando la exploración puede hacerse en forma inadecuada.
La forma universal más útil y efectiva para diagnosticar tempranamente este problema,
es realizar a todo recién nacido un examen físico de las caderas en busca de signos
clínicos como la disminución en la apertura normal de las caderas, o la diferencia
comparativa en los pliegues cutáneos de los miembros inferiores o el aparente
acortamiento de una extremidad.
1. Cogiendo al bebé por las axilas, va a observar la actitud de sus piernas. Si uno de
ellos, o ambos, permanecen en flexión ligera de la rodilla con rotación externa de
la cadera, y tiene sensación de que una de las dos piernas está más corta, puede
presumir que hay luxación congénita de cadera.
2. Al observar al bebé cuando éste está boca abajo, notará que los pliegues de las
nalgas son asimétricos.
3. Con el bebé otra vez boca arriba, el médico le realizará una maniobra llamada de
Ortolani-Barlow, que se realiza de rutina a todos los recién nacidos y en los controles
pediátricos de los primeros meses. Consiste en abrir las piernas y ponerlas en
posición de rana y mover con las manos la cabeza del fémur hacía adelante y
atrás. Si se siente desplazamiento y se escucha un chasquido, el signo es positivo; lo
cual indica que la cadera está luxada.
Este sonido debe distinguirse del sonido –más fuerte- que se produce al
realizar la maniobra de Ortolani en el momento en el que la cabeza del
fémur se recoloca en el acetábulo. Estas pruebas son útiles hasta los 2 -3
meses de edad porque son difíciles de hacer después de esta etapa.
Si se deja evolucionar puede llegar a notarse una asimetría en los ángulos de rotación
de las piernas y un acortamiento de la pierna afectada que se puede producir por
diferente crecimiento del fémur.
4. El signo o maniobra de Galeazzi: el médico pediatra coloca al bebé boca arriba
y le dobla las rodillas y las caderas a 90° y compara la altura de cada rodilla.
5. La vulva estará oblícua, mirando el muslo ascendido, y al traccionar dicho miembro
la vulva se endereza.
6. Latido de la arteria femoral (una de las arterias importantes de la pierna) en el
pliegue de la ingle. Si el médico busca este latido en una cadera normal, lo va a
encontrar muy fácilmente, pero si la cabeza del fémur está luxada, le va a costar
más trabajo encontrarla y palparla.
En el niño antes de caminar
Si el diagnóstico es más tardío, cuando comienza la marcha, los signos físicos ya
cambiaron e igualmente debe cambiar los requerimientos para el examen físico que va
a realizar el pediatra.
1. En estos niños ya no se encuentra el signo de Ortolani pero la abducción es muy
limitada cuando las piernas están totalmente flexionadas, existe una diferencia en
la altura entre las dos piernas y al caminar lo hacen sobre los dedos del pie del lado
afectado, caminan simulando a un pato o cojean y presentan un aumento en la
curvatura vertebral (hiperlordosis).
2. Comienzo tardío de la marcha. A los dieciocho meses como mucho todos los niños
deben andar o mejor caminar, si a esta edad todavía no lo ha hecho es un signo
de sospecha.
3. El acortamiento unilateral del fémur puede ser un signo de luxación de cadera o de
alguna anormalidad (rara) de este hueso. Una pierna se ve más corta que la otra.
4. Otros signos físicos de una luxación tardía incluye la asimetría (diferencia) de los
pliegues de la piel de los glúteos y del femoral, diferencia en el tamaño de la
pierna, un perineo más grande en el lado afectado, disminución del tamaño de la
nalga y llega a pararse con una rotación externa de la pierna afectada.
En el niño que camina existen otros signos:
Marcha claudicante: el niño no puede caminar mucho tiempo por dolor y puede
cojear.
Signo de Trendelenburg, que traduce insuficiencia del músculo glúteo medio. Esto
hace que la pelvis descienda en el lado opuesto al apoyo y se suba el hombro en
el lado del apoyo.
TRATAMIENTO Y RECOMENDACIONES
En ocasiones las pequeñas luxaciones pueden pasar desapercibidas y dar
sintomatología hasta la edad adulta. Por esta razón se insiste en que, el diagnóstico
precoz (primer mes de vida) es de extraordinaria importancia, ya que tratada en este
momento se logran caderas clínica, anatómica y radiológicamente normales.
La OMS define el diagnóstico precoz de la L.C.C. al que se realiza antes del primer mes
de vida. Una vez confirmada la patología será el traumatólogo u ortopedista quien
indique el tratamiento a seguir.
Básicamente el tratamiento es conservador, especialmente si el problema fue
diagnosticado precozmente y su objetivo es colocar la cabeza del fémur dentro del
acetábulo y alargar y profundizar esta cavidad. Existe una gran controversia entre los
médicos acerca del mejor método para cada caso en particular.
La técnica más común es lograr una flexión y abducción de las piernas del bebé (como
la posición de la rana) durante un periodo suficiente de tiempo que permita que esto
suceda y así asegurar una articulación estable y congruente. Esto se puede conseguir
con un doble o triple pañal.
Otra forma de tratamiento de la L.C.C. es el uso del calzón de abducción o de
Frejka.
En el niño menor de 12 meses el tratamiento es ortopédico. Se usa un método
funcional dinámico, que básicamente es la correa de Pavlic, aparato que flexiona
caderas y rodillas en forma progresiva. El peso del muslo y piernas logra
espontáneamente la abducción, que es lo que se busca con este método. Los
niños pueden mover sus extremidades inferiores dentro de un rango aceptable y
deseable. No hay tensión ni compresión de la cabeza femoral.
COMPLICACIONES
Estas se originan frecuentemente en tres situaciones:
L.C.C. mal tratada.
L.C.C. insuficientemente tratada.
L.C.C. no tratada.
En los primeros años, y en forma muy precoz, la necrosis (muerte de tejidos orgánicos)
aséptica es la complicación más frecuente. Es de diferente grado y va desde una
necrosis mínima de la cabeza del fémur que se recupera espontáneamente sin dejar
secuela, hasta la necrosis grave (complicación de los yesos de Lorenz), que deja una
cabeza más pequeña, deformada, irregular y que podría llevar al bebé a la artrosis
(desgaste prematuro de la articulación) en forma precoz (a los 30 ó 40 años), cojera y
dolor para caminar.
PREVENCIÓN
PREVENCIÓN PRIMARIA: Consejo genético. No existe ninguna medida que esté a nuestro
alcance para prevenir en forma efectiva el desarrollo de estas alteraciones.
La asesoría genética y el diagnóstico prenatal brindan a los padres el conocimiento
para tener la oportunidad de tomar decisiones inteligentes e informadas con respecto
a un posible embarazo y su pronóstico.
Usa nuestra sección de “directorio de Genetistas” para localizar a un profesional
especializado en genética en tu área.
PREVENCIÓN SECUNDARIA: Medidas higiénicas posturales:
1. Se recomienda evitar envolver al niño con las piernas estiradas
2. Usar dos pañales.
3. Uso del canguro para cargar al niño (el médico te indicará).
4. Siempre que acuda el niño a consulta, el médico debe realizar exploración física
incluyendo cadera.
PRONOSTICO
A menos de que este problema se corrija pronto después del nacimiento, la posición
anormal de la articulación puede causar malformaciones en el fémur en desarrollo que
produce una marcha típica como de pato y cojera. En los casos en los que no se da
tratamiento, el niño tendrá dificultad para caminar lo que puede dar como resultado
un dolor crónico.