Caracterizacion Del Paradigma Cognitivo Sus Implicaciones
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Categories : Psicología
Date : 26/Ene/2017
Resumen
Introducción
El presente escrito tiene como objetivo rescatar las principales ideas del Paradigma
Cognitivo y sus aplicaciones e implicaciones en la Educación. Este paradigma, de forma
ineludible, viene reemplazando el antiguo paradigma (conductista) en las aulas en los
últimos años (Hernández, 1997), siendo, por lo tanto, digno de la atención docente.
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prescripciones y proyecciones de la aplicación al escenario educativo.
Antecedentes
La literatura apunta que la psicología cognitiva tuvo sus principios en los Estados Unidos
alrededor de los años cincuenta, que fue cuando estaban empezando los primeros estudios
sobre la génesis y el desenvolvimiento de los procesos de la información.
En 1956 surge el enfoque del procesamiento de información, lo cual vino a abarcar tres
puntos –considerados antecedentes directos de este paradigma (Hernández, 1997)– que
son: la lingüística, la teoría de la información y la ciencia de los ordenadores; todos éstos,
fundamentados en el campo de la cognición.
Un factor que impulsó el surgimiento de esta corriente investigativa fue, sin lugar a duda, el
avance tecnológico de los EE.UU en su periodo posguerra, especialmente en el campo de
las comunicaciones e informática, asimismo, estaba naciendo un clima de reprocho hacia el
paradigma conductista, debido al aparecimiento de ciertas anomalías en los trabajos de este
enfoque.
La problemática
Más allá del nivel biológico, o mismo del nivel socio-cultural, el enfoque cognitivo está
volcado a estudiar la representación mental per se, es decir, los cognitivistas están
preocupados con la descripción y la explicación de la naturaleza de las representaciones
mentales, así como sus influencias en las acciones y conductas humanas, buscando, en este
sentido, a dar respuestas a indagaciones del tipo “¿cómo las representaciones mentales
guían a los actos (internos o externos) del sujeto con el medio? Y ¿cómo se construyen o
generan dichas representaciones mentales en el sujeto que conoce?” (Hernández, 1997).
Hay dos interpretaciones desde la analogía funcional entre la mente humana y el ordenador,
que son importantes hacer mención: la fuerte –la cual acepta dicha analogía como un
recurso metodológico, considerando una completa equivalencia entre la máquina y la mente
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humana, lo que conllevó a la aparición de una ciencia cognitiva– y la débil –cuya utiliza la
analogía con propósitos instrumentales, considerando siempre la perspectiva psicológica en
la teoría e investigación– (De Vega, 1984; Gardner, 1987; Varela, 1990; citados por
Hernández, 1997).
Fundamentación epistemológica
Ruiz (2009) asevera que, en modo general, la Ciencia Cognitiva es “el conjunto de principios
teóricos y de programas de investigación relativos al funcionamiento de la mente en general
y a la adquisición de conocimientos en particular”.
Asimismo, Gardner y Riviere (1987; citados por Hernández, 1997) atestiguan que el
paradigma del procesamiento de información se ubica dentro la tradición filosófica
racionalista, la cual considera la razón (entidad interna del sujeto) es la fuente verdadera de
todo conocimiento.
Esto implica que, en este paradigma, el sujeto es un agente activo, y que la mayoría de sus
tomas de decisiones dependen –en gran medida– de los procesos internos que ha
elaborado, siendo un resultado entre la interacción previa con su ambiente externo (físico y
social).
“El sujeto posee una organización interna de hechos que va reelaborando en función de los
intercambios con el exterior, y a partir de esta organización interna (estructuras, esquemas,
reglas, etc.) el sujeto interpreta y resignifica continuamente, en forma dinámica, la realidad”.
Supuestos teóricos
Este paradigma, debido a su cariz investigativa hacia a la descripción y explicación de los
mecanismos de la mente humana, ha originado un serie de modelos teóricos. Éstos, tratan
de dar cuenta de cómo se realiza el procesamiento de la información, esto es, desde que
adentra al sistema cognitivo hasta la su finalidad conductual en una situación específica.
Un sistema cognitivo (sea animado o artificial) presentan los siguientes elementos (Normam,
1987: citado por Hernández, 1997):
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Asimismo, Ruiz (2009) apunta algunos supuestos comunes asumidos por los enfoques
cognitivos:
Prescripciones metodológicas
La inferencia es el recurso fundamental para se estudiar los procesos y representaciones
mentales, es decir, dichos procesos no se pueden analizar desde la observación directa,
sino por observaciones y análisis sistémicos de los comportamientos del sujeto en el
trascurso de la investigación. En este sentido, De Vega (1984, citado por Hernández, 1997)
apunta cuatro estrategias metodológicas usadas en el estudio de la cognición:
1) la introspección: ha sido muy poco utilizada dentro del paradigma cognitivista, mediante a
un gran número de críticas recibidas.
4) la simulación: viene siendo utilizada por los teóricos de la versión fuerte del paradigma de
forma sistemática.
Concepto de Enseñanza
Desde este paradigma, la enseñanza consiste en, básicamente, desarrollar las habilidades
de aprendizaje del alumnado, al envés de solamente transmitir informaciones (o
conocimientos). “El aprendizaje de contenidos o dominios de conocimiento (socialmente
válido, etc.) por parte del alumno no es suficiente” (Hernández, 1997). El educando debe
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aprender los conocimientos para aplicarlos en las múltiples y complejas situaciones
impuestas por los factores exógenos, siendo ésta, por tanto, la meta primordial de la
enseñanza.
Metas y objetivos
Se puede decir que los adeptos del congnitivismo enfocan sus metas y objetivos en la
premisa de conllevar al sujeto a aprender a aprender y/o enseñar a pensar (Hernández,
1997). Aquí, cábese subrayar el trabajo de Bloom, mediante a su conocida taxonomía, sobre
la clasificación cognitiva de los objetivos, clasificado en seis niveles de complejidad:
1. conocimiento;
2. comprensión;
3. aplicación;
4. análisis;
5. síntesis y;
6. evaluación.
Por lo tanto, queda claro que los objetivos enaltecen la enseñanza o aprendizaje de hechos y
procesos internos, al envés de las actitudes observables.
Con un fuerte rasgo constructivista, el discente (o educando) es visto como un sujeto activo,
el cual procesa la información basado en sus esquemas previos, así como en sus
estrategias de aprendizaje, cuyos deben ser desenvueltos.
El cuerpo docente, a su vez, busca con que su acto educante fomente el aprendizaje
significativo de sus tutorados, que aprendan a aprender y a pensar. Para ésos, este cuerpo
debe procurar formas de elaborar y organizar experiencias didácticas volcadas para estos
fines. La persona educadora, por tanto, no es, en ninguna hipótesis, protagónica.
Concepción de aprendizaje
Por aprendizaje, Shuell (1991; citado por Ertmer y Newby, 1993) la define como “el
aprendizaje es un cambio perdurable en la conducta o en la capacidad de comportarse de
una determinada manera, la cual resulta de la práctica o de alguna otra forma de
experiencia”.
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Ni todas las formas de enseñar son iguales (Ausubel, 1976; citado por Hernández, 1997) y,
por consiguiente, ni todas las formas de aprender son iguales. Existen, por consecuencia,
dos formas básicas de enseñar: a) en torno del aprendizaje realizado por el alumnado (el
modo que incorpora su estructura cognoscitiva) –pudiendo ser repetitivo (la información es
retenida de forma literal, al “pié de la letra”) o memorístico (adquisición de la información se
da de forma sustancial, siendo su incorporación a la estructura cognitiva de forma coherente
con el conocimiento previo)– y, b) en torno de la estrategia de enseñanza que se adhiere
–pudiendo ser por recepción (es la adquisición de la información de forma acabada, el sujeto
sólo recibe e internaliza) o por descubrimiento (el contenido no se da de forma completa,
cabiendo al educando descubrirla)–.
De esta forma, para que se de al aprendizaje significativo, Ausubel (1983; citado por Perez,
1992) apunta las siguientes condiciones:
Ya para Rumelhart y Cols (1982, citado por Hernández, 1997), el aprendizaje es un proceso
analógico, el cual consiste en la intervención de los esquemas que el sujeto posee,
utilizándolos como modelos de la información a ser aprendida, hasta que el ajuste
(esquemas-situación a ser aprendida) sea alcanzado. Para ellos, hay tres tipos de
aprendizaje:
1. Estrategias cognitivas: son los planes o cursos de acción realizados por el sujeto,
usándolas como instrumentos para la buen procesamiento de la información.
2. Estrategias de metacognición: son más amplias que las anteriores, y se dan cuando
el sujeto tiene consciencia de sus propios procesos cognitivos en función de
situaciones específicas, tareas o problemas.
3. Estrategias autorregulatorias: éstas intervienen regulando todo el proceso de
aprendizaje, desde la planeación y va durante todo el proceso, hasta el alcance de
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una solución, incluyendo a su última fase, que es la evaluación.
Metodología de enseñanza
Las estrategias instruccionales, por ejemplo, “son aquellas que elabora y utiliza el profesor
para mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje” (Hernández, 1997). A continuación, se
presentan algunas de las más destacadas de estas estrategias:
Concepto de evaluación
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haga uso de la información aprendida en un nuevo contexto (actividades como
resolver, utilizar, etc.).
Los objetivos de análisis: buscar evaluar mediante pruebas de ensayo, monografías,
productos originales, etc. (actividades como analizar, desglosar, organizar,
planificar, etc.).
Por tanto, para una óptima evaluación cognitiva, jamás se debe evaluar los aspectos
reproductivos del recuerdo, es decir, valorar la repetición memorística de la información. Así,
pues, para evaluar las estrategias cognitivas es idóneo usar tres tipos de situaciones que
aportan información complementaria: cuestionarios de autorreporte, tareas que requieren el
uso de estrategias y evaluación de productos finales.
Conclusión
El paradigma cognitivo tiene mucho lo que aportar a la educación de este nuevo siglo. Con
características claramente heredadas de los autores constructivistas, así como de la
Escuela Nueva, el enfoque cognitivo –desde una mirada educativa– ve al educando como
un ser activo, que ya posee información previa almacenada en sus estructuras mentales y,
por medio de estrategias propias (e internalizadas) de aprendizaje, desarrollan nuevos
saberes.
Referencias
Ertmer, P. A., & Newby, T. J. (1993). Conductismo, cognitivismo y constructivismo:
una comparación de los aspectos críticos desde la perspectivadel diseño de
instrucción. Performance Improvement Quarterly, 1993, 6(4), 50-72.
Hernández, G. R. (1997). Caracterización del Paradigma Cognitivo. En Módulo
Fundamentos del Desarrollo de la Tecnología Educativa (Bases Psicopedagógicas).
Coordinador: Arceo, F. D. B. México: ILCE-OEA.
Perez, L. A. (1992). Principios psicológicos de la instrucción: diseño de un modelo
instruccional. Revista universitaria de Formación del Profesorado, 13, 165-171.
Ruiz, A. (2009). Bases histórico-epistemológicas de la Psicología Cognitiva.
Universidad Nacional del Comahue.
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