Aptitud y Actitud en El Desarrollo Profesional
Aptitud y Actitud en El Desarrollo Profesional
Aptitud y Actitud en El Desarrollo Profesional
Actitud: Voluntad para encarar las actividades. Es el carburante de la vida, es el catalizador de nuestros
actos. “Disposición de querer hacer”, lógicamente en la actitud influye un número considerable de
variables como: las motivaciones, la experiencia, la voluntad, la inteligencia, las emociones, el medio
ambiente, lo cultural.
La aptitud: “Capacidad para operar competentemente en una determinada actividad” y “Cualidad que
hace que un objeto/persona sea apto, adecuado o acomodado para cierto fin.” Es decir, es algo innato
en una persona, así como una persona tiene la preferencia y la facilidad de trabajar con matemáticas
y no tanto con personas, hay otras que se les facilita mucho más trabajar con personas que con
números.
Diferencia entre actitud y aptitud, pues son cosas muy diferentes y que tienden a ser confundidas
por muchas personas.
Actitud: Cuando hablamos de actitud estamos ante un estado de ánimo, ante cómo una persona
se enfrenta a un problema, situación o eventualidad. Está formada por todos aquellos
pensamientos, opiniones y creencias según las cuales vemos el mundo. La actitud puede modificarse
por ello te insisto tanto a tratar de mejorarla. Tu actitud puede llevarte a presentarte al mundo
como una persona con orientación al éxito o con orientación a encontrar problemas donde no los hay. La
actitud es lo primero que mostramos a los demás, ese primer contacto que te hace pensar en
cómo es el otro, y ya sabes lo que se suele decir: la primera impresión es muchas veces la que más
cuenta. La actitud es el sentimiento, deseo, pasión… llámalo como quieras, pero al final se trata de
“querer hacer”.
Aptitud: La aptitud se transmite con hechos, no es una actitud ni una forma de ser. La
aptitud parte del conocimiento y la capacidad que se tiene para hacer determinadas cosas. Aptitud
es saber hacer cosas, tener la suficiencia y la destreza para afrontar tareas y compromisos que
necesitan de formación, experiencia, conocimientos o un “saber hacer” determinado.
Se puede tener una cosa, pero no la otra
Se puede tener muy buena actitud pero una pobre aptitud. Lo mismo ocurre al revés, muy buena
aptitud pero una inadecuada actitud. “Es un gran mecánico, es muy bueno con las herramientas,
pero no quiere seguir mejorando. Necesita aprender a usar la herramienta, aún le queda mucho
para ser bueno, pero su actitud es excelente y si sigue así pronto lo conseguirá.
Para el alcance del éxito deseado por un profesional este debe combinar dos grandes auto-exigencias:
el tener una buena actitud y aptitud en las labores a desempeñar.
La actitud de un profesional juega un papel importante en el desempeño laboral y en la productividad
de las empresas.
Los cambios de actitud positiva ayudan a mejorar los niveles de experiencia laboral en la carrera de un
individuo. Cuando los empleados están motivados se tornan a tener una actitud en el entorno laboral
favorable que permite tener un entorno armonioso dando paso al desarrollo eficiente y eficaz de los
trabajos a desarrollar en el día a día.
Para el alcance del éxito deseado por un profesional este debe combinar dos grandes auto-
exigencias: el tener una buena actitud y aptitud en las labores a desempeñar.
El punto es reconocer que como mínimo, al estar vivos, tenemos la oportunidad de lanzarnos a la acción
por aquello que deseamos, una y otra vez, las veces que sea necesario hasta conseguirlo. No siempre
es fácil y podemos resumir con el dicho “si las cosas que valen la pena fueran fáciles, cualquiera las
haría”.
Constitución de la Actitud
Ahora bien, podemos establecer que una actitud está constituida por tres factores principales:
pensamientos, emociones y sensaciones / movimientos que responden automáticamente a nuestra
percepción de los estímulos externos. Dentro del mecanismo de las actitudes, los factores que lo
componen juegan roles diferentes. Las emociones juegan un papel importante, ya que representan la
fuerza impulsora que va a mover todo el mecanismo, mientras que el pensamiento juega un papel de
director: es el encargado de conducir las emociones en una dirección determinada, es el que “debe”
marcar el camino y controlar las emociones que a su vez generan sensaciones o sea sentimientos y
movimientos correspondientes
COMPETENTES
1. Saber: Es la parte cognitiva, encargada de los conocimientos que la persona adquiere en toda su
formación.
2. Saber Hacer: Es la parte de la aplicación, encargada de la práctica que el alumno realiza una vez
tenga lo cognitivo (Saber).
3. Saber Ser: Es la parte de las emociones, encargada del desarrollo humano que el alumno adquiere
durante su formación.
El Saber se conoce que la etimología del vocablo Saber proviene del latín “sapere” que significa
“tener inteligencia o conocimiento sobre algo”. La acción, hecho o efecto de saber algo no se puede
encerrar con un concepto definido, ya que depende la perspectiva de cada quien.
El saber hacer hace referencia a las competencias prácticas, es decir al desarrollo de una destreza.
Este tipo de destrezas puede englobar tanto a las destrezas sociales (la capacidad de actuar de acuerdo
con los tipos de convenciones), a las destrezas de la vida cotidiana (llevar a cabo las acciones
rutinarias), a las destrezas profesionales (las que se necesitan para realizar los deberes del empleo, y
a las destrezas del ocio. Tener conocimientos de ordenador - Reparar una heladera. - Saber nadar. -
Utilizar lenguaje de programación de Software - Cambiar la rueda de un auto. Etc.
Saber Ser: Cuando se habla del saber ser se hace referencia a las competencias que se denominan
‘existenciales’: la actividad comunicativa de los alumnos no se ve solo afectada por sus conocimientos
sino también por factores individuales relacionados con su personalidad.
Ejemplos de competencias del saber ser. Ser productivo - La actitud de estar abierto ante nuevas
experiencias.- El desarrollo de una forma de ser entre el optimismo y el pesimismo - Los valores éticos
y morales. - La necesidad humana de comunicarse. - Saber pedir disculpas, llegado el caso. - La actitud
de estar abierto a la opinión de otras personas.
CUALIDADES CARACTERITICO DEL SABER SER
Los valores son los principios por los que se rige una persona, un grupo o una sociedad. Los valores
son conceptos abstractos, pero se manifiestan en cualidades y actitudes que desarrollan las personas.
En una sociedad existen diferencias de valores entre diferentes grupos, según clases sociales,
orientaciones ideológicas, religión y generación.
Ejemplos de valores
Alegría: tener la alegría como valor implica una actitud positiva incluso ante las situaciones negativas
de la vida.
Altruismo (generosidad): el altruismo como valor se ve reflejado en la búsqueda desinteresada de la
felicidad del otro.
Aprendizaje: la capacidad de aprender no sólo permite mejorar se a uno mismo y desarrollar nuevas
habilidades sino que también tiene como base el respeto por el saber de otros.
Autodominio: considerar el autodominio como un valor implica desarrollar la capacidad de controlar
los propios impulsos. Esto puede ser beneficioso para los demás cuando los propios impulsos son
agresivos o negativos en cualquier otro sentido.
Autonomía: quienes consideren que la autonomía es un valor, intentarán valerse por sí mismos y
logrando la capacidad de tomar decisiones sin depender de otros (independencia). La autonomía está
asociada a la libertad.
Capacidad: tener capacidad o competencia es haber desarrollado ciertas habilidades. Se considera un
valor para elegir a participantes de determinadas tareas grupales, incluyendo trabajos. Las capacidades
se desarrollan a través del aprendizaje y la superación.
.Colaboración: participar de esfuerzos colectivos sin tener en cuenta el beneficio personal e individual
sino el beneficio para todo el grupo o la comunidad.
Compasión: tener la compasión como valor implica no sólo ser consciente del sufrimiento ajeno, sino
también evitar juzgar duramente las faltas ajenas, considerando las limitaciones y debilidades que
llevaron a cometerlas.
Empatía: es la capacidad de comprender los sentimientos y pensamientos ajenos, la situación por la
que pasan otras personas aunque sea diferente a la propia.
Esfuerzo: la energía y trabajo involucrado en alcanzar objetivos. Está asociado a la perseverancia.
Conocemos una serie de valores culturales que rigen aquello entendido socialmente como correcto:
verdad, fidelidad, justicia, altruismo, respeto… Todas estas formas de accionar ubican a la persona en
el camino de la virtud, en la búsqueda de un mejoramiento constante de sus propias condiciones y de
su manera de relacionarse con los demás y con el mundo.
Ejemplos de antivalores
Improductividad: falta de resultados concretos en nuestras acciones, se contrapone a la búsqueda de
productividad y utilidad en lo que hacemos de acuerdo a objetivos planteados de antemano.
Deshonestidad: se contrapone a la honestidad. Marca el uso de medios no correctos o ilegales para
la consecución de determinados fines, incluyendo el robo, la mentira y el engaño.
Discriminación: falta de entendimiento hacia el otro, hacia el diferente desde distintos puntos de vista:
sexual, capacidades físicas, inclinaciones políticas, etc. Puede incluir violencia y sometimiento a las
minorías.
Egoísmo: lo contrario al altruismo. Indica actitudes que ponen siempre por encima las necesidades
individuales sobre las del conjunto, a un nivel extremo.
Enemistad: en vez de buscar la amistad y la concordia, la persona que actúa a partir de este antivalor
busca el enfrentamiento y la revancha con sus semejantes
Imprudencia: actitud no atenta a las circunstancias que se viven y a la presencia de otras personas.
El individuo se guía demasiado por impulsos, no sabe esperar, no es prudente.
Impunidad: ante la ausencia de castigo frente a hechos que lo merecen, la persona actúa como si
hubiera obrado correctamente.
Indiferencia: desinterés por la suerte de otras personas o por cualquier cuestión.
Inequidad: falta de equilibrio, aplicado principalmente en las situaciones de desigualdad social cuando
las mejores condiciones socioeconómicas son acaparadas por una minoría, en desmedro de una mayoría
que no tiene acceso a las mismas. Ver: ejemplos de equidad.
Infidelidad: rotura de un pacto de fidelidad y respeto mutuo entre dos personas, por ejemplo cuando
se producen engaños por parte de uno de los integrantes de un matrimonio.
Inflexibilidad: incapacidad para adaptarse a distintas circunstancias, para cambiar de opinión o forma
de actuar cuando es necesario o para entender múltiples puntos de vista.
Injusticia: falta de respeto a las normas jurídicas o morales que no es debidamente castigada o
penada. Se opone a la justicia.
Intolerancia: incomprensión frente a cualquier tipo de diferencia. El valor contrario es la tolerancia.
Irrespeto: no respetar a otras personas ni a sus necesidades.
Irresponsabilidad: falta de cumplimiento de las tareas asignadas en tiempo y forma. Contrario a la
responsabilidad.
Mentira: faltar a la verdad en cualquier situación.
Odio: se contrapone al amor. La persona tiene una actitud negativa y violenta ante todo y ante todos,
enfrentando a otros incluso sin razón aparente.
Parcialidad: analizar o juzgar una cuestión solamente desde el punto de vista propio, sin apreciar el
resto de las visiones. El valor contrario es la imparcialidad.
Soberbia: colocarse por encima del resto, menospreciando a otras personas. Contrario al valor de
la humildad.