04) Rodríguez, G. T. (2012)
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CAPÍTULO 2
NORMAS INTERNACIONALES SOBRE EL SALARIO MÍNIMO.
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La sociedad de naciones tiene por objeto la paz universal y puede únicamente basarse en la
justicia social; b) existen en el mundo condiciones de trabajo que implican, para gran
número de personas, la injusticia y la miseria, situación que pone en peligro la paz y la
armonía universales; c) La no adopción por una nación cualquiera de un régimen de trabajo
realmente humano, es un obstáculo a los esfuerzos de los pueblos deseosos de mejorar las
condiciones de vida de sus trabajadores. (De la Cueva, 2005:26)
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En este subcapítulo nos ocuparemos de las declaraciones universales de los
derechos del trabajo: El Tratado de Versalles, la Carta de las Naciones Unidas,
la Declaración de Filadelfia, la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre y las Declaraciones de los Pueblos Americanos; la Carta de la
Organización de los Estados Americanos y su consecuente Carta internacional
Americana de Garantías Sociales, y las resoluciones adoptadas en las
Conferencias Panamericanas y en las Conferencias Regionales Americanas
organizadas por la Organización Internacional del Trabajo, las cuales se
describirán de manera somera enfocadas al salario de los trabajadores, con el
fin de tener un mejor conocimiento en el ámbito internacional. Además conocer
si existe un mecanismo de protección del salario mínimo de los trabajadores.
2.- La Carta de las Naciones Unidas menciona que: el derecho del trabajo dejó
de existir en los regímenes totalitarios, porque no puede darse ahí donde falta
la libertad. La segunda guerra, es parte histórica; sirvió para reformar la
conciencia de la humanidad en los derechos del hombre y en los del trabajo.
En su artículo 55 señalaba: “las Naciones Unidas promoverán niveles de vida
más elevados, trabajo permanente para todos y condiciones de progreso y
desarrollo económico y social”. (www.derechos.org.hizkor/la/declaración)
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3.- La Declaración de Filadelfia: En el año de 1944, la Organización
Internacional del Trabajo comprendió que era necesario ir más lejos, porque así
lo exigía la conciencia universal y quedó plasmado en su capítulo trece, que
señalaba de manera somera lo siguiente:
4.- La Declaración Universal de los Derechos del Hombre, para el derecho del
trabajo posee una importancia grande, porque en ella se dio a sus principios
fundamentales, el mismo rango y la base filosófica y jurídica que corresponde a
los tradicionales derechos del hombre, como son: el respeto integral a la
dignidad de la persona humana establecidos en sus artículos 20, 22, 23, 24 y
25 y se ocupan concretamente del derecho del trabajo, pero otras disposiciones
se relacionan con ellos:
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pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su
voluntad.
Los Estados Miembros, convencidos de que el hombre sólo puede alcanzar la plena
realización de sus aspiraciones dentro de un orden social justo, acompañado de
desarrollo económico y verdadera paz, convienen en dedicar sus máximos esfuerzos a
la aplicación de los siguientes principios: a) Todos los seres humanos, sin distinción de
raza, sexo, nacionalidad, credo o condición social, tienen derecho al bienestar material
ya su desarrollo espiritual, en condiciones de libertad, dignidad, igualdad de
oportunidades y seguridad económica; b) El trabajo es un derecho y un deber social,
otorga dignidad a quien lo realiza y debe prestarse en condiciones que, incluyendo un
régimen de salarios justos, aseguren la vida, la salud y un nivel decoroso para el
trabajador y su familia, tanto en sus años de trabajo, como en su vejez, cuando
cualquier circunstancia lo prive de la posibilidad de trabajar. (De la Cueva, 2004: 34)
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el año de 1931, a partir de esa fecha ha suscrito con esa organización 78
convenios, de los cuales 68 se encuentran vigentes.
Es evidente que los salarios representan algo muy diferente para trabajadores y
empleadores. Para estos últimos, aparte de ser un elemento del costo, es un
medio que permite motivar a los trabajadores. En cambio, para los trabajadores
representa el nivel de vida que pueden tener, un incentivo para adquirir
calificaciones y, por último, una fuente de satisfacción por el trabajo realizado.
La negociación colectiva en la empresa o en el sector y un diálogo social
tripartito en el plano nacional son las mejores vías para determinar el nivel de
los salarios y resolver conflictos potenciales. En consecuencia, la coordinación
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de las negociaciones salariales es una herramienta importante para controlar la
inflación, mantener la competitividad y un nivel de empleo satisfactorio.
El resultado no fue lo positivo que se esperaba, porque si se toma en consideración que son
más de ciento sesenta los países que forman parte de ella, el número de ratificaciones de
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dichos convenios es muy limitado, ya que sólo sesenta y siete naciones han ratificado el
convenio número 26; treinta y tres lo han hecho respecto del convenio número 99 y veintitrés
del convenio número 135. México ha ratificado los tres convenios, así es que por nuestra
parte la aceptación de los mismos ha sido satisfactoria. (Patiño, 2004:56)
Los autores como De la Cueva (2004), Trueba (1980) y Patiño (2004), hacen
un amplio análisis del contenido de dichos convenios y recomendaciones, con
el objeto de averiguar los motivos por los cuales no ha sido posible a la fecha la
ratificación, o al menos la estimación hecha en contra de las sugerencias y
metas aprobadas. La base que les ha servido para realizar esta investigación
sobre el tema ha sido por una parte, la situación general de la legislación sobre
la materia, como las prácticas internacionales.
Tres son los capítulos de mayor aceptación, relacionados con este convenio: 1.
Un método fijo para establecer tasas mínimas de salarios; 2. La aplicación de
dicho método con particularidad a la industria, y 3. Los salarios fijados al trabajo
a domicilio. En todos los casos son las organizaciones de trabajadores y
empleadores las que señalan las industrias o partes industriales a las cuales ha
de aplicarse el método puesto en práctica, en atención al principio de libertad
para decidir, previa consulta, lo más conveniente en cada Estado miembro.
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Los métodos sugeridos en estos casos por la Comisión de Expertos de la
Organización Internacional del Trabajo,
Prevén que sean las organizaciones de patronos y trabajadores las que, de común
acuerdo, fijen los salarios mínimos, dejando a la administración pública la función de
convocar, orientar y dirigir los trabajos de las reuniones que se tengan para tal objeto.
La legislación nacional reglamentará la forma y medida en que unos y otros participen,
para cuidar que sea igual el número de representantes de cada parte y mantener en el
mismo plano de igualdad a ambos sectores. Desarrollada la discusión que proceda,
trabajadores y empleadores quedan obligados a respetar los salarios fijados, con la
advertencia de que bajo ningún concepto podrán rebajarse las tasas convenidas. A la
autoridad corresponderá vigilar que esto no suceda y se cumpla con las
determinaciones aprobadas. (http://www.ilo.org/ilolex/spanish/recdisp1.htm)
Cada miembro que ha ratificado el convenio, “ha realizado una encuesta previa
en la industria o industrias incorporadas, antes de tomar cualquier decisión, con
el fin de evitar que surjan oposiciones frente a tasas excesivamente bajas que
no compensen las exigencias y necesidades mínimas de cada colectividad”.
(Patiño, 2004:57)
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los sectores independientes, a tener participación en las convenciones
respectivas, con lo cual ha sido posible obtener la garantía de una completa
imparcialidad en la actuación de las representaciones”. (Patiño, 2004:59)
Por su parte, el convenio número 95 del 8 de junio de 1949 que trata sobre la
protección del salario, en sus artículos menciona lo siguiente:
Artículo 1
A los efectos del presente Convenio, el término salario significa la remuneración o
ganancia, sea cual fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda
evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida por un
empleador a un trabajador en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el
trabajo que este último haya efectuado o deba efectuar o por servicios que haya
prestado o deba prestar.
Artículo 2
1. El presente Convenio se aplica a todas las personas a quienes se pague o deba
pagarse un salario.
Artículo 3
1. Los salarios que deban pagarse en efectivo se pagarán exclusivamente en moneda
de curso legal, y deberá prohibirse el pago con pagarés, vales, cupones o en cualquier
otra forma que se considere representativa de la moneda de curso legal.
Art. 4 fracción 2
En los casos en que se autorice el pago parcial del salario con prestaciones en especie,
se deberán tomar medidas pertinentes para garantizar que:
a) las prestaciones en especie sean apropiadas al uso personal del trabajador y de su
familia, y redunden en beneficio de los mismos;
b) el valor atribuido a estas prestaciones sea justo y razonable.
Artículo 5
El salario se deberá pagar directamente al trabajador interesado, a menos que la
legislación nacional, un contrato colectivo o un laudo arbitral establezcan otra forma de
pago, o que el trabajador interesado acepte un procedimiento diferente.
(http://www.ilo.org/ilolex/spanish/recdisp1.htm)
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En cuanto a que el contrato puede ser escrito o verbal, no hay diferencia
sustancial.
Por último, lo tocante al artículo 5 del convenio tantas veces citado, que regula
que el salario debe pagarse directamente al trabajador, salvo que la legislación
nacional o un contrato colectivo o un laudo dispongan otra manera, incluso que
el trabajador acepte otra forma; la Ley Federal del Trabajo mexicana es más
precisa, en tales aspectos opuestos. Esta estatuye que de no percibirse
directamente el salario por el trabajador, sólo lo podrá hacer mediante una carta
poder, firmada por el trabajador, y dos testigos. Como podrá concluirse, por
disposiciones legales no paramos, sino porque las mismas no se cumplen.
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Artículo 1
1. Todo Estado Miembro de la Organización Internacional del Trabajo que ratifique este
Convenio se obliga a establecer un sistema de salarios mínimos que se aplique a todos
los grupos de asalariados cuyas condiciones de empleo hagan apropiada la aplicación
del sistema.
Artículo 2
1. Los salarios mínimos tendrán fuerza de ley, no podrán reducirse y la persona o
personas que no los apliquen estarán sujetas a sanciones apropiadas de carácter penal
o de otra naturaleza.
Artículo 3
Entre los elementos que deben tenerse en cuenta para determinar el nivel de los
salarios mínimos deberían incluirse, en la medida en que sea posible y apropiado, de
acuerdo con la práctica y las condiciones nacionales, los siguientes:
a) La necesidad de los trabajadores y de sus familias habida cuenta del nivel general de
salarios en el país, del costo de vida, de las prestaciones de seguridad social y del nivel
de vida relativo de otros grupos sociales;
b) los factores económicos, incluidos los requerimientos del desarrollo económico, los
niveles de productividad y la conveniencia de alcanzar y mantener un alto nivel de
empleo. (http://www.ilo.org/ilolex/spanish/recdisp1.htm)
Del apartado 2 del anterior artículo 1, cabe decir que en México la autoridad
competente es la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Sin embargo, es
importante aclarar que, como cada año se aprueban los salarios mínimos, por
ley intervienen tres instituciones: Los patrones, los representantes sindicales y
funcionarios del gobierno, sólo que, desde nuestro punto de vista, los
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representantes de los trabajadores y el propio gobierno, están para favorecer
los intereses de los patrones y no de los trabajadores.
Este convenio número 131, se les destinó a los países en vías de desarrollo,
por guardar los asalariados especiales condiciones de empleo. De conformidad
con lo dispuesto por el artículo 22 de la Constitución de la OIT, los Estados
miembros pueden adoptar las clasificaciones que estimen pertinentes con el fin
de fijar, para ciertos grupos de trabajadores, salarios mínimos también
especiales, con apoyo en las siguientes reglas:
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Ningún salario que “se aplique en cualquier categoría podrá ser inferior al salario
mínimo general aprobado en trabajos ordinarios. Cumpliéndose este requisito las tasas
que se convengan entre trabajadores y empleadores tendrán fuerza de ley. Se otorgará
plena libertad de negociación colectiva a las partes”.
(http://www.ilo.org/ilolex/spanish/recdisp1.htm.)
Han tenido escasa aceptación por parte de los Estados a quienes ha sido destinada la
convención. A pesar de que se permite que en la legislación nacional se incluyan
disposiciones adecuadas a las prácticas en vigor; y de que se otorgue a la autoridad del
trabajo plena competencia decisoria para implantar el método apropiado; en la información
recabada por los expertos se ha argumentado por dicha autoridad que el costo de la vida y
sus variaciones, el monto de las prestaciones de seguridad social y factores determinantes
de desarrollo económico y productividad alcanzados por cada país, impiden ajustarse a las
reglas sugeridas para fijar salarios ajustados a determinadas situaciones legales. Lo único
que se ha aceptado, según lo expresan los autores, es facultar a los tribunales del trabajo
para analizar la imposición de medidas que confieran fuerza de ley a determinadas
relaciones laborales. (Patiño, 2004: 68)
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2.3 RECOMENDACIONES 85 Y 135 SIGNADAS POR MÉXICO ANTE LA
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT) EN MATERIA DE
FIJACIÓN DE SALARIOS MÍNIMOS.
Las recomendaciones son “sugerencias que se dirigen a los Estados para que,
de ser aceptadas, se formule un proyecto de ley”. (De Buen, 2004:439)
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El 3 de junio de 1970, en su quincuagésima cuarta reunión, la OIT determinó
los factores adicionales relativos a la fijación de salarios mínimos, y en especial,
el interés que tiene la adopción de criterios que hagan de los sistemas de
salarios mínimos, tanto un instrumento eficaz de protección social como un
elemento de la política de desarrollo económico y social.
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IV. Mecanismos para la Fijación de Salarios Mínimos
51
Una vez adoptada la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, las
Naciones Unidas iniciaron un proceso de adopción de instrumentos
internacionales sobre el Pacto Internacional sobre Derechos Económicos,
Sociales y Culturales que entró en vigor en 1976 y que México ratificó el 12 de
mayo de 1981, casi diez años después de su adopción por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, marcó un hito en el desarrollo del sistema
internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, es un
instrumento jurídico Internacional. Esto significa que cuando el Estado ratifica o
se adhiere a él, se compromete a garantizar el ejercicio de los derechos que en
él se enuncian.
Por otra parte los Derechos Económicos Sociales y Culturales son un “conjunto
de prerrogativas que posibilitan a la persona, a sus familias y a las
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comunidades de personas, gozar de un nivel de vida adecuado”. (Compilación
de observaciones finales del Comité de Derechos Sociales, Económicos,
Sociales y Culturales sobre los países de Amerita Latina y el Caribe 1980-2004)
53
Ratificar el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(sucesivamente PIDESC), implica para un Estado Parte atender una serie de
obligaciones jurídicas que garanticen su cumplimiento en la Nación
correspondiente. La ratificación de México del PIDESC se publicó el 12 de
mayo de 1981 en el Diario Oficial de la Federación, convirtiéndose en Ley
Suprema de la Nación, según el artículo 133 de nuestra Carta Magna.
54
servicios, infraestructura, equipamiento y calidad a que se refiera cada uno de
los DESC.” (Carbonell, 2004:497)
Sin embargo, los Estados Parte que han firmado el PIDESC tienen la obligación
de rendir cuentas ante el Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (CDESC) de las Naciones Unidas, cada cinco años. “Los Estados
Parte rinden un informe sobre la situación que guardan los derechos en sus
países y tienen la obligación de acatar las recomendaciones que el Comité
haga sobre los mismos”. Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales)
55
cuestiones relativas al disfrute o no disfrute de los derechos enunciados en el
Pacto en un país concreto”. (Carbonell, 2005:405)
56
Los procesos de justiciabilidad implican además dar fuerza a las instituciones
del Estado para reparar los daños provocados por una violación específica. “No
obstante que en la mayoría de los Estados los sistemas judiciales no están
diseñados para hacer justicia frente a comisiones u omisiones del Estado en
materia de los DESCA; los procesos de exigibilidad pueden contemplar cambios
en la legislación o en las políticas públicas específicas”. (Carbonell, 2005:832)
57
como mínimo a todos los trabajadores un ingreso equitativo y por igual trabajo
igual valor, sin distinciones de ninguna especie…condiciones de existencia
dignas para ellos y sus familias”. (Compilación de observaciones finales del
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales sobre países de
América Latina y el Caribe 1989-2004, 2004: 198)
58
Para 2004 se le recomendó al gobierno federal modificar la política salarial
liberando la fijación de los salarios mínimos, “las negociaciones entre
empleadores y trabajadores, con el fin de que se determinen por empresa o
rama, partiendo de la evolución de la productividad y el resarcimiento del
deterioro histórico observado en los salarios. Para esto las autoridades
económicas y financieras deberán dejar de intervenir en la determinación del
ingreso mínimo” (Compilación de observaciones finales del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales sobre países de América Latina y el Caribe
1989-2004, 2004: 223), la ONU señala que en México se debe restituir el
derecho humano a un salario digno y suficiente.
59
c) Aunada a los anteriores documentos, que establecen normas y programas
para una mejor distribución de la riqueza y acceso a mejores niveles de vida,
encontramos el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, que señala que los salarios mínimos son insuficientes para
satisfacer las necesidades básicas (alimentación, educación, recreación).
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