ie>p 3 3 07

L s P h

COLECCIN DELTA
JUAN LISCANO

CRMENES

MBU0TBCA NACIONAL
CARACAS - VENEZUELA

FUNDARTE
ALCALDA DE CARACAS
C a r a c a s , 1993
CRMENES
JuanLbcano

Coleccin Delta N 30
Diseo Portada: Dieter Grossberg
Composicin, Correccin de textos
y Confeccin de Artes Finales:
Estrada, Del Pino & Asociados
Impresin: Grficas Len
ISBN 980-253-124-3
Fondo Editorial Fundarte, 1993

FUNDARTE/Aicaua ce Casacas
Direccin de Publicaciones
Edificio Tajamar, Pent-House
Av. Lecuna, Parque Central
Caracas, Venezuela

Apartado Postal 17.559

Caracas 1015-A
 CRMENES
Juan Liscano
...orgasmo, instante en el cual
la intensidad de la existencia
se revela y fu lm in a la Historia
J o rg e G aitAn D urAn
A C. C., por quien escrib estos poemas.

A Jorge Gaitn Duran, en su memoria,

quien quiso publicarlos.

9
TESTIMONIO
(Lausanne)

Esta ciudad de casas que se empinan

sobre el quieto animal de agua de su lago
y las obscuras frondas de algas sumergidas
que en el verano huelen a costra y a mariscos
y el cerco de montaas que la cubre
con un sereno clima de nieves y glaciares
y el orden clsico y el tiempo mtico
fundado por terrazas y filas de viedos
y los cisnes inmviles
en la luz que en redor de ellos estalla
y los tiernos venados domsticos del parque
y las risas de jvenes por los muelles floridos
y la imagen sin sombras de mi adolescencia
rodeada por vuelos de gaviotas
y la maana abierta en mis ventanas
y los cielos de plata azul que enfran
a los ocasos clidos de oros desangrados
y la penumbra lunada de esa alcoba
donde t y yo juntamos tantas veces
el fuego con el mar
la noche con la aurora
las piedras con las nubes navegantes
la raz ms profunda con la flor que ya vuela
y mi pena colmada de montes y rebaos
y todo lo que puede despertarme de pronto
cual si volviera a abrirse alguna herida
y todo lo que grita callando en mi silencio
en mi desvelo ardido
en mi nostalgia
y todo lo que espero del futuro presente
del hoy y el ya y el porvenir cumplido
de ahora mismo ya que est pasando
del mismo instante en que te pienso ahora
ciego
clarividente
dichoso
desgraciado
tienen tu olor a planta femenina
tu piel lisa y tu voz de cobre ronco
tu pelo de oscursimos destellos
la luna llena y tibia de tu vientre
la flor de sal y espumas de tu sexo
y tu verdad humana
tu nombre que los vientos diseminan
tu resplandor sufriendo en tus heridas
lo que sangraste y diste y repartiste
entre las noches claras y las grandes cadas
entre los das negros y la dicha inocente.

12
METAMORFOSIS

Tu bloque de hielo flotante

tu iceberg tu castillo de escarcha
tus labios de cascada helada
tu soledad polar
en la noche glida del mes de enero.

Tus labios como dos cuchillos fros

tu lengua y tu saliva
como lento glaciar que resbala
tu pubis como un bosquecillo de pinos
sobre la estepa nevada.

Para vencer la noche y la helada

para ahuyentar la soledad como un hambriento lobo
establecimos ritos de sangre
de fuego
de marcha lunar.

T cantas. Yo canto.
Las lenguas de nuestro canto nadan en el viento
como dos peces de fsforo.
T cantas desde el fondo de ti.
Yo canto desde el fondo de m.
A nuestros rostros asoman desconocidos rostros.

T cantas desde el fondo de ese nuevo rostro aparecido

y tu carne se irisa florece en cristalera de nieve.
Una luna marina la enciende una luna interior
y es como resplandeciente gruta de hielo.
Yo canto desde el fondo de m y nazco otro.
Brota una voz desconocida
un verbo una lengua de m que no saba
brota un hombre de deseos como una llamarada:
delfn que salta
oso que se yergue
flecha que da en el blanco.

Yo canto. T cantas.
Dejamos de ser los mismos.
Los hielos retroceden. Se funden los glaciares.
La noche se llena de murmullos de aguas.
Nuestras voces nadan en el viento
como dos peces de fsforo
vuelan por el aire azul de luna
como dos aves de estrellas.

T cantas desde el fondo de los seres que te pueblan.

Te llena el coro de sus voces.
Eres la tierra el agua el fuego
eres un pjaro hembra y un tibio nido.
Yo canto desde el fondo de mis verbos:
soy la lluvia el cauce la ceniza el humo
soy el viento y mis lenguas lamen tus plumas.
Eres el eco del viento
cuando suena su rumor de fondo del mar entre los pinos
y yo soy el pinar.

Yo canto. T cantas.
Tu voz suena ma. Suena tuya mi voz.
Eres ahora la lluvia la nieve el granizo de mil pisadas
y entonces soy la tierra el agua: lo que eras t.
Te miras en m como un paisaje
eres el lecho de mi ro
fluyo
te mojo toda
soy el agua de erizadas crestas de gallo
el agua que canta como un gallo y sacude sus plumas
soy el gallo de lumbre que te seca y te enciende
y te convierte en ceniza en humo y en distancias.

14
T cantas. Yo canto.
Soy el eco de tu voz. Eres la sombra de mi voz.
Nuestros pueblos se juntan en paz.
Retrocede el invierno. Reverdece el otoo.
Amanece la noche
el hielo corre ro de la aurora
el polo resplandece como trpico
fulgura el eterno verano el equinoccio justo
la Edad de Oro
y t y yo somos clarividencia
doble pjaro del sol.

15
ELOGIO

Alta, delgada, grcil

palmera de sol hembra;
fina, agitada, flexible,
cabellera de aire tibio;
y a veces colmada de soledades,
sonora de palabras nunca odas,
de silencios estrellados,
de ecos que la persiguen,
de voces que se perdieron.
S! Tiene liana y enredadera,
tiene cuellos, vstagos, aromas,
tiene fuentes para la sed,
sombras para el verano,
cauces para las lluvias;
tiene quietas serranas
y sabanas en que me pierdo
y salinas en que me enciendo;
tiene espumas y salitre,
puede brotar corales
o derramarse en floras,
mar vegetal
o campia que rompe en olas.
Reverdece o se enceniza
segn la dicha o la pena
vayan sonando las horas.
Recorre sus edades
pasa, despierta, en un instante,
de la esperanza a nunca ms,
de entonces al porvenir,
de ahora, al espinar de ayer.

16
Y al desnudarse, mientras espero,
mientras la penumbra echa sus redes
y se ahonda el lecho
y espumean las sbanas
qu golpe de luna y lirio!
qu tajo blando!
qu relmpago su cintura!
JOVEN ROSTRO MILENARIO

Me asomo al agua corriente de su cara

a la cambiante luna de su espejo
la estoy mirando, la miro al fondo
parece otras en ella misma
sus rostros pasan, se arremolinan
se van a pique surgen de nuevo:
el de la infancia afortunada
duea de guardas y de siervos
el de la joven voluntariosa
que pudo quemar su edad en un gesto
el maternal y lleno sin una sombra
el que equivoc los signos
el que tizn el deseo
el del acecho, el de las trampas
el naufragado, el amanecido
el que mir la muerte y la locura
con los ojos del vidrio o de la llama
el que brill entre las tinieblas
el que despunt un da.

Rostro sin tiempo el suyo

modelado por los dedos de la tormenta.
Joven rostro milenario
que destruye y reconstruye su apariencia
como el tiempo
como la noche
como el fuego
como el agua que siempre da frescura
y al pasar se va quedando en agua, siempre.
En sus mejillas rozo su infancia.
Su juventud persiste en su cabellera.

18
El tiempo hiri su nariz de ave serrana.
Carbn de luna brilla en sus ojos.
Sus prpados tienen el peso de sus alas
las huellas de sus cadas.
El jbilo y la tristeza se besan en su boca.

Asomado al ro de su rostro
miro profundamente
pasar en su semblante todas sus caras.
Re, se alza un vuelo, tiembla el follaje
la empaa algn eclipse
oscurece
cae una estrella
resplandece otra vez
resplandece ahora mi risa sobre su risa
mi rostro asciende sobre su rostro
sus labios son el reflejo de mis labios.

Entonces aflora el rostro doble de la dicha.

MANOS EN EL ZODIACO

Tan slo con un gesto

puedes abrir las puertas ms hermticas,
quebrantas los muros con un dedo,
cortas la coraza de mi duda
con el filo de tu ua ms pequea,
llenas de ti el aire que respiro
cuando tus manos hablan, cantan
cuandos tus manos tocan, anuncian o desnudan
no s qu lumbres, qu frutas, qu esculturas.

Tus dedos danzan la pequea bailarina que fuiste,

danzan la primavera, las fiestas de la infancia,
danzan la adolescencia hecha a tu imagen,
la juventud de un largo y slo da,
y aquella crepuscular historia
del corredor secreto de la alcoba prohibida
de la llave del castigo
la llave siempre a punto de sangrar
con que abriste la puerta rechinante
de un miedo curioso, retenido.

Eran sombras en suspenso, rincones poblados,

maderas denunciando las pisadas,
polvo como arenal de soledades
y de pronto el tajo, el relmpago,
el brinco de un tigre de silencio
la herida aullante, desmelenada, venosa,
el pavor con sus mil lenguas trabadas
y la fuga, el aire hecho aicos,

20
entre espejos deformantes, muros dehiscentes,
corredores asaltados por un viento andrajoso
que amontonaba desperdicios contra las paredes.

Nia hechizada: para huir de un secreto

rompiste vidrieras de seculares ventanas
y empujando de un golpe tu vida
caste en la noche, en la grama nocturna,
bajo los presagios de la luna;
te arrojaste a la calle, al da caliente,
a las tormentas prximas del verano,
cuyos torbellinos de arena y de espuma negras
cubrieron tu adolescencia enamorada,
la alcoba maldita, la casa abandonada,
la primavera rota en mil cristales.

En la piel de tus palmas

el verano puso montes para ocultarte,
sequas para asfixiarte, desiertos para perderte.
En la piel de tus palmas
el esto avent su mies solar,
los rubios granos de las bayas
que en los mediodas extenuados
estallan con ruidos de cscaras partidas.
En la piel de tus palmas
cunto camino veraniego volcado en una playa,
cunta escondida senda cada en un abismo,
cunto riachuelo convertido en cauce seco,
cunta fuente clavada, cunto volcn, cunta ceniza,
cuntos arbolillos de fuego en el viento de la desdicha!

El otoo advino sobre el dorso de tus manos

a espaldas del feroz esto
y exprimi sus uvas, sus lunares de oro,
sus racimos de lumbres y follajes.
Las horas eran colinas ondulantes
llenas de nuestra nostalgia o de nuestro anhelo.
Una quietud apasionada y sin nombre
nos junt en una misma entrega lcida.

21
El otoo: resina que gotea de una herida,
monte de fermentos y de olores amargos,
dunas del crepsculo, playas del equinoccio.
Pudiste alzar la copa con la frente en alto,
beber, a veces, junto con el vino,
algn reflejo de astro, alguna exhalacin.
Pudiste contemplar en paz las huellas,
las obras que tu deseo o tu esperanza levantaron
contra lo que sin cesar nos deshace:
rompientes y mareas, ventiscas y tormentas,
cuernos del Tiempo, rebaos del Tiempo enfurecido,
simplemente lluvia, lluvia interminable del Tiempo.
Estabas ante tus obras y tambin ante tus derrotas:
ecos, rompecabeza de sonidos, de recuerdos,
imgenes que volvan a la superficie del sufrimiento
como un atroz ahogado que los lgamos soltaban.

Entonces el otoo se hinchaba de gritos.

No era ya la estacin templada
rojo fulgor milenario de las yedras
ni era prado tibio el dorso de tus manos,
sino la escharcha, la helada, el crudo invierno,
cados de un golpe sobre la estepa del recuerdo
donde errantes y solitarias aullaban
las bestias insomnes de tu pena y de mis celos.
El otoo clavaba en m sus dientes,
hincaba en m tus uas,
tus diez carmbanos de hielo,
tus diez cortantes lminas de vidrio,
tus diez hojillas de ncar afilado.
Me revolva mugiente, cavernoso,
era preciso pelear por la dicha,
pelear contra el Tiempo, arrancarte del ayer,
empezarte otra vez, cubrirte con todo el humus mo;
ronco, gimiente, sordo, intemperante,
hasta que al cabo de las nieves holladas,
al trmino de los meses amoratados por el fro
se escuchaba un despertar cristalino,
el regreso de los vuelos, de las fuentes
y los dedos volvan a bailar

22
los invisibles triunfos de polen
la estacin de la primavera recndita
y era, en otoo, otra vez el verano,
una trrida vendimia gozosa,
los mediodas llameantes,
las parras transformadas en trigales,
los climas confundidos en los labios,
el solsticio de esto sangrado por tus palmas,
las lneas de fuego del destino,
el calendario como rueda de cambiantes luces,
estrella giradora de los vientos:
y tus manos en el centro del trmulo zodaco!
IA INNOMINADA

Crdena palabra trrida y frtil

lengua vegetal
labios que muerden las uvas
rfaga del sur como bandera inmvil
viento de arenas y de espinas
ocaso que estalla sobre los viedos
nombre
clavel de patio umbro
penumbra de romanillas
acequias entre los helechos
sombra escueta en el medioda de la huerta.

No tienes nombre a la hora de la cpula.

No tengo identidad ni apellidos heredados
somos de barro y de costilla florecida
de humus y de candela veraniega.
Tambin de pozos
de races
de ceguedad primera
de cavernas
de hordas
de clarividencia milenaria.
Expsitos annimos mundiales
en fin somos humanos
barro y pensamiento.

Cuando me aparto de ti vuelvo a nombrarte:

piel granada arena musgo clavel espina
otoo sobre el viedo... rfaga del verano crdeno...

24
EL REINO DE TU CUERPO

Mi cuerpo en tu cuerpo.
Sol en Trpico de Cncer.
Das del invierno abrasado
de los candentes alisios y las lunas del trueno.
Entre jardines colgantes reluce la lluvia:
anillos, cristales y relmpagos.
Mi cuerpo en tu cuerpo abre sus plumajes
agita sus alas, canta, vuela
llama las aguas frtiles
pjaro del verano, pjaro heraldo.
Mi cuerpo en tu cuerpo se arraiga
pone sus huevos, echa semillas, se soterra,
sangra su amarga miel, su dulcedumbre que huele a humus.
Mi cuerpo en tu cuerpo de aguas madres
sol en Acuario, luna de Cncer
cangrejo azul entre tus ros nobles
crecidos bajo las tormentas equinocciales.

Han vuelto los tiempos del Diluvio.

En el llano inundado miro las islas de soledad
tierras recin salidas de las aguas
sobre las que an no se ha posado la paloma de No.
Estamos solos en medio de la lluvia
en medio de los vuelos, en medio de la fuga de los das,
solos y dobles, habitados el uno por el otro
reflejados uno en otro
cuerpo exacto que junta la imagen con su objeto
y atraviesa, cantando, los espejos del tiempo.
Estamos solos en medio del invierno trrido
aqu en el Trpico, aqu entre nieves
en todas partes, en ninguna parte

25
cados uno en otro, entrando uno en otro
mientras nos rodean el crculo de las tempestades
las voces de la muchedumbre
el resplandor de las ciudades
las inocentes parejas del Arca
la noche prdiga, los soles rumorosos.

El zodaco gira sobre nosotros

mezclando los meses y los signos.
Cncer navega en Acuario
Julio es un ro en el que t te baas
Agosto sacude su melena de llamas
y te envuelve en un rugiente clima de esto
Septiembre derrama un vino crepuscular
Octubre suelta su jaura de monteros
Noviembre tiene el gusto de tus labios
tu olor a enredadera y a tierra recin mojada
Diciembre sale de tu cabellera
sale de tus ojos, sale de tu risa
lleno de balcones soleados donde besarnos
y abre un abanico de caminos verdes
para que nos fuguemos hacia Enero
hacia sus montes de hielo o de sequa
hacia su sol de montaa pascual
hacia el Ao Nuevo de rostro doble
Enero de dos filos, Enero de dos cuerpos
arco de escarcha o de lumbre
que hemos cruzado tomados de la mano
pasndonos el alma de boca en boca
zozobrados en nosotros mismos
como peces en celo, frenticos peces que desovan
en los mares nupciales de Febrero
hasta varar su furia de espumas y de dientes
en los puertos de Marzo, playas del equinoccio
donde la Primavera y nuestra despedida
confundieron en una misma promesa de renuevos
sus nombres, sus memorias, sus pasos, sus adioses.

26
II
En la penum bra tu rostro color de luna
las alas de tus ojeras
la negra planta de tus cabellos
y el trpico de tu cuerpo
los das de verano o de invierno lluviosos
las cosechas dadas o las cosechas perdidas
el mar rompiendo contra mis litorales
t: llanura, salinar, montaa a la que subo
para tocar cerca de tus senos alguna estrella tibia
t: selva cuyo pesado olor milenario
se estira y en m se enrosca como una sierpe
t: guijarro, pluma al viento, trepadora en flor
monte por el cual me pierdo
yermo por donde padezco
huerta florecida en mi costado
ra de la noche, fuente de luna llena
Encantada de las aguas.
Voy cayendo en ti
caigo en tu imagen, en tu espejo
hacia la rosa ardiente, secreta de tu boca
naufrago en ti, en tu vaivn de ola
en tu flujo y reflujo constelados.
Mecida en tus corrientes
te mueves, ondeas, nadas, flotas
trmula medusa de cabellera de obsidiana;
eres el mar cuando buscas tu dicha,
soy un pez entre tus aguas nocturnas
por donde pasan jardines de fucos
estrellas, anmonas, guirnaldas de fsforos;
eres el mar cuando buscas tu dicha
como una herida que vas gozando con los ojos cerrados.

Oh Amada, en el fondo de tu sexo

toco hasta sangrar de gozo, tu corazn caliente.
Lo voy sacando hasta tus labios
lo beso en tu revuelta cabellera
lo asomo al da que nos mira
al aire que respiramos juntos
mientras rompen a volar las campanadas
del instante de plumas tibias en que desfalleces.

27
HOY

Temporada de jbilo junto a tu cuerpo.

Todo es hoy, todo es presencia activa,
los nmeros del ao suman este mes de trinos,
multiplican el brillo de este da compacto,
restan la angustia en que me divida
y ahora, colmado de tiempo, de resonancias,
frente al mar, frente a las Islas Felices,
entro en el resplandor de la primavera.

Suena el instante, da la hora.

Largamente huele a lavanda.
Un barco se aquieta junto al muelle.
Est lleno de pesca crepuscular.
Las redes hmedas cuelgan de sus mstiles.
La estela es apenas un ondulante cabello verde.
Cierro los ojos para tocar el fondo,
para sentirme en tanta unidad, en tanta paz.
Pero zozobro en el recuerdo,
me alejo, me quebranto,
lo que estoy viviendo se desploma hacia el ayer.
Entonces mi mano corre hasta tu cuerpo,
me aseguro de ti que ests tan cerca,
abro los ojos, leo la hora exacta,
son hoy, ahora mismo, tiempos vivos, cabrilleantes,
y empiezo a ser de nuevo el que te roza,
el que visita tus rincones y te piensa.

Sbados, sbados de luna llena,

domingos de cara al sol marino,
a los jardines de azaleas y palmeras,
semanas cortas de un solo y mismo da jubiloso

28
y cuando ardemos juntos: no hay medida;
y cuando el sueo y el cansancio gozosos:
todo se vuelva dunas y arenas que se vierten!
Nunca sospechaste la dicha que guardabas
ni sabas que las heridas cantaban
ni que las espinas podan resolverse en polen
ni que una fecha igual, un da semejante,
la misma hora regresada, repetida,
daban lugar a penas o a alegras tan contrarias.

Es un rer en la risa del otro,

un entrar y salir de los besos,
un caernos recprocamente al agua,
un zambullirnos y nadar el uno en el otro,
para, al fin, salir al aire, mutuos, reflejados,
y volver a rer con todo el cielo,
con el tiempo, la edad adulta, el porvenir, presentes.

Cmo te exijo y te contengo,

cmo te pido ms hasta sangrar de dicha,
cmo me empeo en esta obra de vivirnos,
de estar juntos, a solas con el mundo,
de estar solos, junto a todo lo que existe!
o
Aroma salobre. Amargo dulzor adherente.
Flor marisco de abundosas cejas.
Crdena fruta labial
cuyos ntimos zumos favorecen el esfuerzo
los buceos el rescate de perlas exudadas.
Estrella contrctil de las altas mareas
Caracol hasta el cual llega la boca
para or el calor rumoroso del verano.
Dione de venas de espumas y de musgos.
Cresta rizada mota en el llano.
Vrtice de blandas y apretadas sombras
entre dunas tibias movedizas trmulas de claroscuros.
Ala y antifaz. Guante de piel. Blasn sable.
Escudo de la luna. Rombo de cuero negro.
Hoja de vellos. Abdomen de abeja. Rosa de axilas.
Felina orqudea planta carnvora tarntula floral
que entreabre su vida corola
en los zumbantes vahos de la selva.
Lenta y ondeante mariposa de velutina
que asciende entre sombras y llameantes vegetaciones.

30
ACUARIO

Nado en tu cabellera.
Cojo una estrella la sacudo la muerdo.
Nado en el ro profundo de tu cabellera.
Me encaro con la corriente
voy aguas arriba
hacia las fuentes escondidas
hacia las yemas ocultas que dan nascencia al ro
y empiezo a embestir tu dulzura de agua
ra hueva del mar blanda luna de arena
empujo con mi testuz tu cuerpo de vaca marina
tiemblan tus flancos
mujo en medio de las corrientes
mujo en medio de tu cabellera fluvial
mujo con todo el pulmn del verano.

Oigo retirarse el mar

cabellos que se destrenzan y caen de un golpe
rebaos que se alejan pisando el suelo fofo
con ruido interminable de chorro de agua
en el fondo del insomnio
all donde la noche es cadera desnuda
oigo retirarse el mar y me vaco
por lentas vertientes por quebrados cauces
me desangro como se retira el mar
en la noche chapoteante rezumante de murmullos
me voy quedando seco
mientras a lentos borbotones
mi sangre derrama su yedra de lenguas vibrtiles
hacia quin sabe qu tierras qu mar qu amaneceres
Cuando eres la noche soy marea que asciende y te inunda
cuando eres marea soy la herida que se la bebe
cuando eres la herida soy dardo que vuelve a hincarla
cuando eres el dardo soy horizonte para su blanco
cuando das en el blanco me vuelco en ti desesperado
ro que desemboca en tu litoral
ro que se convierte en toro
del que vuelves a nacer t vaca del agua dulce
para que nos juntemos en alguna alta pradera hmeda
para que copulemos en alguna ra
en algn delta
en alguna desembocadura solar.

32
LIBERTAD

Lujo de la vida
resplandor sensual y noble
plenitud de sentidos despiertos
eterno presente
lcida pasin
toda en llamadas y en respuestas
dadivosa retenida corriente tormentosa
voluntad de cumplirse de arder
voluntad de verterse
fuente de lumbre en la clepsidra
manantial rezumante
expansin dorada del verano
suavsimas parvas en un pas dichoso
cabellera solar de medianoche.

Cuando se pone el deseo

cuando sus ltimas llamas se apagan en el valle
la muerte sale de su escondrijo
se desliza por una grieta en la montaa escarpada
desciende por desfiladeros vertiginosos
hacia la llanura donde el viento dispersa
las cenizas y el humo de las extintas hogueras
de aquellos fuegos de proteccin y de alegra
que encendiera el deseo de faz resplandeciente
para alejar las fieras y el fro
para vencer la soledad
para invocar a Dios.

Mas el fuego arde en ti tus pechos queman

tu sexo tiene el interior en brasa
tu boca es una herida que besa al vivo
eres mortal deleznable cambiante
brizna en el viento llama en el viento
tallo ondeante ola que se rompe:
t te llamas: Deseo.
El tiempo nieva llueve sobre ti
te destruye como el viento a la montaa
te roe como el mar al litoral
pero t te llamas: Vida.

He aqu porqu salgo de mi casa

porqu abandono mi alcoba segura
porqu peleo contra las horas, porqu hago
porqu dejo que me aprese y me cubra
la vegetacin trepadora que me anunciaste un da.
Y as
retenido por tus brazos
apresado entre tus piernas
atado a tu cuerpo por tu cabellera
prendido de tu boca
asomado a tu alma
como a un estanque de infinitas imgenes
hundido en fin en el bosque de tu aliento
Vida, qu libres somos! Qu libre soy, Deseo!

34
PAREJA SIN HISTORIA

Se acarician. Se bastan.
Estn colmados por ellos mismos
colmados por la sed sensual del otro.

Se conocieron ayer:
llevan siglos de parecerse
de abrazarse en las parejas siempre nicas
de reconocerse en todos los lugares
donde el sueo esconde su tesoro
donde la dicha deja a la nostalgia
donde nunca estuvieron
donde estn.

Aroma piel ramajes ntima penumbra

labios que besan por la herida
rostro asomado al secreto del rostro que lo refleja
palabras que se derriten por los dedos
semejanzas descubiertas con delicia
apetencias de olvido y de sabores no probados
mientras inventan parasos sin castigo
y se cuentan a tientas el alma
mientras asumen el destino de las frutas
y la vida fulgura en ellos
con sus siempres y sus nuncas efmeros
con sus primera vez repetido hasta el final
con sus partes confundidas cual miembros que el amor enlaza.

Hasta ellos no alcanza el rumor de la urbe

o ser ms bien que no lo oyen
que lo cubre el susurro con que se aman
que lo dispersa el soplo que se dan.

35
 Se huelen se gustan se desean.
La libertad que encuentran los deslumbra.
Ascienden en una isla espacial entre los astros.
Pareja sin Historia
pareja constelada.

Se miran a s mismos en el otro.

Ella aparece abierta impdica ojerosa tremulante
l: enhiesto obsceno avizor posesivo
ella: contrctil hmeda gimiente umbra
l: herido llameante solar fulminado.
Cunto abandono momentneo! Cunto triunfo!
Pueden equivocarse gozosamente
confundir las imgenes del deseo espejado
fundir los sabores de sus bocas
perderse juntos en el placer del otro
fluir de manantiales en arroyos
de arroyos en raudales de raudales en ros
hasta el mar hasta volcarse en la unidad del origen
en el espacio pletrico y vibrante
donde cada movimiento se transmite de polo a polo
donde flotarn donde estn flotando
como dos hipocampos entregados al rito nupcial.
Aflojan las redes y los nudos milenarios
arrojan de s el pasado las cscaras los trapos
viento propicio borra las huellas mezcla arenas y estrellas
le dan la espalda a la memoria hueca
para ser cresta de una ola
para ser presencia espuma diluvio sortilegio
cielo de mar espacio palpitante que rompe en sales
y en la cresta de esa ola de caballos tornasoles
que recorre de punta a punta el tiempo como una playa
me arrojo contigo!
la corro contigo hasta el final del da!
sobre su filo t y yo somos jabalina y destello!
vivan este esfuerzo estos besos esta presencia nica!
vivan el jbilo del mar los cuerpos aparejados!
nuestro almizcle que huele a marisco y a gato monts!
el relmpago en que nos dormimos juntos!

36
GNESIS

Eterna presencia efmera

de algo que nos repite y nos liberta
cada vez que nos desnuda y nos enciende.
Entonces sonamos: hmedos terrgenos areos
entonces ardemos con gemidos florales
somos ecos del espacio vibrante
zumbido de aerolitos azules
ramajes de estrellas que se desgajan
races que se descubren alas
manantiales recnditos
susurros de ondeantes vegetaciones acuticas
simientes de brillantes vellos.
En nuestra respiracin conjunta apasionada
naufragan los ruidos ajenos.
Nuestro jadear viene del pulmn del mundo
de la garganta universal de las razas
de las bestias aparejadas en el Arca
de las hordas que huyeron ante la invasin de los hielos
del pez que atraves las edades
del soplo de Abraham
del animal contrctil que habita en tu vagina.
Nombro tus partes grito mi deseo
me contestas desde lo hondo de tu selva estremecida
caemos el uno dentro del otro
regresas a mi costilla y yo al barro original
se unen nuestros caudales
cambiamos de sexo
te sumo a m mismo y te reflejo
lunas tuyas en mi cintura y en tus pechos mis soles;
t te agigantas y me cubres

BUOTBCA NACIONAL
CARACAS - VENEZUELA
firmamento tus miembros tus aromadas axilas:
dominas en este combate secular
con largos espasmos de entrega y de victoria.

Lenguas y ojos tienen dedos

las esquinas del tiempo se doblan se derrumban
empieza otra vez la Creacin
sobre las aguas tenebrosas vaga Dios
su voz hace la luz, su silencio las tinieblas
de la luz nace la tierra y de la sombra el cielo
la tierra alumbra hierbas y el cielo luminarias
de la hierba brotan bestias
de las aguas: semillas larvas saurios
de las bestias sale el hombre cargado de simientes
salimos t y yo animales salobres floras pensantes
hechos de barro y de hueso
de llama y de ocano
mordemos juntos una fruta de labios y de lenguas
un gritero se alza en nuestra entraa
un estremecimiento milenario
la almendra surge de su cscara
el mundo recreado se derrama
tu cuerpo es una ensenada
mi cuerpo es una aleta
tu cuerpo es una baha es un golfo
mi cuerpo es una gaviota es un pecio es un barco
tu cuerpo es una ra
mi cuerpo es un caracol entre las rocas
tu cuerpo es una gruta de musgos y de fuentecillas
alcoba secreta donde duerme Mara Lionza
mi cuerpo es oso faisn botas del cazador
portador de antorchas llaves de la ltima puerta
tu cuerpo es una hendija y mi cuerpo un ojo vido
tu cuerpo es cesta violn cabellera vasija
mi cuerpo es flauta de los encantamientos
labios sobre tus pesados prpados que tiemblan
cunto jardn de fieras inocentes somos:
afluencias tambin
rgimen de vientos
hoyas
desembocaduras

38
fuego de alegra que unen sus llamaradas
modos de un mismo verbo
gemidos y arrullos de un mismo gozo vulnerado!
La Creacin resplandece
en el vuelo fulgurante de nuestra cada

39
ALBOR

Pura salobre violenta

impulsada desde el fondo
llena de su propia entrega
rompe contra mi soledad
la baa con su espuma y con su lumbre
la transforma en delfn
que salta sobre sus movimientos marinos.

Alargo las manos hasta tu rostro

acaricio tu sexo
para que mis dedos te digan
lo que las palabras matan
s las palabras!; fsiles
moldes gastados por el uso
desperdicios de la gran ciudad
trozos de escombros
canto rodado por las aguas
pedazos de estatua rota
ladrillo romano
recogido entre las ruinas de Salona
detritus en fin del Verbo
que tu esplendor sensual y elocuente rechaza.

De modo que en el silencio

de estos intensos estallidos ntimos
en la alcoba cruzada por corrientes marinas
en el barco resistente donde tantas veces
nos hemos quedado dormidos despus de encarar la tempestad
en medio de lo que puede separarnos
secretos y entregados a una magia secular
invocamos brisas protectoras

40
e impulsados por ellas alcanzamos frtil orilla
desembarcamos en la Tierra de Gracia
los animales que se esconden en nosotros
andan sueltos inocentes dados a sus quehaceres
las plantas estn en su sitio
respiran laboran brindan sombra o alimento
y el arroyo que nos ofrece en sus aguas
un largo trago de frescura matinal
corre hacia arriba hacia su fuente
sin que puedan nunca agostarlo tiempo ni sequas.

Hora ser entonces de volver a descubrir el fuego

de volver a tejer las fibras y las palmas
de or atentamente el silencio grvido
de mirar hacia las cumbres distantes
sin nimo de ascender hacia ellas
de reconocernos por el tacto por el olor
de hundirnos el uno en el otro
como el sol en el mar.
Volver a brotar el Verbo de tu carne?
Recobrarn vida las palabras secas?
Cesarn de matar lo que nombran?
Parecernse otra vez a pieles
a frutas que mordemos juntos?
A peces pescados en nuestro mar?
A minerales poblados por los dioses?
A granos y a semillas
que podr besar en el cuenco de tus manos?

41
DICHA SANGRANTE

De cosa en cosa tejo tu existencia

te persigo en cada forma porque te amo
te acepto entre mis propias negaciones
me pierdo a veces en tu angustia selvtica
y al influjo de imprevisibles maleficios
te ofrezco un lucero que se vuelve cardo
quiero acariciarte y te desgarro.

Entramos y salimos de las cosas

sumados sin cesar al tiempo que nos resta.
Te llevo de eco en eco
te repito
te imagino yacimiento para hacerme minero
me transformo en barro
para que t seas la mano alfarera
respiro en tu resplandor y te pienso
con la desesperada certidumbre de morir

Sueles perderte en m vidamente

sueles esconderte en mi sueo en mi vigilia
quieres ser mis labios para que te nombre
aceptas ser agua para que te beba
asumes por momentos mi existencia
te sorprendes contando tu vida con mis dedos
y cuando menos lo advierto
te alcanzo
caigo en ti
me sumerjo en tu presencia
me convierto en tus sentidos

42
te huelo a m y a ti sabe mi gusto
hablas en el fondo de mi odo
veo con tu mirada me toco en tu recuerdo.

Dame tu sombra para esclarecerte.

Te defiendo contra m contra ti misma
aparto de tu paso las horas
para que tu cuerpo siempre sea floresta.
Acepto que los vientos me gasten
que me pudran las lluvias los abonos
que me devoren las hormigas de talle esbelto
para que t puedas ser una escultura milenaria
y atravieses los tiempos con gesto interminable.

Fuerza marina
rompe contra mis huesos
alimenta tu energa con el soplo con que te amo
afila en mi costado tus estrellas cortantes
murdeme en los hombros
clvame tus uas de vidrio
aprsame en la red de tu cabellera
dispara tu largo gemido que me hiere los ojos.

Desde la raz de esta dicha sangrante

me arrojo sobre ti fiero invlido afanoso
te arao a ciegas para desnudarte
rompo la cscara que oculta tu almendra dulce
te descorazo te despojo de tus armas te encorazono
te tomo delicadamente entre mis labios
mis manos cantan sobre tu piel
mis dedos pulsan una cuerda menor tremulante
msica de espinas y de plumas suena
nada se nos opone ya
nada nos separa mientras cae este grano de arena
mientras dura su liviana cada
somos el tiempo
somos las playas radiantes del verano
y ahora las parejas se acoplan en nosotros.
ES ESTO

Es esto: verte y no verte

y andar a ciegas, deslumbrado
y ser la luz entre tus sombras
y arder en llamas negras
y rer triste de todo corazn
y gemir de jbilo contuso
valiente el miedo a perdernos
inquieta la paz que nos acoge
seguro el filo del peligro
pacfica la guerra en que sangramos.

Es esto: saberte y no saber

perderte de un todo en un instante
para siempre, furioso, desabrido,
para el cruel jams de los jamases,
perderte, ms vale as, nos separamos,
ms nunca, vete, adis, no importa nada,
ests saliendo de m como un fantasma,
me voy quedando vaco,
me desangro,
detente! espera! regresa! no me viertas!
ests subiendo por mis ingles como yedra,
trepadora caliente y envolvente,
dama de la luna y de la umbra,
estoy entrando en tu ser como una rfaga,
mis manos te encuentran, te repiten,
descubro de nuevo tu sabor humano,
atravieso tus dudas como un rayo,
te alcanzo, te enciendo, te derramo,

44
y todo vuelve a ser el prtico sereno,
la compacta unidad, el crculo dorado,
la primavera, siempre, para siempre,
el efmero hallazgo de la dicha.
MAREA VIVA

Como la ola pero no como la mar inacabable

como la ola solamente que nace y se derrumba
como la ola que muere de su propio impulso
que se expande rugiente y se estrella espumea destella
hasta abolirse en la ribera o regresar a su origen
como la ola que es un temblor del tiempo
t y yo sobre la playa
frente a las olas
en el tiempo que nos destruye y nos repite.

Ms tarde
despus
cuando no estemos
vern otros ojos este mismo movimiento
con los ojos de quienes lo contemplamos ahora?
podremos asomarnos a aquella mirada?
tendr la nostalgia en otros labios
sabor a salitre
como ahora la tiene en tus labios?
despedirn las aguas descendentes
este profundo macerado olor sulfuroso
levemente carnal y carnvoro
que evoca despojos de liqenes de algas de mariscos?
Si as fuese: lo sabrn nuestros polvos
lo sabr nuestra muerte?

Desde lo profundo del otoo marino

te invito a subir hacia el da futuro clarsimo
en que alguna pareja enlazada
semejante a la nuestra

46
al contemplar las olas que rompen destellan espumean se abolen
pensar en la muerte uniforme general
pensar en la suya y en quienes ms tarde
podrn perpetuar la mirada con que se aman ahora
la mirada con que tambin ven moverse las olas
en el tiempo sin duracin que las repite y las destruye.

Acaso sientan ellos entonces vivir su eternidad.

Acaso la sentirn como si fuera el firmamento
acaso empiecen a ascender hacia su nebulosa
como las aguas vivas del mar en tiempos de equinoccio.

47
INMINENCIA

Ancla roda de la memoria.

Entonces enmudezco en espera de que salgas de ti.
El tiempo corre y nos arrastra.
Hoy enrojeci los helechos
solt el viento del sur sobre el pinar
y puso en tus ojos un brillo maligno.

Ya lo dijiste: no nos sabremos nunca.

No nos pertenecemos ni en los gestos ni en los sueos.
Estamos prestados a la muerte a la nada
y nos colman momentneamente: resonancias
bajos profundidades y reflejos
huellas que andan solas
huellas autnomas
que nos persiguen nos acechan nos cercan
sin que jams calor y ruido humano las delaten.

Pero en tu memoria todo es fragor

tumulto de imgenes golpes y gritos del pasado
races que se salen de la tierra para asirte
fotografas instantneas
desgarrones en blanco como un desmayo
teatro de sempiternas representaciones!
con actores que se quedan inmviles en la ltima escena
y desaparecen de pronto devorados por el vaco.
Tu llanto se expande se ahonda en la oquedad
en el mbito de aplausos petrificados
frente a un proscenio que se llena de estalactitas
hasta que te yergues
te aslas
te ausentas en silencio

48
agostado el llanto de la memoria
y el teln cae sobre mi indescriptible soledad.

Sin embargo podra alcanzarte en el recuerdo

podra detenerte.
Aunque las niegues moran en ti personas mas
mi aparicin puede alzarse de tus huellas!
Hasta qu punto soy la imagen de ti que olvidas?
Hasta qu herida sangran en m tus penas?

Solas sonrer en otro tiempo

cuando cruzaba el umbral de tu aoranza
gustabas olvidarte a la sombra de mi presencia
perderte en ella despedirte y encontrarte
como yo lo haca en el espejo en que te mirabas.
Vamos. Recoge tus pisadas. All estoy. Levntame!

(En Domodossola nevaba sin cesar sobre nuestra fuga

tu cabellera negra venci aquella blancura
tu voz de metal caliente tu risa ronca y dorada
derritieron la escarcha y la helada circundantes.
En Roma convocaste algunos fantasmas entre las ruinas.
En Locarno asumiste la primavera:
campanillas en la brisa, transparentes cristales de agua
jardines por donde florecas intermitentemente
y el lago
la vida reflejada
las islas felices de la cpula.
En Barbados bajo otros climas
alguien te mostr las palmas de sus manos
y en ellas viste acercarse su muerte.
Exorcizaste la noche de Jamaica con gestos desconocidos
colocaste escobas detrs de las puertas de la cabaa
trazaste cruces de sal en los umbrales
para ahuyentar los pjaros ladrones
y el doble del saxofonista ebrio
que nos espiaba entre las ramas del almendrn del patio.
Te o hablar con las hojas en Mendichka:
el follaje mova sus manos parpadeaba
susurraba a tu odo te rozaba con sus labios
callaba de pronto
para mirarte en los cuerpos enlazados a su sombra.
De ese modo tejido tantas veces por una misma sensacin
capaces de comunicarnos tantas veces
atrados por un mismo polo magntico
nada se nos puede escapar del otio
y hasta las negaciones nos afirman).

No eres
No puedes ser
nunca fuiste memoria solamente
Tienes el cuerpo su inmediato esplendor sus estaciones.
El porvenir es lo que hacemos:
alguna caricia grvida de su cumplimiento
un paso que se apoya sobre el prximo paso
caudal de las aguas que corren
de ondas en ondas diversas y semejantes.
Elemental es el cuerpo como el fuego
cardinal como los puntos del planeta
imaginario como el Ecuador
perenne en la duracin de sus apariencias efmeras.
Escchame. Estoy a tu lado: sal del recuerdo.
Cierra la puerta. Djalos all incorruptibles
Entra en tu cuerpo con todas tus memorias!
Pinsalos de una vez! Agtalos en tu mente!
Deja a los grandes dolos sin mirada!
Rompe el cerco de pisadas salvajes!

El viento arremolina nuestros pensamientos.

Viento que rechina y cruje y chisporrotea
y quita el aire con su soplo de asfixia.
Estamos tan solos tan desnudos uno frente al otro.
La tarde se estira lenta elctrica crepitante.
El otoo nos aproxima alarga nuestras sombras
nos empuja pecho contra pecho nos abraza.
Un filo brilla en tus ojos
astilla de cuarzo.

No nos sabremos nunca.

No nos pertenecemos ni en los gestos ni en los sueos.

50
HGOTE CARNE, ALMAMA

Nada puede darte tanta alma

como mi cuerpo cuando cava en ti
salobre ocenico salvaje libre
lleno de s mismo desbordado
balbuceando tu nombre hasta clamarlo
hasta arrojarlo, guijarro en la honda,
contra la frente lisa del olvido.
Nada puede darte tanta alma
como esa herida que en tu cuerpo cavo.

Los sentidos en alma se convierten:

dedos del alma que te acarician
labios del alma que te besan
ojos cerrados que en su interior te miran
resonancias de tu nombre que despiertan
el inconfundible aroma de tu cuerpo
rendido all donde mi pensamiento lo construye.

Gusto el sabor universal que tienes.

Te respiro hasta hacer de tu olor una persona
que se entrega, despus, temblorosa
a la vida persona de mi olor.
Mis dedos rozan rganos
destellos
hlitos
rumores de la naturaleza
y en la vigilia que me enciende tantas veces junto
oigo sonar el tiempo
como un ro por el que t te acercas.
Nada puede darte tanta alma
como mi cuerpo cuando cava en ti
cuando abre sus alas, cuando canta
cuando prueba su vuelo, cuando vuela
cuando cae herido y se pierde en el follaje
cuando sangra su espesa miel y desfallece.

Para que no te hiele la memoria

ni te consuma la sed de porvenir;
para que sobrevivas a las guerras
y no te cubra de escamas el odio entre los prjimos;
para que ilumines la miseria y la fortuna
que se dan puetazos en el stano
y se muerden en las partes vulnerables;
para que seas libre y ondeante;
para que no tengas verdades que matan
ni evidencias como pirmide vaca;
para que puedas ser esfinge
ser humana
y dudar sin pecado y caer en soledades
universal como el viento o la muerte
hgote carne que sufre, piensa y pasa,
hgote sentido alma ma!
escribo tu historia como se ve correr el agua!
dejo que el lobo devore a Caperucita Esperanza!
acepto los hundimientos del pasado!
aprendo la soledad con orgullo de centinela!
y entonces nima sola, piel y vello de verano
sexo resplandeciente del otoo
futuro derrumbado en actos sensuales inmediatos
desesperada alegra de beber en la fuente de la herida
descubro que t me haces alma
que ingreso en los medios espaciales vrgenes
que mis gestos, mis sentidos, ya no me pertenecen
que mientras se derrumban mi carne y me deshojo
tu soplo esparce mi polen invisible;
sonido frtil del canto, ecos del olor
palabras inmanentes, signos indestructibles
persona y vida cristalizadas en el tiempo!

52
COSMONAUTAS

Cuando el lecho se hubo derretido

rasgronse el techo y los muros
rasgse la cscara
y empezamos a flotar sin destino
doble cuerpo nico terreno ingrvido
en el cosmos tenebroso
entre los astros de luz inmvil
entre detritus de estrellas y de anillos planetarios
entre enjambres de lucirnagas
viaje sideral, desmayo lcido.

A oscuras tus dedos y tus palmas

comunican tu presencia irrefutable
tu existencia irrebatible entre mis manos
mientras flotamos algeros serenos
acaso levemente fosforescentes
rodeados por un halo azul-morado como la tierra;
mientras flotamos en redondo
caemos
ascendemos
ms all. Ms nunca? Ms alto ms hondo
cuerpo doble precipitado en la cpula
alianza de enamoradas sangres;
mientras flotamos entre dos aguas celestes
tiempo del sol y tiempo del sentimiento
tiempo inseparable del espacio
y tiempo mortal de nuestra edad
tiempo sin duracin como pupila sin iris
y tiempo incurvado y fluyente
que nos contiene y nos sepulta
y nos devorar algn da

53
 con nuestra sombra y nuestros destellos
nuestras guerras y nuestra paz
con la salvaje libertad que pusimos en amarnos
la soledad desnuda y compartida
el orgullo de sentirnos ingrimos
y de bastarnos.

Lento regreso hacia s mismo.

Empiezan a aparecer las tierras presentidas
los nuevos continentes, los planetas imaginados.
De dnde venimos t y yo entrelazados
agonizantes de gozo el uno sobre el pecho del otro?
Qu Edad concluye o principia con nosotros?
Cules son nuestros nombres? Quines son nuestros prjimos?

54
LEGADO

Diferentes en apariencia
semejantes en el fondo
diferentes en el fondo
semejantes en apariencia
segn lo mire Dios o los miren sus prjimos
iguales como cuerpo y sombra
desiguales como stos
segn pasen las horas y los alumbre el da
se encaminarn despiertos o dormidos
juntos o por separado
hacia la cita ineluctable
en que los escoger y asumir la muerte.

Entonces en el paraso del poema

se har memoria incorruptible el reino de su cuerpo.
El porvenir ser su espejo
su espacio
su labranto
y la elogiada Ella cantada tantas veces
reflejada en las palabras que la construyen
nombrada contra el tiempo y la historia
esculpida por el pensamiento enamorado
perseguida en cada forma de la naturaleza
Ella floral frutecida secular umbra
granada que una vez abierta brinda carne de frescura
caracola en cuyo interior zumba la rosa de los vientos
paloma arrulladora de los designios ignorados
mariposa con alas batientes de pjaro verdinegro
Ella: oscuramente clara elemental sol hembra
aguadora constelada de Acuario
Ella que tiene vientre en plenilunio
 rostro como el agua que puede ser remanso o tormenta
llamas eclipses estaciones
la hija del fuego y de la noche
la de la cabellera negrsima como casco de samurai
la de la voz de cobre y dedos grciles y bailarines
cuyas manos resplandecen en el centro del zodaco
la alta dama de copas
la reina de corazn triunfante
la de los sortilegios la hechizada
la que vaticina mirando las palmas de las manos
la encantada de mirada dura y diamantina
la maligna entre sus nudos corredizos y el humo de los conjuros
la de los maleficios la de los alfileres
la colrica la violenta la indomable
la cazadora hermtica en medio de su jaura
la varona que arroja dardos certeros
la que cruza los prticos serenos
la pausada la soadora asomada a sus miradores
la que se pierde en el recuerdo como en un naufragio
la nia de la torre solitaria
la inocente la candorosa la ilusa la castigada
la que lleya en su seno el rayo del deseo
la que usa cinturn de cuero cuando est desnuda
la que se abre como una baha
la que tiembla contrctil envolvente disponible
despojada impdica devorada
la que gime entre los vientos de la cpula
la innominada
la que no se pertenece ni es dada a nadie
la que atraves las edades sin saberlo
la que fue creada por el Verbo
la que asienta todo el pie sobre la tierra
la que habla con el follaje
la que sabe exprimir las ubres de las vacas
la maternal fecunda lctea generosa
la que brinda asistencia y consolacin
presidir desde entonces el incesante oleaje de los brotes.

Legadas sern la herida creciente y frtil

la voluntad de arder y derramarse entero.

55
Legado: el em peo de libertad en una poca de militancias
de milicianos de militares de quebrados de parciales de hormigueros.

Legadas: las venturosas cadas

las tentaciones benficas
las rebeldas sin causas
las equivocaciones fervorosas
las derrotas ganadas para s mismo contra todos
las sinrazones que convencen a fuerza de inocencia.

Legados: el beneficio de la duda

los malos pasos con que se aprende a andar
el resplandor cierto de los cuerpos enlazados
el orgullo largo de sentirse solo en avanzada
el jbilo breve acosado por los cazadores de la Historia
el Canto vivido como aventura del peligro.

Legadas las hogueras del deseo

para alumbrar las cavernas donde se guarece el odio
para loar las acciones de la vendimia y de la pesca
para detener el avance amenazante de los hielos.
Legado el presente invulnerado
cuando la intensidad de su existencia no decae:
eternidad en suma conquistada a pulso
lanza de fuego elctrico que atraviesa el tiempo
fresa taladrante que lo limpia de sombras memoriosas
de brumas de ruinas de camposantos y de huellas
tambin de la esperanza ms all siempre
horizonte y porvenir como hosca serrana por cruzar
en los que todos se perdern alguna vez de manera irremediable.

Legadas: la conciencia de amor escrita por el poema

el poema que el amor escribe
edad que no envejecer nunca
primavera sostenida por un rbol de pura lumbre vegetal
en cuyo redor las bestias mansamente juegan
y como gotas de luz madura
de miel celeste
caen las frutas del primer medioda del mundo.

57
INDICE

Dedicatoria.....................................................................................................9
Testimonio.................................................................................................... 11
Metamorfosis................................................................................................. 13
Elogio.............................................................................................................16
Joven rostro milenario................................................................................. 18
Manos en el zodaco....................................................................................20
La innominada.............................................................................................. 24
El reino de tu cuerpo.................................................................................. 25
Hoy................................................................................................................ 28
O .....................................................................................................................30
Acuario.......................................................................................................... 31
Libertad..........................................................................................................33
Pareja sin historia......................................................................................... 35
Gnesis..........................................................................................................37
Albor.............................................................................................................. 40
Dicha sangrante........................................................................................... 42
Es esto........................................................................................................... 44
Marea viva.....................................................................................................46
Inminencia.................................................................................................... 48
Hgote carne, alma ma..............................................................................51
Cosmonautas................................................................................................ 53
Legado...........................................................................................................55

59
COLECCIN DELTA

1Los cuadernos del destierro / Falsas maniobras / Derrota. Rafael Cadenas.

2 Contra el espacio hostil. Alfredo Silva Estrada
3 Entreverado. BaicaDvalos
4 Discurso salvaje. J. M. Briceo Guerrero
5 El bazar de la madama. Alfredo Armas Alfonzo
6 Sumario de Somaris. Gustavo Pereira
7 Cuatro ensayos sobre el hombre contemporneo. H ernando Track
8 El cuaderno de Blas Coll. Eugenio Montejo
9 Por cul causa o nostalgia. Juan Snchez Pelez
10 Trpico absoluto. Eugenio Montejo
11 Myesis. JuanLiscano
12 Amante. Rafael Cadenas
13 Anotaciones. Rafael Cadenas
14 Holadios. Jonuel Brigue
15 Antolga potica. LuisBeltrn Guerrero
16 Salto ngel. Ida Gramcko
17 Antologa paralela. Juan Calzadilla
18 Hace mal tiempo afuera. Salvador Garmendia
19 Domicilios. JuanLiscano
20 Vivir contra morir. Gustavo Pereira
21 Mar amargo. A m aldo Acosta Bello
22 Los encuentros en las tormentas del husped. Hesnor Rivera
23 Metstasis del verbo. Oswaldo Trejo
24 Alegres provincias. Ramn Palomares
25 Antologa potica. Vctor Valera Mora
26 La vida del maldito. Jos Antonio Ramos Sure
TI Venezuela gele a oro. Andrs Eloy Blanco / Miguel Otero Silva
28 Influencia de las mujeres en la formacin del alma americana. Teresa de la
Parra
29 Poemas mientras abre tina flor. Mercedes B erm dez de Belloso
30 Crmenes. JuanLiscano

61
Esta edicin de CARMENES se termin de
imprimir en el mes de Agosto de 1.993 en los
Talleres de Publicidad Grfica Len S.R.L.
Telfonos: 575.01.98 - 575.03.78 Caracas,
Venezuela
 Crmenes,
el clebre poemario
de Juan Liscano publicado en
Argentina en 1969 y agotado desde hace
largo tiempo, es ahora editado bajo el sello de
Fundarte por primera vez en Venezuela.
Preferido por los lectores y tambin
por la crtica especializada, Crmenes concita la
exaltacin del cuerpo y el deseo, remitiendo al sexo a
su condicin universal y mtica. La experiencia
amorosa trasciende de este modo el combate
de las imgenes camales entre el hombre y la mujer,
para constituir una alegora de la conflictiva unin
del cielo y la tierra, el yin y el yan, lo activo y Ip
pasivo, el da y la noche,
la pasin y la calma.
Este libro ofrece una nueva posibilidad
de acercarse a la obra de Juan Liscano, una de las
mayores figuras intelectuales de la Venezuela
contempornea: poeta, ensayista, crtico, folclorlogo,
temible polemista y autor de numerosos libros, ha
publicado tambin en Fundarte sus
poemarios Myesis ( 1982) y
Domicilios (1986)

^ C O L E C C IO N . 70 nq

Delta **B'.