Poesia13y14 PDF
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final - testamento
lrico
...
~* *
DOCUMENTOS
N. Mandelstam
La muerte
de Ossip Mandelstam
POEMAS
John
Berryman
Eugenio Montejo,
Giovanni
Quessep,
Pierre Reverdy
Rafael A. Insausti
NOTAS - COMENTARIOS
Poesa
Inglesa
William
del siglo XX
Carlos
Ernesto
Williams
Cardenal
Virginia
Woolf
A. Dujovne
JULIO
-oc TUBRE
POESIA
julio-octubre
1973
Vol.
111Nos.
1-2
5
7
17
21
26
32
34
36
Ungaretti
Final
Ungaretti
Testamento lrico
John Berryman
Canciones de sueo
Pierre Reverdy
Pizarras del techo
Nadejda Mandelstam
La muerte de Ossip Mandelstam
Eugenio Montejo
Deshora / Algunas palabras
Giovanni Quessep
Poemas
Rafael Angel Insausti
Herencia
37
NOTAS - COMENTARIOS
Mis
37
38
41
43
44
a ungaretti
48
REDACCION:
Alejandro
"k
congra-
EZRA POUND
Ossip Mandelstam
ILUSTRACIONES:
24
por el
finale
Piu non muggisce
.
mareo
' non sussurr a il mare,
11
Senza i sogni .
Il mare .
' incolore
campo
il mare,
Fa pieta
.
anche il
, Il mareo
mare,
Muovono .nuvole
Il mareo
Afumit"
11
mare.
irriflese
'1 mare
11
.,I.~~,,' !ft.-'Jf;"
rt .i C<-'(,..
,Ck I .
final
No
Homenaje al queridsimo
admirado maestro
G. Ungaretti.
testamento
Hace
tres aos, en junio de 1970, mora Giuseppe
Ungaretti. Adems de su magna obra potica, de sus escritos crticos y polmicos, dispersos en peridicos y revistas, teoriz tambin como lo han hecho otros poetas (Shelley, Po e, T. S. Eliot Y su contemporneo
Quasimodo, en
el "Discurso sobre la poesa") acerca de lo que es para
el escritor su instrumento de trabajo, la palabra, y consign sus ideas sobre la libertad expresiva que ha de ser propia del creador, del artista.
No
s si se puede
definible
definir
y se manifiesta
la poesa.
nuestro
Creo
en aquel momento
lrico
pensamiento,
que
profeso
de nuestra
ms
estrechamente
na verdad,
vibracin
pero
con una
del hombre,
nes ni de estudio,
y no
puede
aun cuando
tal
que
se alimente
especialmente
te, desesperada
en las lenguas
de la poesa
tiempos
son numerosos,
conquista
dra
decirse
sobrepasar
detradicio-
sustancialmente
de am-
normalmente,
de la vieja cultura,
tambin
al igual
do el discurso
transmitida,
una pacien-
solicitud .
M. V. de G.
y ator-
en su ms huma-
En esta celosa defensa del poeta y de su funcin expresiva en el mundo, como mensajero tico y esttico, Ungaretti ha confiado su ms entraable meditacin sobre la
. Poesa.
en
pertenecen
casi' parece
ser nunca
es in-
expresin
la fuerza
que
se limite
cada
de todos
a considerar
la poesa
ser humano
huella;
tiene
los
aun cuan-
oral o verbalmente
sus momentos
de efusin
potica.
He fijado
(1)
Contempornea,
a cargo de G. Spanoletti,
Ed.
brota
as ya tres puntos:
de una experiencia
debe llevar
que la poesa
estrictamente
en su expresin
el rasgo
personal,
es de todos,
y que por
inconfundible
tanto
que
ella
de la individua7
fue la vida mezclada al gran sufrimiento de. la guerra, fue aquel pri-
cules son sus metas. Se tena en aquel entonces la impresin, entre los jvenes, de que despus de Fscolo, Leopardi y Manzoni no
haban existido poetas entre nosotros, de que se haba roto una tra-
todas formas, nos repugnaba hasta las races mismas de nuestras al-
lo que les haca sentir hacia sus semejantes a la vez miedo, angustia
preciso exaltar, como la vida misma, con poses neronianas. Hay que
tomar muy en cuenta este hecho: era justo que los jvenes de en-
nuestras letras.
pio, y que todo estaba por rehacer. Los futuristas en cierta forma habran podido lograrlo, si no hubiesen prestado tanta atencin a los
medios que los adelantos cientficos dieron al hombre cuando por el
contrario la conciencia del hombre deba dominar moralmente esos
medios. Se engaaron sobre todo porque haban tomado como propias las ms absurdas ilusiones del Decadentismo, y creyeron que de
la guerra y la destruccin podran brotar una nueva fuerza y una nue-
Si la palabra fue desnuda, si se detuvo en cada cadencia del ritmo, en cada latido del corazn, si se aisl momento por momento
en su verdad, fue porque antes que nada el hombre se sinti hombre,
religiosamente hombre, y le pareci ser aqulla la revolucin que
necesariamente, en esas circunstancias histricas, deba brotar de las
palabras. Las condiciones de nuestra poesa y de la poesa de otros
Crepusculares
(1)
pases, en aquel
momento,
no exigan
otras
reformas,
damental.
una
extraa
escritores,
teora
mis colegas
a la primera
que
tuvo
na no poda encontrar
d solo, durante
camente,
de aquel momento
da de una perfecta
de Alegra,
devuelto
quienes
expresiva,
al ritmo
entre
que el canto
ms complejas
po1mi-
tena an y
Fueron
las preo-
desde la bsque-
rtmica
durante
de unidad
del vocablo
la composicion
verbal.
Habindo1e
el verso podra
recon-
al odo italiano
por la
naturaleza
su funcin,
la tensin
anhelo
Me que-
de demostrar
ms rigurosas.
mi principal
a bsquedas
la poesa moder-
coincidencia
algunos
la sostuvie-
mucho
se ori-
Fueron
y enterrado,
de mi trabajo,
mtricas
mundial
acogida.
exigencias
y su calidad
guerra
La Ronda,
muerto
su forma
cupaciones
amplia
de la revista
siempre
en La Retama),
fnica de nuestras
armnica
transmitida
palabras
a las formas
y por la tradicin
sin tctica y
y obstinada,
tan corrompido
fuerza
tomasen
rtmico,
un esquema
sin
estaba nuestro
desde lo externo,
mtrico:
en forma natural
emotiva
y el mayor
es acadmica,
conocemos
la profunda
aquella
relieve
de exactitud
est vinculada
reforma
la Cancin
por completo
de
expresiva.
Tampoco
petrarquista,
que
alcanzase la mayor
se trataba
la mtrica
10
cabalmente
La mtrica
a Petrarca,
que a Leopar-
se le present
tal esquema,
y ya
la necesidad
(y lo logr,
por
es un hecho
de considerable
la elocuencia
funcin
subordinado.
El hecho
afirmar,
capital
InS-
para formacin
a la palabra,
dndole
peso, extendiendo
Una palabra
que posee
tona
refleja
cosas diferentes,
con tantas
tantas
personas
tal palabra,
Fue en esta
humanidad
La misma
del hombre,
las muertes,
presentaba
paisajes
de nosotros
El presentimiento
frente
historia,
sus
para
pueblo
y enriquecer
a sentir
frente
a Dios, la misma
finalidad
en e! odio y en e! amor-
vida dentro
tan
que des-
en los nacimientos
sobre
sus
que mi
veces repetidas
de catstrofe
todava
y por su voluntad
y la misma
llegu
del individuo
en la inquietud,
mismos
obran
ms de la memoria
del hombre
hasta la consuncin
ha desapare-
de! dramtico
moralmente
forma como
antinomia
-infinitas
sus perspec-
otorgar
en comunicacin
siempre
la misma posicin
la misma tragedia,
nos pone
acontecer
dad moderna,
y profundizando
que
el milenario
lricas.
no
por alcanzar,
al que pertenecemos;
ma sustancial.
tcnicos
pues dentro
nuestro,
para conocer-
cuya presencia
son las
de significado
tivas.
siempre un
humano
de todos,
en la poesa;
tendr
en el discurso
expresiones
moniosa,
para alcanzar
Durante
gin
ejemplo,
en
y en
todo se me
la memoria.
Los
que experimentaba
reflexionando
so11
y social de nuestros
de los hombres;
sobre la irremedia-
mi propio batallar
a la idea de lo sobrenatural,
a una ilusin
antes de entrever
todo absorva
para mi el mpetu
recordar
tiempos,
la verdad
contra la incertidum-
suprema
y el sufrimiento
de la facultad
de
es hombre.
trminos,
si la memoria
no encerrase
en s una anttesis
sera desesperacin
llevara
al suicidio,
conduce
porque
lleva al hombre
universo
no a la poesa.
y a la palabra
expiacin.
palabras,
Extrema
aspiracin
el milagro
y resplandeciente
ms elevados
hace en la tierra
de felicidad.
Alcanzan
en su fuerza
de los ms elevados
poetas,
en las
originaria
del
su largo viaje de
es la de cumplir,
resucitado
a la poesa
de la poesa
de un mundo
momentos
La memoria
que
en los
sealar
y no le pueden
aos, alguien
me pregunt
natural
el hecho
de la historia
tomar en cuenta.
comprometido
es un escritor
Un escritor,
de Leopardi:
ayudar,
y Leandro,
la imaginacin,
frente
entre
amplio,
"Si algn
y entiendo
expre-
o cometer
ser determinado.
el escritor
menor
aliento
a quien
al hombre
Es verdad
est dentro
el sello
dicha historia
no
en mi opinin,
las fuentes
de la vida
Otro
durante
exactamente
punto
el poder
de liberacin
de no-
un vil pen-
En esta reflexin
posee la verdadera
el siguiente:
tambin
es un error
de hoy en Occidente.
montan
a la segunda
de ds, de Mallarm,
cuales aparece
de Leopar-
al cual yo aluda,
poesa.
vinculado
hablar
a mis convicciones
de decadentismo
Las experimentaciones
mitad de siglo XVIII
y con las ltimas
el cubismo;
se cierran
de la decadencia
a los sentidos,
es un sentimiento
a la historia,
jeta, a la historia
al envejecimiento
biolgica mente
al arte
se re-
abriendo
El sentimiento
es
al referirse
pinturas
inquietudes.
personales,
del decadentismo
y se cierran
clusivamente
minante
12
y determinacio-
en hacer reencontrar
con los
hermoso
di est definido
y tambin
en su obra, infundindole
existir,
que le son
mejor en el pasaje ms
a poner en movimiento
un equilibrio
presar la historia
de su propio
nunca podr
de cada hombre,
quera
no sentirse
de fractura
de las condiciones
en sentido
un sentido
si es un verdadero
todo
El anhelo de libertad
y que en mi opinin
es el escritor
y sobre
como los de versos. Pues bien, yo estimo muy poco aquella poesa que
pero,
leda y meditada
Hace
ser impuestos,
de liberacin
logra
en el acto de
creados.
tien-
cuando
si logra expresarse,
y del mundo
que el poeta,
que lo rodea;
le es imposible,
llevado
nes de la historia.
sugerir
en la historia,
humano
que al poeta
naturalmente
propios
yo quera
est enraizado
rar el sufrimiento
Sin embargo,
o distanciar".
con el
de Czanne,
el camino
Coup
en las
a nuestras
est vinculado
casi ex-
al cual tambin
entendida.
13
En el arte de Occidente,
hoy, la percepcion
de! poder
teria es
materia
nos aplasta,
dora potencia
bin
nos
aplastan,
hacindonos
de la siempre
de la ma-
Sentimos
creciente
que la
y aterra-
parecer
cada
da
ms
tam-
aplastante
la
Pero e! lenguaje
poesa,
En sus bsquedas
carse a encontrar
equilibrio
de lenguaje,
No me adentrar
a explicar
la poesa y la pintura
frente
han tratado
Adems,
menor,
y podramos
hablar,
lenguaje,
mticas
ilustres
de! debate
es continua,
llamado
y Heisenberg,
Einstein
sibilidad
cuadro
admitido
por la antigua
os irrealizables.
la lgica, honra
se han vuelto
Se ha' derrumbado
de la mente
en determinados
que expresarse,
microfsica.
no pueden
prescindir
,podra
guaje
cientfico,
datos
14
indispensable
para
instrumentos
aquel
todava
monumento
grandes
tiempo
montando
formacin,
e incesan-
llega a dominar
y las polmicas
esencial,
moralmente
con un ritmo
comparar
al ritmo
logra de-
secretos de su corazn,
individual
y acorde con su
tradicional.
As se van re-
hasta
e! ms remoto
en la luz de un instante
en su nacer,
su tiempo,
y los ridos,
que se pueda
ser la libe-
en sus fines,
orgen
la historia
en su cerco, hasta
cumplirse.
de!
de
cl-
en mi opinin
ni siquiera
los cultores
al tener
de la
razonar
la cultura
con un vocabulario
puede
la crisis
servicios,
de! cual,
quizs
est en incesante
cuando
hombre,
satar silenciosamente
en la poesa,
crisis de
de sue-
e! lenguaje
cualquier
como la actual:
se da
la poesa.
fruto,
clsicas, y con
fsica dentro
que se ha vuelto,
casos como
e! hombre,
de la voz humana;
o participan
que prestar
entonces
humana,
da como fruto
siempre
la
que
y Schoedinger,
sigui los
de! determinismo,
temente
hoy. Ha habido
continua,
En poesa e! lenguaje
no es tampoco
de la crisis, la liberacin,
pero tambin
an reflejando
a lo cual quien
aunque
como Bohn
la msica,
debido
Hay liberacin,
en sus experimentacio-
se enfrenta
por ejemplo,
un
de la materia.
en Occidente
de resolver,
crisis de lenguaje.
de liberacin,
a la opresin
de qu modo
momentos
e! poeta
y en la poesa la superacin
continuamente,
racin.
materia.
no es la ciencia, e! lenguaje
estar
en crisis e! len-
con exactitud
sobre
los
de hoy da
15
john berryman
canciones de sueno
John Berryman
17
16
john berryman
john berryman
18
Henry
en Irlanda a Bill bajo tierra:
Descanza en paz, t que tanto trabajaste, que lograste
bellos sonidos constantemente,
durante tantos aos:
tus juergas deleitaron Los continentes & nuestros odos:
tenas tantas muchachas tu vida fue un triunfo
y amabas a tu nica esposa.
Te levantabas al alba y escribas -los
libros fluanen un gran parto alumbraste infinitos niosy tu generosidad
hacia los jvenes despert profundos afectos:
si la envida fuese marca registrada por henry, te envidiara,
especialmente por haber realizado.
Demasiadas jornadas le esperan,
demasiadas galeras y pruebas de pgina que leer;
le gustara yacer
en tu dulce silencio, t a quien no se le neg
la excelencia misteriosa y postrera que es la corona
de nuestros esfuerzos & nuestra ltima novia.
19
john berryman
de plerre reverdy
poemas
posada
Richard
& Randall,
dos que no volvern
& Delmore,
Un
ojo se cierra
Al fondo pegado contra el muro
el pensamiento que no se desprende
lento
Las ideas
se escapan
lentamente
Es posible morir
Lo que tengo entre mis brazos podra
Irse
Un sueo
El alba recin nacida que se acaba
Un ruido
Los postigos al abrirse 10 eliminan
Si no iba a pasar
nada
20
Abajo
entre
las mesas
donde
se jugaba
barajas.
21
tarde en la noche
bestias
El
Observas
sorprendida
La mesa es redonda
Al igual que mi memoria
Los recuerdo a todos
Incluso a los que han partido.
22
23
El
~,* *
El relato de Nadejda Mandelstam, viuda del poeta, es
de los captulos finales de su impresionante
libro
Contra toda Esperanza (Ver Poesa 1O~11), dolorosa relacin de los ltimos cuatro aos de la vida de Mandelstam.
La versin francesa de este volumen recibi el ao pasado
el Premio Europeo de la Prensa. Una edicin castellana,
creemos; no debera hacerse esperar.
uno
25
la muerte de mandelstarn
(fragmentos)
nadejda
mandelstarn
detaestu-
Realmente existo?
Y, en verdad, llegar la muerte?
Al saber esto, Mandelstam
ms calmado.
estuvo
durante
algunos
das alegre y
esa experiencia
inten-
El certificado menciona que la muerte de Mandelstam fue registrada en mayo de 1940. Este es el nico indicio concreto del cual
dispongo y es de esperar que no iban a poner a un vivo en el registro
. de los muertos, aunque de esto no se puede tener la absoluta certeza.
Supongamos que un Romain Rolland, por quien Stalin guardaba consideracin, se haya dirigido a l para pedirle la liberacin de Mandelstamo En ocasiones se le ocurra a Stalin soltar a las personas cuando
lo pedan personalidades
extranjeras. Es posible que Stalin no haya
querido soltarlo, o que no pudiera hacerla a causa de las torturas que
le infligieron en prisin. En este caso, lo ms simple era declararlo
muerto y comunicarme la noticia otorgndome el certificado. Por qu
se me gratific con este certificado, cuando no se otorgaba a los dems? Con qu fin?
Es posible apoyarse en los testimonios de Kazarnovski y Khazine? En la mayora de los casos los prisioneros perdan la nocin del
tiempo. Las fechas se olvidaban en esta vida montona y de pesadillas. Kazarnovski pudo partir antes de que Mandelstam saliera del hospital, ya que no he podido establecer cundo y cmo se fue Kazarnovski. Los rumores relativos a la muerte de Mandelstan no prueban
nada: la vida de los campos reposaba enteramente sobre rumores. La
entrevista de Mandelstam con el mdico tampoco tiene fecha. Pudo
ocurrir uno o dos aos ms tarde. Nadie sabe nada y nadie podr saberlo
nunca, ni dentro de las alambradas ni fuera. Con la horrible prornins30
se hallaban
al lado de los
Nadie lo vio morir. Nadie lo limpi por ltima vez. Nadie lo meti en una urna. El delirio de los mrtires de los campos no conoce
el tiempo y no distingue la leyenda de la realidad. Los relatos de los
sobrevivientes
son menos autnticos que no importa cul relacin de
un calvario similar. Los pocos testigos que subsisten, D. es uno de
ellos, no han tenido la posibilidad de buscar y analizar en el lugar de
los hechos para hablar en favor o en contra de una hiptesis.
Solo s una cosa: el martirio de Mandelstam finaliz en cierta
medida con su muerte. As acaba toda vida. Antes de morir, estaba
acostado en su catre de planchas, rodeado de otros condenados a muerte. Tal vez esperaba un paquete, pero este no le fue entregado o,
quizs, lleg demasiado tarde. El paquete me fue devuelto. Para nosotros eso significaba que haba muerto. Pero para l, que lo esperaba,
su ausencia significaba nuestra muerte. Y todo se produjo porque un
hombre bien alimentado, uniformado,
un asesino bien entrenado
se
cans de examinar las listas de prisioneros que cambiaban constante-:
mente y de buscar un nombre impronunciable.
Asimismo, ray la direccin y anot en la tarjeta de envo la frase ms sencilla que se le
ocurri "Por muerte del destinatario"
y devolvi el paquete. Y yo,
que rogaba porque el sufrimiento de Mandelstam fuese lo ms breve
posible, me tambale delante de la ventanilla de la oficina, cuando el
empleado me anunci esta ltima e inevitable buena noticia.
y despus de su muerte (o antes?) vivi en las leyendas del
campo bajo el aspecto de un viejo demente de setenta aos que otrora
escribi poemas y por ello reciba el sobrenombre de Poeta. Y otro
viejo (pero tal vez era el mismo?) haba pasado un tiempo en el
campo de Utoraia Retehka antes de irse a Kalyma y muchos de sus
compaeros lo tomaron por Ossip Mandelstam. Pero no s si era l.
He aqu todo lo que s sobre sus ltimos das, la enfermedad y
muerte de Mandel;tam.
Otros saben an menos que yo sobre el fin
de sus parientes.
31
poemas
de
eugeruo montejo
deshora
L os
12
algunas palabras
Algunas de nuestras palabras
son fuertes, francas, amarillas,
otras redondas, lisas, de madera ...
Detrs de todas queda el Atlntico.
Algunas de nuestras palabras
son barcos cargados de especias,
vienen o van segn el viento
y el eco de las paredes.
Otras tienen sombras de pltanos,
vuelos de raudos azulejos.
El ao madura en los campos
sus resinas espesas.
Palmeras de lentos jadeos
giran al fondo de lo que hablamos,
sollozos en casas de barro
de nuestras pobres conversas.
Algunas de nuestras palabras
las inventan, los ros, las nubes.
De su tedi~ se sirve la lluvia
al caer en las tejas.
As pasa la vida y conversamos
dejando que la lengua vaya y vuelva.
Unas son fuertes, francas; amarillas,
otras redondas, lisas, de madera ...
Detrs de todas queda el Atlntico.
33
cercana de la muerte
El hombre
Tu
solo habita
Mientras
Si fu acaso leyenda
Me salvas de la muerte
Rostro
perdido
Por
Apenas
canta y mueve
del amor
Que
tu camino
Dnde
10 acerca a la muerte
Extranjero
y una cancin
olvidarme
voy
ms honda
Si ya nada es ausencia
La dicha lo maldice
hombre
solo
solas
me desvela
dnde
de todo
El
34
habla
Me salvas de morir
Extranjero
en un cuento
35
notas y comentarios
POESIA INGLESA DEL SIGLO XX
Siempre resultar extrao, a los ojos de un lector advertido, la exigua atencin que entre nosotros se ha prestado a los importantes movimientos poticos cumplidos en lengua inglesa durante el presente siglo. Puede decirse que la influencia francesa, en especial a travs de
sus lneas neorromnticas del parasurrealismo y similares, ha ejercido
hasta nuestros das un dominio casi pleno -y no sabramos hasta qu
punto benfico-- en las opciones creadoras latinoamericanas. A quienes se apresuren a explicarnos el fenmeno por va de la mayor proximidad lingistica, cabe objetarles que la poesa de lengua portuguesa,
y en especial la renovadora experiencia brasilea, no ha encontrado
an en nuestros medios una audiencia a la altura de su inters.
herencia
Homenaje
Me
a. GEORG
TRAKL
quedarn de t:
Editorial
Planeta. Barce-
37
36
EDUARDO BaSCa
WILLIAM
CARLOS
WILLIAMS
El proceso
de reconocimiento y valoracin de la obra de William. Carlos Williams, ha sido un proceso largo y no exento de contradicciones. Por mucho tiempo reducida a la admiracin de pequeos crculos
intelectuales, su poesa, a pes.ar del entusiasmo de Ezra Pound que publica y prologa su segundo libro, T he T em per s (Londres, 1913), slo
l~egar a ser influyente en la lrica de su pas a partir de 1950. Antes
SIn embargo, un grupo de poetas encabezados por Louis Zukofsky y
entre los cuales destacaban George Oppen, Charles Reznikoff y Carl
Rakossi, animan un movimiento,
el objetivismo, cuyas proposiciones
2)
38
esenciales se fundamentan
en las investigaciones formales que desde
haca por lo menos quince aos adelantaban Williams, Pound y los
poetas del imaginismo. Esta poesa, distante de toda preocupacin social o academicista, pretenda la aprehencin de la realidad objetiva en
el poema mediante el uso de un lenguaje despojado y preciso. Textos
como "Carretilla Roja" y "La Gran Cifra", de Williams, as como determinadas formas del lirismo japons, les servan de modelos. No obstante, esta tendencia "marginal"
(todava se le excluye de algunas antologas) dentro de la ortodoxia promovida por Eliot y, ms tarde,
por Auden, pas por completo desapercibida. Veinte aos despus, su
importancia ser reconocida por los mismos jvenes que eligen a Williams como maestro.
A comienzos de la dcada del 50, la ya considerable obr de Williams es objeto de la atencin de los poetas ms recientes. Charles 01
son, quizs el terico ms importante
de su generacin, publica en
1950 su clebre ensayo-manifiesto,
Projective Verse, en donde se reconoce continuador de las ideas sostenidas pon Williams. A travs de
Olson, la obra de Williams va a gravitar notablemente
sobre los poetas reunidos alrededor de la Black Mountain Rview: Duncan, Creeley,
Blackburn, Levertov, Dorn. La influencia de Williams, empero, no va
a limitarse a este selecto grupo de escritores. Poetas tan apartados en
sus bsquedas como Allen Ginsberg y john Asberry, aprovechan las
enseanzas del mdico de Rutherford.
El primero, con el grupo de
poetas beatnicks, animando un innegable retroceso formal; Ashberry,
conjugando sabiamente las lecciones de lricos franceses como Reverdy
con las de Williams para imponer, con Franck O'Hara y Kenneth
Koch, la llamada "Escuela de Nueva York". Por su parte, Robert Lowell, "the major poet" de la poesa norteamericana,
despus de dos
libros . fieles en la expresin a las preocupaciones
de Eliot, introduce
en su decisivo Life Studies (1959), un tono coloquial ms prximo
a los discursos de Paterson que a las especulaciones metafsicas de
los Cuatro Cuartetos: "Whem he wrote Life Studies Robert Lowell
sent his muse to the atelier of William Carlos Williams", apunta Donald Hallt l. Es evidente, pues, la ascendencia de Williams en el desarrollo de la lrica estadounidense en los ltimos veinte aos.
En Inglaterra, la acogida reservada a la obra de Williams ha estado lejos de ser tan entusiasta. Hasta 1962 no exista una edicin inglesa de sus libros ms importante:
"There being no inmediate/Iikelihood/of
reading your poems/under
the impress/Faber
and Faber,/
maya poet/and
(at that ) an English/poet,
salute them?, escribe Tomlinson en su hermosa "Carta al Dr. Williams". Incluso hoy no puede
decirse que la crtica le sea del todo favorable. Tal sentimiento de
1)
Contemporary
American
Poetry,
39
2)
J)
40
A PROPOSITO
DE ERNESTO CARDENAL
El hecho de que
Ernesto Cardenal encuentre audiencias de alguna consideracin, dispuestas a recibir su mensaje potico-poltico (que es,
adems, tico, religioso, etc.) prueba, a nuestro juicio, que el "descender al gora" -en especial si ello ocurre en momentos de gran
confusin ideolgica, de incesante cuestionamiento de los universos
ortodoxos- 'no siempre atrae los prontos silbidos, como creyera Montales.
De una entrevista imaginaria que Montale se hiciera en 1946, vertiendo juicios sobre la poesa en general, includa especialmente la suya transcribimos: "A menudo se la solicita (a la poesa) para- un destino diferente y se quisiera volverla a ver en la plaz pblica, pero
aquellos que muerden el anzuelo y bajan al gora pronto son silbados".
Pero la reflexin del poeta italiano no parece corresponder a Cardenal,
quien lejos de sufrir silbido alguno obtiene vtores y, 10 ms serio,
adhesiones cada vez ms fervorosas, atrayendo a pblicos convencidos de haber hecho contacto, gracias a su textualidad acusadora y panfletara, con la verdadera y trascendente poesa. Y es que en opinin
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de quienes integran tan vidas audiencias, slo este estilo "comprometido", requisitorio e irritante al poder establecido, tiene validez y guarda significado para los seres.
VIRGINIA
Despus de la aparicin del estudio biogrfico de Quentin Be1l1) sobre la autora de Orlando, no es nada fcil, por ahora, intentar con
fortuna un nuevo ensayo sobre la vida de la gran novelista inglesa.
Bell, sobrino de Virginia Woolf, cont para la realizacin de su trabajo con la colaboracin del esposo de Virginia, el escritor y poltico
Leonard Woolf. Este le facilit el acceso al abundante material indito que se conserva de la escritora. Por primera vez, Diarios, cartas
y fragmentos, fueron consultados por un estudioso. A esta especial circunstancia se agrega la aguda penetracin psicolgica y el claro dominio estilstica de Bell, para lograr as una de las biografas ms memorables
de los ltimos aos. La publicacin de la edicin francesa de este ensayo .ejernplar se anuncia para los prximos meses. Una versin castellana, con toda seguridad, constituira para su editor un xito a todos
los niveles.
Es imposible, pues, que un poeta se sustraiga del escenario poltico, ya que su sensibilidad le demanda alguna forma de participacin;
no obstante, preciso es guardar fidelidad a cada atmsfera, pues debe entenderse que toda mixtura, confusin de trminos, etc. conduce
al empobrecimiento de la imaginacin y a la prdida de la autoexigencia.
Citar prrafos ajenos en ocasiones resulta una va censurable, sobre todo si se hace costumbre: pero a propsito de Ernesto Cardenal,
de su carga poltica tan acusada, es lcito reproducir un fragmento de
la nota escrita por Alade Foppa para la edicin castellana de "El Ave
Fnix", de Paul Eluard: " ... Pueden existir en la misma persona,
"un poeta para minoras" y "un poeta de masas" ... ? O es que la poesa de Paul Eluard est divorciada de lo que fue su vida? La figura
del poeta sugiere estas preguntas; pero el hecho es que l no se dividi
nunca en dos, y si una parte de su personalidad encontr expresin
en 11}poesa y otra en la lucha poltica, el impulso interior que animaba sus dos maneras de ser era el mismo, o, dicho de otra manera, la
inspiracin de su poesa y la razn de su militancia, las encontraba en
un solo lugar, tenan para l la misma raz, porque ambas nacan del
ms hondo impulso que mueve a los hombres: el amor. Hay que sealar tambin que esta identidad de origen entre la actividad poltica
y la poesa nunca lleg a contaminar la integridad de sta. La poesa
de Paul Eluard, sin contradecir en nada su actitud ante la vida, jams
se volvi panfleto".
Creemos que, a fin de cuentas, Cardenal llama ms la atencin
por su vida y aspecto romtico, que por haber forjado un memorable
territorio potico
TEOFILO
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TORTOLERO
WOOLF
El pequeo volumen de Viviane Forrester, limpiamente presentado y de agradable lectura, es otro sntoma del renovado inters que
existe en los momentos por una de las obras ms lcidas y raras de la
novelstica de nuestro tiempo En este libro, la Sra. Forrester ha recogido el texto de siete emisiones radiofnicas sobre Virginia W oolf
en las cuales, adems de Leonard Woolf, participaron personas q~e la
conocieron y admiraron: Stephen Spender, John Lehman, el mismo
Bell, los Strachey y Victoria Ocampo, autora de Virginia Woolf el! su
Diario. Variados aspectos de la compleja personalidad de la escritora
son tratados de una manera franca y espontnea .por los autores citados; testimonios como el de Quentin Bell quien, de nio gozara del
afecto y simpata de Virginia Woolf, se alternan con los ms conmovedores de Leonard Woolf: su lucha por alejar el fantasma
de la locura que con insistencia amenazaba el equilibrio psicolgico de
su esposa, combate desigual al que consagr lo mejor de su vida y que
acabara con la derrota final: el suicidio de Virginia en marzo de 1941.
Adems de estas pginas en donde se trata de reconstruir el doloroso itinerario de los ltimos aos de la novelista, se destacan aquellas dedicadas al anlisis de ciertos elementos que, de manera casi obsesiva, se repiten en sus novelas. El agua en especial, se asocia con
las ideas de muerte y locura en sus ficciones. La asociacin, segn
Foucault no sera novedosa: "Por lo menos una cosa es cierta: el
agua y l~ locura han estado u,nidas durante mucho tiempo en el sueo
del hombre europeo" (Historia de la locura en la poca clsica).
1)
43
OCT AVIO
LANCE
en el breve
pero
resplande-
Un eucaliptus
vaco
crecido
tanto
como encima
de un
techo
de columna
RECETAS,
FLORECILLAS
Y OTROS
CONTENTOS.
Alicia Dujovne Ortiz. Ediciones de Editorial 'RayueIa"; Buenos Aires, mayo de 1973.
amo
tu flor canosa
alborotado
Hay
razones para sentir desconfianza
hacia cierta poesa que,
empleando giros arbitrarios, valindose de expresiones calculadamente
desordenadas y de tono catico, pretende, por el mero hecho de haber
sido as concebida, sin otra virtud que la validez, convencer a un lector cuya ingenuidad se supone de antemano.
de humo
TEOFILO TORTOLERO
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45
textos
y autores
El fascmil del
texto de Ungaretti, "Finale", y la correspondiente versin de Rafael Alberti, aparecieron en el homenaje que la revista inglesa AGENDA, dedicara al poeta italiano. (Primavera, 1971).
Marisa Vannini de Gerulewicz ha traducido para este pequeo
homenaje a Ungaretti, el texto "Testamento Lrico".
du toit
Eugenio Montejo (V. POESIA 3-10 y 12) es uno de los redactores de POESIA.
Los textos de Giovanni Quessep fueron cedidos gentilmente por
el autor para su publicacin en nuestra revista.
Estar Vivo es la ms reciente publicacin del poeta Rafael Angel Insausti. Herencia fue enviado especialmente para su inclusin
en POESIA.
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47
UNIVERSIDAD
DIRECCION
DE CARABOBO
DE CULTURA
Rector
ViceRector
Acadmico
Vice-Rector
Administrativo
LUIS CARRILLO
LUIS DELGADO FILARDO
EZEQUIEL VIVAS TERAN
Secretario
Director
~J-~
tf/.~a/". ~
,/ /r
GABRIEL DE SANTIS
de Cultura
Departamento
de Literatura
Canje:
Poesa
Los Sauces
Valencia
TEOFILO TORTOLERO
Calle
Venezuela
132 A No.
98-3
EN lOS
PRdXIMOS
NUMEROS
TEXTOS DE
DRUMMOND
JOSE
DE ANDRADE
BARROET A
L1SCANO
B. YEATS
GEORGE
JUAN
STEINER
ANTONIO
ROBERT DESNOS
IOSIF
BRODSKY
VASCO