SCHMILL Ulises, Una Fundamentación de La Democracía
SCHMILL Ulises, Una Fundamentación de La Democracía
SCHMILL Ulises, Una Fundamentación de La Democracía
393
UNA FUNDAMENTACIN
DE LA DEMOCRACIA
Ulises Schmill O.
Instituto Tecnolgico Autnomo de Mxico (ITAM)
A Stanley Paulson
L
a delimitacin de nuestro mbito de estudio es una tarea preli-
minar que no debemos evitar. Se trata de establecer la finali-
dad terica que perseguimos con este ensayo.
La democracia, como toda institucin social, puede ser ob-
jeto de las ms diversas consideraciones, llevadas a cabo des-
de perspectivas muy diferentes, determinadas por los intereses del sujeto
que haga esas consideraciones. Por lo tanto, la primera distincin que de-
beremos hacer se encuentra relacionada con el principio de neutralidad va-
lorativa de Weber 1 o su expresin equivalente en la teora de Kelsen: el
principio de la pureza metdica.2 Mantendremos con toda pulcritud la dis-
tincin entre consideraciones descriptivas o explicativas y consideraciones
valorativas y excluiremos de nuestros intereses stas ltimas. En este ensa-
yo no nos proponemos hacer una apologa de la democracia o hacer vili-
pendio de ella, a la manera como los oligarcas griegos criticaban la demo-
cracia ateniense como el dominio de la masa, de los muchos, de los pobres,
tal como puede leerse en el texto del Viejo Oligarca, atribuido a Jenofonte3,
o en los textos de Platn y Aristteles.4
De manera anloga, con base en la diferenciacin entre el estudio dog-
mtico de una pluralidad de normas y el anlisis de los hechos reales his-
tricamente determinables de su aplicacin, las siguientes lneas se aparta-
rn de hacer descripciones de la forma en que las instituciones democrti-
cas, vigentes en un Estado determinado, en un tiempo y lugar concretos,
han sido aplicadas. No haremos reflexiones y anlisis que pertenezcan a la
jurisprudencia dogmtica ni explicaciones causales sociolgicas de la apli-
1
Cf. Weber CV( pp. 221 y ss).
2
Cf. Kelsen (TGE. p. VIII. PTL1. p. 7; PTL2. p. 1).
3
Xenophon (CA. p. 37); Cf. Ober (PDDA. pp. 17, y ss).
4
Ober (PDDA. Cap 4 y 6).
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5
Ober (MEDA. pp. 38-40).
6
Weber (ES. pp. 39 y ss )
7
Jellinek (TGEJ. pp. 130-147).
Una fundamentacin de la democracia 395
8
Ihering (FED. pp. 159-160).
9
Cf. Kelsen (HP).
10
Weber (PV. p. 83).
396 Ulises Schmill O.
11
Kelsen (TGE. p. 62): Si el Derecho es un orden coactivo, cada norma jurdica habr
que prescribir y regular el ejercicio de la coaccin. Su esencia tradcese en una proposicin,
en la cual se enlaza un acto coactivo, como consecuencia jurdica, a un determinado supuesto
de hecho o condicin
12
Cf. Kelsen (SJS); Kelsen (CTGE. p. 116-7).
13
Kelsen (CTGE. pp. 131-2).
14
Jellinek (TGEJ. p. 538). Para mostrar la falta de un criterio sistemtico para clasificar
las formas del Estado, expone las siguientes clasificaciones: Algunos ejemplos darn una idea
del subjetivismo y confusin que reina en esta materia: despotismo, teocracia, Estado de dere-
Una fundamentacin de la democracia 397
18
Por el momento prescindimos de analizar la estructura interna de este orden normativo
ON. Puede estar constituido por una norma o por una pluralidad de normas, del mismo o de
diferente grado.
Una fundamentacin de la democracia 399
lo cual significa que los sujetos que llevan a cabo el proceso creador del or-
den normativo ON, pc, son o no son los mismos que los que constituyen el
mbito personal de validez del orden normativo creado por dicho procedi-
miento (los sbditos), i.e., ps. Es decir, si existe la identidad mencionada, es-
tamos frente a un orden normativo democrtico:
estamos frente a todas las formas de Estado que no son democrticas, las
que podemos denominarlas genricamente con el nombre de autocracia,
pues en ellas no existe la identidad de los sujetos creadores del orden con
los sometidos al mismo, que es la conditio per quam de la democracia, de-
finida formalmente.
De estos principios se dejan derivar todas las formas de Estado, que
siempre han tenido como concepto determinante el nmero de aquellos que
ejercen el poder, es decir, de aquellos que llevan a cabo el procedimiento de
creacin del orden normativo ON.
5. Democracia directa
7. Teora de la representacin 19
Debe hacerse una distincin entre el concepto de representacin y el con-
cepto de rgano de un orden, pues comnmente se confunden. La representa-
cin supone la existencia de dos sujetos A y B, los cuales tienen la capacidad,
jurdica o de otra clase, para realizar un acto determinado y se encuentran en
una relacin determinada que ms adelante especificaremos. En cambio, ser
rgano de un orden significa que un sujeto A tiene la facultad de crearlo o eje-
cutarlo, pero no existe esa peculiar relacin entre dos sujetos. Cierto, se acos-
tumbra afirmar que el rgano representa a la persona colectiva constituida por
ese orden, pero entonces se est haciendo uso de la ficcin de la persona. Ex-
presado lo anterior con las enrgicas palabras de Kelsen, se dira:
La organizacin (en sentido jurdico-esencial) no es representacin, porque
sta es una relacin material entre distintos hechos (o entre los hombres que la
realizan), mientras que la primera es la relacin de un hecho con un orden o sis-
tema de hechos. Es una aplicacin radicalmente equivocada de la idea de repre-
sentacin a la relacin del Estado con sus rganos, el considerar a aqul como
un hombre que, a la manera del nio y del loco, carece de voluntad y slo pue-
de querer a travs de sus rganos, que son sus representantes legales, pues
la voluntad del Estado es algo esencialmente distinto de la voluntad que un
hombre manifiesta al realizar un hecho. Slo la hipstasis de la unidad per-
sonificada del orden jurdico puede llevar a desviaciones tan grotescas.20
19
Para un anlisis de los diversos conceptos sobre la representacin Cf. Fenichel (CR).
20
Kelsen (TGE. p. 400). Jellinek afirma que la relacin de representacin se da entre un
rgano primario (en nuestra terminologa A) y uno secundario (en nuestra terminologa B). Je-
llinek (TGEJ. p. 478).
404 Ulises Schmill O.
21
Kelsen (TGE. p. 398).
Una fundamentacin de la democracia 405
22
Kelsen (TGE. p. 401). Sartori dice: Una eleccin, en cuanto tal, no crea un represen-
tante. El Papa es elegido por un colegio de cardenales y no es en modo alguno un represen-
tante de sus electores. Sartori (TD. T. 1. p. 53)
23
Kelsen (TGE. p. 400).
Una fundamentacin de la democracia 407
24
Kelsen (TGE. p. 409). Entre los griegos, en la poca clsica de Atenas, los conceptos de
libertad e igualdad constituan el fundamento de su orden poltico y social. La dignidad y la
confianza que los atenienses mostraban en sus tratos privados y en sus relaciones internacio-
nales, derivaban de la conciencia que tenan de su propio valer y del hecho fundamental de que
los ciudadanos se consideraban a s mismos como sujetos que gozaban de libertad. En la Ora-
cin Fnebre de Pericles, tal como la reconstruy Tucdides, podemos leer: En nuestras rela-
ciones con el Estado vivimos como ciudadanos libres y, del mismo modo, en lo tocante a las
mutuas sospechas propias del trato cotidiano, nosotros no sentimos irritacin contra nuestro
vecino si hace algo que le gusta y no le dirigimos miradas de reproche, que no suponen un per-
juicio, pero resultan dolorosas. (Tucdides, II, 37-2) Platn, un enemigo declarado de la de-
mocracia, en la Repblica dice que en la democracia la ciudad esta llena de eleutheria (liber-
tad) y libertad de palabra y a cada cual le est permitido hacer lo que le plazcay cada hom-
408 Ulises Schmill O.
bre puede planear su vida como quiera. (Rep. 557b) Aristteles dice: El fundamento bsico
del sistema democrtico es la libertad (pues esto suelen decir, en la idea de que slo en este r-
gimen se participa de la libertad, pues ste es, como dicen, el objetivo al que tiende la demo-
cracia) Una caracterstica de la libertad es gobernar y ser gobernado por turno Otra caracte-
rstica es vivir como se quiere; pues dicen que esto es obra de la libertad, si precisamente es
propio del esclavo vivir como no quiere. (Pol. 1317b) Morgens H. Hansen ha encontrado sie-
te usos del nombre eleutheria y del adjetivo eleutheros en las fuentes clsicas que describen a
la Atenas democrtica:
1. Eleutheros es usado de la manera ms comn como opuesto a esclavo, concordando
con Aristteles.
2. Eleutheria es invocada frecuentemente como un ideal democrtico para contrastarla
con la tirana. Hay una invasin de este sentido con el anterior, pues se ha considerado que vi-
vir bajo una tirana es vivir como esclavo.
3. Eleutheros es un adjetivo que se usa para referirse a los ciudadanos, que han nacido li-
bres en Atenas.
4. Tambin se ha usado para indicar el hecho de participar en las instituciones democr-
ticas, no slo en la Asamblea, sino poder ser electo en las magistraturas.
5. El ideal democrtico de la libertad exige que todos tienen el Derecho de vivir como les
plazca , sin ser oprimidos por otras personas o por las autoridades,
6. Next, eleutheros is often used in the sense of authonomos as against being dominated
by others.
7. Tambin es usado el adjetivo para referirse al autocontrol, a la propia mesura. Hansen.
(AAML pp. 93-94)
Como puede verse, el concepto de libertad est en contraposicin con el concepto de do-
minio de otro, de sometimiento a la voluntad ajena, tanto en el mbito pblico como en el pri-
vado. Por tanto, la libertad se encuentra, como concepto, enlazada al concepto del poder del
dominio. Es en este sentido clsico que debe comprenderse el concepto de la democracia, co-
mo una forma de organizacin del poder y comprenderla desde este punto de vista. Esto nos
conduce a establecer un concepto puramente descriptivo de ella, haciendo a un lado toda con-
cepcin que no sea una elaboracin del poder y de su contraposicin. Los procesos democr-
ticos son procesos de poder, de dominio, de creacin de normas obligatorias y coactivas para
los sbditos.)
25
Kelsen (TGE. pp. 409-10).
Una fundamentacin de la democracia 409
26
Kelsen (EVD. pp. 16-7).
27
Kelsen (EVD. pp. 18-19; FD. p. 234 y ss).
410 Ulises Schmill O.
28
Kelsen (EVD. p. 20).
29
Cf. Kelsen (FD. pp. 235-7).
Una fundamentacin de la democracia 411
sea libre, para que haya coincidencia entre su voluntad y la norma estatal,
necesitan realizar una actividad prodigiosamente intensa, pues esos 25 de-
bern convencer a 50, para convertirse en mayora y lograr la coincidencia
de voluntades individuales y estatal. Tanto ms difcil es esto, si se consi-
dera que a los 50 que tienen que convencer han formado una mayora
opuesta a sus voluntades. Cada uno de los 25 debe convencer a 2 de los con-
trarios.
Con la mayora absoluta encontramos una situacin completamente dis-
tinta: la minora de 49 slo tiene que convencer a 2 de la mayora, para con-
vertirse a su vez en mayora, lo cual es fcil y probable de conseguir. Por lo
tanto, la minora puede fcilmente ser libre, la probabilidad es alta, toda vez
que casi siempre es posible encontrar alguna divergencia en las opiniones
mayoritarias, que a algunos inclinaran a adoptar las posturas que postula la
minora. Creo que las anteriores explicaciones permiten comprender el si-
guiente prrafo de Kelsen:
Pero aun quien vota con la mayora no se somete slo a su propia voluntad.
Esto se experimenta cuando se modifica esta voluntad. Tal modificacin carece
de todo valor jurdico; y entonces surge con toda claridad la voluntad ajena,
la validez del orden a que se est sometido. Para que el individuo fuese de nue-
vo libre, tendra que encontrar una mayora que estuviese de acuerdo en cambiar
nuevamente su voluntad. Y esta concordancia entre la voluntad individual y la
del Estado es tanto ms difcil, y tanto menor la garanta de la libertad indivi-
dual, cuanto ms calificada es la mayora requerida para modificar la voluntad
estatal existente.30
Con la mayora absoluta la poltica tiende a convertirse en una poltica
de compromiso. Esto es cierto, pero debe reconocerse que estas considera-
ciones ya no son una aplicacin estricta del principio de libertad.
30
Kelsen (TGE. p. 411).
412 Ulises Schmill O.
31
Kelsen (TGE. p. 412).
Una fundamentacin de la democracia 413
32
Me encontr en la Sociologa de Simmel un prrafo que contiene tesis idnticas a las que
se consignan en este trabajo, el que vale la pena transcribir por su precisin y exactitud. Debo
confesar que acomod mi terminologa a la de Simmel.
414 Ulises Schmill O.
Aunque, o ms bien, porque en una votacin los individuos valen igual, la mayora - lo
mismo si se trata de votacin propia que de votacin por representantes - tendra fuerza fsica
suficiente para forzar a la minora. La votacin entonces tiene por finalidad el evitar que se lle-
gue a una efectiva medicin de las fuerzas, anticipando en el escrutinio su resultado eventual,
para que la minora pueda convencerse de la ineficacia de una resistencia efectiva. En el gru-
po total encuntranse, por tanto, frente a frente, dos partidos, o, por decirlo as, dos sub-gru-
pos, entre los cuales decide la fuerza, medida en este caso por los votos. La votacin presta en-
tonces el mismo servicio metdico que las negociaciones diplomticas, o de otro orden, entre
los partidos que quieren evitar la ultima ratio de la lucha. En ltimo trmino, el individuo, en
este caso, no cede (salvando algunas excepciones) sino cuando el adversario le demuestra cla-
ramente que si llegara a una lucha perdera, por lo menos, tanto como quiere ganar. La vota-
cin, como las negociaciones, proyecta las fuerzas reales y su cmputo en un plano espiritual;
es la anticipacin simblica del resultado que habran de tener la lucha y pugnas concretas.
Simmel (S. pp. 190-191).
Una fundamentacin de la democracia 415
33
Hay un concepto muy interesante que introduce Goffman en FA para la comprensin de
la conducta humana: es el de llave o clave (Key). Para introducirlo seala algunas obser-
vaciones de G. Bateson sobre el juego de los animales. Las acciones que conforman al juego
estn realizadas mediante la aplicacin de una transformacin especial a la que llama clave
o que podramos llamar cdigo. Las acciones del juego son el resultado de una codifica-
cin, de una transformacin de la conducta original a la cual se refieren.
Rather, this play activity is closely patterned after something that already has a meaning
in its own terms in this case fighting, a well-known type of guided doing. Real fighting here
serves as a model, a detailed pattern to follow, a foundation for form. Just as obviously, the pat-
tern for fighting is not followed fully, but rather is systematically altered in certain respects.
Bitinglike behavior occurs, but no one is seriously bitten. In brief, there is a transcription or
transposition a transformation in the geometrical, not the Chomskyan, sense of a strip of
fighting behavior into a strip of play. (p. 41)
Lo que importa destacar de estas observaciones de Goffman, obtenidas de Bateson, son
varios hechos, entre muchos otros que pueden obtenerse:
a. Hay una serie de conductas que no existen aisladas, que no son autnomas, sino que
son el producto de una transformacin de otra serie de conductas; stas son el modelo
de aqullas. Podemos llamarlas conductas-modelo y conductas-transformadas.
b. La secuencia de actividades que constituyen las conductas-modelo no son seguidas fiel-
mente ni de manera completa por la serie de conductas-transformadas.
c. La funcin de las conductas-modelo puede ser distinta e incluso opuesta a la funcin
de las conductas-transformadas.
416 Ulises Schmill O.
campesinos suizos, que podan durar horas enteras jalndose de los pantalones cuando ambos
justadores eran de fuerza igual. Y entre los cclidos Aequidens latifrons, de un hermoso color
azul, una vez registramos un forcejeo de este tipo, entre dos individuos de fuerza bastante
igual, que dur desde las ocho y media de la maana hasta las dos y media de la tarde.
Este jaloneo de boca, que en algunas especies es ms bien estrujamiento, porque los
peces se empujan en lugar de tirar uno del otro, procede, a mayor o menor distancia en el tiem-
po segn la especie, del primitivo combate en serio. Entonces los peces se tratan sin ninguna
inhibicin e intentan penetrar en el flnaco no protegido del adversario y herirle lo ms profun-
damente que puedan. El ceremonial del duelo ritualizado, de la amenaza sin hacerse dao, se-
guido por el forcejeo destinado a medir las fuerzas era, pues, primitivamente el preludio al
combate asesino destinado a hacer dao. Pero un preludio tan minucioso tiene un papel extra-
ordinariamente importante que desempear, puesto que proporciona al rival poco fuerte la oca-
sin de dejar la palestra si ve a tiempo que no tiene esperanzas de triunfar. De este modo se re-
aliza la funcin (conservadora de la especie) del encuentro entre dos rivales, que es la selec-
cin del ms fuerte, sin necesidad de que haya ningn muerto, ni siquiera heridos. Solamente
en el caso de que los dos campeones sean de fuerza exactamente igual ha de lograrse la deci-
sin derramando sangre. Lorenz (SLA. pp. 127-8).
418 Ulises Schmill O.
cial, una fuerza social, respecto de la cual no existe realidad dada con la cual
contrastarla. La votacin crea la fuerza social correspondiente. No sabemos
si uno de los ciervos beligerantes va a ganar en una pelea real, pero en el
plano representativo ritual se ha constituido o creado al vencedor, como el
ms fuerte.
9.3. Una mtrica de las fuerzas (del poder) y de la lucha a travs del
cmputo de los votos
El plano representativo est estructurado de tal manera que se ha esta-
blecido una mtrica de la lucha y de las fuerzas que operan en el plano re-
al de la vida social. Es cierto, se pueden contar los elementos importantes
en el plano real que pudieran tener significacin en el caso de un combate
concreto; en el caso de los ciervos, el nmero posible de golpes asestados
al enemigo con sus cuernos, la magnitud probable de las heridas inferidas y
la gravedad de las mismas por el dao a los tejidos involucrados. Esto no
podra establecerlo el ciervo, pero en el plano representativo tiene un ele-
mento que puede experimentar con toda claridad, que indirectamente re-
presenta el resultado posible de la lucha. Si por cansancio deja de correr,
mientras que el ciervo contrincante contina la carrera, ese es un signo so-
cialmente constituido de la mayor potencia del contrincante. El plano re-
presentativo establece una mtrica especfica de ciertos elementos relevan-
tes del plano real: en la lucha, la capacidad de inferir heridas o la muerte, es
decir, el poder de imponer la propia voluntad al adversario por medio del
uso de la violencia fsica.
En el mbito social humano, como los bienes son escasos y los conflic-
tos son interminables, la democracia con sus procedimientos de votacin ha
establecido una mtrica de la relativa fuerza o poder de los partidos en pug-
na. La pluralidad de intereses y posiciones sobre temas de importancia pa-
ra el grupo social, que con facilidad puede conducir a los conflictos arma-
dos y a la lucha real y concreta, con sus consecuentes peligros e inconve-
niencias, hace necesario que se establezca un procedimiento que determine
y construya socialmente la fuerza de cada uno de los partidos en pugna, ba-
jo el supuesto que todos los participantes sean iguales, pues de lo contrario
la mtrica no es posible conceptualmente. Con ello, existe a disposicin del
grupo social un mtodo especfico, manejable al arbitrio de los participan-
tes, para determinar cul de los grupos o partidos en pugna saldra vence-
dor en el supuesto contrafctico de que se llevara a cabo la lucha por la re-
alizacin de los intereses que cada grupo o partido propugna. Es un mto-
do para determinar el grado de poder que cada partido en pugna pudiera
ejercer. La votacin mayoritaria favorable a un partido determina que es
ms fuerte, que tiene ms poder y que, por lo tanto, momentneamente pue-
Una fundamentacin de la democracia 419
los que se refieren las magnitudes. Los resultados que se obtienen de resol-
ver sus ecuaciones diferenciales se encuentran relacionados a los sucesos a
los que se refieren esas magnitudes, ya sean posiciones, momentos tempo-
rales, trechos, volmenes y cualquier elemento que tenga una magnitud in-
tensiva. No puede decirse que el plano representativo reproduzca con exac-
titud las operaciones y relaciones entre los elementos en el plano real o del
contrafctico, pero si permite obtener magnitudes que se refieren a circuns-
tancias externas como resultado del proceso. Es claro que las argumenta-
ciones no son golpes y que los votos no son balazos, pero la mayora indi-
ca con estas palabras el posible triunfo en una contienda de los partidos que
han sido representados en las Cmaras. La finalidad de todo esto, es evitar
la guerra, el combate, la lucha, con todos los costos que esto implica.
El plano representativo es un modelo posible del plano contrafctico
considerado contrafcticamente, un modelo que reduce la complejidad de
ste, puesto que slo opera con algunos elementos que se han determinado
como importantes del plano real. Ha decidido operar con un conjunto limi-
tado de elementos que se encuentran en el plano real de referencia y a esos
elementos les ha dado existencia y dimensin dentro del plano representa-
tivo con sus propios medios y sus propias reglas de operacin.
La democracia supone la construccin de un modelo minsculo de la so-
ciedad en su conjunto y la sustitucin de las guerras y las luchas en sta por
la argumentacin y la oposicin argumentativa en aqulla.35
Cuando en el plano representativo se ha obtenido una mayora de votos,
ya sea en las elecciones o en el proceso parlamentario, esto significa que se
ha hecho una medicin de las fuerzas respectivas de los partidos y se ha
considerado aceptar la imposicin, si se quiere transitoria, de la posicin
poltica sustentada por el partido mayoritario. Es el signo de lo que aconte-
cera en el caso de que el plano contrafctico se llevara a la realidad: si se
realizara una lucha violenta.
Dice Clausewitz, el clsico autor sobre la guerra:
Vemos, por lo tanto, que la guerra no es simplemente un acto poltico, sino
un verdadero instrumento poltico, una continuacin de la actividad poltica,
una realizacin de la misma por otros medios.36
35
Nuestro lenguaje, que refleja una concepcin social vlida, lo refleja en la metfora
LA ARGUMENTACIN ES UNA GUERRA. Lakoff y Johnson, en MVC, presentan esta
metfora con estos ejemplos: Tus afirmaciones son indefendibles / Atac todos los puntos d-
biles de mi argumento / Sus crticas dieron justo en el blanco / Destru su argumento / Nunca
le he vencido en una discusin / No ests de acuerdo? Vale, dispara! / Si usas esa estrategia,
te aniquilar.
36
Clausewitz (G. p. 24).
Una fundamentacin de la democracia 421
37
En Sartori (TD. T. 1. p. 65) he encontrado esta misma formulacin cuando establece la
distincin que denomina fundamental entre una visin beligerante y una visin legalista de
la poltica. En la primera, la fuerza predomina sobre la persuasin, el poder establece el de-
recho y se intenta resolver los confluictos en trminos de derrota del enemigoEn la ltima,
la fuerza se reserva como ultima ratio, como la peor y ltima razn. Tiene razn cuando ob-
serva la inversin que he puesto en el texto de la frmula de Clausewitz y cuando comenta que
La poltica es como la guerra una guerra sin las armas de la guerra, ya que su experiencia
central es la hostilidad, la percepcin del vecino como un enemigo o, en cualquier caso, como
un peligro o una amenaza. Si tomamos en serio la inversin de la frmula de Clausewitz de-
bemos afirmar que toda poltica es beligerante, si es democrtica. El estado de naturaleza de
Hobbes es consubstancial a la sociedad. Es el nfasis de lo insociable en el hombre en el fa-
moso aforismo kantiano de la sociable insociabilidad del hombre. No hay sociedad sin con-
flictos, por lo que la distincin de Sartori no se sostiene: la razn legalista es beligerante por
otros medios, pues en la democracia la guerra est institucionalizada. La guerra no est insti-
tucionalizada en todos los Estados que no son democrticos.
38
Weber (ES. p. 31)
39
Schmitt (CP. p. 56).
422 Ulises Schmill O.
40
Sartori observa: Ahora insistir en que la democracia tampoco es pura y simplemente
el gobierno de la mayora. A decir verdad, el gobierno de la mayora es slo una frmula
abreviada del gobierno de la mayora limitada, que respeta los derechos de la minora. Sarto-
ri (TD. T. 1. p. 55) Guglielmo Ferrero expres enfticamente lo mismo al decir: En las de-
mocracias, la oposicin es un rgano de la soberana popular tan vital como el gobierno. Su-
primir la oposicin es suprimir la soberana del pueblo. (Ibdem) La justificacin de esto pro-
porcionada por Sartori no es satisfactoria. Sartori (TD. p. 57). Es cierto que el concepto de
pueblono puede quedar reducido a la mayora: el pueblo no es slo la mayora. Debe incluir
a la minora. Cuando se traduce pueblo por un criterio mayoritario, dice Sartori, se convierte a
la minora en no-pueblo., en una parte excluida. Esto es correcto si por pueblo slo se enten-
diera el conjunto de sujetos que participan en el priceso de formacin de las decisiones estata-
les. En realidad, no es un problema de definicin. El puebo tanto participa en la formacin de
la norma general obligatoria, como es el conjunto de sujetos sometidos a las normas jurdicas
obligatorias. La minora no determina el contenido de la norma obligatoria, pero participa en
su proceso de creacin: la opinin de la minora no es coincidente con el contenido de la nor-
ma, pero ha participado en el proceso de su formacin. Suprimir la minora es suprimir la de-
mocracia, pues se ha destruido y hecho a un lado la mtrica para determinar el poder de los
grupos en conflicto y aceptar transitoriamente el grupo que tiene ms poder. El dilogo es la
expresin de la vitalidad de los intereses que participan en la formacin de la voluntad estatal.
Sin minora no hay democracia porque se ha eliminado de la vida social y estatal la institu-
cionalizacin del manejo pacfico de los conflictos.
41
Weber (PV. p. 168).
Una fundamentacin de la democracia 423
42
Weber (ES. p. 26).
43
Cf. Schmill (RPTD. P. 165 y ss).
424 Ulises Schmill O.
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