008 2003 Ai TC
008 2003 Ai TC
008 2003 Ai TC
0008-2003-AI/TC
LIMA
MS DE 5,000 CIUDADANOS
ASUNTO
ANTECEDENTES
Alegan que la disposicin fue expedida sin cumplir los supuestos habilitantes
previstos en el inciso 19) del artculo 118 de la Constitucin, dado que, en los das de su
promulgacin, no exista ninguna situacin extraordinaria o de excepcional gravedad en
el pas en el sector econmico o financiero; y que en el contenido de la norma no se hace
alusin a ningn evento o circunstancia extraordinaria.
FUNDAMENTOS
2. La Constitucin econmica
2. El Tribunal Constitucional estima que, tal como aparece planteada la
cuestin controvertida, resulta pertinente analizar el modelo econmico
consagrado por la Constitucin, y, ante todo, destacar la importancia que
reviste la inclusin de un rgimen econmico en la Carta Fundamental.
Ninguna sociedad que se precie de mantener una slida identidad con el bien
comn, puede soslayar que la Norma Fundamental encierra todo un
complejo cultural, en el que es posible identificar un mnimo comn
axiolgico, esto es, el punto de encuentro entre los valores bsicos de la
comunidad. As, la Constitucin no se limita a ser un conjunto de textos
jurdicos o un mero compendio de reglas normativas, sino la expresin de
un grado de desarrollo cultural, un medio de autorrepresentacin (...) de todo
un pueblo, espejo de su legado cultural y fundamento de sus esperanzas y
deseos. (...). De ah que los propios textos de la Constitucin deban ser
literalmente cultivados (la voz cultura como sustantivo procede del
verbo latino cultivare) para que devengan autntica Constitucin..
(Hberle, Peter. Teora de la Constitucin como ciencia de la
cultura. Traduccin de Emilio Mikunda. Madrid: Tecnos, 2000, pp. 34-35).
Consecuentemente, ser un imperativo de este Colegiado identificar los
contenidos valorativos dispuestos en la Carta Fundamental, que la erigen
como la letra viva que plasma la propia esencia cultural de nuestra sociedad,
y que son el fundamento tanto para reconocer las dificultades y
contingencias del presente como para avizorar las eventuales soluciones a
futuro.
Las nuevas funciones del Estado moderno tienen que ver con aspectos
econmicos, sociales, polticos y jurdicos.
a) Supuestos econmicos
La economa social de mercado es una condicin importante del Estado
social y democrtico de derecho. Por ello debe ser ejercida con
responsabilidad social y bajo el presupuesto de los valores constitucionales
de la libertad y la justicia. A tal efecto est caracterizada, fundamentalmente,
por los tres elementos siguientes:
a) Bienestar social; lo que debe traducirse en empleos productivos, trabajo
digno y
reparto justo del ingreso.
b) Mercado libre; lo que supone, por un lado, el respeto a la propiedad, a
la iniciativa
privada y a una libre competencia regida, prima facie, por la oferta y la
demanda en el mercado; y, por otro, el combate a los oligopolios y
monopolios.
c) Un Estado subsidiario y solidario, de manera tal que las acciones
estatales directas aparezcan como auxiliares, complementarias y
temporales.
En suma, se trata de una economa que busque garantizar que la
productividad individual sea, por contrapartida, sinnimo de progreso
social.
b) Supuestos sociales
Se trata del Estado de la integracin social, dado que se busca conciliar los
intereses de la sociedad, desterrando los antagonismos clasistas del sistema
industrial. Al respecto, Garca Pelayo sostiene que la unidad entre el Estado
social y la comunidad nacional hace posible otra caracterstica de dicho tipo
de Estado, a saber, su capacidad para producir la integracin de la sociedad
nacional, o sea, el proceso constante, renovado, de conversin de una
pluralidad en una unidad, sin perjuicio de la capacidad de autodeterminacin
de las partes (Las Transformaciones... Op. Cit., pg. 45).
c) Supuestos polticos
El Estado social y democrtico de derecho posibilita la integracin del
Estado y la sociedad, as como la democratizacin del Estado. La
democracia, por ello, constituye un elemento imprescindible del Estado.
Desde esta perspectiva, la democracia ostenta una funcin dual: mtodo de
organizacin poltica del Estado, es decir, mtodo de eleccin y
nombramiento de sus operadores, y mecanismo para conseguir el principio
de igualdad en el mbito social. As, el principio democrtico no slo
garantiza una serie de libertades polticas, sino que transita e informa todo
el ordenamiento jurdico-poltico, desde el ejercicio de las libertades
polticas, pasando por la libertad de eleccin propia del libre desarrollo de
la personalidad, hasta llegar, incluso, al seno mismo del ncleo duro de todos
y cada uno de los derechos fundamentales. De modo que, aun cuando
nuestra Constitucin no lo establezca expresamente, el hecho de que exista
una remisin al Estado democrtico de derecho como una fuente de
interpretacin y tambin de identificacin de los derechos fundamentales de
la persona (artculo 3 de la Constitucin), hace del principio democrtico
uno que trasciende su connotacin primigeniamente poltica, para
extenderse a todo mbito de la vida en comunidad. De este forma, nuestra
Carta Fundamental lleva implcito el reconocimiento de una democracia
econmica, social y cultural.
d) Supuestos jurdicos
En el Estado social y democrtico de derecho, el fenmeno jurdico no puede
ser concebido como una regulacin de caractersticas estrictamente
formales, sino como una de connotaciones sociales. El sistema jurdico
derivado de esta modalidad estadual trasciende la regulacin formal, y
apareja la exigencia de que sus contenidos axiolgicos se plasmen en la vida
cotidiana.
4.3 Igualdad
15. El orden constitucional econmico debe ser interpretado tambin a la luz
del principio de igualdad, reconocido en el inciso 2) del artculo 2 de la
Constitucin. Sobre el particular, en el Caso Colegio de Notarios de Lima
(Exps. Acums. N. 0001-2003-AI/TC y N. 0003-2002-AI/TC), este
Tribunal precis que (...) el principio de igualdad en el Estado
Constitucional, exige del legislador una vinculacin negativa o
abstencionista y otra positiva o interventora (...).
(...) La vinculacin negativa podr elucidarse desde la ya consolidada
jurisprudencia de este Colegiado, cuya sucinta expresin es tratar igual a
los que son iguales y distinto a los que son distintos, de forma tal que la
ley, como regla general, tenga una vocacin necesaria por la generalidad y
la abstraccin, quedando proscrita la posibilidad de que el Estado, a travs
del legislador, pueda ser generador de factores discriminatorios de cualquier
ndole. Empero, emprender la interpretacin del derecho a la igualdad desde
un criterio decimonnico, supondra reducir la proteccin constitucional del
principio de igualdad a un contenido meramente formal, razn por la cual es
deber de este Colegiado, de los poderes pblicos y de la colectividad en
general, dotar de sustancia al principio de igualdad reconocido en la
Constitucin.
Debe reconocerse tambin una vinculacin positiva del legislador con los
derechos fundamentales, de forma tal que los poderes pblicos sean capaces
de revertir las condiciones de desigualdad o, lo que es lo mismo, reponer las
condiciones de igualdad que pudieran estarse manifestando en la realidad
social, a contracorriente de las aspiraciones constitucionales.
Dicho juicio, desde luego, es aplicable tambin al mbito econmico, en el
que, por mandato expreso de la Norma Fundamental, el Estado tiene la
obligacin de adoptar las medidas orientadas a brindar oportunidades de
superacin a los sectores que sufren cualquier desigualdad (artculo 59).
20. Entre los usos pragmticos que el trmino subsidiariedad puede tener en el
mbito constitucional se tiene los tres siguientes:
a) El primero tiene que ver con el sentido horizontal del principio y est
referido a la relacin clsica entre sociedad y Estado, entre libertad y
autoridad, entre iniciativa privada y poder impositivo del Estado.
Ahora bien, estos usos no se consideran separados los unos de los otros, sino
como momentos de una nica esencia que caracteriza la configuracin del
ordenamiento estatal. En efecto, la subsidiariedad en el Derecho
Constitucional est condicionada a la forma del Estado y a las relaciones
entre gobernantes y gobernados, reguladas en el mbito de la disciplina
econmica y de la produccin de los actos normativos -no ordenados desde
una ptica jerrquica sino, ms bien, desde una estructura diversificada
sobre la base axiolgica y valorativa-; y, tambin, a la organizacin vertical
del Estado, que se distribuye segn formas mayores de descentralizacin
administrativa a favor de los ordenamientos menores.
21. Sin perjuicio de lo expuesto, debe quedar claro que, aunque se postule el
respeto de las libertades de los individuos y de los grupos, el principio de
subsidiariedad no pone en discusin el papel y la importancia del Estado;
por el contrario, se orienta a valorarlo, procediendo a una redefinicin y a
una racionalizacin de los roles en la dinmica de las relaciones entre el
Estado y los ciudadanos, entre lo pblico y lo privado.
Desde la perspectiva de una organizacin social inspirada en el principio de
subsidiariedad, el Estado emerge como garante final del inters general,
desde el momento en que su tarea consiste en la intervencin directa para
satisfacer una necesidad real de la sociedad, cuando la colectividad y los
grupos sociales, a los cuales corresponde en primer lugar la labor de
intervenir, no estn en condiciones de hacerlo.
En ese orden de ideas, las acciones del Estado deben estar vinculadas al
fomento, estimulacin, coordinacin, complementacin, integracin o
sustitucin, en va supletoria, complementaria o de reemplazo, de la libre
iniciativa privada. La subsidiariedad se manifiesta como el acto accesorio o
de perfeccionamiento en materia econmica, que se justifica por la inaccin
o defeccin de la iniciativa privada.
25. Asimismo, este principio debe ser interpretado en concordancia con otro de
equivalente importancia, como es del pluralismo econmico (primer prrafo
del artculo 60 de la Constitucin), que se ha desarrollado bajo el concepto
de igualdad jurdica entre los competidores, y que constituye uno de los
pilares del derecho de la competencia. Este rgimen de paridad al que se
someten tanto las empresas pblicas como las privadas, constituye una
garanta para el desenvolvimiento del tipo de mercado establecido en la
Constitucin y la optimizacin de los principios y valores que fundamenten
el Estado democrtico de derecho.
a) El derecho a la propiedad
Establecido en los incisos 8) y 16) del artculo 2 de la Constitucin, es
concebido como el poder jurdico que permite a una persona usar, disfrutar,
disponer y reivindicar un bien. As, la persona propietaria podr servirse
directamente de su bien, percibir sus frutos y productos, y darle destino o
condicin conveniente a sus intereses, siempre que ejerza tales actividades
en armona con el bien comn y dentro de los limites establecidos por la ley;
e incluso podr recuperarlo si alguien se ha apoderado de l sin derecho
alguno.
As, mientras que en este ltimo el objeto de la propiedad son las cosas u
objetos materiales susceptibles de valoracin, para el derecho constitucional
la propiedad no queda enclaustrada en el marco del dominio y de los
derechos reales, sino que abarca y se extiende a la pluralidad in totum de los
bienes materiales e inmateriales que integran el patrimonio de una persona
y que, por ende, son susceptibles de apreciacin econmica.
Tal como refiere Haberle, (El Estado Constitucional, Mxico: UNAM, 2001) en la
democracia pluralista, el bien comn idntico al inters pblico- es indispensable.
Incorporando la necesaria referencia al bien comn en el desarrollo de la institucin
de la propiedad, dicha libertad fundamental se convierte en parte integrante del inters
pblico.
Evidentemente, dicha funcin social tan slo es aplicable a los bienes de produccin
o a los bienes de servicio pblico, mas no as a los bienes de consumo o a los bienes
de utilidad estrictamente privada, en los que slo es reconocible una utilidad
estrictamente personal, en cuyo caso bastar abstenerse de aplicar la propiedad en
perjuicio de la comunidad.
El derecho de propiedad individual con el ejercicio del mismo por parte de los
dems individuos.
c) La libertad de trabajo
Establecida en el inciso 15) del artculo 2 de la Constitucin, se formula como el
atributo para elegir a voluntad la actividad ocupacional o profesional que cada persona
desee o prefiera desempear, disfrutando de su rendimiento econmico y satisfaccin
espiritual; as como de cambiarla o de cesar de ella. Para tal efecto, dicha facultad
autodeterminativa deber ser ejercida con sujecin a la ley. Por ello es que existen
limitaciones vinculadas con el orden pblico, la seguridad nacional, la salud y el
inters pblico.
La Constitucin asegura el derecho de optar, a condicin de que sea lcita, por alguna
actividad de carcter intelectual y/o fsica, con el objeto directo o indirecto de obtener
un provecho material o espiritual; tal atributo se extiende a la potestad de
posteriormente cambiar o cesar en dicha labor.
d) La libertad de empresa
Consagrada por el artculo 59 de la Constitucin, se define como la facultad de poder
elegir la organizacin y efectuar el desarrollo de una unidad de produccin de bienes
o prestacin de servicios, para satisfacer la demanda de los consumidores o usuarios.
Consecuentemente, dicha libertad debe ser ejercida con sujecin a la ley -siendo
sus limitaciones bsicas aquellas que derivan de la seguridad, la higiene, la moralidad
o la preservacin del medio ambiente-, y su ejercicio deber respetar los diversos
derechos de carcter socio-econmico que la Constitucin reconoce.
e) La libertad de comercio
Establecida en el artculo 59 de la Constitucin, se trata de la facultad de elegir la
organizacin y llevar a cabo una actividad ligada al intercambio de mercaderas o
servicios, para satisfacer la demanda de los consumidores o usuarios. Debe ejercerse
con sujecin a la ley.
Tal libertad presupone el atributo de poder participar en el trfico de bienes lcitos,
as como dedicarse a la prestacin de servicios al pblico no sujetos a dependencia o
que impliquen el ejercicio de una profesin liberal.
f) La libertad de industria
Establecida en el artculo 59 de la Constitucin, es la facultad de elegir y obrar,
segn propia determinacin, en el mbito de la actividad econmica cuyo objeto es la
realizacin de un conjunto de operaciones para la obtencin y/o transformacin de
uno o varios productos.
32. Ahora bien, pese a que existe un reconocimiento expreso del derecho a la
informacin y a la proteccin de la salud y la seguridad de los consumidores
o usuarios, estos no son los nicos que traducen la real dimensin de la
defensa y tuitividad consagrada en la Constitucin. Es de verse que en la
Constitucin existe una pluralidad de casos referidos a ciertos atributos que,
siendo genricos en su naturaleza, y admitiendo manifestaciones
objetivamente incorporadas en el mismo texto fundamental, suponen
un numerus apertus a otras expresiones sucedneas.
38. De este modo y dentro del respeto a la libre iniciativa privada, la funcin
orientadora del Estado tiene como propsito el desarrollo del pas,
procurando que se materialice el componente social del modelo econmico
previsto en la Constitucin.
43. All radica la especial funcin que cumplen los organismos reguladores.
Estos organismos tienen la obligacin de asumir la delicada misin que les
ha sido asignada bajo principios de transparencia e imparcialidad. De la
eficiente labor en sus respectivos sectores depende, en gran medida, que se
genere verdadera competencia entre los distintos agentes econmicos, lo que
redundar en beneficio de los usuarios.
48. Del anlisis de los considerandos del Decreto de Urgencia sub exmine, se
colige que los fines de la norma son, por un lado, preservar la salud y la
seguridad de los usuarios de los servicios de transporte de pasajeros y
mercancas, y, por otro, corregir las distorsiones que afecten la competencia
del mercado formal por la presencia masiva de empresas informales; esto
es, de empresas que no cuentan con la autorizacin correspondiente para
brindar el servicio y/o incumplen obligaciones de carcter tributario.
49. Tal como ha quedado dicho, uno de los principios rectores que informan al
rgimen econmico de la Constitucin es la funcin reguladora supletoria
del Estado. Ello porque la economa social de mercado no puede ser
confundida con los regmenes de economa mixta, planificada o
interventora.
La labor del cuerpo poltico, en el contexto de un Estado social y
democrtico de derecho, no puede ser asociada a la idea de que tenga por
regla incidir en la esfera de libertad de los agentes econmicos. Su
intervencin, en lo que al funcionamiento de regular del mercado se refiere,
debe configurarse como excepcional. Y es que toda regulacin estatal debe
justificarse por la presencia de una falla del mercado, es decir, por una
situacin en la que el libre juego de la oferta y la demanda y el rgimen de
libre competencia impidan alcanzar una asignacin eficiente de recursos,
lesionando intereses pblicos.
50. Debe tenerse en cuenta, asimismo, el papel de los precios de los bienes y
los servicios, y su importancia decisiva para el adecuado desenvolvimiento
del mercado.
En circunstancias comunes, el precio no es sino el resultado de las
decisiones racionales adoptadas por ofertantes y usuarios. Cuando su
fijacin no es artificial, sino estricta consecuencia del intercambio fluido de
bienes y servicios, el precio brinda informacin valiosa a los agentes
econmicos, tanto en lo que respecta a la escasez relativa de los recursos,
como a las condiciones de la oferta y la demanda.
Del mismo modo, la informacin contenida en la fijacin del precio en un
mercado libre incentiva a las empresas a aumentar su eficiencia, a reducir
sus costos y a mejorar la calidad de los productos que ofrece, en beneficio
de los usuarios y consumidores.
54. A mayor abundamiento, el hecho de que, con fecha 31 de mayo del presente
ao, el Poder Ejecutivo haya expedido el Decreto Supremo N. 026-2003-
MTC, que reabri el Registro Nacional de Transporte Terrestre de
Mercancas para personas naturales y jurdicas dedicadas a este servicio,
iniciando con ello un agresivo programa de empadronamiento de vehculos,
permite afirmar a este Tribunal que no existi una poltica razonable y
progresiva emprendida por el Estado con el propsito de revertir la situacin
de informalidad existente, prefirindose la adopcin de medidas sumamente
restrictivas de la libre competencia, para recin luego adoptar medidas
bastante ms proporcionales a efectos de proteger distintos bienes
constitucionales, lo que a todas luces resulta arbitrario.
55. Por tales razones, el Tribunal Constitucional considera que el artculo 4 del
Decreto de Urgencia N. 040-2001 vulnera el principio de proporcionalidad
que debe informar a todo acto que restrinja derechos fundamentales, siendo,
por ello, inconstitucional.
58. En el caso de los decretos de urgencia, los requisitos formales son tanto
previos como posteriores a su promulgacin. As, el requisito ex ante est
constituido por el refrendo del Presidente del Consejo de Ministros (inciso
3 del artculo 123 de la Constitucin), mientras que el requisito ex post lo
constituye la obligacin del Ejecutivo de dar cuenta al Congreso de la
Repblica, de acuerdo con lo previsto por el inciso 19) del artculo 118 de
la Constitucin, en concordancia con el procedimiento contralor a cargo del
Parlamento, contemplado en la norma de desarrollo constitucional contenida
en el artculo 91 del Reglamento del Congreso.
FALLA
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
REY TERRY
AGUIRRE ROCA
REVOREDO MARSANO
GONZALES OJEDA
GARCA TOMA
EXP.N. 008-2003-AI/TC
LIMA
ROBERTO NESTA BRERO
SR