Rev. ru Univ.

Costa Rica, XIX (49,50),137-145,1981

ETICA y PORNOGRAFIA
PERSPECTIVA TEOLOGICA (*)

Abraham Soria

I NTRODUCCION cristiana, o como hoy se discute de si es legti-

mamente cristiano hablar de un social-cristianismo,
1.- Perspectiva teologica. - Como cola- porque lo "cristiano" de esas organizaciones pol-
boracin a este Foro Nacional sobre Censura y Me- ticas frecuentemente hay que adivinarlo. Lo que
dios de Comunicacin se.me ha pedido una contri- importa, pues, es constatar si una determinada nor-
bucin terica sobre "Etica y Pornografa" desde matividad social responde o no al comportamiento
una ptica cristiana. En cuanto a "pornografa", histrico de Jess, ya que el comportamiento his-
no me parece procedente ni mucho menos reco- trico de Jess es la norma fundamental y objetiva
mendable comenzar por establecer a priori un lis- de la conducta cristiana.
tado de las "desviaciones" de unos "inalterables 2.- Iglesia y sexo.- Frecuentemente se le
principios morales" que, presentadas en blanco y acusa a la Iglesia de haber pretendido ignorar el
negro (=literatura) o en tecnicolor (=cine y tele- sexo, ejerciendo una represin de la sexualidad, y
visin), definiramos como "pornografa". Tal proponiendo un ideal humano asexuado. Acu-
modo de proceder ocultara toda una serie de con- sacin que tiene gran parte de razn, como luego
notaciones socio-culturales que precisamente inte- veremos. Adems, muchos cristianos, an hoy da
resa descubrir para definir lo pornogrfico de una en nuestro pas, observan las normas tradicionales
produccin. En cuanto a lo de "tica desde una de la tica sexual movidos por un irracional temor
ptica cristiana", ser mucho ms positivo si ensa- de Dios, que tiene poco de virtuoso y mucho me-
yamos aproximarnos al tema propuesto desde la nos de cristiano. La obediencia a un mandamiento
perspectiva teolgica sobre la sexualidad, ms que slo por su imperativo moral no es liberadora ni
desde la normatividad del comportamiento huma- salvfica. "La dignidad humana requiere -dice el
no en una sociedad mayocitaciamente cristiana. Vaticano II- que el hombre acte movido e indu-
Con esto nos ahorramos la engorrosa discusin cido por conviccin interna personal y no bajo la
entre creyentes e increyentes, y an de creyentes presin de un ciego impulso interior o de la mera
entre s de si se puede hablar o no de una Etica coaccin externa" (Gaudium et Spes, N 17). En
cristiana, al igual que en tiempos, dichosamente nuestro mundo actual no liberan las dictaduras ni
pasados, se discuti de si hay o no una filosofa salvan los autoritarismos. La ingente produccin
teolgica reciente sobre el sentido teolgico de la
sexualidad seala el impacto de la acusacin an-
(*) Conferencia en el Foro Nacional sobre Censura y terior. Pero demuestra tambin la intensidad con
Medios de Comunicacin, organizado por el Ministerio de que telogos y pastoralistas se han dado en re-
Justicia los das 19, 20,21 Y 22 de agosto de 1980 en San pensar el enfoque tradicional de la tica sexual
Jos, Costa Rica. El Dr. Soria es profesor de la Escuela para hacer de la propuesta cristiana una propuesta
Ecumnica de Ciencias de la Religin en la Universidad
Nacional, Heredia, Costa Rica. humana y convincente. Pues en cristiano lo que se
hace sin conviccin es pecado (Rom. 14,23).
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3.- Puntos a considerar.- Desde ya quiero cualquier clase de hedonismo como frente a las
indicar los puntos del desarrollo de la presente co- exageraciones surgidas en su seno al calor del espi-
laboracin en la presentacin sucinta de una pers- ritualismo cristiano. As lo muestran las conde-
pectiva tea lgica, que nos ayude a reconocer y en- naciones de los gnsticos de los siglos I y II, de los
juiciar las pro fa naciones o prostituciones de la se- maniqueos de los siglos III y IV, de los ctaros del
xualidad humana. En primer lugar muestro breve- siglo XIII, de los iluminados de los siglos XV y
mente algunos condicionantes socio-culturales, que XVI, Y hasta las exageraciones ms recientes del
enmarcan el pensamiento tradicional cristiano Jansenismo en el siglo XVII.
sobre la sexualidad. En un segundo punto, pre- Solamente las recientes declaraciones magis-
tendo esquematizar el aporte especfico de la Teo- teriales en materia sexual, ms que orientar, han
loga en el tratamiento de la sexualidad. En un causado polmicas en amplios sectores cristianos,
tercer lugar termino con una breve descripcin de por las caractersticas de tales declaraciones. Entre
los puntos centrales de la Antropologa teolgica, stas, como acertadamente 10 apunta el docu-
en los que se puede apoyar una nueva visin de la mento "Sexualidad y Cristianismo" del Encuentro
sexualidad humana. de Mujeres cristianas de Amrica Latina (Mjico,
octubre 1979, doc. mimeo.), destacan por su im-
portancia las dos siguientes:
1. EL PESO HISTORICO -la concepcin esencialista e inmutable, con
la que se concibe la naturaleza humana y, por con-
Comencemos por recordar un principio her- siguiente, la sexualidad; sin tener en cuenta el ca-
menutica, hoy universalmente aceptado: La se- rcter histrico de la misma;
xualidad, como todo fenmeno, est enmarcada y -la forma de citar la Biblia para apoyar una
marcada por una determinada cultura. Al progresar prohibicin, sin utilizar los nuevos criterios de in-
la cultura o culturas progresan tambin los modos terpretacin, que permiten ubicar textos tan an-
de relacin sexuada, basados sucesivamente en la tiguos en su horizonte de significacin religiosa.
bsqueda de la fecundidad, en el erotismo y tan Esta equilibrio magisterial no ha sido ms que
slo recientemente en el amor. Afirmar, pues, su un pretendido equilibrio terico. La mejor ven-
historicidad es reconocer llanamente el grado de ganza de las herejas ha sido su infiltracin en la
relatividad y contingencia con que, en cada mo- prctica cristiana. En efecto, la prctica real de la
mento histrico, se viven individual y socialmente comunidad, orientada por los discursos religiosos
determinados valores ticos. Para afrrmarlo resulta de un ministerio sacerdotal, masculino y celi-
ilustrativo recordar cmo hemos vivido la se- batario, se ha visto lastrada por:
xualidad en un ayer todava muy cercano y pre- -una pedagoga del miedo frente a todo 10
sente muy activo para muchos cristiano en Costa sexual;
Rica. -una reduccin de la sexualidad por el ma-
2.- Actitudes extremas. - Ante la realidad chismo cultural dominante;
sexual, percibida como una fuerza incontrolable, -y una infravaloracin de la misma por el es-
enigmtica y por ende peligrosa, el hombre ha piritualismo racionalista de la civilizacin cristia-
reaccionado desde antiguo con una doble actitud: no-occidental, Detengmonos un poco en cada uno
de rechazo y de acercamiento. Actitudes que se de estos tres condicionantes socio-culturales.
expresan culturalmente por tabes y por mitos. 2.- Pedagoga del miedo. - Aliado a una
Ante esta misma realidad sexual toda ideologa adrede ignorancia del sexo, el miedo ha sido el
cultural o religiosa ha tenido que crear una serie de tigre de papel que la pedagoga cristiana cre para
matices, que van desde un extremo negativo, mantener a raya las diabluras caseras de la se-
donde la sexualidad es la consecuencia de un pe- xualidad. [Cuntas mentiras se han tenido que de-
cado en el origen o de la accin malfica de po- cir en los hogares por el miedo a ensear la verdad
deres enemigos del hombre, hasta el otro extremo, de los procesos naturales del sexo! [Cuntas fbu-
el de las tendencias hedonistas, que convierten la las baratas hubo que inventar para salir del paso
sexualidad y su placer en el dolo de la vida. ante las incmodas preguntas de la espontaneidad
Entre ambos extremos el Magisterio de la Igle- infantil! El necesario acercamiento a la realidad
sia ha querido orientar a los cristianos por el ca- sexual en los mayorcitos se ha producido en un
mino de una vida media. A nivel puramente te- clima de curiosidad morbosa, donde la sexualidad
rico este Magisterio ha sido claro tanto frente a era al mismo tiempo temidamente buscada y timi-
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damente aceptada en el cuarto ms oscuro del y a la mujer se le ha identificado con el tero o la

hogar, de la mano del consejero menos recomen- vagina. Mulier consistit in utero! se repiti incan-
dable y en la total clandestinidad social. Esta peda- sablemente en la Edad Media y todava se piensa
goga mano a mano con la ignorancia biolgico- aunque no se diga en voz alta. Sexo son las zonas
sexual no slo ha acentuado los prejuicidios y los venereas, olvidando que las mujeres, al igual que
miedos a la sexualidad como algo sospechoso y los varones, no son slo estructuras anatmicas,
peligroso, sino que la ha convertido prcticamente sino fundamentalmente son personas humanas. En
en una verdadera obsesin, junto a otras lamen- el montaje social condicionado por el machismo, a
tables consecuencias sico-pedaggicas y sociales. la sexualidad de las mujeres -el otro 50% de la
Basta leer el libro de la pareja VALENTINI-DI humanidad- no le queda ms funcin que el papel
MEGLIO ("El sexo en el confesionario", Mjico, de esposa-madre o de prostituta-amante, ambas co-
1974) para constatar el crecido nmero de cris- mo servicio sexual del varn e idealizadas en la
tianos, cuya conciencia religiosa se siente obse- figura de la Virgen Mara o de Eva la pecadora. Por
sionada por el tema, inmunizndolos a toda otra el antifeminismo o misoginia, criaturas del machis-
preocupacin tica, principalmente la preocu- mo, la sexualidad femenina ha alcanzado niveles de
pacin por la justicia. Tpico de esta orientacin es verdadera caricatura en la literatura cristiana. Aun-
el libro del P. HERNANDEZ ("Guiones para un que me prohib relatar aforismos ni citar textos en
cursillo prctico de direccin espirituaf' Santan- este discurso, no me resisto a relatarles uno por lo
der, 1954), todava de mucha aceptacin en crcu- grfico que es y a citarles otro por lo nauseabundo.
los cristianos; o la actitud estadsticamente com- El aforismo es de los alemanes, quienes jocosa-
probada de las seoras de mediana y alta bur- mente describen la funcin social de la mujer
guesa, que empujan a sus maridos a los Cursillos como la funcin de las tres "K", Kirche, Kche
de Cristiandad y a otros "encuentros" matri- und Kinder: Iglesia, cocina e Hijos. Y el texto es
moniales, no para hacerlos ms justos en sus re- de San Odn (+ 942), el gran abad de Cluny, de
laciones sociales, sino para que les fabriquen un donde arranc la reforma religiosa que llev a Eu-
cinturn de castidad, que garantice la fidelidad ropa a los esplendores del siglo XII. El texto dice
conyugal. as:
3.- Machismo dominante.- Desde muy tem-
prano la comunidad cristiana comenz a vivir la "Si los hombres, dotados CQ]110 los linces de
novedad de su fe en el ambiente profundamente Beocia de una interior penetracin visual, pu-
antifeminista de la sociedad semita, para luego caer dieran ver lo que se esconde bajo la piel, la
en el machismo cultural de nuestra sociedad. El sola vista de las mujeres les sera nauseabunda.
dominio del varn sobre la mujer mantiene todas Esta gracia femenina no es nada ms que man-
las implicaciones de los fenmenos de dominacin. teca, sangre, humores y bilis. Considerad lo
No se entiende en profundidad si no se tiene en que se oculta en las narecies, en la garganta, en
cuenta su globalidad como fenmeno social, desde el viente: porquera por todas par-
lo econmico y socio-poltico hasta lo cultural y tes ... Cmo podemos desear apretar en
religioso. De ordinario, el machismo se resiste a ser nuestros brazos un saco de excrementos? ".
abordado con seriedad porque sera cuestionar, (Citado por E. Lpez-Azpitarte, en "Sexua-
como en todo sistema de dominacin, los "privi- lidad y matrimonio hoy", Santander, 1975, p.
legios" de una "clase" que no quiere perder su 23).
poder. Y si se le aborda, sobre todo cuando se
habla de la sexualidad ante grupos mayorita- El sexo como consumo, la joven como comer-
riamente masculinos, es para citar aforismos o re- cial muy potable y la mujer como objeto de placer
latar ancdotas, que suscitan la hilaridad del audi- sexual son hijos legtimos del machismo moderno.
torio, con el fin inconsciente de desvirtuar con la 4.- Espiritualismo racionalista= Junto al
risa la seriedad del planteamiento. machismo la ideologa dualista, de ascendencia pla-
Aqu no me intersa plantear la cuestion del tnica, influy grandemente e influye todava en
machismo en toda su complejidad cultural. Me im- la prctica cristiana. El dualismo se caracteriza por
porta ms destacar una de sus principales conse- una contraposicin absoluta entre alma y cuerpo.
cuencias en la prctica cristiana: la inaceptable re- El alma es la parte lumonosa del ser humano, el
duccin de la sexualidad. Desde la perspectiva del cuerpo, su parte sombra, la crcel, la sepultura, el
. varn la sexualidad ha sido reducida al genitalismo destierro y la condena del alma. Una antropologa
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con estos presupuestos estar de antemano imposi- -"El matrimonio es para la clase de tropa y
bilitada para captar el sentido humano de la se- no para el Estado Mayor de Cristo". (Camino,
xualidad. Al traducir este dualismo antropolgico n.28).
en categoras religiosas, como lo hizo el mani-
queismo moral, la degradacin, la crcel o la con-
dena que el cuerpo supone para el alma se con- 11. LA ESPECIFICIDAD DEL APORTE
vierten en el pecado, el origen del mal y la fuente TEOLOGICO
de la corrupcin moral. Es ms, en el cuerpo mis-
mo se ubican anatmicamente las zonas del bien y 1.- Ciencias y Teologa. - Las ciencias so-
del mal, cuyas fronteras seala la cintura o el om- ciales, especialmente la Psicologa, Antropologa y
bligo. De ah para arriba comienza una zona cada Sociologa han puesto en crisis principios ticos,
vez ms luminosa hasta culminar en la cabeza que los telogos crean conclusiones de unos pos-
razn, el "logos" humano, la racionalidad. De ah tulados religiosos inalterables. Por su visin es-
para abajo comienza "el reino de las tinieblas" que ttica del hombre y su correspondiente concepcin
se concentra en lo genital sede de la sexualidad metafsica de una trascendencia ahistrica de Dios,
como un demonio en su trono, el "alogon" de la la Teologa catlica se atrincher tras una con-
animalidad, lo "irracional". Hubo tiempos de todo cepcin antropolgica tan vinculada a la na-
un culto a la santa cabeza de Jess y sermones que turaleza, que la sexualidad encontraba su racio-
queran negar a Mara la menstrualidad femenina. nalidad y justificacin moral nicamente en el pro-
Dentro de este dualismo antropolgico-moral-re- ceso biolgico de la reproduccin. Esto llev a la
ligioso el esfuerzo tico por liberarse del cuerpo, exclusin moral de cualquier gesto sexual, que no
-lo malo, lo animal-, encuentra su expresin reli- estuviese directamente abierto a las posibilidades
giosa en: procreadoras. Curiosamente dentro de esta lnea
-una asctica por vivir como los ngeles, ne- de vinculacin extrema entre sexualidad y natu-
gndose a ser hombres de carne y hueso; raleza se encuentran, por otros motivos, los natu-
-una supervaloracin de la virginidad como ralistas tipo KIN-SEY o positivistas ingenuos, para
estado "perfecto" frente al matrimonio, estado quienes la sexualidad humana esta montada sobre
"tolerado" y justificado por la necesaria repro- ciertos mecanismos tipo reloj, a los que basta con
duccin de la especie, o, en el mejor de los casos, darles cuerda para echarlos a andar y conseguir as
un estado "imperfecto" y justificado como ilusoriamente la plenitud y felicidad humanas. No
remedium concupiscentiae; hace falta gastar mucha saliva para adivinar la po-
-un ideal y prototipo de hombre religioso, en breza deshumanizante de una tal tica sexual.
el que el varn y la mujer nieguen sus caracte- Toca, ciertamente, a las ciencias constatar los
rsticas sexuales para pretender manifestarse y rela- valores biolgicos de la sexualidad, sus condi-
cionarse como seres asexuados. cionantes sociolgicos y sus consecuencias sico-
y para que vean que no me estoy refiriendo a lgicas. La Teologa no tiene competencia directa
prcticas cristianas del siglo IV, me permito ci- en estos campos, cuyos resultados deber no sola-
tarles un librito moderno de espiritualidad, con el mente respetar, sino, ojal, asumir en su reflexin.
que hombres, muy hombres de empresa, orientan Son su base material, su "generalidad" como po-
su prctica cristiana de la sexualidad. Me refiero a dra decirse en un lenguaje epistemolgico althu-
los nmeros, entre otros muchos, 22 y 122 de "Ca- seriano. El mbito de las ciencias humanas es el
mino" (texto fundamental para el movimiento ca- punto de partida y el dato objetivo, desde el cual y
tlico "Opues Dei'), en cuanto a la asctica por sobre el cual habr que montar la reflexin teo-
vivir como ngeles, y al nmero 28 del mismo, en lgica, pero nunca su punto de llegada o la palabra
cuanto a la supervaloracin de la virginidad, sin ltima sobre la sexualidad. Pues la sexualidad no es
comentar revestimiento s militares: solamente un dato objetivo, que las ciencias pue-
den analizar. Como fenmeno profundamente
-"S recio. -S viril. S hombre ... S n- humano la sexualidad es parte integral y globali-
gel" (Camino, 22)-. zante de la persona humana, libre y dinmica por
- "Muchos viven como ngeles en medio de esencia, proyectada utpicamente al futuro. Y as
este mundo. T... por qu no?" (Camino, la sexualidad puede concebirse como tarea, opcin
n.122). y vocacin al mismo tiempo que dato objetivo,
cuya realizacin depende ms del espritu que de
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una combustin hormonal. El hombre nace sexua- 'mos un ejemplo sencillo: Al varn le conmueve
do, pero se hace sexualmente, y hacindose cons- ms profundamente la sonrisa de una mujer y vice-
truye progresivamente el modelo de desarrollo in- versa que la sonrisa de uno de su mismo sexo,
tegral que vsualiza. Es aqu donde interviene im- aunque objetivamente la sonrisa sea la misma. Es
prescindiblemente el aporte teolgico. Construir li- ms, los signos en cuanto sexuados estimulan la
bremente un modelo de desarrollo integral no sig- propia afectividad con vistas a la comunicacin in-
nifica un "laissez faire, laissezpasser" de la natura- terpersonal.
leza, ni siquiera de la naturaleza social del hombre. En este nuevo transfondo cultural la sexua-
Una libertad sin utopa es un devenir sin saber a lidad comienza a percibirse tambin como la
dnde llegar. Y la Teologa presume poseer una manera excelente y universal de amar por el don
palabra insustituible respecto de la meta hacia la de s mismo para una reciprocidad abierta y parti-
cual tiene que converger la sexualidad, como parte cipada por terceros. De este modo se integra la
integrante de un desarrollo verdaderamente hu- dimensin del carcter comunicativo-creativo del
mano. amor. la reciprocidad del amor sexuado no hay
que equivocarla con el egosmo de dos. Pues una
2.- El "salto antropolgico ':- Este aporte reciprocidad que no engendre ambiente de comu-
teolgico ha conocido sus "saltos cualitativos" en nicacin a terceros no llegara a la exigencia plena
los aos recientes. En la dcada de los 50-60 el del amor. Bonum est diffussivum sui, el bien
hombre est en el primer plano de la preocupacin tiende a comunicarse se deca desde antiguo. Ya
teolgica. Es el "vuelco antropolgico" como se le San Buenaventura con toda la posterior escuela
denomina en la historia del pensamiento teolgico teolgica franciscana concibi la creacin como el
moderno. Y como en todo cambio se produjo la desborde de la bondad fontal de Dios en el hombre
reaccin de los de siempre, de los sentados a la para volver a Dios despus de haber pasado por el
vera de la historia, de los que quieren ver "pasar de hombre en un crculo perfecto de comunicacin.
procesin" sin correr los riesgos del camino. Co- Este nuevo discurso teolgico sobre la sexua-
menzaron las acusaciones de "nueva teologa", de lidad lo asume el Vaticano 11al poner el recproco
desplazamiento de Dios, de horizontalismo impl- amor matrimonial teolgicamente a la par de la
citamente ateo, de antropologizacin de la teo- procreacin, hasta entonces nico fin primario en
loga, etc. Pero sin razn alguna. No es que se la tradicin cristiana; lo asume tambin al reco-
desplace a Dios. Dios sigue siendo el sujeto y obje- nocer la bondad moral del placer sexual; al resaltar
to central de la Teologa, como ciencia que es del el carcter vocacional y de perfeccin cristiana del
hablar de Dios y sobre Dios. Pero por primera vez matrimonio, y al fomentar el conocimiento de los
en la reflexin teolgica el hombre deja de ser el procesos biolgicos de la sexualidad en la edu-
implcito destinatario del mensaje religioso para cacin de los jvenes.
convertirse en el explcito interlocutor de Dios. Dimensin socio-poltica. - En la dcada
Por primera vez el hombre deja de ser el objeto- de los aos 60-79 se perfila el componente socio-
receptor de la salvacin para convertirse en el su- poltico como constitutivo esencial del hombre,
jeto-constructor de su propio destino (Vaticano 11, ser existencialmente para y con los otros. "Desde
Gaudium et Spes, n. 17). Con esto no se pretende el computador hasta el coito todo tiene de ahora
resucitar un humanismo de corte clsico, al estilo en adelante una dimensin poltica (E. MORIN,
del siglo XV y XVI, sino un humanismo como Lumire et Vie, n. 98 (1979) p. 23). De sobra
enftica valoracin teolgica del cuerpo, de la per- conocida es la clebre frase de MOUNIER "la
sona humana, de su dignidad y sus derechos. poltica no es todo, pero ella est en todo" (Obras,
En este nuevo transfondo cultural la sexua- t. 3 (pars 1963) p. 528). Naturalmente la Teo-
lidad comienza a percibirse como la manera exce- loga, a su vez, redescubre la dimensin socio-
lente y universal de amar por el encuentro y di- poltica del mensaje cristiano. Una fe, que se
logo personal con otro, respetando absolutamente quiere realmente comprometida con el hombre,
su alteridad, que lo define precisamente como exige la mediacin de lo poltico como postulado
"otro". De este modo se recupera la dimensin del ineludible para la eficacia de su praxis. Para confir-
carcter comunicativo-perfectivo del amor. Todas marlo basta con que pensemos en la 11Asamblea
las relaciones personales son sexuadas por natura- del CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS, cele-
leza. Los mismos signos de la comunicacin inter- brada en Upsala en el 66, o en la 11 Asamblea
personal estn marcados por la sexualidad. Ponga- General del EPISCOPADO LATINOA-
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MERICANO, celebrada en Medelln en el 68, o integrada como fuerza promotora de una sociedad
sobre todo en los innumerables mrtires cristianos, nueva, donde prive el amor oblativo, cuya mejor
que Amrica Latina est dando por la liberacin de prueba de "amor ms grande" es dar la vida por los
sus pueblos, entre los que destaca seeramente el otros (Jn 15,13); y donde la sexualidad sea el
Arzobipo-mrtir de San Salvador, Mons. OSCAR medio que lance al hombre a la entrega de s mis-
ARNULFO ROMERO. Son los que BENA VIDES mo y el signo que la fecunda como revelacin de
en una de sus recientes "columnas" del diario La comunin.
Nacin llama con poca exactitud los "nuevos cu-
ras". Pues ni son "nuevos" -la dimensin poltica
de la fe es tan antigua como el Evangelio-, ni son 111. PUNTOS DOCTRINALES DE APOYO
"solamente" curas, -los hay catequistas, delegados
de la palabra, religiosas y hasta obispos.
En esta nueva dimensin teolgica de la fe, la 1.- Nuevo concepto de hombre y otra ima-
sexualidad ya no es tan slo una forma de auto- gen de Dios. - La tradicin cristiana desvirtuaba su
rrealizacin personal por el encuentro con el otro. prctica y visin religiosa de la sexualidad por una
En efecto, si bien es cierto que los marcos fami- idea metafsica y absolutista de Dios y por una
liares son suficientes para que se estructure una concepcin dualista y maniquea del hombre. Pre-
reciprocidad en el amor, tambin es cierto que se tenda apoyarse fundamentalmente en los relatos
necesitan "los otros" para que se haga real la co- de la creacin, pero ledos desde la perspectiva de
munidad de amor. Vaciar, pues, la sexualidad de un Dios inmutable, absoluto y omnipotente, que
esta orientacin comunitaria es deshumanizarla, es crea al mundo como demostracin de su poder, y
reducirla a una especie de propiedad privada "sin coloca en l a los hombres para que le obedezcan
hipoteca social" y privarla de su significado lti- servilmente con la observancia de unas leyes inmu-
mo, es decir la exigencia de establecer relaciones tables, inscritas en la naturaleza o surgidas del ca-
sociales, polticas, religiosas y morales entre pricho de la voluntad de Dios. Dios lo quiere!
hombres iguales, diferencialmente sexuados, sin As lo exige la naturaleza! " son las expresiones
pretensiones de dominacin, marginacin o alie- tpicas de esta perspectiva teolgica. Desde la
nacin. La liberacin de un modelo sexual que en- misma, el hombre poda pecar contra Dios o
claustra individual o dualmente la sexualidad contra la naturaleza, pero muy difcilmente ten-
(= moral de burguesa) se convierte en el smbolo dra conciencia de pecar contra s mismo y su fu-
de la conquista que el hombre ha de conseguir en turo o contra los otros. y su futuro.
todos los campos de su actividad, a saber: la cons- La Teologa hoy tambin asienta su visin de
truccin de una sociedad fraterna (= de iguales), la sexualidad en una lectura de estos textos, pero
con respeto absoluto a la alteridad, marcada se- desde otra perspectiva, con un nuevo concepto de
xualmente, como elemento bsico de la sociedad hombre y con muy otra imagen de Dios. El testi-
pluralista con que todos soamos. monio de fe en un Dios que hace (= creador) es al
4.- Teorizaciones privatizantes.- Induda- mismo tiempo el testimonio de fe en el hombre
blemente que a la par de esta utopa se resucitan que se hace (= creado). Los relatos bblicos con
impactantes teorizaciones de cuidar celosamente la imgenes y parbolas de su tiempo subrayan que
propia vida y de tener el valor de lanzarlo todo al Dios, origen de todo, no est en conflicto con nin-
agua cuando peligra la felicidad individual o la pro- gn otro principio demonaco; que el mundo y el
pia existencia. Si no se salva la vida, no se salva hombre en su totalidad -incluida la materia, el
nada! Tal es la tesis central de ERICA JONG en cuerpo del hombre y su sexualidad- son radical-
"Cmo salvar la vida ", e ideas semejantes asoman mente buenos; que el hombre, originalmente
constantemente en el virtuosismo ertico de sexuado, es la meta del poder de Dios. En efecto,
"Emmanuelle ", la I Y la 11. Sin embargo Alguien, el hombre es creado varn y mujer para que la
en quien los cristianos creemos firmente, dijo Vida, que surge del fondo mismo de Dios, sea
que "el que pretenda poner su vida a seguro, la fecunda sexualmente en la tierra por la comuni-
perder; en cambio el que la pierde, la recobrar" cacin del varn y la mujer, y as poder encontrar
(Le 17,33). Por tanto frente al proyecto anterior, el hombre a Dios y Dios al hombre en la comu-
que quiere encerrar la vida y la sexualidad dentro nicacin de la Vida y no en la comunicacin de la
de las fronteras de la propia piel, la moral cristiana muerte. De esta forma y bajo esta imagen Jess
comienza a presentar la utopa de una sexualidad nos revela definitivamente a Dios. No es un Dios
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que crea al hombre a la medida de sus manda- uno del otro, son imagen de Dios. Imagen que no
mientos, sino que hace del hombre la medida de tiene el sentido pasivo y esttico de "copia", "re-
sus mandamientos. Un Dios que, para romper con trato" o "reflejo", que le asigna la exgesis griega.
las fronteras entre compaeros y compaeras, do- De ser as, el hombre como varn y mujer sera
minado res y dominados, toma partido por los d- copia y reflejo de las relaciones bisexuales propias
biles culturalmente, los marginados socialmente y de la mitologa griega. De ah la imposibilidad para
los dominados polticamente. esta mentalidad de asumir la bisexualidad como
En la exgesis moderna los primeros captulos parte esencial del ser imagen de Dios. Imagen que
del Gnesis ms que relatos de un pasado histrico s tiene el sentido activo y dinmico de "repre-
son la proyeccin histrica del proyecto de Dios, sentante", "plenipotenciario" o "colaborador" de
el Padre, sobre sus hijos, los hombres. Origen y la mentalidad semita. El hombre, varn y mujer,
destino del hombre, varn y mujer, son eslabones colaboradores de Dios en la obra de la creacin! Y
que se confunden como primera y ltima realidad con esta mentalidad s se asume la bisexualidad
de su creacin, y donde Dios se manifiesta en la como parte esencial del ser imagen de Dios. En
historia como el futuro del hombre y el hombre, a efecto, al hombre creado "para dominar los peces
su vez, como el futuro de Dios. Naturalmente que del mar y las aves del cielo y todo animal que
todo esto ofender los piadosos odos metafsicos serpea en la tierra" (Gn 1.26,28) se le asigna, en
de quienes perciben la trascendencia de Dios en lo nuestro lenguaje de hoy, la tarea de hominizar,
acabado y esttico, el "motor inmvil" del pensa- volver ms humano, ms conforme a la imagen de
miento helnico. Pero no para aquellos que, habi- Dios su misma naturaleza. Precisamente por ser
tuados a leer la Biblia con la mentalidad histrica imagen de Dios en este sentido, el varn y la mujer
del semita, experimentan el crecimiento histrico fueron intencionalmente colocados frente a un
del hombre como la "encarnacin de Dios" o mundo inacabado, con grandes potencialidades de
como "la humanizacin de Dios", de la que Jess evolucin, que tienen que ser actualizadas por
es el mejor exponente histrico segn la tradicin y para el varn y la mujer. Este hombre del
neotestamentaria, hasta llegar al PLEROMA d Gnesis emerge, pues, no como un hombre
Pablo o la plenitud del punto OMEGA de acabado y realizado en su mundo y en su natura-
THEILLARD DE CHARDIN. leza sexuada, sino como un proyecto de hombre
2. - Elementos de la Antropologa bibli- con capacidad de ser cada vez ms imagen de Dios
ca.- Todo lo que el Vaticano 11apunta en la Cons- tanto en su mundo como en su naturaleza sexuada.
titucin Gaudium et Spes en relacin al hombre y Es la dinmica del prefijo gramatical hebreo "y los
su naturaleza sexuada y en relacin al hombre y la hizo para que fueran imagen de Dios". Hijo del
dominacin de su mundo no es ms que la expli- pasado de la tierra el hombre nace a la respon-
citacin doctrinal de la visin antropolgica pre- sabilidad del futuro de la misma. Su historia ser el
sente ya en 10$ captulos 1. y 2. del Gnesis. permanente proyecto de liberar con la peculiaridad
- "Entonces, Yahv Dios -dice el texto b- de su naturaleza sexuada su mundo de condi-
blico- form al hombre con polvo del suelo e in- cionantes socio-histricos, que impiden su trans-
sufl en sus narices aliento de vida y result el formacin, y aventurarse al riesgo de un proyecto
hombre un ser viviente" (Gn 2.7). En todo el cap- de libertad con sus contradicciones histricas
tulo l. y 2. no hay el menor apoyo para pensar como reto a su misma libertad.
que Dios creara un ser espiritual, que luego el Prosiguiendo la lectura del Gnesis, se nos se-
mismo Dios revestira con "barro", ni mucho ala que al crear al hombre macho y hembra Dios
menos que lo condenara al "barro", necesitando los crea en pareja, en familia como germen de un
posteriormente de purificacin. Es el "barro" pueblo. La lectura de todo. el captulo 2. a la luz
mismo el que vive por la Vida que Dios le comu- de la doctrina del Vaticano 11descubre la razn de
nica, Vida que surge del fondo de Dios como la esta intencionalidad: "Y vi Dios que no es bueno
respiracin que surge del fondo de uno mismo. que el hombre est solo" (Gn 2.18). Para el plan
- "E hizo Dios -prosigue el texto- al hombre de Dios no fue bueno que el hombre estuviese sin
a imagen suya -a semejanza de Dios lo hizo- los otros, los dems. Este "dems no simplemente
varn y mujer los hizo" (Gn 1.27). Es la solemni- como un de sobra, aadido y accidental, sino
dad del trimembrismo de la poesa hebrea, cuando como un condicionante esencial de su ser mismo
se quiere recalcar una idea central: El hombre como "carne de su carne y huesos de sus huesos"
precisamente as, macho y hembra, necesitados el (Gn 2.23). En la exclamacin adamtica descubre
144 ABRAHAM SORIA

el hombre que aceptar a los otros es aceptarse a s sicin" de los hombres para que los hombres
mismo y rechazar a los otros es rechazar algo de s "participen" en la comunin de la Vida. No se
mismo. Ello lo conduce a entender a los otros necesita de mucha agudeza para percibir la vita-
como parte de s mismo y a comprenderse como lidad y dinamismo de una tica sexual vivida bajo
hermano de todos y de todo -"pariente" dice la esta perspectiva religiosa.
Escritura. Implicar consecuentemente una actitud 4.- Sexualidad y liberacin.- Sin embargo,
tica de profundo respeto a la realidad sexuada del la grandiosidad de esta visin antropolgica del G-
otro, que lo define precisamente como otro. N se nesis se queda en pura abstraccin metafsica si no
trata, pues, de machizar la hembra ni de afeminar se considera el Gnesis como la proyeccin utpica
al varn, sino que el varn o la mujer se reco- de la experiencia histrico-conflictiva del Exodo.
nozcan en la alteridad como parte de su propia El pueblo de Israel pudo escribir su visin del
carne y poder as entrar en la comunicacin de la hombre en el siglo VIII a. C. despus de haber
Vida. vivido en el siglo XII a. C., y consignado por escri-
Esta dimensin poltica de la antropologa to alrededor del siglo X a. C., su experiencia libe-
bblica aparece ms acentuada en la descripcin radora y constitutiva de pueblo en el Exodo de la
del pecado. Adn acusando a Eva o ms fuer- esclavitud de Egipto. All el Dios 'de la familia o
temente Can no queriendo responder nada de lo clan -Abraham, Isaac y Jacob- se revel como el
que aconteci a su hermano Abel. Dios que acta en la historia a favor del hombre
El pecado se revela como la falta de solida- oprimido, y acta por un proceso de liberacin
ridad, una especie de ruptura en la responsabilidad para la constitucin del pueblo. Por haberlo hist-
para bien o para mal con el otro, que es algo esen- ricamente olvidado el cristianismo, o mejor dicho
cial de uno mismo. la sociedad cristiana, por eso tuvieron razn pen-
3.- El Dios de la comunin.- Por ltimo, el sadores materialistas del siglo pasado al asegurar
carcter recproco y comunitario del amor, impreso que no es el hombre el que est hecho a la imagen
cindiblemente sexuado y que respeta absolu- y semejanza de Dios, sino Dios quien est hecho a
tamente la alteridad en la comunin, es la mejor la imagen y semejanza del hombre. Un hombre del
imagen de Dios de los cristianos en la tierra. Pues sistema se proyecta en un Dios manipulado por el
el Dios, del cual creemos que el hombre es imagen sistema. El esclavo no puede concebir otro Dios,
y a cuya participacin est llamado, no es un Dios que el que le presentan sus relaciones humanas co-
solitario. Si histricamente se acentu el carcter tidianas y que fomenta la ritualidad del sistema
nico de Dios, fue ante todo para preservar al para adormecer su conciencia o apaciguar las ten-
hombre de los falsos dioses, dolos de su domi- siones histricas. Por eso el Dios del que nos habla
nacin y enemigos de su liberacin. Pero unicidad Moiss -que acta en la historia, que se preocupa
de Dios no es sinnimo de unidad de Dios. El Dios por el esclavo y le ofrece la liberacin- es un Dios
de la Biblia, tal como Jess nos lo revel, es un imposible para el sistema y dentro del sistema. El
Dios plural, que es y se constituye por la comuni- sistema lo combate como subversin o atesmo.
cacin y participacin comunitaria de un mismo
ser por el Padre, el Hijo y el Espritu, modelo de
comunin y participacin para los hombres.
Koinona es el trmino de la patrologa griega para
designar la ntima realidad de Dios y para sealar CONCLUSION
la caracterstica comunitaria del ser cristiano. Koi-
nona, en efecto, no es tan slo un modo articu-
lado de obrar, sino el modo por excelencia de ser. En la presentacin de la perspectiva teolgica
Sabido es de sobra que este trmino aparece 14 sobre la sexualidad he ofrecido diversos puntos de
veces en las Cartas de S. Pablo con su doble sen- aproximacin al tema propuesto de "Etica y por-
tido de: nografa". De ellos podramos sacar algunas con-
- "darse", "contribuir", "ponerse a dispo- clusiones para una labor crtica y educativa, que
sicin"; oriente las decisiones sexuales de una sociedad ma-
-o "participar", "ser tomado en cuenta", "ser yoritariamente cristiana. Una de ellas, muy impor-
aceptado", "formar parte". tante, pareciera ser como la de que no existe una
Comunin en el ser y en la Vida del Padre, del moralidad frente a una inmoralidad, o unas partes o
Hijo y del Espritu, quienes se ponen a "la dspo- acciones honestas frente a otras deshonestas.
 ETICA y PORNOGRAFIA 145

Como dice abundamente TEILLHARD DE me permito terminar con una doble interrogacin:
CHARDIN desde su perspectiva utpica, no hay - Para potenciar los modernos esfuerzos reli-
ms que una moralidad de ascenso y una mora- giosos por una valoracin de la sexualidad en la
lidad de descenso; o como podra tambin decirse prctica de las sociedades mayoritariamente cris-
desde una perspectiva de teologa de la liberacin, tianas, ser suficiente redescubrir la originalidad
una Moral de Vida o una Moral de Muerte, como del pensamiento bblico al respecto?
es la tesis central de F. HINKELAMERT ("Las - Para liberar la sexualidad de los condicio-
armas ideolgicas de la muerte", San Jos, 1977). nantes socio-culturales, con que se la vive, no
Sin embargo, pienso que este tipo de conclusiones habr de mediar una experiencia de xodo como
son precisamente la tarea de este Foro. Con todo en Israel?

BIBLlOGRAFIA FUNDAMENTAL

Hernard A.' La Sexologie normale et pathologique, Fromrn, E. El arte de amar. Una investigacin sobre
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Jeanniere, A. Antropologa sexual, Barcelona, 1966. Vidal, M. Moral del amor y de la sexualidad. Sala-
Schelsky, H. Sociologa de la sexualidad. Buenos Ai- manca, 1971.
res, 1963. Valsecchi, A. Nuevos caminos de la Etiea sexual. Sa-
Grelot, P. La pareja humana en la Escritura, Madrid, lamanca 1974.
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Kerns, J. La Teologa del matrimonio. Madrid 1968. tander, 1975.
(= importante para la historia de la prctica cristiana de la
sexualidad).