Milagros de La Mente

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LOS MILAGROS DE LA MENTE

n Mahatma estaba una vez parado cerca de una


tienda del Bazar mirando a las mercaderas que estaban en
venta, cuando se le present un pensamiento que l expres a
su mente:
Oh, mente, dijo. Mucho he odo hablar de ti, Por
qu no me muestras algunos de tus milagros?
La mente replic:
Espera un poquito, y no dijo nada ms.
Al poco rato, un hombre que estaba por all vendiendo
miel, meti un dedo en la miel y la unt en la pared. Apenas
sucedi esto, docenas de moscas acudieron a la pared a comer
miel, luego, acudieron ms moscas todava y empezaron a
disputarse la miel, Repentinamente apareci una lagartija que
viendo a las moscas se dijo:
Esas moscas son mi alimento y por lo tanto, tengo
derecho a comrmelas junto con la miel, y esto hizo de
inmediato.
En el intertanto, el gato favorito de uno de los tenderos
cercanos a lugar en donde el Mahatma estaba contemplando
las cosas, vio a la lagartija, salt sobre ella y la devor. Haba
un perro que estaba por all cerca y tan pronto como vio al gato
cazar a la lagartija, salt sobre l y lo mato. Como era el gato
favorito del tendero, ste mont en clera y orden a sus
servidores que atrapasen al perro y lo matasen.

Pero sucedi que el perro perteneca a un cliente que


estaba comprando algo en la tienda y se molest malamente por
lo que estaban haciendo a su perro. Se puso a insultar al
tendero y el resultado fue que se cre una gresca monumental.
La mente le dijo entonces al Mahatma:

Ests satisfecho con la clase de milagro que yo suelo


llevar a cabo. Soy experto en crear deseos de todas clases y
quin sabe a dnde esos deseos pueden llegar.

Observa t el deseo de la mosca por la miel, su


pequea mente y sus sentidos crearon el deseo. Y ve a donde
condujo ste deseo..... a una sangrienta pendencia entre dos
amigos.
Si t lo deseas, puedo mostrarte muchos otros
milagros similarmente porque los estoy realizando a cada
momento en todas partes del mundo.

Reforma t a tu mente y predica t a tu propia mente.


Si a tu mente llegas a controlar,
Todo el mundo a ti seguir.
Kabir.

Si un hombre eres t, a tu rebelde mente domina.


Bu ali.

Muchos trabajos te tomas para cuidar el cuerpo,


Pero la mente permanece sin cuidar. Lo noble y
Lo bajo de la mente desea y devora lo malo tanto,
Como lo bueno.
Dad.
EL CASTIGO POR PROMESAS VANAS

ulleh Shah, era durante su juventud un entusiasta


erudito y, a medida que pasaba el tiempo, se convirti en uno
de los hombres de ms erudicin en todo el Punjab. Durante
cuarenta aos busc infatigablemente la Verdad, leyendo
incontables escrituras y libros sagrados y conversando con
innumerables hombres piadosos y de santidad. Pero ni una sola
vez durante toda su vida descubri l ninguna enseanza que
le convenciera que era la Verdadera Enseanza.

Un da encontr a un amigo que haba avanzado bastante


en el Sendero Espiritual. Este hombre, al ver el predicamento de
Bulleh Shah, le dijo:

Hermano: por qu te rompes la cabeza con todos esos


libros?. En tu caso, todo ello no es ms que una prdida de
tiempo. Vete a visitar a Shah Inayat Khan. Es muy posible que l
pueda ayudarte en tu bsqueda.

Cuando Bulleh Shah fue a donde el Maestro, Inayat Khan,


le inici en la verdad que hasta el momento haba permanecido
oculta para l. Se sinti transformado de amor por el Seor y
en su xtasis y felicidad, dijo cosas que los ortodoxos sacerdotes
y los pundits no aprobaron. Porque para los sacerdotes y
pundits, la religin era un asunto de ritos y rituales y
ceremonias externas, de las que nunca haban conocido el
significado interno. Despus de discutir largamente las faltas de
Bulleh Shah, los sacerdotes fueron a donde l y le dijeron:

Bulleh Shah, eres culpable de ser irreligioso, porque


dices y haces cosas que no estn de acuerdo con nuestra fe,
Tienes algo que decir en tu defensa?.

Por favor, escuchen con mucho cuidado lo que tengo


que decir, les dijo Bulleh Shah. Entonces podrn ustedes decidir
el caso de la manera que mejor les parezca.

Muy bien, dijeron los sacerdotes, habla y nosotros te


escucharemos.

Despus de hacer una momentnea pausa mientras


estudiaba los rostros de sus acusadores, Bulleh Shah, pregunt:

Qu castigo recomendaran ustedes, para una persona


que vive prometiendo que les dar algo hoy, luego maana,
luego el da siguiente, pero que despus de cuarenta aos no les
ha dado nada todava?.

Luego de discutir el asunto y de darle una cuidadosa


consideracin, los sacerdotes replicaron:

Esa persona merece ser quemada viva.

Entonces, amigos mos, dijo Bulleh Shah, Todos ustedes


deben ser quemados vivos. Porque ustedes, sus dogmas y
doctrinas me han prometido durante cuarenta aos darme la
verdad, y sin embargo, nunca me dieron ustedes ni el ms
mnimo vislumbre de ella.

Anonadados y sin palabras, los sacerdotes se retiraron


rpidamente.
Bulleh Shah, lleno de la inmensa alegra de todos aquellos
que conocen la verdad, dijo:

Oh amigo, abandona ahora tu erudicin, solo


El es lo que t necesitas
de estudios, has cargado t la mente,
de libros has llenado t el cuarto,
pero el verdadero conocimiento perdiste
siguiendo el falso.
Deja ahora amigo, la bsqueda de tu saber.

Muchos hay que tratan de engrandecerse a s


mismos, desplegando su gran conocimiento;
pero bendito es aquel que hace estril
su mente por amor a Dios.

San Francisco
EL DON DEL SANTO ZAPATERO

l Raj Pipa, un acaudalado monarca Rajput, se sinti


lleno de ansiedad espiritual despus de haber sido Rey durante
varios aos y empez a comprender el sentido del vaco de la
vida humana ordinaria.

Por esos aos, el gran Santo Kabir Sahib haba


abandonado el plano terrestre, pero su gran amigo Sant
Ravidas, el zapatero remendn viva en una pequea choza no
lejos del palacio del Raj Pipa.
Un da hubo una gran feria en las afueras de la capital
del Raj Pipa. Hombres, mujeres y nios abandonaron sus
hogares para visitar la feria y, el Raj pens que esta era una
gran oportunidad para visitar el Santo sin ser visto por sus
sbditos. As pues, fue a la choza de Ravidas en donde encontr
al Santo ocupado en remojar cuero en un recipiente lleno de
agua.

Respetado Santo, por favor, concdeme tu Iniciacin.

Ravidas, replic sealando al recipiente lleno de agua en


el que estaba remojando el cuero y dijo:

Por favor, Raj, bbete esa agua como un don mo.

El Raj tuvo dificultad para ocultar el desagrado que


semejante propuesta le produca. No dijo nada, pero pens
rpidamente, y su mente pronto urdi un plan para engaar al
Santo. Estaba vestido con una larga Tnica de mangas muy
amplias y abrochadas estrechamente en los puos.
Entonces, en vez de beber el agua impregnada de cuero,
la fue vaciando poquito a poco en las mangas de su tnica,
dejando que la tela absorbiese la humedad.
Al hacer esto, pensaba para s mismo:
Esto es un asunto muy extrao. Segn la apariencia de
las cosas, este santo casi me ha mancillado.

Nada de lo que suceda estaba oculto del ojo interno de


Ravidas, porque la mente y los pensamientos del Raj eran para
el como un libro abierto. As cuando el Raj hubo terminado de
pretender que beba el agua, Ravidas le dijo:

Es suficiente por hoy, hermano. Puedes marcharte. El


resto de la iniciacin la llevar a cabo ms tarde.

El Raj se inclin en silencio. Luego, saliendo por la


puerta de la choza, mir de derecha a izquierda para ver si
haba alguien a la vista que pudiese haberlo visto y que pudiese
correr la voz de que el Rey haba estado visitando al zapatero
remendn. Pero todo el mundo estaba ocupado en la feria y las
calles estaban vacas, de manera que el Raj abandon la choza
del Santo y se apresur a regresar a su palacio.
Cuando lleg a sus aposentos particulares, en el palacio,
mand a llamar a su lavandero y le indic que se llevase
inmediatamente la tnica a su casa, como estaba haciendo otra
cosa en ese momento, le indic a su hija que se masticara las
partes manchadas para quitar las manchas ms fcilmente.
La hija empez a masticar la tnica, pero en vez de
escupir el agua saturada de cuero que sala de ella, se la
tragaba. El efecto de tragarse el agua fue milagroso, porque su
visin interna se abri en el acto y, al poco tiempo, todos
aquellos que vivan en la vecindad, saban que haba sido
transformada de una muchacha ordinaria, en una gran santa.
La historia de lo sucedido empez a diseminarse
lentamente por la ciudad y a su debido tiempo, lleg a los odos
de Raj Pipa. Siempre ansioso de encontrarse en presencia de
los santos y otras personas iluminadas, el Raj fue a la humilde
cabaa del lavandero a visitar a su hija. Levantndose, la
muchacha present sus respetos al monarca inclinndose
humildemente ante l. Pero el Raj dijo:

Hija ma, no he venido aqu como Rey, sino como


mendigo. He venido a mendigar limosnas en la forma de visin
interna e iluminacin espiritual.

Seor, cualquier cosa que pueda yo haber recibido, lo


he recibido a travs de tu gracia. Respondi la nia.

El Raj se sinti grandemente sorprendido ante esta


respuesta y le pregunt qu quera decir con eso.

Oh Raj, contest ella, cualquiera que el secreto fuese,


se encontraba en tu tnica.

Una veloz sospecha de la verdad penetr en la mente del


Raj y exclam:

De qu vale todo mi reino, de qu me sirve ser un


Rajput? De qu vale toda la alabanza del mundo?. Ninguna de
estas cosas tiene valor alguno.
March inmediatamente a la choza de Ravidas en donde
se inclin ante el Zapatero y le dijo con gran fervor:
Oh bondadoso y misericordioso Santo: Por favor, vuelve
a darme aquello que me diste cuando vine a visitarte por
primera vez.

Cuando por primera vez viniste a m, dijo Ravidas,


Pens que se trataba de un gran gobernante que vena a la
choza de un pobre Zapatero remendn. Mi deseo fue pues, dar
al gobernante algo que pudiese recordar con placer por el resto
de su vida.

Despus de hacer una pausa, Ravidas continu:

El agua que te ofrec, no era el agua en la que estaba


lavando el cuero. Era el nctar de ambrosia de Sach Khand.
Pero, debido a tu mala suerte, no la bebiste y fue en cambio la
hija del lavandero quien recibi el don. Pero no te preocupes
hermano, ahora te voy a iniciar en los secretos del Naam y por
la devocin a El, volvers a ganarlo todo.

Aquel a quien el Nombre (Naam) fulmina,


Encuentra salvacin.
Y a los dormidos despierta.
Dadu.

Todos miran la externa apariencia,


Y lo que est dentro no ven.
Lo externo es lo que se muestra al mundo,
Pero dentro, se revela a s mismo, Dios.
Dadu.
EL KARMA DEL OFICIAL

n oficial del ejrcito fue en cierta ocasin, enviado


a Kabul. Cuando lleg a la ciudad, encontr que se estaba
librando una dura batalla y que se disparaba una dura batalla
y que se disparaba desde ambos lados del camino. La yegua
que montaba se desboc y a pesar de todos sus esfuerzos para
detenerla, el animal le llev al medio de la refriega y derecho a
las lneas enemigas, con el resultado de que tanto al animal
como el jinete fueron muertos a balazos.

En esos das, haba ciertos mercaderes a los que daba


contrato para proveer las raciones del ejrcito. El oficial muerto
no tena familia propia y haba dejado su dinero en depsito
con un mercader que viva en Rawalpindi. Cuando el oficial
muri, el gobierno avis al pariente ms prximo de ste, para
que retirara sus pertenencias y su dinero. Los parientes
vinieron, recibieron las pertenencias del oficial de manos del
gobierno y se marcharon a sus casas. Pero nada saban de las
dos mil rupias, que el oficial haba dejado con el mercader. Y
ste , se qued con el dinero como si fuera propio en la
creencia de que nadie habra de averiguar el asunto.

Cuando expir el contrato del mercader con el ejrcito,


regres a su casa en Saharanpur y abri un pequeo almacn.
Pasaron unos veinte aos y uno de sus antiguos amigos acert a
pasar por Saharanpur con un grupo de acompaantes, en
camino a Hardwar. El mercader le reconoci inmediatamente
y le invit junto con sus amigos a pasar la noche en su casa y se
ofreci a mostrarles la ciudad. El amigo y su grupo de
acompaantes aceptaron la invitacin.

Esa noche, el mercader hizo preparar un suntuoso


banquete, que todos saborearon con placer. Pero durante el
curso de la cena escucharon un doloroso llanto y lamentos que
parecan provenir de la habitacin contigua.

Quin est llorando all?, pregunt el amigo de


Rawalpindi.

Oh, no es nada, de manera que gozad de vuestra comida


y no os preocupis de ese llanto, replic el mercader.

Pero estaramos ms tranquilos si supiramos la causa de


ello antes de seguir adelante con nuestra comida, insisti uno
de los huspedes.

Ante esto. El mercader suspir profundamente:

Muy bien, dijo. La mujer que llora es mi nuera. Hace


tan solo unos das, que su esposo, que era mi hijo, ha expirado.
De manera que no es ms que natural que se est lamentando
su muerte.

Inmediatamente, los huspedes le ofrecieron sus


condolencias por la prdida de su hijo. Pero al mismo tiempo
quisieron saber cmo es que habiendo perdido tan
recientemente a su nico hijo, el mismo no guardaba luto ni se
lamentaba, sino que en vez de ello, estaba generosamente
agasajndoles como si nada hubiese sucedido. El mercader se
ofreci entonces a contarles toda la historia.

Hace veinte aos, cuando regres de Rawalpindi,


despus de completar mi contrato con el ejrcito, me cas. Dos
aos ms tarde me naci un hijo. Lo criamos, lo educamos y
ltimamente, arregl un matrimonio para l. Pero
inmediatamente despus del matrimonio, cay enfermo y , a
pesar de todos los cuidados que se le depararon del nmero de
mdicos que se llamaron a su cabecera, no demostraba signos
de mejorar en su salud.

ltimamente, cuando ya los mdicos abandonaron toda


esperanza, hice venir a uno de los sacerdotes Musulmanes para
ver si poda sanarle. El sacerdote recit algunas palabras y
cuando hubo terminado, le di dos rupias y media, que era todo
lo que en ese momento tena en m bolsillo.

Tan pronto como haba hecho esto, mi hijo empez a


rer. Viendo esto, el sacerdote Musulmn se mostr muy
complacido indic que su tratamiento estaba ya dando buenos
resultados estaba seguro, que el joven tendra una pronta
mejora. Cuando el Musulmn se hubo marchado. Le pregunt
a mi hijo que como se senta. Dijo que se senta perfectamente
bien. Qu quieres decir con eso?, le pregunt. Y l me
contest:

Hace veinte aos dej un depsito contigo, dos mil


rupias. En el intertanto fui muerto en la rebelin de Kabul. T
te guardaste ese dinero que no te perteneca y he venido como
hijo tuyo para reclamar ese dinero.
Las dos rupias y medias que acabas de darle al
Musulmn era lo que faltaba del total de dos mil rupias.
Cuando t las gastaste en pagar un servicio prestado a m,
nuestras cuenta estuvieron saldadas.
Esta mujer ma, era la yegua que yo montaba ese da y
que fue la causa de mi muerte, por la forma que me hizo morir,
tendr que sufrir cuando yo muera y eso saldar mis cuentas
con ella.

Y el mercader sigui diciendo.

Ahora, caballeros, el oficial ha muerto, y la yegua est


llorando. Por quin debo yo lamentarme, por la yegua o por el
oficial?, As pues, sean Uds., bondadosos, olviden el asunto y
gocen de su comida.

Cuando todos volvieron a su alimento, el mercader dijo:

Es tal como el Guru ensea. Familia, amigos, parientes,


todos se encuentra solamente como resultados de sus karmas y,
tan pronto como las deudas son saldadas, cada cual sigue su
camino.

Este mundo es como una posada a la que la gente viene


de todos lados a pasar la noche. Pero al llegar la maana, cada
cual sigue su camino.

Al atardecer, las aves en las ramas se renen.


Unas chillan agudamente, otras dulcemente cantan
Y a la madrugada todas vuelan por su lado.
Guru Arjan.

Nacimiento y muerte es la ley de la vida;


Oh, hermano, de acuerdo a la divina orden,
Vamos y venimos.
Guru Nanak.

Aquello que siembras, eso cosechars.


Cristo.
EL LADRN DEL GURU

hai Gurdas, era to del Guru Arjan y al mismo


tiempo, su devoto discpulo y persona de gran espiritualidad.
En cierta ocasin compuso la siguiente poesa y la ley a su
Maestro:
Si una madre impa es, castigar a su hijo, no concierne.

Si una vaca un diamante traga, abierta su barriga no debe


ser.

Si un marido no es fiel, su mujer imitarlo no debe, ni perder


su castidad.

Si un Rey, moneda de cuero emite, sus sbditos no se deben


preocupar.

Si una dama de gran casta al vino se entrega, la gente no debe


tomarlo a mal.

Si el Guru prueba el discpulo, la fe del discpulo no debe


vacilar.

El Guru Arjan escuchaba atentamente mientras Bhai


Gurdas lea.

Cuando hubo terminado, el Guru Arjan se dijo para s


mismo:

Todas estas cosas son ms fciles de decir que de hacer,


vamos aprobar su fe.

Volvindose a Bhai Gurdas, le dijo:

To, necesito comprar algunos caballos en Kabul. Quisieras


t, hacer este negocio por m?.

Naturalmente, replic Bhai Gurdas.

En aquel tiempo no exista el papel moneda, ni siquiera,


las monedas pequeas de plata. Slo se usaba como moneda, los
soberanos de oro. As pues, el Guru Arjan llen varias bolsas y
las puso en fuertes cajas de madera. Estas se cargaron sobre los
lomos de unas mulas y, Bhai Gurdas, con un nmero de otros
discpulos emprendi la larga y dura jornada de labor a Kabul.
Bhai Gurdas, era un hombre de mucha erudicin y tena gran
conocimiento de las escrituras Sikhs. A causa de esto, se dio
conferencias religiosas en muchas de las aldeas por las que
pasaba la caravana. Al cabo de cierto tiempo, despus de haber
cruzado los temibles desfiladeros del paso de Ryber, llegaron a
Kabul, que se encuentra enclavado entre los picos cubiertos de
nieve del Hind Kush. All plantaron sus carpas, en las afueras
de la ciudad.

En el gran mercado o feria de ganado, Bhai Gurdas


regate con los chalanes o negociantes de caballos pathanos, y
compr los mejores animales a Lahore, en suaves jornadas. Bhai
Gurdas, invit a los mercaderes pathanos a su carpa para
pagarles. Dejando a los chalanes afuera. Bhai Gurdas, entr a la
carpa para sacar el dinero suficiente para cubrir el precio de los
caballos. Abriendo unas cuantas cajas, sac el requerido
nmero de bolsas. Pero algo andaba mal. Lleno de ansiedad,
abri las bolsas. Todas y cada una de ellas estaba llena de
piedras, en vez de oro.

Bhai Gurdas, se sinti lleno de temor porque conoca


perfectamente bien la salvaje naturaleza de pathanos.

All estn, pens. Fuera de la carpa, esperndome y yo no


tengo nada que pagarles, y si no les pago me harn pedazos.

Su mente trabaj rpidamente ideando un plan para


salvarse. Tan grande fue su miedo, que incluso olvid pedir la
ayuda de su Satguru. Decidi que la nica manera de salvarse
era rasgar la parte posterior de la carpa, escapar por el agujero
y correr lo ms rpidamente posible. Esto lo hizo y con gran
buena suerte, no fue sorprendido.

Lleno de vergenza de presentarse ante Guru Arjan,


pas rpidamente a travs de Lahore, dej a tras a Amritsar y se
hizo, y se dirigi a Casi, cientos de millas al Este.

En el intertanto, los miembros de su caravana que


estaban en Kabul, entraron en la carpa para ver por qu se
demoraba tanto, en pagar a los mercaderes pathanos.
Encontraron abiertas todas las cajas de madera y llenas de oro.
Pero no haba ni sea de Bhai Gurdas. Observaron sin embargo,
que haba un hueco en la parte posterior de la carpa.
Para apaciguar el clamor de los pathanos, los discpulos
les pagaron y emprendieron el camino a Lahore en donde
encontraron al Guru Arjan lo que haba sucedido.

Ahora, una persona de santidad como era Bhai Gurdas, no


importa donde se encuentre, se interesa solamente en asuntos
espirituales y en dar conferencias religiosas. As pues, cuando
Bhai Gurdas, se hubo establecido en Rashi, empez a exponer
las grandes verdades espirituales conocidas por todos los Santos
y Maestros perfectos. Cientos y luego, miles de personas
vinieron a escucharle y finalmente, el mismo gobernador de
Rashi, vino a escuchar los bellos y brillantes relatos sobre la vida
espiritual.

Despus que hubo transcurrido algunos meses, el Guru


Arjan envi una carta al Gobernador de Rashi, en la que
escribi:

Hay un ladrn, en Rashi, que me ha robado. Os estoy


escribiendo para que tengis la bondad de hacerle prisionero,
de atar sus manos, y de envirmelo. No tendris que buscar
mucho al ladrn. La sola lectura de esta carta en los lugares
pblicos ser suficiente para encontrarle, porque el mismo se
presentar, apenas oiga la lectura de esta carta.

A su debido tiempo, la carta fue leda en el lugar donde


Bhai Das estaba disertando ante una gran multitud. Apenas oy
el contenido de la carta, se levant y dijo:

Yo soy el ladrn del Guru.

Los que le escuchaban se sintieron atnitos.

Tu jams podras ser un ladrn, porque eres un hombre


Santo, le dijeron.

El ladrn debe ser otra persona.

Yo soy el ladrn. No hay duda de ello. Les ruego que amarren


mis manos para que no pueda escapar.

Nadie se adelant para hacer esto, porque era imposible


pensar en atar las manos de un hombre santo, como si fuera un
vulgar ladrn. Entonces, Bhai Gurdas, se desat su propio
turbante, lo cort en dos y amarr sus manos. En esta situacin
se puso en camino a Lahore, para encontrar a su amado Guru.
Lleno de inmenso amor, viaj la distancia de cientos de millas
en un xtasis de alegra y felicidad.

Cuando finalmente lleg al cabo de su jornada, y se


present ante el Guru Arjan, el Guru dijo:

Bhai Sahib, ten la bondad de repetir aquella poesa que me


leste antes de que te enviara a Kabul.

Pero Bhai Gurdas, habiendo sido probado y pasado por


algunas amargas experiencias que pusieron a prueba, su amor
y fe , cay a los pies del Guru y exclam:

Si una madre, veneno da a su hijo, Quin lo salvar?.

Si el cuidador entra a robar en la casa, Quin la proteger?.

Si el gua descarra al viajero, Quin puede volverle al


correcto sendero?

Si la cerca empieza a comerse el sembro, Quin lo puede


salvar?.

Si el Guru prueba al discpulo, Quin puede ayudarle a


permanecer firme?.

Solamente el Satguru, por medio de su gracia y poder


puede ayudar al discpulo a permanecer firme y lleno de
devocin, en medio de circunstancias como sta.

Al Guru, quin es Dios, adora t con toda tu alma y


corazn. Porque El da vida y fe y a todos sustenta El.

Guru Nanak.
LA NATURALEZA DEL FUEGO

uthra era un iluminado Fakir excepcionalmente


resuelto y atrevido un da, un amigo vino a l y le dijo:

Un famoso hombre de Santidad ha venido, es


sumamente reverenciado por todos, en estos contornos.
Vamos a visitarle.

Suthra accedi, y caminaron hasta la cabaa del Santo y


le saludaron al llegar, inclinndose profundamente y diciendo:

Alabado sea el Seor Misericordioso.

El hombre devolvi el saludo y les invit a sentarse cerca


de l.

Despus de permanecer silenciosos durante algunos


minutos, Suthra pregunt al hombre:

Tienes un algo de fuego?, necesito un poco.


No, no tengo fuego por el momento , contest el
hombre.
Nuevamente se produjo un perodo de silencio. Pero al
cabo de algunos minutos, Suthra pregunt de nuevo:

Oh, Sadhu, tienes un poco de fuego?.


Ya te he dicho que no tengo fuego, contest el hombre
ligeramente molesto.

Pero esta respuesta no pareci cuadrarle a Suthra, porque


inmediatamente, pregunt por tercera vez:
Sadhu, necesito grandemente un poco de fuego, ten la
bondad de darme un poquito.

A esto, el hombre Santo se irrit violentamente y replic


con gran calor:
Oh, hombre loco, deja ya de pedirme fuego Acaso no
puedes comprender lo que te he dicho?, tres veces te ha dicho
ya, que no tengo fuego. No es suficiente?. Vas a seguir
repitiendo una y otra vez tu estpida pregunta?.

Suthra permaneci en silencio, y no se perturb en


absoluto, pero tan pronto como el Santo hubo terminado su
arenga dijo:

Hermano, verdaderamente necesito un poco de fuego.


Ests seguro de que no tienes algo de fuego? .

Ahora, verdaderamente lleno de ira, el Santo cogi una


vara que estaba en el suelo y avanz hacia Suthra. Levantando
la vara, le golpe hasta que esta de rompi. Suthra, soport
sonriente el castigo y dijo:

Paz hermano, mi pregunta ha sido contestada. Yo vi y


ol fuego, cuando recin entr en tu cabaa, de manera que
saba que haba fuego aqu. Y ahora, como todo el mundo
puede ver, el fuego se ha encendido y est ardiendo con airadas
llamas. Y sin embargo, por extrao que parezca, insistas en
que no tenas fuego.

Comprendiendo lo que haba estado todo el tiempo en la


mente de Suthra, la ira del hombre desapareci en el acto.
Inclinando su cabeza con vergenza, dijo con voz humilde:
Gracias hermano por tu leccin, la conservar en mi
corazn y tratar de enmendar mi conducta.

El mundo se ha descarriado, absorto en la ira y la lujuria:

Kabir dice: No olvides al Supremo Dios de dioses,


Que es el ms alto de los altos.
Kabir.

El hombre lava su cuerpo con agua. Pero en su


corazn hay malignidad de toda forma.

Ravidas.
LA LTIMA VOLUNTAD DE
ALEJANDRO EL GRANDE

uando despus de haber conquistado la mayora del


mundo conocido hasta entonces, guiaba Alejandro el Grande,
sus ejrcitos por el Noreste de India y se decida ya a regresar
a su tierra natal, consult a sus astrlogos y les pregunt si
podan decirle cundo y de qu manera iba l a morir.

Despus de un cuidadoso estudio, el astrlogo principal le


dijo al gran conquistador:

Oh poderoso Rey, Nuestros clculos demuestran que no


morirs hasta que la tierra se vuelva hierro y el cielo se
transforme en oro.

Ah, pens Alejandro para s mismo. Milagros como estos


demoran edades eternas en suceder, no hay duda de que vivir
aun muchos aos.

Pero cuando cabalgaba hacia Persia, sufri un severo


ataque de malaria al pasar por el Desierto de Seistan, que se
encuentra ahora en Afganistn. A su primer Ministro que
cabalgaba a su lado. Alejandro le dijo:

Siento que he contrado una fiebre maligna. Mis fuerzas


me han abandonado y no puedo cabalgar ms.

Ante esto, el Ministro lleno de ansiedad, dijo:


Oh Seor, te ruego cabalgues un poco ms. Es posible que
encontremos un rbol, bajo cuya sombra puedas acostarte y
descansar.

Siguieron viajando por el desierto bajo el quemante sol.


Pero despus de dos o tres millas, Alejandro se sinti tan dbil
que ya no pudo seguir cabalgando. Desmontando de su caballo,
se acost bajo la ardiente arena, boqueando por aire.

El angustiado Ministro no tena sino un solo


pensamiento.... como dar comodidad a su amo y protegerle del
lacerante sol. Para hacer una cama suave para el gran Rey se
sac su cota de malla de acero que en aquel tiempo vestan
todos los guerreros y que estaba forrada de cuarenta capas de
seda para amortiguar, los golpes de espada. La tendi en el
suelo y Alejandro descans en la mullida cama de seda. Luego
el Ministro levant su escudo para proteger del sol el rostro de
su seor.

Exhausto por la fiebre y revolvindose sin descanso de un


lado a otro, Alejandro acert a mirar hacia arriba y vi el
escudo del oficial. Vi que estaba ricamente decorado con
bandas de oro. Entonces se acord de la predicacin de sus
astrlogos.

Oh, que loco he sido de alegrarme por lo que me dijo el


astrlogo, gru, porque aqu se ha hecho verdadera la
prediccin. La tierra sobre la que estoy acostado es de hierro, y
el cielo que est sobre mi cabeza es de oro.

Fue en ese momento que los mdicos reales llegaron y


examinaron al conquistador del mundo.

Vuestra Majestad, le dijeron. No vale la pena tratar de


engaaros. En estos momentos estis a las puertas de la
muerte.

No hay ninguna clase de remedio?. Boque Alejandro.

No, Seor. La fiebre es demasiado elevada. No hay


ninguna medicina que pudiera salvaros ahora.

El poderoso Rey se sinti desesperado al escuchar estas


palabras. Pero a pesar de su agotamiento, todava se resista a
creer que la muerte estuviera tan cerca.

Oh fiel amigo, dijo a su primer Ministro. Anuncia en


acto que dar la mitad de mi reino a cualquier hombre que me
permita vivir lo suficiente para volver a ver a mi madre. Qu
decs Oh Mdicos? No es posible?.

No Seor, se vieron obligados a decirle los mdicos. Slo


te quedan unos pocos minutos de vida.

Lleno de pnico, Alejandro grit con fuerte voz:

A quin quiera, que me lleve junto a mi madre, le dar


todas mis conquistas, sin reservarme nada. En cuanto a m,
vivir de limosnas.

Vuestra Majestad, le dijo el mdico en grave tono, no


queda ya ni un solo aliento y nada hay que pueda impedir
vuestra muerte.
Ante esto, el terror de las Naciones rompi a llorar como
un nio.

Un Santo que por all pasaba y que se haba detenido a


mirar en silencio, al agonizante Rey, se acerc al primer
Ministro:

Oh Excelencia, dijo, que lstima que tu amo haya


desperdiciado su vida por nada. Porque la conquista del
mundo, es nada cuando se le compara con el gran Don de los
Santos... el Naam, el Nombre Sagrado. Esto es algo que puede
liberarte para siempre del mundo y conducirte a los Reinos
superiores de felicidad en donde los pensamientos de
sangrientas conquistas son desconocidos.

Con batir los tambores proclamo yo, tus alientos se pierden


sin ser usados. Estos mismos alientos podrn comprar los
Reinos interiores.
Kabir

Cuando uno ha perdido lo que era de uno


abandona todo orgullo de nacimiento,
cuando la vanagloria ha desaparecido, entonces,
est uno cara a cara con el Creador.
Dadu.

Emperadores ante quienes fuertemente armados


reyes humildemente inclinaron sus cabezas en
incontable nmero;
que poseyeron grandes elefantes con gualdrapas de
oro, orgullosos y pintados de brillantes colores;
millones de caballos ms veloces que el viento
que corrieron por el mundo entero,
Qu importa cun poderosos estos emperadores fueron?.
Todos finalmente, sin nada se fueron y descalzos los pies.
Guru Gobind Singh.
LA VOLUNTAD DE DIOS

O LA VOLUNTAD DEL HOMBRE?

athan, que era un gran Mahatma, tena una hija de


edad casadera, y de acuerdo a la costumbre, su mujer le pidi
que consultase con un sacerdote para encontrar un esposo
apropiado y fijar una fecha auspiciosa para el matrimonio.

Esta no era una tarea agradable para Jathan, ya que sus


intereses se encontraban dirigidos en una direccin totalmente
diferente. Siempre impregnado del amor al Seor, se senta
feliz, en la voluntad de Dios, y haba convertido en una
prctica el dejar sus asuntos en manos de l. Porque al hacer
as, saba por larga experiencia que las cosas siempre
resultaran mejor.

Sin embargo, urgido por su mujer, el santo varn fue a la


casa de un conocido Pundit, para hablar con l de la fecha del
matrimonio de su hija y de encontrar un esposo apropiado. Al
entrar en la casa, se encontr con la hija del Pundit, una joven
mujer que haba quedado viuda. Esto es algo que
verdaderamente da para pensar, dijo Jathan para su interior,
todo el mundo va a los Pundits para encontrar las fechas ms
afortunadas para los matrimonios de sus hijos y he aqu que la
propia hija de este Pundit, es ya viuda. Escogi su padre una
fecha auspiciosa para su matrimonio?.

Decidi posponer su visita al Pundit y se puso a caminar


calle abajo. Al tiempo, paso frente a la casa de un mdico.
Dentro, se vea una gran cantidad de gente que lamentaba y
lloraba estrepitosamente. Jathan le pregunt al sirviente, que
estaba parado fuera de la casa:

Cual es la causa de tan dolorosa lamentacin? Ha


habido alguna terrible calamidad.

No, respondi el sirviente, pero el hijo del mdico acaba


de morir.

Nuevamente esto hizo que Jathan, se pusiera a


reflexionar, sobre la manera en que las cosas suceden en el
mundo.

He aqu un mdico que se esfuerza al mximo para


salvar la vida de su nico hijo. Se dijo. Y sin embargo, a pesar
de sus ms expertos tratamientos, el hijo muere. Por qu este
mdico no pudo salvar a su hijo?.

Mientras le daba vueltas a esta pregunta dentro de su


cerebro, una voz del cielo le dijo:

Quin puede oponerse a la voluntad de Dios?. Cul


crees t Jathan que prevalecer?. La voluntad de Dios o las
ideas y esfuerzos del hombre?.

Mientras caminaba por la polvorienta calle, sonriendo


suavemente para sus adentros, Jathan dijo:

Las casas de los mdicos, estn de luto,


las de los Pundits estn llenas de viudas
vuelve a tu casa, Oh, Jathan,
y no busques el compaero o el momento auspicioso.

El fin supremo se logra,


cuando las dos corrientes
de Amor y Renunciacin,
Se mezclan, fluyendo juntas
hacia el mar.
Jafa.

Que vuestros corazones no se turben,


porque nada sin la voluntad de Dios sucede.
Ni una hoja se agita ni una mano se mueve,
ni un ojo pestaa, ni una lengua habla,
ni un odo oye sin la voluntad de Dios.

Parasi.

En un momento el Actor transforma al insecto


en un elefante. De elefante, forma El, un insecto.
Nadie, su trabajo puede hace
Dadu.
OH DIOS: PRENDE FUEGO AL PARASO

abia Basri, la Santa de Basra, estaba un da llorando


como si su corazn se fuera a romper. Los vecinos, al or sus
angustiados sollozos, se acercaron a ella y le oyeron decir:
Oh Dios, prende fuego al paraso, y vierte agua en los
fuegos del infierno, Te lo ruego. Entonces la gente orar a Dios
solamente por amor a l y no por las esperanza de recompensa
o temor al castigo.

De la misma manera, Sheik Abu Bakr Shibli se sinti un


da dominado por un sentimiento similar cuando estuvo en la
Meca. .Al terminar de realizar sus devociones, tom en sus
manos un carbn encendido y fue hacia la sagrada Kaaba, la
inmensa piedra negra que hay en la Meca, que fue y que es an
objeto de veneracin por parte de todos los Musulmanes.

Qu ests haciendo? A dnde ests yendo?.


Preguntaba la gente al Santo cuando pasaba al lado de ellos.
Shibli les deca:

Voy a la Kaaba y la voy a reducir a cenizas. Entonces la


gente dejar de pensar en la casa, para pensar en el Amo de la
casa.

Al da siguiente, se vi nuevamente a Shibli por las calles


de la Meca. Sus ojos brillaban de devocin y en cada una de sus
manos llevaba un pedazo de madera encendida.

Oh, Shibli: a dnde vas? A qu ests tratando de


prender fuego hoy?, preguntaba la gente.

Shibli contestaba:

Voy a prender fuego al cielo y al infierno. Entonces la


gente no ansiar el uno ni temer al otro y amarn a Dios
solamente por amor a l.

La humanidad corre tras la salvacin,


los cielos y los parasos, sin cesar ansa.
Pero del Seor los amantes, ni siquiera
piden la salvacin, con su presencia tan
solo se satisfacen.

Guru Ramdas.
ORDENES SON ORDENES

n cierto nmero de aldeanos vino una vez a donde


Sheik Farid, el gran Santo Musulmn y le dijeron:
Respetado Seor, el ro de nuestra localidad ha cambiado
su curso y est ahora atravesando nuestros campos y los
terrenos donde nuestras casas estn construidas. Por favor,
intercede en beneficio nuestro ante el Seor y haz que el ro
deje de destruir nuestras casas y nuestros campos.

Sheik Farid fue inmediatamente con los aldeanos hasta la


orilla del ro y le habl de esta manera al ro:

Qu dao te han hecho estos aldeanos que les


arrebatas sus campos y sus moradas? Olvidas tal vez que un
da tendrs que pagar duramente por esta maldad?.

Apenas termin de hablar el Santo, brot un fuerte, pero


musical sonido que era la voz del ro y dijo:

Oh, Farid, este no es un acto mo. Estoy actuando bajo


rdenes del Ser Supremo y no tengo opinin en el asunto.
Aquello que el manda, yo debo obedecer. Yo soy solamente su
humilde servidor.

Al escuchar la explicacin de lo que estaba sucediendo


Sheik Farid, pens unos momentos para decidir el mejor curso
de accin. Luego pidi una pala a los aldeanos y se puso a
ayudar al ro a penetrar en la tierra de labor. A los aldeanos les
dijo:

Hermanos, yo, igual que el ro, no me permito opinar


cuando el Seor da una orden. Debo obedecer la voluntad del
Seor y ayudar al ro a ejecutar su Orden.

El verdadero Santo de Dios,


a l conoce de cerca todas las horas,
del da y la noche, y dulce es para l
la voluntad de Dios y todo lo que ordene Dios
y dulce es para l, la Voluntad de Dios.

Guru Nanak.
SHEIKH SHIBLI
Y LOS DOS ASPIRANTES

os hombres vinieron una vez a Sheikh Shibli a


solicitarle la iniciacin. Shibli, cuya visin interna haba sido
abierta, vi de inmediato que uno de ellos era merecedor de la
iniciacin y el otro no. Por lo tanto les dijo que vinieran
separadamente a l, ya que cada cual deba ser tratado en
forma distinta.

Cuando vino el primero, Shibli le pidi que recitara el


Kalma. El hombre dijo: Por favor, dime exactamente Qu es
lo que debo decir?

Dios es uno, nada hay fuera de l, y Shibli es su profeta.


Contest Shibli.
Al or esto, el hombre exclam: Oh, Dios me libre de
decir semejante cosa.

Incluso mientras el hombre protestaba, Shibli segua


repitiendo las mismas palabras. Y el hombre que estaba atnito
y horrorizado grit:

Por qu hablas de esta manera?, Qu es lo que quieres


decir? Ests fuera de ti?.

Por favor, amigo, dijo Shibli: Dime t primero Por


qu hablaste como lo hiciste al decir: Oh, Dios me libre de decir
semejante cosa?.
Rudamente y sin vacilacin alguna, el hombre contest:

Pues es perfectamente claro y fcil de ver Por qu dije eso,


lo dije porque t eres un farsante. Quin eres t?, eres un
fakir, como cientos de otros y sin ningn mrito. Y sin embargo
pretendes ser el mismo profeta de Dios.

El hombre se retuvo a recobrar su aliento y luego pregunt:

Y ahora, Oh mentiroso, explcame Por qu pronunciaste


esas palabras?.

Las pronunci porqu estaba a punto de conceder un don


de precio incalculable a una persona que no lo mereca, dijo
Shibli suavemente y con gran dulzura en su voz, y luego
agreg:

Querido amigo, creo que no debiste haber venido a m.


Ser mejor que vayas a algn Mullah, en una mezquita.

Cuando se present el segundo hombre, Shibli repiti


nuevamente:

Dios, es uno, nadie hay excepto El. Shibli es Su Profeta.

Oh, que lstima tan grande, dijo el hombre con un suspiro


de desencanto. Soy un buen Musulmn y tengo el Corn en mi
casa. El Corn nos habla de Mahoma y de otros Profetas de
Dios. Si solamente eres un profeta, no tengo ninguna necesidad
de ti, porque yo ya soy un seguidor del profeta.

Qu es entonces lo que estabas t buscando, hermano?


pregunt Shibli.
Vaya, que otra cosa podra yo estar buscando, sino un
verdadero Fakir, uno que sea Uno con Dios Mismo, exclam el
hombre. Siempre me he dicho que esos hombres-Dioses
existan y que pueden ensear sus disciplinas para que uno
tambin pueda convertirse en Uno con el Supremo, con el
Amado Seor. Mucho me han dicho que T eras esa clase de
hombre que es Uno con Dios, y ahora, resulta que solamente
eres un profeta.

Tristemente, se volvi para irse, pero Shibli, le arroj los


brazos al cuello y le abraz calurosamente dicindole:

Hermanos de hermanos. T eres merecedor. T eres un


verdadero Amante de Dios. No tengas ms dudas ni temores,
porque ser para mi una gran alegra concederte el don de la
Iniciacin en el Naam, el verbo que es con Dios, que es Dios.

El Guru hizo que el supremo tesoro del conocimiento de


Dios, entrara en mi corazn, en mi corazn entr el que El y
Dios, son Uno.
Dhanna.

Al explorar el ocano del cuerpo,


una maravilla he descubierto yo:
El Guru es Dios y Dios es el Guru.
Entre ellos, Oh Nanak, diferencia no hay.
Guru Nanak.

Yo y mi padre, somos Uno.


Cristo.
SHUKH DEV Y EL REY JANAR

hukh Dev, era el hijo del Rishi Ved Vyas y


debido a sus previos sanskaras (impresiones de vidas
pasadas), tena el Verdadero conocimiento desde el vientre de
su madre. Se resista a nacer porque tema ser arrastrado
por Maya (ilusin). Finalmente, y en beneficio suyo, el Seor
tuvo que suspender las operaciones de Maya durante una hora
para que as, Shukh Dev, pudiera nacer en este mundo.

Poco despus de su nacimiento, Shukh Dev empez a ir


al bosque diariamente a continuar sus devociones y llevaba a
cabo rigurosamente sus prcticas espirituales. Un da, mientras
estaba meditando, se le ocurri que debera ir al templo de
Vishnupuri, y ver cara a cara a aquel a quin recordaba
diariamente. Pero cuando lleg al templo, le negaron la
entrada. Los cuidadores del templo reportaron esto al Seor
Vishn y este dijo:

Shukh Dev, lo siento mucho, pero t no tienes Guru. Y


nadie puede entrar aqu sin tener Guru.

Shukh Dev, regres a donde su padre y le cont lo


sucedido esa maana. Era un nio vano y pensaba que por el
hecho de ser el hijo de un gran Rishi, que haba l mismo
llevado a cabo durante mucho tiempo sus prcticas espirituales,
no tena necesidad de tener un Guru. Pero despus de escuchar
las palabras del Seor Vishn, pidi consejo a su padre sobre
quien debera ser seleccionado como su Guru. Su padre le
contest:
Solamente hay un Guru que te puedo yo sugerir, es el
Rey Janak.

Padre, espero que no hayas perdido tu cordura, replic


Shukh Dev. Qu hay de comn entre un Rey que es de la clase
de los Castrillas y un Brahaman como yo? El es un Rey, un
Emperador, yo soy un Sanyasin, cmo puedo tomarlo como
Guru?

No hay nadie ms que pueda ser tu Guru. Le contest su


padre.
Doce veces le aconsej el padre de Shukh Dev que fuera a
ver al Rey Janak. Pero siempre, debido a las dudas que le
asaltaban, el muchacho regresaba antes de llegar a donde el
Rey. Una vez incluso lleg hasta el mismo palacio, pero al ver la
gran riqueza del palacio y la gran cantidad de gente mundana
que all moraba, pens que el Rey era dado a los placeres
sensuales y no se sinti preparado para aceptarle como su
Maestro.

La regla es uno mismo se hace dao y pierde sus mritos


si uno sospecha o culmina en calumnia a una alma realizada.
Mientras ms sospechas y dudas abarcan el alma de Shukh
Dev, mayor era la prdida que sufra. Cuando por dcima
tercera vez, fue enviado por su padre a donde el Rey, el sabio
Narad, se apiad de l y pens:

Esta pobre alma est perdiendo todos sus mritos y debe


ser salvada.

Haba un pequeo ro en el camino que conduca a la


casa de Shukh Dev, Narad se disfraz como un viejo
Brahamn, y empez a cargar tierra en un canasto y arrojaba la
tierra en el agua. Pero, naturalmente la corriente arrastraba la
tierra.

Entonces, el hombre tena otra canastada de tierra que a


su vez era arrastrada por el agua. Cuando Shukh Dev vi esto,
pens para s mismo:
Este pobre anciano est tratando de represar al ro, pero
de esa manera no lograr hacerlo nunca porque el agua
arrastra la tierra que l logra traer en su canasto. Entonces se
acerc as:

Mira anciano, escchame, le dijo: primero busca


algunos pedazos de madera, colcalos en posicin, trae luego
grandes chambas de tierra, y luego podrs traer la tierra en
tu canasto. Slo as podrs construir una pequea represa sobre
el ro. De otra manera, puedes seguir arrojando tierra al ro por
el resto de tu vida y solo conseguirs malgastar tu esfuerzo.

Yo solamente estoy perdiendo el esfuerzo de un da,


dijo Narad. Pero hay un jven que es mucho ms loco que yo.
Es Shukh Dev, el hijo de Ved Vyas. Porque hasta ahora, ya ha
perdido doce de los catorce mritos que posee. Solamente
quedan dos.

Cuando Shukh Dev oy esto, se desmay de la impresin.


Mientras tanto Narad desapareci.

Al volver Shukh Dev en s, se encontr solo y no se vea


por ninguna parte el anciano. Pero recordando las palabras que
ste le haba dicho, se apresur a regresar al palacio del Rey
Janak. Como todava tena su cierto orgullo por ser el hijo de un
gran Rishi, pens que posiblemente el Rey se adelantara a
recibirlo. Pero nadie sali a su encuentro.

Cuando lleg al gran portn del palacio y envo el


mensaje de que Shukh Dev, el hijo del Rishi Vyas, haba venido
a ver al Rey Janak, la orden que el Rey dio, fue:

Que permanezca esperando donde est.

Sucedi que Shukh Dev estaba esperando en el lugar en


donde se arrojaban los desperdicios del palacio por sobre el
muro y, como resultado de eso, pronto estuvo enterrado en
basura y suciedad.

Pasaron cuatro das y entonces, el Rey Janak pregunt:

Qu ha sucedido con Shukh Dev, el hijo de Ved Vyas,


que vino a hablar conmigo?.
Un cortesano replic:

Est todava parado esperando afuera.

A estas alturas, Shukh Dev ya no poda moverse ni hacia


delante ni hacia atrs, porque estaba enterrado en el montn de
basura. El Rey orden:

Que se le haga entrar, que se le bae, se le vista y que se


le traiga a mi presencia.

El Rey Janak saba que Shukh Dev, se senta orgulloso de


su renunciacin y que consideraba al Rey como un hombre
entregado a placeres sensuales y entonces cre un milagro para
l. Cuando entr en la habitacin del Rey, vio que una de las
piernas del Rey, era masajeada por una hermosa doncella,
mientras que la otra estaba metida en un horno caliente.

Al ver esto Shukh Dev, se dio cuenta del gran error que
haba estado cometiendo todo el tiempo al considerar al Rey,
una persona dada a los placeres sensorios, cuando era en
realidad, un gran Mahatma.

En el intertanto, el Rey cre otro milagro. Un servidor


entr corriendo a reportar que toda la ciudad estaba
incendindose. El Rey dijo:

Es la voluntad de Dios.

Lleg otro hombre a reportar que la corte del Rey estaba


reducida a cenizas.

Es la voluntad de Dios, dijo el Rey serenamente.

Las nuevas que a continuacin llegaron, eran que el


palacio mismo del Rey se estaba incendiando. Pero todava el
Rey demostr sentirse muy contento de resignarse a la Voluntad
de Dios.

Shukh Dev, pens que el Rey era un loco porque segua


repitiendo que era la voluntad de Dios pero no haca nada para
impedir que el fuego siguiera haciendo dao. El Rey saba lo
que pasaba en la mente de Shukh Dev. Este, recogi su atado y
se dispuso a huir, pero el Rey le agarr por un brazo y le dijo:

Mira, toda mi riquezas y posesiones han sido reducidas a


cenizas, pero yo no me he preocupado por ellas. Ahora, cuando
el fuego ha llegado al palacio, te apresuras a recoger las
miserables pertenencias que tienes en tu atado y te preparas a
huir. El costo de lo que ah llevas es una miseria. Date entonces
cuenta... Quin es un mayor renunciante... T o Yo?

Shukh Dev, se qued inmvil y se dio cuenta de que el


verdadero renunciante era el Rey. Rog al Rey que le
concediera la iniciacin del Naam; pero este replic: No, no lo
mereces.

La verdad era que a pesar de todas las pruebas que Shukh


Dev haba pasado no estaba listo para recibir la Iniciacin.

El Rey Janak orden a sus oficiales que prepararan un da


de gala a travs de la ciudad, festividades, bailes, comedias y
toda clase de espectculos que deban ser preparados en honor
a Shukh Dev y deban servirle de entretencin.

Cuando todo estuvo listo, el Rey Janak pidi a Shukh Dev


que fuera a la ciudad y gozara de la alegra y esplendor que se
haba preparado en honor suyo.

Pero, dijo el Rey. Lleva contigo una taza de leche a


dondequiera que vayas.

El Rey Janak orden entonces a un oficial que deba estar


al mando de la escolta de Shukh Dev, que diera un paso
adelante y le dijo:

Lleva a Shukh Dev, por toda la ciudad, que lo vea todo


sin perder detalle. Tenemos que hacer lo posible por honrar a
nuestro husped. Pero si Shukh Dev, derrama aunque no sea
ms que una gota de leche de esta taza, mis rdenes son que le
cortes la cabeza en el acto.

Acompaada de su magnfica escolta vestida con


uniformes magnficos, Shukh Dev march por la ciudad, y
regres por la noche al palacio del Rey Janak.

Me alegro que haya visto las celebraciones que se han


llevado a cabo en tu honor, le dijo el Rey. Haz gozado del
espectculo?, Encontraste algo que no te agradara?.

Oh, Rey, contest Shukh Dev, no pude ver nada del


espectculo, porque en toda mi mente estaba concentrada la
taza de leche, por temor de derramar una gota y perder mi
vida.

El Rey Janak se sonri.

Shukh Dev, le dijo, as es como yo vivo en medio de esta


grandeza y esplendor. No veo nada. Porque en todo momento
mi mente est centrada en el Seor, porque yo tambin temo
perder mi vida.

Imagnate, sigui el Rey, que la taza es la muerte, la


leche que contiene es tu mente, y las festividades son los
placeres del efmeros y los esplendores del mundo. Yo paso por
este mundo con mucho cuidado, para que la leche de la mente
no se derrame o se agite y en todo momento mi atencin est
concentrada en El. Porque incluso, un momento sin pensar en
El sera para m como la muerte.
El rey pudo ver que la mente de Shukh Dev, estaba ahora
limpia de orgullo y que estaba listo. Fue entonces con placer
que le concedi la iniciacin en los secretos del Verbo.

Cuando Shukh Dev, regres a su casa despus de haber


sido iniciado, su padre le pregunt si haba encontrado a un
Guru. Shukh Dev, dijo que lo haba encontrado. El padre le
pregunt entonces como era el Guru. Shukh Dev permaneci
en silencio. El padre pregunt entonces:

Era el Guru como el Sol?.

La efulgencia del Guru, es como la del Sol, pero no tiene


calor, respondi Shukh Dev.

El padre pregunt entonces:

Es el Guru como alguna otra cosa?

Shukh Dev, no contest. Entonces el Padre contest:

Es el Guru como la Luna?.

Es fro como la luna, pero no tiene mancha, replic


Shukh Dev.

El padre volvi a preguntar.

Cmo es entonces?

El Guru es como el Guru, contest Shukh Dev.

Entonces el padre dijo:


Hijo querido, has dominado ahora tus dudas acerca del
Guru y tu excesivo orgullo. Estos son dos grandes obstculos en
el camino para encontrar el Guru y la verdadera iluminacin.
Puedes ir ahora a Vishunpuri tantas veces como quieras y nadie
te impedir la entrada. Todos los Santos y Sabios han concedido
un sitial nico a quien es un devoto del Satguru, porque sin el
Satguru, no hay salvacin.

Con profunda humildad, Shukh Dev le dijo a su padre.


Te agradezco padre. Me tom mucho tiempo el aprender esta
leccin.

Piensa un poco esto, dijo el padre. Si se necesita un


Guru para entrar en las regiones inferiores gobernadas por
Vishn, cuanto ms necesario es un Satguru, como el Rey Janak
para entrar en las regiones superiores de Espritu puro.

La luz del alba brota cuando el ego muere.


Entonces, la marea de buena voluntad para todos
Llena el corazn.
Guru Nanak.

Si al dar tu cabeza (orgullo y egosmo) puedes


t lograr al Guru. Incluso entonces, sabe que
es un precio barato.
Kabir.

Aquellos que la voluntad propia han destruido


y viven en humildad. Ellos, los mansos,
son felices. Los grandes y altaneros son consumidos
Oh Nanak, como en un horno por el fuego de su
Propio orgullo.
Guru Nanak.

Afirma t primero, la mente en la devocin al Guru,


porque sin devocin al Guru, tampoco tus mundanos
apegos terminarn.
Swami Ji.

Ocupa tus manos y pies en trabajo. Pero a Dios


tu mente entrega. Dice Namdev.
Namdev.

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