009 - Hellinger, Bert - Pensamientos de Realización (PDF) PDF
009 - Hellinger, Bert - Pensamientos de Realización (PDF) PDF
009 - Hellinger, Bert - Pensamientos de Realización (PDF) PDF
DE REALIZACIN
Bert Hellinger
Ttulo original
Gedanken, die gelinden
Ttulo
Pensamientos de realizacin
Primera edicin
Julio 2009
Bert Hellinger
2009 para la edicin en castellano
Rigden Edit S.L.
Traduccin
Luis Ogg
Ilustracin portada
Francisco Sol
Diseo grfico
Brbara Pardo
Fotocomposicin
Ida Rosiello
Impresin y encuadernacin
Puresa S.A.
Impreso en Espaa
Depsito Legal
B-25.230-2009
ISBN
978-84-936706-3-4
RIGDEN-INSTITUT GESTALT
Verdi, 94, bajos
08012 Barcelona
www.rigden-institutgestalt.com
e-mail: [email protected]
NDICE
Introduccin ............................................................................................................... 8
Sobre este libro ......................................................................................................... 10
En ti ........................................................................................................................... 13
La vida....................................................................................................................... 15
Expulsados................................................................................................................ 17
La creacin ................................................................................................................ 19
La expansin............................................................................................................. 21
El uno ........................................................................................................................ 22
Slo ............................................................................................................................ 23
El futuro .................................................................................................................... 25
Ven y permanece ...................................................................................................... 26
Ahora es la hora ....................................................................................................... 28
La despedida ............................................................................................................ 46
Solo ............................................................................................................................ 48
Transitorio ................................................................................................................ 50
Annimo ................................................................................................................... 51
Imgenes cambiantes ............................................................................................... 52
Regalado ................................................................................................................... 54
Servir ......................................................................................................................... 56
Llevado a casa .......................................................................................................... 57
Mejor ......................................................................................................................... 58
Entregado.................................................................................................................. 60
La bendicin ............................................................................................................. 78
Confianza .................................................................................................................. 80
Dnde estoy? .......................................................................................................... 81
Avisados ................................................................................................................... 83
Perdido...................................................................................................................... 85
Atemporal ................................................................................................................. 86
All ............................................................................................................................ 87
El espacio .................................................................................................................. 88
Secreto ....................................................................................................................... 89
El progreso ................................................................................................................ 90
8
Cmo reconocemos en lo ms profundo que nuestros pensamientos son
sabios? Cuando nos superan y arrastran con nosotros a otros al movimiento del
amor a todo tal como es.
9
SOBRE ESTE LIBRO
Este libro surgi sin propsito. A veces senta que algo me tomaba a su servicio,
pues a partir de ese momento no poda empezar nada, aunque a menudo
pareciera urgente. A veces me resista, quera intentar eso otro, pero era en
vano.
Finalmente ced, me sent, tom una hoja de papel y me dispuse a escribir.
Pero a menudo no saba qu deba escribir ni qu tema tocar. Pero de repente
me vena una palabra y empezaba a escribir sin saber adnde tena que ser
llevado. As que empezaba con la primera frase. Luego vena la segunda. Segua
escribiendo y de repente sala de un tirn, rengln a rengln.
Mientras tanto descubra adnde deban llevar esos pensamientos. A veces
me parecan increbles. Cmo poda decir algo as! Pero el movimiento me
tena en su poder, tena que seguirlo.
As surgi un texto sobre un tema, por s solo, sin conexin con nada, con
nada que le precediera.
Cuando haba terminado dejaba la hoja aparte, la dejaba reposar un rato y
trasladaba el texto a mi ordenador. Despus, lo que haba escrito desapareca de
mi conciencia y de mi memoria, como si slo hubiera pasado a travs de m, de
largo. De ese modo surgieron los captulos de este libro, aparentemente
inconexos, a lo largo de un perodo extenso, de ms de un ao.
No obstante, estos pensamientos han provocado en m algo especial. Por
increbles que a veces me parecieran, mucho ms all de mis pensamientos
cotidianos y de los lmites de mi conciencia cotidiana, para mi alma, para lo ms
hondo de m, donde me senta portado, movido y tomado al servicio de un
espritu infinito, eran evidentes y verdaderos.
Aunque sin que pudiera asirlos como si me pertenecieran. Me entregaba a
ellos mientras todava me eran presentes, me dejaba guiar por ellos hasta que
venan los pensamientos siguientes, que me llevaban ms all de ellos y los
dejaban atrs. Por eso, estos pensamientos, por poderosamente que me
atraparan, al cabo de un rato resultaban provisionales.
10
Partiendo de esa experiencia me pareci adecuado leer primero esos
pensamientos antes odos, acaso slo un captulo a la vez. De ese modo todos
permanecan en s: yo, que lea, y los lectores, que los dejaban penetrar en ellos
tal como les corresponda en ese momento.
No obstante, con el presente tambin publico esos pensamientos en forma
de libro. Es un libro contemplativo, un libro provisional. Porque la sabidura
est en camino. Prosigue de manera infinita. Es amor en camino. Sus
pensamientos se logran... siempre.
Bert Hellinger
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QUIN, CUANDO GRIT,
ME ESCUCH
DE ENTRE LOS RDENES
DE LOS NGELES?
12
EN TI
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Este pensamiento es asentimiento y accin sin que lo uno pueda
diferenciarse ya de lo otro. En l nos disolvemos tanto nosotros como todo lo
dems: vivido por Dios.
Hay algo ms all de ese pensamiento? Este pensamiento, como
pensamiento de Dios, nos incluye en su vida, en su movimiento. En ese
movimiento terminamos ya ahora en l.
14
LA VIDA
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que abarca de contradiccin en contradiccin
en la marcha a menudo tan malo tan difcil tan serpeante
y de repente, con las alas desplegadas
indeciblemente amplias, semejante a un ngel:
Oh el ms inexplicable, oh tiempo de la vida.
Aqu hay que considerar algo. Con qu otra distincin est relacionada
nuestra distincin entre vida y muerte? Se anula esta distincin si se nos anula
la otra?
El proceso interno en nuestra distincin entre vida y muerte es el mismo
que en la distincin entre bien y mal. Porque en nuestra representacin el bien
puede vivir y permanecer. El mal, por el contrario, ha de desaparecer y morir.
Por la distincin entre bien y mal intervenimos en el gran movimiento de
la vida. Queremos hacer desaparecer en l algo que igualmente forma parte
suya. Con esta distincin ya convivimos ahora con la muerte y morimos
mientras an vivimos.
Qu pasa con nuestra vida si abandonamos esta distincin?
Nuestra vida sigue para nosotros. Prosigue en su abundancia, con la
transformacin que sea. Prosigue con todo creativamente.
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EXPULSADOS
De Adn y Eva se dice en la Biblia: fueron expulsados del paraso. Tras ellos se
cerr una puerta severamente vigilada por ngeles con espadas llameantes.
Por qu fueron expulsados? Por haber comido del rbol del
conocimiento.
Qu conocimiento era ese? El conocimiento del bien y del mal.
Por qu este conocimiento los llev a la expulsin del paraso? Porque
con este conocimiento se colocaban contra Dios. Porque por ese conocimiento se
elevaban por encima de Dios y se colocaban en su lugar.
Por qu poda tener este conocimiento un efecto de tan largo alcance?
Porque era un conocimiento falso, un conocimiento que se apartaba de Dios y
quera independizarse de l.
Cul fue la primera consecuencia de este conocimiento? Descubrieron
que estaban desnudos. Es decir: descubrieron que ya no eran uno, sino
distintos, hombre o mujer. Desde entonces tenan que ver las diferencias y
comportarse de acuerdo con ellas.
Lo que eso significa se mostr pronto con sus hijos Can y Abel. Can
mont en clera cuando vio que Dios aceptaba el sacrificio de su hermano Abel,
pero no el suyo. Se comport de acuerdo con el conocimiento del bien y del
mal, que su hermano era preferido. Como consecuencia de ese conocimiento
mat a su hermano.
Qu significa en ltimo trmino el conocimiento del bien y del mal? Es
un conocimiento? O es un motn contra el saber que ante Dios todos son
iguales? Igualmente amados por l, porque ante l no hay, no puede haber esas
diferenciaciones.
Por eso el conocimiento de Can de que Dios aceptaba el sacrificio de Abel,
pero no el suyo, no era un conocimiento de Dios. Con ese conocimiento se
enfrentaba a Dios y quera destruir lo que Dios pareca amar con preferencia.
Porque distingua entre bien y mal levant la unidad entre l y su hermano, y la
unidad de l y su hermano con Dios.
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Qu significa eso para nosotros? Siempre que comemos del mismo modo
del rbol del conocimiento del bien y del mal, es decir cuando tambin nosotros
juzgamos a otros y los colocamos a un lado u otro y negamos su igualdad
esencial con nosotros ante Dios, perdemos tanto la conexin con ellos como con
Dios.
Pero si hemos comido de ese fruto podemos volver a escupirlo
enteramente y volver al conocimiento paradisaco de que Dios est entre los
hombres, de que est con ellos y ellos con l, todos iguales ante l, aceptados
con el mismo amor y todos uno con l.
Los ngeles con las espadas llameantes ante el paraso vuelven a dejar
franca la puerta. Esta se abre y nosotros volvemos.
Qu encontramos en el paraso? El rbol de la vida. Probamos su fruto:
vida y amor para todos, todos mutuamente iguales ante Dios, ms all del bien
y del mal y en consonancia con todo lo que es regalado a todos.
18
LA CREACIN
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origen. Tambin en este caso a travs de rodeos y ms estrechamente o no, en
consonancia con l. A veces tambin en contradiccin con l o en rechazo
oculto, pero a menudo tambin obstinados y ciegos.
Nos separa eso de nuestro origen? Puede separarnos, separarnos como
si tambin ese origen se apartara y se separara de nosotros? Es eso imaginable?
Tambin el alejamiento y el olvido con sus consecuencias son
movimientos creativos. Estn embutidos en un movimiento abarcador que
finalmente provoca creativamente algo que lleva adelante.
Pero tambin podemos entregarnos amorosamente a este movimiento
creador y vivirnos creativamente de otro modo en consonancia con l. Podemos
conscientemente vivirnos de forma creativa en consonancia con l. Cmo?
Agradecidos, con respeto por toda la creacin tal como la encontramos.
De pronto nos vivimos unidos de otro modo a los movimientos creativos
de nuestro origen. Inmediatamente, como si en consonancia con l
desapareciera con creces la separacin entre l y nuestra libertad. Como si
volviramos a l y nos supiramos creadores de un modo muy amplio sin
apenas movernos nosotros mismos. Nos vivimos movidos por l y con l.
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LA EXPANSIN
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EL UNO
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SLO
Slo significa, por regla general: nada ms. Slo t, slo yo, slo un
poquito. Este slo limita y excluye. Se opone a una relacin y a menudo la
anula.
Lo contrario de este slo es: tambin. T tambin, yo tambin, esto
tambin. Este tambin aade algo e incluye. Favorece las relaciones.
Qu nos ocurre cuando nos quedamos con el slo antes citado: slo yo,
slo t, slo eso? Nos volvemos solitarios y se nos evita.
Qu le ocurre a alguien cuando le decimos: slo t? Tambin se vuelve
solitario. Un slo as slo puede venir del yo, slo el yo limita.
Qu se opone sobre todo a ese slo limitador? Qu incluye y excluye a
la vez a este slo y, con ello, lo anula? Este slo es: todo, slo todo y nada
ms. Incluso significa ms. Ms all del todo significa: la totalidad, la totalidad
que lo abarca todo por igual.
Dnde est ese todo? Dnde est esa totalidad? Est en el espritu, el
espritu que todo lo abarca, del que procede tal como es porque lo piensa tal
como es. Slo nos podemos imaginar este espritu infinito. Eso significa: fuera
de l no hay nada, slo existe l, nada ms. Este slo lo incluye todo, tambin
a lo que queramos excluir con nuestro slo.
Qu significa esto para nuestro pensamiento? Qu significa para nuestra
vida, para nuestro amor, para nuestro hacer?
En este espritu infinito que lo abarca todo no puede haber condiciones,
limitaciones, restricciones. En este espritu que lo abarca todo no puede haber
culpa ni inocencia ni, por lo tanto, mrito ni fracaso. No pueden ser condiciones
para que este espritu prefiera o prohba algo. Si no lo pensaramos como somos
cuando le decimos a alguien: Slo si....
Lo infinito es plenitud, plenitud del amor sin condiciones, sin limitaciones.
Como el todo es infinito.
Cmo vivimos este todo infinito en esta vida? Cmo nos disolvemos en
este infinito, ahora ya?
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Cuando ese infinito se convierte para nosotros en la nica realidad. En l
nos movemos, en l nos vivimos regalados infinitamente, sin condiciones,
amados infinitamente en todo.
Lo infinito es el slo real, el gran slo, el slo pleno, el nico slo
permanente.
Cmo nos acercamos a ese slo? Cmo nos disolvemos en l hasta
vivirlo tanto en nuestro cuerpo como en nuestro espritu como el amor infinito?
Si conscientemente entregamos paso a paso cada slo que todava se
opone aqu a nuestro amor a ese slo infinito hasta que desaparezca en l,
desaparece para siempre.
Existiremos entonces todava? Slo sin nuestro slo si... existiremos
realmente, infinitamente, infinitamente amados.
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EL FUTURO
El futuro se anuncia porque atrae hacia s algo del presente. Mediante su fuerza
de atraccin pone algo en movimiento antes de mostrarse. Es decir que ya acta
ahora.
El futuro slo est en la lejana para nosotros. En realidad ya est aqu. Si
no, no podra anunciarse.
Para nosotros, que pensamos en el tiempo, el futuro est por venir. Pero
cmo puede haber un futuro que no est pensado previamente? Cmo puede
venir algo, algo razonable con muchas relaciones hacia todos lados, sin que ya
est pensado tal como viene, pensado de tal manera que pueda venir y ponga
en movimiento muchas cosas a la vez?
Ese futuro est ms all de nuestro tiempo. Se hace realidad en el tiempo
porque ya existe antes de nuestro tiempo, existe plenamente.
Quin ha pensado el futuro de tal manera que pueda, a la vez, venir y
existir ya? Un poder creador que, desde nuestro punto de vista, se hace realidad
consecutivamente, aunque para l, puesto que lo piensa todo a la vez, ni se
aade ni se pierde nada.
Cmo tratamos ese futuro? Lo afrontamos como si ya existiera. As que
en nuestra imaginacin anulamos el tiempo de modo parecido a como lo anula
ese poder creador. Es decir: permitimos que ese futuro desarrolle ya su fuerza y
l nos conduce ya ahora ms all de los lmites de nuestro tiempo. El futuro ya
est presente como imagen y como fuerza, slo le queda mostrarse. Por
ejemplo, la curacin esperada de una enfermedad.
Podemos comprobar en nosotros qu efecto tiene si, en lugar de esperar la
curacin en el futuro, le damos ya espacio en nosotros como si ya fuera
presente.
Viene aquel futuro que est pensado, que est pensado ahora. Pensado
por quin? Por el poder que ya lo ha pensado siempre y por nosotros, que ahora
lo pensamos con l. Cmo? Con confianza.
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VEN Y PERMANECE
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Adnde va, pues, nuestro ruego cuando decimos: Ven y permanece? A
eso espiritual infinito, en donde tambin nosotros nos vivimos ya
espiritualmente, nos vivimos espiritualmente permanentes. En donde nos
vivimos infinitamente permanentes, tambin en lo aparentemente transitorio e
infinitamente somos uno con ello, porque nos lo llevamos a ese movimiento
espiritual.
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AHORA ES LA HORA
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Y ASI, PUES, ME COMPORTO
Y ME TRAGO EL RECLAMO
DE OSCURO LLANTO
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QUIN PIENSA, QUIN SUFRE, QUIN AMA?
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visin. Nos dejamos arrastrar por nuestro sufrimiento en un movimiento que
ordena algo para nosotros y para otros. Sigue siendo an nuestro sufrimiento?
O est al servicio de un movimiento que con nuestro sufrimiento provoca a la
vez algo para muchos?
Por lo tanto, miramos ms all de nuestro sufrimiento hacia ese
movimiento poderoso, nos dejamos conducir con nuestro sufrimiento adonde
nos lleve. Ese movimiento piensa a travs de nuestro sufrimiento. Nuestro
sufrimiento es una manera en que nos lleva a la toma de conciencia.
De qu toma de conciencia se trata ante todo? Nuestro sufrimiento nos
obliga a pensar de otro modo. Nos obliga a pensar de otro modo de otras
personas. De otro modo de su pensamiento, por ejemplo, pero tambin de otra
manera sobre su y nuestra culpa. Pero ante todo nos obliga a pensar de otro
modo de aquel poder espiritual cuyo pensamiento lo lleva todo a la existencia
tal como es, que lo lleva a un movimiento hacia objetivos que nos permanecen
ocultos.
Pero ese movimiento nos muestra ante todo una cosa. Est encarado a
todo de igual manera, sin preferir una cosa a otra. Pues segn qu criterios
podra preferir una cosa a otra cuando todo slo puede ser como l lo piensa y
quiere?
Pero nosotros, as parece, creemos que preferimos una cosa a otra y
podemos considerarlo como mejor o peor. Que hemos recibido algo que otro no
tiene y podemos excluirlo, como si pudiramos y estuviramos autorizados a
hacerlo.
Cul es entonces el resultado? Y cules las consecuencias? Es el
sufrimiento. A travs del sufrimiento volvemos a ser conducidos a aquello que,
desde el punto de vista nuestro o el de nuestro grupo, no debera existir, no
habra de existir de la misma manera que nosotros u otros de los que
dependamos y a los que estbamos encarados.
Quin sufre entonces? Nosotros sufrimos. Pero sufrimos para que algo
vuelva, para que nosotros mismos volvamos a estar completos con ello y, de ese
modo, salvos de nuevo. Sufrimos porque otra fuerza nos conduce a ese
sufrimiento, pero por un camino que lo supera para nosotros y otros.
Al servicio de quin est entonces el sufrimiento? Est al servicio del
amor.
Hay otra cosa que se nos pone a la vista. El amor de ese poder creador
ama de otro modo del que podemos amar nosotros. Por lo menos de otro modo
a como podemos amar al principio de nuestro amor, hasta que ese otro amor
nos lleva a su amor. Qu clase de amor es? Es el mismo amor a todo tal como
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es.
Cuando amamos as, quin ama en ese amor? En ese amor ama aquel
poder que acta al fondo de todo, que acoge en su movimiento todo a la vez, en
un movimiento de amor por todos. Amamos entonces todava? O nos
disolvemos nosotros en ese amor... con amor?
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DESAPARECER
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LA POMPA
No hagas tanta pompa, decimos a veces. Nos bastara con menos. Porque la
pompa a menudo encubre de qu se trata en realidad. A menudo distrae de lo
esencial. Porque la pompa es exterior, aunque a menudo tambin eleve. Gracias
a la pompa se renen muchos. De ah que tambin junte, por ejemplo en una
fiesta. En este sentido crea comunidad.
Cuando se trata de lo personal, del amor, por ejemplo, del dilogo ntimo,
la pompa a menudo obstaculiza lo ltimo que nos une. A menudo queremos
llegar sin pompa al grano que en ltimo trmino nos importa.
Nuestro interior necesita poca pompa. Nuestras comprensiones, por
ejemplo, nuestras experiencias de la unidad con algo Ms Grande, nuestra
veneracin por ello, nuestra entrega durante la transicin de la vida a la muerte.
En este caso todo es sencillo, infinitamente sencillo, dejndolo todo, perfecto al
dejarlo.
Lo interior y ltimo rehye la pompa, pues es puro. Ya slo es relacin,
pura relacin. Est en el espritu.
As tambin la relacin religiosa est slo en el espritu. Slo permanece
all sin movimiento. Cmo all? Existe antes que otra cosa? O existe en algo?
Cmo? Uno con l. Cmo uno? Uno espiritualmente, infinitamente uno, uno
disuelto, uno sin propsito, perfectamente uno: uno sin pompa.
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LA GRANDEZA
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pues nos alegra lo que nos hace ms vivos.
Lo grande engrandece. Est dirigido hacia adelante. Lo grande est en
movimiento, en el movimiento vital propiamente, en un movimiento de amor.
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LA LUZ
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aclaran en tal medida que nos sentimos atrados ms profundamente hacia
ellas, como si nos esperara en ellas aquello que nos perfecciona.
Sin la luz algunos permanecen en la oscuridad. Sin una luz son atrados
hacia algo, oscuro. Esa oscuridad es sin secreto, sin el luminoso amor, sin la
luminosa alegra. Esa oscuridad slo es la sombra de la luz. Tira de nosotros
hacia abajo, pero no a la noche, a la noche verdadera, a la noche luminosa.
Cmo escapamos de esa oscuridad? Salimos de su sombra para volver a
la luz.
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ERGUIDO
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YO Y NOSOTROS
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ESTAR JUNTOS
Cuando estamos juntos cada uno permanece al mismo tiempo en s mismo tal
como es. Estar juntos tambin significa depender uno del otro. Al estar y
permanecer juntos somos como individuos ms, nos hacemos ms redondos y
ricos de lo que ramos solos.
Curiosamente slo estando juntos somos tambin nosotros mismos. Slo
somos realmente nosotros mismos, totalmente en nosotros y plenamente
cumplidos cuando estamos juntos.
Juntos estn en primer lugar hombre y mujer. Slo cuando el hombre est
junto con la mujer, y la mujer con l, ambos estn juntos de una manera que
viven juntos, estn juntos plenamente en la vida y se experimentan totalmente
en la vida.
Estar juntos tambin significa crecer juntos, convertirse juntos en ms, con
lo que cada uno llega a su propia plenitud, pero al mismo tiempo con el otro,
junto al que permanece.
Slo podemos estar juntos y crecer juntos de este modo y permanecer sin
embargo en nosotros, cuando cada uno puede crecer a su propio modo, a su
manera pero tambin incluyendo al otro, sin que el otro le seale la direccin o
lo empuje en una direccin.
Poder crecer juntos de ese modo es amor. Ambos permanecen en su
camino, como les corresponde. Se sostienen y, sin embargo, sueltan.
Hacia dnde estn entonces en camino? Hacia donde se viven juntos
infinitamente, como ms all de s y del otro. Donde se viven juntos con todo lo
que fue y ser, ilimitadamente con algo infinito.
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INFINITAMENTE AQU
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LA ILUMINACIN
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estaba prendido inmediatamente por l.
As nacen los grandes movimientos de masas. Por ejemplo las religiones
que se remontan a un fundador. Pero tambin movimientos sociales que siguen
las ideas y consignas de un dirigente, quien les da dichas ideas, de modo
parecido al que los fundadores religiosos las dan a sus discpulos, como una
promesa, reunindolos a su alrededor para su difusin e imposicin.
Naturalmente, ya he hablado aqu tambin de los movimientos interiores,
que tambin se viven como una iluminacin procedente desde fuera. La
vivimos, por ejemplo, como una comprensin repentina, a menudo de efecto
muy vasto. La vivimos sobre todo como el saber seguro sobre el paso siguiente,
tanto para nosotros mismos como para los otros.
En este sentido la vivimos como una iluminacin regalada para una accin
concreta. A veces tambin la vivimos como si furamos retenidos
repentinamente ante un peligro o, al revs, como acercamiento urgente hacia
alguien que nos espera y necesita ayuda. En ambas ocasiones slo descubrimos
posteriormente que ha intervenido desde fuera una fuerza sapiente.
La iluminacin se vive sobre todo como una experiencia de unidad con
todo tal como es. En ella caen los lmites que se han interpuesto entre nosotros y
otros, y caen los lmites entre nosotros y el mundo tal como es. Por eso la
iluminacin es, en el fondo, una experiencia de amor, de un amor abarcador.
Esta experiencia es sin encomienda, sin que algo del exterior tome
posesin de nosotros. En ella no hay dirigente ni dirigido, nadie que vaya por
delante o siga. En ella tampoco hay objetivos que haya que alcanzar. En ella nos
vivimos perfectos con todos y con todo.
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PUES PERMANECER
ES EN NINGUNA PARTE
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LA DESPEDIDA
Despedida significa: se permite que se haya acabado. Eso vale sobre todo para
nuestra despedida de los muertos. En el caso de personas amadas slo
logramos esa despedida al cabo de un tiempo. A esa despedida todava precede
el duelo por ellos. Nuestra despedida necesita ese duelo.
Qu significa aqu duelo? Duelo significa: recordamos lo que han
significado para nuestra vida. Recordamos lo que les debemos. Sobre todo
significa que con nuestro duelo reconocemos que honramos el bien que hemos
recibido de ellos, de modo que puedan seguir actuando en nuestra vida y ellos
siguen as presentes para nosotros. Entonces podemos despedirnos de ellos, y
ellos de nosotros.
Al duelo a menudo se opone el que queramos de los muertos algo que ya
no nos pueden dar. Si todava les reclamamos algo, como una herencia. O si nos
peleamos por una herencia, como si nos perteneciera y no todava tambin a
ellos. Si, por lo tanto, no estamos dispuestos a administrarla en su sentido,
como si fuera con su bendicin.
Al duelo tambin se opone el que todava les guardemos rencor por algo
de lo que los acusamos, como si hubieran podido ser diferentes a como eran y
como si hubieran podido actuar de otro modo de como actuaron. Con ese
rencor nos despedimos de alguna manera de nuestra vida aqu y
permanecemos entre los muertos, a pesar de que, para nosotros, ellos y lo que
fueron e hicieron aqu han terminado para siempre. O los volvemos a traer con
ello del reino de los muertos, los ponemos ante nuestro tribunal, los
mantenemos presos todava aqu y les negamos poder ir hacia los muertos y a
despedirlos libres de nosotros.
Pero sobre todo se opone al duelo si todava nos sentimos culpables frente
a los muertos. Por ejemplo, porque les hemos hecho dao, porque los hemos
dejado solos, porque les hemos amargado la vida y los hemos daado y acaso
incluso fuimos con ellos responsables de su muerte. Sabemos que por nuestra
parte no podemos indemnizarlos. Permanecemos impotentes.
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Al duelo y a la despedida de los muertos se opone igualmente si culpamos
a otros por su muerte. En lugar de mirar a los muertos miramos a los culpables
y excluimos con ellos tambin a los muertos. Con eso les negamos a los muertos
su propia muerte. Tambin les negamos su muerte por lamentar su muerte y las
circunstancias de su muerte. Eso vale del mismo modo si tambin nos sentimos
culpables de la muerte de una persona.
Detrs de esto acta la idea de que alguien pudiera morir contra su
asentimiento interno, como si perdiera por las circunstancias de su muerte la
consonancia con aquel poder creador que determina igualmente sobre su
principio y su fin; que determina con amor.
Estas confusiones llegan tan lejos que algunos creen incluso que pueden y
deben vengar a los muertos. Pero en quin quieren vengar a esos muertos? De
qu les sirve a los muertos si esos vengan su muerte en personas? Esa
venganza, no se dirige al mismo tiempo contra Dios? No pierden de vista
entonces que la muerte les ha aportado algo a los muertos? Por su venganza,
no pierden justamente los vengadores su relacin con esos muertos e impiden
la despedida, el que para ellos todo haya terminado?
Sin esta despedida nos faltan los muertos. Slo gracias a nuestra
despedida queda de ellos algo que sigue sirviendo a nuestra vida, y a la paz.
Slo gracias a la despedida de ellos con amor alcanza nuestro amor su plenitud.
Tambin nos faltan los muertos que condenamos. Por ejemplo los
asesinos. Slo cuando tambin nos despedimos de ellos puede acabar todo,
acabar totalmente y para siempre, para ellos y para nosotros.
Al igual que los muertos, al morir, bendicen la temporalidad, nosotros la
bendecimos con ellos cuando nos despedimos de ellos. Asentimos a que para
ellos y para nosotros haya terminado. Al mismo tiempo asentimos a que
permanezca algo de ellos, que permanezca para nosotros, sabiendo que tambin
de nosotros, cuando muramos, permanecer algo, cuando podamos
terminarnos en nuestra hora, bendiciendo y bendecidos a la vez.
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SOLO
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Algunos desean estar solos con Dios. Estn entonces solos con l? Cmo
se consigue mejor cuando deseamos estar solos con Dios? Nos dirigimos a otras
personas, llenos de expectativas, nos perdemos en su compaa, alegres y
felices, olvidndonos a nosotros mismos y nos sentimos en casa. Con quin?
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TRANSITORIO
Cuando nos vivimos unidos con nuestro fondo primigenio, con aquel
movimiento espiritual indecible del que procedemos y hacia el que estamos en
movimiento, sabemos que nada puede caer fuera de tal movimiento.
Adnde habra de caer? Puede permanecer algo fuera de ese
movimiento? Puede llegar a un movimiento en el que deje de ser?
Es decir que todo lo que nos parece transitorio permanece en relacin con
eso ltimo que lo soporta, que va dirigido a ello comoquiera que se mueva,
haga lo que haga.
Slo ante nuestros ojos, con su ngulo de visin limitado y su visin
limitada, parece, al pasar ante nosotros, haber terminado.
Lo mismo vale para todo lo que preferiramos terminado. Tambin all
donde termina permanece, pues el fondo primigenio de donde surgi sigue
siendo su fondo primigenio.
Es decir que lo transitorio vuelve a nosotros. Pero no tal como era. Puesto
que su movimiento sigue, vuelve a nosotros diferente. Ya por el hecho de que
termin con otras cosas junto con las cuales se puso en movimiento se vio
movido de una manera que se convirti en algo conjunto, algo ms amplio.
Puede que vuelva a nosotros de una manera que se nos lleve en ese
movimiento, que acaso se nos lleve permanentemente.
Cmo procedemos, pues, con lo transitorio? Dejamos que sea transitorio
durante un tiempo, hasta que vuelve, vuelve nuevo, ms rico, ms espiritual,
vuelve para nosotros.
Del mismo modo, tambin nosotros somos transitorios para otros, tambin
por un tiempo. Tambin nosotros volvemos, diferentes, ms ricos, nos los
llevamos en nuestro movimiento y ellos a nosotros en el suyo.
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ANNIMO
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IMGENES CAMBIANTES
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determinados sentimientos, es decir que primero tengamos determinados
sentimientos y que luego nuestras imgenes interiores sean su resultado. A
veces, esos sentimientos e imgenes se condicionan mutuamente y se
convierten para nosotros en una realidad que consideramos dada, sin ser real.
Es decir que la realidad est ampliamente en nuestras manos: la pasada, la
futura y la nuestra actual. Depende de nuestras imgenes y del significado que
le damos, y depende de los sentimientos con que mantenemos dicha realidad en
pie.
Podemos vivir tambin sin imgenes? Podemos, por ejemplo, olvidar
nuestro pasado sin hacernos ya imgenes de l, ni de uno ni de otro modo?
Podemos as librarnos tambin de los sentimientos que unimos a esas
imgenes? Entonces el olvido es el paso decisivo para abrirnos a otra realidad
ms all de esas imgenes. A una realidad espiritual sin imgenes, tambin sin
sentimientos, en la que nuestras imgenes y sentimientos se disuelven en un
presente en el que todo se mantiene abierto a algo nuevo sin pasado, tambin
sin futuro, slo presente, pleno.
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REGALADO
Cuando creemos que se nos reprocha algo, en este caso en un doble sentido,
reprochado como obligacin, como si nos hubiramos hecho culpables de algo,
y con el sentido de denegar, que se nos niega algo, a menudo se nos escapa que
se trata de pensamientos propios que se cumplen porque los pensamos. Con eso
nos cerramos ante muchas cosas que nos son mostradas, que nos son
presentadas como regalo, de tal manera que slo hemos de tomarlo para que
nos pertenezca, sin reservas, sin condiciones, sin restricciones.
Tambin esto es un pensamiento. Tambin l se cumple si lo pensamos.
Puede que no nos atrevamos a pensarlo porque tenemos reservas
interiores de merecer un regalo as, por ejemplo la salud plena, o el xito pleno,
o el amor pleno.
Qu se opone, pues, a nuestra disposicin a dejarnos regalar de ese
modo? Nuestros pensamientos de ser culpables y de no merecer un regalo tan
grande, liberador, alegre y sorprendente. Tambin esos pensamientos se
cumplen porque los pensamos.
Cmo manejar estos pensamientos para que pierdan su poder y podamos
librarnos de ellos?
Nos perdonamos nuestra culpa. Tambin perdonamos a aquellos de los
que pensamos que nos tienen por culpables. Nos perdonamos a nosotros
cuando pensamos que otros son culpables. Es decir que nos desatamos
interiormente de cualquier culpa en nosotros y en otros. Sobre todo nos
desatamos del pensamiento de que nosotros u otros tuviramos que pagar una
culpa.
A quin deberan pagar por una culpa? Quin espera y exige ese pago?
Qu pensamientos hay tras este pensamiento para esperar que se cumplan?
Es el odio: el odio contra nosotros, el odio contra otros. Porque los
sentimientos de culpa son sentimientos de odio. Proceden de pensamientos que
quieren reducir o quitar algo, a nosotros y a otros. Tambin estos pensamientos
se cumplen porque los pensamos.
54
Cmo superamos estos pensamientos? Cmo podemos dejarlos atrs?
Cmo nos hacemos amplios y abiertos a pensamientos de amor?
Nos perdonamos estos pensamientos. Tambin se los perdonamos a otros.
Cmo logramos crecer ms all de estos pensamientos y volvernos
amplios para lo que en todo momento se nos regala en abundancia si estamos
abiertos a ello y lo agradecemos?
Pensamos pensamientos de amor. Pensamos sobre todo aquel
pensamiento de amor de que somos amados, que somos amados tal como
somos. Y que tambin todo otro es amado as. Por eso nos amamos a nosotros y
al otro y lo dejamos all donde es amado as. Donde tanto l como nosotros nos
abrimos para todo el regalo, toda la vida, todo el amor, toda la felicidad, toda la
gracia.
55
SERVIR
Somos convocados a servir, porque servir significa: ser tomado en servicio. Por
quin? Por aquel poder creativo que nos arrastra en su movimiento creador.
Este poder servir y deber servir es una gracia.
Esta gracia es nuestra vida. Porque, al fin y al cabo, qu significa la vida
ms que ser tomado al servicio de algo que prosigue creativamente?
Quien espera un salario por este servicio cae fuera de la gracia. Sera lo
mismo que si esperramos un salario por nuestra vida, como si ms all del
servicio hubiera algo ms a quien sirviera este servicio. El propio servicio es el
mayor salario pues en servir se cumple nuestra vida. Quien se niega a servir se
niega a la vida.
Est claro que por nuestro servicio entre humanos y por nuestras
prestaciones esperamos el salario correspondiente. A quin sirve este salario?
Sirve a nuestro servicio, puesto que slo as podemos seguir sirviendo. Este
salario no se puede separar de nuestro servicio.
Pero si primero miramos el salario, eso afecta a nuestro servicio y al final a
nuestro salario. Qu queda de nuestro salario sin nuestro servicio? Sigue
siendo creativo nuestro salario? Slo a travs de nuestro servicio sirve tambin
a la vida.
Servimos tambin a Dios? Nos sirve incluso l a nosotros? Nos premia
por nuestro servicio? Si esperamos de l un salario por nuestro servicio, qu
queda de nuestro servicio? Seguir siendo un servicio creativo, en consonancia
con l, portado por su gracia?
Tambin en este caso nuestro servicio es al mismo tiempo nuestro salario.
Este servicio en consonancia con su movimiento es amor, amor pleno.
56
LLEVADO A CASA
Ahora te llevo a casa. A quin? A ti, con quien estaba enfadado porque crea
que ejercas poder sobre m por el cual me senta amenazado en mi vida. Desde
entonces has estado obviado por mi amor. Desde entonces me faltas y acaso yo
tambin te falte a ti.
Ahora te llevo a casa, por fin. Porque quin soy yo sin ti? Y quin eres t
sin m? Acaso no eres t tambin uno con algo infinito, y conmigo de camino
hacia l? Acaso no actuaba tambin en aquello, por lo que estaba enfadado
contigo, aquel otro movimiento que nos ha tomado a su servicio a ti y a m?
Ahora miro sobre ti y lo que en aquel entonces ocurri a ese infinito, ante
el que nosotros y lo que sentimos y hacemos sirve a otros fines, ante el que
conjuntamente somos movidos de manera diferente para esos fines. En ese
movimiento ambos somos llevados conjuntamente a casa, por fin llevados a
casa.
Tambin llevo ahora a casa con amor a aquellos sobre los que ejerc poder
de tal manera que se enfadaron conmigo, se enfadaron con razn, porque haba
desdeado y rechazado su amor.
Puede que tambin vosotros me hayis desterrado de vuestro amor y os
falto tal como me faltis vosotros. Ahora estoy dispuesto a respetar y a aceptar
con amor lo que me habis regalado. Os doy las gracias y llevo a casa a mi alma
y a mi amor lo que habis cargado por m. A travs de vosotros me vivo rico y
completo. Gracias.
Al mismo tiempo miro ms all de vosotros a aquel espritu que nos ha
reunido por un tiempo, que nos ha tomado a su servicio para muchas cosas que
han sido tiles para muchos.
En este movimiento vamos juntos a casa, por fin a casa, plenos a casa, con
amor a casa.
57
MEJOR
Si me siento mejor que otros, soy mejor? Si me siento peor, soy peor?
La cuestin es: qu ha precedido a que me sintiera mejor, qu ha
precedido a que me sintiera peor? De dnde vienen esos sentimientos?
Qu me premia, por ejemplo, porque me sienta mejor? Qu vivo como
contra m cuando me siento peor?
Me siento mejor cuando me s en consonancia, y me siento peor cuando
me siento abandonado, como separado de algo que he perdido.
Qu he perdido cuando me siento mal de ese modo? He perdido algo
que puede permanecer? O he perdido algo que de todos modos haba
terminado? Algo que todava aprecio aunque obstaculiza otra cosa, algo ms
grande y permanente, ante lo que finalmente tendr que ceder?
Es decir que el hecho de que me sienta peor viene de otro sitio. Viene de
un amor que me lleva fuera de m a otro sitio. Me siento peor porque otro amor
me ha tomado a su servicio.
Pero qu pasa cuando me siento mejor? Con qu poder estoy entonces
en consonancia?
Puede que me sienta mejor porque puedo tener menos miedo a estar solo.
O porque me imagino que alguien me ama ms.
Pero quin es o son aquellos cuyo amor era importante para m? Estn
ah todava? O slo me siento mejor porque me hago una imagen de cmo me
aprueban por haber pensado con vistas a ellos y he hecho algo bueno y esta
imagen me da valor y promete estar seguro de su amor? Cunto puede
permanecer ese sentirse mejor sin que tenga que renovarlo constantemente e
intentarlo de nuevo para poder desterrar el miedo que se oculta detrs?
Me siento realmente mejor en consonancia con mi fondo primigenio, del
cual tengo mi existencia, la actual y la pasada. Pues cmo podra empezar sin
haber existido ya siempre? En esta consonancia me hago uno con un fondo
primigenio infinito en el que ya estuve siempre y en el que siempre estoy, sea lo
que sea que me ocurra en cada momento.
58
Me siento entonces mejor que antes? Soy entonces mejor que antes? En
ese caso, lo que hubo antes habra estado menos unido a ese fondo primigenio.
Es eso imaginable?
En consonancia con ese fondo primigenio siempre nos percibimos en
movimiento. Sea como sea que nos sintamos y percibamos en el momento,
siempre somos guiados, en consonancia, guiados permanentemente, guiados
con seguridad.
Tienen entonces an algn papel mejor o peor? A veces s, supuesto que
nos reconozcamos a nosotros y a todos los dems con los que estamos o
estuvimos en relacin o con los que entramos o queremos entrar en relacin en
el momento como procedentes del mismo fondo originario y guiados por l.
Pues entonces podemos despedirlos de nuestro cuidado y de nuestro amor en
la medida en que nosotros y ellos seguimos igual de impotentes ante nuestro
fondo originario, confiando slo en l.
Entonces nos sentimos mejores y peores en consonancia con l, slo
cuando somos guiados por l, permanentemente en consonancia, igualmente
amados mejores y peores, y seguros.
59
ENTREGADO
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AUNQUE EL REFLEJO
EN EL ESTANQUE
A MENUDO SE NOS DISUELVA:
SABE LA IMAGEN
61
EL OTRO DIOS
62
y guiado siempre por l, tanto desde su inicio y origen como en cada instante.
Eso se muestra en que a veces nos sentimos abarcados y posedos por un
movimiento que nos lleva, como procedente de fuera, ms all de nuestra
voluntad y nuestros deseos personales. Sobre todo cuando en este movimiento
se nos regala una comprensin nueva que ampla nuestra conciencia y, con ella,
la conciencia de la humanidad.
Aqu nos muestra ese motor primero que, en ltimo trmino, lo mueve
todo.
Se nos muestra una cosa ms. Podemos esperar ese movimiento, a veces
tambin rogarlo, aprestarnos internamente a l, confiar tambin en l y, en
cuanto se nos muestra, seguirlo incondicionalmente.
Puede que ese espritu que lo piensa todo y todo lo pone en movimiento
juegue con nuestra libertad, tambin con nuestra conciencia y con nuestras
imgenes, temores y deseos. Cmo participamos entonces en el juego?
Transitoriamente, esperando, entregados a todo el movimiento, hasta que nos
une permanentemente con su principio y su final.
63
COMPARAR
Comparar significa, por regla general, que considero una cosa ms bonita o
mejor que la otra, ms bonita o mejor para m. Con eso prefiero una cosa a otra
y excluyo la otra de mi aprobacin. Pero puede ser que la otra me oculte una
belleza especial. Tanto ms cuanto la desprecio en comparacin con otra cosa y
me cierro ante ella. Con eso me empobrezco, en particular si comparo algo que
tengo con algo que no tengo. Mi amor se va entonces de lo que tengo, lo que
tengo ahora. Lo rechazo en comparacin con lo que no tengo. Por eso me
empobrezco doblemente, pobre por lo que tengo y pobre por lo que no tengo.
Pero a menudo precisamente lo que tengo es un desafo especial en
comparacin con lo que no tengo. Con eso crezco, a menudo ms que si tuviera
lo otro, que quisiera preferirle.
La cuestin tambin es: dnde tengo mayor libertad? La tengo con lo
que tengo o en lo que slo tengo en comparacin? Con qu obtengo ms y con
qu lo obtengo con mayor facilidad?
No obstante, a veces perdemos lo que tenemos. Por ejemplo, en una
relacin. Tenemos entonces que dejarla atrs y buscarnos otra cosa. Pero sin
compararlo. Slo ha terminado. Lo anterior puede ir conmigo sin comparar lo
pasado con lo nuevo. Participa portando lo nuevo, de modo que se me conserva
todava.
As comparamos a veces lugares y personas, uno u otro trabajo, uno u otro
placer, una u otra prdida o ganancia, y a menudo perdemos ambas cosas por
la comparacin.
Cmo evitamos las comparaciones limitadoras? Le decimos s a una y a
otra cosa, tal como es y como fue y como vendr. En ese s nos vivimos
enteramente. Nos vivimos nicos, y todo lo dems y a todos los dems tambin.
64
LA REALIDAD
Cuando algunos discpulos de Jess contaron que ste se les haba aparecido
fsicamente despus de su muerte y que ellos haban hablado con l, Toms les
dijo: Si no veo en sus manos la llaga de los clavos y no puedo poner mis dedos
en la llaga de las manos ni mi mano en su costado no lo creer. As se convirti
en el proverbial incrdulo Toms.
Cuando Jess despus volvi a aparecerse a sus discpulos, le pidi a
Toms que colocara su mano en la llaga de su costado para que pudiera
convencerse de la realidad de su resurreccin.
La cuestin es: reconoci Toms as esa realidad? Slo se hizo real para
l por el hecho de palparlo? Poda convertirse en una realidad a travs de sus
manos al palpar la herida de Jess?
Qu clase de realidad sera eso? Podemos vivir realmente una realidad
espiritual palpndola? O ms bien se nos evade si slo la queremos vivir y
reconocer como real de ese modo y slo en esas condiciones?
Lo que llamamos real y consideramos real de ese modo, para qu ha de
ser real para nosotros esa realidad? Para qu queremos esa realidad?
Hacemos algo con ella. Sabemos qu podemos hacer con ella y la ponemos
a nuestro servicio. De ese modo tambin la comprendemos y ella se deja
comprender por nosotros. Ella deja tomarse al servicio de nuestra vida,
supuesto que la respetemos, que le dejemos su lugar y que nos sometamos a
ella. Someternos, cmo? Nos sometemos a ella con la vida.
Esta realidad, si la comprendemos y aprovechamos, tambin nos da
poder: poder para la vida y poder contra la vida. En ese momento perdemos la
conexin con una realidad ltima que acta detrs de lo que slo percibimos
superficialmente. Ms an, en ese momento nos ponemos contra esa realidad,
creemos tener ese poder y que podemos comportarnos correspondientemente.
Entonces esa realidad se vuelve contra nosotros. Nos muestra que nos hemos de
someter a ella en lugar de ella a nosotros.
Cmo nos mantenemos en consonancia con aquella realidad que acta
65
detrs de lo visible y tangible superficialmente para nosotros? Movindonos
con su movimiento, en consonancia con su direccin y con su fuerza.
66
DESPEDIDA DE JESS
Jess, te dejo ir, te suelto. Puedo mirar cmo te vas? Realmente has estado?
O eran otros que te han anunciado sin haberte conocido, sin haberte escuchado
ni obedecido?
Para m te pierdes en la oscuridad. Slo llevo adheridas todava algunas
palabras que has dicho. Conmovido por ellas vivo y amo de otro modo.
Pero son slo tus palabras? Eres t quien habla a travs de ellas? O es
otra conciencia, otro espritu creador que ha hablado a travs de ti, el nico al
que finalmente puedo y debo obedecer, tal como t tambin le has obedecido y
nos lo has dicho?
No obstante, estas palabras me han alcanzado a travs de ti. Sin ti y
aquellos que las han pasado yo no las habra odo.
Pero cmo las escucho correctamente? Cmo las entiendo
correctamente? Cmo acto correctamente segn ellas? Si me alcanzan como
palabras de aquel a cuyo servicio estabas, tal como te alcanzaron a ti, si me abro
a ellas tal como t te abriste, si acto segn ellas, en la medida en que, como
hombre, puedo hacerlo, tal como tambin t has actuado segn ellas como
hombre, y si yo tambin fracaso con ellas tal como t fracasaste con ellas.
Todava vale hoy eso? No has sido, mientras tanto, distorsionado
muchas veces, hasta haberte convertido de amigo de los pecadores en su
enemigo? Todava vale.
Puede valer tambin para m? Puede preocuparme? No ests todava
ahora en otras manos, y no lo estamos tambin yo y todos los dems hombres?
Puedo retenerte? Puedo amarte? Puedes t amarme? No estamos solos
los dos? Solos ante otra cosa, solos juntos?
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EL ESPRITU SOPLA DONDE QUIERE
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QUIN ES COMO DIOS?
Quin es como Dios? As grit el arcngel Miguel cuando otros ngeles a las
rdenes de su cabecilla, Lucifer, se alzaron contra Dios. Por ese grito obtuvo su
nombre, pues Miguel significa: quin es como Dios?
Ese combate, tuvo realmente lugar en el cielo? O acaso tuvo y tiene lugar
en la tierra y nosotros lo trasladamos al cielo para servir de modelo a nuestro
combate por el predominio de nuestro dios?
En la tierra todava tiene lugar, en nombre de Dios y muchas veces oculto
bajo otros nombres.
Dejo al margen lo evidente. Por ejemplo, el combate de las religiones y
confesiones por el predominio de su dios y su fe y, de modo comparable, el
combate de las ideologas por su reconocimiento mundial. En uno y otro caso, a
menudo con violencia extrema.
Aqu me importan ms bien los enfrentamientos y combates interiores.
Por ejemplo, por el predominio de nuestras imgenes sobre lo que es correcto o
errneo, y en este sentido tambin sobre lo que es superior o inferior. Pues tras
cada una de esas representaciones hay una imagen de Dios que justifica estas
diferencias y las quiere llevar a la victoria.
Si prestamos atencin exacta a nuestro interior, qu significa entonces
para nosotros, traducido a la lengua vulgar, el grito de batalla? Quin es como
Dios? Significa: quin es como yo?
Cmo termina ese combate, en nosotros y en el mundo? Cuando estamos
dispuestos a decirle a toda persona: eres como yo. Entonces todos hacemos
honor por igual al Dios sobre nosotros, y a cada persona tambin.
69
RECOGIDO
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nuestro recogimiento especial. En l nos superamos en cierto modo hacia otro
nivel. Al cabo de un rato vivimos este recogimiento de otro modo de aquel al
que estamos habituados cuando nos recogemos desde nosotros. Nos recogemos
hacia l. Nos sentimos atrados por una fuerza espiritual hacia su mbito, a
menudo de modo irresistible.
Tambin sentimos una atraccin similar en otros casos, cuando algo nos
atrae y fascina. Con esta atraccin y recogimiento nos perdemos a menudo en
ella. Estamos entonces como fuera de nosotros.
Pero en el recogimiento espiritual, si somos atrados en l hacia algo que
nos supera de lejos, nos vivimos al mismo tiempo ms profundamente con
nosotros mismos.
Con este recogimiento an vivimos algo ms. En l nos sentimos en
nuestro objetivo, en nuestro final verdadero, ltimo.
71
RESERVADO
72
podemos comunicarlas a otros en consonancia con aquellas fuerzas de las
cuales las recibimos.
Tambin ante Dios somos a menudo reservados. Por ejemplo, cuando
rezamos. Qu le vamos a decir, cuando ya lo sabe todo de antemano? As que
le callamos nuestros deseos y temores, sin nombrarlos, sin dejar que nos
arrastren a decir cosas que afectaran el respeto por l y la confianza en l.
Tambin Dios se mantiene a menudo reservado frente a nosotros.
Precisamente entonces percibimos con especial profundidad su cercana.
Entonces tambin nosotros nos sumimos en el silencio, nos quedamos
reservados ante l en una contemplacin silenciosa. Aqu ya no se necesitan
palabras. Aqu todos han llegado a su destino.
73
LA INTERVENCIN
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enriquecedoramente por ambas partes junto al destino del otro, crecer con
amor.
Si otros han intervenido de modo arrogante en nuestra vida,
comprobamos de igual forma si realmente nos produce un mal. O si acaso nos
obliga a algo nuevo a lo que no habramos estado dispuestos ni hubisemos
sido capaces de hacer sin la intervencin del otro. De ese modo su intervencin,
independientemente de su intencin, se convierte para nosotros en estmulo y
bendicin.
Qu nos exige finalmente nuestra intervencin en el destino de otro, y a
ellos su intervencin en nuestro destino?
Los vemos a ellos y a nosotros con nuestro destino en manos de un poder
en todo aspecto superior a nosotros, que interviene ms all de nuestras ideas
de ventaja o desventaja, que lo lleva todo a lo mejor para todos por igual.
Cmo nos conducimos frente a ese poder? Dejamos que intervenga cmo
y a travs de quien sea. Le dejamos intervenir en todo lo que emprendemos, con
la intencin y los objetivos que sean. Confiamos en que l lo gue finalmente
todo para bien para todos. Tambin le dejamos que intervenga en aquello que
nos beneficie por la desventaja de otros. Cmo? Con amor en todo.
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ESPERAR
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EN NINGN LUGAR, AMADA,
HABR MUNDO
SALVO EN EL INTERIOR
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LA BENDICIN
Nos vivimos bendecidos cundo otros nos desean algo bueno. Originalmente,
bendecir significa decir el bien.
Pero no slo decimos cosas buenas por nosotros mismos. Al hacerlo nos
sentimos relacionados con una fuerza buena, con una fuerza sanadora y
amante. En consonancia con ella deseamos a otros el bien y provocamos el bien.
Si deseamos y decimos algo bueno a otros, damos precedencia a esta fuerza.
Bendecir es una postura interior. Pero bendecir tambin significa
despedirse. As, por ejemplo, decimos de un muerto que ha bendecido lo
temporal. Tambin si estbamos enfadados con alguien y lo bendecimos con
buenos deseos desde esta postura interior nos despedimos de l. Debido a
nuestra bendicin puede haber terminado algo.
Esta bendicin es de igual a igual. Une, mientras que al mismo tiempo
separa.
Tambin existe la bendicin de arriba hacia abajo. Por ejemplo, cuando los
padres bendicen a sus hijos. Del mismo modo que les dieron la vida, siguen
dndosela mediante su bendicin. Los bendicen, por ejemplo, en una
despedida, a fin de que se mantengan salvos y protegidos. Tambin en este caso
bendicen en relacin con una fuerza superior, aquella fuerza que los ha tomado
a su servicio como padres para sus hijos. Por eso esta bendicin viene de modo
especial desde arriba y es vivida as por los hijos. La bendicin de sus padres los
conecta con esa fuerza ms grande.
De modo semejante bendicen los sacerdotes a sus creyentes. Al igual que
los padres por sus hijos, ellos tambin son vistos en relacin con poderes ms
altos. Mediante su bendicin ponen a aquellos que la reciben en relacin con
esas fuerzas. Transmiten la bendicin de esas fuerzas a aquellos a los que
bendicen en su nombre.
A veces alguien nos pide tambin nuestra bendicin. Por ejemplo, para
que algo salga bien. De ese modo nos coloca a veces por encima suyo. Para que
podamos seguir en el mismo nivel humano que l, hemos de corresponder a su
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deseo de una manera que permanezcamos junto con l en el mismo nivel
inferior. Por ejemplo, desendole slo suerte de hombre a hombre. O dicindole
que deseamos que los buenos poderes acompaen y fomenten su proyecto.
Tambin esto es una bendicin, pero de igual a igual.
De ese modo podemos mantenernos mutuamente con otros en la postura
de la bendicin sin necesidad de expresarla. Permanecemos en la postura de la
benevolencia hacia otros, sobre todo con todos aquellos con los que tenemos
una relacin estrecha. Les deseamos que les vaya bien en todos los aspectos. De
ese modo nos convertimos en una bendicin para ellos, y ellos en una bendicin
para nosotros, en consonancia con los poderes que nos guan.
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CONFIANZA
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DNDE ESTOY?
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Dnde estamos entonces? Estamos todava? Importa eso todava?
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AVISADOS
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amor.
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PERDIDO
Cuando alguien nos dice: Aqu te has perdido algo, nos hemos perdido algo
realmente? Nos hemos perdido algo importante para nosotros? Los otros, los
que estaban presentes, evidentemente han ganado algo para s. Pero nosotros
nos hemos perdido, por eso, algo para nosotros?
Perdido significa: se nos escapa algo que era importante. Importante para
qu? Importante para nuestra supervivencia, importante para nuestro
crecimiento, importante para una experiencia que nos hace ricos y ms
humanos, ms amorosos, relacionados y siendo uno con ms personas.
Qu prdida nos duele ms profundamente? El amor evitado: el amor
evitado de tomar, el amor evitado de dar. Ese amor es irrecuperable.
Realmente? O se puede recuperar ese amor?
Nunca es demasiado tarde para el amor. Porque el amor sana tambin lo
perdido. Recupera. Cmo? Con mayor amor y humildad todava.
Ante Dios, el espritu creador que lo piensa todo, no hay prdida. Slo nos
podemos perder algo perecedero. Nunca nos perdemos lo que en ltimo
trmino permanece para nosotros. Viene a su tiempo y permanece a su tiempo.
Cmo? Finalmente.
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ATEMPORAL
Cuando el tiempo aprieta nos movemos con el tiempo hacia donde ste empuja.
El tiempo nos mantiene en movimiento, pues todo movimiento corre en el
tiempo.
Pero al igual que el mar profundo reposa en el fondo y slo las olas y la
corriente de su superficie se mueven, as ocurre con el tiempo. Slo se mueve
arriba. Puede moverse porque en lo profundo bajo l reposa algo atemporal.
Es decir que, cuando el tiempo aprieta, podemos retirarnos a eso
profundo, a eso permanente, que reposa en s, inalterado. Aqu tambin
nosotros encontramos reposo. Arriba, en la superficie, sigue andando el tiempo.
Pero nunca se nos escapa.
Todo lo esencial es atemporal. Es atemporal porque permanece. Tambin
el amor es atemporal, aquel amor que permanece. Tambin nuestro destino es
atemporal, porque est establecido desde el principio, como tambin nuestra
muerte.
Cmo nos movemos, pues, en el tiempo? Nos movemos con l
atemporalmente. Ya no nos arrastra porque permanecemos en otro sitio.
De ese modo tambin nosotros nos vivimos esencialmente permanentes.
Al igual que el mar profundo slo rozados en la superficie por las olas, movidos
y en reposo al mismo tiempo.
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ALL
Adnde quiero ir? Hacia all. Hacia all estoy en movimiento, siempre en
movimiento. Pero cuando estoy all, permanezco all? O desde all quiero
siempre seguir ms all hacia otro lugar?
Cmo es que sigo as en movimiento? Porque todo all es percibido como
provisional, desde el dnde hasta el qu quiero y el qu debo seguir.
Existe un all permanente adonde llegue definitivamente mi movimiento?
Cuando descubrimos que todo movimiento slo llega temporalmente,
tenemos no obstante, en lo profundo de nosotros, la certeza de que todava
existe otro all a donde todo movimiento conduce en ltimo trmino. Si no
existiera ese all no sentiramos en nosotros esa fuerte intuicin de que somos
atrados y arrastrados hacia all. Intuicin significa aqu que ahora ya estamos
relacionados con ese lugar, pues sin relacin no tendramos ni idea de l.
Esta intuicin se convierte en certeza cuando alcanzamos la consonancia
con un movimiento del espritu. ste nos lleva ya a un mbito ms all de
nuestras posibilidades sensoriales. Por ejemplo, que en l ya conocemos por
adelantado nuestros pasos siguientes y percibimos qu nos sobrevendr. A
menudo se trata de un desafo que conduce mucho ms all de nuestras
representaciones anteriores, que nos conduce, pues, a un all que sigui
inaccesible incluso como intuicin sin esa experiencia. Es saber que, conducidos
desde dentro y desde fuera, somos arrastrados espiritualmente hacia algo ms
all de lo necesario para nuestra vida aqu.
Es decir que estamos en camino hacia all y ya estamos all... con nuestra
intuicin, y seguros de l. Seguros con amor.
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EL ESPACIO
88
SECRETO
89
EL PROGRESO
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Esas representaciones son las que ms obstaculizan el progreso
propiamente dicho, el que rene y lleva adelante, con respeto mutuo, a las
personas y culturas ms diversas.
Este progreso es primero una prestacin personal, una prestacin de
individuos que se atreven a rehuir la fe ciega y el afn ciego que separa a
personas y grupos. Que se atreven a rehuir de ello con amor. En consonancia
con un movimiento del espritu que, por ser espritu, no conoce fronteras,
tambin superan esas fronteras con amor.
Quin es en este caso el ms progresista? Ese espritu, y nosotros, en
consonancia con l, tambin.
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AS VIVIMOS
Y SIEMPRE NOS DESPEDIMOS
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VOY
Voy cuando soy llamado. Es decir que mi ida est precedida por una invitacin
o una llamada. Mi ida responde a esa llamada o gesto. Me conduce a alguien
que me espera.
A veces titubeo por ir inmediatamente. Pues ir tambin significa
permanecer. Es decir que mi ida tiene consecuencias. Me ata y relaciona.
De dnde viene un gesto as? De dnde viene una llamada as? A
menudo viene de fuera. Contesto a esa llamada por amor, y a veces por
obligacin o por fuerza. El ir por obligacin o por fuerza no es ir realmente,
pues, a pesar de ir, quiero rehuir esa obligacin y esa fuerza.
Ocurre al revs al ir con amor. Voy porque quiero permanecer, a veces
incluso toda una vida.
Cuando soy llamado para acudir, he de irme a la vez de otra cosa. Slo
cuando estoy dispuesto a irme y dejar algo atrs y terminado, acudo realmente
y acudo del todo.
Tambin morir es ir de ese modo. Depende en gran medida de nosotros si
es un ir con amor o un ir por obligacin o por fuerza. La mayor parte de los
moribundos ya han odo antes esa llamada y estn dispuestos para ir y venir.
Entonces hay un ir y venir beatficos, serenos y entregados.
Quin llama cuando morimos? Quin nos espera cuando morimos?
Quin nos acoge? Alguien o algo con lo que podemos permanecer liberados de
toda preocupacin y molestia. Con ese ir volvemos al lugar de donde venimos.
An nos falta algo entonces? Slo la despedida. Tambin sta con amor.
93
JUEGOS DE PENSAMIENTOS
Puedo jugar sobre todo con los pensamientos de otras personas. Por ejemplo,
con sus pensamientos sobre Dios. Puedo darles la vuelta como quiera, siempre
giran en el mismo crculo. Con sus pensamientos sobre Dios me protejo de mis
propios pensamientos. Porque mis propios pensamientos a menudo me
atemorizan porque percibo de repente que son insensatos. Si los tomo en serio
temo que ms bien me separan de lo que realmente quiero pensar.
Aqu terminan los juegos de pensamientos. Es decir: de repente me
enfrento cara a cara a un pensamiento que, discurriendo en mi interior, pone
algo en movimiento y lo mantiene en movimiento, un pensamiento que me
acompaa a cada paso, incluso cuando quiero olvidarlo o eliminarlo: el
pensamiento de mi muerte.
A la vista de la muerte los juegos de pensamientos sobre Dios se muestran
dependientes de ese temor ltimo. Son juegos de ensayo antes de que vaya en
serio, el entretenimiento antes de que llegue la hora.
Cmo manejar de buena manera, pues, los pensamientos de los dems
sobre Dios?
Nos preguntamos: estn pensados a la vista de la muerte? Lo que esto
significa finalmente lo reza Rilke en su ltimo poema.
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ascend a la catica pira del sufrimiento,
tan seguro de no comprar nada futuro
por este corazn en que callaba la provisin.
Soy todava yo quien arde irreconocible?
No arrastro recuerdos.
Oh vida, vida: estar fuera.
Y yo en llamas. Nadie que me conozca.
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LA SERIEDAD
Las cosas se nos ponen serias cuando llegamos a un lmite. En l bien algo
termina para nosotros; bien se nos abre, al cabo de un rato, una salida.
Qu nos ocurre cuando, en ese lmite, buscamos una salida, aunque antes
tengamos que asentir a este lmite, incluso si tememos que sea definitiva? Por
ejemplo, cuando nos espera la muerte?
Eso vale tanto para nuestro lmite como para otros, si tememos que han
llegado a sus lmites. Entonces puede que busquemos una salida para ellos,
incluso contra nuestro ms leal saber y entender.
Les sirve de algo? Nos sirve a nosotros? Los tomamos en serio y nos
tomamos en serio? Tomamos en serio que tambin nosotros hemos alcanzado
un lmite?
Cmo nos comportamos entonces de un modo amoroso y serio a la vez?
Nos detenemos con ellos en su lmite. Estamos con ellos sin movernos por
nosotros mismos. De ese modo nos mantenemos en consonancia con ellos y con
su destino. Nos mantenemos en consonancia con aquellos poderes que
disponen sobre ellos y nosotros, sobre su destino y el nuestro.
A partir de esa consonancia ganan ellos y ganamos nosotros otra fuerza,
ante la que aquel lmite se retira al cabo de un tiempo tanto como para que, ms
all de lo superficial, se abra para algo permanente.
Para quin se abre ese lmite? Tambin para nosotros si lo hemos tomado
en serio. Porque serio era tambin nuestro amor.
96
SIMULADO
97
dada por el cuerpo a la percepcin que le es posible, a lo que sirve a su
supervivencia y la de su especie. Esa respuesta se muestra en un movimiento,
en un movimiento dirigido a un fin. Eso vale para todas las imgenes del
mundo, incluida la nuestra.
As como los objetivos y los caminos hacia ellos son diferentes para todos
los seres vivos, as se diferencian tambin las imgenes que sirven a esos
objetivos. Todos simulan una realidad, slo que en cada caso otra. Son vitales
para aquellos que las tienen y por eso, dentro de esos lmites, veraces.
La cuestin es: existe para el hombre otra realidad ms, ms all de la
realidad percibida sensorialmente, es decir una realidad ms all de nuestras
imgenes de nuestro mundo?
Nuestras intuiciones de que en todo acta algo ms, que en todo acta
algo espiritual que sabe todo lo que hay, que lo piensa tal como es, tambin
son algunas de esas imgenes? Hay en nosotros un rgano de la percepcin
afinado con esa realidad a fin de que podamos percibirla de manera semejante a
aquella realidad que nos permite vivir en este mundo? No hay ningn rgano
que nos permita percibir sensiblemente una realidad tal ms all de nuestra
imagen del mundo. Incluso si hubiera un rgano sensorial as, podra aadir
algo a nuestra imagen del mundo, algo que sirviera ms a nuestra vida y su
desarrollo? Al igual que los animales con su imagen del mundo y su conciencia,
nosotros tambin tenemos con nuestra imagen del mundo y nuestra conciencia
dependiente de ella, todo lo que necesitamos para nuestra vida aqu.
Esa intuicin y el movimiento que sale de ella se dirigen a algo que est
ms all de nuestra imagen del mundo. Se dirigen a algo que acta con
independencia de todo lo que nos simula esa imagen del mundo. Se trata de
algo que, por una parte, nos marca esa imagen del mundo, porque quiere y
soporta nuestra vida en este mundo simulado, pero que, por otra parte, nos
atrae hacia s, hacia un mbito donde fracasan nuestros sentidos.
Aqu se acaba lo simulado: la vida simulada y la muerte simulada. Porque
tambin la muerte forma parte de nuestra imagen simulada del mundo y tiene
su lugar en l... provisionalmente.
98
EL CUERPO
99
DESCENDIDO
De viaje, descendemos de noche para poder pasar la noche en algn lugar. All
reposamos despus de un largo viaje. Nos alegramos de haber podido apearnos
y de ser acogidos.
Algunos tambin descienden del caballo y vuelven a poner los pies en el
suelo. Porque no se puede cabalgar largo rato sobre un alto caballo. Quien
vuelve a estar en el suelo se siente seguro. Por fin abajo.
Es decir que el descenso es desde una altura. Va hacia abajo, donde
depende de otros y donde es acogido por ellos. Despus del descenso nos
sentimos mejor, pues slo abajo, despus de haber descendido, nos sentimos
humanos, humanos como todos los dems humanos. Por eso muchos se sienten
aliviados cuando tienen que descender. El descenso les permite seguir adelante,
empezar cosas nuevas y estar unidos con muchos de otro modo, ms humano.
En lo que respecta a lo humano, para muchos la hora del descenso es para
volver a sentirse hombres entre iguales. Se hacen posibles nuevas relaciones y
nueva accin y nuevo amor.
El descenso propiamente dicho es el descenso del yo, el descenso de lo que
nos ha delimitado de otros y nos ha alejado de ellos. Slo ese descenso nos
conduce humanamente adelante. Mediante el descenso vamos hacia los otros.
Lo contrario del descenso es el ascenso. Aqu se trata de que ascendamos
de tal manera que no haya descenso desde all, es decir que no haya de seguirle
un descenso para equilibrarlo.
Cmo ascendemos de ese modo? Ascendiendo juntos con muchos, sin
estar por encima ni por debajo de ellos. De lo igual no hay descenso, como
tampoco hay ascenso desde l. Todos ascienden conjuntamente. Conjuntamente
se protegen del descenso. Conjuntamente se mueven adelante. Cmo? Con
respeto mutuo, con unin mutua, con amor mutuo.
Quien desciende a ese nivel verdaderamente asciende, humana,
humildemente, con amor.
Adonde asciende de ese modo, all permanece.
100
OH, ADELANTE PUES, SLO ADELANTE
Sea lo que sea lo que alcanzamos nos empuja adelante. Si se quedara parado
sera su fin.
Adelante empujan sobre todo nuestros pensamientos. Sabemos que slo
abarcamos una fraccin de lo que espera nuestro conocimiento. De modo que
empujamos adelante.
Lo mismo vale para nuestras experiencias. Sea lo que sea lo que hemos
experimentado hasta ahora empuja adelante, hacia nuevas experiencias, hacia
algo que no ha existido nunca antes. As se mueve adelante nuestra vida y la
vida de la humanidad.
Adnde? Hay un fin para este movimiento? O estamos en un
movimiento infinito? Slo que primero vemos, como nuestro fin, un fin ms
cercano, aunque pronto tomamos conciencia de que nuestro movimiento quiere
ir ms all de esa meta.
A qu nos ajustamos, pues? A que siga adelante, siempre adelante.
Es que nunca encontramos reposo? Ese movimiento nunca encuentra
reposo porque es un movimiento creador. Nosotros encontramos reposo en l si
nos dejamos mover por l adonde quiera que nos conduzca infinitamente.
Si nos entregamos a ese movimiento y le asentimos con amor y entrega, l
tambin nos porta. Al dejarnos en manos de ese movimiento encontramos
reposo, aunque, por cierto, un reposo en movimiento. Ese reposo es un
movimiento vivo que, puesto que prosigue, nos llena de amor. Pues todo lo
nuevo resulta nuevo para nosotros porque nuestro amor se adapta en l a cada
vez ms.
Es decir que aqu sigue adelante sobre todo nuestro amor. Este amor es
apacible, pues est por igual en todo, totalmente.
101
OH, VEN Y VE
Tal como has venido puedes tambin irte. Tal como he venido puedo tambin
irme. Todo venir es por un tiempo. Espera el irse, pues se completa en el irse.
Adnde va? Va ms all de un lmite.
Quin viene aqu, y quin se va? Nuestra vida viene y va. As lo
percibimos. Venimos a esta vida, permanecemos vivos cierto tiempo, y nos
vamos de la vida cuando morimos.
As vienen tambin los dems, que comparten la vida con nosotros, a
quienes incluso se la damos. Permanecen con nosotros por un tiempo y se van.
Como nosotros, tambin se van de la vida a su tiempo.
Oh, ven y ve. Yo vengo y me voy, y t vienes y te vas. Todo viene y todo
se va. Lo dejamos venir cuando quiera que venga y lo dejamos ir cuando quiera
y deba irse. Todo.
Qu nos ocurre cuando nos vamos? Nos terminamos cuando nos
vamos? Terminan otros cuando se van? Se termina el mundo cuando se va?
En lo ms profundo de nosotros intuimos que nuestro ir y venir slo es
una campanada de una hora que vino y que prosigue hacia la siguiente.
Adnde? A otro movimiento que ni viene ni se va porque reposa en s.
De modo que nuestro venir es provisional, y nuestro irnos tambin. Slo
en esta vida, de la que no sabemos su comienzo ni su fin ltimo,
experimentamos esta llegada provisional a la vida y la salida de ella. Y
asentimos a que nosotros y todos los dems estemos incluidos en ese
movimiento sin poder detenerlo ni modificarlo, y sin conocer su direccin.
Cmo, pues, venimos y nos vamos? Venimos y nos vamos dentro de un
movimiento en el que todo permanece como quiera que venga y como quiera
que se vaya.
Importa entonces todava quin viene y quin se va, y qu viene y qu se
va, y cundo viene y cundo se va? Porque viene permanece, cuando quiera
que venga y cuando quiera que se vaya, y cmo venga y vuelva a irse. Viene y
regresa, regresa con todo por igual, regresa para siempre.
102
AL FINAL
Lo que viene al final viene finalmente. Todo ha esperado este final. Completa lo
que le precedi. Por eso decimos: Quien re el ltimo re mejor, lo que le
precedi ya no cuenta.
Lo que viene al final siempre estuvo ya all. Slo que qued oculto a
muchos. Por eso no viene, sino slo se muestra, se muestra al final.
Por qu esperamos entonces el final? Porque de momento no lo
soportamos todava. Pero no podemos huir de l.
Al final llega para nosotros la muerte. As por lo menos lo creemos a
menudo. Con ella llega a su fin lo que hubo antes. O es que, en el fondo, no
hay final alguno? Est todo en un movimiento en el que no espera ningn
final?
En ese movimiento se acaba toda espera. En l todo contina.
No obstante, para nosotros hay un final. Hay un final para nuestro yo. Ese
final no puede venir, slo se va.
Cuando se va empieza el puro presente, el presente tal como todo es y
todo permanece. Pero, por cierto, dentro de un movimiento.
Ese presente siempre es un antes, pues siempre es nuevo. Es nuevo sin
pasado y sin futuro: infinitamente nuevo.
103
BIEN EST LO QUE BIEN ACABA
Miramos hacia el final porque creemos que con l se habr terminado todo.
Pero cuando miramos el final nos perdemos lo que aporta. Pues slo hay un
final con todo lo que lo precedi.
Por eso slo podemos ver el final junto con su principio y con todo lo que
hay entre l y su principio. De pronto descubrimos que sin un principio
tampoco hay un final y que entre ellos hay un movimiento cuyo principio se
nos mantiene oculto y cuyo final tambin.
Por qu decimos entonces: Bien est lo que bien acaba? Porque
esperamos el final de un movimiento sin ser movidos ya por l.
Por qu esperamos un final? Si permanecemos en ese movimiento, por
qu esperamos un final? Qu nos lleva a su final? Qu provoca en nosotros si
esperamos su final? Con la vista puesta en su final nos sustraemos a ese
movimiento, acaso incluso nos lo perdemos.
Qu movimientos alcanzan un final? Aquellos movimientos que parten
de nosotros, en los que queremos terminar algo para nosotros.
Por qu lo queremos? Porque un movimiento infinito nos da miedo.
Qu miedo? Que, en l, perdamos el control. Que nos veamos llevados en un
movimiento que prosigue ilimitadamente, ilimitadamente sin principio,
ilimitadamente sin final, en un amor ilimitado.
Si ese amor no alcanza ningn lmite ni a ningn final, no nos queda nada
que podamos aferrar para nosotros y que podamos iniciar y llevar a su trmino
desde nosotros. Es decir que finalmente soltamos. Porque todo est bien, el
principio y su final, porque en ltimo trmino no cuenta lo uno ni lo otro.
Cuenta lo que permanece, lo que permanece sin nosotros y con nosotros, lo que
siempre permanece en movimiento porque es en cada momento creativamente
nuevo.
104
ME MANA EN EL CORAZN
EXISTENCIA EXCEDENTARIA
105
CULPABLES
106
un futuro comn puede volver a empezar el amor y con l el intercambio de dar
y tomar. El intercambio con aquella culpa leve que enriquece a ambos. Esta
culpa une donde la otra separa.
En el Padrenuestro se describe ese proceso aplicado aqu a nosotros los
humanos de igual a igual: Perdona mi culpa como yo tambin perdono la
tuya. Entonces ambos vuelven a ser iguales tambin ante Dios.
Peor y de alcance mucho mayor es la idea de que tambin nos hacemos
culpables ante Dios, que l se enfade con nosotros si lo tratamos injustamente y
que l entonces nos castigue seversimamente por nuestra culpa. La idea de que
tambin castigue seversimamente a otros, mucho ms all de una medida
humana si resultan culpables ante l, culpables ante l y, segn nuestra idea,
tambin ante nosotros.
Es decir que aqu proyectamos en Dios nuestros malos pensamientos, y
proyectamos de retorno en nosotros los malos pensamientos que nosotros le
adscribimos. Entonces nos castigamos a nosotros y a otros con el auxilio de esas
ideas, como si procedieran de Dios y no de nosotros.
Cmo manejamos esa culpa? Dejamos esos malos pensamientos en
nosotros, slo en nosotros, y los superamos con amor: con amor a nosotros y
con el mismo amor a los otros.
Cul es el efecto entonces? Proyectamos tambin en Dios nuestros buenos
pensamientos, lo vemos actuando en nuestro amor y, a travs de la consonancia
amorosa con otras personas, alcanzamos al mismo tiempo la consonancia con
Dios.
O es ms bien al revs? Si en el Padrenuestro decimos, tambin aqu
levemente cambiado: Perdnanos nuestra culpa al igual que nosotros
perdonamos a aquellos ante los que nos hemos hecho culpables y que se han
hecho culpables ante nosotros, volvemos a ser iguales a ellos, sin culpa, y ante
Dios.
107
LO ESPIRITUAL
Qu imgenes actan detrs de la idea de que hay una va espiritual que nos
conduce ms all de lo anterior a un nivel espiritual superior?
Lo que acta detrs de la idea de esa va espiritual es un sentimiento de
culpa. Qu culpa? La culpa ante algo superior, ante algo espiritual. Ante eso
superior o espiritual reducimos la culpa a travs de una va espiritual. Por eso
forma parte necesariamente de esa va espiritual la renuncia, es decir de poco en
lugar de mucho.
En sentido estricto, esta va espiritual se dirige contra la vida tal como es;
es en lo profundo un movimiento de odio contra nosotros mismos, pero
tambin de odio contra aquello superior y espiritual, a lo que, en nuestra idea
de nuestra culpa, debemos esta renuncia, el odio contra nosotros mismos. Esta
va espiritual es una va sin amor.
Pero en la prctica muchos que siguen esta va superan tanto la culpa
como el odio. Empiezan a servir.
Este servicio sera la otra va espiritual. Se hace espiritual si, en
consonancia con un movimiento espiritual, servimos al amor: primero al amor a
nosotros, un amor espiritual a nosotros.
Dnde empieza este amor? Dejamos de lado la idea de que somos
culpables ante algo superior, como si le debiramos algo. Nos comportamos,
por el contrario, en nuestros pensamientos y en nuestro hacer servicial como si
en todo lo que somos furamos amados por esa realidad espiritual: amados de
tal manera que en todo nos da y desea ms de lo que ya tenemos. Que, por lo
tanto, nos alcanza desde ella un amor que da, en nuestra vida y en nuestro
amor, ms en lugar de menos.
Aceptamos pues de ello ese amor y amamos como ello siempre que
servimos. Tambin nosotros con ms en lugar de menos, en consonancia con
todo como se encuentra con nosotros y tambin nos sirve.
Somos entonces espirituales? O somos simplemente slo humanos?
Realmente humanos?
108
EXTRAVIADO
109
otro amor, el mismo amor a todos, todos amados igualmente por l y en ese
amor recogidos y en casa, cualquiera que sea nuestro destino.
110
EN MEDIO
111
PARA QU
Cuando nos encontramos con un dolor inesperado, acaso tambin cuando nos
cae encima algo con peligro de muerte, como por ejemplo una enfermedad, nos
preguntamos a menudo: para qu? Es decir que buscamos una relacin, algo
que le precedi y podra haberlo causado. Al buscar as tenemos la imagen y
reconocemos que todo lo que nos encontramos de ese modo est en relacin con
muchas otras cosas. Nada viene para nosotros solos.
Muchos se preguntan, por eso, cuando se enfrentan con algo as: qu he
hecho mal? Buscan una culpa y consideran el dao que los ataca como
consecuencia de una culpa. Si lo pueden relacionar con una culpa se sienten
aliviados. Como expiacin de una culpa les es a menudo ms fcil soportar un
dao porque se imaginan que pueden pagar la culpa con su dolor y esperan
saldarla as.
Pero ninguna culpa se puede saldar, porque con la idea de que tenemos
una culpa con la que causamos un dolor y con la idea de que podemos saldar la
culpa mediante nuestra expiacin, nos comportamos como si furamos los
seores, y la culpa y la expiacin fueran nuestros criados. Es decir que
secretamente queremos la culpa y la expiacin para sentirnos poderosos.
Aunque ciertamente sin amor.
Pero tambin podramos preguntarnos: adnde soy conducido por ese
dolor? De qu soy apartado ahora y qu se me prepara ahora? Siempre se me
prepara un amor diferente y ms grande.
En ese amor nos soltamos, tanto de la culpa como de la expiacin. En
lugar de estrechos nos hacemos anchos. Por eso, en lugar de la pregunta para
qu?, que a menudo mira atrs, tambin la podemos hacer de modo que mire
adelante. Entonces, en lugar de para qu?, preguntamos adnde? Y ya
estamos en otro camino, en un camino de amor.
Pero no sabemos adnde. Dependemos de una indicacin que slo puede
venir de fuera, de una fuerza que tiene en sus manos nuestra vida con todo lo
que forma parte de ella, tambin nuestra culpa. Tambin en este caso, en lugar
112
de para qu? preguntamos adnde? Y ya nos apartamos de culpa y
expiacin y vamos hacia el amor. Hacia el amor a muchos que antes no tenan
sitio con nosotros, pero que ahora son devueltos y vuelven a ser acogidos.
Nosotros somos conducidos a ellos y ellos a nosotros. Para qu? Para que
seamos unos iguales a otros, sin culpa, sin expiacin, sin mirada atrs, presentes
conjuntamente: presentes con amor ante Dios.
113
LA PURIFICACIN
Puro significa: libre de. Libre de qu? De algo que es menos: menos valioso,
menos importante, menos conducente al objetivo. Pero puro aqu significa sobre
todo: querer librarse de algo.
Pero muchas cosas mejoran si se les aade algo, si aaden algo. Por
ejemplo, cuando el espritu viene al cuerpo y en cierta medida lo espiritualiza.
El cuerpo, es entonces menos o es ms? Pierde o gana pureza? Es por eso
menos libre o ms?
Aqu se contraponen dos movimientos. Qu pasa si nuestro cuerpo
quiere estar puro del espritu? Si nos sentimos predominantemente en nuestro
cuerpo y obedecemos de tal manera sus movimientos que consideramos los
movimientos del espritu como un obstculo y algo que nos molesta? Por
ejemplo si apartamos un conocimiento que abre camino para permanecer
totalmente con una necesidad de nuestro cuerpo sin tener en cuenta, al mismo
tiempo, adnde nos conduce ese conocimiento a nosotros y a otros. Ese modo
de purificacin y libertad conduce a menos y no a ms.
A la inversa, ocurre lo mismo si consideramos al cuerpo como una
molestia para un movimiento del espritu y queremos, de alguna manera,
librarnos de l. Por ejemplo a travs del ayuno y otras formas de abstinencia, a
menudo llamadas mortificacin. Que palabra ms horrible!
Tambin esa purificacin lleva a menos en lugar de a ms, y por ambos
lados: tanto para el cuerpo como para el espritu.
Es decir que si aqu queremos tener, por una parte, ms, nos falta algo por
otra. Puro aqu significa al mismo tiempo prdida.
Realmente puro significa para nosotros: todo a la vez. Pero acordado
mutuamente, acordado mutuamente con amor. Puro significa aqu: amor para
todos y todo a la vez. La pureza es aqu la vida plena y el amor pleno. Esta
pureza es plenitud.
114
LA PACIENCIA
115
LA MORAL
116
funcin para el propio grupo y se extiende a otros grupos, como el bacilo de la
descomposicin que impulsa a los pueblos a la guerra para expulsar a otros su
moral e intentar someterlos a la propia.
Esta moral se opone sobre todo a la paz. La paz es posible cuando cada
grupo sacrifica algo de su moral a la otra.
Cmo escapamos de esta moral? A travs de otro amor.
117
AFECTADO
Afectado significa: simulado. A menudo no con mala intencin, sino porque las
circunstancias lo sugieren o incluso exigen.
A menudo reconocemos como afectada determinada conducta moral. Pero
por qu ha de simular alguien? Porque otros, si mostrara realmente lo que vale
para l, lo excluiran de su comunidad. Por eso, para protegerse de ellos y de su
moral, se adapta a su moral. Aunque hipcritamente. Les da gato por liebre.
La hipocresa es parte de una lucha por el poder en la que a menudo se
juega la propia supervivencia. Si alguien simula mal y los dems perciben su
hipocresa, se pone en peligro. A muchos judos espaoles les ocurri as,
aunque se bautizaran.
Aqu se muestra cuan inmisericorde puede ser la moral y que slo la
hipocresa nos salva a veces de ella. Por eso afectamos moral frente a la moral
de otro grupo. En nuestro propio grupo, al que pertenecemos para nuestra
supervivencia, no necesitamos simular. En l estamos seguros.
Si aquellos que nos acusan de hipocresa dependieran de nuestro grupo
para su supervivencia pero quisieran sentirse internamente unidos a su propio
grupo, deberan simular ante nosotros, para evitar nuestra amenaza, como
nosotros ante ellos.
Por lo tanto, la hipocresa es en gran medida fidelidad al grupo propio e
intento de protegerse contra los ataques que amenazan de otro grupo con otra
moral.
Donde no hay moral tampoco se requiere hipocresa. Donde vamos ms
all de los lmites de nuestra moral reconociendo, por ejemplo, los otros grupos
y su moral como equivalente e igual a la nuestra, se acaba tambin la
hipocresa. Cada cual puede ser como es, como es en su grupo y como ha de ser
en su grupo.
Cmo superamos esa moral y, con ella, la hipocresa? Por el amor del
espritu.
118
CONTRA
119
cotidianeidad en otro nivel en el que aquello que nos tiene presos aqu parece,
en todos los aspectos, provisional y vaco. En nuestro nivel cotidiano nos tiene
preso sobre todo nuestro yo y todo lo que referimos a nuestro yo. Por ejemplo
nuestros sentimientos de culpa y de inocencia, y de mejor y peor.
En ese otro nivel no cuenta nada de lo que nos separa aqu, tampoco un
sentimiento a favor o en contra ni de banal o importante. En l slo cuenta el
movimiento que procede de nuestro fondo primigenio y nos devuelve a l,
vaco de todo lo que ha ocurrido mientas tanto. Se disuelve permanentemente
en este movimiento. En l todo es ya a favor y presente. Presente con todo,
pleno.
120
OYES RETUMBAR Y TEMBLAR,
SEOR, LO NUEVO?
121
LA FUERZA
122
la energa que hace posible tal movimiento. Por eso hablamos con toda
naturalidad de la fuerza de los pensamientos y de la fuerza de nuestras
representaciones e imgenes.
Tiene tambin el espritu una fuerza propia? Tiene una energa propia?
De dnde saca nuestro espritu su energa? Necesita esa energa
aprovisionamiento? O nuestro espritu est siempre en movimiento,
independientemente de cmo nos sentimos corporal y anmicamente? Pues
nuestro espritu sigue despierto y en movimiento incluso durante el sueo.
Aqu, sobre todo, hemos de reconocer que este movimiento no puede
proceder de nosotros y que obtiene su fuerza y su energa del exterior, tambin
de fuera y ms all de nuestro espritu.
De dnde procede, pues, en ltimo trmino toda fuerza? Qu la pone en
movimiento y qu la hace creativa? Porque toda fuerza provoca algo que antes
no exista.
Porque esta fuerza es creativa y con ello se dirige a un fin est portada por
una conciencia. Por un lado la porta nuestra conciencia, por ejemplo, por lo que
pensamos y sentimos. Al mismo tiempo est portada por otra conciencia en la
que en ltimo trmino se fundamenta.
La fuerza y la energa proceden por lo tanto de un espritu creador con el
que estamos unidos de manera ntima hagamos lo que hagamos y sea lo que sea
que nos ocurra.
Puede terminarse esta fuerza? Puede terminarse ese espritu? Podemos
terminarnos nosotros? Ha de preocuparnos? As como esta fuerza acta ahora
desde fuera y nosotros somos movidos por ella, as sigue actuando. Cmo?
Creativamente.
123
ENIGMAS
Los enigmas esperan que los resolvamos. No nos dejan en paz hasta que los
hemos resuelto.
Cada tarea especial contiene an enigmas sin resolver. Slo sus enigmas
nos las hacen interesantes.
El mundo y nuestra vida estn llenos de enigmas. Resolvemos muchos en
el curso de nuestra vida. Seguimos con vida si los resolvemos paso a paso, si los
resolvemos hasta tal punto que nuestra vida pueda continuar.
Muchos enigmas de la vida tienen que ver con nuestras relaciones.
Nuestras relaciones nos proponen el mayor nmero de enigmas. Pero el mayor
enigma somos nosotros mismos.
Enigmtica es para nosotros nuestra procedencia. De dnde venimos
realmente? Qu hubo antes que nosotros, y qu vendr despus de nosotros?
No podemos resolver estos enigmas. Tenemos que enfrentarnos a ellos sin
comprenderlos. Contienen tambin un ensalmo. Esto enigmtico tiene
profundidad.
A menudo no soportamos esos enigmas. Entonces nos hacemos imgenes
de ellos. Estas expulsan de ellos el temor. Por ejemplo, la imagen de cielo e
infierno. Nos imaginamos que con esas imgenes hemos resuelto algo decisivo
para nosotros. Nos aferramos a ellas an cuando, observadas exactamente,
proponen ms enigmas que los que resuelven.
Cmo vivimos con estos enigmas de un modo que les hagan justicia? Los
dejamos como estn, nos sometemos a ellos y los soportamos. Sin resolver
despliegan su belleza y fuerza propias y siguen misteriosos y grandes. Porque
sin resolver escapan a nuestra curiosidad y nos muestran nuestros lmites.
Mientras tanto nos ocupamos como entretenimiento de los enigmas
pequeos, los crucigramas, por ejemplo, porque estos podemos resolverlos.
Pero qu hacemos cuando los hemos resuelto? Los apartamos.
Pero los grandes enigmas nos tienen presos toda una vida y puede que
incluso despus.
124
EL PENSAMIENTO
125
un amor que asiente a todo tal como es.
Slo a travs del amor alcanza nuestro pensamiento la consonancia con
aquello a que se puede referir su accin. Nuestro pensamiento est conducido
tambin en la accin por ese poder espiritual, conducido espiritualmente. Est
inspirado inmediatamente por l tambin en la accin.
126
SUPERADOS
Somos superados cuando hemos de quedarnos atrs porque pasa a nuestro lado
algo ms fuerte. Sea lo que sea que ha sido superado de este modo, ha perdido
la conexin. Entonces decimos de ello: ha quedado superado. A menudo eso
tambin significa: ya sirve de poco.
Muchos pensamientos estn superados. Puede que todava estn apegados
a representaciones familiares, por ejemplo una representacin de lo que es
bueno o malo, lo que es til o daino, sin que las confrontemos con la realidad
evidente.
Entre los pensamientos superados hay muchas representaciones,
esperanzas y temores religiosos. Tambin se cuentan entre ellos muchos
pensamientos cientficos en cuanto se oponen a nuevos descubrimientos.
Tambin estn superadas muchas costumbres. Las seguimos a pesar de
saber que nos daan. Por ejemplo muchas costumbres alimentarias.
Qu hacemos cuando comprendemos que nos han superado y que nos
hemos dejado superar? Buscamos la conexin dejando algo atrs, quizs algo
querido. Eso nos resulta tanto ms fcil cuando comprendemos que lo nuevo y
progresivo que nos ha adelantado nos ofrece ms, aunque a menudo tambin
exija ms.
A la inversa, lo nuevo nos quita mucha carga. Hace ms fciles muchas
cosas, y tiene futuro.
Queda superada tambin nuestra vida, por ejemplo, cuando morimos?
Queda superada continuando de un modo nuevo, de un modo espiritual?
Ya en esta vida podemos percibir una fuerza espiritual detrs de todo lo
visible, que lo pone en movimiento y lo mantiene en movimiento. Esta fuerza
espiritual no la podemos equiparar con lo visible, puesto que prevalece sobre lo
visible y le antecede. Es una fuerza espiritual. Nada de lo que podemos
experimentar o pensar puede superarla. En consonancia con ella superamos
todo lo que para nosotros sigue provisionalmente aqu, incluso nuestra vida.
127
ESPERO
128
Por eso la experiencia de la espera de lo bueno o lo malo y la experiencia
del efecto que lo uno y lo otro tienen para nosotros y otros, nos conducen al
descubrimiento de que todo tiene su sitio a la vez, es decir que ambas cosas
actan conjuntamente de tal manera que nos llevan ms all de los lmites tanto
de lo uno como de lo otro.
Qu significa eso para nosotros? Al final soltamos tanto lo uno como lo
otro, porque ni lo uno ni lo otro contaba.
Tanto la experiencia del bien como la del mal son expresiones del yo,
porque slo con relacin a nuestro yo y con relacin al efecto que uno y otro
tienen para nuestro yo, podemos distinguir el bien del mal. Sin el yo desaparece
tanto el uno como el otro. Ambos son provisionales.
Qu esperamos, pues, finalmente? Ser conducidos ms all del uno y del
otro, ms all de nuestras imgenes, y a ser acogidos y llegar a otra parte del
mismo modo con amor. Esta espera se cumplir con seguridad.
Tambin esta espera acta. Ya ahora nos vemos a nosotros y a todos los
otros, independientes unos de otros y cada uno en su espera respectiva
diferente, iguales ante ese final.
129
RAMIFICADO
130
de que en este caso las ramas toman sin dar.
Cmo nos mantenemos unidos, en calidad de ramas, con esta raz?
Abrindonos a todo movimiento procedente de ella. Dejndonos mover
gustosos por ella adonde quiera que nos lleve, slo rama y nunca raz. O s?
Se pueden distinguir raz y rama en este movimiento? Movidos con ella y
por ella en todo, no nos hacemos esencialmente unos con ella?
131
LO IGUAL
Lo igual une, porque con lo igual ya no hay mejor o peor. Lo igual acta
uniendo porque con ello ya no hay gradiente. Es evidente que el ser superior o
inferior se opone a este efecto.
Cmo me hago igual? Por ejemplo, si le digo a otro lo que tengo contra l.
Qu ocurre en ese momento? Al decirlo, el otro descubre que digo algo contra
l tanto como algo sobre m mismo. De pronto estamos al mismo nivel. En lugar
de separados, somos uno. Somos uno por lo igual.
Algo parecido ocurre si le digo a alguien, a quien he hecho dao: Lo
siento. En ese momento siento el mismo dolor que l. Volvemos a ser iguales.
En lugar de separados, nos sentimos unidos, a menudo mucho ms que antes.
Qu pasa si alguien me hace dao? Cmo me har igual a l? Queriendo
hacerle dao tambin. Puedo, por ejemplo, decirle: Quiero hacerte tanto dao
como t me lo has hecho a m. En ese momento me convierto internamente en
un delincuente como l. Tal como yo era una vctima, vctima por aquello con
que l me ha hecho dao, l se convierte en vctima ma. Y ya volvemos a ser
internamente iguales.
Seguir l hacindome dao? Le har dao yo? Porque volvemos a ser
iguales, estamos libres el uno del otro: libres de estar juntos y libres de seguir
nuestros propios caminos.
Iguales en este sentido lo somos entre humanos. Mientras sabemos que
somos iguales, iguales en todos los sentidos, seguimos en paz entre nosotros.
Cada cual puede ser igual que nosotros y nosotros igual que l.
Somos tambin iguales ante aquellos poderes de los que venimos y a los
que vamos? Precisamente ante ellos somos iguales: iguales abajo, amados igual,
conducidos igual, iguales de acuerdo. Humildes siendo uno, siendo uno con
amor.
132
DICHO
Por fin est dicho, decimos a veces cuando un secreto haca tiempo que
quera salir a la luz, pero hemos temido el efecto cuando finalmente se dijera.
Por ejemplo, cuando en una familia hay otros hermanos de otra relacin que se
mantuvo oculta ante los otros, o cuando un hijo se entera de quin es su
verdadero padre. Todos suspiran aliviados y todos se sienten mejor. Sobre todo
es posible una accin nueva con otra orientacin y un nuevo amor mayor.
Pero a menudo es mejor si algo queda sin decir. Por ejemplo, una culpa.
En lugar de confesarla, nos la guardamos. Preferimos asumir una carga que
cargarla sobre otros para sentirnos mejor. Tambin en este caso decimos a
veces: Por fin lo he dicho. Pero para qu? Ayuda a los otros o me ayuda a
m, sobre todo, el haber aliviado mi mala conciencia? Es posible para m otra
accin ms amorosa? Crezco por haberlo dicho? Me convierto por ello en ms
o en menos? Sigo grande con ello o me empequeezco?
Qu ms es mejor que quede sin decir? Si quiero cantarle a uno las
cuarenta. Por regla general es mejor no cantarlas. Hace mejor al otro si lo hago?
Me hace mejor a m?
Si me lo reservo, el movimiento, en lugar de ir afuera, va adentro. Pues
por qu quiero realmente cantarle las cuarenta a otro? Si lo hago, me siento
mejor. Por qu me siento mejor? Cargo sobre otro algo de m, que me afecta a
m. Pues esa opinin me pertenece a m, slo a m. Es la sombra de mi luz.
A menudo decimos algo sobre otras personas, sin conocerlas, y decimos
tanto cosas buenas como malas. Tambin en este caso sera mejor que ambas
cosas no fueran dichas. Pues con ambas cosas intervengo en algo que pertenece
al otro. No dicho, tanto lo bueno como lo malo queda en m, slo en m. Los
otros quedan libres de m, y yo de ellos.
Tambin sera mejor que quedaran sin decir muchas interpretaciones de
un acontecimiento y las interpretaciones de la conducta de otras personas. Con
nuestras interpretaciones, hacemos justicia a un acontecimiento o una
conducta? Nos hacemos justicia a nosotros?
133
Se dice, sobre todo, lo que sirve a nuestras relaciones. Decimos a los otros,
por ejemplo, qu necesitamos, qu deseamos, y decimos lo que mantiene y
profundiza nuestra relacin con ellos. Por ejemplo, le decimos a una pareja que
la queremos, que nos alegra su presencia, que le agradecemos lo que nos regala.
Si ella tambin nos dice lo mismo a nosotros, le decimos: Gracias por decirlo.
Le agradecemos que tambin nos haya dicho que nos quiere.
Qu pasa si nosotros u otros decimos algo sobre Dios? Podemos
hacerlo? Estamos autorizados a hacerlo? Si lo decimos de una manera que se
mantenga en consonancia con un movimiento de amor por todo tal como es,
tambin con el amor por nosotros tal como somos, est bien dicho.
Todo lo que sirve al amor est bien dicho. Y es bueno que se diga.
134
EL MOVIMIENTO
135
UNA CATA
Una cata es, en realidad, una prueba. Se toma una prueba y se prepara para lo
pleno.
Con la cata tambin comprobamos si algo tiene futuro, segn como se
deguste y acepte.
Pero a menudo una cata es demasiado poco. Por ejemplo, en el amor. Este
exige de inmediato lo pleno. Tambin en el trabajo es demasiado poco una cata,
al igual que en el xito. Tambin en este caso slo vale el todo, lo perfecto.
Tampoco la verdad tolera una cata. Slo toda la verdad, la que es de
aplicacin ahora, y su pleno asentimiento a ella, conduce a la accin que le
corresponde. Por ejemplo, la verdad de que el amor del espritu abarca por
igual a todos, sin nuestra justicia ni nuestra valoracin. Aqu slo existe todo.
A veces la cata es adecuada. Por ejemplo, un poquito de prudencia. Pero
ese poquito preserva el valor. El valor siempre es necesario ntegro.
Tambin en otros casos la cata anula lo propio. Por ejemplo, un poco de
fidelidad, un poco de tiempo, un poco de placer y un poco de alegra.
Todo lo esencial nunca viene en forma de cata. Por ejemplo, la
comprensin decisiva y el riesgo decisivo y el acto decisivo. En este caso se trata
de todo o nada.
Pero a veces es bonito prolongar un poco algo hermoso. A veces tambin
la vida, cuando ya parece terminada, y sobre todo el amor. Con una cata a veces
se renueva. Mediante una pequea seal, por ejemplo.
A menudo nos damos por satisfechos con una cata, cuando no se puede
esperar ms. Entonces una cata le aade algo a la plenitud.
La ltima cata posible para nosotros se convierte en todo lo que nos
queda. Esta ltima cata da la perfeccin.
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HAY UNO QUE LOS TOMA A TODOS
EN LA MANO
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EL TEMOR
El temor sigue a una imagen. Es sobre todo temor futuro, el temor de que algo
ocurra en el futuro. As tememos, por ejemplo, que una persona en el futuro nos
haga algo malo. O tememos la culpa por una falta. O tememos una catstrofe,
sobre todo si incluso est predicha, sin que haya ya indicios de ella.
Tambin tememos una prdida. Sobre todo la prdida de nuestra
seguridad y la de una persona amada.
Puesto que este temor esta situado en el futuro, ahora todava no nos
podemos enfrentar a l, pues de momento se queda slo en nuestra
imaginacin. Pero tomamos medidas de precaucin a causa de estas
imaginaciones. Por ejemplo, para una jubilacin. O aseguramos la casa contra
robos. Concluimos seguros para estar asegurados contra prdidas y tomamos
toda clase de medidas de prevencin ms. Todas ellas atizan el temor en lugar
de desterrarlo.
An hay que considerar aqu una cosa ms. Una fortaleza atrae enemigos.
Donde no hay ninguna fortaleza tampoco aparecen los enemigos.
El temor no slo teme, espera cumplirse. Cuando se cumple, a veces
respiramos aliviados. Por fin podemos y debemos hacer algo. Curiosamente, el
temor entonces incluso se termina, pues ha perdido su futuro.
Lo contrario del temor, lo que nos lo anula, es la confianza: la confianza en
que la vida quiere tratarnos bien y la confianza en que otras personas nos
quieren bien si nosotros las queremos bien.
Tambin esto es una imagen, similar a la del temor. Al igual que la imagen
del temor, tambin la de la confianza tiene un efecto. Slo que otro. Por eso
podemos elegir entre estas imgenes y ajustamos a una u otra: a la imagen que
genera temor o a la imagen de confianza, a una imagen de desconfianza o a una
esperanzada.
Qu, pues, hemos de temer sobre todo? Nuestras imgenes de temor.
Qu supera las imgenes de temor? Nuestras imgenes de confianza y de
amor. Por ejemplo con la frase: Yo soy como t, t eres como yo; te amo a ti
138
como a m; tu amor est seguro conmigo: bienvenido.
Si queremos, podemos dudar de esa imagen. Pero tambin eso es una
imagen y tiene su efecto, el efecto que quiere demostrarse veraz.
Cmo superamos esa imagen de duda? Igualmente con confianza y amor.
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LA COACCIN
140
momento. Eso tambin las obliga a ellas a concentrarse en el asunto y, por lo
tanto, en s mismas.
Nos libramos del miedo y de esas coacciones si renunciamos a
expectativas que vayan ms all de un asunto comn y de lo adecuado y
necesario para l. Con eso las obligamos a permanecer tambin en nuestro
asunto comn, sin plantearnos expectativas ms all de l o a poner exigencias
que afectan nuestro asunto comn ms que fomentarlo.
De repente estamos libres unos de otros, los otros de nosotros y nosotros
de los otros, sin temores ni coacciones. Somos libres de pensar lo que realmente
pensamos porque nos lo reservamos para nosotros. Tampoco queremos saber lo
que piensan ellos. As podemos quedarnos con nosotros y ellos consigo. Ni
nosotros hemos de tener miedo de ellos, ni ellos de nosotros. Por eso ni nosotros
ejercemos una coaccin sobre ellos, ni ellos sobre nosotros.
Cmo superamos ms fcilmente, pues, el temor y la coaccin ligada a l?
Con pensamientos claros y con pensamientos de amor. Porque los
pensamientos de amor son siempre pensamientos claros. Al mismo tiempo
dejamos ir. Soltamos a los dems respetando lo propio de ellos, sin intervenir
desde nosotros en lo propio de ellos. Al mismo tiempo respetamos lo nuestro
propio. Lo retiramos de las expectativas y las exigencias de los dems, y nos
libramos as de ellos, libres del temor.
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LA ALMOHADA
Decimos de la buena conciencia que es una buena almohada. Si no, nos roe la
conciencia y nos roba el sueo.
Tenemos una mala conciencia que nos roe cuando le debemos algo a
alguien. Por ejemplo, si otros nos han regalado algo y nos han ayudado sin que
se lo hayamos agradecido y sin darles tambin a ellos algo hermoso y bueno a
fin de sentirnos menos deudores suyos.
Tambin tenemos mala conciencia que nos roe y nos roba el sueo si
damos la culpa a otros. Entonces queremos que tambin ellos tengan una mala
conciencia que les robe el sueo.
La mejor almohada es el amor que quiere bien a todos, a nosotros y a los
otros. En ese amor nos sentimos tanto unidos como guardados y protegidos. Es
lo contrario de la suspicacia, que tambin nos roba la tranquilidad.
Con este amor est unida la tranquilidad del espritu. Si estamos en
consonancia con el amor del espritu creador se acaba el miedo, tambin el
miedo a nuestra culpa y a la culpa de los dems. Su amor le quita el poder a la
culpa. Le quita a nuestra culpa su fuerza, de modo que se va como si nunca
hubiera existido.
Sin miedo nos enfrentamos abiertamente a todo humano. Como que no le
tenemos miedo, l tambin supera su miedo a nosotros. Por ejemplo, su miedo
al rechazo y su miedo a que pudiramos condenarlo. Como a ese respecto se
sabe seguro de nosotros, se mantiene abierto a nosotros, abierto a nuestro
respeto y amor, y libre del temor de que pudiramos agraviarlo. En nuestra
presencia se siente libre y tranquilo, y nosotros en la suya.
Entonces ambos dormimos tranquilos, resguardados con seguridad en
otro sitio, resguardados en el amor.
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LA PIERNA DE APOYO
143
ampliamente nuestras esperanzas y deseos. Con el curso del tiempo, nuestras
experiencias con los movimientos del espritu se han convertido en nuestra
pierna de apoyo ms segura.
Estamos firmes si permanecemos unidos con gratitud a aquellos que nos
han regalado, promocionado y exigido, de modo que estamos firmes, podemos
avanzar con seguridad y xito para llegar a los objetivos posibles e importantes
para nosotros, junto con ellos. Porque el modo ms seguro de estar y movernos
es junto con muchos, junto con ellos en el amor.
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LA RENUNCIA
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pequeo, ni elegido ni desechado, ms all de su yo, de la vida y de la muerte.
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DEMASIADO
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BASTA
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SATISFECHO
Satisfecho significa: estoy en paz con lo que tengo; estoy en paz con lo que me
acontece; estoy en paz con lo que soy y cmo soy.
Satisfecho tambin significa: estoy en paz con otras personas tal como son;
estoy en paz con mi entorno y en paz con el mundo tal como es.
Pero sobre todo estoy en paz con la vida tal como me ha sido regalada y
en paz con lo que me reclama. Y estoy en paz con lo que me traer.
Satisfecho de este modo estoy recogido, recogido en m y recogido en todo
tal como es. Satisfecho de este modo estoy en mi fuerza, y tengo fuerza para
estar en paz con todo.
Satisfecho tengo pocas exigencias. Para qu, si lo tengo todo? Slo
necesito mirarlo y disfrutarlo. Qu ms quiero?
Satisfecho tengo pocas expectativas de los otros, slo de lo que sirve al
dilogo cotidiano y a la felicidad cotidiana. Por eso los dems se sienten seguros
conmigo, seguros con su propia felicidad y con lo que tienen.
Porque estoy satisfecho no necesito pelear con nadie. Por m puede
quedarse con lo que tiene y puede seguir siendo como es.
Qu significa finalmente estar satisfecho? Amo a todos tal como son.
Amo la creacin tal como es. Y me amo tal como soy.
Este amor est en consonancia con el origen de todo tal como es. Este amor
es paz con Dios.
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PEQUEECES
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INDIVIDUAL
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LA DISTANCIA
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que acta en contra del amor entre nosotros y este movimiento creador que nos
porta en comn. En ese movimiento creador todo es comn y nosotros con
todos los dems. En la entrega a ese movimiento todos somos uno con l y con
todo. Con un amor sin yo y sin distancia, porque esos lmites de nuestro yo slo
eran pensados y, con el yo, tambin caen para nosotros, caen para siempre.
153
ILIMITADO
Por qu nos ponemos lmites? Quin o qu nos pone lmites? Nosotros nos
ponemos estos lmites porque le tenemos miedo a lo que nos espera ms all de
ellos. Al ponernos estos lmites nos protegemos de la vastedad que acta ms
all de ellos. No nos sentimos a la altura de esa vastedad.
Qu, pues, pone en nosotros estos lmites? Nuestro yo pone estos lmites,
pues slo dentro de estos lmites puede existir. Slo dentro de estos lmites se
siente seguro. Slo dentro de estos lmites se mantiene poderoso y fuerte.
Otra cosa es si el movimiento del espritu que todo lo crea nos arrastra.
Para l no hay lmites, y en ese movimiento tampoco los hay para nosotros.
Pero ciertamente slo si en este movimiento el yo puede quedar atrs, limitado
y seguro, mientras el movimiento del espritu nos lleva a algo ilimitado,
simplemente as, sin preocuparse por nuestros lmites ni por los temores de
nuestro yo. Para los movimientos del espritu siempre slo existe todo,
ilimitadamente todo.
Cmo nos comportamos, pues, cuando creemos haber llegado a nuestros
lmites? Los ponemos a la luz del espritu, a la luz de su movimiento. Al mismo
tiempo, en la entrega a los movimientos de ese espritu superamos estos lmites,
dejando atrs todos los temores. Nos llevamos los temores de nuestro yo a esa
entrega ms all de los lmites a la vastedad, y experimentamos, sin el yo, el
todo en nosotros.
Qu nos permite ese movimiento? Si vivimos todo lo dems como
ilimitado, si tambin sus lmites desaparecen para nosotros, si somos llevados
con todo por igual por ese movimiento ilimitado al amor del espritu. Aqu
desaparecen todos los lmites, pues aqu termina el yo.
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CENTRAL
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se muestre.
Desde algo central para nosotros nos movemos entonces a la vastedad, a la
plenitud de la vida, sin centro y sin periferia. En esta vastedad termina la
delimitacin y, con ella, tambin el miedo. En la plenitud termina tambin el yo
y lo referido al yo. Aqu dejamos ir sin centro y nos extendemos con amor.
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SIEMPRE HAY QUE VER
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MENOS
A veces, menos es ms. Cmo es eso? Porque a travs de nuestro propio menos
hacemos posible a otros un ms en lo suyo propio. Con eso nos los ganamos, y
otros ganan un ms por la aportacin que hacen.
Por eso, a menudo nuestra contencin fomenta ms que si nos pusiramos
en primer plano para una empresa comn.
Qu hay que considerar aqu especialmente? Cada uno es conducido de
otra manera, sobre todo si ha aprendido a ponerse en consonancia con un
movimiento encarado a todos del mismo modo y que deja servir a todo aquel
que se deja conducir y portar por l de un modo particular a un todo comn.
Si nos contenemos de este modo y nos hacemos menos, el todo, por la
conduccin y disposicin en cada caso diferente del espritu creador que nos
supera, queda relacionado con l de un modo amplio y puesto a su servicio.
Menos significa, por lo tanto, que nos entregamos a este movimiento a su
modo, que lo arrastra todo a su servicio, a lo que nos lleva a nosotros y a otros.
Con eso nos incluimos en un movimiento que nos supera en mucho y nos
vemos reducidos a la vez a nuestros lmites.
En la entrega a ese movimiento nos convertimos externamente en menos,
pero hacia dentro nos convertimos en algo incomparablemente mayor. Por
qu? Porque el espritu asume el mando, l solo.
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SUCEDNEO
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PERFECTO
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LA COMPASIN
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Este con-padecer se muestra en que nos quedamos con l, acaso slo
callados a su lado. Estamos con l y para l. Tomamos en serio su sufrimiento.
Lo tomamos en serio tambin para nosotros.
Este con-padecer nos une con las fuerzas mayores. En consonancia con
ellas sabemos a veces qu convendra hacer para ayudar realmente. Nuestra
con-pasin en consonancia con estas fuerzas mayores nos permite encontrar
caminos y recorrerlos con el sufriente, que le den esperanzas. Entonces l crece
por encima de este sufrimiento y puede afrontarlo de una manera que lo haga
ms soportable y acaso tambin lo vuelva mejor.
Esta compasin es compasin activa, compasin con amor, que puede
conllevar tambin lo ltimo a lo que conduce.
Hay un dicho al respecto que me ha acompaado toda la vida: quien no ha
sufrido nada, qu sabe? Este dicho vale tambin para la compasin. Nos hace
ms sapientes.
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MI CUERPO
Vivo mi cuerpo como si estuviera frente a m. Slo por eso puedo decir: mi
cuerpo. Lo vivo frente a m como otra persona, como un t. Lo vivo como un t
al que puedo querer bien y que manejo amorosamente. Pero tambin lo vivo
como un t al que descuido, cuyos deseos y necesidades desdeo y al que
incluso dao.
Este comportamiento es raro, puesto que mi cuerpo siempre est
disponible para m, da y noche. Siempre est en un movimiento que me
mantiene vivo, siempre est preocupado por mi bienestar.
Quin ms se ha mostrado preocupado por m de una manera semejante?
Quin estaba siempre disponible para m cuando, para vivir y sobrevivir,
estaba en peligro y necesitaba ayuda? Mi madre.
En nuestra alma, en nuestra disposicin y en nuestro comportamiento
respecto de nuestro cuerpo se refleja nuestra disposicin y nuestro
comportamiento respecto de nuestra madre. Si tomamos de ella lo que nos ha
dado y regalado a lo largo de tantos aos, tambin tomamos con amor de
nuestro cuerpo lo que nos da y regala. Si disfrutamos de nuestra madre tal
como es, tambin disfrutamos de nuestro cuerpo tal como es. Si frente a nuestra
madre estamos agradecidos por todo lo que nos ha dado, y si nos gusta mostrar
cun agradecidos estamos, de modo que nos gusta cuidarla cuando, en la vejez,
necesita nuestra ayuda, y si nos gusta ayudarla cuando est en estado de
necesidad, tambin hacemos lo mismo con nuestro cuerpo.
A la inversa, si rechazamos a nuestra madre, tambin rechazamos nuestro
cuerpo. Si la hemos abandonado cuando necesitaba nuestro apoyo, hacemos lo
mismo con nuestro cuerpo. Si la hemos descuidado o desdeado, lo hacemos
tambin con nuestro cuerpo.
Es decir: tal como nos comportamos con nuestra madre nos comportamos
tambin con nuestro cuerpo. Tal como es nuestra disposicin respecto de
nuestro cuerpo es tambin nuestra disposicin respecto de nuestra madre.
Cmo est mejor nuestro cuerpo? Cmo recibe nuestra plena dedicacin
163
y amor? Cuando nuestra madre puede experimentar de nosotros aquel amor al
que tiene derecho y que espera. Tal como est nuestra madre cuando ocupa en
nuestro corazn el lugar que le corresponde, durante toda nuestra vida, as est
tambin nuestro cuerpo.
Entonces le decimos tanto a nuestro cuerpo como a nuestra madre: t
ests disponible para m, y yo para ti.
164
BIENESTAR
El bienestar tiene algo que ver con el orden y con la consonancia. Orden
significa que todo est en su sitio, que todo funciona de una manera que
interacta con muchas cosas, colabora ordenadamente, todo de manera
particular y en consonancia con todo lo dems.
El bienestar corporal es el resultado de la interaccin de todos los
movimientos que mantienen nuestro cuerpo con vida.
De modo similar nos sentimos bien en un grupo en el que muchos, cada
uno a la manera que le es propia, colaboran en el bienestar de todos. Colaborar
significa aqu, en primer lugar: dar y tomar mutuamente tal como los
individuos lo necesitan y pueden. Tambin aqu tiene un papel el orden. Cada
cual ocupa en el grupo el lugar que le corresponde.
En una familia, por ejemplo, los padres siguen siendo los padres y los
hijos siguen siendo los hijos. Entre los hijos, el mayor sigue siendo el mayor y el
segundo, el segundo. En la familia son sobre todo los padres los que dan y los
hijos los que toman. Cada uno da y toma con amor, como le corresponde.
Entonces todos se sienten en su lugar y se sienten bien en este lugar.
En cuanto alguien se aparta de su sitio, por ejemplo si se permite algo que
en su sitio no le corresponde, se trastorna el orden y con l el bienestar de todos.
Slo si todos se pueden sentir bien, se sienten bien tambin los individuos.
Tambin existe un bienestar interior. Ms all del bienestar corporal nos
sentimos bien en nuestra alma. Tambin en este caso el bienestar depende del
orden y de la consonancia. Por ejemplo, de pensamientos ordenados y
sentimientos ordenados.
Qu seran en este caso los pensamientos ordenados, en contraposicin a
los desordenados, y los sentimientos ordenados en contraposicin a los
desordenados? Los pensamientos y sentimientos ordenados son ante todo
pensamientos y sentimientos de respeto y amor. En cuanto nos desviamos del
respeto y del amor, por ejemplo si nos elevamos por encima de alguien o nos
damos o damos a alguien la culpa, nuestro bienestar disminuye, y el bienestar
165
de los que perciben en nosotros tales pensamientos y sentimientos disminuye
tambin.
Pensamientos y sentimientos desordenados son, por ejemplo, las
preocupaciones que tenemos por nosotros u otros. Las preocupaciones son
pensamientos y sentimientos de miedo. Nos atenazan y obstaculizan nuestro
bienestar y el de aquellos por los que nos preocupamos.
Estas preocupaciones y temores estn relacionados con imgenes
interiores. Muchas de ellas estn asentadas en el pasado. En lugar de que algo
pueda ser pasado, nuestras imgenes le dan nueva vida. Limitan nuestro
bienestar. Ponemos orden en el pasado cuando dejamos que sea pasado,
realmente pasado.
De modo parecido dejamos que el futuro sea futuro, sin preocuparnos por
l. Puede venir como quiera. De inmediato nos sentimos bien en nuestra alma y
en nuestro cuerpo.
Existe tambin un bienestar espiritual. Va ms all del bienestar corporal y
anmico y acta al mismo tiempo sobre ambos.
El bienestar espiritual procede de la consonancia con fuerzas espirituales y
con el poder espiritual que acta en todo por igual, porque todo obtiene su
existencia de l y porque estamos encarados a este poder espiritual, tal como l
tambin est encarado a todo, que slo puede existir tal como l lo quiere y
ama. Si estamos encarados a todo tal como es en consonancia con este poder
espiritual, estamos relacionados con todo tal como es, relacionados con amor.
Nada se opone ya a nuestro bienestar, porque bienestar significa en ltimo
trmino saberse relacionado, saberse relacionado en todos los aspectos, saberse
relacionado en pleno intercambio, con amor.
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INGRESOS
A los ingresos les precede algo: un esfuerzo que ha aportado ingresos para
nosotros y para otros. Por eso son, por una parte, ingresos propios de un
esfuerzo propio. Por otra parte son ingresos que proceden de otros, que nos
dejan participar de ellos.
Estos ingresos nos vienen bien. Tambin los necesitamos, porque sin
ingresos no podemos sobrevivir. Son comparables a los alimentos que tenemos
que ingerir para estar lo suficientemente saciados como para seguir viviendo.
En este sentido hay ingresos necesarios e ingresos adicionales. A veces
tambin hay ingresos superfluos. Segn como los buscamos, los aferramos y
dejamos a otros participar en ellos. O nos los jugamos.
Es decir que los ingresos se ganan, se heredan y se regalan. A veces
tambin se retienen. Entonces tenemos que reclamarlos, incluso con fuerza.
Ocasionalmente tambin nos tomamos lo que equitativamente nos corresponde,
sin pedirlo. Los compaeros lo hacen a veces, cuando el otro les niega o retiene
algo.
Estos ingresos se mueven en el mbito del dar y el tomar. Sirven para el
intercambio en nuestras relaciones.
Aparte de eso recibimos algo que excede en mucho esos ingresos, sean del
tipo que sean. Entre estos ingresos se cuenta en primer lugar nuestra vida.
Nada le ha precedido de nuestra parte. No podamos ganarla. Tampoco nos
pertenece. Por eso nadie puede tomarla ni exigirla por nuestra cuenta. Cmo
podra decirnos alguien: Me debes tu vida; dmela como un ingreso mo?
No obstante encontramos estas situaciones en muchas familias, y mutuas.
Por una parte, una madre le dice a su hijo: Dame tu vida. Por ejemplo si
entrega al nio en adopcin o lo aborta. Por otra parte el hijo le dice en su
sentimiento ms profundo: Te la doy por amor a ti.
En este caso, tanto los ingresos como los gastos contravienen el orden.
Nadie puede disponer de su vida ni de la de otros.
La vida es nuestro mayor ingreso. La tomamos como nuestro mayor
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ingreso y la gastamos con amor a nosotros y otros, con veneracin por aquel
poder que nos la ha dado. Tomamos este ingreso agradecidos haciendo con ella
algo que tambin sea un ingreso para otros, que sirva a su vida.
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OLVIDAR
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nosotros podemos ser como somos. De repente todo es vivido por nosotros en
un movimiento que prosigue necesariamente en un movimiento todava
imperfecto, pues, si no, no podra continuar.
Mediante el olvido de nuestros juicios permanecemos en consonancia con
ese movimiento, sobre todo porque en l tambin nos olvidamos a nosotros
mismos. Olvidados de nosotros mismos estamos entregados a este movimiento
adonde quiera que nos conduzca. Tan olvidados de nosotros mismos, estamos
finalmente presentes, totalmente presentes en l.
Del olvido tambin forma parte que nosotros seamos olvidados. Slo as
nos hacemos totalmente unos con todo. Lo que esto significa nos lo ha dicho
Rilke en el ltimo de sus Sonetos a Orfeo, cuando describe en l su propia
muerte:
Y si te olvid lo terrenal
a la callada tierra di: fluyo.
A la veloz agua di: soy.
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LA ECUANIMIDAD
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SUEOS
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LA FELICIDAD
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Somos felices sobre todo en el espritu, en consonancia con su movimiento
de amor a todo tal como es. A ese amor y a esa felicidad nos atrae consigo. Esa
felicidad viene. Viene ahora. Esa felicidad permanece. Permanece siempre.
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