Gewurz Elias - El Libro Del Discipulo PDF
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BIBLIOTECA GNOSTICA
BUENOS AIRES
PREFACIO
"Los que nunca comieron su pan "
mojado en lgrimas; los que nun-" ca
te han sentado en sus camas du-" rante
las largas noches invernales "
llorando, no conocen el poder de "
Dios."
Goethe.
LA OBSCURA NOCHE
TRANSMUTACIN
IV LA VIDA
HERMOSA
SILENCIO
DEL PODER
"El amor espiritual es la atms-"
fera de los mundos espirituales; es " el
ter en que giran las esferas si-"
guiendo el camino que les est se-"
alado. Cuan fcil es, pues, ver, "
que si alguien odia no puede vivir "
en las esferas elevadas. Podras lo "
mismo tratar de respirar sin aire "
que tratar de vivir en las regiones "
celestiales sin amor. Cuando el hom-"
bre se hace consciente de esta ver-"
dad, entonces se convierte en un "
hombre de poder."
La Qbalah.
Hay dos clases de amor, el activo y dador, del
hombre que se ha dedicado al sendero de la ac-
cin, el hacedor y dominador, y el amor pasivo y
receptivo del santo y del mstico. Ambos estn
tratando de realizar la Divinidad con mtodos di-
ferentes. El trabajo desinteresado por el bien de
la humanidad es el sendero que eligen los hom-
bres de accin, y la visin anmica, la contempla-
cin y el desprendimiento, constituyen el sendero
del mstico. Cuando el alma llega a la tierra para
obtener ms experiencia y cumplir su ciclo evo-
lutivo, generalmente se olvida de su misin y. por
lo que concierne a la conciencia de vigilia, slo co-
noce lo que aprende mediante sus capacidades in-
natas, sobre el origen de las cuales slo la doctri-
na de la reencarnacin puede arrojar alguna luz.
Pero siempre hay una inclinacin definida en ca-
da individuo por uno u otro de esos senderos.
Esto, sin embargo, no quiere decir que la incli-
nacin mstica haga a un hombre un mstico per-
fecto, o que el deseo innato de hacer y de regir
convierta a cualquiera en un regidor competente;
al contrario, a menudo estas facultades anmicas
se manifiestan en su aspecto negativo durante una
parte considerable de la vida del hombre. Sucede
as especialmente si algunas lecciones del karma
inferior tienen que ser aprendidas y el alma se
ve arrojada al gran pozo de la naturaleza uni-
versal, sin ningn asidero en el principio mental.
Sucede esto frecuentemente con aquellos que han
adquirido poderes ocultos, pero que no han con-
quistado todava sus cuerpos inferiores. Cuando
llega el tiempo, para un discpulo iniciado que no
ha dominado su naturaleza de deseos, de volver
a la vida terrestre, los Seores del Karma tienen
un cuidado especial en darle un cuerpo que posea
muchos defectos, un cuerpo absolutamente inapro-
piado para manifestar los dones previamente ad-
quiridos por el iniciado, y muy a menudo la ener-
ga encerrado en los vehculos superiores fluye a
travs del cuerpo inapto, transformndose en pa-
sin a su paso. En esta forma, un hombre puede
llevar una vida vergonzosa durante toda una en-
carnacin a pesar de ser un Iniciado bien versado
en los misterios y poseyendo grandes poderes. Se
ve obstaculizado por un cuerpo que el Ego nece-
sita para la expiacin de sus antiguos errores, y
hasta que la medida est llena y la justicia kr-
mica baya sido satisfecha, el alma deber conten-
tarse con el humilde lote de un despreciado pe-
cador, aunque pueda ser en realidad el Alma de
un Gran Santo. Nos encarnamos en la tierra de
acuerdo con nuestro demrito; esto es, que cual-
quier pequea falla que tengamos es la que to-
man en consideracin los constructores del cuerpo,
para que todas las lecciones sean aprendidas debi-
damente. Hay un hermoso pasaje en la Qbalah
que explica el proceso de la regeneracin de la Na-
turaleza. No puedo repetirlo tal cual, pero indica
que cuando algo tiene que ser renovado o re-
generado, la fuerza qumica negativa de la luz
asume las riendas y aumenta la fuerza de repul-
sin dentro del tomo para que venza a su opuesta
la atraccin, y el tomo es entonces repelido v
separado de sus vecinos.
Cuando la fuerza positiva o polar de la luz se
afirma de nuevo, aumentando la atraccin del
tomo, ste adquiere nuevas afinidades y se for-
ma una nueva substancia. Esto ocurre con los
tomos del plano material y con los del plano
espiritual. El estudiante inteligente comprender
la analoga entre los dos reinos de la Naturaleza
y descubrir muchas cosas sugeridas por esta ilus-
tracin.
No sucede lo mismo con el alma individual
cuando llega el tiempo de renovar su substancia
y ser regenerada? No es la carne apasionada y lu-
juriosa, la naturaleza impulsiva que quiere ha-
cer las cosas que daan al espritu, no es ese prin-
cipio de repulsin el que se pone en movimiento
contrabalanceando el poder atrayente del tomo
espiritual?
Qu leccin para nosotros, para ser bondado-
sos y pacientes con aquellos en quienes el pecado
y los sentidos estn todava dominando! Cmo
nos ensea a ver en los cados slo a nuestros
hermanos ms jvenes en quienes sigue su obra
el proceso natural; y a veces bien pueden ser
nuestros hermanos mayores a quienes la Natura-
leza est dando su ltimo toque! Tan pronto co-
mo el poder centrpeto de la atraccin se afirme
de nuevo en ellos, se convertirn en los auxilia-
dores de su especie, en los Guas y Benefactores
de la raza, utilizando sus experiencias para el bien
de sus hermanos menos afortunados. Los que per-
tenecen al rayo mstico, que es el rayo del amor,
son especialmente dbiles ante el principio krmi-
co, porque el amor que fluye a travs de sus ve-
hculos se desva de su camino debido a las pa-
siones aun no dominadas y vivifica los deseos in-
feriores. Los que buscan la Unin por el sendero
de la accin estn menos expuestos en este sentido,
pero en ellos, a su vez, el poder que les viene de
arriba, si no est controlado, se manifiesta como
ira y tirana. Hasta que el alma no haya adquirido
un perfecto dominio de s misma y de sus
cuerpos astral y mental, no puede utilizarse la
plenitud del influjo divino de acuerdo con los
designios del Espritu. Tampoco puede nadie ob-
tener el dominio de s mismo en seguida; se ne-
cesita tiempo; el paso de un extremo a otro debe
hacerse por un mdium. La Naturaleza no da sal-
tos y la transicin de la densidad de un plano al
otro debe hacerse por gradaciones medidas, como
las gradaciones del arco iris. El progreso, si es
sistemtico y continuo, ser rpido pero no s-
bito. Entonces, si en obediencia a su instructor
con el que est unido por el mstico cordn, se
desprende el discpulo de sus ltimos grilletes y
concentra su mente y su alma en lo eterno, podr
a su tiempo resistir a los demonios ms feroces,
aunque slo sea un manso y dulce caminante en
busca de su hogar celestial. Y aun si toda una
legin de demonios lo atacara, incluyendo al Ar-
chienemigo mismo, el discpulo, que sabe muy
bien en quin ha puesto su confianza, se limitar
a mirar al Seor que ha entronizado en su cora-
zn purificado, y quedndose perfectamente quieto
har que aquellos que tienen sed de su sangre se
inclinen ante la suave presencia del Eterno
Amor que nada en el Cielo ni en la tierra puede
resistir.
Cuando la conciencia divina se despierta plena-
mente en el hombre y ste reciba su bautismo de
fuego, su lucidez mental es perfecta y trascien-
de a todo lo conocido tanto por la ciencia como
por la filosofa. El hombre regenerado se encuen-
tra "vestido de Sol" y participa de la sabidura
de los otros Logos y de las grandes Inteligencias
Espirituales cuyos cuerpos son los planetas y as-
tros visibles.
Los tomos etricos del cuerpo purificado de
un santo estn en contacto directo con los estados
y espacios espirituales de carcter similar, y lo
conectan con esos rayos con los que tienen ma-
yor afinidad. El influjo de esos planos exaltados
fue lo que model las mentalidades religiosas de
los genios de todas las edades Los mrtires sa-
caban su energa y su valor de esas esferas, y los
Grandes Reformadores recibieron de all tambin
su direccin. El hombre de poder est ligado a
todos esos planos, aunque sea poco conocido en
el mundo externo. Es muy difcil para nosotros
concebir la grandeza y el esplendor de las cosas
pertenecientes a los mundos superiores, debido a
la falta de una terminologa apropiada para ex-
presarlo. Nos vemos siempre obligados a usar tr-
minos relacionados con el mundo fsico cuando
tenemos que referirnos a los seres y cosas de los
mundos suprasensibles. Por lo tanto, debemos te-
ner presente la enorme diferencia que puede pro-
ducirse al presentar las cosas de esta manera.
Ni la materia ni la mente tienen belleza algu-
na que les sea inherente; son los elementos pasivos
y primordiales en diversos estados de refinacin
o atenuacin, en los que la belleza del espritu
que atraviesa los elementos astrales en ellos, se re-
fleja externamente.
La expansin de un principio en la substancia
se manifiesta como vida, y la expresin de una
idea en forma se expresa como belleza. Ni el ar-
tista ni el inventor crean nada: simplemente des-
cubren o redescubren leyes preexistentes. "La be-
lleza del Macrocosmos se refleja en el microcos-
mos", dice la Qbalah, pero en el hombre ordi-
nario est corrompida por los elementos en lucha
y las tendencias caticas de la naturaleza inferior.
El hombre que ha apaciguado la tormenta y do-
minado el oleaje de la parte animal en s mismo,
recupera la niez perdida y con ella recupera tam-
bin la pureza prstina y la anglica belleza que
pertenecen a los habitantes de las esferas celestia-
les. El hombre de poder que ha pasado las inicia-
ciones del agua, del aire y del fuego, est en con-
tacto directo con las fuentes de toda belleza y ver-
dad; es una parte estructural real del Gran Cos-
mos de Sabidura y Amor, y expresa por medio
de su vida sus leyes eternas.
VII LAS PUERTAS
DE LA COMPASIN
F I N
NDICE