Precursores de La Escritura
Precursores de La Escritura
Precursores de La Escritura
Por Lee por Gusto Carver, uno de los escritores ms importantes de Estados Unidos prefiri
el cuento a la novela.
Este texto de Raymond Carver que puede ser considerado como
una gua para cualquier escritor, apareci por primera vez en
The New York Times Book Review en 1981 con el ttulo
de Apuntes de un narrador.
La
definicin
que
da V.S.
Pritcher del
cuento
como algo
vislumbrado con el rabillo del ojo, otorga a la mirada furtiva
categora de integrante del cuento. Primero es la mirada. Luego esa
mirada ilumina un instante susceptible de ser narrado. Y de ah se
derivan las consecuencias y significados. Por ello deber el
cuentista sopesar detenidamente cada una de sus miradas y
valores en su propio poder descriptivo. As podr aplicar su
inteligencia, y su lenguaje literario (su talento), al propio sentido de la
proporcin, de la medida de las cosas: cmo son y cmo las ve el
escritor; de qu manera diferente a las de los ms las contempla. Ello
precisa de un lenguaje claro y concreto; de un lenguaje para la
descripcin viva y en detalle que arroje la luz ms necesaria al cuento
que ofrecemos al lector. Esos detalles requieren, para concretarse y
alcanzar un significado, un lenguaje preciso, el ms preciso que
pueda hallarse. Las palabras sern todo lo precisas que necesite un
tono ms llano, pues as podrn contener algo. Lo cual significa que,
usadas correctamente, pueden hacer sonar todas las notas,
manifestar todos los registros.
http://www.leeporgusto.com/la-escritura-de-un-cuento-segun-raymondcarver/
Borges era un genio, pero tena unos arranques de humildad para hacer
creer a sus lectores que sus relatos eran una mera recopilacin de
informaciones que se encontraban en enciclopedias. Sin embargo, todos
sabemos que sus monumentales textos han sido producto un trabajo
invalorable en el que imaginacin y enciclopedismo se han combinado.
Compartimos la transcripcin de una conferencia en la que el escritor
argentino explica el origen de algunas sus ms clebres historias.
Entonces, qu es estar
enamorado?
Estar
enamorado es
percibir lo nico que hay en cada persona, eso nico que no puede
comunicarse salvo por medio de hiprboles o de metforas. Entonces,
por qu no suponer que esa mujer, un poco ridcula para todos, poco
ridcula para quien est enamorado de ella, esa mujer muere. Y luego
tenemos el velorio. Yo eleg el lugar del velorio, eleg la esquina, pens
en la iglesia de La Concepcin, una iglesia no demasiado famosa ni
demasiado pattica, y luego al hombre que despus del velorio
va a tomar un guindado a un almacn. Paga; en el cambio le
dan una moneda y l distingue enseguida que hay algo en ella
-hice que fuera rayada para distinguirla de las otras. l ve la
moneda, est muy emocionado por la muerte de la mujer, pero al
verla ya empieza a olvidarse de ello, empieza a pensar en la
moneda. Ya tenemos el objeto mgico para el cuento. Luego
vienen los subterfugios del narrador para librarse de esa que
l sabe que es una obsesin. Hay diversos subterfugios: uno de
ellos es perder la moneda. La lleva, entonces, a otro almacn que
queda un poco lejos. La entrega en el cambio, trata de no fijarse en
qu esquina est. ese almacn, pero eso no sirve para nada
porque l sigue pensando en la moneda.
Luego llega a extremos un poco absurdos. Por ejemplo,
compra una libra esterlina con San Jorge y el dragn, la examina
con una lupa, trata de pensar en ella y olvidarse de la moneda
de veinte centavos ya perdida para siempre, pero no logra
hacerlo. Hacia el final del cuento el hombre va enloqueciendo
pero piensa que esa misma obsesin puede salvarlo. Es decir,
habr
un
momento
en
el
cual
ya
el
universo
habr
desaparecido, el universo ser una moneda de veinte centavos.
Entonces l -aqu produje un pequeo efecto literario- l, Borges,
estar loco, no sabr que es Borges. Ya no ser otra cosa que el
espectador de esa perdida moneda inolvidable. Y conclu con
esta frase debidamente literaria, es decir, falsa: Quizs detrs
de la moneda est Dios. Es decir si uno ve una sola cosa,
esa cosa nica es absoluta. Hay otros episodios que he olvidado,
quizs alguno de ustedes los recuerde. Al final, l no puede
dormir, suea con la moneda, no puede leer, la moneda se
interpone entre el texto y l, casi no puede hablar sino de un
modo mecnico, porque realmente est pensando en la moneda,
as concluye el cuento.
Bien, ese cuento pertenece a una serie de cuentos, en la que hay
objetos mgicos que parecen preciosos al principio y luego son
***
Ese fue uno de los primeros cuentos que escrib. Ustedes
observarn que esos tres cuentos de apariencia distinta, Tln, Uqbar,
Orb Tertius; El zahir y El libro de arena son esencialmente el mismo: un
objeto mgico intercalado en lo que se llama el mundo real.
Quizs piensen que yo haya elegido mal, quizs haya otros que les
interesen ms. Veamos por lo tanto otro cuento: Utopa de un
hombre que est cansado. Esa utopa de un hombre que est
cansado es realmente mi utopa. Creo que adolecemos de muchos
errores: uno de ellos es la fama. No hay ninguna razn para que un
hombre sea famoso. Para ese cuento yo imagino una longevidad
muy superior a la actual. Bernard Shaw crea que convendra
vivir 300 aos para llegar a ser adulto. Quizs la cifra sea escasa; no
recuerdo cul he fijado en ese cuento: lo escrib hace muchos aos.
Supongo primero un mundo que no est parcelado en naciones
como ahora, un mundo que haya llegado a un idioma comn.
Vacil entre el esperanto u otro idioma neutral y luego pens en el
latn. Todos sentimos la nostalgia del latn. Me acuerdo de una frase
muy linda de Browning que habla de ello: Latin, marbles lenguage
-latn, idioma del mrmol-. Lo que se dice en latn aparece,
efectivamente, grabado en el mrmol de un modo bastante
lapidario. Pens en un hombre que vive mucho tiempo, que llega
a saber todo lo que quiere saber, que ha descubierto su especialidad y
se dedica a ella, que sabe que los hombres y mujeres en su vida pueden
ser innumerables, pero se retira a la soledad. Se dedica a su arte,
que puede ser la ciencia o cualquiera de las artes actuales. En el
cuento se trata de un pintor. Vive solitariamente, pinta, sabe que
es absurdo dejar una obra de arte a la realidad, ya que no hay
ninguna razn para que cada uno no sea su propio Velsquez, su
propio Schopenhauer. Entonces llega un momento en el que
decide destruir todo lo que ha hecho. l no tiene nombre: los
nombres sirven para distinguir a unos hombres de otros, pero l vive
solo. Llega un momento en que cree que es conveniente morir. Se
dirige a un pequeo establecimiento donde se administra el
suicidio y quema toda su obra. No hay razn para que el pasado
nos abrume, ya que cada uno puede y debe bastarse. Para que
ese
cuento fuese
contado
haca
falta
una
persona
del