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DE COLOMBIA

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 CORPORACION PARA LA PREVENCION DE RIESGOS DEL DESARROLLO
CORPREVER

REASENTAMIENTO POBLACIONAL FORZOSO

ORIGINADO EN RIESGOS O DESASTRES ASOCIADOS
CON FENOMENOS NATURALES

CASO ARMERO Y EL VOLCAN ARENAS DEL NEVADO

DEL RUIZ

Investigadores: ALBA PAULSEN DE CARDENAS

CAMILO CARDENAS GIRALDO

Santa Fe de Bogot. Septiembre de 1.998

INDICE

I. PRESENTACION
II. CONCEPTUALIZACION SOBRE LA PROBLEMATICA DE LAS
POBLACIONES FRENTE A RIESGOS Y DESASTRES DE ORIGEN NATURAL
III. CONTEXTUALIZACION DEL REASENTAMIENTO
IV. ESCENARIO ANTERIOR AL DESASTRE
V. EL DESPERTAR DEL LEON DORMIDO
VI. EL ESCENARIO DEL DESASTRE Y EL MANEJO DE LA EMERGENCIA
VII. LA NORMATIVIDAD PARA EL MANEJO DE LA EMERGENCIA, LA
 REHABILITACION Y LA RECONSTRUCCION
VIII. EL PROGRAMA DE REHABILITACION Y RECONSTRUCCION DEL AREA
AFECTADA POR EL RUIZ
IX. PROGRAMA DE RELOCALIZACION DE POBLACION
X. PROGRAMA LERIDA REGIONAL
X.1. URBANIZACION CONSTRUIDA POR RESURGIR EN LERIDA.
X.2. CIUDADELA EL JARDIN CONSTRUIDA POR EL INSTITUTO DE CREDITO
TERRITORIAL Y EL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL
DESARROLLO

XI. EL ESCENARIO ACTUAL ALREDEDOR DEL VOLCAN NEVADO

XII. LERIDA A FINES DEL SEGUNDO MILENIO
XII.1. LERIDA REGIONAL.
XII.2. LA URBANIZACION DE RESURGIR EN LERIDA EN LA ACTUALIDAD.
XII.3. LA CIUDADELA EL JARDIN HOY DIA.
XIII. EL LEGADO DEL DESPERTAR DEL LEON DORMIDO.
XIII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

XV. BIBLIOGRAFIA
I. PRESENTACION

Cada vez con mayor frecuencia se presenta en Amrica Latina la necesidad de

proceder al reasentamiento forzoso de grupos de poblacin por causa de
factores diversos como son, entre otros, las obras pblicas, la recuperacin de
espacio pblico, medidas ambientales, problemas de violencia, riesgos y
desastres supuestamente originados en causas naturales o antrpicas.

Sern cada vez ms recurrentes los programas de relocalizacin forzosa de

poblacin a medida que crecen las demandas por infraestructura, que se
multiplican los desarrollos urbanos desordenados, que se incrementan las
ocupaciones espontneas de espacios pblicos, que aumentan los niveles de
pobreza de la poblacin, que se aceleran los problemas derivados del mal
manejo del medio ambiente y que se acrecientan, en consecuencia, los riesgos
y los desastres de origen natural, tecnolgico y humano, as como las
situaciones de violencia derivadas de conflictos por el uso de los recursos y
posiblemente por muchas otras causas.

Desafortunadamente las administraciones pblicas nacionales y locales no han

desarrollado en nuestros pases la capacidad de sistematizar y de aprovechar
las numerosas experiencias adelantadas en diferentes lugares. Esto conlleva a
que en la mayora de los casos los reasentamientos sean, por lo regular,
traumticos y conflictivos y a que sean comnmente afrontados con escasas
herramientas y en muchas ocasiones con un total desconocimiento sobre las
posibles formas de abordar este tipo de situacin.

Solo en los ltimos aos ha surgido en Colombia la iniciativa de recopilar y

evaluar las experiencias nacionales en este campo, iniciativa impulsada en
primera instancia por la Fundacin Nueva Colombia Industrial y posteriormente
por el Centro Interdisciplinario de Estudios Regionales CIDER y ms
recientemente, por la Corporacin Antioquia Presente y en todos los casos con
el apoyo del Banco Mundial.

La respuesta percibida desde diferentsimas entidades ha propulsado la idea

de que dichas experiencias sirvan para el establecimiento de polticas, criterios,
metodologas e instrumentos utilizables a nivel nacional y como punto de
referencia para otros pases.

Desde esa perspectiva se dio origen al presente trabajo enfocado hacia el caso
de los riesgos y desastres asociados con fenmenos de la naturaleza, caso
que se suma a otras investigaciones realizadas en forma paralela y referidas a
reasentamientos poblacionales derivados de otras causas.

Este encargo se le ha hecho a la Corporacin Para la Prevencin de Riesgos

del Desarrollo CORPREVER por la relacin y experiencia directa de sus
miembros con las diversas facetas de la prevencin y atencin de riesgos y
desastres de origen natural y humano.

Aunque el presente trabajo de investigacin fue abordado en un perodo de

tiempo muy corto, se desarroll metodolgicamente a partir de tres tipos de
fuente de informacin: el primero, la experiencia y conocimiento directo de la
problemtica por parte de los investigadores; el segundo, la voluminosa
informacin secundaria existente; y tercero, entrevistas con actores
institucionales vinculados con la atencin y recuperacin desde el comienzo,
con funcionarios de la administracin local y actual y, finalmente, con miembros
de la poblacin usufructuarios de los programas de reasentamiento.

Muchas de las experiencias derivadas de la tragedia de Armero han sido

asimiladas de manera significativa por el pas, pero quiz son muchas ms las
que quedan por aprovechar. Por esta razn se espera, mediante este
documento, llamar la atencin sobre algunos aspectos que deben ser
trabajados en forma ms cuidadosa en futuros programas de relocalizacin de
poblacin por causa de riesgos o desastres originados total o parcialmente en
fenmenos de la naturaleza.

.
II. CONCEPTUALIZACION SOBRE LA PROBLEMATICA DE LAS
POBLACIONES FRENTE A RIESGOS Y DESASTRES DE
ORIGEN NATURAL

Los conceptos y los trminos sobre la temtica de los riesgos en uso hoy da
fueron desarrollados en forma rigurosa hace muy pocos aos, razn por la cual
son poco populares; por ese motivo es conveniente hacer alusin al menos a
unos pocos trminos que son bsicos para una mejor comprensin por parte
del lector que no conoce a fondo la problemtica en cuestin.

Ante todo cabe acotar que el concepto de riesgo est determinado por otros
dos factores: la amenaza y la vulnerabilidad, los cuales vale pena aclarar.

La amenaza, tambin denominada peligro, es la probabilidad de que ocurra un

fenmeno (natural o tecnolgico) en un territorio durante un perodo dado. Es el
caso de los terremotos, las erupciones volcnicas, las inundaciones y los
deslizamientos.

La vulnerabilidad, por su parte, se define como el grado de dao que una

amenaza puede causar a las personas, las edificaciones o a otros elementos
que estn presentes en el rea en la cual puede ocurrir u ocurre el fenmeno
peligroso. Es decir que es la probabilidad de que mueran o resulten heridas las
personas o de que se destruyan o resulten averiadas las edificaciones.

De ah que el riesgo sea el nmero de prdidas o de daos a las personas, a

las edificaciones, a los servicios, a la economa o al medio ambiente que es
dable esperar se produzcan en el momento en que se presente la amenaza.

Si dicho fenmeno se presenta realmente y los daos que produce son de tal
magnitud que se altera sustancialmente el orden en el rea de influencia del
fenmeno, a esta situacin es a la que se denomina desastre.

De lo anterior se deduce que hay dos momentos distintos en los cuales puede
generarse la necesidad del reasentamiento poblacional forzoso asociado con
fenmenos naturales. El primer momento se refiere a la etapa en la cual se
identifica el riesgo, o sea, cuando se determina la posible presencia del
fenmeno peligroso y se decide abandonar preventivamente el sitio en riesgo,
antes de que ocurra un desastre. El segundo momento hace referencia a la
necesidad de reubicacin porque ya ocurri el desastre.

Cada uno de estos tipos de situacin tiene sus caractersticas propias y

especficas, entre las cuales cabe mencionar:

1. Para el reasentamiento preventivo por riesgo:

- La decisin de reubicacin puede partir ya sea de la iniciativa de la

administracin territorial, o de la poblacin en riesgo, o de otro agente
local o nacional, pblico o privado, que promueva la proteccin de la
poblacin.

- La decisin no es fcil para ninguno de los actores pues siempre hay

que estudiar otras alternativas a la reubicacin, como son las obras de
mitigacin, las cuales requieren un anlisis de viabilidad tcnica,
econmica, financiera y poltica.

- En general la poblacin amenazada se muestra renuente a la

 reubicacin y mientras no exista conciencia clara acerca del peligro y
sobre sus implicaciones es muy difcil llegar a la relocalizacin, en
particular entre la poblacin de bajos ingresos.

- La responsabilidad sobre la reubicacin, sobre la mitigacin y sobre su

financiamiento, o sobre la decisin de cruzarse de brazos, es compartida
entre la administracin territorial y la poblacin en riesgo.

- La poblacin beneficiada con el reasentamiento es la misma poblacin

en riesgo y no terceras personas, como son los casos del
reasentamiento por obras pblicas y por uso del espacio pblico, en los
cuales los beneficiarios son los pobladores de los alrededores del rea
desalojada.

- Por lo general para decidir la reubicacin la poblacin exige que,

adems de la reduccin del riesgo, se le demuestren beneficios
tangibles, claros y evidentes de diverso orden en el nuevo sitio de
ubicacin, entre otros, una mejora en la vivienda.

- La velocidad con la que se desarrolla el asentamiento est condicionada

en parte por la inminencia del riesgo, pero tambin por la percepcin,
conciencia, interiorizacin e importancia del riesgo para la poblacin
amenazada.

1. Las principales caractersticas del reasentamiento despus de la ocurrencia

de un desastre son:

- La necesidad de la reconstruccin est determinada por la gravedad del

dao ocasionado por el fenmeno peligroso.

- La definicin sobre el lugar en que debe hacerse la reconstruccin

procede bsicamente de la continuidad del riesgo, es decir, si contina
la probabilidad de que un nuevo asentamiento en el mismo sitio,
construdo mediante la aplicacin de tecnologas modernas, sea
igualmente destrudo por el mismo tipo de fenmeno. El grado de
conocimiento por parte de la poblacin y de las autoridades sobre la
persistencia de los riesgos es determinante para la toma de una decisin
adecuada sobre la permanencia en el sitio o la reubicacin.

- La poblacin beneficiaria es la misma sobreviviente del desastre.

- La poblacin demanda no solamente la construccin y dotacin del

nuevo asentamiento, sino que demanda a la vez, y de manera relevante,
rehabilitacin fsica, psquica, social, econmica y ambiental.

- La velocidad de la actuacin postdesastre es la mxima posible, pues

comienza con el manejo de la emergencia acompaada a menudo de la
implantacin de medidas transitorias, mientras que simultneamente se
deben ir resolviendo los problemas en funcin de la bsqueda inmediata
 de soluciones definitivas y de largo plazo.

En cuanto al sitio para el reasentamiento, la tendencia general en la poblacin

es la de permanencia en el mismo lugar, excepto cuando la percepcin, la
gravedad y la inminencia del riesgo que permanece, exige el traslado a un sitio
distante. Entonces se busca un lugar lo ms cercano posible al primero, con
bajo o ningn riesgo, pero en el que las posibilidades que ofrece la actividad
econmica sean similares o mejores a las anteriores. Tal vez el tipo de vivienda
que se obtenga juegue un papel secundario frente a la alternativa de actividad
econmica.

III. CONTEXTUALIZACION DEL REASENTAMIENTO

El presente trabajo se centra en el estudio de los reasentamientos ocurridos a

partir del desastre ocasionado por la erupcin del Volcn Nevado del Ruiz (en
Colombia) el 13 de noviembre de 1.985.

No obstante, se hace tambin un anlisis de carcter ms general sobre lo

acontecido en la regin afectada por el Volcn durante el ao anterior a su
erupcin, es decir, a partir del momento en el cual los cientficos identificaron el
peligro de que ocurriera el evento.
Con este anlisis se facilita la reflexin centrada no exclusivamente en el
acontecer del reasentamiento forzoso ocasionado por un desastre, sino
tambin sobre algunos aspectos de las relocalizaciones preventivas por riesgo,
es decir, antes de que ocurra el desastre.

Por tal razn este documento contempla tres etapas del proceso de
reasentamiento, a saber: la primera, que es la anterior a la erupcin; la
segunda etapa se inicia con el manejo de la emergencia volcnica y culmina
con la terminacin del programa de reconstruccin liderado por el Gobierno
Nacional; y, por ltimo, la tercera etapa es la de consolidacin del
reasentamiento, o sea, su situacin en la actualidad.

El Ruiz es un volcn nevado localizado en la cordillera central de Colombia, a

una altura de 5.400 metros sobre el nivel del mar, el cual confluye hacia dos
departamentos: por el costado oriental, hacia el del Tolima y por el occidental,
hacia el de Caldas. Del Volcn del Ruiz descienden varios ros en cuyas
cuencas estn localizadas numerosas poblaciones, tanto en su parte
montaosa como en sus partes bajas.

Al hacer erupcin el Volcn en noviembre de 1.985, produjo la destruccin casi

total del casco urbano del municipio de Armero (Tolima) y una destruccin de
menor magnitud en Chinchin (Caldas), dejando varios miles de sobrevivientes
y afectados indirectos que se localizaron en diferentes lugares del pas; la
mayor concentracin de reasentamientos se produjo en Lrida (Tolima)
municipio contiguo a Armero, localidad en la cual se focaliza este estudio.

Adems de los conjuntos urbansticos construdos directamente por el

Gobierno Nacional, numerosas organizaciones nacionales e internacionales
intervinieron en la construccin de una variada gama de urbanizaciones, en
especial en la ciudad de Lrida, para una suma total nacional de 4.521
viviendas de las cuales 1.868 se levantaron en esta localidad.

La concentracin de programas en este municipio y el rol que se le asign al

mismo dentro del Plan General de Recuperacin fueron las razones que
motivaron a que se seleccionaran dos de estos conjuntos urbansticos en
Lrida para su anlisis en profundidad, uno de ellos ejecutado bajo un convenio
suscrito entre la entidad estatal Instituto de Crdito Territorial - ICT y el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD y otro realizado
en forma directa por el ente estatal creado para la recuperacin, el Fondo de
Reconstruccin RESURGIR.

De otro lado, si se observa el mbito nacional de los riesgos y los desastres,

puede mencionarse que desde 1.983 y en particular en el perodo comprendido
entre esta fecha y 1.995 Colombia se vi abocada a mltiples catstrofes
originadas en factores naturales, ambientales y antrpicos que ocasionaron
miles de muertos y heridos y cuantiosos daos en bienes de todo tipo. La
mayora de estos eventos conllevaron la necesidad de aplicacin de medidas
de rehabilitacin, reconstruccin y reasentamiento de grupos considerables de
poblacin, para lo cual por lo general se ha improvisado sobre la marcha la
forma de enfrentar la respuesta al respectivo desastre.

El primer caso sobresaliente que ocurri dentro de este perodo fue el

terremoto de Popayn en 1.983, al cual le sucedieron la erupcin del Volcn
Nevado del Ruiz en 1.985, el deslizamiento de Villatina en 1.987, las
inundaciones en gran parte del territorio nacional entre 1.988 y 1.989 y luego,
en 1.994, la avalancha del ro Pez, para slo mencionar los principales.

Pero si se analiza desde la perspectiva del nmero de muertes y de heridos y

de las edificaciones y la infraestructura destrudas, no hay lugar a dudas que el
mayor desastre en la historia reciente de Colombia fue el generado por la
erupcin del Volcn Nevado del Ruiz.

IV. ESCENARIO ANTERIOR AL DESASTRE

El municipio de Armero, situado sobre un valle entre la cordillera central -que
concentra la mayora de los volcanes activos de Colombia- y el ro Magdalena,
la principal arteria fluvial del pas, fue fundado a finales del siglo XIX y su
ereccin en distrito municipal tuvo lugar en 1.908. El sitio donde estaba
localizada la ciudad de Armero se ubica a 352 metros sobre el nivel del mar. La
mayor parte del territorio del municipio es plana o levemente ondulada y es
regado por los ros: Lagunilla, Gual y Sabandijas, adems del Magdalena que
constituye uno de sus lmites. El territorio del municipio es de 432 kilmetros
cuadrados, casi todos en zona plana.

Su poblacin, de conformidad con el censo de 1,985, era de 29.394 habitantes

de los cuales 20.962 residan en el casco urbano y 8.432 en el rea rural. No
obstante, cabe acotar que contaba con una numerosa poblacin flotante, que
algunos afirman poda girar alrededor de unas 8.000 personas y que se
originaba en su dinamismo comercial, en la amplitud de los servicios con que
contaba y por la atraccin que ejerca sobre jornaleros en poca de recoleccin
de algunos tipos de cosecha.

Por la fertilidad de sus suelos, derivada de su composicin volcnica, ha sido

significativa su vocacin para la produccin agrcola, que fue a la vez la razn
fundamental para que all se desarrollara el centro urbano de Armero.

Al momento de la tragedia era una ciudad pujante que se haba constitudo en

centro regional agrcola, comercial y de servicios, dada su ubicacin en la
confluencia de una serie de vas que comunicaban tanto poblados de la zona
montaosa adyacente como de las riberas del ro Magdalena con Ibagu, la
capital del Departamento y otros centros urbanos del norte del Tolima.

La disponibilidad de servicios se reflejaba en la infraestructura urbana

disponible, entre la cual se destacan la existencia de 2 hospitales, 1 centro y 6
puestos de salud; 3 centros de educacin preescolar, 44 de educacin primaria
y 8 de secundaria, 8 juzgados, 535 establecimientos comerciales y 124
industriales, junto con 5 entidades bancarias, todos los servicios pblicos y una
amplia red interna y regional de transporte.

En su zona rural el rea sembrada era de 11.187 hectreas, de las cuales,

6.075 estaban dedicadas al sorgo, 1.633 al arroz, al algodn 1.298, 1.227 a
man y el resto a maiz, soya, caf, cacao, caa de azcar, yuca, frutales y
pastos, entre otros, para una produccin anual de 31.660 toneladas. En su
jurisdiccin funcionaba uno de los principales centros de produccin de semilla
certificada del pas, un serpentario y la granja experimental de la Universidad
del Tolima. La poblacin bovina era de alrededor de 38.000 cabezas. Con esta
produccin agropecuaria el municipio de Armero ocupaba el segundo lugar en
importancia entre los municipios del norte del Tolima; adicionalmente haba
alguna actividad de minera extractiva. Al sumar la produccin agropecuaria
con la industrial, Armero ocupaba el primer lugar en total de produccin entre
los municipios de la regin.
Una caracterstica de la economa de la zona ha sido la constitucin de la
produccin a partir de la hacienda agroindustrial, la cual alcanz en los ltimos
aos altos niveles tecnolgicos. De la superficie rural ocupada en cultivos y
pastoreo, el 58.31% de los predios tena mas de 100 hectreas y el 24.17%
eran predios de entre 30 y 100 hectreas.

Por su parte Lrida, poblado en el cual se concentr la mayor parte de los

sobrevivientes de Armero, est localizada a 388 metros sobre el nivel del mar y
abarca una extensin de 269 kilmetros cuadrados. Aunque tiene una extensa
zona plana, parte de su territorio es ms montaoso que el de Armero. Segn
el censo de poblacin de 1.985 en ese ao tena 9.368 habitantes, de los
cuales 3.796 residan en la cabecera.

Su actividad econmica se centraba casi que exclusivamente en la produccin

agrcola, con 11.000 hectreas dedicadas a esta actividad, entre cuyos cultivos
se destacaban arroz, algodn, maz, caf y caa de azcar, junto con 15.000
hectreas dedicadas a pastos. El rea cultivada se distribua en 1.984
as:6.688 hectreas de arroz, 1.125 de caf, 1.000 de sorgo, 708 de caa
panelera, 439 de maz, 188 de yuca, junto con reas menores sembradas en
man, cacao, aguacate, y pltano, entre otros. De su superficie total, 11.800
hectreas pertenecan a 73 predios de ms de 100 hectreas y otras 8.950
hectreas constituan 258 predios de entre 20 y 100 hectreas, lo cual muestra
la concentracin de la propiedad en el territorio del municipio, pese a su
condicin relativamente montaosa.

Su infraestructura era deficitaria al momento de la catstrofe pues slo posea

algunas calles pavimentadas, no se haca ningn tipo de tratamiento al agua
para consumo humano, ni haba sistema de disposicin de basuras. Igualmente
solo posea tres centros de educacin primaria en la cabecera, ninguno de
educacin preescolar y solamente uno de educacin secundaria. La tasa de
analfabetismo era en 1.985 del 16%. En materia de salud la disponibilidad de
atencin era precaria pues solo exista un centro de salud en el casco urbano
con 3 mdicos, un odontlogo y 4 enfermeras. Entre las principales causas de
morbilidad se destacaban las enfermedades gastrointestinales y los problemas
respiratorios; tambin se presentaban ocasionalmente casos de fiebre tifoidea.

Otros servicios existentes en la cabecera de Lrida eran: un Juzgado

Promiscuo, la Caja de Crdito Agrario y el Instituto Colombiano de Hidrologa,
Meteorologa y Adecuacin de Tierras - HIMAT, entidad esta ltima que ha
administrado los distritos de riego de la zona rural.

En este contexto la vida en Lrida se desarrollaba en un clima semirural, en

nada semejante a la pujanza y modernidad de la ciudad de Armero.
 V. EL DESPERTAR DEL LEON DORMIDO

La relacin de la poblacin del norte del Tolima con el Volcn Nevado del Ruiz
era muy reducida y antes de 1.985 muy pocos jvenes conocan de su
existencia ya que, entre otros, desde Armero y sus municipios vecinos son
escasos los sitios y los momentos en los que puede observarse el Volcn.

Por el contrario, el Ruiz como nevado ha sido parte del paisaje diario de la
poblacin del departamento de Caldas y muy en particular de su ciudad capital
Manizales; la relacin con este ha sido, por tanto, siempre muy elevada a
travs del turismo, el montaismo, los deportes de nieve y los baos termales;
ms an, all ya se comenzaba a estudiar el volcn como fuente de energa
geotrmica.

La erupcin a la que aludimos se produjo el 13 de noviembre de 1.985, pero

estuvo antecedida de un sinnmero de eventos catastrficos en los ltimos 400
aos y de una serie de manifestaciones que se presentaron desde finales de
1.984 a las cuales por muy diversas causas no se les dio la debida atencin.

La erupcin de 1.985 fue la tercera de gran magnitud desde la conquista del

territorio por parte de los espaoles. El historiador Fray Pedro Simn relata en
su Crnica el primero de estos acontecimientos que tuvo lugar en 1.595. La
segunda erupcin sucedi en 1.845 y es relatada por el historiador Jos
Joaqun Acosta. Las dos descripciones de los eventos de siglos anteriores
relatan prolijamente la forma en que se produjeron las erupciones explosivas y
sus efectos sobre la zona circundante, en especial sobre el flanco que
desciende hacia el Departamento del Tolima. En la primera se ocasion la
muerte de unos 500 indgenas guales y en la segunda fueron arrasados
alrededor de 1.000 pobladores.

Es procedente recordar que en el pasado histrico las erupciones del Ruiz han
producido flujos de lava, flujos piroclsticos, cadas de ceniza, explosiones
laterales dirigidas y flujos de lodo; son estos ltimos los que han producido los
grandes impactos. La causa ha sido el desprendimiento de enormes masas
nevadas que al llegar a los cauces de los ros que nacen en el nevado se
descongelan y empiezan a arrastrar todo tipo de materiales all depositados,
generando flujos de lodos de varias decenas de metros de altura. Estos flujos
repercuten principalmente en el cauce de los ros Lagunilla (que llega al sitio
donde estaba situada la ciudad de Armero), Gual y Sabandija en el Tolima y
Chinchin en Caldas, ro este ltimo que bordea Chinchin, poblacin que
recibi impactos de segundo orden de importancia
Sin embargo, desde 1.845 la actividad del volcn haba sido muy baja, por lo
cual en las ltimas dcadas se haba incrementado notoriamente el turismo
hacia al nevado. Por ello la poblacin haba olvidado la historia del Ruiz y la
percepcin del riesgo que este implicaba no era muy clara; especficamente no
exista conciencia en cuanto a que el efecto realmente peligroso era el flujo de
lodos. No obstante, dentro de esa percepcin confusa que a menudo subyace
en la cultura, las poblaciones circundantes le denominaban el len dormido,
sin que nadie lo asociara conscientemente con un poder capaz de destruir la
ciudad de Armero, ya que all slo se teman las posibles inundaciones que
pudieran originarse en el ro Lagunilla, como haba acaecido ya dos veces en
las ltimas dcadas.

Como dato curioso y extraordinario merece relatarse que en reciente entrevista

realizada con una pobladora de Lrida, quien tiene en la actualidad 90 aos de
edad, ella relata haber escuchado de su padre, cuya familia posea en 1.845 un
predio rural localizado en un cerro del municipio de Armero, que desde all
haba podido observar la ocurrencia de la avalancha de esa poca en toda su
dimensin horrorfica. Debido a ello el padre prohibi en forma reiterada a toda
su familia trasladar su residencia a Armero cuando se cre el poblado y
comenz su crecimiento y florecimiento. Finalmente los hermanos de la
entrevistada se mudaron a mediados del presente siglo a vivir a Armero, pero
ella jams acepto trasladarse, pese a que estos haban adquirido un lote en el
casco urbano para que estableciera all su residencia. Todos sus hermanos
fallecieron en el evento de 1.985.

El primer indicio de la ltima reactivacin del Volcn se produjo en noviembre

de 1.984; durante el ao que transcurri desde ese primer indicio hasta la
fatdica erupcin del 13 de noviembre este increment ocasionalmente su
sismicidad, tuvo pequeas erupciones y transformaciones fsicas, en especial
por el surgimiento de un pequeo crter al lado del que ya se conoca desde
varias dcadas atrs.

El conocimiento de las anomalas produjo la movilizacin del sector cientfico

tanto nacional como internacional, de algunas entidades oficiales, de algunos
grupos del sector privado empresarial y del sector universitario, entre otros,
pero, cuando se observan desde la distancia en el tiempo las acciones
emprendidas por los diferentes grupos que se interesaron por el fenmeno, se
concluye que todos los esfuerzos eran errticos, inseguros e incoherentes.

Cuando a finales de 1.984 los moradores de la parte alta de la cordillera

observaron el incremento de la actividad volcnica por la intensificacin de la
fumarola y el incremento de la sismicidad, se emprendieron algunas acciones
impulsadas especialmente por un grupo cvico de profesionales del
Departamento de Caldas.

Este grupo recab la primera informacin con base en observaciones

realizadas en el crter del volcn y solicit apoyo a las entidades
gubernamentales que tenan alguna ingerencia en la temtica vulcanolgica
como el Ministerio de Minas y Energa, el Instituto de Investigaciones en
Geociencias, Minera y Qumica - INGEOMINAS, el Instituto geogrfico Agustn
Codazzi, las Universidades Nacional y de Caldas y a aquellas relacionadas con
la atencin de emergencias como la Defensa Civil y la Cruz Roja.

A comienzos de 1.985 se realizaron las primeras acciones por parte del

INGEOMINAS y la Alcalda de Manizales cre una Comisin Tcnica de
Vigilancia del Riesgo Volcnico y Ssmico del Nevado del Ruiz, integrada por
gelogos e ingenieros locales.

Igualmente se acudi al apoyo de la Oficina de Naciones Unidas para

Prevencin de Desastres UNDRO: De las recomendaciones emanadas del
trabajo conjunto entre estos grupos, se procedi a la instrumentacin del
volcn, y a la elaboracin del mapa de amenazas de su zona de influencia.

Desde diciembre de 1.984 se crearon Comits de Emergencia en los

Departamentos de Tolima y Caldas y a la vez las entidades de socorro,
sobretodo la Defensa Civil y la Cruz Roja, empezaron a visitar los sitios de
mayor vulnerablidad para organizar algunos talleres de capacitacin dirigidos a
voluntarios; con este fin elaboraron cartillas y volantes informativos con
advertencias a la poblacin.

El 24 de septiembre de 1.985 la Cmara de Representantes convoc a los

Ministros de Gobierno, Minas y Energa, Obras Pblicas y Defensa para
informarse acerca de la situacin del Volcn y de las medidas adoptadas por el
Gobierno para reducir la vulnerabilidad de la poblacin asentada en sus
alrededores. Aunque el debate fue lgido, la respuesta de las autoridades
presentes se limit al recuento de las acciones ya sealadas y a explicitar los
planes de preparacin para el caso de que se produjera una tragedia, pero
nada claro en cuanto a las medidas especficas para su aplicacin por parte de
la poblacin en el momento en que se produjera una erupcin de
consideracin.

Por fin el 7 de octubre de 1.985 el INGEOMINAS dio a conocer ante los medios
de comunicacin la primera versin del mapa de amenazas de la zona de
influencia del volcn, el cual, aunque contena suficiente informacin sobre lo
que podra ocurrir en las poblaciones circundantes al mismo, por el tipo de
difusin y por la ausencia de planes y de organizacin para una emergencia,
poco aport desde el punto de vista prctico para la poblacin amenazada. No
obstante, aunque fue una minora absoluta, muchas familias migraron de la
ciudad los das anteriores a la avalancha y otras cuantas se salvaron durante
las ltimas horas que antecedieron a la erupcin, porque atendieron la
recomendacin hecha con anterioridad de trasladarse hacia las partes altas de
la ciudad.

Es as como la reactivacin del volcn, que se haba iniciado en noviembre de

1.984, lleg a su mximo nivel el 13 de noviembre de 1.985. Hacia las 3 de la
tarde se presentaron dos explosiones en el crter, acompaadas por una fuerte
emisin de ceniza que continu durante las horas siguientes. A las 7 de la
noche la Cruz Roja Regional del Tolima plante por radio la evacuacin de
Armero, pero esta recomendacin no fue respaldada en forma generalizada por
las autoridades regionales de la ciudad; a la emisin de ceniza la acompa a
esa hora una fuerte lluvia.

Hacia las 9 de la noche se produjeron dos nuevas explosiones con emisin de

piroclastos (material incandescente) y formacin de lahares (avalancha de
lodos). A las 22:40 de la noche el lahar lleg a Chinchin y a las 11:35 al valle
de Armero, despus de un recorrido de 60 kilmetros. La avalancha se
desplaz a una velocidad del orden de 40 kilmetros por hora, con una altura
promedio de 20 metros, aunque hubo lugares en los cuales, por la topografa,
la altura fue muy superior. Se estima que por el lado del Tolima se movilizaron
ms de cien millones de metros cbicos de material. La consistencia de la
avalancha era bastante densa y cuando lleg a las zonas planas se senta tibia.
La superficie cubierta por los lahares fue de 3.145 hectreas.

De acuerdo con informacin acopiada por los autores, la segunda erupcin que
se present hacia las 9:30 de la noche se sinti en una vasta zona del interior
del pas y las cenizas se dispersaron hasta llegar a la frontera con Venezuela.
Residentes de Lrida, a pesar de la distancia de Armero, cuentan adems
haber escuchado el transcurso de la avalancha, lo cual indujo a muchos
moradores del rea cercana a movilizarse durante esa noche hacia Armero,
pero fue imposible acceder a la ciudad debido a que la comunicacin terrestre
qued totalmente interrumpida por la destruccin de todas las vas que
atravesaban Armero. Slo a la madrugada del da siguiente se conoci toda la
dimensin de la tragedia, cuando un piloto privado que sobrevol la zona avis
que la ciudad haba desaparecido.

VI. EL ESCENARIO DEL DESASTRE Y EL MANEJO DE LA

EMERGENCIA

La mayor afectacin como resultado de la avalancha se produjo en dos zonas:

en el Departamento del Tolima en el valle de Armero, en especial en el rea de
influencia de los ros Lagunilla y Gual y en el Departamento de Caldas en el
rea de influencia de la Quebrada Nereidas, el Ro Claro, el ro Molinos y el ro
Chinchin, hasta la desembocadura en el ro Cauca.

Aparte de los efectos directos de la avalancha, es importante recordar que la

afectacin lleg por el lado del Tolima a cubrir toda su zona norte, teniendo en
cuenta que la ciudad de Armero era lugar de confluencia de muchas
actividades de la regin en aspectos tales como transporte, comunicaciones,
mercadeo, servicios financieros, de salud, educacin, de reparacin de
maquinaria y del parque automotor, es decir, que Armero constitua el centro de
todo un tejido poltico, econmico, industrial, comercial, de servicios y cultural
que se rompi en forma abrupta.

De all en adelante se inici el proceso de atencin y evacuacin, del cual debe

decirse que fue catico debido a la ausencia de una organizacin a travs de la
cual se coordinaran en forma sistmica las mltiples actividades que demanda
la atencin de un desastre de tal magnitud.

De diferentes fuentes se estima que el total de vctimas mortales de la

avalancha fue de alrededor de 23.000 personas, de las cuales unas 22.000
correspondieron al rea del Tolima, bsicamente residentes de la ciudad de
Armero, y entre 1.000 y 2.000 a la zona riberea del ro Chinchin.

Como consecuencia de la catica atencin a las vctimas durante los primeros

das despus de la tragedia, ha sido difcil establecer la cifra real de
sobrevivientes, ya que, en primer lugar, los rescatados fueron trasladados a
diversas zonas del pas sin que hubiera ningn control al respecto; muchas de
las personas que tenan familiares o que lograron organizarse rpidamente por
fuera de la zona, jams reportaron su situacin de damnificado ni regresaron a
la regin; y, en segundo lugar, como es comn en pases con ndices
relativamente altos de pobreza y tal como ya haba ocurrido con posterioridad
al sismo de Popayn, el sentir de muchas personas, entre ellos el de los
mismos sobrevivientes de la erupcin del Ruiz, es que muchas familias pobres
que vinieron de otros lugares se sumaron a las listas de residentes de Armero.

La cifra de afectacin de pobladores estimada en el estudio de evaluacin de

daos elaborado por el Departamento Nacional de Planeacin y el Sistema de
las Naciones Unidas en diciembre de 1.985 asciende a aproximadamente
10.000 sobrevivientes, de los cuales 8.000 correspondan a residentes de
Armero; entre estos hubo 5.200 heridos que requirieron atencin mdica de
algn tipo en diferentes lugares del pas.

Adems, se estima que la catstrofe afect directa o indirectamente a unas

200.000 personas en diez municipios del Tolima y dos de Caldas. La mayora
de los sobrevivientes de Armero eran personas de condiciones
socioeconmicas bajas, puesto que provenan principalmente de viviendas
ubicadas en las partes altas de la ciudad, entre ellos, de barrios aledaos al
cementerio.

Aunque hubo daos enormes en la infraestructura de las dos regiones ms

afectadas, se destaca, para efectos de este documento, el nmero de viviendas
destrudas, deterioradas o sujetas a demolicin por riesgos: 4.400 viviendas
urbanas fueron arrasadas junto con todo su contenido y 500 ms resultaron
parcialmente averiadas. En el sector rural se afectaron unas 250 viviendas.

Los daos en infraestructura social fueron tambin de dimensiones

incalculables: alrededor de 55 establecimientos de educacin desaparecieron
con toda su dotacin y lo que es ms grave, 170 educadores perecieron. En
salud se destruyeron dos hospitales completos con capacidad de 160 camas,
quedando toda la zona sin atencin hospitalaria especializada, ya que el
hospital de Armero era el ms completo de la regin. Peor an fue la
desintegracin de las redes locales y regionales de relaciones y organizaciones
sociales, culturales y productivas que se extendan mucho ms all de los
lmites territoriales, lo mismo que el impacto de las migraciones de habitantes
que se suscitaron con posterioridad al desastre.

Fueron inconmensurables las consecuencias sobre la estructura productiva, el

empleo, y los ingresos; adems Armero se caracterizaba por la participacin de
la comunidad en esquemas organizativos de muy diversa ndole, entre estos,
Juntas de Accin Comunal, cooperativas de produccin, comercializacin y
transporte, cuyos miembros sobrevivientes quedaron dispersos e inermes.

No menos onerosos fueron los daos en la infraestructura de servicios en la

cual se produjo prdida total en la ciudad de Armero y daos cuantiosos en los
doce municipios de mayor afectacin: destruccin parcial o total de sistemas de
saneamiento, de evacuacin de excretas y disposicin de basuras, tuberas de
conduccin y contaminacin por lodos de fuentes de suministro de agua. En la
fase de emergencia 50.000 personas quedaron sin servicio de agua potable.

El sistema de transporte qued desarticulado ante el arrasamiento de varios

kilmetros de carretera, 19 puentes y 18 kilmetros de la red ferroviaria. La
comunicacin entre Armero y el resto del pas qued totalmente interrumpida,
al igual que la interconexin elctrica por ruptura de diez kilmetros de lneas
de transmisin; las redes de distribucin de Armero desaparecieron en su
totalidad y parcialmente las de Chinchin.

La afectacin del sector agropecuario no fue de menor envergadura; 3.145

hectreas de suelos altamente productivos arrasadas e inutilizadas durante
varios aos y la prdida de unas 1.000 reses. En los terrenos que quedaron
cubiertos de ceniza hubo disminucin, cuando no prdida de la produccin,
junto con enfermedad de los animales.

Adicionalmente desaparecieron canales de riego, puentes internos, almacenes,

tostadoras y beneficiaderos de caf y caa, trilladoras, pistas de aviacin,
maquinaria agrcola de tecnologa avanzada, como corresponda a la vocacin
de la zona.

El valor de los daos originados en la avalancha se estim, a raz de la primera

evaluacin oficial, en 212 millones de dlares.

La ausencia de organizacin y la falta de preparacin dejaron en claro que la

atencin de la emergencia por parte del Estado y de la poblacin fue
absolutamente improvisada y careci de orientacin.
En los momentos iniciales los rescatados fueron enviados hacia diferentes
lugares y ciudades del pas, segn el grado de lesin de cada persona; unos
fueron remitidos a hospitales de las ciudades capitales, otros a albergues y
campamentos improvisados de los cuales varios se levantaron en los
alrededores de Armero, en particular en Lrida -que fue declarada centro de
operaciones- y en Guayabal en el Tolima.

A medida que fueron pasando las horas y los das, quienes podan movilizarse
iniciaron una peregrinacin por diferentes lugares del pas en bsqueda de
familiares desaparecidos o para solucionar individualmente su situacin.

La cooperacin internacional se hizo pronto presente, destacndose tanto por

su magnitud como por el caos que gener. Fue tal este que de muchas
conclusiones al mirar en retrospectiva una se destaca: despus del desastre
del Volcn vino el desastre de la cooperacin internacional.

Los sobrevivientes de Armero y Chinchin y quienes perdieron su vivienda o su

fuente de trabajo, carnetizados por RESURGIR, sumaron 28.317 personas, de
las cuales 3.597 estaban congregados en albergues a comienzos de 1.986 y
24.720 en casas particulares. Los albergues ascendieron a 35 en todo el pas,
para un promedio de 100 personas en cada uno. La mayor concentracin de
albergados estaba, en su orden, en Ibagu, Chinchin, Guayabal, Bogot,
Guaduas y despus Lrida, esta ltima con 251 personas.

Los 24.720 carnetizados no albergados se ubicaron en las siguientes ciudades,

en su orden segn el nmero de personas: Bogot (8.315), Guayabal (3.579),
Ibagu (3.367) y Lrida (2.594).
 VII. LA NORMATIVIDAD PARA EL MANEJO DE LA EMER-
GENCIA, LA REHABILITACION Y LA RECONSTRUCCION EN
1.985

Pese al clamor generalizado que se suscit a raz del terremoto de Popayn en

1.983 hacia la estructuracin por parte del Gobierno de una organizacin
coherente que permitiera, de un lado, trabajar en la prevencin de desastres y
por otro lado, que el pas estuviera suficientemente preparado para aquellos
casos en los cuales la prevencin no fuera posible dentro del estado del
conocimiento y de la tecnologa en el pas, Armero encontr al Gobierno en la
misma situacin de 1.983 y puede afirmarse que se repitieron exactamente los
mismos errores que se haban explicitado con posterioridad al terremoto.

La legislacin poco haba avanzado en la materia, a excepcin de la

conformacin del Fondo Nacional de Calamidades creado en 1.984, pero al
cual no se le haba asignado presupuesto para su entrada en operacin.

Igualmente se repiti la historia al crear para el manejo de la emergencia una

institucin centralizada y centralista en su concepcin, e impedir el manejo de
la situacin por parte de las autoridades locales y regionales.

En la prctica, para el manejo de situaciones de emergencia el pas slo

dispona de las normas contenidas en el Cdigo Sanitario Nacional, Ley 9 de
1.979, por el cual se crearon el Comit Nacional y los Comits
Departamentales y Municipales de Emergencia, pero sin posibilidad alguna de
que estos fueran operativos, ya que no se les asignaron los instrumentos que
ello requera, es decir, no se reglament su funcionamiento, por lo cual tan slo
dos o tres departamentos haban constitudo cuerpos organizados para este fin.
Al no haberse expedido la reglamentacin y la normatividad especficas para el
tema de prevencin y manejo de desastres, tampoco se dispona de las
herramientas para la asignacin presupuestal del caso, para la delegacin de
responsabilidades y para el establecimiento de funciones para la puesta en
marcha de los Comits. Menos an se haban determinado las relaciones entre
los organismos de los diferentes niveles territoriales ni las responsabilidades de
cada nivel segn las circunstancias, De ah que el Comit Nacional de
Emergencia slo se haba reunido en 1.983 con motivo del terremoto de
Popayn para expedir normas especficas para su manejo; este tampoco se
convoc en el transcurso del ao desde que se inici la reactivacin del Volcn
del Ruiz hasta su erupcin.

Se dispona adicionalmente de normas especficas para los organismos

operativos, la Defensa Civil y la Cruz Roja Nacional. Algunas instituciones de
ndole cientfica especializada como INGEOMINAS, HIMAT, Instituto
Geogrfico Agustn Codazzi, Instituto Geofsico de los Andes y Ministerio de
Comunicaciones tenan en su normatividad aspectos relacionados con las
funciones especficas que les eran inherentes, pero de ninguna manera en
cuanto a la responsabilidad sobre las diferentes etapas que supone el manejo
de riesgos y de emergencias de esta naturaleza y envergadura.

En virtud de la magnitud de los daos ocasionados por la avalancha, el

Gobierno Nacional declar tan slo el 24 de noviembre el estado de
emergencia en el pas, con una vigencia de treinta y cinco das, mecanismo a
travs del cual el Presidente de la Repblica quedaba facultado para expedir
toda la legislacin que se requiriera para atender la situacin.

Como primera medida derivada de la declaratoria de emergencia se cre ese

mismo da el Fondo de Reconstruccin RESURGIR, conformado por el
Gerente, el Director Ejecutivo y una Junta Directiva integrada por el Presidente
de la Repblica y cinco miembros ms, como un establecimiento pblico
financiado primordialmente con aportes del presupuesto nacional, emprstitos y
donaciones nacionales o del exterior, cuyo objetivo fue la financiacin de las
actividades y obras que requiera la rehabilitacin social, econmica y material
de la poblacin y de las zonas afectadas por la actividad volcnica del Nevado
del Ruiz.

Posteriormente, el 29 de diciembre de 1.985 se ampliaron los objetivos del

Fondo RESURGIR al expedirse el Decreto 3857, mediante el cual se estableci
que el Fondo, sin perjuicio de las atribuciones propias de las entidades
pblicas..., coordinar las actividades de construccin de vivienda, servicios
pblicos, equipamiento comunitario y otorgamiento de crdito y de garantas
que aquellas emprendan en las regiones y para las personas directamente
afectadas por la actividad volcnica del nevado del Ruiz. Adems, estableci
que Corresponde tambin al Fondo de Reconstruccin RESURGIR ...
coordinar las actividades de las entidades privadas que hayan recibido o
reciban donaciones con destino al alivio de los daos que ocasion la actividad
volcnica del Nevado del Ruiz.

Debido a la complejidad de los efectos que produjo la avalancha al ocasionar la

destruccin de una ciudad que congregaba una multiplicidad de servicios para
la poblacin de una vasta regin, el Gobierno expidi adems mltiples normas
para regular diferentes situaciones de las personas, de sus bienes, de la
economa, fiscales, crediticias y para los programas a ser ejecutados.
De inters para el presente trabajo son en especial las regulaciones que se
refieren a la condicin de las personas denominadas en ese entonces
damnificados y a la construccin de viviendas para estos.

Para la distribucin de las ayudas provenientes de diferentes fuentes que

recibi RESURGIR, la Resolucin 16 del 13 de marzo de 1.986 reglament la
calificacin de damnificado, En esta se incluyeron: los sobrevivientes de la
zona de desastre previamente identificada, las personas que comprobaran que
derivaban su subsistencia y fuente de empleo de los municipios de la zona
declarada de desastre y los estudiantes que demostraran que durante el ao
de la avalancha se encontraban estudiando en la zona de desastre. En esta
categora se incluyeron tambin otras personas que tenan intereses
econmicos en la regin, pero que no se sealan en este trabajo ya que no
fueron beneficiarios de los programas de vivienda del Plan de Reconstruccin;
solo es de inters acotar que se incluyeron aquellas personas naturales o
jurdicas propietarias de inmuebles en la zona de desastre y aquellos
propietarios que debieron desalojar el inmueble por orden de la autoridad.

El Acuerdo 009 del 25 de junio de 1.986 aclara que los auxilios que se
destinaran a los programas de vivienda del Fondo no tenan como objeto
indemnizar los daos o perjuicios ocasionados, sino solucionar el dficit de
vivienda derivado de la tragedia. En esta norma se definieron, adems, dos
modalidades de apoyo para quienes requeran de vivienda: la entrega en
propiedad de una solucin de vivienda includa dentro de los programas del
Fondo y la entrega de un auxilio para aquellas personas que decidieran
radicarse en lugares diferentes a aquellos donde se realizaban programas de
vivienda, auxilio que se destinara a la adquisicin de vivienda, lote o pago de
mejoras, o al pago de la cuota inicial.

Cabe aclarar que la normatividad no estableci diferenciacin alguna en los

beneficios para la poblacin afectada segn su origen urbano o rural, o segn
el lugar escogido para la ubicacin de la vivienda, pero en el Plan de
Recuperacin se disearon modalidades diferenciadas para los sobrevivientes
que decidieron asentarse en rea rural, como fueron las Granjas y Aldeas
Comunitarias y las Empresas Asociativas. En Lrida los principales programas
de esta ndole fueron Iguacitos y Bledonia. En el primer caso, RESURGIR
adquiri un predio de 1.050 hectreas para el asentamiento de 66 familias y
dot una franja de terreno con los servicios pblicos esenciales: acueducto,
alcantarillado, red elctrica y vas, sin que se hubiera proyectado un plan
estructurado de vivienda.

En la Hacienda Bledonia, en conjunto con el PNUD y el ICT se otorg apoyo a

28 familias propietarias del predio que result parcialmente afectado por la
avalancha, familias que conformaban una empresa asociativa agrcola desde
antes de la tragedia. Dentro del programa de prevencin de riesgos se acord
con las familias la reubicacin de sus viviendas en la parte alta de la hacienda y
se convino la demolicin de las casas localizadas en el sector vulnerable del
predio, con el compromiso de que no se volveran a construr viviendas en
estos terrenos, compromiso que, como pudo corroborarse durante el trabajo de
campo, se ha cumplido hasta ahora. No obstante, all, al igual que en otras
urbanizaciones para damnificados del rea, ha cambiado la composicin de la
propiedad, pues los descendientes de los propietarios originales han migrado
hacia otros lugares y han vendido sus derechos en la hacienda.

Es conveniente recordar que a los once das de ocurrido el desastre, es decir,

el 21 de noviembre, se cre el Fondo RESURGIR con el fin de financiar las
actividades de rehabilitacin y reconstruccin.

El derecho al auxilio de vivienda por parte de RESURGIR se reconoci a

quienes perdieron su vivienda permanente por causa de la avalancha, fueran
propietarios o arrendatarios, inquilinos, aparceros (trabajador rural que
establece un acuerdo o pacto con el propietario del predio para la explotacin
de la tierra en compaa; los tipos de arreglo en la aparcera varan de una
regin a otra) o usufructuarios, o a quienes deban desalojar o demoler la
vivienda por orden del Fondo de Reconstruccin RESURGIR, por estar
ubicados en reas de peligro o de riesgo.

Cada grupo familiar compuesto por el padre, la madre, los hijos y dems
parientes que habitaban una misma vivienda antes del 13 de noviembre de
1.985, tendr derecho solamente a una vivienda o al auxilio anteriormente
mencionado.

Debe anotarse que la restriccin para la venta de la vivienda que se adjudicara

se limit a un ao.

No puede desconocerse que la cooperacin nacional e internacional fue

inmensa pero, ante la ausencia de organizacin y de normatividad, con el
transcurrir de los aos se plantea en forma reiterada que esta no fue
adecuadamente manejada.

VIII. EL PROGRAMA DE REHABILITACION Y

RECONSTRUCCION DEL AREA AFECTADA POR EL RUIZ

Con base en las herramientas que le suministr la legislacin de emergencia

RESURGIR emprendi el diseo del Programa para la Recuperacin y
Reactivacin de las Zonas Afectadas por la Actividad Volcnica del Nevado del
Ruiz, el cual se estructur en torno a diez sectores de actividad: prevencin de
riesgos, tratamiento social y comunitario de damnificados, relocalizacin de
poblacin, recuperacin econmica, salud, educacin, acueductos y
alcantarillados, transporte, energa elctrica y comunicaciones.

El componente de prevencin de riesgos del plan tuvo en primera instancia el

objetivo de impedir que la poblacin se asentara nuevamente en el territorio
considerado como vulnerable dentro del mapa de riesgos del volcn y, en
previsin de un evento mayor o de un evento de cualquier otra ndole,
establecer un sistema de monitoreo, de alarma y de comunicacin, con todo el
equipamiento humano, tcnico y de infraestructura para dar tranquilidad a la
poblacin.

Adems, como uno de los aprendizajes de la tragedia vivida, comenz a

gestarse en el Plan la concepcin de un sistema nacional de prevencin de
calamidades, para lo cual RESURGIR aun esfuerzos con el PNUD, organismo
que dentro de su plan de cooperacin para la recuperacin postdesastre haba
includo el apoyo a la creacin de un ente sistmico para la prevencin de
desastres hacia el futuro.

En cuanto al programa de tratamiento social y comunitario, este comprenda

desde la atencin durante el perodo de alojamiento transitorio hasta la
reconstruccin del tejido de relaciones sociales roto por la destruccin de
Armero, incluyendo la organizacin y participacin de la comunidad en el
proceso de reconstruccin. Pero finalmente este se centr en los procesos de
censo, identificacin, carnetizacin y seleccin de personas para la asignacin
de vivienda y de otros beneficios, situacin que luego tuvo una fuerte
repercusin sobre el desarrollo posterior del plan general de reconstruccin y
en particular sobre el plan de vivienda.

La carnetizacin en especial fue una labor dispendiosa, polmica y discutible

que absorbi buena parte del esfuerzo del equipo social y que pronto se
convirti en fuente de conflictos y resquemores por la inexperiencia en
situaciones de magnitud comparable, la falta de organizacin para dar
respuesta oportuna y adecuada al caos creado, por la falta de cirterios para
saber a quin y, sobre todo, para saber par qu se otorgaba un carnet, por la
falta de control para impedir que personas ajenas a la zona del desastre se
hicieran pasar por sobrevivientes de Armero; de ah la dificultad para
seleccionar a las personas que realmente resultaron de alguna manera
lesionadas en su salud o bienes, pues cada da creca el nmero de personas
que solicitaban atencin, adems de que incidi notoriamente en la prdida de
credibilidad frente al plan de reconstruccin.

Adicionalmente, durante las primeras semanas despus del evento se produjo

en la zona del desastre el flujo y reflujo de poblacin por dos razones: la
primera, porque a causa de la desorganizacin y desorientacin inicial, las
personas rescatadas fueron enviadas a los ms diversos lugares del pas,
quedando en muchos casos familias dispersas en lugares en extremo
distantes, mientras que las familias de armeritas que no vivan en la zona se
desplazaron hacia esta para conocer la situacin. En segundo lugar, porque
ante la dispersin y falta de informacin fidedigna acerca de lo acaecido, los
sobrevivientes y sus familiares iban y venan en busca de sus allegados.
Finalmente segn informe de RESURGIR se expidi carnet a 9.235 jefes de
hogar, para un total de 28.317 beneficiarios dispersos por todo el pas; de estos
aproximadamente unos 1.000 correspondan a afectados del Departamento de
Caldas. En Lrida se entregaron 1.013 carnets para 2.845 personas. El
promedio de personas por hogar era de tres, cifra inferior al promedio nacional
que se estima en alrededor de cinco personas, debido precisamente a los
fallecimientos producto de la catstrofe.

Por grupos de edades los menores de 5 aos representaban el 14.2% de la

poblacin carnetizada; le seguan en su orden el grupo de 6 a 11 con 13.5% de
participacin, luego el de 12 a 18 aos con el 16.2%, de 19 a 24 aos el 13.7%
y de 25 aos en adelante 42,3%, lo que significa que el 57.7% de la poblacin
censada eran menores de 25 aos.

Del total de la poblacin carnetizada el 87.3% se haba localizado en casas de

familiares y amigos o estaban en arrendamiento, mientras que slo el 12.7%
estaba en albergues. De 35 albergues organizados, 10 funcionaban en
instalaciones educativas, lo cual tuvo posteriormente consecuencias tanto
sobre los afectados como sobre la poblacin nativa, ya que all debieron
suspenderse las actividades escolares durante varios meses, con lo cual se
agrav la situacin de los antiguos residentes y de los sobrevivientes pues,
adems del hacinamiento que conlleva este tipo de solucin provisional, los
nios deben permanecer entonces durante todo el da en el lugar de vivienda

Otros albergues se conformaron con carpas entregadas por donantes, en las

cuales la situacin durante las primeras semanas despus del desastre fue
catica, sobretodo por la total ausencia de servicios pblicos indispensables;
sin embargo, poco a poco fue organizndose la comunidad y la atencin de las
diferentes instituciones; se construyeron servicios sanitarios, lavaderos y
cocinas comunitarios y se entregaron los enseres domsticos mnimos para la
subsistencia, con lo cual la vida comenz a tomar un curso relativamente
aceptable. Aunque con dificultades, se establecieron relaciones sociales y
culturales entre los albergados, por lo cual cuando se comenzaron a entregar
las viviendas definitivas estos se vieron confrontados con un nuevo proceso de
ruptura y reinicio de una nueva vida en comunidad, ya que pocas veces
coincidieron los residentes de un albergue en un mismo grupo de solucin de
vivienda.

El programa de reasentamiento coordinado por RESURGIR construy, en

conjunto con las entidades cooperantes nacionales e internacionales, 4.521
viviendas, con una mayor concentracin en el municipio de Lrida donde se
levantaron 1.868 soluciones habitacionales; este asentamiento fue
seleccionado como el principal obedeciendo a criterios de reduccin de riesgos,
aspectos econmicos, sociales y polticos y contempl la realizacin de obras
de cubrimiento regional con miras a reconstituir el ncleo territorial que haba
sido Armero para el norte del Tolima. Este aspecto fue uno de los ms
controvertidos en relacin con el Plan, como se ver ms adelante.
En el Plan se fijaron algunas polticas para las entidades cooperantes en
planes de vivienda: en primer lugar deban ser coordinadas por RESURGIR;
adems, deban tener en cuenta a los sobrevivientes como mano de obra para
generar empleo y, exigir hasta donde fuera posible el trabajo comunitario.

Otros programas includos en el Plan de reactivacin fueron el de recuperacin

econmica, que comprendi: recuperacin y adecuacin de tierras, apoyo a la
produccin, adquisicin y adjudicacin de tierras a travs de la constitucin de
asociaciones de produccin, todos ellos con el objetivo fundamental de
contribuir a la generacin de empleo; y, programas de educacin y salud,
acueductos y alcantarillados, energa elctrica, transporte y comunicaciones,
recuperacin de la infraestructura afectada y restablecimiento de servicios de
atencin a las personas en estos campos, en procura del rpido
restablecimiento de condiciones de normalidad para los afectados directos e
indirectos.

El programa de recuperacin econmica previ la construccin de una

ciudadela industrial y de otras obras conducentes a la activacin econmica de
la zona y a la sustitucin de los servicios existentes en Armero tales como el
Terminal de Transportes y el Matadero Municipal.

Como hecho relevante debe mencionarse que, para impedir una nueva
ocupacin del rea urbana de la ciudad desaparecida, mediante Decreto del
Gobierno Nacional esta fue declarada Monumento Nacional y Parque Nacional
de la Esperanza. Igualmente se dictaron normas para que no fuera ocupada
con vivienda la totalidad del rea afectada por la avalancha.

IX. PROGRAMA DE RELOCALIZACION DE POBLACION

El papel de RESURGIR en los proyectos de vivienda consisti inicialmente en

la coordinacin de las instituciones que intervinieron como cooperantes para
esta actividad del Plan de Rehabilitacin y Reconstruccin, el establecimiento
de polticas y la fijacin de criterios tcnicos y requisitos para los conjuntos de
vivienda tales como lugar de localizacin, rea del lote y rea de construccin,
calidades de los materiales, cumplimiento de normas como la de
sismoresistencia, mecanismos de financiacin de la vivienda, includa la
financiacin por parte del adjudicatario y , en el caso de Lrida, el diseo y
construccin de la infraestructura bsica para la conformacin de la Ciudadela
Lrida Regional.

Dentro de las polticas inicialmente diseadas se otorgaba gran importancia en

el programa a la participacin de los adjudicatarios de vivienda en la toma de
decisiones sobre esta y en la autoconstruccin, o, por lo menos, a la
participacin en forma parcial, con miras sobre todo a contribuir a la generacin
de fuentes de trabajo. Tambin se recomend, en forma general, privilegiar el
uso de materiales constructivos disponibles en la zona a fin de activar la
economa de la regin y respetar la tipologa de vivienda usual en la regin.
Igualmente se recomend la bsqueda de homogeneidad entre los
beneficiarios de los diferentes tipos de vivienda para facilitar su integracin al
proyecto y al entorno social seleccionado como nuevo lugar de residencia.

Por sugerencia de algunas entidades cooperantes, RESURGIR propuso a

estas que se cobrara el 5% del costo de la vivienda a quienes se beneficiaran
de los programas respectivos, con miras a constituir con estos recursos un
Fondo Rotatorio a ser manejado por la comunidad, para el mejoramiento del
espacio pblico y la ejecucin de obras de inters comunitario en los diferentes
barrios.

Entre los lineamientos generales establecidos por RESURGIR para la

adjudicacin estuvo el de reubicar en forma prioritaria a quienes se
encontraban concentrados en centros educativos o en reas institucionales a
fin de que estos recuperaran prontamente su funcin propia y en segundo
lugar, a quienes hubieran obtenido alojamiento provisional donde familiares o
en arrendamiento.

Entre las polticas de RESURGIR para los diferentes planes de vivienda del
Programa de Reconstruccin se determin que deba otorgrsele a los planes
de vivienda un tratamiento integral, haciendo nfasis en la participacin
comunitaria y en la conveniencia de la autoconstruccin. Igualmente se
recomendaba tener en cuenta las diferencias culturales y socioeconmicas
existentes entre la poblacin damnificada.

Las sugerencias para la urbanizacin propuestas por el ente coordinador del

Programa de Reconstruccin eran que los lotes deban tener una extensin de
cerca de 200 metros cuadrados y prever un rea construda de 60 metros en
promedio, para una densidad no mayor de 35 a 40 viviendas por hectrea.
Cada barrio deba incluir entre sus servicios por lo menos un saln comunal.

En cuanto a las promotoras (denominacin que se dio a las entidades

cooperantes para la construccin de vivienda) el Gobierno Nacional les dej
autonoma para seleccionar los beneficiarios de sus respectivos programas,
aunque deban acogerse a los criterios de seleccin fijados por el Fondo
RESURGIR que se acaban de indicar.

El programa de servicios regionales de RESURGIR buscaba implementar en

Lrida alrededor del 75% de los servicios relacionados con el sector productivo
que haban existido en Armero.

En resumen, RESURGIR coordin la construccin de 4.521 viviendas en todo

el pas y en la reconstruccin intervinieron 32 entidades cooperantes, adems
del mismo RESURGIR, entidad que finalmente decidi ocuparse en forma
directa de la construccin de un ncleo de viviendas en el nuevo Lrida. De
esas 32 entidades, 19 participaron en el Departamento del Tolima con un total
de 55 programas, 38 en reas urbanas y 17 en rea rural. En este
Departamento se construyeron en total 2.967 soluciones, de las cuales 1.868
correspondieron a Lrida.

Para la ejecucin de la parte ms importante del programa de vivienda

RESURGIR adquiri 126.8 hectreas de terreno en la meseta de Lrida, predio
situado a un costado de la ciudad antigua, pero separado de esta por una
quebrada y una franja desocupada de terreno; otras entidades como el Instituto
de Crdito Territorial - ICT aportaron el terreno para adelantar su proyecto de
vivienda en el mismo poblado pero en un sector distinto al elegido por
RESURGIR.

En cuanto a los dos proyectos de vivienda que son objeto de esta

investigacin, el que asumi directamente RESURGIR fue de 430 viviendas,
mientras que el del ICT PNUD fue de 170 unidades. Como se haba
mencionado, frente a la dificultad de abarcar en el tiempo disponible para el
trabajo todos los proyectos de esta ndole que se ejecutaron, se decidi
analizar estas dos urbanizaciones en Lrida. Para esta escogencia pueden
sealarse las siguientes razones:

- En primer lugar, como consecuencia del conocimiento que se tena de

Lrida, exista la nocin de que en trminos generales uno de los dos
proyectos haba logrado mucha estabilidad y el otro era quiz el menos
estable de todos.

- En segundo lugar, los investigadores disponan de un buen nivel de

informacin sobre ambos casos.

- En tercer lugar, uno de ellos se construy en un lote muy cercano al

centro de Lrida antigua, al borde de la carretera principal, mientras el
otro queda bastante lejos del centro.

- Finalmente, se consider que, para efectos del anlisis comparativo era

relevante contrastar dos planes ejecutados con la participacin de
entidades gubernamentales, aunque uno de ellos hubiera tenido el
apoyo directo del Programa de las Naciones Unidas.

Debe tenerse presente que las polticas y programas globales del Gobierno
afectaron de manera similar a todos los programas de vivienda para los
sobrevivientes de Armero y Chinchin; en particular las familias asentadas en
Lrida recibieron en forma semejante los beneficios y los problemas derivados
de la accin all adelantada por RESURGIR.

Sin embargo, cada proyecto tuvo caractersticas fsicas peculiares y le imprimi

su propio manejo diferenciado de los dems, de forma tal que solamente un
anlisis detallado y en profundidad de todos ellos permitira resaltar las
ventajas y desventajas de cada uno, lo cual estaba por fuera del alcance y de
las posibilidades de este documento.
 X. PROGRAMA LERIDA REGIONAL

Desde los primeros das posteriores al desastre de Armero haba unidad de

pensamiento en torno a la necesidad de reemplazar a esta poblacin como
ciudad regional, es decir, como centro de servicios para el norte del Tolima.

Aunque no se obtuvo un documento que tratara explcitamente el tema, el

primer criterio que se abri paso para el manejo de la reconstruccin, fue el de
que esta se centrara en territorio del municipio de Armero y se seal entonces
a Guayabal, pero RESURGIR lo descart argumentando que estaba muy
prximo a la zona de mximo riesgo. Por ello, despus de un anlisis de todo el
territorio del norte del Tolima, en el cual prevaleci el criterio de que el sitio se
localizara por fuera del mapa de amenazas del Volcn del Ruiz, y en el que se
privilegi la ubicacin sobre el eje vial que una a Ibagu con Honda, finalmente
RESURGIR determin que Lrida era el lugar que mejor satisfaca dichos
requisitos. La nica referencia a esta decisin a la que se tuvo acceso, que fue
el Programa para la Recuperacin y Reactivacin de las Zonas Afectadas por
la Actividad Volcnica del Nevado del Ruiz, presentado por RESURGIR en
marzo de 1.986, menciona que para la seleccin de Lrida se tuvieron en
cuenta criterios de riesgo, econmicos y polticos.

No obstante, la ciudad de Lrida fue seleccionada para el mayor

reasentamiento poblacional pese a que el mismo RESURGIR, al elaborar un
ndice de desarrollo urbano en el cual se tomaron en consideracin la
infraestructura disponible y los servicios con que contaba cada centro poblado,
Lrida, entre todos los municipios del Norte del Tolima, ocup el ltimo lugar;
mientras que Armero, antes de su desaparicin se ubicaba en segundo lugar
con un ndice de 152.6, Lrida solo obtuvo un ndice de 34.4.

Ello de por si ya implicaba una gran dificultad para llevar a buen trmino el
proyecto de sustitucin del rol que para la regin desempeaba la ciudad
desaparecida, tanto por el bajo ndice de desarrollo que ostentaba Lrida como
por el tipo de cultura que all se haba desarrollado, pues en Lrida imperaba
un estilo de vida semirural, sin desarrollo industrial, con una pobre presencia
institucional y de servicios y ms an con escasa relacin con la moderna
tecnologa agrcola que haba propulsado la pujanza de Armero. Por esas y
otras razones, la eleccin de Lrida fue y continua siendo discutida y discutible,

Generalmente el crecimiento de los poblados en Colombia se produce en torno

al centro del mismo ya que all se localizan las reas institucionales y
comerciales y este era el caso de Lrida; sin embargo el rea urbanizada por
RESURGIR para la construccin del mayor ncleo de poblacin rompa con
este esquema, pues la nueva Lrida se desarroll bsicamente hacia un
costado, por lo cual se crearon grandes disfunciones frente a la vida
institucional y comercial, agravado por la carencia de transporte pblico;
adems, igualmente qued separada del centro del poblado por una barrera
natural constituda por una quebrada y por una franja de terreno deshabitada.
Adems, entre la ciudad antigua y el lote para el nuevo desarrollo est ubicado
el cementerio, lugar que invariablemente se ubica en el poblamiento tradicional
por fuera del centro poblado y constituye un lmite natural al crecimiento en su
direccin, dada su connotacin cultural.y religiosa. Pero desde un comienzo
hubo crticas con el argumento de que la nueva ciudad de Lrida ha debido
tener un diseo que permitiera una mayor integracin con el ncleo urbano de
Lrida antigua.

Otro factor que se seal entre quienes se oponan a la consideracin de

Lrida como centro regional en sustitucin de Armero fue el desempleo crnico
que caracterizaba a dicha ciudad, lo cual implicaba que la llegada masiva de
pobladores conducira a una competencia por los escasos puestos de trabajo.

Adems, en concepto del Concejo Municipal de la poca y de los pobladores

del municipio, con la urbanizacin del terreno elegido se perdi para la
agricultura la mejor rea de cultivo de que se dispona en cercanas del rea
urbana del municipio: antes del Plan este terreno era un gran cultivo de arroz.
Con la idea de desarrollar la Ciudad Regional del norte del Tolima, con
capacidad para albergar 2.800 familias, se dot a Lrida de la infraestructura
urbana requerida para la localizacin de las viviendas programadas, 1.868
finalmente, de todos los servicios necesarios, acueducto, alcantarillado, vas,
energa elctrica, salud, educacin, instalaciones institucionales, recreacin,
cultura, asuntos comunitarios, mercado y espacio pblico. Se proyectaba
desarrollar en Lrida el 75% de los servicios relacionados con el sector
productivo que existan en Armero, En forma complementaria RESURGIR
realiz importantes inversiones en la construccin de una zona industrial en
Lrida, consistente en la urbanizacin de una extensa rea de lotes con
servicios para proyectos industriales.

Debe anotarse que tanto el concepto urbanstico y la concepcin de Lrida

Regional, as como la celeridad y efectividad en la ejecucin del programa de
las obras fsicas para el reasentamiento en Lrida tuvieron reconocimientos
internacionales de diversa ndole.

X. 1. URBANIZACION CONSTRUIDA POR RESURGIR EN LERIDA.

Aunque la norma que cre a RESURGIR no le otorg facultades para intervenir

en la construccin de viviendas, el Fondo resolvi involucrarse en la
construccin mediante un plan de 430 casas unifamiliares en Lrida, realizado
por firmas constructoras privadas.

El lugar seleccionado para la construccin de este grupo de viviendas

denominado RESURGIR Nueve, fue al sur en el extremo libre del lote
destinado para la Ciudadela Nueva Lrida, a continuacin del lugar donde ya
se haban asignado lotes para las dems entidades cooperantes.

Las viviendas de esta urbanizacin disponen de 200 metros cuadrados de lote

y 38 metros cuadrados de rea construda. Constan en su diseo original de un
rea social, dos alcobas, cocina y bao. Los muros se levantaron en bloque de
cemento mediante el sistema tradicional constructivo y la cubierta en teja
eternit .

En la adjudicacin de las viviendas, segn informacin de diferentes fuentes,

no se aplicaron todos los criterios que se haban fijado por parte del mismo
RESURGIR, probablemente a causa del agudo problema social que se haba
suscitado en la regin por las deficiencias en la atencin a los afectados, por la
suspensin de la carnetizacin de muchas personas que aducan ser
damnificados, algunos de ellos ubicados an en campamentos al cabo de
varios meses, por la demora en el inicio de varios planes y por la inconformidad
con el cobro parcial de algunas de las viviendas, entre otros.

Aunque RESURGIR haba recomendado que se seleccionaran los

adjudicatarios dentro de algn nivel de homogeneidad para facilitar el
entendimiento y la convivencia entre sus moradores, de las entrevistas se
desprende que a ltima hora se incluyeron en el programa del Fondo
bsicamente los grupos familiares o personas que no haban sido recibidos o
aceptados en otros programas por no cumplir algn requisito, bien fuera por no
constituir un hogar de varios miembros (por ejemplo, casos en los que qued
una persona sola, o slo uno de los padres y un hijo, o to y sobrino, e inclusive
parejas conformadas con posterioridad a la ocurrencia del evento en las cuales
por lo menos uno de ellos era damnificado), o por otras razones.

Entre las caractersticas de la poblacin beneficiaria de estas viviendas

sobresalen, segn las autoridades del municipio, su bajo nivel de ingresos, su
ocupacin prioritariamente en actividades del sector informal y su bajo nivel
educativo. Los funcionaron y varios beneficiarios de otros programas que
fueron entrevistados coinciden al afirmar que all se concentr el mayor grupo
de no damnificados, quienes provenan de Guayabal y por tal razn utilizaron
su cdula expedida en Armero para hacerse pasar por vctimas y obtener los
beneficios ofrecidos..

Adems los favorecidos provenan de diferentes situaciones de alojamiento

transitorio, es decir, que no se haban establecido nexos previos entre las
personas, como fue el caso de varios de los programas que comenzaron a
atender a quienes habran de ser incluidos en su plan desde el lugar de
alojamiento provisional, lo cual foment el establecimiento de relaciones entre
la comunidad y alguna participacin en decisiones sobre la construccin. Ya se
ha sealado que el equipo social que se conform dentro de la estructura de
RESURGIR se dedic prioritariamente al proceso de carnetizacin y tuvo poco
contacto con los equipos tcnicos, como lo afirma Magdalena Barn. directora
de la Divisin de Desarrollo Social de esta entidad:

Otro de los problemas grandes de RESURGIR fue el haber centrado la mayor

parte del trabajo en la reconstruccin de Lrida. Esto en parte se debi a la
prioridad que Pedro Gmez, como urbanizador, le dio. Como la construccin
era un proceso lento, el resto de los programas quedaron sin la fuerza que
requeran y siempre se estaba a la espera de una ciudad perfectamente
planificada. De esta manera no se responda a las necesidades inmediatas las
cuales fueron tratadas de manera muy paliativa y asistencial. Convertir esas
acciones en elementos en funcin del programa mayor era el gran obstculo.

... Hubo igualmente en RESURGIR una falta de integracin entre los distintos
programas. Este hizo que cada quien trabajara en cajones separados sin
interesarle el trabajo interdisciplinario. ..1

El barrio queda distante unas veinte cuadras del centro de Lrida, adonde para
llegar se debe atravesar toda la ciudadela y el terreno despoblado a lado y lado
de la quebrada divisoria entre el antiguo y el nuevo Lrida.
1
SAAVEDRA A., Mara del Rosario. DESASTRE Y RIESGO: Actores Sociales en la Reconstruccin
de Armero y Chinchin. Santa Fe de Bogot. Centro de Investigacin y Educacin Popular CINEP.
1.996. p. 184.
En el Plan de Recuperacin se contempl explcitamente la participacin de los
afectados en las decisiones respecto al programa de reasentamieno
poblacional y en la construccin de las viviendas ; sin embargo este propsito
no se cumpli ni en el diseo del programa de vivienda ni en el caso de los
planes de vivienda construdos por RESURGIR; las razones para ello las
explica Pedro Gmez en entrevista concedida a Mara del Rosario Saavedra en
1.994 y de la cual se transcriben las frases ms relevantes en torno a su
explicacin sobre la ausencia de consulta a la comunidad involucrada:

Yo no creo que en una situacin como la que se vivi en Armero, se pudieran

aplicar las teoras usuales de la participacin de la comunidad. Es ridculo
pensar en eso.... Porque la gente estaba enloquecida no estaba en capacidad
de opinar sobre lo que le gustaba y su nica preocupacin era que apareciera
el ser querido.... 2

El equipo social de RESURGIR -que no estaba concebido en el Plan inicial del

Fondo- se fue creando sobre la marcha de acuerdo a las necesidades de
atencin inmediata para la emergencia, en especial la carnetizacin y el
manejo de los sobrevivientes, pero durante todo el tiempo realizaron su labor
en forma aislada y con poco contacto con los equipos tcnicos de los dems
programas.

X.2. CIUDADELA EL JARDIN CONSTRUIDA POR EL INSTITUTO DE

CREDITO TERRITORIAL Y EL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS
PARA EL DESARROLLO.

X.2.1. Proceso de Conformacin del Asentamiento.

Desde los primeros das posteriores a la destruccin de Armero el Instituto de

Crdito Territorial inici un programa de construccin de 75 viviendas
transitorias en Lrida en un lote adquirido tiempo atrs para sus programas
regulares de vivienda social.

La idea fue construir en forma rpida alojamientos mnimos que despus

deberan ser complementados para convertirlos en viviendas permanente.
Estas viviendas transitorias fueron ocupadas por 75 familias sobrevivientes de
Armero en enero de 1.986, es decir, en un tiempo muy corto respecto a la
destruccin de su habitat.

Estas casas se erigieron en lotes de 72 metros cuadrados, con un rea

construda de 36 metros cuadrados y constaban de dos habitaciones y un rea
mltiple, edificadas con estructura metlica, muros de ladrillo, piso en concreto
y cubierta de zinc; los servicios de agua potable, sanitarios y cocina eran
comunales; el agua fue conducida al comienzo por carrotanques, pero muy

2
Idem. Pgs. 185 y 186.
pronto se construy un pozo de 300 metros de profundidad dentro del lote de la
urbanizacin. Las redes de energa, acueducto y alcantarillado se tendieron
meses ms tarde.

Como el Instituto dispona de un lote de cinco hectreas en ese lugar, en enero

de 1.986 present al PNUD una propuesta para realizar un programa de 200
viviendas en Lrida, 30 de ellas en Bledonia, rea rural de Lrida, partiendo en
su propuesta de las 75 viviendas transitorias ya edificadas.

Para este efecto se instalaron en el lote 73 carpas de gran tamao 50 metros

cuadrados- donadas por Naciones Unidas, a las cuales se dot de piso duro y
luz elctrica mediante la instalacin de diez generadores. Hubo en ello el
objetivo explcito de ubicar a los beneficiarios de las viviendas al lado del lugar
donde estas iban a ser construdas.

En marzo de 1.986 se establecieron all 73 familias ya seleccionadas para el

programa de vivienda definitivo y desde ese momento se constituy un equipo
de ocho profesionales de las ciencias sociales, el cual desempe un papel
preponderante durante la ejecucin del proyecto y hasta meses despus de su
conclusin.

El proyecto fue planteado dentro de una concepcin de generacin de empleo

para los beneficiarios de la vivienda; por tal razn se program inicialmente
bajo la modalidad de autoconstruccin y autoproduccin de elementos para la
obra.

Desafortunadamente transcurrieron varios meses sin que RESURGIR diera luz

verde al proyecto puesto que no haba concludo el diseo de su plan general
para Lrida y en principio no era partidario de la construccin de la
urbanizacin en el lote del ICT.

Ante esta situacin, cuando en mayo de 1.986 se suscribi el Convenio ICT

PNUD, se decidi iniciar la obra inmediatamente, pero ya no por
autoconstruccin sino a travs de contratistas, a los cuales se les impuso el
compromiso de emplear el mximo posible de personas adjudicatarias del
proyecto. Adems, como parte del programa global de Naciones Unidas en la
zona del desastre, se cre con los participantes en el programa una empresa
asociativa para la produccin de bloques, en la cual se produjeron los bloques
que se utilizaron en la construccin.

Meses despus, durante el mes de julio RESURGIR se vincul al Convenio ICT

PNUD.

Las viviendas se construyeron en bloque de cemento, sobre un lote de 100

metros cuadrados, un rea de 58 metros cuadrados de construccin;
constaban de dos habitaciones, rea social, bao, cocina, patio con lavadero y
estructura para la construccin posterior de segunda planta; se entregaron sin
acabados para que cada familia las concluyera a su conveniencia.
En el mes de octubre de 1.986, cuando an no se haban instalado los
servicios pblicos, las familias seleccionadas ocuparon las viviendas ante el
temor y la amenaza de que podran ser invadidas por familias a las cuales no
se les haba resuelto todava el problema de alojamiento permanente. En ese
momento se levantaron las carpas que estos haban ocupado.

Mientras tanto se fueron instalando las redes de servicios pblicos para la

totalidad del barrio El Jardn, includas las viviendas definitivas y las
transitorias. Como se haba programado, se intent desalojar temporalmente a
las familias de las viviendas transitorias para hacer las reformas y adiciones
proyectadas a fin de convertirlas en viviendas definitivas, pero las familias se
negaron a salir y debi adelantarse todo el proceso con las casas ocupadas.

Contrario a lo esperado, la absoluta mayora de las familias ubicadas en las

viviendas transitorias se radicaron en ellas en forma definitiva sin cambiar de
vivienda.

As, en enero de 1.987 concluy la construccin de los espacios para bao,

cocina y lavandera de las viviendas transitorias y durante los meses siguientes
se construyeron, adems, andenes. sardineles, alumbrado pblico y la base de
recebo para todas las vas del barrio.

Es importante destacar que el programa de construccin estuvo acompaado

todo el tiempo por un trabajo intenso del equipo social del proyecto, el cual
promovi la organizacin y la participacin comunitarias, entre otros, para la
toma de decisiones en cuanto al tipo y diseo de las viviendas. De mayor
significacin an fueron los programas de empleo a travs de la creacin de
microempresas, cooperativas, crditos productivos, capacitacin, readaptacin
y rehabilitacin laboral que adelant el PNUD en conjunto con el Servicio
Nacional de Aprendizaje - SENA, el Servicio Nacional de Empleo - SENALDE,
adscrito al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Departamento
Administrativo de Cooperativas - DANCOOP, el Instituto de Seguros Sociales -
ISS y el Comit de Cafeteros; en todos ellos se hizo nfasis en apoyar a las
familias de la ciudadela El Jardn. Es indudable que todas estas acciones
tuvieron una gran repercusin en la pronta recuperacin, estabilizacin y
desarrollo de las familias y de la urbanizacin.

Pero tambin debe anotarse que muchas familias del barrio se mostraron
renuentes a trabajar en la obra, e inclusive en otros oficios por razones varias;
en general se asevera que la concepcin paternalista, proteccionista y
asistencialista de los agentes nacionales y extranjeros cooperantes en la
reconstruccin foment la adopcin de una actitud de pasividad entre los
afectados y an su deterioro. Se debe mencionar que una porcin importante
de los programas de otros cooperantes no exiga participacin alguna por parte
de sus beneficiarios, ni contraprestaciones, ni compromisos de algn tipo, lo
cual desestimul a los integrantes de programas que si lo exigan, como el del
ICT - PNUD.
Entre las principales caractersticas de la situacin de damnificado despus de
una catstrofe como la de Armero, se destacan: la prdida de autonoma, el
aislamiento y la desorientacin ante el cmulo de prdidas, que en el caso que
nos ocupa abarc, todas las esferas de la vida cotidiana prdida de familiares,
de la vivienda con toda su dotacin y de otros bienes, prdida del hbitat, del
empleo y de la fuente de ingresos, entre otros; segn consta en un informe del
Director del Programa PNUD ICT, despus del desastre y por su deficiente
manejo se present, adems, sensacin de inseguridad a causa de la continua
movilizacin de un sitio a otro, bien fuera por problemas de salud o en
bsqueda de familiares desaparecidos, malestar por el inadecuado manejo de
la emergencia y de la informacin acerca de sobrevivientes y por la deficiente
coordinacin entre las instituciones participantes, y luego, durante el tiempo de
permanencia en los alojamientos transitorios, hacinamiento y aglomeracin en
varios albergues y soluciones provisionales de vivienda.

Por ello el acompaamiento psicosocial durante el proceso de adjudicacin,

construccin y traslado a la vivienda definitiva fue de enorme significacin para
los beneficiarios, pues facilit su recuperacin postdesastre, en especial de su
autonoma y seguridad, mediante la organizacin de la comunidad en la Junta
de Accin Comunal y en diversos Comits temticos y la participacin en las
decisiones en torno a la vivienda y a la urbanizacin

X.2.2. Seleccin de Familias para el Asentamiento.

Frente a desastres de gran magnitud con destruccin de gran parte de los

ncleos urbanos, no existe todava suficiente claridad sobre los criterios a
seguir para la recomposicin de las redes sociales entre los pocos
sobrevivientes y, por tanto, sobre la forma de efectuar la seleccin para la
conformacin de los reasentamientos que se desarrollen.

Por eso vale la pena describir algunos de los principales criterios de seleccin
de las familias que habran de integrar este programa de vivienda, de
conformidad con los informes del equipo social constitudo para la coordinacin
entre la comunidad y las entidades ejecutoras. Algunos de estos criterios
fueron establecidos por RESURGIR y otros fueron especficos del ICT:

- Todos los aspirantes deban estar carnetizados por RESURGIR.

- Se dio prelacin a las familias nucleares, es decir, con al menos un jefe

de hogar y un hijo, aunque en la realidad se privilegiaron aquellas en las
cuales estaban presentes ambos padres.

- Se tuvo en cuenta el entorno cultural y socioeconmiclo de las familias a

fin de lograr algn grado de homogenizacin en la urbanizacin.

- Se le concedi gran relevancia a la disposicin a participar en la

autoconstruccin de las viviendas, as como en los procesos de
autogestin y de participacin comunitaria en relacin con el
 asentamiento. Muchos residentes del barrio opinan que este fue un
factor definitorio del tipo de familia que se acogi al programa.

- El ICT estableci desde el comienzo un plan de financiacin de las

viviendas a un plazo de 15 aos, con inters anual del 12% sobre saldos
y un perodo de gracia de tres aos a partir de su entrega. La suma a
ser cancelada representaba alrededor de una tercera parte de su costo
puesto que, de conformidad con la normatividad que rega sus polticas
de vivienda social, el ICT no poda, sin un instrumento legal, hacer
donaciones. Estas medidas se complementaron con la eliminacin de
algunos de los requisitos para adjudicacin vigentes en la legislacin
que rega al ICT, tales como ingreso mnimo familiar para poder acceder
a esta, o la inhabilidad para optar a esta si ya se haba sido adjudicatario
de la entidad. RESURGIR haba dejado en libertad a las entidades
promotoras para establecer las pautas de financiacin. Como ya se
seal, pero con la recomendacin de que se cobrara el 50% de su
costo para la conformacin de un Fondo Rotatorio comunitario..

- La aceptacin del plan de financiacin fue uno de los requisitos

indispensables para entrar a formar parte del programa, lo cual condujo
a que en su comienzo se retiraran algunos solicitantes. Sin embargo la
mayora acept las condiciones establecidas por el ICT y este fue un
factor preponderante para la decisin de muchas familias de participar
en el programa.

No obstante, cuando algunas entidades cooperantes extranjeras comenzaron a

hacer pblica la donacin sin condiciones de las urbanizaciones construdas,
se suscit entre los beneficiados del programa ICT PNUD la negativa a pagar
por la vivienda. Esta situacin cre una fuerte tensin entre la entidad
promotora y los favorecidos con el programa, por lo cual el ICT se vio obligado
a proceder de forma similar mediante el otorgamiento de la vivienda sin el
crdito ya aceptado y pactado con los beneficiarios. Durante las entrevistas a
los adjudicatarios respecto a su posicin hoy da frente a la donacin de la
vivienda en caso de desastre, hubo unanimidad en cuanto a que se debe en
todos los casos cobrar algn valor por esta, aunque no su costo total, ya que,
segn su apreciacin, lo que se recibe de regalo no se valora; asimismo
consideran que la obligacin de generar algn ingreso para aportar al pago de
la vivienda sirve de estmulo para la bsqueda y creacin de actividades
productivas o de trabajo.

Varios sobrevivientes residentes en la urbanizacin manifestaron en forma

enftica que entre los mayores daos causados a los afectados por la tragedia
de Armero fue que se les hubiera regalado todo lo que se distribuy para su
atencin, sin exigencia de contraprestacin, pues este tipo de medida conduce
a acrecentar las actitudes de desamparo y desarraigo inherentes a este tipo de
situacin y genera actitudes de desmotivacin, impotencia, incapacidad de
reasumir el manejo de su propia vida, e inclusive, de pordioserismo, que luego
resulta difcil superar; esta concepcin de rechazo al regalo es concordante con
muchas experiencias internacionales.
En relacin con lo anterior pueden sealarse algunas caractersticas de las
familias reasentadas en la Ciudadela El Jardn:

- La mayora de sus integrantes provena del rea urbana de Armero.

- Gran parte de las familias afirm que antes viva en forma independiente
en casa propia en Armero.

- En casi todos los casos se haba salvado la familia nuclear completa o

las prdidas en esta haban sido mnimas.

- La mayora de las familias, antes de ingresar al proyecto ICT-PNUD se

encontraban alojadas provisionalmente en casas de familiares o en
arriendo.

- El nivel educativo de los residentes era bajo. Por lo general los adultos
slo haban cursado unos pocos aos de educacin y la mayora de los
nios, aunque se encontraba estudiando, cursaba grados inferiores a los
correspondientes a su edad.

- La mayora de las personas econmicamente activas se haba

desempeado antes del evento en la construccin y en la agricultura y
muchas haban trabajado alternadamente en ambas actividades;
igualmente haba muchos ayudantes de otros oficios como comercio y
mecnica.

- El ingreso familiar promedio antes de la tragedia era un poco superior al

salario mnimo.

- En casi todas las familias haba solamente una persona ocupada.

X.2.3. Acompaamiento Psicosocial a los Beneficiarios del Programa.

Debido a lo destacado de su trabajo con la comunidad, merecen researse

brevemente las principales actividades que adelant el equipo social del
programa.

Con el apoyo del PNUD y el ICT, el equipo estuvo integrado por ocho
profesionales de diferentes disciplinas, aunque con nfasis en psicologa y
trabajo social y tuvo bajo su responsabilidad las actividades de reconocimiento,
diagnstico, anlisis y atencin de la comunidad desde el momento en que se
conform como tal durante su permanencia en las carpas.

Su labor se inici, como ya se dijo, con una primera seleccin de las familias
que se trasladaran a residir en las carpas y en las viviendas provisionales
construdas por el ICT durante las primeras semanas posteriores al desastre.
Apenas estuvieron instaladas las familias comenz el proceso de
acompaamiento y orientacin a la comunidad en los aspectos psquicos,
sociales y de organizacin y participacin comunitarias. En este proceso se
apoyaron en organizaciones sociales de diferente tipo que colaboraron en la
emergencia, como fueron el Consejo Regional Indgena del Cauca - CRIC y la
Asociacin Nacional de Usuarios Campesinos - ANUC y en organizaciones
estatales como el Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA, el Servicio
Nacional de Empleo SENALDE, el Instituto de Seguros Sociales - ISS y el
Departamento Administrativo Nacional de Cooperativas DANCOOP.

Fueron mltiples las actividades que adelant este grupo y resulta difcil
researlas en detalle, ya que su labor consisti en responder a todas y cada
una de las inquietudes de la comunidad. Se inici con su organizacin, la cual
fue apoyada para obtener su legalizacin como Junta de Accin Comunal; se
estructuraron varias comisiones de trabajo, por ejemplo, para la organizacin
de las acciones de preparacin de alimentos y lavado de ropa en la cocina y
lavadero comunales y de vigilancia del asentamiento; se cre una guardera
para la atencin de los infantes y se disearon actividades de recreacin tanto
para jvenes como para adultos; se dio apoyo a la comunidad en la bsqueda
de cupos en escuelas y colegios y en la bsqueda de empleo y de fuentes de
ingreso, se prest asesora para la obtencin de crditos con miras a la
creacin de cooperativas, empresas familiares y microempresas; y, en general,
se propuls el fortalecimiento de la capacidad de gestin de la comunidad ante
las entidades en los diferentes niveles territoriales.

Es importante resaltar que el equipo social estuvo presente desde el momento

inicial del programa hasta varios meses despus de culminada la construccin
de la Ciudadela El Jardn.

XI. EL ESCENARIO ACTUAL ALREDEDOR DEL VOLCAN

NEVADO.

Si una persona desconocedora de la erupcin del Volcn Nevado del Ruiz en

1.985 transita actualmente por su zona de influencia en los Departamentos de
Caldas y Tolima, difcilmente se percatar de lo que ocurri all, salvo si
observa en detalle unas pocas edificaciones destrudas y algunas cruces al pie
de la carretera que pasa por el antiguo Armero.

A pesar de varios intentos por construir nuevamente en el sitio en que estaba

localizado Armero durante los trece aos que han transcurrido desde la
avalancha de 1.985, las prohibiciones legales, el impacto psicolgico an
reciente de los sucesos de entonces, el desarrollo cultural y normativo nacional
y local cada vez ms acentuado en materia de prevencin de riesgos naturales
han impedido, hasta ahora, la gestacin de ncleos poblacionales que dentro
de ciento cincuenta o doscientos aos -que es aparentemente el perodo de
recurrencia de las avalanchas del Ruiz- seran destrudos por una nueva
erupcin.

Como resultado del accionar del Gobierno Nacional, de los Gobiernos del
Tolima y Caldas y de los Gobiernos locales del rea de influencia del Ruiz, el
escenario actual es totalmente diferente al existente antes de la erupcin del
volcn:

- Unas escasas viviendas y ruinas dispersas en el rea afectada por la

avalancha.

- Una normatividad y una cultura que permiten ser optimistas frente al

futuro del rea por cuanto permanece el desestmulo al desarrollo de
ncleos urbanos en la zona de alto riesgo a causa del volcn.

- Un gran desarrollo de Lrida que se refleja en el crecimiento de su

poblacin en dos y media veces, ya que pas de unos 9.000 habitantes
en 1.985 a aproximadamente 25.000 en 1.988.

- Guayabal, antigua Inspeccin de Polica, se denomina hoy da Armero-

Guayabal por ser en la actualidad la cabecera urbana del municipio de
Armero; en ella se dio la segunda mayor concentracin de viviendas por
reasentamiento despus de Lrida, tambin ha tenido un fuerte
crecimiento poblacional y a la vez, un mejoramiento significativo en el
suministro de servicios sociales y pblicos a sus residentes.

- Varios miles de tolimenses asentados en otras ciudades e inclusive en

otros departamentos despus de la destruccin de Armero.

- Una poblacin rural difcil de estimar, pero tambin de varios miles de

personas, se vi abocada a un proceso de urbanizacin durante la
rehabilitacin del rea debido a factores varios, pero impulsados por el
inadecuado manejo de los sobrevivientes del campo.

- Chinchin, en Caldas, con una normatividad en su desarrollo urbano que

ha inhibido hasta ahora el establecimiento de asentamientos humanos
en el rea amenazada por avalancha del Ruiz y con una serie de
reasentamientos en los que se ubic la poblacin caldense afectada por
la erupcin.

.
 XII. LERIDA A FINES DEL SEGUNDO MILENIO.

XII.1. LERIDA REGIONAL.

En los aos iniciales despus de la avalancha Lrida se constituy en el centro

de una febril actividad constructora y de servicios para la recuperacin de los
afectados que decidieron establecer all su residencia. Muchos cambios se
produjeron desde la fecha del desastre hasta ahora y estos se reflejan de
manera notoria en su situacin demogrfica: en 1.985 tena 9.368 habitantes
3.796 urbanos y 5.572 rurales- mientras que en 1.988 estos haban ascendido
a 16.020; el censo de 1.995 indic que contaba con 20.153 habitantes. La
administracin del municipio calcula que en 1.998 el nmero de pobladores se
acerca a los 25.000, cifra que se aproxima al volmen de poblacin que tena
Armero al momento de la catstrofe.

En la actualidad la relacin urbano-rural en Lrida se ha invertido; en el censo

efectuado en 1.995 la poblacin urbana fue de 13.964 habitantes, en tanto que
la rural slo sum 6.189; en consecuencia, en diez aos cambi totalmente la
composicin demogrfica de la poblacin de Lrida, pues la poblacin rural -
que en 1.985 representaba el 60% del total- hoy da representa solamente el
31%. En el anlisis de este ltimo censo tambin aparece como significativa la
relacin por sexos entre la poblacin rural, pues mientras en el rea urbana
est en equilibrio la relacin por sexos, en la zona rural las mujeres constituyen
tan slo el 43% de la poblacin; ello induce a pensar que hay una elevada
migracin femenina desde la zona rural.

El plan de obras fsicas diseado por RESURGIR para Lrida fue ejecutado
casi en su totalidad. Lamentablemente la poblacin conserva resentimientos al
afirmar que hubo mal manejo de los recursos. Para ello varios entrevistados se
fundamentan en que no todas las donaciones internacionales llegaron hasta la
poblacin y en que algunas obras para las cuales haba financiamiento no
fueron construdas y mencionan como ejemplos la Terminal de Transporte y la
pavimentacin de la totalidad de las calles del nuevo Lrida.

Respecto al uso actual de la infraestructura social con la que se dot a Lrida,

vale la pena incluir algunas consideraciones expresadas por la administracin
municipal de Lrida. No ha habido acuerdo entre las diferentes instituciones
nacionales, regionales y locales sobre la operacin de los servicios diseados,
por lo cual varios de ellos no han funcionado hasta ahora a cabalidad; tal es el
caso, del Hospital de Lrida, el cual an no ha logrado que se le asigne la
planta de personal prevista; en educacin hacen falta 56 plazas de docentes
para satisfacer la demanda y el ancianato, aunque previsto inicialmente para
ancianos damnificados, se supona recibira luego a los ancianos de la
localidad que lo requirieran, pero se ha ido clausurando y en la actualidad slo
quedan unos pocos ancianos. No hay presupuesto para su funcionamiento y
las instalaciones construidas con este fin han sido adscritas al Hotel de la
localidad.

Aunque se construyeron colegios en el rea de Lrida nueva, estos estn

demasiado distantes, por lo cual hay alumnos de ambas zonas de Lrida que,
de acuerdo con la Secretaria de Educacin, este ao no han podido estudiar.
En la ciudad en 1.998 quedaron por fuera del sistema educativo 1.070 nios, la
mayora procedentes del barrio RESURGIR NUEVE; estos no asisten a clases
por razones tales como la desintegracin familiar, por situaciones de violencia
al interior de la familia o por desempleo y falta de recursos, entre otros. Ya se
ha sealado que hay en la actualidad dficit de plazas docentes. Algo est
ocurriendo tambin con la calidad de la educacin o con la integracin de la
poblacin dentro del sistema escolar pues dentro de las pruebas que aplica el
Instituto Colombiano para el Fomento de la Educacin Superior - ICFES, los
planteles de Lrida ocuparon uno de los ltimos lugares en el pas.

Este desfase entre las obras construdas y los requerimientos para su puesta
en marcha a plenitud se origin en gran medida en el reducido presupuesto del
municipio ante la inconsistencia entre el nmero de sus habitantes y las
transferencias de recursos de la Nacin a este con base en la poblacin
estimada en el censo de 1.985. Segn afirmacin del Alcalde, apenas con
posterioridad al censo de 1.993 se reconoci presupuestalmente el fuerte
incremento de poblacin del Municipio.

En el tiempo comprendido entre la finalizacin en marzo de 1.989 del programa

desarrollado por el Gobierno con la liquidacin de RESURGIR y el presente
ao de 1.998, se han observado algunos desarrollos a los cuales merece
hacerse referencia.

En primer lugar, es bueno mencionar que en los primeros das despus de la

avalancha los habitantes de Lrida recibieron con los brazos abiertos a la
poblacin afectada, ya que existan mltiples y diversos lazos histricos entre
los pobladores de uno y otro municipio, tanto familiares, como comerciales y
productivos. Sin embargo, algunos acontecimientos acaecidos posteriormente
deterioraron en alguna medida dichas relaciones. Los antiguos pobladores se
refieren, en primer lugar, a las numerosas ayudas recibidas por los armeritas
que se asentaron en Lrida desde ayudas personales hasta viviendas
gratuitas- a lo cual ellos no tuvieron acceso, pese a que su pobreza era similar
a la de los recin llegados. En segundo lugar hacen referencia a las
construcciones y servicios institucionales distintos de los servicios pblicos, los
cuales fueron ubicados casi en su totalidad en el nuevo Lrida.

De otra parte, tal como lo haba previsto el Plan de Recuperacin de

RESURGIR, muchos de los servicios importantes para la ciudad han sido
trasladados por los Alcaldes armeritas al rea nueva de Lrida: la rama judicial,
la estacin de polica, el hospital general, el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar - ICBF, el Instituto Colombiano Agropecuario - ICA y el hotel de
turismo, entre otros; aunque se construy la edificacin para el traslado de la
Alcalda a la ciudadela, los pobladores antiguos no han permitido que los
despachos de la administracin central se trasladen al lugar y la edificacin
permanece en total abandono. Como es apenas obvio, las fricciones y
resquemores que ha suscitado entre los antiguos pobladores este
desmantelamiento del asentamiento tradicional crearon un clima de cierta
pugnacidad que apenas comienza a decantarse.

Debido a que una porcin considerable del territorio en el que est localizada
Lrida han sido tierras ejidales (terrenos comunales prximos al poblado
destinados para usufructo de sus habitantes, en especial para pastoreo), para
la escrituracin de la vivienda como propiedad individual el municipio cobra su
costo a los poseedores de vivienda en Lrida antigua. Por ello la donacin de
las viviendas del programa de RESURGIR se constituy en factor de malestar
de estos residentes ante las autoridades municipales, ya que no entienden por
qu a ellos se les cobra la vivienda mientras que a los migrantes de Armero se
les obsequia.

Tanto para los antiguos como para los nuevos pobladores el traslado de un
lugar a otro de la ciudad es causal de incomodidad en virtud de la distancia
entre una y otra y a que no existe en ella transporte pblico diferente al servicio
de taxis. Adems el clima clido de la zona no contribuye a facilitar el traslado
entre las dos partes en que se encuentra dividida la ciudad.

Es importante sealar que a partir de 1.988, cuando se aplic por primera vez
la eleccin popular del alcaldes en el pas, todos los alcaldes electos de Lrida
han sido armeritas. Ello ha implicado que la clase poltica tradicional de Lrida
haya sido desplazada de la direccin de la ciudad, lo cual no ha sido bien visto
por muchos de los antiguos moradores, pero a su vez, molestado a otros. El
Concejo Municipal, mxima autoridad legislativa del municipio, tambin ha ido
cambiando su composicin, con una cada vez mayor participacin de ediles
originarios de Armero.

Igualmente en el sector comercial que ha sido el de mayor desarrollo en los

ltimos aos- ocupan los armeritas un lugar preponderante, pues representan
el 90% del sector, actividad econmica con la cual han estado tradicionalmente
ms familiarizados por su condicin urbana y en la que, por tanto, le llevan
ventaja a los antiguos habitantes de Lrida.

Los ltimos alcaldes y, en especial el actual, han hecho ingentes esfuerzos por
disminuir las tensiones y ya se avizoran algunos logros alcanzados sobretodo a
travs de los programas deportivos, pues se han construdo canchas mltiples
en 22 barrios y se realizan permanentemente torneos interbarriales que han
tenido un fuerte impacto integrador.

Adems, a 13 aos de la tragedia ya los jvenes comienzan a tejer sus propias

redes de relaciones, lo que muestra que han comenzado a superar el trauma
postdesastre y se afirma que las uniones entre parejas de jvenes de uno y
otro sector estn conduciendo a una cada vez mayor integracin y apropiacin
de la ciudad.

La evolucin econmica de Lrida a partir de la llegada de los nuevos

pobladores ha sido fluctuante y an no se ve claridad respecto a su desarrollo
futuro. Inicialmente se sinti todo el impacto positivo del Plan de Recuperacin
mediante el cual se crearon algunas fuentes de empleo, pero terminado este,
comenz un perodo de decaimiento y de retorno a las antiguas tasas de
desempleo. Entre 1.986 y 1.988 se fundaron numerosas empresas asociativas,
cooperativas y pequeos negocios de diversa ndole, contando para ello con
capacitacin y financiamiento otorgados por diferentes organizaciones
nacionales y extranjeras; pero la mayor expectativa se cre alrededor de la
zona industrial en la cual se realizaron importantes inversiones en terrenos e
infraestructura, adems de las normas que se expidieron y la publicidad que se
hizo para incentivar las inversiones industriales en la regin.

De todo ello queda muy poco; desaparecieron casi todas las empresas
asociativas y cooperativas, al igual que la mayora de las pequeas empresas.
La zona industrial est prcticamente abandonada y las cuantiosas inversiones,
perdidas. Slo se radicaron en la zona la Federacin de Cafeteros, una
empresa pasteurizadora y otra extractora de talco que an permanecen,
aunque las autoridades municipales expresaron que la pasteurizadora se
encuentra en crisis.

Todos los entrevistados fueron tajantes en su posicin de rechazo a la

extensin que hizo el Gobierno Nacional de los beneficios tributarios,
impositivos y arancelarios a la capital del Departamento, pues resulta difcil que
un municipio de poco desarrollo y escasa infraestructura pueda competir en
igualdad de condiciones con una ciudad capital dotada de todos los servicios.

El apoyo al sector agropecuario en el municipio fue escaso y desde entonces

ha sufrido altibajos originados tanto en los problemas locales como en los
inherentes al sector a nivel nacional. Con la apertura econmica algunos de los
cultivos de tradicin en la zona han desaparecido; en este aspecto ha sido muy
lamentada la desaparicin de los sembrados de man y sorgo. Las tierras
anteriormente dedicadas a estos cultivos han sido destinadas en buena parte al
cultivo de arroz con buen soporte tecnolgico, pero este tiene la caracterstica
de ser bajo generador de empleo.

Lo que si es evidente es que en el campo econmico no se reprodujo en Lrida

el dinamismo de Armero, con excepcin, tal vez, del crecimiento de la actividad
comercial, aunque segn varios de los entrevistados el intercambio comercial
de Armero como centro regional era muchsimo mayor al de Lrida en la
actualidad.

No fue posible obtener informacin concreta, pero tanto las autoridades como
la poblacin en general hacen referencia a una dramtica situacin de
desempleo (dos entrevistados mencionaron que la tasa actual era de alrededor
de 65%) en todo caso muy superior a los promedios nacionales.
Respecto al rea de servicios, en especial los de reparacin de maquinaria
agrcola y de transporte, el crecimiento de este sector ha sido insustancial en
Lrida, por razones que no fue posible explorar, aunque podra pensarse que la
ausencia de personas capacitadas y calificadas para esta actividad y el
mejoramiento de la infraestructura vial del departamento, han conducido a que
la demanda por estas tareas se haya derivado hacia otros lugares

En materia de infraestructura social, aunque ha mejorado ostensiblemente,

existen vacos que los leridenses esperan se subsanen en el corto plazo. El
Hospital Regional no ha operado hasta ahora con la totalidad de los servicios
previstos porque el presupuesto del municipio no alcanza para incrementar la
planta de personal y tampoco el Gobierno Nacional ha subsanado este dficit.
En materia de educacin, pese a que se construyeron nuevas escuelas y
colegios en la ciudadela, todava esta es insuficiente, tanto por escasez de
recursos para el pago de educadores, como para la construccin de nuevos
planteles. Ya se ha sealado que en 1.998 el dficit ascendi a 1.070 cupos en
total. Pero ms grave que el dficit de cupos es la calidad de la educacin que
se imparte all, pues en evaluaciones cualitativas del Instituto Colombiano Para
el Fomento de la Educacin Superior - ICFES este municipio ocup uno de los
ltimos lugares en el pas. En materia deportiva, por el contrario se ha realizado
un esfuerzo encomiable y exitoso. En el rea cultural la cual no haba sido
atendida hasta ahora- se encuentra en proceso de construccin el centro
cultural en la Ciudadela Nueva Lrida.

En cuanto a infraestructura de servicios pblicos, funcionan a cabalidad los de

energa y telecomunicaciones y se reconstruyeron en su totalidad el sistema
vial y la red de transporte regional. El acueducto, en cambio, por el crecimiento
poblacional, presenta deficiencias en algunas zonas, ante fallas en la presin.
La planta de tratamiento de agua potable instalada por obra del Plan de
Recuperacin no haba operado por falta de personal para su manejo y de
presupuesto para la adquisicin de los qumicos requeridos. La actual
administracin la puso en marcha en enero de 1.,998, con un impacto
sobresaliente e inmediato sobre las tasas de morbi-mortalidad, pues han
disminudo en forma visible los casos de enfermedades gastrointestinales.

La recoleccin de basuras que no haba sido implementada en el Plan apenas

se inicia mediante la compra por parte de la administracin de un carro
compactador; tampoco se proyect en el Plan el relleno sanitario, lo cual
ocasiona serios problemas a la ciudad ante su crecimiento desmesurado.

Pero el problema ms agudo del municipio es el desempleo y para este no hay

soluciones a la vista en la actual coyuntura econmica del pas, en especial
ante el decaimiento del sector agropecuario que ha sido la principal fuente de
ingresos y de empleo del municipio. Los funcionarios de la Alcalda aseveraron
que el desempleo es hoy da de alrededor del 65% de la poblacin
econmicamente activa, cuando antes del reasentamiento se mova alrededor
del 45%; el grupo etreo ms afectado es el de los jvenes. No se vislumbra
solucin alguna para la generacin de fuentes de trabajo, aunque hay alguna
expectativa frente a un posible desarrollo turstico en los prximos aos,
contemplado dentro de un plan regional que se encuentra en etapa de diseo
en conjunto con otros Departamentos, a partir de la construccin de una nueva
carretera que en el futuro comunicar a la capital del pas con el ro Magdalena
y que atraviesa Lrida.

Ante esta situacin, crecen el empleo transitorio, el subempleo y, como lo

denominan los mismos pobladores, las actividades de rebusque. Lrida, segn
la Secretaria de Dxesarrollo Social del municipio, ocupa en el pas uno de los
primeros lugares entre los municipios con mayor ndice de Necesidades
Bsicas Insatisfechas NBI.

A pesar de su enorme crecimiento fsico y poblacional, hay profundas

diferencias de opinin sobre si Lrida tiende realmente a convertirse en el
Lrida Regional que sustituir a Armero o si su desarrollo ha sido ficticio,
temporal y coyuntural y, principalmente, si la ciudad ser capaz de generar
empleo para la totalidad de la poblacin all asentada; adicionalmente, no hay
lugar a dudas en cuanto a que la situacin econmica general del pas afecta a
lrida al igual que a cualquier otro municipio. Slo el paso de los aos dir cual
es la realidad. Pero hay un hecho indiscutible y es que la zona industrial fue un
fracaso completo y el desempleo en general mantiene unos niveles muy altos,
con poca probabilidad de que la situacin cambie en los aos venideros. El
fracaso de la zona industrial se atribuye en parte a la extensin de los
beneficios econmicos -establecidos por el Gobierno Nacional para atraer la
inversin hacia el rea afectada- a la ciudad de Ibagu, ya que por su calidad
de ciudad capital esta absorbi toda la inversin que se hizo en el
departamento del Tolima.

Respecto al programa de vivienda, para la seleccin de sus beneficiarios

RESURGIR estableci unos criterios generales, pero en la realidad
prevalecieron los criterios determinados por cada entidad cooperante en este
aspecto.

As, se afirma que en muchos programas primaron factores tales como la

pertenencia a una religin determinada, o fue determinante la actividad
anterior, por ejemplo. Es posible que la aplicacin de este tipo de criterios
facilitara posteriormente la convivencia, pero no puede dejar de indicarse que
tambin condujo a situaciones injustas, como fue el caso de las mujeres que
perdieron a sus compaeros e hijos y que al quedar solas no entraban en la
categora de jefes de hogar, u otras que por ser solteras y haber quedado solas
tampoco clasificaron inicialmente para los programas que privilegiaron las
familias en las cuales quedaron vivos varios miembros.

Es sintomtico que del grupo de personas entrevistadas -alrededor de veinte-

tres mujeres sufrieron algn tipo de discriminacin: en el caso de una de ellas
soltera- solo sobrevivi una sobrina como su familiar directo y fue rechazada en
varios programas; solo pudo obtener vivienda casi al finalizar el Plan en el
programa de RESURGIR en nueva Lrida, cuando ya era evidente que el Plan
estaba sobredimensionado en lo que a Lrida concerna y que no haba
solicitudes suficientes para las viviendas en proceso de construccin.
Otra de las entrevistadas, una comerciante de la plaza de mercado de Armero
que tena 40 aos de edad en el momento de la catstrofe, -qued sola porque
fallecieron su esposo y sus dos hijos- tambin fue inicialmente rechazada e
inclusive se le recomend en RESURGIR que renunciara a la idea de obtener
vivienda como mujer sola, pues en su caso era mas procedente esperar a
cumplir la edad para solicitar el ingreso a un ancianato. Esta mujer es hoy da
una de las principales comerciantes de Lrida. Luego de salir del sitio donde
fue atendida por mltiples traumas y fracturas, con los primeros dineros que
recibi de RESURGIR como auxilio se ubic en los alrededores de la plaza
central de Lrida con un pequeo estante y all reinici su actividad. Finalmente
obtuvo vivienda en un programa para damnificados en Ibagu,

Una tercera no obtuvo vivienda pese a ser una mujer adulta porque era soltera
y su madre estaba viva; en cambio su hermana, por ser casada, aunque no
tena hijos, si fue adjudicataria.

XII.2. LA URBANIZACION DE RESURGIR EN LERIDA EN LA ACTUALIDAD.

Entre todos las autoridades y habitantes entrevistados existe consenso en

cuanto a que este es el barrio con mayor grado de descomposicin familiar y
desempleo de la ciudad, en el que ms hurtos y robos ocurren, e incluso
atracos, aunque hasta ahora no ha habido actos de violencia fsica en este tipo
de delito. El alcoholismo es un fenmeno muy frecuente en el barrio, donde
tambin existen expendios de droga y se han conformado algunas pandillas; la
presencia de estos fenmenos en la urbanizacin alcanza niveles no existentes
en el resto de la ciudad.

De las entrevistas entre autoridades y pobladores se colige que alrededor del

50% de los residentes ya no son los adjudicatarios originales y la urbanizacin
RESURGIR NUEVE se ubica entre aquellos de mayor incidencia en el cambio
de propietarios (se menciona otro en en el que la situacin es ms extrema
pues ha vendido alrededor del 90% de los adjudicatarios iniciales. Estas casas
han sido vendidas en los ltimos aos a personas residentes en otras zonas
del pas, en especial en Santa Fe de Bogot, para su uso como lugar de
descanso durante puentes y vacaciones, cuando llegan a Lrida en busca de
su clima alrededor de 8.000 personas. El precio al cual se estn vendiendo las
casas es irrisorio, lo cual es un indicativo de la grave situacin de desempleo y
bajo ingreso de los moradores, quienes en unos casos se trasladan a otros
lugares en busca de trabajo, o ya lo han conseguido y migran, o bien
permanecen en arriendo en el pueblo en espera de volver a inscribirse en otro
plan de vivienda por autoconstruccin y autogestin mecanismo en boga desde
hace algunos aos en Lrida. A la fecha hay planes de construccin de unas
600 viviendas de inters social aprobadas por el municipio para construir bajo
esta modalidad, mediante fiestas, bazares, rifas, etc., y el auxilio del Instituto
Nacional de Vivienda de Inters Social y Reforma Urbana - INURBE.
El fenmeno de venta de vivienda que se presenta en casi todos los barrios del
programa de relocalizacin en Lrida es diciente del grado de apropiacin de
los habitantes de su vivienda y de su entorno; segn funcionarios y pobladores,
el caso extremo se da en uno de los barrios de la ciudadela - considerado
como uno de las mejores durante la reconstruccin- donde slo queda del
orden del 10% de los pobladores originales. Afirman estos, adems, que
quienes se incluyeron en las listas de sobrevivientes sin serlo, han ido
vendiendo sus viviendas para retornar a sus lugares de origen, debido
bsicamente a la dificultad para conseguir empleo.

Son muy pocas las viviendas a las que se les han hecho reformas o
ampliaciones despus de entregadas por RESURGIR, lo cual atribuyen sus
moradores a su mala situacin econmica. Quienes han podido hacerlo, han
aprovechado el buen tamao del lote para alejar la cocina y el bao del rea de
vivienda y para adicionar habitaciones; algunas fachadas han sido mejoradas.
Sin embargo, no puede decirse que la urbanizacin haya sufrido mayor
deterioro, por el contrario, la arborizacin de las calles y el color vivo de las
fachadas le imprimen una imagen atractiva.

Una caracterstica que resaltan los entrevistados es que en el barrio

RESURGIR en una proporcin muy elevada de los hogares actuales es la
mujer quien trabaja, pues hay muchas mujeres solas, o que se organizan en
forma transitoria con jornaleros de otras zonas, o, como dicen los nativos, con
trabajadores del rebusque del arroz. Por ello esta mujer, cuando trabaja,
requerira de la solidaridad de sus vecinos para el cuidado del hogar mientras
se ausenta, pero la estructura del barrio no favorece este tipo de solidaridad.

El ambiente general de la urbanizacin es de escasa integracin, mucha

inestabilidad en todo sentido y en general sus moradores se quejan en forma
reiterada de las pocas oportunidades de empleo, por lo cual se observa una
gran desesperanza frente al futuro.

I. XII.3. LA CIUDADELA EL JARDIN HOY DIA

El programa ICT-PNUD es uno de aquellos en donde, en opinin de

autoridades y residentes, ms ha permanecido la poblacin beneficiada y
aducen los residentes que ello se deriva de su mayor estabilidad econmica,
de la rpida integracin de los seleccionados desde el momento en que fueron
trasladados a las carpas, del apoyo de un equipo social altamente eficiente,
capacitado y comprensivo, del xito logrado por este en sus esfuerzos por
llevar a la comunidad hacia su organizacin y su participacin en las diferentes
etapas del proceso constructivo

Muchas viviendas han sido reformadas y/o ampliadas, trece de ellas mediante
el subsidio para mejoramiento de vivienda otorgado recientemente por el
INURBE. Entre las mejoras se destacan la de cambio de lugar del bao, el cual
quedaba a continuacin del rea social y muchas familias resolvieron
trasladarlo al sitio de la cocina y techar parte del solar para la instalacin de la
cocina. La frecuencia de esta remodelacin sugiere que el tipo de familia que
result favorecida en este programa prefiere alejar del rea propia de
dormitorio, la de los servicios, seguramente porque as lo tenan por costumbre
en su vivienda anterior. Otra reforma frecuente que debe resaltarse para
futuros programas ha sido el cambio de los lavaderos por sistemas de
almacenamiento de agua de mayor capacidad. Los primeros aos y
ocasionalmente hoy da, se han presentado problemas con el suministro de
agua por deficiencias de la bomba de conduccin al tanque elevado y por
deficiencias del acueducto de Lrida, el cual no fue suficientemente reforzado
para atender en forma eficiente el intempestivo incremento de poblacin.

El diseo de las casas permiti que una habitacin ubicada a la entrada, que es
bastante independiente, haya sido dedicada en muchos hogares para tiendas,
guarderas, talleres de mecnica, drogueras y otros, lo cual ha sido de gran
valor para sus habitantes.

Pese a que las viviendas de esta urbanizacin fueron dotadas de plancha para
la construccin de segundo piso, hasta ahora tan slo una vivienda ha sufrido
esta modificacin, aunque dicha posibilidad ha hecho ms atractiva la vivienda
frente a aquellos planes en los cuales el tipo de construccin no permite esta
alternativa.

Algunos de los residentes de la urbanizacin ven hoy da la etapa de habitacin

en carpas con nostalga por la riqueza de las vivencias que alli tuvieron, por los
xitos logrados en su participacin en la toma de decisiones frente a la vivienda
definitiva y por la solidaridad que se gest entre los residentes. Por su
dimensin, 50 metros cuadrados, la habitacin en carpa no fue sentida como
traumtica, lo cual es comn en estos asentamientos temporales.

La mayora de las personas entrevistadas es enftica en considerar que la

Ciudadela El Jardn es una de las ms estables de las urbanizaciones
construdas en Lrida, de mayor integracin humana, ms vital, lo cual se
refleja en el precio de las viviendas, uno de los ms altos en la ciudad, a pesar
de que las casas fueron entregadas sin acabados..
XIII. EL LEGADO DEL DESPERTAR DEL LEON DORMIDO

Aunque en la regin del Departamento de Caldas implicada por el volcn

existan algunos temores en relacin con una posible erupcin de este, en el
rea del Tolima la nocin que se tena provena de inundaciones y crecidas del
ro Lagunilla que se haban presentado en dcadas anteriores, razn por la
cual la poblacin se prepar bsicamente para el caso de una inundacin de
quiz algunos centmetros de altura adoptando medidas tales como la
colocacin de papel en las hendijas de las puertas y la ubicacin en lugares
elevados del equipamiento domstico que pudiera sufrir deterioro grave. Esta
impresin se haba visto reforzada por el represamiento que se haba
producido desde meses atrs aguas arriba del Lagunilla y buena parte de la
poblacin pens hasta ltimo momento, cuando comenz el agua a llegar a la
ciudad, que el represamiento se haba roto.

Parece vlido afirmar que aunque muchas instituciones y un grupo no

despreciable de personas tena informacin suficiente que implicaba un
conocimiento bastante preciso acerca de la situacin que podra sobrevenir,
ninguna autoridad se atrevi a ser tajante o categrica en sus aseveraciones y
recomendaciones. El escaso conocimiento pblico sobre lo acaecido en
erupciones anteriores impidi que las actuales generaciones conocieran que en
1.595 haban fallecido 500 indgenas panches asentados en el valle de Armero
y que en 1.845 tambin fallecieron alrededor de 1.000 agricultores de la zona.
De ah que en 1.985 muy pocas personas osaran afirmar que, de acuerdo con
el conocimiento que ya se tena del volcn, fuera posible que desapareciera
una ciudad entera de cerca de 30.000 habitantes y que las consecuencias de la
erupcin se sintieran muchos kilmetros a la redonda.

Cuando se examina hoy da el estado de la investigacin sobre el Volcn

Arenas a la fecha de la erupcin, se tiene que concluir que era suficiente para
predecir lo que podra ocasionar el Len Dormido, es decir, que el estado de
conocimiento era adecuado. Esta conclusin conduce a buscar en otros
factores las causa de la tragedia

Puede afirmarse que se aunaron varios factores, entre los cuales cabe
destacar:

a) La escasa valoracin existente en el pas para la investigacin cientfica, en

especial sobre riesgos naturales, muy especficamente en este caso a nivel
de la dirigencia local, regional y nacional. Es un hecho que haba
informacin suficiente pero quienes la tuvieron en sus manos no tuvieron
claridad sobre qu hacer con ella, dada la escasa credibilidad que
percibieron en las autoridades nacionales y regionales.

a) No exista en 1.985 una delimitacin clara de responsabilidades en cuanto

a la o las entidades competentes de producir y difundir la informacin
cientfica sobre aspectos vulcanolgicos, ni una clara jerarquizacin de las
competencias y responsabilidades frente a la prevencin de riesgos y
manejo de emergencias de la magnitud del que nos ocupa.

a) Salvo alguna normatividad en cuanto a la responsabilidad de la atencin

durante y despus de un desastre, no exista legislacin referida a las
responsabilidades y competencias frente a riesgos prevenibles.

a) No existan en el pas mecanismos adecuados para la difusin de la

investigacin cientfica sobre riesgos naturales y menos an una relacin
fluida entre los centros de investigacin o los investigadores y los medios
de comunicacin. Por ello, la poca informacin que se difundi a travs de
los medios masivos de informacin fue errtica y superficial y en ningn
momento apunt a aportar un conocimiento adecuado para la adopcin de
medidas preventivas y de emergencia en respuesta a la situacin que se
vislumbraba.

a) Es dbil en general la conciencia histrica en el pas y ms dbil an en la

educacin formal, en especial en lo que se refiere a las particularidades
regionales y locales, a causa de la concepcin que se introdujo durante el
siglo XVIII de considerar la educacin como instrumento de unidad
nacional, por lo cual los planes de estudio siempre se han diseado desde
el gobierno central y la poca flexibilidad en el manejo de los contenidos ha
incidido en esta situacin.

a) Los desastres han sido tradicionalmente considerados en la cultura popular

colombiana desde la perspectiva de la concepcin religiosa, como un
castigo divino o como un factor de suerte individual y no como el resultado
de la inadecuada accin del hombre sobre su entorno.

El logro de toda esta situacin, el gran legado del Len Dormido a una
Colombia dormida, fue la creacin en 1.988 del Sistema Nacional para la
Prevencin y Atencin de Desastres. Aunque este sistema adolece de grandes
fallas, no cabe duda que cambi radicalmente la situacin colombiana en
cuanto al manejo de emergencias de origen natural y tecnolgico y cre las
bases para que en el pas se gestaran lentamente, pero en forma creciente,
una cultura y una praxis de prevencin de riesgos cuyos resultados comienzan
a sentirse tmida y levemente, pero que apuntan a ser mucho ms profundos
en las dcadas venideras.

Por ello el nuevo modelo colombiano para prevencin y atencin de desastres,

pese a sus falencias, sigue siendo referencia forzosa en Amrica Latina y, en
general, para los pases en desarrollo.

Esa cultura y esa prctica crecientes en la prevencin y atencin de riesgos y

desastres se sustenta en el hecho de que la normatividad nacional y local
sobre la materia crece y se consulta cada vez ms en la planificacin de los
diferentes sectores socioeconmicos y, ante todo, porque cada vez penetra
ms la educacin desde sus niveles bsicos hasta los superiores en todos los
campos del conocimiento.

La Ley 46 de 1.988 y el Decreto-Ley 919 de 1.989 son el fundamento del

Sistema Nacional y el marco general de las responsabilidades y del qu hacer
por parte de todos los sectores de la sociedad colombiana en este tema. Por
ello sigue siendo quiz la norma ms avanzada sobre esta problemtica en
Amrica Latina.

Recientemente, como el paso ms relevante a partir de las normas anteriores,

en 1.997 se expidi el Decreto 388 sobre ordenamiento territorial, en el cual se
concreta el cmo hacer realidad la presencia de la prevencin de riesgos en la
planificacin y el uso del territorio. Es tal vez la otra norma ms avanzada que
se ha expedido sobre el tema en Amrica Latina y quiz en el mundo en
desarrollo.
 XIV. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

XIV.1. LA ETAPA ANTERIOR AL DESASTRE.

.
- La ausencia de organizacin nacional y local para la prevencin y
atencin de desastres y la inexistencia de normas que definieran las
responsabilidades institucionales en este campo, as como la carencia
de una cultura preventiva impidieron que se salvaran ms personas en
el rea de influencia del Volcn del Ruiz.

- La poblacin de Armero habra podido salvarse con relativa facilidad tan

slo desplazndose en trayectos no muy largos hacia las partes altas de
la ciudad, pero para ello se requera la presencia de varios elementos,
entre estos, la percepcin real del riesgo por parte de la poblacin, la
existencia de un sistema de monitoreo y alerta sobre el fenmeno y
organizacin regional y local para situaciones de emergencia.

- El desconocimiento generalizado de las caractersticas y de las

verdaderas causas del riesgo entre la poblacin fue determinante de la
magnitud de la tragedia de Armero.

- Pero el solo conocimiento del riesgo tampoco hubiera garantizado una

evacuacin oportuna o un reasentamiento preventivo de la poblacin
amenazada.

- Frente a un riesgo, o durante una emergencia, la existencia previa de

organizacin y participacin comunitarias son elementos fundamentales
para el manejo de este tipo de situacin, al igual que para la
recuperacin posterior al desastre.

- Es muy difcil para la poblacin, para las autoridades y an para los

cientficos, aceptar la posibilidad real de que una poblacin tan grande
como Armero pueda desaparecer en forma repentina, sobretodo cuando
 la prevencin de riesgos no forma parte de la cultura ciudadana.

- Mientras una sociedad no le otorgue mxima importancia al trabajo

preventivo de los riesgos, seguirn presentndose desastres y por tanto,
reubicaciones y reasentamientos, traumticos en todo sentido.

- La alta vulnerabilidad econmica de la poblacin de ingresos bajos la

hace por lo general renuente a la reubicacin preventiva, actitud
contraria a la de la poblacin de ingresos altos la cual, al contar con
recursos econmicos, tiene la oportunidad de buscar alternativas de
vivienda menos riesgosa.

- El principio de bsqueda de caminos para evitar hacia el futuro la

ocurrencia de situaciones como la de Armero, fue el que escogi el
Gobierno colombiano a partir de 1.988 con la creacin de un sistema
nacional para la prevencin y atencin de desastres, estableciendo los
instrumentos y mecanismos normativos, institucionales y financieros
para su puesta en marcha.

- El ordenamiento territorial, los planes de desarrollo local, la educacin y

la cultura deben ser objetivo importante de las actividades preventivas
en cualquier territorio.

XIV.2. LA ETAPA DE LA EMERGENCIA.

- El conocimiento, la capacitacin, la organizacin y la preparacin

previos de las instituciones y de las comunidades locales, son
determinantes del buen o mal manejo de las situaciones de emergencia
o desastre. Su ausencia casi total en el rea de influencia del Volcn del
Ruiz determin el manejo catico que se dio antes y despus de su
erupcin.

- Contar con instituciones de socorro bien organizadas, capacitadas y

dotadas, es el primer requisito para el buen manejo de emergencias;
pero estas instituciones deben, a su vez, estar enmarcadas dentro de
organizaciones de las administraciones territoriales, en las cuales se
cuente con el apoyo poltico requerido para el accionar de estas
entidades de socorro.

- La participacin organizada de la comunidad afectada en el manejo de

las emergencias es una necesidad ineludible para evitar situaciones de
caos como la que se present en Armero.

- No es fcil vivir en carpa, pero hay unas menos acogedoras que otras;
ello depende tanto de su organizacin como de su tamao y de sus
materiales constitutivos, al igual que de los servicios bsicos disponibles.
 - De manera similar, es difcil vivir en albergues de otra naturaleza, pero
se sobrelleva de mejor forma si hay acompaamiento psicosocial pero,
ante todo, si hay perspectiva y proyeccin de futuro.

- La improvisacin en el manejo de las emergencias es un indicador ms

del subdesarrollo.

XIV.3. LA ETAPA DE REHABILITACION Y RECONSTRUCCION.

- La vivienda temporal transitoria desempea un papel importante en la

normalizacin de la vida de las comunidades afectadas por riesgos o
desastres; son aspectos importantes de esta su tamao, organizacin y
acompaamiento psicosocial y, en particular, cuando sea posible, su
localizacin alrededor de la zona donde se vaya a construr el nuevo
asentamiento..

- Un criterio crucial es la eleccin del sitio del reasentamiento, por lo cual

es indispensable que la comunidad participe en esta decisin.

- Ante una situacin generalizada de pobreza por desastre, las fuentes de

ingreso son ms relevantes que la misma vivienda.

- La participacin de la comunidad en las decisiones que le afectan en

forma directa es clave tanto en el antes, como en el durante y el
despus del desastre y del reasentamiento.

- La misma poblacin afectada es hoy da consciente del grave dao que

produjeron sobre la poblacin el paternalismo, el asistencialismo y el
dirigismo; mencionan, entre otros deterioros, la vagancia, el
pordioserismo, o el alcoholismo. Sin desconocer otras causas,
expresaron que haber recibido todo regalado durante mucho tiempo, sin
exigencia de contraprestacin, esfuerzo o trabajo personal, contribuy
en mucho a la generacin de dichos problemas.

- Los aspectos psicosociales de los afectados deben ser ms valorados y

mejor tratados en situaciones de reasentamiento por desastre.

- La cooperacin internacional mal manejada genera muchos problemas

para la poblacin: exceso de paternalismo y de asistencialismo. La
competencia entre las organizaciones conduce a situaciones que
individualizan al donante en lugar de individualizar al receptor;
desconocen a menudo las culturas locales y la pertinencia de las
soluciones que proponen. Solamente con organizaciones locales y
nacionales fuertes, que impongan criterios generales sobre los criterios
particulares de los donantes y que manejen la reconstruccin con
 concepto de desarrollo, ser posible impedir la repeticin de este tipo de
problema.

- Cuando el reasentamiento implica el traslado de los afectados hacia el

lugar de residencia de una comunidad ya consolidada, esta debe ser
integrada en el proceso de toma de decisiones y en el plan a desarrollar,
para evitar fricciones posteriores, ya que cualquier asentamiento
adicional ocasiona reacomodamientos y traumas para toda la poblacin
all asentada.

- Frente a la vivienda en si, la mayor frecuencia en la insatisfaccin entre

los beneficiarios se refiere a su tamao, al nmero de espacios
disponibles y al tamao del solar no construdo, ya que los entrevistados
mencionaron que en Armero los espacios de que disponan eran ms
amplios.

- Existe an una preferencia evidente hacia la construccin con los

mtodos y materiales constructivos tradicionales; el uso de
prefabricados es rechazado por su poca flexibilidad para el cambio en el
uso del espacio, para ampliaciones y para la construccin de una planta
adicional.

- De las entrevistas a los sobrevivientes se concluye que la participacin

en el proceso de construccin contribuye a la apropiacin del entorno y a
la consolidacin del sentido de pertenencia entre la poblacin
reasentada, ms an si el alojamiento temporal est localizado en los
alrededores del asentamiento definitivo.

- Como indicador destacado de la apropiacin del asentamiento est el

que una proporcin importante de los beneficiarios del ICT PNUD han
intervenido la vivienda en forma significativa, en especial con la
ampliacin y el mejoramiento en la funcionalidad de los espacios; ello no
es el caso en el asentamiento de RESURGIR.

- No debe hacerse discriminacin entre los afectados en el momento de

seleccionar los beneficiarios cuando existe ms de una alternativa de
asentamiento, pues ello puede producir, como se ha dado el caso en
Lrida, la conformacin de guetos rechazados por la comunidad a causa
de la baja condicin socioeconmica de los usufructuarios del barrio de
RESURGIR.

- Tampoco debe ser discriminada la mujer pues ello deriva en situaciones

inaceptables de inequidad e injusticia social.

- No deben volver a crearse organizaciones centralistas para la

recuperacin postdesastre pues esto conduce a que las instituciones
responsables de los diferentes programas, conocedoras de las
particularidades socioculturales y de las fortalezas y debilidades de un
 mbito social, o bien quedan por fuera de la toma de decisiones, o se
repliegan al perder toda o parte de su competencia, lo cual impide una
participacin adecuada de la poblacin afectada y el tratamiento
apropiado a la misma.

- La cooperacin internacional debe ser reorientada y seleccionada; esta

debe hacer a un lado su protagonismo; no debe permitirse que los
donantes internacionales aparezcan en forma incontrolada con objetos y
supuestas ayudas que nadie ha solicitado; incluso debe replantearse
hoy da la conveniencia de que todas las ayudas se viertan en estos
casos sobre programas de vivienda, cuando parece que la estabilizacin
del sector productivo y el ingreso econmico de la poblacin son mucho
ms relevantes.

- Debe haber un manejo frreo de la cooperacin internacional,

compartido por las autoridades nacionales y locales y por las
comunidades afectadas, con criterios muy claros acerca de lo que se
necesita, lo que no se necesita y sobre cmo manejar las ayudas
solicitadas.

- Si entre la poblacin afectada por un desastre sobreviven personas tanto

de origen urbano como rural, es aconsejable otorgar prelacin a los
desarrollos rurales para evitar la urbanizacin acelerada de la poblacin
y planear de manera diferenciada y especfica los dos tipos de
reasentamiento: los rurales y los urbanos..

- Por encima de cualquier tarea, despus de un desastre se debe iniciar

de forma inmediata la construccin o la reconstruccin de los tejidos
sociales de la poblacin afectada.

- La cultura de las comunidades afectadas debe ser el fundamento para

su rehabilitacin y para la reconstruccin.

- El Gobierno colombiano no ha vuelto a aplicar la carnetizacin de los

llamados damnificados despus de la experiencia de Armero. En su
lugar se comenz a trabajar con censos previos de poblacin en zonas
de alto riesgo o de poblacin afectada. Lo importante ha sido que, en
posteriores situaciones de desastre, se ha prestado atencin
individualizada a cada familia segn su grado de afectacin, ya que,
quienes obtuvieron carnet de damnificado a raz de la avalancha de
Armero, lograron el derecho a reclamar todo tipo de ayuda, includa
vivienda, independientemente del grado de afectacin, por el solo hecho
de demostrar que haban vivido en la zona arrasada por la erupcin. El
carnet, adems, fue usado por muchas personas, durante mucho
tiempo, para demandar limosnas en todo el pas reclamando esta por la
condicin de damnificado de Armero.

- Impedir que las poblaciones se sigan asentando en zonas de riesgo es

la medida ms efectiva y barata para evitar el reasentamiento humano
 por desastre.

- Como ya se mencion, la labor ms importante que debe desarrollar un

pas para impedir o mitigar situaciones tan caticas como la de Armero,
es la de crear organizaciones nacionales con alta descentralizacin
hacia las regiones y localidades, que cuenten con normas claras en las
que se establezcan de manera perentoria y delimitada las
responsabilidades de las entidades nacionales y locales, as como las de
todo agente pblico o privado generador de riesgos, includa la
poblacin; organizaciones que fortalezcan a las entidades de socorro,
las capaciten y doten de los elementos requeridos y que otorguen
importancia mxima a lo preventivo en la planificacin, la educacin y la
cultura.
 Promovido en Internet por la
RED DE DESARROLLO SOSTENIBLE
DE COLOMBIA

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