Deseo Del Haiku
Deseo Del Haiku
Deseo Del Haiku
EL DESEO DE HAIKU
(2) Un da de bruma
La gran pieza
Est desierta y calma
(Issa, Munier)
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Por qu stos? No estoy seguro de que encanten a otros: la ciencia
de la belleza haikista (es decir, Esttica) es incierta > Evidencia
del Gustar = impotencia para decir el porqu > Encantamiento
= comentario en blanco, blanco del comentario, su grado cero (= no
hay comentarios, letra) : es lo indecible, el no poder decir nada,
que se opone a no tener nada que decir. Hay solamente una Re-
gin del Gustar: regin ertica del Roce, roce entre 1) una forma,
una frase, con su trabajo de ascesis, de elipsis, su ausencia de grasa
(Valry: la delgadez esencial de las cosas), y 2) un referente (laha
bitacin, la barca); entendmonos: como evocacin, visin, es
decir, ya inm ediatam ente trabajado como signo Roce, Frota
miento voluptuoso: como una paz sensual. Perversidad del haiku?
(Perversidad: lo que frena la Neurosis, la Obsesividad. La perver
sin provendra de lo que aqu es legible: presencia / ausencia del
Referente.)
Entonces, sobre el encantamiento del haiku: no hay anlisis, sino
dos o tres enfoques, o para ser ms preciso: especie de atestaciones.
El deseo de haiku
tEl haiku es deseado, es decir que uno mismo desea hacer haikus = prue
ba decisiva (de amor): cuando uno desea hacer uno mismo; del pla
cer del producto se infiere un deseo de produccin. Esto podra ser
un criterio de Tipologa de los productos culturales: especialmente,
desde que hay histricamente medios masivos, una cultura llamada
de masas: cultura de puros productos, donde el deseo de produc
cin est extinguido, forcluido (dejado a profesionales puros); pe
queo drama ideolgico (incluso, en cierto sentido, ecolgico) de
la Francia actual: parece que el deseo de produccin es totalmente
marginal (aficionados: canciones, poesas); quiero decir (pues no es
una cuestin de buena voluntad individual): no hay en Francia formas
(poticas) suficientemente populares para acoger el deseo de pro
duccin ^ los japoneses, ms felices que nosotros:
a) El deseo ardiente de haiku - la pulsin irresistible de haiku
(se puede, sin duda, encontrar a algunos jvenes franceses que tie
nen ese deseo loco de hacer poesa):
Shiki (1866-1902) cuenta:
EL DESEO DE HAIKU
tr S:ia cieno*
Hada fines de 1891, haba alquilado una casa en Komagom, donde viva
r E v< solo... pasaba mi tiempo leyendo haikus y novelas en lugar de mis libros es
locn t a n i e n t 0 colares. Dos das antes del examen, despej mi escritorio, reemplazando hai
0 (* n0
f ecirnada kus y novelas por mis libros de clase. Ante esa mesa, antes catica y ahora or
ente u n a ^ denada, tuve un sentimiento de placer tan violento... que los haikus
U n a fo r ma comenzaron a emerger en m, haciendo como burbujas en la superficie de mi
cia de grasa conciencia. Abr un manual; imposible leer una lnea: un haiku se haba for
ente (la ha. mado en m. Como haba apartado la menor hoja de papel virgen para dedi
V ls i < es carme exclusivamente a la preparacin de mi examen, anot ese haiku en la
' Ce>Frota. pantalla de la lmpara. Pero ya- otro seformaba. Y luego otro. En poco tiem
^ hailcu? po, la pantalla entera estuvo cubierta de hiakus.2
-a perver.
enca del El haiku (como fabricacin popular): especie de deporte nacional
(Sieffert) 3 en todos los medios. Ocupa an hoy un lugar importan
lis s, s in o te en la vida cotidiana del Japn: 60 revistas, muy ledas + columnas
uones. de diarios + todos los domingos, el diario Asahi (ElAlba): rbrica de
los logros de los haikistas aficionados, presentados por tres poetas
eminentes.
Este placer intenso de hacer haikus, este deseo ardiente de haiku:
quiz ligado, en el Japn (por eso, literalmente, impensable aqu), a
las restricciones (mtricas), del gnero: las 17 slabas elegidas entre los
LEiye- 50 grupos consonante + vocal perm itidos por el fonetismo japons
1pla- -4 combinatoria de 50 elementos, matemticamente calculable; pe
a ser ro si las combinaciones quieren tener un sentido: nmero de posibi
ente, lidades reducido, de all, las compilaciones de miles de haikus, con
aada el fin de que el poeta pueda verificar que nadie ha compuesto an el
duc- que l compone Juego de Sociedad, en suma, pero cuyo desafo
pe- no es el desempeo opaco (palabras cruzadas, scrabble), sino una vi
de bracin del mundo (que podemos llamar: lo potico): cdigo ancestral
ate + materiales modernos. Ejemplo:
es
las (3) Los ciudadanos
o Ramos de arce en las manos
Tren de regreso
(Meisetsu, Coyaud)
69
1) Ante todo, por la ausencia de la forma mtrica: los grandes me
tros franceses gastados, desvalorizados por el uso escolar, burgus;
hay un ridculo (aunque inmerecido) del alejandrino, que, por su
estructura, es pesado, narrativo; la poesa francesa se ha visto obliga
da, para mantenerse viva, a aligerarse, mediante el abandono del me
tro, del cdigo.
2) Aun cuando tuviramos un metro an vivo, no podramos ac
ceder a un equivalente del haiku sin dificultades: las palabras-refe-
rente estn, entre nosotros, muy gastadas, se han convertido en li
terarias, antiguas, y no poticas: en el Japn, relacin an viva con
las espigas, los gorriones, las flores, los follajes, etc. Imaginemos el
deslizamiento:
[ Pernod J
En secreto l ha mojado
Coyaud 33 Una rosal
70
No-clasificacin
ndes me-
burgus; Segunda atestacin de la Felicidad del haiku: restringido en el nivel
e, por su interno (la mtrica), es absolutamente libre en su extensin, su mul
o obliga- titud de temas (una sola restriccin de la que hablaremos ms tarde,
) del me la referencia a la estacin). No se trata de un gnero definido tpi
camente por un tipo de temas (^ toda la poesa grecolatina): la tenui
amos ac- dad, la futilidad hace que los haikus se sustraigan de toda clasifica
>ras-refe- cin. No hay ms que una clasificacin tradicional: por estaciones
o en li- (ejemplo: Blyth) . 0 Coyaud la rechaza, y se equivoca, pues ninguna
viva con otra puede reemplazarla: el haiku es lo Inclasificable, radicalmente
;emos el > es decir, el libro que puede ser abierto al azar, en todos los senti
dos, sin que se pierda ni un fragmento de sentido. Mundo en el que
el Sintagma est negado: ninguna vinculacin posible >emergencia
de lo inmediato absoluto: el haiku = deseo inmediato (sin media
cin), entonces, la funcin legal de la Clasificacin (= siempre una
ley) est perturbada Casi no hay necesidad de recordar cun mo
derna es esta perturbacin; cunto responde a una preocupacin ac
tual: los Fragmentos, desde luego, pero tambin todas las artes de lo
aleatorio (peligro: que lo aleatorio se convierta en su propio signo).
Cage 38 John Cage: se dice que su inters por los hongos proviene del hecho
de que, en el diccionario, musicy mushroom estn prximos entre s;6
ios (tra- estn presentes uno para el otro y, sin embargo, no estn vinculados;
s en los I es un modo de copresencia muy difcil de pensar: pensar una copre-
:> como sencia sin que sea metonmica, antittica, causal, etc.; una consecu
) cin sin lgica y, sin embargo, sin que signifique la destruccin de la
haiku, lgica: una consecucin neutra, tal sera la superficie de una colec
u. Aun cin de haikus.
haiku.
tunque
]ue un
n exte- No-apropian
71
innumerables)? O son suyos? Es que, en el haiku, la propiedad
tiembla: el haiku es el sujeto mismo, una quintaesencia de la sub
tividad, pero no es el autor. El haiku pertenece a todo el mundo
en tanto todo el mundo puede aparentar hacerlos -es plausible que
todo el mundo los haga-. As queda demostrado que el haiku es De
seo, pues circula: que la propiedad -la auctoritas- pasa, circula, gi^
como en el juego de la sortija.
7 Esto es el haiku para-mi tal cual se ofrece al sentido para m, en su
materialidad y mi Deseo. Frente a este haiku, mi rol aqu ser doble:
Anuncio de 1) No intentar explicar directamente por qu me gusta el haiku
lo que voy a pues la explicacin del Deseo es ilusoria; al explicarlo, slo se alcan
hacer za en el sujeto aquello que retrocede siempre; no hay ltimo grado
para la explicacin del Deseo (del Placer): el sujeto es un hojaldre in
finito; pero antes que explidtar -notar: explidtar (1870)- permite de
volverle a explicar (esclerosado como dar una causa, encontrar una
causa) su valor etimolgico: desplegar (expldto: escolstica, fines del
siglo xv) el sistema de valores (ideolgicos, estticos, ticos, etc.) que
el gusto por el haiku permite suponer; reconstituir (quiz sea eso el Ar
te, la Forma: lo que nos da el coraje para asumir nuestro Deseo: he
cho del pensamiento: el entusiasmo de una aventura) .
2) Precisar, conforme al proyecto del Curso, el camino que va
-que ira, puesto que se trata de un program a- de la Vida (y el hai
ku est hecho directamente de vida, sin resto) a una forma que la cons
tituye aposteriori en recuerdo, en emocin, en inteligibilidad, en ca
ridad (tema del Soberano Bien).
Mezclaremos, desde luego, estas dos tareas recorriendo territorios
de temas muy vagos (ninguna eficacia demostrativa ) . 8
Estadn
72
^piedad Cahiers = primavera. El Kigo, nota de base, como la tnica del haiku. En el
a subje- Renaud- haiku, siempre hay algo que nos dice dnde estamos en el ao, en el
nundo, Barrault, cielo, en el fro, en la luz: 17 slabas, pero jams estamos separados
pie que 31 de del cosmos bajo la forma inmediata: el Oikos, la atmsfera, el punto
[ es De- noviem bre de la trayectoria de la Tierra alrededor del Sol. Siempre sentimos la es-
k gira, de 1960, tacin: a la vez como efluvio y como signo.
171 A modo de ejemplo, dos haikus (4 y 5):
>en su
oble: (4) Acostado
haiku, Veo pasar las nnbes
alean- Habitacin de verano
grado (Yaha)
dre in-
ite de- La pregnancia de la estacin se desarrolla, me parece, as:
r una a) El denotante (al final: verano) es en s muy fuerte: decir verano
es del es ya ver el verano, estar en verano (quiz -problem a de lingstica su
) que til- hay un diferencial de pregnancia referencial segn las palabras,
el Ar- por ejemplo, la comida en las novelas; champagne cuando se tiene
): he sed; Goldfinger,9 el cangrejo y el champagne rose) .
b) El verano capturado en la habitacin es ms intenso: es captura
le va do como ausencia, capturado afuera. En el interior, all de donde es
l hai- empujado, el verano es ms fuerte: triunfa afuera y presiona su in
:ons- tensidad: Intensidad de lo Indirecto; por lo cual lo Indirecto es la va
misma de comunicacin, de manifestacin de la Esencia.
c) Nuevo Indirecto: el de la accin ociosa, ver pasar las nubes; se
trios
focaliza hipcritam ente en la accin para dejar estallarla, sensacin
de estacin. Del mismo modo, las nubes refuerzan el verano, porque
aparecen bajo la forma ligera de lo que pasa. En todo esto, nin
guna descripcin del verano: es un puro surrectum: lo que es suscita
do, lo que se levanta, surge (surgere), y aun activamente: el que se
levanta, surrector> la tenuidad del haiku no debe engaarnos: ba
jo la forma de enclosure estricta, es la partida de una palabra infini
ta que puede desplegar el verano por medio de un Indirecto que, estruc
turalmente, no tiene ninguna razn para terminar, como la Frase; se
podra concebir toda una Novela (o todo un film, pues el film ha
tomado el relevo de la Novela) que sera continuamente lo Indirec-
el
w, 9 Barthes alude aqu a la novela Goldfinger de lan Fleming (1959; llevada al cine en
do 1964 por Guy Hamilton); una de las escenas remite a una cena de cangrejo y champn:
La pregnancia de este men perdur vivamente en mi sensibilidad, precisa Barthes du
rante el curso. Para un anlisis de algunos episodios de James Bond por Barthes, remiti
mos, entre otros textos, a la Introduction Ianalyse structurale des rcits, Communica
tions, noviembre de 1966 (O C 2, pp. 828-865) [Introduccin al anlisis estructural del
relato, Anlisis estructural del relato, Buenos Aires, Tiempo Contemporneo, 1970].
to del verano. Nuestro haiku dice, en 17 slabas, casi lo mismo que
Proust, quien, en una o dos pginas apretadas, dice el verano a par
tir de la habitacin del hotel de Balbec. Recordemos: el haiku es bre
ve, pero no finito, cerrado.
io. Se
lajelo
i: len-
idera-
era . 10
aikus
ar ba-
y ms
lidad
rudi-
u pa-
icin
toria.
icin
rales
>pri-
1 0 el
1Ma
dtica
i mi-
Dara-
lina-
ento
iel. 12
i Ba-
anotaciones sobre la m eteorologa del tipo cielo de mal humor, jornada de nubes y
de lluvia (3 de julio de 1851) ; Tiempo cubierto. Llovizna primaveral. Viento farra
ite re-
goso (12 de marzo de 1878). Vase Journal intime, bajo la direccin de Bernard Gag-
Varia-
nebin y Philippe Monnier, Lausana, Lge dHomme, 12 tomos, 1976-1993.
3tada
13 Le soir tombait, un soir quivoque d automne: /L es bees, sependant rveuses nos bras, /
Dirent alors des mots si spcieux, tout bas, / Que notre me, depuis ce temps, tremble et s etonne
sit de
[La noche caa, una noche equvoca de otoo: / Las bellas, se colgaban soadoras de
nuestros brazos, /Dijeron entonces palabras tan especiosas, muy bajo, / Que nuestra al
obra
ma, desde entonces, tiembla y se asombra] (Los ingenuos, Ftes galantes, 1869).
rosas
75
Sesin del 20 de enero de 1979
77
coeur: Estar cerca de los que se ama, hablarles, no hablarles, todo
es lo mismo 4 > Observar en comn el tiempo que hace = ese todo es
lo mismo del hablar / no hablar del amor. Afecciones absolutas, cuya
defeccin por la muerte constituye el desgarramiento ms atroz, pue
den, han podido moverse, vivir, respirar en la insignificancia suave
de las palabras: el Tiempo que hace expresa entonces un ms ac del
lenguaje (del discurso) que es el desafo mismo del amor: dolor de
no poder volver a hablar del Tiempo que hace con el ser amado. Ver
la primera nieve y no poder decrsela, guardarla para s.
di Madame de Villeparisis. Por cierto, s [dijo Charlus]; as fuera de lo que ella lla
maba cosas tan ligeras que solamente usted y yo las notbamos. Y, en todo caso, es
taba cerca de ella. YLa Bruyre nos dice que eso es todo (Marcel Proust, Uombre des
jeunes filies en Jleurs, Pars, Gallimard, col. Bibliothque de la Pliade, edicin estable
cida por Pierre Clarac, 1954, p. 763).
4 Vase Les Caracteres, Du coeur, 23: Estar con los que se ama, eso basta; soar,
hablarles, no hablarles, pensar en ellos, pensar en cosas ms indiferentes, pero cerca
de ellos, todo es lo mismo (Pars, Gallimard, col. Bibliothque de la Pliade, edicin
establecida porjulien Benda, 1951, p. 135).
5 Prrafo tachado por Barthes.
S. todo variabilidad sutil, compleja, una estacin desmentida por el tiempo
todo es que hace (invierno en verano, etc.) y, sin embargo, realizada, confir
s>cuya mada por las producciones (flores, frutos, etc.): se puede leer aqu a
z >pue- libro abierto la dialctica del cdigo y la performance, la distancia en
i suave tre el cdigo y el sujeto: la distancia y el vnculo: tengo fro en junio
ic del (performance: mi epidermis, la luz que ven mis ojos) y, sin embargo,
ftor de hay peonas (cdigo) >el haiku, en una notacin fugaz, suele inten
lo. Ver tar situarse en el lmite discretamente sorprendente del cdigo (de
la estacin) y del tiempo que hace (recibido, hablado, por el sujeto):
despertares precoces de las estaciones, languidez de estaciones que
!la co mueren: que producen falsas impresiones: el discurso, no es acaso
nenu- como la falsa impresin de la lengua? Y al mismo tiempo, la lengua,
rl alza no es la que falsea el discurso (toda ley falsead sujeto)? Contradiccin
todos dramtica en la cual estamos condenados a debatirnos.
equa Hay un arte (histrico, pues ya no se practica) que es la expresin
uello; eidtica del tiempo que hace: la pintura romntica. Pienso en Corot,
ne en y sobre todo en su El camino de Svres (no es la gran cultura! Se lo en
de la contrar en el Petit Larousse, en el artculo sobre realismo): individua
cin del cielo, de las sombras, de las figuras, como si el cuadro nos
dijera: Era intenso y, sin embargo, ha quedado abolido para siem
(es lo p re; es irrepetible y, sin embargo, es inteligible (siempre la dialcti
sino ca de la lengua -del cdigo- y del discurso) Al fin de cuentas, pa
to, la radjicamente, la esencia comunicable del Tiempo que hace es el
dn- Tiempo que hace >Tiempo que hace, del orden del recuerdo. Ejemplo:
hace
rnni- (6 ) El ro de verano
:rea- Atravesado en el vado qufelicidad
(un Los chanclos en la mano
:di- (Buson, Coyaud)
le la
:in Curioso: certeza de que ya he vivido esta escena; infancia o M arrue
pee- cos: da de verano o de picnic, etc. El haiku estara producido por el
una deslumbramiento de una Memoria personal involuntaria (no: reme
moracin aplicada, sistemtica): describe el recuerdo inesperado, to
tal, deslumbrante, feliz, y, desde luego, produce en el lector ese mis
a Ila- mo recuerdo que la ha producido. Se entiende: est relacionado con
), es-
re des
la memoria involuntaria de Proust (tema alegorizado por la madale-
ible- n a); pero diferencia: haiku: prximo de un pequeo satori] el satori
produce una intencin (de all, la extrema brevedad de la forma) ^
iar, Proust; el satori (la madalena) produce una extensin; todo En busca
erca
:in
del tiempo perdido sale de la madalena, como la flor japonesa en el
agua: desarrollo, despliegue infinito. En el haiku, la flor no es desple
gada; es la flor japonesa sin agua: se queda en pimpollo. La palabra
79
(el holograma del haiku), como una piedra en el agua, pero para na
da: no nos quedamos a mirar las ondas, recibimos el ruido (el ploc),
eso es todo.
81
nos codificada, desciende hasta el detalle de las horas; existe -senti
do, creado, adoptado por cada uno de nosotros- un hum or de las
horas: cada uno tiene su buena hora, su mala hora (sin juego de
palabras, pues bonheur > augurumy no hora):*
a) Claudel: casi un haiku:
La lluvia
Cae
Sobre los bosques de las seis
(Schehad, 29)10
* En francs, bonne heure [buena hora] y bonheur [felicidad] son hom fonos [T.].
10 Schehad, Anthologie du vers unique, op. cit., p. 29. Barthes lo presenta en tres ver
sos distintos segn el mtodo propuesto por l mismo en p. 64.
11 Es a la hora nona [es decir, tres horas de la tarde] cuando muri Jess (Y al
rededor de la hora nona [...] Jess dando un nuevo grito, exhal el espritu, Ma
teo 26, 45-50).
12 Vase Casiano, Institutions cnobitiques, Pars, Cerf, col. Sources chrtiennes, 1965.
13Jules Michelet, La Sorcire, Pars, Hetzel-Dentu, 1862, p. 239.
senti- La Individuacin, el Matiz
r de las
lego de He hablado varias veces de individuacin: de la Estacin, del Tiempo
que hace, de la Hora como individuacin. Voy a insistir un poco en
esta nocin. Filosficamente es una nocin a la cual el ltimo Deleu-
ze le acuerda, creo, mucha importancia. Como siempre, la tomar
bastante groseramente, como una direccin: una palabra que insiste
con respecto a lo que excluye:
1) E l in d i v i d u o c o n t r a el sis t e m a
: gusta,
50 y no Hay que partir de ese viejo caballo de batalla: el individualismo de
i la tar- sacreditado (cf crtica sartreana de la democracia burguesa: los indi
entido viduos como arvejas en una lata 14 + crtica marxista + crtica izquier
isto) . 11 dista: verdadera conjura contra el individualismo!). Sin embargo,
}ue las como siempre, tctica del desplazamiento: relacin entre el mundo
acin, de sistemas, es decir, de los discursos reductores (polticos, ideol
iad de gicos, cientficos, etc.) y la asfixia del individuo retomar el pro
lio pe- blema (el paradigma) en otro punto de la espiral; aqu, solamente al
:e per- gunas referencias:
Hutin49 a) Alquimia (filosofa paralela, marginal): Paracelso (siglo xvi):
.1S Mi-
cada ser tiene su principio particular de organizacin: la arch (en
ia que
tonces, ltimo tope del sujeto: irreductible).
saber
b) El romanticismo: Michelet {Histoire deFrance, prefacio): Cada
alma tiene, entre cosas vulgares, una tal que es especial, individual,
efectos
que no resulta la misma y que habra que anotar cuando esa alma
tado),
pasa y se va al mundo desconocido . 15 En realidad, extraamente,
) por-
sta podra ser la divisa integral del haiku: 1 ) lo tal (nocin muy zen);
itifica-
2) el no retorno; 3) la notacin; 4) el desvanecimiento, en lo desco
nocido del momento, del alma que ha pasado.
c) Para la memoria, para recordar la voz existencial, Kierkegaard,
contra Hegel, contra el sistema.
d) Proust, desde luego: terico en acto de la intensidad individual.
Cito entre muchas otras frases: Sainte-Beuve: Para m, la realidad es
individual; no es el goce con mujeres lo que busco, es tal mujer; no
S [T.].
es ver- 14Jean-Paul Sastre, Prsentation des Temps m odern esEn la sociedad que conci
be el espritu de anlisis, el individuo, partcula slida e indescomponible, vehculo de
(Y al- la naturaleza humana, reside como una arveja en una lata de arvejas: es redondo, es
l,Ma- t cerrado sobre s, es incom unicable (Les Temps modernes, n l, octubre de 1945; ree
ditado en Situation II, Pars, Gallimard [1948], 1980, p. 18).
, 1965. 15 Jules Michelet, prefacio de Histoire de France, Pars, Librairie internationale,
1871, p. xv.
83
es una bella catedral, es la catedral de Amiens . 16 Y esta bellsima ex
presin (carta a Daniel Halvy, 1919, Kolb, 246): En la cima de lo
particular florece lo general . 17 La cima de lo particular, ste tambin
es el emblema del haiku. Sobre todo porque toda va a depender del
pasaje (el reemplazo) de lo Particular por lo Individual (bloque cl
sico de la persona).
Simplemente sealar que estas referencias, que enfrentan o des
van el sistema en nombre de lo Tal, de lo Particular, de lo Especial,
pertenecen a las filosofas marginales.
2 ) D e l i n d iv i d u o a la in d iv i d u a c i n
16 Proust, Contre Sainte-Beuve, captulo v, Larticle dans Le Fgaro, op. cit., p. 117.
17 Vase p. 36.
18 Incipit del texto Le Got de rinfmi, que abre Le Pome du haschisch, en Char
les Baudelaire, Les Paradis artifidels, Pars, Garnier-Flammarion, 1966, p. 27.
19 Remite al artculo de Louis Dufour, Marcel Proust et la m torologie, mencio
nado en p. 74, n. 11.
20JeanJacques Rousseau, Les Reveries du promeneur solitaire, Pars, Garnier, s/d , p. 7.
21 Referencia a la obra de Giles Deleuze Nietzsche et la philosophie, Pars, PUF, col.
Bibliothque de philosophie contemporaine, 1962.
irna ex- fuerzas casi personificadas que se sitan alternativamente en el pros
a de lo cenio y toman l aspecto del yo; desde ese lugar, contempla las dems
imbin fuerzas, como un sujeto contempla un objeto que le es exterior, un
der del mundo exterior que lo influye y lo determina. El punto de subjetivi
ue cl- dad es mvil.22 He aqu la palabra decisiva: la subjetividad no debe
ser negada o forcluida, reprimida; debe ser asumida como mvil; no
o des- ondulante, sino tejido, red de puntos mviles; lo que es importan
pecial, te en la cita de Nietzsche es la nocin de punto (de subjetividad): la
subjetividad no como un ro, aun cambiante, sino como una muta
cin discontinua (y como obstinada) de lugares (cf. Caleidoscopio).
Se comprende mejor la ambivalencia (o la dialctica) de la indi
viduacin: es a la vez lo que fortifica al sujeto en su individualidad,
su en cuanto a m -o, al menos, comporta ese riesgo, y sobre todo
ducti- [el] complacer la imagen de la reivindicacin individualista-, y tam
Jujeto bin, en el extremo contrario, lo que deshace al sujeto, lo multipli
d: en- ca, lo pulveriza y, en cierto sentido, lo ausenta oscilacin entre el
al al- extremo impresionismo y una especie de tentacin mstica de la di
lucin, del aniquilamiento, de la conciencia unitaria: muy clsico y
delai- ultramoderno.
a ve-
*,jor-
o un
jeto:
'OUSt
a mi
sino
por
ten
tare
Pa-
var
20
zia-
de
17.
lar-
;io_ 22 La cita est extrada de Nietzsche, Vic et vrit, antologa de textos escogidos por
Jean Granier, Pars, PUF, col. Sup, 1971, p. 53. (La paginacin indicada por Barthes
remite a esta antologa, que forma parte del inventario de la biblioteca.) Cita extra-
d1 . da de las CEuvres posthumes (Nachgelassene Werke), traducidas por H.-J. Bolle, Pars, Mer-
cure de France, 1939, pp. 185-186.
85
Sesin del 27 de enero de 1979
3 ) E l M a t iz ;
1 Diaforaloga: neologism o constituido a partir del griego diaphor (lo que distin
gue una cosa de otra) y del sufijo -logia (teora, discurso) para designar una cien
cia de los matices y de los muars que Barthes evoca especialmente en el Journal
dUrt (21 de julio de 1977), publicado en Dlibration, op. t. (OC5, pp. 668-681).
2 Este fragmento, probablemente extrado de La obra de arte en la era de la reproduccin
tcnica, est citado de memoria por Barthes. A pesar de nuestra bsqueda en diferentes
ediciones de las obras de Benjamn, nos ha sido imposible identificar la fuente.
87
(11) Primera salida del sol
Hay una nube
Como una nube en un cuadro
(Shusai, Munier)
4 ) E l V a c o , l a V id a
La Potica del Vaco debera ser explorada. Por ejemplo, esta her
mosa cita de Joubert, referida por Blanchot: Este globo es una go
ta de agua; el mundo es una gota de aire. El mrmol es aire espesa
do. S, el m undo es de gasa, e incluso de gasa clara. Newton sopes
que el diamante tena [...] veces ms vacos que llenos, y el diaman
te es el ms compacto de los cuerpos. Con sus gravitaciones, sus im
penetrabilidades, sus atracciones, sus impulsos, y todas esas fuerzas
ciegas sobre las que los sabios hacen tanto ruido... qu es toda la ma-
3 Maurice Blanchot, Dun art sans avenir, Le Lime venir, Pars, Gallimard, 1959,
p. 158. [El libro que vendr, Caracas, Monte vila, 1969.]
teria, sino un grano de metal vaciado, un grano de vidrio ahuecado,
una burbuja de agua bien henchida donde juega el claroscuro; una
sombra, finalmente, donde nada pesa por s, nada es impenetrable
ms que para s... 4
89
ku, y toda forma breve que es fascinada por l, toda Notacin, es falta de
inspiracin. Y nuevamente, aqu, comprendemos mejor la Potica del
Tiempo que hace como una especie de falta de inspiradn, de escritura, de
creacin, la impresin nativa vuelta sobre s misma, como derroche.
Este camino del Matiz (que parti del Tiempo que hace y que le si
gue): qu tiene al nal? Y bien: la vida, la sensacin de la vida, el
sentimiento de existencia; y sabemos que para que ese sentimiento
sea puro, intenso, glorioso, perfecto, es necesario que cierto vaco se
produzca en el sujeto; incluso cuando el Jbilo (de amor) es ms in
tenso es porque hay en el sujeto un vaco de lenguaje, cuando el len
guaje se calla, ya no hay comentario, interpretacin, sentido; es enton
ces cuando, la existencia es pura: corazn pleno (que desborda)
= conocimiento de cierto vaco (tema eminentem ente mstico); el
defecto, la claudicacin de discurso remite de dos estados extremos: la
tristeza absoluta del msero, el jbilo ardiente del vivo El ma
tiz -si no se lo detiene- es la Vida, y los destructores de matices (nues
tra cultura actual, nuestro periodismo grosero) = hombres muertos
que, desde el seno de su muerte, se vengan.
En suma, descubierto afondo, el Tiempo que hace suscita en nosotros
este nico discurso (mnimo): que vale la pena vivir. Una maana de ju
lio de 1977 (el 16) haba anotado: De nuevo, luego de das nublados,
una maana de buen tiempo, brillo y sutileza de la atmsfera: una se
da fresca y luminosa; ese momento vaco (ningn significado) produ
ce una evidencia: vale la pena vivir. Las compras de la maana (en el al
macn, la panadera), mientras la ciudad est an casi vaca, no me las
perdera por nada del m undo 9 (si fuera haikista, lo habra dicho de
una manera ms esencial y ms indirecta (menos charlatana).
EL INSTANTE
10 Vase el dilogo de John Cage con Daniel Charles sobre la aplicacin del zen
a la msica, y sobre los temas del instante, la duracin y la repeticin, en John Ca
)elibera-
ge, Pourles oiseaux, Pars, Belfond, 1976, p. 39 [Para los pjaros, Caracas, Monte Avila,
1978].
91
?
2) Movimiento e inmovilidad
(14) Elgatito
Se queda un momento en el piso
La hoja arrastrada por el viento
(Issa, Munier)
11 Estos versos de Edgar Alian Poe estn extrados de Scnes de Politien, drama in
dito (vase Contes, essais, pomes, Pars, Gallimard, col. Bouquins, 1989, p. 255). Para
Bachelard, que comenta los versos de Poe, el conocimiento de la duracin slo es
posible al poner en valor la contingencia de la experiencia ntima, al aislar los cen
tros de cristalizaciones psquicas (Bachelard, La Dialectique de la dure, Pars, PUF, col.
Bibliothque de philosophie, 1950, p. 36). Barthes indica en el margen la referencia
bibliogrfica proporcionada en nota por Bachelard.
92
)tar) per- sa -ilustrada por el tratado de Zeami, actor y terico del teatro , 12
Edad Media: la conjuncin paradjica del movimiento y de la inmo
e Proust:
*o que es vilidad (es lo que, en suma, expresa inmovilizacin: por la escritura).
u es una El gesto es suspensin, debe proveer la evidencia de que va a conti
apn, no nuar enseguida (cf. mito de la Bella Durmiente). El gesto: una espe
d, el ma- cie de jardincito durmiente. Bien sealado por todos los margina
les del teatro, pero hoy en el teatro ya no hay ningn pensamiento
:imiento
oria- co- del gesto. En el cine? Pienso en el episodio de la mujer-fantasma
Citado por -adm irable- en Cuentos de la luna plida de Mizoguchi (pero es japo
pesar de J.-L. Rivire, ns). Los marginales: por ejemplo, el m im ojacques Lecoq: En un
'enas del
artculo gesto, una actitud, un movimiento, hay que buscar la inmovili
rdadera- Gesto dad ) . 13 (Esto, esta referencia al mimo, hace pensar que el haiku
ii no hu-
puede ser dicho, paradjicamente, de m anera silenciosa, sin pala
u, he di-
bras.) YJaques-Dalcroze: U f gesto)es no solamente el movimien
to corporal, sino tambin la detencin de ese movimiento el ges
to haikista: emparentado con el ludin, figura suspendida en el agua,
que se mueve dando al mismo tiempo la impresin de una finalidad
de inmovilidad.
ugaz, el
Igo que
3) Contingencia y circunstancia
Es eso!
habra-
El referente del haiku (lo que ste describe) es siempre algo parti
gesto a
cular. Ningn haiku evoca una generalidad y, por ende, el gnero
haiku es absolutamente puro de todo proceso de reduccin.
Lo General a) Es probable que, enfrente, es decir, en nosotros, en Occidente,
en el sentido macrohistrico: una resistencia a lo Particular, una ten
dencia a lo General: gusto por las leyes, generalidades, gusto por lo
Reductible, voluptuosidad en igualar los fenmenos en lugar de di
ferenciarlos al extremo > cf. Michelet: abstraccin, generalizacin
= espritu gelfo *espritu gibelino, que valora la contingencia (afec
:a bien
tiva) 14 lo particular, como valor, empujado hacia los mrgenes;
{ue no
oustia-
* com- 12 Actor, dramaturgo y terico del teatro no, Zeami (1383-1443) redact un con
junto de tratados sobre el teatro, entre ellos el clebre El espejo de la flor (1424).
ipone-
13 El artculo Gesto de Jean-Loup Rivire apareci en Enciclopedia Einaudi, 1979
(pp. 775-797). La cita de Jacques Lecoq (1921-1999) est extrada de Odette Asan,
L'acteur au xx* sicle, Pars, 1974; la de Jaques-Dalcroze (1865-1950) est extrada de
ma in- Georges Mounin, Introduction la smiologie, Pars, 1970.
>). Para
14 M. .. Michelet opona el gelfo del gibelino. El gelfo es el hombre de la Ley, el hom
slo es
bre del Cdigo, el Legista, el Escriba, el Jacobino, el Francs (agregaremos nosotros: el
tos cen-
intelectual?). El gibelino es el hombre del lazo feudal, del juramento por la sangre, es el
LTF, col.
hombre de la devocin afectiva, escribe Barthes en su artculo En el seminario, Lo ob
rencia
vio y lo obtuso, Barcelona, Paids, 1986 (0C 4, p. 509).
93
aunque peridicamente un pensador se levante y reivindique lo par
ticular, el kairs, lo no-comparable (Kierkegaard, Nietzsche), la con
tingencia. Hay all dos lados: por ejemplo, prefiero la manera en que
Proust habla de la pena a la manera en que Freud habla del duelo.
Paradjicamente, es un empirista, Bacon (Organon), quien formu
la bien la oposicin: El espritu humano, por su naturaleza, es llevado
a las abstracciones y ve estable lo que est en continuo cambio. Vale
ms fraccionar la naturaleza que abstraer (es lo que hace Demcri-
to) . 15 Esto define bien el haiku: no estabiliza el movimiento, divide
la naturaleza, no la abstrae.
Contingencia b) Entonces, haiku: arte de la contingencia (contingerer. caer, llegar
por casualidad) >arte del Encuentro. Para comprender cabalmen
te que la contingencia es el fundam ento del haiku -su rasgo tpico-
basta con hacer una prueba de conmutacin: algunos fragmentos de
poemas franceses: en el borde del haiku, pero falta la contingencia,
hay corrupcin de lo contingente por un deseo de generalidad.
Por ejemplo, Verlaine:
Admirando la nieve
Parecida a las mujeres desnudas17
94
[ue lo par- postulados rectores: 1 ) ser infiel es abandonar al otro, es vaciarse del
e), la con otro; 2 ) la fidelidad es un bello valor, a partir del cual se construye
tra en qUe la paradoja, la denegacin: parezco ser infiel, pero sigo siendo un ti
iel duelo. po correcto (fiel). Examinar dos haikus, donde se ve bien cmo
?n formu- funciona el disparador de la contingencia:
es llevado
ibio. Vale (15) El nio
Demcri- Pasea al perro
to, divide Bajo la luna de verano
(Shoha, Munier)
ter, llegar
abalmen- La sal de la contingencia: no se puede dudar que ese nio haya
^ tpico- existido > el haiku no es ficcional, no inventa, dispone, mediante
lentos de una qumica especfica de la forma breve, la certeza de que esto ha
ngencia, tenido lugar {cf foto, infra ) : 19 la contingencia, en efecto, refuerza
idad. la certeza de realidad; el que quiere m entir tiene que inventar con
tingencias: cuanto ms contingente es, ms autentificado est Hai
ku: especie de Testimonial > la paradoja: la autenticidad del testi
monio est fundada a fuerza de subjetividad (de la enunciacin).
95
quiero sealar, luego de instante / recuerdo y de inmovilidad /
movimiento: aunque el haiku imponga la certeza de un referente,
cf. (15), al mismo tiempo solicita hablar de circunstantes (palabra
mal construida) ms que de referentes. En un sentido (extremo), no
hay referentes en el haiku; entonces, hablando con propiedad, no
est lo ttico ;22 se plantean solamente entornos (circunstancias), pe
ro el objeto se evapora, se absorbe en la circunstancia: lo que lo ro
dea, la duracin de un rayo.
Creo que captarn este matiz comparando un haiku (que voy a in
dicar) con la notacin de los gritos de Pars de En busca del tiempo
perdido.
Se ha dicho (Coyaud) -y es cierto- que son casi haikus:
Al mejor camarn,
A la raya viva
A la romana
No la vendo
La saco a pasear!123
Comparar con:
22 Ttico, del griego thetikos, lo que es ubicado, planteado, colocado; dio origen a
tesis en filosofa.
23 Vase Marcel Proust, La prisionera, En busca del tiempo perdido (pp. 126-127 en
la ed. francesa de Gallimard).
ilidad / La naturaleza circunstancial (y no propiamente referencial) del hai-
ferente, ku se ve bien en su origen o, al menos, en su procesamiento clsico
palabra (siglo xvii): el terceto, normalmente -especialmente en Basho-, es
mo), no Viaje introducido y puesto de relieve por un haibun, una prosa potica
dad, no que suele ser un relato de viaje; durante el viaje, de tanto en tanto,
ias), pe- Fiestas algo salta al lenguaje: pequeo satori de lenguaje: un haiku. Basho
lo ro- (1643-1694): Cuadernos de viaje, los Kiko, sembrados de haikus >C
lebre: El sendero estrecho del fin del mundo (montaas del Norte y del
7y a in- Centro) = ruta jalonada hoy por estelas en las que los habitantes han
'l tiempo grabado los haikus de Basho. Coyaud lo seal: articula los haikus
que tradujo con un diario personal > el haiku como desecho err
tico, un relieve del tejido cotidiano individual (as es sealado un do
ble texto). Ancdota personal: regreso de Groninga, partida preci
pitada de la casa a las once de la noche, en auto. Se cierra todo, todo
queda en orden, pero la basura? Holanda es tan limpia que, mane
jando toda la noche no s dnde tirarla: los canales mismos son lim
pios. Ahora bien, encontr esto en un haiku moderno:
; se re-
:atlo-
ite es
^m e-
rs en
acin
o que
*io to
se ni-
e; en
plora-
igen a
:27 en
97
Sesin del 3 defebrero de 1979
Yami Todo esto mostrara cmo el haiku camina -discreta, graciosa, rpida
Utsuroi m ente- sobre la cuerda floja del Tiempo. Naturalmente, ese juego
es posible porque est preparado y determinado por un concepto pro-
pamente japons, y que nosotros, precisamente, no hemos conceptua-
lizado, pues entre nosotros no hay palabra para eso: Ma, el Intervalo
del Espacio-Tiempo (cf exposicin reciente ) . 1 Entre las figuras (las va
riaciones) del Ma, hay dos en particular que nutren sin cesar el haiku:
1) Yami: lo que titila, sale de la penumbra y vuelve a entrar: se apli
ca, por ejemplo, al No: actores que llegan del mundo de los Muertos,
por un puente, y que actan sobre la escena de los Vivos, y vuelven
a la sombra por el mismo puente (puede ser la mejor definicin de
la Belleza: un centelleo entre dos Muertes).
2) Utsuroi: m omento frgil que separa y une dos estados de una
cosa: cuando el alma ha abandonado una cosa y queda suspendida
en el vaco (en sntesis:, no es mucho decir!) antes de reintegrarse en
otra > Para los japoneses, en sentido estricto, lo bello no es la flor
del cerezo, sino el momento en que, perfectamente abierta, va a mar
chitarse Todo esto dice a las claras hasta qu punto el haiku es una
accin (de escritura) entre la vida y la muerte.
PATHOS
99
1) Percepcin
100
me encanta, por su resonancia, la verbena blanca, porque es un Tan-
gibile no estereotipado Aun el haiku m oderno est constreido al
Ds ; Tangibile.
101
Ahora bien, el haiku comporta, ya sea explcita o secretamente,
para m, fantasmas prospectivos. As, pues:
fantasma que conozco bien: trabzyar con textos clsicos (sin la agre
sin de la modernidad), en invierno, en un ambiente clido >Otro
fantasma, el del retiro rstico:
(23) Ao Nuevo
El escritorio y los papeles
Estn como el ao pasado
(Matsuo, Munier)
103
V
El insecto ntido
Schehad, 40 Rasca
La sequedad 9
3 ) SlNESTESIA
104
el sexto sentido: el sentido sensual, ertico (sin ser genital): tam
bin quizs el escritor francs que mejor practic la sinestesia (pero
que no tiene nada de haikista) sera Proust (no es, no ser la prime
ra vez que por una paradoja que articula este curso, Proust y el hai
ku se crucen: la forma ms breve y la form a ms larga). Si se me per
mite referirme a experiencias personales: esta euforia, esta felicidad
sinestsica, ligada para m a dos temas:
1) La sobredeterminacin de los placeres (Journal d U rt, 18
de julio de 1977): ... esta maana, una especie de felicidad, el tiem
po (muy bueno, muy liviano), la msica (H aendel), la anfetamina, el
caf, el cigarro, una buena pluma, los ruidos domsticos . 12
2) La multiplicacin, la profundizacin del matiz sensual. Por
ejemplo (Journal dU rt, 20 de julio de 1977): Medio dormido ha
cia las 6 de la tarde en mi cama (hice compras en Bayona luego del
alm uerzo), la ventana muy abierta sobre el final ms claro de un da
gris, tengo una especie de euforia de flotacin, de dilucin: todo es
lquido, aireado, bebible (bebo el aire, el tiempo, el jardn); una espe
cie de paz de los pulmones. Y como estoy leyendo a Suzuki, me pa
rece que est muy prximo el Sabi..."}3
2) El Afecto, la Emocin
105
Histoires naturelles. >De all, esta observacin de un periodista (Marc
Legrand, 1896): Jules Renard es un japons, pero es mejor an, es
Coyaud, 81 un japons conmovido. (Respuesta de Jules Renard: Gracias, lo acep
to. Es cierto, y ofender a los chinos; Coyaud, 81). 15 Esta observa
cin: dos veces falsa: 1) Renard no tiene absolutamente nada de ja
pons; su forma breve tiene como objetivo el golpe (lo contrario del
haiku). 2) En cierto sentido, el japons siempre est conmovido, pe
ro con una emocin especfica, una conmocin (no es una emocin
psicolgica, rom ntica).
L a e m o c i n
106
1 (Marc
an, es
oacep. Sesin del 10 defebrero de 1979
bserva-
i deja-
ro de]
3o, pe-
locin
Suplemento a los Tangibilia: nota de Proust recobrada (Cahiers, 53-55) :l
Gusto de Albertine por la moda femenina, tema de los regalos.
Nota adicional:
Nota Bene. Importantsimo. Cada vez que yo diga distraccin, riqueza,
placeres \ poner algo concreto: zapatos brillantes para Madame de Guerman-
a can tes, echarpe para Monsieur de Guermantes, mapa para un auto, para un
je, sa- yate".
eriza-
sn de
3reci- A n i m a l e s . D ig r e s i n
roba-
ento. Algunas teoras modernas: las plantas seran solamente afecto. Para
esivi- los animales: flagrante = espectculo fascinante del afecto puro, por
-spe- esta razn, los perros, especialmente, me interesan, me apasionan;
idn porque son afecto puro: sin razn, sin salientes, sin inconsciente, sin
Ver- mscara: en ellos, el afecto se ve, en su absoluta inmediatez y movili
dad; observen la cola de un perro: su agitacin sigue las demandas
:in. de afecto con una rapidez de matices que ningn rostro, por mvil
reci- que sea, puede emular en sutileza; son fascinantes porque aunque
a su estn embebidos de hombres, son sin embargo hombres sin razn
ifec- (y sin locura). Imaginar (verdadera ciencia-ficcin) un hombre que
tma- tuviera el poder de expresin de un perro, cuyo afecto fuera, literal
me- mente, in-mediato, y a cada segundo: qu delirio! Puedo mirar a un
perro durante horas (y lamento no poder tener uno) Error (pien
so) de quienes, por odio a la sensiblera, rechazan con desagrado el
amor por los perros. Problema quiz mal planteado. Todos pensa
mos que nuestro animal siente afecto por nosotros. Sin duda, es agra
n de
dable -necesario?- creerse amado; sin embargo, un segundo de re
i fo- flexin debe convencernos de que no somos amados en s, por
Re-
th-
uJes 1 Esta nota recobrada es m encionada por Kazuyoshi Yoshikawa en su artculo
nu- Vinteuil ou la gnse du Septuor, Cahiers Marcel Proust, ne 9, Pars, Gallimard, 1979,
Re- pp. 259-347. Esta m encin provena de una transcripcin parcial de los borradores
nmeros 53 y 55, archivados en la Bibliothque nationale. La nota adicional es una
in transcripcin del Cuaderno 53, hoja 15, reverso, extrada de la tesis de M. Yoshikawa,
La gnse de La Prisonnire, Paris-Sorbonne, 1976, t. II, p. 208.
107
^ nosotros mismos: es nuestro lugar, no nuestra psique, lo que es obje-
j to de afeccin en el animal; sin embargo, narcisismo tan tenaz que
siempre nos sorprende ver perros perdidos de adoracin, fidelidad,
afeccin, por amos vulgares y brutales que no lo m erecen (pensa
mos con amargura). No es eso lo que me interesa: me interesa el afec
to en s, difuso, perdido, enloquecido; tener un perro: espectculo
continuo de afecto > distinguir lo afectivo de lo afectuoso. En ese es
pectculo, sin duda, perros = las grandes vedettes. No puedo entrar
en la gran batalla mtica Perros / Gatos. Quiz lo afectivo del gato es
t ms enmascarado; quizs un gato se parezca ms que un perro a
un hom bre completo (afecto y desvos), o a una m ujer completa
(comparacin habitual): de all, quiz, que el gato parezca elegir ms
(cf La Chatte, de Colette).
Esta digresin: para separar el animal de la bestia. El animal es
afecto > suele dar la impresin de tener un alma, ms que los hom
bres. Y tambin por hacer sentir lo que puede ser lo afectivo difuso:
lo afectivo muar, con inflexiones rpidas (pensar siempre en la co
la del perro, que es como su sper-rostro), un modo afectivo muy t
pico y raro (en Occidente); por ejemplo, Proust, me parece, ningn
animal en su obra .2 Pero en el haiku: numerosos animales, y tierna
mente contemplados.
B ly th , I, 377 K ireji
108
hundim iento de la sintaxis, un olvido de lo ttico, un no control de
la ley sujeto / predicado; un breve sollozo o suspiro (como en m
sica) > Haiku clebre de Basho:
Suzuki, II, Como dijimos: puede ser el informe de un satori? En ese caso, el Ki-
775 reji (Oh!): momento del Satori, pasaje al vaco del lenguaje > En
tre nosotros? Lo ms cercano al haiku: algunas inflexiones de Verlai-
ne: 0/, el ruido de la lluvia... Y, en Proust (una carta, Kolb?):
Para usted, se trata de sutilezas. Oh, no! Le aseguro, que, por el con
trario, son realidades3 = este Oh, no!: muy buen Kireji, pues intro
duce una protesta emocional en el argumento: todo el cuerpo sostie
ne que lo sutil es doloroso y, por ende, real.
109
poco, que el haiku proviene de un movimiento de egotismo: se ha
despedido a los otros participantes que, finalmente, molestaban a
Narciso, y se juega solo. Se ha detenido la cadena (renga): apenas el
yo pasa a la enunciacin, se hace un nudo antes de que el t partici
pe; se ha aislado al sujeto, abolido el conflicto y, por ende, pacifica
do el ego: solo y voluptuoso en la creacin.
Yo est, en efecto, siempre presente en el haiku: puro poem a de
la enunciacin. Presente? Es decir poco: articula, arma toda la sen
sacin.
Es un yo-cuerpo. Vean estos tres ejemplos:
(31) Frescura
Apoyo mi frente
Contra la estera verde
(Sonojo, Coyaud)
(32) Frescura
En el muro la planta de mis pies desnudos
Siesta
(Basho, Coyaud)
Tipo de enunciacin sutil: hay una escena que se ve muy bien, con
un actor dentro, como en un cuadro realista, y, al mismo tiempo, ese
actor es yo; muy evidente en (35): como yo n 1 no puedo ver a mi
mujer que est detrs de m, pero como yo n- 2, veo muy bien toda
la escena, el escalonamiento de los planos: lluvia, yo, mi mujer >Tam
bin, haiku: no una escena, sino ms bien un escenario, en el sentido
fantasmtico > el cuerpo est presente sin que el enunciado tenga
que decir yo, pues siempre se trata de mi cuerpo.
(36) Siesta
La mano deja
De mover el abanico
(Taigi, Coyaud)
El S^rdel deseo (la relacin del objeto con el yo): tan particular que
suele ser una paradoja >Trabajo de la forma: descubrir y decir esa
paradoja. Aqu, el demasiado bajo que me vuelve loco de deseo 4 (esto
se ve claramente porque hay, o ha habido, una moda del chal dema
siado bajo) > Entonces, la marca del Yo (de la enunciacin) = De
masiado >Haiku apto para sealar la especificidad del deseo, el
acuerdo individual, uno entre mil, del objeto y su Yo Todo lo con
trario: las descripciones clsicas, las de Sade, por ejemplo, que no di
cen para nada lo especial del deseo.
Finalmente, siempre nuestra prueba de conmutacin: los poemas
sin enunciacin no pertenecen al haiku. Este de Apollinaire, cuyos
materiales son casi materiales de haiku:
4 Ante los fotogramas de Eisenstein (Le troisime sens, Cahiers du cinma, 1970;
hay trad.: El tercer sentido, Lo obvio y lo obtuso, Barcelona, Paids, 1986), Barthes
planteaba la nocin de sentido obtuso (lo que aporta cierta em ocin ) miran
do la fotografa de una mujer con el peinado muy bajo. Para describir entonces lo
que lo afecta (lo que lo seala), Barthes no encuentra otra cosa que el haiku, a la
vez enftico y elptico, gesto anafrico sin contenido significativo {O C 3, p. 501).
ni
La anmona y la ancolia
Han creado en el jardn
Donde duerme la melancolic
4) La discren
112
nalidad; paradoja constitutiva, ya sealada: oposicin de la individua
cin y de lo individual; ahora bien, el amor vuelve compacto lo indi
vidual y forcluye la individuacin (la asuncin del Momento); salvo
en sus mrgenes y sus excesos msticos (pues, al mismo tiempo, su
dolor est presente, se lo deja entrever) > En el haiku no hay impe
Schehad rativo; esto, que es muy bello, sera imposible en el haiku: Balbucea
besndome, con labios entrecerrados (Ronsard ) ; 7 ni erotismo, ni
llamado al otro >Aun la mencin de un T estara de ms en el hai
ku. Este (de Milosz) 8 es casi un haiku:
T, triste.
Triste ruido de la lluvia
Sobre la lluvia
Es admirable que la nica vez que se habla del Fuji, sea para decir
oculto, sustrado: eso es la escritura; quizs una fuerza terrible, impe
riosa, valiente, de de-cepn.
Ideologa 3) Hay, si no abolicin (pues quiz sea imposible), al menos sus
pensin, extenuacin de lo Ideolgico: sin duda, sobre todo por la for
ma breve, pero no nicamente: la Mxima es pesadamente ideolgi
ca. Veo, siento, oigo, en
9 Vase p. 109.
10 Aujourdhui ou les Corens, de Michel Vinaver (1956), cuenta la historia de un sol
dado francs herido durante una patrulla en Corea dei Norte y que, recogido por
campesinos coreanos, se queda con ellos. Barthes, entusiasmado por la escritura de
Vinaver, redact varios textos sobre la pieza durante su creacin por Roger Planchn,
sobre todo en la revista Thtrepopulaire. Aujourdhui ou les Corens plantea un proble
ma ideolgico nuevo, el de un asentimiento del mundo, postulado fuera de las coar
tadas y de las mistificaciones humanistas (abril de 1956); vase Roland Barthes, No
tes sur Aujourdhui y Aujourdhui ou les Corens (OC 1, pp. 646-649 y 666-667).
11 Maurice Blanchot, Labsence de livre, L Entretien injini, Pars, Gallimard, 1969,
p. 447.
pliegue menudo, una rasgadura insignificante sobre una gran super
ficie vaca (= satori = constatacin opaca de lo real). Pienso en este
aplogo: Bodhidharma (el introductor ms o menos mtico del Zen
en China, hacia 520) se habra retirado a un monasterio y habra pa
sado all nueve aos en una celda, mirando la pared (en chino, Pi-
kuan ): excluir del pensamiento todo querer-asir; el haiku: un rasgu
~de eu- o ligero sobre el muro del querer-asir. Sin embargo, hay como un
ba aqu pliegue sensual, asentimiento feliz con destellos de real, con infle
ralor, ni xiones afectivas: es la Discrecin El haikista, el Hombre del haiku:
descom- un budista imperfecto, laxista, quizs artero: cruzado con Tao.
' (qui-
itimien-
urdhui
verdad
aar la
un vir-
o hue-
, el si-
men-
ue lo
:o de
a, al-
>n el
e un
n sol-
> por
"a de
hon,
Dble-
:oar-
No-
969,
115
L
Sesin del 17 de febrero de 1979
Agrupo aqu algunas reflexiones sobre: cmo el decir del haiku pro
duce un efecto de real?2 Cul es la especialidad de este efecto? (En
tiendo por efecto de real el desvanecimiento del lenguaje en be
neficio de una certeza de realidad: el lenguaje se da vuelta, huye y
desaparece, dejando al desnudo lo que dice. En cierto sentido, efec
to de real = legibilidad Cul es la legibilidad del haiku?)
La fotografa
117
1) Mundo: pleno, saturado de fotos, en todos los niveles del co
nocimiento, de la vida social (pblica y privada); objeto mltiple, he-
terclito ( cf el lenguaje que enloquece a Saussure)5 Y sin embar
go: no hay Teora de la Fotografa, no hay Asuncin al cielo de la
gran cultura (Cine, Pintura).
2) No es considerado como un Arte (^ sptimo arte) y, sin em
bargo, hay fotos artsticas que son, por otra parte, una negacin
del arte y de la Foto.
3) Tanto para la fotografa como para el cine, parece que no he
mos definido an la especificidad de la imagen fotogrfica, el efecto que
posee propiamente (con respecto a otras artes). No podemos formu
lar su nema: el tipo especfico de apariencia, de ser afectado por
el alcance notico, de intencionalidad; este vocabulario fenomeno-
lgico puede justificarse por el hecho de que, para la fenomenologa,
la visin es la instancia decisiva de conocimiento. Por ejemplo (hi
ptesis rpidas de investigacin):
a) No puede ser la estructura (perceptiva) de la Imagen. Los
pintores son los inventores de la foto (no tcnicamente, desde lue
go, sino fenomenolgicamente): la camera oscura reproduce la geo
metra y la perspectiva del Renacimiento.
b) No puede ser la reproducibilidad (pertinencia frente a la pin
tura): el texto es reproducible: 1) materialmente, desde la impren
ta; 2) fenomenolgicamente, a travs de cada lectura.
c) No puede ser el punto de vista: posibilidades muy ricas de la
cmara, sin duda, a este respecto; pero hay travellings perfectos en
Flaubert; cf cmara subjetiva, Pascal Bonitzer.6
Mi hiptesis (desde hace tiempo, pero nunca explotada a fondo: lo
que propongo hacer en un trabsyo futuro y prximo) = el nema de
la foto debe buscarse en el esto ha sido.7 Si este nema es acertado,
119
haiku da la impresin (no la certeza: urdoxa, nema de la fotografa)
de que lo que enuncia tuvo lugar, absolutamente:
(44) Elgatito
Olisquea
A l caracol
(Saimaro, Coyaud)
12 Aunque las palabras de La cmara lcida (libro redactado por Barthes algunas
semanas despus de La preparacin de la novela 1 ) se apoyan en una coleccin de
fotografa escogidas en diferentes obras y revistas, especialmente Photo (nos 124 y 138),
el anlisis de Barthes est particularmente vinculado con las fotografas de su madre
de nia, a las cuales probablemente se refiera aqu.
13 Semelfactivo: lo que tuvo lugar una vez, de semel, adverbio, una vez, la primera
vez, primero.
14 Remite a la definicin del signo dada por mile Benveniste: tomado en s
mismo, el signo es pura identidad consigo mismo, pura alteridad con toda otra base
significante de la lengua, material necesario para la enunciacin. Existe cuando es
reconocido por el conjunto de los miembros de la comunidad cientfica (mile
Benveniste, Problemes de linguistique genrale, 2, La com m unication [1969], Pars,
Gallimard, col. Bibliothque des ides, 1966; col. Tel, 1974, p. 64).
rafia)
Mismo efecto: es reconocido por haber tenido lugar a menudo, pe
ro al mismo tiempo en la Gloria del Tuvo lugar una vez, tal (re
cuerdo: Gloria = manifestacin del ser). Se percibe el estar ah de
esa lluvia, la ausencia de sentido, de interpretabilidad >Haiku: signo
que no tiene sentido. Mismo efecto en (no transcripto en el corpus):
Durmiendo en el techo
f. su-
Un gato perdido
l Es
Bajo la lluvia de primavera
con
dida (Taigi, Coyaud)
* co~
y su Esto, quiz conectado, sin que yo sepa muy bien por qu, no con mi
es la inconsciente (no me corresponde decirlo), sino con una especie de
subconsciente, regin no de lo Reprimido, sino de lo olvidado: re
gin proustiana.
Todos estos efectos de realidad pueden ser los de la foto. La dife
rencia (quiz noemtica) entre la Foto y el haiku = la foto est obli
gada a decir todo: del barquero (43) debera decir la vestimenta, la
edad, la suciedad; del gatito, el color. Provoca derivas de sentido &
haiku: efecto abstracto y, sin embargo, vivo (dejamos aqu, quiz, el
ieto Nema de la Foto para volver al Nema del Texto).
:pe- Sin embargo, la proximidad entre la foto y el haiku es grande. Por
. de- cierto, la foto es plena, est saturada de detalles inevitables, y no el
3C- haiku; pero tanto en una como en otro, todo est dado enseguida >el
Lra: haiku no puede desarrollarse (aumentarse), la foto tampoco (sin jue
go de palabras, puesto que uno dveloppe [desarrolla] las fotos*); tam
poco podemos agregar nada a una foto, no podemos continuarla: la
mirada puede insistir, repetirse, recomenzar, pero no puede trabajar
(salvo casos lmite: por ejemplo, aquellos en los cuales se parte de
una foto para fabular, soar, interiorizar ^ pintura, donde la mirada
trabaja directamente sobre la imagen, y no en el sueo) >Haiku y Foto
son autoridades puras, que no tienen que autorizarse a nada, ms que
ias a lo siguiente: esto ha sido >Quizs este poder provenga de la forma
de
breve; hiptesis: considerar la foto como una forma breve (^ cine: for
8 ),
Ir ma rica, retrica; da ganas de elipsis, d litotes).
El Esto ha sido de la fotografa y del haiku puede ser interrogado
xa bajo otra pertinencia: la de la categora temporal a la que pertene
cen >Digo categora temporal y no tiempo, pues no se trata de
s
se
marcas morfolgicas: una forma en presente puede remitir a un pa
es sado efectivo (presente histrico).
le
s,
* Juego de palabras intraducibie. En francs, la palabra para referir el revelado de
las fotografas es dvelopper, desarrollar.
121
Recordar, siguiendo a Benveniste (Problemes de linguistique genrale, I,
239-240), que la expresin temporal del pasado en general = 1) aoris
to (pretrito indefinido: le); 2) perfecto (pretrito perfecto: he ledo)]
3) imperfecto; 4) pluscuamperfecto Diferencia entre el aoristo y el per
fecto = la del relato histrico y el discurso. Aoristo: el acontecimiento
fuera de la persona de un narrador = forma tpica de la historia (de
saparecido de la lengua hablada en francs) * Perfecto: establece un
vnculo vivo entre el acontecimiento pasado y el presente en el que
se produce su evocacin = tiempo del que relata los hechos como
testigo, como participante; tiempo elegido por todo aquel que quie
ra hacer repercutir hasta nosotros el acontecimiento referido y rela
cionarlo con nuestro presente > Perfecto en primera persona =
tiempo autobiogrfico por excelencia > Perfecto: la referencia es el
momento de enunciacin ^ Aoristo: la referencia es el momento del
acontecimiento.
Dnde se ubica el Esto ha sido del haiku? Aunque a menudo es
t escrito en presente (el barquero mastica su pipa), se escribe (en
las traducciones) sin verbo: luna deslumbrante, dos o tres nubes;
evidentemente, esto remite al pasado: no al aoristo (fu e), sino des
de luego al perfecto, tiempo de la evocacin, del lazo afectivo entre lo
que ha tenido lugar y el que soy al rememorar (naturalmente, en las
traducciones, no quedan excluidos los efectos estilsticos por recur
so al indefinido); ver (33) El tiempo del haiku = el perfecto (re
cordar: lo he invitado = habet invitatum).
" Y la fotografa? No lo s; para analizar ms tarde. Por cierto, en
gran parte en perfecto, pero quiz, fotos en aoristo (por ejemplo, las
vignetas del Larousse).
LA DIVISIN DE LO REAL
arale, I,
l) aoris- (47) Jueg de moscas
e ledo);
Sobre el bastn de tinta. Primavera
i el per-
Rayos de sol
niento (Meisetsu, Coyaud)
ia (de-
~ce un Es evidente que el mundo (lo Notable, Notandum) puede ser dividi
el que do hasta el infinito (los fsicos lo hacen), al menos, sin otro finito
como que el de las palabras; y aun: combinando las palabras (produccin
?quie- sintagmtica), puedo descender ms ac de la mosca Se sigue de
y rela- ello que la detencin en la notacin tiene algo de arbitrario >el len
ona = guaje impone su ley a la Naturaleza >Haiku, en su fineza extrema =
i es el en cierto momento, he puesto, he depuesto al lenguaje.
to del En qu momento del descenso (en lo ntimamente sutil) he deci
dido deponer al lengusye? (O: por qu anotar esto en lugar de aque
do es- llo?) Quiz la decisin (en la lectura, el pequeo satori) provenga de
e (en que la mtrica se encuentra con determinado fragmento de la reali
bes; dad, la anuda, la detiene; momento en que lo real es planteado por
>des- un 5-7-5? El 5-7-5 permite decirlo con certeza?15
re lo Tal podra ser la definicin de la Poesa: sera, en suma, el lengua
n las je de lo Real, en el sentido en que no se divide o no se interesa en di
cur- vidirse ms >Paradoja? Recordar el mito de Vico (luego, romnti
(re- co) de la anterioridad de lo Potico, de la naturalidad de lo Potico.16
Me parece que fue dicho por Claudel: el levantamiento mtri
>, en co, el satori de una forma descubierta que crea lo real deteniendo
>, las su recorte, o si se prefiere: la frmula. Claudel dice: la tecla maes-
Painter, I, 21 tra, el atrio luminoso <...> que comanda a su alrededor el con
cierto de los valores, las lneas, los volmenes, ese destello semi
nal que convulsiona toda la concepcin del ser vivo > Slo el
poeta tiene el secreto de ese instante sagrado en que la puntada
esencial <admirable definicin del haiku> viene de pronto a intro-
ina
15 En el oral, Barthes formular de otro m odo estas dos interrogaciones, dicien
do: Es el m om ento en que lo real es planteado por un 5-7-5. La mtrica es el opera
dor que detiene el descenso en lo real.
16 Vase Giambattista Vico, Scienza Nuova, op. cit., y especialm ente, el Libro
Segundo: De la sabidura potica. Para Vico, la ciencia potica ha fundado el
gnero hum ano, la historia de las ideas toma su fuente en una disposicin natural
de los hom bres a interpretar el m undo y a construir sentido a partir de su imagi
nacin. Vase tambin la obra consultada por Barthes y que figura en el inventario de
su biblioteca: Jules Chaix-Ruy, L a Formation de la pense philosophique chez Vico, Pars,
PUF, s/d: Vico [...] hace del conocim iento imaginativo o sabidura potica la forma
primera de todo conocim iento; por esta razn, lo considera ms profundo y ms
creador que el conocim iento cientfico o intelectivo (p. 68).
123
ducir, a travs de un mundo en nosotros suspendido de recuerdos,
de intenciones y de pensamiento, la solicitacin de una forma.17
LA CO-PRESENCIA
125
tual de la cada y del canto: valor aspectual, no temporal: sensacin
de sorpresa.)
Finalmente, una co-presencia menos rigurosa, pues yuxtapone un
estado y un proceso:
(51) Convalecenda
Mis ojos se cansaron
Contemplando las rosas
CLIC
sicolgi-
s persa Comparacin del haiku y del sacudimiento mental (satori) Se
tal, ms podra decir tambin: un (buen) haiku produce un clic >desenca
dena, como nico comentario posible: Es eso! > Quiero decir al
gunas palabras sobre ese Es eso (clic) del haiku, pues se opone a las
actitudes occidentales y, por ende, hace reflexionar sobre lo que, pa
ra nosotros, es otro:
El clic est provocado en nosotros por cualquier haiku logrado.
Pero el haiku suele representar l mismo el clic, el es esa aparicin brus
ca del referente en el paseo (de la vida) y de la palabra en la frase.
127
> Error inveterado: la forma breve, el detalle no puede ser sino
metafrico: siempre hay un significado para las formas! Especie
Zola, CEuxrres de pulsin occidental de hipertrofiare 1 detalle (Zola: Yo amplo, es
completes, cierto <...> Tengo la hipertrofia del detalle verdadero, el salto a las
1928, 636-37, estrellas sobre el trampoln de la observacin exacta. La verdad su-
correspon- be aleteando hasta el smbolo),2 declaracin que es tpicamente
dencia contra-haikista. En el haiku no hay instancia de verdad; el haiku no
se ampla, tiene un tamao exacto (se podra hablar de homometra);
no salta al smbolo, no es un trampoln, y las estrellas estn demasia
do lejos!
He querido, sobre este tema, citar un haiku que parece desmen
tir absolutamente lo que digo:
(54) Y qu es mi vida
Nada ms que el rosal f til
Que crece en la paja de una choza
(Basho, Yamata)
(55) Qu admirable
El que no piensa la vida es efmera
Cuando ve un relmpago
(Basho)
2 Extrado de una clebre carta de mile Zola a Henri Card, 22 de marzo de 1885,
a propsito de Germinal
128
de ser sino
Absolutamente, traduccin audaz pero notable, pues remite indistinta
Especie
amplo, es mente: a) al referente: nada con una energa sin par; b) al haiku mis
I salto a las mo: ninguna relacin interpretativa: no hay nada que decir. Absolu
verdad su- tamente sera la palabra del haiku.
picamente
1haiku no (57) En la tinaja con agua flota
mometra); Una hormiga
i demasia- Sin sombra
(Seishi, Coyaud)
- desmen-
dem. Sin sombra - absolutamente. La interpretacin sera como una
sombra proyectada sobre la figura, el dibujo: la sombra que sigue
al acontecimiento (pero no olvidemos que hay toda una pintura
sin sombra).
129
(hemos visto, mediante una cita de Michelet,6 que Tal es la palabra
que designa bien el espritu del haiku), o Precisamente as >Evi
dentemente, lo contrario del realismo, que es, bajo la cubierta de
exactitud, donacin violenta de sentido.
El Wu-shi: una manera de .desbaratar las ganas de interpretar, es
decir, de disertar seriamente sobre el sentido de las cosas. Ejem
plo: un monje le pide un da a Feng Hsueh: Cuando la palabra y el
silencio son, una y otro, inadmisibles, cmo evitar caer en el error?
El maestro respondi con dos versos:
6 Vase p. 83.
Alan W. Watts, Le Bouddhisme zen, op. cit,, p. 202.
5la palabra gunda letra: una sabidura. Se puede decir tambin que el Wu-shi
as >Evi- -la superacin (o la forclusin) de la metfora, la captacin de la na
ubierta de turalidad de la cosa- es el ascenso a la Diferencia: captacin de todas
las cosas en aquello en que cada una difiere de la otra. Y aqu volve-
Xpretar, es Kikou mos a encontrar a Basho, el haikista, pero no s si es un haiku o una
as. Ejem-
Yamata, 100 observacin: Por ms que mires todas las cosas, nada es parecido a
alabra y el la luna creciente; la verdad est en la diferencia, no en la reduc
el error? cin. No puede haber verdad general: eso es lo que dice el haiku, hai
ku tras haiku.
131
Dialctica: la exactitud, la justeza, el Es eso son alcanzados; pero,
por eso mismo, el lmite del lenguaje: el haiku va a caer (se detiene
al caer), o est cayendo (recordemos el Utsuroi) en la nada del decir:
el nada que decir* El destino del E s eso es E s no ms que eso, no hay
ms que eso".
Veamos:
(59) En el ro invernal
Arrancado y luego arrojado all
Un nabo rojo
(Buson, Munier)
1) El concetto
133
Muy bello: la azalea blanca, vinculada metonmicamente con el ere-
mitismo. Pero un rasgo me parece sospechoso (aun cuando se trate
de un agregado de la traduccin): indiferente a la indiferencia; es
.una agudeza, un concetto.
Para mi gusto: el haiku no debe comportar una agudeza >Dos
formas breves (al menos) se oponen al haiku:
a) el epigrama funciona a partir de una agresividad: maldad, au
sencia de generosidad puesta en forma : es la saeta (instrumento agre
sivo); Marcial (I, x x x ii i ):
(64) Murcilago
Oculto vives
Bajo tu paraguas roto
(Buson, Coyaud)
13 Barthes traduce durante el curso: Je ne taime pas, Sabidius, m aisje n epeu xpas
direpourquoi / jepeux seulement dire :Je ne taime pas [No te amo, Sabidius, pero no pue
do decir por qu / slo puedo decir: No te am o].
14 Barthes evoca aqu, sin nombrarlo, a un comentador de Michelet que se refiri,
con tino, a su entender, al estilo vertical del historiador.
134
T
135
(66) Me acuerdo
La anciana qued llorando
Con la luna por compaera
(Basho, Coyaud)
Antao viva un hijo muy piadoso. En esos tiempos, los viejos eran conside
rados personas molestas. Se los transportaba sobre la espalda de un hombre
hasta la montaa, y se los abandonaba a su suerte.
El padre de nuestro hijo piadoso tiene sesenta aos: hay que desembarazar
se de l El hijo lo carga en su espalda, y camina, camina, zunzun, a gran
des pasos hada elfondo de la montaa. Pero entonces el padre se preocupa por
el hijo: no ir a perderse al volver f Se le ocurre la idea de romper algunas ra
mas, pakipaki, y de clavarlas a lo largo del camino.
Llegado al fondo de la montaa, el hijo dispone un techo de hojas que pro
teger a su padre de la lluvia, despus de lo cual le dice:
-Pap, aqu te abandono.
El padre dice:
-Para evitar que te perdieras, he marcado tu camino con ramas cortadas.
El hijo estalla entonces en sollozos, sucumbiendo de piedad por su padre.
Lo carga nuevamente en su espalda y vuelve con l a la casa. Temiendo que
las autoridades descubran lo que ha ocurrido, oculta al viejo en un agujero
detrs de la casucha, adonde le lleva de comer.
Un buen da, el seor del lugar le plantea un enigma a su pueblo:
Triganme una cuerda de cenizas.
Pero los aldeanos ms astutos son incapaces de resolver el problema. En su
agujero, el padre le dice a su hijo piadoso:
-Trenza una cuerda slida, pona en una bandeja y qumala.
El hijo sigue al pie de la letra esas prescripdones y obtiene una bella cuer
da de cenizas que va a ofrecer al prndpe , lo que le vale todos los elogios.
Un tiempo despus, el prndpe lo hace venir y le presenta un tronco de r
bol cortado: la madera es negra, el tronco perfectamente dlndrico; imposible
adivinar de qu lado se encontraba la raz. El prndpe se lo pregunta. Y el hi
jo vuelve a interrogar a su padre en el agujero.
-Sumerge el tronco en el agua: el lado que emerge no es el correcto; el otro,
el que se queda bajo el agua, es el lado de la raz.
El hijo sigue los consejos del padre y vuelve a cosechar elogios.
Esta vez, el prndpe le pide que lefabrique un tambor que suene sin que se
lo bata. El hijo vuelve una vez ms a ver a su padre, quien le dice:
-Eso no tiene nada de difcil! Ve al bosque y encuentra un nido de abejas.
Su mujer, durante ese tiempo, va a la curtiembre a comprar una piel. El
hijo tiende la piel y pone las abejas en el tambor, y este zumba solo: born, b o
ron. Se lo lleva al prncipe, quien se extasa:
-H as resuelto los tres enigmas, eres verdaderamente astuto ,
Entonces, el hijo replica:
-Escucha: no soy yo quien ha encontrado la clave de los problemas, es mi
padre, que vive oculto en un agujero. Es necesario que lo sepas: los viejos es
s tn llenos de sabidura.
-Ah, por cierto! -exclama el prncipe-. Los viejos saben hermosas cosas.
onside- Y bien, de ahora en adelante ya no se los abandonar en la montaa. Ja mi
hombre Shakkiri, termin}*
;trazar-
i gran-
'ftapor
as ra-
ue pro-
tadas.
tfadre.
lo que
pajero
En su
cuer-
le r-
)sible
el hi-
otro,
137
Sesin del 3 de marzo de 1979
Cubierto de lgrimas
Sentado relata
Su madre lo escucha2
(Hasuo, Coyaud)
Elipsis
Catlisis3
139
Ubicando la Narracin como (ltimo) lmite del haiku, he queri
do indicar la extrema proximidad entre una y otro a travs de la ca
tegora del / ndente (ya volver ms adelante); pero tambin la im
posibilidad de naturaleza que hay, al parecer, para continuar el haiku
como historia: es como si hubiera entre ellos un muro invisible e in
franqueable, o, tambin, como si sus aguas no pudieran mezclarse.
a) Ejemplo (personal) Quiero contar una velada: en principio,
material anecdtico: gente nueva, extica, conversaciones, ritos, etc.
Pero si me pongo en posicin de contar, esto se llena de cosas ne
cesarias que decir (para la lgica de la narracin), pero que me abu
rre a m mismo contar. En realidad, de la velada, no he podido re
tener ms que dos anotaciones: la falda amarilla de la duea de casa
(kaftan) y el adormecimiento cansado de los ojos, de los prpados,
del dueo de casa, especies de haikus realistas que agotan el decir y
no se comunican con el discurso narrativo (al menos, en mi prcti
ca) , porque: infuncionales.
b) Inversamente, puedo encontrar en una historia algo que va a
saltar, como una pelcula, una viruta, que tendr todo el espritu del
haiku, pero en realidad no se mezclar con la historia: un clic que se
lleva todas las particularidades del haiku que he intentado enumerar:
El viento era blando, las estrellas brillaban, la enorme carreta de heno oscila
ba delante de ellos, y los cuatro caballos, arrastrando sus pasos, levantaban
polvo. Luego, sin orden alguno, giraron a la derecha. La bes otra vez. Y ella
desapareci en la sombra.4
cierto
D ivisin
N otable
7 Barthes se basa con frecuencia en esta figura, vase entre otros A ll exceptyau (so
bre Sal Steinberg): Todo Nicols de Stal sale de algunos centmetros cuadrados de
Czanne, suponiendo que se los amplificara: el sentido depende del nivel de la percep
cin ( OC 4, p. 968; para otros contextos, vanse tambin pp. 230 y 395).
8 Valry, tudes littraires, Variets, en CEuvres, Pars, Gallimard, col. Bibliothe
que de la Pliade, 1957,1.1, p. 772.
9 Charles Baudelaire, Les Paradis artificiis, Pars, Garnier-Flammarion, 1966, p. 48
[Los parasos artificiales, Mxico, Aguilar, 1961].
144
mal ate- Novela. Pero nosotros, este ao al menos, nos quedamos en la Nota
cin aislada, forma breve cuya forma ejemplar es el haiku >De qu
orden puede ser la unidad de la Notacin? Dicho de otro modo: cu
les son las justificaciones posibles de lo Notable (Notandum )?
se pue-
[ue des-
) tenue
eces, es
iivisin
poder
la eos-
ene de
djica-
t expe
l i , no
ers, el
;nder
npliar
lacin
es las
badas
as. Se
hora,
ra vi
te de
st la
m (so-
ios de
percep-
iothe-
p. 48
145
Sesin del 10 marzo de 1979
1 Guy de Maupassant, Pierre et Jean , Pars, Gallimard, col. Folio, 1982, p. 70.
2 Semel vel multum : una sola vez o muchas veces.
3 Cioran, La Tentation d exister, Pars, Gallimard, col. Les Essais, 1956, p. 117 [La
tentacin de existir, Madrid, Taurus, 1981].
147
te, este notable (estructural) es relativo a la situacin del sujeto: su
identidad, su alteridad >Medina de Marrakesh: en un palco negro
de carbn, una especie de buda mugriento desplomado sobre un
montculo >Anoto: pero por ello, connoto mi situacin de extran
jero >Categora de lo pintoresco: no tiene lugar ms que una vez pa
ra m (Semen), pero est en el horizonte de una banalidad (para
otros), que percibo muy bien = friccin de los dos discursos.
3) Esttico. A continuacin, un incidente (una nota): 1 de julio de
1978. Espero el 89 delante del Senado: dos mujeres y un nio a la ras
tra; una est vestida con una especie de camisa blanca suelta. Camina
con exceso, balancendose. Ahora bien, para que a mis ojos el inci
dente sea notable, debe de alguna manera pasar por un desvo; es ne
cesario que constate que, para convertir ese exceso en procedimiento,
debera decir: si un hombre caminara como ella, se dira: parece una
mujer! Notable esttico, puesto que implica el principio de que, para
decir la verdad (de un gesto), hay que intentar expresar su efecto: es en
el exceso donde un gesto revela su esencia. Cf. Baudelaire: La verdad
enftica del gesto en las grandes circunstancias de la vida.4
4) Simblico. Determinacin que se encuentra en las antpodas de
lo Funcional-Semntico (que remite a un significado). Notable: lo
que puede ser percibido como un signo (el significado queda en la
sombra). Citar solamente esta ancdota relativa a Kafka:
Gustavjanouch, Conversations avec Kafka, traducido del alemn por Bernard Lor-
tholary, Pars, Maurice Nadeau, 1978, p. 153. Esta cita, copiada en una ficha titulada
Notable, fue extrada del fichero y pegada por Barthes en la continuidad del ma-
1 nuscrito. H em os restablecido algunos grupos de palabras inconclusas.
vida 6 Paul Valry ense en el Collge de France de 1937 (leccin inaugural el 10 de
, en diciembre) a 1945. Barthes ha dicho con frecuencia que haba tenido la ocasin de
itar asistir a algunos de sus cursos. Vase Paul Valry, Introduction la Potique (Pars, NRF-
Gallimard, 1938), que rene el texto programtico de febrero de 1937, titulado De
ide-
lenseignem ent de la Potique au Collge de France y la leccin inaugural del Cur
las- so de Potica. Barthes ha dicho tambin de s mismo: Tengo una enfermedad: veo
el lenguaje, Barthes por Barthes, op. cit., p. 173 (OC 4, p. 735).
149
caracteriza tambin el texto moderno (Paradis)7 >el Resumen: muy
buen test de integracin (social).
Naturalmente, ms all de la Notacin: todo un dossier sobre la for
ma breve (he pensado en l como tema para un curso). A ttulo pre
paratorio, habra que constituir el dossier sobre dos ejes.
1) Un relevamiento de las formas breves. En literatura: mximas,
epigramas, poemas cortos, fragmentos, notas de diario ntimo, y qui
z, sobre todo en msica: Variaciones, Bagatelas (Beethoven, al final
de su vida, rechazadas por los editores), Intermezzi, Novelettes, Fan-
tasiestcke (Schumann, especialmente, 1849, p. 73, clarinete/piano,
luego violonchelo/piano), todo en relacin con la captura de la in
dividuacin (como el haiku). Pero evidentemente, el msico de la
forma breve = Webern: sus piezas ultrabreves + su dedicatoria a Berg:
Non multa, sed multum , su arte radical del silencio, del tampn de si
lencio (= el Ma, el intervalo). Schnberg, a propsito de las Pequeas
piezas para piano y violn: Toda una novela en un simple suspiro, y
Cage, 31 un crtico, Metzger, habl de la tos irreprimible que invade al pbli
co cada vez que oye un silencio en Webern.8
2) Examen de los valores investidos en la Forma Breve; y, por ende,
de las resistencias: muy pocas Formas breves en la Modernidad, que,
textualmente, es ms bien charlatana (acechada por la idea de que
se le impide hablar) Valoracin de la abundancia verbal, muy an
tigua en Occidente: Cicern (buen representante de la doxa). Tra-
smaco y Gorgias recortaron el discurso en elementos rtmicos de
masiado interrumpidos; Tucdides lo ha acorralado an ms: no hay
suficiente fluidez Iscrates: el primero en darle mayor fluidez a
Sophistes, 134
las frmulas y llenar las frases con ritmos ms llanos.9
Repito: en la perspectiva de una teora de la literatura (siempre
150
en: muy por hacerse) y de la Modernidad, habra que interesarse en todos los
fenmenos cuantitativos d e la discursividad (en todas las artes): lon
e la for- gitud (elongacin), brevedad, atajos, copioso, interminable, tenue, pobre,
x\o pre- n ada (con todas las mitologas correspondientes: desprecio de la
doxa por el escribe pequeas nadas) >Normas de longitud (li
iximas, bros, films) Y tambin los fenmenos de densidad: el Rarus (esca
y qui- so), cf. el Ma: nocin que permitira hablar de la pintura: Twombly,
al final los Orientales.10
es, Fan-
/piano,
le la in-
0 de la 113) La vida en forma de frase*
a Berg:
n de si- Tambin en este caso, como para las Formas breves, un dossier que
1equeas me persigue y que puedo convertir en tema de uno de mis cursos: la
piro, y Frase.12 Limitndome aqu a la Teora de la Notacin, el argumento
1 pbli- que quisiera plantear es el siguiente: el surgimiento de la Notacin
es el surgimiento de una Frase >pulsin, goce de Anotar = pulsin,
r ende, goce de producir una frase.
d, que, Tal sera el objeto de un curso sobre la frase: definir el objeto-frase.
de que Indico aqu a vuelo de pjaro -y con vuelo rpido- las coordenadas
nuy an- de este objeto:
i). Tra a) Entidad a la vez lingstica y esttica (estilstica), que moviliza
eos de a la vez una ciencia del mensaje y una ciencia de la enunciacin.
no hay b) Hasta un nuevo anlisis crtico: la Frase realiza lo Ttico (sujeto
aidez a + predicado). Ttico: necesario y suficiente para que haya oracin. *
Entonces, oracin: objeto lgico, psicolgico (puesto que impli
tempre ca el acceso del infante a una matriz adulta) e ideolgico (la Socie-
10 Vase Barthes, Cy Twombly ou Non multa sed multum , op. cit., as com o Sages-
55-1935),
se de lart, texto redactado para el catlogo de la retrospectiva Cy Twombly organi
ernidad,
zada por Whitney Museum en 1979 (O C 5, pp. 688-702). Barthes desarrolla all la no
rofundo
cin de R aruscomo clave del arte de Twombly [...] La escasez engendra la densidad
us obras,
y la densidad, el enigma; termina los dos textos dedicados al arte de Cy Twombly con
ilizacin
una evocacin del Tao.
multum
11 Esta es la ltima sesin del curso: presionado por el tiempo, Barthes elige elimi
dicarse a
nar algunas hojas ya redactadas. Esto se convertir quizs en el tema de un curso ms
n 1913 a
adelante; no lamentemos su eliminacin hoy, dice a su auditorio.
ra de Cy
>razn a- * La palabra francesa phrase [frase, oracin] ser traducida literalmente como fra
se, salvo en los casos en que remite concretamente a oracin, com o en la referencia a
ferencia
Chomsky infra. [T.]
yur les oi-
12 Estamos librados a la oracin, escriba Barthes en 1973 en El placer del texto ( OC
Barthes 4, p. 250). Sobre los diferentes enfoques del tema por Barthes en el curso de su obra,
remitirse tambin, entre otros, a los siguientes textos: Sade, Fourier, layla, 1971; El
et tmoig-
estilo y su im agen, 1971; Flaubert y la frase, 1972; Barthes por Barthes, 1975; Frag
mentos de un discurso amoroso, 1977; Tant que la langue vivra, 1979.
151
dad practica una normatividad de la forma-oracin: censura las no-
oraciones, las resistencias a la oracin, las defecciones de la oracin;
la competencia que identifica al hombre es la de hacer oraciones:
Chomsky).13
c) La Frase, como objeto, puede ser el lugar de investimientos que
pueden describirse en trminos de metapsicologa: puede haber un
fetichismo de la frase.
d) Este investimiento puede ser tan radical que se puede acceder
a una especie de metafsica de la frase: la frase absoluta (Soberano
Bien): Flaubert es aqu el autor central.
e) No obstante, es posible considerar la frase como un artefacto (cf.
infra, ltima cuestin).
Volvamos a la notacin Los autores latinos: tres operaciones su
H.-J. Martin, cesivas: 1) Notare (tomar notas). 2) Formare (redactar, incluso de un
Revue primer tirn, o solamente un plan muy detallado). 3) Dictare (textos
frangaise siempre destinados a ser ledos en pblico) >En la Notacin (tal co
d histoire du mo la concibo) hay una condensacin de Notare y de Formare, el um
livre, n16, bral positivo de la Notatio es concebir (imaginar, fingir, ficcionalizar)
1977 una frase (bien hecha). (Dictare, convertido en la fase de correccin:
objetivar bajo forma de pasaje a la dactilografa.)
Nocin de Cuaderno (por ejemplo, los Cuadernos del Novelista vir
tual) : quiere decir solamente: lo importante no es tanto el ojo (ya ci
t la cmara-lapicera, pero la metfora es errnea), sino su pluma: la
pluma-papel (la mano) Cuaderno = observacin-frase: lo que na
ce de un solo movimiento como Visto y Fraseado.
Aqu, todo un problema filosfico: el sujeto humano se determi
na solamente como hablante (epistemologa moderna), apto para
el habla: quiere decir que no puede sino hablar, que habla todo el
tiempo; vivir es hablar (exteriormente, interiormente). En el nivel
del inconsciente, es irrisorio oponer vida y lenguaje: hablo, luego soy
(alguien habla, luego soy) Pero en la masa de los tipos humanos,
por educacin, sensibilidad (clase social tambin), algunos han reci
bido la impronta de la literatura, orden de las Frases > En este nivel, vi
vir, en el sentido ms activo, ms espontneo, ms sincero, y dira el
f ms salvaje, es recibir las formas de la vida de las frases que nos pree-
xisten, de la Frase absoluta que est en nosotros y nos hace >Distin
guir: hablar como un libro vivir en tanto libro, en tanto Texto.
18 Noam Chomsky (nacido en 1928), lingista americano cuyos trabajos han ela
borado una teora de la estructura lingstica fundada en un universalismo de las for
mas de la lengua: todo individuo posee de manera innata una competencia lingsti
ca general puesta en prctica por una perform ance lingstica singular. Vanse
Estructuras sintcticas (1957), y tambin Aspectos de la teora de la sintaxis (1965).
152
ra las no- Habra entonces que estudiar (y sera vasto, pues no se limitara
oracin; para nada a la buena literatura) lo que podra llamarse el Imagina
aciones: rio literario o textual: no se trata de imaginacin (fabular aventuras
a la manera de los nios, tema de la Novela familiar), sino de forma
ntos que cin de Imgenes del Yo a travs de la mediacin de Frases > Rela
laber un cin entre el Fantasma y la Frase: por ejemplo, todo el problema del
texto ertico (o pornogrfico), las Frases del fantasma ertico (de la
acceder prctica fantasmada): Sade y las oraciones, las subordinadas.
)berano >El prototipo del Personaje cuya vida, en el sentido ms ardien
te, ms devastador, est formado, moldeado (teleguiado) por la Frase
facto (cf. (literaria): Madame Bovary; sus amores, sus disgustos, provienen de
frases (ver el pasaje sobre sus lecturas en el convento y siguientes), y
Dnes su- muere por la Frase (todo este sector podra llamarse el de la Fraseo-
d de un loga , no en el sentido oratorio del trmino: ms bien el pequeo cor-
(textos pus de oraciones bien hechas que hay al final de una entrada de dic
(tal co- cionario).
: el um- Muchos -si no todos- somos Bovary: la Frase nos conduce como
lalizar) un fantasma (y a menudo un seuelo). Por ejemplo, puedo decidir
accin: un tipo de vacaciones segn una frase: Durante quince das, en la
calma de una playa marroqu, alimentarme de pescado, de tomates
ista vir- y de frutas. Es un Club Mediterrane, salvo el programa culinario,
(ya ci- que es precisamente literario (epicurismo); como seuelo, la Frase pue
ima: la de abolir, escotomizar todo el resto: el tiempo, el tedio, la tristeza de
ue na- las chozas, la vulgaridad de la gente, etc. De todos modos, comprar
mi pasaje Podra decirse: como productor de frases, el escritor es
termi- maestro del error; pero est inmunizado; es consciente del seuelo;
>opara est inspirado pero no alucinado: no confunde lo real con la imagen,
)do el el lector lo hace por l. Proust habra podido estar alucinado por
' nivel las frases de Ruskin sobre Venecia, las catedrales, pero dijo esa aluci
jo soy nacin: Ruskin solamente la inspir Sin embargo, al mismo tiem
lanos, po, incluso por el seuelo, la Frase literaria es iniciadora: conduce, en
i reci sea, primero el Deseo (el Deseo se aprende: sin libro, no hay Deseo)
al, vi- y luego el Matiz.
ra el Este dossier que proyecto sobre la Frase -la Frase absoluta, depsi
pree- to de la literatura- no estara, no estar completo sin plantear la cues
istin- tin de su futuro. Pues quiz la Frase no sea eterna. Ya hay signos de
erosin: a) en el oral: prdidas de construcciones, enarenados, enca
balgamientos, descentramiento de las subordinadas >Para describir
el francs hablado sera necesario un nuevo artificio; b) en la textua-
n ela- lidad: textos poticos, de vanguardia, etc.: destruccin de lo ttico
as for- (de la conciencia centrada), de las leyes del lenguaje > Flaubert,
rsti-
artista y metafsico de la Frase absoluta, saba que su arte era mortal:
Escribo <...> no para el lector de hoy, sino para todos los lectores
153
que puedan presentarse, mientras viva la lengua.14 Me gustan estas
palabras, pues son modestas (los lectores que puedan presentarse)
y realistas, si no pesimistas: la lengua no ser eterna, y la lengua, pa
ra Flaubert, no es el estilo (como suele creerse: Flaubert no es un
terico del estilo bello), sino la Frase > El porvenir de Flaubert
no est amenazado en razn de su carcter histrico, superado, de
los contenidos que describi, sino por el hecho de haber ligado su
suerte (y la de la literatura) a la Frase.15
El porvenir de la Frase: un problema de sociedad del cual no se
ocupa ninguna prospectiva.16
4) La quididad, la verdad
1) J oyce : la q u id id a d
155
d) Qufue de estas Epifanas? Hay una compilacin: editada por A.
O. Silverman, Universidad de Buffalo, 1956; pero no se sabe si la
compilacin fue realizada por el propio Joyce, debido al pensamien-
to explcito de Joyce sobre estas Epifanas: en 1904, Joyce renuncia a
utilizar estos fragmentos tal cual estn, y decide incluirlos en una no
vela, Stephen el Hroe,; se trata de agenciar estos espasmos aislados de
psicologa <espasmo: la palabra produce un clic: Haiku, Satori, Inci-
dente> en una cadena organizada de momentos, donde el alma nace. ..
y, en lugar de ser el autor de obras cortas, l <Joyce, hablndole a
Davin> deba verterlas sin perder nada en obras de largo aliento.21
Aqu: formulacin exacta del problema planteado en todo este cur
so y el siguiente.
" Esta experiencia joyceana de las Epifanas me importa mucho,
se adeca perfectamente a mi indagacin personal de una forma
anloga, que llamo el Incidente, forma experimentada por briznas
en El placer del texto, el Barthes por Barthes, los Fragmentos de un dis
curso amoroso, un texto indito (Au Maroc) y en las crnicas de Le
Nouvel Observateur.;22 es decir que giro en torno de ella por intermi
tencias pero con insistencia; y entonces experimento sus dificulta
des y sus encantos.
Afinidad con el haiku, aun cuando, evidentemente, no es la mis
ma filosofa, o ms bien la misma religin (una, pagana, la otra
teolgica) Como es obvio, me ocup extensamente del haiku s
lo en su relacin con el Incidente (aparecer, caer sobr).
La misma problemtica del sentido en el haiku, la Epifana y el In
cidente tal como yo lo proyectaba: acontecimiento inmediatamente
significante (cf. Nietzsche, Voluntad de poder. No hay estado de he
cho en s; al contrario, hay que introducir un sentido antes de que pue
da haber un estado de hecho9) 23 y, al mismo tiempo, ninguna preten
sin de un sentido general, sistemtico, doctrinal * por ello, sin
duda, rechazo del discurso, repliegue sobre el pliegue (incidente), el
fragmento discontinuo - cf lo que el bigrafo de Joyce, Ellmann, di
ce de las Epifanas, y de su homogeneidad con la Novela moderna:
tcnica arrogante y humilde a la vez: pretende la importancia y al
mismo tiempo no pretende nada.24 La consecuencia rigurosa, pero
tambin lo que hace la espedalidad (la quididad!) y la dificultad del
i y el In-
2 ) P ro u st: la verdad
amente
>de he-
Como pasador, Proust nos introduce en dos problemas; existen en
quepue -
Joyce, pero en otro estilo de experiencia:
preten- 1) Proust no se interesa jams por la Forma Breve, su escritura es
11o, sin
pontnea era todo lo contrario: al galope; costado que no se puede
mte), el
callar, agregados, papeles plegados, etc.; del lado de la Catlisis, no
tnn, di- de la Elipsis (escritores de catlisis, es decir, cuyas correcciones son
derna: agregados: bastante pocos, Rousseau, Balzac). Pero, durante mucho
:ia y al tiempo, escribi solamente textos, si no breves, al menos, limitados:
i, pero nouvelles, artculos, crnicas, fragmentos >Problema proustiano (o
:ad del marceliano, pues concierne a la biografa de Proust), con el cual
quera hacer la segunda parte del curso -pero qued postergado pa
y 5.
. extra- 2o Del 18 de diciembre de 1978 al 26 de marzo de 1979, Barthes public una cr
s, Galli- nica semanal en Le Nouvel Observateur ( O C 5 , pp. 625-653).
26 Montaigne, Essais, Libro 1, Captulo 31, texto establecido y anotado por Albert
Thibaudet, Pars, Gallimard, col. Bibliotheque de la Pliade, 1950, p. 250.
157
ra ms tarde- y que solamente seal en la Conferencia y en el bre
ve artculo de Magazine littrairer7 en cierto momento, esos pedazos
de textos se federaron, una escritura larga se puso en movimiento: En
busca del tiempo perdido se fue escribiendo desde entonces sin inte
rrupcin es el tema del Cuaja He pensado que el momento de
cisivo del Cuaja poda fecharse: momento muy corto entre el re
chazo del ensayo Contre Sainte-Beuve, rechazado por Le Fgaro en
agosto de 1909, y el arranque aparentemente fulminante de En bus
ca del tiempo perdido, en octubre de 1908 el mes enigmtico del
Cuaja sera septiembre de 1909; visin simplista y dramatizante,
justificada porque es el problema (personal) planteado por el curso:
cmo, cundo hacer cuajar un puado de Notaciones, en una gran
colada ininterrumpida? En realidad: observaciones del grupo de in
vestigacin sobre los manuscritos de Proust (Centre dhistoire et d a-
nalyse des manuscrits modernes, ru dUlm) :28 determinaciones ms
lejanas, que tornan difcil de fechar con exactitud, de manera pun
tual, el arranque de En busca del tiempo perdido. Es normal, pues el en
vin no dependi, sin duda, de una circunstancia biogrfica: el fun
damento biogrfico de En busca del tiempo perdido es, a mi entender,
la muerte de la madre (1905) >Transmutacin de valores con efec
to a largo plazo; en septiembre de 1909, sin duda, no pas nada es
pectacular, pero, llegado el trmino, maduraron varias determina
ciones, no biogrficas, sino poticas >He planteado las hiptesis
siguientes: a) descubrimiento de una manera justa de decir Yo; b) apli
cacin de un sistema de nombres propios; c) decisin de cambiar el
tamao de la obra proyectada, de pasar a una obra larga, muy larga
(todo El tiempo recobrado: lleno de la obsesin de morir antes de que
esa larga obra estuviera terminada); d) descubrimiento estructural
inducido por un procedimiento balzaciano: el retorno de los perso
najes, los acodos.29
Todo esto, para verificar (aqu, la erudicin sera til). Sealo, in
sisto: Proust, hroe no heroico de la aventura de escribir; as como
el personaje principal de Uliseses en realidad el lenguaje (incluso el
n el bre- Petit Larousse en colores lo dice), del mismo modo, la historia con
pedazos tada por Proust es la del Escribir.
ento: En 2) El segundo problema que nos pasa Proust es muy diferente:""
sin inte- tiene cierta relacin, no con la decisin de Joyce de pasar de las Epi
ento de fanas a la Novela (Stephen el Hroe), sino con el ser mismo de la Epi
re el re- fana: la revelacin, la restitucin de la quididad (Whatness). Sin
igaro en embargo, en Proust, no se trata, al menos en primer lugar, de la qui
i En bus- didad de las cosas, sino de la verdad del afecto hay un parentesco,
tic o del pues, como en el haiku, lo que est cuestionado o en escena es el Es
itizante, eso, el clic > El haiku: para m, una especie de propedutica de lo
curso: que llamo (y sobre lo que me extender): el Momento de Verdad.2,0
na gran Primera aproximacin > Momento de Verdad = un hecho de
>o de in- lectura, y no un hecho de escritura. No pertenece, pues, a una tc
e et da- nica realista. Momento de la historia, de una descripcin, de una
nes ms enunciacin, nudo brusco del curso de lectura, que toma un carc
ra pun ter excepcional: conjuncin de una emocin que inunda (hasta las
s el en- lgrimas, hasta la perturbacin) y de una evidencia que imprime
: el fun- en nosotros la certeza de que lo que leemos es la verdad (ha sido *
tender, la verdad).
m efec- Momento de Verdad: lo que, en una lectura, me sucede a m\ su
lada es- jeto en primer grado: no puedo entonces dar cuenta de l sino ci
rmina- tndome a m mismo, que es lo que voy a hacer. Pero puede ser que
ptesis un libro funcione l mismo como encuentro entre un personaje y
b) apli- un Momento de Verdad recibido de otro libro, situado en abismo en
biar el el primero; dos ejemplos:
y larga a) Dante, Infierno, V: en el segundo crculo (Lujuria), Francesca de
de que Rimini y Paolo Malatesta: leen juntos los amores de Lanzarote y Gi
ctural nebra (Chrtien de Troyes: Lanzarote del Lago, uno de los caballe
perso- ros de la Mesa Redonda, educado por la hechicera Viviana en el fon
do de un lago, se enamora de la reina Ginebra, mujer del rey Arturo;
alo, in- Galehaut haba favorecido el amor de Lanzarote).
como Dante, Infierno, V.31
luso el Momento de Verdad: la prueba es que determina una conversin,
un pasaje al acto.
llge de
Dp. 459- 30 Remitirse a la conferencia Mucho tiempo he estado acostndome temprano
44, ene- ( O C b , pp. 459-470), que Barthes retoma y desarrolla aqu.
31 Leamos un da, por recreo, / cmo el amor atrajo a Lanzarote; / solos los dos
0. y sin sospecha alguna. / Varias veces los ojos se encontraron / en la lectura, demud
icacin se el rostro, / ms slo un punto pudo avasallarnos. / Al leer cmo la sonrisa ansiada /
;ar. Bar- fuera besada por un tal amante, / ste, de quien ya nunca he de apartarme, / la bo
Tiinado ca me bes todo tremante. / Galeoto el libro fue y quien lo compuso: / la lectura ese
mo ere- da no seguimos (Dante, Infierno, w. 127-138; traduccin al espaol de Angel J. Ba~
ttistessa, Buenos Aires, Asociacin Dante Alighieri, 1984).
159
j
b) Lamartine, Graziella: se ve bien el carcter proyectivo, o ms
bien nomolgico del Momento de Verdad.
Graziella, 96 y 99.32
Paul N
Virginie Graziella
161
siempre lo concreto memorable. Ya lo he dicho en otro lado: el au
tmata de Casanova de Fellini: el maquillaje, la delgadez, el penacho
de plumas, los guantes blancos, mal ajustados, el gesto con el brazo,
demasiado alto.33
Entonces, Momento de Verdad: a) en el plano del tema: desgarra
miento emotivo, grito visceral (sin expresin histrica): el cuerpo se
rene con la metafsica (el conjunto de los sistemas que intentan tras
cender el sufrimiento humano); en el Momento de Verdad, el suje-
; to (leyente) toca el escndalo humano: que la muerte y el amor
I existan al mismo tiempo (Dios no tendra que haber creado la
* muerte y el amor: que creara una u otro, pero no los dos).34 b) En
el plano de la escritura: Momento de Verdad = solidaridad, compa
cidad, firmeza del afecto y de la escritura, bloque intratable. El Mo
mento de Verdad no es develamiento, sino por el contrario surgimien
to de lo ininterpretable, del ltimo grado del sentido, del despus de
lo cual no hay nada que decir, de all, la filiacin con el haiku y la Epi
fana los dos planos (el del sujeto que sufre y el del sujeto que lee)
forman uno en el nivel de una nocin: la Piedad. Ya lo s, muy mala
palabra: quin se atrevera hoy (en un diario, por ejemplo) a hablar
de piedad}. Apenas admitimos la palabra si se trata de tener piedad por
un animal. Pero piedad es una palabra antigua: es el afecto escrito, en
la medida en que justifica la catarsis, es decir, la Tragedia.
Momento de Verdad = cuando la Cosa misma es alcanzada por el
Afecto; no hay imitacin (realismo), sino coalescencia afectiva. His
tricamente, estamos en el presocratismo, en otro pensamiento: do
lor y verdad estn en lo activo, no en lo reactivo (el resentimiento, el
pecado, la protesta) Momento de Verdad = Momento de lo Intra
table. no se puede ni interpretar, ni trascender, ni hacer una regre
sin; Amor y Muerte estn presentes, es todo lo que se puede decir. Es
la palabra misma del haiku.
Aqu, para terminar con el Momento de Verdad, una palabra ms
metodolgica que sugerir que el Momento de Verdad no es sola
mente una impresin subjetiva, arbitraria, sino que puede vincu
larse con un concepto general, para compensar un poco la extrema
imprudencia de hablar de verdad por fuera de un sistema que diga
cmo fundarla > Sin duda, tiene relacin, en el plano analtico, in-
33 En La cmara lcida, Barthes evoca el autmata del Casanova de Fellini: Mis ojos
fueron tocados por una especie de acuidad atroz y deliciosa [...] cada detalle, que
vea con precisin, saborendolo, si pudiera decirse, hasta el lmite, me conmova
[La cmara lda, op. cit.; OC 5, p. 882).
34 En el texto de la conferencia Mucho tiempo he estado acostndome temprano,
Barthes se interrogaba: Qu Lucifer cre al mismo tiempo el amor y la muerte? (OC
5 ,p . 468).
i: el au-
telectual, con dos nociones anteriores: a) Diderot, Lessing: el instan
-nacho
te pregnante, el condensado de sentido que capta la emocin y la
brazo,
creencia del espectador.30 b) Brecht: el gestus social: esquema social
garra que est en toda accin representada36 >Tendramos: gestus moral
spo se (Diderot), gestus social (Brecht), gestus afectivo (Momento de Ver
n tras- dad) . El Momento de Verdad se relacionara con las llamadas formas
1 suje- pregnantes; Rene Thom, el matemtico de las catstrofes, hablando
amor del lenguaje ( Ornicar, n 16, p. 75): Una forma es pregnante si el
do la sujeto que observa es en cierta medida capaz de identificarse en un
=>) En sentido que yo llamara simblico o Una forma es pregnante si sus
mpa- cita reacciones cuya intensidad es completamente desproporcionada,
l Mo- desde el punto de vista cuantitativo, con la intensidad del estmulo.
mien- Volvamos, para terminar, a la escritura, a ese complejo proyectivo
ls de -y prospectivo- que he intentado anudar entre dos polos, uno expli-
Epi- citado a lo largo del Curso, el otro presente sin cesar tambin, pero
lee) de manera indirecta: la Notacin (el Haiku, la Epifana, el Inciden
nala te, y tambin el Momento de Verdad) y la Novela.
blar Ante todo, lo siguiente: no sera imposible teorizar una lectura -y,
por por ende, un anlisis, un mtodo, una crtica- que se ocupara o par
, en tiera de los momentos de la obra: momentos fuertes, momentos de ver
dad o, si no se le teme a la palabra, momentos patticos (sabemos del
r el vnculo con lo Trgico) Crtica pattica: en lugar de partir de uni
lis- dades lgicas (anlisis estructural), se partira de elementos afecti
do- vos >se podra ir hasta una discriminacin de los valores (del valor)
, el de la obra segn la fuerza de los momentos -o de un momento-: to
Ira- do el Casanova de Fellini (que no me gusta) salvado porque el aut
re- mata produjo un clic en m, entonces, ninguna acepcin de gusto
Es cultural: s que para m hay en Monte-Cristo elementos patticos que
me permitiran reconstruir la obra (he pensado en un curso sobre
s
la
u 3o Esta nocin es esencial en la teora de la pintura tal como la concibe Diderot
ta desde la Rponse a Mlle Delachaux ( Lettre sur les sourds et muets, 1751) y en el artcu
a lo Composition de la Encyclopdie (1753): el pintor, para tratar su tema, debe, segn
Diderot, elegir el instante o el mom ento que condensa los acontecimientos pasados
1-
y contiene aquellos que van a sobrevenir. Lessing, en el Laocoonte, nombrar ese ins
tante, o momento, el instante fecundo (Laocoon, traduccin al francs de Courtin
[1866], Pars, Hermann, 1990). Roger Lewinter, que firma las introducciones de los
textos publicados en CEuxrres completes de Diderot, califica ese instante de tiempo ar
tificial, sincrtico, reflejo del pasado, exposicin del presente y anuncio del porve
nir; subraya la influencia de Diderot sobre Lessing y, ms que de instante fecundo
(Courtin), habla de instante pregnante . Vase Diderot, CEuvres completes, Pars, Club
franjis du livre, 1970, p. 542, edicin de referencia para Barthes.
36 Barthes explica en Diderot, Brecht, Eisenstein (1973): Es un gesto, o un conjunto
de gestos (pero jams una gesticulacin), donde puede leerse toda una situacin so
cial { OCA, p. 341).
163
i