Escala Autocuidado
Escala Autocuidado
Escala Autocuidado
Resumen
El objetivo del presente estudio es evaluar la validez discriminante de la Escala de Conductas de Autocuidado
para Psiclogos Clnicos (EAP; Guerra, Morales, Rodrguez y Betta, 2008). Esta escala mide la frecuencia
con que los psiclogos clnicos ejecutan conductas de autocuidado. En estudios previos la EAP ha mostrado
adecuados ndices de fiabilidad y validez (factorial y convergente), empero no existen antecedentes respecto
de su poder de discriminacin. Para dar respuesta a este vaco de conocimiento se aplica la EAP a dos gru-
pos de psiclogos, sin estrs traumtico secundario (n= 126) y con estrs traumtico secundario (n=70), y se
comparan sus puntajes. Los resultados respaldan la validez discriminante de la EAP, ya que los psiclogos sin
estrs traumtico secundario obtienen puntajes significativamente mayores en la escala que aquellos psiclogos
que presentan dicho trastorno. Estos resultados se suman a los antecedentes que otorgan validez a la escala.
Palabras clave: autocuidado, psiclogos clnicos validez.
Abstract
The purpose of the present study is to evaluate the discriminant validity of the Self-Care Behaviors Scale for
Clinical Psychologists (EAP; Guerra, Morales, Rodrguez and Betta, 2008). This scale measures the frequency
with which the clinical psychologists execute self care behaviors. In previous studies the EAP it has showed
suitable indexes of reliability and validity (factorial and convergent), nevertheless precedents do not exist respect
of his power of discrimination. To give response to this emptiness of knowledge the EAP is applied to two groups
of psychologists; without secondary traumatic stress (n = 126) and with secondary traumatic stress (n=70),
and his scores are compared. The results endorse the discriminant validity of the EAP since the psychologists
without traumatic secondary stress obtain scores significantly major in the scale that those psychologists who
present the above mentioned disorder. These results add to the previous precedents that grant validity to the scale.
Key words: self care, clinical psychologists and validity.
1
Correspondencia a: Cristbal Guerra Vio. Direccin: Escuela de Psicologa, Universidad Santo Toms, Via del Mar, Chile. Tel: 2448022.
E-Mail: [email protected].
40 Cristobal Guerra Vio
el punto de corte de la Escala de estrs traumtico estrategias, y puntajes totales sobre 32 puntos indican
secundario. que el psiclogo utiliza el autocuidado muy frecuente-
Ambos grupos exhibieron composiciones similares mente. Para esta investigacin la EAP present adecua-
en edad, gnero, aos trabajando como psiclogos y dos ndices de fiabilidad (alfa de Cronbach de 0,78).
aos trabajando como psiclogos clnicos. La nica Escala de Estrs Traumtico Secundario (EETS;
diferencia estadsticamente significativa entre los gru- Bride, Robinson, Yegidis & Figley, 2004; adaptada
pos fue su nivel de estrs traumtico secundario. La a Chile por Guerra & Saiz, 2007). Es una escala au-
tabla 1 muestra las caractersticas de la muestra total y toaplicada de 17 tems que mide sntomas intrusivos,
luego los resultados del contraste estadstico realizado evitativos y de activacin fisiolgica en profesionales
entre ambos grupos en cada una de las variables aqu de ayuda. La escala de respuestas vara entre 1 (nunca)
sealadas. y 5 (con mucha frecuencia). De la sumatoria de los
tems se obtiene el puntaje total de estrs traumtico
Instrumentos secundario (en adelante ETS). Bride (2007) indica que
Se utiliz una batera de tres instrumentos: puntajes entre 17 y 27 puntos representan una sinto-
matologa muy baja, entre 28 y 37 puntos se considera
Escala de Conductas de Autocuidado para
que la sintomatologa es baja, entre los 38 y 43 puntos
Psiclogos Clnicos (EAP; Guerra et al., 2008).
la sintomatologa es moderada, entre 44 y 48 puntos
Corresponde a una escala autoaplicada que permite
los niveles de ETS son altos y sobre los 48 severos.
medir la frecuencia con que los psiclogos clnicos
Adems, el autor seala que el puntaje de corte se
ejecutan conductas de autocuidado (tems 1, 2, 4, 5, 6,
establece en los 38 puntos. En esta investigacin, la
7, 8 y 9) y la frecuencia con que su ambiente laboral
EETS mantuvo una adecuada consistencia interna (alfa
favorece condiciones de autocuidado (tems 3 y 10).
de Cronbach de 0,93).
Las opciones de respuesta varan entre 0 (nunca) y 4
(muy frecuentemente). La sumatoria de los 10 tems de Cuestionario de variables sociodemogrficas.
la escala permite la obtencin de un puntaje total de Se elabor un breve cuestionario para obtener datos
autocuidado. Puntajes entre 0 y 7 puntos indican que el descriptivos de los participantes. Especficamente se
psiclogo nunca practica el autocuidado, entre 8 y 15 incluyeron reactivos destinados a conocer la edad, el
indican que lo practica casi nunca, entre 16 y 23 puntos gnero, los aos de experiencia como psiclogo y los
se considera que lo practica ocasionalmente, entre 24 aos de experiencia como psiclogo clnico.
y 31 puntos que la persona frecuentemente utiliza las
Tabla 1. Caractersticas de la muestra total y comparacin de las caractersticas de los psiclogos con y sin estrs traumtico
secundario.
Muestra total Psiclogos sin desgaste Psiclogos desgastados Diferencia (sin desgaste
Variable
(n=196) (n= 126) (n=70) vs. desgastados)
t = -1,47
Aos como psiclogo M=7,27 DT=7,13 M=6,71 DT=7,18 M=8,27 DT=6,99
p = 0,14
Puntaje EAP
20
15
10
5
0
Psiclogos sin ETS Psiclogos con ETS
(n=126) (n=70)
t= 8,733; p= 0,00
30 28,3
24,7
25 22
20
Puntaje EAP
17,1
15
10
0
ETS muy bajo ETS bajo ETS moderado ETS alto/severo
(n=54) (n=72) (n=32) (n=38)
F= 41,137; p= 0,00
ejecutan las conductas de autocuidado medidas, en 17,11 (DT=5,25) puntos en la EAP. Estas diferencias
cambio los psiclogos con ETS puntan 19,34 (DT= entre los cuatro grupos son estadsticamente signifi-
5,55) en la EAP, lo que indica una prctica ocasional cativas (F= 41,137; p= 0,00) (ver grfico 2).
del autocuidado (ver grfico 1). Estos resultados apoyan Luego, para ver entre qu grupos especficos exis-
la validez discriminante de la EAP. tan diferencias estadsticamente significativas se aplic
Para un anlisis ms detallado de la capacidad la prueba de Scheff. Los resultados de este anlisis
de discriminacin de la escala se realiz una nueva aroojan que, en su mayora, los 4 grupos presentan
clasificacin de los participantes. Para conformar los diferencias estadsticamente significativas entre s. La
grupos se tom como base la propuesta de clasifica- nica excepcin la constituye la ausencia de diferencia
cin de los puntajes de ETS medidos con la EETS significativa entre los grupos con baja y moderada
(Bride, 2007). sintomatologa de ETS. El detalle puede observarse
Se formaron cuatro grupos. El primero estuvo inte- en la tabla 2.
grado por los psiclogos que presentaron muy bajos
niveles de ETS (n= 54); el segundo incluy a los de
Discusin
bajos niveles de ETS (n= 72); el tercero consider
a aquellos con moderados ndices de ETS (n= 32); El objetivo de este estudio fue evaluar la validez
finalmente, el cuarto grupo estuvo compuesto por los discriminante de la EAP. Para ello se compar el pun-
psiclogos con sintomatologa de ETS alta y se- taje en la escala obtenido por psiclogos clnicos que
vera (n= 38). presentaban distintos niveles de un tipo especfico de
Para comparar los puntajes en la EAP de estos 4 desgaste laboral (el ETS).
grupos se utiliz el anlisis de varianza (Anova de Los resultados confirmaron la hiptesis de que la
un factor). Los resultados de este anlisis apoyan EAP presentara adecuados ndices de validez discri-
la validez de la escala, ya que sugieren que la EAP minante, ya que en los distintos anlisis estadsticos
discrimina adecuadamente entre los psiclogos con realizados qued claramente establecido que la EAP
distintos niveles de ETS. Especficamente, los psi- discrimina adecuadamente. Especficamente, los
clogos con muy bajos niveles de ETS puntuaron psiclogos que no estaban desgastados presentaron
en promedio 28,26 (DT= 5,58) puntos en la EAP, los puntuaciones promedio en la EAP significativamente
con bajos niveles de ETS 24,65 (DT= 4,10), los de mayores que aquellos que s estaban desgastados. Esto
niveles moderados 22,00 (DT=4,72) y los de nive- confirma que la EAP efectivamente mide el constructo
les altos o severos de ETS obtuvieron en promedio autocuidado.
Tabla 2. Comparaciones mltiples de las medias obtenidas en la EAP por los 4 grupos en estudio, mediante la prueba de
Scheff.
Diferencia de
(I) Nivel de ETS (J) Nivel de ETS Error tpico Sig.
medias (I-J)
Sintomatologa baja 3,606(*) 0,878 0,001
Sintomatologa muy baja
Sintomatologa moderada 6,259(*) 1,087 0,000
Sintomatologa alta o severa 11,154(*) 1,032 0,000
Sintomatologa muy baja -3,606(*) 0,878 0,001
Sintomatologa baja Sintomatologa moderada 2,653 1,036 0,091
Sintomatologa alta o severa 7,548(*) 0,977 0,000
Sintomatologa muy baja -6,259(*) 1,087 0,000
Sintomatologa moderada Sintomatologa baja -2,653 1,036 0,091
Estos hallazgos se suman a los antecedentes que Guerra, C. y Saiz, J. L. (2007). Examen psicomtrico de la Escala
otorgan validez a la escala (Betta et. al, 2007; Guerra et. de Estrs Traumtico Secundario: un estudio en profesionales
chilenos. Psicologa Conductual, 15, 441-456.
al, 2008; Guerra et. al, 2011). Por lo tanto, se concluye Guerra, C. (2008). Descripcin de los niveles de estrs traumtico
que la EAP permite evaluar la frecuencia de conductas secundario y su relacin con las prcticas de autocuidado en
de autocuidado en psiclogos clnicos, por lo que puede psiclogos clnicos chilenos que se desempean en diferentes
ser un aporte importante en la evaluacin de programas contextos laborales: anlisis desde la Terapia Centrada en las So-
luciones. Tesis de Posttulo no publicada. Centro de Especialistas
destinados a aumentar la prctica del autocuidado en en Intervencin Estratgica (MIP), Santiago, Chile.
este tipo de poblacin. Guerra, C., Rodrguez, K., Morales, G., y Betta, R. (2008). Valida-
Tambin es importante sealar que los resultados de cin preliminar de la escala de conductas de autocuidado para
psiclogos clnicos. Psykhe 17 (2), 67-77.
la presente investigacin permiten reflexionar en torno Guerra, C., Mujica, A., Nahmias, A. y Rojas, N. (2011). Anlisis
a la trascendencia del autocuidado en los psiclogos psicomtrico de la Escala de conductas de autocuidado para
clnicos, pues aquellos psiclogos que menos cuidaban psiclogos clnicos. Revista Latinoamericana de Psicologa
de s mismo eran los ms desgastados y viceversa. En 43(2), 115-124.
Hesse, A. (2002). Secondary trauma: How working with trauma survi-
este sentido se considera que el autocuidado debiera vors affects therapists. Clinical Social Work Journal, 30, 293-309.
constituirse como un tema de especial relevancia dentro Hidalgo, N. y Moreira, E. (2000). Autocuidado, Trastorno psico-
de la prctica cotidiana de la psicologa clnica, ya que lgico y rotacin de equipos de salud mental. Santiago, Chile:
las consecuencias del desgaste laboral pueden afectar Universidad de Chile, Departamento de Psicologa.
McCann, I. L., y Pearlman, L. A. (1990). Vicarious traumatization: A
tanto al propio profesional (de forma directa) como framework for understanding the psychological effects of working
a sus clientes (indirectamente al recibir una atencin whit victims. Journal of Traumatic Stress, 3(1), 131-149.
deficiente). Por tanto, el autocuidado es potencialmente Morales, G., Prez, J. y Menares, M. (2003). Procesos emocionales de
beneficioso para ambas partes, de modo que debiera cuidado y riesgo en profesionales que trabajan con el sufrimiento
humano. Revista de Psicologa Universidad de Chile, 12(1), 9-25.
ser una obligacin tica, del propio psiclogo y de los Moreno-Jimnez, B., Morante, M. E., Garrosa, E., y Rodrguez, R.
directivos de la organizacin donde este trabaje, asociada (2004). Estrs traumtico secundario: el coste de cuidar el trauma.
a la preocupacin por el cuidado del terapeuta y de sus Psicologa Conductual, 12(2), 215- 231.
clientes. Pearlman, L. A. y Saakvitne, K. W. (1995). Treating therapist with
vicarious traumatization and secondary traumatic stress disorders.
En C. R. Figley (Ed.), Compassion fatigue: Coping with secondary
traumatic stress disorder in those who treat the traumatized (pp.
Referencias 150-177). New York: Brunner/Mazel.
Richardson, J. I. (2001). Guidebook on vicarious trauma: Recom-
Arn, A. y Llanos, M. (2001). Desgaste profesional. En A. Arn,
mended solutions for anti-violence workers. Ottawa, ON: Health
(Ed.), Violencia en la familia. Programa de intervencin en red:
Canada.
La experiencia de San Bernardo (pp. 67-103). Santiago: Galdoc.
Saakvitne, K. W. y Pearlman, L. A. (1996). Transforming the pain:
Barudy, J. (2000). Maltrato infantil, ecologa social: prevencin
A workbook on vicarious traumatization for helping professionals
y reparacin. Barcelona: Paids.
who work with traumatized clients. New York: W. W. Norton and
Beaton, R. D., y Murphy, S. A. (1995). Working with people in crisis:
Company Inc.
Research implications. En Ch. Figley (Ed.). Compassion fatigue:
Sabo, M. (2006). Compassion fatigue and nursing work: Can we
Coping with secondary traumatic stress disorder in those who treat
accurately capture the consequences of caring work?. International
the traumatized (pp. 51-81). New York: Brunner/Mazel Publishers.
Journal of Nursing Practice 12, 136-142.
Betta, R., Morales, G., Rodrguez, K. y Guerra, C. (2007). La fre-
Salston, M. D. y Figley, C. R. (2003). Secondary traumatic stress:
cuencia de emisin de conductas de autocuidado y su relacin
Effects of working with survivors of criminal victimization.
con los niveles de estrs traumtico secundario y depresin en
Journal of Traumatic Stress, 16, 167-174.
psiclogos clnicos. Pensamiento Psicolgico, 9, 9-19.
Valent, P. (2002). Diagnosis and treatment of helper stresses, traumas,
Bride, B. E. (2007). Prevalence of secondary traumatic stress among
and illnesses. En C. R. Figley (Ed.), Treating compassion fatigue
social workers. Social Work, 52(1), 63-70.
(pp. 17-37). New York: Brunner-Routledge.
Bride, B. E., Robinson, M. M., Yegidis, B. y Figley, C. R.. (2004).
Development and validation of the Secondary Traumatic Stress
Scale. Research on Social Work Practice, 14, 27-35.
Figley, Ch. R. (1999). Compassion fatigue: Toward a new unders-
tanding of the cost of caring. En B. H. Stamm (Ed.), Secondary
traumatic stress: Self- care issues for clinicians, researches, and
educators (pp. 3-28). Lutherville, MD: Sidran Press.
Figley, Ch. R. (2002b). Compassion fatigue: Psychoterapists
chronic lack of self care. Journal of Clinical Psychology, 58(11),
1433-1441.
Gentry, J. E. (2003). Desgaste por empata: el desafo de la transfor-
macin. Revista de Psicotrauma para Iberoamrica, 2(2), 4-17.