CASACIÓN #1770 Derecho Internacional Privado

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CASACIN N 1770-2004 LIMA.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPUBLICA.

Lima, veintiocho de setiembre del dos mil cinco.-

Vista la causa nmero mil setecientos setenta - dos mil cuatro, en audiencia
pblica de la fecha, y producida la votacin con arreglo a ley, emite !a
siguiente sentencia;

MATERIA DEL RECURSO

Se trata del recurso de casacin interpuesto por Diana Elvira Victoria Senz
Graner, mediante escrito de fojas ochocientos treinta, contra el auto de
vista emitido por Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima,
de fojas ochocientos cuatro, su fecha doce de enero del dos mil cuatro, que
declara la resolucin nmero sesenticinco materia de apelacin y nulo todo
lo actuado en el proceso, archivndose los actuados;

FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Que, el recurso de casacin fue declarado procedente por resolucin del


nueve de agosto del dos mil cuatro, por la causal prevista en el inciso
primero del artculo trescientos ochentisis del cdigo procesal civil, en
virtud de lo cual la recurrente denuncia la interpretacin errnea del artculo
dos mil cuarentinueve del cdigo civil, toda vez que a sala superior
interpreta en contrario dicha norma, sin considerar que existe disposicin
expresa contenida en el artculo dos mil cincuentocho inciso primero del
cdigo citado, que prescribe la exclusividad de los tribunales peruanos,
tratndose de bienes situados en el Per; en consecuencia, la parte de la
sentencia pronunciada por la corte distrital del condado de Harris, Texas,
Estados Unidos de Norteamrica, es inaplicable; y,

CONSIDERANDO

PRIMERO.- Que, aparece de autos que mediante escrito de fojas


sesentisiete, Diana Elvira Victoria Senz Graner, a travs de su apoderado
Juan Francisco Saenz Graner solicit al rgano jurisdiccional le otorgue la
administracin judicial de los bienes que pertenecieron a la sociedad
conyugal que conform con Julio Csar Guilln Saravia, hoy disuelta por
sentencia de divorcio emitida el veintitrs de febrero de mil novecientos
noventitrs por el juez de la Corte Distrital del Condado de Harris, Texas,
EE.UU., la misma que fue objeto de exequatur por ante la Sexta Sala Civil de
la Corte Superior de Lima mediante sentencia del quince de junio de mil
novecientos noventisiete, confirmada por la Sala Civil de la Corte Suprema
de Justicia a travs de la ejecutoria del veinticuatro de diciembre de mil
novecientos noventisiete. Precisa que tales bienes se encuentran en estado
de copropiedad, en razn a que la divisin dispuesta en !a sentencia
extranjera dictada por la corte de los estados unidos no fue aprobada por el
exequatur, al no tener dicho tribunal competencia para pronunciarse sobre
bienes situados en el territorio peruano;

SEGUNDO.- Que, al absolver el traslado de la solicitud, el demandado


formul contradiccin sealando que el exequatur dictado por la corte
peruana dio validez y fuerza legal ntegramente a la sentencia expedida en
el extranjero y que, por tanto, los bienes conyugales que ocupa son los que
la sentencia extranjera fij a su favor;

TERCERO.- Que, por resolucin nmero sesentiuno, obrante a fojas


setecientos veintiuno, la juez de la causa declar infundada la contradiccin
formulada, pues considera que mediante resolucin expedida por !a Sala de
Familia el veintisiete de mayo de mil novecientos noventiocho, se estableci
que el rgimen patrimonial del matrimonio y las relaciones de los cnyuges
respecto de los bienes se rigen por la ley del primer domicilio conyugal;
tambin, que los tribunales peruanos tienen competencia para conocer las
acciones relativas a derechos reales sobre bienes situados en la repblica, y
que tratndose de predios dicha competencia es exclusiva, por cuyas
razones seala que en dicha resolucin se declar no ha lugar lo solicitado y
se dej a salvo el derecho del recurrente a fin de que lo haga valer con
arreglo a ley, habiendo por consiguiente Diana Elvira Victoria Saenz Graner
procedido a iniciar un proceso de divisin y particin en el que recay la
sentencia del dos de julio del dos mil uno, la misma cuya copia obra a fojas
quinientos treintinueve, en donde se declar improcedente la demanda; de
lo que se colige que respecto a los bienes de la sociedad conyugal Senz-
Guilln no hay pronunciamiento sobre la divisin y particin de stos,
existiendo por tanto una situacin de copropedad, por cuanto slo se ha
disuelto un vnculo matrimonial, no habindose reconocido la resolucin
extranjera en el extremo referido a la divisin de los bienes conyugales.
Posteriormente, mediante resolucin nmero sesenticinco, expedida en la
audiencia nica cuya acta obra de fojas setecientos cncuentfcnco a
setecientos cincuentsiete, el a quo dispone nombrar como administrador
judicial de los bienes de copropiedad de las partes a Vctor Sebastin
Carrillo Crdenas;

CUARTO.- Que, apeladas que fueran las resolucin es nmero sesentiuno y


nmero sesenticinco, la Sala resuelve declarar nula esta ltima, as como la
nulidad de todo lo actuado, pues considera que si bien es cierto que lo hoy
solicitado encuentra concordancia sustantiva con lo dispuesto en los
artculos dos mil cincuentiocho inciso primero, dos mil setentiocho y dos mil
ciento cuatro inciso primero del cdigo civil, no es menos cierto que ambas
partes se sometieron libre y voluntariamente a la jurisdiccin extranjera de
los Estados Unidos, jurisdiccin que al expedir sentencia del veintitrs de
febrero de mil novecientos noventitrs adquiri la calidad de cosa juzgada al
no impugnar ninguna de dichas partes lo all resuelto; adems, sostiene que
a tenor de lo sealado en el artculo dos mil ciento dos del cdigo
sustantivo, las sentencias pronunciadas por los tribunales extranjeros
tendrn en la Repblica la fuerza que les conceden los tratados respectivos,
y si bien es cierto el Per no tiene firmado convenio de reciprocidad en el
cumplimiento de sentencias judiciales dictadas en el Per y EE.UU., tambin
lo es que se registran antecedentes sobre casos anlogos, por lo que la
sentencia expedida en el extranjero mantiene su validez plena en el Per,
en tanto y en cuanto no contravengan el orden pblico internacional o las
buenas costumbres, por interpretacin en contrario del artculo dos mil
cuarentinueve del acotado cdigo material. consecuentemente, concluye
que al no existir litigio que dilucidar, al ser la sentencia de la Corte Distrital
del condado de Harris una resolucin que ha efectuado la divisin de los
bienes, conforme aparece de su propio texto integral, no resulta necesario el
nombramiento de administrador judicial;

QUINTO.- Que, existe interpretacin errnea de una norma de derecho


material cuando concurren los siguientes supuestos: a) el juez establece
determinados hechos, a travs de una valoracin conjunta y razonada de las
pruebas aportadas al proceso; b) que stos, as establecidos, guardan
relacin de identidad con los supuestos fcticos de una norma jurdica
determinada; c) que elegida esta norma como pertinente (slo ella o en
concurrencia con otras) para resolver el caso concreto, la interpreta (y
aplica); d) que en la actividad hermenutica, el juzgador, utilizando los
mtodos de interpretacin, yerra al establecer el alcance y sentido de
aquella norma, es decir, incurre en error al establecer la verdadera voluntad
objetiva de la norma, con lo cual resuelve el conflicto de intereses de
manera contraria a los valores y fines del derecho y, particularmente,
vulnerando el valor superior del ordenamiento jurdico, como es el de la
justicia;

SEXTO.- Que, el artculo dos mil cuarentinueve del cdigo civil, establece lo
siguiente: "las disposiciones de la ley extranjera pertinente segn las
normas peruanas de derecho internacional privado, sern excluidas slo
cuando su aplicacin sea incompatible con el orden pblico internacional o
con las buenas costumbres. rigen, en este caso, las normas del derecho
intemo peruano." en principio, la norma transcrita desarrolla el tema relativo
a la incompatibilidad de la ley extranjera -pertinente y, por tanto, aplicable-
con las normas que rigen el orden pblico internacional o las buenas
costumbres, estableciendo que, no obstante la idoneidad de la norma
extranjera para dilucidar un caso en concreto, por as establecerlo nuestras
propias normas internas de derecho internacional privado, los tribunales
peruanos pueden y deben prescindir de la aplicacin de las mismas cuando
adviertan que aquellas contravienen o colisionan, como se ha dicho, con el
orden pblico internacional o las buenas costumbres, en cuyo caso estn
facultados para aplicar las normas peruanas, supuesto que encuentra su
correlato en el principio de que el juez no puede dejar de administrar justicia
por vaco o deficiencia de la ley. no debe confundirse, sin embargo, la
competencia jurisdiccional que asumen facultativa o exclusivamente los
tribunales peruanos para conocer determinadas materias de derecho
internacional privado, con la ley que finalmente estn llamados a aplicar,
siendo que la norma en comento se refiere a este ltimo supuesto, pero no
a la potestad de administrar justicia en un proceso determinado;

STIMO.- Que, en ese sentido, cuando la sala superior establece que la


sentencia expedida en el extranjero mantiene su plena validez en el Per en
razn a que no contraviene lo dispuesto en el artculo dos mil cuarentinueve
(contrario sensu) del cdigo civil, efecta una errada y interpretacin de los
supuestos fcticos que contiene la norma, desde que la misma no refiere
que sean vlidas de las decisiones jurisdiccionales por el hecho de no ser
contrarias al orden pblico internacional o las buenas costumbres; en
consecuencia, la resolucin de vista ha interpretado errneamente el
dispositivo denunciado, por lo que la causal material merece amparo,
debiendo procederse conforme a lo normado en el inciso primero del
artculo trescientos noventisis del cdigo procesal civil;

OCTAVO.- Que, nuestro ordenamiento civil de derecho internacional privado


establece que slo los tribunales peruanos tienen competencia para conocer
de los juicios originados por el ejercicio de acciones de contenido
patrimonial, an contra personas domiciliadas en pas extranjero, cuando se
ventilen acciones relativas a derechos reales sobre bienes situados en la
repblica, siendo dicha competencia exclusiva cuando se trata de predios, a
tenor de lo normado en el artculo dos mil cincuentiocho inciso primero del
cdigo civil; de otro lado, a tenor de lo dispuesto en el artculo dos mil
sesenta del mismo cdigo, la eleccin de un tribunal extranjero o la prrroga
de jurisdiccin en su favor para conocer de los juicios originados por el
ejercicio de acciones de contenido patrimonial, sern reconocidas, siempre
que no versen sobre asuntos de jurisdiccin peruana exclusiva, ni
constituyan abuso de derecho, ni sean contrarias al orden pblico del Per.
En consecuencia, si bien es cierto que tanto la actora como el emplazado se
sometieron en su oportunidad a la competencia del juez de la Corte Distrital
del condado de Harris, Texas, Estados Unidos de Norteamrica, para efectos
de que dicha corte decida no slo sobre el divorcio de los cnyuges sino
tambin sobre la divisin de sus bienes inmuebles, la decisin adoptada
sobre este ltimo punto ha sido emitida por un rgano incompetente y, por
tanto, si bien es vlida formalmente, carece de eficacia material en el
territorio peruano; as tambin lo estima Mara del Carmen Tovar Gil al
comentar los alcances del artculo dos mil cincuentiocho del cdigo civil,
sealando que: "existen una serie de supuestos en los que el legislador
peruano ha considerado que slo pueden ser vlidamente resueltos ante su
fuero. En estos casos, an cuando otros estados consideren a sus tribunales
como competentes para avocarse al litigio, la resolucin que emitan no ser
posible de ejecutar en el territorio peruano" (Cdigo Civil Comentado por los
Cien Mejores Especialistas; Tomo X. Primera Edicin; Gaceta Jurdica, Lima,
dos mil cinco; pginas setecientos doce y setecientos trece); por tanto, en
su actuacin como sede de instancia, este supremo tribunal estima que la
resolucin nmero sesentiuno, que resuelve declarar infundada la
contradiccin formulada por el emplazado, debe confirmarse;
NOVENO.- Que, siendo as, se debe proceder al nombramiento de
administrador judicial conforme lo regula el artculo setecientos
sesentinueve del cdigo procesal civil; y no habiendo sido cuestionada por
el emplazado la designacin del abogado Vctor Sebastin Carrillo Crdenas
para ocupar dicho cargo, debe igualmente confirmarse su nombramiento;

DCIMO.- que, en consecuencia, al configurarse la causal denunciada, el


recurso debe ser amparado, procedindose conforme a lo dispuesto en el
artculo trescientos noventisis inciso primero del cdigo procesal civil; por
cuyos fundamentos, declararon: fundado el recurso de casacin interpuesto
por Diana Elvira Victoria Senz Graner a fojas ochocientos treinta; casaron el
auto de vista de fojas ochocientos cuatro, su fecha doce de enero del dos
mil cuatro; y actuando en sede de instancia, confirmaron las resolucin es
apeladas nmeros sesentiuno y sesenticinco sus fechas ocho de abril y dos
de julio del dos mil tres, respectivamente, que declararon infundada la
contradiccin formulada por Julio Csar Guilin Saravia y nombra como
administrador judicial de los bienes de la copropiedad a Vctor Sebastin
Carrillo Crdenas, con lo dems que contienen; dispusieron la publicacin de
la presente resolucin en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por
Diana Elvira Victoria Senz Graner contra Julio Csar Guilln Saravia sobre
Administracin Judicial; y los devolvieron.

Lima, seis de agosto del dos mil nueve. LA SALA CIVIL PERMANENTE DE
LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA, vista la causa nmero
seiscientos treinta y siete dos mil nueve, en el da de la fecha y producida
la votacin con arreglo a Ley; emite la presente sentencia: 1. MATERIA DEL
RECURSO: Se trata del recurso de casacin interpuesto por la demandante,
doa Mara Teresa Parodi Fernndez Prada, contra la sentencia de vista de
fojas trescientos sesenta y cuatro, su fecha veintitrs de octubre del dos mil
ocho, que revocando la apelada obrante a fojas trescientos treintiseis,
fechada el primero de agosto del dos mil ocho, declara improcedente la
demanda; en los seguidos con don David Richard Glvez Parodi y otros
sobre declaracin de muerte presunta. FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE
HA DECLARADO PROCEDENTE EL RECURSO: La Sala mediante resolucin de
fecha cinco de mayo del dos mil nueve, obrante a fojas diecisis del
cuadernillo formado en este Supremo Tribunal ha estimado procedente el
recurso slo por la causal de contravencin de las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso; expresando la recurrente como fundamentos:
que la Sala Revisora afecta el derecho al debido proceso de la recurrente
toda vez que declara improcedente la solicitud alegando que los Tribunales
Peruanos no tienen competencia en el presente caso por tratarse de una
causa que versa sobre la capacidad y estado de una persona que habra
tenido su ltimo domicilio en el extranjero y que, conforme al derecho
internacional privado, no se han dado los supuestos contemplados en el
artculo 2062 del Cdigo Civil y que entonces no es competente el Juez
Peruano; sin embargo, la demanda s es procedente por cuanto el inciso 2
del artculo 2062 del Cdigo Civil, que es una norma de derecho procesal
internacional privado seala que los Tribunales Peruanos son competentes
an contra personas no domiciliadas en el Per, cuando las partes se han
sometido a la jurisdiccin nacional compareciendo al proceso sin oponerse a
la jurisdiccin, que es lo que sucede en el presente caso puesto que la
curadora procesal del presunto muerto no cuestion la competencia sino
que procedi a absolver la demanda.

CONSIDERANDO: PRIMERO. Que se est frente a una relacin jurdica de


carcter internacional cuando uno de sus elementos relevantes est
vinculado a un ordenamiento jurdico extranjero de modo que se considere
el asunto sujeto a las normas del derecho internacional privado; pudiendo
ser estos elementos relevantes, el domicilio de las personas, la ubicacin de
sus bienes etc; que en el presente caso, la recurrente solicita la declaracin
de muerte presunta de Jos Galvez Tafur quien habra tenido su ltimo
domicilio en la ciudad de Oakland, estado de California, Estados Unidos de
Norteamrica.

SEGUNDO. Que sustentada as la pretensin, resulta evidente que existe un


elemento relevante que lo vincula al derecho internacional privado, esto es,
el hecho de que la persona cuya muerte presunta se solicita no domicilia en
el territorio de la Repblica. En efecto, el Cdigo Civil, en su Libro X sobre
Derecho Internacional Privado, artculo 2057, establece como regla general
que los Tribunales peruanos son competentes para conocer de las acciones
contra personas domiciliadas en el territorio nacional; lo que significa que
no seran competentes nuestros tribunales cuando las pretensiones son
dirigidas contra personas domiciliadas en el extranjero, como ocurre con el
presunto muerto Jos Galvez Tafur, que tuvo su ltimo domicilio procesal en
los Estados Unidos de Norteamrica.

TERCERO. Que no obstante ello, nuestro Derecho Internacional Privado


introduce excepciones a la precitada regla de competencia, regulando en el
artculo 2062 del Cdigo Civil que: Los tribunales peruanos son
competentes para conocer de los juicios originados por el ejercicio de
acciones relativas al estado y la capacidad de las personas naturales, o a las
relaciones familiares, aun contra personas domiciliadas en pas extranjero,
en los casos siguientes: 1. Cuando el derecho peruano es el aplicable, de
acuerdo con sus normas de Derecho Internacional Privado para regir el
asunto. 2. Cuando las partes se sometan expresa o tcitamente a su
jurisdiccin, siempre que la causa tenga una efectiva vinculacin con el
territorio de la Repblica.

CUARTO. Que en tal virtud, corresponde verificar si el presente caso se


ubica en alguno de los dos supuestos de excepcin establecidos en el
artculo 2061 del Cdigo Civil; en ese sentido, revisando si el derecho
peruano es el aplicable de acuerdo con sus normas de Derecho
Internacional Privado se tiene que de acuerdo al artculo 2068 del citado
Cdigo, el principio y fin de la persona natural se rige por la ley de su
domicilio, prescribiendo tambin el artculo 2070 que el Estado y la
capacidad de la persona natural se rigen por la ley de su domicilio; de tal
modo que habiendo sido el ltimo domicilio del presunto muerto el ubicado
en los Estados Unidos de Norteamrica, la ley aplicable no es la peruana
sino la Norteamericana y si ello es as, entonces, los tribunales peruanos no
seran competentes, empero falta revisar an el segundo supuesto.

QUINTO. Que el segundo supuesto est referido al sometimiento expreso o


tcito de las partes a la jurisdiccin peruana, siempre y cuando la causa
tenga una efectiva vinculacin con el territorio peruano; que en esa lnea,
de autos se verifica que ante el desconocimiento exacto del domicilio del
presunto muerto y luego de las publicaciones de ley, se ha procedido al
nombramiento de curador procesal a favor de Jos Galvez Tafur, quien
mediante escrito de fojas setentiseis absuelve la solicitud sin cuestionar en
modo alguno la competencia de los Tribunales Peruanos respecto de un no
domiciliado en el territorio de la Repblica; falta de cuestionamiento de
competencia que la actora recurrente califica como acto tcito que revela
sometimiento a dicha competencia, tesis a la cual tambin se acoge el
Fiscal Adjunto Supremo Titular conforme se advierte del dictamen de fojas
dieciocho del Cuadernillo Supremo. SEXTO. Que sin embargo, esta Sala de
Casacin disiente parcialmente de dicho criterio toda vez que, de principio,
tratndose de actos realizados por un curador procesal no pueden
calificarse stos como manifestaciones reales de la voluntad de la persona
que representa dado que el nombramiento del curador no ha obedecido
tampoco a la voluntad de dicha persona sino a mandato del juzgador; tan es
as que nuestro propio ordenamiento procesal civil no considera la falta de
impugnacin por parte del curador procesal de resolucin final adversa
consentimiento de la misma, puesto que establece en el inciso 2 de su
artculo 408, que sta debe ser elevada en consulta; no obstante ello, este
Supremo Tribunal estima que tampoco puede soslayar el principio bsico
que la finalidad concreta del proceso es resolver un conflicto de intereses o
eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurdica, ya que, en este
caso en particular, de acuerdo a los medios probatorios obrantes en autos,
se advierte claramente que la causa tiene una efectiva vinculacin con el
territorio de la Repblica, dado que el presunto muerto naci en este pas y
aqu tambin se cas con la actora y tuvo hijos con ella, adquiriendo un bien
inmueble ubicado tambin en territorio peruano y su divorcio ha sido
igualmente declarado por Tribunal Peruano; de tal modo que en este caso
en particular el silencio del curador procesal s puede interpretarse como
sometimiento tcito a la competencia de los Tribunales Peruanos.

SEPTIMO. Que por consiguiente, la Primera Sala Especializada de Familia s


es competente para conocer de la presente solicitud de Declaracin de
Muerte Presunta; consecuentemente, la declaracin de incompetencia de
dicho rgano jurisdiccional afecta el derecho al debido proceso de la
recurrente; habiendo lugar entonces a casar la sentencia de vista, de conf
ormidad con el artculo 396, inciso 2, numeral 2.1 del inciso 2 del Cdigo
Procesal Civil, en su texto original, a efecto de que la Sala de Familia de su
procedencia dicte nueva sentencia con arreglo a ley. DECISION: Estando a
las consideraciones que preceden y de conformidad en parte con lo
dictaminado por la Seora Fiscal Supremo en lo Civil: Declararon FUNDADO
el recurso de casacin de fojas trescientos ochentidos por doa Mara Teresa
Parodi Fernndez Prada; en consecuencia, NULA la sentencia de vista de
fojas trescientos sesenta y cuatro su fecha veintitrs de octubre del dos mil
ocho. ORDENARON que la Sala de Familia de su procedencia dicta nueva
sentencia con arreglo a ley; en los seguidos sobre declaracin de muerte
presunta de don Jos Glvez Tafur. DISPUSIERON la publicacin de la
presente resolucin en el diario oficial "El Peruano", bajo responsabilidad;
interviniendo como vocal ponente el seor Palomino Garca; y los
devolvieron. SS. SOLIS ESPINOZA PALOMINO GARCIA CASTAEDA SERRANO
ARANDA RODRIGUEZ IDROGO DELGADO

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