Traductologia PDF

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Cagnolati, Beatriz E., comp.

La traductologa : Miradas
para comprender su
complejidad

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Memoria Acadmica, el repositorio institucional de la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educacin de la Universidad
Nacional de La Plata, que procura la reunin, el registro, la difusin y
la preservacin de la produccin cientfico-acadmica dita e indita
de los miembros de su comunidad acadmica. Para ms informacin,
visite el sitio
www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

Esta iniciativa est a cargo de BIBHUMA, la Biblioteca de la Facultad,


que lleva adelante las tareas de gestin y coordinacin para la concre-
cin de los objetivos planteados. Para ms informacin, visite el sitio
www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar

Cita sugerida
Cagnolati, B. E., comp.(2012) La traductologa : Miradas para
comprender su complejidad [En lnea]. La Plata : Universidad Nacional
de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin.
(Estudios/Investigaciones ; 42). Disponible en:
http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.26/pm.26.pdf

Licenciamiento
Esta obra est bajo una licencia Atribucin-No comercial-Sin obras derivadas 2.5
Argentina de Creative Commons.

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O enve una carta a Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California
94305, USA.
La Traductologa
Miradas para comprender su complejidad
Beatriz E. Cagnolati (compiladora)

rea de Investigacin en Traductologa


Instituto de Investigaciones en Humanidades
y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET)
Secretara de Investigacin
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin
Universidad Nacional de La Plata
La Traductologa
Miradas para comprender su complejidad
AIT: rea de Investigacin en Traductologa, IdIHCS Instituto de
Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales,
Secretara de Investigacin, FaHCE Facultad de Humanidades
y Ciencias de la Educacin, Universidad Nacional de La Plata

Esta publicacin ha sido sometida a evaluacin interna y externa orga-


nizada por la Secretara de Investigacin de la Facultad de Humanida-
des y Ciencias de la Educacin de la Universidad Nacional de La Plata

Diseo de tapa y maquetacin


D.C.V. Federico Banzato (Publicaciones FaHCE-UNLP)

Impreso en ByTonner
6 n 770 (1900), La Plata, Argentina.
Tel/fax: 54 221 425 7747

Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723


Impreso en Argentina
2012 Universidad Nacional de LA Plata
ISBN 978-950-34-0835-3

La traductologa : miradas para comprender su complejidad / Beatriz


Cagnolati ... [et.al.] ; compilado por Beatriz Cagnolati. - 1a ed. - La Plata :
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educacin, 2012.

194 p. ; 21x15 cm.

ISBN 978-950-34-0835-3

1. Traduccin de Textos. I. Beatriz Cagnolati II. Cagnolati, Beatriz, comp.


CDD 418.02

Fecha de catalogacin: 23/03/2012

Serie Estudios/Investigaciones, 42 (ISSN 1514-0075)


Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin

Decano
Dr. Anbal Viguera

Vicedecana
Dra. Gloria Chicote

Secretaria de Asuntos Acadmicos


Prof. Ana Julia Ramrez

Secretario de Posgrado
Dr. Fabio Espsito

Secretaria de Investigacin
Dra. Susana Ortale

Secretaria de Extensin Universitaria


Prof. Laura Agratti

Coordinadora del rea de Investigacin en Traductologa


Dra. Beatriz E. Cagnolati
INDICE

Presentacin
Beatriz Cagnolati ........................................................................ 7

Primera Parte
Introduccin a los conceptos de traduccin
y de traductologa

Captulo I: Cmo definimos el concepto de traduccin?


Jovanka Vukovic ........................................................................ 13

Captulo II: Traductologa: hacia el nacimiento


de una nueva disciplina
Beatriz Cagnolati ........................................................................ 41

Segunda Parte
De la palabra al discurso del discurso a la palabra

Captulo III: Aproximaciones a la traduccin desde


una perspectiva lingstica
Mara Luisa Fernndez ............................................................ 73

Captulo IV: Unidad de traduccin


Nelba Lema .................................................................................. 95

Captulo V: El concepto de equivalencia


Marina Menndez .................................................................... 117

5
Captulo VI: Significado, sentido y designacin
Ana Mara Gentile ..................................................................... 165
Captulo VII: Traduccin y cultura
Amalia Forte Mrmol ............................................................... 189

Sobre las autoras ....................................................................... 209


PRESENTACIN
El libro que presentamos es el producto de los inter-
cambios de ideas que fuimos realizando durante el desarrollo
del proyecto de investigacin Estudio crtico de modelos y enfo-
ques traductolgicos, originados en la segunda mitad del siglo
XX.1 La evolucin de los estudios sobre la traduccin que han
ido ganando autonoma desde la mitad del siglo pasado ha
dado origen a la nueva disciplina Traductologa, de impronta
multi e interdisciplinaria, puesto que, por un lado se nutre de
los ms diversos enfoques lingsticos, textuales, discursivos,
comunicativos, semiticos, pragmticos, cognitivos, cultura-
les, y por el otro, ha ido construyendo un discurso mediante
la resignificacin de conceptos provenientes de los enfoques
sealados y la creacin de otros.
Los contenidos que exponemos estn vinculados con
el recorrido, los vaivenes y avances de las reflexiones sobre la
traduccin y, al mismo tiempo, con el tratamiento de los temas
que, a nuestro entender, son indispensables para comprender
cmo se ha ido desarrollando la Traductologa. De all que este
libro est pensado especialmente para los estudiantes avanza-
dos de traduccin, como as tambin para los formadores de
traductores puesto que la informacin que se brinda en cada
captulo est acompaada de una bibliografa que fue mate-
ria de discusin a lo largo del proyecto, pero que a su vez fue
incrementada y actualizada por cada autora, segn el tema
especfico tratado.
La obra est dividida en dos partes, siendo la primera
1
Directora: Beatriz Cagnolati, Codirectora: Ana Mara Gentile, Integrantes: Mara
Luisa Fernndez, Amalia Forte Mrmol, Nelba Lema, Marina Menndez, Mara Ins Pe-
rroud, Fabiana Vieguer, Jovanka Vukovic. (2006-2009).

7
una Introduccin que consta de dos captulos. En el primero
de ellos Cmo definimos el concepto de traduccin? Jovanka
Vukovic rastrea el trmino traduccin y detecta una diversidad
de definiciones relacionadas con modelos lingsticos, cogniti-
vos, comunicativos, entre otros, y concluye con una visin pro-
pia que abarca los aspectos necesarios para entender el alcan-
ce del trmino en cuestin y lo que l implica. En el segundo
captulo Traductologa: hacia el nacimiento de una nueva dis-
ciplina, Beatriz Cagnolati bosqueja los antecedentes precien-
tficos de los estudios sobre la traduccin, se centra luego en
el nacimiento de la Traductologa, cuya denominacin ha sido
objeto de debate, y destaca su interdisciplinariedad. Enumera,
caracterizndolos, los enfoques lingstico, cultural, cognitivo,
funcionalista y comparativo-prescriptivo y se detiene en una
reflexin sobre las modalidades que puede tomar el estudio de
una traduccin.
La segunda parte, De la palabra al discurso del discur-
so a la palabra, est organizada en cinco captulos. Mara Lui-
sa Fernndez, autora de Aproximaciones a la traduccin desde
una perspectiva lingstica, toma como eje de su captulo a la
dicotoma lingstica-traduccin y lo estructura en dos partes:
la primera pasa revista a los modelos de la gramtica oracional
y la segunda parte aborda el anlisis textual y sus dimensio-
nes, poniendo en relacin a la traduccin con la Pragmtica,
la Semntica y la Gramtica. El desarrollo de los temas va
acompaado de abundante ejemplificacin con una clara in-
tencin pedaggica. El captulo siguiente Unidad de traduccin
aborda una problemtica que, junto con la equivalencia, estn
presentes en toda reflexin traductolgica. Para su desarrollo,
Nelba Lema enumera la diversidad de propuestas terminol-
gicas que intentan definir la unidad de traduccin y pone en
discusin su carcter apriorstico. Siguiendo a Rosa Rabadn
en su clasificacin como unidades estructurales, unidades se-
mnticas, unidades lgicas, unidades interpretativas, unida-
des binarias y unidades translmicas, Lema plantea la rela-
cin que existe entre la unidad de traduccin y equivalencia,

8
al tiempo que considera abierto el debate sobre los alcances
del tema. Marina Menndez presenta el captulo El concepto de
equivalencia, desde la incorporacin de ese concepto a los estu-
dios traductolgicos en los aos 60, segn los postulados que
marcaron hitos en su desarrollo y, al mismo tiempo, seala
cmo se enlazan las conceptualizaciones afines que atraviesan
los recortes sincrnicos. Con fines explicativos, la autora elige
una presentacin diacrnica dividida por dcadas, cada una de
ellas caracterizada por el enfoque predominante respecto de la
equivalencia. En el captulo Significado, sentido y designacin,
Ana Mara Gentile distingue esas nociones y expone la proble-
matizacin del sentido en campos afines con la traduccin como
la lexicologa, la terminologa, ejemplificando con resultados de
encuestas socioterminolgicas producto de sus investigaciones.
Asimismo, pone el sentido como eje en su relacin con la Tra-
ductologa, la traduccin literaria y la competencia traductora.
Por ltimo, Amalia Forte Mrmol, en Traduccin y cultura inscri-
be su captulo en los enfoques que tratan a la traduccin como
parte de un sistema o contexto superior que podr llamarse cul-
tura, polisistema literario o mundo, segn sea la teora que se
siga. Luego de enmarcar el alcance de la palabra cultura, Forte
Mrmol la relaciona con la traduccin desde enfoques descrip-
tivistas y sistmicos, y concluye con una cita de Sonia Snchez
que pone de manifiesto el hecho de que neutralidad y traduc-
cin no son palabras que se acompaan.
Para finalizar, agradecemos a la Facultad de Humani-
dades y Ciencias de la Educacin de la Universidad Nacional
de La Plata por dar a difusin este trabajo que esperamos for-
me parte del material de lectura para acceder al apasionante
mundo de las interferencias y de las decisiones lingstico-
discursivas que toda traduccin implica.

Beatriz Cagnolati
La Plata, marzo 2012

9
Primera parte
Introduccin a los conceptos de traduccin
y de Traductologa
CAPTULO I
CMO DEFINIMOS EL CONCEPTO DE TRA-
DUCCIN?

Jovanka Vukovic

Resumen
La complejidad conceptual del trmino traduccin y la
dificultad para definirlo nos lleva a realizar un anlisis histrico
para poder as observar cmo la traduccin ha sido compren-
dida y practicada en las sociedades modernas. La importancia
tico-poltica de la traduccin est asociada con la construccin,
transformacin o interrupcin (discontinuidad, quiebre) de las
relaciones y comprende adems obligaciones morales por parte
del emisor como del receptor. La representacin de la traduccin
produce efectos socioculturales y sirve como una herramienta
mediante la cual los individuos imaginan su relacin con una
determinada comunidad nacional o tnica e internacional.
Hasta el siglo XX a la traduccin se la consideraba
desde una perspectiva casi exclusivamente filolgica. Con la
introduccin del formalismo ruso a mediados de dicho siglo
y posteriormente con el estructuralismo, el concepto de tra-
duccin continu conformndose con un carcter marcada-
mente lingstico; la teora de la comunicacin trajo luego la
adopcin de la Sociolingstica y la Psicologa como disciplinas
hermanadas. Hoy en da las disciplinas modernas como la Es-
tilstica Comparada, la Literatura Comparada, la Semntica,
la Gramtica Transformacional y Sistmica, las teoras comu-

13
nicativas, la de polisistema, las teoras cognitivas o la de la
relevancia se relacionan con la disciplina que nos ocupa sin
que ninguna de ellas la abarque totalmente por s sola.

1. INTRODUCCIN
La evolucin y el progreso que han experimentado la
Filosofa del Lenguaje y las denominadas Ciencias Humanas a
partir del siglo XX han permitido profundizar en el estudio de la
actividad traductora y ahondar en el concepto de la traduccin.
La Filosofa del Lenguaje de orientacin pragmtica iniciada por
Wittgenstein modific ya antes de los aos cincuenta radical-
mente la concepcin del lenguaje que se tena tradicionalmente
en filosofa. La teora de los actos de habla, propuesta por Austin
y desarrollada luego por Searle constituye en la actualidad uno
de los hitos de los estudiosos del lenguaje. Por otra parte la ins-
tauracin de la Lingstica como disciplina cientfica a partir de
los postulados de Saussure revolucion a los estudiosos como lo
podemos observar con la Lingstica chomskiana y cuyos postu-
lados modificaron el concepto de lengua, en el sentido de cambiar
la visin de un sistema esttico por uno dinmico introduciendo
as los conceptos de competencia y actuacin. La Lingstica del
Texto en los ltimos aos se ha transformado en una especie de
superacin de los postulados iniciales de Saussure al reconocer
que la verdadera realidad del lenguaje se da en los textos y que
stos se encuentran en la parole y no en la langue.
Los trminos traducir, traductor y traduccin que de-
signan al quehacer, al actor y al producto existen desde mile-
nios y sus trminos equivalentes versin, vulgarizacin, literal
vs. libre, adaptacin en las dems lenguas neolatinas apare-
cieron en el siglo XVI. Las connotaciones que se asocian con el
trmino traduccin nos conducen a las nociones de transferir,
asignar significado, mover de un lugar a otro o unir una pala-
bra, frase o texto al otro. Muchas lenguas modernas compar-
ten estas connotaciones en la palabra traduccin: Traduction
(francs), Traduccin (espaol), Traducire (italiano), Transla-
tion (ingls), bersetsung (alemn).

14
Parecera entonces justificable la definicin que dice
que traduccin es una transferencia de un mensaje de una len-
gua a otra. Antes de especificar qu tipo de transferencia po-
dra ser esta no podemos dejar de preguntarnos acerca del
mensaje. No es mensaje en esta definicin un producto o una
consecuencia de la transferencia llamada traduccin ms que
una entidad que precede a la accin de transferir algo que per-
manece invariable durante el proceso de traduccin? el men-
saje supuestamente transferido en este proceso se puede de-
terminar por s mismo antes de ser puesto en funcin? Como
consecuencia a este interrogante nos surgen otros: cul es el
estado de la lengua desde y a la cual el mensaje se transfiere?
se justifica suponer que la lengua fuente en la que el texto
original tiene sentido es diferente y distinta de la lengua meta
a la cual el traductor vuelca el texto lo ms fielmente posible?
son estas lenguas contables? es posible aislarlas o yuxta-
ponerlas como unidades individuales? con qu patrones de
medicin se las puede distinguir unas de otras? es posible
asignarles unidad?
Para facilitar la representacin de la traduccin nos
preguntamos: es necesario determinar la unidad orgnica de
la lengua para poder luego definir qu es traduccin?
Por ello, la supuesta invariabilidad del mensaje transmi-
tido mediante la traduccin se confirma solo en forma retroactiva
una vez realizada su traduccin. Entonces qu tipo de definicin
es esta que incluye el trmino que necesita ser explicado en la
definicin misma? no es esta una definicin circular? De modo
similar la unidad de Lengua de Origen/Fuente (LO) / (LF) y de
Lengua Meta (LM) es tambin una suposicin en cuya ausencia
la definicin no tendra mucho sentido.
Para continuar con nuestra secuencia de pensamien-
tos se nos presenta otro interrogante: qu sera la traduccin
si una lengua no fuese contable o si una lengua no pudiera
distinguirse de otra lengua? Es muy difcil evadir estos proble-
mas cuando intentamos comprender los trminos significado y
lengua. Podemos decir que la traduccin no es secundaria ni al

15
significado ni a la lengua, ms bien intenta aclarar estos con-
ceptos. La traduccin sugiere contacto con lo incomprensible,
desconocido y poco familiar, es decir, con lo extranjero; hay
conciencia de la lengua solamente cuando uno se enfrenta
con lo desconocido.
Lo extranjero puede ser incomprensible o comprensi-
ble, desconocido o conocido, poco familiar y familiar al mismo
tiempo. Esta ambigedad fundacional de la traduccin deriva
de la posicin que ocupa el traductor. Al traductor se lo con-
voca cuando dos tipos de audiencias diferentes se interesan
en el texto fuente y para una de ellas el texto es en general
comprensible y para la otra no lo es. La tarea del traductor
consiste en resolver las diferencias de comprensin entre las
dos audiencias; es el mediador de estas diferencias.
Volviendo al problema que nos ocupa, el de definir del
concepto de traduccin, podemos agregar que la no precisin
en el uso del trmino lengua hace definitivamente difcil deter-
minar el significado del trmino traduccin porque todos los ac-
tos de proyectar, intercambiar, equiparar, unir, mapear, etc. se
podran considerar tipos de traduccin. El discernimiento de lo
lingstico de lo no lingstico se encuentra aqu en juego.
Para entender mejor este concepto intentaremos des-
cribir cmo se fue definiendo la traduccin y qu disciplinas
marcaron las diferentes definiciones.

2. LOS AOS CINCUENTA Y SESENTA


En los aos cincuenta y sesenta se abre un amplio
marco de investigaciones y los estudiosos de la traduccin
como Vinay & Darbelnet definan la traduccin como el pasaje
de una Lengua A a una Lengua B para expresar una misma
realidad (1958), mientras que Catford (1965) afirmaba:

la traduccin es el reemplazo de la gramtica y del lxico de


la lengua de origen por el equivalente de la gramtica y el
lxico de la lengua meta, con el correspondiente reemplazo
de la fonologa y grafologa de la lengua de origen por la
fonologa y grafologa de la lengua meta y agrega adems

16
que la traduccin es el equivalente de los signos de un texto
con los signos de otro texto, con idntica informacin. (c.p.
Pucciarelli, 1970, 9-10).

Es decir, la primera definicin consideraba la traduc-


cin como un hecho de norma, una aplicacin prctica de la
estilstica comparada y no de habla. La segunda definicin, un
poco ms abarcadora inclua al texto en su definicin. Ambas
concepciones consideraban la traduccin como producto final
sin tener en cuenta el proceso.
Para introducirnos en el concepto de traduccin defini-
remos los conceptos de lenguaje, lengua, habla y norma.
Entendemos el lenguaje como la capacidad de poder
establecer comunicacin mediante signos, ya sean orales o
escritos. De esta manera, el lenguaje presenta muchsimas
manifestaciones distintas en las diversas comunidades que
existen en nuestro planeta. Estas manifestaciones son lo que
conocemos por lenguas o idiomas, como el espaol, el ingls,
el francs o el alemn.
Por otro lado, la lengua es, un sistema de signos que
los hablantes aprenden y retienen en su memoria. Es un c-
digo, un cdigo que conoce cada hablante, y que utiliza cada
vez que lo necesita. Este cdigo es muy importante para el
normal desarrollo de la comunicacin entre las personas,
pues el hecho de que todos los hablantes de una lengua lo
conozcan es lo que hace que se puedan comunicar entre s.
Y entonces, qu es el habla? Es la plasmacin de lo
anterior, la recreacin de ese modelo que conoce toda la comu-
nidad lingstica. Es un acto singular, por el cual una persona,
de forma individual y voluntaria, cifra un mensaje concreto,
eligiendo para ello el cdigo, los signos y las reglas que necesi-
ta. Dicho de otra manera, es el acto por el cual el hablante, ya
sea a travs de la fonacin (emisin de sonidos) o de la escritu-
ra, utiliza la lengua para establecer un acto de comunicacin.
Entre la lengua y el habla se establecera una especie de es-
trato intermedio que los lingistas entienden como norma. La
norma es lo que nos impide emplear algunas formas lings-

17
ticas que, atenindonos a la lgica de la lengua, podran ser
correctas. Ocurre cuando un nio dice and, en lugar de an-
duve, de la misma manera que dira jugu, mir o cant. Este
tipo de normas tiene origen histrico y, as consideradas, no
constituyen ninguna irregularidad. La norma impone desvos
en determinados aspectos de la lengua que todos aceptamos,
pero el hablante no tiene por qu conocerlos en un principio
y por eso es tan comn que, entre los que estn aprendiendo,
surjan este tipo de errores.
As pues, a partir de estos nuevos conceptos se observa
como la traduccin acelera su desarrollo, desde las concepcio-
nes basadas en los sistemas lingsticos de Saussure hacia la
nocin de la traduccin de los textos individuales dentro de las
infinitas posibilidades de los sistemas lingsticos. En 1966
Edmond Cary aada a la definicin que nos daba Catford una
complejidad diferente:

Traducir es percibir las correspondencias ms sutiles, es


establecer una equivalencia entre dos modos de expresin,
entre dos maneras de pensar, de sentir, de actuar, de vivir,
qu se yo!...Dos maneras que estn cristalizadas en dos
idiomas diferentes. (Horguelin op.cit.:202).

Esta definicin con las anteriores tiene en comn la


consideracin de la traduccin como un fenmeno interlin-
gstico. Sin embargo, la traduccin aqu definida no es una
reproduccin de los primeros signos, de las partes de signifi-
cado de un texto original, de una realidad, de el sentido es-
condido y literal, del pensamiento o de la emocin expresados
en el texto original sino de algo universal que se manifestara
en la posibilidad de establecer una equivalencia entre modos
culturales diferentes.
Eugene Nida & Charles R. Taber (1969) por su parte,
definan a la traduccin como la reproduccin en la lengua del
receptor del equivalente ms prximo del mensaje de la lengua
fuente, primero en trminos de significado y luego en trminos de
estilo. Esto sealaba que el equivalente natural ms cercano no
se basaba en la correspondencia de formas sino de funciones.

18
El aporte de estos estudiosos fue crucial porque eran los
primeros que definieron la traduccin en trminos de equiva-
lencia funcional y en un marco eminentemente comunicativo.
Adems este fue el primer enfoque cientfico de la traduccin,
lo que llev a que conceptos como significado, equivalencia y
traducibilidad se convirtieran en temas de constante discusin
en el campo terico de la traduccin. Este enfoque se diferen-
cia del enfoque lingstico tradicional, en la medida en que
establece el concepto de equivalencia dinmica, basado en el
principio de efecto equivalente

3. LOS AOS SETENTA


En los aos setenta fue James Holmes (1972) quien
acu el trmino de Translation Studies (Estudios de Tra-
duccin) y fue quien dividi los estudios de traduccin en dos
grandes ramas, pura y aplicada y a su vez subdividi la pura
en estudios de traduccin tericos y descriptivos.
George Steiner (1975) por su parte seal:

traducir es partir de lo que ha estado silenciado hacia lo


que est vivo, desde la distancia hacia la proximidad y afir-
maba que el modelo esquemtico de traduccin es cuando
un mensaje de la lengua fuente pasa a la lengua receptora
mediante un proceso transformacional.

Este es un punto de vista comunicativo que incluye el


proceso y corta con la visin y distincin entre Lengua 1 (L1) y
Lengua 2 (L2) en trminos de originalidad o creatividad.
La principal caracterstica de esta poca sera el trata-
miento interdisciplinario de la traduccin; se plantean proble-
mas concretos segn el tipo de traduccin, y cada problema
requiere una respuesta especfica. Ya no se permite aplicar a
cualquier traduccin el concepto de una fidelidad abstracta.
Adems, en esta poca, vistos los lmites de la traduccin au-
tomtica y discutidas tanto las perspectivas meramente lin-
gsticas como el reduccionismo abstracto del generativismo,
algunos pensadores retoman las reflexiones hermenuticas

19
planteadas por los filsofos de principios del siglo XX, lo que
supone una relectura de los trabajos de Benjamin, Heidegger o
Gadamer, entre otros (Steiner 1975: 236-238).
Vasquez Ayora (1975) se apoyaba en la gramtica gene-
rativa o transformacional y sostena:

el procedimiento traductivo es analizar la expresin del tex-


to de lengua original en trminos de oraciones pre-nucleares,
trasladar las oraciones pre-nucleares de lengua original en
oraciones pre-nucleares equivalentes de lengua trmino y, fi-
nalmente, transformar estas estructuras de lengua trmino en
expresiones estilsticamente apropiadas.

Observamos aqu la influencia de la estilstica compa-


rada ya que consideraba que la traduccin se realizaba desde
la norma, desde oraciones pre-nucleares y no desde el habla.
Eugene Coseriu (1977) por su parte, se bas en la dis-
tincin entre significado, designacin y sentido:

el cometido de la traduccin, desde el punto de vista lin-


gstico, es el de reproducir no el mismo significado sino la
misma designacin y el mismo sentido con los medios (en
rigor, con los significados) de la misma lengua.

Jean-Ren Ladmiral (1979) defini la traduccin como


una operacin de meta-comunicacin que asegura la identidad
de la palabra a travs de la diferencia entre las lenguas y pro-
puso las teoras para la traduccin que explicaran conceptos
importantes como la prctica semitica, la lectura interpre-
tacin, la reescritura, los mecanismos de feedback hermenu-
tico, la mediacin hermenutica, las decisiones en traduccin,
etc. Aunque esta definicin es vaga no deja de subrayar la
caracterstica comunicativa de la traduccin y su pertenencia
al campo del habla apoyado en el uso de la norma.
Frank Kning (1979) tratando como l mismo dijo:

de hacer justicia a la complejidad de la traduccin la defi-


ni como una traslacin interlingual adecuada de elemen-
tos en lengua de partida, segn normas sintcticas, lxicas

20
y estilsticas de la lengua meta, cuya adecuacin est de-
terminada por la competencia del traductor, por procesos
de performance, por mecanismos estructurales sicolgicos
y experiencias del traductor, as como tambin por compo-
nentes situacionales.

Otro trabajo importante realizado en Alemania y que


sigue el concepto de equivalencia de Nida es el de Katharina
Reiss (1970). Reiss categoriz los textos, segn su funcin, en
informativos, expresivos, operativos y audiomediales, teniendo
en cuenta la intencin comunicativa de los textos a traducir.
Desarrolla con Vermeer la teora del escopo (Reiss and Vermeer
1984), un enfoque funcionalista, que parte del concepto griego
de skopos (meta).

4. LOS AOS OCHENTA


Con el fin de ampliar la comprensin del proceso de tra-
duccin, los enfoques prescriptivos comienzan a ser reempla-
zados por otros de carcter decriptivo. De ese modo para Jean
Delisle (1980) traducir consiste en decir bien (por escrito, en
una lengua que se conoce muy bien lo que se ha comprendido
muy bien, en una lengua que se conoce bien, es decir esta
es una operacin consistente en determinar la significacin de
los signos en funcin de un querer decir caracterizado en un
mensaje y en restituir luego ese mensaje ntegramente median-
te signos de otra lengua. La definicin de traduccin que Delisle
nos propone se puede clasificar en un proceso ya que consiste
de fases.
En la misma lnea, Danica Seleskovitch & Marianne
Lederer (1984) ofrecieron una descripcin ms completa y
profunda de la traduccin. Sostuvieron que una definicin
de traduccin que tuviese en cuenta nada ms que los sig-
nificados no poda dar cuenta de las modalidades operativas
de la traduccin humana. Sostenan, adems, que se deban
elaborar definiciones que contemplasen el proceso traductor
humano mediante la sustitucin de los significados abstrac-
tos por el sentido de los mensajes particulares inscriptos en

21
situaciones comunicativas concretas: Traducir no puede ser
solamente una operacin referida a las lenguas sino que debe
ser referida al sentido.
Mariano Garcia Landa (1985) propone que la traduc-
cin consiste en hablar para redecir lo ya dicho por otro, por
oral o por escrito en un primer acto de habla es decir definir el
traducir como un segundo hablar, un segundo acto de habla
que consiste en hablar para redecir lo ya dicho en otro acto
de habla anterior. Traducir es la relacin entre dos actos de
habla (oral o escrita) relacionados entre s por lo ya dicho. Esta
definicin es muy similar a lo dicho por Delisle pero le otorga
mayor importancia al mensaje de lengua fuente quedando el
mensaje traducido como una mera copia.
Por su parte Peter Newmark (1988) redefini el con-
cepto y seal que la traduccin no es ni arte, ni ciencia ni
una habilidad ni tampoco solo una cuestin de gusto. La tra-
duccin contiene elementos de todas esas cuatro propiedades
y el problema de su definicin era delicado. Para l la traduc-
cin era un medio de comunicacin, un medio de transmisin
de cultura, una tcnica (una de tantas que debe ser usada
con discrecin en el aprendizaje de una lengua) y tambin una
cuestin de gusto. La traduccin significaba tambin una pr-
dida de algn tipo de significado que se deba a numerosos
factores porque la traduccin provoca una tensin, una dialc-
tica, un argumento que se basa en las restricciones impuestas
por cada una de las lenguas en cuestin. La prdida principal
es un continuum entre overtranslation (detalle aumentado) y
undertranslation (generalizacin aumentada).
Como podemos observar hasta aqu en el desarrollo
de nuestra historia del concepto de traduccin, los discpulos
de los estudios sobre traduccin al igual que los tericos que
los precedieron buscaron relaciones uno a uno y nociones de
equivalencia funcional. Crean en la capacidad subjetiva del
traductor de producir un texto equivalente que a su vez te-
na influencia sobre las convenciones literarias y culturales de
una sociedad en particular.

22
En los aos ochenta aparecen los tericos de la Teo-
ra de Polisistema que suponan lo contrario: las normas
sociales y las convenciones literarias en la cultura receptora
(sistema target o de llegada) gobiernan las presuposiciones
estticas del traductor e influyen en el resultado de las deci-
siones de traduccin.
Los tericos seguidores de este concepto como Gideon
Toury, Even-Zohar (1981), cambiaron la perspectiva de tra-
duccin tradicional y comenzaron a formularse nuevos inte-
rrogantes. El trmino polisistema es un trmino global que
abarca todos los sistemas literarios que existen en una cultura
dada, o sea los sistemas mayores y los subsistemas menores.
En los modelos anteriores la traduccin se clasificaba siem-
pre dentro del sistema secundario. Even-Zohar fue el primero
que sugiri que las relaciones entre los trabajos traducidos y
los polisistemas literarios no se caracterizan como primarios
o secundarios sino como una variable que depende de la cir-
cunstancia especfica que opera dentro de un sistema literario.
Este autor seal que existen tres circunstancias en las cuales
la traduccin se mantendra en una posicin primaria: cuando
la literatura es joven o en proceso de establecerse; cuando la
literatura es perifrica o dbil o cuando la literatura est expe-
rimentando una crisis o un giro (Even-Zohar: 1978).
La ventaja de este nuevo concepto es que integra el
estudio de la literatura con las fuerzas econmicas y sociales
de la historia y utiliza el prefijo poli- para permitirse tal ela-
boracin y complejidad sin tener que limitarse a un nmero
de relaciones e interconexiones. Este concepto de traduccin
elevaba el enfoque formalista a un grado mximo. Los segui-
dores de esa teora suponan que los sistemas literarios esta-
ban compuestos por mltiples sistemas diferentes que sufran
cambios constantes, y, en el ncleo mismo estaba el concepto
de un todo totalmente integrado y significativo. Y aunque los
subsistemas competitivos se encontraban en un constante es-
tado de flujo, tambin se correlacionaban de diferente manera
con otros elementos y sistemas que formaban una estructura

23
compleja y unificada. No analizaron textos individuales sino que
trabajaron con textos mltiples, inter- e intra-relaciones com-
plejas, en las que entran los textos al formar un todo unificado
y sumamente estratificado. La cultura era para ellos una es-
tructura humana organizada. Los avances de la Teora de Poli-
sistema para la traduccin liberaron a la disciplina de la traduc-
cin de las restricciones que las teoras tradicionales imponan;
expandiendo los lmites tericos de la teora y apartndose de
los modelos lingsticos o de las teoras literarios entrando en
contextos culturales mayores que hicieron avanzar al concepto
de traduccin ms all de las prescripciones estticas.
Fue Gideon Toury (1980) quien se centr en el mode-
lo de Even-Zohar y se bas en las diferencias estructurales
entre lenguas y quien consider que los sistemas lingsticos
difieren entre s en trminos de estructura, repertorio, norma y
uso; la traduccin se ubica en el medio de dos polos, ninguna
traduccin es totalmente aceptable en la cultura meta porque
introduce nueva informacin y formas poco familiares para ese
sistema; la traduccin tampoco se adecua a la versin original
porque las normas culturales hacen que se produzcan cam-
bios en las estructuras del texto fuente.
Varios aspectos de su visin han contribuido al desa-
rrollo del campo de la traduccin como por ejemplo: el abando-
no de la nocin de correspondencia uno a uno al igual que la
posibilidad de equivalencia literal/lingstica; el compromiso
de las tendencias literarias dentro del sistema cultural meta
en la produccin de cualquier texto traducido; la desestabiliza-
cin del mensaje original con una identidad fija; la integracin
del texto original y del texto traducido en una red semitica de
sistemas culturales que se intersectan.
Centrarse en normas sociales y literarias que gobiernan
la cultura meta y que influyen directamente sobre el proceso
de traduccin hizo que Gideon Toury considere la traduccin
como un proceso mediante el cual los sujetos de una cultura
dada comunican en mensajes traducidos que fueron determi-
nados previamente por restricciones culturales propias. En el

24
proceso de traduccin es casi imposible eludir la infidelidad
porque los traductores no trabajan en una situacin ideal o
abstracta, ni tampoco son inocentes, y tienen intereses cultu-
rales y literarios propios y desean que su trabajo sea aceptado
en la otra cultura. Entonces se produce una manipulacin del
texto fuente para informar, como tambin est el deber de su-
jetarse a las restricciones culturales existentes.
Algunos aos despus Theo Hermans (1985) sugiri
que los estudiosos de la traduccin compartan la idea de
considerar:

la literatura como un sistema complejo y dinmico; como


un juego continuo entre los modelos tericos y los estu-
dios de casos prcticos; y a la traduccin como descriptiva,
orientada al texto meta, funcional, y sistmica; y con inters
en las normas y restricciones que gobiernan la produccin y
recepcin de las traducciones.

Lambert (1988) y el grupo belga-holands, basndose


en los conceptos de polisistema sealaron que:

las normas son las que van a determinar el tipo de traduc-


cin resultante; todo momento del proceso de traduccin
est gobernado por normas y slo cuando las normas y ope-
raciones preliminares son conocidas se pueden observar los
principios que dan forma al nuevo texto.

Sealaron, adems, que las normas tambin determi-


nan el modo en que el material se importa y domestica
y dicen que la definicin misma de la traduccin se vuelve
dependiente de las normas y de cmo estas funcionan en
cualquier sistema social dado. Este grupo belga-holands ha
encontrado que la traduccin se esconde a veces dentro del
modelo extranjero.
La contribucin de la Teora de los Polisistemas y de
los Estudios de Traduccin en los aos ochenta es el descu-
brimiento de la importancia del tipo de normas que gobiernan
la conducta de la traduccin antes de analizar la traduccin
misma, especificaba Hermans (1991).

25
El giro de los ochenta le otorg al concepto de traduc-
cin una visin diferente y podemos observar como la rama
descriptiva de los Estudios de Traduccin tuvo influencia so-
bre el concepto; es decir se buscaban regularidades de los fe-
nmenos de traducibilidad en contextos culturales reales; las
definiciones de los fenmenos que se investigaron entraron en
proceso de cambio; los conceptos tradicionales permanecan
sin resolver; pero se estaba avanzando y se estaba re reeva-
luando la definicin de qu es un texto traducido. Tambin
en esta dcada se comenzaba a definir lo que la sociedad y las
relaciones entre la sociedad y la lengua se cuestionaban. Sur-
gieron interrogantes con respecto a si uno deba estudiar las
traducciones como textos, como conceptos o como sistemas
(Toury 1986). Las relaciones de traduccin entre el texto fuen-
te y el texto meta se reemplazaron por una red de relaciones
y conceptos de intertextualidad (Toury 1986; Lambert 1989).
Esta nueva visin fue menos comprometida con las definicio-
nes a priori y ms comprometida con el por qu. La teora de los
Polisistemas contribuy, en cierto modo a romper las barreras
conceptuales tratando de encontrar un mtodo para una me-
jor definicin de la traduccin.
Al mismo tiempo, los Estudios de la Traduccin en Ingla-
terra y en Estados Unidos, rama anglo-americana, (Bassnett,
Lefevere, David Lloyd y Mara Tymoczko) se distanciaron y fue-
ron ms all del modelo polisistmico de Even- Zohar al cual
vean como demasiado formal y restrictivo y se centraron ms
en las instituciones de prestigio y de poder dentro de una de-
terminada cultura y sobre patrones de traduccin literaria.
Particularmente Andr Lefevere (1988) comenz a pre-
guntarse sobre las presiones ideolgicas del traductor y sobre
las estrategias que la traduccin tena para influenciar el en-
torno intelectual. Entendi por ideologa al conjunto de dis-
cursos que luchan por sobre los intereses que son importantes
para el mantenimiento o cuestionamiento de las estructuras
de poder que constituyen la base de la vida histrica y social.
Este conjunto de discursos se puede manifestar abiertamente

26
como en la Europa del Este o ms frecuentemente funcionar
en forma cubierta como en los pases occidentales. Mientras
los diferentes subsistemas luchan por intereses competitivos,
todos estn sujetos ya sea en forma consciente o inconsciente
a las ideologas prevalecientes de la sociedad en un momento
histrico dado. Los interrogantes de la rama anglo-americana
no ignoraron el hecho de que los textos traducidos introducan
nuevos elementos literarios en otros sistemas. Lefevere (1984)
agreg el concepto de dominio a su modelo para investigar me-
jor las presiones ideolgicas. Tymoczko (1986) tom la meto-
dologa de Lefevere pero con una visin nueva y busc no solo
los elementos literarios introducidos en la cultura francesa a
travs de la traduccin sino tambin utiliz conceptos como
dominio y fuerza socio-econmica para explicar la evolucin
sistmica. La traduccin tena un papel crucial en los sistemas
emergentes escritos.
Despus de ms de una dcada de investigacin, los
estudiosos de las escuelas de traduccin mostraron una ten-
dencia de considerar a las traducciones no ya como un hecho
emprico (un texto concreto, definido por la cultura meta) sino
ms bien como un conjunto complejo de relaciones de tradu-
cibilidad en una situacin dada. Los Estudios Descriptivos de
Traduccin de ese periodo muestran en cierta forma como el
texto traducido est inscripto en una cambiante red de inter-
textualidad y cmo los hechos de la traduccin parecen ser
ms construidos que materiales.

5. LOS AOS NOVENTA


Como hemos visto los diferentes conceptos de lengua,
habla y norma influyeron sobre los estudiosos y su bsqueda
de una definicin amplia de traduccin que contemplara as-
pectos lingsticos y extralingsticos de la traduccin oral y
escrita. Para ello algunos estudiosos basaron sus definiciones
en las tres macrofunciones del lenguaje: la ideacional, la inter-
personal y la textual (Halliday, 1978). Entre las caractersticas
extralingsticas encontramos los aspectos pragmticos que

27
nos confiere el contexto situacional de Hatim & Mason (1990) que
consideraban que el texto es una unidad cohesiva y coherente
compuesta por secuencias de elementos interconectados y enca-
minados hacia un fin retrico global y encontramos a los semi-
ticos como (Barthes, Hatim & Mason, 1990) que sostienen que
el texto se obtiene a partir de las relaciones de los signos lings-
ticos y no lingsticos. Dentro de la funcin ideacional entraran
todos los aspectos psicolgicos y fisiolgicos relacionados con
los conocimientos lingsticos y no lingsticos necesarios para
crear e interpretar mensajes. La funcin interpersonal contiene
las variables sociolingsticas que es un indispensable compo-
nente comunicativo del lenguaje. En esta funcin estn tambin
los aspectos extralingsticos de la comunicacin humana como
los actos de habla que toma en cuenta los aspectos pragmticos
como las implicancias, presuposiciones, las mximas de Grice y
los elementos textuales, cotextuales y contextuales que dan co-
hesin y coherencia a los mensajes expresados como textos.
En los aos noventa fue Bell (1991) quien avanz con
el concepto de traduccin y distingui entre la traduccin (en
abstracto), una traduccin concreta y el acto de traducir inclu-
yendo as el proceso. Como observamos el interrogante qu
es traducir?, qu es la traduccin? continuaba preocupando
a los estudiosos. Entre los interrogantes propuestos podra-
mos sealar adems los siguientes: Qu pasara si desde la
teora revertimos la direccin del pensamiento y postulamos
la hiptesis de que el texto original depende de la traduccin?
Qu sucedera si sugerimos que sin la traduccin el texto ori-
ginal no existe y que su supervivencia no depende de ninguna
cualidad en particular sino de aquellas cualidades que conten-
ga la traduccin? Qu ocurrira si la definicin del significado
de un texto fuera determinada no por el original sino por la
traduccin? Qu pasara si el original no tuviese una identi-
dad fija que pudiera ser determinada esttica o cientficamente
sino que cambia todas las veces que esta se traslada a la tra-
duccin? Qu es lo que existe antes del original? una idea?
una forma? una cosa? nada?

28
De la nocin de Derrida (1981) surge que la deconstruc-
cin y la traduccin estn interrelacionadas. Para l toda la filo-
sofa estaba relacionada con la nocin de traduccin. El origen
de la filosofa es la traduccin o la tesis de traducibilidad. De-
rrida desafiaba al lector y especialmente al traductor a pensar
y repensar en forma constante todas las veces que nombraba
algo, que fijaba una identidad o que inscriba una oracin.
Los decontruccionistas, desafan los lmites de la len-
gua, la escritura y la lectura sealando cmo las definiciones de
los mismos trminos utilizados para discutir conceptos estable-
cen lmites para las teoras especficas que describen. Si bien no
definen conceptualmente a la traduccin, cuestionan la natura-
leza del lenguaje y sugieren que en el proceso de la traduccin
de textos uno se acerca lo ms posible a la nocin de lo evasivo,
escurridizo o experimentacin de las diferencias.
Este enfoque sobre el concepto de traduccin estara
preparando la base para el estudio postestructuralista. Como
fenmeno, parecera que la traduccin socava cualquier en-
foque sistemtico de su propio estudio y puede debilitarse a
s misma, desapareciendo a medida que se articulan los in-
terrogantes que la categorizan. Este pensamiento nuevo es el
de la deconstruccin, el cual ofrece un nuevo modo de ver los
fenmenos de traduccin que los estudiosos de Estudios de
Traduccin han evitado tratar en forma sistemtica.
La nocin de que el traductor crea el original es un
concepto introducido por los deconstruccionistas y sirve para
reconocer la nocin de autora y con ella la autoridad sobre la
que se basa la comparacin de versiones de texto con las sub-
siguientes traducciones. Los deconstruccionistas argumentan
que los textos originales se re-escriben constantemente en el
presente y toda lectura/traduccin reconstruye el texto fuen-
te. Foucault agreg que la traduccin de un original a una
segunda lengua constituye una violacin del original y por
ende la imposibilidad de crear un equivalente puro. Y es con
la iniciativa de Heidegger y Derrida que la traduccin pas a
ser un tema central de la filosofa. Se comienza a observar no

29
el texto fuente ni el texto meta solamente sino cmo los dife-
rentes discursos y las prcticas semiticas son mediadas por
la traduccin. La re-evaluacin de las definiciones de traduc-
cin fue tema de estudio de la Universidad de Lovaina. Susan
Bassnett (1991), basndose en Derrida, desarroll un enfoque
postmoderno y apareci el trmino canibalismo, para definir
la traduccin. Canibalismo se debe entender como un proceso
de liberacin del original una vez que este se haya deglutido y
digerido. La traduccin se ve como un acto de apropiacin, de
nutricin, de afirmacin, que considera a la traduccin como
una fuerza viva que asegura la supervivencia de un texto. Esta
teora canibalista perturb el clsico concepto occidental de
traduccin pero no fue inconsistente con la del criterio mo-
derno y actual que expresa que la lengua no se reduce a un
sistema formal ni a un concepto esttico sean ellos lingsti-
cos, literarios o de traduccin. Esto demuestra la inestabilidad
propia de la lengua en cada uno de sus actos.
La traduccin en este sentido fue considerada como un
problema de asociaciones, que debe ser entendido como parte
de un contexto cultural y de la transformacin de ese contex-
to, en el que, segn Venuti (1992, 1995), el traductor juega
un papel importante, pero adems, l mismo hace visible su
participacin en la medida en que toma decisiones, a la vez
que acta como mediador, extranjerizando el texto que tradu-
ce estrategia traductiva que difiere de la domesticacin en el
sentido en que esta ltima intenta producir una traduccin
fluida y transparente. La preocupacin del trabajo de Venuti,
The Translators invisibility (1995), ha sido la de hacer visible
el trabajo del traductor en la cultura receptora. Venuti utiliza
el texto de Schleiermacher ber die verschiedenen Methoden
des bersetzens, para definir el concepto de extranjerizacin
o domesticacin del texto traducido, con el fin de que la figura
del traductor salga a la superficie. En otras palabras, no hay
que esforzarse por mantener un nivel inferior al del original;
precisamente por tratarse de un trabajo elaborado sobre otro
este podra hasta superar al original. Por otra parte la invisibi-

30
lidad del traductor est en relacin directa con el tipo de tra-
duccin que se realice y con factores extratextuales de carcter
socioeconmico y cultural.

6. TRANSICIN HACIA EL NUEVO MILENIO


Reconsiderando lo hasta aqu expresado podemos ob-
servar que a partir de los 70 el concepto de traduccin fue
ms all de los modelos prescriptivos estticos y se nucle el
concepto en torno de la Teora del Escopo, los Polisistemas,
Descriptiva de Traduccin, Poscolonial y el Feminismo. El
concepto del Escopo define a la traduccin como una accin
que tiene un propsito que conduce a un resultado, a una si-
tuacin nueva y posiblemente a un nuevo objeto. El propsito
de esa accin traductora no se da al azar sino que debe nego-
ciarse con el cliente que encarga la accin. El texto fuente es la
base para todos los factores importantes ordenados jerrqui-
camente; se determina el translatum o texto resultante tradu-
cido y como el texto meta est orientado a lectores meta es el
que en ltima instancia definira su aceptabilidad. (Vermeer,
2000). De ah que podemos decir que los textos fuente y meta
pueden ser diferentes no solo en la formulacin y distribucin
del contenido sino tambin en cuanto a las metas que se han
establecido para cada uno y los trminos en los que el ordena-
miento del contenido est determinado.
Un nuevo debate sobre el concepto de traduccin lo lan-
zan los estudiosos a fines del milenio como los postcolonialis-
tas (Niranjana 1992; Robinson, 1997; Bassnett y Trivedi, 1999)
y tambin los feministas que no consideran a la relacin entre
texto fuente y meta como una relacin de pares sino que consi-
deran la traduccin como una relacin que contiene bsicamente
una calidad de poder. El receptor reclama la autoridad moral de
dominio sobre los textos que elige, cmo es que ellos van a ser
traducidos y los traductores, quienes atacan estas normas ideo-
lgicas, se vuelven de alguna manera escribas subversivos.
De lo hasta aqu sealado confirma nuestra obser-
vacin de que existen prcticamente tantas definiciones de

31
traduccin como autores que intentaron definirla porque la
traduccin se ha definido como ya sealamos desde la pers-
pectiva de muchas disciplinas anteriores (Lingstica, Crtica
Literaria, Filosofa, etc.) y cada una de ellas ha proporcionado
el filtro de sus propios intereses y matices. Otra razn consi-
deramos que pudo haber sido que las primeras definiciones de
traduccin surgan de la traduccin literaria (y de una lite)
como nica actividad de traduccin digna de ser estudiada: es-
tas primeras definiciones se mostraron ineficaces porque otros
tipos de traduccin no literaria alcanzaban mayor estatus y es-
tas primeras definiciones no incluan estos nuevos tipos. Hubo
que volver a definir el concepto, produciendo una historia de
continuas resistencias y aperturas hacia nuevas realidades
que eran admitidas como actividades de traduccin y objeto
de estudio. La realidad fue guiando el objeto cientfico y la de-
finicin del objeto de estudio de traduccin no en la definicin
de un proceso natural al que se le presupone inalterabilidad
sino definicin de un proceso tecnolgico que se encuentra en
continua evolucin y cambio. Podramos agregar que creemos
que se necesitan definiciones abiertas, posibles de modificar
tanto para contener nuevas realidades como para desechar las
que han dejado de ser tiles o necesarias. Tambin creemos en
la dificultad de encontrar una buena definicin de traduccin
porque el trmino en s encierra muchas realidades diferen-
tes. Como lo seal Gutt (1991) quien cita a Krings (1986): el
trmino traduccin puede efectivamente incluir operaciones y
alcances muy distantes: traduccin intralingstica versus in-
terlingstica; traduccin de palabras o frases aisladas versus
traduccin de textos autnticos; traduccin versus interpre-
tacin (consecutiva o simultnea); traduccin como proceso
y traduccin como producto; traduccin de una lengua a otra
versus traduccin de un lenguaje natural a otro sistema de
signos (cdigo Morse, por ejemplo); traduccin versus transli-
teracin (traduccin a otros sistema de escritura, por ejemplo
el paso de la escritura cirlica a la romana); traduccin huma-
na versus traduccin automtica; traduccin desde (una len-

32
gua extranjera) versus traduccin hacia (una lengua extranje-
ra); traduccin versus libre parfrasis o imitacin.
Se iniciaron de ese modo formas novedosas de comuni-
cacin aceptables como traduccin y entre ellas podemos men-
cionar: los textos cambiados de funcin (escopo) o adaptados,
la traduccin entre lenguas de signos y lenguaje natural, el
subtitulado para sordos, la interpretacin de conversaciones
telefnicas, etc.
El concepto de traduccin derivado del modelo de es-
copo o funcionalismo (Christiane Nord) 1997, basada en ver-
siones de Reiss (1984 y Vermeer 1983, Reiss y Vermeer (1996
[1984]) propona primaca de funcin sobre fidelidad. Es a
partir de la aplicacin del modelo a la prctica de la enseanza
y evaluacin que Nord redefine el concepto de traduccin en el
que cobra protagonismo el texto original y donde se introduce
el concepto de lealtad, porque el parmetro de evaluacin es
el texto original. El funcionalismo surge frente a la idea de
equivalencia y la filosofa del generativismo, y se nutre de la
Filosofa del Lenguaje (teora de actos de habla) y otras aporta-
ciones de la Pragmtica, del anlisis del texto y del estudio de
la eficacia de la comunicacin para establecer sus principios e
introduce conceptos como encargo de traduccin y adecuacin
a este encargo en los desarrollos acadmicos y la prctica profe-
sional. La aportacin mayor al concepto de definicin de traduc-
cin fue el encargo de traduccin y funcin. Nord (1997) estable-
ce una innovacin del concepto y propone una distincin entre
la traduccin documental e instrumental. Es instrumental cuando
el objetivo principal es producir en la lengua meta un tipo de
documento con ciertos aspectos de una interaccin comunicativa
en la cual el emisor de la cultura original se comunica con una
audiencia de la cultura original a travs de un texto original bajo
ciertas condiciones culturales dadas. La traduccin es documen-
tal cuando el texto meta, es un texto acerca de un texto, o acerca
de uno o ms aspectos particulares de un texto.
Se observan tambin los esfuerzos aportados por los
modelos cognitivos y psicolingsticos a la definicin de tra-

33
duccin que han originado diferentes consideraciones de tra-
duccin. Unos proponen definir la traduccin como proceso
mental, es decir centrarse en el proceso mental de la media-
cin lingstica (Muoz, Kirlay), para otros la traduccin es
el procesamiento de la informacin, el conocimiento y la me-
moria (Bell) o la traduccin como un proceso de aprendizaje
y memoria (Douglas Robinson), o como comprensin de sig-
nificado, adquisicin de conocimientos y memoria (Gile) otros
que tienden a la distincin entre significado connotativo y de-
notativo (Kussmaul, Bell) y los que adoptan para la definicin
una concepcin unitaria del significado ms coherente con las
aportaciones generales del cognitivismo.

7. A MODO DE SNTESIS
Hemos observado de nuestro anlisis que para cada
una de las propuestas de definicin de traduccin se pudo
encontrar un modelo de la teora lingstica correspondiente.
Comenzamos en los aos cincuenta con el modelo lingstico
estructuralista con muy poca vigencia en la actualidad y que
dio lugar a definiciones con enfoques comparativistas, enfo-
ques que resultan aceptables para una minora: en el mundo
germanoparlante (Gramtica Comparada, Gramtica de tra-
ductores) en el mundo eslavo (donde todava se hace Sintaxis
Comparadas). Hay quienes siguen an hoy las afirmaciones
de Eugenio Coseriu 1973(1981) y de Vinay y Dalbernet (1965)
por sealar a algunos. Creemos que las afirmaciones se en-
cuentran en abierta contradiccin. Una de las cuestiones
planteadas por el estructuralismo en cuanto a la traduccin es
la intraducibilidad. El aporte del estructuralismo al concepto
de traduccin es que ha permitido un conocimiento importan-
te de los sistemas de las lenguas.
La definicin de traduccin en cuanto al modelo terico
lingstico generativista constituy una superacin del estruc-
turalista permitiendo un concepto generativista de definicin
basado en la nocin de equivalencia adoptada de forma casi
generalizada por los estudiosos de la traduccin. La Escuela

34
de Leipzig (Otto Kade, 1968), Vzquez Ayora (1977) y tambin
Nida tuvieron su fase generativista. El aporte del generati-
vismo fue descubrir muchas regularidades sintcticas lo que
condujo a la superacin del estudio de todo significado no for-
malizado y de ese modo pudo excluir a la traduccin literaria,
alumbr el desarrollo de la traduccin automtica y origin las
primeras definiciones de traduccin como proceso que fomenta-
ran el debate en torno del concepto de unidad de traduccin. En
ese momento histrico es cuando se intenta hacer compatible
la idea de equivalencia con la de la traduccin como proceso
comunicativo y se comienza a hablar de equivalencia funcional,
comunicativa, etc. Ese posicionamiento equivalencista lo han
tomado Neubert (1997) y Wills (1966).
El Generativismo Sintctico y la Semntica Generati-
va abri nuevos caminos al estudio del significado y tambin
sembr de contradicciones las definiciones de traduccin que
no encontraban suficiente base en los nuevos planteamientos
para poder abandonar definitivamente la idea de equivalencia
lxica y sintctica, pero que sentan la contradiccin existente
entre el mantenimiento del concepto de equivalencia y la in-
troduccin de enfoques comunicativos en la definicin de la
traduccin. Estos enfoques comunicativos fueron iniciados
por los filsofos del lenguaje y su desarrollo posterior se dio en
la Pragmtica. Inmediatamente se abrieron simultneamente
nuevos campos en la Lingstica como el Anlisis de Discurso
y la Gramtica de Texto que extienden el concepto de signifi-
cado a su unidad discursiva y plantean las relaciones entre el
texto o discursos y sus lectores y tambin con su autor. Gutt
(1991) aplic la teora de la relevancia de (Sperber y Wilson
1986) a su definicin de traduccin.
Otras reacciones al generativisno fueron dadas desde
la sociolingstica y la teora hallidayana para la definicin
de la traduccin. Ambas se ocupan de la proyeccin social de
la lengua y la comunicacin. Parea definirla se adoptaron los
principios de principios hallidayanos. Todava hoy existe una
adopcin casi generalizada de la variacin lingstica (varieda-

35
des de uso y usuario). Esta clasificacin de la variacin junto
con la incorporacin de las tipologas textuales (gneros y ti-
pos) ha producido un neoestructuralismo textual.
La aproximacin contextual britnica, junto con una in-
clinacin a las interpretaciones ideolgicas del Anlisis del Dis-
curso francfono, una falta de modelo semntico con distincio-
nes entre la pragmtica, comunicacin y semitica en conjuncin
con la herencia hallidayana y un acercamiento al escopo del fun-
cionalismo dan lugar a definiciones dadas por Hatim y Mason
(1997, 1990) de gran aceptacin actual. La Escuela de Sentido es
la que reacciona a los planteos equivalencista y utiliza el concep-
to de sentido como base del concepto de traduccin en el que se
conjugaban tres factores: carcter pragmtico, que evaluaba los
elementos no verbales de la comunicacin; la desverbalizacin,
que rompa con el supuesto equivalencista y el impulso de la
figura del mediador y de sus actividades mentales. Seleskovitch
(1980) sostiene que si bien el estudio del funcionamiento de las
lenguas resulta indispensables al traductor para comprender el
texto original y hacer inteligible el texto traducido, no es suficien-
te para explicar el proceso de traduccin porque descuida los
innumerables complementos cognitivos que se unen a los signi-
ficados lingsticos para construir en el espritu del traductor el
sentido que se esforzar por restituir en otra lengua.
La concepcin de la traduccin como proceso mental y
la dicotoma entre el significado y el sentido sienta las bases de
la Escuela de Sentido y se le aaden componentes funcionalis-
tas, cognitivos o relacionados con el ejercicio profesional
Adems la concepcin del texto como la unidad de tra-
duccin tanto en el proceso (Neubert, 1985) como en el an-
lisis textual pedaggico (Nord, 1991) o la traduccin desde la
perspectiva textual con la aplicacin simultnea de los proce-
dimientos de abajo- arriba y de arriba- abajo [top-up/top-down]
(Mayoral 1999, Baker 1996) brind nuevas definiciones conce-
bidas dentro de los marcos integradores.
Antes del milenio, la traduccin se consideraba un pro-
blema de equivalencias. Actualmente, es vista como un proble-

36
ma de asociaciones, que deben ser entendidas como parte de un
contexto cultural y de la transformacin de ese contexto, en el
que, segn Venuti (1992, 1995), el traductor juega un papel im-
portante, pero adems, l mismo hace visible su participacin
en la medida en que toma decisiones, a la vez que acta como
mediador, extranjerizando el texto que traduce, estrategia tra-
ductiva que difiere de la domesticacin en el sentido en que esta
ltima intenta producir una traduccin fluida y transparente.
El concepto de traduccin se encuentra en un juego
de dicotoma constante: proceso vs. producto. La traduccin
como producto se relaciona ms con disciplinas como los
estudios literarios, la Sociologa, la Filosofa, la ideologa, los
estudios culturales etc. y la traduccin como proceso con la
Lingstica, la Sociolingstica la Psicologa y la Ciencia de
la Comunicacin.
Como hemos podido observar de nuestro anlisis, la
definicin ha recorrido un largo y arduo camino, lleno de reco-
dos, retrocesos e interrupciones, pero tambin de avances que
han permitido que la traduccin y su concepto se consoliden
y que fue el concepto mismo, siempre el punto de partida que
nos permiti y nos permitir ir proporcionando definiciones
cada vez ms completas que no sern frmulas de traduccin
sino puntos de vista. Esto no indica una debilidad terica sino
seguir los principios sobre los cuales se asientan estas defini-
ciones. En consecuencia, esta situacin polismica del trmino
traduccin nos plantea dos actitudes: 1) la de ir incorporando
las nuevas realidades susceptibles de ser consideradas como
traduccin y 2) la de fijar una frontera a partir de la cual todo
lo que se aparte no reciba el tratamiento de traduccin.
En un sentido amplio, para nosotros, y luego de la re-
visin de los diferentes conceptos aqu sealados, creemos
que una definicin de traduccin debera contener carcter
comunicativo e incluir aspectos como el mensaje, el carcter
interpretativo y creativo de los contenidos del sentido del acto
de habla y tambin aspectos relacionados tanto con el proceso
como con el resultado y el texto. La traduccin sera el proce-

37
so y el resultado de la transformacin de mensajes mediante
la interpretacin de sus contenidos de sentido a partir de un
cdigo 1 y su posterior recreacin en un cdigo 2. Todo ello en-
marcado en las coordenadas particulares de un acto comuni-
cativo, un hecho lingstico-textual del habla y una situacin
externa, extralingstica, concreta y nica.

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40
CAPTULO II
TRADUCTOLOGA: HACIA EL NACIMIENTO DE
UNA NUEVA DISCIPLINA

Beatriz Cagnolati

Resumen
Este captulo introductorio enfoca la complejidad de la
Traductologa desde tres ejes: histrico, espistemolgico y me-
todolgico. Comienza con una seleccin de antecedentes que
se remontan a los orgenes de la traduccin como acto comu-
nicativo y marcan la pugna histrica entre alejamiento o acer-
camiento a la literalidad. Sigue luego el surgimiento de la re-
flexin sistemtica sobre la traduccin que se produce hacia la
segunda mitad del siglo XX: el estudio de la traduccin da lugar
a la articulacin de tres ramas imbricadas (terica, descriptiva
y aplicada) dentro de las cuales la descriptiva concibe a la tra-
duccin como producto, proceso y funcin; es poca de debates
epistemolgicos que van derivando hacia la idea de la interdis-
ciplinariedad como una de las propiedades esenciales de la Tra-
ductologa, segn enfoques diversos y combinados (lingsticos,
cognitivos, culturales, comparativos). Por ltimo, se enumeran
diversas modalidades de estudio de una traduccin, sealando
que la Traductologa ha evolucionado desde las posturas pres-
criptivas hacia las descriptivas, explicativas y predictivas.

1. INTRODUCCIN
He aqu que todos son de un solo pueblo con un mismo

41
lenguaje y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de
cuanto se propongan les ser imposible. Ea, pues, bajemos,
y una vez all confundamos su lenguaje, de modo que no
entienda cada cual el de su prjimo. (Gnesis, 11, 6-7)

La cita bblica refleja la necesidad natural de comuni-


cacin que ha ligado a los seres humanos desde el principio
de los tiempos, buscando desde siempre la manera de hacerlo,
pese a las dificultades o a cualquier barrera impuesta por la
aplicacin de normas sociales pblicas o privadas.
En lo que a idiomas se refiere, los lenguaraces o per-
sonas que dominaban dos o ms lenguas -segn lo consigna
la primera acepcin del diccionario de la Real Academia Espa-
ola- se han ido convirtiendo profesionalmente en interprtes
y traductores, brindando a lo largo de la historia el servicio de
dar a entender, de dar a conocer. As lo reconoca Jos Sara-
mago en la conferencia inaugural del Primer Congreso Inter-
nacional de Traduccin Especializada realizado en Buenos
Aires2 cuando destacaba la funcin esencial que cumplen los
traductores en la construccin y difusin tanto de la literatu-
ra universal, como del conocimiento cientfico y de la divulga-
cin de la noticia en general.
Es decir que desde el origen de los tiempos la esencia
de nuestro problema traductolgico ha sido la bsqueda de
lo que se dice en cualquier gnero discursivo y en cualquier
situacin comunicativa para darlo a entender a un tercero.
Si hacemos un vertiginoso salto desde aquel mundo
genesaco hasta la Antigedad, encontramos en el siglo I a.C.,
el insoslayable nombre de Cicern, pues la Traductologa ubi-
ca en su persona el primer pensamiento que instituy la puja
que persiste hasta nuestros das entre traduccin del intr-
prete, ut interpres, verbo pro verbo o forma de traducir literal-
mente y del orador o poeta, ut orator, o forma literaria y libre,
dualidad que ha ido tomando designaciones diversas segn el

2
El congreso a que hacemos referencia fue organizado por el Colegio de Traducto-
res Pblicos de la Ciudad de Buenos Aires y tuvo lugar en Buenos Aires, julio de 2006.

42
enfoque con el que se abordan oposiciones anlogas.3
Siguiendo la lnea del tiempo, los siglos IV y V encuen-
tran la figura de San Jernimo de Estridn que ha pasado
al conocimiento pblico como traductor de la Biblia en latn
vulgar o Vulgata. Asceta y estudioso de gran erudicin, uno
de los criterios que tom para llevar adelante la traduccin
de la Biblia fue el respeto por el orden de las palabras de las
Sagradas Escrituras pues consideraba que hasta ese orden
contiene misterio (Epstola 57,5) y revelacin. Por otra parte,
ha sealado que si la lectura genera discusin, es necesario
confrontarla con los originales, el texto griego en el caso del
Nuevo Testamento y el texto hebreo para el Antiguo Testa-
mento ya que todo lo que surge del manantial lo podemos
encontrar en los riachuelos (Epstola 106,2). Tambin a este
padre de la Iglesia se le ha atribuido la obra fundacional de la
Traductologa que es la carta dedicada al senador romano y
amigo personal Pamaquio: Ad Pammachium. De optimo genere
interpretandi, como as tambin la introduccin del trmino
sentido en relacin con la mejor manera de traducir en lugar
de hacerlo a travs de cada una de las palabras, contradicien-
do de ese modo lo que l mismo sostena en relacin a la im-
portancia que revesta hasta la disposicin de las palabras de
las Sagradas Escrituras. De all que podemos concluir que San
Jernimo, por antonomasia el patrono de los traductores, ya
vislumbraba dos formas de traducir segn la naturaleza de los
textos: bsqueda del sentido, si se trataba de la traduccin de
parte de textos profanos, o bien, conservacin hasta del orden
de las palabras en la traduccin sagrada.
En la Edad Media se profundiza esta diferencia entre
la traduccin sagrada y la traduccin libresca profana que ad-
mita modificaciones de lo que deca el autor mediante comen-
tarios propios del traductor que no necesariamente eran con-

3
tienne Dobenesque, en su artculo Pour une histoire du sujet de la traduction (et
pourquoi la Renaissance) radica en San Jernimo la oposicin verbum/sensus, mientras
que considera a Cicern como el primero que atendi la legibilidad en la lengua-cultura
de llegada (cibliste), en lugar de reflejar el texto en la lengua-cultura de partida (sourcier).

43
signados como agregados al original. Los modos de traducir
eran presentados en los prlogos explicativos a las obras tra-
ducidas y han constituido un valioso aporte para la historia
de la Traductologa.
La paulatina afirmacin de las lenguas nacionales trae
como correlato la traduccin de textos pragmticos, es decir
textos que transmiten informacin sin bsqueda esttica, con
contenidos necesarios para la vida diaria de las personas. Ju-
lio Csar Santoyo (2004) seala que en Europa, se trata de la
traduccin cotidiana que se hallaba presente tambin casi a
diario en la escuela, en la iglesia, en la corte, en las notaras
y escribanas, en los monasterios, juzgados, rutas de peregri-
nacin, puertos, chancilleras, relaciones internacionales y
transfronterizas... y que se realizaba de manera oral o escrita,
posiblemente desde el momento en que se van fortaleciendo
las lenguas vulgares nacionales germnicas y romnicas en
detrimento del latn culto. Estas traducciones realizadas den-
tro de una misma cultura o intraculturales escaparan a los
conceptos de actividad transcultural puesto que lo que bus-
caban era dar a entender lo que estaba escrito en latn en los
textos de uso diario. Segn Santoyo es una traduccin poco
estudiada en relacin con la atencin que ha despertado la
traduccin culta o libresca a la cual han contribuido el centro
de cultura de Bagdad, en Oriente, y la Escuela de Escuela de
Traductores de Toledo, en Occidente.
Varios historiadores de la traduccin sealan que en el
siglo XV Leonardo Bruni utiliza por primera vez las palabras
traducio / traducere en lugar de vertere / convertere / interpre-
tar. Adems, en una carta dirigida a un amigo deja sentado
que la traduccin debe privilegiar el verbum de verbo en lugar
de la traduccin ad sententiam, con la salvedad de que si el
resultado de traducir palabra por palabra origina enunciados
absurdos, es aconsejable seguir a Horacio y apartarse de esa
forma de traducir.
En el siglo XVI, Robert Estienne introduce al francs
la palabra traduire que desplaza al trmino translater. En el

44
mismo siglo, tienne Dolet deriva las formas traducteur y tra-
duction y escribe la obra La manire de bien traduire dune
langue une autre en la que formula los cinco requisitos que
debe reunir un traductor: comprensin del contenido o sentido
de lo que va a traducir; perfecto conocimiento de las lenguas
de trabajo; alejamiento de la traduccin palabra por palabra;
eleccin de palabras que integran las lenguas de uso en lu-
gar de las formas prximas al latn; armona del conjunto que
haga placentera la lectura.
La pugna que gua la historia de la traduccin entre
alejamiento o acercamiento a la literalidad para los textos pro-
fanos llega con Martn Lutero a la esfera de la traduccin de
las Sagradas Escrituras. Hasta ese momento y siguiendo la
epstola de San Jernimo, no se haba cuestionado el privilegio
de la traduccin palabra por palabra en la traduccin de los
textos sagrados; sin embargo, Lutero plantea en Sendbrief vom
Dolmetschen como hecho novedoso el uso de la lengua vulgar
y el rechazo a la latinizacin aun en la traduccin de estos
textos, posicin que lo separa de lo que sostena la Iglesia ca-
tlica, con lo cual prioriza el polo del destinatario.
En el siglo XVII se destaca el surgimiento de la corrien-
te francesa les belles infidles, o bellas infieles, designacin
metafrica de Gilles Mnage referida a las traducciones que
seguan el buen gusto de la poca, como es el caso de las tra-
ducciones de Jacques Amyot que prefiguran el concepto de
adaptacin al pblico receptor. Por su parte, John Dryden,
en el prefacio de la traduccin de las Epstolas de Ovidio, in-
dividualiza tres modos de traducir: metafrase o metfrasis, es
decir palabra por palabra; parafrase o parfrasis, entendida
como traduccin intermedia con equivalencia de sentido, y
por ltimo la imitacin o traduccin libre, que no atiende el
cambio de sentido: entre los tres modos Dryden rechaza los
extremos y se pronuncia por el segundo, es decir la parafrase
o parfrasis. En 1660, con la obra de Gaspard de Tende De la
traduction ou rgles pour bien comprendre traduire, resurge
la bsqueda de mayor fidelidad al original en los nueve prin-

45
cipios de la traduccin: entender bien la lenguas y penetrar en
el pensamiento del autor; marcar las palabras del autor cuando
sean importantes; conservar el estilo del autor; hacer hablar y
actuar a quien sea segn sus hbitos y su naturaleza; restituir
la belleza y las figuras; evitar las circunlocuciones; cortar los pe-
rodos latinos cuando son demasiado largos; unir los perodos
demasiado cortos; seguir intentando embellecer la traduccin.
El siglo XVIII sigue influenciado por la corriente de las
bellas infieles y ve el nacimiento de nuevas obras que toman
a la traduccin como objeto de reflexin en distintos pases
de Europa. Por ejemplo, en Inglaterra aparece el primer ensa-
yo terico sobre traduccin profana Essay on the Principles of
Translation (1791) de Alexander Fraser Tytler que rene tres
principios: la traduccin tiene que ofrecer una transcripcin
completa de la idea de la obra original; el estilo y la forma
deben ser equivalentes a los del original; la traduccin ha de
poseer la naturalidad de la composicin original.
Durante este siglo, Alemania protagoniza una eclosin
de traducciones; al mismo tiempo surge un inters por pensar
en la traduccin que se materializa en la primera revista so-
bre crtica de traducciones Critische Beytrge.4 Dentro de los
nombres ms salientes en la publicacin mencionada, Johann
Christoph Gottsched ocupa a partir de 1730 una posicin he-
gemnica en las letras alemanas imitando en su estilo a los
autores clsicos franceses; autor prolfico, aprovecha adems
su radicacin en Leipzig, el centro de edicin alemana ms im-
portante de la poca, y su amistad con el editor Breitkopf de la
revista citada (Krebs, 2007: 200).
El siglo XIX se revela contra las traducciones que se-
guan el buen gusto y se manifiesta por un retorno hacia la
conservacin del sentido y la literalidad. Es de destacar el
aporte de la conferencia de Friedrich Schleiermacher al in-
gresar a la Real Academia de Berln, que plantea el problema
en trminos de fidelidad al texto de origen y de libertad de

4
Remitimos a Hurtado Albir, A. (2004: 111-112),

46
expresin como si se tratara de textos escritos directamente en
la lengua de llegada.
Ya en la primera mitad del siglo XX la obra de Walter
Benjamin (1923) Die Aufgabe des Ubersetzers aboga por una
traduccin que deje traslucir el original. Por su parte, Valry
Larbaud en Sous linvocation de Saint Jrme (1946) trata de
temas vinculados a las implicancias del trabajo del traductor.
Este rpido recorte resulta necesario para entrar en la
reflexin sistemtica sobre traduccin que se va afianzando a
lo largo del siglo XX.

2. LA reflexin sobre la actividad de traduccin


Como acabamos de ver someramente, desde muy anti-
guo se ha pensado en la actividad de traduccin dando lugar,
esquemticamente, a dos posturas: atenerse a las palabras del
original respetndolas a rajatabla, o bien ser libre de recrear la
obra original y llegar a una nueva obra.
Las dos modalidades extremas que acabamos de sea-
lar se combinan con concepciones lingstico-filosficas tam-
bin extremas que han sostenido ya sea la imposibilidad de
traducir, o que nada puede ser traducido, hasta la posibilidad
absoluta de traduccin, es decir que todo puede traducirse.
Lingsticamente hablando, la primera corriente se
fundamenta en la heterogeneidad de las visiones del mundo
y en la impenetrabilidad de los sistemas gramaticales de dos
lenguas: Georges Mounin (1963: 8) expresa no sin irona que
la lingstica de su poca ha soslayado el tratamiento de la
traduccin porque la considera esencialmente un escndalo;
por su parte, uno de los lingistas ms reconocidos del siglo
pasado, Roman Jakobson, pone sobre el tapete la observa-
cin natural y sencilla de que la comparacin de las lenguas
de larga tradicin en el desarrollo de la Lingstica Hist-
rica y Comparada- trae aparejada la constante aparicin de
operaciones de traduccin. La paradoja de la existencia de
la traduccin queda instaurada: una teora de la traduccin
no puede ignorar las dificultades que han sido puestas en

47
evidencia por el estructuralismo del siglo XX acerca de las
diversas formas de recortar el universo segn cada lengua,
pero al mismo tiempo debe preguntarse cmo es que la tra-
duccin no es posible si se la practica desde siempre?
En la vereda de enfrente, una corriente que se aleja de
la perspectiva estrictamente lingstica sostiene con idntica
vehemencia que todo puede traducirse y hasta intenta asig-
nar un segundo plano al papel que juegan las lenguas que se
ponen en contacto para llevar a cabo una traduccin, defen-
diendo la tesis de que solo es concebible que se pueda traducir
hacia la lengua materna del traductor: nos referimos a las co-
rriente interpretativas.
En semejante entrecruzamiento de aproximaciones al
nuevo objeto de estudio que va afianzndose a partir de la se-
gunda mitad del siglo XX, surgen dos intentos ordenadores que
coincidentemente suceden en 1972, lo cual est indicando una
bsqueda de sistematizacin, por un lado, y el reconocimiento
de un espacio propio de la investigacin sobre la traduccin.

2.1. El ao 1972
Decamos que el ao 1972 marca un hito en el naci-
miento de lo que se convertir en la disciplina que nos con-
voca. Hacemos referencia a dos encuentros acadmicos, uno
tuvo lugar en Dinamarca y el otro en Canad.
Uno de los encuentros fue el Tercer Congreso Interna-
cional de Lingstica Aplicada en la ciudad de Copenhague,
durante el cual James Holmes expuso el mapa que organiza
y vincula los Translation Studies. Esta organizacin, traduci-
da el espaol como Estudios de Traduccin y como Estudios
sobre la Traduccin, es considerada clsica dentro de la litera-
tura traductolgica.5 A continuacin, reproducimos el mapa de
Holmes, segn la versin de Hurtado Albir (2004: 138).

5
Amparo Hurtado Albir propone Estudios sobre la Traduccin puesto que consi-
dera que los Estudios de Traduccin evocan especialmente la formacin de traductores
(2004: 133).

48
Los estudios sobre la traduccin (Holmes, 1972)
Estudios sobre la traduccin

Pura Aplicada

Terica Descriptiva

General Parcial Orientada Orientada Orientada Didctica de Herramientas Crtica de


al producto al proceso a la funcin la traduccin del traductor traducciones

Restringida Restringida Restringida Restring. al Restringida Restring. a


al medio al rea al nivel tipo textual a la poca problemas

Holmes ha insistido en que las tres ramas (terica, des-


criptiva y aplicada) estn imbricadas en una relacin dialctica
por lo tanto, por ejemplo, la rama aplicada no ha de ser consi-
derada como mero empleo mecnico de los estudios tericos y
descriptivos, sino que unas ramas argumentan y encuentran
explicaciones en la otra.
Como se aprecia, la rama de los estudios descriptivos
se ubica hacia el centro pues ellos son la base de la disciplina
que proporcionan los datos empricos o insumo tanto para los
estudios aplicados como para los tericos. Los estudios des-
criptivos de traduccin (EDT) tienen una organizacin interna
que los orienta hacia tres subramas: la traduccin como pro-
ducto o configuracin lingstico - textual en relacin con el
texto origen; la traduccin como proceso, es decir las decisio-
nes que va tomando el traductor durante la produccin discur-
siva; por ltimo, la funcin de la traduccin, entendida como
la posicin que ocupa una traduccin dentro de la cultura en
la que est inserta. Se trata de estudios concretos y parciales
que van conformando, por acumulacin, una masa crtica a
travs de la cual seguramente se proporcionarn explicaciones

49
sobre las subramas citadas. Es decir que la estructura inter-
na que propone Holmes es una manera de mostrar la diver-
sidad de estudios posibles, si bien entre producto, proceso y
funcin existen elementos bsicos comunes que revelan su
interdependencia.
Al comienzo de este apartado hicimos referencia a dos
encuentros acadmicos en los que se intent la primera or-
ganizacin de la disciplina y por consiguiente la bsqueda
de una designacin que la identificara. Segn Michel Ballard
(2007), durante el Coloquio de Lingstica realizado en Cana-
d en 1972, Brian Harris acu el neologismo traductologa.
6
Sin embargo, no hay coincidencia al respecto porque unos
autores dicen que simultneamente fue introducido al francs
por Jean-Ren Ladmiral, mientras que otros sostienen que fue
un neologismo ideado por Ladmiral y retomado por Harris. De
todos modos, en lo que s hay convergencia es en el ao en
que comienza a utilizarse el trmino con el significado de re-
flexin sobre la actividad instintiva de traduccin, con lo cual
queda marcada la diferencia fundamental entre traduccin
propiamente dicha por un lado, y traductologa o desarrollo
de un pensamiento a partir de la actividad de traduccin, por
el otro. En esa lnea, Ballard (2007: 17) opta por decir que la
traduccin es una operacin mientras que la traductologa es
una metaoperacin y pone el acento en esa diferencia para no
confundir la investigacin lxica y documental que todo tra-
ductor realiza cuando traduce, con la investigacin traducto-
lgica propiamente dicha que toma como objeto de estudio a
la operacin de traduccin.
Se ha iniciado entonces la era cientfica, que Rosa Ra-
badn (1991: 106) hace coincidir con la aparicin de la obra
de Georges Mounin Les problmes thoriques de la traduction
(1963), etapa marcada por una inestabilidad terminolgica
producto de un espacio epistemolgico nuevo. Rabadn esta-
blece diferencias entre los Estudios de Traduccin, que consi-

6
Ya en 1977, Gerardo Vzquez Ayora sealaba que Brian Harris propuso el trmi-
no traductologa. Introduccin a la Traductologa (1977: 3), Georgetown University.

50
dera la denominacin ms general y abarcadora, la Traduc-
tologa como una rama de la Lingstica Aplicada, que utiliza
sus mtodos para describir los fenmenos de traduccin sin
evidenciar un marco abstracto propio y la Translmica, que
explica y predice de manera sistemtica dentro de un marco
abstracto y metodolgico propio, los fenmenos de traduccin,
a partir de la nocin central de equivalencia translmica.
As las cosas, las diferentes designaciones han ido
afianzndose segn los centros de investigacin de la discipli-
na, como lo sintetizaba claramente Amparo Hurtado Albir ya
en 1996 (p. 151):

Actualmente, coexisten varios trminos para denominar a la


disciplina encargada de analizar la Traduccin: en francs,
Traductologie y Thorie de la traduction ; en el mundo
anglfono, Translation Theory , Science of Translation
, Translation Studies , Traductology, Translatology ;
en alemn, bersetzungstheorie , bersetzungswissens-
chaft , Translationswissenschaf t; en espaol, Teora de
la traduccin, Traductologa, Translmica, Translato-
loga, Estudios sobre la traduccin, Estudios de la tra-
duccin, Lingstica aplicada a la traduccin... Nosotros
preferimos utilizar el trmino Traductologa o Estudios
sobre la traduccin, ya que pensamos que engloba mejor
los estudios tericos, descriptivos y aplicados de nuestra
disciplina; Traductologa adems posee la ventaja de ser
una nica palabra.

En nuestra opinin, la denominacin Traductologa


que sostiene Hurtado Albir es acertada por el hecho de que
tiene las caractersticas que se valoran al momento de crear
neologismos. Reformulando algunas de las sugerencias rea-
lizadas por el terminlogo Robert Dubuc (1978) en cuanto a
cmo crear una designacin para un concepto nuevo, destaca-
mos que Traductologa es econmica, eficaz y motivada etimo-
lgicamente, ms all de los usos particulares que se le hayan
atribuido. Adems, es una denominacin con fuerte insercin
en la investigacin argentina, de elevada frecuencia de uso en
la bibliografa de procedencia francesa, es flexible ya que per-

51
mite derivaciones morfolgicas sencillas dentro de los sistemas
lingsticos considerados.
En lnea con lo que expresa la cita, el trmino Traduc-
tologa es abarcativo y toma a la traduccin como objeto de
estudio en todas sus facetas, que fueron organizadas por Hol-
mes en las tres ramas ya mencionadas, es decir terica, des-
criptiva y aplicada. El nuevo enfoque analtico est en la base
del desplazamiento de las apreciaciones prescriptivas sobre la
traduccin hacia las descriptivas, explicativas y predictivas.
Recapitulando, apreciamos que en el acercamiento al
problema de la traduccin, se distinguen como mnimo dos
grandes etapas: una que recorre la historia de la traduccin
hasta la primera mitad del siglo XX y la otra a partir de esa
fecha, que se diferencian fundamentalmente en la visin pres-
criptiva de la primera, marcada por el vaivn entre traduccin
literal y traduccin libre, frente a una visin ms descriptiva,
analtica y cientfica de la segunda.
Llegados a este punto, nos preguntamos qu caracteri-
za fundamentalmente a la Traductologa que se interesa en el
estudio de los procesos implicados en el complejo fenmeno de
la traduccin, en los productos discursivos en la lengua hacia
la cual se traduce, en el estudio contrastivo de textos desde
el punto de vista semntico-cognitivo y pragmtico-discursivo
y en la funcin sociocultural de una traduccin, por no citar
ms que las grandes lneas que estn englobadas en los estu-
dios descriptivos de traduccin. La complejidad y amplitud de
los estudios sobre las problemticas mencionadas instauran
una esfera de matriz interdisciplinaria.

3. LA TRADUCTOLOGA DE MATRIZ INTERDISCIPLINARIA


El mapa propuesto por Holmes y la relacin dialctica o
interrelacin entre los estudios tericos, descriptivos y aplicados
han ordenado la disciplina Traductologa, cuya impronta multi e
interdisciplinaria se debe a que, por un lado toma conocimien-
tos de los ms diversos enfoques lingsticos, textuales, comuni-
cativos, semiticos, pragmticos, cognitivos, culturales, y por el

52
otro, ha ido elaborando un discurso propio y ganando autonoma
mediante la resignificacin de conceptos provenientes de los en-
foques sealados y la creacin de nuevos conceptos.
Siguiendo con la idea de que tal interrelacin es inhe-
rente a la Traductologa sostenemos la postura generalizada de
que el traductor es quien puede desentraar la naturaleza mis-
ma de la actividad que l realiza y, en esa conviccin elegimos,
por ejemplo, las voces de Antoine Berman (1989: 674) cuando
expresa que la traductologa es la reflexin de la traduccin
sobre s misma a partir de la naturaleza de su experiencia o
de Marianne Lederer (2003:13) cuando afirma que la teora
debe intentar explicar el fenmeno que sustenta una traduc-
cin bien resuelta, es decir la teora que surge de una prctica
tiene consecuencias que se ven retrospectivamente sobre el
mtodo de traduccin utilizado. Tomamos de Sonia Snchez
que la Traductologa es una disciplina abarcadora que plan-
tea temticas superpuestas en el campo de la Lingstica, la
Psicolingstica, la Sociolingstica y los Estudios Culturales
y su observacin de estudiar los mecanismos de comprensin,
de transferencia y de produccin discursiva como aporte a la
descripcin y explicacin de la actividad de traduccin, estu-
dios que requieren de datos proporcionados por la Semiologa
o Semitica (semitica visual, discursiva, cultural), la Lings-
tica Aplicada, la Semntica Lxica, las Ciencias Cognitivas, las
Ciencias de la Comunicacin, todas ellas en una relacin bidi-
reccional con el Anlisis del Discurso, la Lingstica del Texto
y la Gramtica Textual.
Amparo Hurtado Albir organiza los estudios traducto-
lgicos segn enfoques lingsticos, textuales, cognitivos, co-
municativos y socioculturales, filosficos y hermenuticos. Sin
embargo, nuestro inters radica en los trabajos de autora de
traductlogos, entendidos como actores que reflexionan sobre
la traduccin desde su prctica previa.
A modo de sntesis, distribuiremos los estudios traduc-
tolgicos segn los enfoques que, a nuestro entender, mues-
tran las preocupaciones centrales de un traductor. Ellos son:

53
lingstico, cultural, cognitivo, funcionalista, comparativo
prescriptivo y comparativo descriptivo.7

3.1. Enfoque lingstico


En consonancia con varias propuestas de clasificacin,
entre ellas la de Amparo Hurtado Albir, en primer lugar apa-
recen los enfoques lingsticos por una cuestin cronolgica,
pero tambin porque la traduccin se materializa con recursos
lingsticos; es decir que si bien el traductor realiza bsquedas
terminolgicas, enciclopdicas, culturales que exceden lo estric-
tamente lingstico, en definitiva, su expresin se realizar con
palabras del sistema lingstico de llegada.
En los estudios exclusivamente tericos en traduccin,
hay consenso en afirmar que Roman Jakobson fue uno de los
pocos lingistas que demostraron preocupacin por estudiar el
fenmeno de traduccin en sus Ensayos de Lingstica General.
Por su parte, John Rupert Firth va a tener una influencia deci-
siva sobre el traductlogo John Catford y tanto l como diversos
tericos de la traduccin, Georges Mounin, John Catford, Eugene
Nida, Charles Taber, Maurice Pergnier, entre otros, vinculan esta
actividad fuertemente con la Lingstica.
Hemos sealado ms arriba que Georges Mounin mar-
ca el comienzo de la etapa cientfica de la traduccin con su
obra Les problmes thoriques de la traduction (1963): al refe-
rirse a la relacin entre sintaxis y traduccin (1963: 251-270)
y a la luz de los estudios de Wihelm von Humboldt y de Ben-
jamin Lee Whorf, el autor observa que la sintaxis brinda los
argumentos ms slidos en contra de la posibilidad de tradu-
cir, ya sea desde la heterogeneidad de las visiones del mundo
como desde la impenetrabilidad recproca de las sintaxis de las
lenguas. Frente a la paradoja de estas concepciones y el hecho
palpable de que la traduccin existe desde siempre, Mounin
concluye que los elementos de sintaxis general aportan muy
poco a la traduccin como cosecha de universales (1963: 259)
7
Recomendamos la lectura del captulo III de Traduccin y Traductologa de Ampa-
ro Hurtado Albir, Madrid, Ctedra.

54
y considera que la respuesta verdaderamente terica proviene
del concepto bloomfieldiano de situacin, como el nico inva-
riante entre el mensaje en lengua-fuente y el mensaje en len-
gua-trmino. Cuando se mira la inconmensurabilidad de las
estructuras sintcticas, reflejo de una inconmensurabilidad
de las visiones del mundo o de las organizaciones de experien-
cias, desde la perspectiva de la situacin comn expresada por
dos mensajes en dos lenguas diferentes, ello se transforma en
postulado o en hiptesis que merece especial observacin. Es
decir que es indispensable que haya identidad de la situacin
no lingstica, para poder traducir, superando as las hetero-
geneidades de las sintaxis de dos mensajes.
Por su parte, John Catford con su obra A Linguistic
Theory of Translation (1965), se inspira en M.A.K. Halliday y
J.R. Firth, y establece tipos de traduccin, entre los cuales se
encuentra la traduccin del nivel sintagmtico ya sea como
traduccin integral y traduccin parcial, siendo esta la que
conserva segmentos de la lengua de partida, por razones de
intraducibilidad o de conservacin de rasgos exticos.

3.2. Enfoque cultural


Mencionamos como iniciador de esta lnea al lingis-
ta y traductor estadounidense Eugene Nida, pionero de la
Traductologa contempornea, que percibe en la traduccin
una actividad que excede los marcos estrictamente lings-
ticos, ya que el manejo de las lenguas no es suficiente para
traducir, y avanza en direccin de un enfoque sociolings-
tico que pone nfasis en la necesidad de conocer los hechos
culturales y antropolgicos que atraviesan los textos objeto
de traduccin. Nida acua el trmino equivalencia dinmica
en su obra Toward a Science of Translation (1964) que, como
desarrolla el captulo V del presente libro, se refiere al cam-
bio de forma de un texto con la finalidad de que este provo-
que el mismo efecto que el texto original. En 1969, publica
junto con Charles Taber Theory and Practice of Translation,
inspirado en la traduccin de la Biblia, en el que los autores

55
logran unir los principios tericos con la aplicacin.8
Se destaca entonces el surgimiento de una preocupa-
cin por combinar la reflexin terica con su aplicacin, crite-
rio moderno de la Traductologa que hemos sealado al consi-
derar el mapa traductolgico de Holmes.

3.3. Enfoque cognitivo


Para ilustrar los enfoques cognitivos, tomaremos por
un lado la escuela francesa y por el otro la canadiense, segn
el estudio de Jeanne Dancette.
En la reciprocidad entre teora y aplicacin, y dentro de
los estudios orientados al proceso de traduccin con vistas a
la formacin de intrpretes, nace en 1957 la Escuela Superior
de Intrpretes y Traductores de Pars (ESIT), impulsada por
Danica Seleskovitch y por su sucesora Marianne Lederer. En
una segunda etapa, la escuela extendi su actividad a la for-
macin de traductores de textos pragmticos y en una ltima
etapa a la traduccin de textos literarios, bajo la influencia de
Fortunato Isral. La teora que subyace a esta escuela se deno-
mina Thorie interprtative de la Traduction, Teora Interpreta-
tiva de la Traduction (TIT) que propone que el sentido desver-
balizado es el camino para captar lo que quiere decir el autor.
Una vez logrado ese sentido desverbalizado, la reexpresin en
lengua de llegada estar liberada de las formas del texto ori-
ginal, cuando se conjuguen los conocimientos lingsticos y
extralingsticos, a los que se llega por la propia experiencia y
por la documentacin consultada.
El modelo interpretativo identifica tres fases en el pro-
ceso de interpretacin: la comprensin, la desverbalizacin y la
reformulacin. La novedad de este planteo radica en la segunda
fase de desverbalizacin, inspirada en los estudios de la psico-
lingista Tatiana Slama-Cazacu que sostienen que las palabras
pierden importancia en relacin con el sentido del discurso,
como as tambin los enfoques de Jean Piaget, para quien el

8
Vase Delisle, Jean (1984: 55 y ss.)

56
pensamiento precede al lenguaje (Lederer, 2005: 102), y de Ber-
nard Pottier, que afirma que quien traduce recorre un universo
conceptual no-verbal (niveau nomique), dentro del cual identi-
fica un primer trayecto en L1 que es semasiolgico y un trayecto
en L2 que es onomasiolgico. La TIT, cuya primera designa-
cin fue cole du sens, en castellano Escuela del sentido, tom
adems los aportes del especialista en neurologa y memoria
Jacques Barbizet, segn los cuales el sentido es el recuerdo
cognitivo, que estara constituido por una organizacin neuro-
nal o metacircuitos. Posteriormente, los estudios de Marianne
Lederer sobre presencia mnsica, exposicin mnsica, rema-
nencia mnsica demostraron que el sentido es dinmico pues
se construye de modo no lineal durante el discurso gracias a
la comprensin. Es decir que en la terminologa de esta teora,
cognitivo se opone a verbal y hace referencia a la huella mn-
sica presente en la memoria despus de la desverbalizacin o
la disociacin entre la forma lingstica y el sentido (Hurtado
Albir, 2004: 326).
Dentro del enfoque interpretativo, es insoslayable el
aporte de Jean Delisle en lo que se refiere a traduccin escrita.
El autor reconoce tres etapas: la comprensinrealizada intra
y extralingsticamente, sin establecer comparaciones interlin-
gsticas; la reformulacin o reexpresin, posterior a la com-
prensin, que consiste en reverbalizar los conceptos con sig-
nificantes tomados de otra lengua y el anlisis justificativo o
etapa durante la cual se verifica la exactitud de las soluciones
adoptadas, para asegurar que hay equivalencia con el enuncia-
do inicial.
Desde una visin de interaccin lingstico-cogniti-
va, en Parcours de traduction (1995) Jeanne Dancette de la
Universidad de Montrel centra su estudio en el proceso de
comprensin en traduccin en el par de lenguas francs/
ingls, y llega al modelo de la doble hlice que reproduci-
mos a continuacin y que explica que entre los complejos
procesos de comprensin y produccin se establece un vai-
vn permanente.

57
El modelo de la doble hlice (Dancette, 1995: 204)

Comp. 1 Comp.2 Comp. 3

Eq. 1 Eq. 2 Eq. 3

En este modelo, una de las dos curvas helicoidales re-


presenta la comprensin y la otra la produccin de equivalen-
tes lingsticos, entre las cuales pueden construirse puentes
sucesivos hasta llegar a un grado satisfactorio de comprensin
y produccin de equivalencia.

3.4. Enfoque funcionalista


Otra visin terico-prctica est dada por el funciona-
lismo. A partir de los aos 70, en la Universidad de Heidel-
berg, Katharina Reiss y Hans Vermeer (1996: 5, 120) formulan
la teora del escopo (del griego skopos que en castellano significa
propsito) centrando su atencin en la finalidad de la traduc-
cin. La teora del escopo tiene como meta superar las barreras
culturales y comunicativas del texto de partida, destacando la
funcin que debe cumplir la traduccin segn el pblico al que
est destinada, es decir que privilegia el polo meta.
En la misma lnea, pero con trabajos aplicados a la
formacin de traductores, ubicamos a Christiane Nord, es-
pecialista de Didctica de la traduccin en la Universidad de
Magdeburgo, a partir de los aos 80. Nord disea el mode-
lo circular del proceso traslativo de la traduccin en el que
identifica distintos momentos: interpretacin del encargo de
traduccin, anlisis del texto de base, estrategia traductora,
produccin del texto meta. Cabe sealar que este proceso se
refiere a los pasos que sigue el traductor en la elaboracin de
una traduccin, dejando deliberadamente de lado los procesos
cognitivos que se ponen en juego. Al considerar la evaluacin

58
de traducciones, Nord parte de la base de que el error ser
tanto mayor cuanto mayor sea su efecto en la funcionalidad
del texto meta. De este modo, la esfera de lo lingstico ser
un solo aspecto que no reviste importancia en las primeras
etapas de la progresin didctica, mientras que el esfuerzo se
focalizar en el cumplimiento de la funcin pragmtica en la
cultura meta, a travs de las pautas estipuladas en el encargo
de traduccin.

3.5. Enfoque comparativo prescriptivo


En 1958 se public en Canad una obra clsica te-
ricoprctica, que se ubica en las antpodas de la perspectiva
interpretativa: Stylistique compare du franais et de langlais
de Jean-Paul Vinay y Jean Darbelnet. Si bien los autores no
se haban propuesto la redaccin de una obra didctica, lle-
garon a formular siete procedimientos tcnicos de traduccin
que han sido aplicados y siguen sindolo en la formacin de
traductores. Los autores establecieron una divisin entre tra-
duccin directa y oblicua y dentro de ella agruparon los siete
procedimientos mencionados, siendo los procedimientos direc-
tos el prstamo (1), el calco (2), la traduccin literal (3) y los
procedimientos oblicuos la transposicin (4), la modulacin (5),
la equivalencia (6) y la adaptacin (7).
Las crticas formuladas por sus detractores giraron en
torno a los dos puntos siguientes: la obra se concentra en la
comparacin de dos sistemas lingsticos y no en la actividad
traductora que se da solamente en discursos concretos no tra-
ducidos de antemano; la obra no prev que pueda haber ms
de una expresin correspondiente a cada unidad de traduc-
cin, de all que su visin es prescriptiva.

3.6. Enfoque comparativo descriptivo


Una perspectiva ntimamente ligada al concepto de
produccin en traduccin segn normas y centrada en la ne-
cesidad de relacionar teora y prctica de la traduccin, es la
de los Estudios Descriptivos de Traduccin (EDT), que surge

59
en la Universidad de Tel-Aviv, en directa relacin con la teora
del polisistema de Even-Zohar. Su mximo exponente es Gi-
deon Toury que ha escrito varias obras, entre las cuales Los
estudios descriptivos de traduccin y ms all. Metodologa de
la investigacin en estudios de traduccin. El autor reformula
el mapa de Holmes y en la Introduccin a la versin espaola
se lee (2004: 19):

Los EDT son el puente entre la teora y la prctica, el ne-


cesario punto de partida hacia los estudios aplicados (o ex-
tensiones aplicadas), as como un viaducto de ida y vuelta
entre la prctica real existente y la que los traductores pro-
ducirn en el futuro.

Esta teora considera imprescindibles los estudios


comparados entre original y traduccin para conocer los pro-
blemas y las soluciones, que en la realidad no se dan entre
textos completos sino entre segmentos textuales y elementos
lingsticos de menor escala o niveles inferiores (2004: 121).
Por lo tanto, solo las producciones en relacin con el original,
que se materializan en parejas de segmentos que reemplazan
+ segmentos reemplazados, demostrarn que solucin y pro-
blema se determinan mutuamente (2004: 121). De all que
la comparacin entre texto original y texto traducido no es
prescriptiva sino que a travs de ella se intenta describir la
actividad traductora con la esperanza de encontrar leyes ge-
nerales o universales, entre las cuales la interferencia juega
un papel central.

4. CMO ESTUDIAR UNA TRADUCCIN?


La evolucin que han experimentado las teoras actua-
les de traduccin desde aproximaciones prescriptivas hacia
descriptivas no-prescriptivas, se ha ido materializando en es-
tudios orientados al producto, al proceso y a la funcin de la
traduccin. Si volvemos al mapa de Holmes, veremos que esas
son las tres subramas que renen los estudios descriptivos
por l propuestos. Sin embargo, tambin sabemos que los es-

60
tudios descriptivos van a encontrar puntos de solapamiento
entre las orientaciones citadas.

4.1. Estudios orientados al producto


Como se ver en el captulo VII de este libro, segn la
teora sociocultural de Gideon Toury la traduccin es una acti-
vidad gobernada por normas, puesto que en ella participan al
menos dos lenguas y dos culturas cuya construccin implica
necesariamente el establecimiento de normas. El autor define
tres tipos de normas: inicial, preliminares, operacionales.
La norma inicial establece qu polo de la relacin origen
meta se priorizar en la produccin de una traduccin. Si el tra-
ductor toma sus decisiones adhiriendo al polo origen, estamos
frente al concepto de adecuacin, mientras que si el traductor
resuelve los problemas de traduccin mirando el polo meta, se
instaura el concepto de aceptabilidad.
Al estudiar una traduccin terminada pero con una mi-
rada retrospectiva, es posible identificar la norma inicial -si la
hubo- o, en su reemplazo, podr visualizarse si la traduccin
en general, o alguna de sus secciones, adhieren al concepto de
adecuacin que acerca el producto al polo original, o bien al
concepto de aceptabilidad que se vincula con el polo meta. Por
ejemplo, si en una traduccin francs / castellano realizada
para lectores argentinos, la forma vous es restituida solamente
por la forma usted aun cuando la situacin preferira el uso del
voseo, la eleccin indica un caso de adecuacin. En cambio, si
las soluciones de la misma forma vous siguen las normas socia-
les de nuestro pas, utilizando el voseo en situaciones comuni-
cativas que recurren a l, la decisin se enmarca en el concepto
de aceptabilidad.

4.2. Estudios orientados al proceso


Los estudios orientados al proceso generalmente desesti-
man la versin final pues su objetivo es determinar las fases que
conforman ese proceso (Toury, 2004: 285). Se interesan especial-
mente en los problemas de traduccin, que pueden detectarse in-

61
directamente a travs de la observacin de las estrategias puestas
en juego por el traductor para solucionarlos. Al respecto, Hurta-
do Albir (2004: 279-288) vincula la nocin de problema con la de
error de traduccin puesto que el problema puede detectarse con
facilidad cuando no ha habido una buena resolucin, y tambin
con la de estrategia traductora o mecanismos de resolucin de
problemas. Los estudios cognitivos son los que se orientan a la
descripcin de los procesos internos, por ejemplo los desarrollados
por la TIT.

4.3. Estudios orientados a la funcin


Tomando nuevamente la teora de las normas, pode-
mos decir que los estudios orientados a la funcin se relacio-
nan con las normas preliminares o que son las consideraciones
previas al acto de traducir, es decir las dictadas por la poltica
de traduccin de las editoriales (Toury, 2004: 100).
En sentido anlogo, el funcionalismo en la persona de
Christiane Nord introduce la idea de encargo de traduccin,
que es el instrumento que establece las necesidades y con-
diciones del solicitante de una traduccin y a la vez expresa
claramente el vnculo entre lo lingstico y lo cultural o lengua-
cultura que determina la aceptabilidad del producto escrito en
una cultura dada (2003: 24):

A mi modo de ver, los conocimientos culturales comprenden


no slo los conocimientos sobre hechos culturales, como por
ejemplo el arte, la literatura, las instituciones o el valor del
producto nacional bruto de un determinado ao (es decir, lo
que en alemn se llama Landeskunde) sino tambin o quizs
en primer lugar los modos especficos del comportamiento
verbal y no-verbal de las personas que integran una cultura.

Por otra parte, la funcin de una traduccin en la len-


gua-cultura de llegada condiciona el resto de la traduccin, de
all que las actualizaciones en la superficie dependern de la
funcin semitica del texto traducido y de la posicin que se le
asigne dentro de la constelacin sistmica o red de relaciones

62
de la que van a formar parte las traducciones, especialmente
las literarias (Toury, 2004: 226).

4.4. Estudios comparativos


Los estudios que toman como instrumento la compa-
racin entre texto original y texto traducido, en principio, no
dan cuenta de las operaciones intelectuales de introspeccin
que activa el traductor para llegar a soluciones provisorias y
finales. Sin embargo, la descripcin de binomios seleccionados
segn metodologas precisas puede dar lugar a hiptesis expli-
cativas sobre los mecanismos de traduccin. En ese sentido,
Toury justifica el uso de segmentos emparejados como meca-
nismo operativo para el anlisis retrospectivo, fundamentndo-
lo, entre otros razonamientos, en las conclusiones emanadas
de los protocolos verbales que indican que la mayora de los
segmentos del texto original y del texto traducido se delimitan
y se emparejan segn cada caso concreto (2004: 141, 147).

4.5. Estudios integradores


Durante los aos 80 y hasta su fallecimiento en 1997,
Robert Larose desarroll en la Universidad de Montreal, un
exhaustivo estudio tanto terico como aplicado del produc-
to traducido, integrando aportes de la Lingstica Textual y
la Gramtica Contrastiva. Larose concibe el texto traducido
desde una ptica ensembliste, es decir integradora, pero a su
vez como lugar de tensin dialctica entre cuatro elementos:
el tenor informativo y el componente material, por un lado, el
objetivo de enunciacin inicial y el trasfondo sociocultural de
los destinatarios, por el otro.
A continuacin reproducimos su esquema traducido, en
el que se identifican los cuatro elementos nombrados que influ-
yen sobre los cuatro elementos constitutivos del texto: super-
estructura (esquemtica) y macroestructura (semntica) que se
realizan a travs de la forma de la expresin microestructural y
la forma del contenido microestructural. Esta combinacin de a
4 elementos justifica el nombre de la siguiente figura:

63
Cuadrado traductivo (Larose, 1989: 223)

Objetivo de
enunciacin Tenor informativo
inicial

Superestructura
(esquemtica)
Forma de la expresin
microestructural

Forma del contenido


microestructural

Macroestructura
(semntica)

Trasfondo sociocultural
Componente material de los destinatarios

4.6. Estudios empricos orientados al producto, al proceso y a


la funcin
La resolucin de un problema y el problema en s mis-
mo se determinan mutuamente (Toury, 2004: 121) y la manera
de acceder a ellos es indirecta, ya sea a travs de borradores
o propuestas provisorias, tests, entrevistas, protocolos verba-
les o de razonamiento en voz alta, TAP por su sigla en ingls
(Thinking-Aloud Protocol).

4.7. Propuestas provisorias o borradores de traduccin


Por regla general, la produccin en traduccin no es
definitiva de primera intencin, sino que antes de llegar al pro-
ducto final el traductor pasa por una o ms propuestas provi-
sorias. La lectura de esos borradores puede ayudar a visuali-
zar el proceso de toma de decisiones seguido por el traductor,
aunque de modo indirecto puesto que ya estn formuladas lin-
gsticamente, es decir que no se comprueba lo que realmente
ocurre en la mente del traductor (Toury, 2004: 244).
Desde el punto de vista metodolgico es complejo con-
tar con todas las versiones previas, puesto que el traductor

64
suele corregir o retocar cada vez que lee su produccin, sin
dejar constancia de cada uno de esos pasos, cortando as
la cadena de decisiones. La informtica es una herramienta
esencial para este tipo de estudio que permite acercarse a
las decisiones. 9

4.8. Test de cloze


El test cloze utiliza la supresin de palabras dentro de
un texto, para que el lector complete los blancos, de modo de
que puedan explorarse los procesos de anticipacin, inferencia,
juicio, resolucin de problemas, que se activan en la lectura.
El cloze est fundamentado tericamente por diversos
enfoques: la psicologa de la forma o cierre gestltico; la teo-
ra sistmica que relaciona el concepto de entropa o incerti-
dumbre por la falta de organizacin de un sistema opuesto
a redundancia- con el buen lector que logra inferir trminos
elididos; el anlisis del discurso que asume el uso de la len-
gua como un todo integrado y no como un simple ejercicio de
completamiento; la psicolingstica o enfoque interactivo de la
lectura que plantea el procesamiento de los datos aportados
por el texto (proceso de abajo hacia arriba) y la anticipacin
que realiza el lector (proceso de arriba hacia abajo), es decir
la habilidad para obtener informacin de la lectura gracias al
xito de las predicciones.
Aplicado a textos traducidos, el cloze combinado con
otros mtodos permitira aportar datos sobre cmo procesan
las traducciones los receptores y cmo las componen los tra-
ductores, con lo cual se podra estudiar la inteligibilidad rela-
tiva de las traducciones y de los textos originales, aunque con
las limitaciones que enuncia Toury (2004: 286-289).

9
La Universidad de Aconcagua est llevando a cabo una investigacin sobre La
secuencia del proceso traductor en estudiantes de la carrera del traductorado, cuyo
informe fue presentado por Mnica Gatti y Mara del Mar DGregorio en las II Jornadas
Internacionales de Traductologa, organizadas por el Centro de Investigacin de la Facul-
tad de Lenguas de la Universidad Nacional de Crdoba, en agosto 2009.

65
4.9. Entrevista de explicitacin
La entrevista de explicitacin es uno de los instrumen-
tos de verbalizacin utilizados por la psicologa cognitiva para
acceder a las representaciones y a los procesos seguidos por
una persona que ha realizado una tarea. A fin de que este tipo
de entrevista se acerque a su objetivo, se necesita un interro-
gatorio guiado activamente para que el entrevistado responda
sobre una ocurrencia singular de la accin realizada (Dubois
y WeilBarais, 1999: 284). Sin embargo, una de las limitacio-
nes de los resultados de la entrevista es que se realiza una vez
finalizado el trabajo, lo cual suele acarrear olvidos por parte
del entrevistado o simplemente la imposibilidad de reconstruir
todo el proceso de decisin.

4.10. Protocolo verbal


El protocolo verbal es una aproximacin indirecta si-
multnea a la realizacin de la tarea y su utilizacin tiene como
objetivo desentraar las representaciones y las actividades
cognitivas puestas en juego durante la ejecucin de una tarea
cognitiva compleja, especialmente como mtodo de estudio de
los procesos en la resolucin de problemas. Las limitaciones
en los resultados de los protocolos verbales estn relacionadas
con la simultaneidad con la tarea principal la traduccin en
nuestro caso- puesto que ambas interfieren e imponen dificul-
tades relacionadas con los mecanismos de memoria.
De todos modos, en la literatura traductolgica hay
consenso en afirmar que, a pesar de que el TAP tiene limita-
ciones por ser un mtodo de observacin indirecta y porque el
traductor est sometido a la doble verbalizacin de su traduc-
cin y de su comportamiento, proporciona datos en relacin
con los pasos que va dando el traductor para la toma de deci-
siones (Hurtado Albir, 2004: 193-195).

5. A MODO DE CONCLUSIN
En la Introduccin vimos que los dictados sobre cmo
traducir eran generales, adaptados a la moda y provenientes

66
de autoridad, es decir prescriptivos. Si bien no se ha abando-
nado esta postura de buenas a primeras, tal como ocurre en
el derrotero de los avances del conocimiento, se gener una
nueva manera de concebir su estudio que podramos situar
en la obra de Mounin Les problmes thoriques de la traduc-
tion, cuyo ttulo inaugur la reflexin terica sobre una acti-
vidad eminentemente prctica, con la finalidad de conocerla
y comprenderla.
De all que el dilema central se hace presente en cada
una de las soluciones que necesariamente el traductor debe
aportar a cada uno de los problemas, en los que se plantea
la siguiente tensin: el texto traducido o partes de l refle-
jarn la fuente y la lengua de partida o bien se mimetizarn
en la lengua-cultura de llegada? Mucho se ha reflexionado en
esa lnea: las belles infidles o bellas infieles del Preciosis-
mo y la traduccin literal, la aceptabilidad y la adecuacin de
Toury, la domesticacin y la extranjerizacin de Venuti, entre
otras propuestas.
Frente a esta problemtica, los estudios se han ido or-
denando, pero es tal su diversidad que resulta imposible ha-
blar de estudios traductolgicos puramente lingsticos, cog-
nitivos, culturales, comparativos, puesto que todos incluyen
partes de los dems. De all que en las clasificaciones, lo que
trata de destacarse es el aspecto fundamental que caracteriza
tal o cual lnea de estudio, como claramente lo seala Hurtado
Albir (2004: 126).
Hemos presentado esta introduccin con la intencin
de mostrar la complejidad de la Traductologa, antigua y joven
disciplina que abre sus puertas a las miradas ms diversas,
como diverso es el modo de comunicar.

6. BIBLIOGRAFA
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70
Segunda parte
De la palabra al discurso del discurso a la palabra
CAPTULO III
APROXIMACIONES A LA TRADUCCIN DESDE
UNA PERSPECTIVA LINGSTICA

Mara Luisa Fernndez

Resumen
Este captulo se propone realizar una indagacin di-
dctica sobre diversas problemticas de la traduccin y espe-
cficamente aborda las relaciones entre lingstica y traduccin
desde dos perspectivas: la de los paradigmas gramaticales que
han impuesto distintos modelos de interpretacin y produccin
textual (y no siempre en diferentes momentos, sino que a veces
se han superpuesto) y la de los niveles de anlisis, que ofrecen
los recursos para estudiar el discurso a travs de las propie-
dades que le dan cohesin, coherencia y congruencia. De esta
indagacin surge que el rol de la Lingstica no es excluyente
ya que hay fenmenos propios de la traduccin que la trascien-
den. Efectivamente, no basta la consideracin de los sistemas
formales propios de cada lengua para comprender sus singula-
ridades sino que la consideracin del contexto, es decir, de las
cuestiones culturales que reflejan las particularidades geogrfi-
cas, ideolgicas, religiosas que la lengua expresa, requieren de
la pragmtica para interpretarlas.
En la presentacin de este libro se hizo referencia a los
estudiantes de traduccin y los formadores de traductores,
como destinatarios de nuestro trabajo. Tal eleccin implica
una intencin didctica que asumo en mi condicin de profe-
sora de Tcnicas de Expresin en Castellano, asignatura de los

73
primeros aos de los traductorados de francs e ingls en la
Facultad de Humanidades de la UNLP.
He centrado mi investigacin en una revisin desde el
espaol sobre cuestiones que abordan la dicotoma lingstica-
traduccin y he estructurado la exposicin en dos instancias:

1. La gramtica oracional y sus modelos.


1.1. Paradigma tradicional
1.2. Paradigma estructural
1.3. Paradigma generativista
1.4. Paradigma pragmtico

2. El anlisis textual y sus dimensiones:


2.1. Traduccin y Pragmtica. Fenmenos de congruencia
2.2. Traduccin y Semntica. Fenmenos de coherencia
2.3. Traduccin y Gramtica. Fenmenos de cohesin

1. LA GRAMTICA ORACIONAL Y SUS MODELOS


La revisin de estos modelos es adecuada para analizar
la evolucin de algunas teoras que estudian la traduccin en
relacin con la gramtica.
Las teoras referidas a los estudios lingsticos son
muy numerosas. Revisando las de las ltimas dcadas se po-
dran citar en Europa el Funcionalismo de Martinet, la Glose-
mtica de Hjemslev, la Sintaxis de Tesnire, la Gramtica del
Contenido de Weisberger, la de los Casos de Fillmore o la de
los Rangos de Halliday. De Estados Unidos han tenido rele-
vancia el Distribucionalismo de Bloomfield y Harris, el Gene-
rativismo de Chomsky y la Semntica Generativa de Lakoff.
Al final del siglo ha descollado la Lingstica Textual.
Frente a tal densidad, esta caracterizacin se va a cen-
trar en una periodizacin que abarque distintas teoras res-
pondiendo al criterio de paradigma definido por Kuhn en el
que se integran conceptos y metodologas, an reconociendo
los riesgos y limitaciones de este criterio. Se busca relacionar
el desarrollo de la Lingstica como ciencia con las teoras del
conocimiento que han fundamentado los modelos epistemo-

74
lgicos del desarrollo de la ciencia. El enfoque contemplar
cuatro paradigmas sucesivos: el tradicional, el estructural, el
generativista y el pragmtico.

1.1. Paradigma tradicional


Abarca un largo perodo (desde Dionisio de Tracia hasta
el siglo XIX) y tuvo un carcter normativo y prescriptivo. Hasta
el siglo XVII el pensamiento metafsico entendi el lenguaje
como su expresin segn la dicotoma espritu/materia y la
concepcin de un pensamiento capaz de abarcar la totalidad.
Los estudios lingsticos se centraron en el origen del lenguaje
y en la etimologa. El vocabulario es el eje de estos estudios.
Con el triunfo de la razn la lengua se pone al servicio
de la lgica y en el siglo XIX el positivismo determin la adop-
cin de un criterio evolutivo que sustent los estudios filolgi-
cos y de gramtica comparada. Estos constituyeron un fuerte
intento de encontrar leyes exactas de aproximacin al mbito
de las Ciencias Naturales.
La gramtica se articulaba en cuatro partes: morfologa,
sintaxis, prosodia y ortografa. Desde el punto de vista metodo-
lgico no existe una delimitacin precisa del objeto de descrip-
cin (se alude a l como el lenguaje o el idioma) y se carece de
un mtodo autnomo que permita establecer principios, distin-
guir niveles o elaborar instrumentos. Sustenta una concepcin
atomista de los fenmenos que estudia.

1.2. Paradigma estructural


El estructuralismo, desde el punto de vista epistemo-
lgico, se erige como heredero de dos corrientes distintas. Por
un lado, la empirista inglesa que postula la experiencia como
fuente principal del conocimiento superando el esquema me-
tafsico de concepcin del mundo al plantear la relacin entre
pensamiento y realidad; no obstante, al eliminar la subjetivi-
dad, niega toda posibilidad de conocimiento que no se derive
de la prctica emprica. Por otra parte, del positivismo del siglo
XIX que reafirma el valor de la experiencia como forma de co-

75
nocimiento. Esta herencia filosfica influy separadamente en
las dos corrientes en que se manifest el estructuralismo: el
empirismo, en la corriente norteamericana y el positivismo, en
la europea.
El aporte de Ferdinand de Saussure es determinante
del nacimiento de la lingstica moderna a partir de su concep-
cin de la lengua como sistema cerrado (de signos, de valores,
de relaciones) completo en s mismo y que no conoce otro or-
den que el suyo propio.
En cuando al mtodo, opera con los procedimientos
inductivos que van de las partes al todo y de lo particular a
lo general (sin embargo el mtodo hipottico deductivo no fue
asumido por ninguna de las dos corrientes estructuralistas).
Estudia la estructura de superficie de la lengua e intenta de-
terminar cmo se combinan los elementos para constituirse
en sistema.

1.3. Paradigma generativista


Fue planteado por Chomsky en 1957 y se lo considera
revolucionario.Desde el punto de vista epistemolgico se rela-
ciona con el racionalismo cartesiano pues enfatiza el papel del
lenguaje en la constitucin de lo humano, postula su carcter
innato y destaca el aspecto creador de su uso. A diferencia del
estructuralismo, privilegia la introspeccin del sujeto para ha-
cer explcito el conocimiento implcito que cada hablante tiene
de su lengua.
Los fundamentos tericos que lo definen son:

La existencia de universales lingsticos comunes a to-


das las lenguas y explicativos del carcter innato del lenguaje.
La diferencia entre competencia lingstica, innata, y
actuacin lingstica, adquirida.
La distincin entre los niveles implcitos y explcitos
del lenguaje (estructura profunda y estructura de superficie).
La creatividad lingstica que posibilita la construccin del
sistema de la lengua a partir del dominio de principios generativos.

76
Metodolgicamente sigue el proceso hipottico-deduc-
tivo partiendo de hiptesis que permiten formular consecuen-
cias deductivas contrastables a travs de la observacin para
llegar a la formulacin de leyes universales.

1.4. Paradigma pragmtico


Surge en la dcada del 60 con los estudios de la filo-
sofa del lenguaje ordinario, representada especialmente por
John Austin.
Da importancia a la praxis humana, al carcter acti-
vo del lenguaje y a su relacin con el contexto de relacin.
De ah su vinculacin con la perspectiva epistemolgica de la
dialctica en tanto acta objetiva y prcticamente y persigue
la realizacin de sus fines e intereses dentro de un conjunto
determinado de relaciones sociales.
La Pragmtica y otras teoras afines como la de la
Enunciacin y el Anlisis del Discurso- entiende la lengua no
solo como un sistema formal sino como sistema significativo
de interaccin en los que la intencionalidad y la subjetividad
son rasgos esenciales por los que se privilegian los contextos de
produccin y recepcin. El concepto de competencia lingstica
es abarcado por el de competencia comunicativa que alude a la
adecuacin del uso de la lengua a la situacin y al cotexto.
Desde lo metodolgico se dej de lado la hiptesis de
la homogeneidad y se dio estatus cientfico a lo particular, lo
divergente, lo propio de culturas diferentes (la Sociolingstica
y la Etnolingstica formularon mtodos especficos).
El carcter sucesivo de estos paradigmas ha deter-
minado que -por ejemplo en la enseanza de las lenguas-
en algunos momentos hayan coexistido y, consiguiente-
mente, provocado confrontaciones. Como respuesta han
surgido posiciones tericas originadas en la crtica pero
con propuestas superadoras como el interaccionismo socio
discursivo de Bronckart (1997) que nace de la integracin
de una teora del lenguaje y una teora de la psicologa del
desarrollo y propone:

77
considerar que la enseanza de la lengua slo puede evo-
lucionar hacia un compromiso a desarrollarse segn dos
ejes paralelos: a partir de un corpus de frases o de enun-
ciados seleccionados, se realizan actividades de inferen-
cia y de codificacin para conocer las principales nociones
y reglas del sistema de la lengua (por ejemplo, las reglas
de estructuracin de los sintagmas nominales, de la conju-
gacin verbal, de la frase pasiva, etc.) y simultneamente,
con un corpus de textos empricos tambin selecciona-
dos, se efectan actividades cuyo objetivo es sensibilizar
a los estudiantes sobre las condiciones de funcionamiento
de los textos en su contexto comunicativo para que ava-
len algunas reglas de planificacin y de textualizacin
(por ejemplo, el empleo de los tiempos de los verbos, de
los organizadores, de las unidades anafricas, etc.) (c.p.
Rbola, 2007: 21)

Los modelos expuestos toman como objeto de estudio


la lengua materna pero la enseanza de segundas lenguas ha
originado propuestas sobre la necesidad de asumir estudios
comparativos y entre ellos se inscribe, como otro paradigma,
la interlingistica postulada por Wandruska (1980: 117) quien
la explica:

nuestras lenguas no son monosistemas; cada una de ellas


es propiamente un conglomerado de lenguas, cada una de
ellas es un polisistema [ ] Ninguna de nuestras lenguas
es un sistema autnomo y monoltico. Del mismo modo
que no vamos a conseguir nunca hablar, ni tan siquiera
nuestra lengua materna, de un modo perfecto, tampoco
vamos a encontrar, porque no existe, una lengua perfecta
en s, una lengua pura. La lengua como la vida misma es
imperfecta e impura. Los hombres tenemos la cualidad de
adquirir una competencia plurilinge: por eso es por lo
que podemos traducir de una lengua a otra. Traducimos
constantemente dentro de nuestra propia lengua materna.
Hasta donde llega nuestra mirada en la historia compro-
bamos que all donde se da el lenguaje humano se da tam-
bin la traduccin.

Al exponer sus alcances, Martnez (2007: 73) sostiene:

78
La lingstica del plurilingismo, parafraseando a Wan-
druszka, en una lingstica de la conversacin entre las
lenguas en nosotros mismos, esa lingstica comparativa
nueva, se puede llamar Interlingstica y nosotros la con-
sideramos un nuevo paradigma, una ruptura producida
a partir del siglo XXI. Este espacio de trabajo cientfico se
apoya en los conocimiento tericos que ofrecen la lings-
tica general, la lingstica aplicada, todas las disciplinas
de interseccin como la sociolingstica, las polticas lin-
gsticas, etc; y otras disciplinas como la semntica, la
pragmtica, la lingstica textual, la lingstica contrasti-
va, la traductologa o la teora de la traduccin. Su objeto
de estudio son las lenguas. Los parmetros que la definen
son: cientfica, interdisciplinaria, mediadora entre la ac-
tividad terica y la prctica la actividad orientada a la
resolucin de problemas-. Los temas que aborda son de
una gran diversidad, pero siempre giran a travs de un eje
fundamental: las lenguas en contacto, las lenguas dialo-
gando, interactuando.

2. EL ANLISIS TEXTUAL Y SUS DIMENSIONES


Lo expuesto en la primera parte permite afirmar que
la Pragmtica marca la transicin de la gramtica oracional a
la textual:

El surgimiento de la gramtica textual ha originado postu-


ras crticas respecto de la gramtica oracional orientadas
en dos sentidos: considerarla como opuestas o como com-
plementarias. Ambas posturas ignoran que se trata de dos
concepciones del lenguaje distintas: la gramtica oracional
lo concibe como un sistema formal; la gramtica textual lo
analiza a partir de los textos que los hablantes producen en
situaciones determinadas y pretende explicar los mutuos
condicionamientos que existen entre gramtica y contexto.
(Martn Menndez, 2006: 7/8).

Esta postura implica reconocer la necesidad del estudio


del sistema pero en funcin de la comprensin y produccin
de textos. Por lo tanto, en nuestro campo de estudio que es la
traduccin, la transicin de la gramtica oracional a la textual
es necesaria pero aceptando que esta concepcin funcional re-

79
quiere del conocimiento del sistema formal para expresarse.
A continuacin haremos una revisin de las categoras
del anlisis oracional que el traductor debe considerar para
que sus producciones textuales sean aceptables (criterio rector
de la competencia comunicativa) a partir de su correccin gra-
matical y su precisin semntica (criterios que definen la com-
petencia lingstica). En esa revisin comentaremos aspectos
que suelen ser conflictivos.

2.1. Traduccin y Pragmtica: fenmenos de congruencia


La congruencia del discurso surge de la adecuacin
entre el lenguaje y la situacin. En la traduccin esta pro-
piedad es determinante, por eso la ubicamos en primer lu-
gar. La evaluacin general de la situacin comunicativa ser
el paso inicial que le permita al traductor posicionarse para
iniciar su tarea. Esta definicin de Escandell Vidal (1993:
47) lo explica:

La pragmtica se ocupar del estudio de los principios que


regulan el uso del lenguaje en la comunicacin, entendido
como el estudio de todos aquellos aspectos del significado
que, por depender de factores situacionales, quedan fuera
del mbito de la teora semntica ( es decir, de los significa-
dos convencionales).

El contexto que se plantea entre autor/traductor no es


idntico al que se establece entre este y su lector ya que hay
condicionamientos que pueden determinar cambios como el
perfil de los destinatarios o las circunstancias tempo-espacia-
les en que se publicar la traduccin. Ello puede dar al traduc-
tor la posibilidad de opciones y para hacerlas convendr ob-
servar la incidencia de tres aspectos contextuales: la situacin
comunicativa, el cotexto y la presuposicin pragmtica.

1. La situacin comunicativa, es decir, la localizacin


tempo-espacial; los roles, caractersticas y funciones de los
participantes; los medios usados para la interaccin.
2. El cotexto, o sea los elementos lingsticos y no lin-

80
gsticos que rodean al texto escrito constituyendo su entorno
inmediato (paratexto) o mediato (intertexto)
3. La presuposicin pragmtica. El concepto pertene-
ce a Levinson (1983) y es la presuposicin que se basa en el
conocimiento previo sobrentendido y compartido por los inter-
locutores y que depende de factores contextuales como el en-
torno comunicativo y los marcos conceptuales (conocimiento
enciclopdico, ideas, valores).

En relacin con la interaccin entre traductor/lector, la


teora de la enunciacin (Benveniste, 1977) da la posibilidad de
reconocer los recursos que la sealan, como el uso dectico de la
1era. persona del plural a travs de la que el autor se une al lector
en su proceso de aprendizaje, o la presencia de los tiempos comen-
tativos en un relato, que expresan la subjetividad del hablante o de
la modalizacin, que muestra la actitud del escritor hacia el lector.
Tambin la eleccin del grado de formalidad del registro estar
influenciada por la ndole de esa interaccin.
En cuanto al modo verbal, Calsamiglia y Tusn (1999:
310-311) proponen un ejemplo:

En la explicacin se usan los tiempos del comentario como


base (con su centro en el presente de indicativo). En este
contexto, el uso del modo condicional limita la validez de las
aserciones siempre que se exprese una hiptesis o que se
afirme algo que todava no est comprobado. La modaliza-
cin epistmica () tambin puede estar presente en tanto
que es un medio de expresar el grado de fiabilidad otorgado
por el Locutor a lo que se afirma en los enunciados.

En la modalidad epistmica, relacionada con el saber,


la polaridad se establece entre lo cierto y lo dudoso, lo proba-
ble y lo improbable, que marcan diferentes escalas intermedias
(cierto probable dudoso improbable).
Tambin el reconocimiento de los actos de habla faci-
lita la comprensin del enunciado en tanto evidencia la inten-
cin comunicativa del hablante. Al respecto Hatim y Mason
(1995: 102) opinan:

81
La interrelacin de los actos de habla en un marco de se-
cuencias conduce a la nocin de estructura ilocucionaria
de un texto, que determina su progresin y garantiza su co-
herencia. Al traducir, pues, el objetivo no es ir hallndoles
correspondencia a los sucesivos actos de habla, sino alcan-
zar equivalencia en estructura ilocucionaria.

Ilustran la afirmacin con dos secuencias de distinta


estructura ilocucionaria (a- Pedido; b- Consulta) que no podra
abarcarse sin precisar el segundo miembro:

A. Ac hay mucha gente. Te importara abrir la ventana?


B. Ac hay mucha gente. Cuntas personas son?

Ms all del aporte ilocutivo, en las traducciones hay


una accin perlocutiva, ya que el emisor tiene muy en cuen-
ta el efecto a producir en el receptor. Esa accin se mani-
fiesta a travs de la consideracin de los saberes previos del
lector, que constituye la presuposicin pragmtica aludida
en tercer trmino.
Aqu es fundamental el rol de la competencia cultural
e ideolgica del traductor para recuperar el sentido ltimo
del texto.
La complejidad de la relacin entre lengua y cultura
est muy bien ilustrada por Hctor Bianciotti, literato naci-
do en Argentina pero radicado en Pars y escritor de obras
en francs por las que fue incorporado a la Academia Fran-
cesa de la Lengua. En su novela El paso tan lento del amor
(1996: 171-72) comenta la transformacin de la propia iden-
tidad al cambiar el acento con que se pronuncia incluso la
lengua materna:

Antonio Vilar me haba advertido que no me molestara si


el director se pona pesado con mi acento: sera doblado,
como l mismo lo haba sido en sus comienzos; era una
experiencia curiosa ver tu propia imagen y or otra voz; una
experencia, en suma, pirandelliana. Me aconsej aguzar el
odo en la calle, en los cafs, evitar a mis compatriotas, a
los andaluces, los gallegos y los catalanes. De modo que me

82
empe en imitar las inflexiones engendradas por la fiereza
castellana, adems de la pronunciacin de la ce y la zeta,
del silbido tenue de aqulla, y enftico de sta, matices ig-
norados en el habla argentina donde esas consonantes y la
ese se confunden.
En el intento de adoptar una elocucin me iba impregnando
de un modo, no de ser, sino de comportarse; en el pen-
samiento, o de viva voz, charlando con doa Manuelita, o
solo por la calle, trataba de adquirir el acento justo, el buen
acento, el acento oficial como lo es el de Ile-de-France-,
cuando advert que caminaba de una manera que no co-
rresponda a las costumbres de mi cuerpo: era aguerrido,
indmito; mis hombros, vigorosos; mi paso, militar, como
lo hubiese querido mi padre; mi forma de erguir la cabeza,
inalterable; abombaba el torso, miraba como quien juzga,
deca s o no con exclusin de cualquier duda; desafiaba
a la muerte. As, antes de volver en m, fui por unos instan-
tes, en una calle poco frecuentada del barrio de Salaman-
ca, donde me entrenaba declamando versos, un espaol de
Castilla un hombre menos valeroso que impetuoso, que
ignora esta diferencia y que lleva en sus venas la nostalgia
de una raza brbara, de una raza de muy antiguos asesinos
no saciados.
No sabra decir con exactitud lo que sent en ese momen-
to imborrable; para que lo siguiera siendo, deb reconocer
que modificar el acento de la lengua materna bastaba para
cambiar la representacin que cada uno se ofrece de s
mismo, y su manera de reaccionar a las solicitaciones del
mundo. Y estoy persuadido de que esa modesta experien-
cia en el terreno de mi propia lengua, supuso la toma de
conciencia de las mutaciones que implica la adopcin de
otra, a la que el cuerpo se adapta, mucho antes de que el
pensamiento lo siga.
Pero no me conviene abordar el tema ahora; la narracin
me condena a lo que me es ms ajeno: la paciencia. Acabo
de llegar a Espaa, por lo tanto debo quedarme ah y por
largo tiempo.
Habr sufrido mi suerte dos veces: ayer, en la realidad; hoy,
sobre la pgina.

Ms adelante (308-309) explica cmo escribir en fran-


cs implic modificar su visin del mundo:

83
Por amor a Valry y a Verlaine y, como nicas armas, algu-
nas obras confrontadas con su traduccin, un diccionario
bilinge y un fervor empecinado, me inici en su idioma.
No sospechaba que cada idioma es una manera singular de
concebir la realidad, que lo que ese idioma nombra suscita
una imagen que le pertenece en propiedad. Si digo oiseau,
siento que las vocales que separan la ese, acaricindola,
crean una bestezuela tibia, de plumaje liso y lustroso, que
ama su nido; en cambio, si digo pjaro, a causa del acento
intenso que suscita la primera, o la penltima (sic) slaba,
el pjaro espaol corta el aire como una flecha. Me ha suce-
dido postular que podemos sentirnos desesperados en un
idioma y apenas tristes en otro; no reniego de esta hipr-
bole. Cuando el actor que tuve la suerte de no ser, ensaya-
ba en Madrid la diccin castellana, una intrpida energa
haba alterado mi porte, la manera de llevar la cabeza, mis
modales, y sin duda el pensamiento los hubiera seguido;
en Francia, aunque mis labios no obedezcan a mi odo,
una progresiva familiaridad con los matices de los timbres
y la dulcificacin de las consonantes me permite creer en
un acuerdo entre el sonido de las palabras y mi naturale-
za: antes oiseau que pjaro, prefiero la intimidad a lo
inconmensurable.
Verdad es que escrib en espaol mis primeros libros, tras
una muralla de diccionarios de todas clases; tema una con-
taminacin, tanto ms plausible cuanto que me ganaba mal
la vida redactando informes de lectura y despus crticas
literarias. Al cabo de 15 aos, a menudo oa en mis sueos
palabras francesas. Tuvieron que pasar cinco para que es-
cribiera, sin darme cuenta, la primera pgina de una nove-
la corta en francs. Resist: no se sustituye una visin del
mundo por otra como se pasa de un sueo a otro al dormir:
millares de muertos han pronunciado las palabras que se
forman en nuestra boca y hay que mostrarse digno de ellos.
Quise traducir mi pgina, devolverme a m mismo a la cuna,
pero descubra un giro que me gustaba, sin equivalente en
espaol, y ceda a la atraccin de la aventura.

Los recursos con los que el traductor puede diferenciar


los conocimientos previos son muy abarcativos: en la coheren-
cia lineal, el tema frente al rema como informacin nueva; en
la polifona, la voz de los otros frente a la voz del autor como

84
aporte original; en la modalizacin del discurso, la partcula
modalizante obviamente, lgicamente, por supuesto, claro- en
posicin inicial opuesta al conector pero como introductor de
una postura novedosa.
Finalmente podra hablarse de los elementos propios
del cotexto, tambin diferentes en un texto original y en uno
traducido. Por una parte estn los lingsticos (portadas, n-
dices, contratapas, solapas, colofn) que aportan datos im-
portantes para comprender el texto. Por otra, los apoyos pa-
ralingsticos, que incluyen ilustraciones, mapas, grficos,
diagramacin, tipografa que tambin contribuyen a aclarar
los conceptos.
Lo expuesto va a hacer que el eje pragmtico determine el
funcionamiento de los componentes semnticos y gramaticales a
travs de:

1. La estructuracin y dosificacin de la informacin


nueva en funcin de la informacin conocida (nivel semntico:
super y macroestructura del texto).
2. Los recursos lingsticos que expresan esa informa-
cin (nivel gramatical: microestructura).

2.2. Traduccin y Semntica: fenmenos de coherencia


La coherencia es la propiedad semntica que estudia
tanto el nivel lineal del texto (coherencia local) como el de la
estructura general (coherencia global).
En este aspecto es tradicional en los estudios de tra-
duccin la diferencia entre traduccin literaria y especializada
que se realiza con fines didcticos. Pero por otra parte hay
diversidad de denominaciones con que se clasifican los textos
tipos, gneros, secuencias- que originan confusiones. Ante la
necesidad de elegir un criterio se sigue la postura que adoptan
Calsamiglia y Tusn (1999: 252):

De los diversos acercamientos a la clasificacin de los dis-


cursos y de los textos exponemos a continuacin los dos
planteamientos que nos parecen ms tiles y sugerentes y

85
que mejor explican la complejidad de la comunicacin hu-
mana. En primer lugar se presenta el concepto de gnero,
como un hecho sociocultural y discursivo, as como los pa-
rmetros que permiten su delimitacin. En segundo lugar
se plantea el concepto de secuencia como realidad lingsti-
co-comunicativa y como unidad de composicin de los tex-
tos normalmente heterogneos en cuanto a las secuencias-
que se producen en los diversos mbitos de la vida social.

Con respecto a la idea de secuencia, el concepto fue


definido por Adam (1987) retomando las bases textuales cla-
sificadas por Werlich (1975). Adam sostiene la necesidad de
postular una secuencia textual prototpica como unidad cons-
tituida por macro y microproposiciones y organizada estruc-
turalmente segn un plan que responde a un esquema jerr-
quico. De acuerdo con estos parmetros, se pueden reconocer
cinco unidades: narrativa, descriptiva, argumentativa, dialogal
y explicativa.
Cada una de estas secuencias supone estrategias pro-
pias por parte del traductor para transferir la superestructu-
ra especfica.
La coherencia local se logra por la forma en que se dis-
tribuye la informacin en el texto. Tal distribucin depende
muchas veces del orden de las palabras que no es igual en
diferentes lenguas y, por lo tanto, constituye un problema para
el traductor ya que en algunas el orden es fijo (se cita el in-
gls como prototipo de este fenmeno) mientras que en otras,
formalmente es libre. Sin embargo, esa libertad formal puede
implicar diferencias funcionales. Por ejemplo en

A. Solo hoy se registraron tres choques.


B. Hoy solo se registraron tres choques.
hoy modifica distintos elementos y por lo tanto hay
variacin entre los dos enunciados.
En otros casos, lo que vara es la intencin comunicativa:

A. Elena viaj con su hija.


B. Con su hija viaj Elena.

86
donde el orden de las palabras marca una permutacin de la
funcin informativa tema.
La consideracin de la distribucin de los elementos
por parte del traductor es muy importante dada la relevancia
que tiene por su incidencia en la facilitacin de los procesos de
comprensin.
Dicha coherencia lineal se define por el uso de las fun-
ciones informativas en la distribucin de los contenidos (de-
sarrolladas por la Escuela de Praga en los aos 60) y de los
marcadores discursivos que adems de conectar, modalizan
el discurso.
Una forma menos marcada de conexin se da a travs
de las relaciones de coherencia condicional y funcional (Van
Dijk, 1978) que exigen mayor trabajo inferencial de parte del
lector. La primera se expresa a travs de una secuencia de pro-
posiciones unidas por relaciones de causa-consecuencia y en
la segunda, esa secuencia de proposiciones tiene una funcin
semntica definida de especificacin, explicacin, ejemplifica-
cin, comparacin, contraste o generalizacin- en trminos de
relacin con proposiciones previas.
El respeto de la coherencia lineal en la explicacin en
funcin de los saberes previos del lector es descripta por Gu-
tirrez Ordez (1997: 17):

Las conformaciones informativas no introducen modificacio-


nes en la composicin dramtica que el hablante realiza de
un proceso. No quitan ni aaden nuevos funtivos, ni modifi-
can el papel de cada uno. Son una reorganizacin superior
de esos mismos materiales destinada a satisfacer las nece-
sidades informativas del que le escucha, bien separando lo
que conoce de lo que desconoce (soporte / aporte), bien resal-
tando un constituyente (foco), bien marcando los lmites re-
ferenciales y/o veritativos de la secuencia (tpico / comento).

La eleccin de cada una de estas funciones informati-


vas en relacin con la comprensin que el lector puede hacer
del texto, tiene fundamentacin especfica.
El tpico entendido como universo discursivo tiene

87
una funcin referencial muy importante pues le permite al lec-
tor delimitar el contexto. Eco (1979: 131) lo explica:

[...] el topic es un fenmeno pragmtico mientras que la


isotopa es un fenmeno semntico. El topic es una hipte-
sis que depende de la iniciativa del lector, quien lo formula,
de un modo un poco rudimentario, en forma de pregunta
(de qu diablos se habla?), que se traduce como propuesta
de un ttulo tentativo (probablemente se hable de esto).
Por consiguiente es un instrumento metatextual que el tex-
to puede presuponer, o bien contener de modo explcito en
forma de marcadores de topic, ttulos, subttulos, expresio-
nes gua. Sobre la base del topic, el lector decide ampliar o
anestesiar las propiedades semnticas de los lexemas en
juego, estableciendo un nivel de coherencia interpretativa
llamada isotopa.

La focalizacin (o foco de contraste) es un recurso


a travs del cual el hablante destaca la informacin que l
pretende que se considere relevante. Tambin es un recurso
contextual (mejor dicho, cotextual considerando que el co-
texto es el entorno lingstico de los enunciados del texto) y
orienta al lector a descubrir los elementos que el autor con-
sidera ms significativos.
Los recursos enfticos fcilmente perceptibles en la
lengua oral- tambin tienen marcas especficas en la escritura
y su reconocimiento orienta la lectura.
La distincin tema/rema expresa la diferencia entre lo
que el hablante considera informacin conocida (tema) e infor-
macin nueva (rema). Los lingistas de Praga aportan una serie
de ndices que permiten diferenciarlos y sealan que el hablante
usa esos ndices en funcin de lo que l presupone que el oyente
conoce. Desde la lingstica cognitiva Chafe (1976) explica que
los dos conceptos se relacionan con la nocin de conciencia: el
emisor diferencia lo que ya est en la conciencia del receptor
(tema) de lo que l cree que est introduciendo como informa-
cin nueva (rema). Precisamente la introduccin de informacin
nueva le presenta al traductor distintos desafos:

88
La necesidad de explicitar referencias al contexto cul-
tural del texto original que pueden ser desconocidas para el
lector de la traduccin.
La conveniencia de omitir informacin redundante
(frmulas, reiteraciones, explicitaciones) que pueden alterar la
forma natural de la lengua receptora.
Dane (1974) analiz la progresin temtica del texto en
su totalidad y la clasific segn tres esquemas diferentes (pro-
gresin lineal, de tema constante y de temas derivados). Su
reconocimiento es fundamental para llegar a la jerarquizacin
de las ideas y con ella- al mensaje final.

Con respecto a esa conformacin informativa, Calsami-


glia y Tusn (1999: 240) hacen esta caracterizacin que man-
tiene la estructura tripartita:

As como el mantenimiento de los referentes asegura un


grado de continuidad en el contenido del texto, la progre-
sin temtica permite que la informacin avance. El progre-
so de la informacin se basa en un modelo lineal y se ma-
nifiesta por el lugar que las unidades informativas ocupan
en la oracin.
Se parte de una informacin presupuesta y compartida que
se activa. Por nueva que parezca la informacin que se in-
troduce, el punto de partida es algo conocido a partir de lo
cual se construye una lnea de avance.
Se van incorporando elementos nuevos que empujan hacia
delante el contenido textual, sin interrupciones ni demoras
que hagan perder la lnea de avance discursivo.
Se llega a un trmino, a una conclusin de la lnea informati-
va, necesaria para que el texto se configure como tal.

2.3. Traduccin y gramtica: fenmenos de cohesin


La importancia de la gramtica en la traduccin est re-
lacionada con la competencia lingstica de los hablantes que es
especfica del sistema de cada lengua.
Dentro de la microestructura, la cohesin que expresa la
identidad referencial entre las partes de un mismo enunciado, se
logra a travs de recursos gramaticales, lxicos y de conexin.

89
Entre los primeros se sealan la elipsis, que consiste
en la supresin de la informacin que se presume conocida
por el receptor; la sustitucin, que es una relacin lxico-gra-
matical en que se reemplaza un elemento lxico por otro con
el que mantiene identidad referencial, y la cohesin referencial
relacin semntica entre significados-en la que un recurso
gramatical (generalmente un pronombre o proforma) alude a un
elemento del contexto (exofrica) o del cotexto (endofrica). En
este caso si el elemento ha aparecido previamente, se denomina
anafrica y si se anticipa, la referencia es catafrica. Las clases
de referencia pueden ser: personal, comparativa y demostrativa.
Las tres formas de cohesin suelen presentar dificul-
tades ms all de las que ofrecen usos agramaticales como la
elipsis de formas no recuperables (Viaj con Jos; estaba muy
cansado) o la falta de concordancia en la referencia (Le compr
caramelos a los nietos). En la elipsis la evaluacin de cul es la
informacin conocida por el lector no siempre es atinada y lo
mismo ocurre cuando hay sustitucin de un elemento por otro
que puede resultar menos comprensible. En la referencia, la
distancia del antecedente o la ambigedad del mismo suelen
constituirse en obstculos.
En la traduccin literaria las relaciones entre oraciones
coordinacin y subordinacin- marcan un ordenamiento que
es mucho ms que sintctico pues tambin sealan la cosmo-
visin que se trata de expresar. Taberning, en su clsico texto
sobre traduccin, lo explica con propiedad:

Traducir un texto medieval con empleo de oraciones subor-


dinadas es asignarle una visin en perspectiva con diferen-
tes planos que el hombre de la Edad Media no posea, como
lo revela tambin su pintura. El cambio de sintaxis modifica
no slo la informacin, sino el mensaje. []
El texto El extranjero de Albert Camus, por ejemplo, se ca-
racteriza por sus oraciones simples sin enlaces causales,
sin inversiones. No respetar la parataxis es alterar la in-
formacin implcita sobre el protagonista. Esa modalidad
sintctica revela la llaneza de su espritu, que no estable-
ce ni relaciones ni diferencias de valores entre las cosas.

90
Enlazar y subordinar sintcticamente los breves y sencillos
enunciados significa quitarle al personaje ese rasgo que lo
caracteriza, su indiferencia frente a las situaciones de la
vida. La prueba de la voluntad formal del novelista aparece
ntida en la segunda parte de la obra, en que el protago-
nista, que despierta y se ubica en el universo, modifica su
modo de construir y enlazar sus enunciados: en sus subor-
dinaciones afloran planos de valoracin. Nada de esto debe
escapar al traductor. No slo ha de empearse en comuni-
car el asunto: debe respetar la forma que se identifica con
el asunto. (1970: 76)

Con respecto al lxico la cohesin se establece por re-


lacin de reiteracin del tem lexical o de semas. En el primer
caso los recursos son la repeticin, la sinonimia, la hiponimia
e hiperonimia, que buscan reforzar la significatividad de cier-
tas palabras. Estos recursos junto con otras parfrasis como
la descripcin, definicin, ejemplificacin, particularizacin,
generalizacin, se utilizan para reformular lo expresado ante-
riormente aclarndolo o enriquecindolo.
En el segundo caso la reiteracin de semas que per-
miten la construccin de campos semnticos, es orientadora
para descubrir el contenido temtico. Desde esta perspectiva,
el lxico es un fenmeno semntico en el que se deben distin-
guir dos planos: el de lo denotado (o significado literal) y el de
lo connotado (o sentido figurado). Para el traductor, este lti-
mo ms frecuente en el texto literario- presenta problemas
difciles de superar ya que encierra asociaciones conceptuales
y, a veces, fonosemnticas, que son propias de cada lengua y
cada cultura.
La importancia significativa del nombre es subrayada
por Zamudio y Atrorresi (2000: 68): El sustantivo es la clase de
palabra que posibilita sealar un referente, expresar una idea.
Para Chafe, el emisor selecciona y empaqueta ciertas pala-
bras para manifestar sus ideas segn la configuracin que se
hace de su receptor.
Justamente la evaluacin que se hace de las posibili-
dades mentales del lector determina en algunos textos como

91
los cientficos, el tratamiento del vocabulario tcnico que se ir
graduando de acuerdo con ellas.
Con respecto a las formas de conexin ya se hizo re-
ferencia a ellas en relacin con su funcin discursiva. En el
nivel de la microestructura los conectores establecen nexos
temporales, espaciales o lgicos especialmente a travs de pre-
posiciones, conjunciones y adverbios. Su uso puede dificultar
la comprensin como cuando hay ausencia de los conectores
-ya se ha sealado al hablar de las relaciones de coherencia
condicional y funcional- , la polisemia de algunas preposicio-
nes en determinadas lenguas (estar a pie, al pie, de pie, en pie).
Tambin debe considerarse en el nivel gramatical la in-
cidencia de aspectos normativos como el uso de puntuacin,
maysculas, acentos y ortografa. Al respecto la Real Acade-
mia Espaola (1999: XV-XVI) precisa que La evolucin de la
ortografa acadmica ha estado regulada por la utilizacin com-
binada y jerarquizada de tres criterios universales: la pronun-
ciacin, la etimologa y el uso, que, como deca Horacio, es en
cuestiones de lenguaje, el rbitro definitivo.
A modo de conclusin, esta referencia al uso legitima
la adopcin de un criterio muy importante en la traduccin,
en el que la consideracin de funcin y forma lingstica con-
fluyen: la situacin de traduccin determinar la seleccin
de los ndices gramaticales que contribuirn a la construccin
semntica. Esa integracin posibilitar al lector llegar al sen-
tido final del texto. As se confirma nuestra inicial afirmacin
sobre el rol no excluyente de la Lingstica pues no basta la
consideracin de los sistemas formales propios de cada lengua
para comprender sus singularidades sino que la consideracin
del contexto, es decir, de las cuestiones culturales que reflejan
las particularidades geogrficas, ideolgicas, religiosas que la
lengua expresa, requieren de la Pragmtica para interpretarlas.

3. BIBLIOGRAFA
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94
CAPTULO IV
UNIDAD DE TRADUCCIN

Nelba Lema

RESUMEN
Si se intenta definir qu es una unidad de traduccin
vemos que hay una gran diversidad de enfoques metodolgicos
y propuestas segn los estudios realizados por los tericos de
la traduccin desde fines de la dcada de 1950 a la fecha. Las
Unidades de Traduccin pueden ser definidas como unidades
estructurales, unidades semnticas, unidades lgicas, unida-
des interpretativas, unidades binarias y unidades translmi-
cas. A travs de los aos y segn cmo se las trate de definir,
han recibido diferentes nombres y han sido estudiadas a par-
tir del proceso de traduccin o del producto resultante. Se ha
intentado tambin determinar su longitud y se puede ver que
con respecto a ello hay gran disparidad entre los tericos. To-
das las propuestas presentan similitudes y divergencias pero
ninguna postura, sea normativa, descriptiva o reflexivo-expli-
cativa, ha logrado an en el siglo XXI definir a la Unidad de
Traduccin (UT).

1. Introduccin
Para llevar a cabo los objetivos que nos hemos pro-
puesto para este libro y teniendo en cuenta los interrogantes y
propuestas de definicin del concepto de traduccin tratados

95
en el Captulo I, es necesario plantearnos aqu qu es una Uni-
dad de Traduccin (UT) y cmo han variado las propuestas de
los distintos estudiosos de la teora de la traduccin a partir de
la segunda mitad del siglo XX hasta el presente, en un intento
de establecer una definicin de la UT.
As como observamos una gran cantidad de enfoques
metodolgicos para definir el concepto de traduccin, tambin
encontramos una gran diversidad terminolgica al momento
de definir la unidad de traduccin. Es tal vez aqu donde se
observa la mayor diversidad de propuestas. Podemos citar a
modo de ejemplo las siguientes:

tomos, focos de atencin, macro-unidades


(Paul Bennett)
Unidad lexicolgica (Paul Vinay y Jean Dalbernet)
Unidad lexicogrfica y terminolgica (Alan Melby)
Unidad de sentido (Danica Seleskovitch, Marianne
Lederer, Jean Delisle)
Transema (Robert Garnier)
Textema (Gideon Toury)
Logema (Gyrgy Rad, Gerardo Vzquez Ayora)
Unidades de procesamiento (Robert de Beaugrande)
Inforema (Irma Sorvali)
Traductema (Robert Larose)
Translema (Julio Csar Santoyo, Rosa Rabadn)
Traduxema (Lourdes Arencibia)

2. Cmo definir la UT
Incursionando ya en las posibles definiciones de la uni-
dad de traduccin, vemos que esta puede ser analizada des-
de dos puntos de vista: a partir del proceso, que considera a
la UT como un segmento de Texto Fuente (TF) sobre el cual
el traductor centra su atencin para representarla como un
todo en el Texto Meta (TM) (Wolfgang Lrscher, 1991/93), o
del producto, donde la UT es la unidad del TM que puede ser
mapeada (mapped onto) sobre el TF, es decir, que se pueda ver

96
su correspondencia con la del TF (Toury, 1986).
Si analizamos los estudios crticos de Traduccin, ve-
mos que en ellos se compara la longitud de la UT que se esta-
blece entre pares de TF y TM. El hallazgo tpico es que el TF
cuyas unidades son extensas parece ser ms aceptable que
aquel en el cual las unidades son ms pequeas. En general,
parecera que la clusula es una estructura sensible a consi-
derar como UT porque la lengua representa sus hechos a nivel
de clusula y porque las diferencias entre lenguas son ms
marcadas en los niveles inferiores (John Catford, 1969, Toury,
1986). Adems, la clusula es una unidad manejable, un foco
de atencin, y es la estructura lingstica ms pequea en la
que se realiza una proposicin.
Sin embargo no es fcil detectar cul es la segmenta-
cin en unidades de traduccin que un traductor hace ya que
es un proceso instintivo. Solo podemos conocer la longitud de
las UT procesadas analizando la traduccin realizada e iden-
tificando las secciones transpuestas. Cuando los traductores
disponen de unidades de texto ms grandes en una situacin
pragmtica de su propia experiencia, pueden recurrir a la for-
ma normal de lectura-comprensin. En otras palabras, pueden
separar la forma del contenido e intentar hallar equivalentes
para los conceptos u otras unidades de contenido sin tener en
cuenta la forma. Si, por el contrario, desconocen la estructu-
ra del conocimiento contenido en el texto, buscarn patrones
complejos de correspondencia de unidades de conocimiento, lo
que har la tarea ms difcil y riesgosa.

3. Las UT y la equivalencia en Traduccin


Ambos conceptos, Unidad de Traduccin y Equivalen-
cia (concepto que se trata en el Captulo 5) constituyen el tema
central en toda discusin terica y/o prctica sobre la activi-
dad traductora pero mientras la equivalencia puede explicarse
por criterios cognitivos y pragmticos, as como tambin por
factores puramente lingsticos, la UT es ms flexible, y si bien
puede explicarse tambin por los criterios mencionados para

97
la equivalencia, suma a ellos principios psicolgicos y tcnicas
de traduccin.
No obstante, en la traduccin, es importante conside-
rar la nocin de la UT junto con la de Equivalencia. Es posible
establecer una equivalencia entre unidades ms pequeas que
la clusula aun cuando la clusula sea la UT. Adems, es po-
sible establecer una equivalencia entre TF y TM en uno o mu-
chos niveles (sonido, estructura, significado, gnero, discurso,
texto, funcin) y entre dos o ms tipos diferentes (dinmico,
denotativo, connotativo, funcional). Pero en el proceso de la
creacin del TM no es posible considerar el TF en su totalidad
de una sola vez. Tampoco se lo puede re-expresar en un TM
en un solo intento. Asimismo, es imposible comparar el TF
y el TM de una vez. Finalmente, es necesario sealar que las
unidades de longitud ms o menos fijas durante la traduccin
y durante el proceso de comparacin del TF con el TM no le
impiden al traductor considerar el texto como un todo.
El traductor se ver influenciado en la toma de decisio-
nes sobre equivalencias posibles dentro de las unidades que
est traduciendo por diversos motivos: su familiaridad con el
texto como un todo, las lenguas y las culturas, las convencio-
nes de gnero y otros trabajos del autor del TF. Esto sucede
aun cuando en el proceso real de traduccin dichas unidades
sean consideradas una por una. La atencin selectiva no sig-
nifica atencin a unidades aisladas del resto del mundo lin-
gstico, cultural y textual en el que ellas estn insertas sino
todo lo contrario. Separamos el todo en unidades menores a
los efectos del trabajo a realizar pero no nos apartamos de con-
junto del texto en su totalidad

4. EVOLUCIN DEL CONCEPTO DE UT SEGN DIFERENTES


ESTUDIOSOS DE LA TEORA DE TRADUCCIN
Interesa aqu centrarnos en la evolucin de estas pro-
puestas de definicin. En primer lugar, es necesario analizar el
concepto de la particin (parsing) de diferentes partes de texto
para un tratamiento eficaz y simple de la actividad traductora.

98
Hay que tener en cuenta que no se pueden realizar cortes en
un texto en forma arbitraria sin una justificacin razonable.
Los cortes tienen que realizarse sobre la base de los parme-
tros que han de guiar la interpretacin del segmento a traducir
y de su posterior re-expresin.
Para ello, se debe tener bien en claro el concepto de la
UT y no confundirla con expresiones como unidad de lenguaje,
unidad de habla, unidad estructural del texto (por ejemplo las
sintcticas), unidad de interpretacin, unidad de re-expresin,
etc. que son unidades puramente lingsticas. Incluso, dentro
del campo de la traduccin, debemos distinguir las unidades
textuales de la pedagoga de la traduccin, las cuales no guar-
dan correspondencia con las unidades de traduccin definidas
por la Lingstica Contrastiva ni con las categoras de la Lin-
gstica General (palabras, sintagmas, frases) (Delisle, 1980).
Ya Ferdinand de Saussure estableca que el signo lin-
gstico consista en un contenido y su correspondiente re-
presentacin, es decir significado y significante. En otras pa-
labras, se centraba en el significado pero no consideraba las
variables de intencin, sentido, etc. A su vez Klaus Heger deno-
min signme al signo saussuriano y smme a la parte actuali-
zada del signme. Visto de este modo, el signo de de Saussure no
nos servira como UT porque no contempla variables fundamen-
tales como sentido/intencin. Mary Snell-Hornby (1984) asume
una posicin contraria a este principio del signo saussuriano al
expresar que el texto debe ser considerado como una estructura
multidimensional compleja. Esta estructura es ms que la mera
suma de sus partes y hay que dejar de lado el concepto que pre-
valeciera por aos de que la traduccin consiste tan solo en pala-
bras aisladas (vase captulo VI).
Catford (1969) defina a la UT como una categora que
da cuenta de la longitud de la actividad de la lengua y que tiene
patrones recurrentes de significado. A esto se le opone la posi-
cin de Eugene Nida (1974) para quien la UT debera centrarse
sobre el prrafo y posiblemente sobre la totalidad del discurso.
Segn este autor, las lenguas difieren entre s en lo que comu-

99
nican y por lo tanto la equivalencia funcional, que l llama equi-
valencia funcional dinmica, es esencial para la traduccin.
Para Seleskovitch (1984) las particiones deben llevarse
a cabo solo en contexto porque el sentido de una expresin en
situacin de interlocucin no puede ser deducido fuera de esta
situacin. El traductor tiene que realizar las particiones co-
rrespondientes ayudado por la memoria y debe tener en cuen-
ta las consideraciones semnticas sobre las sintcticas.
Por su parte Reinhard Hartmann (1985) coincide en
parte con Nida en lo que respecta a un modelo dinmico. Este
terico sostiene que un modelo dinmico de bsqueda de
equivalencia debe trascender las tipologas de correspondencia
lxica formal y plantea la multidimensionalidad. Su UT est
relacionada funcionalmente, por la intertextualidad, con las
macroestructuras y las superestructuras ms all de las equi-
valencias gramaticales y lxicas.
Segn Frank Knigs (1979, 1986) la unidad de traduc-
cin es un problema de traduccin no sujeto a clasificacin por-
que es una unidad psicolingstica que vara constantemente.
Segn este autor, la longitud de una unidad psicolingstica va
a depender del traductor y de sus conocimientos (planteamiento
tambin sustentado por Lederer y Jeanne Dancette).
A su vez Peter Newmark (1986, 1988) dice que el con-
cepto de UT normalmente hace referencia a una unidad en la
lengua fuente que puede ser recreada en la lengua meta sin
agregarle ninguno de los otros elementos de significado de la
lengua fuente. Idealmente, la UT es una palabra por lo que la
traduccin literal es considerada generalmente como correcta.
Sin embargo, este concepto de UT ayuda muy poco al traduc-
tor ya que tan pronto como el traductor enfrenta una dificultad
en la equivalencia comienza inmediatamente a extender la UT
o bien la reduce constantemente si es que aborda su tarea tra-
duciendo ideas/conceptos en vez de palabras.
Para este autor, con el advenimiento del Anlisis de
Discurso, los tericos de la traduccin han tendido a conside-
rar al texto total (base del anlisis del discurso) como la uni-

100
dad de traduccin. Es por ello que piensa que esta tendencia
causa confusin. Opina, adems, que la oracin es la unidad
natural de traduccin y que esta es a su vez la unidad natural
de comprensin y de pensamiento. No distingue entre Unidad
de Traduccin y Unidad de Sentido y trata de demostrar que
las UT son variables. Aqu coincide con Knigs.
Por otra parte, segn Newmark, existen diferentes ni-
veles de UT: el morfema podra ser la unidad de sentido ms
pequea; la clusula y el grupo corresponderan a otro nivel
que sera ms bien de orden gramatical. Los idiotismos y las
colocaciones podran tambin ser UT y por ltimo el texto es
tambin una UT. Cree, adems, que se tiene que hacer corres-
ponder la traduccin con la unidad de texto, es decir, con lo
que Delisle llama organizacin textual. En sntesis, para New-
mark, la discusin sobre el tema de cmo definir la UT refleja
concretamente el conflicto ms antiguo entre traduccin literal
y traduccin libre. Mientras ms libre sea la traduccin, ms
larga ser la UT y mientras ms literal sea la traduccin, ms
corta ser la UT.
Vinay y Dalbernet, Knigs, Lederer y Newmark han
distinguido tres unidades de traduccin con perspectivas di-
ferentes. Para Knigs, la UT est constituida por el grado de
dificultad que esta presenta y como tal es incalificable. Segn
este autor, las UT deben ser unidades psicolingsticas y
no lingsticas dentro de las cuales subsisten subunidades.
Adems, la longitud de la UT va a depender de cada traductor
y de los conocimientos que posea (concuerda aqu con Lede-
rer y Newmark). A su vez Lederer llama unidad de sentido al
enunciado ms la reaccin cognitiva. Por lo tanto, la longitud de
estas unidades depender de los conocimientos que contiene el
cerebro del traductor. Esto implica que son individuales y por lo
tanto imposibles de clasificar. El sentido del enunciado depende
de un saber exterior, no lingstico, que el traductor debe apre-
hender para poder re-expresarlo.
Por otro lado, son muchos los estudiosos que conside-
ran que el texto en su totalidad constituye una UT pero a los fi-

101
nes pedaggicos y para la prctica profesional es inviable tomar
la totalidad del texto como UT. La imposibilidad de determinar
la longitud de la UT y el poco conocimiento de los procesos men-
tales de percepcin involucrados llevan a que en la actividad
traductora se fijen unidades menores ms manejables.
Estudios ms recientes hablan de unidades bi-tex-
tuales, de naturaleza analtica, cuya finalidad es establecer
el modelo de equivalencia subyacente en cada operacin de
transferencia. Estas unidades no pueden establecerse a prio-
ri dado que no constituyen unidades concretas, adquieren su
valor especfico en cada binomio textual y son independientes
de todo posible sistema lingstico. Las unidades son enton-
ces el resultado del principio de equivalencia global existente
entre el TF y su TM. De aqu se desprende que su definicin
es a posteriori del proceso y que se establece comparando cada
binomio textual TM-TF. Toda unidad textual es tal en cuanto
que se manifiesta en dos textos (TF y TM) que mantienen entre
s una relacin de equivalencia y no tienen existencia fuera de
ese concepto bi-textual.
Actualmente hay opiniones diversas entre los distin-
tos estudiosos de la cuestin, hay quienes consideran el com-
ponente semntico como el ms importante (George Quasha,
1987) y otros que opinan que la equivalencia traductiva es algo
distinto de la identidad semntica (Vladimir Ivir, 1987). Un
gran nmero de autores le han dado al concepto de equivalen-
cia una importante carga ideacional; ellos definen el concepto
de traduccin como el reemplazo de la gramtica y el lxico de
la lengua fuente por su equivalente gramatical y lexical en la
lengua meta, as como tambin el reemplazo de la fonologa y
la grafologa de la lengua fuente por la fonologa y grafologa,
no equivalente, de la lengua meta, criterio que tambin soste-
na Catford.
Estos conceptos, al basarse en un punto de vista es-
tructural y considerar a las lenguas como sistemas cerrados
y nicos, llevan a inferir que las unidades de sistemas dis-
tintos no pueden ser nunca equivalentes desde un punto de

102
vista lingstico. As, las unidades no pueden ser equivalen-
tes porque no se presenta un anlisis textual sino solo un
anlisis lingstico.
En 1995, Daniel Gile habla del modelo secuencial. Este
autor describe y explica un camino ideal en la progresin de la
traduccin de un texto desde la lengua fuente hasta la lengua
meta. Segn este autor, la UT es un segmento del texto que el
traductor ha de trabajar como un bloque individual. Esta UT
puede variar en longitud desde una nica palabra hasta una
oracin completa, o ms de una oracin. Al igual que de Beau-
grande (1980), Gile opina que la UT es una unidad de proce-
samiento y para Dancette (1989) esto implica variabilidades
subjetivas. El traductor se formula mentalmente una hiptesis
de significado para el segmento de texto que ha de procesar
como UT, es decir, le da un significado temporario. Para poder
realizar esta hiptesis se apoya en su conocimiento de la len-
gua fuente y tambin en su conocimiento del mundo. Ambos
conforman el Conocimiento Base. Sin embargo, no siempre el
Conocimiento Base (particularmente cuando se trata de tex-
tos tcnicos) le proporciona al traductor todo el conocimiento
requerido para formular la hiptesis de significado y debe en-
tonces recurrir a informacin adicional consultando a exper-
tos, recurriendo a fuentes documentales, etc. A este conoci-
miento se lo conoce como Conocimiento Adquirido. Luego, el
traductor verifica su hiptesis de significado para comprobar
su factibilidad con la ayuda del Conocimiento Base y del Co-
nocimiento Adquirido.
Pero para dirimir el lmite de una UT necesitamos re-
currir tambin al sentido como criterio bsico para delimitar
dichas unidades. Una definicin posible de esta UT, basada
fundamentalmente en los estudios de Basil Hatim y Ian Ma-
son (1990), Toury (1982), la concepcin de textema de Itamar
Even-Zohar (1982), el binomio textual de Rabadn (1991) y la
unidad de sentido de Amparo Hurtado Albir (1996), considera
a la UT como un par textual mnimo de TF/TM (problema +
solucin) que cumple una funcin retrica concreta expresada

103
mediante los contenidos de sentido del mensaje, forma parte de
la funcin retrica global del mensaje de los textos a traducir,
segn criterios de equivalencia, y va desde una palabra hasta el
texto completo pasando por todos los estadios intermedios.
Desde otro punto de vista, las UT pueden tambin ser
clasificadas sobre la base de etapas. Para esta clasificacin,
Vinay y Dalbernet se ubican en una etapa normativa, Nida y
Taber, y Newmark estn dentro de una etapa descriptiva y
Seleskovitch y Knigs en una etapa reflexivo-explicativa.
Por toda esta diversidad presentada y siguiendo a Ra-
badn (1991), las UT pueden ser definidas como unidades es-
tructurales, unidades semnticas, unidades lgicas, unidades
interpretativas, unidades binarias y unidades translmicas.

4.1. Unidades estructurales


Si consideramos las UT partiendo de la definicin de
unidades estructurales, encontramos aqu a Vinay y Dalber-
net (1958/77) quienes sealan la necesidad de contar con
una UT que vaya ms all de la palabra dado que esta no es
suficiente como UT y no satisface, a pesar de la comodidad
aparente que brinda. Esto se debe a que el significante ocupa
un lugar exagerado con respecto al significado. Adems el tra-
ductor realiza todas sus operaciones en el campo semntico
y por lo tanto necesita una unidad de pensamiento y no una
exclusivamente formal. Cuando los autores hacen referencia
a las operaciones mentales relacionadas con la transferencia
de una lengua fuente a una lengua meta, subrayan que estas
operaciones tienen que ver con el significante al comienzo y
al final del proceso, y con el significado de los signos lings-
ticos en la mitad del proceso. Con esto quieren decir que el
traductor, al leer un texto en lengua extranjera, se encuentra
con significantes para los cuales debe encontrar un significado
exacto para luego encontrar el significado correspondiente en
la lengua meta y finalmente elegir los significantes que resul-
ten ser los ms adecuados. Para Vinay y Dalbernet entonces
la UT sera equivalente a unidad de pensamiento y a unidad

104
lexicolgica y la definen como el segmento ms pequeo del
enunciado cuya coherencia de los signos es tal que stos no
pueden traducirse separadamente.
Esta definicin ha sido objetada entre otros por Larose,
Wolfram Wilss y Delisle por considerar que se otorga una im-
portancia desproporcionada al aspecto formal. Con este con-
cepto de UT, tomada en el sentido de grupos o sintagmas cuya
traduccin se hace en bloque porque forman verdaderas unida-
des de sentido (Georges Mounin, 1976) se enriquece de alguna
manera el aspecto normativo de la traduccin. Adhiriendo a
esta crtica, Lederer (1984) expresa que las Unidades de Tra-
duccin no son palabras tomadas en forma aislada, ni una
oracin definida gramaticalmente, sino una unidad de sentido,
es decir, el enunciado ms la reaccin cognitiva.
En lo que respecta a los planos en los cuales se sita la
UT, quienes adoptan esta posicin hablan de tres planos: lxi-
co, colocacin y mensaje, y definen a estos tres conceptos de la
siguiente manera:

Plano lxico. El lxico es el conjunto de signos con-


siderados por s solos, abstrayndolos de los mensajes en
los cuales se encuentran normalmente insertos. Aqu las uni-
dades se sustituyen entre s en ciertos grupos sintcticos.
Mientras ms cercanas se encuentren las dos lenguas en lo
que respecta a estructuras y civilizacin, mayor ser el peligro
de confusin respecto de los valores de sus lxicos respectivos
como se observa en el caso de los falsos cognados.
Plano de colocacin. En cuanto a la colocacin o dis-
posicin, las UT se ordenan conforme a un eje central que
constituye la trama del enunciado. La funcin y el valor de
la UT estn condicionados en este plano por marcas particu-
lares, por variaciones de forma (morfologa) y por un cierto
orden (sintaxis).
Plano del mensaje. Este plano corresponde al marco
global en el que se inserta el enunciado y en el que se desarro-
lla hasta terminar. El mensaje es individual y se relaciona con

105
el habla y la metalingstica. Con respecto a la aplicacin de
ciertos lmites y obligaciones, no depende de las estructuras
ms all de la medida en que la eleccin de un sistema lings-
tico se lo imponga. Al mensaje corresponde la tonalidad, los ni-
veles de lengua, el orden de los prrafos y el de los conectores.

Para Ileana Cabrera y Patricia Hrmann (1991), este


ltimo plano es el que est ms relacionado con la tarea que
habitualmente realiza el traductor y sera el ms til para los
estudiantes y los profesores de traduccin. Las UT son defini-
das por estas docentes como pequeos segmentos del enun-
ciado cuya coherencia de signos es tal que no puede ser tradu-
cida separadamente. En otras palabras, la UT sera el mnimo
segmento de la lengua que tiene que ser traducido como uni-
dad. Este enfoque es sistmico y proviene de una aproxima-
cin lingstica comparativa.
Si identificamos as a estas unidades que se delimitan,
en el nivel lxico, con unidades mentales estaramos sostenien-
do que determinados segmentos de la estructura superficial de
un texto se corresponden con ciertas unidades mentales. Pero
sabemos que la percepcin humana tiene lmites y que no se
sabe bien cmo el cerebro procesa la informacin lingstica
que recibe, ni cmo agrupa o distingue conceptos en un con-
tinuum significativo. Tampoco contamos con elementos exter-
nos para delimitar las unidades a priori. Es por ello que insistir
en tratar de encontrar unidades perfectamente delimitadas se-
ra ignorar los aspectos semiticos y psicolgicos sobre lengua
y texto que se concretan en parmetros como el traductor, la
situacin, etc. y que evidencian la necesidad de aplicar crite-
rios funcionales que son los que en ltima instancia guiaran
la delimitacin de las UT.

4.2. Unidades semnticas


Los que eligen la definicin de unidad semntica siguen
los principios de la semntica estructural y conciben al texto
como una cadena de mensajes organizados segn la intencin

106
del autor. Se observa aqu una de las fallas de este enfoque.
Unas unidades que fragmenten el texto en componentes lin-
gsticos solo nos permiten tener una idea de la constitucin o
tal vez de la generacin del texto.
Continuando con la lnea semntica podemos citar a
Even-Zohar (1978) y a Toury (1982) quienes, basndose en de
Saussure y Heger, definen los textemas como unidades de tra-
duccin o unidades lingsticas de cualquier tipo y nivel que
intervienen en las relaciones textuales y que confieren funcio-
nes textuales al texto en cuestin. Para este enfoque, hay una
articulacin de unidades entre los distintos niveles significati-
vos. Esto no implica que la inclusin de las unidades en los
niveles superiores sea necesariamente continua. Un textema
puede saltar de uno a otro o ms niveles hasta funcionar como
elemento de ese otro nivel superior al cual salt. Esto es lo que
Catford denomin rank-level (niveles); para este autor la suma
de la equivalencia en los distintos niveles significativos resulta-
ra en lo que denomin total equivalence (equivalencia plena).
El modelo de Toury es de carcter descriptivo/sistem-
tico por lo cual se hacen formulaciones que sirven para prede-
cir lo ms exactamente posible las soluciones a los problemas
encontrados, mediante la equivalencia translmica.
Los estudiosos que se oponen a la definicin del tex-
tema de Toury opinan que los niveles a los cuales se hace re-
ferencia no son homogneos. Delisle (1980) piensa acertada-
mente que la prctica de sumar distintos niveles lingsticos
significativos conduce a importantes prdidas o distorsiones
semnticas. Este autor tambin sostiene que la suma de las
equivalencias parciales (lingsticas) no asegura la equivalen-
cia total del texto y que las UT no se dirigen solo a las funcio-
nes lingsticas sino que tambin deben explicar las relaciones
entre ambos textos.
Rabadn seala que Toury no aclara la zona de inequi-
valencia y no ofrece una definicin muy acertada de la UT, ni
de la jerarquizacin de las relaciones traductivas. Esta autora
opone la inequivalencia a la equivalencia y define la inequiva-

107
lencia como una nocin funcional-relacional, sin realidad ma-
terial concreta, que surge de la imposibilidad de someter todos
y cada uno de los rasgos del TF a los parmetros de aceptabi-
lidad en la lengua meta. Para ella, las inequivalencias son de
tipo lingsticas, extralingsticas y ontolgicas.
Otros estudiosos, como ya se ha mencionado, proponen
el texto como unidad bsica y fundamental, pero ellos mismos
encuentran problemas como el de trabajar con unidades exce-
sivamente largas y complejas y ven que no se pueden aplicar
criterios formales rigurosos. En consecuencia, aconsejan traba-
jar con unidades menores. Por otra parte, el texto como unidad
semntica no presenta una continuidad entre las relaciones de
significado y las relaciones lingsticas. Las relaciones grama-
ticales resultaran as insuficientes para asegurar la correspon-
dencia entre significado textual y la estructura de superficie.
Tampoco se pueden relacionar los procesos cognitivos
y las estructuras textuales. Investigaciones recientes indica-
ran que los mecanismos de comprensin no operan sobre
segmentos sino sobre estructuras heterogneas que no tienen
vinculacin alguna con las relaciones gramaticales que se pue-
dan observar.
Otra dificultad radica en la imposibilidad de separar to-
talmente la semntica y los factores semiticos externos que
afectan al texto. Hay que tener en cuenta, adems, que las ope-
raciones de transferencias estn determinadas por las normas
de la lengua meta que acarrean modificaciones en el texto.
Por ltimo, un texto no se puede explicar en trminos de
su secuencia lineal ya que hay redes relacionales que van ms
all de las relaciones puramente lingsticas y que incluyen pa-
rmetros situacionales que tambin se observan en el texto.
El concepto de textema resulta as invlido para una
teora de la segmentacin aplicada a la traduccin dado que
las unidades de transferencia no pueden operar exclusivamen-
te con las funciones lingsticas sino que es tambin necesario
especificar las relaciones entre ambos textos (Susan Bassnett
McGuire, 1980).

108
Teun Van Dijk, por otro lado, muestra con su defini-
cin de macroestructura que es imposible reducir un texto a
porciones de material lingstico determinados por segmentos
estticos. Este terico de la organizacin textual opina que se
deben aplicar modelos tericos dinmicos puesto que son ms
flexibles y pueden justificar, con un mismo enfoque metodo-
lgico, la gran variedad de estructuras y relaciones que los
textos poseen.
Un ejemplo claro de la linealidad lo constituye lo ex-
presado por Roland Barthes (1970) con sus lexis o unidades
de sentido que son de tamao variable pero que igualmente
se centran en fragmentos contiguos, cuya determinacin em-
prica depende de sus sentidos connotativos, siendo esta una
divisin de representacin superficial.

4.3. Unidades lgicas


La UT considerada como unidad lgica surge a par-
tir de autores como Rad (1979) quien presenta el logema:
una UT que supone una abstraccin lgica de la operacin de
transferencia. Rad considera que el significado de un texto
en su totalidad excede el significado de los elementos de la
lengua en dicho texto. El traductor no tiene que trabajar con
unidades lingsticas sino con unidades que reflejen la natu-
raleza del proceso de traduccin. Esta unidad es el segmento
del TF que el traductor debe identificar para luego reproducirla
al componer el TM. Detrs de esta unidad subyace toda una
concepcin dinmica que permite mover las unidades a travs
de los distintos niveles lingsticos del texto.
En esta misma corriente encontramos a Vzquez Ayora
(1982) quien sostiene que el logema es la unidad para la opera-
cin lgica de la traduccin, es decir para la formalizacin del
doble proceso de la operacin traductora. Esta consiste princi-
palmente en la identificacin de una variedad heterognea de
contextos y de fenmenos metalingsticos en el TF. Distingue
as logemas de contenido, que abarcan las categoras semnti-
cas, logemas metalingsticos, que cubren los aspectos semi-

109
tico-culturales del texto, logemas formales, que se centran en
la mtrica y los fonemas, y logemas suprasegmentales, que se
relacionan con el ritmo y los fenmenos prosdicos.
En ausencia de una delimitacin fsica, el logema par-
ticipa de todas las dimensiones comunicativas relevantes en
el proceso de transferencia y en la comparacin de los textos,
pero es de difcil aplicacin debido a su naturaleza lgica y
la falta de una jerarqua que permita establecer la estrategia
global de comunicacin. Esta dificultad es ms notoria en la
etapa previa a la transferencia ya que las unidades del TF pue-
den ser distintas de las del TM. Hay un vaco aqu en lo que
respecta a las relaciones de equivalencia que son las que en
ltima instancia determinan el carcter de las unidades.

4. 4. Unidades interpretativas
Entre quienes proponen este nuevo tratamiento que
se centra en la etapa previa interpretativa encontramos a de
Beaugrande (1978, 1980) quien las denomina unidades de
procesamiento. Esta concepcin se basa en el procesamiento
conceptual del texto y las funciones textuales en los marcos
comunicativos y define a la UT como el segmento del texto que
se percibe como una estructura de superficie, que se procesa
y que se convierte en significado. En este procesamiento in-
tervienen distintas dimensiones cognitivas que se ven refleja-
das en el texto mediante estructuras conceptuales. Se observa
aqu tambin que no hay una clara relacin entre el TF y el TM.
Esta definicin tampoco tiene una delimitacin sintctica y
esto, junto con su carcter dinmico, permite una interpre-
tacin integral del mensaje y reduce de manera sustancial las
prdidas semnticas. No obstante, su aplicacin es difcil por
la extensin de la red conceptual, que conlleva a que el texto
sea excesivamente largo, y porque no se proporcionan criterios
intertextuales que aseguren que los centros de control de la
informacin sean los mismos en el TF que en el TM. Tampoco
se establece una jerarqua relacional que lleve a la definicin
del modelo de equivalencia subyacente.

110
4.5. Unidades binarias
Es importante considerar tambin la clasificacin como
unidades binarias. En esta lnea, Sorvali (1986) propone el in-
forema, una unidad binaria constituida por pares de TF y TM,
e intenta averiguar si el original y la traduccin poseen la mis-
ma informacin. Esta estudiosa presenta una ecuacin donde
las palabras lexicales conforman universales lingsticos que
pueden asimilarse en distintas lenguas. Estas palabras aca-
rrean el contenido mientras que los verbos finitos se encargan
de la sintaxis. La informacin a transmitir se analiza a partir
de la gramtica generativa y la teora de la probabilidad que
por concepcin aseguran la posibilidad de traducir; por ello el
inforema no trata con debida profundidad la estilstica y la
semntica. Si bien el enfoque binario apuntara a un modelo
intertextual, no deja de ser una unidad contrastiva bilinge.
En esta misma lnea se ubica Santoyo (1983/1985)
quien analiza el tema dentro de un enfoque interlingstico
y dice que hasta el momento la mayora de las propuestas no
definen una unidad de traduccin en sentido estricto sino uni-
dades de compresin analizadas desde diferentes puntos de
vista. Segn este autor, una segmentacin textual no puede
ser vlida al mismo tiempo en la lengua fuente y en la lengua
meta. Desde su postura, las unidades lexicogrficas de Vinay y
Dalbernet o Vzquez Ayora, las lexis de Barthes o las unidades
de procesamiento de de Beaugrande no incursionan mucho en
el marco bi-textual en el que necesariamente han de estable-
cerse las unidades de traduccin. En consecuencia debieran
ser denominadas unidades traducibles dado que son tan solo
el resultado de la segmentacin del texto. Esta segmentacin
como as tambin la unidad resultante constituiran en tal
caso una etapa previa a la traduccin y no la traduccin en s
misma, ni como proceso ni como producto.

4.6. Unidades translmicas


Siguiendo la lnea de investigacin de Santoyo (1986)
surge el trmino translema al cual este autor define como la

111
unidad mnima de equivalencia interlingstica, susceptible
de permutacin funcional y no reducible a unidades meno-
res sin prdida de su condicin de equivalencia. El adje-
tivo interlingstica de la expresin unidad interlingstica
usado por Santoyo indicara un tipo de unidad estructu-
ral, como la definida por Vinay y Dalbernet, que entrara
en contradiccin con la expresin permutacin funcional.
En todo caso, sera una permutacin estructural donde se
sustituyen los elementos partiendo de la lingstica con-
trastiva y no de la traduccin.
Por otro lado, el carcter funcional conducira a pen-
sar al translema como una unidad intertextual o bi-textual.
Para Rabadn, el translema es toda unidad bi-textual de cual-
quier tipo o nivel, constituida por un mismo contenido y dos
manifestaciones formales diferenciadas pero solidarias, cuya
existencia depende de la relacin global de equivalencia sub-
yacente a cada binomio textual TM-TF.
El hecho de que la UT se defina a partir de traducciones
como productos o resultados hace que esta definicin no tenga
mucho valor si se quiere describir el proceso traductor. Sin em-
bargo, es una posicin que habla de contenidos, de relaciones
binarias, y sobre todo de estrategias compensatorias que rela-
cionan las unidades textuales en el TM y el TF. Si consideramos
que la UT que nos interesa debe ser funcional y prctica y que
necesitamos una cierta coherencia para su anlisis, tendramos
que tener en cuenta criterios abiertos y flexibles.

5. CONCLUSIN
Por todo lo expuesto aqu, podemos ver que la caracte-
rizacin de la unidad de traduccin ha sido y contina siendo
an uno de los temas ms conflictivos en los estudios teri-
cos sobre el quehacer del traductor.
La necesidad de contar con una unidad operativa es
una preocupacin constante para quien se dedica a esta pro-
fesin. Sin embargo, no se ha logrado an dar una respuesta
coherente y vlida al problema. Hasta el momento solo encon-

112
tramos una amplia variedad de propuestas que constituyen
aproximaciones parciales.
A modo de conclusin, podemos decir que si bien se ha
estudiado y se sigue estudiando la caracterizacin de la UT
en las diferentes escuelas actuales de traduccin, no se ha su-
perado an la etapa de describirla desde diferentes enfoques.
Todas las definiciones que se han venido dando hasta la fecha
comparten varios aspectos, o bien analizan la UT desde dife-
rentes aproximaciones presentando as todas ellas similitudes
y divergencias. Por ello ninguna postura sea normativa, des-
criptiva o reflexivo-explicativa ha logrado an en el siglo XXI
dar una definicin de la UT que podamos considerar satisfac-
toria y definitiva.

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116
CAPTULO V
El concepto de equivalencia

Marina N. Menndez

Resumen
La equivalencia es un concepto medular en los estu-
dios sobre traduccin. Desde la perspectiva lingstica pre-
dominante en los aos 1960 momento en que la Traduc-
tologa se erige en disciplina autnoma hasta los enfoques
filosfico-hermenuticos del presente siglo, la equivalencia ha
sido definida, problematizada y clasificada en varios niveles y
por diversas escuelas y teoras. El abordaje de la traduccin,
y en particular de la equivalencia, supone hoy los aportes de
y las controversias con los enfoques de otras disciplinas,
como la Filosofa, la Antropologa, los Estudios Culturales, la
Economa, la Informtica, etc. El presente artculo propone un
recorrido cronolgico desde su conceptualizacin como corres-
pondencia biunvoca, absoluta y esttica hasta que se superan
las dicotomas (correspondencia formal/equivalencia semn-
tica, equivalencia formal/equivalencia dinmica, equivalencia
semntica/equivalencia funcional) y la equivalencia es enten-
dida como una relacin funcional, relativa y dinmica, una no-
cin graduable entre dos extremos: un grado mnimo debajo
del cual se ubican las inequivalencias y un grado mximo u
ptimo que depender del objetivo de la traduccin.

1. INTRODUCCIN
El objetivo del presente artculo es brindar un panora-

117
ma orientador del desarrollo del concepto de equivalencia des-
de su incorporacin como tema medular en los estudios tra-
ductolgicos a partir de los aos 1960. Haremos un recorrido
diacrnico a travs de los enfoques predominantes en cada d-
cada y guindonos por los aportes y controversias de tericos
cuyos postulados marcaron hitos en cada recorte sincrnico. A
su vez sealaremos las afinidades tericas o conceptuales que
atraviesan diversos perodos. Cabe sealar que la divisin en
dcadas que organiza nuestro artculo est justificada por un
fin explicativo y pedaggico; el desarrollo de las teoras, ms
all de sus cambios de paradigma, implica un dilogo sincr-
nico y diacrnico entre enfoques en el que se retoman, modi-
fican y siembran conceptos. Los autores que mencionaremos
representan una seleccin de los tericos de diversas escuelas
que han trabajado el tema y las ideas expuestas son solo una
presentacin de las investigaciones de mayor peso en los estu-
dios sobre equivalencia en traduccin.
El ttulo del libro Towards a science of translating
(1964) de Eugne Nida refleja el objetivo de la investigacin
acadmica sobre traduccin: incorporase al mbito cientfico.
Hacia 1960 la investigacin sobre traduccin se independiza
de la Lingstica, se constituye como ciencia autnoma; se
abandona la denominacin Teora de la traduccin y la nueva
disciplina es bautizada como bersetzungswissenschaft, en la
escuela alemana, Translation Studies, en la escuela angloesta-
dounidense, y Traductologa en espaol (vase captulo II). Sin
embargo, toda teora de la traduccin descansa sobre cierta
conceptualizacin de la lengua (Venuti 2000: 5) y, por tanto, el
desarrollo del concepto de equivalencia est inextricablemente
ligado a las teoras lingsticas de cada poca. La equivalencia
ha sido definida, problematizada y clasificada desde diversas
perspectivas tericas, modelos y niveles de anlisis (lxico,
textual, pragmtico, estilstico, etc.), especialmente a partir
de la segunda mitad del siglo XX. Mary Snell-Hornby (1995) ha
encontrado cincuenta y ocho nociones diferentes de equivalen-
cia solo en la bibliografa sobre traductologa escrita en idioma

118
alemn. An ms sorprendente es la sugerencia de Christiane
Nord (1991: 97), una de las autoras ms destacadas en los
enfoques funcionalistas sobre la equivalencia en traduccin,
quien nos dice que el trmino quivalenz (alemn), quiva-
lence (francs) y equivalencia (espaol) no son equivalentes.
A esta complejidad conceptual debemos sumar, adems, su
ntima relacin con la nocin de unidad de traduccin y con
los conceptos de fidelidad, adecuacin y aceptabilidad. Du-
rante siglos la equivalencia fue pensada como una dicotoma
que se expres a travs de diversas nomenclaturas: traduc-
cin literal /traduccin libre, fidelidad / (bella) infidelidad, co-
rrespondencia (formal)/equivalencia (semntica), equivalencia
formal/equivalencia dinmica, etc. A principios de la dcada
del ochenta se consolida la idea de que la equivalencia no es
una cuestin de extremos opuestos sino de graduacin entre
dos polos. Podemos definir la equivalencia, de modo provisorio
y simplificado, como la relacin entre un texto dado en una
lengua y su transferencia en otra lengua. Toda relacin tercia,
es decir, media como punto de referencia para establecer una
comparacin (de textos). Ese elemento mediador, llamado ter-
tium comparationis (Shuttleworth y Cowie 1997: 167, Munday
2001: 49) o architransema, es el que concentra la mayor parte
de las divergencias entre las diversas conceptualizaciones de
la nocin de equivalencia, desde la correspondencia formal,
dominante en la dcada del sesenta, hasta la equivalencia
translmica, propugnada a fin de siglo. Cuando un traductor
busca en la lengua de llegada el equivalente de una unidad
sea esta una palabra, un concepto, una expresin, una frase
o un texto completo de la lengua de origen, est buscando
la equivalencia entre modelos de organizacin de la realidad
codificados en las lenguas. La equivalencia trasciende lo es-
trictamente lingstico para abarcar lo cultural en su conjunto
y, por ende, los diversos modos de percepcin y estructuracin
de la realidad.
A principios del siglo XX se comienza a ver la lengua
como constitutiva de la realidad (la realidad se construye lin-

119
gsticamente) y ya no como su mera representacin. Este
cambio de paradigma fue denominado giro lingstico (Rorty,
1990, c.p. Vallejos Llobet, 2004). En los aos 1920, Edward
Sapir afirmaba que la lengua debe ser pensada como un fen-
meno social y cultural porque describe y representa el modo
en que sus hablantes construyen el mundo. Esta idea sub-
yace a la versin ms radical de la hiptesis de Sapir-Whorf:
pensamos en funcin de las categoras y distinciones codifica-
das en la lengua (c.p. Lyons, 1984: 264). Diferentes culturas
conceptualizan la realidad de diversas maneras y, a su vez,
la lengua codifica esa conceptualizacin de la realidad. Dado
que los conceptos culturales estn lexicalizados, las divergen-
cias entre culturas estn plasmadas en diferencias lingsti-
cas. Si bien esta falta de isomorfismo lingstico entre lenguas
fue sealada en el siglo XIX entre otros, por Schopenhauer,
Scheleirmacher y Humbolt, es recin en la segunda mitad
del siglo pasado que, tal como indica Eusebio V. Llcer Llorca
(2004: 42), la cuestin de la equivalencia se torn capital en
los estudios traductolgicos. La coincidencia de designacin
en palabras de distintos idiomas (es decir, el hecho de que dos
palabras designen el mismo referente) no implica la existencia
de una completa superposicin en la trama de semas que las
constituyen; por ejemplo, si bien la palabra casa y sus tra-
ducciones aceptadas en diversos idiomas designan el mismo
referente, la idea de casa probablemente difiera de una lengua
a otra. Encontrar equivalencia en la designacin y el signifi-
cado no redime a los traductores del derrotero cognitivo en
bsqueda de la equivalencia de sentido (vase captulo VI).

2. Dcada de los sesenta: enfoques lingsticos


El perodo comprendido entre la dcada del cincuenta
y la del setenta est dominado por lo que Octavio Paz (1971)
denomina el imperialismo de la Lingstica sobre la traduccin.
Desde este enfoque lingstico, la equivalencia es un concepto
vertebrador, el elemento central de toda traduccin y reflexin
sobre la traduccin. La equivalencia es entendida como rela-

120
cin absoluta y esttica, una correspondencia uno a uno cir-
cunscripta al plano lingstico y, por tanto, formal. Los estu-
dios sobre traduccin se ocupan de describir las modalidades
de esa relacin. El ttulo Les Belles infidles de George Mounin
(1955), la expresin belles infidles acuada por Gilles Mnage
en 1654 y la frase traduttore, traditore nos remiten a la idea
predominante hasta entonces de que la traduccin (y el
traductor) debe adecuarse al original, serle fiel, no traicionarlo.
En On linguistic aspects of translation ([1959] 1992),
Roman Jakobson analiza el concepto de equivalencia desde
la perspectiva de la lingstica generativa. Es ya clsica su
mentada afirmacin: Equivalence in difference is the cardinal
problem of language and the pivotal concern of linguistics/ La
equivalencia en la diferencia es el problema central del len-
guaje y la preocupacin fundamental de la Lingstica (1992:
146) (traduccin nuestra). Para Jakobson, si bien la equivalen-
cia absoluta no es posible porque los campos semnticos de
un trmino y su equivalente en otra lengua no se superponen
completamente, las diferencias entre lenguas no impiden que
el sentido de una palabra o frase en una lengua pueda ser
expresado en otra, es decir, no implican la imposibilidad ex-
cepto en el caso de la poesa de encontrar equivalencias. El
principio de diferencia interlingstica entre trminos y cam-
pos semnticos que postula Jakobson se cimienta en la idea
de que cada lengua codifica y parcela la realidad de un modo
diferente. Por ejemplo, en ingls la palabra cheese (syr en ruso)
abarca cottage cheese, concepto que el ruso codifica en una
palabra diferente de syr.
Tanto la tesis de la traducibilidad como la de traduccin
intercultural son compartidas por Georges Mounin (1963), en
cuya obra Les problmes thoriques de la traduction defiende la
traducibilidad y sostiene que la alternancia histrica entre tra-
duccin libre y traduccin literal (en literatura) responde a los
criterios lingstico-culturales de cada poca (vase captulo
II). La cultura como elemento primordial de la traduccin nos
hace dar un salto imaginario hasta la dcada de los ochenta,

121
momento en que, como veremos, se produce un cambio para-
digmtico en los estudios traductolgicos.
Por otra parte, Jean-Paul Vinay y Jean Dalbernet pu-
blican en 1958 la obra Stylistique compare du francais et du
langlais en la que definen equivalencia ([1958] 1977: 8) como
un procedimiento de transferenciaqui rend compte de la mme
situation que dans loriginal, es decir, que da cuenta de la mis-
ma situacin que en el original (nuestra traduccin).Su acer-
camiento lingstico a la nocin de equivalencia se orienta al
nivel lxico, especialmente a las expresiones fijas. Adems, los
siete procedimientos de traduccin que ellos proponen (prs-
tamo, calco, traduccin literal, transposicin, modulacin,
equivalencia y adaptacin) ignoran la posibilidad de mltiples
equivalencias para una misma unidad de traduccin. Asimis-
mo, estos lingistas canadienses definen unidad de traduccin
(1977: 16) como Les plus petit segments de lnonc dont la
cohsion des signes est telle quils ne doivent pas tre traduits
sparment / Los segmentos ms pequeos del enunciado con
tal cohesin de los signos que no deben traducirse por sepa-
rado (nuestra traduccin). Jean Delisle (1988:70) seala que
Vinay y Dalbernet analizan equivalencias entre segmentos ais-
lados, palabras u oraciones de dos lenguas las que l deno-
mina equivalentes transcodificados pero no entre mensajes
de dos textos (vase captulo IV). La traduccin entre textos,
contina Delisle, no es un ejercicio de comparacin entre equi-
valentes dados sino de interpretacin del sentido de un texto a
fin de proponer equivalentes contextuales (1988: 76-77).
A fines de los aos sesenta, tambin dentro de la tra-
dicin francesa, se gesta una novedosa lnea de investigacin
cognitivo-comunicativa: la Teora Interpretativa de la Traduc-
cin (TIT) tambin llamada en un principio teora del senti-
do cuyos mximos exponentes son Danica Seleskovitch, su
fundadora, Marianne Lederer, Fortunato Israel y Jean Delisle,
quien la aplic a la traduccin de textos escritos. Basada ori-
ginalmente en el anlisis de la interpretacin consecutiva y
diferenciada del resto de las investigaciones contemporneas

122
por su preocupacin pedaggica, esta teora investiga los me-
canismos cognitivos que subyacen al proceso traductor. La
TIT, que toma aportes de la Psicologa Gentica de Piaget y
de la Neuropsicologa Experimental (Hurtado Albir 2001: 327),
pone el acento en la interpretacin construccin del sentido
del mensaje y en la impronta mental del sentido. El sentido
sera la idea desnuda de su molde lingstico, un concepto
absolutamente cognitivo. Seleskovitch propona que la asimi-
lacin del sentido, concebido como tertium comparationis, se
realiza a travs de una fase de desverbalizacin. Esta etapa,
en la que se interioriza el sentido disociado de toda referencia
lingstica, media entre la fase inicial de comprensin y la fase
final de reformulacin. Esta teora postula la existencia de una
doble interfaz: por un lado, entre la expresin de quien habla y
su comprensin por parte del intrprete y, por otro lado, entre
la re-expresin del sentido, asimilado por el intrprete, y la
comprensin por parte del auditorio. Seleskovitch y Lederer
(1984: 19) afirman que el traductor sabe que il ne traduit pas
une langue en une autre, mais quil comprend une parole et
quil la transmet son tour en lexprimant de manire quelle
soit comprise, es decir, que el traductor no traduce una lengua,
sino que comprende un habla y lo transmite a su vez mediante
una expresin que permita su comprensin (nuestra traduc-
cin). Segn la teora interpretativa, la traduccin no opera
entre dos lenguas no es una transcodificacin, sino entre
el sentido y la expresin del intrprete/traductor; por tanto, no
se buscan equivalencias verbales sino correspondencias entre
el sentido idea desverbalizada y la lengua de llegada. De-
lisle (1988), al adaptar este modelo heurstico a la traduccin
escrita, agregar una segunda interpretacin posterior a la re-
expresin. Hurtado Albir (2001: 330) nos explica que el objeti-
vo de la cuarta y ltima fase, denominada anlisis justificativo,
es verificar la exactitud de la solucin provisional encontrada y
que sirve para garantizar que la equivalencia hallada expresa
perfectamente el sentido del enunciado del texto original. Una
lnea de la actual Traductologa Cognitiva rechaza la posi-

123
bilidad de desverbalizar el significado porque considera que
la lengua no puede desaparecer totalmente del procesamiento
mental (Isham, 1994).
En 1965 el britnico John Catford, que comparte con
Vinay y Dalbernet tanto la perspectiva lingstica como el an-
lisis contrastivo, parte del anlisis descendente de los niveles
jerrquicos del texto modelo que toma de Michael Halliday
(1961) y postula dos tipos de equivalencia. Lo que denomi-
na correspondencia formal son los equivalentes interlings-
ticos a nivel del sistema abstracto de las lenguas. Cuando la
configuracin de ambas lenguas no permite la corresponden-
cia formal, es necesario desviarse (shift) de esta en pos de la
equivalencia textual, dada por el funcionamiento equivalente
de unidades lingsticas a nivel intertextual en una ocasin
particular. La nocin de equivalente aqu se relaciona con la
significacin saussuriana y no con el sentido (vase captu-
lo VI). La equivalencia esinterchangeability between textual
items in a given situation (1965: 49), es decir, la naturaleza
intercambiable de elementos textuales en una situacin dada
(traduccin nuestra). Cuando Catford propone tener en cuen-
ta los factores situacionales, remite bsicamente al cotexto
y no al contexto situacional como lo entendemos hoy (vase
captulo III); por tanto, su anlisis de la equivalencia no in-
volucra aspectos extralingsticos. Lo que Catford denomina
equivalencia total sera la sumatoria, a nivel del texto, de las
equivalencias en los niveles inferiores. Como seala Rabadn
(1991: 189)la suma de equivalencias parciales (lingsticas) no
asegura la equivalencia total del texto. La teora de Catford ha
sido muy criticada por Newmark (1981), Snell-Hornby (1995),
Venuti (2000) y Munday (2001), entre otros, especialmente por
los ejemplos descontextualizados, abstractos y prefabricados
que pretenden ilustrar sus ideas. Sin embargo, otros autores
le reconocen su carcter seminal para los posteriores desarro-
llos de la disciplina. El trabajo con categoras, las modifica-
ciones (shifts) que operan en la traduccin y la apertura,
aunque an en estado embrionario, hacia el contexto son

124
sus mayores aportes. Rabadn, por ejemplo, sostiene que
Catford abre un perodo que va a traer numerosas propues-
tas, deudoras en su mayora de las afirmaciones de este
autor (1991: 64).
Casi al mismo tiempo que Catford limita la equivalen-
cia casi exclusivamente a la dimensin lingstica, Nida abre
el panorama al abogar por un enfoque sociolingstico y al
incluir un factor contextual que ser decisivo en las teoras
posteriores: el receptor de la traduccin. Nida postula que la
traduccin excede lo meramente lingstico y la sita dentro
del mbito de la semitica antropolgica (Nida y Taber 1982).
Desde un enfoque sociocultural, los traductlogos bblicos
Nida y Taber plantean y analizan el concepto de equivalencia
desde la ptica de una dicotoma entre la equivalencia formal
propuesta desde un enfoque lingstico por las Estilsticas
Comparadas y la equivalencia dinmica basada en el prin-
cipio de efecto equivalente. Nida (1964: 4), de ineludible men-
cin en cualquier debate sobre el concepto de equivalencia en
traduccin, sostiene que traducir es: reproducing in the recep-
tor language the closest natural equivalent of the source lan-
guage message, first in terms of meaning, secondly in terms of
style/ reproducir en la lengua receptora el equivalente natural
ms cercano del mensaje de la lengua de partida (traduccin
nuestra). Este terico pens el problema de la equivalencia
desde la teora de la informacin (Larose, 1989: 104) y des-
plaz el foco desde la equivalencia formal hacia equivalencia
dinmica en la cual the message of the original text has been
so transported into the receptor language that the response of
the receptor is essentially like that of the original receptors/ el
mensaje del texto original ha sido transportado a la lengua
receptora de modo tal que la respuesta del receptor es esen-
cialmente la misma que la del receptor original (1964: 159)
(traduccin nuestra). La equivalencia dinmica, posicionada
en el polo de la lengua de llegada, produce en la audiencia
meta un efecto equivalente al que el texto fuente produjo en
su audiencia; la correspondencia formal, posicionada en la

125
lengua de origen, se centra en el mensaje. La equivalencia
dinmica se basa, pues, en un principio de equivalencia de
efecto o efecto equivalente (1964: 159), que se logra a travs
de la adaptacin del original a la cultura de llegada, es decir, a
travs de la domesticacin/naturalizacin del original. De ah
que Nida defienda la naturalizacin, es decir, la adaptacin de
las referencias culturales a la cultura de llegada. En su defen-
sa de la equivalencia dinmica entre diferentes culturas, Nida
cita, por ejemplo, la frase cordero de Dios traducida como foca
de Dios para que logre un efecto equivalente entre los esquima-
les. Jeremy Munday (2001: 42) entiende que este enfoque:

considers adaptations of grammar, of lexicon and of cul-


tural references to be essential in order to achieve natu-
ralness; the [Target Text] language should not show inter-
ference from the SL, and the foreignness of the [Source
Text] setting is minimized. [] For Nida, the success of a
translation depends above all on achieving equivalent res-
ponse / considera que las adaptaciones de la gramtica,
del lxico y de las referencias culturales son esenciales a
fin de lograr naturalidad; la lengua [del Texto Meta] no
debera presentar interferencias de la lengua origen, y la
extranjerizacin del marco [del Texto Origen] se reduce al
mnimo. [] Segn Nida el xito de una traduccin depen-
de principalmente del logro del la respuesta equivalente
(traduccin nuestra).

Los postulados de Nida, de gran influencia en los tra-


bajos de Peter Newmark y de Werner Koller (1979, 1995), pro-
vocaron una revolucin en los estudios traductolgicos y han
generado un debate an vigente entre dos modelos opuestos:
la naturalizacin y la extranjerizacin. Como veremos en el
apartado sobre House, estas dos tendencias fueron concep-
tualizadas por Scheleirmacher y ganaron adeptos y detractores
entre los diversos tericos. El modelo de Nida y Taber tambin
ha recibido varias crticas negativas, por ejemplo, la imposibili-
dad de lograr un efecto equivalente en los receptores de la tra-
duccin (Van den Broeck, 1978: 40; Larose, 1989: 78; Hatim y
Mason; 1995: 392). Uno de sus ms acrrimos detractores ha

126
sido Edwin Getzler (1993), que desde el deconstruccionis-
mo acusa a Nida de una visin teolgica y proselitista en la
que el concepto de equivalencia dinmica pretende imponer el
discurso cristiano-protestante dominante (Munday 2001: 43).

3. DCADA DE LOS SETENTA: LA LINGSTICA FUNCIONAL


La dcada de los aos setenta se inaugura con la irrup-
cin de la perspectiva funcionalista en los estudios lingsticos.
La Lingstica Funcional, basada en la tradicin antropolgica
de Malinowski (1923, 1935) y Firth (1951), es continuada por
la Escuela de Praga (Jakobson) y desemboca en las teoras de
Halliday y sus seguidores. El propio ttulo de la obra Language
as social semiotics (1978) de M.A.K. Halliday constituye un ma-
nifiesto de la nueva perspectiva, que expandir su influencia a
los estudios sobre traduccin durante las dcadas siguientes.
Halliday concibe la lengua como uno de los sistemas semi-
ticos que tejen el complejo entramado de la cultura, sistema
semitico englobante al que Even-Zohar (1979) denominar
polisistema. El tratamiento de las particularidades culturales
divergentes entre la lengua de origen y la de llegada inclinarn
el peso de la balanza hacia la naturalizacin/domesticacin
la equivalencia cultural, que propone Nida en 1964 y defien-
de junto a Taber en 1969 y 1982, o bien hacia la exotizacin/
extranjerizacin favorecida por, entre otros, Venuti en 1995.
La concepcin semitica de la lengua impone la cultu-
ra como elemento medular en los estudios sobre traduccin
a partir de la dcada de 1970. El lenguaje es una semitica
social, es decir, se lo interpreta dentro de un contexto socio-
cultural en el que la cultura misma es interpretada en trminos
semiticos (Halliday 1978: 2). El traductor no debe ser solo bi-
linge, sino tambin completamente bicultural (Vzquez Ayora
1977: 388, de Beaugrande 1978: 98). Robert de Beaugran-
de habla de equivalencia comunicativa y vuelca el peso de
la equivalencia hacia el receptor meta, la equivalencia debe
buscarse en las experiencias de los receptores del original y
los de la traduccin: aspects of communicationally relevant

127
equivalent must be discussed in regard to reader responses
/ se debatirn aspectos del equivalente comunicativamente
relevante de acuerdo con las respuestas del receptor (1978:
99) (traduccin nuestra). Las similitudes con la equivalencia
dinmica de Nida son obvias.
Katharina Reiss (1971: 93), de la escuela alemana, incor-
pora los aportes de la perspectiva funcionalista en los estudios
sobre traduccin. Considera que el propsito especfico (special
purpose) de una traduccin constituye un criterio determinante
en el que el receptor es uno de los criterios de ms peso. Esta au-
tora postula que no siempre el propsito de una traduccin es la
equivalencia. A veces, el propsito especfico de la traduccin no
es el mismo que el propsito del original, como en el caso de las
adaptaciones de textos literarios para funcionar como material
de aprendizaje de lengua extranjera o en las adaptaciones para
un pblico de un grupo etario, ideolgico, religioso, etc. diferente
del de los receptores originales. En estos casos, la adecuacin de
la traduccin a una determinada funcin est por encima de la
equivalencia. Esta primaca de la funcionalidad en detrimento de
la equivalencia llevar a Reiss a establecer, ya dentro del marco
de la teora del skopos que desarrollara junto a Hans Josef Ver-
meer en los aos ochenta, una diferenciacin entre equivalencia
y adecuacin de la traduccin a su propsito especfico.
El modelo funcional-pragmtico de Juliane House
(1977), revisado en 1997, est centrado en la equivalencia y
sostiene que la esencia de la traduccin es conservar el senti-
do en sus tres dimensiones: textual, semntica y pragmtica
(1977: 103). Albrecht Neubert (1985), de la escuela de Leipzig,
propondr tambin que la equivalencia es una categora semi-
tica conformada por tres dimensiones: sintctica, semntica y
pragmtica, siendo esta la de mayor jerarqua e importancia.
La dimensin pragmtica nos remite a la funcin de un texto
en una situacin determinada. Al revisar su modelo de la dca-
da del setenta, House (1997: 37), consciente de la amplitud del
trmino situacin, postular ocho dimensiones situacionales
que determinarn la funcin de un texto: las dimensiones del

128
usuario del lenguaje (origen geogrfico, clase social y tiem-
po) y [las] dimensiones del uso del lenguaje (medio, partici-
pacin, relacin del papel social, actitud social y terreno) (Calvo
Montaa, 2007: 14). House (1977) clasifica las traducciones
en encubiertas (cover) y patentes (overt). Ambas cumplen con la
equivalencia funcional, entendiendo como funcin la aplicacin
o uso de un texto en el contexto de una situacin particular
(House 1977: 37). Sin embargo, mientras las traducciones en-
cubiertas estn tamizadas por el filtro cultural de modo tal que
el traductor sea en trminos de Venuti invisible y el lector
crea que est leyendo un original, las traducciones patentes
conservan las referencias culturales del texto origen. La traduc-
cin patente descarta la bsqueda de equivalencias culturales,
no utiliza el tamiz cultural, no maquilla con el pincel del filtro
cultural las diferencias entre la cultura de origen y la receptora
sino que las mantiene como marcas de lo extico, lo extranjero.
La misma autora denomina error encubierto (covertly erroneous
error) a la falta equivalencia funcional (functional mismatch) por
oposicin a los errores en el nivel semntico y textual a los
que denomina errores patentes (overtly erroneous error) los
que, a su vez, pueden socavar la equivalencia funcional.
House abona el terreno de los desarrollos tericos de
la ltima dcada del siglo XX al incorporar los parmetros
situacionales y las relaciones emisor-receptor en los estudios
sobre traduccin, plasmadas luego en su nocin de marco de
negociabilidad (House y Blum-Kulka 1986), y al poner en foco
la existencia de lmites culturales que operan en la traduc-
cin. Estas ideas sern pulidas posteriormente por la misma
autora (House 2001) y retomadas, como veremos en el prxi-
mo apartado, por Rabadn (1991) y Eco (2008). Adems, su
clasificacin de las traducciones en patentes y encubiertas
nos remite, por una parte, al concepto de equivalencia cultu-
ral y, por otra parte y consecuentemente, al debate entre dos
modelos opuestos de traduccin: la extranjerizacin/exotiza-
cin y la domesticacin/aclimatacin. Estos dos mtodos que
hoy dividen las aguas de la traduccin ya aparecen en el ar-

129
tculo Sobre los diferentes mtodos de traducir de Friedrich
Schleiermacher ([1913]1978) y tambin estn prefigurados,
como sealan Montezanti (2000) y Willson (2004), en un en-
sayo de 1937 del filsofo espaol Ortega y Gasset en el que
el autor defiende el modelo exotizante. En la extranjerizacin
deca Ortega the translatormoves the reader towards
the writer (c.p. Hatim 2001: 46), es decir, el traductor lleva
al lector hacia el escritor. En la domesticacin, el traductor
transporta al escritor al texto original hacia el lector. Gar-
ca Yebra (1990: 173) lo explica as:

el objeto de la traduccin literaria, lo que debe ser tra-du-


cido, tras-ladado, llevado al otro lado no son los lectores
de la traduccin, sino la obra original. Es sta la que debe
pasar a la lengua de sus nuevos lectores. Y cuanto ms se
ajuste al carcter de esta lengua, ceteris paribus, tanto me-
jor ser la traduccin.

Llevar o traer, esa sera la cuestin que debe dirimir el


traductor.10 La domesticacin se erige sobre la idea de modifi-
car un texto segn su funcionalidad en la cultura de llegada y,
en este sentido, se acerca a la Teora del Skopos, que enfatiza-
r el contexto de la cultura de llegada y los efectos producidos
en los destinatarios de una traduccin. Huelga sealar que
la oposicin entre aclimatar un texto a la cultura receptora o
mantener visible su otredad implica concepciones tambin
opuestas de equivalencia.

4. Dcada de los OCHENTA: enfoque descriptivo-


funcionalista. Teora del polisistema
Durante la dcada de los ochenta predomina el funcio-
nalismo, se incorporan elementos socioculturales, se consoli-

10
Recordemos que las palabras transportar y traducir as como tradicin y el
verbo traer surgen de una fuente etimolgica comn. El trmino alemn para traduc-
cin bersetzen escapa a esta simetra. Es curioso que mientras traducir nos remite
etimolgicamente a transportar de un espacio a otro (lenguas, culturas), la palabra sns-
crita para traduccin, anuvad, significa decir nuevamente, decir despus, repetir, por
lo que, como seala Pym (2007) el movimiento es cronolgico y no espacial.

130
da la perspectiva pragmtica en el Anlisis del Discurso que
aglutina contribuciones de otras disciplinas (especialmente, de
la Lingstica Sistmico-Funcional de Halliday, la Lingsti-
ca Textual de Van Dijk (1977, 1978, 1980), la Semitica, la
Sociologa, la Psicologa y la Antropologa) y se diversifi-
can los enfoques sobre la traduccin. Esta dcada marca un
cisma en los estudios de traduccin: la supremaca del texto
origen y la consecuente entronizacin de la adecuacin como
criterio determinante de la calidad de una traduccin en el
enfoque lingstico son pulverizadas al tiempo que la funcin
(skopos), la audiencia, el contexto, la cultura de llegada y, con-
secuentemente, el criterio de aceptabilidad se erigen en foco de
atencin. La equivalencia entendida como concepto relativo,
dinmico e histrico est supeditada a la perspectiva teleo-
lgica del funcionalismo.
Los enfoques lingsticos, siguiendo el modelo compa-
rativo y centrndose en la traduccin como producto, haban
realizado una comparacin interlingstica para evaluar si la
traduccin es fiel al original de acuerdo con el parmetro ade-
cuacin. Por su parte, los enfoques descriptivo-funcionalistas,
centrados en la traduccin como proceso, realizan un anlisis
interdisciplinar que incluye factores extralingsticos (el tra-
ductor, la situacin espacio-temporal, los parmetros socio-
culturales y los factores de recepcin) con el objetivo de eva-
luar una traduccin de acuerdo con el grado de equivalencia
que presenta. De este modo, la equivalencia se ubicara en
algn punto dentro del trayecto de un meridiano abstracto cu-
yos extremos (polos) seran la adecuacin y la aceptabilidad.
En otras palabras, la adecuacin prioriza el polo origen (el ori-
ginal), se orienta a criterios lingstico-textuales y considera
la equivalencia como una relacin esttica entre unidades iso-
mrficas; por su parte, la aceptabilidad prioriza el polo meta
(la traduccin), incorpora factores que exceden lo meramente
lingstico-textual y considera la equivalencia como una rela-
cin funcional, dinmica y relativa entre un texto dado y su
realizacin individual, nica e irrepetible en una traduccin

131
aceptada como tal por los receptores del polisistema de llega-
da. Tal como sostienen varios autores House (1997, 1986),
Rabadn (1991) y Toury (1980) entre otros la equivalencia
no es un concepto absoluto sino relativo debido al abanico de
posibilidades de traducciones aceptables del cual el traductor
seleccionar el mejor equivalente. Por tanto, la equivalencia
debe ser entendida en trminos relativos como un continuum y
no como una dicotoma.
La teora del skopos, postulada por Vermeer (1983,
1989, 1996) y Reiss y Vermeer (1984), desarrolla el concepto
funcional de la traduccin al supeditar el proceso de traduc-
cin al objetivo (escopo, en griego) del texto de llegada, esta-
blecido segn estos autores por el mismo traductor. La
teora del skopo no prescribe cul debe ser el objetivo sino que
simplemente postula que la traduccin es una accin y como
tal always presupposes a skopos and is directed by a skopos
(Vermeer 1989: 221), es decir, siempre presupone un skopos
y est guiada por un skopos (traduccin nuestra). El objetivo
o propsito de la traduccin suele estar explcito o implcito
en el encargo o comisin de traduccin (comission, en ingls;
Auftrag, en alemn), concepto que Nord (1994) relaciona con
la traduccin instrumental, aquella que est regida por los cri-
terios clientelares del mercado de la traduccin. Basndose en
la ideas de Reiss (1971) que ya mencionamos, Reiss y Vermeer
establecen una distincin entre equivalencia, cuando un texto
original y su traduccin cumplen la misma funcin comunica-
tiva, y adecuacin, cuando el skopos de la traduccin ha sido
logrado a pesar de no mediar equivalencia funcional. Estos
autores subordinan la nocin de equivalencia a la de adecua-
cin ya que mientras esta se concibe como la consecucin del
propsito de una traduccin, aquella implica solo los casos en
los que los propsitos del texto de origen y del texto de llegada
no difieren. En otras palabras, en la equivalencia tanto el texto
original como su correspondiente traduccin cumplen la mis-
ma funcin comunicativa en sus respectivas culturas (Reiss y
Vermeer 1984: 124).

132
El israel Gideon Toury (1980, 1995) toma la teora del
polisistema desarrollada por Itamar Even-Zohar (1979, 1999),
su colega de la Escuela de Tel Aviv, y la aplica al estudio de
la traduccin. La traduccin, uno de los sistemas que confor-
man el polisistema cultural, se concibe como actividad cultu-
ral en cuanto proceso y como una transferencia cultural en
cuanto producto. Cabe sealar que las teoras de Even-Zohar
y de Toury se concentran especialmente en la traduccin li-
teraria. La inclusin de la traduccin dentro del conjunto de
subsistemas culturales produjo un cambio de paradigma en
Traductologa al que suele denominarse el giro cultural (Moli-
na Martnez, 2006: 37). Toury sostiene que hay una relacin
de equivalencia entre un texto de origen y un texto de llega-
da dada por the balance between what was kept invariante
and what was transformed (1995: 86)/ el balance entre lo que
se mantuvo invariable y lo que fue transformado (traduccin
nuestra). Este autor propone desde un enfoque descriptivo
(DTS, Descriptive Translation Studies) basado en la literatu-
ra comparada un modelo para evaluar la equivalencia tanto
de unidades de traduccin (el concepto de textemas de Even-
Zohar) como la equivalencia global entre un texto de origen y
su correspondiente texto de llegada. Entiende que para deter-
minar la adecuacin y aceptabilidad de una traduccin debe-
mos, en una primera etapa, analizar la serie de relaciones que
estructuran el texto de origen y que constituyen el constructo
intermediario (intermediating construct), tambin denominado
invariante metodolgica ya que lo que pretende determinar
este anlisis semntico-textual es si el tipo de relaciones que
predomina en el texto de origen prevalece tambin (es decir, se
mantiene invariable) en el texto de llegada. Si en la segunda
etapa se comprueba dicha invariante metodolgica, la equi-
valencia entre el texto de origen y el texto de llegada quedara
demostrada. Ahora bien, el puente entre ambas etapas est
dado por dos procedimientos consecutivos. En un primer mo-
mento, se contraponen las unidades de traduccin del texto
de origen y sus correspondientes en el texto de llegada para

133
detectar cambios normativos o sistmicos y, en un segundo
momento, se comparan a fin de saber qu soluciones (entin-
dase equivalencias funcionales) ha seleccionado el traductor
y as reconocer las relaciones traslativas entre ambos textos.
Toury se enfoca en el anlisis de la equivalencia a posteriori de
la traduccin, es decir, no le interesa un tratamiento abstracto
sino emprico de la equivalencia; su objetivo es descubrir
mediante el anlisis de las tcnicas y estrategias utilizadas por
el traductor el concepto de equivalencia que opera en una
traduccin. De este modo, la descripcin apunta a develar qu
sentido otorga la comunidad de la cultura receptora de la
cual forma parte tanto el traductor como el receptor a la no-
cin de equivalencia. Las ideas de Toury que hemos expuesto
se encuentran enmarcadas en su teora de las Normas, la
que desarrollaremos al abordar las propuestas de Rabadn
en la dcada siguiente. Los postulados de Even-Zohar y Tou-
ry fueron recogidos por varios tericos especialmente Theo
Hermans, Andr Lefevere, Jos Lambert, Raymond van den
Broeck y el estadounidense James Holmes que compartan
la perspectiva sistmico-descriptiva y un particular inters
por la literatura. A este grupo del Eje de Lovaina se le llam
Escuela de la Manipulacin, nombre tomado del ttulo de la
obra The Manipulation of Literature de Hermans (1985), en
la que el autor arguye que desde la perspectiva de la cultura
receptora toda traduccin implica cierto grado de manipu-
lacin del texto fuente con el fin de alcanzar cierto objetivo
(Hermans 1999: 9).
El trabajo de Peter Newmark (1981, 1988, 1991)
abreva, sin dudas, de la teora de Nida pero cuestiona la
viabilidad del efecto equivalente postulando que se puede
lograr cierto grado de equivalencia en el efecto pero este
nunca ser idntico al de la recepcin del texto original.
Newmark reemplaza el concepto de equivalencia dinmica de
Nida por el de traduccin comunicativa. A su vez, establece
una diferenciacin entre equivalencia semntica y equivalen-
cia comunicativa, advirtiendo que en toda traduccin ambas

134
formas de equivalencia conviven. Newmark (1981:39) define
la traduccin semntica por su propsito: to render, as clo-
sely as the semantic and syntactic structures of the second
language allow, the exact contextual meaning of the original.
Por su parte, la traduccin comunicativa intenta produce on
its readers an effect as close as possible to that obtained on
the readers of the original (el resaltado es nuestro)/ ofrecer,
tan aproximadamente como lo permitan las estructuras se-
mnticas y sintcticas de la segunda lengua el sentido con-
textual exacto del original (traduccin nuestra). El segundo
procedimiento que Newmark sugiere para la mayora de
los textos es similar a la equivalencia dinmica de Nida,
la cual se centra en el receptor de la traduccin y orienta
esta hacia la cultura de llegada. Por tanto, el concepto de
equivalencia dinmica de Nida, el de traduccin comunicativa
de Newmark y tambin el concepto de traduccin encubierta
de House estn hilvanados en una misma lnea.
Christiane Nord (1991, 1994, 1997, 2003), de la escue-
la funcionalista, postula que de acuerdo con una definicin
etimolgica de la palabra equivalencia en tanto igualdad de
valores habra que considerar la igualdad en tres niveles:
pragmtico, lingstico-estilstico y semntico; niveles que en
la prctica suelen excluirse mutuamente. Segn Nord (1991),
ni el concepto tradicional de equivalencia ni el concepto fun-
cionalista radical satisfacen una definicin aceptable. Propo-
ne, entonces, una combinacin de ambos tomando como ejes
dos nociones: la lealtad que destaca la necesidad de que el
traductor tenga en cuenta las intenciones y expectativas no
solo del autor original sino tambin las del cliente que hace el
encargo de traduccin y las de los lectores meta y la funcio-
nalidad, que da cuenta de la orientacin del texto hacia de-
terminado objetivo. Esta simbiosis le permite postular que el
traductor en tanto mediador cultural tiene como opciones
ajustar y adaptar elementos pertenecientes a los diversos ni-
veles (pragmtico, lingstico-estilstico y semntico) de acuer-
do con las condiciones situacionales y las necesidades de los

135
receptores meta. Nord (2003) analiza, por ejemplo, el caso de
la equivalencia en la traduccin literaria de nombres propios
cuya funcin (dada muchas veces por el sentido pragmtico,
semntico y/o semitico implcito) lleva al traductor a adaptar
los nombres para mantener la igualdad de valores en la cul-
tura de llegada.11

5. DCADA DE LOS NOVENTA: ENFOQUES INTERCULTURALES


En 1990, Susan Bassnett y Andr Lefevere proclama-
ban que los estudios sobre traduccin haban dado un paso
adelante al dejar atrs la pregunta por la fidelidad y la equi-
valencia y al tomar como objeto de estudio [the] text embedded
within its network of both source and target culture signs (1990:
12)/ [el] texto imbricado en la red de signos tanto de la cul-
tura origen como de la de llegada (traduccin nuestra). Ms
tarde, Bassnett (1996: 22) dira que as como la dcada del
setenta estuvo signada por la revisin de la historia cultural
y por la reconsideracin del rol de la traduccin en la historia
de la literatura, y la dcada del ochenta se aboc al estudio
de las relaciones de poder entre escritores, traductores y p-
blico lector en los aos noventa el centro de atencin fue la
visibilidad del traductor a travs de sus intervenciones en el
texto. La traduccin es percibida ahora como prctica poltica
formadora de modos de ver dentro del polisistema de llega-
da. Los aportes de otras ciencias, especialmente la Filosofa y
la Sociologa, configuran el paisaje multidisciplinar tanto del
Anlisis del Discurso como de los Estudios sobre Traduccin.
El estudio de la relacin entre textos, ideologa y poder naci a
principios de los ochenta propiciado por los pensamientos de
Michel Foucault (1980, 1984) y el deconstruccionismo de De-
rrida (1967, 1972, 1988, 1996) y fue propuesto en el mbito de
la lingstica entre otros por Teum Van Dijk (1995), quien
abogaba por el anlisis sociocultural del discurso en cuatro

11
El problema de la equivalencia de nombres propios, especialmente en textos
literarios, ha sido abordado por varios autores. Ver, por ejemplo, McDowell (1977), Moya
(2000), Bertillis (2003), Lincoln (2006).

136
dimensiones fundamentales: accin, contexto, poder e ideolo-
ga. El estadounidense Douglas Robinson (1991, 1996, 1997a,
1997b, 2003), uno de los referentes ms importantes en los
estudios poscoloniales sobre traduccin, en su obra Transla-
tion and Empire (1997) reconoce que estos abrevan tanto de
teoras propias de la disciplina el trabajo hermenutico de
George Steiner, la teora del polisistema de Even-Zohar, Toury
y Lefevere y la teora del skopo de Vermeer, como de las con-
tribuciones de Gramsci, Marx, Althusser, Nietzsche, Jameson,
Derrida, Foucault y Said.
Rosa Rabadn (1991: 45) plantea una definicin din-
mica de equivalencia tomando el concepto de translema acu-
ado por Santoyo (1986: 52): la unidad mnima de equivalencia
interlingstica, susceptible de permutacin funcional y no redu-
cible a unidades menores sin la prdida de su condicin de equi-
valencia. El translema es una unidad funcional a posteriori de
la traduccin (es decir, solo es aplicable a la traduccin como
producto) y relacional (est constituida por material lings-
tico-textual del original y de la traduccin). Los translemas,
vlidos nica y exclusivamente para el binomio textual que se
analiza, son la herramienta que permite descubrir el modelo
de equivalencia subyacente a la relacin entre el texto origen y
el texto de llegada. Para Rabadn no se puede establecer una
unidad de traduccin independientemente del modelo de equi-
valencia subyacente al binomio texto origen-texto de llegada.
En su propuesta la autora da una vuelta de tuerca al transle-
ma situndolo como elemento de un modelo interdisciplinar,
dinmico, funcional y basado en el concepto de polisistema. La
interdisciplinariedad incorporacin de ciencias subsidiarias
a los estudios de traduccin integra elementos sociocultu-
rales e histricos que hacen de la traduccin un proceso de
transferencia intercultural (Even-Zohar, 1981, c.p. Rabadn,
1991: 76). La autora propone la equivalencia translmica como
una nocin dinmica segn la cual no existe una correspon-
dencia unvoca y esttica entre unidades de lenguas diferen-
tes (el concepto de correspondencia de Catford) sino que para

137
cada elemento de un polisistema existen varias equivalencias
posibles en el polisistema de la lengua de llegada. La relacin
de equivalencia es, pues, nica e irrepetible para cada binomio
textual () subordinada a normas de carcter histrico (1991:
51). Como vemos, la equivalencia translmica se apuntala so-
bre la teora del skopos de Reiss y Vermeer y sobre el concepto
de polisistema, motivo por el cual otorga gran importancia a la
funcin del texto traducido en la cultura de llegada y favorece
una perspectiva histrica donde la variabilidad entra en jue-
go y multidisciplinaria (Rabadn, 1991: 50). La autora nos
dice que en la equivalencia translmica:

la finalidad de un texto equivalente (una traduccin) es lle-


gar a los lectores del polisistema meta. Esta audiencia, que
es un factor esencial en el proceso translmico, est con-
figurada en torno a variables sociolingsticas especficas,
que hacen que una versin sea equivalente (esto es, sea
considerada como traduccin) para unos lectores concretos
en un momento histrico dado. Son precisamente los lec-
tores del polo meta quienes aportan el elemento histrico.
(op. cit., p. 45)

Rabadn refuta posibles crticas a la relatividad inheren-


te al concepto de equivalencia translmica argumentando que:

la concepcin dinmica de polisistema (...) no descalifica al


polo de adecuacin sino que lo incluye como tertium com-
parationis en el anlisis descriptivo y lo convierte en un ab-
soluto relativizado a partir del cual se identifican las varia-
ciones que ofrece cada TM y las normas del polo meta que
han intervenido. (1991: 55).

En el modelo de Rabadn, la equivalencia es una no-


cin graduable entre dos extremos: un grado mnimo debajo
del cual se ubican las inequivalencias y un grado mximo que
correspondera a una coincidencia ptima, inextricablemente
ligada al concepto de aceptabilidad y de equivalencia trans-
lmica. Entre el polo de la adecuacin y el de aceptabilidad
se extiende una extensa franja a lo largo de la cual se ubican

138
los diversos modelos (grados) de equivalencia. La equivalencia
constituira el pivote tertium comparationis que tercia en-
tre el texto origen y su traduccin y que funciona como punto
de referencia para establecer el grado de igualdad o coinciden-
cia entre un texto y su traduccin. Wotjak (1995: 95) postula
que en la equivalencia translmica:

el tc [tertium comparationis], los valores comunicativo-enun-


ciativos ilocutivos e interaccionales que asocian los recep-
tores del TO como mensaje en un contexto sociocultural e
interaccional dado y los valores comunicativo-enunciativos,
ilocutivos e interaccionales atribuidos al TM por los recep-
tores de la comunidad comunicativa de llegada, deben coin-
cidir al mximo.

A mayor divergencia entre los valores de los polisiste-


mas de la lengua origen y los de la lengua de llegada, mayores
las dificultades que enfrentar el traductor. Como nos recuer-
da Snell-Hornby (1995: 41), la traducibilidad de un texto vara
de acuerdo con su grado de imbricacin en la cultura que le es
propia y con la distancia que separa el acervo cultural del texto
fuente de la audiencia meta en funcin de tiempo y espacio.
Cabe sealar que Rabadn rechaza el concepto de inequiva-
lencia per se como imposibilidad de traducir; toda traduccin
implica por su misma naturaleza de ser texto de llegada de
un texto origen un modelo de equivalencia. A la pregunta de
Plard (1985, c.p. Rabadn, 1991: 110) Tout peut-il se tradui-
re? (se puede traducir todo?), Rabadn responde que todo
se puede traducir pero no todo es susceptible de equivalencia
translmica. La inequivalencia surge de la imposibilidad de
someter todos y cada uno de los rasgos del TO a los parme-
tros de aceptabilidad del polo meta (Rabadn, 1991: 110) y,
por eso, limita la consecucin de la equivalencia translmica.
Esta idea encastra perfectamente con su concepcin din-
mica y graduable de la equivalencia: las inequivalencias se
ubican por debajo del grado mnimo de equivalencia pero no
por ello implican intraducibilidad. A nivel lxico, el caso de
equivalencia cero est dado por los vacos lxicos (voids)

139
tambin denominados lagunas metalingsticas, trminos
de una lengua que designan un concepto ausente en otra
lengua (Dagut, 1981).
A fin de dar cuenta de las elecciones del traductor y de
los criterios de aceptabilidad de los receptores meta, Rabadn
toma de Toury (1980) adems del concepto de polisistema
la nocin de norma: actualizaciones de una escala de valores
comunes a un grupo social (Rabadn, 1991: 56) que conforman
el acervo cultural del individuo y distinguen al polisistema al
que pertenecen. La funcin de las normas consiste en regular
y dirigir las posibles variaciones reales sobre una misma idea
abstracta y, por tanto, sirven de criterio para contrastar y clasi-
ficar actitudes individuales (Rabadn 1991: 56). De este modo,
las normas vendran a salvar la brecha entre el abanico de
equivalencias posibles para un texto dado y las elecciones que
subyacen a una realizacin particular. Toury (1980) clasificaba
las normas en dos grandes grupos de acuerdo con el momento
en que operan: las preliminares, aquellas que intervienen en
los aspectos previos al proceso de traduccin en s, y las opera-
cionales, aquellas que tienen injerencia durante la traduccin.
Rabadn agrega, acorde con la preeminencia de los receptores
en su modelo, un tercer grupo: las normas de recepcin. Estas
son las que determinan la actuacin del traductor segn el tipo
de audiencia que se presume va a tener el TM (Rabadn, 1991:
57) y operan en las decisiones que el traductor toma tanto
antes como durante la traduccin. Dentro de las preliminares,
Toury ubicaba la norma inicial, aquella que define la tendencia
general de la traduccin hacia la adecuacin o hacia la acepta-
bilidad. En el primer caso dice Rabadn (1991: 198) el TM
mostrar un tipo de equivalencia formal; por el contrario, si
prevalece la idea de aceptabilidad, el postulado de equivalencia
ser de tipo funcional. Las decisiones de la etapa preeliminar
estn gobernadas por un factor que Rabadn (1991: 89) llama
dominante y que en su teora identificamos con la finalidad
del texto, es decir, con el objetivo comunicativo-interaccional
del autor. La dominante translmica la preponderancia de

140
una orientacin hacia la adecuacin o hacia la aceptabili-
dad es, pues, la que determina el modelo de equivalencia de
un binomio textual.
Lawrence Venuti (1992, 1995, 1998, 2000, 2005) defi-
ne la traduccin como:

prctica poltico-cultural que construye o critica identida-


des ideolgicamente marcadas para culturas extranjeras y
que afirma o transgrede valores discursivos y limitaciones
institucionales en la cultura de la lengua de llegada. (1995:
19) (La traduccin es nuestra).

De este modo se alinea con Benjamin (1923), Ortega


(1937), Schleiermacher (1978), Steiner (1975), Berman (1984,
1985) y Spivak (1988, 1990, 1993, 1999), por citar solo algu-
nos autores, en la defensa de la extranjerizacin, es decir, la
conservacin de las marcas propias del texto de origen, entre
ellas las referencias culturales. Venuti postula la traduccin
como locus de la diferencia (1995: 42), es decir, como lugar
donde se puede ver la brecha entre la cultura de partida y
la receptora. Sylvia Molloy (1998, citada en Willson 2004: 17)
dir que, en la traduccin literaria, las brechas son la marca
de fbrica del intercambio cultural. Al mismo tiempo, Venuti
arguye que la domesticacin dominante en la tradicin an-
gloestadounidense ejerce una violencia etnocntrica sobre el
texto fuente, disfrazando de equivalencia semntica lo que en
realidad constituye una diferencia que la traduccin debera
mantener (1995: 21). De este modo, postula una crtica nega-
tiva a la nocin de equivalencia dinmica de Nida. La invisibi-
lidad del traductor genera la ilusin de estar leyendo un texto
producido en la cultura receptora. Teniendo en cuenta que el
ingls ostenta un monopolio poco menos que total como len-
gua de traduccin, esta violencia etnocntrica que dinamita
las peculiaridades que distinguen a la cultura origen implica
una prctica de dominacin y exclusin cultural (1995: 40) al
ser funcional a la hegemona de la cultura angloestadouniden-
se. Sin embargo, las reflexiones ms recientes de Venuti no

141
condenan la domesticacin sino que parecen abrir el dilogo
sobre ambos modelos: In serving domestic interests, a trans-
lation provides an ideological resolution for the linguistic and
cultural differences of the foreign text (2000: 498) / una tra-
duccin puesta al servicio de intereses internos ofrece una so-
lucin ideolgica a las diferencias lingsticas y culturales del
texto extranjero (traduccin nuestra).
Ballard (1998: 41) subraya, en un anlisis de errores
de traduccin, el problema que plantea el componente extra-
lingstico de los textos. Este autor sostiene que la falta de la
equivalencia cultural en las traducciones suele obedecer a er-
rores en la comprensin de divergencias culturales implcitas
en el componente extralingstico de los textos. Los factores
situacionales, adems, no son generales en la lengua de lle-
gada ni siquiera en el sistema cultural en el que se inserta
la traduccin, sino que solo pueden ser determinados en el
contexto dado por la traduccin de un texto particular en un
momento dado: lquivalence des units de sens ne vaut que
pour un contexte donn, entre un texte source et un texte cible,
dans la situation des deux langues en contact. (Neubert, 1985,
c.p. Adab, 1998: 128) / la equivalencia de las unidades de
sentido vale solamente para un contexto dado, entre un texto
fuente y un texto meta, en la situacin de las dos lenguas en
contacto (traduccin nuestra).
Nouss (1995) ha propuesto denominar giro translativo
al cambio de paradigma operado en los ltimos aos del siglo
XX cuando, bajo el influjo del deconstruccionismo de Derrida,
aparece la hiptesis de las lenguas y las culturas como
procesos interpretativos y traductivos (Baltrusch 2006: 10).
Esta idea se gesta a partir del giro cultural que tuvo lugar,
como ya hemos mencionado, dentro de los estudios sobre tra-
duccin en la dcada de 1980. Las ideas sobre traduccin de
Jacques Derrida (1972, 1979, 1986, 1996) tienen gran influen-
cia en las investigaciones actuales. El filsofo francs reconoce
la posibilidad e imposibilidad de la traduccin (1988: 118), en
la que la equivalencia absoluta no es alcanzable porque entre

142
un texto y su traduccin existe una continua interaccin que
siempre deja un remanente, una diferencia que no termina de
salvarse. La idea de que toda escritura es re-escritura, de que
no existe original porque neither the foreign text nor the trans-
lation is an original semantic unit; both are derivative and het-
erogeneous, consisting of diverse linguistic and cultural mate-
rials (Venuti 1992: 7) / ni el texto extranjero ni la traduccin
son unidades semnticas originales; ambos son derivados y
heterogneos, y estn conformados por diversos materiales
lingsticos y culturales (traduccin nuestra) es central en la
teora de Derrida y en el pensamiento posestructuralista en
general. Nos dice Venuti (1992: 7-8):

Postestructuralist textuality redefines the notion of equi-


valence in translation by assuming from the outset that
the differential plurality in every text precludes a simple
correspondence of meaning, that a ratio of loss and gain
inevitabely occurs during the translation process (...). A
translation is never quite faithful, always somewhat free,
it never establishes an identity, always a lack and a supple-
ment, and it can never be a transparent representation,
only an interpretative transformation that exposes multiple
and divided meanings in a foreign text and displaces it with
another set of meanings, equally multiple and divided. 12/
La teora postestructuralista del lenguaje redefine la nocin
de equivalencia en traduccin al suponer desde el comien-
zo que la pluralidad de diferencias en cada texto impide la
simple correspondencia de sentido, que una proporcin de
prdidas y ganancias se produce durante el proceso de
traduccin. () Una traduccin nunca es completamente
fiel, siempre es un tanto libre; nunca establece una iden-
tidad, siempre establece una carencia y un suplemento,
y nunca puede ser una representacin transparente sino
solo una transformacin interpretativa que expone sentidos
mltiples y divididos de un texto extranjero y lo sustituye
por otro grupo de sentidos, igualmente mltiples y divididos
(traduccin nuestra).

12
El resaltado es nuestro.

143
Susan Bassnett (1991[1980]) sostiene que no se debe
abordar la equivalencia como una bsqueda de igualdad (sa-
meness) entre el texto origen y el texto de llegada ya que the
sameness cannot exist between two TL versions of the same
text, let alone between the SL and the TL versions (1991: 29), es
decir, la igualdad no puede existir entre dos versiones en len-
gua de llegada de un mismo texto, menos aun entre la versin
en lengua origen y en lengua de llegada (traduccin nuestra).
De este modo apunta, al igual que Venuti, a la idea de que la
equivalencia en traduccin es una relacin dialctica en la que
hay prdidas y ganancias (loss and gain). Venuti, adems, es-
tablece una diferencia entre equivalencia semntica y fidelidad;
esta constituye un criterio que vara de acuerdo con diferentes
culturas y momentos histricos. Esta idea, hoy aceptada como
premisa, es muy similar a la de Rabadn (1991): la equivalencia
es un concepto dinmico e histrico.
La obra de Tejaswini Niranjana Siting Translation, His-
tory, Post-Structuralism, and the Colonial Context (1995) es re-
presentativa de la nueva lnea de investigacin posestructu-
ralista que encuentra su apogeo en lo que va del siglo XXI.
En ella Niranjana deconstruye, a travs de un anlisis de las
tradiciones y teoras de la traduccin, la visin hegemnica
occidental-europea que ha asimilado (naturalizado dira Nida;
domesticado, Venuti) al otro cultural y lingstico. Esta do-
mesticacin de la alteridad convierte a Occidente en un traduc-
tor/ traduccin infiel (Chow, 2008: 145). Aceptada la naturale-
za graduable de la equivalencia y la naturaleza intercultural/
intersemitica de la traduccin, las nuevas investigaciones se
concentrarn en deconstruir las relaciones de poder y las re-
presentaciones del otro que subyacen a lo que la traduccin
(especialmente la literaria) presenta como equivalencia.

6. SIGLO XXI: ENFOQUES FILOSFICO-HERMENUTICOS.


GLOBALIZACIN E INFORMTICA
Desde los ltimos aos del siglo pasado, los entramados
de las relaciones de poder han abierto una nueva dimensin

144
de exploracin en lo que se ha denominado Estudios Postco-
loniales. La traduccin se juzga por su sumisin a o subver-
sin de la hegemona de las lenguas y culturas dominantes. El
concepto de hegemona supremaca cultural desarrollado
por Gramsci es central en esta nueva corriente. La tendencia
gestada en los aos ochenta y germinada en la dcada sigu-
iente se ha consolidado. La injerencia medular de la cultura en
la traduccin no ha disminuido. Al mismo tiempo, la Traduc-
tologa Cognitiva (Bell, 1991; Gutt, 1991) contina su desar-
rollo, con el aporte de la Lingstica Cognitiva (Lee, 2001; Tay-
lor, 2002; Croft & Cruse, 2004; Goldberg, 2006), para develar
los misteriosos procesos mentales que operan en la mente del
traductor. Los conceptos de funcin, cultura y cognicin han
desplazado al de equivalencia del foco de atencin en los estu-
dios traductolgicos.
Steiner planteaba que la lectura de cualquier texto liter-
ario es un acto multifactico de interpretacin y que el lenguaje
se modifica constantemente. El primer captulo de After Babel
de Steiner (1975) se titula Understanding as Translation: com-
prender/interpretar es traducir. Y traducir es decir lo mismo de
otra manera (Ricoeur, 2005: 52). Paul Ricoeur tambin dentro
de la tradicin hermenutica sostiene que la traduccin per-
fecta no existe porque el sentido de la traduccin nunca es idn-
tico al del original y, por tanto, una buena traduccin no puede
sino apuntar a una equivalencia presunta (2005: 67).
En su reciente obra Decir casi lo mismo (2008), Um-
berto Eco contina la tradicin hermenutica y parte de axi-
omas que ya hemos analizado: que la equivalencia absoluta
no existe, que toda traduccin se da entre culturas y enciclo-
pedias de referencia, y que la esencia de la equivalencia fun-
cional es una traduccin que debe producir el mismo efecto al
que tenda el original (2008: 80). Segn Eco, toda traduccin
implica una interpretacin, una negociacin de sentido; esta
idea de la traduccin como complejo proceso hermenutico la
comparte con House (Calvo Montaa 2007: 15). Sin embargo,
Eco no cree que el sentido que deriva de una interpretacin

145
pueda disociarse de las formas lingsticas que lo expresan
y, en este punto, se opone a los postulados de Delisle y de la
TIT en general. Eco plantea la pregunta por los lmites de la
interpretacin ncleo de la reflexin semitica al caso de la
traduccin, especialmente la traduccin literaria. Destaca que
Jakobson de cuyas ideas se reconoce tributario introduce
un cambio de perspectiva al considerar la traduccin como
una interpretacin y seala que la sistematizacin del terico
ruso-estadounidense descansa en la teora del interpretante
de Peirce (1974), en la cual la equivalencia del significado entre
diversas expresiones puede ser dada solamente por la identi-
dad de consecuencias que estas implican (Eco 2008: 227). Eco
concuerda con Jakobson en que la traduccin es una forma
interlingstica de interpretacin semitica (Adab, 1998: 129).
El semilogo italiano postula, adems, que en la traduccin
(al menos, en la literaria) opera una doble negociacin: entre
el autor y el traductor y entre este y el lector. El lector acepta
las variaciones interpretativas impuestas por la mediacin del
traductor porque acepta, tambin, que esas variaciones son
funcionales al efecto equivalente. Y a partir de all, se pregunta
por los mrgenes en que se inscribe lo aceptable, es decir, cul
es la enigmtica frontera entre lo aceptable y lo inaceptable
en traduccin. Esta pregunta por los lmites aceptables ya se
la haba formulado Eco (1979, 1992) con respecto a la inter-
pretacin del sentido de un texto. La respuesta que propone
para el caso de la traduccin tambin guarda similitud con
sus conclusiones sobre los lmites de la interpretacin: esta
primera instancia de negociacin est condicionada por las
restricciones que el texto mismo impone (se lo puede interp-
retar de diversas maneras pero siempre dentro de un margen
de posibilidades) y por el sentido comn; la segunda instancia
de negociacin la traduccin ser exitosa si el consenso
intersubjetivo del pblico lector la acepta como vlida.
Como ya hemos mencionado, los antagnicos mto-
dos de domesticacin y extranjerizacin an se disputan la
primaca en la arena de la teora y prctica de la traduccin.

146
Davies (2003: 69) sintetiza los objetivos de sendos mtodos:
la domesticacin busca preservar the characteristics of the
source texts as far as possible, even when this yields an exotic
or strange effect / tanto como sea posible las caractersticas de
los textos origen, aun cuando esto produzca un efecto extico o
extrao (traduccin nuestra) mientras que la extranjerizacin
realiza un proceso de adaptacin del original a fin de producir
a target text which seems normal, familiar and accessible to
the target audience / un texto de llegada que se presenta nor-
mal, familiar y accesible a la audiencia de llegada (traduccin
nuestra). La domesticacin y la extranjerizacin y sus corre-
spondientes conceptualizaciones de la equivalencia son per-
cibidas ahora como actos polticos. La asercin de la diferencia
nos recuerda la idea de traduccin como locus de diferencia
(Venuti 1995).
A partir del marco terico de estos modelos, Patricia
Willson (2004) ha realizado un interesante anlisis del modo
en que las traducciones de autores europeos y estadouniden-
ses publicadas en la revista Sur han operado en el panorama
literario de Argentina en el siglo XX aclimatando la literatu-
ra extranjera al paisaje argentino. Bastin, Echeverri y Campo
(2004) analizan, en un interesante trabajo, la predominancia
de la domesticacin en las traducciones realizadas en Amrica
Latina, con Mart y Borges como escritores-traductores em-
blemticos. El trabajo de Willson refleja la actual tendencia a
examinar (y deconstruir) los resortes ideolgicos que operan en
las traducciones a partir de la eleccin de las equivalencias. El
nivel lxico ha cobrado nuevos bros dado que conceptualiza
como ya lo haban sealado Sapir y Whorf en la dcada del
veinte los modos en que una cultura construye la realidad
y, por tanto, es portador de ideologa. Resuena el eco de Volo-
shinov ([1929] 1976): The word is the fundamental object of the
study of ideologies / La palabra es el objeto fundamental del
estudio de la ideologa (traduccin nuestra).
El estudio lingstico de las relaciones entre discurso e
ideologa que surgi a finales de los sesenta con gran influ-

147
encia de la teora marxista se ha convertido en el eje comn
de la mayora de los estudios de la traduccin en el presente
siglo. La mirada crtica de las voces subalternas a los discur-
sos hegemnicos escruta las traducciones para deconstruir las
representaciones del otro. Desde esta perspectiva, la equiv-
alencia ya no es concebida como semejanza y transparencia
sino como diferencia (Calefato y Godayol, 2008: 12).
En este contexto de estudios poscoloniales en el que el
trmino interpelacin, acuado por Althusser, se resemantiza
en el campo de la traduccin para dar cuenta de the subjec-
tion of a given people by the discourse of colonialism which con-
structs a stereotype of that people as inferior/ el sometimiento
de un grupo de personas a travs del discurso colonialista que
construye un estereotipo de esas personas como inferiores
(traduccin nuestra) y en el cual la traduccin se erige como
herramienta de resistencia para to disrupt the comfortable or-
thodoxies and to subvert the myths and identities formed under
colonialism by the discourse of westernized translation (Hatim
y Munday, 2004: 109) / desarticular las ortodoxias conforta-
bles y para subvertir los mitos e identidades formadas bajo el
colonialismo a travs del discurso de la traduccin occiden-
talizada (traduccin nuestra), se consolidan tres fenmenos
de indiscutible impronta en la traducccin: la globalizacin,
la internacionalizacin y la localizacin. Los dos ltimos son
procesos funcionales a la estrategia comercial de globalizacin,
entendida como the creation of local versions of websites of in-
ternationally important companies or the translation of product
and marketing material for the global market (Hatim y Munday
2004: 112) / la creacin de versiones locales de pginas web
de empresas importantes a nivel internacional o la traduccin,
para el mercado global, de material sobre productos y comer-
cializacin (traduccin nuestra). La internacionalizacin con-
siste en quitar de un producto especialmente del contenido
de los portales en internet (web pages) todas las marcas cul-
turales a fin de prepararlo para la localizacin. Schler (2008:
209) la define como:

148
the process of designing (or modifying) software so as to
isolate the linguistically and culturally dependent parts
of an application, as well as the development of a system
that allows linguistic and cultural adaptation supporting
users working in different languages and cultures / [tanto]
el proceso de diseo (o modificacin) de software con el
propsito de individualizar los componentes lingsticos y
culturales de una aplicacin como el desarrollo de un sis-
tema susceptible de adaptacin lingstica y cultural que
admita usuarios trabajando en diversos idiomas y cultu-
ras (traduccin nuestra).

El segundo paso es la localizacin: la adaptacin de


diversos aspectos (lingsticos, culturales, tcnicos, etc.) de un
producto para que funcione en otros mercados. La traduccin
el componente ms importante de la localizacin solo pue-
de pensarse como adaptacin (naturalizacin/ domesticacin)
del texto origen a la cultura (polisistema) de llegada a fin de
lograr el objetivo (skopo) impuesto por el imperativo (encargo
de traduccin) de una empresa. Una tendencia actual derivada
de la globalizacin es la de reemplazar el trmino traduccin
por el de localizacin, lo que implica que toda traduccin se
concibe como adaptacin dirigida por un propsito comercial.
En la lgica del mercado, la equivalencia es siempre funcional
en cuanto responde a un mismo objetivo (lase: vender un pro-
ducto o servicio) y es cultural en cuanto para lograrlo necesita
no solo encontrar equivalentes entre la cultura origen y las de
llegada (locales) sino tambin detectar elementos (simblicos,
ideolgicos, fonticos, etc.) que pueden revestir otras connota-
ciones en los diferentes mercados locales. En la era digital y ca-
pitalista, en la que el volumen de textos que circula en internet
crece exponencialmente y demanda cada vez ms traductores,
la traduccin/localizacin de contenidos lingsticos reinstala
el tema de la invisibilidad del traductor (Venuti, 1995; Cronin,
2003). Al mismo tiempo, la globalizacin, el multiculturalis-
mo y multilingismo del siglo que transitamos convierte a la
traduccin en un acto poltico e ideolgico (Munday, 2007;
Bielsa y Hughes, 2009) en el que la equivalencia provista por

149
el traductor est saturada de implicancias.
Estos fennemos a los que se suele hacer referencia
con el acrnimo GILT (Globalizacin, Internacionalizacin, Lo-
calizacin y Traducccin) se enmarcan en la lgica del mer-
cado y van acompaados de los avances en las herramientas
informticas que tienden a la normalizacin lxica, especial-
mente en las reas tcnico-cientficas. Los programas de ali-
neacin (que permiten yuxtaponer frases del texto origen con
sus equivalentes en el texto de llegada), de extraccin de ter-
minologa, de traduccin automtica o asistida, los textos pa-
ralelos y las memorias de traduccin disponibles en Internet
ofrecen al traductor los diversos equivalentes de una palabra
o frase del texto origen. Uno de los recursos ms importan-
tes y de mayor peso en la normalizacin de la terminologa es
IATE InterActive Terminology for Europe, la base de da-
tos de la Unin Europea (UE) (http://iate.europa.eu). La par-
ticular poltica lingstica de la traduccin institucional en la
UE establece que todos los documentos comunitarios deben
ser vertidos a cada una de las veintitrs lenguas oficiales. Sin
embargo, en casi ningn texto legislativo se emplea el trmino
traduccin (Gmez Gonzlez-Jover, 2002: 445), sino versiones
lingsticas, consideradas equivalentes y con el mismo valor
oficial. Por tanto, en los textos institucionales de la UE la equi-
valencia es, no solo semntica y pragmtica, sino tambin jur-
dica (op. cit. 445).

7. A MODO DE CONCLUSIN
El concepto de equivalencia en traduccin se ha desa-
rrollado desde el nivel lxico al contextual y desde lo dicotmi-
co a lo gradual. Si bien en este trabajo hemos aislado la equi-
valencia como objeto de estudio y anlisis, debemos pensarla
en el marco de los progresos paralelos en las conceptualiza-
ciones de la lengua, la traduccin y la unidad de traduccin.
La correspondencia formal, unvoca, absoluta y esttica entre
unidades lxicas que propona la Lingstica para adecuar la
traduccin al original result deficiente e insuficiente cuan-

150
do, en la dcada del setenta, las dimensiones social y cultural
comenzaron a incidir en el anlisis de textos y la lengua se
pens como sistema semitico. Desde el enfoque funcionalista,
la equivalencia translmica da cuenta de parmetros contex-
tuales, como el objetivo de la traduccin y la aceptabilidad en
la cultura de llegada, y se concibe como relacin funcional,
dinmica y relativa entre unidades textuales. La impronta de
la filosofa marxista y postestructuralista de las dcadas del
ochenta y del noventa, dedicada a desentraar el entramado
de ideologas y relaciones de poder en los discursos, ubica al
traductor y a la traduccin en el vrtice de los estudios posco-
loniales. Desde esta perspectiva, la equivalencia cultural que
domestica/naturaliza las diferencias de la cultura origen ocul-
tando su alteridad constituye una prctica poltico-cultural
sumisa a la hegemona de las lenguas y culturas dominantes.
Paralelamente a este enfoque cultural que escruta la equiva-
lencia en traduccin como ocultamiento de la diferencia, los
estudios de mercadotecnia someten la equivalencia a manda-
tos comerciales la globalizacin y la localizacin y a crite-
rios jurdicos que normalizan y cristalizan equivalencias, en el
sentido literal de versiones equivalentes, es decir, con el mis-
mo valor oficial.

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163
CAPTULO VI
SIGNIFICADO, SENTIDO Y DESIGNACIN

Ana Mara Gentile

Resumen
El problema del sentido es central en las reflexiones so-
bre la traduccin y en la Traductologa, dado que domina gran
parte de las reflexiones de los primeros traductores religiosos
y literarios, al tiempo que se inscribe en dicotomas superadas
tales como la de traduccin literal vs. traduccin libre. Es solo
a partir del nacimiento de la Lingstica como disciplina cien-
tfica cuando la nocin de sentido es problematizada y anali-
zada por lingistas, lexicgrafos, terminlogos y traductlogos
mediante otras nociones de las que este captulo pretende dar
cuenta. Presentamos asimismo las relaciones que la cuestin
del sentido mantiene tanto con la traduccin literaria como
con la traduccin de textos pragmticos y finalizamos reflexio-
nando sobre el tratamiento que se le ha dado a la problemtica
del sentido en los estudios sobre competencia traductora.

1. Primeras reflexiones relacionadas con la tra-


duccin y el sentido
Como se seala en el captulo II, adems del debate
instalado por Cicern entre la traduccin palabra por palabra
y la traduccin de la idea, aparece otro similar iniciado por
San Jernimo (347-420) en su tratado De optimo genere inter-
pretandi, en el que el autor afirma que cuando traduce a los

165
griegos no lo hace reemplazando una palabra por otra sino un
sentido por otro sentido (non verbum de verbo, sed sensum
exprimere de sensu). La diferencia queda bien marcada: la
traduccin de las obras literarias apela a la bsqueda del
sentido, a la idea por la idea, mientras que la de las obras re-
ligiosas, donde el orden de las palabras es misterioso, busca
la traduccin palabra por palabra.
Ahora bien, los avances en la reflexin lingstica inau-
gurados por el famoso Curso de Lingstica General (CGL) del
suizo Ferdinand de Saussure, considerado, como todos sabe-
mos, el padre de la ciencia lingstica moderna, profundizan y
matizan diferentes conceptos relacionados con la problemtica
del sentido, en particular la diferencia entre significado, sen-
tido y designacin, de los que trataremos de dar cuenta en el
presente captulo.
Saussure revoluciona la nocin tradicional de sentido y
explica en cierta manera (aunque no lo aborda especficamente)
el problema de la traduccin. Contrariamente a la idea de la
lengua como una nomenclatura, como una lista de trminos
que corresponden a cosas, concepcin que supone que las ideas
preexisten a las palabras, Saussure sostiene que si las palabras
estuvieran encargadas de representar conceptos dados de ante-
mano, tendran, de una lengua a otra, correspondientes exactos
para el sentido, algo que sabemos no es as.
Pero recordemos que Saussure no razona en trminos
de palabras sino de signos, es decir la unin entre un con-
cepto y una imagen acstica, o para decirlo en trminos bien
saussurianos, entre un significado (signifi) y un significante
(signifiant). En esta relacin existe una distancia con el refe-
rente, pues la relacin entre el significante y el significado es
independiente del mundo objetivo. En este sentido Saussure
subraya la arbitrariedad del signo lingstico, problemtica
que autores como Franois Gaudin y Louis Guespin (2000) se
ocuparon de precisar. Por un lado, no hay un lazo lgico que
una al signo con los objetos a los que remite, y por otro, el sig-
no tiene un carcter inmotivado, es decir no hay una relacin

166
necesaria entre el significante y el significado.1 El carcter ar-
bitrario del signo se ve ilustrado justamente por la manera en
que las lenguas organizan su sistema. Tomemos solo un ejem-
plo de la cantidad innumerable de casos con los que se enfren-
ta da a da el traductor: en espaol existe una oposicin entre
pez y pescado, se trate ya sea del animal vivo o del animal listo
para ser comido. Esta oposicin no existe ni en francs ni en
ingls. Las lenguas organizan de modo diferente su manera de
denominar los objetos del mundo y de relacionar esos objetos
entre s y con otras realidades. Esto es una prueba de que no
hay un concepto preexistente y universal y de que por el con-
trario existe una convencin entre locutores. No olvidemos que
la lengua para Saussure es un fenmeno social.
Por medio de metforas como las dos pginas de una
hoja de papel, de un lado el significante y del otro el significado,
dos entidades diferentes pero indisociables, Saussure sita el
sentido dentro de un sistema lingstico que determina negati-
vamente las unidades, es decir su valor. El sentido de una pala-
bra depende pues de su valor, y este valor est dado por el juego
de diferencias con los otros signos del sistema de la lengua.
Saussure no lleg a profundizar el problema del sentido
en su CGL,2 pero s sus manuscritos dan prueba de su preocu-
pacin por integrar las nociones de lengua y habla en una dua-
lidad indisociable, por aprehender forma y sentido como una
unidad ya que cada uno por separado no establece ningn he-
cho lingstico o por considerar la palabra como lugar abierto
para recibir tantos sentidos como se le puedan reclamar. Tanto
es as que Saussure renuncia a estudiar la lengua como un
objeto concreto y natural del mundo porque est convencido de
que esta no es ms que un sistema de diferencias, de valores,
que solo ganan sentido en su contexto de uso.
1
De todas maneras Saussure es bien consciente de que hay palabras menos
arbitrarias que otras y de que hay palabras relativamente motivadas, en especial las
palabras derivadas.
2
Tengamos en cuenta que lo que conocemos de Saussure es, como afirma Loc
Depecker, un Curso que este no escribi y que fue reconstruido por redactores que no
haban escuchado directamente sus clases (Depecker, 2009, p. 8).

167
De todas maneras, esta oposicin entre lengua y habla
es esencial y dominar los posteriores debates hasta nuestros
das entre lingistas, en particular con el surgimiento de las
nociones de discurso y con el desarrollo de la Pragmtica.
La problematizacin del sentido ha sido tema de debate
en varios campos, entre los cuales los que nos interesan ms
particularmente como traductores son por un lado el campo de
la Lexicologa y de la Terminologa y por el otro, el de la Teora
Traductolgica propiamente dicha, en la que estos conceptos
han sido elaborados con especial atencin.

2. EL SENTIDO EN EL CAMPO DE LA LEXICOLOGA: DEL


LEXEMA DEL DICCIONARIO AL VOCABLO EN EL DISCURSO
En el campo de la Lexicologa la construccin del sen-
tido se hace bien visible mediante la oposicin entre significa-
do y sentido. Como bien lo sealan Franois Gaudin y Louis
Guespin (2000), la oposicin entre el significado (signification
en francs) y el sentido (sens) ilustran la oposicin entre lengua
y habla que nace con Saussure. Actualmente, como decamos,
se utiliza ms frecuentemente el trmino discurso, es decir la
lengua puesta en accin, asumida por el sujeto hablante.
As, significado es la parte estable, determinable por el
juego de oposiciones dentro del sistema de la lengua, relacio-
nado con el valor del signo y por lo tanto esencialmente dife-
rencial. Mientras que la designacin permite al signo funcio-
nar como denominacin, remitir a un referente, una realidad
extralingstica.
Sentido es la realizacin particular relacionada con el
habla. El trmino sentido designa pues el producido en un
mensaje particular, las realizaciones puntuales en enunciados
definidos. Forma parte del mbito del habla y est constituido
por las actualizaciones del significado. Para graficar estas re-
laciones, tenemos:

Significado lengua
Sentido habla

168
En Lexicologa existe la oposicin entre vocablo y lexe-
ma. El primero se produce en el discurso, tiene un sentido
preciso y una referencia actual. El segundo es una unidad
del lxico en el nivel de la lengua. Marie-Franoise Mortureux
(2004) explica que tanto lexema como vocablo son unidades
denominativas. En la prctica lexicogrfica, la tarea de los lexi-
cgrafos es justamente convertir los vocablos en lexemas. Los
vocablos que actualizan la lengua en discurso son ms mono-
smicos que los lexemas puesto que estn determinados por el
contexto lingstico y situacional.
En el diccionario es el significado el que forma la defi-
nicin, la cual asigna al signo un lugar diferencial dentro del
lxico, mientras que las citaciones de autores dan cuenta del
sentido particular realizado en un enunciado. Esta ltima fun-
cin se hace ms evidente en ciertos diccionarios que buscan
acercarse ms al habla, dejando de lado una actitud normativa
o prescriptiva y yendo por el contrario a describir un estado
del habla determinado. Un ejemplo de esto es el Diccionario del
habla de los argentinos editado por la Academia Argentina de
Letras. Detengmonos en una entrada: mataburro. Esa palabra
tuvo sentido como vocablo en un registro de lengua familiar,
como sinnimo de diccionario. El Diccionario del habla la do-
cumenta y la convierte en lexema, mediante una operacin de
lematizacin, es decir presentando solo su forma ms neutra,
en este caso en singular (en infinitivo para el caso de verbos y
en masculino para el caso de adjetivos). Las numerosas citas
de frases de diarios, revistas o libros donde aparece el vocablo
minuciosamente documentado con ao, nmero de pgina,
etc.- dan cuenta de la preocupacin por acercar estos dos uni-
versos de la lengua y del discurso. Para graficar esta relacin,
tenemos entonces:

lexema lengua (virtual)


vocablo habla o discurso (actual)

Existe un doble juego entre designacin y significado


que explica Marie-Franoise Mortureux (2004) y que tratare-

169
mos de sintetizar puesto que implica directamente a la traduc-
cin, como veremos ms adelante: una palabra significa y de-
signa a la vez, evoca las propiedades de la cosa y de este modo
puede designarla. Esto es lo que se conoce como valor deno-
minativo, es decir la capacidad de una palabra de significar y
designar a la vez. Los lexemas son diferentes y no intercambia-
bles por su significado y dado que sus sememas se analizan
de manera diferente; por otro lado, los vocablos que los actua-
lizan en un discurso pueden designar una misma cosa, sin
por ello significar lo mismo. Por ejemplo, las palabras perro,
gato, tortuga, hamster, significan categoras diferentes, pero
un vocablo como mascota puede designar tanto a perro como
a gato, tortuga o hamster porque aqu el acento est puesto en
sus rasgos como animales domsticos o de compaa. Es decir
estas palabras sern intercambiables en un contexto preciso y
podrn actuar como sinnimos correferenciales.
Conocer esta dinmica entre diccionario y discurso es
sumamente til para el traductor, como veremos ms adelante.

3. El problema del sentido en terminologa. Sus re-


laciones con la traduccin cientfico-tcnica
El giro discursivo que se produjo en la Traductologa
ha ido de la mano de los avances de la Lingstica. La Termi-
nologa, disciplina estrechamente relacionada con la actividad
traductora, tambin fue evolucionando hasta verse profunda-
mente influida por la importancia del discurso en la caracteri-
zacin del trmino.
La Teora General de la Terminologa (TGT), o teora
clsica, como se la conoce, encabezada por Eugen Wster, in-
geniero austraco, se centra en la siguiente ecuacin

trmino = concepto

y descarta del anlisis todo aquello que pueda afectar a la


biunivocidad, por ende todo aquello relacionado con el contex-
to. Esto no nos sorprende cuando observamos que esta teora,

170
fuertemente programtica, se ubica en el contexto ms general
del Crculo de Viena de los aos treinta, movimiento que se
propone fundar una nueva filosofa de la ciencia inspirada en
los primeros escritos de Wittgenstein, en especial el Tractatus
Logico-Philosophicus de 1920, y en la bsqueda de Bertrand
Russell por formalizar el confuso lenguaje ordinario. Las ideas
centrales del grupo eran:

la unificacin de la ciencia en su lenguaje y en


los hechos,
la reduccin de la filosofa a una simple crtica de
la ciencia y
el fin de la metafsica cuyas ideas, al no poder ser
verifica-das, estn desprovistas de sentido.

De esta manera, la TGT busca la universalidad del con-


cepto en un proceso que podemos llamar pre-saussuriano, en el
que el concepto precede a la denominacin y no debe ser afecta-
do por todo lo que pudiera perturbarlo, como la variacin.
La TGT comienza a ser cuestionada por los propios ter-
minlogos que no encuentran respuestas suficientes frente a
cuestiones como la variacin denominativa, la dimensin dia-
crnica, la polisemia, el contexto y por supuesto el valor del
trmino dentro del discurso. Las nuevas corrientes termino-
lgicas de los aos 80 y 90 se multiplican; el enfoque cogni-
tivista de Rita Temmerman (2000), el comunicativo de Mara
Teresa Cabr (1993), los aportes de Juan C. Sager (1993) y
el enfoque en el que nos inscribimos ms particularmente, la
Socioterminologa, son las nuevas perspectivas dentro de las
cuales se desarrolla la mayor parte de los estudios actuales.
La Socioterminologa, disciplina que se propone estu-
diar los trminos de los lenguajes de especialidad en su doble
alcance discursivo y social, se define como una ciencia que
fusiona las prcticas del lenguaje de carcter especializado
con las prcticas sociales del mismo nivel (Boulanger, 1995:
134, nuestra traduccin) y en la se destaca la importancia del

171
discurso como acto fundador del trmino. Franois Gaudin
expresa en este sentido la necesidad de restituir a la termi-
nologa dentro del acto que es toda comunicacin (Gaudin,
1993:180). Se busca superar as la concepcin de la Termi-
nologa como una nomenclatura, vlida no obstante para
aquellas ciencias descriptivas y consolidadas (pensemos en
este sentido en los vocabularios bsicos de la anatoma, de
la botnica o de la zoologa).
Desde el punto de vista metodolgico, la Sociotermino-
loga atribuye una gran importancia al trabajo de campo. En
este terreno las encuestas socioterminolgicas son esenciales
para dar respuesta a varias cuestiones. Por ejemplo, frente
a trminos normalizados por organismos normalizadores (el
caso de Francia con sus comisiones oficiales de terminologa):

cul es el uso real de esos trminos?,


obedecen los especialistas a lo prescripto por los
organismos normalizadores?,
conocen ellos las reglamentaciones sobre el uso de
un trmino en francs en detrimento de un prstamo
del ingls fuertemente desaconsejado?

De estas cuestiones surgi el inters en Francia y en


Qubec por realizar encuestas de implantacin terminolgica
que se proponen medir el uso real de trminos en distintos
campos especializados (Depecker, 1997; Quirion, 2003).
Pero tomemos algunos ejemplos provenientes de nues-
tras investigaciones sobre encuestas socioterminolgicas rela-
cionadas con la problemtica de la traduccin cientfico-tcni-
ca y en particular en el campo del psicoanlisis. Los fragmentos
que se presentan a continuacin estn extrados de las entrevis-
tas y fueron seleccionados por ser especialmente ilustrativos de
los aspectos que nos hemos propuesto analizar. En los dos pri-
meros ejemplos, se observa la variacin en la designacin, pero
tambin el peso del significado metafrico en el momento de
elegir el trmino ms justo. Vale destacar que el especialista es
invitado, ante nuestra insistencia (AMG somos nosotros como

172
encuestadores), a reflexionar sobre el uso del trmino, momento
en el que piensa en su significado y consecuentemente realiza
su eleccin:

AMG: investissement, que en general es


Especialista 1: investidura, ses tambin un concepto que
viene de Freud, es la energa que investira los objetos
AMG: investimiento, carga.
Especialista 1: son sinnimos
AMG: s? Se los emplea indiferentemente?
Especialista 1: s, s
AMG: es decir que cuando se habla de este tema
Especialista 1: utilizs cualquiera de estos conceptos.
AMG: Y todo el mundo lo comprende, no hay problemas de
falta de comprensin?
Especialista 1: No, no.
AMG: (pausa) Ahora, en el momento de redactar, por ejem-
plo, tens una preferencia?
Especialista 1: Investidura.
AMG: Investidura?
Especialista 1: s, porque la investidura tiene el concepto de
algo que reviste, es como el concepto seco, la roca y esto con
una significacin, la investidura que recubre algo

Vemos que el encuestado reflexiona sobre la palabra


investissement, traducida en diversas obras tanto por inves-
tidura como por investimiento. El significado econmico (una
primera traduccin de investissement es inversin desde el
punto de vista econmico) del trmino francs desaparece en
los trminos en espaol y el encuestado no lo siente. Lo que es
interesante para nosotros en este ejemplo es que el significado
del trmino francs se pierde, pero que un nuevo significado
aparece en el trmino en espaol: el encuestado asocia el tr-
mino espaol investidura al hecho de cubrir el objeto de de-
seo. Investissement e investidura (o investimiento) designan el
mismo referente pero no significan lo mismo. Esta situacin
origina la gran variacin de trminos dados como equivalen-
tes en las traducciones y en los diccionarios de la especia-
lidad (notemos al pasar que el trmino francs tambin fue
traducido por carga, catexia y catexis, en esa procupacin por

173
preservar su significado). Observemos el segundo fragmento:

Especialista 2: clivaje, no leers nunca esa palabra en mis


escritos, no, no, no lo utilizo
AMG: ah, y por qu no lo utilizs?
Especialista 2: por la misma razn que no uso hiancia (risas)
AMG: pero lo has ledo?
Especialista 2: s, s, para m son sinnimos, son palabras
que acentan la funcin de corte
AMG: y escisin, te suena?
Especialista 2: S, escisin s, escisin es ms utilizado para
m, no s (piensa) en realidad, no s por qu, no sabra de-
cirte por qu utilizo escisin y no los otros quiz por la
lengua, por el espaol, escisin para m es ms fcil de asi-
milar a la idea de corte y de separacin.

En el siguiente fragmento observamos el debate vivo y


el funcionamiento de los trminos en el discurso entre pares en
el momento de especificar una nocin. Es el momento en el que
surgen formas nuevas como el trmino resignificacin. Tambin
es el mbito en donde se discuten las categorizaciones, como la
distincin nocional entre aprs-coup y a posteriori.

AMG: la palabra aprs-coup, la han escuchado, la han usa-


do con otro sentido?
Estudiante 1: la usamos como aprs-coup.
Estudiante 2: aprs-coup como resignificacin.
Estudiante 1: resignificacin, tiempo posterior.
Estudiante 2: (explicacin del trmino segn la teora
freudiana).
AMG: han escuchado otra palabra, por ejemplo retroactivi-
dad, retroaccin?
Estudiante3: retroaccin creo que hace referencia a un
segundo momento que torna eficaz un momento anterior.
AMG: el a posteriori les suena?
Estudiantes (casi al unsono): s, s, son sinnimos
Estudiante3: y ese trmino se utiliza para explicar varias
cosas en psicoanlisis, por ejemplo el trauma, el sntoma
en dos tiempos y el aprs-coup en el mbito de la cura ana-
ltica, por ejemplo para determinar si un acto fue anlitico
solamente se puede conocer aprs-coup

174
Estudiante 2: (interrumpindola) a posteriori, porque aprs-
coup es la resignificacin que le da el paciente, a posteriori
si al paciente le cay la ficha digamos.
Estudiante 3: por eso, a partir del efecto que tuvo la inter-
vencin, es lo mismo
Estudiante 2: no, no siempre (se suscita un pequeo debate
entre el estudiante 2 y el estudiante 3 sobre a posteriori y
aprs-coup)
Estudiante 4: creo que aprs-coup a lo que apunta es a la
temporalidad y causalidad fsica, creo que a lo largo de la
carrera, sobre todo en los primeros aos se trata de esta-
blecer una especie de psicologa comparada y se buscan
trminos para establecer la diferencia con los animales. Por
eso aprs-coup sirve para pensar la temporalidad y la cau-
salidad fsica en general.

En este ltimo fragmento, el especialista es consciente


de los problemas de significado y designacin en la traduccin,
sobre todo ante la falta de trmino apropiado para designar un
concepto diferente:

Especialista 2: Hay conceptos fundamentales que tienen


una sola traduccin, el caso de sujeto, de deseo, pero segn
el uso el concepto es difcil. Por ejemplo, si habls de un
sujeto psictico, hay que explicar porque Lacan explic el
deseo pero en el sujeto neurtico.
Todo el tiempo hay que discutir el trmino. Para traducirlo
a veces es el mismo trmino pero el significado es diferente.

Frente a estos temas que nos preocupan como traduc-


tores, la encuesta socioterminolgica es un instrumento til
para dilucidar cuestiones que solo surgen con claridad en el
dilogo. Frente al trmino muchas veces descontextualizado o
insuficientemente contextualizado que presentan los bancos
de datos o los diccionarios, la encuesta recaba informacin
viva, concreta, generada por el usuario mismo de un discurso
especializado y por ende sumamente rica para el trabajo socio-
lingstico y socioterminolgico. Tanto es as que los mismos
encuestados muestran cierto asombro cuando se los invita a
repensar los trminos que utilizan comnmente en su inter-

175
cambio entre pares. Podemos afirmar entonces que este tipo
de encuestas son el lugar donde los vocablos viven en la inte-
raccin y en la negociacin de su sentido.

4. El problema del sentido en el campo de la tra-


ductologa
Franois Rastier (2006) resume la historia de las ideas
lingsticas en dos grandes tradiciones: la primera, dominan-
te, de tradicin lgico-gramatical, fundada sobre la ontologa
y sobre el signo; la segunda, menos unificada, de tradicin re-
trico- hermenutica, fundada sobre una praxeologa y sobre
el texto. Ambas problemticas se dividen de hecho las dua-
lidades saussurianas: los polos privilegiados por la tradicin
lgico-gramatical son la lengua, el significante y la sincrona,
mientras que la tradicin retrico-hermenutica privilegia el
habla, el significado y la diacrona. Saussure, como bien se
desprende de sus notas y manuscritos, afirmaba la incidencia
determinante del habla sobre la lengua, pero su eleccin epis-
temolgica y las lecturas posteriores realizadas nicamente en
su CGL estuvieron marcadas por la primera de las tradiciones.
En Traductologa, la tradicin lgico-gramatical domi-
n la comparacin de lenguas en la primera mitad del siglo
XX, frente a lo cual una de las reacciones pioneras fue la de
Eugenio Coseriu en su lamentablemente no muy famosa co-
municacin Lo errneo y lo acertado en la teora de la traduc-
cin presentada en el Coloquio internacional sobre Teora y
prctica de la traduccin celebrado en 1976 en Estocolmo.
En este trabajo el lingista rumano subraya que la problem-
tica de la traduccin se plantea errneamente como relativa
a las lenguas y en consecuencia se califica de imperfecta una
traduccin que no llega a reproducir todo lo que el texto ori-
ginal comunica. Insiste sobre el hecho de que la actividad del
traductor es traducir textos y no palabras aisladas. Es decir
que la traduccin no se refiere al campo de las lenguas, sino al
de los textos. Y esos textos no son elaborados solamente con
medios lingsticos sino tambin con medios extralingsticos.

176
Distingue los tres contenidos de lengua que Saussure haba
utilizado en algn momento como sinnimos: la designacin,
el significado y el sentido; la traduccin tiene como finalidad
reproducir no el mismo significado sino la misma designacin
y el mismo sentido en otra lengua, porque el contenido comu-
nicado de un texto slo comprende la designacin y el sentido.
Como vemos, la distincin no es fcil en el sistema de
una lengua, pero s resulta clara la diferencia cuando entran
en contacto dos sistemas lingsticos. De esta manera, las
cuestiones que surgen de la prctica y de la reflexin traduc-
tolgica suelen esclarecer problemas difciles de resolver in-
tralingsticamente. Maurice Pergnier ilustra en su obra Les
fondements sociolinguistiques de la traduction (1978) la distin-
cin entre significado y designacin con ejemplos muy claros.
Destacamos el siguiente: la palabra disque (que podemos asi-
milar a nuestra palabra disco) en francs y la palabra record
en ingls pueden designar el mismo referente pero la invarian-
te semntica del primero (una cosa redonda y aplanada) no
coincide con la del segundo (algo que se puede guardar). Este
ejemplo puede ser adaptado al espaol: disco puede designar
la misma realidad extralingstica que el ingls record, pero el
ncleo semntico de uno u otro hace que no sean totalmente
intercambiables en todos los contextos, como puede ser el caso
de discos de estacionamiento. Esta diferencia que parecera su-
perada en el discurso corriente con la frase quieren decir lo
mismo, se hace evidente en el momento de la traduccin.
Un ejemplo de cmo los rasgos diferenciales con que
se designa una realidad extralingstica en una lengua no
son los mismos en todas (incluso entre variedades de la mis-
ma lengua) es el caso de la palabra celular en el espaol de
Argentina, que designa el telfono mvil haciendo hincapi
en su forma de funcionamiento, como lo hace el ingls de
EE.UU. cell phone, a diferencia del francs de Francia que lo
designa tomando como rasgo diferencial su calidad de port-
til (portable en francs) o el ingls britnico mobile phone, o
incluso el espaol de Espaa mvil.

177
Si bien el ejemplo anterior se encuentra ya convenien-
temente lexicalizado (basta consultar los diccionarios bilinges
electrnicos para conocer estas variaciones), hay casos en los
que los vocablos cobran sentidos que los diccionarios no llegan
a documentar, ya sea porque se trata de sentidos demasiado
acotados a la comunicacin espontnea o porque son efmeros
y responden a una moda que quiz no llegue a perdurar. En el
espaol actual de Argentina asistimos al sentido del adverbio
mal como sinnimo de fuertemente o mucho en frases como
discutieron mal o se enoj mal. Quiz con el tiempo este
uso se vea documentado por el diccionario, pero por el mo-
mento su sentido actualizado en el discurso no se ve reflejado
en su significado virtual. Podemos imaginar los problemas que
estos fenmenos pueden plantearle al traductor.
Esta problemtica nos conduce a la cuestin de la equi-
valencia: en la traduccin se debe mantener una equivalencia
de designacin y de sentido. Coseriu sostiene que la diversidad
de los significados de las lenguas, es decir la diferencia en la
estructuracin que estas realizan sobre la realidad, no es el
problema de la traduccin sino su presupuesto, o sea la condi-
cin de su existencia. Es justamente por esto que hay traduc-
cin y no una simple sustitucin en el plano de la expresin.
La fundamental distincin que establece Coseriu es
tambin defendida por los referentes de la Teora Interpreta-
tiva de la Traduccin (TIT), inicialmente llamada Escuela del
Sentido, concebida en la Escuela Superior de Intrpretes y Tra-
ductores (SIT) de Pars (vase Cap. I) Esta teora nace como
reaccin a los postulados inspirados en la Lingstica de la
lengua y se convalida con la experiencia de Danica Selesko-
vitch y Marianne Lederer en el terreno: la actividad profesional
y la prctica docente en la formacin de traductores. Sus in-
vestigaciones a partir de 1968 instalan en el campo de la teora
de la traduccin el estudio del proceso semasiolgico (interpre-
tacin) y onomasiolgico (reexpresin) a partir de los conteni-
dos de un mensaje inmerso en el universo del discurso, desta-
cando los aspectos comunicativos de la mediacin lingstica

178
segn un modelo que parte de la necesidad de desverbalizar
los contenidos del mensaje y de apartar la forma para concen-
trarse nicamente en el sentido que debe ser transmitido.
La TIT parte de una constatacin esencial: la operacin
traductora no se realiza sobre la lengua sino sobre el discur-
so o el texto. Analizar la lengua no garantiza en modo alguno
que se descubra el sentido del mensaje. Traducir un texto no
supone transmitir las significaciones lingsticas de las pala-
bras y oraciones que lo componen, sino restituir el sentido.
Como bien seala Pergnier, autor ya abordado en los prrafos
anteriores y uno de los referentes de esta teora, la TIT tiene
un enfoque tan antiguo como el genio de San Jernimo y a su
vez novedoso en su momento, dado que el hecho de otorgarle
primaca al sentido y al discurso, articulando los elementos
extralingsticos y la situacin de comunicacin dentro de este
campo as como los complementos cognitivos en la construc-
cin del sentido, se revelan como pioneros en los aos 60.
El problema del sentido se relaciona estrechamente
con la interpretacin, de ah que uno de los lemas de la TIT
sea interpretar para traducir,3 es decir que lo importante
para llegar a la traduccin es interpretar, construir, aprehen-
der el sentido del texto enunciado en una situacin autntica,
que forma parte de actos de habla autnticos y cuyo conteni-
do se da en funcin de un contexto pragmtico.
La cuestin sobre lo que se traduce nos lleva a qu
se puede traducir. Pergnier, en el argumento de las ideas de-
sarrolladas por la TIT, establece una diferencia tomando las
reflexiones de Jean Gagnepain y de Coseriu, entre la traduci-
bilidad del signo y su intransponibilidad. Se traduce lo que es
traducible, aunque intransponible: en la lengua la cosa no es
solamente designada, es significada, es decir incluida en una
red de relaciones que mediatizan esta designacin (Pergnier,
1978: 109, nuestra traduccin). Como consecuencia prctica
para la traduccin puede decirse que un ejercicio bien compren-

3
Lema que se transforma en el ttulo de uno de sus trabajos ms representativos
(cf. Bibliografa)

179
dido de esta actividad no deber nunca buscar transponer el
significado de la palabra sino su designacin (Pergnier, 1978:
113, 114, nuestra traduccin). Esta reflexin es un ejemplo del
dilogo enriquecedor establecido entre Lingstica y Traducto-
loga, ya que la teora de la traduccin informa a la Lingstica
y se transforma por lo tanto en esclarecedora de cuestiones
centrales: la nica actividad en la que los planos de designa-
cin y del significado pueden interferir es justamente la traduc-
cin, momento en el que dos sistemas lingsticos se confrontan
(Pergnier, 1978: 114, nuestra traduccin).

5. EL PROBLEMA DEL SENTIDO EN LA TRADUCCIN


LITERARIA
Dentro del contrato de ficcionalidad implcito entre au-
tor y lector, existen elementos que se utilizan con mltiples
objetivos: otorgarle ms verosimilitud al relato, mayor cienti-
ficidad (es el caso en particular del gnero de ciencia-ficcin),
mayor compromiso con la situacin presentada (por ejemplo
precisiones sobre una poca determinada, descripciones que
son el teln de fondo de una accin fuertemente inscripta en
un contexto preciso, etc.). Cuanto ms inscriptos en una geo-
grafa y una poca determinadas estn los textos, ms necesi-
dad de bsqueda documentaria tendr el traductor (pensemos
en gneros como la novela histrica, el diario de viajes o la au-
tobiografa). Tomemos un ejemplo del relato de ciencia-ficcin,
especficamente del Viaje al centro de la tierra de Julio Verne.
Al comienzo de la novela, la enumeracin de trminos
de geologa y de qumica est por cierto al servicio del saber
especializado de la poca pero tambin cumple un papel pre-
ciso en el retrato del to del narrador, un profesor al que le
costaba pronunciar las palabras difciles:

Hay en mineraloga muchas denominaciones, semigriegas,


semilatinas, difciles de pronunciar; nombres rudos que
destrozaran los labios de un poeta. No quiero decir el mal
de esta ciencia. Esa no es mi idea. Pero cuando se trata de
las cristalizaciones rombodricas, de las resinas retinasfl-

180
ticas, de las selenitas, de las tungstitas, de los molibdatos
de plomo, de los tunsatatos de magnesio y de los titanatos
de circonio, se le pueden perdonar los enredos hasta a la
lengua ms diestra. (Julio Verne, [2004]: 17)

Este ejemplo es particularmente interesante porque el


trmino especializado adquiere una nueva dimensin dentro
del discurso literario: la serie de denominaciones sirven para
caracterizar al personaje, en este caso el to del narrador, con
ms dinamismo y vivacidad de lo que hara una descripcin
directa. As, el trmino cientfico se transforma en el vehculo
de representacin de un mundo y de una poca a los que per-
tenece el personaje.
Existen por lo tanto aspectos del texto literario que
estn estrechamente relacionados con lo que podra ser el
contexto de un texto pragmtico. Masson y Cajolet-Laganire
(2005), quienes han relevado trminos cientficos en el campo
de la flora y fauna de textos literarios canadienses, afirman:
El discurso literario puede estar asociado a un discurso espe-
cializado [], no hay que minimizar la presencia de vocabulario
de apariencia especializado surgido de la creatividad de sus
autores (p. 75, nuestra traduccin).
Existe en la obra literaria lo que Dominique Maingue-
neau (2004: 143) denomina el plurilingismo interno:

el escritor no se enfrenta slo con la diversidad de lenguas


sino tambin con la pluriglosia interna de una misma len-
gua. Esta variedad puede ser de orden geogrfico (dialectal),
puede relacionarse con zonas de comunicacin (mdica, ju-
rdica, etc.), con niveles de lengua (familiar, formal, etc.).

Hay referentes de la TIT que abordaron el problema del


sentido en la traduccin literaria, como es el caso de Fortunato
Isral y de Jacqueline Henry (2005) a partir justamente de los
parmetros espacio-temporales que inscriben el texto en lo real.
Uno de los problemas ms importantes de la traduc-
cin literaria guarda relacin con la traduccin potica propia-
mente dicha, con lo que Efim Etkind denomina la traduccin

181
del todo potico. Se trata de un desafo similar a la traduccin
de juegos de palabras, de slogans publicitarios y de canciones
en los que el peso de ciertos significantes y de ciertos signi-
ficados limitan la posibilidad de una traduccin plenamente
lograda. Etkind niega la primaca de la forma sobre el fondo y
viceversa, al tiempo que seala diferentes tipos de traduccin
segn el texto que se traduce, segn el criterio no de traduc-
cin sino de creacin y en una gradacin que va de la prosa al
verso. De este modo distingue 4 tipos de traduccin:

1- la traduccin en prosa de informacin, en la cual la


transmisin del contenido semntico es suficiente;
2- la traduccin en prosa artstica, que no se detiene en
dificultades rtmicas o de rima pero s en el sistema artstico;
3- la traduccin versificada de informacin, tipo inter-
medio que es ancilar del sentido del original y
4- la traduccin artstica en verso, que se propone re-
producir el mismo efecto del original.

Henri Meschonnic (1973) es otro terico que destaca no


ya el carcter interlingstico sino el carcter intertextual de la
traduccin de poesa, subrayando que traducir un texto no es
traducir lengua sino traducir un texto en su lengua y negando el
dualismo sentido-forma. Sin embargo hay ciertos niveles del tex-
to literario que escapan a lo nocional y a la bsqueda del sentido
que puede darse en un texto pragmtico, pero stos son aspectos
que escapan a los lmites del presente captulo.

6. Sentido y competencia traductora


Como ya se ha dicho, las investigaciones de la TIT a
partir de 1968 instalan en el campo de la Teora de la Tra-
duccin el estudio del proceso semasiolgico (interpretacin)
y onomasiolgico (reexpresin) a partir de los contenidos de
un mensaje inmerso en el universo del discurso, destacando
los aspectos comunicativos de la mediacin lingstica segn
un modelo que parte de la necesidad de desverbalizar los con-
tenidos del mensaje, de apartar la forma para concentrarse

182
nicamente en el sentido que debe ser transmitido.
Ahora bien, Amparo Hurtado Albir desarroll en su
obra Traduccin y Traductologa (2004) la nocin de compe-
tencia traductora, presentando varios modelos de habilida-
des, destrezas y conocimientos que caracterizan la actividad
de traduccin. En particular su modelo holstico presentaba
competencias y subcompetencias que dependen de numero-
sas variables: el contexto de traduccin, el tiempo con que se
cuenta, la experiencia del traductor, la traduccin entre len-
guas cercanas o no, la realizada hacia la lengua materna o
hacia la lengua extranjera, etc.
Presentaremos brevemente algunas caractersticas de
las diferentes competencias que, con un objetivo emprico-ex-
perimental orientado hacia la traduccin escrita, ha expuesto
el grupo de investigacin PACTE dirigido por Hurtado Albir, de
la Universitat Autnoma de Barcelona:

1) el grupo diferencia la competencia traductora de la


competencia bilinge, sealando que esta ltima es una com-
ponente ms de la primera;
2) los componentes estn profundamente relacionados;
3) bsicamente, la competencia lingstica se compone
de una competencia de comprensin en la lengua de partida y
una de produccin en la lengua de llegada;
4) la competencia extralingstica abarca los conoci-
mientos sobre la traduccin, los culturales, los enciclopdicos
y los temticos cuando se trata de mbitos especficos;
5) la competencia de transferencia integra a todas las
otras y se define como la capacidad de comprender el texto
original y reexpresarlo en la lengua de llegada segn la finali-
dad de la traduccin y las caractersticas del destinatario (op.
cit.: 395);
6) la competencia instrumental y profesional se relacio-
na con el traductor como profesional y comprende su capacidad
de documentarse, insertarse en el mundo laboral y conocer las
nuevas tecnologas;

183
7) la competencia psicofisiolgica abarca las habilida-
des cognitivas relacionadas con la lectura, la escritura, la me-
moria, la atencin, as como actitudes psicolgicas (espritu
crtico, rigor, perseverancia, confianza, etc.);
8) la competencia estratgica puede llegar a afectar a
todas las dems porque se relaciona fundamentalmente con la
deteccin de problemas de comprensin, de documentacin y
de reformulacin.

Vemos as que numerosos son los elementos que hacen


a la aprehensin del sentido que debe ser transmitido y que
la competencia traductora, como todo aprendizaje, es algo que
puede ser adquirido:

Como todo proceso de aprendizaje [el modelo de competencia


traductora] es dinmico y cclico y consiste en un proceso
de reestructuracin y desarrollo desde un conocimiento no-
vato (competencia pretraductora) a un conocimiento experto
(competencia traductora), que requiere una competencia de
aprendizaje (estrategias de aprendizaje) y en el que se pro-
duce una reestructuracin y desarrollo integrado de conoci-
mientos declarativos y operativos (Hurtado Albir, 2004: 406).

7. Conclusin
Es cierto que algunas teoras de la traduccin estaban
opuestas a una concepcin de la Lingstica, pero la evolu-
cin de ambas disciplinas desde un punto de vista normativo
y prescriptivo a una perspectiva ms descriptiva y explicativa
puede aportar una reflexin terica sobre hechos de lengua y
sobre hechos de habla que son sin duda indisociables y soli-
darios, como lo es el caso de la distincin entre significado,
sentido y designacin.
La dicotoma lengua/habla que fue objeto de debates
estriles, est claramente superada cuando comenzamos a es-
tudiar los problemas concretos de la comunicacin y en este
caso de la traduccin. Los anlisis actuales no dejan de dar
prueba de ello.
Actualmente, los tericos de la traduccin estn de

184
acuerdo en afirmar que no se traducen lenguas en tanto dis-
cursos virtuales, sino discursos actualizados en los textos.
Aqu se establece una diferencia radical entre la traduccin
propiamente dicha, que se realiza en el plano del habla y que
apunta a la interpretacin del sentido para su posterior reex-
presin, y la transcodificacin, operacin en el plano de la len-
gua sin recurso al sentido, factor este central del proceso.

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187
CAPTULO VII
TRADUCCIN Y CULTURA

Amalia Forte Mrmol


Ay, ay, ay que se va la vida
mas la cultura se queda aqu
Len Gieco

Resumen
El replanteo de las tradicionales divisiones de la tra-
duccin con fines didcticos traduccin literaria y traduc-
cin especializada - a travs de la lectura crtica de autores
que han abordado el problema de la traduccin desde distin-
tas perspectivas, nos lleva a interesarnos particularmente en
algunos enfoques comunicativos y socioculturales, es decir
aquellos que ponen el acento en la funcin comunicativa de
la traduccin. El debate aparece siempre frente al problema
de la manera en que el traductor acta como mediador en la
comunicacin intercultural, en ese pasaje del significado entre
una cultura y la otra, e incluso en la posicin del traductor
con respecto a la ideologa. Siguiendo nuestra hiptesis de
trabajo segn la cual la actividad intelectual de traduccin
plantea problemas comunes cualquiera sea el gnero discur-
sivo de partida, y especficos segn la funcin que deba cum-
plir la traduccin, abordaremos las teoras que involucran
los estudios culturales y el polisistema literario como marco
para analizar la posicin de la literatura traducida y sus in-
fluencias en las literaturas nacionales. Esto es, los aportes de

189
Holmes, Even-Zohar y Toury entre otros, en donde aparece la
traduccin como parte de un sistema o contexto superior que
podr llamarse cultura, polisistema literario o mundo.

1. INTRODUCCIN: TRADUCCIN Y CULTURA, ESTUDIOS


CULTURALES, TEORA DEL POLISISTEMA
En el marco de esta revisin de las diferentes corrientes
traductolgicas, el recorrido realizado ha llevado a replantear las
tradicionales divisiones de la traduccin con fines didcticos
traduccin literaria y traduccin especializada - a travs de la
lectura crtica de autores que, aisladamente o perteneciendo a
escuelas de formacin de traductores e intrpretes- han abor-
dado el problema de la traduccin desde distintas perspectivas.
Siguiendo nuestra hiptesis de trabajo segn la cual la actividad
intelectual de traduccin plantea problemas comunes cualquiera
que sea el gnero discursivo de partida y especficos segn la
funcin que deba cumplir la traduccin, abordaremos las teoras
que involucran los estudios culturales y el polisistema literario
como marco para analizar la posicin de la literatura traducida y
sus influencias en las literaturas nacionales. Esto es, los aportes
de Holmes, Even-Zohar y Toury entre otros, en donde se trata a
la traduccin como parte de un sistema o contexto superior que
podr llamarse cultura, polisistema literario o mundo.

2. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA CULTURA


Segn Martnez Garca (2006) la cultura ha sido definida
y tratada por socilogos, antroplogos, historiadores y otros espe-
cialistas en estudios culturales, y segn cul sea la inclinacin de
los investigadores sern las caractersticas que de ella resaltarn.
Segn la definicin aportada por Guy Rocher (1976:
111-112, citado por Martnez Garca, 227) la cultura es:

un conjunto trabado de maneras de pensar, de sentir y de


obrar ms o menos formalizadas, que, aprendidas y com-
partidas por una pluralidad de personas, sirven de un modo
objetivo y simblico a la vez, para constituir a esas personas
en una colectividad particular y distinta.

190
En esta definicin encontramos los puntos que intere-
san a socilogos, antroplogos y tericos de la cultura. Incum-
be a todos los aspectos de la actividad humana, es accin, y,
sobre todo, es una realidad vivida por las personas (Martnez
Garca: 228). Si analizamos esta definicin encontramos cua-
tro aspectos fundamentales:

resalta los modelos, valores y smbolos, incluyendo


todas las formas de expresin;
las maneras de pensar, de sentir y de obrar sern
ms formalizadas en lo que incumbe a la tradicin y las cos-
tumbres, y menos formalizadas en todo lo que atae a las
relaciones interpersonales donde interviene la interpretacin
y la adaptacin personal;
cuando habla de pluralidad de personas que compar-
ten las maneras de pensar, de sentir y de obrar, ese nmero de
personas debe ser suficiente como para poder ser un colectivo
y tener reglas sociales aceptadas por todos;
por ltimo, las formas de trasmisin y de adquisicin
de la cultura son resultado de mecanismos de aprendizaje con
los que la persona debe recoger y asimilar los legados objetivos
y simblicos de una sociedad en particular.

Esto ltimo son las normas y los valores culturales que


distinguen a una colectividad de otras. Es decir, que la cultura
reviste un vasto complejo simblico, que a partir de nuestras
realidades psicosociales, extrae una significacin y unas mani-
festaciones esenciales de la vida colectiva humana. (Martnez
Garca: 229). Y esto est en la base de lo que hace que se con-
sidere a una persona extranjera.
En el marco del presente trabajo nos interesa resaltar
que entre los elementos constituyentes de la cultura aparece
la ideologa. Es as como G. Rocher (1976: 125, citado por
Martnez Garca, 237) desde la sociologa una vez ms, utiliza
el trmino ideologa para hablar de:

un sistema de ideas y de juicios, explcito, y generalmente

191
estructurado, que sirve para describir, explicar, interpretar o
justificar la situacin de un grupo o colectividad, y que, inspi-
rndose ampliamente en unos valores, propone una orienta-
cin precisa a la accin () de ese grupo o colectividad.

Tomada en este sentido, la ideologa es lo que permite


analizar crticamente e interpretar un texto, un contexto y un
discurso objeto de traduccin. Segn Martnez Garca (238) El
control que ejerce el hombre en su entorno se realiza mediante
la cultura y dentro de esta por su elemento ms importante: la
ideologa. Dado que la cultura en general invita a la accin -todo
lo que el hombre hace con lo que la naturaleza le ofrece- es evi-
dente en cambio que la ideologa es el sector de esta accin ms
orientado hacia la intencin estratgica, la funcin de la ideolo-
ga es remodeladora y crtica. John Thompson (1994, citado por
Martnez Garca, 235) considera que la ideologa es meaning in
the service of power y a partir de este enfoque que apunta de
lleno a la traduccin, o sea, a partir de la actitud remodeladora
y crtica fue que aparecieron los Estudios Culturales en la tra-
duccin, que a su vez influyeron luego en la teora del skopos y
en la Escuela de la Manipulacin (vase captulo I). Es decir que
el anlisis de la ideologa va unido a la crtica. Aparecen as las
relaciones de poder, de manipulacin y de dominacin, y cmo
influyen o sirven en determinados contextos el significado de las
formas simblicas para establecer dichas relaciones.
Con respecto a la traduccin, el debate aparece siem-
pre frente al problema de la forma en que el traductor acta
como mediador en la comunicacin intercultural, en ese pa-
saje del significado entre una cultura y la otra, e incluso en la
posicin del traductor con respecto a la ideologa:
Traducir no es nunca neutro ni inocente; con el simple
hecho de elegir qu traducir, este mediador intercultural est
dndole voz al texto original en la cultura de llegada (Martnez
Garca: 243).

3. UN POCO DE HISTORIA
Dentro de la clasificacin que seguimos en base a los

192
trabajos de Hurtado Albir (2004: 130) de las teoras modernas
de la traduccin divididas en cinco enfoques, en este captulo
nos interesan particularmente aquellos comunicativos y socio-
culturales, es decir aquellos que ponen el acento en la funcin
comunicativa de la traduccin, que apuntan particularmente
al contexto que rodea a la traduccin y a los elementos cultu-
rales que tienen que ver con la recepcin de la misma. Aborda-
remos en particular las teoras de algunos autores como Hol-
mes, Even-Zohar, Toury.
Escuela de la manipulacin/estudios descriptivos so-
bre la traduccin/enfoque polisistmico/estudios sobre la tra-
duccin/ Eje Tel Aviv-Lovaina/ grupo de los Pases Bajos son
todas denominaciones utilizadas para este enfoque.
En el interior de este gran grupo hay dos tendencias: el
grupo de Tel-Aviv (Even-Zohar, Toury) y el grupo europeo-nor-
teamericano (Holmes, Hermans, Lambert, Lefevere, Bassnett, etc.).
Segn Hermans, quien present esta visin en 1985
como un nuevo paradigma en la Traductologa, naci en la d-
cada del 60 y se desarroll en los 70, se extendi en los ochen-
ta y se consolid, expandi y revis en los noventa (Hermans,
1999: 9, citado por Hurtado, 2001: 559).
El punto de reunin de las tendencias fueron tres con-
gresos internacionales realizados en las Universidades de Lo-
vaina en 1976, de Tel-Aviv en 1978 y de Antwerp en 1980.
Para Moya, (2004: 121) primero en el tiempo aparecie-
ron los estudios de traduccin y luego los del skopos, que el au-
tor asimila a los funcionalistas que segn asegura aparecieron
a pesar de todo a mediados de los 70 y que vincula con Nida y
la ciencia de la traduccin alemana. Para l, muchas propuestas
coinciden con las del skopos:

la orientacin, () hacia la cultura meta; la relevancia de


la funcin de la traduccin; la idea de que la traduccin
nunca cae en saco roto, sino siempre dentro de un contexto
que a la vez forma parte de otro contexto superior (llmese
cultura, poli/sistema literario o mundo); su visin cultural
de la traduccin, etc.

193
Estos estudios surgieron en sociedades que tienen ca-
ractersticas multiculturales, como los Pases Bajos e Israel.
En msterdam aparecieron los estudios de traduccin a tra-
vs de James Holmes, investigador y traductor literario que
propuso este nombre en el Tercer Congreso Internacional de
Lingstica Aplicada celebrado en Dinamarca en 1972 para
la disciplina que explicara todos los fenmenos de la traduc-
cin (vase captulo II). En Tel Aviv se origin la teora del
polisistema, primero a travs de Itamar Even-Zohar y luego
de Gideon Toury.
Segn Hurtado, los textos clave en esta corriente son:
Papers in Historical Poetics (Even Zohar; 1979), In Search of
a Theory of Translation (Toury; 1980), Translation Studies
(Bassnett; 1980), The Manipulation of Literature, (Hermans;
1985), adems de las actas de los congresos citados.
Como resultado de todos los trabajos, Theo Hermans
publica en 1985 The Manipulation of Literature: Studies in Lite-
rary Translation donde no solo compila los trabajos del grupo
sino que en su introduccin aclara que no se trata de una
escuela sino de investigadores geogrficamente distanciados
y con intereses diversos pero con una cantidad de supuestos
tericos en comn, entre los cuales estn la visin de la lite-
ratura como un sistema complejo y dinmico, la necesidad de
que la teora y los estudios de casos interacten de manera
continua, el enfoque de la traduccin literaria descriptivo, orien-
tado al producto, funcional y sistmico, el estudio de normas de
produccin y de recepcin de traducciones, sobre todo a causa
del lugar y del papel ocupado por la traduccin en una deter-
minada literatura y en su relacin con otras literaturas. Aqu
se funden las dos corrientes en una escuela nica con el nom-
bre de estudios de traduccin. Se los llama tambin Escuela
de la Manipulacin, pero los traductlogos del polisistema no
adhieren demasiado a esta unin.
Las principales divergencias, segn aporta Moya
(2004:122 citando a Gentzler,1993: 107), estriban en que
mientras los primeros estudios de traduccin

194
no creen sino en la habilidad subjetiva del traductor para
producir un texto equivalente que, a su vez, influya en las
convenciones literarias y culturales de una sociedad parti-
cular, los segundos [los del polisistema] apuestan a lo con-
trario, a saber, que lo que mediatiza las decisiones tras-
latorias son las normas sociales y convenciones literarias
vigentes en la cultura meta y en el traductor, como partcipe
que es de esa cultura.

4. LOS AUTORES
4.1. James Holmes y los Estudios de Traduccin
Este autor buscaba aclarar la confusin existente entre
la traduccin como arte y como ciencia y, sobre todo, mostrar
si se poda estudiar la traduccin con rigor cientfico. Con este
fin, se plantea utilizar el descriptivismo como mtodo, observar
la realidad, es decir las obras traducidas, describirla y expli-
carla para formular leyes sobre el comportamiento traductor.
Pero esta orientacin no se queda solo en las traducciones sino
que alcanza al sistema cultural meta, puesto que de all pro-
vienen las traducciones. Esto es, lo importante ya no es el tex-
to original para dejar su lugar al texto meta. Holmes prefiere
no hablar de equivalencia en el sentido de la relacin existente
entre un texto de origen y uno traducido, encuentra esta defi-
nicin perversa, dado que dicha relacin nunca ser nica ni
perfecta, lo considera utpico. Con los estudios de traduccin
se ve a la traduccin como algo impuro, dado que el lenguaje
nunca es neutro ni inocente y es la materia de la que estn
hechos los textos. La fidelidad es solo una estrategia ms y
la calidad de la traduccin es solo representacin del enfo-
que orientado al texto meta. Lo que importa es cmo ha sido
vertido el texto de origen en el texto meta y en relacin con
qu otros textos se han traducido. Para este terico, un texto
original puede tener tantas traducciones como traductores,
por eso hay que dejar de lado todo prescriptivismo a favor
del mtodo descriptivo, y postula que la traduccin literaria
es un caso ms de metaliteratura como la crtica literaria y
la explicacin. En la descripcin que realiza de las diferentes

195
maneras de traduccin de un poema no deja nunca ver sus
preferencias y es un modelo del descriptivismo que pregona
en su escuela.
Precisamente, otro punto a destacar es la inclusin de
los textos literarios que los enfoques tradicionales dejaban de
lado por su alta complejidad, con el fin de estudiar de qu ma-
nera funciona su traduccin en otro sistema cultural. De este
modo se intenta dejar de lado la dicotoma traduccin literaria
/ traduccin no literaria.
Holmes aclara que su campo de investigacin en prin-
cipio tiende hacia dos desafos: el primero, describir las tra-
ducciones y los fenmenos de nuestra experiencia al traducir,
y el segundo, establecer con ello principios generales para ex-
plicar dichos fenmenos y poder as predecirlos.
Para ello dividir en su mapa los estudios de traduc-
cin en tres tipos:

1- el rea descriptiva, que a su vez se compone de tres


campos de anlisis:
a. del producto, o sea de las traducciones ya hechas
tanto a nivel individual como comparativo;
b. de la funcin de las traducciones en su situacin so-
ciocultural receptora poniendo el acento en el contexto ms
que en el texto;
c. del proceso mismo en la bsqueda de sistematizacin
del acto de traducir, en la toma de decisiones del traductor.
2) el rea terica, buscando utilizar los resultados de las
descripciones con otras investigaciones para lograr el desarrollo
de teoras, principios, modelos que expliquen y predigan el fen-
meno del traducir.
3) el rea aplicada, que alude tanto a la formacin del
traductor profesional as como al tiempo y lugar que ocupan el
traductor y sus traducciones en el sistema cultural meta.

Holmes deseaba eliminar el impresionismo y la intui-


cin en la crtica de traducciones, a sabiendas de que solo se
podra reducirlos, con el fin de poder evaluarlas de manera

196
ms cientfica. Su objetivo final era formalizar una teora gene-
ral de la traduccin englobadora de todas las teoras parciales:

De hecho, muchas de las teoras no son en realidad teoras


en ninguno de los sentidos acadmicos del trmino, sino
una serie de axiomas, postulados e hiptesis que tal y como
estn formulados resultan a la vez demasiado inclusivos
(abarcan traducciones y no traducciones y actos traslato-
rios y no traslatorios) y demasiado exclusivos (dejan fuera
algunos actos traslatorios y algunas obras consideradas por
lo general como traducciones). (Holmes, 1988: 73, citado
por Moya, 2004: 132).

Para Moya:

el mrito de Holmes est en haber revolucionado la tra-


ductologa y en haber sentado las bases de lo que seran
los estudios de traduccin en los aos ochenta y noventa.
() Su visin de la traduccin como un caso ms de in-
terpretacin, como metaliteratura, supone, frente a los
enfoques tradicionales, cierta revalorizacin del texto tra-
ducido y, consecuentemente, del papel del traductor
(2004: 134).

Los propsitos que Holmes se plante en un princi-


pio fueron ms difciles de alcanzar dada la complejidad de
la tarea, pero esto sirvi para abrir camino a sus seguido-
res y a la escuela de Tel Aviv.

4.2. Itamar Even Zohar


En su artculo de 1972 que luego completar en 1978,
Itamar Even Zohar traza un panorama de su teora, del que
destacaremos algunas ideas principales comenzando por la
importancia del concepto de sistemas:
Para poder estudiarlos, entender como sistemas los
modelos de comunicacin humana, a los que llama fenme-
nos semiticos, entre los que estn la cultura, la sociedad,
la literatura, de esta manera podr formular hiptesis sobre
su funcionamiento. Esto es, encontrar las leyes que rigen la
diversidad de los fenmenos en lugar de clasificarlos. Segn

197
l, los intentos prefuncionalistas no buscaban leyes, y lo que
tomaban como objetos de estudio coincidan con lo que desde
el funcionalismo eran fenmenos que podan tomarse como
hiptesis. Con esto se nota la profunda alteracin en las es-
tructuras y los mtodos que introduce el funcionalismo en
todas las disciplinas y, consecuentemente, la posibilidad de
explicar, con la idea de sistema, los fenmenos conocidos, e
incluso de descubrir otros completamente desconocidos.
En este punto cabe explicar algunas diferencias que el
autor puntualiza, como la de no asimilar - como errneamente
ha sucedido - la sincrona con lo esttico, puesto que un sis-
tema sincrnico se compone de sincrona y diacrona, y ambas
son histricas. Adems, si las tomamos por separado forman
un sistema que no es un monosistema, sino necesariamente
un polisistema, es decir un sistema mltiple, constituido por
varios sistemas con intersecciones y superposiciones mutuas.
Sus miembros son interdependientes y funciona utilizando di-
ferentes opciones a la vez pero como un todo estructurado.
La base del enfoque sincronstico, como prefiere lla-
marlo este autor, est en la escuela de Ginebra mientras que
la del enfoque dinmico la encuentra en los trabajos de los
formalistas rusos y de los estructuralistas checos, cuya no-
cin del sistema dinmico opina - fue ignorada tanto en
lingstica como en teora de la literatura. Segn l, hubo una
interpretacin errnea del enfoque sincronstico que hizo que
incluso los profesionales identificaran al estructuralismo con
esttica, sincronismo, as como sinnimos de estructura ho-
mognea y ahistoricismo. Es por ello que con el fin de explici-
tar su concepcin opuesta del sistema, como algo dinmico y
heterogneo, utiliza el trmino polisistema. Se pone el acento
en la complejidad de esta estructuracin y en la cantidad de
intersecciones del sistema dada su naturaleza histrica.
De esta manera, tomando en cuenta el factor tiempo
aparece ms evidente la profunda heterogeneidad de la cul-
tura al atender sus reales posibilidades de cambio, y esto no
solamente en las clases dominantes sino tambin y sobre

198
todo en aquellas situaciones bilinges o plurilinges tan
habituales en la sociedad europea. Si trasladamos esta si-
tuacin al mbito de la literatura, encontramos comunidades
que poseen dos o ms sistemas literarios a la vez tratados
como dos o ms literaturas.
As como es imposible dar cuenta de la lengua estndar
si no se la pone frente al contexto de la lengua no-estndar,
la hiptesis del polisistema se presenta como la posibilidad de
lograr una comprensin adecuada en la investigacin semi-
tica integrando objetos - ya sean propiedades o fenmenos
que hasta el momento no eran tenidos en cuenta. Del mismo
modo, con respecto a la literatura se tomar en cuenta que
forma parte de un marco social, cultural, histrico y en cons-
tante cambio para llegar al canon literario. Es entonces que
se prestar atencin a sistemas o gneros como la literatura
infantil, la de suspenso y la literatura traducida.
Sin embargo, para comprender el comportamiento de
cualquier sistema humano es indispensable estudiar las nor-
mas de valoracin. Es decir que para reconciliar la funcionali-
dad con la heterogeneidad debemos asumir que cada sistema
tiene sus opciones alternativas, y que adems estn jerarquiza-
dos en el seno del polisistema.
Para que ocurra un cambio en el eje diacrnico se pro-
ducirn movimientos centrfugos y centrpetos opuestos que
determinarn que ciertos fenmenos sean arrastrados en am-
bos sentidos al centro y la periferia del sistema. Pero como el
polisistema supone varias posiciones a la vez, pueden coexistir
varios centros y periferias adyacentes, por lo que los movi-
mientos sern posibles entre periferias y luego continuar o no
hacia el centro.
El verdadero cambio se producir cuando haya una vic-
toria de un estrato sobre otro. Es decir cuando se produzcan
estos movimientos y un fenmeno ocupe el centro desplazando
a otro a la periferia.
Even Zohar explica la operatoria de su teora basndo-
se en una serie de oposiciones binarias:

199
a. canonizado: aceptado como herencia cultural
y legitimado,
/ no canonizado : rechazado por el crculo dominante
en la cultura;
b. central: en el centro del polisistema y prestigioso
dueo del canon
/ perifrico: con menos poder que lo central;
c. primario: innovador y generador de cambios
/ secundario: conservador.

Con respecto a esta ltima oposicin cabe aclarar


que cualquier modelo primario al ser admitido en el centro
del sistema canonizado se convertir rpidamente en secun-
dario a condicin de mantenerse durante un tiempo. Apa-
recen conflictos entre los estratos que hacen a su constante
cambio y movilidad, entre lo que l llama los tipos primarios
o innovadores y los secundarios o conservadores. La litera-
tura est dentro del polisistema superior llamado cultura,
de donde provienen las tensiones que lo vuelven dinmico,
de all la denominacin que le da, funcionalismo dinmico.
Esto a su vez est negando la posibilidad de ver al canon
como algo esttico.
Algunos aos despus Even Zohar se pregunta
(1999: 223-224):

Qu tipo de relaciones puede establecerse entre obras tra-


ducidas que son presentadas como hechos consumados,
importadas de otras literaturas, desgajadas de sus contex-
tos locales y, en consecuencia, neutralizadas desde el punto
de vista de las luchas entre centro y periferia?

La respuesta que da es la tesis que formula sobre las


dos posibles relaciones que mantienen las obras traducidas
entre ellas, en primer lugar el criterio de seleccin de textos de
origen por parte de la literatura receptora, que nunca es ino-
cente, y en segundo lugar el criterio que se toma para normas
especficas que son el resultado de sus relaciones con otros
sistemas locales:

200
considero la literatura traducida no slo como un sistema
integrante de cualquier polisistema literario, sino como uno
de los ms activos en su seno. () Pero cul es su posicin
dentro del polisistema y cmo se relaciona con la natura-
leza de su repertorio global? Podramos tener la tentacin
de deducir, a partir de la posicin perifrica de la literatura
traducida en los estudios literarios, que tambin esta litera-
tura ocupa siempre una posicin perifrica en el polisiste-
ma, pero no es as en absoluto. Que la literatura traducida
sea central o perifrica y que su posicin aparezca conecta-
da con repertorios innovadores (primarios) o conservadores
(secundarios), depender de la ordenacin especfica del po-
lisistema en cuestin. (1999: 224).

Puede la literatura traducida ocupar un lugar primario


en el polisistema, lo que ser una contribucin a la elabora-
cin de nuevos repertorios, y esto sucede en tres casos: pri-
mero, cuando una literatura es joven y busca en los modelos
antiguos; luego, cuando una literatura es perifrica (dentro de
un grupo interrelacionado) y por lo tanto importa modelos; y
tercero, en algunos casos de puntos de inflexin en la historia
de la literatura en los que no se consideran suficientes los
modelos establecidos. En cualquiera de estos casos lo ms
interesante para hacer notar es el papel activo que tiene la
literatura traducida en el centro del polisistema, que llega al
punto de no distinguir entre textos originales y traducidos y
adems es muy frecuente que las traducciones sean realiza-
das por destacados escritores o miembros de vanguardia. Es
as como la traduccin puede llegar a ser parte importante de
la elaboracin del nuevo repertorio en el que estarn inclui-
das caractersticas inexistentes en la literatura local.
El caso de la literatura traducida en el lugar secundario
es el ms frecuente segn Even Zohar, porque una vez que se
logra el canon, el nuevo repertorio no acepta nuevos elementos
que lo pongan en peligro, aparece lo que llama el proceso de
secundarizacin de lo primario. Este movimiento del sistema se
ve apoyado por otro mecanismo de secundarizacin paralelo, el
que intenta reprimir la innovacin.

201
Dado que es la situacin imperante en el polisistema
local lo que determina el criterio de seleccin de las obras a
traducir, estas son elegidas segn las tendencias imperantes
de la literatura receptora y el inters que esta tenga en que
sean innovadoras.

No slo el estatus socio-literario de la traduccin depende


de su posicin dentro del polisistema; la prctica misma
de la traduccin est tambin fuertemente subordinada a
dicha posicin. E incluso la pregunta de qu es una obra
traducida no puede ser respondida a priori en trminos de
una situacin idealizada, a-histrica y fuera de contexto:
tiene que cimentarse en el mbito de las operaciones que
gobiernan el polisistema. Desde este punto de vista ya no
se puede considerar la traduccin como un fenmeno de
naturaleza y lmites definidos de una vez por todas, sino
como una actividad que depende de las relaciones esta-
blecidas dentro de un determinado sistema cultural (Even
Zohar, 1999:231).

4.3. Gideon Toury


Gideon Toury supone una continuacin del modelo
de Even Zohar al considerar que segn la posicin que ocupa
la traduccin en los sistemas literarios de la cultura meta se
determinar la estrategia traductiva (Toury, 1980: 35, citado
por Leiva Rojo, 2003: 62). Plantea que hay que encontrar un
enfoque basado en el texto meta, ya que la mayor parte de las
teoras se han basado en el estudio del texto de origen, lo cual
para l es un error puesto que el traductor acta de acuerdo a
su inters por el texto y la cultura meta. Adapta para su uso en
Traductologa el concepto de norma sobre la base de la socio-
loga y la psicologa social valores e ideas que comparte una
comunidad en cierta situacin particular y la define como la
regularidad en el comportamiento y el mecanismo que subyace
a la misma y que la causa durante el proceso traductor. Son
una categora para el anlisis descriptivo en la que Toury a
travs del producto (la traduccin) identifica los procesos (las
normas). Distingue tres tipos de normas:

202
Norma inicial: eleccin del traductor a someterse o
no a las normas de la cultura meta, y segn esto tendremos
una traduccin adecuada o aceptable. Recordemos aqu que
adecuacin y aceptabilidad son dos conceptos clave en la teo-
ra del polisistema.
Normas preliminares: polticas de traduccin, fac-
tores que determinan la seleccin de textos a traducir en
determinada lengua y cultura.
Normas operacionales: ataen a las decisiones que
se tomarn durante la traduccin y las divide en matriciales
y lingstico-textuales. Las primeras con referencia a la ma-
croestructura textual y a la posibilidad de cambios de orden u
omisiones de fragmentos, las segundas a la seleccin del mate-
rial lingstico de la lengua meta que sustituir al de la lengua
de origen y su tipo de equivalencia.

Toury aporta a la relativizacin del carcter sagrado


del texto de origen y del concepto de equivalencia, ayudando a
desechar la idea de la traduccin perfecta.

4.4. Los continuadores


Segn Hurtado Albir (2001: 559-560), hacia fines de
los aos ochenta las posturas tericas evolucionan alejndose
de la teora del polisistema adoptando una posicin ms ideo-
lgica. Esto podr verse en Translation, History and Culture
de Bassnet y Lefevere (1990). Y a partir de all surgirn varias
direcciones de investigacin: algunas ponen el acento en los
factores institucionales e ideolgicos (Lefevere: 1992 y Bassnet
y Lefevere: 1998), otras en los medios de comunicacin y las
polticas que representan (Lambert: 1994, 1995).
Hermans (1999, citado por Hurtado: 567) encuentra
como limitaciones a la teora del polisistema que los estudios
hechos son demasiado abstractos y despersonalizados, les fal-
ta el planteo de las causas que determinan las clasificaciones y
correlaciones entre los miembros del sistema, tales como cam-
bios de gnero, normas y ms generalmente de concepcin y

203
prctica colectiva de la traduccin. Las oposiciones binarias
producen esquemas de sistemas estructurados con relaciones
an ms estructuradas, y esto se vuelve reduccionista forzo-
samente al no poder elaborar casos que no entren en dichas
oposiciones como es el caso de elementos hbridos, mviles
y ambivalentes. Opina que la aplicacin de la teora debe ser
ms receptiva de la realidad social e ideolgica del contexto de
la traduccin.
Segn Bassnet y Lefevere (1998: 131-132 citado por
Moya; 167) la evolucin de los estudios culturales y de los es-
tudios de traduccin est llegando a una etapa que llaman de
materialismo cultural o posestructuralista en la que lo impor-
tante son las diferencias de poder entre culturas hegemnicas
y colonizadas, la no estandarizacin de lo otro, lo diferente, lo
extico cuando se traduce a una cultura supuestamente central
o hegemnica. (Vase captulo I).
Para Cordonnier, (1995: 145):

La traduction comme rapport fait tomber le masque de


la transparence. La traduction ne se limite pas la mise
en prsence, face face, du Mme et de lAutre. Mais ce
rapport entre eux est historique, culturel, et politique, et il
sexprime travers la position du traducteur, travers ses
partis pris. Les traductions et les modes de traduire, dune
manire criante, montrent eux-mmes cette position. Bien
plus, ils donnent voir la position dune culture par rapport
une autre culture. Hier et souvent encore aujourdhui:
lethnocentrisme. Demain, il le faut: le dvoilement des
diffrences et le dcentrement. Quon le veuille ou non, le
traducteur est opaque. () Conscient ou inconscient, il agit
dans le cadre de lpistm de son temps. Ce quil a faire,
cest dfinir une thique. Qui ne peut qutre en interaction
avec une politique.

La traduccin como relacin hace caer la mscara de la


transparencia. La traduccin no se limita a poner frente a
frente al s mismo y al otro. Pero esta relacin entre ellos
es histrica, cultural, y poltica, y se expresa a travs de
la posicin del traductor, a travs de su toma de posicin.
Las traducciones y los modos de traducir muestran por s

204
mismos, a ojos vista, esta posicin. Ms an, dejan ver la
posicin de una cultura respecto de una cultura otra. En el
pasado y con frecuencia an en el presente: el etnocentris-
mo. En el futuro, es indispensable develar las diferencias
y lograr la descentralizacin. A sabiendas o sin quererlo,
el traductor es opaco () Consciente o inconscientemente,
acta en el marco de la episteme de su tiempo. Lo que debe
hacer, es definir una tica. Que slo puede estar en interac-
cin con una poltica. (La traduccin es nuestra).

Para finalizar y dejando abierto el camino para la


continuacin de la investigacin en este campo, nos gusta-
ra citar algunos conceptos de la Dra. Sonia Snchez (2000)
que creemos aportan a ello:

La problemtica de la cultura constituye desde siempre un


marco muy importante para trabajar una teora de la tra-
duccin, porque en este caso nos situamos a nivel del piso
arqueolgico y de los modos de ser de cada cultura y de sus
interacciones con los modos de traducir. La traduccin no
es nunca una operacin neutra y siempre hay que poner
en evidencia las intervenciones del traductor realizadas en
el marco de su pertenencia a tal o cual cultura. Pero no se
trata de rehacer la cultura, porque hay intervenciones de
orden puramente individual y esta relacin que tiene la tra-
duccin con la cultura es determinante por el hecho de que
el traductor est en el centro de las relaciones de alteridad
(dirigirse al otro), al mismo tiempo que, por el hecho de su
actividad traductora est marcando la identidad de su pro-
pio contexto cultural.

Esto es, ante la tensin que tiene el traductor frente a


las posibilidades de intervencin, es indispensable que se haga
cargo de sus decisiones, que elija ideolgicamente.

5. BIBLIOGRAFA
Cordonnier, Jean-Louis (1995). Traduction et culture. Pars:
Hatier/Didier.
Hurtado Albir, Amparo (2004). Traduccin y traductologa.
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en traduccin. En Actas de las Primeras Jornadas
internacionales de Traductologa. Crdoba:
Comunicarte.

206
Sobre las autoras
Sobre las autoras

Beatriz Emilce Cagnolati


Doctora en Letras, Profesora y Traductora de Francs,
egresada de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Edu-
cacin (FaHCE) de la Universidad de La Plata. Es profesora de
Traduccin Cientfico-Tcnica en Francs II en esa facultad y en
el Instituto de Enseanza Superior en Lenguas Vivas Juan
Ramn Fernndez. Asimismo, en la FaHCE dicta la asigna-
tura Gramtica Contrastiva francs/castellano y dirige pro-
yectos de investigacin sobre traduccin radicados en el rea
de Investigacin a la Traductologa, de la cual es fundadora y
coordinadora. Es autora de numerosos artculos de la espe-
cialidad, entre los cuales, Discurso de la biotica: un estudio
contrastivo francs/castellano, en La Traduccin. Hacia un
encuentro de lenguas y culturas (Comunicarte) y de traduccio-
nes publicadas, entre otras, El jardn de las delicias democr-
ticas (FCE), traduccin de la obra de Philippe Braud Le jardin
des dlices dmocratiques. Pour une lecture psycho-affective
des rgimes pluralistes (Presses de la Fondation nationale des
Sciences politiques). Ha dictado seminarios sobre traductolo-
ga en universidades nacionales y extranjeras y participa regu-
larmente en congresos de la especialidad.

Mara Luisa Fernndez


Profesora en Letras y Magster en Lingstica, egresada
de la Facultad de Humanidades de la UNLP. Ha desarrollado
una carrera de ms de treinta aos, dedicada a la enseanza
de lengua y literatura en el nivel secundario, didctica de la
lengua en la carrera de magisterio y anlisis del discurso en

209
la Facultad de Humanidades de la UNLP donde es titular de la
ctedra Tcnicas de Expresin en Castellano. Esta asignatura
destinada a los alumnos de Traductorado y Profesorado en Fran-
cs e Ingls- ha sido estructurada sobre la base de contenidos
lingsticos y discursivos fundamentales para el desarrollo de las
competencias y estrategias necesarias para la interpretacin y
traduccin de textos. La experiencia adquirida en esa prctica
fue motivadora para la escritura de este captulo, en el que se
revisan las cuestiones crticas que surgen en dicho proceso.

Amalia Forte Mrmol


Profesora en Lengua y Literatura Francesas, Traduc-
tora Pblica en Idioma Francs (UNLP), Magster en Ciencias
del Lenguaje (Universidad de Rouen, Francia). Docente e in-
vestigadora de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educacin y en la Facultad de Bellas Artes (UNLP). Miembro
del grupo de investigacin sobre Traductologa de la FaHCE.
Ha publicado artculos, investigaciones y captulos de libros
sobre traduccin y lectocomprensin as como ponencias en
congresos nacionales e internacionales.

Ana Mara Gentile


Egresada de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP)
con los ttulos de Traductor Pblico Nacional en Lengua Fran-
cesa (1985), Profesor en Lengua y Literatura Francesas (1985)
y Profesor en Letras (1991) y de la Universidad de Run (Fran-
cia) como Dra. en Ciencias del Lenguaje (2007). Se desempea
como docente de las ctedras de traduccin cientfico-tcnica
y literaria francs/espaol en la FaHCE-UNLP y es fundadora
del rea de Investigacin en Traductologa (AIT). Ha dado cla-
ses y seminarios de traduccin en las universidades de Gra-
nada (Espaa) y Angers (Francia). Es codirectora y directora
de proyectos acreditados, participa activamente en congresos
nacionales e internacionales de la especialidad (traduccin y
docencia) desde 1988 y ha publicado varios artculos en re-
vistas nacionales e internacionales.

210
Nelba Edith Lema
Profesora de Lengua y Literatura Inglesa y Traductora
Pblica en Idioma Ingls, ttulos obtenidos en Universidad Na-
cional de La Plata, en la cual se desempea como Profesora Ti-
tular Ordinaria e investigadora categorizada. Se ha desempe-
ado como docente en traduccin Jurdica en la Universidad
de Buenos Aires y la Universidad del Comahue y como docente
de interpretacin consecutiva y prcticas de laboratorio en la
especializacin en Interpretacin de la Universidad del Acon-
cagua. Actualmente imparte las asignaturas Interpretacin
en Ingls y Traduccin Jurdica y Econmica I y II en el Tra-
ductorado Pblico de Ingls de la Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educacin de la UNLP. Tambin es docente de
idioma ingls en las Facultades de Informtica y de Ciencias
Econmicas de la UNLP. Ha dictado cursos de especialidad y
presentado trabajos de investigacin en congresos y jornadas.

Marina N. Menndez
Profesora en Letras y Traductora de Ingls egresada de
la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde tambin
ha realizado estudios de posgrado en Enseanza de espaol
como lengua extranjera. Ha realizado investigaciones sobre los
problemas de escritura de textos acadmicos y sobre traducto-
loga. Ha dictado clases en la UNLP como profesora adscripta
a la ctedra de Tcnicas de expresin en castellano y como
profesora ayudante en las ctedras de Capacitacin en ingls
I y II. Trabaja de forma independiente en el mbito de la tra-
duccin y el asesoramiento lingstico. Pgina web: http://
virgulilla.net/. Correo electrnico: [email protected]

Jovanka Vukovic
Profesora Titular de la materia Traduccin Cientfico
Tcnica en Ingls I y II, en la carrera de Traductor Pblico de la
Facultad de Humanidades y Cs. de la Educacin UNLP,Direc-
tora de cursos de Ingls Tcnico para las Carreras de Postgrado
y Residencia Mdicas de la Facultad de Cs. Mdicas y Docente

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Investigadora categorizada. Ha sido Jurado de Concursos den-
tro del mbito universitario para profesores de las carreras de
Traductor Pblico y evaluadora de proyectos de investigacin
y ha presentado numerosos trabajos en Congresos Nacionales
e Internacionales. Es integrante de la Comisin de Relaciones
Universitarias y de Investigacin de CTPBA y Vice-presidenta
del Crculo de Traductores Pblicos de La Plata.

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