Funciones e Indicios de Barthes

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Las funciones e indicios de Barthes

Roland Barthes, en su "Introduccin al anlisis estructural de los relatos"


hablaba de dos clases de unidades (funciones e indicios), y dos subclases dentro
de ellas (nudos y catlisis, indicios e informantes, respectivamente), que
permitan clasificar los relatos.

Estas dos grandes clases de unidades, Funciones e Indicios, deberan permitir ya


una cierta clasificacin de los relatos. Algunos relatos son marcadamente
funcionales (como los cuentos populares) y como, por lo contrario, otros son
marcadamente indiciales (como las novelas psicolgicas); entre estos dos
polos se da toda una serie de formas intermedias, tributarias de la historia, de
la sociedad, del gnero, pero esto no es todo dentro de cada una de estas dos
clases es posible determinar inmediatamente dos sub-clases de unidades
narrativas.

Para retomar las clases de las Funciones, digamos que sus unidades no tienen
todas la misma importancia, algunas constituyen verdaderos nudos del
relato (o de un fragmento del relato); otras no hacen ms llenarel espacio
narrativo que separa las funciones nudo: llamemos a las primeras funciones
cardinales (o ncleos) y a las segundas, teniendo en cuenta su naturaleza
complementadora, catlisis.

Para que una funcin sea cardinal, basta que la accin a la que se refiere abra
(o mantenga o cierre) una alternativa consecuente para la continuacin de la
historia es una palabra, que inaugure o concluya una incertidumbre; si, en un
fragmento de relato suena el telfono, es igualmente posible que se conteste o
no, lo que no dejar de encauzar la historia por dos vas diferentes. En cambio,
entre dos funciones cardinales siempre es posible disponer notaciones
subsidiarias que se aglomeran alrededor de un ncleo o de otro sin modificar su
naturaleza alternativa. Estas catlisis siguen siendo funcionales, en la medida
que entran en correlacin con un ncleo, pero su funcionalidad es atenuada,
unilateral, parsita: es porque se trata aqu de una funcionalidad cronolgica
(se describe lo que separa dos momentos de la historia), mientras que en el
lazo que une dos funciones cardinales opera una funcionalidad doble, a la vez
cronolgica y lgica: la catlisis no son unidades consecutivas las funciones
cardinales son a la vez consecutivas y consecuentes.

Todo hace pensar, en efecto, que el resorte de la actividad narrativa es la


confusin misma entre la secuencia y la consecuencia, dado que lo que viene
despus es ledo en el relato como causado por; en este sentido, el relato sera
una aplicacin sistemtica del error lgico denunciado por la escolstica bajo la
formula post hoc, ergo propter hoc (despus de esto, entonces, a
consecuencia de esto)., que bien poda ser la divisa del Destino, de quin el
relato no es una suma ms la lengua; y esta fusin de la lgica y la
temporalidad es llevada acabo por la armazn de las funciones cardinales. Estas
funciones pueden ser a primera vista muy insignificantes; lo que las constituye
no es el espectculo (la importancia, el volumen, la rareza o la fuerza de
accin enunciada),es, si se puede decir, el riesgo del relato; entre estos polos
de alternativa, entre estos dispatchers las catlisis disponen de zonas de
seguridad, descansos, lujos; estos lujos no son, sin embargo, intiles: desde el
punto de vista de la historia, hay que repetirlo, la catlisis puede tener una
funcionalidad dbil pero nunca nula: aunque fuera puramente redundante(en
relacin con su ncleo), no por ello participara menos en la economa del
mensaje; pero este no es el caso: una notacin, en apariencia expletiva,
siempre tiene una funcin discursiva: acelera, retarda, da nuevo impulso al
discurso, resume, anticipa a veces incluso despista: puesto que lo anotado
aparece siempre como notable, la catlisis despierta sin cesar la tensin
semntica del discurso dice sin cesar: ha habido, va ha haber sentido; la
funcin constante de la catlisis es, pues, en toda circunstancia, una funcin
ftica (para retomar la expresin de Jakobson): mantiene el contacto entre el
narrador y el lector. Digamos que no es posible suprimir un ncleo sin alterar
la historia, pero que tampoco es posible suprimir una catlisis sin alterar el
discurso.

En cuanto a la segunda gran clase de unidades narrativas (los indicios), clase


integradora, las unidades que all se encuentran tienen en comn el no poder
ser saturadas (completadas) sino a nivel de los personajes o de la narracin;
forman, pues, parte de una relacin paramtrica, cuyo segundo trmino,
implcito, es continuo, extensivo a un episodio, un personaje o a toda una obra,
sin embargo, es posible distinguir indicios propiamente dichos, que remiten a
un carcter, a un sentimiento, a una atmsfera (por ejemplo de sospecha), a
una filosofa, e informaciones, que sirven para identificar, para situar en el
tiempo y en el espacio. Los indicios tienen siempre significados implcitos; los
informantes por el contrario, no lo tienen, al menos al nivel de la historia: son
datos puros, inmediatamente significantes. Los indicios implican una actividad
de desciframiento: se trata para el lector de aprender a conocer un carcter,
una atmsfera; los informantes proporcionan un conocimiento ya elaborado; su
funcionalidad, como la de la catlisis es pues dbil, pero no es tampoco nula:
cualquiera sea su inanidad con relacin al resto de la historia, el informante
(por ejemplo la edad precisa de un personaje) sirve para autentificar la
realidad del referente, para enraizar la ficcin en lo real: es un operador
realista y, a ttulo de tal posee una funcionalidad indiscutible, no a nivel de la
historia sino a nivel del discurso.

Nudos y catlisis, indicios e informantes (una vez ms, poco importan los
nombres), tales son, pareciera, las primeras clases en que se pueden distribuir
las unidades del nivel funcional.

Post hoc ergo propter hoc es una expresin latina que significa despus de esto, entonces, a
consecuencia de esto. A veces se acorta por post hoc.

Post hoc es tambin llamado correlacin coincidente o causalidad falsa. Es un tipo de falacia que
afirma o asume que si un acontecimiento sucede despus de otro, el segundo es consecuencia del
primero. Este es un error particularmente tentador, porque la secuencia temporal es algo integral a la
causalidad: es verdad que una causa se produce antes de un efecto. La falacia viene de sacar una
conclusin basndose slo en el orden de los acontecimientos, lo cual no es un indicador fiable. Es decir,
no siempre es verdad que el primer acontecimiento produjo el segundo acontecimiento.
Post hoc es un ejemplo de la falacia de afirmacin de la consecuencia. Puede expresarse as:
El acontecimiento A sucedi antes que el acontecimiento B.
Por lo tanto, A debe haber causado B.

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