12 Composicion Literaria de Jeremias
12 Composicion Literaria de Jeremias
12 Composicion Literaria de Jeremias
Jeremas
1:1-18:23
19:1-29:32
30:1-33:26
34:1-39:18
40:1-45:5
46:1-51:64
52:1-34
El moderno lector de Jeremas puede sentirse confuso por el hecho de que los
acontecimientos fechados y los mensajes no se hallan en orden cronolgico. Existen, por lo
dems, muchos pasajes que no estn fechados en absoluto. Por tanto, es difcil arreglar con
absoluta certidumbre el contenido de este libro en cronolgica secuencia.
El captulo 1, que registra la llamada a Jeremas, est fechado en el ao dcimo tercero de
Josas (627 a. C.). Los captulos 2-6 son generalmente reconocidos como el mensaje de Jeremas
a su pueblo durante los primeros aos de su ministerio (ver 3:6). En qu medida puede estar
relacionado del 7 al 20 con el reino de Josas o el de Joacim, resulta verdaderamente difcil de
determinar. Pasajes especficamente fechados en el reino de Joacim, son 25-26, 35-36, y 45-46.
Los acontecimientos ocurridos durante el reinado de Sedequas estn registrados en 21, 24, 2729, 32-34, y 37-39. Los captulos 40-44 reflejan los acontecimientos subsiguientes a la cada de
Jerusaln en el 586 a. C., mientras que otros son difciles de fechar.
I. El profeta y su pueblo 1:1-18:23
Introduccin,
Llamada al servicio
Condicin apstata de Israel
La fe en los templos e dolos condenada
La alianza sin obediencia es ftil
Dos signos del cautiverio
La oracin intercesoria es intil
El signo de la inminente cautividad
La fe en el hombre denunciada
Una leccin, en la alfarera
1:1-3
1:4-19
2:1-6:30
7:1-10:25
11:1-12:17
13:1-27
14:1-15:21
16:1-21
17:1-27
18:1-23
En su ministerio, Jeremas estuvo asociado con los ltimos cinco reyes de Jud. Cuando
fue llamado a su ministerio profetice, Jeremas tena aproximadamente la misma edad que Josas,
unos 21 aos, quien estaba gobernando el remo desde que tena ocho aos.
Respondiendo a la divina llamada, Jeremas se dio perfecta cuenta del hecho de que Dios tena
un plan y un propsito para l, incluso antes del tiempo de su nacimiento. Estaba comisionado
por Dios y divinamente fortalecido contra el temor y la oposicin. Estaba tambin bien equipado:
el mensaje no era suyo, l era solamente el instrumento humano a quien Dios confi Su mensaje
para su pueblo.
Dos visiones suplementan su llamada. El almendro es el primero en mostrar signos de
vida en Palestina con la llegada de la primavera. Tan cierto como el florecer de los almendros en
enero, era la seguridad de que la palabra de Dios sera mostrada. La olla hirviente indica la
naturaleza del mensaje, el juicio estallara en el norte.
En su llamada, Jeremas es claramente informado de que tendr que dar cara a la
oposicin. La esencia de su mensaje es el juicio de Dios sobre la Israel apstata. En
consecuencia, tiene que esperar la oposicin procedente de reyes, prncipes, sacerdotes y del
laicado. Con esta sobria advertencia, le llega la seguridad del apoyo de Dios.
La condicin apstata de Israel es impresionante (2-6). Los israelitas son culpables de
haber desertado de Dios, la fuente de las aguas vivas y el hontanar de todas sus bendiciones.
Como substituto, Israel ha buscado y elegido dioses extraos que Jeremas compara a cisternas
rotas que no pueden contener agua. El rendir culto a dioses extraos es comparable al adulterio
en las relaciones materiales. Como una esposa infiel abandona a su esposo, as Israel ha
abandonado a Dios. El ejemplo histrico del juicio de Dios sobre Israel en el 722 a. C., debera
ser suficiente aviso. Corno un len rugiente en su cueva, Dios levanta a las naciones para que
lleven el juicio sobre Jud. Israel ha despreciado la misericordia divina. El tiempo de la ira de
Dios ha llegado y el mal que estalla sobre Jud es el fruto de sus propias culpas (6:19).
El auditorio de Jeremas se muestra escptico respecto de la llegada del juicio divino (710). Ignora sus valientes afirmaciones de que el templo ser destruido, creyendo
complacientemente que Dios ha elegido su santuario como su lugar de permanencia y en la
confianza tambin de que Dios no permitir que gobernantes paganos destrocen el lugar que
estuvo saturado con su gloria en los das de Salomn (II Crn. 5-7). Jeremas seala a las ruinas
que hay al norte de Jerusaln como evidencia de que el tabernculo no salv a Silo de la
destruccin en tiempos pasados. Y tampoco el templo asegurar a Jerusaln contra el da del
juicio.
La obediencia es la clave para una recta relacin con Dios. Por sus males sociales y la
idolatra, el pueblo ha hecho del templo un refugio de ladrones incluso aunque continen
haciendo los sacrificios prescritos. La religin formal y ritual no puede servir como substituto
para la obediencia hacia Dios.
Jeremas se siente amargado por el dolor y el sufrimiento al ver la indiferencia de su
pueblo. Desea orar por su nacin pero Dios prohibe la intercesin (7:16). En las ciudades de Jud
y en las calles de Jerusaln, estn rindiendo culto a otros dioses. Es demasiado tarde para l, el
querer interceder en su nombre. Mientras tanto, el pueblo encuentra su tranquilidad en el hecho
de que son los custodios de la ley (8:8), y esperan que esto les salvar de la condenacin
predicha. Pero al profeta se le recuerda que el terrible juicio es cosa cierta.
Sintindose aplastado en su propia alma, Jeremas comprueba que la cosecha ha pasado,
el verano ha terminado y su pueblo no ser salvado. Quejumbrosamente demanda si es que no
hay algn blsamo en Galaad para curar a su pueblo. Y entonces, llora da y noche por ellos.
Incluso aunque el juicio viene sobre la nacin, Dios le da la seguridad de que el individuo que no
se glora en su poder, en sus riquezas o en su sabidura sino que conoce y comprende al Seor en
la hermosa prctica de la bondad, la justicia y la rectitud en la tierra, es el que est conforme con
el aviso de Dios. Dios, como rey de las naciones, tiene que ser temido (10).
mente visibles sobre los cuernos del altar de tal forma que no hay oportunidad de escapar a la
tremenda irritacin del Omnipotente. Una vez ms, se perfilan los caminos de las bendiciones y
de las maldiciones (17:5 ss.).
En la alfarera, Jeremas aprende la leccin de que Israel al igual que otras naciones, es
como la arcilla en manos del alfarero (18). Como el alfarero puede descartar, remoldar o acabar
con una vasija fallida, as Dios puede hacer lo mismo con Israel. La aplicacin, es pertinente;
Dios aporta su juicio por la desobediencia. Incitado por esta advertencia, el auditorio se
confabula para librarse del mensajero.
II. El profeta y los jefes
Los sacerdotes y los ancianosJeremas es
metido en prisin
Sedequas conferencia con Jeremas
Cautiverio para reyes y falsos profetas
La copa de la ira para todas las naciones
Ahicam salva a Jeremas del martirio
Falsos profetas en Jerusaln y Babilonia
19:1-29:32
19:1-20:18
21:1-14
22:1-24:10
25:1-38
26:1-24
27:1-29:32
Los higos buenos representan a los exiliados que volvern. El pueblo que se queda en Jerusaln,
ser descartado como lo son los higos malos. Dios ha rechazado a su pueblo y los har un objeto
de burla y una maldicin donde quiera que sean llevados y esparcidos.
En el crucial ao cuarto del reinado de Joacim (605 a. C.), Jeremas de nuevo contina
con una palabra apropiada del Seor (25). Les recuerda con atencin que por veintitrs aos han
estado ignorando sus advertencias y consejos. En consecuencia, por su desobediencia a Dios trae
a su siervo Nabucodonosor a Palestina y los sujetar a un cautiverio de setenta aos. Con el vaso
de vino de la ira como figura, Jeremas declara a sus gentes que el juicio comenzar en Jerusaln,
se extender a numerosas naciones de los alrededores y finalmente visitar la propia Babilonia.
Prximo al comienzo del reinado de Joacim, Jeremas se dirige al pueblo que va a rendir
culto en el templo (26), advirtindole que Jerusaln ser reducida a ruinas. Y cita el ejemplo
histrico de la destruccin de Silo, cuyas ruinas pueden an verse al norte de Jerusaln. Incitado
por los sacerdotes y profetas, el pueblo reacciona violentamente. Se apoderan de Jeremas. Tras
de que el prncipe escucha el cargo que se la hace de que merece la pena de muerte, escuchan
todos la apelacin del profeta. Y l les recuerda que ellos derramarn sangre inocente con su
ejecucin, puesto que Dios le ha enviado. Como los jefes comprueban que Ezequas en tiempos
pasados no mat a Miqueas por predicar la destruccin de Jerusaln, razonan que, igualmente,
Jeremas no se merece la pena de muerte. Aunque Ahicam y los prncipes salven la vida de
Jeremas, el rey impo, Joacim, es responsable del arresto y martirio de Uras que proclam el
mismo mensaje.
Uno de los actos ms impresionantes de Jeremas en el terreno profetice, ocurri en el ao
594 a. C. (27). Aunque Sedequas era un vasallo de Nabucodonosor, exista una constante
revuelta para una rebelin. Emisarios procedentes de Edom, Moab, Amn, Tiro y Sidn, se
renen en Jerusaln para unirse a Egipto y Jud en una conspiracin contra Babilonia. Ante tales
representantes, aparece Jeremas llevando un yugo y anuncia que Dios ha dado todas esas tierras
en manos de Nabucodonosor. Por lo tanto, es prudente someterse a Babilonia. Para Sedequas,
tiene una palabra especial de aviso de que no escuche a los falsos profetas. Jeremas tambin
advierte a los sacerdotes y al pueblo de que los vasos que quedan en el templo y dems
ornamentos, sern llevados lejos por los conquistadores. Los delegados forasteros son alertados
de que no se dejen engaar por los falsos profetas. La sumisin a Nabucodonosor es la divina
orden. La rebelin slo traer la destruccin y el exilio.
Poco despus de esto, el falso profeta Hananas se opone decididamente a Jeremas.
Procedente de Gaban, Hananas anuncia en el templo que dentro de dos aos Nabucodonosor
devolver los vasos sagrados y los exiliados llevados a Babilonia en el 597. Ante todo el pueblo,
toma el yugo de madera que Jeremas lleva puesto, lo reduce a pedazos y quiere demostrar as lo
que el pueblo har con el yugo de Babilonia. Jeremas va temporalmente a reclusin, pero ms
tarde vuelve con un nuevo mensaje de Dios. Hananas ha roto las barras de madera del yugo,
pero Dios las ha reemplazado con barras de hierro que ser la servidumbre de todas las naciones.
Hananas es advertido que por su falsa profeca morir antes de que acabe el ao. En el sptimo
mes de aquel mismo ao, el funeral de Hananas indudablemente fue la pblica confirmacin de
la veracidad del mensaje de Jeremas.
Incluso los jefes que estn entre los exiliados, causan a Jeremas problemas sin fin. Su
preocupacin por los cautivos de Babilonia est expresada en una carta enviada con Elasa y
Gemaras. Esos prominentes ciudadanos de Jerusaln fueron enviados por Sedequas a
Nabucodonosor, indudablemente, para asegurar la lealtad de Jud, incluso mientras la rebelin
est siendo planeada en Jerusaln. En su carta, Jeremas advierte a los exiliados que no crean en
los falsos profetas que predicen un pronto retorno. Les recuerda que la cautividad durar setenta
aos. Incluso predice que Sedequas y Acab, dos de los falsos profetas, sern arrestados y
ejecutados por Nabucodonosor.
La carta de Jeremas inicia una ulterior correspondencia (29:24-32). Semaas, uno de los
cabecillas en Babilonia que est planeando un pronto retorno a Jerusaln, escribe a Sofonas el
sacerdote, administrador del templo. Reprende a Sofonas por no reprochar a Jeremas y le
advierte que confine al profeta en el cepo por escribir a los exiliados. Cuando Jeremas oye
aquella carta leda, denuncia a Semaas e indica que ninguno de sus descendientes participar en
las bendiciones de la restauracin.
III. La promesa de la restauracin 30:1-33:26
El remanente es restaurado. Un nuevo pacto
La compra de propiedades por Jeremas
Cumplimiento del pacto davdico
30:1-31:40
32:1-44
33:1-26
la desobediencia (32:26-35). Sin embargo, Dios que los esparce, les traer de regreso y restaurar
su fortuna (32:36-44).
Mientras que la ruina nacional se aproxima rpidamente, Jeremas recibe un plan de
promesa de restauracin. Con una admonicin de apelar a Dios, el Creador, el pueblo, mediante
Jeremas, es alentado a esperar cosas desconocidas.
En aquella tierra que est entonces en las fauces de la destruccin, surgir una rama justa
que brotar del pueblo de David para que prevalezca de nuevo la justicia y la rectitud. El
gobierno davdico y el servicio levtico sern restablecidos. Jerusaln y Jud sern una vez ms
la delicia de Dios. Este pacto ser tan seguro como los perodos alternantes fijos del da y la
noche. Conforme el gran juicio que Jeremas ha venido anunciando por cuarenta aos antes, est
a punto de llegar a su culminacin, en la destruccin de Jerusaln, las promesas y las bendiciones
para el futuro estn vividamente impresas sobre el fiel profeta.
IV. Desintegracin del reino 34:1-39:18
Los jefes infieles en contraste con los recabitas
Aviso a los jefes y al laicado
La cada de Jerusaln
34:1-22
35:1-36:32
37:1-39:18
Dios quien repetidamente envi a sus profetas para advertirles contra la servidumbre a los
dolos? En contraste con la maldicin de Dios que estaba siendo enviada contra Jerusaln, los
recabitas seran bendecidos.
Joacim, el hijo del piadoso Josas, no solo es desobediente, sino que desafa a Jeremas y
a su mensaje. En el cuarto ao de su reinado, Jeremas instruye a Baruc para registrar los
mensajes que l ha dado previamente. Al siguiente ao, mientras que el pueblo se rene en
Jerusaln para observar un ayuno, Baruc pblicamente lee el mensaje de Jeremas en el atrio del
templo, advirtiendo al pueblo que se aparte de sus malvados caminos. Algunos de los prncipes
se asustan y dan cuenta al rey, que ordena que el rollo sea llevado a su presencia. Mientras
Jeremas y Baruc se esconden, el rollo ledo ante Joacim es destrozado en pedazos y quemado en
el brasero. Aunque el rey ordena su arresto, ellos no son encontrados por ninguna parte. Al
mandato de Dios, el profeta una vez ms dicta su mensaje a su escriba. Esta vez, se anuncia un
juicio especial pronunciado contra Joacim por haber quemado el rollo (36:27-31). Las
condiciones sern tales al tiempo de su muerte, que no tendr un enterramiento real, sino que su
cuerpo ser expuesto al calor del da y al fro de la noche.
Algunos de los acontecimientos ocurridos durante el sitio de Jerusaln, estn registrados
en 37-39. Con el fin de alcanzar claridad, el orden de los acontecimientos puede ser tabulado en
la forma siguiente:
Comienza el asedio el 15 de enero del 588
39:1; 52:4
Aviso a Sedequas
34:1-7
Encuesta de Sedequasrplica de Jeremas
21:1-14
Convenio para libertar a los esclavos
34:8-10
Se levanta temporalmente el sitio
37:5
Los esclavos reclamadosrepulsa de Jeremas
34:11-22
Jeremas arrestado, golpeado y encarcelado
37:11-16
La continuacin del asedio
Encuesta de SedequasJeremas transferido
37:17-21
Adquisicin de la propiedad por Jeremas
32:1-33:26
Jeremas lanzado a la cisterna
38:1-6
Ebed-melec rescata a Jeremas
38:7-13
Las ltimas entrevistas de Sedequas y Jeremas
38:14-28
Jerusaln conquistada el 19 de julio del 586
39:1-18
Jerusaln destruida el 15 de agosto del 586
II Reyes
25:8-10
Durante el asedio de dos aos y medio, Jeremas avisa constantemente al rey de que
rendirse a los babilonios sera lo mejor para l. A lo largo de todo ese perodo, Sedequas parece
frustrado al volverse hacia Jeremas en busca de consejo o ceder al grupo de presin pro-asirio
para continuar la resistencia contra los babilonios. En vano espera mejores noticias de Jeremas.
Finalmente, los babilonios irrumpen en Jerusaln. Sedequas escapa y logra llegar hasta Jeric;
pero es capturado y llevado ante Nabucodono-sor en Ribla. Tras ser obligado a presenciar la
muerte de sus hijos y la de numerosos nobles, Sedequas es cegado y llevado cautivo a la tierra
del exilio. As se cumple la profeca, aparentemente contradictoria de que Sedequas no vera
nunca la tierra a la que sera llevado como cautivo.
40:1-12
40:13-41:18
42:1-43:7
43:8-44:30
45:1-5
10
Aunque el captulo 45 registra un acontecimiento que ocurri cosa de dos dcadas antes,
en este punto tiene una singular significacin en el libro de Jeremas. Poco despus del primer
cautiverio en el 605 a. C., Baruc recibi instrucciones para poner escrito el mensaje de Jeremas.
Evidentemente Baruc lamenta y se siente desesperado al anticipar la terrible condenacin y
juicio que espera Jud. Personalmente, l no ve nada por delante que no sea la penuria, la
pobreza, el hambre, la guerra y la desolacin. Baruc es amonestado para no buscar grandes cosas
sino comprobar que la vida en s misma es un don de Dios. Dios le asegura que su vida ser
salvada como precio de la guerra. Tras la destruccin de Jerusaln, Baruc est todava con
Jeremas, indicando que Dios ha cumplido su promesa.
VI. Profecas concernientes a las naciones y ciudades
Egipto
Filistea
Moab
Amn
Edom
Damasco
CedaryHazor
Elam
Babilonia
46:1-51:64
46:1-28
47:1-7
48:1-47
49:1-6
49:7-22
49:23-27
49:28-33
49:34-39
50:1-51:64
11
52:1-34
52:1-23
52:24-27
Este breve sumario del reinado de Sedequas, la cada de Jerusaln y las deportaciones,
concluye adecuadamente el libro de Jeremas. Tras cuarenta aos de predicar, Jeremas es testigo
del mensaje que l ha proclamado con toda fidelidad. Sedequas y los suyos sufren las
consecuencias de su desobediencia. Los vasos sagrados y los ornamentos del templo y su atrio
estn enumerados en los versculos 17-23 como llevados a Babilonia antes de que el templo
fuese destruido, de acuerdo con las predicciones de Jeremas. Joaqun, quien se entrega, recibe
generosa acogida y tratamiento y finalmente puesto en libertad al final del reinado de
Nabucodonosor.