Meditaciones de Cuaresma
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Meditaciones de Cuaresma
MEDITACIONES DE CUARESMA
S U M AR I O
Pgs.
Cuaresma..............................................................................................................................3
Mircoles de Ceniza. Entrega...............................................................................................4
Jueves. Saber dar la vida.....................................................................................................6
Viernes. Presencia de Dios...................................................................................................7
Sbado. Vocacin.................................................................................................................8
Primer Domingo de Cuaresma. Vencer la tentacin.............................................................9
Lunes. El mandamiento del amor.......................................................................................10
Martes. El Padre nuestro....................................................................................................12
Mircoles. Jesucristo..........................................................................................................13
Jueves. Oracin y examen..................................................................................................14
Viernes. Tener amigos........................................................................................................15
Sbado. Amor sin fronteras................................................................................................16
Segundo Domingo de Cuaresma. Gozar de su compaa..................................................17
Lunes. Dad y se os dar.....................................................................................................19
Martes. Ser nios para servir..............................................................................................20
Mircoles. Audacia.............................................................................................................20
Jueves. Desprendimiento....................................................................................................21
Viernes. Responsabilidad....................................................................................................22
Sbado. Arrepentimiento y perdn.....................................................................................23
Tercer Domingo de Cuaresma. El templo: casa de oracin................................................25
Lunes. La gracia de Dios....................................................................................................26
Martes. Perdonar de corazn.............................................................................................27
Mircoles. Cosas pequeas................................................................................................28
Jueves. Hablar de Dios.......................................................................................................29
Viernes. Amor a Dios.........................................................................................................30
Sbado. Humildad..............................................................................................................31
Cuarto Domingo de Cuaresma. Sinceridad........................................................................32
Lunes. Es urgente sonrer...................................................................................................33
Martes. Apostolado............................................................................................................35
Mircoles. Escuchar la Palabra...........................................................................................36
Jueves. Por Cristo al Padre.................................................................................................37
Viernes. Santos, aunque moleste a algunos........................................................................38
Sbado. Jams ha hablado nadie as...................................................................................40
Quinto Domingo de Cuaresma. Amigos de Dios................................................................41
Lunes. Correccin fraterna.................................................................................................42
Martes. Vida futura.............................................................................................................43
Mircoles. La Verdad os har libres...................................................................................44
Jueves. La muerte del cristiano..........................................................................................45
Viernes. Odres nuevos........................................................................................................46
Sbado. Un slo pueblo.....................................................................................................48
CUARESMA
Vuelve a comenzar la Cuaresma. para muchos, la Cuaresma que empieza hoy ser una
ms. Sin ms sentido que un cambio de nombre en el tiempo litrgico. Para otros, es un
volver una vida ms de cara a Dios, de ms contemplacin. Para no pocos, esta Cuaresma
ser la primera que vivan seriamente en su vida. Para un buen grupo, la Cuaresma ser
continuar la marcha, mantener el ritmo, incrementar el amor y la esperanza, purificar la fe,
afinar ms en la mortificacin y en la oracin, ahondar en el apostolado. Quiz para muchos,
sin saberlo, esta Cuaresma va a suponer un vuelco en su vida. Un descubrir a Dios. Un
iluminar su alma. Todo un espectculo de horizontes nuevos y limpios, para otros, pasar
inadvertida.
Pero para todos, unos y otros, la Cuaresma se pone en marcha. Con paso gil y recio.
Constante y firme. Varonil y delicado. Con pretensiones heroicas. Con metas muy concretas.
Apuntando a cotas altas.
La Cuaresma es tiempo de oracin y penitencia, como tiempo de oracin y penitencia
fueron los cuarenta das y cuarenta noches que Moiss pas a solas con Dios en el Sina.
Como tiempo de oracin y penitencia fueron los cuarenta das y cuarenta noches que Elas
camin hasta el monte de Dios, el monte Horeb. La Cuaresma es tiempo de oracin y
penitencia como los fueron sobre todo los cuarenta das que Cristo pas en el desierto.
Hemos entrado en el tiempo de Cuaresma: tiempo de penitencia, de purificacin, de
conversin. No es tarea fcil. El cristianismo no es camino cmodo: no basta estar en la
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Iglesia y dejar que pasen los aos .
Con este espritu dcil y enrgico, entramos con ilusin en la Cuaresma. Dios espera
nuestra vuelta, nuestra conversin. Ponte en marcha! El ya ha salido a tu encuentro.
Mircoles de Ceniza. Entrega
La Cuaresma comienza urgiendo nuestra buena disposicin, nuestra entrega. El
Evangelio de hoy nos pide tres cosas: limosnas, oracin y sacrificio.
Nos pide que seamos desprendidos con aquello que solemos decir nuestro, pero que
es de Dios. Que seamos generosos a la hora de alargar la mano para dar. El mundo est lleno
de pobres que mendigan una sonrisa, unas palabras de consuelo y aliento, que le hablen de
Dios, paz para sus almas, ilusin para su vida. Hay muchos que mendigan amor y compaa.
Nos pide oracin. Trato con Dios. Intimidad con Dios. Amistad con Dios. Jesucristo
espera tu palabra, pide conversacin, quiere oracin. Necesitas rezar. Necesitas rezar bien.
Sabiendo lo que dices y a quien lo dices. Dios tambin se ha hecho limosnero y te est
pidiendo un poco de cario, un poco de compaa. Les dijo una parbola para mostrar que
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es preciso orar en todo tiempo y no desfallecer... .
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Y el Seor nos habla de sacrificio. Sacrificio del que sacrifica, y creo que me
entiendes. Deca a todos: Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, tome
cada da su cruz y sgame.
Hoy nos invita el Seor a ayunar. Ayunar de pan y de muchas cosas. La mortificacin
voluntaria sigue siendo camino ordinario para las almas que pretenden algo serio en la vida
espiritual.
Y todo va acompaado de la virtud de la humildad. Sin espectculo, sin ruido
trabajamos nuestra santidad, la santidad de todos. Que no sepa tu mano izquierda lo que
hace la derecha. Y el Seor te dice que te perfumes y te arregles para que no se note tu
ayuno. Que lo note slo tu Padre que est en los Cielos.
Qu grande es el valor de la humildad! 'Quia respexit humilitatem...' Por encima
de la fe, de la caridad, de la pureza inmaculada, reza el himno gozoso de nuestra Madre en la
casa de Zacaras: 'Porque vio mi humildad, he aqu que, por esto, me llamarn
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bienaventurada todas las generaciones' .
Jueves. Saber dar la vida
Y dirigindose a todos dijo: El que quiera seguirme que se niegue a s mismo, cargue
con su cruz cada da y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida, la perder; pero
el que pierda su vida por mi causa, la salvar. De qu le sirve a uno ganar el mundo entero
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si se pierde o se perjudica a s mismo? .
El Seor nos vuelve a hablar de renuncia, de sacrificio, de dar la vida. No obliga a
nadie a seguirlo, porque Dios no quiere servidores a la fuerza. Nos llama, nos invita a ir tras
El, a ir con El. Al Seor le entusiasma ver cmo le siguen muchos, pero respeta hasta el
mximo la libertad de todos. El que quiera seguirme. Seguir al Seor es cuestin de
querer, y se quiere cuando hay amor.
Y el Seor exige, pone condiciones: Que se niegue a s mismo. Es la primera
condicin. T y yo que queremos seguir al Seor de cerca tenemos que humillarnos. Una
persona humilde es una persona de verdad, porque la humildad es la verdad. Humildad es
contemplar a Dios lo que es y ver nosotros lo que somos. Ver su perfeccin y mirar nuestra
miseria. Ser humildes es negar nuestro yo para afirmar el yo de Dios. Ser humildes es vivir la
presencia de Dios en nuestra vida.
Cargue con su cruz de cada da y se venga conmigo. Ir con el Seor, acompaando
su dolor con el nuestro. Con paso alegre y constante. El dolor entra en los planes de Dios.
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Esa es la realidad, aunque nos cueste entenderla .
El que pierde su vida por mi causa, la salvar. Lo importante en el mundo es
comprometer nuestra vida con un ideal. Faltan hroes de la fe. Gente joven y mayor que
pierdan la vida por Dios, que mueran en acto de servicio, en el cumplimiento de su deber
apostlico.
marcha. Hay que levar anclas y guiar mar adentro. Sin respetos humanos. Hay que poner la
mano en el arado y clavar la vista en el surco.
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En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de mis hermanos menores, a
m me lo hicisteis. Y el que por m recibiere a un nio como ste, a m me recibe, nos
dice Jess.
Amar a los dems es amar a Dios. El prjimo es Dios presente en mi vida. Vivir la
caridad es vivir la fraternidad que es consecuencia de nuestra filiacin divina: todos somos
hijos de Dios. Y la filiacin divina es el fundamento de nuestra alegra. Estars alegre en la
medida en que ames.
Cristo nos dio un mandamiento nuevo: Un precepto nuevo os doy: que os amis los
unos a los otros como yo os he amado, que os amis mutuamente. En esto conocern todos
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que sois mis discpulos, si tenis caridad unos para con otros . Mandamiento nuevo
porque hay que amar como El nos ama. Nuestro amor no tiene que envejecer. No puede
tener achaques.
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dej irse en paz. Se llev al Paraso al buen ladrn. Y antes de morir dijo: Padre,
perdnalos porque no saben lo que hacen.
Qu bonito es amar as! Porque si amis a los que os aman, qu recompensa
tendris? No hacen lo mismo tambin los publicanos?.
Nuestro saludo debe ser amplio. A nadie se le niega la sonrisa. El saludo es la
expresin de un afecto. El saludo crea lazos de amistad. Es curioso observar cuntos
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amigos deja uno en la escalera, subiendo del primero al quinto piso .
Sabe sonrer, qu fuerza! Fuerza de apaciguamiento, fuerza de dulzura, de calma,
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fuerza de irradiacin .
Segundo Domingo de Cuaresma. Gozar de su compaa
No s si alguna vez has sentido en tu alma la alegra de tener a Dios cerca. Mientras
no llegue el da en que tu ilusin y tu descanso sea contemplar a Cristo con tranquilidad es
que todava no amas como debes.
La fe y el amor comunican a nuestra mirada esa tercera dimensin que es la altura. La
gente tiene una visin plana, pegada a la tierra, de dos dimensiones. Cuando vivas vida
sobrenatural obtendrs de Dios la tercera dimensin: la altura y, con ella, el relieve, el peso y
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el volumen .
En aquel tiempo Jess se llev a Pedro, a Santiago y a Juan, subi con ellos solos a
una montaa alta, y se transfigur delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco
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deslumbrante, como no puede dejarlos ningn batanero del mundo .
A Jess para conocerle hay que tratarle en el silencio sagrado de la oracin. Tienes que
subir al monte Tabor muchas veces al da. Un rato de oracin, una visita al Santsimo, la
Santa Misa, aquella imagen de la Virgen, el Crucifijo que llevas en el bolsillo, la enfermedad,
la cruz de tus obligaciones, tus amigos, aquella noticia que te hace pensar, el Evangelio, un
buen libro espiritual... Todo lo que te lleve a Dios es tu monte Tabor.
Qu bien se est aqu! Mientras no llegue el da en el que all, pegado al Sagrario,
digas: Qu bien se est aqu!, no te des por satisfecho.
As es la Contemplacin. Cada cosa entraa y esconde en el fondo una marca de
origen divino; quien llega a ver esto, ve que sta y todas las cosas son buenas sobre
toda compresin; ve esto y es feliz. Esta es toda la doctrina de la contemplacin de la
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Creacin terrena .
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Con esta frase del Seor podemos resumir todo lo que nos dice el Evangelio. El hijo
de Dios es un hombre que pasa por la vida dando lo que tiene. Slo dando, slo dndonos
nos ponemos en condiciones de recibir. El tacao que est repleto de sus mil pequeeces se
hace intil para recibir.
Jesucristo nos pide hoy:
que seamos compasivos: que demos cario a manos llenas. Que comprendamos las
pequeas tragedias del corazn ajeno: Bienaventurados los misericordiosos porque ellos
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alcanzarn misericordia . Que nada nos sea ajeno e indiferente.
que no juzguemos: No queramos juzgar. Cada uno ve las cosas desde su punto de
vista... y con su entendimiento, bien limitado casi siempre, y oscuro o nebuloso, con tinieblas
de apasionamiento, sus ojos, muchas veces...
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cosilla que te encuentres juegas contento. Yo malgasto tiempo y fuerzas en cosas que nunca
podr tener. Pretendo atravesar el mar de la ambicin con mi frgil barquilla, y me olvido de
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que yo tambin estoy jugando! .
Procura ser nio para servir.
Mircoles. Audacia
Entonces se le acerc la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrndose para
pedirle algo. Djole El: Qu quieres? Ella le contest: Di que estos dos hijos mos se sienten
uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu reino. Respondiendo Jess, les dijo: No sabis lo
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que peds. Podis beber el cliz que yo tengo que beber? Dijronle: Podemos .
Hay que ser audaces para pedir al Seor que nos reserve dos sitios en el Cielo junto a
El! Las madres saben ser audaces, valientes, cuando se trata de sus hijos. Audaces para
pedir. Audaces para dar. Audaces fueron tambin Santiago y Juan cuando respondieron a
grito limpio: podemos beber el cliz que T has de beber! Estamos decididos. Cueste lo que
cueste. Por el Reino de los Cielos estamos dispuestos a dar la vida. Con naturalidad. Sin
regateos. Sin respetos humanos. Sencillamente.
Audacia! Audacia, que quiere decir atrevimiento, valenta, decisin, coraje. El hombre
audaz sabe abrir camino al golpe de su pisada decidida, recia.
Jueves. Desprendimiento
Estamos muy agarrados a lo nuestro. Nuestras cosas nos tienen embebidos,
ensimismados. La prisa, las preocupaciones personales, el egosmo, la codicia, la falta de
delicadeza, la ausencia de sentimientos nos endurecen el corazn. Te falta precisin para
detestar la miseria humana, la necesidad del prjimo, el dolor contenido, el hambre
silenciosa, la tragedia ahogada en el corazn, el apuro apremiante que roba la paz, la tristeza
encallecida, la enfermedad annima, las lgrimas sigilosas, el desamor que traiciona.
Cada da pasa por nuestro lado una necesidad. Entre nosotros convive siempre un
pobre, como Lzaro, que calladamente est pidiendo las migajas de un recuerdo. Pide pan,
sonrisa, aliento, cario, dinero, empleo, comprensin, saludo, perdn, ropa, compaa,
esperanza...
Pero nosotros, t, rico Epuln, tal vez ensordecido por el ruido de tus mil cachivaches
no oyes nada. Deslumbrado por los destellos de tu codicia no ves a nadie.
Tenemos que pasar por la vida mirando a los dems con ojos limpios. Siempre vers,
como aqul de la fbula, a otro que tan pobre y msero estaba que va recogiendo las hierbas
que t dejas.
cerdos a vivir con la dignidad de los hijos de Dios. El pecado es en definitiva volver las
espaldas a Dios.
Solemos decir: yo no tengo pecados. Ni robo, ni mato, ni falto a Misa... Po XII lleg
a decir: El mayor pecado del hombre contemporneo es el de estar perdiendo el sentido del
pecado.
Pecado es: el desamor a Dios, la falta de detalles, el desorden, la pereza consentida, el
incumplimiento del deber, hacer la vida desagradable a los dems, la crtica, la lujuria, el
escndalo, la falta de fe, de esperanza, la imprudencia, la injusticia, la falta de fortaleza, de
templanza, la avaricia, el egosmo, la envidia, la ira, el farisesmo, el ser cristiano de
barniz, de relumbrn, de ocasin, cristianos de Misa dominical y mal oda, de comunin
rutinaria. Pecado es dejar de hacer lo que debo.
La confesin es ponernos en marcha hacia Dios. Volver a los brazos del Padre que nos
espera. Es expresar externamente nuestro dolor, nuestro propsito.
La vida humana es, en cierto modo, un constante volver a la casa de nuestro Padre.
Volver mediante la contricin, esa conversin del corazn que supone el deseo de cambiar,
la decisin firme de mejorar nuestra vida, y que por tanto se manifiesta en obras de
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sacrificio y de entregan .
Tercer Domingo de Cuaresma. El Templo: casa de oracin
Jesucristo echa violentamente a los mercaderes del Templo. Es una de las poqusimas
ocasiones del N. T. en que se muestra la ira de Dios. Su casa es casa de oracin y no casa de
contratacin.
Pero cuando vayas al Templo a rezar, recuerda estos consejos que te da el Seor para
hacer una buena oracin:
Orad con confianza: Pedid y se os dar; buscad y encontraris: llamad y se os
abrir. Pues quien quiera que pide, recibe; el que busca, halla, y al que llama se le abre.
No os contentis con frmulas: No todo el que dice Seor, Seor, entrar en el
Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que est en los cielos.
No parloteis mucho: Cuando oris no parloteis mucho como hacen los paganos
que se imaginan que as se harn mejor escuchar. No hagis como ellos, pues vuestro Padre
sabe lo que necesitis antes de que se lo pidis.
No olvidis a vuestros enemigos: Orad por los que os persiguen, a fin de
mostraros como hijos de vuestro Padre de los cielos.
Con humildad: T, cuando quieras rezar, entra en la habitacin ms retirada,
cierra la puerta y all ora a tu Padre que est en lo secreto. Y tu Padre que ve lo secreto te lo
conceder.
Llega una mujer de Samara a sacar agua, y Jess le dice: Dame de beber . El
Seor pide un poco de alivio para su boca reseca. El Seor quiere descansar en ti. El Seor
precisa de tu sonrisa, de tu compaa, de tu desagravio, de tu mortificacin, de tu
arrepentimiento.
La Samaritana se extraa de que un judo le pida a ella agua. Los judos no se hablan
con los samaritanos. Pero es que para Dios no hay fronteras. Para El somos todos del mismo
pueblo...
Y El Seor le dijo: Si conocieras el don de Dios y quin es el que te dice: dame de
beber, t le pediras a El, y El te dara a ti agua viva.
Si conocieras el don de Dios! Esta es la Gracia. Refresco del alma. Alivio en el dolor.
Descanso en la fatiga.
La Gracia es el beso de Dios en el alma. La Gracia es el vestido nuevo. El aceite de la
lmpara. El dracma perdido. La perla preciosa. El tesoro escondido. La luz del alma.
Si conocieras el don de Dios!
Martes. Perdonar de corazn
Cuesta perdonar. Pero la caridad es as de delicada y exigente. Los pobres hombres
estamos dispuestos a perdonar alguna que otra vez. Haciendo una heroicidad a lo mejor
perdonamos hasta siete veces. Pero Cristo no quiere medidas en el amor. A la hora de amar,
a la hora de perdonar no valen los clculos. Hay que perdonar tantas veces como nos
sintamos ofendidos. El corazn del cristiano no puede ser mezquino. El Seor pas por la
tierra buscando oportunidades para perdonar. Se disfruta perdonando.
Perdonar es dar la mano en seal de amistad. Slo el cristiano sabe dar la mano con
ardor. Acompaada de una sonrisa que engendra paz.
El que no da la mano, se no es cristiano, se no tiene ninguna competencia en
materia de cristiandad. El pecador tiende la mano al santo y el santo tiende la mano al
pecador. Y ambos, juntamente, el uno por el otro, el uno arrastrando al otro, llegan a Jess
formando una cadena de dedos indesatables. El que no es cristiano es el tipo que nunca da la
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mano. Poco importa lo que luego haga con esa mano .
Perdonar es comprender. El mandato apostlico es un mandato de amor. Siendo esa
comprensin el fruto primero y genuino del amor, el mandato apostlico es a la vez mandato
de comprensin.
Perdonar qu? Perdonar todo: ofensas, incomprensiones, olvidos, crticas, calumnias,
traiciones, desaires, deslealtades, indiferencias, vanidades, injusticias... todo.
Mircoles. Cosas pequeas
No pensis que he venido a abrogar la Ley y los Profetas: no he venido a abrogarla,
sino a consumarla. Porque en verdad os digo que antes pasarn el cielo y la tierra que falte
una jota o una tilde de la Ley hasta que todo se cumpla.
No voy a demostrarte en esta meditacin el valor de las cosas pequeas. T, a poco
que pienses delante del Seor sus palabras, lo podrs descubrir. Pero s te invito a que hagas
un examen del da de hoy, del da de ayer, de todos los das y contemples una por una las
cosas pequeas que han llenado tu jornada. Son muchas, verdad? Cmo las vives? En cada
cosa pequea, buscas a Dios?
El libro que est fuera de su sitio. El coche que necesita un lavado. El cenicero que
desborda de colillas. El polvo de los zapatos. La mancha del vestido. El grifo que gotea da
y noche. Los apuntes que no estn al da. Las lecciones atrasadas. La comida que se pega.
La puntualidad que no acaba de salir. La cita con el amigo. La llamada telefnica que no se
hace. La carta que no se escribe. Los cajones enredados. El armario hecho un desastre. La
tuerca que no aprieta bien. La bombilla fundida. El nombre olvidado. La palabra dada y no
cumplida. La oracin recortada. La lectura hecha deprisa. El Rosario a media noche...
Contina t la lista.
Hacedlo todo por Amor. As no hay cosas pequeas: todo es grande. La
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perseverancia en las cosas pequeas, por Amor, es herosmo .
Si cuidas lo pequeo, el Seor te confiar lo grande. No lo olvides.
Jueves. Hablar de Dios
Sabas que existen demonios mudos? S, en aquel tiempo, Jess estaba echando un
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demonio que era mudo .
Hay quienes no hablan de Dios casi nunca. Les da miedo, vergenza. Tienen respetos
humanos. Como si Dios fuera algo vergonzoso del que da pudor hablar! Sin embargo nos
pasamos el da hablando de mil cosas tontas. El demonio mudo habita hoy en ms de uno.
Tal vez en ti?
Has hablado de Dios a muchos? Has hecho apostolado? Has dado en el clavo en
cada alma que se ha acercado a ti con confianza?
Somos testigos de la Verdad. Dios es la Verdad. Yo soy la Verdad, dijo Jesucristo. El
apstol cristiano es el portador de la Verdad.
Necesitamos hoy, como al principio, un nuevo don de lenguas para expresar la Verdad,
para hablar de Dios, de modo que todo el mundo lo entienda, pero sin infidelidades. El
ejemplo ms vivo de esta tarea lo encontramos en Jesucristo. Palabra que se hace sencillez
para que todos la comprendan; todos los que, como los nios, conservan todava un alma
que se deja modelar.
La fe es Dios y nada ms que Dios. La fe crece en los momentos cruz-iales de la fe.
En los momentos de prueba, de cruz. El cristiano es testigo de lo que ha descubierto por la
fe. El testigo es la persona que con su actuar y su hablar, despierta la interrogacin.
Paul Claudel gritaba una vez, angustiado por la necesidad de ver: Vosotros los que
vis, qu habis hecho con la luz?.
Viernes. Amor a Dios
En aquel tiempo, uno de los letrados se acerc a Jess y le pregunt: qu
mandamiento es el primero de todos? Respondi Jess: El primero es, 'Escucha Israel, el
Seor nuestro Dios es el nico Seor, y amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con
toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser'.
Escucha bien: el primer mandamiento es amar a Dios, porque Dios es el primero. Dios
ocupa el primer lugar en la lista de nuestros amores. A la hora de pensar, a la hora de decidir,
a la hora de comprometerse, Dios el primero. Sin El ests perdiendo el tiempo.
Despus de esta protesta de amor, hay que comportarse como amadores de Dios. In
omnibus exhibeamus nosmetipsos sicut Dei ministros (2 Cor 6, 4), comportmonos en todas
las cosas como servidores del Seor. Si te das como El quiere, la accin divina se
manifestar en tu conducta profesional, en el trabajo, en el empeo para hacer a lo divino las
cosas humanas, grandes o pequeas, porque por el Amor todas adquieren una nueva
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dimensin .
Dicen que para comprobar el grado de bravura de los toros basta con observar su
pelea con el caballo en el ruedo. Pues para ver la categora de la vida interior de una
persona, basta con mirarle a los ojos y ver cmo sonre.
La alegra es la consecuencia lgica de un alma sencilla, justa, servicial, entregada.
Dice el Seor: Si guardis mis preceptos, permaneceris en mi amor, como yo guardo los
preceptos de mi Padre y permanezco en su amor. Esto os lo digo para que Yo me goce en
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vosotros y vuestra alegra sea cumplida .
Vivir la alegra es triunfar. Es seguir sembrando a manos llenas paz y amor. No ests
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triste. Ten una visin ms... nuestra ms cristiana de las cosas . Es urgente sonrer!
Martes. Apostolado
Nos recuerda el Evangelio de hoy aquella ocasin en que Cristo pasa por los
soportales de la piscina de Betesda. Se encuentra con un hombre que lleva treinta y ocho
aos enfermo. Jess, al verlo, y sabiendo que llevaba mucho tiempo, le dice: Quieres
quedar sano? El enfermo le contest: Seor, no tengo a nadie que me meta en la piscina
cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se ha adelantado. Jess le dice:
Levntate, toma tu camilla y echa a andar. Y al momento el hombre qued sano, tom su
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camilla y ech a andar .
Qu egostas somos los hombres! Vamos casi siempre a lo nuestro. Para ello
atropellamos, pisoteamos, robamos la vez.
Aquel pobre hombre no tena a nadie que le metiera en la piscina. Y de paralticos de
stos est hoy llena la vida.
El apstol es el cristiano que tiende la mano a todo aquel que no puede andar porque
tiene el alma paralizada.
El apstol siente la alegra de darse para hacer ms feliz la vida a los dems. Recuerdo
la carta de Ana, una madre de familia que muri y que hace tiempo publicaba la revista
Mundo Cristiano. Dice as:
Al leer la carta de don Ignacio sobre lo maravilloso que es ser sacerdote "le daban
ganas de dar botes de alegra", dice pens que eso mismo deseo yo, desde mi lugar de
madre de familia tengo nueve hijos.
Desde luego no fue siempre as; al mirar atrs pienso que nunca me satisfaca nada,
quiz porque slo buscaba contentarme a m misma. La solucin me lleg de golpe, tengo
treinta y ocho aos y la encontr hace doce.
Fue al darme cuenta de que todo aquello que yo haca se volva enano de puro
pequeo y raqutico, al hacerlo slo para m, y que era fabulosamente grande el hacerlo cara
a Dios....
As naci y muri un alma de apstol. No es cierto que merece la pena darse un poco
ms?
Mircoles. Escuchar la Palabra
Os lo aseguro: quien escucha mi palabra y cree al que me envi, posee la vida eterna
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y no ser condenado, porque ha pasado ya de la muerte a la vida .
Jesucristo es la palabra de Dios encarnada. Y el Verbo se hizo carne y habit entre
nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unignito del Padre, lleno de gracia y de
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verdad .
Jesucristo es Dios hecho conversacin, hecho dilogo con los hombres.
Vienen das, dice Yahvh, en que yo mandar sobre la tierra hambre y sed; no hambre
de pan y sed de agua, sino de or la palabra de Yahvh. Y errarn de mar a mar y del norte al
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oriente en busca de la palabra y no la hallarn .
Buscas con hambre la Palabra de Dios para alimentar tu alma? Te entusiasma
escuchar su Palabra y la meditas en tu corazn?
La Palabra de Dios siempre produce sus frutos: Como baja la lluvia y la nieve de lo
alto del cielo, y no vuelve all sin haber empapado y fecundado la tierra y haberla hecho
germinar..., as la palabra que sale de mi boca no vuelve a m vaca, sino que hace lo que yo
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quiero y cumple su misin .
Or la Palabra es expresar el amor que tenemos a Dios: Si alguno me ama guardar
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mi palabra, y mi Padre le amar, y vendremos a l, y en l haremos morada .
Escucha siempre la palabra viva de Dios. No, no, hijo mo, Jess no nos dej palabras
muertas que nosotros debamos encerrar en pequeas o grandes cajas, sumergidas en aceite
rancio como si fueran momias de Egipto. Jesucristo, hijo mo, no nos dej conserva de
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palabras para guardar, sino que nos dio palabras vivas que nutrir .
Jueves. Por Cristo al Padre
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha
concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de m; que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me ha enviado, l mismo ha dado testimonio de m. Nunca habis escuchado
su voz ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que l envi no le
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creis .
'Frater qui adjuvatur a fratre quasi civitas firma'. El hermano ayudado por su
hermano es tan fuerte como una ciudad amurallada.
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No terminan de comprender al Seor los de su tiempo. Esta vez agarran piedras para
apedrearle. Muchos siglos esperando la llegada del Mesas y cuando lo tienen delante no les
cabe en la cabeza que Aqul pudiese ser Dios.
No tenan el alma en condiciones de creer. Les faltaba docilidad. Les sobraba la vejez
que produce el orgullo. Por eso el Seor dir que no se puede echar vino nuevo en odres
viejos, porque la fuerza del vino joven reventara los odres acostumbrados a una fe
anquilosada.
Tu corazn no puede envejecer nunca. Que seas siempre joven de corazn. Muy nio
de alma. No compliques las cosas de Dios. Necesitas renovar tu alma y tu mentalidad.
Necesitas de ese aggiornamento bien entendido del que hablara Juan XXIII. Fidelidad.
Para m aggiornamento significa sobre todo eso: fidelidad. Un marido, un soldado, un
administrador es siempre tanto mejor marido, tanto mejor soldado, tanto mejor
administrador, cuanto ms fielmente sabe hacer frente en cada momento, ante cada nueva
circunstancia de su vida, a los firmes compromisos de amor y de justicia que adquiri un da.
Esa fidelidad delicada, operativa y constante que es difcil, como difcil es toda aplicacin
de principios a la mudable realidad de lo contingente es por eso la mejor defensa de la
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persona contra la vejez de espritu, la aridez de corazn y la anquilosis mental .
Con esa fidelidad que exige nuestra renovacin, es fcil descubrir a Dios en los mil
pormenores que llenan nuestra vida. Pero es una fidelidad exigente.
Pero... la perfeccin a la que estamos llamados por nuestra eleccin cristiana, no
complica ni hace ms difcil la vida, si bien nos exigir la observancia de muchas normas
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prcticas encaminadas, sobre todo, a facilitar y a no turbar nuestra fidelidad . Es para
vosotros los jvenes, sobre todo para vosotros, por lo que la Iglesia acaba de alumbrar en un
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Concilio una luz, luz que alumbrar el porvenir .
Sbado. Un solo pueblo
Uno de ellos, Caifs, que era sumo sacerdote aquel ao, les dijo: Vosotros no
entendis ni palabra, no comprendis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que
no perezca la nacin entera.
Somos un solo pueblo. El pueblo de Dios. Un pueblo que debe estar unido, abrazado
en el amor. Un pueblo santo. En donde cada uno respete a cada uno. En donde haya sonrisas
y saludos, y nos demos la mano en seal de amistad.
El pueblo de Dios debe ser un pueblo en el que nos perdonamos y nos ayudamos a ser
santos.
Ellos sern mi pueblo y yo ser su Dios. Mi siervo David ser su rey, pastor nico de
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todos ellos: caminarn segn mandatos, guardarn y cumplirn mis preceptos... .
31
Mt 20, 17 s.
Mt 21, 33 s.
33
Cfr. 1 Cor 3, 9
34
J. Escriv de Balaguer, Es Cristo que pasa, n. 64
35
Io 4, 5 s.
36
Pguy, o. c., 11, 98-99
37
Camino, n. 813
38
Lc 11, 14 s.
39
J. Escriv de Balaguer, Es Cristo que pasa, n. 60
40
Tagore, Ofrenda lrica, n. 38
41
Lc 18, 9 s.
42
1 Cor 4
43
Camino, n. 590
44
Io 3, 19-21
45
Is 65, 17 s.
46
Io 15,11
47
Camino, n. 664
48
Io 5, 1 s.
49
Io 5, 17 s.
50
Io 1, 14
51
Am 8, 11-12
52
Is 55, 10-11
53
Io 14, 23
54
Pguy, o. c., p. 54
55
Io 5, 31 s.
56
Io 14, 9
57
J. Escriv de Balaguer, Es Cristo que pasa, n. 64
58
Io 7, 1 s.
59
Sap 2, 1 s.
60
Sap 2, 1 s.
61
Camino, n.390
62
Io 11, 33-35
63
Camino, n. 422
64
Io 8, 1 s.
65
Ibdem
66
Ibdem
67
Camino, n. 460
68
J. Escriv de Balaguer, Es Cristo que pasa, n. 125-126
69
Io 8, 31 s.
70
Io 8, 44
32
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