Tesis Rico Canovas
Tesis Rico Canovas
Tesis Rico Canovas
Tesis Doctoral
Dirigida por:
Dr. Jos Fernando Vera Rebollo
Catedrtico de Anlisis Geogrfico Regional
Dra. Rosario Navaln Garca
Profesora Titular de Anlisis Geogrfico Regional
Universidad de Alicante
La presente tesis doctoral se ha realizado gracias a la concesin de una Ayuda de Apoyo a la Investigacin 2012, en la
modalidad de tesis doctorales en Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert,
organismo autnomo de la Excma. Diputacin Provincial de Alicante.
Agradecimientos
Quisiera agradecer en primer lugar la direccin de esta tesis doctoral al Dr. J. Fernando
Vera Rebollo, porque fue a l a quien por primera vez o hablar de la dimensin
geogrfica del turismo, por su maestra en este tema y en muchsimos otros, y por su
brillante forma de dirigir esta investigacin, cuya direccin acept con enorme
entusiasmo y compromiso desde los inicios de la misma, algo que agradezco y agradecer
siempre profundamente.
Tambin, debo agradecer la codireccin de esta tesis doctoral a la Dra. Rosario Navaln
Garca, por muchos momentos compartidos a lo largo de estos ltimos aos,
fundamentalmente en investigaciones previas que fundamentan, en parte, este trabajo.
Muchas gracias a ngel Snchez Pardo, compaero del Departamento de Anlisis
Geogrfico Regional y Geografa Fsica, por haber mostrado su valiosa disponibilidad para
la elaboracin de la cartografa que se incluye en esta investigacin.
A mi compaera de docencia Paz Such Climent, profesora del Departamento de Anlisis
Geogrfico Regional y Geografa Fsica, por prestarme su gran ayuda en mis ltimas
obligaciones docentes en la recta final.
Gracias a los doctores Jorge Olcina Cantos y Francisco Torres Alfosea, porque en este
tema como en otros, han manifestado siempre su inters, confianza y cario.
A mis compaeras y amigas de la extinta Escuela de Turismo y del Instituto Universitario
de Investigaciones Tursticas: Ana, Begoa, Ester, Margaret, Pilar y Reme, por todos y
cada uno de los das compartidos, por el nimo, las confidencias, y las necesarias risas.
Gracias tambin a Lidia Orts, Yolanda Parra y Yolanda Santamara, del Taller Digital de la
Universidad de Alicante, porque han compartido conmigo todo lo que conlleva este
trabajo y otras muchas cosas.
En ltimo lugar, y no por menos importante, al profesor Dr. Carlos Javier Baos
Castieira, una ayuda extraordinaria siempre, en lo acadmico y en lo personal, porque
siempre est.
A mis amigos, a los que son ajenos a este mundo acadmico muchas veces difcil de
entender. Por valorar esta investigacin y por mostrarme su constante nimo en la fase
de su desarrollo.
Finalmente, esta tesis est dedicada a todos los que forman mi gran familia, porque sin
ellos nada sera lo que es. En especial, a Jos Vicente y a Martn, el sentido de cada da; y
a mis padres, Francisco y Elisa. Resultara imposible explicar aqu mi inmensa gratitud
hacia ellos. S que se sienten orgullosos de este trabajo.
A todos ellos, muchas gracias.
INDICE DE CONTENIDOS
PRIMERA PARTE: INTRODUCCIN Y ANTECEDENTES
CAPITULO 1 EL PLANTEAMIENTO DEL TRABAJO DE INVESTIGACIN.
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CAPITULO 2
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CAPITULO 4
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100
107
e
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343
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391
437
537
BIBLIOGRAFA..
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PRIMERA PARTE
INTRODUCCIN Y ANTECEDENTES
CAPTULO 1
EL PLANTEAMIENTO DEL TRABAJO DE INVESTIGACIN
1.-OBJETIVOS E HIPTESIS DE TRABAJO
El tema de la tesis doctoral se centra en el anlisis y el estudio de la relacin existente
entre el patrimonio cultural y el turismo en el mbito territorial de la provincia de
Alicante desde la perspectiva turstica y desde la propia naturaleza y funcin del
patrimonio cultural en las sociedades actuales, caracterizadas entre otros rasgos, por la
disolucin de las fronteras entre el ocio y la cultura. Desde la perspectiva turstica, la
provincia de Alicante se identifica con la marca geoturstica Costa Blanca que comunica la
imagen de este destino turstico de forma sesgada ya que esta marca engloba espacios de
interior que no guardan similitudes con el producto turstico principal basado en el sol y la
playa. Este destino, como otros espacios tursticos especializados en estos recursos
tursticos, se encuentra en un momento de cambios en la orientacin turstica traducidos
en procesos renovacin a travs de la implantacin de diferentes estrategias,
fundamentalmente estrategias encaminadas a la diversificacin y la diferenciacin del
destino con el objetivo de mantener su nivel de competitividad en el escenario turstico
internacional.
A los efectos de la presente investigacin, el patrimonio cultural de la provincia de
Alicante ofrece posibilidades y argumentos de carcter estratgico para la renovacin de
este destino turstico en un momento en el que tienen lugar importantes
transformaciones en el escenario turstico tanto desde el lado de la oferta como de la
demanda turstica.
En este contexto de cambio, es importante abordar la investigacin a partir de
aproximaciones que permitirn el anlisis de las posibilidades tursticas del patrimonio
cultural del destino mencionado. La primera de ellas, consiste en la atribucin de la
importancia que posee la demanda turstica, el pblico, el visitante, como el elemento
que lleva a definir nuevas prcticas tursticas relacionadas con el patrimonio cultural
desde una perspectiva experiencial e innovadora, que exigen la mera activacin de
recursos patrimoniales con una orientacin turstica y recreativa.
La segunda perspectiva de anlisis se centra en la propia naturaleza y funcin del
patrimonio cultural en las sociedades contemporneas, en las que la disolucin de las
fronteras entre el ocio y la cultura es una caracterstica que se traduce en prcticas
tursticas nuevas, desarrolladas por individuos que han incluido en sus prcticas
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tematizacin, salud, etc.). Dadas las caractersticas del amplio conjunto patrimonial de la
Costa Blanca en cuanto a temas patrimoniales se refiere, a la concentracin de elementos
que supera la dicotoma entre el litoral y los espacios de interior, es posible pensar en
plantear la estructuracin de productos tursticos culturales para este destino. De ah que
este contexto social y turstico ofrezca la oportunidad y justificacin para el desarrollo de
la presente tesis doctoral.
En esta primera parte tambin, se ofrece una revisin sinttica sobre los antecedentes
cientficos y un estado de la cuestin relativos al tema de investigacin, que servir como
marco cientfico para el desarrollo de los captulos posteriores.
La segunda parte de la tesis doctoral se desarrolla a partir de los captulos tercero, cuarto
y quinto. Esta parte se centra en la elaboracin de los diferentes marcos tericos de
trabajo que son fundamentales para esta tesis. Por tanto, el captulo tercero est
dedicado al tratamiento de la relacin entre turismo, ocio y cultura en las sociedades
contemporneas, la disolucin de las fronteras entre turismo y cultura en este tipo de
sociedades, as como el surgimiento de nuevos patrimonios. En cuanto a la relacin entre
la cultura y el turismo, es necesario hacer alusin al concepto de autenticidad, un
concepto esencialmente subjetivo, pero que numerosas aportaciones cientficas han
definido como la motivacin que se encuentra en la base de esta relacin. El captulo
cuarto est dedicado al patrimonio cultural como construccin social. En l se abordar la
evolucin del concepto de patrimonio cultural fundamentalmente a partir de las
principales normativas jurdicas. En esta evolucin se podr observar cmo el trmino ha
sufrido las transformaciones derivadas del grado y de las caractersticas de la atribucin
de distintos valores por parte del contexto social de cada momento histrico. En la
evolucin de dicho concepto, se encuentran los museos como los lugares que desde el
origen de estas atribuciones de valor, han actuado como receptores, protectores y
conservadores de los objetos patrimoniales. As, la propia evolucin de los museos en su
relacin con la sociedad y con la construccin del concepto de patrimonio cultural,
merece un anlisis en profundidad. En este anlisis se podr comprobar que la evolucin
de la museologa y de la msueografa como las principales disciplinas que desarrollan las
funciones diferentes musesticas, han manifestado importantes transformaciones. Una de
ellas tuvo lugar con la denominada Nueva Museologa, en el siglo XX, que entre otras
cuestiones, situaba al visitante como el protagonista del museo. Al mismo tiempo, de la
evolucin de esta museologa a lo largo del siglo pasado y comienzos del presente, resulta
la aparicin de corrientes crticas con la esencia musestica, que se manifiestan a travs
de la museologa crtica y el dialogismo.
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Estas corrientes crticas ponen el acento en cmo ha de ser la relacin entre el museo y la
sociedad actual, incidiendo en garantizar la accesibilidad intelectual a los diferentes tipos
de pblico, y en convertir al museo en un lugar de encuentro social. En este sentido, la
interpretacin del patrimonio ofrece recursos, tcnicas y medios para revelar significados
al pblico que realiza visitas en lugares de inters patrimonial. Como se podr observar,
en esta disciplina subyacen contenidos de la psicologa cognitiva que sustentan la
elaboracin de temas y mensajes interpretativos, oriantados al pblico que realiza este
tipo de visitas en su tiempo libre. Como considera la interpretacin del patrimonio, la no
cautividad del pblico hace necesaria la aplicacin de determinados medios y recursos
interpretativos que consigan generar actitudes y comportamientos positivos en el
visitante. Por otra parte, el componente experimental, participativo y sensorial de las
actividades interpretativas favorece el denominado turismo experiencial, un trmino
habitualmente utilizado para definir diferentes modalidades tursticas en la actualidad y
aquellas que parece que sern las demandadas por los turistas en un futuro no muy
lejano.
En el captulo quinto, se trata la dimensin turstica del patrimonio cultural, a partir de las
diferentes miradas tursticas que a lo largo del tiempo se han realizado sobre este tipo de
recursos. El culmen de esta relacin se encuentra en la modalidad del turismo cultural y
en los denominados turismos culturales, es decir, aquellas modalidades tursticas
culturales cada vez ms especficas, que se alejan del concepto global de turismo cultural.
Como se ver, la heterogeneidad detectada desde el lado de la demanda, ha dado lugar al
desarrollo de modalidades tursticas que superan la tradicional relacin entre patrimonio
y turismo y como en el mbito musestico, convierten al turista en agente generador de
su propia experiencia (turismo creativo).
La relacin entre patrimonio cultural y turismo adquiere otra dimensin cuando el
argumento patrimonial es incorporado en los procesos de renovacin de destinos
tursticos no culturales como los destinos litorales. Como se podr comprobar, el
aprovechamiento del patrimonio cultural como argumento para la creacin de nuevos
productos que contribuyan a diversificar la oferta turstica principal de sol y playa del
destino litoral, constituye una de las estrategias habituales utilizadas por parte de este
tipo de destinos.
Este hecho lleva al desarrollo de la tercera parte de la tesis, ocupada prcticamente en su
totalidad por el captulo sexto. En l se realiza un anlisis en profundidad de las
potencialidades de aprovechamiento turstico del patrimonio cultural de la provincia de
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Alicante, con el objetivo de identificar los principales temas patrimoniales que podran
tener cabida en los procesos de renovacin del espacio turstico de la Costa Blanca a
partir de la estrategia de diversificacin. Los principales resultados apuntan hacia una
amplitud temtica y concentracin de elementos importante, relevante en algunos casos.
Esta localizacin y distribucin espacial constituye un argumento importante para el
planteamiento de esta tesis ya que la propia distribucin espacial de elementos temticos
puede sostener la creacin y articulacin de productos tursticos culturales que superen la
dicotma entre litoral e interior, y se alejen del concepto de complementariedad de los
espacios de interior en relacin a los litorales. El patrimonio cultural de la Costa Blanca
presenta rasgos relevantes en algunos conjuntos temticos, que pueden constituir focos
patrimoniales de atraccin turstica que establezcan relaciones con el visitante en los
trminos que propugan las diferentes disciplinas tratadas en marcos tericos
precedentes. As, el anlisis se centra en los Bienes de Inters Cultural de carcter
inmueble, las declaraciones Patrimonio Mundial de la Humanidad, los centros histricos
singulares como base de actividades de turismo urbano, el patrimonio arqueolgico,
como uno de los temas patrimoniales ms relevantes de la provincia por los motivos que
se sealarn, el patrimonio industrial, por su incorporacin relativamente como
modalidad especfica de turismo cultural y la oferta musestica, por su importante papel
en la configuracin de una oferta turstica cultural en el destino. Los resultados obtenidos
de este anlisis servirn para apuntar algunas posibles lneas de trabajo encaminadas a
fortalecer este tipo de oferta turstica en la Costa Blanca.
Tras el captulo sexto centrado en el anlisis del estudio de caso, se dedica un espacio al
desarrollo de unas conclusiones de carcter general sobre los resultados de la
investigacin realizada. En este apartado se recogen los principales resultados de la
misma, en relacin a los objetivos e hiptesis de trabajo incialmente propuestos.
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conjuntas
monografas
relativas
los
temas
mencionados,
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CAPITULO 2
ANTECEDENTES Y ESTADO DE LA CUESTIN
El anlisis de los antecedentes en la investigacin relativos a la relacin existente entre el
patrimonio cultural y el turismo, implica un enorme esfuerzo de sntesis y de delimitacin
temtica, necesarios para contextualizar el objeto de estudio. Como se puede observar, la
presente tesis doctoral toma como referencia diferentes marcos tericos de trabajo cuyas
aportaciones cientficas proceden de diversos mbitos de estudio que, por su propia
naturaleza, requieren un tratamiento aislado. No obstante, una de las claves de la
presente investigacin es la identificacin de las conexiones que se establecen entre el
patrimonio cultural, el ocio y el turismo en las sociedades contemporneas, con el fin de
explicar las posibilidades que presenta el patrimonio cultural en los procesos de
renovacin de espacios tursticos consolidados. En este sentido, resulta ms que
oportuno revisar los antecedentes cientficos de los mbitos de trabajo fundamentales en
el tratamiento de estos conceptos.
1.- UNA REVISIN SOBRE LA RELACIN ENTRE EL TURISMO Y EL PATRIMONIO CULTURAL
Desde la perspectiva del estudio sobre la formacin y la evolucin del concepto de
patrimonio cultural as como su dimensin social, las ciencias sociales son las que han
desarrollado una profusa produccin cientfica al respecto. As, en el mbito de la
museologa, la arqueologa y la antropologa fundamentalmente, se han producido las
aportaciones ms interesantes, que constituyen una referencia obligada. Desde la
arqueologa, autores como Ballart (1997, 1999), Gonzlez Mndez (1999), Ballart y
Tresserras (2001) y Querol (2010) entre otros, han centrado sus investigaciones en el
estudio de la formacin del concepto de patrimonio cultural a partir de las diferentes
atribuciones de valor segn el momento histrico. A partir de estas reflexiones, se
centran en la situacin actual del patrimonio cultural integrado en su contexto social.
Dada la evidente funcin social que posee, reflexionan sobre las caractersticas de los
procesos de gestin del patrimonio cultural que han de tener como objetivo, adems de
las tradicionales funciones de proteccin, conservacin e investigacin, la mxima
difusin de sus atributos y valores. Incluso algunos autores llegan introducir sistemas de
evaluacin que integran la conservacin y el uso del patrimonio cultural (Gonzlez
Mndez, 2003, 2008).
En esta misma lnea, en la evolucin del concepto del patrimonio cultural en relacin al
contexto social que atribuye un tipo de valor a los elementos patrimoniales, la
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convertir un recurso cultural en un producto turstico (Martn, 2002; Blaya, 2004), y las
tcnicas que ayudan a conectar con el componente subjetivo del visitante (Campuzano,
2007; Candelas, 2011; Lezcano, 2011), entre otros temas.
Como se ha podido comprobar a partir de las lecturas de la amplia bibliografa utilizada
para la elaboracin de esta investigacin, el componente del pblico adquiere un
protagonismo relevante en todas las reas cientficas que toman el patrimonio cultural
como objeto de estudio y anlisis. As, la cuestin relativa a la accesibilidad y al diseo
universal, constituyen argumentos fundamentales en la necesaria atencin a todo tipo de
pblico, en los procesos de difusin y comunicacin del patrimonio cultural (Cameron y
Darcy, 2012; Darcy y Buhalis, 2011; Foggin, 2010; Espinosa, 2002a, 2002b; Espinosa y
Guijarro, 2005; Gmez del guila, 2005a).
Otra de las aportaciones interesantes sobre las funciones del patrimonio cultural en la
actualidad, procede del campo de la denominada Economa de la Cultura (Palma y
Aguado, 2010). Desde esta perspectiva, el tratamiento del patrimonio cultural como
objeto de estudio se orienta al anlisis de su funcin y uso econmico, es decir, de las
posibilidades de desarrollo ecnomico que supone la existencia de recursos patrimoniales
en un espacio en concreto, con especial incidencia, en espacios tursticos (Montero et al.,
2001, 2002; Montero y Oreja, 2010; Herrero et al. 2002; Mallor et al. 2013). Adems,
estos estudios tambin han servido para demostrar que el componente cultural ha
adquirido un protagonismo importante en las prcticas habituales del ocio de las
sociedades contemporneas (Herrero, 2002, Garca et. al, 2009) e incluso, pueden
constituir un argumento slido para la transformacin de la estructura econmica de un
territorio (Boix y Lazzeretti, 2011).
En este sentido, las aportaciones realizadas desde la perspectiva sociolgica, suponen una
informacin muy valiosa para el tratamiento de la disolucin de las fronteras entre el
turismo y la cultura como demuestran investigaciones precedentes. La propia perspectiva
de anlisis del ocio en las sociedades contemporneas desde el mbito de la sociologa,
introduce un componente subjetivo que define la experiencia turstica y que viene
determinado por los cambios y las tranformaciones que caracterizan a las sociedades
contemporneas. stos han sido tratados por diversos autores (McCannell, 2003; lvarez
1994, 2004, entre otros), que inciden en la introduccin del turismo como la prctica de
ocio que las distingue de sociedades anteriores. La ampliacin y la extensin social de las
practicas tursticas en las sociedades contemporneas lleva asociado a su vez, la
ampliacin de las motivaciones de las personas que se despazan por motivos de ocio y de
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La Association for Tourism and Leisure Education (ATLAS) nace en el ao 1991 para el desarrollo de iniciativas
educativas de mbito internacional relativas al turismo y al ocio. Ha creado tambin, un foro para promover la
movilidad de personal y de estudiantes; la investigacin transnacional y facilitar el desarrollo profesional. En la
actualidad tiene doscientos veintids miembros en sesenta y nueve pases. En el caso espaol, adems de empresas
tursticas, figuran como miembros de dicha asociacin, la Universidad de Barcelona, la Universidad de Deusto,
Universidad de Jan, Universitat de Girona y la Universitat Rovira i Virgili. http://www.atlas-euro.org/home.aspx. Fecha
de ltimo acceso: 27/5/2014.
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En la atencin a la diversidad de motivaciones que dan lugar a modalidades tursticas culturales y aspectos
particulares de esta modalidad, destacan algunos estudios especficos como los realizados por Sharpley y Stone (2009)
sobre el turismo negro; por Morre y Jimnez (2007) y Tresserras (2008) sobre el turismo arqueolgico; o los anlisis
realizados por Morre y Perell (2013), Tresserras y Matamala (2005) sobre las posibilidades de empleabilidad y
emprendimiento en el sector del turismo cultural. Al mismo tiempo, resulta de sumo inters la lectura de monografas
relativas a turismos culturales como el turismo gastronmico, sus particularidades para la transformacin en recurso
turstico y las experiencias existentes en espacios tursticos como el rea del Mediterrneo (Tresserras y Medina (eds.),
2007)
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demanda turstica. Las investigaciones realizadas por Richards en este sentido, se dirigen
a la identificacin de modalidades tursticas como el turismo creativo, resultado de la
evolucin del turismo cultural. Segn este autor (Richards, 2001c), la diferencia radica en
el tipo de consumo, es decir, si el individuo consume productos (turismo patrimonial),
procesos (turismo cultural) o experiencias (turismo creativo). Esta ltima modalidad
turstica cultural, se caracteriza por entender la cultura como un proceso en el que el
individuo que viaja, el turista, se convierte en agente productor de su propia experiencia.
Para ello, los destinos han de ofrecer actividades que potencien la participacin, la
estimulacin y la creatividad del individuo (Richards, 2011; Richards y Wilson, 2006; 2007;
Maitland, 2010; Prentice y Andersen, 2007).
En la lnea de los estudios relativos al componente subjetivo de los visitantes que se
encuentran en un lugar de inters patrimonial, destacan algunas investigaciones como las
de Biran, Poria y Reichel (2006); Poria, Biran y Reichel (2009); Poria, Reichel y Biran
(2006b); Maccain y Ray (2003) donde, entre otras cuestiones, los autores analizan el
significado que nace de la relacin entre la percepcin que tiene un visitante del lugar
visitado y la vinculacin estrecha que se establece con los elementos patrimoniales al
sentirlos como propios. Estos constituiran los factores clave para entender el
comportamiento del visitante en el lugar de inters patrimonial, aunque no se trate de
elementos patrimoniales considerados tradicionalmente como histricos (Weaver, 2011).
Otros autores inciden en las cualidades de la oferta turstica patrimonial, como uno de los
componentes que contribuyen a aumentar el grado de atractivo de los lugares de inters
patrimonial, en el sentido de la creacin y recreacin de un ambiente histrico en el
elemento visitado (Garrod y Fyall, 2001; Bonn et al. 2007)
En este sentido, para la presente investigacin resultaba de sumo inters identificar la
conexin entre el individuo y el patrimonio cultural, es decir, los motivos reales de
carcter subjetivo que llevan a la persona a manifestar inters y atraccin por realizar una
visita basada en el contacto con los elementos patrimoniales. Se pudo comprobar que, de
forma habitual, en las referencias bibliogrficas principales se aluda al concepto de
autenticidad como la clave para entender esta atraccin por el patrimonio cultural.
Autores como Apostolakis (2003), Nuryanti (1996), Moscardo (1996), Mcintosh y Prentice
(1999), Waitt (2000), entre otros, trataban el concepto de la autenticidad como uno de
los contenidos que caraterizan al turismo postmoderno. En este sentido, desde el campo
de la antropologa, aportaciones como las realizadas por Santana (2003a, 2003b),
confirman el carcter subjetivo e individual de la autenticidad, de ah que no pueda
atribuirse esta cualidad nicamente a las prcticas tursticas culturales.
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Sin embargo, segua siendo evidente que exista una razn que explicaba la atraccin del
individuo por el patrimonio cultural. sta se encuentra finalmente en la obra de
diferentes autores (Wang, 1999; Reisinger, 2006; Steiner y Reisinger, 2006), donde
reflexionan a propsito del concepto de la autenticidad en sus diferentes atributos que la
defienen en los trminos de autenticidad objetiva, constructiva y existencial. En este
sentido, los dos primeros tipos de autenticidad mencionados, constituyeron el argumento
que utilizaron los destinos tursticos clsicos en el desarrollo de los procesos de
renovacin y cualificacin de los mismos a partir de la dcada de los aos noventa del
pasado siglo XX (Sedmark y Mihalic, 2008). La utenticidad existencial es la que, a los
efectos de la presente investigacin, explica el inters y la motivacin de los individuos
por las prcticas tursticas patrimoniales. De ah que el componente subjetivo de la
experiencia turstica determine en la actualidad la relacin que se establece entre el
turismo y el patrimonio como argumento de las experiencias tursticas (Donaire, 2012;
Kohl, 2013). Al mismo tiempo, en la autenticidad existencial se encuentra la conexin con
la interpretacin del patrimonio, cuyas premisas se orientan a la estimulacin de la
participacin del visitante en la experiencia patrimonial como la va para crear actitudes
en el plano subjetivo que darn lugar a comportamientos adecuados con los elementos
patrimoniales que son objeto de visita (Ham, 2006, 2011, 2014; Morales, 1998; Morales y
Ham, 2008).
En este repaso a los antecedentes y el estado de la cuestin sobre la relacin entre el
turismo y el patrimonio cultural, cabe destacar las principales aportaciones procedentes
desde la perspectiva geogrfica a propsito del estudio de esta relacin. As, una de las
lneas pioneras de investigacin en el mbito de la geografa del turismo, se ha centrado
en el estudio de la relacin entre dicha actividad y el uso turstico del patrimonio cultural.
ste ha sido el objeto principal de investigacin para el Grupo de Investigacin Turismo,
Patrimonio y Desarrollo, de la Universidad Complutense de Madrid, dirigido por el Dr.
Miguel ngel Troitio Vinuesa, un grupo de investigacin consolidado que se considera de
obligada referencia en estudios como la presente tesis doctoral, dada la ampia trayectoria
cientfica de sus miembros y la solidez de las investigaciones realizadas. Desde los inicios
de la actividad investigadora, este grupo se ha centrado en el anlisis y la explicacin de
las relaciones e interdependencias entre turismo, patrimonio y desarrollo con un enfoque
geogrfico, dado el componente territorial de la actividad turstica. En esta lnea de
trabajo, sus investigadores han dedicado especial atencin a los destinos y mbitos
geogrficos de naturaleza patrimonial en su sentido ms amplio -cultural, natural y
paisajstica- (Mnguez, 2010; Brandis y Mnguez, 2008), as como a la identificacin de los
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impactos del turismo en los nuevos procesos de cambio urbano y desarrollo territorial
(Troitio y Troitio, 2013).
Adems, como demuestran las numerosas aportaciones cientficas de este grupo, sus
lneas de investigaciones se han centrado tambin en el estudio de la dimensin y la
funcin turstica de los recursos patrimoniales (Troitio; Calle; Garca, 2009; 2006); del
papel del turismo en la valorizacin del patrimonio cultural y en las dinmicas de
desarrollo territorial (Troitio y Troitio, 2008); de la dinamizacin y el cambio funcional
de los centros histricos y reas patrimoniales de las ciudades y territorios (Calle;
Mnguez; Garca, 2011); de las regiones tursticas de dominante patrimonial (Troitio
Torralba, 2012); de las problemticas derivadas de la afluencia masiva de visitantes en
cuestiones relativas a la capacidad de acogida/carga y gestin de los mismos (Garca,
2003; Garca y Calle, 2012; Garca; Calle; Mnguez, 2011) y temticas de planificacin y
gestin de conjuntos patrimoniales (Garca Hernndez y Calle, 2013; Garca Hernndez,
2012), con preocupacin especial por los bienes incluidos en la Lista del Patrimonio de la
Humanidad (Troitio Vinuesa, 2012; Calle y Garca, 2010). Al mismo tiempo, sus trabajos
se han ocupado de los procesos de transformacin de la demanda turstica y el
fortalecimiento de los destinos de turismo cultural que basan su atractivo turstico en un
elevado componente patrimonial, fundamentalmente ciudades antiguas, centros
histricos y conjuntos patrimoniales de temtica diversa (Troitio y Troitio, 2009).
En esta lnea, destaca una obra reciente titulada Turismo cultural (Pulido; Calle; y Velasco,
2013) que analiza los conceptos de cultura, turismo y turismo cultural en la actualidad,
donde se dedican varios captulos a analizar las caractersticas de los recursos tursticos
culturales; el uso turstico que se desprende de ellas; los actores que son necesarios para
la creacin de productos tursticos de naturaleza cultural, as como los principales
destinos de turismo cultural. Un aspecto interesante de esta publicacin consiste en la
inclusin de un apartado dedicado a la cultura como un atractivo emergente de los
destinos litorales. Adems, plantea una lnea de investigacin interesante en el mbito de
la relacin entre turismo y patrimonio cultural que se centrara en el desarrollo de
procesos basados en la cooperacin entre actores, encaminados a la gobernanza del
territorio.
Tambin desde la perspectiva geogrfica, y a los efectos de la presente investigacin,
resulta de sumo inters conocer los antecedentes existentes a propsito del tratamiento
del patrimonio cultural en las investigaciones desarrolladas sobre espacios tursticos
litorales. Como indica Baos (2009), el turismo comienza a ser objeto de estudio por parte
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de la comunidad de gegrafos a partir de la dcada de los aos ochenta del siglo pasado.
En diferentes estudios se muestra el inters por los aspectos territoriales de dicha
actividad, fundamentalmente por la complejidad territorial resultante de la introduccin
del turismo en determinados espacios (Anton et al., 1996; Vera et. al., 1997, Lpez
Palomeque, 1993; entre otros). Dada la importancia del turismo litoral en Espaa, el
estudio de estas reas adquiere un protagonismo muy notable fundamentalmente a
partir de la dcada de los aos noventa del pasado siglo cuando diversos autores
comienzan a tratar los espacios litorales desde la perspectiva de la necesidad de
renovacin y recualificacin de los destinos (Anton, 1993; Vera y Monfort, 1994; Vicente,
1996; Donaire et al., 1995), aportaciones que supusieron una advertencia sobre los
riesgos del propio modelo turstico en su relacin con el contexto econmico y social que
se desarrollara poco tiempo despus (Figuerola, 1995; Donaire, 1998). En este sentido,
autores como Marchena (1994), Lpez Palomeque (1999) y Vera (1991) aluden a los
cambios detectados en los comportamientos de la demanda, caracterizados, enrte otros
rasgos, por la ampliacin de motivaciones en el desplazamiento y por el requerimiento de
nuevas prcticas de ocio en el destino.
El estudio de los espacios litorales desde una perspectiva territorial asume el carcter
dinmico y cclico de los mismos. Este aspecto ha sido tratado tambin en el mbito
extranjero por autores como Butler (1980), Agarwal (2002); Knowles y Curtis (1999) que
se han convertido en referentes obligados en los estudios de los procesos de renovacin
de los espacios tursticos litorales. Estos autores, a partir de estudios de caso centrados
en los destinos britnicos clsicos, desarrollan teoras a propsito de las posibilidades de
renovacin de los espacios litorales desde diferentes perspectivas, alguna de ellas, de
carcter pesimista. Estas aportaciones han servido para consolidar la reivindicacin que
se vena defendiendo por parte de algunos investigadores de la geografa del turismo,
sobre el protagonismo del territorio y el carcter sistmico de la actividad turstica (Vera
et al., 1997; Vera et al., 2011; Anton, 2004; Baos, 2009; Vera y Monfort, 1994; Vera et
al., 2008).
Como se ha podido comprobar en la bibliografa relativa al tratamiento del patrimonio
cultural en espacios tursticos litorales, este argumento constituye una de las propuestas
ms utilizadas en los procesos de renovacin de los mismos con fines a su cualificacin y
diferenciacin. En el mbito internacional, destacan las investigaciones realizadas en
destinos clsicos del Reino Unido (Smith, 2004; Clegg y Essex, 2000); a propsito de las
Islas del Egeo (Spilanis y Vayanni, 2004); de la costa ligur (Callegari, 2003); destinos
especficos como Rmini (Figini y Vici, 2012) o Piran (Sedmark y Mihalic, 2008), y destinos
36
37
38
Descriptores
reas de conocimiento
Antropologa cultural
Ao
Universidad
2010
UZ
Economa General
2011
US
Geografa
Historia del Arte
2013
2004
UVA
UJA
Urbanismo
2005
UPV
Geografa
2013
UAB
Geografa
2013
UMA
Geografa
2000
UCM
Geografa
2010
ULPGC
Geografa Humana
2013
UVA
Geografa Humana
2002
UCM
Historia
2012
UDG
Historia de la Tecnologa
2013
UC
Geografa Humana
2001
UCM
2008
UM
Geografa
2010
UAM
2013
UG
2003
UGR
Museologa
2012
UAM
Geografa
2004
UDG
Geografa
2013
UIB
Geografa Humana
2007
UCM
Geografa Humana
2004
UCM
Geografa
2005
UDG
Geografa Humana
Economa
2009
2013
UCM
UMA
Historia
2013
ULE
39
Descriptores/reas de conocimiento
Economa
Marketing
Geografa
Movilidad y migraciones
Urbanismo y planificacin del territorio
Geografa
Por tanto, a la vista del anlisis realizado para el perodo temporal seleccionado, se
observa que no existe ninguna tesis doctoral que centre su tema de investigacin de
forma especfica en la renovacin de destinos tursticos litorales a partir del patrimonio
cultural. Es evidente que existen trabajos relativos al turismo que se abordan desde
diferentes disciplinas (economa, urbanismo, sociologa, geografa) como tambin el
concepto de patrimonio cultural que, desde las ciencias sociales fundamentalmente, ha
sido objeto de investigacin. Desde la perspectiva del turismo, esta relacin y las
consecuencias resultantes de la insercin de la actividad turstica en lugares de inters
patrimonial, ha sido tratada desde la geografa del turismo por investigadores del Grupo
de Turismo, Patrimonio y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid.
40
Autor y ao
ciudades histricas
Turismo y conjuntos monumentales: capacidad de
turstico
El lugar y el visitante. Recuperacin patrimonial y
y desarrollo
territorial: los
Planes de
turstica
41
SEGUNDA PARTE
FUNDAMENTOS TERICOS DE LA INVESTIGACIN
CAPTULO 3
TURISMO, OCIO Y CULTURA EN LAS SOCIEDADES CONTEMPORNEAS
En este captulo inicial es oportuno reflexionar sobre el papel que tiene el componente
cultural en las experiencias de ocio en las sociedades contemporneas. Es evidente que
desde hace unos aos las experiencias culturales forman parte del ocio habitual de los
individuos. La cultura y el patrimonio cultural, son dos elementos que proveen de
experiencias a los individuos y se convierten en escenarios y lugares de ocio en la
actualidad. Esta incorporacin de la cultura en el ocio habitual de los individuos es un
hecho social que ha modificado tambin las pautas de comportamiento turstico de las
personas cuando viajan a un destino turstico. Esta primera reflexin pasa por abordar
brevemente la evolucin del concepto de patrimonio cultural en su relacin con el
componente social que en la actualidad es aceptado plenamente por parte de la
comunidad cientfica. As, se podr llegar a comprender cmo la cultura y el patrimonio
cultural han dejado de ser objeto de ocio para grupos sociales exclusivos dando lugar a
una de las prcticas de ocio ms caractersticas y extendidas del siglo XXI, momento en el
que cualquier individuo no importa su formacin, nivel de preparacin, e incluso inters,
puede ser un visitante ms de un lugar de inters cultural y patrimonial.
1.- EL PATRIMONIO CULTURAL EN EL CONTEXTO DE LAS SOCIEDADES ACTUALES
La sociedad actual podra ser definida como la sociedad del conocimiento4, entendida
como la sociedad que posee capacidad para producir, tratar, transformar, difundir y
utilizar la informacin con vistas a crear y aplicar los conocimientos necesarios para el
desarrollo humano. Estas sociedades se basan en una visin de la sociedad que propicia la
autonoma y engloba las nociones de pluralidad, integracin, solidaridad y participacin
(UNESCO, 2005: 29). Esta definicin implica creatividad en cuanto a la generacin de
nuevos contenidos y nuevos significados en un proceso creativo que se ve acelerado por
la amplia disponibilidad de las tecnologas de informacin y comunicacin (Garca, Zofo,
Herrarte y Moral, 2009). Segn estos autores, el caso de la industria cultural constituye al
igual que las tecnologas de la informacin y comunicacin, el pilar esencial en el
desarrollo humano dentro del marco de las sociedades del conocimiento. De ah que
resulte ms que oportuno dedicar un captulo de la presente tesis al papel que posee la
cultura, las industrias culturales, las actividades culturales en el siglo XXI, y cul es su
4
45
relacin con el ocio y por extensin, con el turismo. Estas ideas sern retomadas ms
adelante, pero en este punto es necesario profundizar en el anlisis del lugar que ocupa la
cultura en la vida cotidiana de los individuos de estas sociedades del conocimiento. La
identificacin del importante papel que posee la cultura en estas sociedades, viene a
confirmar que esta importancia subyace en las prcticas de ocio y recreativas de estos
mismos individuos, que exigen en el mbito de la gestin turstica de un destino, la
existencia de posibilidades traducidas en oferta turstica que puedan satisfacer la
demanda y el inters por la cultura en sus mltiples manifestaciones.
En el contexto de las sociedades del conocimiento, caracterizadas entre otros aspectos
por su exposicin en un escenario plenamente globalizado, podra resultar paradjico que
de forma paralela surja un sentimiento de proteccin, valoracin e identificacin de
aquellos elementos que potencian o definen la identidad de un grupo, cultura o sociedad.
Es decir, que cuanto mayor es el grado de globalizacin y ms amplias son las
posibilidades de conocimiento e informacin, parece que existe un mayor inters por
volver a lo propio, a aquello que nos hace diferentes de los otros quiz por miedo a
perder la identidad. En palabras de Garca Canclini (1999), se quiere proteger la
diversidad al mismo tiempo que compartir los estilos y valores globales. En la misma
lnea, Anton (1996. 58) afirma: La existencia de cuencas de diversidad cultural en un
mundo cada vez ms homogneo es, probablemente, uno de los factores ms
estimulantes para el desarrollo del turismo en este fin de milenio.
En este contexto, el concepto del patrimonio cultural ha evolucionado de forma paralela a
los cambios sociales. Pero en esta evolucin permanece inalterable la idea de que es una
herencia que ha sido legada a los hombres del presente por los antepasados y que, por
obligacin moral y jurdica se ha de cuidar, proteger e incluso acrecentar para el uso y el
disfrute de las generaciones futuras. Este componente social del trmino, est
plenamente aceptado en la actualidad, pero su grado de importancia ha variado en la
evolucin histrica del concepto de patrimonio cultural. Se puede afirmar que,
actualmente, este componente social ha derivado en una aproximacin al patrimonio
cultural como el elemento que puede mejorar la calidad de vida de los individuos, porque
implica un uso desde diferentes perspectivas de ocio y recreacin, y porque adems
constituye evidentemente un motor de desarrollo social y econmico (Mallor et al. 2013).
En la evolucin conceptual desde el trmino de patrimonio histrico-artstico a la
formacin del trmino de bien cultural, se han incluido elementos del patrimonio cultural
(el patrimonio inmaterial y el patrimonio industrial, por ejemplo) que permanecan
46
47
como uno de los principales elementos con los que podan identificarse los ciudadanos
europeos. Para ello, en primer lugar haba que trabajar por conseguir que los ciudadanos
europeos tuviesen conciencia de ese patrimonio comn para reconocer su destacado
papel en la mejora del conocimiento y la comprensin de elementos comunes que los
unen. Slo as se contribuira a mejorar el conocimiento, la comprensin, la tolerancia y
por extensin, se reforzara el sentimiento de ciudadana europea (Fernndez, 2006).
Como se podr apreciar con mayor profundidad en el captulo dedicado a la formacin
del concepto actual de patrimonio cultural, ste ha contribuido a generar sentimientos de
pertenencia a una colectividad europea. Pero este uso identitario que se hace del
patrimonio cultural, no es una novedad, si se realiza un repaso a la amplia bibliografa
cientfica a propsito de la formacin de este concepto, fundamentalmente a finales del
siglo XVIII en los albores de la Ilustracin en Europa cuando tiene lugar el despertar de
una nueva sensibilidad por la recuperacin, proteccin y conservacin de determinados
elementos que han sido recibidos para transmitirlos a la posteridad (Hernndez, 2002).
La firma del Tratado de Maastricht en 19926 supuso la implantacin de iniciativas
encaminadas a la cooperacin entre los estados miembros para la valorizacin del
patrimonio cultural. Hasta este momento, la Unin Europea haba estado histricamente
orientada hacia la economa y el comercio comunes. Por tanto, es la primera vez que se
llevan a cabo acciones para la salvaguarda, la difusin y el desarrollo de la cultura en
Europa. Estas acciones se desarrollan a partir de los programas ARIADNE (literatura),
CALEIDOSCOPIO (artes vivas) y RAPHAEL (patrimonio cultural).
Por el objeto de estudio que ocupa la presente tesis, se pasa a comentar brevemente los
contenidos del programa RAPHAEL (1997-2000), que constituye el programa especfico en
el mbito del patrimonio cultural. Este programa europeo se desarroll en el periodo
comprendido entre 1997 y el ao 2000. Los objetivos especficos del programa se
desarrollan a partir de tres acciones. La primera de ellas, tena como objetivo la
conservacin, la salvaguarda y la valorizacin del patrimonio cultural europeo a travs de
la cooperacin europea. La segunda, estableca la cooperacin necesaria para el
intercambio de experiencias y desarrollo de tcnicas aplicadas al patrimonio. La tercera
accin se centr en el fomento del acceso, participacin y sensibilizacin del pblico al
patrimonio cultural. El objetivo era mejorar el acceso del pblico al patrimonio cultural
6
48
49
50
capitalidad, desde el punto de vista del desarrollo local y regional. La decisin europea
estableca los criterios para la eleccin de las ciudades candidatas, criterios que se
renuevan en 2006 para que la accin Capital Europea de la Cultura sea ms eficiente y
transparente, mediante la consideracin de tres categoras de criterios: la dimensin
europea, la ciudad y ciudadanos y la sostenibilidad de la celebracin9. En la actualidad, la
manifestacin Capital Europea de la Cultura es una accin comunitaria mediante la cual el
Consejo de Ministros de Cultura de la Unin Europea designa dos ciudades al ao, de dos
Estados miembros, como Capital Europea de la Cultura. Con ello, se pretende resaltar la
riqueza, la diversidad y los rasgos comunes de las culturas europeas, as como promover
una mayor comprensin mutua entre los ciudadanos europeos. A travs de esta accin
comunitaria, se pretende potenciar las corrientes culturales europeas de mayor
significacin; fomentar las manifestaciones y creaciones artsticas a las que estn
asociados actores culturales de otras ciudades de los Estados miembros de la Unin, que
faciliten el establecimiento de una cooperacin cultural duradera y favorecer su
circulacin en la Unin Europea; promover la movilizacin y participacin en el proyecto
de amplios sectores de la poblacin; fomentar el dilogo entre la cultura europea y las
otras culturas del mundo y valorar el patrimonio histrico y el espacio urbanstico de la
ciudad seleccionada. En el caso espaol, fueron Capitales Europeas de la Cultura: Madrid
(1992), Santiago de Compostela (2000) y Salamanca (2002), siendo San Sebastin la
candidata elegida para el ao 2016.
A travs de estos programas, se puede observar que, aunque el objetivo sea el fomento y
la mejora del acceso de la cultura a la ciudadana europea, el turismo se ha visto
beneficiado de determinadas acciones, entre ellas, por ejemplo, la Capitalidad Europea de
la Cultura. Adems de las transformaciones urbanas que tienen lugar en las ciudades
seleccionadas, los impactos directos e indirectos por turismo derivados de la celebracin
de la capitalidad en estas ciudades son elevados y positivos en la mayora de los casos
como demuestran diferentes estudios (Prado, 2007; Troitio y Troitio, 2009; Gutirrez y
Pal, 2011).
En este sentido, desde la perspectiva de la poltica de desarrollo regional de la Unin
Europea, la cultura y el turismo tambin han caminado juntas en el momento de plantear
actividades econmicas estratgicas para determinadas regiones. Se han planteado
9
http://www.mcu.es/cooperacion/CE/Internacional/UnionEuropea/CapitalEuropea.html.
Fecha de acceso: 2/4/2013
51
acciones para la creacin de productos tursticos de naturaleza cultural a travs del Fondo
Europeo Agrcola de Desarrollo Rural (FEADER) para espacios rurales en los que una de las
prioridades para este perodo (2007-2013) es el eje calidad de vida en las zonas rurales y
diversificacin de la economa rural, que contribuye al desarrollo de los territorios
rurales mediante la promocin de servicios a la poblacin, las microempresas, el turismo
rural, y la valorizacin del patrimonio cultural para mejorar las condiciones de
crecimiento y de creacin de empleo en todos los sectores10. En esta misma lnea, el
Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) pretende alcanzar los objetivos de
convergencia, competitividad regional y empleo, y cooperacin territorial europea
establecidos por la poltica de cohesin para el perodo comprendido entre 2007-2013.
As, el turismo aparece en las acciones financiables para cada uno de los tres objetivos
mencionados como una de las actividades estratgicas para un desarrollo econmico
sostenible integrado. Por tanto, cultura y turismo caminan unidos a partir de la
aceptacin de que el patrimonio cultural es un producto social que puede generar
empleo y desarrollo desde diferentes aproximaciones. Como se ha podido comprobar, en
la escala europea, el patrimonio cultural es un activo fundamental incluido en diversos
programas y acciones financiables basados nicamente en el fomento de la cultura, la
mejora de su accesibilidad y el aumento de una mayor sensibilizacin por comprender
que es un patrimonio comn que ayuda a generar sentimiento de ciudadana, de
colectividad.
La mirada hacia la cultura en el mbito europeo, en concreto hacia el patrimonio cultural
como activo econmico que contribuye a aumentar la convergencia y el desarrollo
regional, es la plasmacin poltica de aquello que se avanzaba en prrafos anteriores
sobre la forma de entender el patrimonio cultural como una construccin social. En el
momento en que la cultura pasa a ser un elemento ms del ocio y la recreacin de
amplias capas de la poblacin en sociedades avanzadas, la diversidad del pblico en
lugares de inters patrimonial tambin aumenta, aspectos que pueden observarse en
referencia a diferentes rasgos sociodemogrficos, motivacionales y formativos.
Con esta nueva concepcin del patrimonio cultural, se impone la necesidad de disear e
implementar procesos de activacin patrimonial que tengan como objetivo la
presentacin y comunicacin de los elementos patrimoniales a la sociedad. La sociedad
10
http://europa.eu/legislation_summaries/regional_policy/provisions_and_instruments/l60042_es.htm.
ltimo acceso: 2/4/2013.
52
Fecha
de
53
54
55
dos prximas dcadas. Los expertos en turismo calculan que las llegadas de turistas
internacionales aumentarn en 43 millones por ao entre 2010 y 2030.
Para tratar la relacin entre ocio y cultura en el contexto del turismo, se debe hacer
referencia a la reflexin que sobre ocio y recreacin turstica realiza el Dr. Baos
Castieira en su tesis doctoral11 centrada en el estudio de la planificacin territorial de la
oferta turstica recreativa en el litoral survalenciano. Como afirma el autor, el turismo ha
sufrido tres grandes cambios desde su aparicin como fenmeno de ocio y recreacin que
se traducen en transformaciones de carcter social y geogrfico, adems de las
transformaciones relativas a la multiplicacin de prcticas tursticas y recreativas en el
destino turstico.
El primero de los cambios se identifica con la ampliacin del fenmeno turstico en
trminos sociales. Desde la perspectiva social, el turismo es un fenmeno que ha
ampliado sus lmites recreativos desde los primeros movimientos tursticos realizados por
nobleza europea en los siglos XVII y XVIII con el Grand Tour a los que se suman a partir del
siglo XIX la burguesa, el grupo social que surge a partir de la Revolucin Industrial y que
adquiere un poder econmico y social similar y, en muchos casos, superior a la
aristocracia nobiliaria. Por tanto, las primeras prcticas que podran denominarse como
tursticas, son desarrolladas por grupos elitistas caracterizados por su poder econmico
que les facilita el acceso a los grandes viajes que se realizan en estos siglos. Por otra
parte, estas prcticas al mismo tiempo adquieren rasgos sociales, en el sentido que viajar
a espacios dedicados al descanso en centros balnearios del litoral o a las grandes capitales
europeas para contemplar el patrimonio y la cultura se convierte en una moda para
determinados grupos (Donaire, 2012).
Estas prcticas de ocio, caracterizadas en sus inicios por su carcter de exclusividad y
como un rasgo identificativo de pertenencia a un grupo social de lite, se extienden con
carcter masivo a las clases medias de las sociedades avanzadas a partir de mediados del
siglo XX. Como afirma lvarez Sousa (1994, 11) el turismo de masas responde a
necesidades sociales profundas que no se hacen explcitas hasta que una determinada
estructura social lo permite. Por tanto, la ampliacin o democratizacin de las prcticas
tursticas se realiza cuando los individuos creen que esas necesidades de ocio pueden ser
satisfechas. Estas necesidades pudieron ser cubiertas por los cambios acontecidos a lo
11
La tesis doctoral mencionada fue defendida en 2009 en la Universidad de Alicante con el ttulo Diversidad y
complementariedad de recursos para la planificacin territorial de la oferta turstica en el litoral survalenciano y su rea
de influencia. En el captulo primero de la investigacin se ofrece una brillante reflexin terica y conceptual sobre el
concepto de ocio y recreacin turstica.
56
largo del siglo XX, como la existencia de tiempo libre resultante de las mejoras laborales y
sociales, -hecho que deriva en las vacaciones pagadas-, las mejoras tcnicas introducidas
fundamentalmente en el transporte, -que mejoran en grado sumo la accesibilidad y
movilidad entre espacios, y el sistema econmico que impona la necesidad de disponer
de tiempo libre para el consumo masivo (lvarez Sousa, 1994). En este sentido, hay
autores que afirman, por otra parte, que la democratizacin y universalizacin del
turismo distan todava de ser un fenmeno global ya que hay grupos sociales y
sociedades enteras excluidas (Anton y Gonzlez; 2008). Pero aun as, es evidente que el
turismo es una actividad de ocio caracterstica del siglo XX que adquiere su mayor nivel de
globalizacin espacial y ampliacin social en este perodo.
En este repaso a la aparicin del ocio como una necesidad social para las sociedades
contemporneas, se debe prestar atencin al espacio que ocupa el componente
formativo y cultural en el desarrollo de las mismas. As, Dumazedier afirma:
el ocio sera un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede entregarse de
manera completamente voluntaria, sea para descansar, sea para divertirse, sea para
desarrollar su informacin o su formacin desinteresada, su participacin social
voluntaria, tras haberse liberado de sus obligaciones profesionales, familiares y sociales
(citado en lvarez Sousa, 1994: 58).
Segn esta definicin, es posible afirmar que el desarrollo de la informacin y formacin
desinteresada estara directamente relacionado con aquellas actividades o prcticas
relativas a la cultura que favorecen el desarrollo de la personalidad del individuo. Esto se
deriva de la disolucin de los lmites de la alta cultura y la cultura de masas y de la
indiferenciacin del turismo, el arte, la educacin, el entretenimiento, etc., hecho que ha
generado una demanda de consumo que ocasiona experiencias y emociones (Anton,
2009).
Este es el punto de encuentro donde confluiran el ocio y la cultura, que permite explicar,
por ejemplo, el crecimiento del turismo cultural en las ltimas dcadas y los innumerables
procesos de activacin de lugares de inters patrimonial atendiendo a las necesidades
sociales de ocio que impone la demanda (Richards, 1997, 2001, 2002). Como indica
Richards, el crecimiento del turismo cultural es una consecuencia directa de los cambios
sociales ocurridos en las dcadas ms recientes. Para este autor, la realizacin de
vacaciones es un derecho que no consiste nicamente en ir de vacaciones sino en vivir
experiencias especiales que distingan al turista de las hordas de turistas. Pero ya no se
trata slo de hacer algo diferente a las hordas de turistas, sino de que su consumo
57
cultural sea distinto al de otros turistas que se encuentran en el mismo destino. Como se
podr comprobar ms adelante, las diferencias entre turistas y viajeros no son tan claras
como a priori se podra pensar. El aprendizaje est en la motivacin bsica del turismo
cultural, pero el aprendizaje en el sentido de vivir experiencias, de ah que la distincin
entre ocio y cultura resulte muy vaga. Aqu se encuentra la clave para entender esta
relacin: no hay apenas distincin entre ocio y cultura porque las motivaciones para
visitar atractivos culturales son muy variadas y en gran parte, no estn relacionadas
directamente con el aprendizaje en sentido tradicional. Puede ser porque constituyan una
prctica habitual en las vacaciones, o tambin porque son la prolongacin del desarrollo
profesional del individuo. En definitiva, los turistas en atractivos culturales estn ms
motivados para aprender y vivir experiencias nuevas. Y esta caracterstica es la que
permite reafirmar la idea de que las experiencias culturales, cualesquiera que sean los
motivos para su realizacin, no se encuentran separadas del ocio, ms bien lo contrario,
cumplen una funcin concreta encaminada al desarrollo de la personalidad del individuo.
Por otra parte, la funcin del ocio en su vertiente de prctica que facilita el desarrollo de
la personalidad del individuo aplicado al caso de experiencias basadas en el patrimonio
cultural, enlaza con la filosofa de la interpretacin del patrimonio que entiende al
visitante de lugares de inters patrimonial en su contexto de tiempo libre.
El segundo cambio que ha generado el turismo en el siglo XX se refiere al componente
geogrfico de la actividad, de la ampliacin espacial de las prcticas de ocio asociadas al
turismo. Dada la dimensin territorial de la actividad turstica, el desplazamiento de
personas a otros espacios geogrficos es el rasgo ms caracterstico de esta prctica
social. La necesidad que mueve a los individuos a viajar se basa en el deseo de conocer los
atractivos territoriales que ofrece un destino porque ese desplazamiento les permite
desarrollar las funciones destinadas a las prcticas de ocio de libertad, ruptura con las
normas y experiencia de lo contracotidiano (lvarez Sousa, 1994). Las necesidades de
ocio mueven a los individuos a viajar a determinados lugares mediante un proceso de
seleccin previo segn la imagen percibida del destino. Esta imagen se construye a partir
de los recursos que ofrece el territorio, elementos o iconos relevantes que representan la
esencia del lugar (Donaire y Gal, 2003). Por definicin, los recursos territoriales no son
exportables en trminos generales, sobre todo si se atiende a los elementos del
patrimonio natural y cultural, localizados en un territorio. Esto no impide que existan otro
tipo de atractivos replicables, inspirados en la identidad territorial, pero que no
comparten las mismas caractersticas que los elementos mencionados. Por otra parte,
estas rplicas o simulaciones patrimoniales pueden llegar a convertirse en recursos
58
tursticos ex novo, vlidos para determinados segmentos de demanda que entienden las
experiencias desarrolladas sobre ellos como autnticas. Esta ampliacin geogrfica del
fenmeno turstico, ha dado lugar a la incorporacin de nuevos espacios al sistema
turstico desde el lado de la oferta, con la inclusin de nuevas reas receptoras de
turismo, como desde el lado de la demanda con nuevos centros emisores de turistas.
Como afirmaba Baos (2009), la tercera ampliacin que ha sufrido el turismo est
relacionada con la multiplicacin y diversificacin de actividades recreativas y prcticas de
ocio en destino. Esta ampliacin viene provocada por los cambios sociales acontecidos en
las sociedades industriales avanzadas que se traducen al mismo tiempo en cambios en los
comportamientos de los individuos en su contexto habitual, en las motivaciones para la
eleccin de un destino y en su comportamiento turstico en sus prcticas tursticas. Segn
Anton y Gonzlez (2008) la eleccin de determinados lugares est provocada por el
inters y la conveniencia, en funcin de las finalidades de ocio que tenga un individuo en
cada momento de su vida. La toma de decisiones es racional porque responde a una
estrategia que satisface las motivaciones e intereses de un momento vital en concreto. En
este sentido, se puede afirmar que las experiencias de ocio que responden a intereses
vitales en momentos concretos para un individuo pueden ser variadas en cuanto a
contenidos y experiencias. As, el mismo individuo experimentar diferentes prcticas
tursticas en destinos tambin diversos.
Si los momentos de ocio son variables segn los intereses de cada individuo y si adems la
necesidad de satisfacer momentos de ocio est directamente ligada al turismo, se ha de
suponer que los destinos tursticos debern responder a la variedad y complejidad que
exige el turista para satisfacer sus necesidades de ocio. Por tanto, el destino debe ser un
reflejo oferente de las necesidades de ocio que demandan los individuos en las
sociedades contemporneas. La extrapolacin de estos cambios sociales al mbito de la
gestin de los destinos tursticos consolidados del litoral, conlleva la necesidad de pensar
en el territorio como el argumento que puede aportar nuevos productos tursticos que
satisfagan las necesidades de ocio mencionadas (Anton, 2004). No es objetivo del
presente captulo alcanzar mayor profundidad en las cuestiones relacionadas con los
procesos de renovacin de los destinos tursticos consolidados del litoral. Pero s que
resulta oportuno avanzar estas primeras ideas porque reflejan la relacin entre ocio,
turismo y patrimonio cultural en las sociedades contemporneas. As, desde la
perspectiva de la gestin turstica de este tipo de destinos, se ha advertido la oportunidad
que representa el patrimonio natural y cultural para la creacin de productos tursticos
que atiendan las necesidades de ocio de la demanda turstica y que contribuyan a la
59
renovacin de estos espacios (Vera et al.; 1997; 2011, 2002; Vera y Monfort, 1994; Vera y
Dvila 1995).
En la lnea de las cuestiones con las que se pona fin al apartado previo de este captulo,
se debe dar respuesta a las causas que han motivado la disolucin de las fronteras entre
la alta cultura y la cultura de masas, para poder as explicar el motivo por el que la cultura
forma parte del ocio habitual de los individuos. La respuesta la ofrece Donaire (2012)
cuando afirma que es la posmodernidad la que ha desdibujado las fronteras entre la alta y
baja cultura, entre los viajeros y los turistas. Parte de las ideas que constituyen el marco
de trabajo de esta tesis doctoral en relacin a la evolucin del concepto de turismo
cultural, se encuentran desarrolladas de forma brillante por el autor en la obra
mencionada (Donaire, 2012). En captulos posteriores dedicados a tal fin, se expondr de
forma ms detallada el concepto de turismo cultural, su evolucin y las relaciones que
guarda el patrimonio cultural en las posibilidades de renovacin de destinos tursticos
consolidados del litoral. Pero en este punto, dado el carcter terico que define este
captulo inicial de la investigacin, es necesario introducir algunas ideas relativas al
concepto de cultura y su relacin con el ocio y el turismo.
La introduccin de la cultura en el contexto del ocio y recreacin habitual de los
individuos debe entenderse en el contexto de los cambios sociales acontecidos en el
marco del proceso del fordismo al postfordismo. Por este motivo, los espacios tursticos
contemporneos son un excelente mirador desde el que analizar los procesos espaciales
propios de la sociedad postindustrial (Donaire, 1998). Segn este autor, la sociedad sufre
un cambio a partir de la dcada de los aos setenta del siglo pasado, cuando de un
modelo de produccin fordista caracterizado por, entre otros aspectos, la
estandarizacin, se pasa de forma paulatina y lenta a un modelo de acumulacin flexible
postfordista. En los aos ochenta del siglo XX, el modelo fordista ofrece los primeros
sntomas de agotamiento. Este modelo se caracterizaba por su elevada especializacin
sectorial orientada a una demanda homogeneizada. Paralelamente, la demanda inicia
procesos de diferenciacin y segmentacin que se traducen en nuevas exigencias y
nuevas necesidades. Por tanto, tiene lugar una situacin contradictoria que genera un
desequilibrio evidente, una oferta rgida, estandarizada, orientada a satisfacer
necesidades homogneas frente a una demanda cambiante, diferenciada, que exige
mayor grado de singularidad en el marco de sus prcticas de ocio y recreacin. Esta
situacin es la que genera que desde los aos noventa del siglo pasado comiencen a
aparecer estudios cientficos desde el campo de la geografa del turismo y de la economa,
60
Crisis de la estandarizacin.
Renovacin tecnolgica.
61
12
PORCENTAJE
Escuchar msica
84,4%
Leer
58,7%
Ir al cine
49,1%
Visitar monumentos
39,5%%
Asistencia a museos
30,6%
Asistencia a exposiciones
25,7%
25,9%
Bibliotecas
20,5%
Teatro
19%
13,9%
13,6%
7,7%
Como se puede observar en la figura anterior, las principales actividades relacionadas con
la cultura desarrolladas por los espaoles consisten en escuchar msica, leer e ir al cine
con los porcentajes ms elevados. En cuanto al tema central de anlisis de la presente
investigacin interesa resaltar que las visitas a monumentos y museos se sitan en el
cuarto y quinto lugar en las preferencias culturales de los espaoles, con un 39,5% para el
caso de las visitas a museos, y en las visitas a exposiciones con un porcentaje de 25,7%. La
siguiente actividad que destaca por el componente patrimonial que posee es la visita a
yacimientos arqueolgicos, con un 13,9%. Pero no interesan tanto las prcticas
patrimoniales a las que dedican su tiempo los espaoles como el motivo de dedicacin.
En la figura que sigue aparecen las actividades culturales relativas a las visitas al
patrimonio cultural (monumentos y yacimientos arqueolgicos), asistencia a museos y
exposiciones, y las motivaciones que mueven a ello. Como se podr comprobar el ocio es
12
A las actividades culturales que se muestran en la tabla habra que aadir otras como asistencia a espectculos de
danza o ballet, pera, zarzuela y visitas a archivos, pero por el reducido porcentaje de representacin en relacin a
otras actividades culturales (menos del 7%), se ha optado por no incluirlas. Al mismo tiempo esta exclusin no interfiere
en la informacin relativa a las actividades culturales relacionadas con el disfrute del patrimonio cultural.
62
el principal motivo para la realizacin de estas prcticas culturales, hecho que confirma la
idea de disolucin de fronteras entre la cultura y el ocio, la ampliacin de la cultura como
una prctica de ocio habitual y la reafirmacin de que adems del aprendizaje en las
visitas culturales, el individuo persigue el disfrute de las mismas en un contexto de ocio.
De ah que las formas de presentacin y comunicacin del patrimonio cultural deban ser
radicalmente diferentes y superar la mera visita contemplativa, para dar respuesta a las
necesidades culturales de la sociedad en el contexto de las sociedades contemporneas.
Figura 5: Caractersticas de las prcticas culturales
ACTIVIDAD
PORCENTAJE
FRECUENCIA
Museos
30,6%
2,2 veces/ao
Exposiciones
25,7%
2,1 veces/ao
Monumentos
39,5%
4,3 veces/ao
Yacimientos
arqueolgicos
13,9%
----
MOTIVACIN
92,2% OCIO
8,8% estudios/profesin
91,2% OCIO
8,8% estudios/profesin
94,1% OCIO
5,9% estudios/profesin
92,5% OCIO
7,5% estudios/profesin
FIN DE SEMANA/FESTIVO
DA LABORAL
52% FS/F
48% DL
48% FS/F
52% DL
53,6% FS/F
46,4% DL
53,5%FS/F
46,5%DL
Fuente: Elaboracin propia a partir de la Encuesta de Hbitos y Prcticas Culturales en Espaa 2010-2011,
Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte.
Segn la informacin disponible, las cuatro actividades relativas al disfrute del patrimonio
cultural en las prcticas culturales de los espaoles, obtienen porcentajes elevados (ms
del 90%) en las motivaciones de ocio para la realizacin de estas actividades. Por tanto, el
ocio es el motivo fundamental para los espaoles en el momento de visitar o establecer
un contacto con el patrimonio cultural a partir de la visita a museos, exposiciones,
monumentos y yacimientos arqueolgicos. Este dato queda confirmado por la
informacin relativa al momento de la semana en que se realiza la visita, si en fin de
semana y festivo o, por el contrario, en da laborable. En casi todos los casos (museos,
monumentos, yacimientos arqueolgicos) la visita se ha realizado en fin de semana o da
festivo por prcticamente ms de la mitad de los encuestados. Por tanto, durante el
tiempo dedicado al ocio, los espaoles destinan buena parte de este tiempo a las visitas al
patrimonio cultural en sus diferentes manifestaciones. En el caso de la visita a museos, el
indicador de satisfaccin de la visita se sita en 8,2 puntos sobre 10. Este indicador
muestra que el pblico queda satisfecho tras la visita con un ndice de satisfaccin
bastante elevado. Esta situacin puede explicarse por los procesos de renovacin de los
que han sido objeto los museos en los ltimos aos desde las perspectivas museolgica y
museogrfica, caracterizadas por la introduccin de recursos museogrficos de carcter
interpretativo en la mayora de los casos que han contribuido a mejorar la comunicacin y
difusin de las colecciones y de los temas tratados ofreciendo al pblico una experiencia
63
patrimonial diferente y activa, que supera la mera visita de carcter contemplativo como
era habitual en el discurso museolgico anterior.
Si se realiza una comparacin de los hbitos y prcticas culturales de los espaoles en
relacin a los resultados obtenidos con las encuestas realizadas en los aos 2002-2003 y
2006-2007, se observa un crecimiento de las tasas de asistencia anual a exposiciones,
visitas a monumentos y yacimientos arqueolgicos, en relacin a los datos obtenidos en
encuestas anteriores.
Figura 6:Evolucin de las prcticas y hbitos culturales
ACTIVIDAD
Museos
2002-2003
2006-2007
2010-2011
27,5%
31,2%
30,6%
Exposiciones
----
24,7%
25,7%
Galeras de arte
----
13,7%
13,6%
28,8%
34,1%
39,5%
----
13,0%
13,9%
Monumentos
Yacimientos arqueolgicos
64
siglo XX. Estos cambios proceden de un corpus de ideas innovadoras, crticas y revulsivas
que propugnaba una nueva forma de entender los museos en el siglo XX. Con estos
trminos, se hace referencia a la Nueva Museologa13, que entiende desde entonces, el
museo como un lugar de encuentro patrimonial para todo tipo de pblico, de ah que se
haya renovado el discurso museogrfico mediante el ofrecimiento del patrimonio, su
presentacin y comunicacin de forma diferente a la visin museolgica tradicional. Otro
aspecto de suma importancia que cabe resaltar, es la motivacin para realizar estas
prcticas culturales. Como se coment anteriormente, es el ocio la motivacin principal
para la realizacin de estas prcticas patrimoniales, con porcentajes superiores al 90% en
todos los casos (museos, monumentos, exposiciones, yacimientos arqueolgicos). Esta
informacin viene a reafirmar la idea que iniciaba este apartado dedicado a la disolucin
de las fronteras entre el ocio y la cultura en el siglo XXI.
En el anlisis de la relacin entre cultura y ocio en las sociedades contemporneas,
resulta tambin interesante comentar la percepcin que sobre la cultura tienen los
ciudadanos en el mbito europeo. Los motivos que justifican este anlisis en la escala
europea son de distinta naturaleza. Adems de identificar los rasgos caractersticos de los
hbitos culturales de los ciudadanos europeos, como en el caso espaol comentado
anteriormente, es importante analizar cul es la percepcin de la cultura por parte de los
ciudadanos europeos, el tiempo dedicado a ella en sus diferentes manifestaciones y las
implicaciones que los resultados obtenidos tienen en relacin al tema central de la tesis
doctoral. Como se podr comprobar en el anlisis que sigue, los principales resultados de
este estudio guardan una estrecha relacin con el marco terico que contextualiza la
investigacin.
A partir de los datos del Eurobarmetro de 2011 realizado en 27 pases14 a propsito del
valor que tiene la cultura para los ciudadanos europeos, se puede realizar una
aproximacin a la concepcin de cultura, el grado de importancia que le atribuyen en la
vida cotidiana y la aportacin personal que les confiere en sus prcticas culturales. La
diferencia ms importante de este documento en relacin con la encuesta realizada por
el Ministerio de Cultura, Educacin y Deporte, consiste en que este ltimo tiene un
carcter ms estadstico mientras que el estudio de mbito europeo es una herramienta
de opinin basada en respuestas subjetivas, que ofrece por tanto, un mayor nivel de
13
Trmino acuado por Georges Henry Rivire, primer presidente del International Council of Museums (ICOMUNESCO) desde 1946 a 1965, autor de referencia en el estudio sobre el papel de los museos en el siglo XX cuya obra se
mantiene plenamente vigente en la actualidad. A l se le debe entre otras aportaciones, la creacin del concepto de
ecomuseo y la definicin de museo que utiliza el ICOM desde 1975.
14
Fuente: EUROSTAT, http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_OFFPUB/KS-32-10-374/EN/KS-32-10-374-EN.PDF.
Fecha del ltimo acceso: 1/7/2013.
65
profundidad sobre el concepto de cultura y sobre el valor que se le atribuye por parte de
los ciudadanos europeos.
En la introduccin de Cultural Statistics de EUROSTAT (2011), se indica que dicha
publicacin es ms que una actualizacin de la primera edicin publicada en el ao 2007,
debido a que incluye contenidos extrados de nuevas fuentes de informacin, sobre todo
aquellos que se refieren a la participacin cultural. As, esta publicacin presenta
informacin complementaria sobre tendencias culturales de naturaleza no tanto
estadstica como de carcter cualitativo, porque introduce informacin adicional sobre el
patrimonio cultural europeo. La inclusin de este tipo de informacin tiene como objetivo
la compensacin de la ausencia de datos que exista en este campo as como la necesidad
de profundizar en cuestiones sobre participacin cultural, cuestiones que se avanzaron en
el Eurobarmetro de 2007, sin llegar a alcanzar el nivel de profundidad conseguido en
2011.
La importancia que tiene esta publicacin para el tema central de la presente tesis
doctoral, radica en que los datos utilizados reflejan no slo la disolucin evidente entre
las fronteras de la cultura y el ocio, sino tambin el claro protagonismo que ha adquirido
la cultura en todas sus acepciones en el desarrollo de las prcticas recreativas y de ocio
habitual por parte de los ciudadanos europeos, aspectos que se vienen tratando a lo largo
del presente captulo.
Estas estadsticas culturales estudian por tanto numerosos aspectos relacionados con la
vida social y econmica en la Unin Europea. Al mismo tiempo, la adopcin de la
estrategia Europa 2020 como la poltica que ayudar a Europa a encontrar soluciones
innovadoras a los retos actuales15, subraya la importancia de la cultura en la Unin
Europea considerada como uno de los argumentos principales para conseguir un
crecimiento inteligente, sostenible e integrador.
El documento se estructura en tres grandes bloques de informacin. En el primero de
ellos, se hace una revisin general sobre el contexto cultural de la Unin Europea, con la
aportacin de datos de carcter econmico y social relativos a los veintisiete pases
participantes en el estudio, as como el nmero de lugares patrimoniales declarados
Patrimonio Mundial de la Humanidad en este mbito territorial junto a informacin
referida a cuestiones relacionadas con la educacin en la Unin Europea, como el
15
La informacin relativa a la estrategia establecida por la Comisin Europea para un crecimiento inteligente, sostenible
e integrador se encuentra en la siguiente URL. Fecha de ltimo acceso: 2/7/2013.
http://ec.europa.eu/commission_2010-2014/president/news/documents/pdf/20100303_1_es.pdf
66
La cultura ocupa un lugar importante en las vidas de los ciudadanos europeos (el
77% de los consultados as lo confirman). Este porcentaje atribuye una
importancia relevante a la cultura. De ellos, el 91% afirma que la cultura y los
intercambios culturales contribuyen a generar tolerancia y entendimiento entre
los individuos.
En relacin al grado de participacin cultural hay datos que enriquecen la reflexin sobre
la disolucin de las prcticas culturales y el ocio habituales en la vida de los ciudadanos
europeos. Entre las prcticas culturales se incluye ir al cine, asistir a espectculos en vivo,
visitar lugares de inters patrimonial y otras actividades como las pautas de lectura de
libros y peridicos. En este punto, en relacin con el tema central de la tesis doctoral, se
67
16
La fuente utilizada para la elaboracin de la parte dedicada a la participacin cultural en la Unin Europea procede de
EU-SILC (European Union Statistics on Income and Living Conditions), 2006.
68
69
relacin que existe entre ocio y cultura en las sociedades contemporneas. Por otra
parte, los ndices de satisfaccin despus de la visita son muy elevados (en los museos la
valoracin global es de un 8,2 sobre 10 puntos), debido con total seguridad a la
renovacin del discurso museogrfico derivado de la Nueva Museologa nacida a
mediados del siglo XX. Tambin se observa que la tendencia de las tasas de asistencia
anual con respecto a aos anteriores ha aumentado, es decir, que el pblico aumenta en
las actividades culturales y por extensin, aumenta su grado de heterogeneidad a pesar
de que el motivo principal de la realizacin de prcticas culturales sea en trminos
generales el aprendizaje.
Al igual que en el caso espaol, si se dirige la atencin sobre el anlisis realizado en el
mbito europeo, se observa que la cultura ocupa un lugar importante en la vida de los
ciudadanos de los veintisiete pases que participaron en el estudio. Los pases ms activos
en cuanto a la frecuencia en la realizacin de actividades culturales son los pases
nrdicos a los que se unen Reino Unido y Alemania, principales mercados emisores de
turistas a Espaa y en concreto a la Comunidad Valenciana17. En este sentido, la cultura
constituye un argumento importante para la eleccin de un destino turstico por parte de
los ciudadanos europeos, en segundo grado de importancia tras la relacin calidad precio.
A la vista del anlisis realizado, se puede afirmar que la unin entre cultura y ocio es
evidente. Esta realidad permite comentar el grado de inters que se ha mostrado en
Espaa desde hace prcticamente una dcada, por el estudio de esta relacin, desde una
perspectiva lejana a las aproximaciones existentes hasta el momento, procedentes de las
ciencias sociales. Se trata del estudio de la cultura y de las industrias culturales desde una
perspectiva econmica, fundamentalmente desde la ptica de la economa aplicada que
pasa en primer lugar por identificar el concepto de cultura hasta definir cul es en
trminos numricos la aportacin econmica de la cultura y las industrias culturales a la
produccin econmica de un territorio (Garca et al. 2009).
La Economa de la Cultura podra definirse como la rama disciplinar especfica de la
ciencia econmica que estudia desde el razonamiento terico y la verificacin emprica el
comportamiento de los hombres y de las instituciones respecto de la cultura presente y
acumulada (Herrero, 2002: 152). Esta sub-disciplina nace a partir de un estudio
publicado en 1966 por Baumol y Bowen titulado Performing Arts: The Economic Dilemma,
17
Segn los datos de El turismo en la Comunidad Valenciana 2012 los principales mercados emisores de turistas por
orden de importancia son los siguientes: Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Italia, Blgica y Noruega.
http://www.turisme.gva.es/turisme/es/files/pdf/observatorio/anuarios/Turismo_CV_2012.pdf
70
El crecimiento del gasto en ocio y cultura es progresivo en las ltimas dcadas del
siglo XX y primeras del siglo XXI, hecho que caracteriza a las sociedades
contemporneas. De ser un placer escaso, ha pasado a convertirse en una
exigencia de ocio para muchos ciudadanos ya que el ocio ocupa un lugar central
en la jerarqua de valores de los ciudadanos.
71
Dentro de los usos del ocio, el turismo se ha convertido en una de las expresiones
ms importantes de la vida contempornea y entre sus modalidades, destaca
sobremanera el crecimiento del turismo cultural.
72
trabajo de Mallor et al. (2013), en el que las autoras desarrollan un nuevo mtodo de
medicin del turismo cultural en Espaa, dado el carcter estratgico que ha adquirido
esta modalidad turstica en determinados documentos propositivos como el Plan de
Turismo 2020. A partir de un enfoque de carcter cualitativo, los indicadores de medicin
incluyen el ocio, el deporte, el patrimonio, los medios de comunicacin, el arte, los
espectculos, los museos, la educacin y la cinematografa.
73
Palma y Aguado (2010) aportan una delimitacin analtica y definen los mbitos de la
economa de la cultura de una forma clarificadora en la siguiente figura.
Asistencia/demanda
Artes visuales
Razones estticas y
demanda como
activo financiero
Valoracin y
conservacin
Patrimonio histrico
y construido
Economa de la
Cultura
Industrias culturales
Poltica cultural
Industrias creativas
Creatividad
Economa creativa
Organizacin
industrial,
localizacin, clster,
distrito cultural
Demanda de artes
escnicas
Subasta y precios de
obras de arte
Economa de
museos, festivales
culturales
Economa del libro,
economa del cine,
ciudades del arte
Poltica cultural
Es necesaria la intervencin del Estado en
los mercados artsticos y culturales?
Formas de intervencin?
La cultura como
Publicidad, diseo
factor de innovacin
grfico, moda,
arquitectura,
videojuegos
Innovacin,
Lugares de alta
productividad,
densidad cultural
crecimiento
estimulan la
econmico
creatividad que se
refleja en mayor
innovacin, mayor
actividad
empresarial y mayor
crecimiento
econmico
Temas
transversales
Enfermedad de
costos
Formacin de
hbitos y gustos
Aprendizaje a travs
del consumo
Capital cultural
Valor cultural
Instituciones
artsticas
Empresas culturales
Mercado de trabajo
Comercio
internacional de
bienes culturales
Financiacin pblica
de la cultura,
mecenazgos,
derechos de autor
Copyright
Ciudades creativas
Clase creativa
Cmo se produce y
estimula la
creatividad?
74
MOMENTO HISTRICO
Actividad agrcola
Prehistoria, Mundo
Antiguo-poca Moderna
Ilustracin
Civilizacin
Camino del progreso
Diferentes formas de vida
Cultura nacional
Cultura del pas
Consecuencias polticas del concepto
Artes superiores
Significado y conocimiento
Diferenciacin entre cultura hard y cultura
low
Industrias culturales
Siglo XVIII
Romanticismo
Nacionalismo
Siglo XIX
Siglo XX
Hasta 1970
SOCIOLOGA
ANTROPOLOGA
ECONOMA
Siglo XX-XXI
Elaboracin propia a partir de vila y Daz (2001).
75
18
Como se podr observar en captulos posteriores, la incorporacin de la cultura en las prcticas habituales de ocio
contemporneo y la transformacin de las experiencias culturales contemplativas en experiencias participativas, son
dos de los rasgos que van a caracterizar el cambio acontecido desde el mbito musestico en el siglo XX y XXI a travs de
la Nueva Museologa, la museologa crtica y la dialoga. En esta misma lnea se sita la interpretacin del patrimonio, la
disciplina que permitir revelar significados patrimoniales al pblico contemporneo que se encuentra en tiempo de
ocio, en un contexto de participacin, estimulacin y actividad.
76
que podran definir el consumo de productos culturales en un contexto de ocio son las
siguientes:
-
Una vez tratada la disolucin de las fronteras entre cultura y ocio en el siglo XXI desde la
perspectiva de la Economa de la Cultura, es importante tratar el concepto de cultura que
utilizan los investigadores de esta disciplina econmica. Una visin sinttica la aporta
Herrero (2002) a la hora de establecer el objeto de estudio de la Economa de la Cultura.
77
Este autor habla de la cultura viva, cultura acumulada y cultura reproducible partiendo de
la idea de cultura como significado, como signo de identificacin de una colectividad y
como representacin de un proceso de creacin artstica. A pesar de que la aproximacin
al concepto de cultura se realiza desde la perspectiva econmica, se acepta el trmino de
cultura como proceso y como significado. Esta acepcin implica un valor simblico que es
muy difcil de cuantificar por parte de los economistas de la cultura en la delimitacin de
los elementos analticos de la disciplina. As, la cultura viva correspondera a las artes
escnicas y plsticas realizadas en el presente. La cultura acumulada es identificada con el
patrimonio cultural, mientras que la cultura reproducible se identifica con las diferentes
formas de creatividad que no quedaran englobadas en el primer grupo.
Por el tema central de presente tesis doctoral, y tambin, por el grado de inters que
supone esta visin para el objeto de estudio de la investigacin, cabe realizar en este
punto una reflexin a propsito de la visin del patrimonio cultural como objeto de uso
social, recreativo y turstico desde la perspectiva econmica. Desde esta perspectiva de
estudio, el patrimonio cultural es cultura acumulada que constituye una oferta fija y
rgida, formada por bienes nicos (debido a su imposible reproductibilidad en trminos de
autenticidad) que tiene valor por los servicios que de ellos se derivan (Herrero, 2002). Por
tanto, se trata de un proceso econmico basado en rentas y no en precios como es
habitual en la mayor parte de los bienes de mercado.
La relacin que se establece con la demanda, es decir, con los consumidores de cultura,
se caracteriza por el carcter adictivo de este tipo de consumo, ya que se ha demostrado
que el placer de consumir cultura crece a medida que el nivel de consumo es mayor. Por
otra parte, se avanz anteriormente que, en este tipo de consumo, el individuo valora
fundamentalmente el valor simblico del bien, el peso del pasado, cuyo uso se adquiere
mediante precio, pero realmente lo que se anhela es aprehender los componentes de
valor que incorpora el bien o los servicios que de l se derivan. Por tanto, resulta muy
difcil cuantificar este carcter cualitativo intangible que tiene el consumo de cultura.
A pesar de este elevado grado de intangibilidad, el sector de la cultura genera un efecto
multiplicador importante en todos los sistemas productivos tanto directos (renta,
ingresos, empleo) como inducidos. Uno de los sectores que mayor beneficio puede
obtener derivado de la inversin en cultura es el turismo, en concreto, en aquellas reas
geogrficas que formen parte del sistema turstico de un territorio en el que se haya
invertido en poltica cultural de alguna forma (recuperacin del patrimonio histrico,
organizacin de eventos culturales, mejora de las actividades de difusin en torno al
78
79
3.-EL PATRIMONIO CULTURAL A TRAVS DE LOS OJOS DEL TURISMO: LA BSQUEDA DE LA AUTENTICIDAD
INVISIBLE. NUEVOS PATRIMONIOS
80
construccin social, idea que lleva a la afirmacin de que es posible crear nuevos
patrimonios y objetos patrimoniales a partir de la atribucin de un valor y una
autenticidad hasta el momento no identificada por parte de la sociedad, que pudieran
llegar a convertirse en nuevos atractivos tursticos. Al mismo tiempo, la orientacin
turstica de los recursos patrimoniales, en trminos generales, implica la preparacin de
los mismos para poder desarrollar un uso repetitivo, rpido, ameno y sencillo con el fin de
poder mirar el patrimonio y no leerlo (Santana, 2003a), accin que requerira por parte
del visitante una formacin, predisponibilidad y sensibilidad especial que en la inmensa
mayora de los visitantes casos no se cumple.
En captulos posteriores de la investigacin, se tratar el concepto de patrimonio cultural
y su evolucin a lo largo de los siglos, que transcurre de forma paralela a los cambios que
las sociedades han sufrido en diversos momentos histricos. Pero en este punto del
discurso, se ha credo oportuno dedicar un espacio a la forma de ver el patrimonio
cultural desde la perspectiva turstica, cmo ste se convierte en objeto de mirada
turstica y qu significa autenticidad en la relacin existente entre turismo y patrimonio
cultural. En el tratamiento del concepto de autenticidad hay que hacer referencia al
entorno sociolgico que envuelve al turismo en el contexto del postmodernismo.
Es evidente que la relacin entre turismo y patrimonio cultural es contradictoria ya que el
trmino patrimonio, como se ver con mayor detenimiento en captulos posteriores,
implica la idea de herencia y legado entre generaciones, mientras que el trmino turismo
implica dinamismo y cambio, caractersticas que se ponen de manifiesto en la evolucin
histrica de la actividad y en la ampliacin territorial y social de la misma. Por tanto, se
encuentran dos conceptos aparentemente contradictorios y que pueden ser fuente de
conflictos si se intenta relacionarlos. Sin embargo, el turismo cultural que toma como
base el patrimonio cultural en sus diferentes manifestaciones (tangibles e intangibles,
cultura hard y cultura folk), es una realidad econmica y territorial en numerosos destinos
tursticos del mundo, e incluso en otros, una opcin para renovar la imagen de los
destinos consolidados del litoral o para implantar nuevos procesos tursticos en destinos
emergentes. La clave para entender cul es la relacin entre turismo y patrimonio
cultural, se encuentra en la actitud que muestra la sociedad por el patrimonio cultural de
un lugar en el contexto de un mundo globalizado.
Como se mencion con anterioridad, parece que a mayor grado de globalizacin, mayor
necesidad muestran los individuos por aproximarse a aquellos elementos que conecten
con su pasado (Urry, 1997; Anton, 1996; Tosselli, 2006), de ah que la recuperacin y la
81
mirada hacia el patrimonio cultural haya adquirido mayor intensidad a partir del siglo XX,
momento en el que se toma conciencia de la importancia y el grado de conectividad que
posee el patrimonio cultural entre el presente y el pasado. Desde la perspectiva turstica,
esta afirmacin se manifiesta en el lado de la demanda turstica. Los individuos que viajan
muestran mayor inters por los valores sociales tradicionales y por los viajes que tengan
algn tipo de relacin con el pasado, ya que identifican la bsqueda de la autenticidad y
de la identidad como el rasgo diferenciador del nuevo turismo respecto del turismo de
masas (Nuryanti, 1996; Moscardo, 1996; Apostolakis, 2003). El nuevo turista buscar en
sus viajes experiencias culturales nuevas y profundas en todos sus aspectos, desde la
parte esttica y formal a la dimensin emocional y psicolgica (Stebbings, 1996: 948,
citado en Santana, 2003a).
En otros estudios realizados sobre la relacin entre patrimonio cultural y turismo
(Santana, 2003a, 2003b; Donaire, 2012), se afirma que, ante la facilidad de
desplazamiento de los individuos y la replicacin de ideas y productos en los destinos
tursticos caractersticos del turismo de masas, a partir de los aos ochenta y principios de
los noventa del siglo XX, la demanda empieza a exigir nuevas experiencias en los destinos
tursticos en la bsqueda de la autenticidad. Segn Santana (2003a), los nuevos productos
deban poseer la cualidad de ser ofertados aparentemente a una minora (turismo de
calidad) y de ser diferentes a aquellos que se conocan hasta el momento y que saturaban
el mercado. Este post-turista, definido por el autor como un individuo de gustos
sofisticados, vincula la bsqueda de la autenticidad a la existencia y la posibilidad de
disfrute y consumo de patrimonio cultural en el destino. Segn Apostolakis (2003), la
autenticidad es el punto donde se encuentran la oferta y demanda turstica. Esto permite
afirmar que este cliente de gustos sofisticados, sensible hacia las cuestiones relativas a los
valores sociales y patrimoniales, ser el turista cultural. Pero la inmensa mayora de los
visitantes de atractivos culturales no responden a esta definicin. Este es un aspecto que
ser tratado ms adelante, pero resulta de inters mencionar que en esta realidad se
encuentra la base para proponer la interpretacin del patrimonio como la disciplina que
con mayor nivel de eficacia puede comunicar el significado de un atractivo de inters
cultural al pblico.
Para el tratamiento del concepto de autenticidad en su relacin con el patrimonio cultural
y el turismo, se debe hacer referencia de nuevo, entre otros autores, a la extensa obra de
Santana. Este autor, desde una mirada antropolgica, ha estudiado el patrimonio cultural
en contextos tursticos, la introduccin de elementos patrimoniales en procesos
inevitables de mercantilizacin de la cultura y los efectos que esta relacin pueden tener
82
83
con estos espacios hiperreales (Aug, 1998: 63): Era ese sin duda el primer placer que
brindaba Disneylandia: se nos ofreca un espectculo enteramente semejante al que se
nos haba anunciado.
La aprehensin del valor simblico real del elemento patrimonial con la que se identifica
la autenticidad de las experiencias patrimoniales no es posible, segn las afirmaciones
realizadas por Santana desde el campo de la antropologa social.
En este sentido, existen autores que consideran que la relacin entre turismo y
patrimonio cultural es negativa. Segn estos autores, (Senabre, 2006; Morales Martnez,
2000), se ha producido una desmedida exaltacin de todo tipo de elementos que recrean
el pasado y la historia, de forma que es simplificada en exceso para hacerla comprensible
por el visitante medio para una fcil digestin por la turba turstica. Este fenmeno social
entiende el turismo como consumo de masas, trivializa el valor del pasado, lo falsea
escogiendo simplificaciones y lo enmarca como producto del ocio teledirigido. Por este
motivo, los autores citados, opinan que los modelos tursticos del patrimonio cultural y
monumental parecen haber llegado al punto crtico en que es difcil distinguir entre una
oferta con sentido histrico y cultural razonable de otros productos de inters discutible.
Existe, por tanto, una dbil lnea que separa lo que es un divertimento ligero de consumo
efmero, propio del ocio y sin intencin de profundizar ms, del afn por construir
personas con mejores conocimientos y mayor sentido crtico de la sociedad. La inclusin
del patrimonio cultural como parte del consumo habitual de ocio de las sociedades
contemporneas conlleva el peligro de convertir todo el patrimonio cultural en un
gigantesco parque temtico donde la autenticidad y la calidad estn ausentes. Morales
Martnez (2009) denomina a este fenmeno disneylandizacin, donde el parque temtico
exhibe el patrimonio cultural a partir de propuestas de naturaleza mercantilista.
En contraposicin a la postura anterior, existen estudios que analizan las diferentes
percepciones sobre la autenticidad en las experiencias culturales (McIntosh y Prentice,
1999; Halewood y Hannam, 2001; Apostolakis, 2003; Moscardo, 1996; Kolar y Zabkar,
2010; Yeoman et al. 2007). En estas investigaciones se pretende demostrar que existe una
diversidad de percepciones sobre la autenticidad de la experiencia cultural a partir de
anlisis del comportamiento y de la percepcin que sobre la autenticidad tienen los
turistas. El caso del anlisis que desarrollan McIntosh y Prentice (1999) trata de estudiar
el comportamiento y la percepcin que tienen sobre la autenticidad los turistas britnicos
en tres lugares patrimoniales de larga tradicin industrial. Segn estos autores, la
autenticidad es algo prstino, intocado y tradicional que es percibida a travs de tres
84
85
Por tanto, la visin negativa que aportaba Senabre sobre el turismo, en relacin al
patrimonio y la historia, dadas las caractersticas del perfil del visitante, puede verse
modificada con el papel que tiene la interpretacin del patrimonio en los procesos de
comunicacin del patrimonio cultural al pblico. Este autor entiende que existen dos
tipos de turismo relacionado con el patrimonio. El primero de ellos, el turismo asociado al
ocio, de consumo simple y efmero. En segundo trmino, aquel turismo que se traduce en
prcticas tursticas ms profundas, asociado a un perfil de visitante con inters elevado
por instruirse. A los efectos de la presente investigacin, las dos posibilidades son
compatibles, nicamente es necesario saber presentar y comunicar el patrimonio segn
las caractersticas del pblico, porque su heterogeneidad obliga a ello.
Como se ha podido observar, en el contexto del turismo del postfordismo, la autenticidad
adquiere otros matices diferentes a los que caracterizaban la anterior etapa fordista. En el
postfordismo se supera el modelo de autenticidad escenificada que propona McCannell,
siguiendo a Goffman, definido por las regiones frontales donde tienen lugar los
encuentros entre anfitriones y huspedes, y las regiones traseras, el espacio oculto
alejado de la mirada turstica donde realmente se mantiene la verdadera realidad social
mistificada (McCannell, 2003) Se tratara de la autenticidad objetiva (Macleod, 2006),
aquella que asume que la experiencia y el producto turstico real y genuino existe pero a
veces es difcil encontrar en la sociedad contempornea. Esta idea aplicada a las
experiencias patrimoniales culturales en un destino turstico podra identificar la realidad
social mistificada, de la que habla McCannell, con el valor simblico del patrimonio
cultural, el valor que permanece oculto a los ojos de los extraos, de los turistas y que es
precisamente para un segmento muy especfico de stos, el motivo principal de su
desplazamiento a lugares de inters patrimonial. De ah que, en las prcticas tursticas de
las sociedades modernas, el patrimonio cultural como construccin social ofrezca el valor
simblico oculto como la realidad mistificada que es la autenticidad que espera
aprehender el visitante19.
Por este motivo, los pueblos primitivos no poseen el concepto de autenticidad y, en
tanto que no son visitados, no se han visto obligados a desarrollar un sistema de delante y
detrs del escenario para proteger su privacidad20. En este sentido, Smith (1992) afirma
19
Las regiones frontales y traseras en el mbito de la antropologa cultural podran identificarse con los elementos
mentales y conductuales que describen a las culturas desde la perspectiva emic y etic (Lvi-Strauss, 1992; Geertz, 1989).
Los resultados del anlisis emic de una cultura corresponden con la visin real del mundo de los individuos estudiados.
El anlisis etic se basa en el estudio de la cultura sin la utilizacin de las categoras conceptuales, identificativas de la
comunidad, que sta acepta como real. El anlisis se realiza desde la perspectiva del observador, del husped.
20
Resulta de sumo inters la lectura de Kohl (2013) cuando explica su experiencia como visitante en los Bosques
Sagrados Mijikenda Kaya (Kenia). En este entorno natural los indgenas solo permiten la entrada a una pequea
86
87
Se trata, entre otros, del patrimonio industrial y de los elementos asociados al turismo
negro, dos tipologas de turismo cultural muy especficas que en las ltimas dcadas han
experimentado un crecimiento interesante. En cuanto al turismo negro, el creciente
inters en los ltimos aos por parte de determinados segmentos de demanda por este
tipo de elementos y lugares, responde a causas de carcter sociolgico que se explican en
el contexto de las sociedades postmodernas (Stone, 2009).
Si se aplica la visin que tiene McCanell sobre la experiencia turstica al caso de un
patrimonio especfico como es el patrimonio industrial, se podra identificar la parte
trasera de la misma con aquello que interesa al visitante y que consiste no nicamente en
explicar qu son las cosas sino cmo se hacen21. Una de las comunidades autnomas
pioneras en la creacin de un producto turstico asociado al patrimonio industrial en
Espaa es Catalua. A travs de la Xarxa de Turisme Industrial de Catalunya (en adelante,
XATIC), se ha creado un programa denominado Indstria Viva que tiene como objetivo
acercar las empresas catalanas a todo tipo de pblico para mostrar sus instalaciones y el
proceso de produccin de los productos elaborados en cada uno de los sectores
implicados en la red de trabajo (agroalimentacin, textil, metalurgia, construccin,
transporte, minera, agua y medio ambiente). Su frase promocional es fabriquem
emocions, una frase que encierra la filosofa del desarrollo de las experiencias tursticas a
partir del uso de los sentidos, estimulacin de la participacin activa del visitante, la
relevancia al ego y otras tcnicas directamente ligadas a la interpretacin del patrimonio
como proceso de comunicacin con el pblico visitante (Morales, 1998).
En el mismo contexto de la ampliacin de la mirada turstica y en la bsqueda de la
autenticidad invisible, surge una modalidad de turismo basado en la visita a lugares
relacionados con la muerte, los desastres y la destruccin (Sharpley, 2009), que crece
fundamentalmente a partir de mediados del siglo XX en trminos de oferta y de demanda
turstica. Urry (2008) se refiere a este tipo de movimientos tursticos como vacaciones en
el infierno, muestra evidente de la ampliacin de la mirada turstica, a partir de
desplazamientos basados en lugares, temas o recursos nunca antes vistos de esa forma y
mucho menos para los propios residentes, lo que resulta paradjico en los procesos de
construccin de patrimonio cultural (Santana, 2003).
Las acepciones que adquiere el trmino son muy variadas, tanatoturismo, turismo del
morbo, turismo del dolor, vacaciones en el infierno (Urry, 2008) etc., al igual que son
21
Una muestra de este tipo de visitas a la parte trasera del patrimonio industrial sera el programa Industria Viva de la
XATIC: http://www.xatic.cat/inici/indviva/mostra.php?id_pagina=26. Fecha de acceso: 4/4/2013.
88
variados los atractivos y lugares asociados a esta prctica turstica, como prisiones,
museos, memoriales, campos de concentracin, campos de batalla, cementerios, lugares
donde murieron personajes clebres, entre otros. Podramos definir el turismo negro con
el acto de viajar a lugares relacionados con la muerte, el sufrimiento y que son
aparentemente macabros (Stone, 2006). Por la temtica que acta como factor de
atraccin en los desplazamientos de determinados segmentos de demanda, puede
parecer que no guarde ninguna relacin con la disolucin de las fronteras entre ocio y
cultura en las sociedades contemporneas. Sin embargo, resulta oportuno reflexionar
sobre los orgenes del concepto de turismo negro.
Las primeras obras dedicadas al trmino turismo negro (Lennon y Foley, 2000)
consideraban los lugares relacionados con la guerra y las atrocidades en el lmite del
turismo de patrimonio, sobre todo por el potencial interpretativo que se derivaba de este
tipo de visitas. Por su parte, Asworth y Turnbridge (1996) en su artculo dedicado al
patrimonio disonante, ahondan en esta idea mediante la relacin que establecen entre
este tipo de patrimonio y la forma en la que el paso del tiempo, cuando es representado
o interpretado como un atractivo turstico, puede resultar para determinados grupos de
demanda como algo distorsionado, desplazado y despojado. Esta idea lleva afirmar a
Asworth (1996), que el patrimonio de la atrocidad es una combinacin fcilmente
comercializable de educacin y disfrute, y un poderoso instrumento para la transferencia
de mensajes polticos y sociales. Por tanto, la lnea que separara este tipo de turismo con
el turismo de patrimonio es difcil de identificar dado el componente emocional,
educativo e interpretativo que comporta este tipo de visitas.
Por otra parte, determinados atractivos tursticos pertenecientes a este patrimonio
definido como disonante forman parte de la imagen turstica de algunos destinos. Es el
caso de la ciudad de Berln, que desde que tuvo lugar la reunificacin alemana en 1990, se
ha convertido en una de las capitales europeas ms importantes en cuanto a turismo
urbano, cultural (Boniface, 2009) y tambin creativo (Richards y Wilson, 2006, 2007), se
refiere. Esta ciudad, a partir de los elementos arquitectnicos creados en el momento de
consolidacin y expansin del nacionalsocialismo (1933-1945) en Europa y de nuevas
construcciones como el memorial (Denkmal Stiftung)22 a propsito del holocausto judo,
ha generado nuevos atractivos tursticos orientados a desarrollar experiencias en el
mbito del turismo negro. El Memorial de los Judos Asesinados en Europa fue construido
en el ao 2005. Consta de un campo de estelas y un Centro de Informacin distribuido en
22
89
varias salas a modo de centro de interpretacin (sala de las dimensiones, sala de las
familias, sala de los nombres, sala de los lugares) donde se expone la informacin referida
a cada uno de los temas tratados. Con el soporte de las nuevas tecnologas, y a partir de
la amplia documentacin de carcter personal de las familias afectadas, este atractivo
turstico contiene un grado de interpretacin importante, dado el ambiente emocional en
el que se desarrolla la visita. Segn la informacin disponible en la fuente utilizada, cerca
de medio milln de personas visitan este recurso turstico en Berln.
Este caso es otro ejemplo ms de la disolucin entre ocio y cultura, o entre turismo y
cultura llegando incluso ms all. A los efectos de la presente tesis, constituye un ejemplo
que muestra cmo ciertos atractivos tursticos que adquieren este grado de atraccin por
la ampliacin de la mirada turstica, bordean las experiencias patrimoniales a pesar de ser
caracterizados como patrimonio disonante o turismo negro. En definitiva, lo que se ofrece
en este tipo de experiencias es el valor simblico del elemento, hecho histrico,
momento cultural activado o presentado. Esta experiencia se extiende hacia otros tipos
de atractivos dando lugar a una segunda acepcin del turismo negro (Donaire, 2012) en
los que la bsqueda por parte del turista se centra exclusivamente en la parte trasera de
la realidad social, en aquellos lugares no preparados para la experiencia turstica que
resultan ser el principal atractivo de la misma (como indica este autor, los tours guiados
en Delhi o los favela tours de Ro de Janeiro seran una muestra de ello).
En la bsqueda de nuevas autenticidades por parte de los turistas del siglo XXI, aparece
un nuevo tipo de turismo asociado a desplazamientos especficos que es denominado
turismo de legado. McCain y Ray (2003) afirman la existencia de este tipo de segmento
especfico de demanda a partir de una recopilacin bibliogrfica realizada sobre la
literatura existente sobre este segmento del turismo patrimonial. Segn los autores, este
segmento se compone de turistas que afirman que una de las variables ms importantes
en el momento de decisin de un viaje es visitar lugares que forman parte de su
patrimonio personal, de lo que son y de donde provienen. As, el artculo mencionado se
centra en el estudio de los barcos que parten desde Esbjerg (Dinamarca) en 2001 hacia
Nueva York, rememorando los viajes que realizaron los antepasados daneses
pertenecientes a la iglesia mormona ciento cincuenta aos antes. Esta prctica no es la
nica de turismo de legado. Como indican los autores, existen viajes especficos para la
comunidad juda americana e italiana que viajan a Europa y Oriente Medio en busca de
sus orgenes. En relacin con el turismo negro, en estos desplazamientos tambin se
incluyen viajes a los campos de concentracin donde tuvo lugar el holocausto durante la
Segunda Guerra Mundial.
90
La bsqueda de la autenticidad por parte del turista, lleva a plantear la cuestin sobre la
dicotoma entre turista y viajero. Anton y Gonzlez (2008) reflexionan sobre estos dos
conceptos, sobre las formas de mirar el territorio y los conflictos que genera la
coincidencia de ambos individuos en el lugar visitado al mismo tiempo. Segn los autores,
el viajero est situado en un plano de superioridad y esta situacin es la que le lleva a
afirmar que el turista ve una ficcin, manipulado como una marioneta por la industria del
ramo. Este elemento inferior interrumpe la visita sutil y armnica del viajero. Surgen as
diferentes estratos de calidad turstica en funcin de la inteligencia y dignidad y
autenticidad del viaje aunque, como se ha podido observar, la autenticidad es una
construccin individual y no es posible ajustarla a clasificaciones generales y vlidas para
todas las experiencias tursticas.
Siguiendo a Anton y Gonzlez, el viajero es la ms alta figura de dicha escala puesto que
se involucra en viajes verdaderos o autnticos, mientras que el turista desarrolla viajes
falsos y tpicos, segn la perspectiva del viajero. Los autores identifican el buen turista
con el viajero, aquel individuo que viaja como explorador por un mundo autntico que
descubre desde el interior. El mal turista visita lugares actuando como un observador
superficial (Santana, 2003). Las diferencias se resumiran en discernir lo autntico de lo
falso sobre la mera contemplacin pasiva. Pero esta oposicin supone limitar la capacidad
de comprensin y discriminacin de la realidad por parte de los turistas, ya que el turista
sabe cundo un decorado es falso aunque lo pueda interpretar voluntariamente como
verdadero. Como explica Aug a propsito de Disneylandia (1998: 65): Repentinamente
me pareci comprender. Cre comprender el atractivo seductor que tena ese espectculo
en su conjunto, cre comprender el secreto de fascinacin que ejerca sobre aquellos que
se dejaban atrapar por l: el efecto de realidad, de sobrerrealidad que produca aquel
lugar de todas las ficciones.
Se retoma aqu de nuevo la idea de que en el juego del simulacro o de la hiperrealidad, la
profundidad de la experiencia no es equivalente a la verdad. Por tanto, los autores
consideran invlida la distincin entre turistas y viajeros, dado que el turista acepta la
hiperrealidad como una experiencia para l autntica. Entonces qu es un turista?. Para
dar respuesta a esta cuestin, Anton y Gonzlez citan a Donaire cuando afirma que los
turistas se desplazan por una funcin recreativa (no es un antroplogo, ni una ONG, ni un
investigador social): es un turista, una persona que viaja por motivos ldicos. Y esa
persona que viaja por motivos ldicos es la que constituye como se podr comprobar
posteriormente, el pblico mayoritario de los lugares de inters patrimonial en diferentes
escalas territoriales.
91
Resulta muy interesante la contraposicin entre turista y viajero realizada por Anton y
Gonzlez (2008) aplicada al caso del turismo cultural. El viajero se asemejara al turista
especficamente cultural que desean captar todos los destinos, pero que realmente
representa un porcentaje mnimo de viajes en todo el mundo. Como se avanz
anteriormente, la realidad es bien distinta, ya que es posible encontrar turistas en
atractivos culturales con diferentes grados de motivacin y de formacin previa. La
contraposicin del buen turista que busca la autenticidad y una experiencia interior,
frente al turista que proyecta una visin superficial y estereotipada del lugar visitado. Esta
contraposicin pone en tela de juicio el concepto de autenticidad que, como se ha
comprobado a lo largo de este captulo, es muy relativo. La definicin que aporta Donaire
de turista como la persona que viaja por motivos ldicos, guarda estrecha relacin con el
concepto de visitante de la interpretacin del patrimonio. La interpretacin del
patrimonio se define como el arte de revelar in situ el significado del legado natural y
cultural al pblico que visita esos lugares en su tiempo libre23. Por tanto, para la
interpretacin del patrimonio, la experiencia patrimonial es una experiencia recreativa
que se realiza en el tiempo de ocio. Esto permite afirmar que todas las personas que se
desplazan por motivos de ocio son turistas, cualquiera que sea su motivacin y el grado
de profundidad que deseen desarrollar en su experiencia turstica.
La superacin de la autenticidad escenificada en el contexto del postfordismo significa
que en el turismo se acepta la inautenticidad de los espacios hiperreales, que son
considerados por algunos segmentos de la demanda como autnticos (Honigsbaum,
2001)24. Esto puede dar lugar a la confusin en las experiencias patrimoniales, sobre todo
cuando la presentacin (escenificaciones, audiovisuales, soportes tecnolgicos) de los
recursos patrimoniales adquiere mayor protagonismo que el recurso activado, o cuando
se ofrece el espacio hiperreal como patrimonial, cuando responde realmente a otro tipo
de objetivos y planteamientos recreativos que no guardan ninguna relacin con los
procesos de activacin patrimonial perseguidos desde la ptica de la difusin y
comunicacin de estas construcciones sociales. La presentacin y preparacin para el
pblico del siglo XXI de los atractivos patrimoniales es una premisa de partida
fundamental en la planificacin y gestin de dichos elementos ya que la calidad de la
23
92
93
necesarias para entre otras cuestiones, satisfacer a la demanda turstica, una demanda
que ha incluido entre sus prcticas habituales de ocio, la cultura derivado de la
introduccin de los criterios de sostenibilidad en turismo a partir de los aos ochenta del
siglo pasado. La incorporacin de la sostenibilidad en los procesos de planificacin de los
destinos tursticos tiene lugar principalmente por dos causas. Desde el lado de la oferta,
por la necesidad de mejorar y transformar los destinos de sol y playa caractersticos de la
fase expansiva de la actividad producida a mediados del siglo XX. Desde el lado de la
demanda, porque el turista experimenta cambios, exige otras cosas en el destino y busca
lugares donde desarrollar nuevos valores y una nueva concienciacin hacia el territorio y
los recursos all localizados (Martn de la Rosa, 2003).
Por todo lo expuesto anteriormente, la repeticin desmesurada de procesos de activacin
patrimonial en destinos tursticos consolidados y emergentes puede llevar al efecto
contrario que en principio se pretenda conseguir. De este modo, aquellos destinos que
fueron pioneros en el desarrollo de esta estrategia se ven beneficiados desde la
perspectiva de la competitividad en el inicio, pero en el momento que la estrategia tiende
a replicarse y repetirse siguiendo los mismos procesos y planteamientos, se entra en una
fase de produccin fordista de nuevo, donde los espacios ofrecen los mismos productos
patrimoniales con una nica diferencia, el territorio es el argumento singular que difiere
dentro del sistema turstico.
Como afirma Donaire (2012), este consumo turstico masivo del patrimonio cultural
implica en cierto modo la mercantilizacin de la cultura. Los productos culturales
adquieren el rango de mercanca y en este sentido, la autenticidad de la que se habl
anteriormente, es cuestionada hasta el punto de que algunos autores consideran que los
procesos de activacin convierten en muchos casos al patrimonio en un parque de
atracciones (Prats, 2005). En este punto del discurso, tiene lugar un conflicto entre
autenticidad y comercializacin del patrimonio cultural. La reconstruccin y rehabilitacin
de edificios singulares, la creacin de espacios tematizados en entornos urbanos, la
presentacin al pblico de yacimientos arqueolgicos, etc., son actuaciones que
contribuyen a la mercantilizacin de la cultura. El autor comenta el caso del yacimiento
arqueolgico de Empries, uno de los ejemplos ms paradigmticos desde la perspectiva
de la gestin del patrimonio arqueolgico en Espaa, pionero en los procesos de
presentacin de este patrimonio al pblico mediante un plan director que segua la
filosofa de los parques arqueolgicos (Pardo, 1996; Querol, 1993) en el contexto de un
destino consolidado del litoral como la Costa Brava. Define este ejemplo como un caso de
94
Homogeneizacin de la experiencia
Produccin en cadena
Autenticidad teatral
Inautenticidad o la aceptacin de la
relatividad de la autenticidad
Concentracin espacial
Delimitacin de las fronteras del turismo:
tiempos de ocio y trabajo plenamente
definidos
Difusin espacial
Fronteras imprecisas del turismo: mezcla con
prcticas de ocio cotidianas
Elaboracin propia a partir de Donaire (1998).
95
construye el propio individuo y por ello depende de cada uno. Como se ha podido
observar, la autenticidad puede ser objetiva o constructiva, pero tambin existencial,
aquella que es identificada por parte del turista como el elemento que representa el
contraste perfecto con la vida cotidiana (Macleod, 2006; Wang 1999; Steiner y Reisinger,
2006). La bsqueda de este tipo de autenticidad existencial se basa en experiencias
argumentadas a travs de sensaciones, placer y diversin, aspectos que desarrolla la
interpretacin del patrimonio como algunas de las claves para disear y desarrollar
experiencias en torno a lugares de inters patrimonial. Por tanto, el turismo ha sufrido un
evidente proceso de difusin espacial al tiempo que desde la perspectiva sociolgica, se
han establecido unas fronteras imprecisas de la actividad que se mezcla con las prcticas
de ocio cotidianas en las que las caractersticas de los individuos del siglo XXI constituyen
la base sobre la que pensar en el desarrollo de futuras experiencias tursticas.
Como se ha podido observar a lo largo de este captulo, la cultura y el ocio se presentan
como elementos mezclados, cuya unin se desarrolla paralela a la formacin del
concepto de patrimonio cultural que alcanza su expresin como construccin social en el
siglo XX. Al principio, la cultura estaba destinada a determinados grupos sociales, una
concepcin de cultura elitista y disfrutada por aquellos individuos que tenan un exclusivo
acceso a ella. Conforme se avanza en el tiempo, la cultura comienza a abrir sus puertas a
capas sociales ms amplias, al tiempo que se empiezan a formar los primeros estados
modernos durante el siglo XIX alejndose de los antiguos sistemas de gobierno
oligrquicos que utilizaban la posesin de la cultura como un instrumento ms de poder.
Ya en el siglo XX, cultura y ocio se unen, por eso no resulta complicado comprender que el
disfrute y la participacin de amplias capas sociales de la cultura en sus diferentes
manifestaciones, deje de ser una prctica elitista, para pasar a convertirse en una prctica
ms del ocio habitual. Es el momento en el que las fronteras entre ocio y cultura
desaparecen, y as se recoge en diversas fuentes que informan de las prcticas de ocio en
las sociedades contemporneas. En este sentido, hasta tal punto la cultura ha pasado a
formar parte de la parte ldica de la vida de los individuos, que surge una disciplina
econmica, la Economa de la Cultura, que analiza y estudia la cultura desde la
perspectiva econmica, de los impactos econmicos directos e indirectos que genera e
incluso del grado de repercusin que posee una oferta cultural en un destino turstico.
Por tanto, en el contexto del postfordismo aparece el patrimonio cultural como el
argumento para una forma de ocio ms entre las prcticas habituales de los individuos. Si
este tipo de prcticas son desarrolladas en la vida cotidiana, se podra pensar que las
96
97
CAPITULO 4
PATRIMONIO CULTURAL Y SOCIEDAD
Para centrar el objeto de anlisis en el marco de esta investigacin, es oportuno
introducir algunas reflexiones sobre el concepto de patrimonio cultural, su naturaleza
como construccin social as como las tendencias actuales encaminadas a la difusin de
estos elementos patrimoniales, en un contexto caracterizado por los cambios acontecidos
en los procesos de presentacin y comunicacin del patrimonio cultural dirigidos a la
sociedad en una dimensin de ocio. En este marco de trabajo centrado en la difusin
patrimonial, es importante atender a las posibilidades de gestin y uso que supone su
localizacin en espacios tursticos desde la perspectiva de la renovacin de los destinos
litorales consolidados. Por otra parte, y en sentido inverso, la localizacin de recursos
patrimoniales en entornos tursticos de estas caractersticas es una oportunidad para su
proteccin, recuperacin y activacin social.
1.-
99
100
101
funciones que dan sentido a su existencia y confirman su valor social en los siglos XX y
XXI.
En la figura que sigue se muestra de forma sinttica la primera de las etapas que se ha
reflejado anteriormente, donde el coleccionismo es el argumento para seleccionar
determinados objetos en funcin de diferentes valores que distaban mucho de la
identificacin social.
Figura 10: Nacimiento del concepto del patrimonio I: el coleccionismo como origen
MOMENTO
HISTRICO
Antigedad
Edad Media
Renacimiento
SIGNIFICADO/VALOR ATRIBUIDO
Riqueza y posesin personal
Valor econmico (dinerario), social
(prestigio), poltico (propaganda)
Coleccionismo de la Iglesia
Acumulacin de tesoros
Valor religioso y social
Valor social, poltico y religioso
Iglesia y seores
SOBRE EL PATRIMONIO
Expolio, viajes de exploracin, botines de guerra
Destruccin o fundicin, comercializacin
reutilizacin, traslado a templos y palacios
Almacenamiento sin orden alguno
Grecia: museion ptolemaico de Alejandra
Roma: Capitolio
Primeras Cmaras de las Maravillas
102
del concepto de patrimonio cultural destacamos la creacin del primer museion, trmino
del que procede la palabra museo y que en origen haca referencia a la casa de las musas.
Fue creado por los reyes egipcios de poca ptolemaica en Alejandra, la gran biblioteca
que atesor todos los libros del mundo existentes hasta ese momento25.
Ya en la Edad Media, es la Iglesia y los monarcas los que coleccionan objetos que por su
contenido esttico, histrico, artstico o raro, poseen algn inters para el coleccionista.
La funcin de estos objetos sigue siendo poltica y religiosa, ya que actan como iconos
de poder poltico y religioso sobre el pueblo llano en un contexto social en el que el tamiz
del cristianismo en Europa impregnaba cualquier aspecto de la vida cotidiana. Los objetos
se almacenaban en las denominadas Cmaras de las Maravillas, origen de las grandes
colecciones de poca renacentista. Durante el Renacimiento, las clases que ostentaban el
poder continan con el afn coleccionista de diversos objetos, fundamentalmente pintura
y escultura, cuya funcin es poltica, religiosa y social, ya que uno de los objetivos de estas
colecciones es mostrar al monarca ( y al Papa tambin) como un hombre culto. Estas
clases sociales comienzan a desarrollar el mecenazgo y la creacin de las academias,
donde se desarrollaban los valores de la cultura clsica en todas sus manifestaciones. Esta
es una de las caractersticas tradicionales del Renacimiento, el retorno a la valorizacin de
elementos que perviven de poca romana, aspecto que lleva a la aparicin del concepto
de monumento. Como podemos observar hasta el momento el coleccionismo se haba
centrado en objetos muebles y documentos que se trasladaban a las Cmaras de las
Maravillas y a los espacios precursores de los futuros museos. Durante el Renacimiento
con la vuelta a los orgenes romanos en un proceso de concepcin historicista entre la
modernidad y la antigedad, aparece el trmino monumento (del verbo latino monere
que significa advertir, anunciar o avisar). Como opina Hernndez (2002: 36) los
humanistas del Renacimiento tratan de conservar estos vestigios porque reconocen su
carcter como testimonio del pasado, aunque este se redujera slo al perodo romano y
tuviera como interpelantes a una reducida lite de la sociedad, formada por eruditos y
artistas.
Como se avanz al principio de este apartado dedicado al origen del concepto de
patrimonio, podemos dividir dicha evolucin en dos fases. La primera de ellas se
caracteriza segn lo explicado anteriormente por el coleccionismo. Una segunda fase se
caracterizar por la toma definitiva de conciencia social sobre el patrimonio. Es
25
Como explica Bolaos (2011: 8): Las musas eran las hijas de Zeus que posean el saber absoluto, slo ellas podan
soplar al odo de los hombres su dominio total sobre lugares, nombres, hechos, cosas
103
fundamentalmente a partir del siglo XIX cuando se acepta de forma plena el concepto de
monumento histrico, aunque existen algunos avances en siglos anteriores.
Figura 11: Nacimiento del concepto de patrimonio II: El patrimonio como identidad
MOMENTO
HISTRICO
Siglo XVII
Siglo XVIII
Siglo de las Luces
Siglo XIX
Romanticismo
Siglo XX
SIGNIFICADO/VALOR ATRIBUIDO
Contexto cultural caracterizado por
la secularizacin, la universalizacin
Avances cientficos
Primeros pasos hacia democracias
parlamentarias
Nueva valoracin: BIENES DE
CARCTER PBLICO
SOBRE EL PATRIMONIO
Expediciones cientficas
Excavaciones arqueolgicas con criterios rigurosos
Revolucin Francesa: el inicio del concepto de
26
patrimonio
Beneficio del inters general, nacionalizacin y servicio
a la colectividad
Primeros esfuerzos por la proteccin y difusin de la
cultura pero an se mantiene el carcter erudito y
selectivo. Alta cultura.
1793 Apertura del Museo del Louvre
Proceso generalizado de identificacin de culturas y
civilizaciones a partir del patrimonio
Conciencia nacionalista e historicista
Riegl (1903): valor de contemporaneidad (funcional y
artstico)
El patrimonio como icono de nacionalidad: inters
turstico
Primeras normativas sobre la proteccin de
monumentos histricos
Creacin de comisiones cientficas y artsticas y la Real
Academia de San Fernando
Reconocimiento de la arqueologa
1819 Apertura de la Pinacoteca de El Prado
Devastacin del patrimonio: reconstruccin. Leyes
internacionales para su proteccin y salvaguarda
Impulso democratizador de la cultura
Patrimonio histrico artstico-BIEN CULTURAL
OCIO Y TURISMO: el patrimonio como recurso turstico
El patrimonio como un fenmeno de masas:
consecuencias.
Elaboracin propia a partir de Hernndez (2002) y Llull (2005)
En poca moderna se inician las primeras grandes colecciones universales que durante el
siglo XVII y XVIII responden a criterios racionales fundamentados en la idea de que el
progreso radica en el devenir de la historia y que sta no tiene su origen en la teologa
sino en el hombre. La evolucin humana expresada a travs de diferentes momentos
culturales empieza a ser objeto de estudio. En este momento nace de forma incipiente la
26
Hernndez (2002: 70) considera tres hechos ocurridos en Pars como el detonante de la preocupacin desde la
conciencia nacional por la preservacin de los monumentos de la ciudad. Se trata de la destruccin de las puertas de
San Antonio y San Bernardo todava en pie durante el Antiguo Rgimen; la salvaguarda por parte del Ayuntamiento de
la ciudad de la columna astrolgica de Catalina de Mdicis en 1750, y la recuperacin de la fuente de los Inocentes del
cementerio del mismo nombre que fue desmantelado para construir un mercado al aire libre. En este ltimo caso, fue
la propia poblacin parisina la que reclam su proteccin. Como indica la autora, estamos ante la primera conciencia
colectiva que trata de defender unos edificios de carcter pblico.
104
27
Para conocer con mayor profundidad la evolucin de este museo, se recomienda la visita al siguiente enlace oficial:
http://www.louvre.fr/histoire-du-louvre
105
En este contexto caracterizado por la concienciacin nacional del patrimonio como bien
de carcter pblico, se ha de destacar la creacin en 1837 de las comisiones cientficas y
artsticas que dependeran de las diputaciones provinciales o los ayuntamientos. stas,
junto con la Real Academia de San Fernando (creada en 1777), sern las encargadas de
proteger, salvaguardar e inventariar el patrimonio y denunciar en numerosos casos, los
actos de destruccin que sufra (Hernndez, 2002).
Tambin en este siglo XIX, la mayora de los pases europeos comienzan a concebir el
patrimonio como un instrumento educativo para la ciudadana. Se asiste por primera vez
a la promulgacin de normativas encaminadas a la proteccin del patrimonio. De la
misma manera, hasta 1914, el museo se convierte en un instrumento socializador basado
en el historicismo como nica explicacin para la comprensin del mundo. Por ello, el
monumento u objeto se convierte en un elemento importante en la medida que
pertenece a un momento y lugar preciso, es decir, que alberga detrs una historia que
debe ser explicada en los museos. El discurso se centra en la idea de progreso. Las
colecciones son organizadas y se comienzan a realizar los primeros estudios metdicos
sobre los objetos y monumentos. El museo adquiere la categora de escaparate del
mundo al tiempo que el inters por la cultura popular y local crece paralelamente.
Ya entrado el siglo XX en Espaa, se aprueban varias normativas importantes que denotan
el inters por el patrimonio cultural que an posee la dimensin de histrico, limitando
en diversas manifestaciones culturales su inclusin en las reas de conservacin. Se
puede afirmar que el siglo XX fue el siglo en el que se reconoci la importancia de la
defensa y conservacin de la biodiversidad cultural y ello llev a su materializacin en
leyes, convenciones internacionales y acciones directas (Martn, 2007).
106
Resulta enriquecedora la lectura de Garca Hernndez (2007) por el nivel de detalle que ofrece a propsito del
rgimen jurdico del patrimonio histrico durante la II Repblica. En el texto se incluyen los antecedentes jurdicos de la
ley republicana de 1933 y otras ordenanzas, instrucciones y decretos que contribuyeron a formar un corpus jurdico
prcticamente completo.
107
En la dcada de los aos veinte y treinta del mismo siglo, la nocin del uso social del
patrimonio se ampla e intenta atender a las demandas del pblico que visita los museos
con el objetivo de equilibrar las tradicionales tareas de proteccin con la de divulgacin y
estudio de los objetos expuestos. Este objetivo inicia la ampliacin de las funciones
musesticas, centradas fundamentalmente en la proteccin y conservacin, que sern
tratadas con mayor profundidad en siguientes apartados. As el Real Decreto-Ley de 9 de
agosto de 1926 sobre Proteccin, Conservacin y Acrecentamiento de la Riqueza
Artstica, deroga a la anterior normativa de 1915 centrada exclusivamente en el
patrimonio de carcter inmueble. Esta nueva ley surge debido a la ineficacia de las
normativas anteriores y a la desproporcin que exista entre los recursos financieros
disponibles y el volumen de riqueza artstica, adems de que tambin se consideraba
fundamental la intervencin del Estado en la proteccin y conservacin del patrimonio.
Uno de los aspectos ms importantes de esta ley es que ampla el concepto de tesoro
artstico nacional con la inclusin de bienes muebles e inmuebles en la misma normativa y
adems, en el caso de los bienes inmuebles, supera la visin aislada del monumento
facilitando la incorporacin de Sitios Histricos y Conjuntos Histricos. Establece al mismo
tiempo la obligatoriedad para los propietarios de bienes inmuebles de la realizacin de las
acciones necesarias para la conservacin del edificio en el contexto de la funcin de
tanteo del Estado, por la que en ausencia de dichas acciones, es el Estado quien
interviene para conseguir el objetivo de la proteccin y conservacin. En cuanto a los
bienes muebles, se declaran imprescriptibles e inalienables, aunque permite
determinadas exportaciones con una autorizacin previa.
Aos ms tarde se promulga una de las normativas ms importantes que han existido
sobre el patrimonio histrico en Espaa. Se trata de la Ley de 13 de mayo de 1933 relativa
al Patrimonio Artstico Nacional que estuvo vigente hasta 1985 cuando se promulga la Ley
de Patrimonio Histrico Espaol. La ley de 1933, tambin conocida como ley del Tesoro
Artstico, se completa con el Reglamento de 16 de abril de 1936. El contexto poltico de la
II Repblica en el que se desarrolla la normativa, la convierte en una ley de carcter
progresista. Su premisa principal fue otorgarle a la sociedad el derecho de disfrute del
arte y de la cultura ya que se reconoca por primera vez el derecho de los ciudadanos a
acceder al patrimonio histrico (Garca Fernndez, 2007: 14). Este patrimonio se define
como los inmuebles y objetos muebles de inters artstico, arqueolgico, paleontolgico
o histrico de antigedad no menor a un siglo, o aquellos que sin esta antigedad posean
un valor artstico o histrico considerable, con exclusin, en este ltimo caso de las obras
de autores contemporneos (p. 15). As, el concepto de patrimonio histrico-artstico
108
109
Figura 12: Evolucin del concepto en las primeras normativas del siglo XX
NORMATIVA
1911-Ley de Excavaciones
29
Arqueolgicas
PRINCIPALES CARACTERSTICAS
Anlisis de los conceptos de excavacin y antigedades
Inventario o registro de ruinas y antigedades
Titularidad de los Hallazgos: Estado, corporaciones, particulares y
excavadores extranjeros (restringida)
Prioridad de la propiedad privada sobre la pblica en el caso de los
hallazgos
La gestin recaa sobre cargos honorficos
1915-Ley de Conservacin de Centrada exclusivamente en el monumento
Monumentos Nacionales Histrico- Renuncia a una limitacin cronolgica en la declaracin de
Artsticos monumentos
Inclusin de todos los estilos
1926-Real Decreto-Ley sobre Ineficacia de las normativas anteriores
Proteccin, Conservacin y Creacin del Tesoro Artstico Nacional
Acrecentamiento de la Riqueza Artstica Incluye bienes muebles e inmuebles: ampliacin del patrimonio
artstico
Sitios y Conjuntos Histricos: se supera la visin aislada del
monumento
Intervencin directa del Estado cuando el propietario no realiza las
acciones necesarias para la conservacin del edificio
Bienes muebles: imprescriptibles e inalienables
1933-Ley relativa al Patrimonio Artstico Conocida como la ley del Tesoro Artstico
Nacional Ley progresista: derecho de la sociedad al disfrute del arte y de la
(1936-Reglamento) cultura
Concepto de patrimonio: no se limita a la cronologa.
Declaracin formal de monumento histrico-artstico (antecedente del
BIC de la normativa posterior
Artculo 29: Difusin
No establece una definicin de museo ni de sus funciones
Propone la elaboracin de un Inventario del patrimonio Artstico
Nacional
Elaboracin propia a partir de Hernndez Hernndez (2002), Garca Fernndez (2007) y Muoz Cosme (2012).
110
La normativa a la que se hace referencia en estas lneas se encuentra disponible en el siguiente enlace:
http://www.mcu.es/patrimonio/docs/ley16-1985.pdf.
111
Ampliacin del concepto de patrimonio, que incluye elementos valorados por otro
tipo de criterios, no nicamente por su valor histrico o artstico. Destaca la
dedicacin especial a un ttulo para los patrimonios denominados especiales como
el arqueolgico (Ttulo V), el etnogrfico (Ttulo VI) y documental y bibliogrfico
(Captulo I del Ttulo VII).
Por la asuncin del concepto de bien cultural, el acceso al patrimonio de todos los
ciudadanos a su contemplacin y disfrute constituye una de las novedades de la
normativa.
En la figura que sigue se ofrece un resumen de las principales aportaciones de esta Ley
del Patrimonio Histrico Espaol de 1985, en la que se pretende resaltar la categorizacin
de los bienes culturales y las figuras de proteccin asociadas. Como se puede apreciar en
la imagen, desde la perspectiva de la proteccin jurdica, la primera categora est
formada por los Bienes de Inters Cultural de carcter mueble e inmueble (en adelante,
BIC), que ostentan la figura mxima de proteccin y que gozarn de singular proteccin y
tutela (Ttulo I, art. 9.1). A su vez, los BIC de carcter inmueble se clasifican en
112
Elaboracin propia.
A pesar del avance evidente que supuso para la proteccin del patrimonio histrico
espaol la promulgacin de esta normativa, por la actualizacin que implicaba en relacin
con la normativa anterior, el balance de la ley refleja aspectos que eran susceptibles de
mejora, como indica Hernndez Hernndez (2002: 210). Entre otras consecuencias
31
Como se indica en la disposicin adicional primera de la ley: Los bienes que con anterioridad hayan sido declarados
histrico-artsticos o incluidos en el Inventario del Patrimonio Artstico y Arqueolgico de Espaa pasan a tener la
consideracin y a denominarse Bienes de Inters Cultural; los muebles que hayan sido declarados integrantes del
Tesoro o incluidos en el Inventario del Patrimonio Histrico-Artstico tienen la condicin de bienes inventariados
conforme al artculo 26 de esta Ley, sin perjuicio de su posible declaracin expresa como Bienes de Inters Cultural .
http://www.mcu.es/patrimonio/docs/ley16-1985.pdf
113
negativas, destaca que slo una pequea parte del patrimonio se encontraba protegido
de forma individual a travs de la figura de BIC y adems de esta pequea parte, la
mayora de las declaraciones pertenecan a bienes inmuebles.
A pesar de las limitaciones en su aplicacin, a la vista de las reflexiones anteriores, una de
las mayores aportaciones de esta normativa sobre el patrimonio cultural espaol, es la
ampliacin del concepto de patrimonio histrico, en el que se incluye de forma indirecta,
al patrimonio inmaterial a travs del patrimonio etnogrfico, y la obligatoriedad que se
impone a los titulares de Bienes de Inters Cultural de carcter inmueble a facilitar la
inspeccin, la investigacin, el estudio y sobre todo, la visita pblica como mnimo cuatro
das al mes en das y horas sealadas, para que la sociedad pueda disfrutar de los
elementos declarados sin importar la titularidad o la propiedad de los mismos.
Como se ha avanzado anteriormente, la normativa de 1985 constituye la base legal sobre
la que se desarrollan las posteriores normativas autonmicas derivadas de la
transferencia de las competencias a las comunidades autnomas en materia de cultura y
patrimonio. La antigua figura de proteccin denominada monumento histrico-artstico
de la ley de 1933 pasa a denominarse Bien de Inters Cultural a partir de la ley de 1985,
tratamiento que se traslada a las normativas autonmicas. En el caso de la Comunidad
Valenciana, la Ley 4/1998 de 11 de junio del Patrimonio Cultural Valenciano toma como
base la normativa nacional pero incorpora algunas novedades32.
El primer cambio que se observa en la normativa de la Comunidad Valenciana en relacin
a la ley de 1985, es su propia denominacin. Se adopta el trmino cultural por
considerarlo el ms ajustado a la amplitud de los valores que definen el patrimonio que
constituye su objeto, cuya naturaleza no se agota en lo puramente histrico o artstico
(Prembulo III). Por tanto, el patrimonio cultural valenciano est constituido por los
bienes muebles e inmuebles de valor histrico, artstico, arquitectnico, arqueolgico,
paleontolgico, etnolgico, documental, bibliogrfico, cientfico, tcnico, o de cualquier
otra naturaleza cultural, existentes en el territorio de la Comunidad Valenciana o que,
hallndose fuera de l, sean especialmente representativos de la historia y la cultura
valenciana (Ttulo I, Cap. I, Art. 1.2).
Una segunda novedad es que la ley no se concibe como un conjunto de normas
exclusivamente prohibitivas aunque evidentemente dedica un espacio a las infracciones y
sanciones (Ttulo VII). En este sentido, se indica que la ausencia de la aplicacin de estas
sanciones, supondra que la normativa ha conseguido su objetivo final consistente en el
32
114
115
elemento patrimonial como BIC, implica la mxima proteccin para el objeto declarado.
De esta declaracin se derivan ciertas limitaciones y prohibiciones que inciden
directamente sobre el uso social del bien. En la figura que sigue se muestra la clasificacin
del patrimonio cultural valenciano y su distribucin en el Inventario General del
Patrimonio Cultural Valenciano, as como las figuras de proteccin asociadas a cada uno
de los grupos que se reflejan en la ley.
116
33
Los Bienes de Relevancia Local se incluyen en los Catlogos de Bienes y Espacios Protegidos elaborados por la
administracin local a travs de los Planes Generales de Ordenacin Urbana.
117
BIC
SECCIN 2
SECCIN 3
Bienes muebles
SECCIN 4
SECCIN 5
118
34
2007
Concretar y perfilar los criterios y exigencias que deben incluirse en los Planes
Especiales de Proteccin de los BIC de carcter inmueble
Ampliar los criterios de actuacin en los procesos de restauracin
Completar y perfeccionar la sistemtica del Inventario General. Espacio Etnolgico
como BIC y aparicin de categoras: Bien Inmaterial de Relevancia Local, Bienes
Muebles de Relevancia Patrimonial, Bienes del Patrimonio Documental,
Bibliogrfico y Audiovisual de Relevancia Patrimonial, Bienes Inmateriales de
Naturaleza Tecnolgica de Relevancia Patrimonial
2012
Las tres modificaciones a las que se hace referencia se encuentran disponibles en el siguiente enlace:
http://www.cult.gva.es/dgpa/juridico_c.html
119
120
1.3.- El valor del patrimonio cultural como fundamento para la gestin patrimonial.
Construccin social y difusin
En el repaso a la evolucin del concepto de patrimonio cultural realizado en el apartado
anterior, se ha tratado de forma latente la idea de valor, una caracterstica que se
encuentra estrechamente relacionada con los bienes patrimoniales. De hecho, la propia
denominacin de bien patrimonial implica la atribucin de una caracterstica especial, de
un valor que se otorga al elemento patrimonial que puede ser de distinta naturaleza, con
mayor o menor representacin y visibilidad, y que es variable en funcin del contexto
social, poltico, econmico y cultural. En este sentido, la identificacin del coleccionismo
como el criterio definidor de los primeros avances sobre el concepto de patrimonio,
implica unos valores atribuibles al conjunto de los bienes patrimoniales distinto de
aquellos que toman la identidad social como elemento que conforma, define y reafirma la
construccin del patrimonio cultural, a partir del siglo XVIII.
El concepto de patrimonio hace referencia a la idea de paso del tiempo que parece no
tener lugar en los objetos que han perdurado con el devenir de los aos. Los objetos, por
sus propiedades de materialidad y solidez, son buenos transmisores de un mensaje
histrico porque son el legado de los grupos culturales que los crearon. Son historia
materializada que sirve a los hombres del presente para relacionarse con colectivos
pasados, y reforzar la memoria histrica que con el paso del tiempo llegara a deshacerse
(Ballart y Tresserras, 2001). Esta idea enlaza con las reflexiones incluidas en el captulo
anterior en el que se explic la paradoja existente en las sociedades avanzadas del siglo
XXI que frente al incremento del grado de globalizacin y homogeneizacin cultural,
aumenta en el mismo nivel de importancia la necesidad de recuperar, fijar e identificar a
travs de los elementos patrimoniales, la identidad que hace a cada una de esas
sociedades diferente.
En relacin a la idea de paso de tiempo como elemento que da sentido y validez para
reconocer los objetos procedentes de episodios temporales pasados, resulta ilustrativa la
lectura de Gonzlez Mndez (1999). En su repaso a la variacin en la concepcin del
pasado y de otredad, como base para explicar la formacin del trmino patrimonio como
construccin social, en un espacio de su tesis doctoral dedicado al pasado en las
sociedades primitivas, a las sociedades tradicionales -la huella de los otros-, y a las
sociedades modernas o como indica la autora, las races del nosotros. En esta lnea,
aborda la formacin del concepto de patrimonio a partir del anlisis de trminos como
pasado y herencia que en numerosas ocasiones se utilizan como sinnimos, a pesar de
121
122
ningn discurso con el pasado ya que ste es un tiempo paralelo que fluye con el
presente; por tanto, el patrimonio no adquiere significado porque no representa ni
conexin ni valor. En segundo lugar, las sociedades definidas como tradicionales y
campesinas, ven en el pasado la fuente de la tradicin y de las diferencias con los otros,
de ah que el patrimonio cultural se convierta para este tipo de sociedades en un refuerzo
de la identidad. Con el paso a la sociedad moderna, el tiempo es evolucin y la historia se
convierte en la historia del nosotros, o como indica Hernando (2009), la sociedad actual
es transformacin pura. Por tanto, la memoria de las sociedades occidentales
desarrolladas es temporal, de ah que la idea de permanencia y de tiempos sin cambios
desaparezca. La individualidad se impone como el criterio que define la paradoja del
patrimonio como construccin social: a mayor grado de individualidad derivada del
aumento del control por parte del hombre de su entorno, se alcanza una mayor
desvinculacin del grupo humano al que se pertenece. Sin embargo, aumenta la
necesidad por buscar referencias que representen la memoria colectiva para no sentirse
aislado frente al mundo.
En consecuencia, el patrimonio es visto como una cadena cultural que refuerza los
cambios acontecidos en el mbito poltico y social, a partir de los elementos ms
relevantes. En las sociedades actuales el significado del pasado y sus vestigios es social y,
por extensin, incluye la atribucin de usos ms amplios que los identitarios y culturales
como los usos econmicos, recreativos y tursticos. As, como se muestra en la figura
anterior, el patrimonio es una parte reducida de la herencia sociocultural y del pasado.
Fontal (2008) entiende en este caso el patrimonio como sustantivo, que lleva a la
definicin de patrimonios todava ms especficos con la adicin de diferentes adjetivos al
trmino. Al mismo tiempo, implica la existencia del binomio valoracin-transmisin, es
decir, que el patrimonio posee unos valores, se transmite y debe ser transmitido de unas
generaciones a otras a travs de diversas vas, posee un potencial identitario que le
otorga su consideracin, y hace referencia a un contexto histrico especfico que le da
sentido.
En definitiva, la idea de un bien patrimonial da a entender que se trata de un elemento de
valor, un valor de aprecio hacia algo y un valor instrumental (Ballart, 1997) que adquiere
principalmente tres dimensiones, turstica, didctica y cientfica. El patrimonio se
presenta como una parte del pasado que forma parte de nuestro presente (Hernndez
Hernndez, 2001; Hernndez i Mart, 2008, Hernando, 2009). Precisamente porque se
mantiene en el presente es nuestra obligacin su defensa y su difusin para la sociedad
123
actual y las generaciones venideras. Los elementos patrimoniales unen al hombre del
ayer con el de hoy, posibilitando un mejor conocimiento del presente a la sociedad
actual. Aqu el patrimonio adquiere una dimensin pedaggica, ya que su valoracin,
contemplacin y su estudio contribuyen a aumentar el saber de los ciudadanos, a
incrementar su saber sobre la sociedad en la que viven y sobre otras sociedades, a
aumentar la tolerancia sobre otras culturas y costumbres, en definitiva, a formar a los
ciudadanos como individuos cultos y con capacidad de opinin (Hernndez, Hernndez,
2001; Santacana y Hernndez, 2006; Fontal, 2008).
Cabe decir que, los valores del patrimonio son intrnsecos a todos los recursos
patrimoniales aunque, dependiendo de los diferentes contextos histricos y sociales,
primarn ms unos sobre otros. Para analizar los antecedentes sobre los estudios del
valor del patrimonio, se recomienda de nuevo la lectura de Gonzlez Mndez (1999: 215235). En esta investigacin, la autora realiza un magnfico repaso a las diferentes
aportaciones relativas al valor del patrimonio cultural, nacidas fundamentalmente en el
campo de la antropologa y la arqueologa, cuyos resultados, por extensin, pueden ser
aplicados al resto de elementos del patrimonio cultural, cualquiera que sea su
adjetivacin. En este sentido, se ha credo oportuno introducir parte de la sntesis que la
autora ofrece en su tesis doctoral cuya informacin establece el punto de partida de la
presente reflexin sobre los valores del patrimonio cultural.
Martn
(1993,
1996)
Asociativo-simblico
Vnculo con otros
hombres del pasado
Simblico-asociativo
Informativo
Cualidad de ofrecer informacin
Simblicocomunicativo
Valor de uso:
Utilitario: uso tangible
Informativo: uso intangible
Informativo
Valor de uso
Esttico
Cualidad formal
y material
Esttico/artstico
Econmico
Difcil de estimar en los
bienes de disfrute social
Econmico/utilitario
Formal
No incluye el valor
econmico como valor
sino como contexto de
la actividad patrimonial
Valor de
consumo
Fuente: Adaptacin a partir de Gonzlez Mndez (1999: 226) y Martn (1993, 1996).
A la vista de la informacin anterior, Lipe fue el primer autor que analiz el valor del
patrimonio desde una perspectiva social, a pesar de que ste posee una dimensin
econmica innegable en relacin a los usos econmicos que a propsito de los bienes
124
patrimoniales se desarrollan (lase el uso recreativo y turstico, por ejemplo), pero que en
bienes de disfrute social, es difcil de estimar. Para este autor, los valores del patrimonio
son tres. El primero de ellos es el asociativo-simblico, el valor que posee el patrimonio
por constituir el vnculo entre el hombre del presente y del pasado. El valor informativo
significa la cualidad del patrimonio cultural de ofrecer informacin cientfica,
fundamentalmente. En ltimo lugar, el valor esttico hace referencia a la cualidad formal
y material del elemento patrimonial, al atractivo visual que genera por sus caractersticas
formales.
La siguiente aportacin ofrecida por Price no difiere sustancialmente de la anterior,
aunque cabra resaltar las posibles discrepancias que pueden surgir segn dicho autor
entre el pblico y los profesionales en el momento de apreciar los valores y seleccionar
los elementos patrimoniales, dado que la construccin del patrimonio es social. De ah las
diferencias de opinin en casos de salvaguarda y proteccin de elementos que quiz no
sean igualmente valorados por toda la comunidad.
Ballart (1997, 2001) ofrece la tercera aportacin sobre los valores del patrimonio cultural
basada en parte en Lipe. En primer lugar, el valor de uso alude a la valoracin
instrumental que otorga al recurso la categora de ser un medio y no un fin en s mismo.
Puede ser un uso utilitario de carcter tangible o un uso informativo de carcter
intangible. El primer uso es fcilmente apreciable porque se reduce a la utilizacin del
objeto con fines instrumentales para satisfacer alguna necesidad concreta. El uso de la
intangibilidad encuentra su origen en la informacin que proporciona el objeto si es
sometido a estudio cientfico. Desde el mbito de la arqueologa de donde parten los
estudios citados, este tipo de valor interesa de manera especial porque el elemento
patrimonial arqueolgico analizado y estudiado a partir mtodo arqueolgico, se
presenta como una fuente de informacin indispensable en el contenido del mensaje
histrico que se ha de transmitir al pblico a travs de diferentes herramientas como la
interpretacin del patrimonio, que ser tratada en apartados posteriores. A modo de
avance, se trata de presentar al pblico el mensaje interpretativo consustancial a la
comunicacin del valor del patrimonio cultural como el vehculo de acercamiento ms
importante entre el patrimonio y los visitantes. El valor de uso intangible (informativo de
Lipe) de un elemento patrimonial debe estar orientado a la comunicacin del significado
del monumento a la sociedad, teniendo en cuenta que este mismo entorno social
determinar los protagonistas del proceso de comunicacin, incluyendo la dimensin
turstica como una importante fuente de visitantes.
125
El segundo tipo de valor al que alude Ballart es el valor formal. Este valor hace referencia
al grado esttico del objeto, es decir, a la atraccin que despierta en los sentidos, aquello
que capta la atencin visual, que puede ser de mayor o menor espectacularidad en
funcin del estado de conservacin del objeto. Este aspecto es importante
fundamentalmente en el tratamiento de determinados elementos como los
pertenecientes al patrimonio arqueolgico debido a que generalmente, no se
caracterizan por poseer un nivel de monumentalidad y de lectura relevante. Sin embargo,
a los efectos de la presente investigacin, el patrimonio arqueolgico de la provincia de
Alicante constituye un argumento temtico patrimonial de relevancia, dadas las
caractersticas de presentacin y preparacin para la visita de determinados elementos
arqueolgicos que pueden constituir un tema prioritario en los procesos de renovacin de
este destino litoral.
El valor simblico-comunicativo de Ballart hace referencia a la relacin que establece el
patrimonio entre el pasado y el presente. Este nexo de unin transmite ideas y
contenidos, posee un significado que debe ser interpretado para poder ser comprendido
y para que su funcin educativa se cumpla. En palabras de Martn (1993: 6) el objetivo
ltimo de la difusin del patrimonio histrico es el conocimiento de la historia. Segn
este autor, los objetos, las tradiciones y el paisaje, no tienen valor por lo que son sino por
lo que representan. Por tanto, conceptos de carcter subjetivo como antigedad o
belleza, que en un momento definan al patrimonio y determinaban su mbito de
proteccin a travs de las diferentes normativas promulgadas, son superados y apartados
en el momento de afrontar un proceso de gestin patrimonial. Este mismo autor
introduce dos conceptos que considera opuestos sobre los tipos de valor del patrimonio,
el valor de consumo y valor de uso (Martn, 2002). Este ltimo hace referencia al valor de
identidad cultural que tiene para la comunidad, aquello que Ballart, heredado de Lipe,
denomin valor simblico (Ballart, 1997; Ballart et al., 1996).
El valor de consumo hace referencia a aquellos bienes que representan un atractivo por
su valor artstico o por diferentes caracteres de autenticidad, originalidad, o
extravagancia. Segn Martn (1993: 6), el tratamiento de este patrimonio se encaminar
fundamentalmente a congelar situaciones valiosas que pongan en valor los objetos
de mayor atraccin y por tanto crear una falsa identidad. El valor se relaciona
nicamente con su dimensin econmica, con la productividad, dando lugar incluso a la
posibilidad de que se desvirte la imagen del objeto para adaptarlo a las necesidades
econmicas. Aqu, como en Ballart, la dimensin econmica del patrimonio no se
identifica como valor sino que se admite en el contexto evidente de la propia existencia
126
Martn (1993) toma como referencia a George Herni Rivire, precursor de la Nueva Museologa y responsable de
nuevas acepciones del concepto de patrimonio y de museo.
127
haya ligado (Weaver, 2011). Esta actitud ante el patrimonio, el grado de identificacin
que la sociedad siente sobre su patrimonio cuando es aceptado como construccin social,
aclarara cuestiones importantes sobre la evolucin de dicho legado cultural en la
sociedad, la desaparicin de numerosos ejemplos pertenecientes a este conjunto de
bienes y el futuro que espera a aquellos que en la actualidad todava pueden ser objeto
de uso social o de aniquilacin. En palabras de Gonzlez Mndez (1999: 190):
se hace bastante claro que nuestra aproximacin y valoracin del patrimonio, la de las
sociedades occidentales desarrolladas, no es sentimental o afectiva, ni tampoco
integradora ya que no forma parte de nuestra vivencia social, sino que es
fundamentalmente una vivencia intelectual y en gran medida ideolgica. Pero adems,
este vnculo que ya no es afectivo sino intelectual, no es generalizado, funciona slo para
una parte del conjunto de la poblacin, aquella interesada en o conocedora del pasado.
El texto anterior ofrece una reflexin que se comparte, aunque merece una
puntualizacin. Como refiere Martn (1993), Gonzlez Mndez (1999) opina que la base
de la atribucin de un valor a determinados elementos del patrimonio cultural est en la
propia sociedad que es poseedora de esos bienes y que no tiene sentido iniciar procesos
de recuperacin, proteccin y salvaguarda de elementos patrimoniales que no se sienten
como propios por la comunidad. Pero ante la desaparicin o aniquilacin de ciertos
elementos por las imposiciones de rentabilidad econmica de otras actividades, es verdad
que una pequea parte de la sociedad (los conocedores, especialistas, cientficos
dedicados a este campo de trabajo) se convierte en protectora y defensora del conjunto
de bienes que no es considerado as por la sociedad. Como indica Gonzlez Mndez
(1999: 190), si el patrimonio fuese ampliamente significativo para la sociedad, su vala no
necesitara ser objeto de propaganda y divulgacin es decir, no sera necesario realizar
acciones de propaganda y de difusin. Sin embargo, podra plantearse la cuestin de
forma contraria, es decir, si las acciones de difusin y los procesos de comunicacin
tuviesen como objetivo prioritario la sensibilizacin y concienciacin de la ciudadana
para lograr la construccin de un conocimiento significativo, quiz no habra que
lamentar la desidia y el descuido por el patrimonio cultural en las sociedades
occidentales.
En este sentido, resulta ilustrativo el estudio de caso analizado por Morate (2007) a partir
de una investigacin desarrollada por el Programa de Conservacin del Patrimonio
Histrico Espaol de la Fundacin Caja Madrid durante el ao 2006. La finalidad de la
investigacin consista en profundizar sobre el verdadero significado que el patrimonio
tiene para la sociedad, un campo que el autor considera una laguna en los estudios sobre
128
el patrimonio y su uso social. Este estudio de carcter cualitativo, mostr como principal
conclusin que cualquier poltica de proteccin y fomento sobre un bien patrimonial que
no gozase del aprecio de la sociedad, estaba condenada al fracaso tan pronto como esta
poltica entrase en contradicciones con otros intereses percibidos como mejores37. La
investigacin mostr un elevado nivel de sensibilidad social acerca de la importancia de la
conservacin del patrimonio pero sin embargo, se observ al mismo tiempo el elevado
grado de desconocimiento social sobre los problemas que plantea la conservacin del
patrimonio histrico. Del mismo modo, el concepto de patrimonio histrico que se
derivaba del estudio era un concepto amplio que no se circunscriba exclusivamente al
patrimonio histrico y monumental. La valoracin y estima observada sobre las
oportunidades de ocio y disfrute que ofreca el patrimonio tambin eran elevadas aunque
no se perciba que la sociedad civil pudiese ser responsable de la conservacin del
patrimonio, aspecto que la muestra entrevistada adjudicaba indefectiblemente al Estado
y a otros organismos como las fundaciones.
De ah que uno de los elementos fundamentales de la dimensin simblica del
patrimonio, sea la presencia de los protagonistas en cualquier proceso de activacin
patrimonial. La participacin de la sociedad en las decisiones sobre su propio patrimonio
lleva a entender el patrimonio cultural como un elemento dinmico que es utilizado por
parte de la comunidad que lo ha creado y que asume como propio por ser la
representacin de la memoria colectiva. Por este motivo, se deben aceptar los cambios
que le sobrevengan, de adaptacin a las nuevas necesidades, transformaciones
funcionales, etc., siendo necesario hallar la solucin que permita el delicado equilibrio
entre la preservacin de la identidad y los necesarios cambios (Martn, 2002: 4).
El valor simblico resulta complicado de comunicar a aquellos individuos que no lo
sienten como propio. Es difcil traducir, interpretar y comunicar que el patrimonio en sus
distintas manifestaciones no tiene valor por lo que es sino por lo que representa. El
patrimonio da cuenta de lo que fuimos y que ya no somos, de lo que queda, de lo que
hace fuerte a nuestro grupo y diferente a los dems. Esta realidad supone avanzar en la
valorizacin del patrimonio, alejando las premisas de actuacin de cuestiones nicamente
relacionadas con la antigedad y la belleza, centrando el modelo de valorizacin en el
grado de representacin social del objeto en cuestin para informar sobre aspectos
histricos de la poca que pretende ensear. Por ello, es necesario dotar de la
preparacin necesaria para interpretar los objetos y los hechos histricos a aquellas
37
En esta lnea se podran intuir las causas del desapego y la destruccin del patrimonio cultural en contextos tursticos
del litoral como es el caso del destino de la Costa Blanca, por ejemplo, en el que otros intereses econmicos camuflados
de inters social, se han mostrado ms rentables en la ocupacin y el uso del territorio.
129
personas -visitantes, pblico, audiencia, turistas- que no cuenten con la formacin previa
que les permita decodificar la informacin de los mismos.
Los valores que se le atribuyen al patrimonio deben ser tenidos en cuenta en el momento
de establecer cualquier modelo de gestin. Con ello queremos incidir en que actualmente
la extensin del consumo de productos culturales ha conllevado problemas en la
conservacin de los recursos derivados la mayora de la veces de una sobreexplotacin
con tintes economicistas (Ballart, 1999), donde se ha primado ms la rentabilidad que la
calidad de la experiencia cultural. Una postura intermedia sera la solucin adecuada para
la conservacin y uso social del patrimonio. Por ello, esta rentabilidad econmica no ha
de ser el uso que predomine en la gestin del patrimonio, sino que es necesario lograr
una rentabilidad de carcter social a largo plazo sobre la que se establezcan los
mecanismos oportunos para la conservacin y proteccin de los recursos culturales
dentro del marco de la sostenibilidad.
La existencia de valores en el patrimonio cultural y la necesidad de comunicarlos a la
sociedad implica necesariamente desarrollar procesos de gestin. La gestin se podra
definir como la accin mediadora entre el patrimonio y la sociedad (Martn, 2007), que
implica documentar, valorar, interpretar, manipular, producir y divulgar no el objeto, sino
ms bien un modelo comprensible y asimilable de dicho objeto en relacin con el pasado
histrico y su medio presente. El mismo autor afirma que la gestin del patrimonio como
un proceso integral, que implica comprender el trabajo en torno del patrimonio como
una cadena o sucesin de trabajos que se inicia con la identificacin y la recuperacin del
registro, contina con su estudio y valoracin, ofrece soluciones a la administracin actual
de los bienes que lo integran, posibilita su revalorizacin y rentabilizacin como recurso
cultural y culmina con la difusin (2002: 3).
Tradicionalmente dicha gestin se limitaba a la aplicacin de medidas de proteccin y
conservacin de los elementos que deban ser objeto de salvaguarda por parte de las
autoridades competentes en materia de patrimonio y cultura. Esta prctica tena su
reflejo en la promulgacin de normativas conducentes a apoyar jurdicamente dichas
acciones, obviando el protagonismo de la difusin y la comunicacin del patrimonio en el
marco del proceso de gestin patrimonial. Conservar y proteger constitua el objetivo
fundamental, alejado de planteamientos que pusieran en contacto a la sociedad con los
elementos que eran objeto de proteccin y conservacin. Pero desde hace unas dcadas
el patrimonio cultural es visto como un activo social y econmico que puede formar parte
del sistema productivo de la escala de anlisis que se trate, dando lugar a una visin
130
131
132
A propsito de la didctica del patrimonio se recomienda la visita a la URL de DIDPATRI, grupo de investigacin de la
Universidad de Barcelona que viene desarrollando desde hace ms de una dcada una brillante y amplia produccin
cientfica al respecto, con la participacin de ms de una veintena de investigadores, dirigido por Hernndez Cardona.
Toda la informacin actualizada de los proyectos y actividades que realizan se encuentra en: http://www.didpatri.cat/
133
134
Con la intencin de no ser reiterativos, remitimos al lector al captulo anterior donde se dedic un apartado al
concepto de autenticidad del patrimonio.
135
aparente interactividad.
A lo largo de este apartado se ha desarrollado la idea de valor del patrimonio cultural, en
sus dimensiones formales, simblicas y de uso a partir de las diferentes apreciaciones de
autores de referencia. Como se ha mostrado, la conexin de estas dimensiones del valor
del patrimonio cultural con la sociedad, es evidente. Se entiende, que el patrimonio es
una construccin social y por este motivo, ha de ser comunicado y difundido entre el
pblico general (audiencia, turistas, visitantes) en un proceso integral de gestin
patrimonial en el que las funciones y objetivos de dicho proceso pasan por la proteccin y
conservacin de los recursos patrimoniales en el mismo grado de importancia que la
difusin. En apartados posteriores, se analizar el patrimonio cultural en el contexto de
las tendencias que caracterizan a la Nueva Museologa como la disciplina que aporta una
visin integral de las nuevas formas de presentacin del patrimonio, basadas en la propia
definicin de patrimonio como construccin social, y cmo evoluciona esta aportacin
museolgica hacia la dialoga en los museos del siglo XXI. Seguidamente, se dedica un
apartado a la interpretacin del patrimonio, entendida como una disciplina cuyos
objetivos, programas, recursos y tcnicas interpretativas ofrecen numerosas posibilidades
para una correcta, innovadora y eficaz comunicacin del valor del patrimonio cultural al
pblico visitante, que se encuentra en un contexto de ocio y recreacin y que demanda
experiencias emocionales y sensoriales en el marco del uso del patrimonio en la
postmodernidad.
136
2.- NUEVA MUSEOLOGA Y MUSEOLOGA CRTICA COMO FORMAS DE PRESENTACIN Y COMUNICACIN DEL
PATRIMONIO CULTURAL EN EL SIGLO XXI
La museologa es una ciencia aplicada, la ciencia del museo. Estudia su historia y su rol
en la sociedad, las formas especficas de investigacin y de conservacin fsica, de
presentacin, de animacin y de difusin; de organizacin y de funcionamiento, de
arquitectura nueva o musealizada, los sitios recibidos o elegidos, la tipologa, la
deontologa.
(ICOM, 2010: 57)40.
En el contexto de la incorporacin de la cultura en el ocio cotidiano de las sociedades
contemporneas, que se trat con mayor profundidad en captulos anteriores de la
presente tesis, y en relacin con el concepto de patrimonio cultural y los diversos usos
que sobre l pueden desarrollarse, es imprescindible en este punto del discurso dedicar
especial atencin a los museos, como instituciones aglutinadoras de patrimonio cultural
desde sus orgenes. Adems de su funcin conservadora e investigadora inicial
desarrollada en el museo templo, en la actualidad se acepta por la comunidad cientfica
especializada en museologa, que el museo debe desarrollar otras funciones que se
igualan en la misma escala de jerarqua funcional a la conservacin y la investigacin
como son la difusin y la comunicacin. A lo largo de este apartado, se observar que la
evolucin del concepto de museo ha ido caminando de forma paralela a la evolucin del
concepto de patrimonio; que museos y patrimonio se desenvuelven en el mismo contexto
social y que por este motivo han de sufrir cambios, modificaciones y adaptaciones en su
acercamiento a la sociedad. En palabras de Hugues de Varine los museos no existen de
forma aislada con respecto a lo que sucede en el mundo. Por ello, si queremos
comprender su evolucin y la evolucin de la museologa en los ltimos cincuenta aos,
debemos fijarnos en los grandes acontecimientos que han marcado el mundo a lo largo
de este perodo (2007: 20). En este sentido, el autor se refiere a hechos histricos
caractersticos del siglo XX como, por ejemplo, los procesos de descolonizacin en India y
frica, que liberaron a los museos nacionales del eurocentrismo; la multiplicacin de los
museos al aire libre en el norte de Europa por el creciente inters sobre las sociedades
rurales y preindustriales, y la creacin de numerosos museos nacionales que tienen como
objetivo la reivindicacin de identidades del mismo carcter.
40
El Comit Internacional del ICOM para la museologa (ICOFOM) elabor este documento en 2010 que se encuentra
disponible on line: http://icom.museum/normas-profesionales/conceptos-claves-de-museologia/L/1/. Sus directores
son Andr Desvalles y Franois Mairesse. Fecha del ltimo acceso: 18/9/2013.
137
En este sentido, la museologa y la museografa son dos conceptos que han cambiado
sustancialmente desde mediados del siglo XX. Segn afirma Desvalles (1993) el
coleccionismo y la conservacin no son suficientes para definir la especificidad de la
institucin museal, a mediados del siglo XX, en un momento en que la figura del museo
haba experimentado escasas transformaciones, mientras que la museologa y
museografa eran dos conceptos sumidos en un proceso de cambio irreversible. Hoy, se
puede definir la museografa como el conjunto de tcnicas desarrolladas para llevar a
cabo las funciones museales y particularmente las que conciernen al acondicionamiento
del museo, la conservacin, la restauracin, la seguridad y la exposicin (ICOM, 2010:
55). Es, en definitiva, la prctica del museo. Tiene otras acepciones, como se indica en la
referencia citada, que se relacionan con la escenografa y la arquitectura y que guardan
estrecha relacin con la museografa, ya que en la ampliacin de funciones del museo, es
necesario el tratamiento interdisciplinar de las colecciones, con el objetivo de facilitar la
comunicacin de ideas al pblico. Es importante definir ambos conceptos para facilitar la
comprensin de las reflexiones tericas que sobre la Nueva Museologa se tratan
seguidamente.
Para entender este proceso evolutivo de la museologa, se debe hacer referencia a la
figura de George Henri Rivre, muselogo francs considerado el precursor de la Nueva
Museologa. Esta disciplina nace en el plano terico a mediados del siglo XX como una
postura crtica y revulsiva hacia la filosofa museolgica tradicional que exista hasta el
momento, en una poca de cambios sociales que transformarn el panorama patrimonial
y musestico hasta la actualidad. El trabajo de George Henri Rivire es fundamental para
entender la museologa del siglo XXI ya que, a pesar de los cambios en las
denominaciones en las aproximaciones a la disciplina museogrfica y museolgica
(museologa crtica, museos de nueva generacin, etc.), la raz contina siendo la misma:
las aportaciones y reflexiones tericas que este muselogo francs avanz a mediados del
siglo XX y que continan plenamente vigentes en la actualidad.
Sin embargo, tambin la Nueva Museologa ha sido cuestionada por la denominada
museologa crtica desarrollada a partir de aquella, pero no de forma contrapuesta sino
como una evolucin natural de la museologa en el contexto de las sociedades
postmodernas, cuyas caractersticas ms relevantes en relacin al concepto de cultura y
de patrimonio se trataron en captulos iniciales de la presente investigacin. Se trata de
una nueva corriente de pensamiento que pretende responder a la pregunta de cul es el
papel de los museos en el siglo XXI (Flrez, 2006).
138
Estas palabras de George Henri Rivire expresan de forma resumida y muy clarificadora
cul debe ser la razn de ser de un museo en el contexto de las sociedades
contemporneas, a quin debe ir dirigido y cmo se han de organizar las actividades
mediadoras entre el museo y el pblico, fundamentalmente a partir de la exposicin. De
ellas se desprende que el concepto de difusin del patrimonio debe ser una accin ms
dentro del proceso de gestin museolgica. Estas ideas, que surgen a mediados del siglo
XX, supusieron una revolucin en el mbito de la museologa, dando lugar a la Nueva
Museologa en contraposicin a la museologa tradicional. Cabe decir que en el siglo
actual, su vigencia es plena hasta el punto que ha evolucionado hacia la denominada
museologa crtica, que como se avanz anteriormente, no nace como contraposicin a la
Nueva Museologa, sino que es un estadio ms de la propia evolucin de la relacin entre
el museo y la sociedad.
De esta definicin se pueden extraer varias conclusiones importantes que anticipan la
relacin que se establecer a lo largo de estas lneas entre el museo y los nuevos espacios
expositivos existentes en el siglo XXI, con la presentacin y adecuacin de los mismos en
funcin de las caractersticas del visitante y de la consideracin actual de estos espacios
culturales, aspectos caractersticos de la Nueva Museologa. En primer lugar, no es tan
importante el nmero de objetos o de bienes expuestos como aquellos que son
seleccionados por su grado de representatividad en relacin al tema de la exposicin y
por la atraccin que puede generar en el visitante. En segundo trmino, el museo deja de
ser un espacio cerrado, restringido, destinado a los investigadores para convertirse en un
lugar de encuentro social, donde el pblico pueda relacionarse con el patrimonio cultural
41
Espinosa (2002a: 14) explica las consecuencias de las grandes exposiciones o blockbuster exhibitions es decir,
exposiciones bomba demoledora de la que no se lleva mucho ms que un dolor del pies, una espera de varias horas
() y por supuesto el catlogo ciertamente caro pero que constituye el necesario trofeo.
139
Se trata de la publicacin George Henri Rivire. La museologa. Curso de museologa. Textos y testimonios, Editorial
AKAL, 1993. Ha resultado un material imprescindible para conocer el marco terico de esta disciplina en relacin a su
creador y supone una obra de referencia porque recoge los testimonios directos de sus propios alumnos.
43
http://www.ecoledulouvre.fr/es/escuela-del-louvre. Fecha del ltimo acceso 13/9/2013.
140
En 1927 recibe de su amigo Christian Zavros el encargo de escribir un artculo sobre arte
precolombino del Museo de Etnografa. Tras su primera visita al mencionado museo,
propone realizar una exposicin con prstamos de obras de otros museos y organismos
nacionales e internacionales (Biblioteca Nacional de Francia, Museo de Antropologa de
Mxico, entre otros). En 1928 se inaugura la exposicin con un gran xito de pblico
especializado y profano y, en ese mismo ao, es contratado para reorganizar el Museo de
Etnografa del Trocadero. En este momento, comienza la revolucin en torno al concepto
de museo y de museologa. Toma partido por la idea del objeto-testimonio, que una vez
expuesto deber ensear ms que gustar (p. 30). Este museo pasara a convertirse en el
primer gran museo-laboratorio, y tambin lugar de exposicin, centro de investigacin,
conservatorio e institucin educativa. En este punto se debe sealar una cuestin a
nuestro modo de ver importante. Se trata de la postura que defiende en este momento
del relanzamiento del Museo de Etnografa, posteriormente el Museo del Hombre. G. H.
Rivire centra su atencin ante la comunidad cientfica de expertos en museologa sobre
el peligro de desaparicin de las culturas agrarias y artesanales en Europa, que si haban
sobrevivido a la Revolucin Industrial no sobreviviran a la revolucin tecnolgica de la
segunda mitad del siglo XX. Por tanto, apuntaba con esta afirmacin a la ampliacin del
concepto de patrimonio en el que ya no se incluan nicamente objetos trados a partir de
expediciones arqueolgicas a Amrica, frica y Oceana, sino que el patrimonio ms
cercano en el tiempo, estaba en riesgo de desparecer, y tambin era fundamental su
conservacin: A veces se burlaba de m porque yo coleccionaba calentadores para la
cama y planchas de hierro, pero comprendieron ms tarde que yo lo que haca era
conservar, simplemente, sus races (p. 31).
Siguiendo esta lnea de trabajo, entre 1947 a 1963 inicia y desarrolla el proyecto de
creacin del Museo de Artes y Tradiciones Populares en el Bois de Boulogne. Se trata del
museo que expresa de forma real cul era su idea de museo. Un museo localizado en un
emplazamiento poco popular pero que prevea terminar con la construccin de unas
casas rurales a modo de museo al aire libre; una idea que, por su trayectoria y formacin
etnogrfica, sera una de sus mximas aportaciones a la museologa. Este museo se
estructuraba en una galera para el gran pblico, una galera de estudio, sala de
exposiciones temporales, auditorio, biblioteca, archivos, fonoteca, laboratorios de
restauracin, etc. Se trataba de un museo en el que se pudieran desarrollar todas las
funciones en torno a la conservacin, presentacin, investigacin y difusin del
patrimonio cultural. Entre 1964 y 1966 desarrolla otro de los proyectos que anticipan la
figura del ecomuseo, otra de sus grandes aportaciones a la museologa. Se trata de la
141
El objetivo principal del museo es el pblico, para ello deber desarrollar sus
programas expositivos a partir de una museografa didctica.
44
142
45
143
(Montceau), que crean una comunidad urbana con el objetivo de dar respuesta a la
situacin de crisis que sufra el territorio por el desmantelamiento de las actividades
econmicas antes mencionadas a travs del compromiso por compartir responsabilidades
y competencias; sobre todo en la creacin de equipamientos y la prestacin de servicios.
Por tanto, es un territorio con un rico patrimonio material vinculado a estas actividades
industriales, que comparte una cultura comn y se estructura a partir del Canal del
Centro como va principal de comunicacin. En el Chteau de La Verrerie de Le Creusot
est ubicado el Museo del Hombre y de la Industria, una de las instalaciones culturales
que fueron creadas para valorizar parte del patrimonio material de la zona, que junto a
otros equipamientos localizados en Montceau-les-Mines, Ciry-Le-Noble, Ecuisses y Blanzy,
se agrupan bajo la denominacin del citado ecomuseo (Caizares, 2011).
Realmente, como indica Hugues de Varine (2007), el vocablo ecomuseo surge para
denominar a las casas que existan en esos parques naturales regionales franceses, pero
el oportunismo poltico y administrativo hizo que el museo de Le Creusot recibiera esa
denominacin a pesar de que no cumpla las condiciones de dicha categora (de Varine,
2007: 21)46. En la misma referencia bibliogrfica, el autor ofrece una definicin propia
actualizada del trmino ecomuseo: un museo normal es un edificio, una coleccin, un
pblico. Un ecomuseo es un territorio, un patrimonio, una comunidad (p. 23). Incluso
propone nuevas denominaciones para aquellos casos que no renen los principios del
ecomuseo (museo comunitario, museo del territorio, museo temtico).
Uno de los aspectos ms importantes que cabe resaltar de este museo integral, es la
participacin de la comunidad local en la organizacin, funcionamiento y gestin del
ecomuseo, aspecto innovador que realmente abre las puertas del museo a la sociedad,
dando lugar a un modelo de museo muy alejado del museo-templo erudito dirigido a un
pblico muy especializado. Se trata de interpretar el medio ambiente cultural y natural en
el espacio y en el tiempo, con la participacin de la comunidad poseedora de este
territorio. El ecomuseo centra su atencin en todo tipo de pblico (poblacin local,
turistas, pblico escolar, etc.), tal como entenda su impulsor y desarrolla todo tipo de
acciones para facilitar el conocimiento y la comprensin de la identidad cultural del
hombre.
Estos antecedentes museolgicos, unidos al contexto social iniciado en mayo de 1968 en
Francia, provocan que el concepto de museo y sus funciones sean cuestionados de forma
radical. Esto lleva a la celebracin de la Mesa Redonda de Santiago de Chile en 1972
46
Hugues de Varine (2007) lo define como omni: objeto museolgico no identificado, p. 21.
144
145
47
http://es.scribd.com/doc/3162104/DECLARACION-DE-QUEBEC-1984-Principios-Basicos-de-una-nueva-museologia.
Fecha de ltimo acceso: 17/9/2013.
146
NUEVA MUSEOLOGA
Museo-templo
El protagonista es el objeto
Museo-comunicador
Protagonista el pblico, usuarios,
comunidad
Medio para explicar la realidad e
identidad
Difusin y comunicacin como
funciones prioritarias
Fin en s mismo
Funciones tradicionales de
conservacin e investigacin
Contemplativo
Participativo e interactivo
Exposiciones permanentes
Actividades temporales
ECONOMUSEOLOGA
Museos edificio
nica tipologa
El pblico es el objetivo
Es el sentido del museo
Bsqueda de segmentos de
mercado
Musealizacin del territorio
Nuevas tipologas y diferentes
denominaciones
CARACTERSTICAS
-Contextualizacin
explicar ideas
de
los
objetos
para
147
148
2.2.- Museologa Crtica y museos dialgicos. Los museos del siglo XXI y la presentacin
del patrimonio in situ
Al museo dialgico no debemos ir buscando soluciones, sino haciendo preguntas
(Hernndez Hernndez, 2011:114)
La Nueva Museologa haca referencia a cmo deban ser los museos en el siglo XX, a las
necesidades de cambio y de renovacin de los discursos expositivos de estas instituciones
culturales en las que el protagonista ya no deba ser el objeto, sino el pblico. Por tanto,
se trataba de renovar la relacin entre museo y pblico, a partir de la comprensin de
que el objeto expuesto pierde su protagonismo en esta relacin para trasladarlo al
usuario, al visitante. Los objetos se convierten en elementos que sirven al muselogo
para explicar de forma contextualizada, ideas e identidades a la comunidad. Hablar de
museologa implica hablar de museos y colecciones, objetos muebles que son
descontextualizados y extrados de su ubicacin y lugar original para pasar a formar parte
de un conjunto de elementos patrimoniales que se exponen para ser contemplados,
comprendidos y valorados por el pblico. Para conseguir estas metas, en torno al objeto,
se inicia un proceso de tratamiento y contextualizacin mediante la aplicacin de diversas
tcnicas museogrficas, que tienen como objetivo la reconstruccin del espritu del lugar,
del momento, de la poca, del uso, para dotar de sentido y significado al objeto
descontextualizado de su momento histrico.
Las aportaciones de la Nueva Museologa son claves para entender cmo son o debieran
ser los museos en el siglo XXI. En la actualidad, las corrientes museolgicas se enmarcan
en el contexto de la museologa crtica, una disciplina estructurada a partir de un cuerpo
terico heredero de la Nueva Museologa pero que recoge nuevas reflexiones a propsito
de las funciones y relaciones del museo con el pblico. Se pone en cuestin la esencia y
razn de ser del museo prcticamente en los mismos trminos que lo hicieran G.H.
Rivire y sus discpulos en la dcada de los aos ochenta del siglo XX, pero con el objetivo
de profundizar en la relacin entre estos dos elementos para avanzar an ms,
entendiendo que el pblico ya no es nicamente el destinatario de las acciones de
difusin y comunicacin del museo. El pblico pasa a ser actor, informante, participante y
elemento activo del museo, convirtiendo a ste en un espacio de encuentro social, donde
continente y contenido forman parte de un discurso integrador. En este sentido, a modo
de avance del siguiente apartado, se ver cmo la museologa crtica y los denominados
museos dialgicos, guardan una estrecha relacin con la interpretacin del patrimonio,
149
150
NUEVA MUSEOLOGA
Democracia cultural
Construccin de una cultura nacional (creados en el Nuevos museos para preservar, valorizar y difundir
siglo XIX) basadas en la homogeneidad cultural
culturas olvidadas o que no encajaban en la
homogeneidad nacional
Nuevo paradigma
Monodisciplinariedad
Multidisciplienariedad
Pblico, visitantes annimos
Comunidad
Estructura centralizada: edificio que encierra objetos
Territorio: descentralizacin
Concienciacin
Explicar la coleccin desde la perspectiva histrica y Fomentar la concienciacin sobre el valor de la propia
artstica sin profundizar en conceptos ms abstractos
cultura
Sistema abierto
Coleccionismo, preservacin y difusin dentro del Coleccionismo, preservacin, difusin: modelo circular
museo: modelo lineal
Dilogo entre los elementos del sistema
Sujetos receptores pasivos del mensaje
Participacin activa de los miembros de la comunidad
Elaboracin propia a partir de Maure (1995).
A partir del cuadro anterior, donde se muestra de forma sinttica la comparacin entre la
Nueva Museologa y la museologa tradicional, se debe profundizar en el dilogo que se
establece entre los elementos del sistema musestico, donde se ha podido apreciar el
papel que progresivamente adquiere el pblico como destinatario de las acciones de
difusin y comunicacin del museo. As, el pblico pasa de ser un receptor pasivo del
mensaje musestico para convertirse en un elemento participativo fundamental de este
sistema. Esa participacin es la que define especialmente a la museologa crtica. La
participacin del pblico en el contexto de la museologa crtica adquiere otros matices
de carcter ms amplio que la propia concepcin del pblico como destinatario. En el
contexto de la museologa crtica, el visitante pasa a ser el protagonista del museo, forma
parte activa en la creacin del discurso a partir de su formacin previa y del contexto en
el que se desarrolla la visita; al ususario se le plantean cuestiones y ste responde, el
museo deja de ser el poseedor de verdades absolutas para pasar a ser el catalizador de
experiencias que lleven al visitante a reflexionar sobre cuestiones que superan el discurso
lineal de la temtica musestica. As, una frase que refleja el concepto de museologa
crtica es la siguiente:
Esta tierra de nadie que es hoy el Museo, aspira a convertirse en catalizador de un
territorio comn y ello slo puede llevarse a cabo concibindose a s mismo como un
espacio de educacin, a sabiendas de que l no ensea sino que en l se puede
aprender48. En el cuadro que sigue se recoge informacin sobre el contexto social de los
48
151
museos en el siglo XXI a partir de una obra de referencia obligada sobre museologa
crtica (Santacana y Hernndez, 2006) que pretende, como indican sus autores, juzgar al
museo actual conforme a las reglas museolgicas establecidas por la Nueva Museologa y
situar la museologa en el lmite de sus funciones.
152
La cultura como
protagonista.
Ampliacin del
pblico en volumen
y composicin
153
Recursos didcticos
Actividades
culturales
Actividades
organizadas
Uso de
determinados
servicios
OCIO
49
La autora considera la pedagoga del patrimonio como el instrumento necesario para formar y sensibilizar a los
jvenes en valores como la tolerancia, la convivencia pacfica y la integracin social. Esta formacin tambin debe servir
para que aumente la sensibilizacin social por la recuperacin del patrimonio cultural, para su valoracin y
conservacin.
154
155
156
caracterizado por los principios de las sociedades dialgicas (Hernndez Hernndez, 2011:
107), es necesario iniciar un proceso dinmico de comunicacin entre el museo y la
sociedad, en el que se tengan en cuenta los aspectos comunicacionales, pedaggicos,
psicolgicos, sociolgicos y epistemolgicos.
Por tanto, la pedagoga crtica es la disciplina que sirve para explicar en parte la funcin
pedaggica y educativa del museo en el siglo XXI. Padr (2011) define esta relacin en
trminos de interseccin. Es decir, dos disciplinas, la pedagoga y la museologa que se
encuentran y se explican precisamente por las caractersticas comunes que comparten.
Del mismo modo, Hernndez (2011) afirma que, en la actualidad, la educacin se sita en
un contexto dialgico porque toda persona est en situacin de aprendizaje y puede
aprender y ensear a otros en situacin de igualdad.
Esta relacin llevada a todos los mbitos del desarrollo del individuo como ser social,
implica que las influencias, reflexiones, crticas y anlisis, proceden de elementos ajenos
al propio marco educacional en el aula. As, el museo como espacio educativo, debe
adaptarse a este contexto social, teniendo en cuenta que es un espacio reservado para la
enseanza no formal y que, adems, desde la perspectiva recreativa y turstica, posee un
componente ldico importante. De ah que los recursos musesticos con los que se
trabaja deban recibir un tratamiento distinto a los que se utilizan en el contexto escolar y
acadmico. En este sentido, cuestiones como el conocimiento significativo, el aprendizaje
por descubrimiento y la importancia que tiene en este nuevo contexto musestico la
personalidad e inquietudes del visitantes, son elementos comunes con la interpretacin
del patrimonio (Tilden, 2006), considerada un proceso de comunicacin entre el visitante
y el objeto patrimonial.
A propsito del surgimiento de la museologa crtica, con el inters de reflexionar desde
una perspectiva epistemolgica, Lorente (2006) realiza un anlisis muy clarificador sobre
los orgenes y el desarrollo de esta nueva corriente museolgica. As, afirma que mientras
que la Nueva Museologa procede del mundo francfono con G.H. Rivire, Hugues de
Varine-Bohan y Andr Desvalls en Francia y Canad, la museologa crtica tiene su origen
y se est desarrollando con mayor amplitud en el mundo anglfono (Reino Unido, Estados
Unidos, y Canad anglfono). Segn este mismo autor, esta simplificacin puede resultar
excesiva, en cuanto a su delimitacin geogrfica y al momento evolutivo que define,
como si la museologa crtica fuese el siguiente estadio a la Nueva Museologa. Sin
embargo, la primera vez que se menciona la expresin critical museology antes que en
Estados Unidos, fue en la Facultad de Bellas Artes de msterdam, en 1979. As pues, ms
que la procedencia y distribucin geogrfica de ambas corrientes museolgicas, importan
157
los puntos comunes que existen entre ambas. El ms importante y que define la finalidad
de los museos, segn estas dos corrientes, es que ambas ponen el acento en lo social.
A los efectos de esta investigacin, la comunicacin es el trmino que debe caracterizar a
la relacin entre pblico y el patrimonio en el siglo XXI. Cualquiera que sea el contexto en
el que se desarrolle este encuentro (museo, yacimiento arqueolgico, centro histrico,
patrimonio industrial, etc.), la comunicacin ha de ser fluida en ambos sentidos y superar
la comunicacin lineal tradicional anterior (Santos, 2008; Santacana y Hernndez, 2006).
Santacana y Hernndez (2006) no hablan de dialogismo en concreto, pero sus postulados
centrados en la museografa didctica persiguen los mismos objetivos que el dialogismo
mencionado por otros autores50. As, ambos autores realizan un magnfico anlisis sobre
la museografa en museos y exposiciones de arte. Para estos autores, la museografa en
este tipo de museos, se ha caracterizado por presentar limitaciones que impiden la
comunicacin de la obra con el pblico. Esta museografa se ha resistido a la
incorporacin de elementos contextualizadores o de intermediacin porque exista la
creencia de que el arte se explicaba por s mismo y porque no haca falta explicar aquello
que por definicin ya comunicaba algo. Pero esta idea choca con la realidad de la
naturaleza y composicin del pblico que visita estos museos. La gran mayora del pblico
no entiende el lenguaje de algunos artistas porque las manifestaciones artsticas se
mueven en un campo de convenciones formales y quien desconoce estas convenciones,
se sita fuera del proceso de comunicacin. En estos casos, el arte no se explica por s
solo y el visitante del museo o la galera se aburre. El poder comunicador del arte slo se
manifestar en contextos en los cuales exista un terreno comn entre el artista y el
pblico. Normalmente, los elementos de intermediacin ms comunes en las
exposiciones de arte son la informacin textual en cartelas y paneles, los mdulos
electrnicos de informacin manipulables o no, las producciones audiovisuales y el
servicio de guas persona.
Para Santacana y Hernndez (2008) las causas por las que no se ha renovado la
museografa en los museos de arte es porque la audiencia es general, indiferenciada y el
discurso es unidireccional y lineal (del museo al pblico). La segunda de ellas es la
ausencia de planteamientos didcticos, porque se entiende que el visitante tiene las
50
Sobre este tema, se recomienda la lectura de Sala (2010) donde el autor no menciona el trmino dialogismo, pero
hace mencin a la interactividad social de los museos, caracterizada por el dilogo que se establece en sentido
bidireccional con el pblico. Los ejemplos que expone, la Fundacin Mir, el MOMA (Nueva York) y el Museo Judo de
Berln, son ejemplos muy interesantes que trabajan la interactividad con el pblico desde incluso, el planteamiento
arquitectnico del edificio.
158
claves para comprender las obras (aunque ya se ha advertido que no es as)51 y la tercera,
porque se supone que el visitante no tiene ningn inters en saber cmo se hicieron las
cosas. Por tanto, las barreras que existen para comprender las obras expuestas en los
museos de arte es el lenguaje crptico que se utiliza (en interpretacin del patrimonio se
hablar del ruido del lenguaje, es decir, el uso de tecnicismos) y la presuncin de un
nivel de conocimiento previo que en la gran mayora de los casos el visitante no posee y
que, por otra parte, no ha de poseer.
Los autores proponen algunas claves sobre las que trabajar para mejorar la comprensin
por parte del pblico como, por ejemplo, la forma de pintar del autor, los recursos que
utilizaba para captar el mundo, cmo emplea la luz y el color o cmo plasma la sensacin
de movimiento. Para ello, es necesario profundizar en la interactividad a travs del diseo
de mdulos interactivos, cuyo uso es muy frecuente en los museos de ciencia y tcnica,
pero que prcticamente se encuentran ausentes en los museos de arte. La interactividad
debe ser entendida como una forma de comunicacin entre el museo y el pblico, en la
que el museo plantea la interrogacin o la pregunta, el visitante corresponde a la
pregunta con accin o respuesta y el museo responde con una o ms afirmaciones. En
este contexto se desarrollar una comunicacin dialgica, tal como propugnan los
autores consultados sobre este concepto.
Hasta tal punto es importante la existencia de un escenario dialgico que facilite la
comunicacin entre el museo y el pblico, que se considera a la arquitectura como uno
de los elementos que inicialmente pueden promover el proceso comunicativo. As
Hernndez Hernndez (2011) ofrece una clasificacin de museos en funcin de su
relacin dialgica entre la coleccin expuesta y el contenedor de la misma, es decir, el
edificio donde se ubica. Habla de la existencia de tres tipos de museos: museo idntico,
museo neutro y museo dialgico. El primero de ellos es aquel en el que se establece una
relacin ideal debido a la semejanza del contexto arquitectnico del edificio y la obra que
acoge.
El museo neutro se define por la posicin neutral que ocupa con respecto a la obra de
arte. En este caso, el edificio es un mero contenedor sin importar la coleccin o los
objetos que se van a exponer. Desgraciadamente, son numerosos los casos en los que se
da preeminencia al museo como contenedor. En este sentido, es habitual desconectar el
51
Luque (2001) afirma que el visitante no tiene el banco de imgenes o el software necesario para entender, en este
caso, los procesos de produccin cermica en poca prehistrica en el yacimiento de Atapuerca. En la referencia
mencionada se trata de pblicos especiales, pero en cualquier caso y trasladado a los visitantes que poseen sus cinco
sentidos, el visitante carece de ese software necesario para decodificar los mensajes del patrimonio.
159
Como ejemplos de cretinismo musestico, los autores destacan los casos de la construccin del nuevo museo de arte
contemporneo de Barcelona que se encarg a Richard Meier, o la creacin de MNAC (Museu Nacional dArt de
Catalunya). En el primer caso se deja a la eleccin del propio arquitecto la seleccin del solar para su construccin y en
el segundo se trata de la ubicacin del MNAC en un edificio, el Palau Nacional en Montjuic que no reuna las
condiciones idneas para un uso musestico, por la propia disposicin y localizacin del mismo en relacin a cuestiones
fundamentales como la accesibilidad.
53
Para profundizar en el significado de la arquitectura dialgica se recomienda la consulta del monogrfico titulado
Arquitectura y dialoga, Arquitectonics, 2006, Universitat Politcnica de Catalunya.
160
consideracin social. En este sentido, asociado al concepto de dark tourism aparecen los
procesos de musealizacin de la guerra y la barbarie, los campos de batalla, la renovacin
o creacin de nuevos museos militares, los espacios de conmemoracin, los museos de la
resistencia y los museos de la paz (Hernndez Cardona, 2011). Este tipo de patrimonio
nace en el contexto de la museologa crtica porque la museologa y museografa crtica
propician enfoques que facilitan la reflexin y la racionalidad sobre esta forma actuar del
ser humano. Estos enfoques y reflexiones son de carcter subjetivo porque el
planteamiento museogrfico as lo permite, al tiempo que facilita la experiencia individual
de cada visitante sin difundir verdades absolutas o ya establecidas. Se trata de dialogar
con el visitante sobre las causas de los conflictos, las vas de negociacin, o reflexionar
sobre el civismo desde un espritu crtico. En el caso del patrimonio industrial, un
patrimonio emergente del siglo XX para el siglo XXI (Serra y Fernndez, 2005: 438)
incluye museos y centros patrimoniales de arqueologa industrial, ecomuseos industriales,
empresas en activo, etc. En algunos casos trabajan en forma de redes temticas como
XATIC en Catalua y la red temtica de Renania-Westfalia54.
Los museos, por tanto, han de aprender a canalizar las cuestiones e interrogantes que
surgen desde el mbito social, entendiendo que las posibilidades de respuesta son
mltiples y variadas porque as se concibe que son las actitudes de los visitantes. Lorente
(2012) cita el ejemplo de los museos de arte moderno y contemporneo como pioneros
en la prctica de la museologa crtica, caracterizados entre otros aspectos por el retorno
a los denominados gabinetes de curiosidades que fueron el origen de los museos
asociados al coleccionismo, o la incorporacin de tcnicas museogrficas sobrecargadas
que sustituyen al modelo norteamericano del cubo blanco, que sirviera de catecismo
evangelizador de la modernidad (Lorente, 2012: 101)55. En esta lnea, Gmez Martnez
(2006: 135) explica que el retorno a los montajes a quadreria, es decir, con la disposicin
de las obras de suelo a techo, se debe a que es la disposicin habitual de los objetos en
los gabinetes histricos y en los almacenes, lo que cualquier particular puede ver en su
propia casa y de ah parte su xito.
Estos ejemplos muestran de forma prctica la evolucin de la museologa crtica. Si el
marco terico sobre el concepto de museo, sus funciones, la importancia de los
54
Se recomienda vivamente la lectura del captulo de Serra y Fernndez (2005) porque muestran ejemplos significativos
de este tipo de patrimonio emergente.
55
Lorente comenta el caso del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa que organiz en el ao 2010 la exposicin
itinerante Principio Potos Cmo podemos cantar el canto del Seor en tierra ajena? centrada en el planteamiento de
las desigualdades y abusos de poder desde una perspectiva postcolonial. La informacin sobre esta exposicin est
disponible en:
http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/principio-potosi-como-podemos-cantar-canto-senor-tierra-ajena
Fecha de ltimo acceso: 28/9/2013.
161
Destacan los ejemplos que aporta Gmez Martnez del Museo de Antropologa de la Universidad de Columbia
Britnica (1976); el Birmingham Museums and Art Gallery y open storage de la American Wing del Metropolitan
neoyorquino. En el caso francs la situacin es distinta porque mantiene la tradicin conservadora y la exposicin
esttica de las colecciones en el pas donde naci la Nueva Museologa a mediados del siglo XX.
57
En cuanto a la visibilidad de los procesos menciona numerosos ejemplos como el Prado con el descubrimiento de una
nueva pintura que se presenta a los medios sin restauracin ninguna o la colaboracin del British Museum con la BBC
para la grabacin y emisin de unos programas de televisin dedicados a mostrar el funcionamiento del museo a travs
de sus trabajadores, que narran su experiencia profesional en primera persona.
162
163
Estas afirmaciones muestran cules son las caractersticas de los museos contrarios a la
filosofa de la museologa crtica, a los museos dialgicos o de nueva generacin. Otros
autores han acuado el trmino museologa total, que se definira como la adaptacin del
museo a los diferentes pblicos mediante la creacin de un mensaje complejo y rico
(Martnez Modroo. 2012: 19). Afortunadamente, existen numerosos ejemplos que
reflejan las ideas defendidas en prrafos anteriores, aunque tambin se dan casos en los
que no se ha renovado la concepcin museolgica y museogrfica, sobre todo y
generalmente, en los museos de carcter local (Santacana y Llonch, 2008: 11): Los
museos locales con una especie de cenicientas de la cultura: no reciben las injuriantes
cantidades de dinero que se invierte en los grandes templos del arte contemporneo;
tampoco son objetos de visita por parte de quienes frecuentan los cenculos de las
culturilandias modernas; no disponen de su prncipe azul que busca la que podra calzar la
zapatilla perdida, ni tampoco son las instituciones que encabezan los presupuestos
pblicos de las burocracias administrativas. Sin embargo, afortunadamente, porque
constituye parte del objeto de estudio de la presente investigacion, existen ejemplos de
museos locales que desarrollan la totalidad de sus funciones, tradicionales y nuevas
siguiendo los postulados de la museologa crtica. Es el caso del futuro Vilamuseu (La Vila
Joiosa) que, como su predecesor, el Museo Municipal de Arqueologa y Etnografa, tiene
como objetivo ser un ejemplo de inclusin, de accesibilidad y de comunicacin del
patrimonio local.58.
La museologa crtica se caracteriza porque fija su atencin en el pblico, lo convierte en
agente, en actor, en un elemento imprescindible para el museo por la informacin que
puede aportar y porque es cmplice del proceso creador. En este sentido, si el visitante se
vuelve actor y creador de la exposicin, se sobreentiende que la experiencia subjetiva es
vital para que cada visitante construya una versin propia e individual de la visita. Existen
varios ejemplos que muestran la posibilidad de realizar actividades en el contexto
dialgico del museo. Harris (2005) recoge el caso de una exposicin celebrada en 2004 en
Perth (Australia) en la que el protagonismo de la misma recay sobre las personas que
trabajaron en un suburbio industrial. Fueron estos trabajadores los que proporcionaron
los objetos y sus historias, a travs de encuentros personales con los organizadores. Es
58
Como se ver detenidamente en el captulo dedicado al anlisis del patrimonio cultural de la Costa Blanca en el
contexto de los procesos de renovacin de destinos tursticos consolidados, el proyecto de Vilamuseu (La Vila Joiosa,
Alicante), consiste en crear un museo de historia, arqueologa y etnografa de carcter local que en sus orgenes ya
prestaba especial atencin a todo tipo de pblico, a pesar de sus limitaciones de espacio, y de recursos humanos y
econmicos. El proyecto del nuevo museo ser la culminacin de un sueo museolgico crtico y dialgico, un museo de
historia para el siglo XXI.
164
una muestra del aprendizaje del museo a partir de la informacin que proporciona la
audiencia, es decir, en sentido inverso a la comunicacin habitual59.
Otro caso de comunicacin circular entre el museo y el pblico se encuentra en el diseo
y desarrollo de la exposicin Fascinados por Oriente60. Es un ejemplo de participacin del
pblico en el proceso de diseo de una exposicin. La responsable del proyecto
museogrfico explica que el equipo organizador tena claro el objetivo de la exposicin
pero no el punto de partida sobre el que empezar a construir el discurso, es decir, el
conocimiento previo o el nivel de formacin sobre el tema que poda tener un visitante
general. Para ello, se realiz una evaluacin previa a partir de entrevistas a potenciales
asistentes de la exposicin que se buscaron en el Museo Nacional de Artes Decorativas y
otros centros afines, como CaixaForum y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa. El
resultado de su trabajo fue la obtencin de un mapa icnico, semntico y de imgenes de
Oriente que el pblico tena en mente, y la elaboracin de una serie de recomendaciones
para hablar al visitante desde su marco de referencia. Una vez planteada la exposicin, y
antes de su inauguracin, se comprob la eficiencia de algunos de los textos (evaluacin
formativa) mediante observacin y entrevistas. La evaluacin concluy que haba habido
un cambio en el mapa semntico de Oriente en la mente del asistente. Tambin se
observ que, tras la visita, el pblico era ms consciente de las interacciones entre
Occidente y Oriente y que tambin haba modificado ideas previas. En este punto, cabe
resaltar una cuestin en relacin con la necesidad de conocer al pblico y hacerlo
partcipe y creador de discursos en el contexto del museo, y es que la evaluacin implica
un proceso participativo entre pblico y museo que slo tiene sentido cuando se integra
en la totalidad del proceso de creacin de una exposicin, no nicamente cuando ha
finalizado la visita.
Como indica Hernndez Hernndez (2011: 113) en un museo dialgico cualquier
estrategia expositiva que se desee llevar ha de contar con la colaboracin no slo del
personal especializado del museo, sino tambin con los diferentes pblicos que hagan
59
La exposicin fue titulada Under the Lap, over the Fence: Foreigner Production in the Midland Railway Workshops,
organizada por la Curtin University of Technology, que asume el papel de museo. Se desarroll al aire libre y versaba
sobre un vasto complejo industrial de talleres de un suburbio de la ciudad que estuvo en funcionamiento desde 1904 a
1994. La denominacin Under the lap, over de fence, alude a los objetos que eran fabricados en esos talleres sin un
permiso oficial de trabajo; y la prctica de lanzar por parte de los trabajadores extranjeros a travs de las vallas
alambradas de los talleres, el sobrante de los trabajos con el objetivo de recogerlo para volver aprovecharlo. Adems de
los objetos que fueron expuestos, los contenidos sobre el contexto social, laboral y familiar de esta poca industrial
fueron donados por los propios trabajadores y residentes en este suburbio convirtindose en protagonistas de la
exposicin.
60
Elosa Prez Santos explica la gestacin de dicha exposicin en la siguiente direccin URL:
http://www.cosmocaixa.com/museologia/higfascinados-por-oriente-la-participacion-del-publico-en-el-disenoexpositivo-eloisa-perez-santos/ Fecha de ltimo acceso: 28/9/2013.
165
posible or sus voces. En este sentido, el protagonismo que adquieren las nuevas
tecnologas de la informacin en el contexto del marketing 2.0 ofrecen enormes
posibilidades para que el pblico pueda interactuar con el museo y participar activamente
en los procesos de creacin de forma colectiva como, por ejemplo, en la planificacin de
exposiciones, en la implicacin del pblico en la organizacin de actividades culturales o
en la promocin de las mismas (Celaya, 2012).
Por tanto, se ha pasado de una centralizacin exclusiva de las colecciones, de su
conservacin y de la produccin de conocimientos sobre el patrimonio desde el museo al
pblico en sentido unidireccional, a una apertura acerca de la difusin y valorizacin
dirigida a un pblico cada vez ms amplio. Se ha ubicado al visitante en el centro del
museo y se han implementado polticas dirigidas a organizar eventos y actividades de
carcter efmero (exposiciones temporales, exposiciones itinerantes, la pieza del mes,
conferencias, la noche de los museos, etc.) que han renovado el discurso y el
funcionamiento de los museos. Esto se ha traducido tambin en la ampliacin de los
equipos tcnicos de los museos en los que, adems de contar con especialistas en las
funciones tradicionales (conservacin y restauracin por ejemplo), existen de forma cada
vez ms generalizada unidades o servicios destinados al pblico y a los usuarios61.
Antes el visitante apreciaba, contemplaba y observaba la obra con escaso apoyo
informativo. Ahora ya no slo se le ofrece informacin sino que tambin se le pide
participacin, se le propone actuar a travs de las denominadas exposiciones ldicas o
interactivas. Es evidente que una experiencia musestica tiene un componente ldico
importante si la motivacin responde a este tipo de inters. Cuando se incluye el trmino
ldico en la definicin o promocin de una actividad musestica, se sobreentiende que el
visitante puede aprender al tiempo que se divierte entendiendo la interactividad como
una forma de aprendizaje rpido, aunque como se ver ms adelante, no se trata de
aprender con mayor o menor rapidez, se trata de acceder a la informacin mediante el
uso de recursos fundamentalmente tecnolgicos que ofrecen formas innovadoras de
comunicacin. El museo moderno y sus exposiciones sern dialgicos en la medida que
se preocupen por no solo dialogar con el pblico sino invitarlo tambin a actuar o
interactuar con los contenidos y dispositivos que el son propuestos y que fueron
concebido a tal efecto (Jacobi, 2011: 22).
En la evolucin de la relacin existente entre museos y pblico, el enfoque y el grado de
preocupacin por este elemento fundamental en la comunicacin patrimonial han
61
Ver el documento sobre Criterios para la elaboracin del plan museolgico, Direccin General de Bellas Artes y Bienes
Culturales, Ministerio de Cultura, pp. 188.
166
62
El autor afirma que hasta finales del XVIII el pblico de los primeros museos estaba compuesto por sabios, amantes
del arte y artistas. Esta situacin cambia con la apertura de los museos al pblico a partir del siglo XVIII, cuando en
algunos casos de forma gratuita se abrieron los templos del saber al pblico general. Este aspecto no era bien visto por
el pblico erudito de museos ya que entraaba el riesgo de visitas masificadas en un lugar considerado sagrado. Por eso
la apertura al pblico de los primeros museos en este siglo es una apertura limitada y marcada por la clase social a la
que se perteneca. A partir de la Revolucin Francesa y de la apertura del Louvre en 1793, se asiste a un cambio radical
en la concepcin de pblico de museos aunque dicha apertura no fuera absoluta, sino que estaba condicionada por el
grupo social de procedencia a un da de la semana en concreto.
167
diferencias con el patrimonio cultural ubicado en los museos. Para empezar, las
condiciones de conservacin de los elementos patrimoniales localizados in situ presentan
mayores dificultades para su musealizacin. En el museo, por ejemplo, resulta fcil
reproducir ambientes perfectos de composicin atmosfrica, de humedad relativa, de
temperatura e iluminacin porque la tecnologa as lo permite (Hernndez Hernndez,
2001). Sin embargo, con el patrimonio in situ localizado al aire libre, los problemas de
conservacin, proteccin y restauracin ofrecen limitaciones y numerosas dificultades.
Por otra parte, el objeto del museo est descontextualizado del entorno en que fue
creado o usado, mientras que el patrimonio in situ permanece en su contexto histrico
original, con mayor o menor grado de conservacin, de intervenciones arquitectnicas,
de eliminacin de elementos, pero en su contexto explicativo.
Como indica Sivan (1998), la presentacin museolgica y la interpretacin de los objetos
patrimoniales in situ son dos cuestiones diferentes que plantean cierta confusin. Para
esta autora, hay elementos comunes entre las dos acciones, pero son dos sistemas
diferentes en cuanto a su concepcin y su desarrollo. Como se ha avanz con
anterioridad, en el museo el objeto est desconectado de su entorno histrico y natural,
ha perdido su valor intrnseco quedando aislado de su contexto arquitectnico. A esta
descontextualizacin, se le aaden elementos tcnicos ajenos al objeto (diseo de la
vitrina, ubicacin en la sala, temperatura, humedad, iluminacin) que pueden afectar a la
interpretacin o por lo menos condicionarla, aunque tambin deben ser entendidos como
elementos que correctamente diseados y utilizados, permiten aplicar con xito la
misma. El museo favorece la conservacin de los objetos por todos los sistemas de
seguridad y control existentes creados ex profeso, y los problemas derivados del
vandalismo y deterioro natural desaparecen para no afectar al objeto. Sin embargo, la
aplicacin de la interpretacin del patrimonio in situ, est condicionada por todos los
elementos derivados de las condiciones climatolgicas del lugar, la exposicin al entorno,
el vandalismo, la propia materia fsica del objeto patrimonial, el uso y el comportamiento
de los visitantes, la percepcin visual entre el visitante y el objeto patrimonial, entre
otros.
En esta lnea, Santacana y Hernndez (2006) apuntan que, asociados al patrimonio al aire
libre, aparecen nuevos modelos museolgicos y museogrficos que dan lugar a nuevos
espacios de presentacin del patrimonio (Espinosa, 2003; 2004). La mayora del
patrimonio localizado in situ que es objeto de valoracin y visita se caracteriza por ser
patrimonio arquitectnico. Este patrimonio arquitectnico podra ser clasificado en
grandes grupos como proponen Serra y Fernndez (2005), que incluyen los monumentos
168
63
Se trata bsicamente de localizacin cronolgica de las diferentes culturas y civilizaciones que hayan marcado la
evolucin histrica del elemento patrimonial que se visita (saber por ejemplo que la huella imperial romana es anterior
al Renacimiento, qu significa poca moderna desde la perspectiva de la historiografa, etc.). En una visita guiada
atendida por un gua intrprete el nivel previo de formacin del grupo es fcilmente identificable a partir de preguntas
sobre estas cuestiones en un contexto informal.
169
de referentes cotidianos64). Una tercera actuacin, debera tener como objetivo explicar
las modificaciones sufridas por el edificio histrico a lo largo del tiempo para poseer las
claves que hagan entender el aspecto actual del edificio.
Serra y Fernndez (2005:418-419) apuntan posibles actuaciones que se podran aplicar
para facilitar la accesibilidad el patrimonio monumental, reconociendo que es una
propuesta, que no todas las actuaciones son necesarias en todos los monumentos o
conjuntos monumentales y que la ausencia de alguna no implica que el monumento o
conjunto monumental sea inaccesible.
-
En esta lnea, dado que buena parte del patrimonio in situ localizado al aire libre es
patrimonio arqueolgico, Santacana y Hernndez (2006) incluyen una sntesis de los
diferentes modelos que existen en el tratamiento de grandes conjuntos arqueolgicos.
Sin nimo de profundizar sobre las caractersticas del patrimonio arqueolgico al que se
dedicar un apartado especfico, resulta interesante adelantar ciertos rasgos sobre este
tipo de patrimonio y las soluciones museogrficas ms habituales para su presentacin al
pblico.
64
Por ejemplo, en el caso del patrimonio arqueolgico, si se tratase de un teatro romano, el visitante puede entender
mejor la capacidad del edificio en trminos de nmero de espectadores en comparacin con un campo de ftbol, que
las medidas que suelen aportar los servicios de informacin en metros cuadrados. Desde la perspectiva de la
interpretacin del patrimonio, sera una tcnica interesante de relevancia al ego del visitante.
170
Como se ha tratado ya, la comprensin del patrimonio cultural por parte del pblico
visitante requiere de un proceso de musealizacin e interpretacin intenso que traduzca
el significado histrico y cultural al pblico, un pblico generalmente no especializado que
no posee formacin en patrimonio y que, por tanto, necesita apoyos informativos e
interpretativos que le faciliten la comprensin de aquello que se observa (aulas
didcticas, museos y centros de interpretacin, servicios guiados, sealizacin, etc.). Esta
realidad se ve agravada cuando el objeto patrimonial contemplado pertenece al
patrimonio arqueolgico. ste por las propias caractersticas que lo definen patrimonio
fragmentado, antiguo, artstico (Querol y Martnez, 1996)-, requiere de actuaciones ms
profundas que lo hagan comprensible al pblico. La fragmentacin del patrimonio
arqueolgico supone un obstculo aadido para su comprensin por parte del pblico
general. Su escaso grado de monumentalidad y atraccin formal para el visitante impide
una comprensin o identificacin de los vestigios a travs del sentido de la vista, como
sucede en otros tipos de elementos patrimoniales que son mejor reconocidos o cuya
lectura resulta ms fcil por parte del visitante. Por este motivo, el patrimonio
arqueolgico debe ser objeto de procesos de musealizacin y traduccin al visitante con
el fin de que ste comprenda aquello que observa, para que pueda valorarlo y
posteriormente contribuir a la proteccin y conservacin de estos bienes.
El proceso de musealizacin variar en funcin del grado de conservacin de los recursos
arqueolgicos, pero su fin ltimo es alcanzar la mxima accesibilidad fsica e intelectual.
En definitiva, se tratara de hacer de un yacimiento arqueolgico un museo o una
exposicin estable en s mismo (Lasheras y Hernndez Prieto, 2005: 130). Como ocurre
en el marco de la museologa crtica aplicada a los museos, los procesos de musealizacin
de los conjuntos y yacimientos arqueolgicos deben incorporar al pblico como elemento
determinante de las actuaciones de difusin. El yacimiento arqueolgico mediante este
proceso de musealizacin, tiene como objetivo hacer accesible fsica e intelectualmente
el contenido y resultado cientfico arqueolgico al pblico en general (Espinosa, 2006).
Para ello, es necesario intervenir sobre el patrimonio arqueolgico, accin que se define
como cualquier actuacin que est destinada a dotar de un significado patrimonial a un
objeto del pasado, frenando el deterioro del mismo e intentando devolverle una
legibilidad (Prez-Juez, 2006:123). Los tipos, los grados y la intensidad de intervencin
varan, y entre ellos cabr destacar aquel que desde la perspectiva del uso social del
patrimonio arqueolgico facilite la legibilidad de los registros y lo haga comprensible. Esta
autora clasifica la intervencin sobre el patrimonio arqueolgico en los siguientes
trminos: la salvaguarda, el cubrimiento de estructuras, la restauracin, la rehabilitacin y
171
Restauracin:
Se mantiene la
funcin y se
facilita la lectura
de los vestigios
ACCIONES
Rehabilitacin:
Cambio de uso
Rplica:
Mxima
afluencia de
pblico
65
nicamente se resaltan aquellas actuaciones que implican cierto grado de museografa y legibilidad de los registros.
Partimos de que la actuacin primera y fundamental es la salvaguarda y la proteccin, el resto en mayor o menor grado
de intensidad museogrfica, tienen como objetivo convertir el registro arqueolgico en un recurso comprensible para el
visitante e incluso, determinadas soluciones museogrficas servirn como medio de control de los flujos de visitantes.
172
173
Modelo clsico.
Parque Arqueolgico
Rplica
Arqueologa experimental
Restitucin conceptual de
volmenes
CARACTERSTICAS
Circuito de visita
Diferenciacin de espacios pblicos y privados mediante
gravillas de colores
Se muestran fases de ocupacin superpuestas
Elementos de interpretacin: paneles con textos, planos o
dibujos
A veces existen museos monogrficos cercanos o localizados in
situ
En algunos casos se trata de centros de arqueologa
experimental con una funcin didctica
Servicios para el visitante
Se levanta sobre parte de lo existente una parte del conjunto
Tcnicas de arqueologa experimental y anlisis etnogrfico
No se interviene en el conjunto arqueolgico
Creacin de rplicas para facilitar la visita y la comprensin del
conjunto
Muy utilizado para conjuntos prehistricos
Tcnicas de reenactment
Se muestra a los visitante todo el proceso de excavacin
Priorizacin de los procesos de investigacin para mostrarlos al
gran pblico
Ruinas cubiertas o protegidas mediante estructuras y
materiales modernos
Elaboracin propia a partir de Santacana y Hernndez (2006).
Segn los autores mencionados, esta clasificacin incluye cinco modelos de presentacin
del patrimonio arqueolgico in situ, que abarca desde los parques arqueolgicos, a
prcticamente todos los yacimientos arqueolgicos que son considerados como un
parque, pero cuya arquitectura se confa bsicamente a los que podramos denominar
jardinera con restos arqueolgicos (2006: 138).
A los efectos de la presente investigacin, la consideracin del parque arqueolgico como
el modelo clsico de presentacin del patrimonio arqueolgico en el mundo occidental
donde se engloban los yacimientos as definidos, puede llevar a confusin porque no
todos los yacimientos arqueolgicos son parques arqueolgicos (Santacana, 1995). Esta
puntualizacin resulta de sumo inters por las particularidades en cuanto a estado de
conservacin, procesos de gestin, usos recreativos y tursticos, del patrimonio
arqueolgico de la provincia de Alicante, que forma parte del objeto de estudio en
captulos posteriores. De ah que se haya introducido esta aclaracin, con el objetivo de
poder ajustar el anlisis a la realidad del patrimonio arqueolgico de la Costa Blanca.
174
175
realidad del espacio analizado, porque no todos los yacimientos arqueolgicos que han
sido objeto de intervenciones con el objetivo de aumentar su legibilidad, pueden ser
considerados parques arqueolgicos segn la definicin consensuada en 198966.
En esta lnea, la clasificacin que aporta Prez-Juez (2006) sobre las diferentes formas de
presentar el patrimonio arqueolgico in situ, se ajusta ms al anlisis que se realizar en
captulos posteriores. Sin embargo, la aportacin de Santacana y Hernndez (2009)
resulta de sumo inters para clarificar las diferentes formas y grados de legibilidad del
patrimonio arqueolgico.
Prez Juez (2006) establece una clasificacin en cuatro categoras de yacimientos
arqueolgicos segn el tipo de intervenciones realizadas para su acondicionamiento y
orientadas al uso social. Las categoras se distribuyen desde el yacimiento consolidado y
abierto a la visita hasta el yacimiento reconstruido, como el modelo de presentacin
arqueolgica que mayor proyeccin turstica posee, y que es asociado tambin con la
arqueologa experimental.
66
En el Seminario de Parques Arqueolgicos celebrado en Madrid en 1989 cuya referencia completa se encuentra en la
bibliografa final, se perfil entre los especialistas asistentes la definicin de Parque Arqueolgico y se presentaron los
proyectos de los siguientes conjuntos arqueolgicos que en teora, iban a constituirlos primeros casos incluidos en el
Plan Experimental de Parques Arqueolgicos, por iniciativa del Instituto de Conservacin y Restauracin de Bienes
Culturales. Los proyectos participantes fueron la Cueva Pintada de Gldar (Gran Canaria), Monasterio Visigodo de Santa
Mara de Melque (Toledo), Castillo de Doa Blanca (Cdiz), Ampurias (Girona), Segbriga (Cuenca), Puig de Molins
(Ibiza), Somiedo (Asturias), Castro de la Campa Torres (Asturias) y el Ribat de Guardamar del Segura (Alicante). Algunos
de ellos continan en la misma situacin que entonces. Otros han mejorado su grado de accesibilidad fsica e intelectual
a los vestigios.
176
YACIMIENTO
CONSOLIDADO
ABIERTO AL PBLICO
YACIMIENTOS
RESTAURADOS Y
ACONDICIONADOS
PARQUES
ARQUEOLGICOS
YACIMIENTOS
RECONSTRUIDOS
177
178
Figura 27: Modelos de presentacin del patrimonio arqueolgico desde la perspectiva del
visitante
MODELO
MODELO
MODELO
MODELO DE
MODELO DE
FACTORES
CLSICO
RESTITUCIN DE RPLICA ARQUEOLOGA RESTITUCIN
IN SITU
EXPERIMENTAL CONCEPTUAL
EMPTICO
2
5
3
3
4
DIDCTICO
1
4
3
5
4
TURSTICO
1
5
4
3
4
PUBLICITARIO
1
3
2
5
3
CIENTFICO
4
3
1
5
3
TOTAL
9
20
13
21
18
Fuente: Santacana y Hernndez (2006).
La lectura de Anderson (1992) proporciona ejemplos pioneros en arqueologa experimental como el de Colonial
Pennsylvania Plantation, donde el uso de living history sirvi para comprobar determinadas tesis arqueolgicas y
proporcionar importantes datos de carcter etnogrfico (p. 454).
179
180
Definicin de Jay Anderson, uno de los precursores de esta corriente didctica en Estados Unidos, citado por los
autores en la referencia mencionada. Este mismo autor define living history como el intento de simular vida en otro
tiempo (Anderson, 1992:456) que normalmente pertenece al pasado.
70
En relacin a las tcnicas de living history y reenactment se recomienda la consulta de las siguientes URL:
http://www.english-heritage.org.uk/; http://www.historic-uk.com/LivingHistory/EventsDiary/. Fecha de ltimo acceso:
7/9/2013.
71
http://www.gettysburgfoundation.org/. Fecha de ltimo acceso: 8/10/2013.
72
Para profundizar en la dimensin didctica de la guerra como actividad humana, se recomienda la lectura de este
monogrfico sobre campos de batalla y espacios de guerra, de la revista ber, n 51, 2007.
73
Entre
otros,
como
indican
los
autores,
se
recomienda
la
consulta
de
:http://www.alhfam.org/?cat_id=153&nav_tree=153, de la Asociation for Living History, Farm and Agricultural
Museums (Ohio) fundada en 1970 bajo el auspicio del Smithsonian Museum y el Departamento de Agricultura;
http://www.livinghistory.com.au/;
la
recreacin
de
la
vida
rural
prehistrica
en
Noruega,
http://www.visitnorway.com/es/Producto/?pid=130398, y en el caso espaol, http://www.tarracoviva.com/, la Feria de
Indianos en Begur, http://www.firaindians.com/. A modo de ejemplo para el caso de la provincia de Alicante, cabe
destacar al Vilamuseu: http://www.museusdelavilajoiosa.com/, que ha realizado varias actividades de recreacin
histrica, entre ellas la ceremonia que representaba fielmente el posible ritual de consagracin de las termas
municipales romanas de Allon en el ao 90 d. C., o ms recientemente, Festum Allonis, la recreacin histrica de un
campamento romano y la lucha de gladiadores, con motivo del Da Internacional de los Museos. Fecha de ltimo
acceso: 17/5/2014.
181
74
182
Cada uno de ellos desarrolla un papel especfico, adquieren la personalidad del personaje
que representan de ah que se deba llevar un especial cuidado con los anacronismos que
puedan surgir durante este viaje al pasado76.
Como tcnica que persigue la divulgacin de la historia, la living history desarrolla
cuestiones sobre la vida diaria en una poca pasada en el marco de una comprensin
ms profunda del momento, yendo ms all de la mera presentacin de los lugares, los
objetos y los hechos. Se trata de responder a cuestiones sobre qu hacan las personas,
cmo utilizaban los objetos, qu valor tenan para ellos, cmo olan sus casas, qu
coman, cmo era un da normal de trabajo, etc. con la ayuda de los sentidos, es decir,
que en la medida de lo posible el visitante pueda utilizar los sentidos durante la visita.
Como opina Anderson (1992: 460): Museum curators believed they had found in living
history an antidote to museum fatigue.
Este tipo de prcticas de divulgacin histrica son habituales en la presentacin del
patrimonio in situ. Cada vez resulta ms frecuente encontrar actividades de historia viva
en cualquier tipo de elemento patrimonial, desde el patrimonio construido hasta el
patrimonio arqueolgico, con apliaciones sobre una amplia variedad de temas. Los
ejemplos mencionados en las referencias anteriores constituyen una pequea muestra de
ello. Sera prcticamente imposible enumerar todas las actividades existentes.
nicamente es oportuno resaltar que parece ser que eso es lo que nos depara el futuro,
que sin duda pasa por el incremento de la demanda del turismo cultural que cada vez
discriminar menos entre ocio y cultura (Santacana y Hernndez, 2006: 112).
En esta lnea, Anderson (1992) apuntaba cules eran a su modo de ver las claves del xito
de la tcnica de living history entendida como una herramienta valiosa para la
investigacin y la interpretacin del patrimonio. En primer lugar, esta tcnica se ocupa de
la vida diaria de las personas normales pertenecientes a un momento histrico concreto,
no trata de informar sobre grandes hechos histricos, ni fechas histricas en ellas mismas,
sino de la vida cotidiana de las personas. Esa vida cotidiana constituye uno de los
76
Por ejemplo en el caso de la Fortaleza del Sol en Lorca, Taller del Tiempo (Lorca, Murcia) el visitante se traslada al
siglo XIII, cuando Alfonso X El Sabio conquista la ciudad para la causa cristiana. Este viaje en el tiempo tiene lugar en una
especie de cmara del tiempo en la que con el uso de tcnicas audiovisuales se viaja al ao 1224. Cuando el visitante
sale de esta cmara, los personajes viven en el siglo XIII y no conocen algunos objetos habituales en la visita, como los
dispositivos mviles de telefona o las cmaras de fotos. Estos elementos pueden distorsionar la visita. Para evitarlo, el
vigilante de ronda pregunta a los visitantes sobre este tipo de armamento que es desconocido para l reforzando as en
el visitante la idea de viaje en el tiempo. Otro ejemplo se encuentra en la visita teatralizada titulada Los sueos de
Cayetana, diseada y desarrollada por el equipo tcnico del Museo Arqueolgico y Etnogrfico de La Vila Joiosa en la
casa museo la Barbera dels Aragons. Es 1876 y Cayetana Aragons se encuentra en su casa de verano viviendo el luto
por la muerte de su padre. Ella misma es quien abre la puerta de su casa a los visitantes y les pregunta por el atuendo
tan extrao que visten, resaltando su magnfico vestido de luto. http://www.museusdelavilajoiosa.com/
183
184
185
186
museos como parte constituyente de la oferta cultural habitual de un lugar. Por tanto, si
la preocupacin por la satisfaccin del pblico es real, mayor nfasis se deber poner en
la funcin educativa del mismo.
En la actualidad la cultura es para el pblico postmoderno una oportunidad ms de
desarrollo personal. Los museos y los sitios de inters patrimonial, por tanto, deben ser
capaces de construir conocimiento para un pblico que cada vez es ms variado y que
presenta motivaciones muy distintas en las visitas a estos espacios. De ah la importancia
de conocer aspectos relacionados con los comportamientos del pblico, retomando las
ideas de Rivire por las que no importa tanto la cantidad y el volumen de visitantes como
la composicin social de los mismos, destacando cuestiones sobre su grado de formacin,
nivel adquisitivo, las formas habituales de consumo de cultura, cmo accede el pblico a
la informacin, etc. Otros autores como Martnez Madroo (2012: 19) afirman que la
museologa total, aquella que se caracterizaba por la creacin de un mensaje complejo
que resulta tan perfecto como para generar distintos niveles de lectura segn los
conocimientos previos y las motivaciones, es una museologa que presupone que el
pblico es libre, inteligente y busca el placer. Como se podr comprobar en siguientes
apartados, la realidad es bien distinta. Evidentemente el pblico es libre en algunos casos
no cautivo-, inteligente pero con motivaciones diversas y conocimientos previos,
distintos tambin o carente de ellos, y busca el placer en las visitas al patrimonio, segn
se pudo comprobar en las modalidades de ocio de las sociedades contemporneas, pero
un placer que muestra distintas dimensiones (intelectual, social, casual) segn el inters
y las expectativas del visitante.
Esta tendencia de orientarse al pblico, convierte al museo en el agente comunicador
(Ballart, 2004: 98). El autor define este tipo de museo como aquel que posee capacidad
para transmitir un mensaje de apertura, accesibilidad, eficiencia y compromiso con su
pblico. El equipo debe realizar un importante esfuerzo porque el pblico participe en
sus programas y actividades para lograr que realmente sea un espacio cultural dedicado a
la sociedad. Los objetos deben actuar como mensajeros, al tiempo que se definen como
eslabones de conexin entre conceptos, imgenes e ideas con el pblico. Este pblico
recibir el mensaje de forma distinta segn sea su formacin y preparacin previa, el nivel
de atencin, la forma de captacin de su inters, la organizacin de la visita, etc., de ah la
importancia de establecer mecanismos para el anlisis y seguimiento del pblico. Con
este nuevo concepto de museo en el que el pblico adquiere un protagonismo
fundamental, se crea el denominado modelo didctico circular de discurso por el que la
actividad museogrfica ha sido objeto de una evolucin orientada a la estimulacin
187
intelectual del pblico, a travs del establecimiento de condiciones para que exista un
verdadero intercambio o dilogo cultural (Ballart, 2004: 98). Por este motivo, retomando
el principio de Tilden (2006) que afirmaba que la interpretacin no es slo instruccin ni
mera informacin, sino que es comunicacin, se muestra una vez ms el paralelismo
existente entre nueva museologa, museologa crtica e interpretacin del patrimonio
como el instrumento de comunicacin con el pblico que asegura la orientacin clara
hacia la satisfaccin del visitante (Espinosa y Bonmat, 2008).
Esta idea traducida a la realidad de los espacios expositivos actuales, lleva a realizar de
nuevo una reflexin que guarda relacin con la interpretacin del patrimonio. Los museos
y espacios patrimoniales utilizan normalmente un lenguaje muy especfico que centra su
atencin en el objeto que es expuesto. Esta forma de comunicacin, este lenguaje, debe
ser diferente, desde el momento en el que los pblicos de los museos y lugares de inters
patrimonial han cambiado. El modelo que Ballart define como modelo lineal, de emisorreceptor, caracterizado por la transmisin unidireccional de ideas y conceptos, debe
convertirse en el modelo circular citado anteriormente y que constituye la base para la
aplicacin de la interpretacin del patrimonio. Se habla, por tanto, de comunicacin,
como un proceso que incluye un emisor, un receptor y una respuesta que asegura y
garantiza que el mensaje y el medio elegido por el emisor ha sido el ms eficaz para
finalizar con el proceso de comunicacin. Segn la aplicacin de un modelo didctico u
otro (lineal o circular) se tratar de un museo constructivista o un museo comunicador,
siendo este ltimo el que resume brevemente las reflexiones realizadas con anterioridad:
El museo comunicador es un museo que tiene en cuenta el pblico y que no renuncia a
ser una herramienta educativa al servicio de la sociedad (Ballart, 2004: 101).
El museo pasa de ser un espacio enciclopdico que alberga objetos normalmente de
temtica artstica e histrica que se exponen siguiendo el modelo escaparate, para
convertirse en un lugar de encuentro cultural en el que los protagonistas son los
visitantes y las relaciones que establecen con los objetos expuestos. Esta relacin viene
orientada por la aplicacin de conceptos de contextualizacin de los objetos, el empleo
de nuevas tecnologas para el acercamiento de los diferentes temas al pblico y la
atencin a las necesidades y caractersticas del visitante en sentido genrico.
Como se ha podido observar en apartados precedentes, en el tratamiento del patrimonio
cultural y de su comunicacin al pblico, intervienen conceptos como comunicacin,
interpretacin del patrimonio y didctica, disciplinas diferentes pero que confluyen en el
mismo punto, el patrimonio cultural (Fontal, 2008). La razn radica en que el patrimonio
implica en s mismo al pblico ya que es propiedad en herencia, seleccin de cultura,
188
189
momento o lugar histrico (Gonzlez y Navajas, 2009). En los apartados que siguen se
profundizar sobre el concepto de pblico, su composicin, y las motivaciones subjetivas
que determinan la visita a lugares de inters patrimonial, as como las expectativas que
ha idealizado en la visita.
El pblico, la audiencia, la demanda o los visitantes, se han utilizado de forma indistinta
los trminos anteriores para referirse al visitante general de un lugar de inters
patrimonial cultural (museo, yacimiento arqueolgico, centro histrico, monumento, etc.)
La audiencia, los visitantes en definitiva, deben de ser la parte esencial de cualquier
proceso de activacin patrimonial en el contexto del patrimonio cultural como
construccin social. La interpretacin del patrimonio, como proceso de comunicacin,
refuerza la idea de la importancia de prestar atencin al pblico por ser el destinatario del
mensaje interpretativo y porque en su correcta transmisin se encuentra la clave para
conseguir una experiencia atractiva y diferente que estimule al visitante para lograr un
adecuado uso de los lugares de inters patrimonial y as contribuir a la conservacin y
proteccin de los mismos. El pblico, por tanto, se convierte en el elemento fundamental
en su relacin con el patrimonio cultural aunque la denominacin general de pblico
conlleve diferentes dimensiones del mismo segn el contexto en el que se desarrolle la
visita (didctico, recreativo, y turstico). Normalmente, cuando se tratan temas relativos
al consumo de patrimonio cultural en sus diferentes realidades (patrimonio
arquitectnico, museos, grandes exposiciones temporales, festivales, etc.) se piensa en
un pblico general, de carcter homogneo en cuanto a su composicin cultural y su
diversidad social porque, segn esta acepcin, incluye a adultos, a nios, a jvenes, a
desempleados, a hombres, a mujeres, etc. (Barvier-Bouvet, 1983). En este sentido, la
homogeneidad del pblico en cuanto a su composicin cultural y social llevara a definirlo
como la entidad media cuyo centro se encuentra en todas partes y su circunferencia es
ninguna (Barvier-Bouvet, 1983: 388).
Gorgas y de la Cerda (2005) realizan un interesante anlisis sobre la terminologa que ha
sido utilizada para nombrar indistintamente al pblico como visitantes, audiencia,
espectador, usuario o cliente. Segn estas autoras, estos trminos no pueden utilizarse de
forma indistinta para nombrar al pblico porque cada uno de ellos es fruto de una
ideologa y porque a cada trmino le corresponde un concepto de museo. De ah que, al
abrigo del concepto de museo tradicional ontolgico, el modelo museal ms generalizado
hasta la dcada de los aos noventa del siglo XX, se utilicen los trminos visitantes y
pblico, audiencia y participante. Con la evolucin histrica del concepto de museo
aparece el modelo del museo-mercado que entiende a esta institucin como un negocio,
190
en el que el capital en activo son las propias colecciones dando lugar al nacimiento de lo
que se ha considerado por varios autores industria musestica (Hernndez Hernndez,
2001, 2007a77; Periaez y Quintana, 2009). As, con la introduccin de las estrategias de
marketing en la promocin y difusin de la existencia y actividades del museo, se cambia
la denominacin de pblico por usuario o cliente, se habla, entre otros temas, de
clientelizar o fidelizar a la audiencia, de misin y visin del museo, de identidad
corporativa, canales de distribucin y de producto (Colbert y Cuadrado, 2003; Kotler y
Kotler, 2001; Lewis, 1998; McLean, 1998, Garrido, et al., 2006; Monistrol, 2009; por citar
slo algunas obras de referencia obligada).
En este sentido, el pblico es concebido como consumidor y potencial demanda
consumidora, que se encuentra en un contexto de compra en el que los factores internos
y externos, al igual que en cualquier otra empresa, influyen en el momento de decisin de
la compra final. En este sentido, Desvalles (2005: 65) habla de la mutacin que sufre el
museo que pasa de ser un sistema pedaggico a un sistema ldico, en el que se introduce
la etapa del beneficio econmico en trminos de eficacia: Como el teatro el museo no
puede existir sin el pblico. Pero el pblico no es la poblacin. Y la poblacin no est
compuesta nicamente por consumidores, porque el museo no sera ms que un centro
comercial.
Desde los orgenes de la aplicacin convencional del marketing cultural a museos, se ha
asistido a una evolucin en la implantacin de estas estrategias y tcnicas de marketing
dando lugar a la puesta en marcha de acciones de content marketing o marketing de
contenidos, es decir, la generacin de un contenido cultural cuya finalidad es la
publicitaria (Mateos, 2013: 17), pero cuya virtud est precisamente en pasar
desapercibida y dirigirse hacia la sociedad camuflada de difusin cultural, utilizando
soportes tradicionales (formatos no digitales) y soportes nuevos (lenguajes digitales). El
inters de estas tcnicas de comunicacin entre otros, radica en que adems de elevar el
grado de posicionamiento y promocin en trminos de planificacin estratgica de la
empresa de un lugar de inters patrimonial, sita al visitante como marco de referencia
otorgando protagonismo a cuestiones emocionales y sensoriales muy relacionadas con la
interpretacin del patrimonio.
77
Hernndez Hernndez reflexiona sobre el modelo musestico americano sustentado por donaciones privadas, en
detrimento del caso espaol que tradicionalmente ha sido financiado desde la administracin pblica. Al mismo
tiempo, se pone en cuestin la tarea de los museos frente a la gestin (management), como una de las atribuciones que
desarrollan tambin los directores de los museos, que ya no se dedican exclusivamente a las funciones tradicionales de
conservacin y proteccin de las colecciones, sino que han de administrar recursos humanos, financieros y tcnicos
para optimizar las inversiones y garantizar el funcionamiento eficaz de la institucin.
191
CONTEXTO SOCIAL/MUSEAL
PBLICO: CARACTERSTICAS
Descentralizacin poltica
Tipologa variada de museos
(cantonales, educational museums,
dime museums, museos
comerciales, escolares)
Desaparicin de museos especficos
poca de crisis
Primeros estudios de pblico en
EE.UU. (Gilman, 1916)
Propagacin del sufragio universal
Gran pblico formado por
Influencia de los museos
categoras muy diversas
americanos: la gran apertura
Funcin educativa
Aparecen los primeros turistas
Se avanzan los cambios de la Nueva
Museologa
Elaboracin propia a partir de Mairesse (2005).
192
general cuando ste no necesite medios de informacin de apoyo como los guas persona
o las guas impresas ya que stas, estn contempladas para un pblico ms especializado.
En su concepcin del pblico general, entendido como la suma de pblicos especializados
(se dira especficos o diferentes), propone la creacin de espacios distintos donde los
diferentes grupos que componen el pblico general puedan desarrollar actividades ms
especficas para evitar el inconveniente que genera la acogida del gran pblico y de los
pblicos especficos en un espacio omnipblico.
Rivire divide el gran pblico por la edad, distinguiendo as el grupo de nios y
adolescentes del de los adultos y la tercera edad. En el primer caso, define al pblico de
nios y adolescentes como un pblico espontneo, con una capacidad receptora
excepcional, que necesita espacios especficos para desarrollar actividades orientadas a
sus caractersticas (en interpretacin un programa interpretativo para adultos debe ser
totalmente diferente de uno orientado para nios) y atendidas por personal especializado
del museo en animacin cultural. Sin embargo, el segmento del gran pblico formado por
adultos y tercera edad entiende en museo como un lugar de ocio y cultura general con un
papel importante en la formacin continua, en el que se debe dar la posibilidad de
participar en programas culturales y cientficos y alcanzar la mxima apertura posible,
para que todos los individuos se sientan reconocidos. Por tanto el impulsor de la Nueva
Museologa entenda que exista un gran pblico, un pblico general que constitua la
mayor parte de las visitas de los museos a mediados del siglo XX, complementado adems
por un porcentaje elevado de pblico escolar (nios y adolescentes). En la actualidad,
continan siendo los dos flujos de visitantes ms importantes de estos espacios, y por
extensin, de los lugares de inters cultural. Las prcticas asociadas al turismo cultural en
las sociedades contemporneas conllevan el desplazamiento de masas de personas hacia
el patrimonio cultural convirtiendo su presencia en un verdadero problema para la
conservacin y proteccin de determinados recursos de extrema fragilidad, y generando
molestias en el desarrollo de las visitas. Pero el consenso sobre la existencia de este gran
pblico o pblico general desde la comunidad museolgica, no implica que no se hayan
realizado numerosos estudios de pblico, sobre todo a partir de los aos ochenta del siglo
pasado, cuando tiene lugar un aumento espectacular de las investigaciones
fundamentalmente procedentes del campo de la psicologa conductual, experimental y
de la teora de la educacin (Prez Santos, 200078). En la actualidad, se valora de forma
78
La autora desarrolla una magnfica sntesis sobre los antecedentes de los estudios de visitantes en museos desde
principios del siglo XX hasta la actualidad. Como se ha podido comprobar en esta investigacin trataremos de los
estudios de visitantes en el sentido que refleja la definicin que la autora recoge de la American Association of
Museums, en 1991, p. 62.
193
194
Variables PSICOSOCIALES
-Espacio arquitectnico.
-Ubicacin del museo. Accesibilidad
-Tipo de museo
-Facilidades de la visita y servicios asociados
-Sistemas de sealizacin y orientacin de la visita
-Caractersticas de las exposiciones (formato, diseo,
contenidos expositivos, objetos)
Variables utilizadas para describir a las personas o los
estados de las mismas:
-Caractersticas sociodemogrficas (edad, sexo,
procedencia, etc.)
-Caractersticas psicolgicas (capacidad de atencin,
percepcin, memoria)
-Experiencias previasContexto social de la visita:
-Ncleo prximo (compaa durante la visita, roles en el
grupo)
-Ncleo externo (masificacin, aglomeraciones, espacio
personal disponible)Elaboracin propia a partir de Prez Santos (2000).
Como indica Prez Santos, para desarrollar este enfoque integrador en los estudios de
pblico en museos y lugares de inters patrimonial, existen numerosas tcnicas cuyo uso
depender de los objetivos del estudio, del tratamiento que reciba la informacin y
fundamentalmente de los recursos tcnicos y econmicos de los que se disponga para
poder realizar el estudio en cuestin. En trminos generales, se puede afirmar que los
estudios relativos al pblico en museos y lugares de inters patrimonial, tienen dos
enfoques. El primero de ellos, el ms habitual y frecuente cuando se habla de estudios de
pblico, es el enfoque de carcter cuantitativo. Normalmente, se identifica con la
obtencin de informacin de tipo sociodemogrfico (edad, sexo, procedencia, duracin
de la visita, etc.), un componente importante del contexto personal de la visita. El
segundo enfoque, segn las tcnicas utilizadas y los objetivos del estudio de pblico que
se pretendan conseguir, es el enfoque cualitativo o de carcter subjetivo, aquel que se
centra en la evaluacin de actitudes, opiniones y valoraciones de distintos aspectos
holsticos de las exposiciones (diseo, ambiente, satisfaccin general, inters, etc.) y
afectivos de los componentes de las mismas (Santos, 2000: 123). Se les define como
estudios de pblico de carcter cualitativo o subjetivo porque solicita del visitante
respuestas que no se pueden cuantificar y que son elegidas a partir de un listado de
195
196
CARACTERSTICAS
Observacin
Autoinforme
Test
Tcnicas subjetivas
Indicadores de eficiencia
Problemas:
-Reactividad: el visitante se siente observado
-Tcnicos: muestreos adecuados, colocacin estratgica
de los observadores, etc.
-ticos: Observacin encubierta
Tipos:
-Entrevistas y cuestionarios: estructurados (informacin
de
tipo
sociodemogrfico),
semi-estructuradas
(cualitativo) y en profundidad (cualitativo) dirigidos al
pblico y no pblico.
-Mapas cognitivos: representacin mental del espacio
que se visita.
-Grupos de discusin y paneles de visitantes: explorar en
profundidad algunos temas de inters. Presenta
problemas metodolgicos.
-Tareas complementarias al autoinforme: la escalera,
comentario de imgenes y fotografas
Sirven para medir:
Componente afectivo
Tipos:
-Escalas de valoracin: Calidad e intensidad de la
experiencia subjetiva. Escala Likert.
-Diferencial semntico: valoracin de un concepto a
travs de adjetivos opuestos. Normalmente utilizados
para describir ambientes.
197
79
La presentacin de la actividad en el caso de una visita guiada por ejemplo, la presentacin ante el grupo (o como le
ponemos el cascabel al gato) es fundamental. Los primeros minutos en el contexto de la interpretacin del patrimonio
resultan claves para la captacin del inters y la atencin del visitante (Pinto, 2001).
198
En relacin a los estudios de pblico de museos, que a efectos de esta investigacin por
extensin podran aplicarse a cualquier lugar de inters patrimonial, se debe destacar el
estudio que realiz el Laboratorio Permanente de Pblico de Museos dependiente de la
Direccin General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, entre abril
de 2008 y marzo de 2009 (Ministerio de Cultura, 2010). El estudio mencionado se
desarroll en doce de los diecisis museos nacionales existentes en nuestro pas80, con el
objetivo de aportar informacin de carcter cuantitativo y cualitativo sobre el visitante,
adems de la valoracin del funcionamiento real del pblico que visita museos. A travs
de la investigacin citada, se pudo conocer las principales caractersticas de los visitantes,
sus hbitos de visita, las expectativas, las motivaciones, las necesidades y los
conocimientos previos sobre el museo en cuestin. Con esta informacin, se ha
construido un perfil del visitante del conjunto de los museos que participaron en el
estudio y un perfil concreto del visitante de cada uno de los museos. Al mismo tiempo, se
recogieron datos sobre el nivel de utilizacin de los servicios ofrecidos por cada museo y
de las facilidades que presentaban para realizar la visita.
La tcnica de evaluacin utilizada fue la encuesta, a travs de un cuestionario autoadministrado despus de una entrevista personal de captacin81, a la salida del museo
tras la visita, segn un sistema de seleccin de muestreo sistemtico en el caso de los
visitantes de carcter individual, ya que, en el caso de los grupos escolares, se trataba de
muestreo universal incluyendo en dicha muestra todos aquellos grupos de escolares que
visitaron los museos mencionados en el perodo de la investigacin. En la siguiente tabla
se recoge parte de los principales resultados de la investigacin mencionada,
especialmente aquellos relativos a aspectos relacionados con la composicin del pblico y
las caractersticas ms relevantes de los visitantes que lo componen. Cabe resaltar, en
este sentido, el tratamiento de los visitantes en su conjunto como pblico, infiriendo de
esta denominacin la concepcin que sobre ste se tiene en su participacin como parte
del sistema del museo, alejndose de otros trminos como audiencia o cliente que, como
se observ, se encuentran ms prximos a planteamientos de carcter econmico y de
rentabilidad financiera. El objetivo del tratamiento de la informacin que sigue consiste
en construir un perfil medio del visitante y no tanto en identificar los museos nacionales
mejor valorados por parte del pblico.
80
Los museos que participaron en el estudio fueron los siguientes: Museo del Greco, Museo Casa de Cervantes, Museo
Arqueolgico Nacional, Museo de Altamira, Museo de Amrica, Museo del Traje. CIPE, Museo Nacional de
Antropologa, Museo Nacional de Arte Romano, Museo Nacional de Artes Decorativas, Museo Nacional de Cermica y
Artes Suntuarias Gonzlez Mart, Museo Sefard y Museo Sorolla. El resto de museos nacionales no pudieron participar
porque en el momento de realizacin del estudio permanecan cerrados total o parcialmente.
81
El cuestionario era entregado por un entrevistador y cumplimentado por el visitante.
199
Figura 31: Principales resultados del estudio de visitantes en los museos nacionales en Espaa (20082009): enfoque cuantitativo
ASPECTOS
EVALUADOS
Composicin del
pblico
Caractersticas de
los visitantes
PRINCIPALES RESULTADOS
Visita individual
Visitas en grupo
Gnero
Edad
Nivel de estudios
Actividad actual
Procedencia
200
de
pblico,
investigaciones
que
aportan
informacin
de
carcter
sociodemogrfico sobre los visitantes. Pero, como se indic al inicio de este punto, el
estudio mencionado tena como objetivo obtener adems de la informacin de carcter
sociodemogrfico, informacin relativa a cuestiones de carcter subjetivo como la
valoracin personal de los servicios del museo, las expectativas y los verdaderos motivos
que han llevado al visitante a realizar la vista. Se trata, por tanto, de aspectos de carcter
cualitativo que enriquecen el conocimiento del visitante y que aportan informacin muy
valiosa que puede llevar a la modificacin de la planificacin de actividades, el
replanteamiento de recorridos, la organizacin de servicios, entre otras.
201
202
Figura 32: Principales resultados del estudio de visitantes en los museos nacionales en Espaa (20082009): enfoque cualitativo
ASPECTOS
EVALUADOS
Frecuencia de la
visita
PRINCIPALES RESULTADOS
Visitantes asiduos
Visitantes ocasionales
Visitantes espordicos
-3 visitas al ao o ms
-2 visitas al ao
-Visita que se realiza cada dos aos o ms
Implicaciones de la
frecuencia de visita
Expectativas
Motivos
Actividades de ocio
preferidas
La frecuencia de la visita permite clasificar tres tipos de visitantes en funcin del nmero
de visitas que realiza en un perodo determinado. Segn el estudio, existen tres tipos de
visitantes: los visitantes asiduos que realizan tres visitas al ao o ms, el visitante
ocasional, que realiza dos visitas al ao y el visitante espordico, que visita el museo cada
203
204
finalmente una experiencia subjetiva y personal, dependiente del contexto personal del
visitante. Por otra parte, la motivacin ldica viene a confirmar de nuevo el papel que
tiene el patrimonio cultural en el ocio habitual de las sociedades actuales, cuando el
visitante indica que la actividad preferida a la que dedica el tiempo de ocio es aprender
algo nuevo con un 59% de las respuestas.
Otros aspectos sobre la visita, de los que se desprende importante informacin de tipo
cualitativo, estn relacionados con la forma de realizar la visita y el impacto de la misma,
entendido como el resultado final y el nimo que queda en el visitante. Por otro lado, la
forma de realizacin de la visita incluye el tiempo empleado y la utilizacin de los
servicios que pone el museo a disposicin del visitante. En el siguiente cuadro se recogen
las principales caractersticas en el estudio de estas variables.
Figura 33: Principales resultados del estudio de visitantes en los museos nacionales en Espaa (20082009): enfoque cuantitativo II
ASPECTOS
EVALUADOS
Forma de realizar la
visita
Impacto de la visita
PRINCIPALES RESULTADOS
Tiempo medio
Resultado final
y el nimo que
queda en el
visitante
205
206
Los resultados del estudio de pblico aportan un perfil medio de visitante que, como
indica el documento mencionado (2010: 41), no es representativo de la sociedad
espaola, en funcin de las variables que constituyen su perfil sociodemogrfico. El
elemento que distorsiona la carga de representacin del perfil es el nivel de estudios, ya
que los visitantes con nivel de estudios superiores estn sobredimensionados en relacin
al resto de la poblacin. Este aspecto refuerza la tradicional idea de museo como un
espacio elitista y erudito, comprensible por unos pocos, dirigido a un segmento de la
poblacin que posee un nivel de estudios elevado. Se puede afirmar que el perfil medio
de visitantes sirve al museo para identificar el tipo de persona que visita el museo y
participa de sus actividades, sin olvidar que es un perfil medio de un visitante general y
que, por tanto, existen otros tipos de visitantes de carcter no general a los que se debe
atender de igual forma. En primer lugar, mediante la conversin del no pblico en pblico
del museo, donde la variedad de segmentos o grupos de visitantes es mucho mayor. En
segundo lugar, esta variedad de pblicos no generales implica la renovacin de
propuestas, servicios y actividades con el fin de conseguir que el museo deje de ser
considerado por parte de la sociedad por un espacio elitista. En nuestra opinin el desafo
de los museos en el siglo XXI radica en atender al visitante real que constituye el volumen
mayoritario y al mismo tiempo convertir a los museos en verdaderos espacios de
encuentro social para todo tipo de pblico, ya que finalmente como se ha podido
observar la experiencia es subjetiva y emocional.
A modo de sntesis, el perfil medio del visitante de museos nacionales se caracteriza por
los siguientes rasgos:
Figura 34: Perfil medio del visitante de museos
nacionales en Espaa
Mujer
52,5%
Edad media
42 aos
Estudios universitarios
64%
En pareja
56%
Con nios
8,8%
Trabajador en activo
61%
Reside en Espaa
75%
25%
Fuente: Ministerio de Cultura (2010).
207
Los perfiles medios de visitantes que se obtienen a partir de los estudios de pblico en
lugares de inters patrimonial (se incluyen en este grupo a los museos, yacimientos
arqueolgicos, monumentos, conjuntos monumentales, etc.), indican, por lo general, que
el nivel de formacin en estudios superiores, es el elemento que permite definir a un
pblico interesado por la cultura. Sin embargo, un elevado inters, no es garanta de
mayores posibilidades de decodificacin del mensaje patrimonial por los motivos que se
expusieron anteriormente. La ampliacin social del inters por la cultura, indica que ha
aumentado el nmero de visitantes en lugares de inters patrimonial, y dentro de esta
ampliacin, la variedad de personas y perfiles de pblico aumenta. Por tanto, desde la
ptica de la gestin, los responsables de la planificacin, organizacin y diseo de
programas, actividades, servicios y recursos para el visitante han de tener en cuenta la
variedad del pblico en relacin a sus intereses, motivaciones, preparacin y expectativas
depositadas en la visita que, en algunos casos, son prcticamente inexistentes. Esta
realidad lleva a conectar las experiencias en el patrimonio con la interpretacin, con el
objetivo de acercar el patrimonio cultural a la sociedad. No se trata de banalizar ni
devaluar el significado del patrimonio, ms bien lo contrario se trata y ah reside la
dificultad de la autntica divulgacin, de utilizar todas las herramientas a nuestro alcance
para despertar dicho inters, para hacer sencillo lo complejo sin renunciar al rigor, para
acercar la cultura a la sociedad y con ello progresivamente, lograr que sea la sociedad la
que se acerque a la cultura (Blaya, 2004: 3). En este sentido, es fundamental llevar a
cabo procesos de planificacin sobre el patrimonio cultural ya que el elevado grado de
atraccin de los recursos patrimoniales no es suficiente para que el pblico en general
muestre inters por visitarlos. Siguiendo a la misma autora los recursos culturales
necesitan un hilo conductor que los convierta en oferta cultural para proporcionar
experiencias en el patrimonio y que descubra su significado. Este hilo conductor, nos lo
proporciona la interpretacin del patrimonio (2004: 3). Por tanto, en referencia a los
estudios de pblico, Gorgas y de la Cerda (2005: 72) opinan que no se trata de conocer a
nuestros clientes para ofrecerles lo que mejor les complazca, ni a nuestros usuarios para
brindarles un servicio satisfactorio y aunque es vlido, tampoco se trata de aumentar
nuestras audiencias. Se trata de comprender mejor el fenmeno museo, la experiencia
museal que siempre es ntima y personal, aunque nuestro visitante pertenezca a uno o
muchos grupos sociales y que el mismo museo sea un espacio vlido de socializacin.
Esta afirmacin en el contexto terico de la interpretacin del patrimonio, se manifiesta
en la creencia de que es necesario conocer al visitante de lugares de inters patrimonial
porque la interpretacin realmente donde tiene lugar es en la cabeza del visitante
(Morales, 1999), espacio donde confluyen determinados aspectos de la psicologa
208
209
Aprendizaje formal
Generalmente FUERTE
Aprendizaje informal
Generalmente DBIL
Educandos/pblico escolar
Tiempo de ocio
Tiempo formativo
Diferente actitud psicolgica
No cautivos
Cautivos
Diferente motivacin
Heterogneo
Tiempo limitado
Tiempo extenso
Elaboracin propia a partir de Morales (1998) y Ham (2005).
210
A pesar del valor didctico del patrimonio cultural y de las motivaciones subjetivas que
llevan al individuo a visitar un lugar de inters patrimonial, se podra afirmar que,
generalmente, en la mayora de lugares de inters patrimonial el visitante o la audiencia,
est en su tiempo de ocio. Esta idea se sustenta en la introduccin y extensin de la
cultura y de las prcticas culturales como parte del ocio habitual de las sociedades
actuales, aspecto que se desarroll con mayor profundidad en captulos anteriores.
Los motivos que explican la aproximacin al patrimonio cultural son variados, pero
siempre comparten la subjetividad del individuo en la experiencia patrimonial
(Apostolakis, 2003; Richards 1996a, 1996b). En la figura que sigue se muestran los
factores que llevan a un individuo a visitar lugares de inters patrimonial.
Segundo periodo
Motivaciones
Autenticidad
de los turistas
Definiciones
conceptuales
Experiencia de los
Factores push
visitantes
AUTENTICIDAD
Definiciones
descriptivas
Factores pull
Caractersticas
genricas del lugar
de inters
Fuente: Apostolakis (2003: 803).
211
212
no ser la misma para un grupo de escolares cuya visita a un lugar de inters natural o
cultural se incluye en la programacin docente de un programa formativo que la de aquel
que realiza una visita a un recurso patrimonial durante una jornada distinta a sus
actividades habituales dentro de una estancia vacacional de sol y playa, por ejemplo. Este
visitante accede al lugar de inters patrimonial de manera intencionada, casual o
accidental, e incluso podra elegir otro tipo de visita o de actividad en un contexto de
recreacin, disfrute y ocio. Por ello, la interpretacin del patrimonio ofrece las tcnicas
necesarias para comunicar el significado del objeto patrimonial al visitante teniendo en
cuenta su predisposicin psicolgica ante la visita, el contexto en el que se desarrolla y el
objetivo final de la aplicacin de las mismas.
Pero Ham (2005) avanza an ms en el conocimiento de los visitantes. Para este autor,
incluso la audiencia cautiva procedente de un entorno escolar y de formacin reglada,
puede presentar elementos de no cautividad si la persona en cuestin no entiende este
entorno como un contexto cautivo, es decir, si no siente que necesita superar una prueba
de conocimiento o evaluacin (notas o evaluaciones acadmicas) que le obligan a
encontrarse all. As, la diferencia fundamental entre los dos tipos de visitantes es
psicolgica y no fsica, en la medida en que la actitud de la audiencia ante un entorno de
comunicacin concreto es lo que diferencia a la interpretacin de otras formas de
comunicacin: Todas las audiencias que tengan la libertad de ignorarnos (sin temor a la
penalizacin o a perder un premio) son no cautivas (Ham, 2005: 4). Ello obliga a
reflexionar sobre los estudios de visitantes que se realizan en los lugares de inters
patrimonial natural y cultural, ya que no debe suponer de antemano que el visitante que
no proceda de un contexto escolar forma parte del grupo que Ham denomin audiencia
no cautiva (Escarpanter, 2011)82. Su estado de no cautividad depender del grado de
atencin del individuo, de la forma de presentar el mensaje interpretativo a partir del
objeto patrimonial, de la organizacin de la visita, etc., porque psicolgicamente toda la
audiencia-incluso el estudiante en una sala de clases durante un examen- es
biolgicamente no cautiva (Ham, 2005: 4) En la siguiente figura se presentan de forma
resumida las principales conclusiones sobre audiencia cautiva y audiencia no cautiva que
se han comentado a lo largo de estas lneas.
82
La autora muestra en este artculo los principales resultados del anlisis realizado sobre dos actividades (visita
personalizada y visita no atendida por personal) del Museu dels Volcans dOlot (La Garrotxa) que demuestran la eficacia
de la interpretacin en la construccin de mensajes patrimoniales a partir del estmulo y la provocacin de emociones a
travs de la relevancia al ego y la conexin emocional con el visitante no cautivo.
213
GENERAL
ESCOLAR
DIFERENCIA PSICOLGICA
Misma aptitud intelectual
La audiencia biolgicamente es no cautiva
Contexto cautivo
Estas reflexiones justifican la inclusin del tratamiento del pblico como uno de los
elementos fundamentales del proceso de comunicacin patrimonial. Por tanto, el
conocimiento del visitante ha de ser completo y riguroso, adems de actualizado (Larsen,
2007).
En apartados posteriores se centrar la atencin de forma especfica a la interpretacin
del patrimonio y a la planificacin interpretativa como estructura de trabajo para
acometer la tarea de activar territorios a partir de la interpretacin. Como se podr
observar, en un proceso de planificacin interpretativa integral habra que analizar los
datos que existan sobre los visitantes del lugar y pronosticar la cuanta y tipologa de
usuarios potenciales, es decir, realizar un anlisis de la demanda actual y potencial. Es
necesario un anlisis riguroso del visitante real y potencial para conocer aspectos
significativos como los patrones de visita relativos a la poca de mayor afluencia, los
horarios y el uso del espacio patrimonial; la duracin de la visita prevista y aceptable; el
tamao, la estructura y el tipo de grupos; si existen grupos especiales (discapacitados,
cientficos, tercera edad); cules son las caractersticas socioeconmicas de los visitantes,
los conocimientos o experiencias previas y datos relacionados con la procedencia, el tipo
de viaje, si se registra un grado importante de repeticin de visitas, y si el recurso
patrimonial rene las condiciones adecuadas para recibir a grupos con necesidades fsicas
especiales en cuanto a rampas de acceso normalizadas para sillas de ruedas, servicios
higinicos, etc. Esta informacin relativa al visitante vendra a confirmar el papel de la
interpretacin del patrimonio como instrumento de gestin de lugares de inters
patrimonial en trminos de uso adecuado de los recursos como base para la proteccin
de los mismos a partir de la estimulacin de comportamientos positivos en el visitante
214
(Ham, 2008; Blaya, 2004; Morales, 2008; Vander Stoep; 2003; Fratto, 2014). En este
sentido, Fratto (2014: 16) dice lo siguiente:
Trabajemos para que los visitantes sean ms que pagadores de entradas y de impuestos.
Veamos a cada visitante como una oportunidad, y que su paso por nuestra rea o centro
no quede en oportunidades perdidas, que todas las visitas sean oportunidades ganadas.
Este proceso de comunicacin debe centrarse en el contexto recreativo en que se
desarrolla la visita, ya que como ha sido mencionado anteriormente, el visitante, ya sea
local o forneo, est en su tiempo de ocio. Como indica Morales (1998), la interpretacin
durante la visita ha de ser posible, basada en la atraccin de la atencin del visitante y en
la seduccin del mismo. Adems debe ser fcil de comprender por parte del pblico, es
decir, fcilmente procesable en la mente de los destinatarios del mensaje y al mismo
tiempo tiene que ser entretenida y agradable. La importancia de que la comunicacin sea
entretenida y agradable radica precisamente en que las visitas en lugares de inters
patrimonial se desarrollan en un contexto de ocio para el pblico y ste, en la mayora de
los casos no posee ni exige conocimientos profundos sobre el recurso cultural y el
entorno en que se realiza la visita.
En esta lnea, y a modo de avance sobre la estructura del proceso de comunicacin y de
los elementos que lo conforman, resulta imprescindible transmitir un mensaje
interpretativo que sea fcilmente comprensible por el pblico. Este mensaje estar
compuesto por conceptos sencillos, claros y estructurados que tengan un significado
transparente y fcil de comprender. Adems este mensaje ha de ser interesante, esto es,
que la informacin que se proporcione durante la visita sea relevante al ego y a la
personalidad del visitante y por tanto til a la persona destinataria. As, la relevancia al
ego es un aspecto muy importante dentro de la interpretacin del patrimonio ya que si se
consigue identificar ciertos aspectos del recurso con alguna experiencia o vivencia
protagonizada por los visitantes en su vida cotidiana, resultar ms sencillo de entender y
ms difcil de olvidar. Estas palabras de Schouten (1995), citado por Santana (2003a:6),
resumen brevemente la relacin entre interpretacin de patrimonio y la relevancia al ego
que defina Tilden: una buena interpretacin est basada en las conexiones realizadas
con ideas y experiencias que ya sean familiares y sobre el aumento de la curiosidad de los
visitantes. En el caso de los visitantes locales el acercamiento del patrimonio cultural
local al pblico residente a travs de la relevancia al ego sera ms fcil de obtener ya que
los elementos patrimoniales son reconocidos como propios.
Cuando se ha tratado en este apartado la naturaleza del pblico se ha hecho referencia al
215
pblico escolar como uno de los tipos de pblico que visita lugares de inters patrimonial
por motivos formativos en el contexto del aprendizaje formal. Como indica Fontal (2008),
el pensamiento didctico es el elemento que diferencia a la didctica del patrimonio de
otras ciencias patrimoniales, que da lugar a diferentes modelos didcticos estructurados
en elementos como el docente, el discente, el contenido y el contexto educativo. Por
tanto, se trata de un contexto diferente al del visitante no cautivo precisamente por las
caractersticas del pblico.
Si se toma el tipo de pblico como el determinante para definir el contexto de la visita
como se vio en Ham (2005), nos encontraremos ante un pblico cautivo por definicin,
aunque en esta afirmacin interviene la actitud psicolgica del visitante. Por lo general, se
puede afirmar que el pblico escolar es pblico cautivo, porque la visita estar sujeta con
seguridad a algn tipo de evaluacin en sentido positivo o negativo. En lo que se refiere a
esta investigacin, aunque sea el pblico escolar un pblico cautivo, es posible y
aconsejable la utilizacin de la interpretacin del patrimonio en la comunicacin del valor
del patrimonio cultural al pblico escolar (Bazn, 2013; Morales y Pastor, 2002). No se
trata de banalizar el contenido ni adaptar nicamente el lenguaje, sino de disear los
mensajes en funcin de los diferentes tipos de pblico para asegurar la eficacia de la
comunicacin del valor del sitio de inters. El pblico escolar constituye uno de los tipos
de pblico identificado en las visitas a lugares de inters patrimonial que forman parte de
su programa formativo. Sus caractersticas obligan necesariamente a la adaptacin del
mensaje, de los medios y servicios interpretativos para conseguir el objetivo final, que es
en definitiva, un eficaz acercamiento entre el patrimonio cultural y el pblico escolar.
Como opina Espinosa (2002: 4) Nuestros museos siguen siendo casi siempre casas de las
musas, lugares sagrados donde al entrar nos invade un sobrecogimiento reverencial y una
atmsfera de templo potenciada por luces aspticas, vitrinas y prohibiciones no
explicadas, y en los que adems pretendemos que tropas de infantes ms o menos
indisciplinados guarden un respetuoso silencio y se abstengan de tocar nada. Estas
palabras reflejan fielmente la visita de grupos de escolares a un museo, que podra
extrapolarse perfectamente a cualquier otro tipo de recurso de inters cultural. En
palabras de Espinosa (2002b: 4), volvemos al matadero cultural, pero en versin
escolar, de ah que la interpretacin del patrimonio sea fundamental para crear
experiencias patrimoniales y revelar significados aplicada en un contexto cautivo y no
cautivo.
216
217
se refleja, por ejemplo, en las mujeres en avanzado estado de gestacin, familias con
nios, personas enyesadas, personas con dificultades en la visin, tercera edad, etc. Son
denominadas personas con movilidad reducida, cuya discapacidad es causada por
factores cronolgicos (nios menores de seis aos), factores antropomtricos
(gigantismo, enanismo, obesidad) y circunstancias transitorias como la gestacin, visitas
con nios en cochecito, enyesados, convalecientes de un accidente, personas que sufren
enfermedades crnicas, etc. (Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, 200883).
Con el fin de clarificar los conceptos que se vienen tratando en estas lneas, se incluye la
siguiente figura donde se resumen cuestiones clave relacionadas con los trminos
deficiencia, discapacidad y minusvala, trminos habitualmente utilizados como
sinnimos, a pesar de que no lo son. Al mismo tiempo se recogen las limitaciones o
restricciones que supone la discapacidad que como se puede observar, forman un
conjunto ms amplio de lo que generalmente se identifica como pblico discapacitado.
Figura 39: Conceptos de deficiencia, discapacidad y minusvala
CONCEPTO
Deficiencia
Discapacidad
Minusvala
83
DEFINICIN Y CARACTERSTICAS
-Perspectiva fsica/salud
-Prdida o anormalidad de una estructura o funcin psicolgica, fisiolgica o anatmica
-Consecuencia funcional de una deficiencia (ms de 6 meses)
-Posibilidades:
Prdida de visin (incluso cuando se llevan gafas o lentes de contacto)
Prdida de audicin
Dificultades para hablar la lengua materna
Desmayos, ataques o prdida del conocimiento
Lentitud para el aprendizaje y la comprensin
Uso incompleto de brazos o dedos
Dificultad para sujetar objetos
Uso incompleto de piernas o pies
Tratamiento para el estado emocional
Limitaciones para realizar actividades o esfuerzo fsico
Desfiguracin o deformidad
Necesidad de ayuda o supervisin debido a una enfermedad mental
Secuelas derivadas de una herida en la cabeza, un golpe o una lesin cerebral
Tratamiento a largo plazo por sufrir una enfermedad
Cualquier otra posibilidad derivada de una limitacin
-Limitacin para desarrollar ciertas tareas que son especficas de la vida cotidiana
-Segn esta definicin, una persona puede tener una discapacidad y no una minusvala
-Limitaciones en su vida personal relacionadas con:
Cuidado personal
Movilidad
Comunicacin verbal
Educacin
Empleo
Elaboracin propia a partir de Darcy (1998).
En adelante, MITYC.
218
84
Desde la perspectiva turstica, en relacin a los casos de estudio que se desarrollan en esta tesis, la tercera edad
constituye uno de los segmentos de mercado relevante para el destino turstico de la Costa Blanca. Por tanto, desde la
ptica de la gestin, habra que tener en cuenta la inclusin y la accesibilidad como paradigmas en la planificacin y
gestin de productos en este destino. Para ampliar estas cuestiones se recomienda la lectura del documento El mercado
potencial del turismo accesible para el sector turstico espaol, Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, 2008.
219
220
221
CONTENIDO
El diseo es til para cualquier tipo de usuario
Uso flexible
Informacin
perceptible
Tolerancia al error
Bajo esfuerzo fsico Diseo usado de forma confortable y eficaz con un mnimo
de fatiga
Tamao y espacio para Tamao y espacios que permitan el acercamiento, alcance,
el acceso y uso manipulacin y uso del dispositivo atendiendo al tamao del
cuerpo, la postura o la movilidad
Elaboracin propia a partir de Fundacin Sidar (http://www.sidar.org/recur/desdi/usable/dudt.php)
222
PAUTAS
Proporcionar las mismas maneras de uso para todos los usuarios: idntico cuando es
posible, equivalente cuando no lo es.
Evitar la segregacin o estigmatizacin de cualquier usuario
Garantizar la disponibilidad de condiciones de privacidad, garanta y seguridad para todos
los usuarios
Diseo atractivo para todos los usuarios
Posibilidades de eleccin en los mtodos de uso
Adaptacin para el uso por parte de diestros y zurdos
Facilitar al usuario la exactitud y precisin
Adaptacin al paso o ritmo del usuario
Eliminar la complejidad innecesaria
Consistencia con las expectativas e intuicin del usuario
Adaptado a un amplio rango de alfabetizacin y habilidades lingsticas
Informacin ordenada en funcin de su importancia
Inclusin de avisos y mtodos de respuesta durante y tras la finalizacin de la tarea
Uso de diferentes modos para presentar de manera redundante la informacin esencial
(visual, verbal y tctil)
Suficiente contraste entre la informacin esencial y complementaria
Maximizar la legibilidad de la informacin esencial
Diferenciar elementos que puedan ser descritos (dar instrucciones o direcciones)
Proporcionar compatibilidad con tcnicas o dispositivos usados por personas con
limitaciones sensoriales
Disposicin de elementos para minimizar riesgos y errores (elementos ms usados, ms
accesibles, y los elementos peligrosos, aislados o tapados)
Proporcionar advertencias sobre peligros y errores
Proporcionar caractersticas seguras de interrupcin
Disuadir de realizar acciones inconscientes en tareas que requieren vigilancia
Permitir que el usuario mantenga una posicin corporal neutra
Utilizar de forma razonable las fuerzas necesarias
Minimizar acciones repetitivas
Minimizar el esfuerzo fsico continuado
Proporcionar una lnea de visin clara hacia los elementos importantes, sentado o de pie
Poner al alcance del usuario cualquier elemento, sentado o de pie
Adaptado a variaciones de tamao de la mano o del agarre
Proporcionar el espacio necesario para uso de ayudas tcnicas o asistencia personal
85
Para profundizar en las cuestiones relativas al diseo universal sobre el patrimonio, recomendamos la lectura en
el documento mencionado de los apartados centrados en la intervencin en cascos histricos, en inmuebles
histrico-artsticos, en yacimientos arqueolgicos y en jardines histricos.
223
algunos casos, en los que no se previeron los criterios del diseo universal en la
creacin o activacin de recursos patrimoniales, se subsana el problema con la
disposicin de salas y reas especiales para el pblico discapacitado. Pero, como indica
el diseo universal, se trata de incluir de forma integral y no paralela, de ah que la
postura ms adecuada se encuentre en la integracin del pblico con discapacidad con
el pblico mayoritario, en los mismos espacios y recorridos de los museos sin destinar
espacios especiales.
Como indican Espinosa y Guijarro (2005), existen ciertas recomendaciones para hacer
accesible el patrimonio cultural entendido como continente, es decir, como el espacio
que recibe visitantes de todo tipo. En este sentido destacamos el Declogo de buenas
prcticas en accesibilidad turstica. Destinos y recursos culturales y naturales, editado
por el MITYC, donde a lo largo del documento se establecen una serie de
recomendaciones para lograr recursos tursticos accesibles. Como aparece en la
estructura del ndice del citado documento, se proponen recomendaciones para vas y
espacios urbanos de destinos tursticos, museos y edificios histricos, parques
naturales y playas. En cuanto a los museos y edificios histricos, las recomendaciones
van dirigidas a garantizar la accesibilidad exterior, el acceso al recurso patrimonial,
mejorar la comunicacin vertical y horizontal, la disposicin y diseo de instalaciones y
aseos y directrices sobre cmo disear la comunicacin sensorial, que engloba a todos
los elementos anteriores. Evidentemente, el desarrollo de una misma recomendacin
puede beneficiar a varias discapacidades al tiempo que la priorizacin del criterio es
variable.
En el cuadro que sigue se resume de forma sinttica las principales caractersticas que
deben reunir los espacios patrimoniales para acoger a personas con algn tipo de
discapacidad, aunque se recuerda que, cualquier tipo de solucin o recurso orientado
a garantizar o mejorar la visita del pblico discapacitado, redundar siempre de forma
positiva en la visita del pblico sin discapacidad. Al mismo tiempo, es fundamental que
el sistema de informacin y sealizacin de los recursos y espacios de inters
patrimonial indique de forma clara y accesible la disponibilidad de recursos y
artefactos para esta gran minora de visitantes (Cameron y Darcy, 2012). Como se
observa en la informacin que sigue, se incluyen referencias al acceso a los lugares de
inters patrimonial y las condiciones ptimas para el desplazamiento horizontal y
vertical en el interior, detallando en algunos casos la anchura de los espacios para la
circulacin de dos sillas de ruedas, cuestiones relacionadas con la iluminacin y las
caractersticas de los ascensores y plataformas elevadoras, entre otros.
224
ELEMENTO
Puertas
Mostradores
Desplazamiento
vertical
Escaleras
Ruta de
circulacin
Ascensores
Braille, voz
Autnomos para visitantes en silla de ruedas dentro y fuera del ascensor
Dispositivos y teclados a 1,30 m de altura
Botones de parada y alarma deben destacar del resto
Plataformas
elevadoras
Desplazamiento
horizontal
CARACTERSTICAS
Ms adecuadas las automticas
Evitar las giratorias
Que no supongan esfuerzo
Altura que permita la aproximacin frontal de un usuario en silla de ruedas
Mismas caractersticas para mobiliario y expositores de informacin e
informatizados
Relacin dimensional entre huella y contrahuella
Sealizacin de peldaos (colores intensos) primero y ltimo para deficientes
visuales; peldaos rectos y sin voladizo, pavimento antideslizante
Barandilla con doble pasamano
Altura del peldao: menor o igual a 16, anchura mayor o igual a 30 cm
Refuerzo de iluminacin
Recursos
especiales
Colores
Mobiliario
Megafona
Disposicin
de objetos,
recursos
espacios
Pavimentos
Amplitud de
espacios
Iluminacin
Aseos y
lavabos
Sealizados
Para los dos sexos (necesidad de acompaante)
Uso real
Cambiadores de paales en aseos masculinos y femeninos
Elaboracin propia a partir de Espinosa y Guijarro (2005) y MITYC (2007).
225
DISCAPACIDAD
SENSORIAL
Ceguera total
Resto visual
Odo
Movimiento
A los efectos de la presente tesis doctoral, las caractersticas sociodemogrficas del visitante relativas a su nivel y
tipo de formacin previos, pueden constituir en cierto sentido una discapacidad para comprender el objeto
contemplado o el lugar de inters patrimonial visitado. De ah que, cualquier recurso o solucin sensorial orientada
al pblico con discapacidad, beneficie el acercamiento de un visitante no discapacitado al patrimonio cultural.
226
cules son los comportamientos que deben seguir las personas (guas de patrimonio
cultural, informadores, para el caso que nos ocupa) que establecen contacto con el
pblico con discapacidad. Evidentemente, cada tipo de discapacidad exigir
comportamientos distintos como se indica en la figura que sigue:
Figura 44: Tipos de discapacidades y comportamientos deseables por parte del personal
DISCAPACITADOS FSICOS
Personas que caminan despacio y/o que
utilizan muletas
DISCAPACITADOS SENSORIALES
Sordos
Ciegos
No gritar
Mantener la tranquilidad
Hablar con un ritmo medio
Vocalizar correctamente
Mirar a los ojos del interlocutor
Mantener la zona de la boca limpia de obstculos
Permanecer quieto mientras se comunica
Ayudarse de la mmica y de la escritura
Buscar una zona iluminada
Mantener la tranquilidad
Prescindir de gestos y ademanes
No elevar el tono de voz
Las referencias a la visin o la ceguera no son tabes
Contactar directamente no a travs del acompaante
Ofrecer el brazo y caminar delante
Indicaciones para advertir
Ofrecer ayuda pero no hacer algo en su lugar
No distraer, molestar, tocar e intentar ayudar al perro-gua
Conversacin amplia, la ceguera no lo es todo
Orden
Tratar de comprender y no ponerse nervioso
No aparentar haber comprendido cuando no es as
Atencin especial a las conversaciones con personas sordas:
particularidades
DISCAPACITADOS INTELECTUALES
Ser natural y sencillo en la manera de hablar a la personas con limitaciones de comprensin
Responder a sus preguntas
Trato de acuerdo a su edad
Limitar la ayuda a lo necesario para dar autonoma en el resto de actividades
Facilitar la relacin con otras personas
OTRAS DISCAPACIDADES
Discapacidades ms difciles de observar (reacciones alrgicas a la exposicin al aire, al sol o algn tipo de material)
Debemos preguntar cmo desean ser tratadas
Elaboracin propia a partir de MITYC (2007).
227
87
Para obtener ms informacin en relacin a la atencin al pblico con discapacidad recomendamos la visita a la
URL: http://www.marqalicante.com/Paginas/es/SERVICIO-DE-INTEGRACION-P119-M8.html. En este sentido, el 5 de
noviembre de 2013 recibi el premio Solidario ONCE Comunidad Valenciana por el desarrollo de programas y
proyectos continuados relacionados con la accesibilidad.
88
La informacin disponible a propsito del diseo del proyecto arquitectnico se encuentra en:
http://www.museusdelavilajoiosa.com/. Como figura en la fuente mencionada, el nuevo museo est siendo
diseado segn criterios de diseo universal en cuanto a la estructura del edificio como a los servicios y actividades
que en l se desarrollen. As, el equipo responsable de su diseo formado por especialistas en museografa y
arquitectura han asumido el concepto de accesibilidad integral para conseguir un edificio funcional, verstil,
adaptable y cmodo para todos sus visitantes, atendiendo a todos los detalles necesarios orientados a la
consecucin de tal fin (puertas, sealtica, iluminacin, accesorios, servicios higinicos, dispositivos de seguridad,
rampas de evacuacin, suelos, pasamanos, ascensores, escaleras, etc.). Fecha de acceso: 22/3/2013.
228
229
3.- INTERPRETACIN
Los lugares deben ser vistos por uno mismo y experimentados de forma directa ().
As pues, la copresencia implica ver, tocar, or, oler o saborear un lugar especfico.
(Urry, 2008: 53).
Este apartado se centra en el anlisis de la interpretacin del patrimonio desde la
perspectiva de su condicin instrumental como herramienta que puede servir para
establecer un proceso de comunicacin con el pblico, para revelar los valores y
significados de los bienes patrimoniales a un pblico que visita estos lugares de inters
en su tiempo libre. No es objeto de atencin en este punto tratar con mayor
profundidad cules son las caractersticas de la experiencia turstica en la actualidad y
hacia dnde se dirigen las estrategias en la gestin de productos y destinos
experienciales, aspectos que sern tratados en captulos posteriores. Sin embargo,
dada la evidente relacin que se establece entre experiencia patrimonial e
interpretacin del patrimonio como herramienta reveladora de significados, se ha
credo oportuno dedicar un espacio para reflexionar sobre cules son las conexiones
existentes entre esta experiencia patrimonial y los visitantes y la forma en que la
interpretacin puede aumentar la calidad de esta experiencia.
Si se toma como referencia las palabras de Urry (2008) que abran este apartado, se
observa la relacin directa que existe entre el individuo y los lugares que visita como
premisa para que exista la actividad turstica. Esta relacin que Urry denomina
copresencia, se caracteriza fundamentalmente por la presencia imprescindible de la
persona en el lugar visitado, que en el contexto turstico contemporneo adquiere una
dimensin multisensorial. Con la intencin de no resultar reiterativos en relacin a los
contenidos tratados anteriormente en la presente tesis sobre el ocio en las sociedades
contemporneas y la cultura como parte fundamental de ese ocio, nicamente se
procede a recordar ciertas cuestiones que enlazan con el apartado dedicado a la
interpretacin del patrimonio como instrumento que puede servir para proporcionar
experiencias patrimoniales sensoriales que satisfagan las inquietudes culturales y
recreativas de los individuos del siglo XXI.
En esta aproximacin se asume la estrecha relacin que existe entre ocio y cultura en
las sociedades contemporneas, y que el patrimonio cultural como parte de este
componente ldico, es objeto de procesos de activacin y comunicacin global que
requieren otro tipo de intervenciones y de acciones que permitan al pblico acceder al
230
DREAM SOCIETY
Inteligencia racional
Inteligencia emocional
Confort fsico
Confort espiritual
Discurso abstracto
Historias, ritos
Tecnologa
Valores
Tangible (objetivo)
Intangible (subjetivo)
Mente, inteligencia
Corazn
El concepto de dialogismo fue tratado en relacin al concepto y las funciones de los museos en la actualidad,
caracterizados por la inversin del proceso de comunicacin patrimonial entre institucin y visitante.
231
Las tcnicas de animacin patrimonial (living history, reenactment) fueron tratadas en el apartado anterior del
presente captulo.
232
El protagonismo de los sentidos al que se refiere Urry como el elemento que define el
viaje corporal, se trata de forma amplia en su obra Sociologie des mobilits (2005).
Para este autor, los sentidos contribuyen a la orientacin del ser humano en la
dimensin espacial y le sirven adems para producir significados en determinados
mbitos de la vida cotidiana que son perceptibles de forma relativa. As, considera el
tacto como el sentido que concierne a los sentimientos y las relaciones ntimas, como
la vista sera el sentido ms noble ya que se asocia a cosas del espritu, sentido que,
por otra parte, es el que genera la visualidad como caracterstica de las sociedades
occidentales contemporneas. El carcter social de los sentidos realizado por este
autor en la obra mencionada se refleja de la siguiente manera:
OLFATO
ODO
TACTO
El anlisis sobre el carcter social de los sentidos realizado por Urry en el contexto del
postmodernismo y la sociedad de ensueo a la que se haca referencia con
anterioridad, refuerza la esencia de la interpretacin del patrimonio como creadora de
experiencias. Los ejemplos a propsito del uso de los sentidos en experiencias
patrimoniales son numerosos91, fundamentales sobre todo en aquellas experiencias
diseadas y orientadas a los visitantes con algn tipo de discapacidad sensorial. Por
ejemplo, en el caso de uno de los recursos arqueolgicos y paleontolgicos ms
relevantes del territorio nacional como son los yacimientos de la Sierra de Atapuerca
(Burgos), declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en el ao
2000 como Sitio Arqueolgico de Atapuerca, cabe resaltar la labor efectuada por su
equipo de difusin y didctica de los yacimientos mediante la aplicacin de la
91
Resulta oportuno destacar en este punto, los ejemplos de uso de los sentidos en experiencias patrimoniales
aportados por Campuzano (2007); Luque (2001), Gallego Picard, (2000), Lezcano (2011), entre otros.
234
235
92
237
experiencia recreativa del visitante y para inspirar de una manera agradable un mayor
aprecio hacia el recurso. El aspecto ms destacable de esta definicin guarda una
relacin directa con la calidad de la experiencia patrimonial en un contexto recreativo,
permitiendo que la relacin del visitante con el recurso, con el sitio de inters, sea
satisfactoria y vaya ms all de la informacin recibida.
Delibes de Castro incorpora un elemento ms a las definiciones anteriores que tiene
que ver con el amor por el lugar y el amor por compartir con el pblico, en otras
palabras, la necesaria pasin que se requiere para construir experiencias patrimoniales
creativas y emocionales (Glenn, 2009). As, Delibes de Castro dice que la
interpretacin consiste en ayudar a enamorar, el patrimonio natural y cultural necesita
ser querido. En este sentido, no debera molestar a los intrpretes ser tildados de
alcahuetes, de amables celestinas ocupadas en descubrir al visitante los ms secretos
atractivos, las ms disimuladas virtudes del espacio-parque natural, conjunto histrico,
ecomuseo- que interpretan (2003: 19).
En relacin con el papel del visitante la Countryside Commission for Scotland define la
interpretacin del patrimonio como el arte de explicar al pblico el carcter del lugar,
especialmente a los visitantes casuales de forma que tomen conciencia del significado
del sitio que visitan y desarrollen su deseo de conservarlo. De esta definicin es
importante destacar el trmino visitantes casuales, es decir, aquellos visitantes que
se encuentran en el lugar de inters patrimonial de forma casual. Como se pudo
observar en los apartados dedicados al estudio del pblico en contextos patrimoniales,
la casualidad como caracterstica, implica la existencia de varios factores que se deben
tener en cuenta en el desarrollo de la visita: el contexto de ocio, una motivacin
relativa o inexistente por el lugar patrimonial y una predisposicin personal escptica.
Del mismo modo, la National Association for Interpretation (Estados Unidos) define la
interpretacin como un proceso de comunicacin basado en una misin que produce
conexiones emocionales y cognitivas entre los intereses del pblico y los significados
inherentes al recurso. En ella, se hace relevante un aspecto fundamental que consiste
en la posibilidad que ofrece la disciplina para producir conexiones emocionales y
cognitivas con el visitante (Ham, 2006, 2007), aspectos que caracterizan, por otra
parte, las experiencias de ocio y recreativas en las sociedades del ensueo del siglo
XXI.
En este repaso sobre la evolucin del concepto de interpretacin, es oportuno
recordar la definicin que Morales y Ham (2008: 7) recogen en la referencia citada. La
interpretacin efectiva es un proceso creativo de comunicacin estratgica, que
239
240
Otro de los elementos que resultan ser clave para atribuir a la interpretacin la
capacidad de generar experiencias patrimoniales basadas en la emocin y en los
sentidos, radica en el contexto en el que el pblico se aproxima al recurso patrimonial.
El pblico se encuentra en su tiempo libre (contexto no cautivo, recreativo, de ocio,
como se quiera denominar). Esto significa que las motivaciones difieren en grados y
tipos, que las expectativas sobre la visita tambin son diferentes. Puede ocurrir que el
visitante elija de forma consciente encontrarse en el lugar patrimonial o puede que
haya sido llevado hasta all por la influencia de otras personas ms motivadas, o
simplemente por casualidad. Por otra parte, se considera un arte, es decir, se trata de
un ejercicio que requiere creatividad, se puede ensear pero no es una ciencia exacta,
en el que se utilizan habilidades intelectuales, estticas y emocionales (Morales,
2008b; Glenn, 2009). Otro de los aspectos interesantes en esta definicin es la
aparicin de la expresin in situ, es decir, la necesidad que avanz Peart de que el
visitante se encuentre frente al objeto o lugar real. Como entonces, en la actualidad se
han sucedido varios debates en el entorno de la Asociacin para la Interpretacin del
Patrimonio, que han dado lugar a un documento que muestra las principales
conclusiones en relacin a la discusin terica sobre in situ y ex situ95.
A los efectos de la presente investigacin, es posible realizar interpretacin efectiva sin
tener el objeto patrimonial delante, de hecho no es que sea posible, sino ms bien,
necesario. Como indica la referencia mencionada, los objetos expuestos en un museo
estn localizados fuera de su contexto original y, sin embargo, son susceptibles de ser
interpretados precisamente por su localizacin ex situ. De igual manera puede ocurrir
con fenmenos astronmicos, aves migratorias, animales que viven en un zoo, pecios,
etc. La clave para aplicar la interpretacin est en que el recurso tenga importancia
patrimonial, cualquiera que sea su localizacin. De ah que se pueda afirmar, incluso,
que no sea necesaria la existencia de objetos tangibles para poder disear y ejecutar
un programa interpretativo que tenga como objetivo la revelacin de significados
sobre una poca histrica como por ejemplo la Ilustracin a travs de una exposicin
permanente titulada L aventura del pensament (Company, 2009). Por tanto, la
transmisin de los valores culturales puede llevarse a cabo, cada vez de manera ms
habitual, por medios que no implican una experiencia in situ (Sivan, 2006).
En la figura que sigue se recogen de forma sinttica las principales aportaciones a la
definicin de esta disciplina por los autores e instituciones mencionados.
95
Cristina Alfonso realiza una sntesis sobre este debate que tuvo lugar entre los socios de la AIP. Se puede
consultar en el Boletn de Interpretacin, n 10, 2004.
241
242
Como se ver en prrafos posteriores, para Ham (2014) provocar, relacionar y revelar, son fenmenos
interrelacionados que deben acontecer al mismo tiempo.
243
por el entendimiento,
aprecio;
244
Del anlisis realizado por Ham sobre la evolucin desde la interpretacin hasta la
proteccin, se desprende que la interpretacin del patrimonio, cuando es eficaz,
persuasiva y relevante, se puede convertir en una herramienta para la gestin de los
lugares de inters patrimonial. Como se ha podido observar, a travs de la
estimulacin y la provocacin de creencias, se generan en el visitante determinados
comportamientos y actitudes que, en el caso de la proteccin y conservacin de los
recursos patrimoniales, siempre tienen un componente de carcter positivo (Mateos,
2008b).
A propsito de la interpretacin temtica, y en relacin con la relevancia del tema
(Ham, 2011; Larsen, 2007), es necesario reflexionar sobre la verdadera causa que lleva
a crear actitudes y comportamientos positivos en el visitante y, en definitiva, a que
ste utilice el recurso de forma respetuosa. Las siguientes lneas se centrarn en el
tratamiento de los fundamentos que, desde la psicologa del conocimiento, dotan de
un marco terico consolidado a la interpretacin temtica como muestra de la enorme
complejidad de esta disciplina en su aplicacin real y efectiva a procesos de
comunicacin patrimonial. De ah que se entienda la tematizacin como el resultado
de un proceso complejo de creacin de significados, relevantes para la personalidad
del visitante y que encierran unos objetivos especficos de conocimiento, de actitudes
y de comportamientos que superan en estructura terica al trmino tematizacin en el
sentido al que normalmente se alude con cierta banalidad.
Ham (2007) rene en el diagrama siguiente las claves para entender cmo es posible
crear actitudes en el visitante a partir del diseo del Modelo TORA creado a partir de
su predecesor el AROT, sobre el que el autor comenta: Para que una comunicacin
tenga xito tiene que ser amena para la audiencia y relevante con lo que ya conoce y le
importa, organizada para que sea fcil de procesar y debe incidir en algn punto
atrayente (comunicar un tema potente) (2007: 13). En el modelo AROT el tema figura
al final del proceso, como el resultado de todo lo anterior. Sin embargo, en reflexiones
posteriores, Ham cambia el orden de los elementos de este proceso dando lugar al
modelo TORA (acrnimo de temtica, organizada, relevante, amena) en el que el tema
se sita al principio del proceso como el desencadenante de la presentacin a la
audiencia, de su provocacin y finalmente, de la generacin de creencias, actitudes y
comportamientos. En posteriores apartados se tratar con mayor profundidad el
concepto de tema en la interpretacin del patrimonio, pero se ha credo oportuno
incluir aqu estas ideas con el objetivo de mostrar la capacidad de esta disciplina para
contribuir a la proteccin y la conservacin de los recursos patrimoniales mediante una
mayor concienciacin y sensibilizacin por parte del visitante.
245
Mindfulness Model. Segn esta autora, la visita est determinada por los factores del
lugar visitado y por las caractersticas de los visitantes. Entre los primeros, se
encuentran las exhibiciones, las demostraciones, las visitas guiadas, la sealizacin, los
mapas, guas de visita impresas, folletos e itinerarios recomendados. Las caractersticas
de los visitantes tambin constituyen un factor importante en la visita. Entre ellas,
Moscardo destaca la familiaridad o el sentimiento de pertenencia que tenga el
individuo con el lugar visitado (Poria et al., 2006, 2006b, 2009), la motivacin y la
compaa en el momento de realizar la visita. En el caso de Poria et al. (2009), la
investigacin se desarrolla en el Muro de las Lamentaciones, una atraccin patrimonial
de obligada visita en Jerusaln97. Se investiga el papel de la interpretacin del
patrimonio como un medio para facilitar una experiencia emocional adems de una
forma de adquirir conocimiento. Adems, el estudio revela la necesidad de captar el
turismo patrimonial no como una experiencia naf nostlgica o como una versin
simplificada del pasado, sino como un fenmeno complejo. Los visitantes tienen
intereses distintos, de ah que la interpretacin o los programas interpretativos que se
ponen a disponibilidad del visitante, hayan de ser diferentes y adaptados a las
necesidades y diferentes caractersticas del pblico, no en sentido cognitivo ni del
aprendizaje, sino en relacin con la dimensin emocional de la experiencia que ha de
ser el ncleo de la visita en lugares de inters patrimonial. Por este motivo, los autores
reflexionan sobre la interpretacin de carcter monoltico o polimrfico. Como se ha
afirmado a lo largo de este apartado, el argumento para presentar diferentes
perspectivas interpretativas en el sitio patrimonial se basa en las diferentes
experiencias que los visitantes buscan en el mismo lugar. Con los resultados obtenidos
se identificaron dos grupos de turistas, aquellos que percibieron el recurso como parte
de su propio patrimonio y aquellos que no lo percibieron de la misma forma. En cuanto
al inters mostrado por la IP, los visitantes de forma general valoran positivamente la
interpretacin a lo largo de la visita. El segundo grupo mostr mayor inters por recibir
contenidos interpretativos. En cuanto a los componentes interpretativos, los
resultados revelan una clara distincin entre en factor "propio patrimonio" que incluye
a las preferencias de los turistas sobre interpretacin para presentar su propio
97
El estudio de caso presentado por Poria et al. (2009) se centra en el Muro de las Lamentaciones de Jerusaln, el
lugar ms sagrado para el pueblo judo. Su importancia religiosa radica en que es el nico resto del segundo templo
de Jerusaln, representa un smbolo visual de la victoria de Israel en la Guerra de los Seis Das en 1967 y tambin
tiene un significado importante para los cristianos, ya que es el lugar donde Jess profetiz la cada del Templo, que
simboliza la necesidad de seguir a Jess y sus ideas religiosas. Por otra parte, es un lugar significativo para los
musulmanes ya que es el lugar desde donde el Profeta Mahoma at su caballo en el camino que realiz desde La
Meca a Al Aqsa. Por tanto, es un lugar visitado por una amplia variedad de personas que se aproximan a su historia
de diferentes maneras. El estudio se realiz a travs de entrevistas semiestructuradas y cuestionarios, donde se
realizaban preguntas a propsito de las percepciones de los turistas sobre su propio patrimonio, las preferencias
sobre diferentes aspectos de la interpretacin y las motivaciones para realizar la visita.
247
248
Figura 50: Modelo Mindfulness. Concienciacin de visitantes del patrimonio a travs de la interpretacin
En la parte superior del modelo, se reflejan las caractersticas del visitante que
presenta un grado de concienciacin positiva (mindful). La existencia de recursos de
carcter interpretativo que estimulan la realizacin de la visita y generan algn tipo de
provocacin en el visitante, da lugar a visitantes con una elevada motivacin e inters
por la visita y un nivel de cansancio reducido. Estos visitantes presentan un grado de
concienciacin significativo sobre el recurso visitado y, por consiguiente, sus actitudes
y comportamientos sern positivos. Por el contrario, en la parte inferior de la figura, se
observa que sucede lo contrario. En un sitio de inters patrimonial con escasa o nula
interpretacin (inexistencia de soluciones sensoriales, exhibiciones tradicionales y
estticas, ausencia de interaccin en los recursos, inexistencia de material informativo)
provoca que el visitante muestre un reducido inters por el contenido y presente
elevados niveles de fatiga fsica y mental. Consecuentemente, su estado de
concienciacin (mindless) ser bajo dando lugar a comportamientos acordes con los
factores que los determinan (escasa satisfaccin, nula o reducida comprensin sobre el
lugar visitado y ausencia de aprendizaje). Por tanto, al igual que demostraba Ham,
Moscardo confirma que, de la existencia o no de un contenido interpretativo en los
lugares de inters patrimonial, dependen las actitudes y comportamientos de los
visitantes. En este sentido, la autora, a partir del modelo de concienciacin elaborado,
describe los posibles comportamientos de los visitantes a modo de predicciones
derivadas del modelo planteado. As, afirma que la variedad y el control son los
249
Moscardo (1996: 385) afirmaba que, si los factores del lugar (factors setting) eran determinantes para generar
una concienciacin en el visitante, los responsables de la gestin del lugar patrimonial, de los que dependan
directamente el diseo y ejecucin de dichos factores, deban controlarlos y ejecutarlos en el marco de la
interpretacin del patrimonio.
250
La Gran Barrera de Coral (Australia) fue inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en el ao 1981.
Est situada en la costa noroccidental australiana y alberga el conjunto de arrecifes coralinos ms extenso del
mundo, que rene 400 tipos de coral, 1500 especies de peces y 4000 variedades de moluscos. Al mismo tiempo
constituye un hbitat para algunas especies en peligro de extincin. Su estado de conservacin en 2013 segn los
informes ms recientes, se ve afectado por diversos factores como el desarrollo de infraestructuras de transporte
martimo, la implantacin de instalaciones para extraccin de gas y la alta polucin de las aguas marinas as como la
elevacin de temperaturas de las mismas (http://whc.unesco.org/en/soc/1874).
251
252
100
253
Las versiones previas a la elaboracin del texto final de la Carta de ICOMOS con las recomendaciones realizadas
por los expertos estn disponibles en: http://www.interpretaciondelpatrimonio.com/documentos-red/category/12documentos-generales. Acceso restringido nicamente a socios de la AIP.
255
256
257
interpretacin el abuelo fue Enos Mills102-, sintetiz las ideas matrices de esta
disciplina en sus ya renombrados seis principios, que constituyen uno de los pilares
fundamentales de la filosofa y doctrina de la interpretacin. Seguidamente se
muestran los denominados principios de Tilden que fundamentan la estructura terica
de esta disciplina (Tilden, 2006: 36-37).
Enos Mills ha sido considerado como el padre de Rocky Mountain National Park (Colorado) ya que fue el
impulsor de su declaracin como parque natural en 1915. Desarroll su trabajo como fotgrafo, educador
ambiental y gua de naturaleza. Su labor contribuy de forma notoria a la interpretacin del patrimonio a pesar de
que todava era muy pronto para denominar as a esta forma de revelar significados. La informacin sobre este
personaje
se
encuentra
disponible
en:
http://www.enosmills.com/
y
http://www.nps.gov/history/bestideapeople/mills.html.
103
El documento puede consultarse en el blog personal de Jorge Morales Miranda, consultor en interpretacin del
patrimonio en el siguiente enlace: http://interpretacionpatrimonio.blogspot.com.es/
104
El documento se encuentra disponible en: http://www.jonkohl.com/publications/categories/spanish.htm
258
recurso, por ejemplo105. Morales en las referencias anteriores opina que la informacin
que es relevante a la experiencia cotidiana del visitante se codifica con mayor
profundidad y ser ms fcilmente recordable. De ah que sea fundamental aludir al
receptor o a su personalidad utilizando ejemplos familiares para el visitante.
El segundo principio de Tilden reflexiona sobre la informacin y la interpretacin. La
primera es la base de la segunda, pero no es equivalente a ella. Como sealan Morales
y Ham (2008), la informacin sera una interpretacin inicial, ya que est basada en
anlisis cientfico propio de las ciencias que estudian el patrimonio desde diferentes
aproximaciones. A partir de este conocimiento, se construyen significados que han de
ser traducidos y revelados de diferentes formas al visitante. Adems de la informacin
previa, es necesario que el visitante pueda imaginar o revivir mentalmente aquello que
se le cuenta. De ah que la teatralizacin y la caracterizacin de personajes ayuden a
crear este ambiente necesario para trasladar al visitante al punto del discurso que se
desea transmitir. De ah que el carcter afectivo por la reconstruccin del espritu del
lugar sea una de las principales caractersticas de una experiencia patrimonial diseada
con criterios interpretativos (Moscardo, 2007).
Una de las cuestiones ms interesantes a propsito de la interpretacin del patrimonio
es aquella que propugna el tercer principio de Tilden. En este principio se hace
referencia a que la interpretacin constituye un arte que puede ensearse en cierta
forma porque se desarrolla a partir de otras disciplinas. As, parte de la calidad y del
xito de una experiencia patrimonial est en el medio interpretativo que se utilice, de
entre los que habitualmente destacan por su efectividad e interactividad, los medios
atendidos por personal (Morales, 1998). La formacin de los intrpretes es
fundamental si se acepta que la interpretacin, como otras disciplinas, puede
ensearse, de ah que autores como Morales hayan realizado sugerencias a propsito
de la formacin esencial en interpretacin (Morales, 2008b). El autor recomienda
entre otras cuestiones, asumir los principios de Tilden que se tratan en este punto,
conocer el modelo TORA propuesto por Ham, los fundamentos de la interpretacin
temtica, y el modelo de ecuacin interpretativa elaborado por el National Park
Service de Estados Unidos. Este modelo, como explica Morales, consiste en enfocar la
interpretacin hacia el desarrollo de una ecuacin compuesta por los siguientes
elementos: (CR+CD) x TA= OI. Cuando se plantea la interpretacin se asume que el
recurso patrimonial posee significados (Conocimiento del Recurso) que pueden ser
105
Como opina Tilden (2006: 44), el visitante percibe las cosas a travs de sus propios ojos, de ah que sea muy til
acercar el significado del recurso a la personalidad del visitante a travs de diversas tcnicas como el uso de un
lenguaje directo. En el captulo segundo de la obra mencionada, el autor incluye numerosos ejemplos a propsito
de este tema.
259
106
Se recomienda tambin la consulta del artculo Evaluacin de una visita guiada. Curvas de inters-tiempo
(Luque, 2009), en la que se realiza un anlisis del inters de los visitantes adultos y nios en relacin con el papel del
gua como medio interpretativo. En el estudio se muestran las diferentes curvas de inters-tiempo (curva ideal,
estndar, curva con picos de atencin, curva decreciente). La curva ideal refleja la inmersin gradual del pblico en
la visita, que se desarrollada tras su correcta estimulacin para que participe a travs de demostraciones, la
existencia de un guin lgico y bien elaborado.
261
262
OBJETIVOS
(Sharpe, 1982)
263
107
Se recomienda la visita a la URL del Centro Espaol de Turismo Responsable, donde se confirma la utilidad de la
interpretacin del patrimonio en proyectos de turismo sostenible como una herramienta fundamental para el
desarrollo econmico de un territorio por las posibilidades de implicacin de la poblacin local en todos los
procesos y actividades que se contemplen. La informacin se encuentra disponible en el siguiente enlace:
http://ceturismoresponsable.com/2013/11/19/la-interpretacion-del-patrimonio-como-herramienta-de-desarrollo/.
264
265
Acciones
de
gestin:
vigilancia,
administracin,
investigacin,
INTERPRETACIN mantenimiento
-Objetivos de servicio: atencin al pblico con nivel de calidad y
profesionalidad
-Objetivos de comunicacin del mensaje
-Seleccin de tpicos y de posibles equipamientos y medios
interpretativos
SNTESIS
Definicin concreta del plan de interpretacin: objetivos, tpicos, servicios interpretativos, mtodos y diseos de
medios
6.-PLAN DE INTERPRETACIN -Documento dinmico, flexible, susceptible de revisin continua
-Posible ndice de contenidos: descripcin del equipo tcnico,
introduccin, recurso, destinatarios, objetivos para la interpretacin,
mensaje,
servicios
interpretativos,
seguimiento
evaluacin,
266
En siguientes apartados se dedicar especial atencin a la aplicacin de la matriz del ndice de Potencial
Interpretativo imprescindible en la fase de anlisis, que sirve para determinar el valor de los recursos interpretables
en un proceso de planificacin interpretativa. Los resultados de la aplicacin de esta matriz aportarn luz sobre la
inclusin o no de determinados recursos dentro de un programa interpretativo.
109
En el mbito de la conservacin de la naturaleza y de las diferencias existentes entre la educacin ambiental y la
interpretacin del patrimonio, se recomienda la lectura de Aldridge (2004).
267
269
270
271
Figura 57: Estructura del proceso de comunicacin: correspondencia con la planificacin interpretativa
Como se observa en la figura anterior, cada elemento del sistema responde a una
pregunta y, al mismo tiempo, corresponde a una de las fases de la estructura de la
planificacin interpretativa. Por tanto, la puesta en marcha de un programa
interpretativo, requiere un proceso riguroso de trabajo que supera en numerosas
ocasiones las recurrentes propuestas denominadas interpretativas que identifican
programas con tcnicas de interpretacin.
PREGUNTA
LUGAR EN LA PLANIFICACIN
Emisor
Por qu?
Objetivos
Mensaje
Qu?
Receptor
A quin?
Medio
Retroalimentacin
Cmo se evaluar?
Evaluacin de programas
Elaboracin propia a partir de Morales (1998).
Comprensible
Relevante al ego
Guin lgico
Ham (2014) afirma que el intrprete no ha de revelar el tema o la idea central, sino que ha de provocar el
pensamiento para que los visitantes revelen sus propios significados.
273
En el caso del pblico invidente, como indica Muoz Arroyo (2007), el esfuerzo por el desarrollo de recursos
alternativos destinados a personas con discapacidad visual, ha sido una constante en museologa. En la referencia
mencionada, la autora relata la experiencia de actividades de exploracin tctil en la exposicin Obras maestras
del patrimonio de la Universidad de Granada.
274
Caractersticas
Grado de rareza con respecto a otros
recursos del rea
Capacidad de despertar inters
Bueno
12-9
Regular
8-5
Malo
4-1
12-9
8-5
4-1
Grado de fragilidad
12-9
8-5
4-1
9-7
6-4
3-1
9-7
6-4
3-1
9-7
6-4
3-1
6-5
6-5
4-3
4-3
2-1
2-1
6-5
4-3
2-1
Posibilidades de acondicionamiento
6-5
4-3
2-1
recurso
Explicacin comprensible
Relacin temtica con otros recursos
del lugar
Seguridad
Facilidad de instalacin
112
En determinados espacios naturales por ejemplo, existen recursos de carcter estacional como las aves
migratorias, que no se encuentran de forma permanente en el lugar patrimonial durante todo el ao.
276
Como indica Kohl (2004)113, una vez descrito el objeto con potencial interpretativo, se
procede a realizar algunas preguntas sobre l (por qu y qu) que expliquen con
respuestas breves a qu se debe que el objeto sea como es y lo que es. Una vez que se
han obtenido las respuestas a estas preguntas, se han de tener en cuenta nicamente
aquellas que resulten verdaderamente interesantes. De entre todas ellas, se
identificar la idea ms significativa que ser la elegida para escribir el tema
interpretativo o la idea central. Se podra decir que este proceso persigue la bsqueda
de la relevancia de contenidos, es decir, buscar la forma de hacer que el tema sea
familiar a la personalidad del visitante. Ham lo denomin persuasin y capacidad de
convencer (Ham, 2011) y Larsen, relevancia (Larsen, 2007).
Una vez redactada la frase tema, es el momento de seleccionar los medios
interpretativos que van a ser utilizados para la transmisin del mensaje al pblico, a los
destinatarios. Pero esta seleccin est fundamentada en el conocimiento y trabajo
previo sobre el recurso que va a ser interpretado, el lugar, el pblico destinatario, etc.,
por todos aquellos factores que determinan este proceso de comunicacin. De ah que
no en todos los casos sean necesarios los mismos equipamientos, programas y medios
de interpretacin (Mateos Rusillo, 2003; Kohl, 2003; Lois, 2006). Es decir, que la
inexistencia de un centro de interpretacin, por ejemplo, en un lugar de inters
patrimonial, no le restar contenido interpretativo al programa que se desarrolle si
ste ha sido diseado segn estos criterios. En este sentido es recomendable, entre
otras, la lectura de Kohl (2003) sobre los diez mitos en la infraestructura interpretativa,
que aporta una visin crtica sobre la profusin y las formas de creacin de
equipamientos interpretativos, y la presuposicin de las necesidades del visitante en
un lugar de inters patrimonial114.
Existen varias clasificaciones de los medios interpretativos. Para la presente
investigacin se ha elegido la clasificacin que ofrece Stewart (1981), recogida por
Morales (1998). Segn esta clasificacin, existen dos tipos de medios interpretativos
segn sean atendidos por personal o por el contrario, carezcan de la participacin de
una persona en su utilizacin por parte del visitante. Los medios no personales son las
seales y marcas, las publicaciones, los medios de comunicacin de masas, los
senderos autoguiados, audiovisuales automticos, exposiciones y exhibiciones.
Los medios interpretativos atendidos por personal son los recorridos y paseos guiados,
113
El autor elije un objeto como el control remoto de un televisor para aportar mayor claridad a los ejemplos de
preguntas y respuestas previas a la redaccin de una frase tema.
114
Kohl (2003) desarrolla su justificacin a partir de diez mitos, ente los que se destacan slo algunos de ellos: un
parque necesita siempre un centro de visitantes, la gente quiere mucha informacin, si hay demasiadas
personas en un sitio, mala suerte para ellas.
277
278
Figura 61: Medios interpretativos atendidos por personal: Caractersticas, ventajas y limitaciones
Medios atendidos por
personal
Paseos guiados
Recorridos en vehculos
motorizados
Recorridos en vehculos no
motorizados
Caractersticas
Ventajas
Limitaciones
Organizados segn
horario e itinerario:
un
calendario,
Demostraciones y actividades
especializadas
279
De todos ellos, resulta oportuno comentar el medio interpretativo que puede generar
mayor interactividad con el pblico del patrimonio cultural, que es objeto de
tratamiento en la presente investigacin. As, los recorridos motorizados y no
motorizados son menos habituales en lugares de inters patrimonial cultural, aunque
son cada vez ms frecuentes los recorridos guiados en destinos de turismo urbano115.
La figura del gua formado en interpretacin, constituye el nexo de unin entre el valor
del recurso patrimonial y el pblico que lo visita. Es el medio interpretativo que puede
garantizar una mayor interactividad entre el recurso y el visitante por las ventajas que
supone para la experiencia patrimonial, como demuestran algunos estudios realizados
desde la ptica turstica (Gal, 2002). As, debe tener unas caractersticas
fundamentales para el desarrollo de la profesin que van desde el profundo
conocimiento del recurso y del pblico destinatario del mensaje, hasta cualidades
relacionadas con la amabilidad, creatividad y el equilibrio (Morales, 1998). Entre estas
facetas se sitan las capacidades de adaptacin del discurso a los determinados tipos
de pblico, mediante un perfecto conocimiento sobre cmo y cundo aplicar otros
medios interpretativos disponibles (demostraciones, carteles, paneles, audiovisuales),
cmo estimular los sentidos, el intelecto y las emociones del visitante. Al mismo
tiempo, debe saber informar y comunicar de forma agradable y amena, y preocuparse
por su reciclaje y perfeccionamiento continuo. En numerosas ocasiones, las
experiencias en las visitas de recursos culturales no se basan en los criterios
interpretativos que han sido comentados aqu. En estos casos, la figura del gua se
limita a informar de manera impersonal, con la utilizacin de un discurso difcil de
comprender para el visitante, a menudo mediante el uso de un lenguaje demasiado
especializado y ofreciendo una sucesin de datos que el visitante no puede interiorizar
en el tiempo que dura una visita turstica. Sin embargo, si se entiende la visita como un
momento de comunicacin entre el patrimonio y el pblico, el gua ser el medio que
transmita el mensaje, a travs de un esfuerzo por comunicar, e implicar al visitante en
la utilizacin de los sentidos, de estimular y provocar sensaciones en el pblico. En este
sentido, existen magnficos ejemplos de interpretacin, donde el medio que transmite
el mensaje patrimonial es el gua persona, que aplica sus conocimientos en
interpretacin y consigue hacer pensar al visitante, provocarle sensaciones y convertir
la visita en una experiencia memorable (Bonmat et al., 2008; Serantes, 2007;
Candelas, 2011; Pea, 2009, Pinto, 1999; entre otros).
115
Destinos importantes de turismo urbano como Londres, Paris, Berln, Barcelona, Madrid, etc., incluyen los
recorridos guiados en segway o en bicicleta como una actividad diferente dentro de la visita a los principales
recursos tursticos de la ciudad.
280
Otros medios interpretativos atendidos por personal como los audiovisuales, las
actividades con personal especializado (demostraciones, animacin) y los servicios
casuales, presentan numerosas ventajas para el desarrollo con xito de programas
interpretativos. Los servicios casuales comprenden la atencin al visitante en la
recepcin, la informacin y asistencia espontnea. No se han incluido en la figura
anterior, porque se consideran que no son medios interpretativos propiamente dichos.
Sin embargo, el personal que desarrolla sus funciones de informacin con el visitante,
puede aplicar la interpretacin en las actividades que realice (orientar sobre la visita,
dirigir al visitante hacia un punto de inters, informar sobre las normas de conducta en
el recurso patrimonial, informar sobre instalaciones y equipamientos, en caso de que
los hubiere, presentar las actividades de forma estimulante, etc.).
La existencia de personal permite una entrega del mensaje efectiva, ya que se puede
generar interactividad por la facilidad de proponer preguntas y obtener respuestas en
ambos sentidos del proceso de comunicacin116. Al mismo tiempo, fundamentalmente
en las demostraciones y la animacin activa, se puede estimular al visitante para el uso
de los sentidos (Campuzano, 2007; Espinosa et al.; 2009; Gallego, 2000, Lezcano,
2011). En la figura anterior, se observa que las ventajas del uso de medios
interpretativos atendidos por personal, son ms numerosas que las limitaciones que
presentan. De todas las ventajas observables, la interactividad, el contacto directo con
el visitante, la eficacia en la entrega del mensaje, la posibilidad de crear experiencias
memorables, de provocar y de estimular actitudes en el pblico, son los rasgos que
caracterizan a este tipo de medios interpretativos. En la alusin al concepto de
interactividad, resulta clarificadora la opinin de Santacana (2010: 38) en los siguientes
trminos: Y la palabra es el gran instrumento interactivo de nuestra especie.
Adems de los medios atendidos por personal, existen otros medios no atendidos por
personal que permiten determinadas actividades en lugares de inters patrimonial
natural y cultural. Como indica Morales (1998), no es posible afirmar o negar la
efectividad de los medios no atendidos por personal. Es evidente que el modelo de
comunicacin que toma como marco de trabajo la interpretacin del patrimonio se
basa en la existencia de un emisor, un mensaje y un receptor, de ah que la presencia
de una persona puede garantizar la efectividad en la entrega del mensaje. Sin
embargo, el diseo de un panel o un cartel con criterios interpretativos para un
sendero autoguiado, por ejemplo, tambin puede provocar y estimular al visitante
116
Sobre este tema, resulta muy interesante la lectura de Feliu y Masriera (2010), donde las autores reflexionan
sobre el concepto de interactividad y la mediacin humana. En esta referencia distinguen entre los diferentes tipos
de actividades patrimoniales atendidas por personas: visitas guiadas expositivas, interrogativas y teatralizadas o de
simulacin; dilogo; talleres y demostraciones y actividades didcticas de carcter ldico.
281
282
Figura 62: Medios interpretativos no atendidos por personal: Caractersticas, ventajas y limitaciones
Medios no atendidos por
personal
Seales y marcas
Caractersticas
Ventajas
Publicaciones
Senderos autoguiados
Audiovisuales automticos
Exposiciones
Exhibiciones
Bidimensionales
y
a
veces,
tridimensionales que combinan la
exposicin de objetos con medios
grficos e ilustrativos
Radio, televisin, prensa
Medios de comunicacin de
masas
283
Limitaciones
Estticas
Sin detalles
No se adaptan a los diferentes tipos de pblico
Objeto de vandalismo
A veces pueden generar impactos visuales negativos en
relacin al entorno
No hay contacto personal
Pueden ser desechados al terminar la visita: sera preciso
cobrar alguna cantidad simblica
Una vez impreso, no se adaptan a los cambios del
recurso
Impersonales, no responden a dudas
Susceptibles de vandalismo
Difcil control y mantenimiento
117
El sendero autoguiado que fue evaluado, corresponde a uno de los programas interpretativos del Menors Ferry
Historic District, del Parque Nacional de Grand Teton (Wyoming, EE.UU.).
284
118
Se trata de convertir las prohibiciones relativas al comportamiento del visitante en mensajes positivos. Por
ejemplo, en el caso del Museo Arqueolgico y Etnolgico Municipal de La Vila Joiosa para la exposicin Veus de la
Histria, se dise un cartel informativo sobre los efectos que tiene sobre las piezas expuestas el flash de una
cmara fotogrfica. El mensaje prohibido hacer fotos con flash se convirti en su flash emite 100 veces ms
ultravioletas del que soportan las piezas de la exposicin (Bonmat et al. 2008). La conversin de las prohibiciones
en mensajes positivos, consiste en explicar la causa del comportamiento que se espera en el visitante durante su
visita. Por su parte, Pinto (2001: 7) pone el ejemplo de la tradicional y obvia prohibicin en un jardn botnico
prohibido arrancar flores, que se convierte en este lugar recibe cinco mil visitantes al ao, y gracias al respeto
que muestran hacia las plantas, ustedes hoy, pueden verlas y conocerlas.
119
La teatralizacin es una de las tcnicas ms utilizadas en la actualidad en los procesos de presentacin y
comunicacin de cualquier recurso patrimonial. Desde aqu, se quiere incidir en que se trata de una tcnica
asociada a un medio interpretativo por el que se transmite un mensaje patrimonial al pblico. Esta afirmacin
servira para discriminar determinadas actividades teatralizadas que parecen basarse nicamente en la
caracterizacin del gua.
285
como apuntaba Jacobi (2011), construir conceptos simples y de ellos, elaborar otros
cada vez ms complejos.
Como se avanzaba lneas ms arriba, la interactividad, normalmente, es identificada
con el grado de desarrollo y aplicacin tecnolgica de una presentacin patrimonial, es
decir, de la cantidad y la diversidad tipolgica de recursos y dispositivos mecnicos,
electrnicos e informticos y multimedia, de los que dispone el recurso o lugar de
inters patrimonial, entendidos como la nica herramienta capaz de provocar
actitudes y sensaciones120. La generalizacin de este tipo de presentaciones es
evidente, ya que han traspasado el mbito musestico y se pueden encontrar en
cualquier tipo de exhibicin, exposicin o presentacin patrimonial. Parece que, sin
ellos, la actividad patrimonial resulte aburrida y tradicional. Sin embargo, como se ha
observado anteriormente, existen medios interpretativos atendidos por personal,
como la visita o la demostracin que, correctamente concebidos y ejecutados, pueden
llegar a ser ms interactivos incluso, que los recursos tecnolgicos que no se conciben
en trminos de la comunicacin patrimonial. Tilden afirmaba (2006: 144): Nunca
existir un dispositivo de telecomunicacin tan satisfactorio como el contacto directo,
no ya slo con la voz, sino con la mano, el ojo, la improvisacin ocasional y
significativa, y con ese algo que fluye de la propia constitucin del individuo en su yo
fsico. As, otros autores hablan de la hipertrofia de lo visual con respecto a otros
sentidos (Barvier-Bouvet, 2005; Decarolis, 2007).
Por tanto, la interactividad implica cualquier forma de comunicacin en dos sentidos,
donde los emisores de mensajes pueden convertirse en receptores y viceversa
(Beckmann, 2003: 24). Desde el mbito de la museografa didctica, se define
interactividad como el conjunto de tcnicas museogrficas destinadas a facilitar o
permitir la interrelacin o la relacin activa entre el visitante y el objeto a visitar
(Serra y Font, 2005: 258).
En sentido estricto, a tenor de las definiciones anteriores, se puede afirmar que
cualquier modalidad de recurso museogrfico e interpretativo puede ser calificada
como interactiva, si posibilita la interrelacin entre el visitante y el objeto, lugar, o sitio
patrimonial visitado. La definicin que se ofrece desde el mbito de la interpretacin
120
Como indican Alfageme y Marn (2002), una de las primeras instituciones que aplicaron las nuevas tecnologas en
el desarrollo de sus discursos museogrficos, fue The Exploratorium de San Francisco (Estados Unidos), que tena
como objetivo crear un museo de ciencia para que los visitantes usaran, tocaran y exploraran el mundo de la
naturaleza a travs de las exposiciones. En esta misma lnea, la lectura de Hernndez Hernndez (2007b) a
propsito de los museos cientficos, aporta claridad sobre la importancia de la aplicacin de las nuevas tecnologas a
los museos de esta temtica, en los que, en su evolucin museolgica, se pasa del uso de las TIC a la apuesta por la
biomuseologa, basada en la participacin activa del visitante a travs de soluciones tecnolgicas que transmiten
ideas.
287
del patrimonio, ratifica, por tanto, que la interactividad puede existir en una visita
guiada si la interpretacin como proceso de comunicacin enmarca las actuaciones
sobre el anlisis del recurso patrimonial, sobre el diseo del tema y el desarrollo de la
visita en unas circunstancias normales. Como indica Beckmann (2003), habitualmente
se confunde el trmino interactividad, esto es, elementos que actan sobre el visitante
al tiempo que el visitante acta sobre ellos, con la participacin activa, que implica la
participacin operativa sobre determinados elementos para su puesta en
funcionamiento, pero de los que no se obtiene retroalimentacin entre el visitante y el
elemento manipulado. La respuesta de la manipulacin sobre un elemento o
mecanismo tecnolgico no tendr valor a no ser que se relacione con el entendimiento
de la unidad expositiva. Por tanto, una exhibicin ser efectiva desde el punto de vista
de la interpretacin del patrimonio como proceso de comunicacin, cuando los
visitantes que no son proclives a prestar atencin sobre un tema, cambien su
comportamiento y pasen a mantener una atencin consciente sobre la idea que la
exhibicin les propone conocer. El objetivo de la utilizacin de estos mecanismos debe
ser la provocacin de una respuesta, de una reflexin por parte del visitante, y en la
mayora de ocasiones, a travs del empleo de tcnicas ms tradicionales y menos
espectaculares favorecen estas actitudes (Santacana, 2010). En palabras de Beckmann
(2003: 27) la verdadera interpretacin no slo es participacin activa sino tambin
atencin activa. Y conectar con las mentes puede ser ms difcil que conectar con
circuitos elctricos.
La necesaria conexin mental que defiende Beckmann (2003) para lograr la
interactividad real, queda reflejada en las tres emociones de la comunicacin
patrimonial de Wagensberg (1998), recogidas por Serrat y Font (2005). En la figura que
sigue, se muestran las caractersticas de la interactividad real desde la perspectiva de
la museografa didctica y la interpretacin del patrimonio, que una vez ms, ofrecen
elementos comunes.
288
121
Con el objetivo de ampliar informacin sobre la RV, se recomienda la lectura de Guttentag (2010) donde el autor
argumenta la relevancia de la aplicacin de la RV al sector turstico, que puede abarcar desde los procesos de
planificacin y gestin , de la implantacin de acciones de marketing, o del desarrollo de actividades para el disfrute
y entretenimiento del visitante, hasta la accesibilidad a lugares no preparados para la visita del pblico y las
posibilidades que ofrece en la preservacin del patrimonio.
290
Mdulos interactivos con sistemas de conexin elctrica (botonadura, autocorreccin y cajas de luz).
-Muestran procesos, conceptos e ideas. Problemas de mantenimiento
Mdulos interactivos para observar, tocar y sentir (cajas con visor; reproducciones de objetos y texturas; pequeos recipientes que reproducen
aromas y olores
Funcionamiento
de base mecnica
Funcionamiento
de base
electrnica o
informtica
291
Segn la figura anterior, los mdulos interactivos de base electrnica o informtica son
los que mejor permiten conectar de forma emocional con el visitante. A pesar de su
elevado coste de ejecucin y de mantenimiento, su uso en espacios de presentacin
patrimonial es fundamental para explicar conceptos difciles, ya que permiten la
recreacin de atmsferas y generan experiencias sensitivas en el visitante. El peligro
que existe es la saturacin que puede provocar en el visitante este tipo de soluciones
tecnolgicas ya que, si en los inicios de su aplicacin musestica era algo original, en la
actualidad el visitante est ms que acostumbrado a encontrar estos dispositivos en el
lugar que visita. Lo que en principio puede resultar un elemento atractivo que reclame
la atencin del usuario, puede perder su funcin. Por otra parte, como indica
Santacana (2010: 32) cuando nos planteamos la interactividad, a menudo pensamos
en cuestiones muy bsicas y elementales, como mecanismos de pregunta-respuesta;
sin embargo, deberemos tener presentes otros tipos de mecanismos que proceden del
complejo mundo de las emociones.
No obstante, las nuevas tecnologas son un instrumento que puede resultar de enorme
utilidad para explicar ideas y conceptos ms abstractos en un museo, exposicin,
espacio musealizado, etc., pero deben estar fundamentadas en unos objetivos claros y
coherentes, como cualquier otro medio de interpretacin que se utilice para transmitir
el mensaje patrimonial al pblico, y mejorar la calidad de la visita y la experiencia
patrimonial122. As, el uso de nuevas tecnologas para mejorar la presentacin y
comunicacin del patrimonio cultural al pblico, har del lugar un recurso con mayor
contenido tecnolgico, pero no un recurso interactivo si no est planteado desde la
perspectiva de ser un medio para transmitir un mensaje de valor patrimonial. Beck y
Cable (2000), en su revisin sobre los principios de la interpretacin de Tilden, que da
como resultado una propuesta de nuevos principios de la interpretacin para el siglo
XXI123, advierten que las nuevas tecnologas pueden revelar el mundo de maneras
novedosas y apasionantes, pero que, sin embargo, la incorporacin de estas
tecnologas a los programas interpretativos, debe realizarse con cuidado y precaucin.
La triloga indisociable que defina las funciones del museo a partir de la Nueva
Museologa como el estudio, la educacin y delectacin, es fruto de las ideas que G.H.
Rivire aporta a la museologa. Como se constat, este personaje enriqueci las
funciones del museo, asumiendo que las visitas al museo han de garantizar la diversin
122
Desvalles opina que aportan complementariedad contextual a los objetos, pero el museo no es una sala de
cine (2005: 58).
123
Recogidos por Morales (1998) y disponibles tambin en direccin web de la Asociacin para la Interpretacin del
Patrimonio: http://www.interpretaciondelpatrimonio.com/principios-de-la-interpretacion
292
A los efectos de esta tesis doctoral, esta afirmacin no implica de ninguna forma una concepcin peyorativa del
pblico a propsito de sus caractersticas sociodemogrficas, su grado de inters, de preparacin previa para la
realizacin de la visita patrimonial, etc. Si se concibiera de esa forma, se estara reforzando la tradicional postura
que entenda al museo (por extensin, a todo el patrimonio cultural) como la casa de las musas. Ms bien se trata
de lo contrario, de aceptar que el pblico es muy variado en su composicin e intereses, y que la difusin
patrimonial es un deber para con la sociedad. De ah que la interpretacin ofrezca recursos para transmitir
mensajes al pblico que visita esos lugares en su tiempo libre. La gran mayora del pblico no est formado en
cuestiones patrimoniales, ni ha de estarlo, ni posee las claves para decodificar los mensajes patrimoniales. El
cometido de la difusin est en ofrecer esas claves al pblico visitante.
293
125
En esta lnea, es recomendable la lectura del documento Museology and Tecniques, elaborado por el ICOFOM
(2007) donde se recogen las aportaciones de diferentes investigadores a propsito de la introduccin de las nuevas
tecnologas
en
espacios
musesticos.
Se
encuentra
disponible
en:
http://network.icom.museum/fileadmin/user_upload/minisites/icofom/pdf/ISS%2036%202007.pdf
294
126
Santacana (2010) ofrece tambin una clasificacin de museos interactivos que, a grandes rasgos, coincide con los
modelos que se reflejan en la figura siguiente: interactividad no planteada de forma explcita; interactividad
concebida como elementos orientativos del museo; interactividad como complemento interpretativo de la
museografa; interactividad para un segmento de pblico; interactividad como eje estructural del museo.
295
En esta lnea, la lectura de Torres (2013) tambin resulta clarificadora. Como muestra
la autora mencionada, el uso de las TIC`s en los museos actuales, genera algunos
problemas. Los ejemplos que aporta son numerosos en cuanto al nmero de museos y
de instituciones culturales que han adoptado las soluciones tecnolgicas como una
forma de comunicarse con el pblico, adems de gestionar sus propios fondos y
colecciones. As, explica con detalle los recursos tecnolgicos que se han convertido en
recursos habituales en el desarrollo de las funciones del museo como las
administrativas, de conservacin y restauracin, y de investigacin. Por el tema que
centra este apartado, interesan especialmente los contenidos referidos a las nuevas
tecnologas aplicadas a la accin didctica y de difusin. Torres (2013) parte de la
existencia de un enfoque distinto en el discurso museogrfico producto de la Nueva
Museologa, la museologa crtica y la dialoga en museos. Como se observ en el
apartado dedicado a estas cuestiones, el visitante deja de ser el individuo que
contempla los objetos para pasar a ser productor, creador, y participante activo del
museo. Este cambio contextual, implica que el uso de las tecnologas de la informacin
y comunicacin aplicadas al museo, le doten de los canales de visibilidad y
comunicacin necesarios para establecer estas relaciones que el pblico demanda. Si
el enfoque social es distinto, el lenguaje para comunicarse y relacionarse con el pblico
tambin lo ha de ser. Por este motivo, el uso de las TICs ha revolucionado desde hace
unos aos al discurso museogrfico. Los museos y el patrimonio histrico en general,
han adoptado multitud de recursos tecnolgicos desde los recursos interactivos fijos y
296
mviles para el uso del visitante en el propio lugar patrimonial, hasta la realidad
aumentada (Ruiz Torres, 2011) y los museos virtuales127. En relacin a los museos
virtuales, aquellos que son presentados en una sede web y que no son visitables
fsicamente, Davis (2002) analiza las diferencias entre museos reales y museos
virtuales en trminos de reciprocidad, autenticidad, sincronismo y experiencia, para
concluir con la afirmacin de la existencia de ventajas e inconvenientes en ambas
formas musesticas, que comparten su funcin educativa, pero que presentan
diferencias en relacin a los trminos anteriores. En definitiva, esta autora opina que el
museo real debe asumir el componente tecnolgico del museo virtual para aumentar
el inters por aquel y desarrollar el potencial que posee.
Como muestra Ruiz Torres (2011), son numerosos los ejemplos en los que la realidad
aumentada (RA) se ha convertido en un recurso importante en el entorno educativo,
con la creacin del libro aumentado y diversas aplicaciones desarrolladas en el marco
de programas y proyectos didcticos. El autor tambin detalla cmo este recurso
tecnolgico, aplicado inicialmente al entorno educativo, se traslada a los museos y
centros de interpretacin y a espacios patrimoniales (Requejo et al., 2009). De entre
todos ellos, los de temtica arqueolgica son los que mayor grado de aplicacin han
registrado en cuanto a la realidad aumentada se refiere, debido al potencial cientfico
e interpretativo que supone para un patrimonio fragmentado (Ruiz Torres, 2013). La
aplicacin de la RA en estos espacios expositivos y patrimoniales, permite su
adaptacin a la generalidad del pblico aunque no est familiarizado con las nuevas
tecnologas. En palabras del autor, el uso de la realidad aumentada se materializa con
el fin de ofrecer una visin ms completa de lo que se exhibe o nuevas
interpretaciones que ayuden a comprender mejor los objetos expuestos, que
favorecen la experiencia que se puede obtener en este tipo de espacios (Ruiz Torres,
2011: 224).
Al mismo tiempo, Torres (2013) explica los productos no-inmersivos como los quioscos
multimedia y los teatros hologrficos 3D; y los productos pro-inmersivos, en los
ejemplos de simuladores y auditorios de realidad virtual. As, la comunicacin con el
visitante se establece en trminos de aprendizaje dinmico y subjetivo, es decir,
mediante el uso de estos recursos interactivos, el visitante construye sus propios
juicios y conocimientos. En esta lnea, el aprendizaje por descubrimiento, guarda una
relacin evidente con la interpretacin. El problema radica en que resulta difcil
127
Torres (2013) detalla con profundidad los diferentes tipos de recursos interactivos fijos (quioscos informativos,
pantallas tctiles) y mviles (audioguas, PDA y smartphones) adems de las narraciones multimedia que unen
texto, audio e imagen, y las recreaciones virtuales. Como ejemplo de la virtualidad en museos, se recomienda la
lectura de Aramberri y Baeza (2012).
297
128
Torres (2013: 19) afirma que parece ser que estamos asistiendo a la cada del antiguo rgimen en el patronazgo
musestico; existen nuevos mecenas juntos a las administraciones pblicas, capital empresarial y altas
personalidades del mundo cultural, y es la clase media. Para el caso que ocupa la presente tesis, cabe destacar las
acciones de crowdsoucing desarrollada por el MARQ de Alicante a travs del programa Quiero ser parte del MARQ,
en el que personas, empresas e instituciones se unan a su proyecto de difusin del patrimonio arqueolgico
alicantino. De igual forma, la Fundacin Universitaria de Investigacin Arqueolgica La Alcudia (Elx, Alicante) inici
en diciembre de 2013 una campaa de micromecenazgo en la que se solicitaban aportaciones econmicas a la
sociedad, para llevar a cabo el proyecto museogrfico del nuevo museo localizado en el yacimiento arqueolgico.
129
En esta lnea, cabe destacar el caso de la exposicin virtual La Biblioteca Nacional de Israel: depsito de memoria,
celebrada en la Casa del Lector (Madrid) a partir de fondos documentales de la Biblioteca Nacional de Israel. La
exposicin implica el desplazamiento fsico del visitante a la sala de exposicin donde, a travs de un dispositivo
mvil accede de forma gratuita a cdigos QR que le llevan al lugar virtual donde se aloja la muestra. Fecha del
ltimo acceso: 12/3/2014.
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/03/05/actualidad/1394047004_090821.html
298
importante, ya que esta intencin se aleja de las visitas virtuales que proponen en
algunos lugares de inters patrimonial como sustitutos a la visita real. En trminos de
autenticidad, el visitante requiere siempre la presencia del objeto original, algo que no
superan complementos digitales ni experiencias sustitutivas (Donaire, 2008). En
palabras de Decarolys (2007: 54), () los valores que estn implcitos en la
autenticidad de los objetos que atesoran los museos, siguen siendo la base esencial de
la relacin del hombre con lo real, de ese contacto impredecible que constituye la
esencia y la razn de ser de la disciplina museolgica contempornea.
El segundo objetivo es la realizacin de un audiovisual que analice la vida en el
yacimiento en el siglo II d. C., a travs de un paseo por la ciudad y sus principales
monumentos. El audiovisual puede ser un medio interpretativo segn Morales (1998)
si rene determinadas caractersticas relacioandas con su duracin y el lenguaje
utilizado, entre otras. El tercer objetivo del Plan Director del Conjunto Arqueolgico de
Itlica, consiste en la elaboracin de un programa de divulgacin virtual in situ y en el
conjunto urbano de Santiponce, que ayude a conocer el yacimiento y las costumbres
de sus pobladores, adems de aadir elementos de valor a la propia visita. En este
sentido, los contenidos tratan de mostrar la vida cotidiana de las personas en el
momento de mayor esplendor de la ciudad romana. As, es posible lograr la relevancia
al ego y a la personalidad del visitante que defenda Tilden (2006) si se conciben los
recursos puestos a disposicin del visitante, en los trminos que se han tratado a lo
largo de este apartado130.
A efectos de esta tesis doctoral, a pesar de que en los estudios de caso se analizar con
detalle el ejemplo del MARQ, es oportuno mencionar en este punto, que este museo
arqueolgico provincial utiliza los recursos tecnolgicos y digitales en sus discursos
museogrficos y en la difusin de los yacimientos arqueolgicos dependientes de l. A
modo de ejemplo, cabe mencionar el proyecto de cuatro reconstrucciones virtuales
presentado en el Congreso Internacional sobre Digital Heritage, celebrado en Marsella
en 2013 a propsito de yacimientos locales de la provincia de Alicante131.
Para finalizar este apartado, y a pesar de la importancia relevante que poseen en la
130
La informacin que se ha podido consultar en la direccin URL oficial del yacimiento no muestra los contenidos
comentados en el texto principal. Fecha de ltimo acceso: 5/1/2014. Disponible en:
http://www.museosdeandalucia.es/culturaydeporte/museos/CAI/index.jsp?redirect=S2_1_2.jsp
131
El trabajo se titula Las experiencias en la reconstruccin virtual de yacimientos arqueolgicos como desarrollo del
patrimonio cultural en la provincia de Alicante: cuatro propuestas elaboradas por el MARQ para los museos locales.
En esta aportacin cientfica, las reconstrucciones virtuales se han centrado en la Pobla Medieval de Ifach (Calp), el
castillo medieval de Guardamar del Segura, el recinto amurallado de la Vila Joiosa junto con la torre renacentista de
vigilancia costera del Aguil, y la villa romana de El Palmeral (Santa Pola). La informacin se encuentra disponible
en: http://tumarq.marqalicante.com/post.php?post=115
300
301
303
CAPTULO 5
EL PATRIMONIO CULTURAL COMO FACTOR DE ATRACCIN
Este captulo trata el patrimonio cultural como factor de atraccin turstica, desde los
primeros viajes con elevado contenido cultural, considerados por muchos autores,
como los primeros viajes tursticos, hasta la realidad actual del patrimonio cultural en
un contexto litoral consolidado. As, en los dos extremos temporales y contextuales, se
encontrar en los inicios de esta relacin, un patrimonio cultural identificado con la
alta cultura que proporciona capital cultural a quien realizaba este tipo de viajes, para
pasar al surgimiento, en siglos posteriores, de una tipologa turstica, que adquiere
rasgos propios, habitualmente definidos a partir de la oferta cultural y la demanda
turstica cultural. Esta tipologa turstica, considerada en numerosas ocasiones como
un turismo culto principalmente porque era el patrimonio cultural el objeto de uso
turstico por parte del individuo y porque se sobreentenda en este tipo de visitas, que
el aprendizaje constitua una motivacin bsica de desplazamiento, adquiere
caractersticas de turismo masivo que se mantienen en numerosos destinos tursticos
culturales.
Este punto de encuentro entre cultura y turismo que, como se ver, ha dado lugar a
una produccin cientfica en este sentido muy amplia, evoluciona hasta la aparicin de
nuevas sub-tipologas de turismo cultural asociadas a nuevas miradas sobre el
patrimonio y desarrolladas por nuevos turistas culturales. Dentro de este apartado de
anlisis sobre esta larga relacin, es necesario tratar el argumento que otorga el
patrimonio cultural a los destinos litorales consolidados, como una forma ms de
establecer esta relacin entre cultura y turismo.
305
306
132
La obra se titulaba The Voyage of Italy, de Richard Lassels, publicada en Pars en 1679.
En 1999 se celebra la exposicin titulada In Search of Art: The English Grand Tour, en la Main Exhibition Gallery of
Firestone Library de la Universidad de Princeton (EE.UU.), organizada por el Department of Rare Books and Special
Collections. Esta exposicin cuenta la historia del Grand Tour a travs de libros raros originales pertenecientes a las
colecciones de la biblioteca de dicha Universidad. Las ilustraciones de estas obras muestras los paisajes y los lugares
visitados en este viaje inicitico. En la direccin que se indica, se puede acceder a la transcripcin de las etiquetas
diseadas para la exposicin por Nora Lin: http://infoshare1.princeton.edu/rbsc2/misc/Grand_Tour.pdf
133
307
Segn el documento de la Universidad de Princeton, Npoles, en un principio, no era ciudad de obligada visita,
hasta que Sir William Hamilton (1730-1803) es nombrado embajador britnico en Npoles y la convierte en un
destino imprescindible en el Grand Tour. A l se le deben aportaciones relevantes al British Museum como una
amplia y significativa coleccin de vasos griegos pintados (730 vasos, 600 bronces, y aproximadamente, 6000
monedas y marfiles).
135
Lavaur (1989) describe con detalle los tipos de carruajes existentes en el momento, adems de la oferta de
alojamiento, de elevada calidad en las ciudades importantes y, no tanto, en las etapas intermedias; as como los
servicios sanitarios disponibles.
136
Lau (2012) realiza un exhaustivo anlisis de la obra de Pompeo Girolamo Batoni (1708-1787), que se convirti en
el pintor del Grand Tour del gentlman ingls: La posesin de un retrato de Batoni no slo indicaba que el retratado
era un hombre de gusto, sino que, tambin, su imagen se converta en un recuerdo de valor inapreciable que
demostraba que haba completado con xito el Grand Tour. La autora describe aspectos curiosos relativos a estos
retratos particulares, como, por ejemplo, que la postura del retratado corresponda siempre a antiguas esculturas
famosas, como el Apolo de Belvedere, o que se incluan arquitecturas antiguas en estos retratos para aadir un aura
de antigedad.
308
patrimoniales, era amplio y consciente. Sin embargo, como muestran ambos autores
(Turner y Ash, 1991: 55), existen testimonios sobre turistas cuyos comportamientos
corresponderan ms a los comportamientos tpicos del turismo cultural de masas
actual (mirada selectiva de la ciudad, lectura rpida y fcil del patrimonio). La causa de
esta superficialidad de la mirada turstica sobre el patrimonio tambin se encuentra en
Lavour (1987). Este autor afirma que la tendencia modernista del gusto de los viajeros
del siglo XVIII era la arquitectura barroca y neoclsica, fruto de su presente. De ah
que, aquellos elementos patrimoniales que no pertenecieran a estos estilos
arquitectnicos, como el gtico, por ejemplo, permanecan en muchos casos olvidados
y alejados de las visitas tursticas. As, en esta referencia se alude al episodio vivido por
Goethe en Italia (1786), cuando en su visita a Ass deja de lado () con un sentimiento
de aversin, las enormes construcciones subterrneas de dos iglesias, amontonada
una sobre otra al modo babilnico, donde descansa San Francisco (Lavaur, 1987:
95)137. Este rechazo por aquellos estilos arquitectnicos que no corresponden con los
mencionados, da lugar a que la ciudad de Vicenza, situada al norte de Italia, se
convierta en una ciudad de visita obligada, debido a la existencia de la obra
arquitectnica de Andrea Palladio (1508-1580)138.
Con el paso del tiempo, la burguesa se suma a esta prctica social que es el Grand
Tour. As, en los siglos XIX y XX, la burguesa inglesa es la que realiza el mismo recorrido
en un contexto postromntico alejado de la motivacin formativa y educativa. En el
caso de la burguesa que participa de esta experiencia, desde la perspectiva
sociolgica, busca reforzar su imagen de lite internacional a travs de este tipo de
prcticas, para alcanzar el reconocimiento social que no le ha sido dado por
nacimiento, como ocurre en el caso de la aristocracia. Se presenta una paradoja en el
sentido de que la burguesa desarrolla estas prcticas sociales, con el objetivo de
adquirir protagonismo social.
Sin embargo, en la poca en que este grupo social viaja a Italia, sta ya no representa
al foco intelectual con la misma intensidad que haba tenido en el siglo XVIII. Por
diversas cuestiones polticas, sociales y econmicas, el primer destino turstico del
mundo, sufre un perodo de decadencia urbana y rural. Aun as, contina siendo un
137
Goethe se refera al conjunto de la Baslica de Ass y otros lugares franciscanos, que forman una obra maestra
del arte medieval pictrico (Cimabue, Lorenzetti, Simone Martini y Giotto) y arquitectnico. Este conjunto artstico
fue declarado en el ao 2000, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. La informacin se encuentra
disponible en: http://whc.unesco.org/en/list/990
138
Las construcciones urbanas de Andrea Palladio y las villas campestres que edific en la regin del Vneto, fueron
objeto de declaracin Patrimonio Mundial de la Humanidad en el ao 1994. La informacin relativa a esta
declaracin se encuentra disponible en: http://whc.unesco.org/en/list/990.
309
Como indica Heilbrun (Fundacin MAPFRE, 2009), hacia 1850 se percibe Italia como un inmenso museo, y es en
este momento cuando se empieza a gestar la imagen turstica del destino cultural, apoyada en la reproduccin de
imgenes fotogrficas de lugares patrimoniales emblemticos y en reproducciones pintadas o esculpidas de los
tesoros que se pueden admirar en los palacios e iglesias. Parte de estas imgenes fueron expuestas en la exposicin
internacional Ver Italia y morir, en el Muse dOrsay en Pars en 2009 y en la Fundacin MAPFRE, en Madrid, ese
mismo ao.
140
En la gua de viaje a Palestina y Siria escrita por Thomas Cook, se puede comprobar esta afirmacin. Se encuentra
disponible en: https://archive.org/stream/cookstouristsha13ltdgoog#page/n1/mode/2up. Del mismo modo, la gua
310
primer circuito circular guiado en el continente europeo, con la visita a las ciudades de
Herwich, Amberes, Bruselas, Colonia, Estrasburgo, Pars, Le Havre y Southampton
(Turner y Ash, 1991), hasta que en 1873 cierra la primera vuelta al mundo.
Esta relacin existente entre patrimonio cultural y los primeros viajes tursticos es
evidente desde los orgenes de la actividad en el Grand Tour, pero se mantiene en los
siglos siguientes, dando lugar ya en el siglo XX a modalidades tursticas especficas
basadas en el patrimonio como sustantivo, al que se le aaden adjetivos que delimitan
la naturaleza de los recursos visitados (turismo industrial, turismo etnogrfico, turismo
negro, turismo literario, turismo gastronmico, etc.). Una de estas modalidades, el
turismo urbano, tiene su momento de auge y expansin en el siglo XIX. Los primeros
viajes organizados por Cook son flujos de proximidad desde las ciudades textiles a las
reas urbanas ms prximas. En este ejemplo, lo importante no es tanto la
procedencia de los turistas, como la seleccin que hace Cook en la gua que edita para
visitar Londres, en la que ofrece una imagen de la ciudad fragmentada y construida a
partir de la sucesin de nodos e iconos de obligada visita, es decir, de prcticas
ritualizadas que el turista ha de realizar. En esta eclosin del turismo urbano, Pars se
convierte, como opina Donaire, en la metfora del viaje. Su imagen turstica
corresponde a la ciudad ms antigua que contiene un conjunto monumental que an
hoy, constituye en parte, esa imagen turstica.
Siguiendo a Donaire, en el siglo XIX aparecen dos elementos que potencian el auge del
turismo urbano y convierten a las ciudades en competidoras. Se trata de las
exposiciones universales, que con cada celebracin aumentan el nmero de visitantes,
y de la aparicin de los grandes museos nacionales. En la actualidad, en el contexto del
turismo urbano, la calidad y variedad de la oferta musestica de una ciudad es
extremadamente importante, as como la celebracin de eventos de carcter
internacional que pueden lograr dos cosas. La primera de ellas, la renovacin de la
imagen turstica de una ciudad en el escenario internacional, y en segundo lugar, la
implantacin de procesos de regeneracin y adecuacin urbanas que, en definitiva,
revierten en la creacin y consolidacin de la oferta cultural de un destino urbano.
Al igual que el Grand Tour de los siglos XVIII al XIX sirvi para la generacin y
consolidacin de nuevos destinos culturales en Europa y la fijacin de imgenes
tursticas que, en muchos casos an hoy perduran, el patrimonio cultural tuvo un
protagonismo relevante en la construccin de la imagen turstica del destino espaol.
de viaje para Egipto, el Nilo y el Desierto del mismo autor, contiene la estructura del itinerario y una amplia
informacin sobre los recursos patrimoniales visitados, as como informacin de tipo prctico para desenvolverse
en el pas. Se encuentra disponible en: http://scholarship.rice.edu/jsp/xml/1911/9284/1/CooEg1897.tei-timea.html
311
As, se puede apreciar cmo, los carteles oficiales de turismo que se utilizaron como
medio promocional en las primeras dcadas de la actividad turstica en Espaa, desde
1929 a 1959, incluyen temas histrico-culturales como reclamo para el visitante. La
informacin que se desprende de la consulta de estos carteles oficiales es abundante
en muchos sentidos. En este punto, se quiere hacer especial incidencia en la aparicin
de recursos histrico-artsticos en dicho material promocional. Como se indica en el
Catlogo de Carteles Oficiales de Turismo 1929-1959 (MITYC, 2005), en la etapa de
gestin del Patronato Nacional de Turismo creado en 1928, se realiza la primera
campaa de promocin turstica con la edicin de veinticinco carteles, que
promocionaban la historia, la cultura y el arte en Espaa. Esta tendencia se mantiene
en las campaas posteriores, y contina con la creacin de la Direccin General de
Turismo en 1939. Con este organismo, la promocin del destino se sigue realizando a
travs de los carteles. En ellos se mantiene la temtica patrimonial, pero ya se
incorporan otros atractivos como las playas, la arquitectura popular, las costumbres,
los deportes y los toros. Con la creacin de Ministerio de Informacin y Turismo en
1951, la poltica turstica se enfoca prioritariamente hacia las costas y las playas, como
consecuencia lgica del modelo turstico que empezaba a desarrollarse durante todo el
siglo XX. Sin embargo, en los carteles tursticos consultados en el perodo de 1951 a
1959, continan apareciendo iconos patrimoniales de elevado protagonismo
patrimonial como Toledo, Santiago de Compostela, La Alhambra, las Casas Colgantes
de Cuenca, La Rambla de las Flores de Barcelona o el Alczar de Segovia.
Por tanto, en el caso espaol, el patrimonio cultural ha estado relacionado con el
turismo desde los orgenes de esta actividad a pesar de que el producto principal de
hegemnico rene otro tipo de atributos que dan respuesta a otro tipo de
motivaciones. Se podra decir que el patrimonio cultural ofrece un valor aadido a la
imagen del destino. Tanto es as, que en la actualidad, los destinos consolidados,
vuelven a utilizar como argumento para la promocin turstica, al patrimonio cultural,
como elemento fundamental de los procesos de cualificacin y renovacin tursticas,
que sern tratados en el presente captulo.
En el cuadro que sigue se recogen las principales caractersticas de los primeros viajes
en torno al Grand Tour, considerado como el origen de la actividad turstica asociada a
las visitas al patrimonio cultural. Como se podr observar, se realiza una comparacin
entre este tipo de visitas culturales y las visitas culturales de los turistas del siglo XX. A
travs de esta comparacin, es posible constatar algunas diferencias en funcin de las
caractersticas y motivaciones de las personas que viajan, pero, al mismo tiempo,
existen similitudes que acercan las distintas pocas histricas.
312
Figura 67: Caractersticas del Grand Tour. Similitudes y diferencias con el turismo cultural en la
actualidad
POCA
Siglo XVIII
Siglo XIX
Quin
viaja?
Aristocracia
Burguesa
Clase media
Formacin y educacin
Ocio
Formacin y educacin
Ocio
Entretenimiento con el
patrimonio
Recorridos limitados
Ciudades
Ampliacin de recorridos.
Nuevos destinos
Auge del turismo urbano
Visitas patrimoniales
Rechazo al contacto con la
poblacin local
Por qu
viaja?
Lugares
Actividades
Significado
social
Miradas
sobre el
patrimonio
Grado de
ritualidad
Significado
personal
Visitas patrimoniales
Rechazo al contacto con la
poblacin local
Distincin y exclusividad
Imitacin y liberacin de la
realidad cotidiana
Elevada motivacin
Mirada romntica
Superficial
Lectura rpida
Experiencia
Fijacin de la memoria a
travs de la obtencin de
souvenirs
Consolidacin de prcticas
ritualizadas en relacin al
patrimonio cultural
Experiencia
Fijacin de la memoria a travs
de la obtencin de souvenirs
Elaboracin propia.
Como fenmeno social, la aparicin del turismo tiene lugar a mediados del siglo XX con
la aparicin del turismo de masas asociado al modelo turstico de sol y playa del
Mediterrneo. En este momento, la prctica del turismo ya no pertenece a
determinados grupos sociales como la aristocracia y la burguesa, sino que es
desarrollado por la clase media, que incorpora el turismo como parte del ocio
habitual141. Sin embargo, desde la perspectiva del ocio, podran considerarse como
prcticas tursticas a los viajes desarrollados en el Grand Tour, sobre todo a partir del
siglo XIX, ya que, adems del componente educacional y formativo del viaje
(motivacin principal), existe un fuerte componente ldico y de relajacin en la
realizacin de determinadas prcticas o actividades. Adems, como se ha podido
comprobar a lo largo de este discurso histrico, un aspecto que define el turismo
141
Se trata de una de las aproximaciones al estudio del fenmeno turstico recogidas por Prats (1997): turismo
como hospitalidad comercializada; turismo como agente democratizador; turismo como moderna actividad de ocio;
turismo como una moderna variedad del peregrinaje tradicional, turismo como una expresin cultural; turismo
como proceso de aculturacin; turismo como un tipo de relaciones tnicas; y turismo como una forma de
colonialismo.
313
cultural del siglo XX y XXI como es la lectura superficial, fcil y rpida del patrimonio, es
una caracterstica que tambin se encuentra en la relacin que establecen los viajeros
con el patrimonio cultural en el Grand Tour. Por otra parte, la adquisicin de souvenirs,
es un elemento definidor del viaje turstico, entonces y ahora, debido a la necesidad
que muestra el individuo por demostrar que ha estado all. Por tanto, se podra
afirmar que existen ciertas similitudes en los comportamientos de los primeros turistas
de patrimonio cultural, con los actuales turistas culturales. El Grand Tour ha sido
considerado el origen de la historia del turismo, pero habra que puntualizar y
profundizar en determinados aspectos. A los efectos de la presente investigacin,
resulta de enorme inters la relacin que se establece en estos primeros viajes, con el
patrimonio cultural en todas sus manifestaciones; y la motivacin que lleva a la
realizacin de dicho desplazamiento. Como se ver a lo largo de este apartado, la
motivacin sigue constituyendo el elemento que determina los diferentes tipos de
turista cultural en la actualidad, ya que, como se avanz en el captulo anterior, todos
los visitantes que se encuentran en lugares de inters patrimonial no pueden ser
considerados como turistas culturales en el sentido que normalmente se entiende.
314
Martn
(1993,
1996)
Asociativo-simblico
Vnculo con otros
hombres del pasado
Simblico-asociativo
Informativo
Cualidad de ofrecer
informacin
Informativo
Esttico
Cualidad formal y
material
Esttico/artstico
Econmico
Difcil de estimar en los
bienes de disfrute social
Econmico/utilitario
Simblicocomunicativo
Valor de uso:
Utilitario: uso tangible
Informativo: uso
intangible
Formal
No incluye el valor
econmico como valor
sino como contexto de
la actividad patrimonial
Valor de uso
Valor de consumo
Fuente: Adaptacin a partir de Gonzlez Mndez (1999: 226) y Martn (1993, 1996).
142
No puede resultar extrao que en el siglo XIX surjan las primeras normativas que intenten proteger el patrimonio
que se est descubriendo fruto de un aumento de la sensibilidad por la conservacin de los monumentos.
315
En este sentido, con la intencin de profundizar sobre la asuncin de que el turismo es un instrumento eficaz y
eficiente de desarrollo econmico y social, se recomienda la lectura de Muoz et al (2012). En este artculo los
autores cuestionan este tcito consenso y realizan una reflexin sobre el concepto de desarrollo, la contribucin del
turismo a ese desarrollo, y la formulacin y el alcance que deben tener las polticas tursticas para que el turismo
sea realmente un instrumento de desarrollo.
316
317
En este sentido resulta ilustrativa la lectura de Moreno y Sariego (2014) sobre la gestin turstica de Pompeya y
Herculano (Italia), donde se muestra la ausencia de dicha accin en dos de los complejos arqueolgicos ms
importantes del pas que actan como verdaderos atractivos para el turismo internacional, con aproximadamente
2,5 millones de visitantes para el caso de Pompeya.
146
A propsito del tema, cabe recordar la relevancia cientfica del Grupo de Investigacin Turismo, Patrimonio y
Desarrollo del Departamento de Geografa Humana de la Universidad Complutense de Madrid, dirigido por el
profesor Troitio Vinuesa y constituido por diez investigadores. Como se mencion en los antecedentes de la
presente investigacin, la produccin cientfica sobre las repercusiones de la actividad turstica en destinos y sitios
culturales, entre otros temas, resultara imposible de resumir aqu por su enorme amplitud. Se han contabilizado
entre libros, captulos de libro, aportaciones en revistas cientficas y actas de congresos ms de doscientos
materiales cientficos. Del mismo modo, la direccin y participacin de sus miembros en proyectos de investigacin
es tambin profusa. No obstante, en el texto principal se recuperan algunas cuestiones que interesan en este punto
del discurso sobre la relacin entre patrimonio cultural y turismo. La informacin relativa a esta grupo se encuentra
en: http://www.ucm.es/data/cont/docs/539-2014-01-18-UCM-CV-Noviembre-2013.pdf
318
Figura 69: Lneas de investigacin del grupo de investigacin Turismo, Patrimonio y Desarrollo-UCM
1.-Capacidad de carga turstica y el uso de los conjuntos patrimoniales
2.-Uso turstico de la ciudad y la identificacin de la ciudad turstica
3.- Interdependencias y vas de encuentro entre turismo, patrimonio cultural y urbanismo
4.-Motivaciones, comportamientos y valoraciones de los visitantes de las ciudades
5.-Herramientas y metodologas para la estimacin y cuantificacin de los flujos tursticos en destino
Elaboracin propia a partir de la memoria del Grupo de Investigacin Turismo, Patrimonio y Desarrollo (2013).
147
Richards (1996b: 21) tambin manifiesta la complejidad que existe en el momento de definir el turismo cultural
debido a que ambos trminos, por separado, resultan ser muy complicados en sus definiciones.
319
320
148
Urry (1997: 151) sostiene que el consumo postfodista se caracteriza, entre otras cuestiones, por la gran
volatilidad de las preferencias de los consumidores; por el incremento de las preferencias de stos por formas de
turismo no masificadas; y por el crecimiento de un consumo cada vez menos funcional y ms esttico, donde se
desdibujan las lneas de separacin entre turismo, ocio, cultura, educacin, deporte, etc. Anton (1996) opina que el
consumo postmoderno del patrimonio cultural se manifiesta en el crecimiento de museos al aire libre, en el
desarrollo de centros de interpretacin, en la generalizacin de productos tursticos basados en la recreacin
histrica o en la interpretacin del patrimonio, entre otros.
321
organismos, que dicen que el turismo cultural est creciendo rpidamente, las pruebas
recogidas por ATLAS indican que dicho crecimiento no es mayor que el de otros
segmentos de demanda turstica.
Donaire (2012) advierte de que ambos trminos son polismicos, representan
contenidos complejos y acepciones hbridas. En este sentido, la cultura se muestra
como una realidad compleja, mltiple y variada, cuya tradicional diferenciacin entre
la alta cultura y la cultura popular, ha desaparecido (Chevrier y Clair-Saillent, 2006).
Desde la perspectiva turstica, la amplitud de motivaciones por parte de la demanda,
ha dado lugar a modalidades especficas de turismo cultural que representan cada una
de las acepciones del trmino cultura. As, la bsqueda de la autenticidad (subjetiva,
relativa y personal) constituye una de las caractersticas del turismo en la actualidad.
Esa bsqueda, es la que determina las diferentes motivaciones y la que da lugar a
prcticas
tursticas
culturales
diversas,
tantas
como
motivaciones
existen.
149
Smith (1992) adems de los tipos de turismo que figuran en el cuadro del texto principal, define el turismo
recreativo como aquel turismo de arena, mar y sexo (estaciones de ski, playa y campos de golf), desarrollado por los
turistas que quieren descansar o entrar en contacto con la naturaleza. Como se puede observar, se trata de una
aproximacin conceptual, en todos los casos, muy limitada y superada por investigaciones posteriores. De estas
definiciones sobre los diferentes tipos de turismo, es importante observar que, en relacin a las actividades
culturales, la diferenciacin tipolgica es mayor (tnico, cultural, histrico) aunque, a efectos de la presente
investigacin, se han identificado carencias evidentes. Entre ellas, la adjudicacin de un componente geogrfico
nicamente al denominado turismo ambiental. Al mismo tiempo, la adjudicacin del componente recreativo al
turismo definido por el mismo trmino, cuando turismo ha de identificarse con recreacin y, por extensin, con el
estado de no cautividad del pblico.
323
Turismo cultural
Turismo histrico
Turismo ambiental
Caractersticas
Costumbres curiosas, tpicas de pueblos indgenas, exticas
Visita a casas y aldeas indgenas, espectculos de danzas y ceremonias tpicas
Adquisicin de curiosidades y artesana
Afluencia espordica y reducida. Impacto local mnimo
Abarca lo pintoresco o el color local
Acercamiento a una vida en proceso de extincin (la cultura campesina por
ejemplo)
Tensin entre anfitriones e invitados: intromisin del turista en la vida cotidiana
Circuito de los museos y catedrales
Excursiones organizadas, espectculos de luz y sonido
Gran afluencia de visitantes
Contactos entre anfitriones e invitados esencialmente econmicos
Supeditado al turismo tnico
Turismo selectivo en zonas remotas
Turismo esencialmente geogrfico
Tensiones entre anfitriones e invitados de ndole variada
Elaboracin propia a partir de Smith (1992).
La aproximacin a las diferentes tipologas tursticas definidas por Smith (1992) a pesar
de las carencias y limitaciones detectadas, en relacin con el turismo cultural en
sentido genrico, apunta a la necesidad de perfeccionar el concepto de turismo
cultural desde la ptica de la oferta y demanda turstica. Con el tiempo, esta bsqueda
de mayor profundidad en ambos sentidos, dar lugar a la identificacin de los
diferentes turismos culturales, que se ven adjetivados en funcin de la especificidad de
la oferta y la demanda interesada por determinados recursos patrimoniales en
cuestin (turismo negro, turismo etnogrfico, turismo industrial, turismo urbano, entre
otros).
Generalmente, el turismo cultural como modalidad turstica, se ha entendido y
defendido como un tipo de turismo alternativo150, en relacin al producto principal de
sol y playa que se constituy como el modelo principal del turismo de masas a
mediados del siglo XX. Sin embargo, en numerosos casos, se repiten desde el lado de la
oferta y la demanda, las mismas caractersticas que definen al producto principal de
sol y playa, con la consiguiente masificacin, esquilmacin y uso abusivo, entre otras
150
A principios de la dcada de los aos noventa del siglo pasado, cuando desde el mbito cientfico ya se adverta
la necesidad de iniciar procesos de renovacin en los destinos consolidados, se apuntaba a la integracin en el
modelo turstico principal de otras tipologas tursticas como la cultural, arguyendo que el cliente de este segmento
se caracterizaba por su elevado poder adquisitivo, su elevada formacin cultural y acadmica, y su respeto por el
territorio de acogida, entre otras. Como se pudo observar en el captulo anterior, la realidad es bien distinta, ya que
los visitantes del patrimonio cultural, aunque sea en destinos puramente culturales, no se muestran como un grupo
homogneo en cuanto a las caractersticas mencionadas se refiere. En el caso de los destinos consolidados del
litoral, la composicin puede ser la misma, y a ello se ha de aadir el hecho de que el motivo principal de
desplazamiento no es la cultura.
324
A los efectos de la presente investigacin, el turismo cultural en sentido genrico, no constituye una modalidad
turstica alternativa ya que en muchas ocasiones repite las mismas caractersticas del turismo de masas de sol y
playa en cuanto al uso y abuso de los recursos patrimoniales. Por ejemplo, basta con observar las largas colas de
visitantes en las exposiciones temporales de cualquier museo, la presin que genera el consumo espacial de los
visitantes en centros histricos relevantes, o la masiva afluencia de visitantes en monumentos significativos de
cualquier destino cultural. Por este motivo, no se debe identificar turismo cultural con turismo alternativo, ya que
las prcticas tursticas estn plenamente ritualizadas, su componente ldico es determinante y el visitante general
de este tipo de destinos no corresponde al turista al que se alude en numerosas ocasiones como el elemento que
solucionar o contribuir a paliar deficiencias como la estacionalidad, aumentar el gasto medio en destino, o a
utilizar los recursos de forma sostenible, etc.
325
espaola: El turismo comprende las actividades que realizan las personas durante sus
viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual, por un perodo de tiempo
consecutivo inferior a un ao, con fines de ocio, por negocio y otros (OMT, 1998: 11).
Sin embargo, cuando se aproxima a la definicin de cultura, surgen varias dificultades.
Una de ellas radica en la consideracin de la cultura como proceso o como producto.
En el primer caso, la cultura como proceso, se hace referencia al componente
simblico de las normas de conducta y la forma de entender el mundo que rodea a
cada grupo social. Segn Richards, sta constituye la verdadera motivacin de los
turistas culturales, la bsqueda de la autenticidad y de significados culturales ms
profundos. En segundo lugar, la cultura entendida como producto, es el resultado de
las actividades humanas en un lugar y en un momento dado. sta se transforma a
travs del turismo, en la cultura como producto.
Por tanto, estas dos concepciones dan lugar a dos definiciones de turismo cultural, la
primera de ellas, de carcter ms tcnico, y la segunda, una definicin ms conceptual.
La definicin tcnica de cultura se basa en la consideracin de la cultura como un
producto, es decir, la cultura desde el lado de la oferta turstica, que describe las
diferentes tipologas de atractivos culturales y se centra tambin en el anlisis de la
frecuentacin de uso y la cuantificacin de visitantes en lugares de inters cultural. En
este sentido, las clasificaciones tipolgicas que definen diferentes autores (Munsters,
1996; Prentice, 1993) sobre los diferentes tipos de lugares y atractivos de inters
cultural para los turistas, se identifican con la dimensin de high culture que tiene el
turismo cultural, orientada al consumo de productos culturales.
Una segunda definicin de turismo cultural es la definicin conceptual, que basa su
contenido en los motivos y significados que el turista otorga a la actividad turstica
cultural que realiza. No se trata de que el individuo se encuentre en uno de los
atractivos culturales definidos tipolgicamente desde el lado de la oferta turstica
(cultura como producto). Si esto fuera as, efectivamente la representacin en nmero
de visitantes del turismo cultural, se vera sobredimensionada152. Sobre este tema,
Richards (2005: 1) opina en los siguientes trminos:
No todo el consumo cultural de los turistas viene por motivaciones culturales: muchos
viajes a acontecimientos culturales o lugares de inters cultural tienen la cultura como
segundo objetivo. Si llueve, los turistas de sol y playa puede que renuncien a la playa
152
En la segunda fase de la investigacin del Programa ATLAS realizada en 1997 (Richards, 1997), los resultados
mostraron que la presencia de muchos visitantes que se encontraban en lugares o atractivos de inters cultural, se
deba a que esa experiencia constitua una parte de su estancia en la playa y que ellos mismos no se consideraban
turistas culturales.
326
por el museo (). Estos turistas culturales accidentales pueden ser distintos, en
cuanto a la motivacin y comportamiento, de los denominados culture vultures que
salen de casa con la intencin de consumir productos especficamente culturales.
De ah que el enfoque conceptual del turismo cultural incida en la atencin al porqu y
cmo el individuo desarrolla prcticas tursticas culturales. As, las dos aproximaciones
realizas por el autor, se traducen en sendas definiciones de turismo cultural. La
definicin tcnica entiende el turismo cultural como el movimiento de personas hacia
atractivos culturales especficos, como lugares de inters patrimonial, manifestaciones
culturales y artsticas, arte y espectculos, fuera de su lugar habitual de residencia. La
aproximacin conceptual traspasa la identificacin de los atractivos de la oferta
cultural y se centra en el componente motivacional del turista, mediante la definicin
de turismo cultural como el movimiento que realizan las personas hacia atractivos
culturales fuera de su lugar habitual de residencia, con la intencin de obtener nueva
informacin y experiencias para satisfacer sus necesidades culturales.
El Programa de ATLAS (Association for Tourism and Leisure Education) para la
investigacin sobre el turismo cultural, comienza a desarrollarse en el ao 1991 en
Europa con el apoyo de la Comisin Europea (Richards, 2001)153. Los objetivos del
estudio consistan en definir la naturaleza y el alcance del turismo cultural; recopilar
datos sobre las visitas de turismo cultural en atractivos culturales en Europa; definir el
perfil y las motivaciones del turista cultural y desarrollar estudios de caso sobre la
gestin de esta modalidad turstica154. Las diferentes fases de la investigacin
produjeron ms de treinta mil entrevistas a turistas en ms de doscientos atractivos
culturales. En la figura que sigue se recogen los datos de forma ms precisa a partir de
ETC (2005):
Figura 72: Sntesis de los resultados de las investigaciones de ATLAS
AO
TOTAL
RESPUESTAS
RESPUESTAS EN
CIUDADES
TURISTAS
EXTRANJEROS
1992
1997
1999
2001
6400
8300
6730
5320
5088
4993
5100
4160
56%
29%
36%
32%
153
TURISMO DOMSTICO
Y RESIDENTES
LOCALES
44%
71%
64%
68%
Fuente: ECT (2005: 18).
Richards indica que, en un principio, la investigacin se centr en la Unin Europea, pero su mbito espacial de
estudio se ampli a Europa Central y del Este, y tambin a Asia y Australasia. El grupo de edad de los entrevistados
era mayor de 16 aos.
154
Los estudios de caso que aparecen en la obra referida (Richards, 2001), son de diferente naturaleza. Se trata de
estudios que se centran en atractivos en concreto como el de Bonnefanten Museum (Maastricht) o el Budapest
Spring Festival, por ejemplo, o de estudios ms generales relativos al consumo del turismo cultural en Polonia, las
industrias creativas como va para la innovacin en msterdam, o el turismo urbano en el contexto de la
globalizacin.
327
Gran parte de los objetivos de la investigacin, se cumpli con los resultados obtenidos
en las dos primeras rondas de entrevistas (seis mil cuatrocientas entrevistas en 1992 y
ms de ocho mil en 1997). Cabe destacar tambin, que en 1997 se incluyeron
atractivos relacionados con la cultura popular, algo que resultaba clave para los
investigadores, por entender la complejidad del concepto y la definicin de cultura y
turismo cultural. Como indica Richards (2001), la cuestin bsica en que resuma la
investigacin en su totalidad, era la definicin de turista cultural. Conforme avanzaba
la investigacin, los resultados se enriquecan con aspectos relativos al
comportamiento de los visitantes y la posicin que ocupaba el turismo cultural en las
opciones de ocio y de consumo turstico. As, en la fase de 1999 y 2000 se decidi
incluir preguntas para obtener informacin sobre aspectos relacionados con el
marketing y la visita cultural como fuente de informacin que influye en el momento
de decisin para realizar la visita. En la figura que sigue se resumen las principales
caractersticas del perfil de turista cultural con el que concluye la investigacin de
ATLAS.
Procedencia
Femenino 57%
Masculino 42%
35% menores de 30 aos
26% ms de 50 aos
44% estudios superiores
50% empleados
70% experiencia profesional liberal o de direccin/gestin con
ingresos relativamente altos
60% turistas (55% extranjeros, con alto nivel de repeticin de la
visita)
40% residentes locales (72% ha realizado visitas previas)
Elaboracin propia a partir de Richards (2001; ETC, 2005)
mayor es el grupo de edad, cuando desarrollan una profesin liberal que les aporta
elevados ingresos, y cuando su profesin est relacionada con la cultura. Richards
afirma que el componente de aprendizaje es evidente en el turismo cultural pero
tambin se demuestra, a travs del estudio, que los turistas estn ms interesados en
la bsqueda de nuevas experiencias en un contexto de ocio. En ese sentido, la
bsqueda de experiencias o la identificacin de las modalidades tursticas diferentes al
sol y la playa con prcticas experienciales, se definiran por la interactuacin con el
entorno, con dar, recibir y participar (Chevrier y Clair Saillant, 2006). De ah que se
produzca una mezcla entre el aprendizaje de la alta cultura con el componente de
relajacin y ruptura con la cotidianeidad que introduce la cultura popular155 y el ocio.
Por tanto, la informacin obtenida muestra que el crecimiento del segmento de
turismo cultural no desplaza a las tradicionales estancias de sol y playa, sino que las
visitas culturales se convierten en vacaciones adicionales o se combinan con los
productos de sol y playa. A partir de esto, es posible afirmar que no todos los visitantes
que se encuentran en atractivos culturales son turistas y no todos los turistas tienen
una motivacin especficamente cultural. Este tipo de turista, motivado especialmente
por la cultura, constituye un segmento relativamente pequeo en el total del mercado
turstico, aunque indudablemente, es muy importante para los destinos de inters
cultural. De la misma forma, a los efectos de la presente investigacin, estas
conclusiones deben llevar a reflexionar desde el mbito de la gestin turstica de un
destino especializado en el producto de sol y playa.
Como se ha podido observar, no todos los turistas que visitan atractivos culturales en
un destino pueden ser considerados turistas especialmente motivados por la cultura.
Esta realidad implica que, en el planteamiento de los procesos de valorizacin del
patrimonio cultural en destinos litorales consolidados, se ha de tener en cuenta que
gran parte del volumen de visitantes que harn uso del atractivo cultural en cuestin,
sern los propios residentes o los visitantes de proximidad, que incluyen en sus
prcticas de ocio habitual, el consumo de cultura en sus diferentes manifestaciones.
De ah que, nuevamente, la interpretacin se vea reforzada como la disciplina que
permite comunicar el valor patrimonial al pblico que visita estos lugares en un
contexto de no cautividad.
Por tanto, la motivacin del visitante es el elemento definidor de sus caractersticas.
As, Chevrier y Clair Saillant (2006: 5) sostienen lo siguiente:
Dans un contexte o lon mesure le caractre culturel dune experience touristique
155
Anton (1996: 58) la define como la cultura de lo cotidiano o la cultura en sentido antropolgico.
329
laune de lintention du touriste, toute forme de tourisme peut ds lors tre qualifie de
culturelle. Inversement, toute consommation de produit rcrotouristique caractre
culturel ne peut pas tre automatiquement renage sous lappellation de tourisme
culturel.
Desde el mbito cientfico se han elaborado mltiples tipologas de turistas culturales,
en funcin de los diferentes grados de motivacin, que constituyen referencias
habituales en cualquier investigacin relativa a la relacin entre el patrimonio cultural
y el turismo (Silberberg, 1995; Richards, 1996; 2001b; Jansen-Verbeke, 1997; Anton,
1996; Bote y Huscar, 2000; Calle, 2002, entre otros). Todos estos autores afirman que
cada grado de atraccin tiene un equivalente en las diferentes modalidades de turistas
culturales. En las siguientes pginas se realiza una sntesis de las tipologas de turistas
culturales con la intencin de ofrecer una visin general de los principales estudios
realizados en este sentido y de establecer una conexin entre determinadas
modalidades de turistas culturales con el caso de estudio que ocupa posteriores
captulos en la presente investigacin. Como se puede observar en la siguiente figura,
las diferentes tipologas varan en cuanto al nmero de perfiles identificados en
funcin del grado de motivacin que expresa el turista durante su experiencia. Los
perfiles de turistas culturales en cada uno de los casos se presentan de mayor a menor
grado de motivacin, o si se quiere considerar de otro modo, del mayor o menor grado
de importancia que tiene el componente cultural en la eleccin de la experiencia.
Prcticamente todas las aportaciones de referencia distinguen dos o tres perfiles de
turistas culturales, salvo el caso de la tipologa de crculos concntricos de Silberberg
(1995) o la de McKercher y Du Cross (2002) citada en ECT (2005). sta ltima, entre
otras, ser tratada con mayor detenimiento, debido a que la identificacin de un
nmero mayor de perfiles diferentes apunta a la introduccin de un nuevo elemento
de anlisis que supera a la motivacin del viaje, y que, en este caso, consiste en la
profundidad de la experiencia. En esta misma lnea, cabe destacar las aportaciones de
Der Ark y Richards (2006), donde se profundiza en la propuesta original de turistas
culturales extrada de las investigaciones realizada por ATLAS, para concretar el perfil
del turista en ciudades europeas a partir del nivel de participacin en actividades
culturales y en el grado de disfrute (attractiveness) que se ha experimentado con la
realizacin de dichas actividades. En este caso, la tipologa resultante puede ser
identificada con la tipologa original que daba lugar a tres tipos de turistas culturales
en funcin de la motivacin cultural que manifestaron en la realizacin del viaje.
330
Figura 74: Revisin de las diferentes tipologas de turistas culturales: modelos de referencia
AUTOR/INSTITUCIN
Irish Tourist Board
(1988)
Bywater (1993)
Silberberg (1995)
Richards (1996a,
1996b, 2001)
Foo y Rossetto (1998)
citado en StylianouLambert (2011)
Ashworth y
Tunbridge (1999)
De Cluzeau (2000)
citado en Mallor et.
al. (2013)
Hugues (2002) citado
en Stylianou-Lambert
(2011)
Greffe (2002) citado
en Mallor et. al.
(2013)
McKercher y Du
Cross (2002) citado
en ETC (2005)
Jansen-Verbeke
(1997), citado en
Calle (2002)
Jansen-Verbeke y
Lievois (1999)
Santana (2003)
Garca Hernndez
(2003)
Der Ark y Richards
(2006)
ELEMENTO
DIFERENCIADOR
Motivacin
Motivacin
Motivacin
Motivacin
Motivacin
Motivacin
Grado de inters y
consumo de productos
culturales
Grado de inters
Motivacin
Profundidad y calidad
de la experiencia
Motivacin
Motivacin
Motivacin
Motivacin
Nivel de participacin y
grado de disfrute
Elaboracin propia.
Figura 75: Tipologa de turistas culturales: motivo de viaje y profundidad de la experiencia (Mckercher
y Du Cross, 2002)
Segn McKercher y Du Cros (2002), los turistas culturales se diferencian no slo por el
nivel de importancia del componente cultural en la decisin del viaje, sino tambin por
el grado de profundidad de la experiencia turstica. Segn esta tipologa, existen cinco
tipos de turistas culturales. El primero de ellos, es el turista cultural plenamente
intencional (purposeful cultural tourist), cuyo motivo principal de desplazamiento es la
cultura a partir de la que desarrolla una experiencia profunda. El segundo tipo es el
332
turista cultural concienciado (sightseeing cultural tourist) que define a la cultura como
un motivo importante del viaje pero cuya experiencia es de menor profundidad. Estos
dos perfiles corresponderan a la dimensin cualitativa del fenmeno, constituiran el
segmento de turismo cultural especfico que representa una elevada formacin y un
inters relevante por la cultura, aquel segmento al que se alude repetidamente en los
procesos de renovacin turstica de un destino. El tercer tipo de turista cultural sera el
turista cultural instintivo (serendipitous cultural tourist), que no viaja por motivos
culturales pero que, por diversas circunstancias (grado de atractivo de la presentacin
patrimonial, interpretacin, invitacin a la participacin en la experiencia cultural) vive
una experiencia cultural profunda. Como indican Mallor et al. (2013: 273) a menor
motivacin cultural a la hora de elegir el viaje, mayor importancia de la experiencia a la
hora de visitar una atraccin cultural, convirtindose el conocimiento en un valor
aadido.
El turista cultural casual (casual cultural tourist) sostiene que la cultura es una
motivacin poco importante para viajar y su experiencia cultural resulta superficial. El
ltimo tipo de turista cultural es el accidental (incidental cultural tourist), no viaja por
motivos culturales y si participa en alguna actividad cultural, la experiencia ser
superficial. Desde el punto de vista del anlisis cuantitativo, todas las tipologas son
importantes porque constituyen el perfil general de turista cultural y quedaran
definidas por ella. Pero es evidente que la motivacin determina perfiles ms
especficos y la profundidad de la experiencia traducida en el grado de participacin
tambin156.
En opinin de Chevrier y Clair-Saillant (2006), es necesario medir el grado de
profundidad de la experiencia turstica, alejarse de las aproximaciones clsicas desde el
lado de la oferta y desde el lado de la demanda, con el objetivo de encontrar el punto
donde confluyen oferta y demanda cultural. La necesidad de superar esta dicotoma
radica en que la aproximacin desde el lado de la oferta posee un carcter elitista
porque reconoce en el turista un valor cultural por el simple hecho de encontrarse en
un lugar de inters cultural. La aproximacin desde el lado de la demanda tiene en
156
Aqu cabe destacar que la participacin determina el nivel de profundidad de la experiencia patrimonial. As se
establece de nuevo la relacin con la interpretacin del patrimonio, en la que, como se observ en captulos
anteriores, la participacin activa del visitante constituye una valiosa herramienta para comunicar el mensaje al
pblico visitante. Por este motivo, la utilizacin del argumento cultural con fines a la renovacin de destinos
tursticos consolidados, ha de tener en cuenta estas caractersticas. En primer lugar, que la captacin del segmento
de turistas culturales culture vultures es difcil para el caso de la Costa Blanca. El tipo de perfil de turista en
atractivos culturales ms habitual en estos casos correspondern a aquellas categoras cuya motivacin principal de
desplazamiento al destino no es la cultura. Sin embargo, en segundo lugar, la forma de presentar y comunicar el
patrimonio cultural al visitante a travs de la interpretacin, puede ayudar a conseguir una experiencia cultural
profunda aunque la motivacin inicial sea reducida.
333
cuenta el componente cultural en las intenciones y los motivos del viaje. El problema
surge por la falta de consenso en una definicin clara del trmino cultura.
Estos autores toman a Lutz (2005) como referencia y la tipologa que esta autora
elabora en la que se supera esta clsica dicotoma existente en las aproximaciones al
turismo cultural desde el lado de la oferta y de la demanda turstica.
Figura 76: Produccin y consumo del turismo cultural como una realidad compleja
El estudio de caso se realiz en el Byzantine Museum and Art Gallery y en el ARTos Cultural and Research
Foundation, en Chipre
336
El autor cita a Nash (2001) para hacer referencia a la spillover hypothesis, por la cual, las experiencias
individuales de la vida diaria, se mantienen en el mbito del turismo, de ah que las pautas de comportamiento
resultantes en el mbito turstico respondan a pautas de comportamiento de la vida diaria. De ah que en esta
investigacin el autor no se centre nicamente en los turistas, sino que su universo de estudio est compuesto por
todos los visitantes de los estudios de caso seleccionados, turistas y residentes. El turismo sera por tanto, una
extensin de la vida diaria (Anton y Gonzlez, 2008).
337
determinados tambin por el papel que desarrolla cada individuo dentro del museo
durante la experiencia y por el uso que se hace de este recurso cultural (museo o
galera de arte) en el contexto habitual o en el destino turstico. Estos ocho tipos de
perfiles o de aproximaciones diferentes son el perfil profesional, el amante del arte, el
explorador, el turista cultural, el que realiza la visita social, el romntico, y el que
muestra rechazo o indiferencia159. En esta misma lnea, otros estudios se han centrado
en el estudio de los visitantes desde la perspectiva de las expectativas de la
experiencia musestica (Sheng y Chen, 2012) o de la evaluacin del grado de
satisfaccin en sitios de inters cultural como el yacimiento arqueolgico de Itlica, a
partir de la valoracin de la calidad del servicio y otros elementos relacionados
(Martn-Ruiz et al. 2010), o el uso y lectura turstica que los visitantes realizan de un
espacio arqueolgico como Medina Azahara (Garca Hernndez y Calle Vaquero, 2010).
Al igual que desde el lado de la demanda, en el tratamiento de la evolucin de la
relacin entre turismo y patrimonio cultural, existen numerosos estudios que han
centrado su atencin en la oferta turstica cultural. Estos estudios se basan en el
establecimiento de diferentes tipologas de atractivos o recursos tursticos a partir de
la diversidad y amplitud de los mismos. En un principio estas tipologas se centraban
en aquello que Richards denomin alta cultura (Richards, 1996a), para posteriormente,
ampliar esas tipologas a elementos del patrimonio cultural de la cultura popular o la
cultura como proceso, con el fin de acoger las multiplicidad de modalidades tursticas
culturales dentro del amplio concepto de turismo cultural, abstracto y muy variado.
Como indica Richards (2005: 9), actualmente la cultura se ha integrado en casi todas
las formas de turismo, de tal modo que uno se pregunta si an tiene sentido hablar de
turismo cultural: ya era difcil definirlo y en el futuro an lo ser ms. Como muestra
de esta ampliacin del concepto cultura, en relacin con uno de los elementos que la
conforman como es el patrimonio cultural, y que ha sido objeto de mirada turstica
desde los orgenes de la actividad, resulta ilustrativa la lectura de Weaver (2011).
En esta investigacin el autor realiza un anlisis del turismo patrimonial
contemporneo en dos lugares, Las Vegas (Estados Unidos) y Gold Coast (Australia)
que, aparentemente, no podran desarrollar este tipo de modalidad turstica debido a
que el patrimonio localizado no respondera a las caractersticas que tradicionalmente
se le atribuyen a este tipo de elementos, como es la antigedad, desde una
159
Esta tipologa de visitantes en atractivos culturales, museos y galeras de temtica artstica, no se incluyen en la
figura anterior a modo de sntesis de tipologas de turistas culturales, porque se refiere a perfiles de demanda muy
concretos asociados a un estudio de caso especfico. En el caso de su inclusin, sera oportuno recopilar todas las
investigaciones realizadas en estudios concretos de caso, cuyas referencias resultara de una amplitud inabarcable
para la presente tesis.
338
160
Weaver (2011) clasifica los cuatro tipos de turismo patrimonial detectados en ambos casos de estudio, en
funcin de su localizacin in situ o ex situ. El primer tipo corresponde a las representaciones patrimoniales
conmemorativas o memoriales (por ejemplo, placas, identificaciones conmemorativas, estatuas o relieves que
recuerdan antiguos edificios demolidos o episodios acontecidos). El segundo tipo de manifestacin patrimonial se
centra en los objetos situados ex situ, y se trata de los museos o equipamientos que actan como museos, con
piezas originales o reproducciones, que desarrollan una temtica no habitual en la oferta musestica tradicional. La
tercera categora est basada en los nodos originales in situ, es decir, lugares especficos pertenecientes a edificios
antiguos que han sido preservados o restaurados. La ltima categora est conformada por reas urbanas y distritos
que han mantenido su imagen original desde la fundacin de ambas ciudades.
339
Figura 77: Revisin de las principales aportaciones al estudio de la oferta de turismo cultural
AUTOR
ECTARC (1988)
citado en Richards
(2001c)
Munsters (1996)
Anton (1996)
161
Prentice (1993)
Grande Ibarra
(2001)
Calle (2002)
Tweed (2005)
Para conocer la clasificacin que realiza Prentice sobre los distintos tipos de atractivos patrimoniales, se puede
consultar en Prentice (1993: 39-40). La clasificacin de elementos patrimoniales es muy amplia, incluye elementos
del patrimonio natural, atractivos relacionados con la industria, jardines, elementos del patrimonio militar,
elementos de turismo negro, regiones y enclaves rurales, adems del grupo del patrimonio cultural tradicional.
340
341
162
Cabra recordar aqu la frase que incluye Tilden (2006) en su obra de referencia: Por la interpretacin,
entendimiento; por el entendimiento, aprecio; por el aprecio, proteccin.
342
As, Leno toma la definicin de la OMT y define recurso turstico como todos los
bienes y servicios que, por intermedio de la actividad del hombre y de los medios con
que cuenta, hacen posible la actividad turstica y satisfacen las necesidades de la
demanda (1993: 31). Por tanto, la mera existencia de patrimonio turstico (patrimonio
343
163
Parte de los resultados de este estudio fueron presentados en el I Congreso Internacional de Turismo Cultural,
celebrado en Salamanca, en noviembre de 2002. Se trata de una sntesis del Estudio sobre la significacin del
Turismo Cultural en Espaa y sus potencialidades, desarrollado por el autor para Turespaa y publicado en Estudios
de Productos Tursticos, n 3, en 2001.
344
Figura 79: Perspectiva de anlisis del uso turstico del patrimonio cultural espaol
345
Acontecimientos especiales
Rutas imagen
Segn la informacin anterior, se observa que el estudio realizado por Chas para
Turespaa, mostraba que las debilidades del turismo cultural en Espaa superaban a
las evidentes fortalezas. El autor incide en que el gran impedimento para potenciar el
turismo cultural en Espaa es un problema de gestin. As, el inventario disponible
sobre recursos culturales, se limitaba a la existencia de bases de datos oficiales de
instituciones competentes en materia de cultura, de ah que no existiera ningn tipo
de informacin relativa al uso turstico. Sin embargo, a partir de esta informacin se
pudo constatar la enorme amplitud de recursos patrimoniales muebles e inmuebles
con casi once mil seiscientos Bienes declarados de Inters Cultural.
En la aproximacin al anlisis turstico de los recursos culturales, a partir de la
346
Estas cuestiones han sido tratadas ampliamente por Espinosa (2002a, 2002b, 2006), cuyas principales
aportaciones se recogen en los captulos anteriores, dedicados al tratamiento del pblico en el contexto de la
interpretacin del patrimonio y a las funciones musesticas contemporneas.
347
Figura 81: Caractersticas de la accesibilidad del patrimonio cultural: cultural, temporal, espacial y
econmica
Accesibilidad cultural
Accesibilidad temporal
Accesibilidad espacial
Accesibilidad econmica
Escala
Concurrenciacompetencia
165
A modo de avance de apartados posteriores, y en relacin al grado de uso turstico del patrimonio cultural del
destino de la Costa Blanca, cabe decir que se observa desde hace unos aos un intento por parte de la mayora de
los municipios litorales de este espacio, en convertir los recursos patrimoniales en oferta turstica cultural. Estas
iniciativas locales confunden a menudo recurso turstico con producto turstico y repiten las debilidades que se han
comentado en el texto principal. Sin embargo, el uso del argumento patrimonial como un elemento de valor
aadido al destino local, es una constante en los medios y en el material promocional.
166
La jerarqua original que estableca la Organizacin de Estados Americanos constaba de cuatro grados de
importancia turstica (Leno Cerro, 1993: 44-45).
352
Figura 83: Jerarqua de recursos tursticos en funcin del grado de atraccin de la demanda
Jerarqua 5
Atractivo con rasgos excepcionales y gran significacin para el mercado turstico internacional
Motiva por s solo una importante corriente de visitantes (actual o potencial)
Jerarqua 4
Jerarqua 3
Atractivo con algn rasgo llamativo capaz de interesar a visitantes de larga distancia que
hubiesen llegado a la zona por otras motivaciones tursticas
Jerarqua 2
Jerarqua 1
Atractivo sin mritos suficientes para considerarlo en el mismo nivel de las jerarquas
anteriores pero que juega un papel complementario, y diversifica y potencia al resto de los
recursos
Fuente: Leno Cerro (1993: 48).
Calle (2002: 186) se refiere a los lugares de ambiente histrico donde adems de la atmsfera singular, se
localizan establecimientos orientados al consumo de visitantes (calles, plazas, miradoresque son ocupados por
terrazas de restaurantes y bares, comercios de artesana, etc.).
355
y que disponen de una masa crtica de usuarios residentes (esta categora equivaldra a
la jerarqua 2 propuesta por Leno Cerro). En ltimo lugar, se encuentran aquellos
recursos patrimoniales localizados en destinos tursticos consolidados, que generan
flujos de visitantes, aunque el motivo principal de compra y desplazamiento, es el
producto de sol y playa. As, los recursos patrimoniales se integran en la oferta turstica
como elementos que aaden valor al destino turstico. Esta orientacin hacia la
viabilidad turstica del patrimonio cultural, tendra su mxima expresin en los
procesos de renovacin y cualificacin de los destinos consolidados. Pero, como indica
Prats (2011: 251), para conseguir la viabilidad turstica del patrimonio cultural, no sirve
cualquier tipo de recurso patrimonial, como tampoco es garanta de xito la existencia
de alguna o ms de una, de las tres situaciones explicadas anteriormente:
() si no disponemos de recursos patrimoniales de extraordinario atractivo, o de una
poblacin residente o turstica suficiente (en todos los sentidos), para que parte de ella
incluya dentro de sus variados intereses de ocio y/o formacin los recursos
patrimoniales, son muy escasas, por no decir nulas, las posibilidades de que nuestros
recursos patrimoniales permitan activaciones econmicamente sostenibles y mucho
menos que se puedan convertir en el motor o en un incentivo de desarrollo local por la
va del turismo cultural-patrimonial.
A los efectos de la presente investigacin, se comparte la afirmacin anterior, es decir,
que es imprescindible disponer de recursos atractivos y de una demanda interesada
por este tipo de visitas para asegurar la viabilidad turstica de las activaciones
patrimoniales. Pero resultara oportuno aadir que, gran parte del atractivo de los
recursos patrimoniales no depende del recurso en s mismo, sino de la gestin que se
haya llevado a cabo sobre l. Se trata de acometer procesos de gestin integral del
patrimonio que superen exclusivamente las tareas tradicionales relacionadas con
cuestiones de mbito cientfico, y alcancen a todas aquellas actuaciones que
presentan, comunican, difunden e interpretan el valor del recurso al pblico visitante
turista y local (Querol y Martnez, 1996; Querol, 2010; Ballart y Tresserras, 2001).
Tambin puede darse aquella situacin que Prats (2011) define como museologa de la
frustracin, es decir, el desarrollo de iniciativas tursticas de carcter local que estn
abocadas al fracaso desde el principio. Esta situacin corresponde con los procesos de
desarrollo local a partir de la dinamizacin de la actividad turstica, con aspiraciones
que son demasiado elevadas si se tiene en cuenta el grado de atractivo de los recursos
patrimoniales, el volumen de demanda interesada en visitarlos, y las expectativas
econmicas. Esta situacin correspondera con la casi prctica totalidad de las
iniciativas de proyectos de valorizacin del patrimonio cultural en el caso de estudio
356
En la actualidad
357
Richards (2001b) afirma que, a pesar de los datos que ofreca la OMT para los aos en que tuvo lugar el estudio
de ATLAS, donde se mostraba un aumento importante del segmento de turismo cultural, dicho crecimiento no es
mayor que el de otros segmentos de mercado. Lo que ocurre es que ha aumentado el nmero de visitantes
ocasionales y no de visitantes especficos, que son los que corresponderan con el perfil de turista cultural que
defina la OMT (1993).
359
Fuente: http://www.zaragoza.es/ciudad/museos/es/enlace/museos/calidad.htm
169
HERITY tiene su origen en Italia en 2003, cuando se crea el Organismo Internacional para la Gestin del
Patrimonio Cultural. Se crea a partir de los trminos heritage y quality http://www.herity.it/. Actualmente, los
pases participantes en este programa de calidad patrimonial son los siguientes: Italia, Espaa, Brasil, Portugal,
Suecia, Reino Unido, Lituania, Republica Checa, Francia, Turqua, Emiratos rabes.
170
En mayo de 2009, los responsables del Programa HERITY entregaron cuatro certificaciones: los Museos del Foro,
Puerto fluvial, Termas pblicas y Teatro de Cesaraugusta (Zaragoza), los cuatro museos que forman parte de la ruta
arqueolgica de Cesaraugusta. http://www.zaragoza.es/ciudad/museos/es/enlace/museos/calidad.htm.
360
Como aparece en la web oficial de los Museos Capitolinos, (Roma, Italia), HERITY ofrece al visitante, en primer
lugar, la posibilidad de opinar sobre las condiciones de los bienes culturales abiertos al pblico y decidir si la visita
merece la pena. En segundo lugar, impulsa a los propietarios y gestores de los bienes a valorizar y conservar mejor
el patrimonio del cual son responsables. http://es.museicapitolini.org/dicono_di_noi/certificazione_herity.
172
Resulta oportuno recordar en este punto, las palabras de G.H. Rivire que abran el apartado dedicado a la
Nueva Museologa, la museologa crtica y los museos dialgicos de la presente investigacin. En l se haca
referencia a que el xito de un museo no se mide por el nmero de visitantes que recibe, sino por el nmero de
visitantes a los que ha enseado algo (), sino, no es ms que un matadero cultural. En este sentido, se tratara del
abordaje del turismo cultural desde la ptica operacional (ETC, 2005).
361
362
En este sentido, cabe destacar el anlisis que realiza Nicolau Gonzlbez (2009) sobre
los determinantes de la motivacin cultural en la eleccin de un destino aplicado al
caso espaol. El estudio se construye a partir del anlisis de unas variables de distinta
naturaleza, como las de carcter sociodemogrfico, de carcter psicogrfico y las
relacionadas con el comportamiento turstico, que llevan al autor a inducir cules son
las fuentes de la motivacin cultural en la eleccin de los destinatarios espaoles.
En cuanto a las variables sociodemogrficas utilizadas fueron el nivel de estudios, el
nivel de ingresos, la edad y el tamao del hogar174. Como variable psicogrfica toma el
inters del turista por conocer lugares nuevos. En este sentido, se retoma la idea que
se introduca anteriormente a partir de Stebbings (1996) sobre la esencia del turismo
cultural, por la que existe un componente subjetivo, personal y emocional, que
provoca la necesidad de conocer aquello que est fuera del entorno cotidiano. Aqu, el
origen de la experiencia turstica cultural est en lo que Nicolau define como el efecto
Ulises, un aspecto psicolgico relevante en virtud del cual las personas sienten una
profunda necesidad de explorar y conocer lo que hay ms all de su horizonte
conocido. Segn el este autor, se puede asumir que estas ansias de exploracin del
individuo, se manifiestan en un inters por conocer lugares nuevos y, por tanto, en una
mayor motivacin cultural. La variable relativa al comportamiento turstico que se
introduce en este anlisis es el precio. Se parte de la hiptesis de que los individuos
menos sensibles a los precios tursticos presentan una mayor motivacin cultural en la
eleccin de destinos (Nicolau Gonzlbez, 2010). As pues, una de las conclusiones a las
que llega el mencionado anlisis se centraba en que todas las dimensiones de
medicin propuestas parecan ejercer un efecto sobre la motivacin cultural. Esto es,
que una mayor motivacin cultural viene determinada por un mayor nivel de estudios,
un hogar de menor tamao, y una menor sensibilidad a los precios. Este anlisis se
realiza exclusivamente desde el lado de la demanda, y como apunta el autor, este
hecho supone una limitacin ya que no se ha tenido en cuenta el impacto de los
atributos del destino cuya presentacin, difusin y comunicacin como parte del
proceso de gestin patrimonial es determinante.
174
El estudio se aplic en Espaa, en una muestra de 2.127 individuos. El nivel de estudios es un componente
utilizado tradicionalmente como determinante en la diferenciacin de tipologas de turistas culturales. Segn los
estudios realizados, cuya sntesis se muestra en pginas precedentes, y como muestra Nicolau (2009) un mayor
nivel de estudios del individuo y un mayor nivel de renta incrementan la motivacin cultural en la eleccin de
destinos tursticos. Del mismo modo, sostiene que la relacin entre la edad y la motivacin cultural no
necesariamente tiene que ser lineal. Por el contrario, la existencia de mayores tamaos de hogar reducen la
motivacin cultural en la eleccin de destinos tursticos. En este sentido, conviene apuntar que en el estudio
realizado por ETC (2005) sobre el turismo en ciudades europeas, uno de los segmentos de demanda ms relevantes
en esta modalidad turstica era el conformado por los dinkies, es decir, unidades familiares constituidas por parejas
jvenes sin nios con elevados ingresos.
363
En esta misma lnea, existen otras percepciones del fenmeno de turismo cultural,
desde las que se incide en el papel fundamental que desarrolla la demanda turstica
por la relacin que se establece entre el individuo y el elemento cultural. As, Poria et
al. (2003), ofrecen una aproximacin al estudio de este fenmeno desde la perspectiva
de la demanda, con la intencin de profundizar en el verdadero contacto con el
patrimonio a travs de la visita turstica. Esta investigacin se basa en el estudio de las
relaciones existentes entre los turistas y sus percepciones del lugar visitado y de cmo
stas estn directamente relacionadas con sus comportamientos en la visita. Los
autores parten de la premisa que diferencia la aproximacin al objeto patrimonial
visitado entre la mirada y el sentimiento que genera esta relacin. Segn se d uno u
otro tipo de aproximacin al patrimonio, los comportamientos de los visitantes sern
distintos (Santana, 2003a, 2003b). La visin de la referencia mencionada pretende
demostrar que el turismo patrimonial es un fenmeno que se produce
fundamentalmente por la demanda, ms que por los objetos patrimoniales que se
presentan al visitante.
Para la realizacin de la investigacin175, los autores toman como indicadores de
anlisis cuatro variables, las caractersticas personales, los atributos del lugar, el
sentido de pertenencia al mismo y la percepcin. El estudio refleja claramente que las
motivaciones y el potencial comportamiento y percepciones del lugar, estn ligadas a
la percepcin que el turista tiene del mismo. Aquellos visitantes que entienden el lugar
como su propio patrimonio, manifiestan un comportamiento distinto a aquellos que
no lo consideran de la misma forma. Algunas personas que perciben el lugar como una
parte de su patrimonio, estarn motivados por una especie de sentimiento de
obligacin de visitarlo. Adems del conocimiento de las percepciones del individuo en
relacin al lugar patrimonial visitado, es importante incidir en que, el estudio en
profundidad de la demanda, posee implicaciones desde el mbito de la gestin
patrimonial que han de contemplarse como posibles estrategias de gestin del lugar
patrimonial. Por tanto, los estudios de visitantes han de entenderse como una eficaz
175
El objeto de estudio es el Muro de las Lamentaciones, uno de los enclaves religiosos ms importantes para el
pueblo judo porque form parte del templo del rey Salomn. Adems, constituye un smbolo de la existencia de un
estado judo despus de la Guerra de los Seis Das. Por otra parte, es un lugar importante para los cristianos porque
desde aqu Jess profetiz la cada del templo. Es un lugar patrimonial al que puede acceder todo el mundo y que
permite varias aproximaciones histricas segn el tipo de visitante. El estudio se realiz en el ao 2000 a partir de
un cuestionario estructurado realizado por el mtodo de entrevista, realizado en el rea de salidas del aeropuerto
Ben-Gurion (Israel). La realizacin del cuestionario en este lugar, se deba a que la memoria de la estancia, todava
es reciente. Se entrevist a 398 individuos, con edades superiores a los 15 aos y que hablasen en ingls. A partir de
la informacin extrada de las entrevistas, se detect la existencia de dos grupos distintos de visitantes en funcin
de la percepcin es decir, de si sintieron que el lugar visitado les perteneca como patrimonio o no. Esto significa
que es el propio individuo el que considera el patrimonio como algo propio a partir de su identidad, experiencia, la
tradicin y otras dimensiones emocionales.
364
En este caso, el objeto de estudio es la Casa de Ana Frank (Amsterdam, Holanda), donde se detectaron cinco
motivaciones para realizar la visita: aprender, conectar con mi patrimonio, bsqueda de ocio, legado para los
nios y participacin emocional.
177
Entre otras cuestiones, la investigacin intenta clarificar la relacin entre la percepcin de los turistas y las
expectativas sobre la interpretacin existente. El cuestionario diseado inclua preguntas sobre la percepcin del
lugar en relacin al propio patrimonio y los motivos que el visitante tena para visitar el lugar en relacin a la
percepcin que se tena del sitio patrimonial. As, la mayora de los turistas entrevistados no perciban el lugar como
parte de su propio patrimonio, y en cuanto a las motivaciones, aquellos que consideran el lugar como patrimonio
propio, lgicamente estn ms interesados en visitarlo. Las expectativas sobre la interpretacin del lugar no difieren
en los grupos de visitantes encuestados que opinan que los guas y elementos interpretativos disponibles,
enriquecen su conocimiento, y en el caso del gua persona, admitieron que su intervencin poda afectar en sentido
positivo al componente emocional de la experiencia patrimonial.
365
Garrod y Fyall (2001) responden aqu al comentario titulado Clarifiying heritage tourism, realizado por Poria,
Butler y Airey (2001), en el que los autores defienden que el turismo patrimonial es un fenmeno basado en las
motivaciones y percepciones de los turistas, ms que en los atributos del sitio patrimonial.
366
367
Figura 86: Tipos de turismo cultural: anlisis del componente cultural en la experiencia y las
tensiones derivadas
TIPOS DE TURISMO CULTURAL
Turismo culto
Turismo de la cultura
(monumental)
Turismo de patrimonio
Turismo de culturas
Cultura turistificada
Viaje extra-ordinario
CARACTERSTICAS
Idea aurtica de la cultura
No se mira un objeto cultural, se mira culturalmente un objeto
Capacidad de interpretar el espacio visitado
Turistas antagnicos a las normas tursticas convencionales
La acepcin de cultural la otorga el objeto visitado no la actitud del visitante
Visita sistemtica a diferentes nodos culturales jerrquicamente elevados
Identificado tradicionalmente con el turismo de la cultura
Patrimonio como evocacin del pasado
El visitante reconstruye el escenario histrico
Vinculado al patrimonio inmaterial
Bsqueda de la imagen idealizada de la cultura
Conflicto entre anfitriones e invitados
Bsqueda de nuevos espacios al margen
Concepcin econmica del turismo
Banalidad de la experiencia turstica
Se rompe la lgica individual de la experiencia
Proceso rutinario de sensaciones programadas
Turismo y cultura como antagnicos: cuando entre en juego el primero,
desaparece el segundo
Turismo y cultura como dos procesos con un elemento comn
Ruptura con la vida cotidiana
Ritualidad de la experiencia turstica
Elaboracin propia a partir de Donaire (2012).
En cualquier caso, el motivo que lleva a los individuos a acercarse a la cultura en todas
las dimensiones posibles, se encuentra en la bsqueda de la autenticidad, entendida
sta en trminos relativos y puramente subjetivos179. Como se observ en los captulos
iniciales de la presente investigacin, la bsqueda subjetiva y personal de la
autenticidad de los individuos en sus prcticas tursticas, se encuentra en la base de la
eleccin de lugares, objetos, espacios y nuevas formas de turismo cultural. A la vista de
lo expuesto en prrafos anteriores, es posible afirmar que la unicidad y homogeneidad
del turismo cultural no existe, sino que el consumo de cultura en contextos tursticos y
de la vida cotidiana forma parte del ocio habitual contemporneo.
Como afirman Kolar y Zabkar (2010: 652) authenticity is acknowledge as a universal
value and essential driving force that motivates tourists to travel to distant places and
times. En este sentido, en el marco del postmodernismo aplicado al estudio del
turismo, se ha tomado la autenticidad como el argumento que proporciona
experiencias y lugares que son considerados originales y reales, no contaminados,
simulados o impuros. Esta aproximacin al concepto de autenticidad, se basa en su
179
Este tema fue desarrollado de forma muy amplia en los captulos anteriores dedicados al tratamiento de la
disolucin de las fronteras entre ocio y cultura en el contexto del posmodernismo y a la formacin del concepto de
patrimonio cultural desde los orgenes a la actualidad. En este punto se retoman algunas cuestiones relativas al
punto de encuentro entre el patrimonio cultural y el turismo en la actualidad.
368
180
Wang (1999) aluda a prcticas tursticas como la visita a familiares y amigos, a estancias de sol y playa, al
turismo de cruceros o una visita a Disneylandia, por ejemplo. En estas prcticas, si se considera que la autenticidad
est en la originalidad de los objetos o lugares visitados, en estos casos, no se podra afirmar que estas experiencias
tursticas sean autnticas.
181
Citado en Wang (1999: 350).
369
Constructive authenticity
Construccin social
Autenticidad proyectada a partir de un conjunto de
objetos por parte de los turistas o agentes tursticos en
funcin de la imagen, expectativas, preferencias,
creencias, etc.
Los objetos parecen autnticos no porque lo sean, sino
porque es la forma en que se les presenta al turista
Varias versiones de autenticidad sobre los mismos
objetos
La experiencia autntica es construida por cada uno de
los turistas
Autenticidad simblica
Adaptacin de la autora a partir de Wang (1999: 352).
que se presenta a los visitantes, o porque constituye la imagen que tienen del lugar o
del objeto en cuestin. De ah que, como construccin social, la autenticidad puede
presentar diferentes versiones en distintos momentos, en funcin de las motivaciones
que generan su construccin social y simblica (Waitt, 2000).
En tercer lugar, en la propuesta que realiza Wang, se encontrara la autenticidad
relacionada con la actividad y sera la autenticidad existencial. Este tipo de
autenticidad, por otra parte caracterstica del contexto del postmodernismo, pone en
relacin a la experiencia turstica con la dimensin personal y emocional del visitante
que se ve activada en la propia experiencia. En ella, la persona se siente ms autntica
y liberada que en su vida diaria, no porque los objetos sobre los que se desarrolla la
experiencia turstica sean autnticos en el sentido de genuinos, reales y originales, sino
porque el turista desarrolla actividades no habituales que le permiten la ruptura con la
vida cotidiana.
La definicin de estos tres tipos de autenticidad, se desprende del profundo anlisis
que realiza el autor a partir de tres aproximaciones conceptuales: objetivismo,
constructivismo y postmodernismo. En la figura que sigue, se muestran de forma
sinttica, las principales caractersticas de estas aproximaciones en relacin al
concepto de autenticidad.
Figura 88: Aproximaciones en el estudio de la autenticidad
Objetivismo
Autenticidad
basada en los
objetos
Constructivismo
Autenticidad como
construccin social
Postmodernismo
Autenticidad
existencial
371
En este sentido, como se afirm en captulos anteriores en el presente trabajo, la denominacin de turismo
experiencial refleja cierta redundancia en la propia definicin ya que el turismo desde sus orgenes hasta la
actualidad ha sido y es una experiencia desarrollada por las personas en diferentes lugares para satisfacer
diferentes motivaciones. En la actualidad, en el contexto de las sociedades postfordistas y concretamente en
relacin a la actividad turstica, las motivaciones para realizar esas experiencias son diferentes, de ah que no se
pueda afirmar que el turismo sea experiencial en el siglo XXI, y no fuera as en cualquier otro momento de su
evolucin histrica. Cada tipo de prctica turstica es fruto del contexto social del momento, pero si existe algn
elemento comn que une a todas ellas, es la experiencia personal del individuo, que elige un lugar y realiza un
desplazamiento para desarrollar una experiencia que satisfaga su motivacin cualquiera que sea su naturaleza.
372
Estudios posteriores como el realizado por Steiner y Reisinger (2006: 299), han
profundizado en el concepto de autenticidad existencial. En esta referencia, que toma
como inspiracin la obra de Heidegger (1962) citada en Wang (1999), las autoras
entienden que la autenticidad existencial, constituye un estado del ser humano que se
produce o manifiesta a travs de las actividades tursticas: () because the term is
often used in two distinct senses: authenticity as genuineness or realness of artifacts or
events, and also as a human atttribute signifying being ones true self or being true to
ones essential nature.
De acuerdo con estas autoras, la autenticidad existencial se encuentra en la naturaleza
humana y en la esencia de la individualidad, de ah que aquella sea una caracterstica
del turismo postmoderno. En la figura que sigue se muestran las principales
caractersticas de la autenticidad existencial que las autoras extraen de la amplia
produccin cientfica existente a propsito del tema.
373
Implica actividad
Estado individual que se activa en los turistas en su tiempo de ocio
Transformacin de la actividad turstica: de la reflexin pasiva a la autenticidad existencial
Experiencias tursticas directas y participativas
Identidad, autonoma, individualidad, desarrollo personal y autorrealizacin
Creacin y reafirmacin de identidad en la visita a lugares relacionados con el pasado
La razn del masivo y creciente inters en el patrimonio se encuentra en una crisis de identidad moral,
social, y cultural, caracterstica de la sociedad postmoderna
Expresin libre en la realizacin de actividades extra-ordinarias
Estado que diferencia a unos turistas de otros
Turismo como actividad humana que crea oportunidades para explorar y experimentar qu es el ser
humano
Elaboracin propia a partir de Steiner y Resinger (2006).
Este artculo es relevante porque introduce ya en la dcada de los aos noventa, la relevancia de los aspectos
subjetivos, emocionales y sensoriales, de la experiencia patrimonial. Resulta obvio, que esta cuestin guarda
estrecha relacin con la interpretacin del patrimonio y con la idea de que una cosa es lo que los gestores de
lugares de inters patrimonial seleccionan para explicar al pblico, y otra muy diferente lo que percibe el visitante
segn las caractersticas que determinan su perfil.
184
Una muestra ilustrativa de estas afirmaciones se encuentra en Andriotis (2011), donde el autor, a partir de la
obra de referencia sobre autenticidad de Pine y Gilmore (2007), analiza los cinco tipos de autenticidad identificados
por ambos autores (natural, original, excepcional, referencial e influida) en el caso de estudio realizado sobre la
peregrinacin al Monte Athos (Grecia), donde se encuentra una concentracin significativa de elementos
patrimoniales de poca bizantina.
374
A global network
Ethical consumption and volunteerism
The affluent consumer and the experience economy
The educated consumer
Trust in the past
Individualism
Multi-culturalism
Resistance to marketing
Time pressures and authenticity
Increased competition amongst tourism destinations
Fuente: Yeoman et al. (2007).
375
185
376
Segundo periodo
Motivaciones
Autenticidad
de los turistas
Definiciones
conceptuales
Factores push
Experiencia de los
visitantes
AUTENTICIDAD
Definiciones
descriptivas
Factores pull
Caractersticas
genricas del lugar
de inters
Fuente: Apostolakis (2003: 803)
378
Figura 93: Plan del Turismo Espaol Horizonte 2020: cuadro resumen186
EJES PRINCIPALES
1.-Nueva economa
turstica
2.- Valor al cliente
PROGRAMAS Y ACTUACIONES
Conocimiento
Innovacin
Atrayendo el talento
Espaa experiencial:
- Privilege Spain: captando segmentos prioritarios con productos de valor
aadido.
- Clubes de Producto: reuniones y congresos, vino, campings, viajes nocturnos
en tren- hotel, estaciones nuticas, paradores, turismo idiomtico, balnearios,
gastronoma.
Posicionamiento 2020
Calidad percibida
Ayudando a vender
Accesibilidad turstica
Marco normativo y simplificacin
Cultura corporativa
Desestacionalizacin y reequilibrio socioterritorial:
- Planes de Competitividad
Planificacin y gestin de los destinos tursticos
Recualificacin de destinos tursticos maduros
- FOMIT
- Proyectos extraordinarios de recualificacin de destinos tursticos maduros:
Playa de Palma (Mallorca, Baleares), Costa del Sol Occidental (Andaluca), San
Bartolom de Tirajana (Gran Canaria, Islas Canarias).
- Plan RENOVE
Turismo, medioambiente y sociedad
Elaboracin a partir de Plan de Turismo Espaol Horizonte 2020.
Como se puede comprobar en la consulta del Plan del Turismo Espaol Horizonte 2020, se utiliza reiteradamente
los trminos autenticidad, identidad y singularidad.
379
que la creciente competencia entre destinos que ofrecen experiencias, han de ampliar
las ofertas tursticas hacia un estadio superior en el que surge un nuevo valor aadido
a travs de la participacin mxima del turista, que es la transformacin. En este
punto, como mostraban las caractersticas de la autenticidad existencial, y de acuerdo
con Richards, es ms importante del desarrollo de la persona que vive la experiencia,
que la experiencia en s misma. En este sentido, la participacin mxima identificada
con la transformacin como un estadio superior del turismo experiencial, se relaciona
directamente con la interpretacin del patrimonio. En el captulo dedicado al anlisis
de esta disciplina, se pudo observar que la interpretacin tiene la capacidad de
cambiar actitudes y comportamientos en los visitantes. En la imagen que sigue, se
muestra la evolucin del turismo cultural segn la visin de Richards (2001).
Como se puede apreciar, existen tres grandes estadios o modalidades tursticas que
ponen en relacin el turismo y el patrimonio. Esto se debe, en opinin de Richards
(2003), a que parece inevitable que el rpido crecimiento en un segmento concreto del
mercado, venga marcado por una fase de declive. En la evolucin del turismo cultural,
se ha pasado de un turismo centrado en el patrimonio a un turismo creativo, centrado
en las experiencias. Como se muestra en la imagen anterior, la primera forma de
turismo cultural es el turismo patrimonial, que centra su principal atencin en el
pasado, en las manifestaciones culturales que muestran ese pasado a travs de la alta
cultura y la etnografa. La forma de consumo del patrimonio cultural se realiza a travs
de productos culturales.
380
381
Espacios creativos
Turismo creativo
El problema surge cuando todas las estrategias mencionadas anteriormente que dan
lugar a las tres formas de aplicacin de la creatividad en turismo comentadas, no
obtienen el xito esperado, debido al efecto mimtico de las mismas. Esto significa que
se aplican las estrategias creativas que funcionan en otros lugares sin tener en cuenta
la realidad de cada espacio donde se desea poner en marcha una de estas estrategias.
As, muchos espacios han buscado en la creatividad un modelo alternativo de
crecimiento econmico a travs del turismo. Su carcter estratgico deriva de que el
propio proceso de produccin creativa puede atraer empresas e individuos
relacionados con el sector cultural (Boix y Lazzeretti, 2011). El turismo creativo se basa
en la experimentacin de un ocio serio, muy apropiado para aquellas personas
apasionadas que estn interesadas en distinguir entre ocio y trabajo. El turista se
convierte en co-productor, a partir de estmulos internos y del desarrollo de
capacidades y habilidades de los propios consumidores, que buscan experiencias
interactivas participativas que ayuden a su desarrollo personal y a la creacin de su
identidad al tiempo que aumenta su capital creativo. En este sentido, la participacin
en la vida cotidiana del lugar de forma creativa187, se convierte en un valor aadido
para un espacio, aunque Richards advierte del riesgo de comodificacin al igual que
ocurre en el turismo cultural tradicional (Richards, 2011).
Siguiendo a Richards y Wilson (2006), existen algunas ventajas del turismo creativo
187
Para profundizar sobre el papel de la vida cotidiana como fuente de experiencias creativas, se recomienda la
lectura de Maitland (2010). En este artculo, el autor realiza un anlisis sobre el componente inmaterial de la vida
cotidiana como parte del atractivo de un espacio turstico (ciudad de Londres) para profundizar en la forma en que
este atractivo se desarrolla en lugares alejados de los circuitos tursticos tradicionales.
382
La transformacin de los museos de lugares contemplativos a lugares participativos y dialgicos, es un tema que
se trat con profundidad en captulos anteriores.
383
Richards (2005) explica algunas experiencias como la participacin de la cadena de hoteles Grecotel en Creta en
el proyecto EUROTEX, en el que la creatividad del turista se estimul a travs de su participacin en experiencias de
primera mano relacionadas con oficios tradicionales, como la confeccin de productos textiles, o la elaboracin del
vino, pan y yogur, que luego eran consumidos. En la misma referencia, y para el caso de Nueva Zelanda, se ha
creado una red de turismo creativo en la regin de Nelson, donde el visitante participa activamente en oficios
tradicionales. Como se puede observar, el turismo creativo implica a cuestiones relativas a la interpretacin del
patrimonio como el uso de los sentidos, o la creacin por parte del visitante de sus propios significados a travs de
la estimulacin y participacin activa.
384
que tampoco se puede hablar de una nica creatividad, sino ms bien de diferentes
creatividades (Richards y Wilson, 2007).
A modo de sntesis, en la figura que sigue se muestran las razones por las que la
creatividad constituye un elemento ms valorado que la cultura tradicional, para las
estrategias de desarrollo en determinados territorios.
Figura 96: Diferencias entre cultura y creatividad desde la perspectiva del desarrollo
CULTURA
Identificada tradicionalmente con la alta cultura
Sector esttico e inflexible a los cambios
Sector ms limitado a elementos propiamente
culturales
Consumo de elementos culturales habituales
CREATIVIDAD
Ligada estrechamente a la innovacin
Flexibilidad y dinamismo del sector
Relacin con sub-sectores no relacionados con la
cultura y mayor distribucin de los impactos
econmicos
Se incluyen actividades para consumo visual (diseo,
moda, cine)
Elaboracin propia a partir de Richards y Wilson (2007).
Elaboracin propia.
En los apartados que siguen, se tratar con mayor concrecin el protagonismo que ha
tenido la cultura, en todas sus manifestaciones, en la evolucin de los destinos
tursticos consolidados, sobre todo en la fase de reconversin. A travs del anlisis de
los diferentes modelos que explican la evolucin de los mismos, se abordar el papel
que la cultura ha protagonizado en los procesos de renovacin turstica, y las
estrategias desarrolladas para la consecucin de dicho objetivo.
386
2.- REVISIN
Este apartado tiene como objetivo analizar las principales aportaciones que, desde el
mbito cientfico, han tratado de explicar la evolucin de los destinos tursticos
litorales. Este anlisis permitir comprobar desde diferentes aproximaciones, el
estudio de la evolucin de los destinos tursticos, hecho que implica el concepto de
cambio y dinamismo. Como se ver, los diferentes modelos de estudio considerados
como clsicos a la vista de las tendencias actuales en la comprensin de estos
complejos sistemas territoriales, dieron lugar a un mbito de investigacin que gener
una amplia produccin cientfica. En la actualidad, la validez de estos modelos clsicos
ha sido superada por reformulaciones posteriores y por la aparicin de nuevas lneas
de investigacin desde concepciones tericas que propugnan la necesidad de analizar
y estudiar los destinos tursticos desde una perspectiva ms integrada, desarrolladas
fundamentalmente, desde la geografa del turismo.
Por tanto, el tratamiento de la evolucin de los destinos implica dinamismo,
transformacin y cambio que, desde el punto de vista geogrfico, toma como
referencia la estructura sistmica del espacio turstico (Vera et al. 2011). Esta visin
requiere aproximaciones integrales que atiendan a las particularidades especficas de
cada uno de los subsistemas que conforman el sistema superior190. Como indican Vera
et al. (2011: 72) () es evidente que el espacio turstico funciona como un sistema,
cuyos engranajes, componentes y partes se comportan funcionalmente para satisfacer
el cliente (el turista), obtener ventajas competitivas dinmicas y mejoras constantes en
la rentabilidad social, ambiental y econmica de los destinos tursticos.
Esta concepcin sistmica y territorial de los espacios tursticos, supera las principales
aportaciones que los modelos evolutivos para el estudio de los destinos tursticos
litorales han desarrollado a lo largo de dcadas, dando lugar a un marco terico de
anlisis ms ajustado al componente territorial caracterstico y definidor del espacio
turstico (Haywood, 2006). Sin embargo, es necesario dedicar un espacio a las
principales aportaciones relativas al estudio de la evolucin de los destinos tursticos.
190
Segn Vera et al. (2011: 70-71), el sistema turstico se compone de diferentes elementos: el turista, como
consumidor que decide viajar en su tiempo libre; los mecanismos pblicos y privados que promocionan y
comercializan los productos tursticos; los sistemas de transportes, conectividad y movilidad turstica; y el destino
turstico como elemento territorial donde se produce y se consume el turismo (constituido a su vez por los recursos,
la sociedad local, la oferta de servicios que permiten el consumo de los recursos territoriales y las infraestructuras y
equipamientos de todo tipo).
387
Miossec (1977)
Butler (1980)
Gormsen (1981)
Chadefaud (1987)
CARACTERSTICAS
Desarrollo del turismo en regiones perifricas
Evolucin dependiente de: cambio y preferencias de la demanda; degradacin del
marco fsico y de las infraestructuras; cambio de las atracciones originales naturales y
culturales
Modelo evolutivo y funcional
Esquema concntrico que traduce las relaciones econmico-espaciales entre un espacio
emisor central y un espacio receptor perifrico
Sirve para explicar la evolucin de destinos tursticos de nueva creacin
Elementos bsico de anlisis: ncleos tursticos, redes de transporte, conducta de los
turistas, actitud de las autoridades y de la poblacin local
Fases: preturstica, pionera, desarrollo, organizacin, saturacin
Adaptacin al turismo del concepto de ciclo de vida de un producto (marketing)
Relacin positiva entre el nmero de visitantes y desarrollo turstico
Fases: descubrimiento, implicacin, desarrollo, consolidacin, estancamiento, postestancamiento
Post-estancamiento: cinco escenarios posibles, desde el declive al rejuvenecimiento
Evolucin espacio-temporal de espacios tursticos litorales
Aparicin de nuevas periferias tursticas por orden cronolgico
Elementos: oferta de alojamiento predominante; participacin local-exgena; tipo de
demanda existente
Primera periferia: riberas del Canal de la Mancha y del Bltico (s. XVIII-XIX)
Segunda periferia: Costa Azul y litoral mediterrneo espaol (fin. XIX-mediados del XX)
Tercera periferia: Canarias, frica y Mediterrneo Oriental (mediados del s. XX)
Cuarta periferia: Ampliacin mundial sobre todo en Caribe y sudeste asitico (dcadas
de los 70 y 80 del s. XX)
Intento sistmico de explicar el turismo de masas
El espacio guarda un papel secundario: soporte
Destino turstico: producto turstico
Creacin, madurez y obsolescencia (mutacin y reconversin)
Elaboracin propia a partir de Vera et al. (2011); Anton y Gonzlez (2008).
Para el anlisis y la sntesis de los modelos clsicos mencionados, se ha tomado como referencia los captulos de
Vera et al. (2011) y Anton y Gonzlez (2008) dedicados a tal efecto.
388
efectos en estudios posteriores, y ha dado lugar a revisiones propias por parte del
mismo autor (Butler, 2006; 2009; 2012) y tambin a reformulaciones que intentan
mejorar sus bases tericas (Agarwal, 2002). Como indican Vera et al. (2011: 226), es el
modelo de Butler, a pesar de su gran simplicidad y su relativamente liviano andamiaje
conceptual () el que ha sido utilizado con mayor asiduidad entre los investigadores en
turismo.
A raz de la existencia de los diferentes modelos para la explicacin de la evolucin de
los destinos tursticos, fundamentalmente el modelo de ciclo de vida de Butler (1980),
surgen diversas posturas cientficas que defienden argumentos diferenciados sobre las
posibilidades de futuro de los destinos tursticos. Una de ellas se configura a partir de
una perspectiva pesimista en relacin a los destinos tursticos litorales espaoles de
segunda generacin, nacidos en la dcada de los aos sesenta del pasado siglo y
caracterizados por un turismo de masas (Knowles y Curtis, 1999). La postura defendida
por estos autores, incide en que la fase de declive de dichos destinos tursticos es
irreversible e inexorable, debido a que, en un nuevo escenario turstico internacional,
caracterizado entre otras cuestiones, por las nuevas tendencias de consumo
postfordista de la demanda en el contexto del postmodernismo, los destinos no son
capaces de responder a los requerimientos de la demanda. Esto implica que las
polticas de renovacin introducidas en dichos destinos, no puedan ms que retrasar
un declive que es irreversible.
Sin embargo, existen estudios que muestran una realidad contraria a la anterior, como
el de Aguil et al. (2002a, 2002b)192 donde los autores demuestran que no existen
motivos para vislumbrar esa decadencia, de ah que el sostenimiento y la continuidad
de la solidez del modelo balear sea un hecho. A partir del estudio de caso realizado
sobre Calvi (Islas Baleares), Aguil et al. (2002b: 94) sostienen que la evidencia
aportada no apunta a un declive vertiginoso, sino a la estabilizacin de un mercado
basado en un producto de alta relacin calidad-precio, dirigido a un consumidor
europeo, racional, que an no parece cansado de sol y playa.
En esta misma lnea, Anton et al. (2008: 188) afirman que pese al tiempo trascurrido y
los cambios del modelo registrados, se constata la notable capacidad de pervivencia, e
192
En este estudio, Aguil et al. (2002) estudian los cambios de los segmentos de la demanda a travs de la relacin
de los distintos perfiles del turista con su nivel de gasto. As, entre otras cuestiones demuestran la elevada
fidelizacin al destino, y el manifiesto inters de los turistas ms jvenes por repetir la visita. Otro de los elementos
estudiados en el artculo, es el factor precio. Se entiende que en funcin del precio de este producto homogneo de
sol y playa, se pueden encontrar fcilmente destinos sustitutivos. Pero la investigacin concluye con que, a pesar de
la importancia del precio, no parece ser el elemento clave en la motivacin del turista ya que ste pierde peso en la
toma de decisin frente a otros motivos como el clima o la calidad del alojamiento.
389
193
A modo de ejemplo, se recomienda la lectura de los casos de estudio desarrollados por Corak (2006), Stansfield
(2006), y Faulkner y Tideswell (2006).
390
Inicio
Desarrollo
Consolidacin
Estancamiento
Postestancamiento
Caractersticas
Reducido nmero de turistas
Inexistencia de equipamiento especficos para el turismo
El medio fsico y el urbano permanecen inalterados
Regularidad de los visitantes: temporada turstica
Mercado turstico elemental
Organizacin de infraestructuras
Imagen reforzada por la promocin
Prdida de control local en la organizacin de la actividad
Se introducen atracciones culturales y naturales de la regin
Se importan atracciones de ocio
Se aprecian cambios fsicos en el destino y surgen las primeras opiniones en contra
Los turistas superan a los residentes en temporada alta
Efecto directo en la utilizacin de mano de obra para el turismo
Crecimiento del nmero de turistas en trminos absolutos
Dependencia econmica del turismo
Las acciones de marketing y promocin tienen como objetivo captar a mercados ms lejanos
Implantacin de empresas tursticas
La poblacin local percibe los efectos positivos de la actividad
Se ha llegado al nmero mximo de visitantes. No llegan nuevos turistas
Su superan capacidades de carga
Problemas econmicos, sociales y ambientales
Prdida de atractivo del destino
Cinco escenarios posibles
Declive: el destino no es capaz de competir con atracciones renovadas
Rejuvenecimiento: nuevos atractivos, nuevos usos, mercados diferentes y otros canales de
distribucin
Elaboracin propia a partir de Anton, Fernndez Tabales y Gonzlez Revert (2008).
391
Cabe decir, que este modelo de ciclo de vida no implica que un destino haya de entrar
de forma irreversible en la fase de declive. Como indica el propio Butler
posteriormente (2006, 2012: 33-34),
Decline is clearly a situation which would be much better avoided but for many
mature destinations appears almost unavoidable. The process, as in the human life
cycle, begins at birth, and destinations would have a much better chance of avoiding
decline and retaining a viable () tourism industry if appropriate decisions were made
early in the development of the destination on a pro-active basis rather than late in the
cycle generally in a re-active mode
392
393
limitaciones que presenta el modelo de ciclo de vida de los destinos tursticos son las
siguientes:
Propuesta monosectorial
Las deficiencias y limitaciones de dicha teora son obvias, pero, a pesar de que autores
como Priestley y Mundet (1998: 106) la calificasen como excesivamente fatalista,
pesimista e incluso catastrfica, cabe decir que en la propuesta inicial de Butler, el
autor contemplaba la importancia de la gestin para prevenir los excesos del
desarrollo turstico; caracterstica que se manifiesta de forma muy clara en la propia
denominacin de la investigacin, con el subttulo implicaciones para la gestin de los
recursos (Butler, 2006). Esta cuestin ha sido obviada a menudo desde el mbito
cientfico. La interpretacin de la teora del modelo de ciclo de vida ha de entenderse
como un modelo hipottico que supone la prdida de la calidad del destino ante la
falta de gestin por parte de los responsables, pero en ningn caso, esta teora trataba
la fase del declive de forma determinista e irreversible. De hecho, Butler (2012) afirma
que sus investigaciones a propsito de la evolucin de los destinos tursticos, parten de
dos ideas fundamentales. La primera de ellas, mencionada anteriormente, propugna
que los destinos poseen un carcter dinmico y en segundo lugar, que precisamente,
por su carcter dinmico y cambiante194, deben ser gestionados, de ah que el modelo
de ciclo de vida de los destinos tursticos, tuviera como subttulo, las implicaciones
para la gestin de recursos. Se trata, por tanto, de que el estudio de la evolucin de los
destinos tursticos que se acometa, ha de tener implicaciones posteriores que sirvan
para mejorar la gestin del mismo. De ah que no se pueda afirmar que la postura de
Butler sobre el declive fuera catastrofista, ya que el autor sostiene que un destino
llegar al declive si no es gestionado eficazmente y de forma apropiada. Eso implica
194
Butler (2012) identifica el dinamismo de los destinos con los cambios en la demanda, nuevos productos y
oportunidades, y los cambios en las formas de promocin y comercializacin.
394
que los responsables de la gestin del destino deben ser capaces de determinar las
innovaciones y modificaciones que necesita el destino y en qu momento del proceso
de desarrollo han de ser activadas (Butler, 2012: 20).
Por tanto, para Butler, existe la posibilidad de renovar el destino turstico tras la fase
de declive que puede acontecer, segn Agarwal (2006: 201), en cualquiera de las fases
del ciclo; o cuando empiezan a aparecer los primeros sntomas, a travs de la gestin
del destino turstico. Esta labor por otra parte, debe estar presente en todas las fases
de la evolucin. El problema radica en la identificacin de los sntomas de la fase de
declive. Como indica Butler (2012), normalmente se ha identificado con el descenso
del nmero de visitantes que se refleja desde el lado de la demanda, como respuesta a
varias situaciones o realidades de carcter negativo, que tienen lugar en el destino.
Entre ellas, se pueden identificar el descenso de la percepcin de la calidad del
destino, de la calidad de la experiencia, la reduccin del gasto turstico, descenso en la
inversin de infraestructuras y equipamientos, o la reduccin del impacto directo de la
actividad turstica sobre la generacin de empleo. El problema surge cuando es
necesario identificar el factor que representa mejor el declive del destino en cuestin y
cmo se puede llevar a cabo su medicin. Vera y Baos (2010) sitan las causas de la
consolidacin de destinos tursticos en las transformaciones que acontecen en el
mercado turstico; en la propia evolucin y ciclo de vida de los destinos tursticos y la
consiguiente necesidad de adaptacin de estos espacios receptores de demanda a las
nuevas dinmicas globales.
Sea cual sea el sntoma identificado, la forma de medicin, el momento en el que
surgen los sntomas de declive, la escasa capacidad de prediccin y la necesidad de
adelantarse a la aparicin de los sntomas, es obvio que, de forma latente, se alude a la
responsabilidad de los gestores y planificadores del destino. De ah que, como indican
Vera y Baos (2010), las vas de trabajo ms operativas deban ser afrontadas desde
una perspectiva integral, de acuerdo con el paradigma de la sostenibilidad, con la
necesaria participacin de agentes sociales para promover instrumentos locales de
planificacin y gestin de carcter innovador y participativo.
Para afrontar el declive de un destino, Butler (2012) sostiene que las respuestas
estarn determinadas por las caractersticas intrnsecas del mismo y tambin, dada la
necesidad de la gestin, de las decisiones que tomen los gestores y los responsables
polticos. Entre las respuestas positivas, es decir, aquellas que persiguen el
rejuvenecimiento del destino, se encuentra la bsqueda de nuevos mercados; la
diversificacin de la oferta turstica del destino en combinacin con un cambio de
395
195
En este sentido resulta enriquecedora la lectura de Vera y Baos (2010) donde los autores hacen un anlisis de la
incorporacin de la vertiente recreativa en el caso de la provincia de Alicante, que se refleja en la creacin de
equipamientos e infraestructuras asociadas a la tematizacin, al ocio y a actividades nuticas.
396
perspectiva de los destinos tursticos, han contribuido con probabilidad al declive del
destino (Agarwal, 2002: 11). Desde la perspectiva turstica, el fordismo se ha
identificado tradicionalmente con las economas de escala y la produccin homognea
y estandarizada, cuyo reflejo ms evidente es el turismo de masas. El paso hacia el
postfordismo supone la crisis de la estandarizacin (Gale, 2005), debido a la
introduccin de formas de produccin y consumo ms flexibles que han de dar
respuesta a los cambios acontecidos en la demanda turstica como la intromisin del
turismo en nuevas esferas sociales, la redefinicin de la autenticidad y la
universalizacin de la mirada turstica (Donaire, 1998), que requiere vacaciones
especializadas e individualizadas, y cuya distribucin se ve reforzada por la
incorporacin de elementos tecnolgicos para desarrollar nuevos canales de
comercializacin. En esta lnea cabe decir que es evidente que el turismo
contemporneo es resultado de las transformaciones de carcter global que han
tenido lugar en los contextos econmico y social, y que stas han determinado en gran
parte, su evolucin y desarrollo. Sin embargo, de acuerdo con Vera y Baos (2010:
334), no es posible aceptar estas afirmaciones como un modelo lineal y determinista,
en el que el trnsito del fordismo al postfodismo acontecer de forma gradual y
cronolgica, ya que como muestran algunos autores citados en la referencia196, es
posible la coexistencia de situaciones postfodistas y neofordistas de forma simultnea.
Si la transicin del fordismo al postfordismo fuera lineal, sera ms fcil identificar los
cambios que marcan el paso sucesivo de cada una de las fases del modelo de ciclo de
vida de Butler, incluida la fase de post-estancamiento. Sin embargo, como sostiene
Agarwal (2002), es necesario comprender cules son las fuerzas endgenas y exgenas
que condicionan el desarrollo del destino para poder identificar el posible declive y las
estrategias que han de ser implantadas con el objetivo de establecer futuras
trayectorias de funcionamiento del destino turstico en cuestin. Precisamente, sobre
esta cuestin, Butler (2006: 6) opina que because the TALC is a generalised and
essentially simplistic model, it is inevitable that it would not fit perfectly ().
196
Vera y Baos (2010) citan a Ioannides y Debbage (1997) y a Torres (2002) quienes sostienen la coexistencia de
situaciones postfodistas y neofordistas en el mismo destino turstico, que se reflejan en viajes ms personalizados
en funcin de la ampliacin de las motivaciones de los individuos; junto a formas tursticas de produccin masiva.
398
Figura 101: Dinmica interna y externa del declive del destino turstico
Agarwal (2002, 2006) como Butler (2006, 2012), comparten la importancia que
adquieren las respuestas adoptadas por los destinos ante el posible declive y las
medidas que deben ser implantadas para evitarlo. Aceptado el protagonismo de la
escala local como argumento de identidad territorial, puede resultar complicado
decidir hacia dnde ha de avanzar el destino, ya que cada sistema puede reaccionar de
forma distinta en funcin de su grado de resistencia. En esta lnea, Butler (2012: 34)
opina lo siguiente:
Successful rejuvenation of a destination requires more than simply investment, which
may be sufficient for a specific business.()It is much more difficult for tourism as a
whole to do so, primarily because of the often conflicting goals and scales of operation,
and the response of community residents, which may not be uniform.
Las respuestas ante el declive pueden ser diferentes en funcin de las estrategias de
las teoras de reestructuracin productiva. Pero algunas de ellas, como la relocalizacin
espacial, por ejemplo, es imposible de llevar a cabo en turismo ya que el turismo se
produce donde se consume y no es posible trasladar los recursos territoriales que
actan como atractivos para la generacin de desplazamientos a otro lugar, como
estrategia para mantener o aumentar la competitividad de un destino turstico. Por el
contrario, la estrategia de relocalizacin espacial (concentracin y descentralizacin)
ha sido llevada a cabo por empresas tursticas, fundamentalmente de transporte y
empresas proveedoras asociadas (Agarwal, 2002: 9).
Esta autora (Agarwal, 2002: 16; 2006: 206-207) destaca dos grandes estrategias de
reestructuracin productiva aplicadas al turismo costero. La primera de ellas, es la
estrategia de reorganizacin del producto, que se manifiesta a su vez, en tres
modalidades de actuacin: la inversin y el cambio tecnolgico (introduccin de
nuevas instalaciones tursticas), la centralizacin (creacin de alianzas de marketing
con fines promocionales) y la especializacin productiva (oferta de instalaciones
especializadas para el desarrollo de conferencias y promocin de acontecimientos
especiales).
La segunda estrategia procedente de las teoras de reestructuracin productiva
aplicadas al caso del turismo costero, es la estrategia de transformacin del producto,
que a su vez incluye seis modalidades para su implantacin: la mejora de la calidad del
servicio (formacin de personal relacionado con la actividad), la mejora de la calidad
medioambiental (recuperacin y reacondicionamiento de zonas tursticas o la
restauracin de elementos del patrimonio histrico), el reposicionamiento
400
401
197
En este punto, resulta oportuno recordar que los trminos experiencia y autenticidad poseen multitud de
perspectivas de aproximacin. Han de ser entendidos como experiencias individuales y autenticidad existencial, y
han de tomados en cuenta en la medida que forman parte de una prctica turstica de naturaleza cultural que, por
otra parte, tampoco son exclusivas de stas.
402
198
Ashworth (2005: 97) define el componente gris de un destino como los edificios, los lugares histricos y los
monumentos.
403
SEGUNDA ETAPA
1990
Singularizacin a travs de la
incorporacin de nuevos productos
Caractersticas
TERCERA ETAPA
Mediados de 1990
Estrategia de la sostenibilidad
Caractersticas
-Incorporacin de instalaciones y
actividades complementarias
basadas en componentes de ocio
activo.
-Aprovechamiento de recursos
ambientales y culturales que
complementan la oferta y otorgan
identidad diferenciada al destino.
-Programas de sostenibilidad:
Agenda Local 21, Municipio turstico
sostenible, Modelo de gestin
integral de la calidad del destino
turstico.
404
405
406
Sobre estas cuestiones, se recomienda la lectura de Kozak y Martin (2012) donde los autores, mediante la
aplicacin de la teora de la pirmide del consumidor en varios destinos litorales turcos, identifican cuatro perfiles
de demanda (turistas platinum, turistas gold, turistas iron y turistas lead) que presentan caractersticas diferentes
en cuanto al nivel de gasto en el destino y el grado de fidelidad al mismo. En este estudio se puede comprobar que
el turista platinum, es el turista ms rentable para el destino ya que no es sensible al precio y su grado de fidelidad
al mismo es elevado. Los autores proponen convertir al grupo de turistas gold (ms sensibles al precio pero en
algunos casos, fieles al destino) en turistas platinum a travs de la incorporacin de nuevos productos basados en el
patrimonio cultural y natural, y productos de turismo activo (deporte y aventura).
407
Atributos/atracciones
Goulding (2000)
Hannabus (1999)
Hinch (1996)
Hughes (1995)
Kerstetter et al. (2001)
Kuznesof, Tragear y Moxey (1997)
MacCannell (1999)
Moscardo y Pearce (1986)
Revilla y Dodd (2003)
Richards (1997)
Selwyn (1996)
Smith (2001)
Urry (2000)
Wang (1999)
408
Clegg y Essex (2000) analizan en caso de Torbay en la denominada Riviera Britnica, donde, en los procesos de
rejuvenecimiento del destino, se incluy una estrategia basada en la organizacin de eventos histricos, la creacin
de itinerarios de carcter literario y la valorizacin de elementos del patrimonio histrico.
201
En este sentido, Smith (2004) sostiene que la primera prioridad de la regeneracin a partir de la cultura pasa por
hacer las ciudades ms habitables, para convertirlas en espacios atractivos para vivir, trabajar y socializarse. Al
mismo tiempo incide en que es fundamental la participacin de la poblacin local en la creacin del sentido del
lugar a partir del argumento cultural.
409
410
DESTINO
Torbay (Reino Unido)
ESTRATEGIA DE DIVERSIFICACIN
Desarrollo de enclaves patrimoniales (eventos
histricos, personajes literarios, recuperacin del
patrimonio histrico)
Valorizacin de la cultura martima (navegacin,
transporte martimo, comercio histrico)
Valorizacin del patrimonio cultural
Valorizacin del patrimonio histrico y cultural
Branwell (2004)
Callegari (2003)
Calabuig y Garca,
(2006)
Amer, Arrom y
Picornell (2006)
Gonzlez Prez
(2012)
Sedmark y Mihalic
(2008)
Chvez y Prez
(2010)
Oreja Rodrguez
(2000)
Zoreda (2007)
Kozak y Martn
(2012)
Spilanis y Vayani
(2004)
Fernndez y Ramos
(2010)
Lpez Garca y
Navarro (2007)
Navarro (2012)
Smith (2004)
Vera y Monfort
(1994)
Vera (2002)
Navaln y Rico
(2012a, 2012b)
Espaa
Tarragona (Espaa)
Tenerife (Espaa)
Espaa
Mlaga (Espaa)
Costa del Sol Occidental (Mlaga, Espaa)
Destinos litorales de Reino Unido
Comunidad Valenciana (Espaa)
Espaa
Costa Blanca (Espaa)
411
412
Figura 106: Escenarios potenciales para el uso y aprovechamiento del patrimonio cultural en destinos
litorales
Escenario 1
Situacin suplementaria
Escenario 2
Desarrollo paralelo
Escenario 3
Sustitucin
414
TERCERA PARTE
EL PATRIMONIO CULTURAL DE LA COSTA BLANCA COMO ARGUMENTO PARA LA
DIFERENCIACIN DEL DESTINO TURSTICO
CAPITULO 6
DIVERSIDAD, AMPLITUD Y POTENCIALIDADES DE USO DEL PATRIMONIO
CULTURAL EN LA COSTA BLANCA
En este captulo se analiza la diversidad y la amplitud de los recursos patrimoniales
localizados en el espacio turstico de la Costa Blanca, con el objetivo de conocer cules
son las posibilidades que ofrece este amplio conjunto patrimonial para su
incorporacin en una posible estrategia de diversificacin del destino turstico, en el
contexto de los procesos de cualificacin de los destinos litorales consolidados. Como
se ver en las pginas siguientes, el patrimonio cultural del espacio tursticos de la
Costa Blanca constituye un conjunto muy amplio de elementos patrimoniales, desde la
perspectiva cuantitativa y temtica, entre los que resaltan temas basados en el
patrimonio arqueolgico, por ejemplo, formado por significativos enclaves
arqueolgicos y una interesante oferta musestica asociada a los recursos temticos
principales; algunos monumentos singulares, como las fortalezas medievales que
jalonan el ro Vinalop desde poca prehistrica; as como otros recursos
patrimoniales locales que, en los ltimos aos, han sido objeto de recuperacin y
valorizacin para un uso social y recreativo.
Como indican Vera y Baos (2010), la provincia de Alicante ejemplifica el modo de
configuracin de un sistema de equipamientos recreativos acorde al modelo turstico
al que sirve como complemento. Entre los argumentos utilizados para la diversificacin
de este destino turstico, es posible incluir, en los procesos de cualificacin del destino
mencionado, el patrimonio cultural como elemento que puede proporcionar
expereincias tursticas en el marco del ocio creativo. En este sentido, se podr observar
cmo la ociurbe de Benidorm, el destino turstico internacional ms importante de la
Costa Blanca y de la Comunidad Valenciana, ejerce de nodo difusor de flujos de
visitantes a su entorno ms prximo a travs de la red de excursiones que organizan
los propios operadores tursticos internacionales y el empresariado local. Entre estas
excursiones que se desarrollan en el contexto territorial de la provincia de Alicante,
destacan los casos del Castell de Guadalest, Callosa d'en Sarri, Calp, Altea, Elx y
Alicante, entre otros. El principal argumento que atrae a los turistas de Benidorm a
realizar estas excursiones se basa, entre otras causas, a la singularidad,
representatividad y significado del patrimonio cultural local de estos municipios, que
en algunos casos, reproducen una imagen de mediterraneidad. Sin embargo, existen
municipios como La Vila Joiosa que desde hace unos aos, estn llevando a cabo
417
418
1.-EL
En este sentido se recomienda la lectura del Manifiesto por la preservacin y gestin de los espacios costeros,
firmado por Romero, Nelo y Rulln y suscrito tambin por numerosos profesores e investigadores de prestigio de la
universidad espaola como Vera Rebollo, Anton y Mata, entre otros. El texto se encuentra disponible en el siguiente
enlace: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/07/12/actualidad/1342097452_454280.html.
419
Elaboracin propia.
420
de
segunda
residencia
al
desarrollo
urbanstico
localizado
421
As, a partir del Plan de Valorizacin del Patrimonio Cultural Costa Blanca Cultura,
realizado desde el ao 2008 hasta el ao 2013, en diversos perodos temporales en el
seno del Instituto Universitario de Investigaciones Tursticas de la Universidad de
Alicante, se extrae informacin relativa a la demanda que resulta de sumo inters para
la presente investigacin y que justifica, en parte, los objetivos de la misma.
En la primera fase de este estudio centrado en el anlisis del potencial turstico del
patrimonio cultural de la provincia de Alicante realizada en 2008, entre otras
cuestiones, se llev a cabo un anlisis del grado de inters mostrado por los turistas y
de los visitantes sobre el patrimonio cultural del destino a partir de los requerimientos
de informacin registrados en la Red Tourist Info. A travs de un cuestionario
distribuido entre las oficinas de turismo pertenecientes a la red mencionada, se pudo
comprobar el inters que mostraron los visitantes que acudieron a este servicio
turstico con el objetivo de obtener informacin relativa al patrimonio cultural del
lugar visitado203. La estructura de contenidos del cuestionario diseado, permiti
identificar varios contenidos que se resumen en los siguientes puntos:
El Plan de Valorizacin del Patrimonio Cultural de la provincia de Alicante Costa Blanca Cultura es un proyecto de
investigacin financiado por el Patronato Provincial de Turismo Costa Blanca. Se trata de un documento indito, que
puede ser consultado en el Instituto Universitario de Investigaciones Tursticas de la Universidad de Alicante. Para el
anlisis de la demanda turstica en relacin al inters por el patrimonio cultural provincial, se distribuy el
cuestionario mencionado a las sesenta y siete oficinas de turismo que formaban parte de dicha red. EL resultado fue
satisfactorio ya que se recibieron sesenta y dos cuestionarios que representaban la opinin y valoracin de los
informadores tursticos de treinta y cuatro municipios.
422
423
Figura 109: Principales resultados sobre la valoracin del patrimonio cultural municipal
DESTINO
Destino turstico: Alicante
Bajo Segura
PRINCIPALES RESULTADOS
-Desconocimiento generalizado de la oferta patrimonial
-Recursos ms conocidos y visitados: el MARQ y el Castillo de Santa Brbara
-Solicita informacin sobre la oferta musestica de la ciudad
-Conocimiento previo de la oferta en casos concretos
-Motivaciones: patrimonio cultural, espacios naturales y senderismo
-Inters por Biar (70%), Castalla (70%), Agres (50%) y Alcoi (90%)
-Desconocimiento previo de la oferta, salvo casos concretos en los que el
visitante reconoce iconos como El Palmeral y la Dama de Elx
-Motivacin cultural en Elx. Motivacin secundaria en El Campello y Santa
Pola, pero importante
-Desconocimiento generalizado de municipios como San Fulgencio, San Miguel
de Salinas y Callosa de Segura
-Buen conocimiento del destino Torrevieja
-Motivacin principal de sol y playa, golf y senderismo.
-Motivacin cultural importante en Orihuela y relativa en Torrevieja, como
complemento a la principal
-Desconocimiento previo de la demanda de los municipios de Monforte del
Cid y Novelda
-Principal motivacin en Novelda: el modernismo
-Desconocimiento previo de la oferta turstica cultural
-Motivacin principal es sol y playa pero los elementos culturales sin de
inters para el visitante
-Conocimiento previo importante de la oferta cultural
-Inters por el producto de sol y playa poco masificado, complementado con
elementos culturales como la gastronoma y las fiestas
-Importante conocimiento del patrimonio cultural de Xbia, Teulada, Benissa
-Valoracin de la tranquilidad, paisaje urbano y entorno de estos municipios
Elaboracin propia a partir del Plan Costa Blanca Cultura.
424
En este sentido, en relacin a las posibilidades de uso recreativo y turstico a partir del
argumento patrimonial, resulta interesante resaltar el anlisis de las prcticas
excursionistas que se realizan desde el destino Benidorm, a partir de las propuestas
que se reflejan en la antigua web oficial de turismo del mencionado destino204. Como
se explica en la fuente mencionada:
Si Benidorm es una ciudad nica, igualmente sus alrededores ofrecen mltiples
paisajes muy diferentes al costero aunque se siten a pocos kilmetros. Por su
proximidad a la montaa y a zonas de huerta, la estancia en Benidorm invita a realizar
mltiples excursiones donde descubrir rincones sorprendentes, de variada topografa y
natural belleza, en los que es posible disfrutar de actividades tan gratificantes como el
senderismo o, sencillamente, de un tranquilo paseo para observar todo lo que nos
rodea. Algunas de estas zonas de interior son: las fuentes de El Algar, el enclave
medieval de Castell de Guadalest, Confrides, Penguila, Trbena y las sierras de Aitana
o de Bernia. Sin embargo, tambin es posible continuar con el turismo de costa y
visitar otras bellas poblaciones como Altea, Calpe, La Vila Joiosa, Dnia, Santa Pola,
Torrevieja y Alicante.
A la vista del texto promocional, resulta evidente el uso de los recursos territoriales
naturales y culturales ms o menos prximos como los argumentos que sustentan la
oferta de excursiones en Benidorm. Se alude a la variedad de recursos en pocos
kilmetros de distancia del destino principal. As, se alude al paisaje (zona de montaa
y huerta), actividades diferentes a las habituales de sol y playa (senderismo), espacios
de interior (El Algar, Castell de Guadalest, Confrides, Penguila, Trbena) y espacios
litorales (Altea, Calpe, La Vila Joiosa, Dnia, Santa Pola, Torrevieja y Alicante) como los
espacios proveedores de estas posibilidades de ocio a partir de elementos
patrimoniales naturales y culturales. Como indica Baos (2009: 316), estas prcticas
tursticas tienen su origen en los inicios del desarrollo turstico de la Costa Blanca,
momentos en los que se ofreca visitas a ciudades prximas como en la actualidad (Elx
y Alicante), visitas a recursos aislados de valor natural y cultural (Guadalest, Fuentes
del Algar, Polop de la Marina) y actividades pintorescas como paseos en burro.
204
425
Elx
Valencia
DISTANCIA DESDE
BENIDORM
5 km.
6 km.
8 km.
RECURSOS DESTACADOS
426
205
Cabe decir que esta denominacin no corresponde con la denominacin de paraje natural que recoge la ley
11/1994 de 27 de diciembre de la Generalitat Valenciana de Espacios Naturales Protegidos de la Comunidad
Valenciana.
427
nacional 332, a partir de las cuales se accede a los municipios sealados, a travs de las
carreteras comarcales. (Baos, 2009: 318).
Figura 111: Espacios utilizados por el excursionismo procedente de Benidorm
429
tursticos,
finalmente,
ser
promocionados
comercializados.
Evidentemente, dado el carcter sistmico del destino turstico (Vera et al. 2011), no
es suficiente con la identificacin de potencialidades para que esta estrategia de
diversificacin sea un hecho. Es preciso atender al funcionamiento ptimo del resto de
actividades y servicios tursticos que apoyen al elemento patrimonial de atraccin, ya
que, junto a ste, conforma la base de la experiencia turstica. De ah que se deba
actuar sobre y en todos los elementos del sistema turstico, en aquellos relacionados
directamente con la gestin patrimonial as como, en los responsables del resto de
mbitos de gestin municipal. La posible presencia de nuevos productos de naturaleza
patrimonial en la Costa Blanca, permitira romper la especializacin en el producto de
sol y playa, para as adaptar mejor este espacio a las nuevas exigencias de la demanda
turstica en el contexto del postmodernismo.
Como se mencionaba anteriormente, en los ltimos aos las nuevas tendencias que
impone el mercado turstico, se definen fundamentalmente por la existencia de unos
tipos de pblico con perfiles muy diversos, pero que apuntan de manera general a un
inters por la globalidad del destino. Esto ha llevado a la adopcin de decisiones firmes
por parte de los gestores en materia de turismo para centrar su atencin en la amplia
oferta de patrimonio cultural que existe en el pas y que, hasta ahora, ha sido
infravalorada, con la excepcin de algunos casos de productos culturales fuertemente
consolidados, como las ciudades histricas o hitos tursticos reconocibles en s mismos
como productos.
La imagen que se proyecta en el exterior de Espaa como destino turstico lder en
turismo de sol y playa, cuenta con una de las ofertas patrimoniales ms interesantes
de la regin europea, realidad que le augura una buena situacin en cuanto al nivel de
competitividad turstica se refiere, en el contexto turstico mundial con vistas al ao
2020.
430
431
Figura 112: Principales conclusiones sobre el grado de uso turstico del patrimonio cultural espaol
-Fuerte imagen como destino de sol y playa.
-Situacin competitiva en el mercado turstico cultural, frente a los principales destinos culturales de Francia, Italia,
y Grecia.
-Desconocimiento de la identificacin cultural de Espaa y sus productos estrella en los turistas potenciales de los
principales mercados emisores.
-Inexistencia de un catlogo del patrimonio cultural.
-Problemas de accesibilidad a numerosos monumentos y museos (horarios inadecuados, falta de cupos de
entradas, sealizacin, etc.)
-Falta de un modelo de gestin coherente de los recursos culturales.
-Falta de orientacin turstica en la gestin de acontecimientos culturales.
-Escaso desarrollo del sector profesional especializado.
-Falta de informacin sobre la verdadera motivacin especficamente cultural y el volumen de turismo cultural por
regiones, destinos y productos temticos.
-Las webs de las administraciones pblicas son fragmentarias y estticas.
-Coordinacin de distintos agentes con responsabilidades y actuaciones en la materia
Elaboracin propia a partir del Plan de Impulso al Turismo Cultural e Idiomtico (2002).
Esta situacin llev a la adopcin de una serie de medidas con el fin de proponer un
conjunto de actuaciones que se establecieron en funcin del resultado del diagnstico
del segmento de turismo cultural espaol. Uno de los principales problemas consista
en que nicamente un pequeo porcentaje del patrimonio cultural espaol (10%),
poda considerarse como producto turstico, con los principales requisitos que ello
conlleva (recurso accesible, acondicionado para la visita, condiciones de visita, horarios
y precios de acceso establecidos previamente). Pero todava ms reducido era el
porcentaje de recursos patrimoniales que podan ser definidos como oferta turstica
disponible para su adquisicin en el mercado turstico.
206
Por el tema que centra la presente investigacin, se han obviado las conclusiones relativas al idioma como
recurso turstico, ya que merecera un estudio pormenorizado y especializado, que sera imposible abarcar desde
esta tesis.
432
Figura 113: Principales medidas y actuaciones para solucionar los problemas del patrimonio cultural
espaol como recurso turstico
Medidas
Creacin de la oferta turstica cultural
Gestin de la informacin y
aprovechamiento de las nuevas
tecnologas
Actuaciones
1. Modelo de gestin integral de calidad
2. Prioridad de proyectos de Planes de Excelencia y Dinamizacin de
Producto para la valorizacin de recursos culturales.
3. Sistema de calidad para Oficinas de Informacin Turstica
4. Centros de Interpretacin del Patrimonio de Paradores
5. Gastronoma como producto turstico cultural. Rutas de Vino.
6. Programacin y difusin temprana, sistemas de reservas, mnimo
10% para promocin.
7. Avance de programacin 1 ao antes, reserva de cupos para el
exterior, mnimo 10% para promocin.
8. Horario mnimo de referencia para grandes museos pblicos.
9. Promover la utilizacin de sistemas de reserva y venta anticipada.
1. Plan de sensibilizacin.
2. Declaracin del ao 2002 como Ao del Turismo Cultural.
3. Celebracin del Congreso Internacional sobre Turismo Cultural.
1. Potenciar el registro de Bienes Culturales.
2. Elaborar el inventario de los productos turstico culturales.
3. Elaborar la Agenda de Recursos Culturales Dinmicos.
4. Crear un sistema completo de informacin y utilidades sobre el
turismo cultural personalizado, interactivo y siempre accesible.
1. Potenciacin de marcas culturales temticas (destinos de ciudad,
grandes museos, Camino de Santiago, Ciudades Patrimonio Mundial
de la Humanidad, Ruta de la Va de la Plata, Camino de la Lengua
Castellana, Turismo religioso, Red de Juderas, Parques y Jardines
Histricos).
2. Estudios de los distintos perfiles de los turistas culturales para
optimizar recursos y actuaciones
1.Creacin de oferta turstica cultural
importantes, como por los diferentes temas en los que podran traducirse, desde la
perspectiva de la implantacin de estrategias de dinamizacin para un uso turstico.
Sin embargo, es importante identificar el volumen de recursos patrimoniales locales
con el objetivo de centrar la atencin en la potenciacin de los principales focos de
atraccin turstica segn los temas patrimoniales existentes, a partir de los que se
podr comprobar de forma reveladora la superacin de la dicotoma entre espacios
litorales e interiores.
Anteriormente, se mencionaron las caractersticas principales del destino de la Costa
Blanca, una privilegiada localizacin fsica y la existencia de recursos territoriales de
carcter natural y que la han convertido en un espacio privilegiado y lder en el
producto de sol y playa en la escala nacional e internacional. Precisamente, son estas
caractersticas adems de su elevado grado de especializacin turstica, las que han
llevado, en las ltimas dcadas, a la introduccin y la propuesta de nuevas ofertas
tursticas con mayor o menor grado de xito (Baos, 2009, Baos, 2012; Capdepn,
2013) con el objetivo de contribuir a la renovacin del destino. Sin embargo, entre
estas actuaciones, no se ha tenido en cuenta el argumento patrimonial para su
introduccin en los mencionados procesos de renovacin, debido a una serie de causas
que sern tratadas en el presente apartado, a pesar de que en diferentes soportes
promocionales se alude de forma evidente al importante conjunto patrimonial de la
provincia207.
Por tanto, es posible afirmar que la gestin turstica de los recursos patrimoniales,
salvo casos excepcionales de mbito local, ha sido y es, una de las tareas pendientes
en la planificacin turstica del destino en sus diferentes escalas de trabajo. La labor de
planificacin y orientacin para la creacin e implementacin de productos tursticos
patrimoniales, debe verse potenciada con el diseo y aplicacin de instrumentos y
prcticas de planificacin turstica de naturaleza cultural, modlicas e innovadoras y,
por supuesto, respetuosas con los recursos culturales a medio y largo plazo en el
horizonte turstico.
Como se observ en captulos anteriores, la creacin y la implementacin de
productos tursticos culturales, implica la asimilacin de procesos y mtodos de trabajo
actualizados sobre la gestin turstica del patrimonio. La gestin del patrimonio
cultural es el conjunto de actuaciones programadas con el objetivo de conseguir una
ptima conservacin de los bienes patrimoniales y un uso de estos bienes adecuado a
207
435
las exigencias sociales contemporneas (Ballart y Tresserras, 2001: 15). Por tanto, se
trata de traspasar los lmites de una gestin nicamente preventiva y de conservacin
para comenzar a trabajar en una gestin que contempla el uso del patrimonio cultural
y su valorizacin desde el punto de vista social y turstico. Entre las necesidades
sociales contemporneas ms extendidas desde la perspectiva social, se encuentra el
turismo, como la necesidad social que se crea en el contexto del postmodernismo,
como se explic en captulos anteriores. Las tendencias de la demanda turstica actual
y futura inciden en el crecimiento del inters por parte de los turistas en el consumo
de productos culturales en los trminos de autenticidad existencial y creatividad que
fueron explicados en anteriores apartados de la presente investigacin. Todo ello
obliga a que destinos tursticos consolidados como es el caso de la Costa Blanca,
reorienten sus estrategias competitivas hacia la diversificacin y diferenciacin del
producto con el fin de satisfacer las necesidades de ocio que exigen los turistas
contemporneos (Anton y Gonzlez, 2008; Anton, 2009; Ashworth, 2005; Cuenca y
Goytia, 2012). Uno de los argumentos ms utilizados en la formulacin de nuevas
estrategias lo constituye el patrimonio cultural. Este patrimonio se convierte en el
argumento diferenciador de un destino turstico por sus caractersticas simblicas y de
autenticidad.
436
2.- LOS BIENES DE INTERS CULTURAL INMUEBLE COMO NCLEO DE LAS VISITAS PATRIMONIALES
Seguidamente se ofrece una sntesis de la amplitud y localizacin de los recursos
patrimoniales de la provincia de Alicante, con el objetivo de identificar los principales
temas y potenciales focos de atraccin turstica208. Como se podr observar, la propia
localizacin de los recursos patrimoniales y su distribucin temtica confirma la
necesidad de superar la tradicional dicotoma y complementariedad turstica entre los
espacios litorales e interiores. As, la dispersin y la representatividad de los elementos
patrimoniales existentes en el territorio provincial, constituye un argumento para la
propuesta de creacin de productos tursticos culturales que compartan un tema en
cuestin. Con la creacin de estos productos tursticos de carcter cultural se podran
conseguir los objetivos que siguen, en consonancia con los principales retos que deben
ser afrontados desde el destino en el contexto de los procesos de renovacin turstica:
Ofrecer una imagen del destino unificada y diferente de acuerdo con las
necesidades de diversificacin y bsqueda de nuevos segmentos de mercado.
208
Para el desarrollo de parte del presente captulo dedicado al anlisis y la identificacin de las posibilidades
tursticas del patrimonio cultural de la Costa Blanca y su posible incorporacin en una estrategia de diversificacin
del destino, se han tomado como referencia algunos datos incluidos en el proyecto de investigacin realizado en el
seno del Instituto Universitario de Investigaciones Tursticas de la Universidad de Alicante, denominado Plan de
Valorizacin Turstica del Patrimonio Cultura-Plan Costa Blanca Cultura, desarrollado desde el ao 2008 hasta 2012,
con una fase final de la investigacin en el ao 2013. La investigacin fue financiada por el Patronato Provincial de
Turismo Costa Blanca (Documento indito).
437
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
6-Monumentos singulares
1-Monumento singular
7-Monumentos singulares
1-Monumento singular
6-Centro histrico y monumentos singulares
2-Monumentos singulares
4-Monumentos singulares
3-Monumentos singulares
3-Conjunto Histrico Artstico y enclaves singulares
1-Monumento singular
4-Monumentos singulares
2-Monumentos singulares
3-Monumentos singulares
2-Monumentos singulares
6-Conjunto Histrico Artstico y monumentos singulares
13-Monumentos y edificios singulares, espacios de proteccin arqueolgica
11-Casco antiguo, espacios de proteccin arqueolgica y monumentos singulares
73-Monumentos singulares, edificios singulares, espacios de proteccin
arqueolgica, casco antiguo
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural
La informacin para la realizacin del anlisis mencionado ha sido consultada en la Direccin General del
Patrimonio Cultural de la Conselleria dEducaci, Cultura i Esport: http://www.cult.gva.es/dgpa/inventario_c.html.
Cabe aclarar en este espacio, que se han obviado las declaraciones BIC de los elementos culturales inmateriales,
que, sin duda, ofrecen un valor muy importante como argumento en la estrategia de diversificacin turstica para el
destino de la Costa Blanca que se trata en este captulo. El anlisis riguroso de estos elementos del patrimonio
inmaterial merecera una dedicacin especial, dadas las caractersticas que lo definen. A los efectos de esta tesis, se
centrar la atencin en el patrimonio de carcter material, aunque para determinados casos, es evidente que el
patrimonio inmaterial se encuentra y ha de encontrarse presente en las propuestas de valorizacin turstica
patrimonial de determinados municipios o ncleos de atraccin turstica patrimonial. Fecha del ltimo acceso:
19/4/2014.
210
Al mismo tiempo, es necesario aclarar que el criterio que se ha seguido para la toponimia empleada, ha sido el
de respetar la vocacin y tradicin lingstica de los distintos mbitos del territorio alicantino, en la lnea de trabajos
que suponen un referente en este sentido (Cartografa temtica de las tierras alicantinas, 2000). Al mismo tiempo,
cabe sealar que para la realizacin de los mapas con toponimia en valenciano, el artculo siempre se escribe con
minscula inicial.
438
439
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
4-Monumentos y edificios singulares
5-Monumentos y edificios singulares
2-Monumentos singulares
1-Monumento
1-Monumento
2-Monumentos
28-Monumentos y edificios singulares, espacios arqueolgicos
5-Monumentos y edificios singulares, yacimientos arqueolgicos
2-Monumentos
34-Monumentos y edificios singulares, yacimientos arqueolgicos, patrimonio
industrial
1-Monumento
4-Monumentos y edificios singulares
3-Monumentos y edificios singulares
2-Edificios singulares
1-Monumento
2-Monumentos y elementos singulares
4-Monumentos y edificios singulares
9-Monumentos, edificios y elementos singulares
2-Monumentos
1-Monumento
3-Monumentos y edificios singulares
11-Monumento, edificio y elemento singular
1-Monumento
1-Monumento
6-Monumento, edificio y elemento singular
1-Monumento
82-Monumento, edificio y elemento singular, espacios de proteccin arqueolgica
2-Menumento y edificio singular
1-Monumento
2-Monumentos
9-Monumentos y edificios singulares
6-Monumentos,edificios y elementos singulares
20-Monumento, edificio singular, yacimiento arqueolgico
2-Monumento y elemento singular
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural
440
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
33-Monumentos, edificios y elementos singulares, patrimonio arqueolgico
industrial
7-Monumentos y elementos de inters
19-Monumentos y edificios singulares, espacios de proteccin arqueolgica
7-Monumentos y elementos singulares
4-Monumentos
6-Monumentos y elementos singulares
20-Monumentos y edificios singulares
211
4-Monumentos y obra de ingeniera
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural.
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
6-Monumentos y elementos singulares
1-Monumento
2-Monumento y edificio singular
2-Monumento y edificio singular
3-Monumentos y edificios singulares
2-Monumentos
10-Monumentos y edificios singulares
3-Monumento, edificio singular y yacimiento en cueva
1-Monumento
1-Monumento
1-Monumento
1-Monumento
10-Monumentos, edificios y elementos singulares
1-Monumento
1-Monumento
3-Monumentos y edificios de inters
1-Monumento
1-Monumento
3-Monumentos
3-Monumentos y elementos singulares
12-Monumento, centro histrico, elementos del patrimonio industrial, espacio de
proteccin arqueolgica
6-Monumentos y edificios singulares
1-Monumento
1-Monumento
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural.
211
El Pantano de Tibi es una de las obras hidrulicas de retencin y distribucin de aguas ms antigua de Europa,
construida sobre el ro Monnegre en el siglo XVI, por Juan Bautista Antonelli, ingeniero de Felipe II.
441
Segn la informacin que se observa en la figura que sigue, la comarca del Alto
Vinalop, cuenta con siete municipios que poseen declaraciones de BIC. Una vez ms,
el patrimonio arquitectnico es mayoritario en estas declaraciones con los casos de
iglesias, ermitas, fuentes, edificios singulares adems de otros elementos
patrimoniales de importancia histrica (acueducto medieval y pozo de nieve en Biar).
Este municipio, junto con Villena (cabe incidir en su valor arqueolgico) y Salinas,
constituyen los casos ms destacados en cuanto al nmero y variedad tipolgica de
declaraciones se refiere. Al mismo tiempo. Cabe resaltar, las fortalezas de poca
medieval de Biar, Sax y Villena.
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
8-Monumentos, edificios y elementos singulares, patrimonio industrial
43-Monumentos, edificios y elementos singulares, espacios de proteccin
arqueolgica
4-Monumentos, edificios singulares
2-Monumento y edificio singular
17-Monumento, ncleo histrico, espacios de proteccin arqueolgica, elementos
del patrimonio industrial, edificios singulares
3-Monumentos y edificios singulares
16-Monumentos, casco antiguo, edificios singulares, yacimiento arqueolgico
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural.
442
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
1-Monumento
2-Monumento y yacimiento arqueolgico
5-Monumento, elementos singulares y yacimiento arqueolgico
1-Monumento
1-Monumento
7-Monumento, edificios singulares, espacios de proteccin arqueolgica
17-Monumentos, edificios singulares, espacios de proteccin arqueolgica,
elementos singulares
6-Monumentos, edificios y elementos singulares
5-Monumentos y edificios singulares
6-Monumentos, edificios y elementos singulares
1-Monumento
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural.
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
4-Monumentos, elementos singulares
24-Monumentos, edificios y elementos singulares, yacimiento arqueolgico,
conjunto histrico artstico, elementos del patrimonio hidrulico
11-Monumentos, edificios y elementos singulares, yacimiento arqueolgico
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural.
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
4-Monumentos y elementos singulares
1-Monumento
99-Monumentos, edificios y elementos singulares, yacimientos arqueolgicos y
paleontolgicos, conjunto histrico de la Isla de Tabarca
4-Monumento y elementos singulares
7-Monumentos, edificios y elementos singulares, yacimiento arqueolgico
5-Monumentos y edificios de inters
8-Monumentos, edificios y elementos singulares, jardines histricos
11-Edificios y elementos singulares
2-Monumento y elemento singular
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural.
En la comarca del Bajo Segura son veinticuatro los municipios representados. Es obvio
el protagonismo de Orihuela, como antigua ciudad universitaria y sede histrica del
obispado, que cuenta con una tradicin histrica y religiosa relevante que le ha
otorgado
la
permanencia
de
importantes
ejemplos
arquitectnicos,
444
BIC-Inmuebles
Recursos patrimoniales
3-Monumento y edificios singulares
1-Monumento
2-Monumento y edificio singular
1-Monumento
2-Monumento y elemento singular
7-Monumentos y edificios singulares
2-Monumentos
3-Monumentos y edificio singular
2-Monumentos
1-Monumento
1-Monumento
2-Monumento y elemento singular
4-Monumentos y yacimientos arqueolgicos
2-Monumentos
1-Monumento
25-Monumentos, edificios y elementos singulares, conjunto histrico artstico
1-Elemento singular
1-Monumento
1-Monumento
1-Monumento
3-Monumento y yacimientos arqueolgicos
2-Monumento y elemento singular
3-Monumento y elementos singulares
Elaboracin propia a partir del Inventario General del Patrimonio Cultural.
445
visita del pblico212 a pesar de que constituye uno de los ejemplos ms importantes
del modernismo en la localidad.
El otro municipio que posee un importante conjunto de elementos patrimoniales
modernistas es la ciudad de Alcoi. Constituye uno de los ejemplos ms relevantes del
proceso de industrializacin en la provincia de Alicante y en la Comunidad Valenciana
que lleva asociados la construccin de edificios privados y pblicos caractersticos del
estilo modernista. Constituye uno de los primeros ncleos industrializados del
territorio basado en la industria textil, asociado a la presencia de una burguesa
prspera y con iniciativas empresariales. Destacan los ejemplos de la Casa del Pavo, el
Crculo Industrial, el Edificio Bomberos y el Conservatorio de Msica y Danza, adems
de otros elementos arquitectnicos localizados fundamentalmente en el centro
histrico (calles de San Nicols, San Lorenzo, San Jos, Plaza de Ferrndiz y Carbonell,
Joan Cant y Pintor Casanova, entre otras) que contribuyen a dotar de una
importancia histrica al paisaje urbano de este espacio. En otras reas de la ciudad,
destaca el edificio de la Subestacin Hidroelctrica, que fue rehabilitado hace unos
aos y en la actualidad est ocupado por un establecimiento hotelero.
Ambos municipios pertenecen a la Ruta Europea del Modernismo creada en el ao
1999 por las ciudades europeas que poseen patrimonio modernista213. Sus objetivos
son la difusin de este patrimonio en todas sus manifestaciones como premisa para su
conservacin y proteccin al tiempo que la filosofa de trabajo es en red, creada en el
marco del programa de la Unin Europea Cultura 2000.
La pertenencia a esta ruta ha favorecido a las ciudades participantes en trminos de
estudio, de la proteccin del patrimonio modernista y la valorizacin del mismo. Para
la consecucin de estas tres premisas, el equipo directivo formado por las diferentes
instituciones representativas en materia de patrimonio, otros pertenecientes a las
diferentes administraciones locales, y a instituciones cientficas y acadmicas,
desarrollan con carcter anual un amplio programa de actividades que abarca temas
muy diversos relacionados con el modernismo, desde coloquios internacionales,
212
En este sentido, resultara de sumo inters que desde el rea de turismo se llegase a un acuerdo con la familia
propietaria de la vivienda, con el fin de establecer un calendario de visitas que permitiese mostrar al visitante uno
de los elementos ms interesantes pertenecientes a este estilo arquitectnico. Cabe recordar que la accesibilidad es
uno de los requisitos fundamentales para considerar a un elemento patrimonial como recurso turstico.
213
Para mayor informacin sobre esta ruta europea se recomienda la consulta de:
http://www.artnouveau.eu/es/index.php. En la actualidad componen la ruta ms de sesenta ciudades europeas y
americanas como Barcelona, Viena, Bruselas, Budapest, La Habana o Mar del Plata, por sealar algunas.
446
214
Como se recoge en la web oficial de promocin turstica de Alcoi, por ejemplo, se encuentra disponible la
informacin sobre la visita guiada Modernismo y luchas sociales. Fecha de ltimo acceso: 14/4/2014.
http://www.alcoiturisme.com/blog/?p=826
447
Ofrecer una imagen del destino unificada y diferente de acuerdo con las
necesidades de diversificacin y bsqueda de nuevos segmentos de mercado.
448
Marina Alta
LAlcoi
El Comtat
Alto Vinalop
Medio Vinalop
Bajo Vinalop
LAlacant
Bajo Segura
Municipio/Conjunto patrimonial
La Vila Joiosa-73
Calp
Castell de Guadalest
Benissa-28
Dnia-34
Xbia-20
Alcoi-33
Banyeres de Mariola
Penguila
Tibi
Cocentaina-10
Biar-43
Sax-3
Villena-16
Elda-6
Petrer-6
Novelda-5
Elx-24
Santa Pola-11
Alicante-99
El Campello-7
Orihuela
Guardamar del Segura-4
Localizacin
Litoral
Litoral
Interior
Litoral
Litoral
Litoral
Interior
Interior
Interior
Interior
Interior
Interior
Interior
Interior
Interior
Interior
Interior
Litoral
Litoral
Litoral
Litoral
Litoral
Litoral
Elaboracin propia.
Como se puede observar, se distingue entre municipio litoral y de interior, con el fin de
mostrar la oportunidad que supone la organizacin temtica de productos
patrimoniales para la superacin de la dicotoma entre litoral e interior. Al mismo
tiempo, se indican tambin el nmero de declaraciones BIC, aunque, el mayor o menor
grado de stas, no es requisito para que determinado municipio sea incluido en la
figura. Existen algunos municipios que no poseen un nmero elevado de declaraciones
y, sin embargo, han sido considerados como posibles ncleos de atraccin patrimonial
por cuestiones temticas; porque, como en el caso de El Castell de Guadalest,
constituye el enclave histrico y paisajstico prioritario del fenmeno del
excursionismo procedente del destino Benidorm (Baos, 2009); o porque poseen
elementos patrimoniales muy singulares, como el Pantano de Tibi o las fortalezas
medievales localizadas en el ro Vinalop.
En la figura que sigue se muestra la localizacin de los BIC de carcter inmueble en la
provincia de Alicante. Como se puede observar, la concentracin de elementos
449
patrimoniales es significativa en casos como Alicante, Elx, Orihuela, Alcoi, Biar, La Vila
Joiosa, Benissa, Dnia, Teulada, con ms de veinte elementos declarados.
Figura 125: Localizacin de Bienes de Inters Cultural de carcter inmueble en la provincia de Alicante
son manifiestos en algunos casos. Por otra parte, sera necesario plantear sistemas de
trabajo que permitiesen actuar de forma integrada para abordar el diseo de una ruta
turstica real, que constituya un producto turstico basado en la correspondiente oferta
turstica y los servicios asociados a la actividad (Morre, 2012; Rengifo, 2006; Garca
Gonzlez, 2004; Pulido, 2006) . Hasta el momento, no es posible considerar a esta
ruta un producto turstico a pesar de los esfuerzos promocionales que se realizan
desde diferentes mbitos215. Cuestiones como la participacin y seleccin temtica de
cada uno de los recursos principales, el establecimiento de la duracin de la ruta y de
sus posibles etapas, la complementariedad con otras actividades de naturaleza
patrimonial, la implicacin de la oferta turstica local interesada en constituir este
producto turstico, la uniformidad en la sealizacin y en los soportes de informacin,
la colaboracin entre municipios para compartir informacin, servicios y actividades
tursticas, etc., son aspectos que an se encuentran por resolver (Rico y Navaln,
2011).
215
Uno de los temas patrimoniales desarrollados en todas las fases del Plan Costa Blanca Cultura fue la Ruta de los
Castillos. En las diversas reuniones y grupos de discusin desarrollados en el marco de esta investigacin,
participaron los siguientes municipios: Banyeres de Mariola, Biar, Villena, Onil, Ibi, Castalla, Elda, Petrer, Sax,
Novelda, Elx y Santa Pola. A pesar de las intenciones y el alto nivel de compromiso manifestado por algunos
municpios, en el ao 2012, momento en que finaliza la investigacin, el resultado fue el diseo de una herramienta
de promocin web: http://www.rutacastillosvinalopo.net/. Fecha de ltimo acceso: 9/5/2014.
451
3.-
TURSTICO SINGULAR
216
En 1972 tiene lugar la adopcin de la Convencin sobre la Proteccin del Patrimonio Mundial Cultural y Natural,
un tratado internacional nico que por primera vez relacionaba los conceptos de conservacin de la naturaleza y
preservacin de los sitios culturales. En 1978 el Comit del Patrimonio Mundial desarroll los criterios de seleccin
para la inscripcin de sitios en la Lista del Patrimonio Mundial y redact la Directrices Prcticas para la Aplicacin de
la Convencin del Patrimonio Mundial que establecen, entre otros, principios como la supervisin de los sitios
inscritos en la Lista y la necesidad de informar peridicamente al Comit sobre su estado de conservacin. Las Islas
Galpagos (Ecuador) se convirtieron en la primera inscripcin de la mencionada Lista. Informacin disponible en el
siguiente enlace: http://whc.unesco.org/fr/40ans/. Fecha de ltimo acceso: 15/4/2014.
217
Toda la informacin referida a esta declaracin se encuentra en: http://whc.unesco.org/fr/list/874
452
Figura 126: Arte Rupestre del Arco Mediterrneo declarado Patrimonio Mundial de la
Humanidad en la provincia de Alicante
MUNICIPIO
VOLUMEN DE
MUNICIPIO
VOLUMEN DE
REGISTROS
REGISTROS
Alcalal
1
Famorca
4
Alcoleja
3
Xal
1
Alcoi
7
Xbia
3
Alfafara
4
Lorcha
1
Altea
1
Penguila
8
Beniarrs
1
Planes
5
Benimassot
4
Santa Pola
1
Benissa
1
Trbena
2
Bolulla
1
Tollos
2
Castell de Castells
26
Tormos
1
Cocentaina
2
Vall dAlcal
1
Confrides
8
Vall dEbo
3
Dnia
3
Vall de Gallinera
15
Fageca
1
Vall de Laguart
17
Elaboracin propia a partir de http://www.cult.gva.es/dgpa/yacimientos/informacion.html.
453
desde el punto de vista turstico puede generar sinergias territoriales que transciendan
los lmites municipales. En este sentido, resulta destacable la labor de CARP, la
Asociacin Internacional de Caminos de Arte Rupestre Prehistrico, una entidad sin
nimo de lucro fundada en 2007, que consigui en 2010 la incorporacin de los
Caminos de Arte Rupestre Prehistrico en los Itinerarios Culturales del Consejo de
Europa218. En la informacin que se ha podido consultar con referencia a la Comunidad
Valenciana, los enclaves incluidos en los objetivos de CARP, son el Parque Cultural de
la Valltorta-Gasulla y el Parque Cultural de Morella la Vella (Castelln); el Parque
Culturales de Millares y Bicorp (Valencia), y en la provincia de Alicante, los abrigos de
La Sarga (Alcoi) y el Parque Cultural del Pla de Petracos (Castell de Castells). Las
posibilidades de dinamizacin turstica de estos recursos tan singulares, sern tratadas
con mayor profundidad en el apartado dedicado al arqueoturismo en la Costa Blanca,
ya que la mayora de actividades desarrolladas en relacin a estos enclaves
patrimoniales, parte de los museos arqueolgicos municipales o de instituciones con
competencias en su gestin en una escala superior, como es el caso del MARQ.
Como se ha observado en al figura anterior, las otras dos declaraciones de Patrimonio
Mundial de la Humanidad localizadas en la provincia de Alicante, son el Misteri y el
Palmeral de Elx, que constituyen ejemplos de una herencia cultural singular que es
utilizada como argumento en la promocin turstica de dicho municipio,
principalmente como imagen de marca protagonista. En el primer caso, un elemento
patrimonial de carcter inmaterial, el Misteri dElx219 fue inscrito en la Lista
Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el ao 2008. Es
un drama musical sagrado sobre la Muerte, la Asuncin y la Coronacin de la Virgen.
Se ha representado sin interrupcin desde mediados del siglo XV en la Baslica de
Santa Mara de Elx. Es un testimonio vivo del teatro religioso europeo de la Edad
Media y de la cultura medieval de devocin a la Virgen influenciado por ritos
bizantinos. Esta representacin teatral, completamente cantada en valenciano y en
latn, escenifica la asuncin de la Virgen Mara, se representa con carcter anual, el 14
y el 15 de agosto, y consta de dos actos que escenifican la muerte y la coronacin de la
Virgen. Dada la estacionalidad de la celebracin de dicha fiesta, el Misteri cuenta,
como apoyo para su interpretacin y difusin, con el Museu de la Festa, que ofrece al
visitante, a partir de un recurso audiovisual y expositivo, el significado de la fiesta, de
218
Toda la informacin disponible a propsito de CARP, de sus funciones y las actividades que realiza en torno a la
gestin, investigacin y difusin del arte rupestre, se encuentra disponible en: http://www.prehistour.eu/03enclaves/01-8.html.
219
La inscripcin del Misteri dElx en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad se
encuentra disponible en: http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00011&RL=00018
455
220
La informacin sobre la declaracin del Palmeral de Elx en la Lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad, se
encuentra disponible en: http://whc.unesco.org/en/list/930. Fecha de ltimo acceso: 14/4/2014.
456
Una de las tipologas de turismo cultural que ms ha crecido en las ltimas dcadas es
el turismo urbano, asociado a las prcticas tursticas que tienen lugar en ciudades que
poseen ncleos patrimoniales de inters, donde la principal atraccin para el visitante
se encuentra en la concentracin, en la variedad temtica y cronolgica de elementos
patrimoniales; en la combinacin de patrimonio y eventos y actividades culturales;
hasta los destinos de turismo creativo, considerados como la fase ms reciente de la
evolucin del turismo cultural, donde industrias creativas como la industria de la
moda, del cine, de la arquitectura contempornea, etc., actan como elementos
dinamizadores del destino urbano a partir de la innovacin y la creatividad (Calle,
2001; ETC, 2005; Richards, 2002; Richards y Wilson, 2006, 2007).
As, desde hace ms de una dcada, se asiste a una eclosin del turismo de ciudades
en el marco del turismo cultural desde el lado de la oferta y tambin, debido al cambio
y variedad de motivaciones mostradas por la demanda turstica, definidas en gran
parte, por la introduccin del componente cultural en el ocio contemporneo
(Richards, 2002; Anton y Gonzlez, 2008). En este sentido, como se comprob en
captulos anteriores, las razones que explican esta eclosin estn directamente
relacionadas con cambios en las motivaciones de la demanda y en las prcticas de
consumo, con un aumento considerable de la movilidad recreativa y turstica de corta
duracin, pero tambin con la regeneracin del paisaje urbano como estrategia de
competitividad territorial en un mercado globalizado. De este modo, no es extrao que
algunas ciudades medias de la provincia de Alicante, en principio y en la mayora de los
casos, sin una gran concentracin de recursos monumentales, comiencen a desarrollar
estrategias de activacin recreativa de su patrimonio y a plantear acciones para
dinamizar sus centros urbanos, aprovechando esa nueva dinmica de visitas puntuales
y viajes cortos, en busca de un turismo cultural basado en experiencias patrimoniales
hacia entornos cada mas ms diversos. Por todo ello, parece evidente que las ciudades
medias con recursos patrimoniales, presentes en abundancia en el espacio
mediterrneo, pueden incorporarse al mercado del turismo urbano con buenas
perspectivas.
Resulta por tanto ocioso reiterar el enorme inters que puede tener implantacin de
estrategias de dinamizacin turstica para algunos de los centros histricos de la
provincia, como lnea de trabajo que incide directamente en la diversificacin y
renovacin de la imagen turstica de los destinos consolidados de la costa,
457
especializados inicialmente en el producto del sol y playa pero con una clara
potencialidad para desarrollar otras ofertas relacionadas con el patrimonio cultural
urbano (Gal, 2005b). De este modo, como complemento a las ventajas comparativas
de la bonanza climtica y la calidad del espacio costero, la activacin de los recursos
patrimoniales urbanos presentes en numerosos centros histricos alicantinos,
reforzara sus ventajas competitivas en el concurrido mercado de destinos litorales, ya
que por su concentracin de recursos patrimoniales, su relevancia histrica, sus
caractersticas morfolgicas o su ambiente urbano, parece evidente que podra
resultar de enorme inters tanto desde el enfoque de la reorientacin de la oferta
como desde la atencin a las nuevas motivaciones de la demanda.
Por su dilatada trayectoria histrica, buena parte de las ciudades alicantinas presentan
en sus centros histricos una notable concentracin de recursos patrimoniales que
singularizan un espacio complejo y dinmico, desde el punto de vista del uso consumo
que en ellas puede hacerse, que es capaz de atraer flujos tursticos. Tal y como
exponen en varios de sus trabajos Troitio (2002, 2003) y Troitio et al. (2006), Garca
Hernndez (2003) o Calle (2002), puede afirmarse que las ciudades constituyen
conjuntos en los que se interrelacionan mltiples variables arquitectnicas,
urbansticas, sociales y culturales,- cuya imbricacin las dota de un especial atractivo
patrimonial del que deriva su atractivo turstico. En las ciudades alicantinas, marcadas
por la presencia del Mediterrneo, el devenir de los siglos en los emplazamientos
costeros (La Vila Joiosa, Dnia, Alicante, entre otros) o la situacin en un territorio de
frontera entre reinos en las reas de interior (Biar, Villena, Orihuela por ejemplo),
conforman una riqueza patrimonial tal que sorprende que hasta la fecha no se hayan
puesto en marcha estrategias integradas para el desarrollo turstico urbano. Es posible
que la ausencia de grandes monumentos, destacables a escala internacional221, haya
jugado un papel relevante en la escasa atencin al potencial recreativo urbano en este
mbito, pero tambin ha de mencionarse el hecho de que el xito del turismo litoral
de sol y playa en las ciudades costeras, o la pujanza de otras actividades productivas e
industriales en espacios de interior puede servir como argumento que explica el escaso
inters que ha merecido hasta pocas muy recientes (apenas una dcada) el no
despreciable patrimonio urbano de estas ciudades. As pues, en el caso de las ciudades
221
Cabe puntualizar que en el estudio de caso de la presente investigacin se asume como punto de partida que es
evidente que no se trata de centros histricos que tengan una relevancia patrimonial en la escala de prestigio y
consideracin que poseen las ciudades de la memoria (Calle, 2001) declaradas Ciudades Patrimonio Mundial de la
Humanidad (Toledo, vila, Segovia, Salamanca, etc.). Sin embargo, esto no es bice para que se reclame la atencin
y responsabilidad necesaria para preservar los centros histricos de algunas ciudades de la provincia de Alicante y
de dinamizar sus centros histricos desde una perspectiva social y turstica, evitando la banalizacin de las prcticas
tursticas y de las actuaciones que en ellos se desarrollen.
458
459
Sin embargo, la dimensin media de las ciudades de la provincia tiene el principal valor
el ofrecer de manera combinada elementos arquitectnicos, urbansticos, culturales,
medioambientales y tursticos, cuya imbricacin les otorga el valor aadido. En este
sentido, Marchena (1998) destaca el valor comn a muchas ciudades especialmente
las mediterrneas, en las que el atractivo no es tanto uno o varios elementos
concretos sino el patrimonio atmosfrico que integra paisaje, ambiente,
arquitectura, monumentalidad, sociedad urbana, etc. Por otra parte, si se produce el
adecuado enfoque hacia la consolidacin y renovacin de las funciones de los centros
histricos, la presencia de visitantes y turistas puede suponer una importante fuente
de rentas y empleo, ya que las inversiones en infraestructuras y servicios tursticos
(orientados de manera polivalente tambin hacia la poblacin residente) pueden
contribuir a mejorar sensiblemente la calidad de vida, el ambiente social y la
modernizacin y revitalizacin del clima comercial de estas reas.
Otro de los beneficios de la insercin turstica de los centros histricos se relaciona con
la revalorizacin de la historia y la mitificacin del pasado a partir de la incorporacin
del uso recreativo o turstico y el reconocimiento ajeno de lo propio, contribuye a
reforzar la identidad local y a convertir los centros histricos en verdaderos smbolos
para la memoria colectiva, que hace de nuevo suyo el orgullo de pertenencia a un
lugar, visitado ahora por extraos que valoran los rasgos de la cultura y el ambiente
local.
Pero la llegada de flujos de visitantes en exceso, puede producir efectos secundarios
como contaminacin, congestin del trfico, banalizacin social, econmica y cultural
de la sociedad de acogida (Garca Hernndez, 2003; Calle Vaquero; Garca Hernndez,
2010). Adems, si el planteamiento de acciones no est bien articulado desde la
gestin, puede ocurrir que los beneficios del turismo no redunden en la sociedad local
de acogida, sino en el sector privado, dado que la gestin de los flujos y visitas pueden
llegar a recaer en los operadores tursticos (excursiones y escalas de cruceros) con
sede en los mercados de origen.
En la insercin de la funcin turstica en los centros histricos de las ciudades de la
Costa Blanca, es primordial partir de la idea de que no trata tanto de vender
patrimonio, sino de valorizar los recursos, tanto de cara a los visitantes como a la
propia sociedad local. De ah que se entienda que la promocin cultural y turstica, ha
de estar vinculada con los procesos productivos, con la creacin de productos y de
empleo, con la innovacin tecnolgica y de gestin y con la generacin de riqueza
social.
460
Las vas de trabajo para generar valor aadido en el patrimonio son diversas,
empezando por el propio trabajo con los residentes para afianzar la idea de
pertenencia y de identidad local a partir de los valores del patrimonio; pasando por la
rehabilitacin y recuperacin de los centros histricos (a partir de programas de
reforma interior, ayudas y subvenciones de instituciones a distinta escala); la
valorizacin del patrimonio arquitectnico con la recuperacin de elementos
singulares del patrimonio arquitectnico para su reutilizacin funcional como edificios
de la administracin, contenedores culturales, o de servicios tursticos (puntos de
informacin, museos, hoteles); y finalmente tambin la valorizacin de rutas o
itinerarios culturales.
El patrimonio cultural puede y debe convertirse en un poderoso aliado para el
desarrollo de las ciudades histricas. Sin embargo, las potencialidades slo se hacen
realidad si se dispone de adecuados instrumentos de cooperacin y gestin
(consorcios, sociedades mixtas, agencias de gestin, patronatos, fundaciones, etc.) que
resuelvan los problemas concretos: conservacin del patrimonio monumental,
rehabilitacin del parque residencial, control de flujos tursticos, accesibilidad y
movilidad, dinamizacin funcional, revitalizacin social, etc. La experiencia demuestra
que incluso con recursos financieros limitados se pueden obtener buenos resultados si
hay una estrategia bien definida y si se han creado instrumentos de gestin flexibles y
adecuados a las necesidades locales. As pues, es importante garantizar la
multifuncionalidad y recuperar la funcin social del patrimonio (Troitio, 2002).
Como apunta Jansen-Verbeke (1986), la ciudad histrica est compuesta por un
conjunto heterogneo de elementos de diversa naturaleza e importancia desigual. En
primer lugar, se destaca el ncleo central de la oferta, que se refiere a los elementos
primarios o producto primario. Estos son el principal atractivo de la ciudad, el factor
que desde el lado de la oferta turstica, desencadena la mayor parte de
desplazamientos. Sin embargo, no todos estos elementos son recursos tursticos.
Dentro de este grupo, se pueden distinguir los elementos patrimoniales y culturales, es
decir, la oferta cultural y los elementos del patrimonio, pero tambin deben incluirse
las caractersticas especiales del ambiente urbano, los valores de conjunto del entorno
en el que estos se incluyen, que tambin son objeto de atencin de turistas y
excursionistas. En este sentido, en el caso de los centros histricos de inters de la
Costa Blanca, destacan los casos por ejemplo, de Altea y de El Castell de Guadalest,
donde los elementos primarios de atraccin no poseen un grado de inters histrico
significativo, pero cuyo paisaje urbano en su conjunto (calles estrechas, empedradas,
ncleo histrico localizado en una topografa elevada, etc.) los convierte en dos
461
463
Desde el punto de vista del uso turstico de los espacios fsicos tangibles en la trama
urbana de potencial visita, los aspectos que ms condicionan la movilidad de los
visitantes segn Garca Hernndez (2003) se relacionan con el emplazamiento del caso
histrico y las condiciones orogrficas, respecto a las reas de alojamiento, las
caractersticas y estructura bsica de la trama urbana y por tanto la legibilidad en el
plano, el grado de dispersin del patrimonio y su disposicin espacial que genera
mayor satisfaccin cuanto mayor es la densidad, la configuracin y estructura de los
espacios abiertos (plazas y cruces), la configuracin de las calles (en la relacin de
anchura Calle y altura de los edificios) , as como las perspectivas visuales (existencia
de miradores, puntos elevados de contemplacin del conjunto, etc.). Todos estos
aspectos contribuyen a definir espacios urbanos que despiertan el inters del visitante,
y que condicionan a priori la percepcin del turista, que ser matizada o corroborada
tras la experiencia in situ.
As pues, el uso turstico que los visitantes hacen del espacio no slo depende de la
configuracin fsica de la trama urbana y eso es precisamente lo que se desea
demostrar en las pginas que siguen con el anlisis de siete casos concretos del
entorno de la Costa Blanca. Aspectos como el acondicionamiento de la oferta
patrimonial para la visita, la sealizacin externa e interna de los recursos, el
tratamiento urbanstico del espacio pblico o la existencia de servicios de informacin
y recepcin de visitantes pueden influir enormemente en la movilidad y el
comportamiento turstico y, por tanto, tambin en la satisfaccin del turista y en la
fidelidad de ste hacia el destino; lo que es probable se convierta en una herramienta
de difusin enormemente efectiva a travs de medios personales.
A los efectos de la presente investigacin, desde el punto de vista turstico, la
adecuacin de un destino urbano para la visita no se limita a la recuperacin de
determinados recursos patrimoniales y a la apertura al pblico de stos, sino que exige
una esmerada atencin a los factores secundarios que aaden valor aadido y que por
ello resultan fundamentales, pues influyen directamente en el uso que los visitantes
hacen del espacio y en el aprovechamiento efectivo de las inversiones realizadas. Por
todo ello, resulta ms que interesante analizar aspectos como la accesibilidad exterior
e interna, o la informacin que los visitantes reciben in situ, as como el
acondicionamiento urbanstico de la ciudad para la realizacin de visitas y recorridos
(sealizacin correcta de los itinerarios y recursos de inters, peatonalizacin,
facilidades de aparcamiento, tratamiento del espacio pblico), etc.
464
Las conductas de los visitantes en los centros histricos se reducen a la visita a los
monumentos, a la realizacin de compras y a la asistencia a espectculos de distinta
naturaleza segn la dimensin del calendario de actividades. Las visitas se concentran
en los principales museos y monumentos, y se desarrollan en una experiencia de ocio
ms que de aprendizaje. Tambin se extienden en paseos por los lugares de ambiente
histrico e historicista en los cuales se realizan compras de souvenirs de artesana local
y se plasma la experiencia vivida en fotografas.
465
NO DECLARADOS BIC
Benissa
Dnia
Teulada
Xbia
Biar
Alicante
Elx
Elaboracin propia.
466
467
Figura 129: Anlisis de los principales elementos de inters patrimonial de los centros histricos de la Costa Blanca
MUNICIPIO Y
LOCALIZACIN
Alcoi-Interior
Cocentaina-Interior
El Castell de GuadalestInterior
Isla de Tabarca-Litoral
Orihuela-Litoral
La Vila Joiosa-Litoral
Villena-Interior
468
Refugio Cervantes
Centro de Interpretacin Turstica EXPLORA
Museo Arqueolgico Municipal
Museu Alcoi de la Festa (MAF)
Museo Provincial de Bomberos
Museo Arqueolgico y Etnolgico
Benissa-Litoral
Dnia-Litoral
Teulada-Moraira
Litoral
Xbia-Litoral
Biar-Interior
469
Museo Arqueolgico
Museo Etnolgico
Museo del Juguete
Alicante-Litoral
Elx-Litoral
470
222
471
se
encuentra
en
Vilamuseu son todos los vileros y vileras, y todas aquellas personas interesadas en
conocer y disfrutar otra manera de presentar el patrimonio natural y cultural, ms
participativa, accesible y comprensible. Si quieres, t puedes ser vilamuseu.
Retomando el marco de trabajo que debe constituir la referencia bsica sobre la que
proponer actuaciones encaminadas a dinamizar los centros histricos sealados, es
oportuno recordar, como se mencionaba en el apartado anterior, que el uso turstico
de la ciudad requiere pensar sta de forma integrada. Cuestiones como la accesibilidad
a los recursos patrimoniales, y al centro histrico, la sealizacin direccional e
informativa, la existencia de servicios tursticos asociados, la disponibilidad de
dotaciones y equipamientos para facilitar el acceso y la movilidad de los visitantes,
etc., son aspectos fundamentales para plantear el uso turstico de este espacio urbano.
Por tanto, es necesaria una coordinacin entre reas responsables de la gestin del
centro histrico (entre otras, las responsables de turismo y cultura), y tambin desde
el mbito pblico y privado. Esta es una de las principales debilidades que ha sido
detectada en los principales municipios con posibilidades de desarrollar productos de
turismo urbano. La falta de coordinacin entre reas competentes de turismo y de
cultura genera graves problemas de accesibilidad a los recursos patrimoniales, de
promocin, de informacin e incluso de sealizacin.
Al mismo tiempo, se ha podido comprobar que adquieren un papel importante en la
dinamizacin cultural de estas ciudades la organizacin de eventos y celebraciones de
todo tipo. Estas actividades tienen como objetivo aumentar el flujo turstico de las
ciudades aunque en algunos casos, no se haya aprovechado la presencia de la ciudad
en campaas de promocin de mayor alcance al habitual. Las ciudades resultan ms
atractivas cuando ofrecen numerosas oportunidades de animacin permanente o
ligada a eventos. La importancia de la creacin de un consolidado calendario anual de
eventos y celebraciones radica en la duracin misma. Cuando estos eventos y
celebraciones tienen un carcter efmero, los visitantes abandonan la ciudad. Por este
motivo, es fundamental que la oferta patrimonial est orientada a la frecuentacin y la
afluencia de los visitantes con el objetivo de presentar al pblico un producto
patrimonial consolidado, enriquecido por el calendario de eventos, pero cuya base
patrimonial se mantenga a lo largo de todo el ao.
En la figura anterior se ha constatado la importancia que tiene la oferta musestica en
el grado de atraccin del centro histrico, que, en algunos casos, es relevante en
cuanto a las dotaciones utilizadas o creadas a tal efecto, o porque actan como
elemento de atraccin ms que el propio centro histrico en s. En este sentido, en la
472
223
El anlisis de las siete ciudades mencionadas, fue realizado en el marco del proyecto de investigacin del Plan
Costa Blanca Cultura, en el ao 2008. A pesar del tiempo transcurrido, y en la fase de actualizacin de la
informacin para la presente investigacin, cabe decir que los resultados son vigentes dado que, salvo en
determinados casos, la gestin turstica de centros histricos en la Costa Blanca es susceptible de mejora.
473
Aspectos destallados
Externa e interna (sealizacin direccional hacia el
centro histrico)
Calidad y precisin de la informacin
Trato recibido
Utilidad de la sealizacin in situ
Rutas e itinerarios propuestos
Elaboracin propia a partir del Plan Costa Blanca Cultura.
cultural de estas localidades y debilidades que deberan ser corregidas para llegar a un
nivel de competitividad ptimo en el mercado del turismo urbano patrimonial.
Para obtener estos datos un turista se informara a travs de distintos medios, tanto
impresos como electrnicos. En la actualidad, el empleo de las nuevas tecnologas de
informacin est absolutamente generalizado por lo que consideramos que Internet es
una herramienta indispensable de informacin de los destinos para el potencial turista.
Por ello, en cada caso el trabajo se inici con la bsqueda de informacin y
documentacin en la pgina web del ayuntamiento de cada municipio y en su pgina
web turstica especfica.
Se ha planteado ya que el medio de desplazamiento elegido ser siempre que fuera
posible el transporte pblico para obtener una mejor informacin sobre la
accesibilidad externa y sobre la potencial movilidad de los turistas en la Costa Blanca.
Los puntos que se valoraron en esta etapa para ambas tareas fueron:
Tras analizar las diferentes opciones del viaje, se escogi siempre la opcin ms
rentable, cuando exista ms de una opcin dentro del transporte, de acuerdo con las
variables duracin del desplazamiento, precio y mayor comodidad. En el momento de
llegar al municipio por medio de medios de transporte pblico, se valor si desde las
estaciones y paradas principales exista una sealizacin adecuada, en la que se
ilustrara y/o indicara la ubicacin de los centros de informacin turstica municipal, o
bien si se propone de manera visible un itinerario turstico cultural, que recogiera los
hitos monumentales o los recursos aislados dentro de la trama del centro urbano.
A continuacin se realizaron las pertinentes visitas de la oficina de turismo de cada
localidad, para observar el trato de los empleados a los turistas, para comprobar si la
informacin que transmitan era eficiente y si el anlisis de los folletos promocionales
tursticos que facilitaban al turista era adecuado. A partir de la informacin recogida se
inici cada recorrido cultural, segn lo ofrecido y recomendando por las oficinas de
turismo, en todos los casos obviando los recursos que se dejaron al margen, sea cual
fuere su importancia. De este modo se pudo comprobar qu recursos se seleccionan o
475
priorizan por parte de los propios empleados municipales y cules fueron los ms
destacados.
En el desarrollo del recorrido valor la sealizacin direccional haca cada uno de los
recursos, as como los soportes de informacin e interpretacin exterior en las
inmediaciones de cada elemento. Se observ igualmente, la accesibilidad para
personas con alguna discapacidad (fundamentalmente motriz), para completar los
datos sobre si existan posibilidades de accesibilidad para visitantes con discapacidades
motoras en los recursos visitados de cada municipio.
Una vez en el interior de los elementos visitables, se puso especial nfasis en la
claridad de informacin mostrada, en la utilizacin de diferentes idiomas, en el servicio
del personal de cada recurso, en los soportes informticos, en la existencia de visitas
guiadas y su calidad, as como en la duracin estimada de visita224.
La simulacin de una experiencia de turismo cultural en los centros urbanos de las
ciudades seleccionadas, puede ofrecer una visin ajustada de la realidad del servicio
ofrecido que, sumada a otros estudios pueden servir para identificar las debilidades
comunes a la oferta turstica urbano-cultural y, por tanto, tambin para identificar las
posibles opciones de actuacin que contribuyan a mejorar la satisfaccin del turista o
cliente final y que, por tanto, tambin incrementen el valor aadido de los servicios, lo
que llevara a la mejora de la competitividad del destino. Escuchar al turista es pieza
clave en la cadena de comercializacin de un servicio, por lo que incorporar estas
impresiones de campo en las propuestas futuras sin duda contribuira a mejorar la
percepcin general de estas reas.
Aunque la casustica en los recorridos de campo fue enormemente variada, de la
experiencia descrita pueden extraerse una serie de rasgos globales sobre el grado de
estructuracin del producto de turismo urbano y patrimonial en la Costa Blanca. En
primer lugar, la recopilacin informativa, junto a los recorridos de campo, permiti
corroborar que el entorno de la Costa Blanca cuenta con interesantsimos recursos, y
que una parte relevante de ellos, se encuentra en los centros urbanos estudiados, con
claras posibilidades para desarrollar productos de turismo cultural urbano dada la
concentracin espacial y multifuncionalidad de algunos de los centros urbanos
analizados. Por otra parte, la sealtica exterior de los recursos en algunos municipios
puede valorarse como adecuada. Sin embargo, en algunos otros podra hablarse de
224
Con el fin de sistematizar este anlisis se realiz una ficha tipo para cada ciudad, en la que se incorpor punto
por punto la experiencia del turista cultural y las incidencias vividas en cada caso. Del mismo modo, a lo largo de
todos los recorridos se obtuvieron pruebas fotogrficas, para apoyar con imgenes la sntesis del anlisis realizado
en cada localidad.
476
recursos por potenciar el turismo cultural en estos espacios de inters, pero desde
luego es evidente la escasa movilizacin del sector privado y la reducida coordinacin
entre los monumentos, museos y las oficinas de turismo, en trminos generales. Se
percibe tambin a priori, una inexistente coordinacin entre distintos municipios por lo
no parece sencilla la creacin de rutas culturales o arqueolgicas intermunicipales que
permitan superar el mbito local de las visitas tursticas con el fin de identificar temas
patrimoniales prioritarios que podran contribuir a una distribucin de los flujos de
visitantes en los centros histricos del mbito de la Costa Blanca (el auge del negocio
de la pasa en la Marina Alta, modernismo en Alcoi y Novelda, territorios de frontera en
los municipios de interior, el patrimonio arqueolgico en localidades costeras y de
interior, arquitectura defensiva de la Reconquista, etc.).
En siguientes apartados se va a dedicar especial atencin a otras categoras de
patrimonio cultural que servirn para consolidar el argumento de la tematizacin
patrimonial en la Costa Blanca, a partir de los principales elementos y enclaves
industriales, y las principales reas de localizacin del patrimonio arqueolgico en la
provincia. Al mismo tiempo, se incidir en la necesaria renovacin de la oferta
musestica como componente fundamental de la modalidad de turismo cultural, ya
que no es tan importante la dimensin cuantitativa de los museos y colecciones
museogrficas existentes, como el grado de atencin al visitante prestado en el
desarrollo de las principales funciones, que incluye, evidentemente, adems de las
tradicionales de conservacin y proteccin, la difusin y comunicacin con el pblico
en mltiples sentidos.
478
5.-
ACTIVIDADES INDUSTRIALES
225
480
481
Uno de los destinos tursticos que ha trabajado con intensidad la potenciacin del turismo industrial es Catalua.
La visita a empresas en funcionamiento para participar de los procesos actuales de produccin de una amplia
variedad de productos, se denomina industria viva. Para obtener mayor informacin sobre la Xarxa de Turisme
Industrial de Catalunya se recomienda la consulta: http://www.xatic.cat/ca/llocs-per-visitar/industria-viva/49.
Fecha de ltimo acceso: 9/5/2014.
482
que no necesita de grandes inversiones sino que es preciso pensar como constituirlos
en recursos atractivos para el turista, mediante un proceso de coordinacin y
comunicacin entre los agentes pblicos y privados y propiciar un alto grado de
participacin social.
La localizacin geogrfica de las industrias alicantinas ha dado lugar a la configuracin
de varias regiones espacialmente bien definidas y especializadas en determinadas
ramas de actividad. En la provincia de Alicante existe un gran potencial para
desarrollar productos tursticos ligados a la tradicin industrial de diferentes
localidades. El territorio an conserva un interesante patrimonio industrial, grupos
sociales que han trabajado de estas actividades industriales endgenas desarrolladas a
partir de los recursos que el territorio les ofreca, actividades con marcada
dependencia econmica relacionadas con el textil, el papel, los juguetes, el turrn, el
calzado y el chocolate228.
Figura 131: Potencial temtico industrial en la provincia de Alicante
INDUSTRIA
TEXTIL
INDUSTRIA
JUGUETERA
INDUSTRIA
PAPELERA
INDUSTRIA
DEL
CHOCOLATE
INDUSTRIA
DEL CALZADO
INDUSTRIA
DEL TURRN
INDUSTRIA
DEL MRMOL
INDUSTRIA DE
LA SAL
228
484
especializados
en
actividades
aparentemente
similares
pero
muy
independientes entre s ya que Elx se ha especializado en calzado deportivo y EldaPetrer en zapato de cuero de seoras y nios. Junto a estos centros en el mismo curso
del ro Vinalop se localizan otras localidades industriales como Villena, Monvar,
Aspe, Novelda y Monforte del Cid, que participan en gran medida de la actividad
zapatera. En el caso de Elx se encuentran diversas industrias que han creado museostienda dentro de sus propias instalaciones para la venta de calzado. Sin embargo, la
modalidad de turismo industrial queda relegada a segundo plano debido a la
importancia y al gran atractivo del patrimonio cultural del municipio.
Otro de los municipios industriales ms importantes de esta zona industrial es Elda,
donde desde la inciativa local, se han llevado a cabo diversas acciones empresariales
para la creacin de elementos relacionados con esta industria tradicional, como es el
caso del Museo del Calzado al tiempo que se ha potenciado la actividad comercial de
este producto mediante la creacin de la Ruta de Outlets.
En el municipio de Pinoso se localiza una actividad industrial diferente centrada en la
extraccin y la transformacin de piedra y de sal. Desde las Concejalas de Cultura y
Juventud y Turismo hace unos aos se intent potenciar la visita a las canteras de
extraccin de piedra, siendo una de las razones de esta decisin las prdidas de
ingresos en la extraccin de dicho material en el municipio. El objetivo era sumar la
visita a las canteras como un producto turstico que complementase a la oferta
turstica principal que, por otro lado, es escasa. Estas visitas a la cantera de mrmol de
Monte Coto tenan dos orientaciones.
485
produccin
que
se
caracteriza
por
su
elevada
estacionalidad
229
En el momento en que tiene lugar esta decisin, se plante incluso ofrecer esta actividad como excursin para
los turistas de cruceros del puerto de Alicante. http://www.laverdad.es/alicante/v/20110319/provincia/excursioncanteras-20110319.html. Para implantar esta actividad, estaba prevista la construccin de un Centro de
Interpretacin del Mrmol en el que se proporcionara toda la informacin sobre la historia de la produccin de la
piedra natural. En las fechas de redaccin de la presente investigacin, no se tiene constancia de que el proyecto
mencionado haya sido llevado a cabo.
486
La Vila Joiosa destaca con la elaboracin del chocolate, una actividad tradicional ligada
al comercio con ultramar que arranca en la segunda mitad del siglo XIX. Actualmente
es una actividad que ha sufrido cierta crisis, a la vista de la desaparicin de numerosas
fbricas de chocolate que existan a principios del siglo XX, pero constituye uno de los
atractivos tursticos ms importantes del municipio. El Museo del Chocolate ha
configurado un interesante producto de turismo industrial en torno a la historia del
chocolate. La administracin pblica local mantiene estrechas relaciones tanto con el
Museo del Chocolate como con las empresas chocolateras que estn abiertas al
pblico (Valor) sobretodo mediante la organizacin de la Fiesta del Chocolate y en las
Ferias de Turismo.
Las actividades relacionadas con la extraccin de sal es caracterstica de los municipios
de Torrevieja y Santa Pola. En Torrevieja se encuentra el Centro de Interpretacin de la
Industria Salinera y el Museo del Mar y de la Sal, adems de otros elementos
patrimoniales relacionados con la extraccin y transporte de este producto como El
Acequin. Desde hace pocos aos, la administracin pblica local propone la Ruta
Salinera incluida en el libro de rutas tursticas del municipio, cuya informacin se ve
complementada por la narracin en varios idiomas en una audiogua230. En Santa Pola,
el Museo de la Sal otorga atractivo y potencial al producto de turismo industrial. Dicho
museo se encuentra localizado dentro del Parque Natural de las Salinas de Santa Pola y
guarda escasa relacin con el contexto turstico del municipio.
En el anlisis sobre el potencial turstico del patrimonio industrial en la Costa Blanca
cabe mencionar el caso de la produccin de especias en el municipio de Novelda,
actividad que va asociada a la arquitectura modernista como muestra patrimonial de la
importancia econmica de dicha actividad a principios de siglo XX. El origen de la
actividad se encuentra en el comercio del azafrn procedente de La Mancha que se
exportaba hasta Extremo Oriente. Una de las empresas ms implicadas en la difusin
de la produccin y envasado de especias es Carmencita, una empresa de origen
familiar que ha conseguido adaptarse a las exigencias del mercado y diversificar la
cartera de productos.
La arraigada actividad industrial de algunos municipios de la provincia de Alicante
puede dar lugar al desarrollo de productos tursticos relacionados con la produccin
230
La ruta incluye la visita al Centro de Interpretacin de la Industria Salinera, el Museo de la Habanera, y el Museo
del Mar y de la Sal en el espacio las Eras de la Sal. http://turismodetorrevieja.com/web/?page_id=454. Desde hace
unos aos, se ha tratado de llegar a un acuerdo con la empresa explotadora de las salinas (Salins du Midi) para
incluir la visita a la Fbrica de la Sal pero hasta el momento, parece que no es posible realizar estas visitas.
487
del
patrimonio
en
las
que
deberan
participar
diferentes
turstica
del
patrimonio
industrial.
As,
los
municipios
ms
representativos del patrimonio industrial seran Alcoi, Ibi, Banyeres de Mariola, Elda y
La Vila Joiosa por el potencial que detentan en cuanto a protagonismo dentro de la
231
488
232
Para analizar el potencial turstico del patrimonio industrial en los municipios ms representativos, se ha
utilizado la informacin disponible en la Direccin General de Patrimonio Cultural de la Conselleria de Cultura
(http://www.cult.gva.es/dgpa/binmueble_c.html) y los datos que contiene el programa Winsitur de la Conselleria
de
Turisme
(http://www.turisme.gva.es/opencms/opencms/turisme/es/contents/touristinfo/winsitur.html).
Tambin se ha utilizado parte de la informacin que se recoga en la segunda anualidad (2009) del Plan Costa
Blanca Cultura.
489
Figura 132: Elementos patrimoniales industriales, recursos asociados y valor patrimonial en la Costa Blanca
MUNICIPIO
ALCOI
-Mercadona: Industria textil del ao 1920. En 1987 se transforma en supermercado. Se ha conservado el aspecto fabril, respetando tambin la chimenea de vapor como
recuerdo de su actividad.
-Papeleras Reunidas: Industria papelera de 1924. Buen estado de conservacin. Se encuentra en uso por AITEX. (Proteccin estructural. Nivel III).
-Real Fbrica de Paos: Edificio industrial de 1790 situado dentro del casco antiguo. De estilo neoclsico, fue construido en 1790 por concesin del rey Carlos IV. Los
fabricantes pagaban una cantidad por cada pieza de pao que se fabricase (se le aplicaba "la bolla" que era una especie de sello de calidad, de ah su nombre). En el saln
principal de esta casa celebran sus seores las Juntas de la Real Fbrica, y contigo a l se halla el archivo de la Corporacin. Actualmente en la primera planta se encuentran las
oficinas de Textil Alcoiana S.A.
-Casa de la Bolla: Edificio neoclsico. Construido entre 1787 y 1790, reformado en 1890. No se puede visitar el interior. El nombre de esta casona proviene de un impuesto, el
de "la bolla": una "etiqueta" o marchamo con el que la Real Fbrica de Paos certificaba el origen y la calidad de las piezas de pao que cumplan unas determinadas
condiciones. Es la sede de la agrupacin empresarial Textil Alcoiana.
-Casa del Pavo: Edificio modernista construido entre 1908-1909. Es uno de los edificios privados ms emblemticos de Alcoi, reflejo de la pujanza econmica que experiment
la ciudad a principios del siglo XX. De su fachada destacan los trabajos en forja de los miradores y balcones, el remate en mosaico, as como el pavo que remata los dinteles de
sus puertas por el cual la casa recibe ese nombre y los pomos de fundicin. No es visitable.
-Crculo Industrial: Edificio construido en 1904, reformado en 1890. Institucin creada en 1868 por la burguesa industrial de Alcoi. Se puede visitar por las maanas de 9 h. a
12 h. Fachada de estilo modernista. Destaca las figuras de abejas que representan el trabajo de los industriales.
490
MUNICIPIO
BANYERES
DE
MARIOLA
MUNICIPIO
IBI
MUNICIPIO
ONIL
MUNICIPIO
ELDA
MUNICIPIO
AGOST
491
MUNICIPIO
XIXONA
MUNICIPIO
TORREVIEJA
MUNICIPIO
LA VILA
JOIOSA
MUNICIPIO
DNIA
MUNICIPIO
SANTA
POLA
492
233
En la fbrica de aceitunas SERPIS es posible visitar el Museo Histrico de la firma, realizar la visita a la factora de
produccin y ver al audiovisual El mundo del sabor en la sala de proyeccin. Fecha de ltimo acceso: 29/4/2014.
http://www.serpis.com/expomuseo.html
234
Esta informacin figura en el Plan Costa Blanca Cultura de 2009, y se obtuvo a partir de la entrevista realizada a
Jos Mara Segura, director del Museo Arqueolgico Camil Visedo Molt. El catlogo de dicha coleccin, puede ser
consultado en el museo mencionado.
494
En Ibi, una de las iniciativas relacionadas con la difusin del patrimonio industrial del
municipio es el Museo Valenciano del Juguete de Ibi, 235 localizado en un edificio de la
antigua fbrica Pay. Al mismo tiempo, existe la Casa de los Reyes Magos, un proyecto
museogrfico basado en la propia Casa de los Reyes Magos y en el Centro de Pruebas
de Juguetes de los Reyes Magos236. Cabe de decir que estos dos casos constituiran los
elementos bsicos de visita turstica, debido a que ninguna de las fbricas jugueteras
localizadas en el municipio, permiten las visitas de pblico por cuestiones de
seguridad.
Sobre la misma temtica, Onil ha creado el Museo de la Mueca237. Est ubicado en
una casa solariega, Casa de lHort, donde la exposicin se estructura en tres salas. En
una de ellas se explica el proceso de fabricacin de las muecas, a partir de una
coleccin de los siglos XVIII, XIX y XX. En el caso de Dnia, tambin es posible
identificar recursos relacionados con la temtica industrial. En primer lugar se
encuentra el Museo del Juguete fundado en 1999, ubicado en la segunda planta de la
antigua terminal (1884) de la lnea ferroviaria que una Carcaixent y Dnia238. La
coleccin permanente est basada en la produccin juguetera de la localidad desde
principios del siglo XX hasta la dcada de 1960. El origen de la industria juguetera en
Dnia se encuentra en la familia Ferchen, una familia de comerciantes de pasa
germanos que en 1904 asentaron en la localidad la industria Metalrgica HispanoAlemana. Pronto aparecieron otras fbricas de juguete metlico y de madera,
fundamentalmente la fbrica de Pedro Riera Mulet y Fernando Sauquillo.
En cuanto a la temtica del calzado, en Elda, desde la administracin local se ha creado
una Ruta de Outlets en la que estn involucradas diversas empresas de calzado
mediante la venta de sus productos en sus instalaciones. Alguna de estas empresas
235
495
El museo tiene una superficie de 2.000 m , es de titularidad privada cuya gestin se realiza a travs de una
Fundacin formada por el Ayuntamiento, CAM-Sabadell, la Diputacin Provincial de Alicante, Consellera de
Industria, IMPIVA, FICIA, INESCOP, y el Instituto de Enseanza Secundaria La Torreta. Fecha de ltimo acceso:
29/4/2014. http://www.museocalzado.com/.
240
La exposicin se estructura en tres salas, que desarrollan cada una de ellas un tema especfico: materias primas,
produccin y comercializacin. Fecha de ltimo acceso: 29/4/2014. http://www.museodelturron.com/
496
visitantes se produce en los das de entre semana. Del mismo modo, los ingresos
generados de las ventas de este producto en la propia tienda, se destinan al
mantenimiento del museo mencionado. La mayora de los visitantes pertenecen a
grupos nacionales de asociaciones, escolares, jubilados y tambin profesionales del
sector, que visitan cada ao las instalaciones. En cuanto a la procedencia de los
visitantes, el 60% de ellos son nacionales y el resto extranjeros (Francia, Gran Bretaa,
Alemania, Holanda).
Para el caso de Torrevieja, en relacin al potencial turstico de determinados recursos
de temtica industrial de carcter local, uno de los elementos ms destacados de la
oferta turstica relacionada, es el Centro de Interpretacin de la Industria Salinera,
ubicado en una antigua estacin de ferrocarril y creado en el marco del Plan de
Excelencia Turstica. En este edificio se explica la historia de la explotacin de la sal en
Torrevieja a travs de sistemas de recreacin, utilizacin de imgenes de la poca
adems de soportes informativos. El centro es de titularidad pblica dependiente de la
Concejala de Cultura, rea que se encarga de su gestin y de la organizacin de las
visitas que se realizan en grupo. Estas visitas se caracterizan por realizarse en grupos
normalmente formados por asociaciones, escolares y tercera edad. La visita se inicia
con una explicacin sobre el centro por parte de un auxiliar de servicios que conoce la
actividad por tradicin familiar. Esta persona es la encargada de la apertura y de la
recepcin de los visitantes. La movilidad est adaptada y en la actualidad, se ha
editado una audiogua de la Ruta Salinera que permite realizar la visita. En cuanto a la
difusin de este recurso turstico, cabe decir que no tiene presencia en internet por la
inexistencia de sitio web241.
Otro municipio que comparte temtica industrial con el anterior, es Santa Pola. En este
municipio se encuentra el Museo de la Sal242, un espacio ubicado en una antigua
factora de produccin salinera dentro del Parque Natural de las Salinas. Las
instalaciones pertenecan a una antigua industria salinera de la que se ha conservado
una coleccin de maquinaria original. Cuando la empresa ces su actividad, la
propiedad pas a Ayuntamiento de Santa Pola que a su vez, la cedi a la Generalitat.
Este museo est dedicado al proceso de extraccin de la sal y a la tradicin histrica y
etnogrfica de esta actividad en Santa Pola. El museo ocupa aproximadamente 200 m 2,
donde se desarrolla una funcin prcticamente centrada en la educacin
241
La informacin sobre dicho recurso est alojada en la web promocional del municipio, aunque la disponibilidad y
accesibilidad a ella, es susceptible de mejora. http://turismodetorrevieja.com/web/?page_id=454. Fecha de ltimo
acceso: 29/4/2014.
242
http://www.turismosantapola.es/cultura-museos-ficha.php?ver=30. Fecha de ltimo acceso: 30/4/2014.
497
medioambiental y natural. Segn datos del Plan Costa Blanca Cultura en 2009, la
tipologa del visitante y su cuantificacin es complicada por encontrarse el museo en el
propio espacio natural protegido. El 50% de los visitantes que son contabilizados en el
museo corresponden lgicamente con el perfil de visitantes del parque,
fundamentalmente grupos de pblico escolar.
Uno de los primeros municipios que llevaron a cabo iniciativas de turismo industrial en
la Costa Blanca, junto con Xixona, es el municipio de La Vila Joiosa. En este caso, el
recurso industrial que constituye la base de las visitas, es la tradicin en la produccin
del chocolate. De todas las fbricas de chocolate que existieron en los siglos XIX y
principios del XX, nicamente dos, Gaspar Prez y Chocolates Valor, han mantenido la
actividad. La primera de ellas, es una empresa de carcter familiar, con instalaciones
de produccin modestas que realiza visitas para el pblico, cuyos elementos de
comunicacin con el visitante son muy reducidos, aunque la visita posee un carcter
interpretativo dado que son los propios protagonistas de la familia, los que explican el
proceso de produccin. Este elemento de comunicacin, la persona, es muy valorado
por parte de los visitantes en general.
En el extremo contrario, se encuentra el caso de Chocolates Valor243, una empresa de
carcter familiar tambin, aunque con el paso de las dcadas, ha adquirido un alcance
internacional que la ha consolidado fuertemente en el contexto comercia
internacional. En las instalaciones de Chocolates Valor en encuentra el Museo del
Chocolate, perteneciente a la empresa pero cuyo proyecto museogrfico fue
concebido y ejecutado por el Servicio Municipal de Arqueologa y Etnografa del
Ayuntamiento de La Vila Joiosa. La relacin entre ambas entidades supone una ventaja
para el museo porque permite su inclusin en circuitos tursticos como elemento de
valor aadido a la visitas de otros museos municipales como la Casa Museo Barbera
dels Aragons, el antiguo Museo Arqueolgico Municipal, en la actualidad cerrado,
pero cuyo sucesor, el Vilamuseu, actuar como ncleo difusor y receptor de visitantes.
Adems realizan actividades coordinadas como la fiesta del chocolate denominada
Chocolatsima que se realiza en verano y consiste en la organizacin de visitas guiadas
y degustaciones de chocolate en el casco antiguo.
El museo fue inaugurado en el ao 1998 dentro de las instalaciones de la fbrica,
ocupando una antigua casa solariega. Este museo trata de transmitir al pblico la larga
243
La fbrica se abri en 1881, y en la actualidad los responsables de la misma pertenecen a la quinta generacin de
la familia. En el ao 2012, Valor tena presencia comercial en ms de cuarenta y cinco pases del mundo. Fecha de
ltimo acceso: 29/4/2014. https://www.valor.es/es/.
498
499
500
501
502
hacer
accesible fsica
504
247
Como se indica en el enlace correspondiente, el edificio del museo albergar tres zonas: vestbulo y zona de
recepcin de visitantes y venta, sala de exposicin y sala destinada a la proyeccin de audiovisuales y celebracin
de conferencias. Toda la informacin disponible sobre este yacimiento arqueolgico se encuentra en:
http://www.laalcudia.ua.es/. Fecha de ltimo acceso: 30/4/2014.
505
506
MUNICIPIO
La Vila Joiosa
REGISTROS/YACIMIENTO DE INTERS
75 registros
Marina Alta
Benissa
Calp
Dnia
Teulada
Xbia
20 registros
49 registros. Baos de la reina y Pobla medieval de Ifach
88 registros
12 registros
49 registros
LAlcoi
Alcoi
Banyeres de Mariola
El Comtat
Cocentaina
Beniarrs
81 registros
9 registros. Cova de lOr
Alto Vinalop
Villena
Vinalop Mitj
Elda
Monforte del Cid
50 registros. El Monastil
12 registros
Baix Vinalop
Elx
Santa Pola
LAlacant
Alicante
El Campello
Bajo Segura
Guardamar del Segura 21 registros. Rbita Califal, La Fonteta
Fuente: Direccin General del Patrimonio Cultural Valenciano. http://www.cult.gva.es/dgpa/
508
Figura 135: Distribucin espacial del Arte Rupestre del Arco Mediterrneo
MUNICIPIO
509
Alcoi
Alicante
Banyeres de
Mariola
Beniarrs
Callosa de Segura
Callosa den
Sarri
Calp
Castell de Castells
Cocentaina
Crevillent
Dnia
El Campello
Elx
Elda
La Vila Joiosa
Novelda
Pilar de la
Horadada
Rojales
San Fulgencio
Santa Pola
Villena
YACIMIENTO ARQUEOLGICO/ZONA
ARQUEOLGICA
POCA HISTRICA
La Sarga
La Serreta
El Puig
Lucentum
Romana
Medieval
Cova de lOr
Prehistoria
Medieval islmica
Ibrica
Romana
Los Baos de la Reina
Santuario Neoltico del Pla de Petracos
Prehistoria
Ibrica
Romana
Medieval
Canyada Joana
Pea Negra
La Ratlla del Bubo
Castillo
Illeta del Banyets
La Alcudia
Baos rabes
Castillo
El Monastil
Les Casetes
Tossal de la Malladeta
Allon
Castillo de la Torre triangular
Prehistoria
Ibrico
Romana: cantera
Prehistoria
Ibrica
Romana
Medieval
El Oral
Portus Ilicitanus
Cabeza Redondo
MUSEO/CENTRO DE INTERPRETACIN
Museo Arqueolgico
Museo del Mar y de la Pesca
Museo Arqueolgico Jos Mara Soler
Elaboracin propia.
248
512
250
Es el caso de Vilamuseu, el futuro museo de historia y arqueologa de La Vila Joiosa, cuya concepcin
museolgica y museogrfica se sita en la lnea de las propuestas de la Nueva Museologa, la interpretacin del
patrimonio y la accesibilidad universal para todo tipo de visitante.
513
YACIMIENTO
CONSOLIDADO
ABIERTO AL PBLICO
YACIMIENTOS
RESTAURADOS Y
ACONDICIONADOS
PARQUES
ARQUEOLGICOS
YACIMIENTOS
RECONSTRUIDOS
514
rodea al yacimiento, y puede dar lugar a una distorsin histrica. Por otra parte, el
visitante tiene una percepcin psicolgica de un lugar cerrado, impidiendo la
comprensin del yacimiento arqueolgico y su relacin con el medio.
Por tanto, es el nivel de lectura el que afecta directamente a la visita en s. El nivel de
lectura consiste en la adaptacin del discurso narrativo e histrico sobre el yacimiento
para hacerlo ms accesible al pblico, que, como se trat en captulos anteriores,
muestra niveles de especializacin y formacin muy heterogneos. La seleccin del
nivel de lectura es uno de los aspectos ms complicados a la hora de disear un
proyecto museogrfico. Por lo general, a mayor intervencin de reconstruccin, menor
ser la necesidad de sealizacin y establecimiento de canales de informacin que
faciliten la comprensin del yacimiento al visitante. El nivel de lectura personalizado se
consigue a travs de un personal bien formado y documentado capaz de adaptar el
discurso narrativo a su interlocutor. La adaptacin del discurso narrativo afecta a la
cantidad y tipo de informacin decidido en el proyecto museogrfico pero antes de la
intervencin sobre los vestigios. En este sentido, el nivel de lectura que propone PrezJuez, podra establecerse a travs de la interpretacin del patrimonio (Morales, 1998;
Ham, 2005; Espinosa, 2002a y 2002b, 2003). Por este motivo es fundamental la
realizacin de estudios de pblico ya que estos ofrecen informacin valiosa a partir de
encuestas, visitas guiadas, y comentarios y dudas expresadas por los visitantes.
En relacin al nivel de lectura, es necesario acometer algunas actuaciones que faciliten
la accesibilidad y comprensin del yacimiento o elemento arqueolgico en s, si la
orientacin es su apertura y difusin entre el pblico. Por ello, a efectos de la presente
investigacin, es fundamental atender a cinco tipos de actuaciones encaminadas a
facilitar o mejorar el acceso del pblico al sitio de inters como son el establecimiento
de reas de acogida donde desarrollar esta funcin, el diseo de un recorrido interno
coherente con la seleccin temporal previa, la instalacin de elementos de
sealizacin direccional e informativa que faciliten la visita, y en ltimo lugar, el
acondicionamiento de reas de descanso, sobre todo en yacimientos de gran
superficie expuestos a las condiciones climticas de la zona, para paliar los efectos del
cansancio y del calor en poca estival, caractersticas que pueden incomodan en el
destino Costa Blanca. En el caso de Lucentum y La Alcudia, por ejemplo, existen zonas
de sombra y adems, el horario de visitas se adapta durante los meses de verano a la
afluencia de visitantes.
516
Por otra parte, segn informacin obtenida del Plan Costa Blanca Cultura a propsito
de la demanda turstica, cabe mencionar que el turista que visita el destino Costa
Blanca normalmente responde a las caractersticas del perfil del turista de sol y playa
cuyo motivo de desplazamiento no es el inters exclusivo por la cultura y el
patrimonio. Sin embargo, muestra cada vez de manera ms frecuente un inters por el
conocimiento del territorio en el que disfruta su estancia, las particularidades
paisajsticas y el patrimonio cultural. El valor simblico que posee el patrimonio
cultural lo convierte en el elemento que relaciona al turista con el destino. Al mismo
tiempo el componente cultural le permite al turista realizar unas prcticas tursticas
importantes basadas en la participacin en manifestaciones etnogrficas y disfrute de
la gastronoma.
Pero existe otro tipo de demanda turstica, de carcter muy especfico, que se desplaza
a determinados destinos tursticos que poseen un componente arqueolgico
significativo. Esta demanda fue identificada a partir de un estudio realizado por la
Universitat de Barcelona y la Red IBERTUR entre mayo y julio de 2008, en el marco del
proyecto ARQUEOTUR. El estudio (Tresserras, 2008) se centr en un inverso de turistas
y excursionistas, definido por hombres y mujeres interesados en destinos de turismo
cultural especializados en arqueologa. El estudio del perfil del turista arqueolgico
incluy preguntas de carcter sociodemogrfico y aquellas que hacan referencia a las
fuentes de informacin utilizadas, los recursos informativos necesarios, y la
descripcin del tipo de viaje.
As, segn los resultados del estudio mencionado, existe un predominio del sexo
femenino entre los visitantes, salvo en el caso espaol, donde el predominio es
masculino. El nivel de estudios en todos los casos, es superior ya que un 95% tiene
educacin superior y un gran porcentaje ttulo de posgrado (65,3%). Generalmente son
profesionales en activo, con un nivel de renta medio y medio alto derivado
precisamente de su ocupacin profesional (destacan especialmente profesores e
investigadores con un 40%). Un elevado porcentaje de individuos (41,7%) est
relacionado con el sector cultural y concretamente, con la arqueologa (39,5%). El
intervalo de edad de estos turistas se sita entre los 25-34 aos y los 35-44 aos. La
mayora de los encuestados tiene pareja, con o sin hijos (59,1%) frente a los solteros
que representan un 40,9% del total.
En cuanto al tipo de viaje se define como independiente en su mayora (87,2%) frente
a un 10,4% que lo hace a travs de agencia de viajes y un 2,4% que contrata paquetes
ya en destino. Normalmente viajan acompaados (con la pareja, la familia, y amigos).
517
518
Por otra parte, para el caso de la Costa Blanca, entre los grupos de personas que reclaman este tipo de visitas, se
encuentran los residentes extranjeros procedentes de pases de la Unin Europea que, a travs de la Unidad de
Residentes Europeos de la Diputacin Provincial de Alicante, realizan visitas a la provincia con el objetivo de conocer
el legado cultural y patrimonial del territorio en el que han elegido residir. Existen cuatro rutas, una de ellas, la
denominada Ruta Arqueolgica, en la que se visitan los yacimientos arqueolgicos de Lucentum-Tossal de Manises,
el santuario neoltico del Pla de Petracos, y la Illeta dels Banyets, en El Campello). Esta informacin se ha obtenido
del Plan Costa Blanca Cultura 2009 (Documento interno).
519
Las lneas de trabajo que aqu se proponen surgen, en parte, de las conclusiones del Plan de Espacios Tursticos
de la Comunidad Valenciana. En las directrices generales sobre la gestin turstica del patrimonio cultural, se
contemplaba la potenciacin de rutas temticas, as como la dinamizacin turstica de centros histricos singulares,
de la oferta musestica, la potenciacin de la figura del parque cultural como estructura de gestin, y la valorizacin
del
patrimonio
arqueolgico.
Fecha
de
ltimo
acceso:
2/5/2014.
http://www.comunidadvalenciana.org/opencms/opencms/turisme/es/files/pdf/planificacion/Directrices_Generales_webdefinitiva.pdf
520
253
La iniciativa se enmarca en un proyecto de mbito europeo, nacido en 1998 en quince regiones de Europa de
cuatros pases diferentes (Francia, Espaa, Italia, Grecia) que crearon una red de colaboracin conjunta con el
objetivo comn de salvaguardia y valorizacin de este patrimonio. La informacin relativa a los principales ejes de
actuacin para la valorizacin del camino histrico quedan recogidas en el Plan Director de Recuperacin de la Via
Augusta en la Comunitat Valenciana. Fecha de ltimo acceso: 2/5/2014.
http://www.cit.gva.es/fileadmin/conselleria/images/Documentos/carreteras/ruta_via_augusta/Plan_director/Catal
ogoCastellano.pdf
521
254
La informacin sobre cada uno de los municipios que forman parte de esta red de informacin, se encuentra
disponible en: http://www.rutacastillosvinalopo.net/. Fecha de ltimo acceso: 2/5/2014.
255
En el Manual de Buenas Prcticas figuran los contenidos que deben guiar a cada socio participante para la
inclusin de los conjuntos rupestres ms representativos. Como se podr observar, adems de las funciones de
proteccin, investigacin y conservacin, la funcin de divulgacin es prioritaria y atienda a cuestiones como
evaluaciones de la calidad de la visita, organizacin de actividades de difusin pedaggica y didctica, organizacin
de conferencias, coloquios y exposiciones temporales, y estudios sistemticos del pblico real y potencial, entre
otras. En las propuestas tursticas que figuran en la web oficial, no se encuentran los conjuntos rupestres de la
provincia de Alicante. Fecha de ltimo acceso: 2/5/2014. http://www.prehistour.eu/
522
Figura 138: Principales ncleos de atraccin basados en el patrimonio arqueolgico de la Costa Blanca
nombre. Al mismo tiempo, existe una oferta musestica importante relativa a este
tema, con museos y centros de interpretacin renovados (MARQ, MAHE, Centro de
Interpretacin de La Alcudia, Centro de Interpretacin de la Cova de lOr de Beniarrs,
Sala de Arte Rupestre del Pla de Petracos) que ofrecen discursos museogrficos
innovadores a propsito del patrimonio arqueolgico dependiente de ellos. Por otra
parte, algunos museos locales realizan importantes labores y actividades por la
difusin del patrimonio arqueolgico local como es el caso de las jornadas de puertas
abiertas que realiza el Museo Arqueolgico Jos Mara Soler en Villena a propsito del
yacimiento de Cabezo Redondo, y el Museo Arqueolgico Municipal Camil Visedo
Molt de Alcoi, para la divulgacin de los abrigos rupestres de La Sarga. En este
sentido, cabe destacar colecciones de objetos de una importancia cientfica e histrica
relevante como el Tesoro de Villena, ubicada en el museo arqueolgico mencionado,
que desde pocos aos, realiza visita teatralizadas para todo tipo de pblico. Por tanto,
el patrimonio arqueolgico puede constituir un tema fundamental para la creacin de
productos tursticos de naturaleza cultural que contribuyan al proceso de renovacin
turstica del destino de la Costa Blanca a partir de la potenciacin de temas como la
cultura ibrica, romana, el patrimonio arqueolgico industrial, castillos y fortalezas, y
el arte rupestre prehistrico. Al mismo tiempo, existen municipios como La Vila Joiosa,
que con su prxima inauguracin del Vilamuseu, podr continuar con su papel
protagonista en la valorizacin y difusin del patrimonio arqueolgico local, mediante
la recuperacin, entre otros muchos, de yacimientos arqueolgicos fundamentales
como Allon, la antigua ciudad romana cuyos primeros hallazgos han empezado a
encontrarse en el centro urbano256.
256
En el ao 2007 tuvo lugar el hallazgo de la ciudad romana de Allon, con el descubrimiento de un complejo termal
muy bien conservado, de poca flavia, que con seguridad fue construido para conmemorar la promocin de la
ciudad a la categora de municipium (74 d. C.). Como indica Antonio Espinosa, director de Vilamuseu y de las
excavaciones arqueolgicas que se realizan en el mbito municipal, con este hallazgo se completa el tercer libro de
cartografa de Estrabn, en el que el autor citaba, para la provincia de Alicante, cuatro entidades con categora
urbana de municipium: Ilici, Lucentum, Dianium y Allon. Fecha de ltimo acceso: 2/5/2014.
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/04/27/cultura/1177698639.html
524
7.-
CULTURALES
objeto de estudio que centra este apartado de anlisis, cabe decir que este aspecto es
susceptible de mejora en cuestiones bsicas. La existencia de visitas guiadas, de
informacin actualizada sobre las actividades y proyectos del museo en cuestin, a
travs de un sitio web atractivo, mejoraran la experiencia del visitante. Sin embargo,
en el anlisis realizado se ha podido observar que la orientacin al visitante en muchos
casos es muy reducida, debido fundamentalmente a problemas tradicionales de
gestin relacionados con la escasa financiacin disponible y los recursos humanos
implicados que, en la mayora de los casos, son muy limitados. En contraposicin a esta
situacin general, cabra mencionar la existencia de importantes proyectos
museolgicos en funcionamiento como el MARQ y el MACA en Alicante, el MAHE en
Elx, y en proceso de diseo como el Museo de Alfarera de Agost y el Vilamuseu en La
Vila Joiosa, que se caracterizan por la ampliacin de espacios utilizables por parte del
visitante, adems de discursos museogrficos de planteamientos renovados e
innovadores en relacin a la proyeccin social y turstica del museo.
La realidad es que prcticamente la totalidad de los museos de la provincia sigue
desarrollando como funciones prioritarias la investigacin, conservacin, estudio y
exposicin, es decir, aquellas funciones que se relacionan directamente con los objetos
y colecciones que dan sentido al museo. Son las funciones que argumentaron la
creacin de estas instituciones en su momento, y que constituyen una parte esencial
en la actualidad y en el futuro. Sin embargo, este alejamiento del museo del entorno
social y econmico en el que se localiza, es un problema generalizado en la oferta
musestica provincial, en un momento en que el argumento cultural es utilizado con
fines a una diversificacin turstica del destino.
526
527
del museo. Este hecho se ve limitado por el tipo de gestin de la oferta musestica de
la provincia. El carcter local de los museos, supone la existencia de equipos de trabajo
muy reducidos y la disponibilidad de recursos econmicos ajustados, realidades que
condicionan en sentido negativo el desarrollo de actividades relacionadas con la
investigacin y con la difusin social y turstica. As, los responsables de los museos de
la provincia de Alicante, en algunos casos, se han visto obligados a asumir labores de
gestin turstica, para aumentar su grado de conocimiento sobre el pblico, para la
organizacin de actividades, el diseo de talleres y maletas didcticas, edicin de
material promocional, profundizacin en el seguimiento de las visitas, etc. Por tanto, la
actividad de un museo depender en alto grado de la disponibilidad y la variedad de
disciplinas que pueda desarrollar el personal tcnico, normalmente muy reducido.
En la actualidad, los museos apuestan cada vez por la creacin de reas de trabajo
especficas centradas en la difusin (como es el caso del MARQ). Estas reas incluyen
normalmente el estudio y seguimiento de los visitantes, la organizacin de actividades,
talleres temticos, exposiciones temporales, edicin de material de apoyo para las
actividades, relaciones con la prensa, etc. Se trata en definitiva de lograr el mayor y
ms efectivo acercamiento con el pblico, un aspecto que se ha convertido en una
lnea de actuacin prioritaria. Se trata de superar las exposiciones contemplativas y
ofrecer la posibilidad al visitante de interactuar con el patrimonio cultural, con los
objetos expuestos y temas tratados, para satisfacer una experiencia patrimonial
diferente.
Como se coment en captulos anteriores, el tratamiento del pblico incluye al pblico
que presenta algn tipo de discapacidad. De ah que asegurar la accesibilidad al
patrimonio cultural supone gestionar las dos dimensiones, la accesibilidad fsica y la
accesibilidad intelectual (Espinosa, 2006). En esta lnea, cabe mencionar los casos del
MARQ y el yacimiento arqueolgico de Lucentum en Alicante, y el futuro Vilamuseu,
tres ejemplos que han asumido la diversidad del pblico con un sentido integrador257,
donde adems de aquellos visitantes que presentan alguna discapacidad, se deben
aadir las personas mayores, o los visitantes de forma que transitoria o permanente,
no pueden desarrollar una visita habitual (nios, embarazadas, accidentados, personas
de baja estatura, etc.) y que tambin necesitan medidas especiales para disfrutar de
257
En el antiguo el Museo Arqueolgico de La Vila Joiosa (Alicante), se aplicaban criterios de accesibilidad cognitiva
y fsica en las exposiciones temporales que organizaba peridicamente, as como en las actividades del museo, en
las visitas guiadas, y en los espacios de arqueologa adaptada. Pese a ser un museo de carcter local con todo lo que
ello implica, la orientacin al pblico era ms que evidente.
528
529
530
En 2006 se inaugura el MAF, con el objetivo de mostrar al visitante la tradicin histrica de la fiesta de Moros y
Cristianos de Alcoi, declarada de Inters Turstico Internacional. El discurso museogrfico est basado en el uso de
recursos tecnolgicos, que pretenden crear una experiencia didctica y sensorial. Disponible en:
http://www.associaciosantjordi.org/es/museo-maf.html. Fecha de ltimo acceso: 7/5/2014.
259
Para obtener mayor informacin sobre el origen y la transformacin del MACA, se recomienda la visita a la web:
http://www.maca-alicante.es/. Fecha de ltimo acceso: 7/5/2014.
531
animada sobre los sucesos que eclosionaron en el estallido de la mina. En una sala
anexa, se incluyen expositores y lminas con documentacin de los diferentes asedios
a la ciudad y al castillo en la guerra mencionada.
En esta misma lnea, se encuentra el proyecto del Museo de la Ciudad de La Vila Joiosa,
un espacio expositivo nuevo que se centrar en la historia de la ciudad cuyos
contenidos se explicarn a partir de una museografa concebida en trminos
interpretativos.
Estas actuaciones de renovacin de la oferta musestica se sitan en el marco de la
Nueva Museologa. El museo en el siglo XXI debe de ser un lugar de encuentro social,
de difusin del patrimonio local, orientado plenamente al pblico sin olvidar sus
funciones tradicionales de proteccin, adquisicin, conservacin e investigacin de los
objetos patrimoniales. Por ello, la funcin social adquiere un protagonismo en el
mismo grado de importancia que las funciones mencionadas anteriormente. Para su
desarrollo, es necesario que de forma urgente, se introduzcan cambios en la
concepcin museogrfica de estos espacios culturales que mejoren la relacin entre el
patrimonio y el pblico. Para ello, resultara muy oportuna la renovacin de los
mtodos de exposicin de la mayora de los museos que constituyen la oferta
musestica de la provincia, adems de una temtica diferenciada que ayude a explicar
el territorio al visitante (Santacana y Llonch, 2008). As, el pblico se convierte en una
pieza fundamental de este sistema, un pblico que, como se observ en captulos
anteriores, presenta una amplia variedad de perfiles y de motivaciones, que desarrolla
tursticas que, habitualmente, no quedan recogidas en estudios sistemticos de
visitantes, salvo en casos excepcionales. De ah que en el caso de proyectos nuevos o
de renovacin espacios, estas dotaciones culturales deban apostar por la creacin de
reas de trabajo especficas centradas en la difusin que implican, el estudio del
pblico.
Estas reas incluyen normalmente el estudio y el seguimiento de los visitantes, la
organizacin de actividades, de talleres, exposiciones temporales, edicin de material
de apoyo para las actividades, relaciones con la prensa, etc. Se trata en definitiva de
lograr el mayor y ms efectivo acercamiento con el pblico un aspecto que se ha
convertido en una lnea de actuacin prioritaria. En palabras de Santacana y Llonch
(2008) en el museo local hay que conseguir que entre mucha gente y que esa gente
salga satisfecha. Siguiendo a estos dos autores, resulta interesante diferenciar al
pblico y no pblico de los museos. Normalmente el pblico de un museo local est
compuesto por un sector reducido de residentes del municipio en cuestin y una
533
260
En esta fase de la investigacin se envi un cuestionario elaborado por el equipo tcnico de trabajo, a setenta y
seis espacios expositivos de la provincia de Alicante con el fin de obtener informacin directa sobre el grado de
orientacin turstica, su atencin al visitante y el nivel de actividad del espacio cultural en cuestin. De ellos, se
obtuvo treinta y una respuestas. El nmero de cuestionarios cumplimentados indicaba al equipo de investigacin el
grado de inters por participar en una propuesta de esta naturaleza. Como se podr observar posteriormente, los
museos y centros de interpretacin localizados en municipios que mostraban desde hace unos aos enorme inters
por la estructuracin de productos culturales en el mbito provincial, se encontraban representados en el grupo de
cuestionarios cumplimentados.
534
Pblico
Valoracin sobre la
accesibilidad
Valoracin sobre
infraestructuras,
servicios y
actividades del
museo
Propuestas de
actuacin
Municipio: localizacin
Tipologa/temtica principal
Titularidad
Modalidad de gestin
Participacin en redes de trabajo
Superficie: especial incidencia a los espacios de uso por parte del visitante
Personal empleado y tareas desarrolladas
Presupuesto anual: principales fuentes de ingresos
Tipo de acceso: tarifas, horarios
Realiza estudios de pblico
Nmero de visitantes anuales, procedencia geogrfica
Tipos de visitantes y principales caractersticas
Accesibilidad externa
Accesibilidad interna
Accesibilidad de pblicos especiales
Valoracin de infraestructuras y equipamientos
Valoracin de aspectos relativos a las actividades realizadas para el pblico y por los
visitante
Valoracin del uso de las nuevas tecnologas
Caractersticas de las actividades didcticas y de difusin
Realizacin de actividades especficas para diferentes tipos de pblico
Canales de comunicacin entre el museo/CI y el pblico
Inters turstico
Relacin con otros recursos locales
reas prioritarias de mejora y principales actuaciones
Elaboracin propia a partir del Plan Costa Blanca Cultura (2009). Documento indito.
Entre ellos, algunos museos relevantes como el MAHE de Elx, el Museo Arqueolgico de Elda, el MUA en Alicante
y el Museu Valenci del Paper, en Banyeres de Mariola.
535
262
Estos museos y centros de interpretacin fueron los siguientes: Centro de Interpretacin Turstica Explora y
Museu Alcoi de la Festa (Alcoi), Museo del Mar y de la Pesca (Santa Pola), MARQ (Alicante), Museo Monogrfico de
La Alcudia (Elx), Museo Arqueolgico Municipal (La Vila Joiosa), Museo Arqueolgico (Guardamar del Segura),
Centro de Interpretacin de la Industria Salinera (Torrevieja) y Museo de Alfarera (Agost).
536
538
tocables con audio, dispone de textos en Braille y macrotipo para personas sordas. El
caso de La Vila Joiosa, ha sido mencionado de forma reiterada en diferentes captulos
de la presente investigacin por motivos diversos. Fundamentalmente destacan
sobremanera los motivos relacionados con las funciones de los museos en la
actualidad, la atencin a las caractersticas de los diferentes perfiles de pblico en
trminos de accesibilidad fsica e intelectual, el uso de la interpretacin del patrimonio
para revelar significados, el compromiso y la intensidad en las labores de difusin del
patrimonio local, la innovacin en las actividades que se ofrecen al visitante, la
implicacin de la poblacin local en la recuperacin de su propio patrimonio, etc. Este
museo merecera un anlisis pormenorizado debido a que ofrece multitud de
perspectivas que definen cul es la funcin que ha de tener un museo en en siglo XXI.
La concepcin del nuevo proyecto museogrfico, compartida por varias disciplinas, es
muestra evidente de una filosofa de trabajo integradora, interpretativa y dialgica. Las
siguientes palabras expresan en qu consiste este concepto de museo263:
Hace 1.900 aos, un sacerdote de la ciudad romana de Allon (Villajoyosa), sacrific un
animal blanco para el ritual de fundacin de las termas municipales. Meti sus restos
en una jarra decorada con buitres, smbolo de buen augurio, y la enterr en los
cimientos. En julio de 2012 pondremos la primera piedra de Vilamuseu. Ser una
rplica de aquella jarra, con un contenido ms propio de nuestra era: una memoria
USB, tambin blanca. En ella puedes poner tu deseo para Vilamuseu, con los de
personas de todo el mundo. Queremos que Vilamuseu sea un ejemplo de museo para la
diversidad humana, pensado para personas de todas las edades, conocimientos,
capacidades y culturas.
Por tanto, segn la informacin que se pudo obtener sobre este tema, es posible
afirmar que este museo junto con el MARQ, constituyen dos ejemplos relevantes de
atencin a todo tipo de pblico. En la misma lnea que el caso anterior, por el
protagonismo social y cultural que posee el MARQ en el mbito provincial as como por
haberse convertido en el principal recurso musestico de la Costa Blanca, merece que
sea comentado brevemente.
Este museo arqueolgico, inaugurado en el ao 2000 tras un proceso de renovacin y
traslado desde el antiguo Museo Arqueolgico Provincial ubicado en el Palacio de la
Diputacin de Alicante, es fruto de un profundo y amplio proyecto museolgico y
263
Para conocer con mayor profundidad el contenido de este museo, se recomienda la visita al blog institucional,
donde se informa de todos los aspectos relativos al diseo del edificio y de las actividades de difusin que
desarrollan en otros recursos culturales del municipio.http://www.vilamuseu.es/blog/. Fecha de ltimo acceso:
9/5/2014.
539
museogrfico264. Ocupa el Hospital San Juan de Dios, obra del arquitecto Juan Vidal
Ramos y constituye una muestra de rehabilitacin y cambio funcional del edificio
original. En el ao 2000 se inaugur el conjunto de salas que acogen a las colecciones
permanentes (prehistoria, mundo ibrico, poca romana, sala de medieval). Dos aos
despus, tuvo lugar la inauguracin definitiva con la incorporacin de las salas
dedicadas a la poca moderna y contempornea, y las salas temticas centradas en la
arqueologa de campo, la arqueologa urbana y la subacutica (Olcina et al., 2002)
El museo se caracteriza por su elevado componente tecnolgico (pantallas,
audiovisuales, proyecciones) que ha contribuido a la construccin de un discurso
museogrfico innovador (Azuar Ruiz, 2005a, 2005b). Adems del cambio del discurso
msueogrfico, es importanetd estacar que este museo realiza una amplsima actividad
de difusin del patrimonio arqueolgico provincial, mediante la gestin directa de
varios yacimientos arqueolgicos (Lucentum-Tossal de Manises, la Illeta dels Banyets
en El Campello, Pla de Petracos, Torre Almudaina); la recuperacin y valorizacin de
los mismos (Olcina y Prez, 1998; Prez, 2000; Corts y Olcina, 2012), la colaboracin
tcnica para la valorizacin social de otros yacimientos arqueolgicos importantes (La
Alcudia); la organizacin de exposiciones temporales itinerantes en otros museos de la
provincia y en el propio museo; y una intenssima actividad relacionada con los
servicios culturales. As, desarrolla un programa continuo de visitas guiadas a las
exposiciones temporales y permanentes, visitas teatralizadas, organizacin de eventos
en fechas sealadas como el Da Internacional de los Museos o el Da Internacional de
la Accesibilidad, talleres didcticos, edicin de materiales didcticos propios, etc.265. En
cuanto a la accesibilidad, cabe destacar que el MARQ manifiesta su enorme inters por
la atencin a todo tipo de pblico a partir del diseo y el desarrollo permanente de
264
El Museo Arqueolgico Provincial fue inaugurado en 1932 por la Comisin Provincial de Monumentos. En 1965,
D. Enrique Llobregat Conesa, personaje imprescindible para entender la trayectoria de este museo y de la
investigacin arqueolgica provincial, asumi la tarea de direccin de un museo que a partir de ese ao, y hasta
finales de la dcada de los aos ochenta, vio cmo aumentaba el volumen de sus colecciones de forma importante
gracias a la intensa labor cientfica desarrollada en los principales yacimientos arqueolgicos provinciales. La
saturacin de los almacenes, de las salas de trabajo y de las salas expositivas, lleva al planteamiento de un posible
traslado de esta institucin a un espacio nuevo que pudiese albergar el desarrollo de todas las funciones
musesticas. Para profundizar sobre el proyecto museogrfico, se recomienda la lectura de Micka (2004). En el ao
2004, el Foro Europeo de los Museos otorg el premio al Mejor Museo Europeo de ese ao al MARQ.
265
El MARQ ha organizado exposiciones temporales de carcter internacional como El oro del Per, en colaboracin
con el Museo del Oro del Per (2004); Arte e Imperio. Tesoros asirios del British Museum (2007); La belleza del
cuerpo. Arte y pensamiento en la antigua Grecia, tambin en colaboracin con el British Museum (2009); Tesoros
de arqueologa rusa, en colaboracin con el Ermitage de San Petersburgo (2011); El reino de la sal. 7000 aos de
historia en Hallstatt, en colaboracin con el Naturistorisches Museum Wien (2013), entre otras. A partir de junio de
2014, se desarrollar la exposicin Seores del cielo y de la tierra. China en la Dinasta Hang. Como se puede
observar, son exposiciones temporales de carcter internacional que han situado al MARQ como uno de los
referentes culturales ms importantes de la provincia de Alicante y de la Comunidad Valenciana. Este hecho podra
servir para aprovechar estas sinergias en relacin a otros recursos temticos culturales de espacio turstico de la
Costa Blanca.
540
266
541
en:
interpretacin
Para llevar a cabo el anlisis de la oferta musestica de la Costa Blanca, se ha
consultado la informacin disponible en la Direccin General de Patrimonio Cultural,
ya que se va a atender exclusivamente a aquellos museos y colecciones museogrficas
reconocidos por la normativa autonmica. Al mismo tiempo, se incluye en este anlisis
los centros de interpretacin, ya que, a pesar de que no responden a las caractersticas
definitorias y a las funciones propias de los museos, pueden contribuir como ellos, a
estructurar la oferta turstica cultural de un destino267. La inclusin de los centros de
interpretacin en este apartado de anlisis, se debe a que los centros de
interpretacin comparten normalmente con los museos su carcter de espacio
expositivo o de exhibicin, un espacio donde se persigue informar al visitante sobre el
tema en cuestin segn indica el nombre de la dotacin, aunque el concepto de
interpretacin se utilice de forma errnea en numerosas ocasiones (Morales, 1994;
Mateos, 2003)268. Siendo en ambos casos, museos y centros de interpretacin, uno de
sus principales objetivos la recepcin de pblico, a partir de este momento se har
alusin a oferta musestica en sentido inclusivo para los centros de interpretacin.
En la figura que sigue, se recogen los museos y colecciones museogrficas
permanentes contempladas por la normativa jurdica valenciana, al tiempo que se han
incluido tambin los centros de interpretacin existente en la actualidad. Como se
podr observar, si se atiende a la concentracin de oferta musestica local, destacan de
nuevo municipios como Alicante, Elx, Alcoi, Villena y La Vila Joiosa por ejemplo, que
tambin adquiran un protagonismo notable en las otras temticas patrimoniales
analizadas en apartados anteriores, como el patrimonio industrial y el arqueoturismo.
267
En este sentido, cabe destacar que algunos municipios que basan gran parte de su argumento promocional en la
variada y amplia oferta musestica, sta no rene los requisitos necesarios para que la normativa jurdica
autonmica la reconozca como tal. Es el caso de El Castell de Guadalest, donde se promociona la existencia de
nueve museos, de los cuales, slo uno de ellos est reconocido por la normativa. Se trata de la Coleccin
Museogrfica Permanente Etnolgica, ubicada en una casa tpica del siglo XVIII, de temtica etnolgica y
antropolgica. El resto de los componentes de la oferta musestica son el Museo Beln y Casitas de Muecas, el
Museo de la Microminiatura, o el Museo de Saleros y Pimenteros, entre otros. Informacin disponible en:
www.guadalest.es. Fecha de ltimo acceso: 9/5/2014.
268
Por ejemplo, en el caso del Centro de Interpretacin Turstica Explora en Alcoi, la adjetivacin de turstica al
trmino interpretacin implica su orientacin a un tipo de visitante. Esta denominacin demuestra que el trmino
interpretacin est de moda, y que se identifica con el grado tecnolgico del discurso expositivo. Los especialistas
en interpretacin han manifestado en varias ocasiones que resulta errneo el uso del trmino interpretacin ya que
en la mayora de los denominados centros de interpretacin, ste trmino es utilizado como frase promocional. En
otros casos, los contenidos interpretativos estn ausentes, como ocurre en el Centro de Interpretacin de la
Industria Salinera, en Torrevieja.
542
Alcoi269
Aspe
Banyeres de Mariola
Beniarrs
Biar
Callosa den Sarri
Callosa de Segura
Calp
Cocentaina
Crevillent
Dnia
El Castell de Guadalest
Elda
Elx
Gata de Gorgos
Guardamar del Segura
Ibi
Xixona
DENOMINACIN
Museo de Alfarera
Museo Arqueolgico Provincial (MARQ)
Museo de Arte Contemporneo de Alicante (MACA)
Museo de Nueva Tabarca
Museo de la Ciudad de Alicante (MUSA),
Museo de Bellas Artes Gravina (MUBAG)
Museo de la Universidad de Alicante (MUA)
Museu Alcoi de la Festa (MAF)
Museu de la Cincia IES Pare Vitria
CMP Museo de la Aceituna Rellena de Anchoa
Museu Arqueolgic Municipal Camil Visedo Molt
Centro de Interpretacin Turstica Explora
Museo Histrico de Aspe
Museo Arqueolgico Municipal Torre Font Bona
Museu Valenci del Paper
Museu de lEspandenya
Centro de Interpretacin de la Cova de lOr
CMP Museo Municipal de Biar
Museo Etnolgic
Museo de lAigua
CMP Museo Etnolgico Municipal del Camo y la Huerta
CMP Museo Arqueolgico
Museu dHistria
Museu Etnolgic Casa del Coc
Museo Municipal de Cocentaina-Palau Comtal
Museu Arqueolgic i Etnolgic del Comtat
Museu Arqueolgic
Museu de la Setmana Santa
Museu del Pintor Julio Quesada
Museu Arqueolgic
Museu Etnolgic (Casa Museo y Museo del Juguete)
CMP-Museo Etnolgico
Museo del Calzado
Museo Arqueolgico
CMP Coleccin Etnolgica Mosaico
CM de la Baslica de Santa Mara de Elx
Museo de Arte Contemporneo
Museo Monogrfico de La Alcudia (en proyecto de renovacin)
Centro de Interpretacin de La Alcudia
Museo-Centro de Cultura Tradicional Museo Escolar de Puol
Museo Arqueolgico y de Historia de Elx Alejandro Ramos Folqus (MAHE)
Museo Paleontolgico
Museu Municipal de la Festa dElx
CMP Asociacin Alicantina de Amigos del Ferrocarril
Centro de Interpretacin El Palmeral
CMP Museu Arqueolgic i Etnogrfic
Museo Arqueolgico (MAG)
Museu Valenci del Joguet
Museu de la Biodiversitat
Museo del Turrn
269
En Alcoi tambin se encuentra el Museo de Bomberos del Consorcio Provincial de Alicante, que ocupa un antiguo
edificio fabril dedicado originalmente a la produccin manufacturera del algodn. De inauguracin reciente, no se
encuentra reconocido por la normativa autonmica. Sin embargo, el contenido y el discurso expositivo es
interesante, adems de amplia actividad didctica que desarrolla. http://www.muboma.com/el-museo.html. Fecha
de ltimo acceso: 8/5/2014.
543
MUNICIPIO
LAlfa del Pi
DENOMINACIN
Museo Delso
Museo al Aire Libre Villa Romana de LAlbir
Muro de Alcoi CMP Casa-Museo Francisco Torregrosa
CM Museo Vivo del Aceite
Mutxamel CMP de Arte Bizantino del Monasterio de la Trinidad
Novelda Museo Arqueolgico
Casa Museo Modernista
270
Orihuela
Museo Arqueolgico Comarcal
Pego Museo de Arte Contemporneo
CMP Museo Etnolgico
Petrer Museu Arqueolgic i Etnolgic Dmaso Alonso
Pilar de la Horadada Museo Arqueolgico y Etnolgico Gratiniano Baches
Rojales Museo Arqueolgico y Paleontolgico Municipal
Museo de la Huerta
San Fulgencio Museo Arqueolgico Municipal
San Vicente del Raspeig CMP Museo Didctico del Aceite
Santa Pola Museo del Mar y de la Pesca
Torrevieja Museo del Mar y de la Sal
Centro de Interpretacin de la Industria Salinera
La Vila Joiosa Museu Municipal de La Vila Joiosa
Museo Valenciano del Chocolate
Casa Museo de la Barbera dels Aragons
Villena CMP Museo Escultor Navarro Santaf
CMP Museo Festero de Villena
Museo Arqueolgico Jos Mara Soler
Xbia Museu Arqueolgic i Etnogrfic Municipal Soler Blasco
Xal Museu Etnolgic
Elaboracin propia a partir de la informacin disponible en la Direccin General de Patrimonio Cultural.
En la web oficial de turismo de Orihuela figuran otros recursos patrimoniales que son denominados como
museos: Museo de la Muralla, Museo Fundacin Pedrera, Museo de la Reconquista, Museo Didctico e Interactivo
de Ciencias de la Vega Baja, Museo Diocesano de Arte Sacro, Museo de Semana Santa y Casa Museo Miguel
Hernndez: http://www.orihuelaturistica.es/?page_id=1949. Fecha de ltimo acceso: 8/5/2014.
544
especficos del anlisis realizado de cada uno de estos elementos, porque merecera
una investigacin individualizada. No obstante, es importante comentar ciertas
cuestiones a propsito del grado y potencial uso turstico de la estructura musestica
de la provincia de Alicante que, por razones obvias, muestra disparidades en ambos
sentidos. Para ello, de nuevo se ha de hacer referencia a los resultados obtenidos de la
fase de investigacin realizada en el ao 2009 en el marco del Plan Costa Blanca
Cultura.
Los museos y centros de interpretacin que respondieron al cuestionario enviado,
corresponden a una temtica variada (arqueologa, bellas artes, etnologa/etnografa,
paleontologa e historia local), cuyo ndice de respuesta sirvi para realizar un anlisis
suficientemente amplio para extraer unas conclusiones generales sobre el grado de
uso turstico de dichos espacios expositivos. El principal volumen de cuestionarios
respondi a la temtica arqueolgica y etnolgica, con once museos representados en
el primer caso. En segundo trmino, los casos de los museos y centros de
interpretacin centrados en el tema etnolgico agrupa a dotaciones de distintas
temticas, que desarrollan temas relacionados con fiestas, produccin o fabricacin de
determinados productos (Museo del Juguete, en Ibi) o la tradicin etnolgica asociada
al mantenimiento de un paisaje cultural singular (Centro de Interpretacin del
Palmeral de Elx). El tercer grupo que comparte una temtica comn, responde a los
tres museos centrados en la temtica artstica, en concreto, el arte contemporneo.
En un grupo aparte, se destaca el caso del Museo de Paleontologa de Elx y el Centro
de Interpretacin Turstica Explora en Alcoi, este ltimo como la dotacin cultural que
tiene como objetivo explicar de una forma interpretativa la historia de la ciudad de
Alcoi a partir de distintas perspectivas temticas.
En la figura que sigue, se incluyen las principales conclusiones que se extrajeron del
cuestionario mencionado. Como se podr observar, la oferta musestica de la Costa
Blanca necesita medidas urgentes de renovacin en la gestin y en la relacin que
establece con el visitante. La mayora de los museos son de carcter local, y esta
caracterstica implica generalmente, una limitada disposicin de recursos econmicos
y de personal, de ah que no sea viable abordar todas las funciones musesticas a las
que se ha hecho referencia en prrafos anteriores. En algunos casos, estas carencias
llevan a mantener estos espacios cerrados en perodos de mxima afluencia de
visitantes como los fines de semana y das festivos. Al mismo tiempo, existen museos
como el MARQ, el MACA, y el MAHE que han renovado sus contenidos expositivos con
una clara orientacin al visitante, y cuyo dinamismo social es relevante. En esta lnea
545
cabe destacar de nuevo el caso del antiguo museo de La Vila Joiosa, en la actualidad en
proceso de creacin, que en el momento de responder este cuestionario mostraba su
enorme inters por la vocacin social y turstica de esta institucin a pesar de su
carcter local, como as se demuestra en las respuestas obtenidas. En este museo, la
interpretacin del patrimonio constituye una lnea de trabajo fundamental, tanto en
las exposiciones temporales y permanentes como en las actividades que se realizan
con los distintos tipos de visitantes (visitas guiadas, visitas teatralizadas, talleres
didcticos, etc.).
546
Figura 141: Principales resultados del cuestionario realizado a museos y centros de interpretacin
Pertenencia a redes de trabajo
Gestin
Accesibilidad fsica
Accesibilidad externa
Accesibilidad interna
Accesibilidad de pblicos especiales
Disponibilidad de informacin
Frecuencia de renovacin de contenidos
Actividades
Uso de la interpretacin
Elaboracin propia a partir del Plan Costa Blanca Cultura (2009). Documento indito.
547
548
En cuanto a las necesidades de gestin del museo o centro de interpretacin, salvo casos
excepcionales, la gran mayora reclama aumentar la dotacin de recursos humanos con el
fin de posibilitar el desarrollo de las acciones propias del museo o centro de
interpretacin, en trminos de agilidad y eficacia.
Por otro lado, la mayora de los responsables que participaron en este estudio, incidieron
en la necesaria mejora de la accesibilidad al museo o centro de interpretacin en
cuestin. As, indicaban que era necesario mejorar la accesibilidad en el municipio para
facilitar el acceso a los visitantes; actualizar los sistemas de informacin turstica sobre la
oferta cultural del municipio y adaptar los horarios a la frecuentacin de la demanda,
atendiendo sobre todo a los perodos de afluencia mxima de visitantes. Por ejemplo, en
cuanto a la accesibilidad a pie, era valorada como positiva por todos los elementos de
esta oferta, salvo en casos concretos, como el Museo Monogrfico de La Alcudia de Elx,
que se encuentra a las afueras del centro urbano, al tiempo que el transporte pblico
resulta poco operativo para desplazar visitantes a este enclave arqueolgico. En cuanto al
transporte pblico, destaca de forma relevante el caso del MARQ porque desde la
implantacin del sistema de tranvas metropolitanos en los ltimos aos, existe un punto
de parada denominado MARQ-Castillo que evidentemente ha aumentado el grado de
accesibilidad a este museo. Como se avanz anteriormente, la sealizacin en destino es
un aspecto que gener disparidad en las respuestas. Once de los cuestionarios
manifestaron su disconformidad con la sealizacin en destino hacia el museo o centro
de interpretacin, considerndola poco adecuada o nada adecuada (los casos de La
Alcudia, Museo Arqueolgico de La Vila Joiosa, Museo del Juguete de Ibi, Museu Valenci
del Paper de Banyeres y el Museo Paleontolgico de Elx, entre otros). El problema de la
sealizacin tiene repercusiones directas sobre la accesibilidad al museo porque de su
existencia y adecuacin a los circuitos de los visitantes, depender que el visitante del
municipio se convierta en un visitante del museo o del centro de interpretacin. En la
mayora de los casos, la sealizacin municipal no est coordinada con la orientacin
turstica de los recursos patrimoniales y la oferta musestica, aspecto que deja alejados de
las rutas tursticas a elementos patrimoniales y museos.
Tras el anlisis realizado, las lneas de trabajo que se podran proponer con el objetivo de
orientar la oferta musestica provincial para un aprovechamiento turstico, pasan por
establecer una gestin basada en la planificacin estratgica de museos (Moore, 2005).
sta ha de atender a la necesidad de crear un plan museolgico que parta de un anlisis
549
550
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553
Elaboracin propia.
554
CONCLUSIONES
557
558
559
contexto en el que se desarrolla la visita. En esta misma lnea se sitan los museos
dialgicos, aquellos museos que plantean cuestiones al visitante y dejan de ser
poseedores de verdades absolutas para pasar a ser catalizadores de experiencias que
inciten al individuo a reflexionar sobre cuestiones basadas en discursos de carcter
bidireccional.
Por otra parte, como se apuntaba en las hiptesis iniciales, una de las ideas que justifica
el estudio de la relacin entre el patirmonio cultural y el turismo radica en progresiva
incorporacin de la cultura y del patrimonio cultural en las prcticas de ocio de las
sociedades contemporneas. Inicialmente, es un argumento que serva para consolidar en
parte el marco cientfico de la investigacin, pero conforme se avanzaba en la misma, se
ha detectado la intensificacin y consolidacin de este argumento. As, desde diferentes
disciplinas, se han mostrado los cambios acontecidos en las sociedades contemporneas,
que se explican en el contexto del postmodernismo, e indefectiblemente, determinan las
prcticas tursticas. De ah que en la actualidad, la cultura y sus diferentes
manifestaciones, se mezclen de forma natural y habitual con el tiempo dedicado al ocio.
Por tanto, la disolucin de las fronteras tradicionales entre cultura y ocio, ha constituido
una de las permisas utilizadas que ha servido para justificar el estudio de la relacin entre
el patrimonio cultural y el turismo. En este sentido, tambin se ha comprobado que las
tradicionales diferencias entre la alta cultura y la cultura popular y cotidiana desaparecen,
producindose una ampliacin del concepto de cultura y por tanto, de patrimonio
cultural, que engloba a experiencias culturales y patrimoniales que no diferencian entre el
concepto de cultura aurtica y cultura popular. De ah que este hecho pueda entenderse
como la causa del aumento de visitantes en lugares de inters patrimonial, que estara
ms relacionado con la disolucin de estas fronteras, que con el supuesto creciente
inters por la cultura como experiencia sublime, directa, autntica y educativa.
La incorporacin de la cultura en las prcticas del ocio habitual de las sociedades
contemporneas, configura un contexto social que influye de forma determinante en las
prcticas tursticas actuales. Este hecho justifica la posibilidad de plantear una posible
lnea de trabajo centrada en la introduccin de productos tursticos de naturaleza cultural
en destinos litorales basados en el producto turstico predominante de sol y playa. As, el
destino turstico dara respuesta a los intereses, a las expectativas y las motivaciones de la
demanda turstica que viene, en parte, determinada por la disolucin de las fronteras
entre cultura y turismo.
560
561
circunstancias
transitorias
(gestacin,
personas
enyesadas,
562
563
564
565
patrimonio, y tantos como elementos culturales que son objeto de mirada turstica. A los
efectos de la presente investigacin, se ha afirmado que la principal caracterstica de las
prcticas tursticas culturales es que stas se realizan en un contexto de ocio, aspecto que
define al turismo. Por tanto, las caractersticas de la demanda, las relaciones que el
individuo establece con el elemento cultural en cuestin, as como la percepcin personal
y subjetiva que obtiene del lugar visitado, es diferente. Por tanto, es posible afirmar que
la experiencia patrimonial posee un elevado carcter subjetivo, emocional y participativo.
Por este motivo, no es posible admitir que ha aumentado el volumen de turistas
culturales tal y como se venan definiendo tradicionalmente, cuando se identificaba a este
tipo de demanda como personas de elevada formacin, con gran inters por el
aprendizaje y la cultura, y que buscan entornos y lugares de inters alejados de la
masificacin y de otros turistas. Esta descripcin coincidira con el segmento de la
demanda de turismo cultural que podra definirse como turismo culto, sin embargo, esto
es as en algunos casos, pero no en todos. De ah que el turismo cultural haya difuminado
estas caractersticas para dar lugar a la aparicin de turismos culturales especficos en
cuanto a la demanda interesada en este tipo de prcticas y la existencia de una oferta
turstica cultural muy especfica tambin.
Por tanto, es necesario establecer el motivo que lleva a un individuo en la actualidad a
aproximarse al patrimonio cultural como una parte muy importante del componente
cultural de un destino. La causa se encuentra en el concepto de autenticidad, un trmino
muy utilizado en diferentes aportaciones cientficas como uno de los elementos claves
que define el turismo en la postmodernidad. En este contexto postmoderno, la
autenticidad constituye el argumento que proporciona experiencias y lugares que son
considerados originales y reales, no contaminados, simulados o impuros. Desde esta
parespectiva, la autenticidad o la vivencia de experiencias autnticas, se basaba en el
grado de originalidad de los objetos y de los lugares, y este tipo de bsqueda es la que se
encuentra en la explicacin de las experiencias tursticas.
Pero, habitualmente, se ha confundido este tipo de autenticidad, la autenticidad de los
objetos y de los lugares, con aquella autenticidad ligada al mundo de las motivaciones,
que en la actualidad es la que explicara la relacin entre el turismo y el patrimonio
cultural. Este segundo tipo de autenticidad se denomina autenticidad existencial, y
constituye un argumento determinante para explicar algunas modalidades tursticas
como el turismo patrimonial, es decir, aquel turismo que relaciona al individuo con su
pasado o con el otro. Por tanto, la autenticidad existencial hace referencia a la situacin
566
567
568
569
570
Sin embargo, a pesar de los evidentes resultados positivos que podran derivarse de estos
procesos de renovacin con el desarrollo de la estrategia de la diversificacin, resulta
obvia la imposibilidad de la sustitucin total o parcial de un destino turstico como si se
tratara de un producto. Precisamente, el carcter sistmico del espacio turstico exige que
el proceso de renovacin parta de una concepcin integrada del mismo, donde es
fundamental la participacin y la cooperacin de agentes sociales y tursticos. As, el valor
de lo local adquiere una relevancia especial en estos procesos.
Estos procesos de renovacin a partir de la diversificacin de la oferta turstica con la
creacin e introduccin de productos tursticos de naturaleza cultural, fueron aplicados
en los destinos britnicos clsicos as como en otros destinos tursticos de mbito
internacional y nacional, con diferentes grados de efectividad en cuanto al alcance de los
resultados obtenidos. A grandes rasgos, las actuaciones realizadas en el marco de la
estrategia de la diversificacin de los destinos litorales consolidados, se han desarrollado
a partir de las siguientes acciones. En primer lugar, la recuperacin y la rehabilitacin de
elementos patrimoniales; la creacin de equipamientos culturales (centros de
interpretacin y museos fundamentalmente); el diseo de circuitos e itinerarios basados
en elementos patrimoniales, as como la valorizacin de recursos de temtica patrimonial
especfica como, por ejemplo, el patrimonio arqueolgico.
En el caso de estudio de la presente investigacin, el producto estrella es el de sol y playa,
al que se le ha unido de forma progresiva una oferta complementaria basada en el ocio, la
natica y el golf. Sin embargo, parece factible la eleccin de la estrategia de
diversificacin a partir del argumento patrimonial debido a la amplitud y diversidad
temtica del conjunto patrimonial existente, cuya localizacin trasciende la tradicional
dicotoma entre espacios litorales e interiores. Como se ha podido comprobar en el
anlisis realizado, existen temas patrimoniales en el espacio turstico de la Costa Blanca
que pueden constituir argumentos para la creacin de productos tursticos que muestren
y valoricen la singularidad del territorio. As, el patrimonio arqueolgico, el patrimonio
industrial, los centros histricos singulares, algunos elementos aislados del patrimonio
cultural como las fortalezas de las comarcas del Vinalop y el Comtat y las declaraciones
Patrimonio Mundial de la Humanidad en la provincia de Alicante, constituyen argumentos
slidos para la articulacin de productos tursticos patrimoniales singulares, que pueden
contribuir a ampliar la oferta turstica tradicional del destino.
Al mismo tiempo, en la lnea de la valorizacin del patrimonio cultural de este espacio,
sera posible el diseo de un escenario paralelo para ciertos temas patrimoniales, como el
571
572
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