Shincal de Quimivil PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 158

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU

EL SHINCAL DE
QUIMIVIL
EDITORES Y COMPILADORES

Rodolfo A. Raffino - Lidia Anah Icona - Reinaldo Andrs Moralejo - Diego Gobbo - Mara Guillermina Couso

Direccin Provincial de
Antropologa

Provincia de Catamarca

UNA CAPITAL INKA


AL SUR DEL KOLLASUYU:
EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Direccin Provincial de
Antropologa

Provincia de Catamarca

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU:


EL SHINCAL DE QUIMIVIL
Editores: Rodolfo A. Raffino, Lidia Anah Icona, Reinaldo Andrs Moralejo, Diego Gobbo y Mara Guillermina Couso
Diseo grfico: Mariano Masariche.
Fotos de tapa: Joaqun Quiroga, Carlos Bruch y Adrin Giacchino. Foto de contratapa: Sergio Claudio.

Fundacin de Historia Natural Flix de Azara


Departamento de Ciencias Naturales y Antropolgicas
CEBBAD - Instituto Superior de Investigaciones - Universidad Maimnides
Hidalgo 775 P. 7 - Ciudad Autnoma de Buenos Aires
(54) 11-4905-1100 int. 1228 / www.fundacionazara.org.ar

Impreso en Argentina - 2015


Se ha hecho el depsito que marca la ley 11.723. No se permite la reproduccin parcial o total, el almacenamiento,
el alquiler, la transmisin o la transformacin de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea
electrnico o mecnico, mediante fotocopias, digitalizacin u otros mtodos, sin el permiso previo y escrito del
editor. Su infraccin est penada por las leyes 11.723 y 25.446.
El contenido de este libro es responsabilidad de sus autores

Una capital inka al sur del Kollasuyu : el Shincal de Quimivil /


Rodolfo A. Raffino ... [et.al.]. - 1a ed. - Ciudad Autnoma de Buenos
Aires : Fundacin de Historia Natural Flix de Azara, 2015.
154 p. : il. ; 24x17 cm.
ISBN 978-987-3781-15-5
1. Arqueologa. I. Raffino, Rodolfo A.
CDD 930.1

Fecha de catalogacin: 22/05/2015

UNA CAPITAL INKA


AL SUR DEL KOLLASUYU:
EL SHINCAL DE QUIMIVIL

EDITORES Y COMPILADORES

Rodolfo A. Raffino
Lidia Anah Icona
Reinaldo Andrs Moralejo
Diego Gobbo
Mara Guillermina Couso

Direccin Provincial de
Antropologa

Provincia de Catamarca

SUMARIO
8

Presentacin
Adrin Giacchino, Lidia Anah Icona, Reinaldo Andrs Moralejo, Diego Gobbo, Mara Guillermina Couso

10

Prlogo
Rodolfo A. Raffino

23

De lo analgico a lo digital. lnea de tiempo de un sitio


arqueolgico
Diego Gobbo, Lidia Anah Icona y Daro Iturriza

41

El paisaje ritual en El Shincal de Quimivil.


La importancia de los estudios arqueoastronmicos
Ian Farrington, Ricardo Moyano y Gustavo Daz

63

La arqueobotnica del sitio Inka El Shincal de


Quimivil durante la ltima dcada. interpretacin
de prcticas culinarias dentro de un marco de
comensalidad ampliada
Aylen Capparelli

85

Caracterizacin cermica de dos momentos de


ocupacin en el ushnu de El Shincal de Quimivil
Mara Guillermina Couso, Julia Gianelli y Mara Agustina Ochoa

105

Los estudios de vialidad en El Shincal


de Quimivil
Reinaldo Andrs Moralejo y Milagros Aventn Moretti

127

De la anastilosis al paisaje cultural. Nuevos desafos


en la patrimonializacin de El Shincal de Quimivil
Carlos Fernndez Balboa, Gisela Anala Quaranta y Paula Espsito

143

Un tumi para El Shincal de Quimivil.


Los mapas del alma y del tiempo
C. Marta Laudani

PRESENTACIN

n esta edicin se presentan diversas


miradas sobre distintos aspectos del
sitio arqueolgico El Shincal de Quimivil,
ubicado en la localidad de Londres, Departamento de Beln, Provincia de Catamarca.
Si bien en el ao 2004 fue publicada una
obra sobre El Shincal de Quimivil que reuni todos los estudios realizados sobre el
mismo hasta ese momento, se hizo necesario, una dcada despus y afrontando los
desafos y responsabilidades que implican
la puesta en valor del sitio arqueolgico,
ofrecer una suma de trabajos que aborden
diferentes temticas arqueolgicas, etnobotnicas y arqueoastronmicas, como as
tambin de ndole musestica, patrimonial
y turstica.
Este volumen ha sido posible en virtud
de nuestra participacin en el proyecto
integral de puesta en valor que se viene
desarrollando en el sitio arqueolgico El
Shincal de Quimivil. Dicho proyecto abarca
diversos aspectos vinculados con la investigacin, conservacin y difusin del patrimonio cultural y es llevado a cabo por el
Ministerio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva de la Nacin, el Ministerio
de Turismo de la Nacin, el Gobierno de la
provincia de Catamarca, la Municipalidad
de Londres y la Fundacin de Historia Natural Flix de Azara, con el asesoramiento
de investigadores del Museo de La Plata,
el CONICET y la Universidad Nacional de
Catamarca.
Instituciones y personas permitieron
concluir, con xito, la primera etapa de este
proyecto que incluy diversas tareas, tanto
en el sitio como en el museo y con la comunidad. Entre ellas podemos mencionar:
elaboracin de un plan de manejo del sitio
arqueolgico, renovacin total de cartelera, redefinicin de senderos, reparacin
completa del alambrado perimetral, tratamiento de crcavas generadas por la ero-

sin, presencia de un arquelogo en el sitio;


ampliacin y montaje integral del museo e
inventario de las piezas existentes, recuperacin de piezas arqueolgicas que fueron
histricamente resguardadas por miembros
de las comunidades vecinas; realizacin de
un documental, desarrollo y distribucin
de material educativo y programa de visitas para las escuelas de la zona, organizacin de conferencias participativas con la
comunidad, y montaje de una exposicin
en el predio de Tecnpolis (Villa Martelli,
partido de Vicente Lpez, provincia de
Buenos Aires) que despert mucho inters
en el pblico visitante. A todos ellos, nuestro mayor agradecimiento.
Deseamos agradecer, asimismo, a las personas que han colaborado con nosotros en la
etapa de evaluacin de cada uno de los trabajos publicados en esta edicin. Entre ellos:
Mgter. Beatriz Rodrguez Basulto (Fundacin Historia Natural Flix de Azara Universidad de Maimnides, Buenos Aires);
Dra. Gabriela C. Bertone (Proyecto Museo
de Ciencia y Tecnologa CONCYTEC,
Lima, Per); Museloga Patricia Elsa Ceci
(Universidad del Museo Social Argentino
Directora de Exhibir); Dra. Mara Eugenia De Feo (CONICET Divisin de Arqueologa, Museo de La Plata Facultad
de Ciencias Naturales y Museo, UNLP);
Dr. Stanislaw Iwaniszewski (Escuela Nacional de Antropologa e Historia Instituto Nacional de Antropologa e Historia,
Mexico, D.F.); Dra. Marina Sprovieri (CONICET Divisin de Arqueologa, Museo
de La Plata UBA); Lic. Christian F. Vitry
(Proyecto Qhapaq an: Sistema Vial Andino, Ministerio de Cultura y Turismo de la
Provincia de Salta Universidad Nacional
de Salta); y a la Lic. Mara Amelia Barreiro
(Direccin Provincial de Proteccin de los
Derechos Humanos, Secretara de DDHH
de la Pcia. de Bs. As.) quien se ocup de

revisar la versin en ingls de cada resumen.


El prlogo con que da inicio esta obra
tiene como objetivo resumir las trayectorias de investigacin en El Shincal, realizadas y dirigidas por el Dr. Rodolfo A. Raffino durante casi tres dcadas ininterrumpidas. Los restantes trabajos comparten la
referencia a un mismo sitio arqueolgico.
En todos los casos, los autores son abso-

lutamente responsables de las grafas y los


contenidos vertidos en ellos.
En suma, esta publicacin pretende
ofrecer, desde el particular abordaje de
antroplogos, arquelogos, bilogos, muselogos y profesionales del turismo, una
actualizacin y perspectivas diversas de
un sitio arqueolgico que ha sido considerado un Cusco del Kollasuyu: El Shincal de
Quimivil.

Adrin Giacchino
Lidia Anah Icona
Reinaldo Andrs Moralejo
Diego Gobbo
Mara Guillermina Couso

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

PRLOGO
eremos reiterativos sobre reflexiones
vertidas por nosotros en la obra El
Shincal de Quimivl, editada por Sarqus en
San Fernando del valle de Catamarca (2004)
en cuanto que las experiencias histricas y
antropolgicas recogen sentencias sobre el
ciclo de vida de las formas arquitectnicas y
urbanas. Estas poseen una longevidad que
trasciende la existencia fsica de los hombres
y las culturas que las concibieron. Nacen,
crecen, se transforman o declinan componiendo un ciclo vital. Una historia centenaria, a veces dividida en captulos, que puede
ser reconocida, descripta y explicada.
Ninguna creacin del hombre escapa a estos principios. Desde una escondida pintura
rupestre plasmada en una cueva o una tumba de los tiempos paleolticos, un monumento megaltico de las edades del bronce o del
hierro europeo, un templo Persa o greco-romano, hasta una pirmide monumental del
antiguo Egipto o de los Aztecas americanos.
Desde la minscula aldea, o una ciudadela,
desde el pucara amerindio hasta la ciudad
multitudinaria. Este es el panorama visible
en diferentes ciudades vivas del planeta y
perceptibles en aqullas que han muerto en
algn momento de la historia y que sobreviven como ruinas arqueolgicas.
Se trate de una aldea, un cementerio, una
ciudad, la gestacin de la morada del hombre en su vida y en su muerte, es el resultado de mltiples disparadores. Materia,
energa y talento amalgamados con tecnologa, demografa, ideologa, guerra, acuerdos y concilibulos. Esos mecanismos propios de la conducta humana fueron y son
los grmenes fundacionales. As las imgenes arquitectnicas y urbanas fueron adquiriendo su fisonoma de acuerdo a diferentes
normas y estilos, autctonos o difundidos,
que prevalecen en el acto fundacional y en
las remodelaciones posteriores.
A estos disparadores obedecen las crea-

10

PRL O G O

ciones arquitectnicas reales, aqullas que


existieron en algn captulo de la historia
del planeta. Como las polis octogonalmente planeadas por lejanos arquitectos, como
el griego Hipodamos de Mileto en el cuarto
siglo antes de Cristo, o el romnico Vitruvio
tres siglos ms tarde. Ellos dieron forma a
creaciones urbanas arquetpicas de la traza en damero. Esa cuadratura que Espaa
captura y difunde por el Nuevo Mundo un
milenio y medio despus; desde la antillana
La Espaola o Santo Domingo hasta la pampeana Santa Mara del Buen Ayre, desde la
colosal Mxico-Tenochtitln hasta Santiago
de Chile en el umbral de la Araucana.
Como contraparte otras creaciones apenas fueron y son utopas, sueos fantsticos
concebidos por la imaginacin del hombre.
En este dominio se ubican las poblaciones
social e ideolgicamente estticas, homogneas e imperturbables a los cambios; ricas,
urbansticamente perfectas y limpias que,
a su turno, aparecieron en el proyecto terico o en el terreno del mito y la leyenda.
En ese universo los sueos del hombre han
plasmado fantasas urbanas nunca corporizadas. En distintas porciones del tiempo,
del espacio y de la imaginacin estn las
clebres Eldorado, La Tripantu o Ciudad
de Oriente en Araucana, Las Amazonas, El
Paititi y la Ciudad de los Csares en Amrica. O ciudades de leyenda, como la sumergida Atlntida de Platn, o la Ciudad del Sol
del italiano Toms Campanella en el Viejo
Mundo. O ciudades de ficcin, novelescas,
con personajes que se mueven al impulso de
la pluma, como la metrpolis sumergida en
el ocano de Julio Verne, o las historias paralelas de dos ciudades de Charles Dickens,
o la imaginaria ciudad Esmeralda de los
cuentos del Mago de Oz de Frank Baumm.
Vinculada a una concepcin mstica emerge la utopa de la ciudad celestial o de Dios,
contraparte de la ciudad terrenal, imaginada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

hace 1500 aos por San Agustn. O tal vez


la ciudad de traza perfecta, concebida por
el arquitecto romano Vitruvio. O la propia
Jerusaln del Apocalipsis, una ciudad impecablemente equilibrada, sin defectos ni desigualdades. O quizs la ciudad ideolgica
y socialmente estable y compacta, como la
soaron Thomas Moro y otros utopistas del
siglo XVI.
No pocas creaciones que involucraban
ciudades del Nuevo Mundo murieron a
poco de nacer. El antiguo Tucumn y las riberas del Plata fueron testigos de varios intentos frustrados. La mxima gloria del conquistador espaol era ser fundador de ciudades.
Ello aseguraba la perpetuidad de su nombre ms
que cualquier otro servicio al soberano ha sostenido Armando R. Bazn en su Historia del
Noroeste Argentino (1986). Esta fue la suerte
que les cupo a las villas del rollo y la justicia,
como la Chicoana de Calchaqu (1543), la
original Santa Mara del Buen Ayre (1536),
Concepcin del Bermejo (1585), El Barco I
de Escava, El Barco II de Samalamao de Calchaqu, y la tercera versin a orillas del Ro
Dulce (1550), Crdoba de Calchaqu (1560),
Caete (1560), Talavera o Esteco (1567), San
Francisco de Alava (1575), Nieva (1561) y
San Clemente de la Nueva Sevilla (1580).
Un fenmeno similar ocurrira con la
Londres de Nueva Inglaterra fundada por
Juan Prez de Zurita sobre las ruinas de El
Shincal Inka en junio de 1558. Errtica en su
devenir, fue cambiando de nombre y lugar
con el paso de los aos: Londres de la Nueva
Inglaterra, San Juan Bautista de La Ribera, San
Pedro Mrtir, Nuevo Extremo cuando es trasladada al Valle de Conando, San Juan Bautista de la Paz cuando es trasladada a Pomn.
Algunas fantasas arquitectnicas tomaron formas reales cuando la arqueologa
las convirti en realidad. Como la Troya de
Homero, rescatada para la historia en 1870
por Enrique Schliemann en la colina Egea

de Hissarlik. La arquitectura funeraria del


nebuloso faran Tutankamn dej la penumbra cuando en 1922 un tozudo britnico, llamado Howard Carter, hall su tumba
en el polvoriento Valle de los Reyes. La ltima capital Inka de las leyendas andinas,
Vilcabamba, pareci corporizarse en imagen y geografa cuando Binghan y Savoy
descubrieron las ruinas de Espritu Pampa
en la selva amaznica. En el Abaucn catamarqueo el fuerte de dos tapias de alto por
el cual entraba un ro, segn la pluma del
cronista andino Mario de Lobera en 1580,
la ciudadela donde se abasteci el ejrcito
del capitn espaol Diego de Almagro en
1536 y un siglo mas tarde bastin indgena
durante la rebelin diaguito-calchaqu del
cacique Chelemn, cobr forma y situacin
geogrfica en la ciudad de adobe, la hoy
moribunda Watungasta o La Troya del catamarqueo valle de Abaucn.
Como contraparte, no pocos conjuntos
urbanos que tuvieron una existencia real se
transformaron en mitos luego de su apocalipsis. A su turno entraron en esta nmina
Pompeya, Herculano, la Roma de Nern y
quizs las palestinas Gomorra y Sodoma a
orillas del Mar Muerto. Todas ellas, ciudades malditas, azotadas por volcanes, terremotos e incendios terrenales o sagrados, en
castigo a los vicios y corrupciones de sus
habitantes.
Otras quedaron a mitad de camino entre el
mundo de la ficcin y la realidad, como los
quimricos proyectos urbanos de la Nueva
Jerusaln de Juan de Leyden en Alemania,
la Nueva Atlntida de Francis Bacon y otra
Nueva Jerusaln, pergeada en Suiza por el
reformista protestante Juan Calvino.
Las formas urbanas reales fueron las
respuestas a las concepciones ideolgicas
y estilsticas de la poca. Algunas de ellas
murieron y son ahora documentos arqueolgicos. Otras siguen vivas; son dinmicas,

PRLOGO

11

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

crecen o declinan, se ensucian y contaminan


en un proceso creciente procreado por un
hombre contemporneo cada vez ms proclive a la vida gregaria. Respondieron a modelos planeados, como el Griego, el Romnico, el Morisco, el Gtico, el Renacentista
o el Barroco en el Viejo Mundo. El Chenes,
el Puc, el Itz o el Megaltico de Mesoamrica y de los Andes Sudamericanos. O ser
formas mestizas, levantadas remodelando
otras anteriores de culturas vencidas. Estas
ltimas son conjuntos bastardos y exhiben
sus paramentos por encima de las cicatrices de otros ms antiguos, construidos por
otros hombres y otras culturas.
La mayora de las formas urbanas de la
tierra pertenecen a la segunda categora.
Los casos de Mxico D.F., levantado sobre la
antigua Tenochtitln de los Aztecas; Trujillo
sobre Chan Chan, la capital Chim; Cuenca
sobre la inkaica Tomebamba; o la turca Estambul sobre la Constantinopla de Bizancio,
son los casos ms clebres. En menor escala
y con pergaminos menos lustrosos, el viejo
norte argentino prehispnico tiene sus representantes en este rubro.
La evolucin en las formas arquitectnicas y urbanas se advierte en los intentos
por homologar su vida con los perodos
y etapas culturales en que se segmenta la
historia de la humanidad. Aqullas suelen
frecuentemente trascender a su tiempo. Sobreviven a las usuales rayas horizontales con
las que los arquelogos, urbanistas e historiadores suelen clasificar cronolgicamente
la cultura cuando componen los esquemas
de periodificacin. Pueden incluso sobreponerse aun alterando parte de su imagen arquitectnica original a los colapsos y transfiguraciones culturales que la historia nos
ha enseado. As sobrevivieron aunque en
ruinas a los tiempos anteriores y posteriores a Jesucristo, a las conquistas de la Roma
de los Csares; del Islam del Soliman Pasha;
de Carlomagno y su imperio medieval del
occidente europeo; de Carlos I y Felipe II de
las Espaas con sus ms clebres conquistadores del Nuevo Mundo: Hernn Corts,

12

PRL O G O

Sebastin de Benalczar, Francisco Pizarro,


Diego de Almagro y, en tiempos recientes, a
las grandes guerras que castigaron a Europa o a Japn durante el siglo XX.
Toda creacin arquitectnica tiene una
historia y una antropologa. Un ciclo de
existencia que puede ser eventualmente
corto o largo, pacfico o beligerante, solitario o famoso; las ciudades covaran solidariamente con los tiempos y las culturas que
enmarcaron su existencia.
Finalmente, debemos remarcar el rol
protagnico de la inventiva del hombre
hacedor de esas creaciones. Sean dispersas
o concentradas, espontneas o planeadas,
ordenadas o caticas, antiguas o modernas,
elemental aldea o ciudad multitudinaria, l
es el responsable de su nacimiento, de sus
cambios y de su destruccin si les cabe. l es
su gestor, dueo y beneficiario excluyente.

El Shincal del Kollasuyu


en el Noroeste argentino
La historia cultural prehispnica del noroeste argentino (NOA) tiene su punto de
inflexin en el ltimo tercio del siglo XV,
en los prolegmenos del viaje de Cristbal
Coln al Nuevo Mundo, cuando el estado
indgena sudamericano ms importante
penetraba en su paisaje. El Imperio Inka o
Tawantinsuyu, seore por centenares de
pueblos ocupando un territorio de poco menos de 2 millones de kilmetros cuadrados,
incluyendo, desde l471, las etnias locales.
Cre un nuevo orden de gobierno; un Estado basado en una ideologa solar en parte
heredada de otras culturas anteriores. Lo
hizo con una eficiencia econmica, administrativa y militar que no reconoce parangn
en Amrica precolombina. La expansin
Inka haba comenzado en 1438 con el Emperador (Capac) Pachakuti y proseguida por
su descendencia real, Topa Inka (1471-1493)
y Wayna Capac (1493-1525).
En su pinculo como imperio estuvo dividido en cuatro cuartos o suyus asimtricos, el

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Chinchaysuyu, por el norte serrano y costero


de Per y Ecuador; el Antisuyu por el levante, abarcando parte del altiplano y la regin
de los Moxos o los Chunchos, donde creci
la leyenda del Paititi en las yungas peruanobolivianas; el Cuntisuyu por el poniente costero norte del Pacfico de Per y Ecuador.
Finalmente el Kollasuyu austral, poblado, al
igual que los tres cuartos anteriores, por un
centenar de etnas, entre las que sobresalan
los Collas, Lupacas y Pacajes del Titicaca,
los Chichas y Atacameos de la Puna potosina y del Norte de Chile. Los Omahuacas,
Pulares y Diaguito-Calchaques del norte
andino de la actual Argentina.
El dcimo monarca de la dinasta cuzquea Topa Inka, coronado en 1471, fue el
responsable de la conquista del noroeste
andino argentino, una de las dos secciones
australes del Kollasuyu; siguiendo los pasos de su padre, Pachakuti, conquistador de
la sierra, la costa peruana, y de los reinos
Collas altiplnicos del Lago Titicaca, los
Lupacas y Pacajes, a partir de 1438. La serie
de conquistas de hombres y tierras culmina con Wayna Capac, quien anexa la regin
nortea de Quito, en el norteo Chinchaysuyu, entre 1495 y 1525, ya en los prolegmenos de la hecatombe mundo americano

precolombino. Estos sucesos protohistricos


se sitan entre el ltimo tercio del siglo XV
y el primero del XVI, de acuerdo a la cronologa andina tradicional propuesta por
el arquelogo norteamericano John Rowe
(1945), quien trabaj a partir de la crnica
de Miguel Cabello Balboa, escrita en 1586
(Tabla 1).
El desembarco en Per de las tropas espaolas de los conquistadores Francisco Pizarro y Diego de Almagro en 1532 encuentra
un Tawantinsuyu dividido en dos por una
feroz guerra civil entre dos hijos de Wayna.
En ese momento existan reinados simultneos, el de Atahualpa en el norte con su
capital en Quito (actual Ecuador) y el de su
medio hermano, Huascar, quien gobernaba
desde Cusco la seccin sur del Imperio. La
supremaca de las tropas europeas y el cuadro de situacin en el mundo inka aceleraron el inevitable colapso del Tawantinsuyu.
Atahualpa, que meses antes del desembarco espaol haba asesinado a Huascar, fue
ejecutado en 1533 en Cajamarca por Pizarro
quien, meses ms tarde, corona en el Cusco
a Manco Inka, el primero y fugaz soberano
de los tiempos Inka-Coloniales.
La historia escrita del Tawantinsuyu comienza con los papeles producidos en la

Tabla 1. Lnea sucesoria, fechas y sucesin de conquistas territoriales del imperio Inka

PRLOGO

13

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

lejana dcada de 1530, cuando los soldados


de Pizarro: Miguel de Estete, Sancho de la
Hoz y Francisco de Jerez, vieron por primera vez el Cusco Inka; y alcanza su pinculo
con las obras de los cronistas que vivieron
en la tierra de los Inkas: Cieza de Len, Juan
de Betanzos, Garcilaso de la Vega y Guaman
Poma de Ayala entre varios ms. Provisto de
una organizacin econmica, militar y poltica muy superior a la del resto de las naciones prehispnicas, el Tawantinsuyu gener
una infinidad de obras de corte histrico, antropolgico y sociolgico, inclusive ensayos
de corte poltico. Seguramente es la entidad
cultural americana que mayor informacin
ha motivado, ya sea en favor o en contra.
Promediando el siglo XIX la ciencia comienza a desentraar las infinitas facetas
de la cultura material Inka cuando arquelogos e historiadores como Alejandro de
Humboldt, Prescott, Squier, Markham y
Uhle, o el descubridor de Machu Picchu,
Hiram Bingham, aportaran valiosas obras.
En el norte andino y Argentina y ya en pleno siglo XX los nombres de Levillier, Strube Erdmann, Difrieri, Greslebin, Paulotti,
Gonzlez, Schobinger y el norteamericano
Bennet dan comienzo a toda una legin de
cientficos que seguirn esos pasos. As arribamos a los investigadores de nuestros das,
con sus sofisticados estudios arqueolgicos,
etnohistricos, etnobotnicos y arqueoastronmicos.
Especficamente para El Shincal de Quimivil en el trabajo de Diego Gobbo, Anah
Icona y Daro Iturriza se presenta una lnea
de tiempo que permite detallar durante ms
de un siglo de investigaciones los cambios
ocurridos en un mismo sitio arqueolgico.
Como resultado de este proceso, a ms de
180 aos del inicio de las investigaciones en
el terreno andino, la arqueologa ha ido acumulando conocimientos sobre la cuestin
Inka. Una rpida semblanza de sus logros
nos enfrenta a una superficie ocupada que
no conoce paralelismos en el Nuevo Mundo precolombino; alrededor de dos millones
de kilmetros cuadrados. En ese universo

14

PRL O G O

dominaron centenares de naciones o etnas,


construyeron cerca de 1500 instalaciones con
arquitectura ptrea de superficie y subterrnea, en madera y adobe (tampus) y establecimientos de mayores dimensiones que se
desempearon como capitales de provincia
(wamani), como Hunuco Pampa, Pumpu
y nuestro El Shincal. Todos conectados por
ms de 40000 km de caminos incaicos.
En las regiones centrales del Imperio, en
la sierra y costa de Per, en Ecuador y en el
Lago Titicaca, haban construido o remodelado, previa captura, poblaciones o llajtas
monumentales que albergaban varios miles
de habitantes. Las ms clebres son su metrpolis capital: el Cusco y, entre centenares
ms pueden mencionarse a Pisac en el propio Valle Sagrado; Ollantaytambo, Machu
Picchu, Incawasi, Chinchero, Rajchi, Tomebamba, Ingapirca, Hatum Caar, Hunuco
Pampa, Pumpu, Chucuito, Cajamarca en
Per. Quito y Rumicucho en Ecuador. En
Bolivia pueden mencionarse a Incallajta,
Samaypata, Chuquiago, Chagua, Hatuncolla y Oma Porco. En Chile Alto Ramirez, Lasana, Catarpe, Via del Cerro, Turi, Chena,
Cerro de la Compaa y La Reina. En Argentina La Huerta, Tilcara, La Paya, Incahuasi.
Titiconte, Potrero de Payogasta, Nevados y
el Pucar de Aconquija, Chaquiago de Andalgal, Hualfn, Watungasta, Tambera del
Inca y Pampa Real, Paso del Lamar y Ranchillos, junto a medio centenar de santuarios
en las altas cumbres andinas.
A esta nmina de sitios relevantes se incorpora El Shincal de Quimivil denominado
por Ian Farrington en el ao 1999 como un
Nuevo Cuzco del Kollasuyu, situado al Sur del
Valle catamarqueo de Hualfn. Este mismo
autor, junto con Ricardo Moyano Vasconcellos y Gustavo Daz presentan en esta obra el
concepto de paisaje ritual a partir del anlisis astronmico del sitio, lo que refleja el uso
de parte de los inkas del entorno local con
fines rituales, polticos y calendricos.
El Shincal de Quimivil sobresale dentro de
este grupo de calificadas llajtas fundadas por
el Tawantinsuyu en el NOA. Se trata de un

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

establecimiento situado en el occidente del


actual territorio de Catamarca, construido y
habitado por los Inka entre 1471 y 1536 al
pie de la serrana homnima, en la actual localidad de Londres, Departamento de Beln.
El Shincal de Quimivil es una de las cuatro
mejores instalaciones Inkas de Argentina.
Una calificacin compartida con el Nevado
y Pucar de Aconquija y con Coctaca en la
Quebrada de Humahuaca. Hemos sealado
reiteradamente que El Shincal de Quimivil
fue con seguridad una capital regional de
una wamani Inka con asiento de una autoridad regional (un gobernador o Tucorico
Apo). Un territorio poltico que a grandes
rasgos puede equivaler a lo que durante la
colonia fue una provincia espaola. Tcnica
y cualitativamente, el repertorio de vestigios
arquitectnicos, artefactuales y etnobotnicos de prestigio que contiene hallados en sus
entraas, lo erigen como uno de los mejores
establecimientos del Kollasuyu.
A propsito de los estudios etnobotnicos,
esta obra entrega un significativo aporte de
Aylen Capparelli, una verdadera especialista en la materia, quien ofrece nuevos avances sobre las prcticas culinarias dentro de
un marco de comensalidad ampliada.
En las entraas de El Shincal y como fruto
de investigaciones arqueolgicas emprendidas a partir de la dcada del 90 se han recuperado vestigios de antiguos edificios que
integraron el casco urbano del sitio. Ocupado con casi un centenar de recintos de piedra
y mampostera diseminados en una superficie mayor a las 30 ha. De ellas unas 12 estn
ocupadas por lo que fue el centro cvico del
poblado. Entre sus estructuras se cuenta una
plaza de armas (aukaipata o atn pata) y en
su centro el escenario o trono (ushnu), el de
mayores dimensiones construido al sur del
Lago Titicaca y reocupado en tiempos histricos durante la segunda rebelin indgena
comandada por el cacique Chelemn en la
dcada de 1630. Es precisamente sobre el ushnu que Mara Guillermina Couso, Julia Gianelli y Mara Agustina Ochoa presentan, en
esta obra, un trabajo que ofrece una sntesis

articulada de los hallazgos realizados en el


mismo, a lo largo de varios aos y distintas
excavaciones, haciendo hincapi en el anlisis cermico.
Alrededor de la plaza se ubica un barrio
administrativo con cinco grandes edificios
o galpones (kallankas). En el sector norte un
conjunto de ellas fueron tambin reocupadas en tiempos histricos, quizs durante la
fundacin de la primera Londres de la Nueva Inglaterra por Prez de Zurita en 1558.
Un acueducto de piedra ramificado abasteca de agua la planta urbana desde el Ro
Quimivil. Penetraba a la plaza por su lado
oeste y pasaba al pie de la escalinata del ushnu. Tambin un sofisticado sistema de regado situado al sur del sitio; una veintena de
almacenes (collcas), un conjunto arquitectnico apodado sinchihuasi, una residencia de
jefes y varios conjuntos de kanchas rectangulares provistas de un patio central y recintos
de vivienda dispuestos en forma perimetral
a la aukaipata. La excavacin de una de ellas
proporcion dos momentos de ocupacin:
uno de ellos clsicamente Inka y otro indgena colonial.
Forman parte del conjunto arquitectnico
dos colinas situadas por encima de terrenos
ocupados por terrazas agrcolas explotadas
en tiempos prehispnicos. En su parte superior se encuentran las collcas mencionadas.
Es muy probable que estas colinas tambin
hayan funcionado como atalayas destinadas
a la vigilancia. Otra atalaya fue levantada
sobre una colina situada a un par de centenares de metros al poniente de la aukaipata.
Esta ha sido reconstruida en los edificios de
su cspide como en parte de la escalinata de
acceso.
La imagen urbana de El Shincal incluye
un par de componentes escenogrficos de
excelencia: dos cerros casi gemelos situados
a ambos lados de la aukaipata por el levante
y poniente (Cerros Aterrazados Oriental y
Occidental). Poseen entre 20-25 m de altura y fueron artificialmente aplanados en su
cspide y rodeados con muros de piedra de
cerca de 2 m de altura. A ellos se accede por

PRLOGO

15

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

medio de sendas escalinatas de piedra. Estas


colinas fueron artificialmente convertidas
en plataformas dispuestas a ambos lados
de la aukaipata. Indudablemente estuvieron
vinculadas con actividades religiosas y observaciones astronmicas o ligadas al culto
solar que los Inka practicaban en sus cimas,
como oportunamente ha sido propuesto por
varios autores de esta obra.
El camino Inka o Qhapaq an proviene del
norte del Valle de Hualfn, de los sitios Inka
de Hualfn y Quillay, atraviesa la planta urbana al oeste de la aukaipata, luego transcurre por una colina aterrazada del poniente
en direccin a uno de los flancos de la llamada Casa del Curaca, rebautizada como Sector Alvis. El trabajo de Reinaldo Andrs Moralejo y Milagros Aventn Moretti presenta

la historia de las investigaciones acerca del


Qhapaq an en la regin, desde los primeros
aportes histricos y arqueolgicos hasta los
estudios ms recientes.
Hacia el oeste del antiguo casco urbano,
en la zona de Los Colorados y Las Vallas
aguas arriba del Ro Quimivil con los miembros del equipo, entre ellos Reinaldo A. Moralejo, exploramos ms de 700 ha de arquitectura agrcola con relictos de terrazas y
andenes conectados con el establecimiento
de El Shincal por un ramal secundario del
Qhapaq an.
Los datos tcnicos, arquitectnicos y
urbansticos de El Shincal se resumen en
la Tabla 2. Entre ellos las evaluaciones de
su tamao/rango, las densidades urbanas
(factor de ocupacin del suelo o FOS), di-

Tabla 2. Datos tcnicos, arquitectnicos y urbansticos de El Shincal

16

PRL O G O

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

versificacin morfofuncional de sus edificios, el manejo de los desniveles, la similitud/ diferencia y distribucin espacial
de los edificios que forman su trazado y
su demografa mnima relativa. Las collcas
sufrieron perturbaciones histricas, por lo
que el volumen de almacenaje est devaluado. En cuanto a la estimacin demogrfica, se ha calculado un habitante cada 3 m2
del rea techable del casco urbano que se
ha conservado, sin considerar las prdidas
de algunos edificios por el paso del tiempo y las perturbaciones por la construccin
de conjuntos arquitectnicos posteriores al
abandono del sitio. Todo ello correspondiente a los estudios realizados hasta el
ao 2004.
Concluimos este tramo del prlogo sosteniendo que El Shincal fue concebido, planeado y construido siguiendo una poltica
fundacional instaurada por Topa Inka Yupanqui a partir de 1471. El trazado urbano
es ortogonal o en damero, en torno a un
foco de planeamiento que usualmente es
la aukaipata o el ushnu. En El Shincal este
punto se identific como coordenada cero.
Este modelo prevalece en la mayora de las
capitales de wamani y en los grandes centros administrativos regionales. La instalacin fue levantada en un paraje provisto
de condiciones ecolgicas ptimas dentro
de la regin. Un bosque ubicado entre dos
ros; en lo que los Inka identificaban como
lugar de reunin (tinkuy) de los causes del
Quimivil y el Hondo. Al pie de monte de la
serrana homnima, a escasos 5 km del actual pueblo de Londres y de la Ruta Nacional N 40, de modo que su acceso moderno
es relativamente sencillo, prueba de ello es
el nfasis turstico que ha sido objeto en
los ltimos aos. Al respecto en el aporte
a cargo de Carlos Fernndez Balboa, Gisela Anala Quaranta y Paula Espsito se
ofrecen los procesos en que El Shincal se
da a conocer a la sociedad para generar un
sentido de pertenencia y su proceso de patrimonializacin.
Asimismo, el turismo que accede a El

Shincal ha generado lo que denominamos


el sndrome Machu Picchu. A propsito de
este problema el artculo de C. Marta Laudani sostiene acertadamente que la presencia de la comunidad y los profesionales del
Patrimonio y del Turismo del sector gubernamental son los responsables del manejo
y control adecuado del monumento.
*

En julio de 1535 el Adelantado y Capitn


de Su Magestad don Diego de Almagro a
quien Carlos I de Ausburgo le haba otorgado la Capitulacin para conquistar todos
los territorios del Collao parti del Cusco
con su ejrcito de 530 soldados espaoles,
200 caballos y aproximadamente 2000 indios yanaconas. En su derrotero con destino a Chile debi pasar por la recientemente
abandonada instalacin de El Shincal en el
verano de 1536. ...Prosigui el Adelantado
Almagro su viaje por el camino real del Inca
que gua a la provincias de los Chichas y lleg al pueblo de Tupiza, donde hall a los Incas
Paulo y Vilahoma, que le estaban esperando...
(Cristbal de Molina El Almagrista,
1552. Relacin de la Destruccin del Per, pp.
18. Disponible: http://peru.inka.free.fr/Runapacha/CRISTOBAL%20%20DE%20%20
MOLINA.pdf).
Un par de meses antes, en las cercanas
de la actual Tupiza en Bolivia, Almagro intercepta una caravana de noventa llamas
cargadas de oro que proveniente de la provincia de Londres iba a tributar a Cusco.
Este suceso es informado, casi medio siglo
ms tarde, en 1587 por el Gobernador Ramrez de Velazco:
...e oydo dezir al capitan blas ponze sobre
dicho y a otras personas que eran los que estauan poblados en Londres prouinia desta
gouernaion de tucuman por gouernadores y
capitanes del ynga del Cusco seor del piru y
que cobraban en oro y plata sus tributos y los
enbiauan al ynga sacados de las minas deste

PRLOGO

17

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

londres y que al tienpo que paso el adelantado almagro al rreyno de chille y conquista del
por este londres llebaba quinientos soldados y
mas de dos y tres mill yndios de seruiio estos
yngas enbiauan una parte del tributo a su seor el ynga en nobenta andas que llaman aca
angarillas y cada angarilla llebaban en onbros
veynte o treynta yndios () y en cada andas
destas yban de justo nobenta mill pesos de oro
fino de veynte y dos quilates en tejuelos y cada
tejuelo pasaua sesenta e dos pesos de oro y yba
marcado con la marca del ynga y hazia el tambo
del toro camino rreal del ynga labrado a mano
de mas de inquenta pies de ancho que yo le he
uisto... (Revista de la Biblioteca Nacional,
Tomo I, 1937, N 4, pp. 718. La Ciudad de
los Csares. Averiguaciones practicadas en
1587 y 1589 por el gobernador de Tucumn
Ramrez de Velazco. Buenos Aires).
Para quien esto escribe no quedan dudas
que el Londres mencionado por Ramrez de
Velazco en este documento de 1587, corresponde a El Shincal, la capital administrativa levantada por el Inka en la serrana de
Quimivil, y controlado por el Tawantinsuyu
hasta el verano de 1536.
El hecho de que figure como Londres
obedece a la apuntada razn de que en
ese lugar, en 1558, es fundada la histrica
Londres por Juan Prez de Zurita. El otro
topnimo mencionado, por donde pasaba
el Qhapaq an, es Tambo del Toro. Este corresponde a los tambos situados en la cabecera norte de la Quebrada del Toro (Salta)
y por donde debi pasar la expedicin de
Almagro.
Cabe agregar que las regiones catamarquea y riojana de los valles de Hualfn,
Abaucn, Andalgal y Famatina, donde
los inkas implantaron sus centros administrativos como El Shincal, Hualfn, Watungasta, Chaquiago de Andalgal, Tambera
de Chilecito y Via del Cerro en el chileno
valle de Copiap, junto a factoras como
Quillay del Hualfn donde en hornos especiales (wayras) se procesaban los metales
oro, plata, cobre y estao son una de las
ms ricas en el NOA. El paisaje y los recur-

18

PRL O G O

sos naturales de la regin eran demasiado


jugosos como para pasar desapercibidos.
Es evidente que los inkas conocan muy
bien estas riquezas naturales regionales, de
modo que su invasin de 1471 fue planeada
a sabiendas donde tenan que implantar su
dominio territorial, sus explotaciones, sus
defensas, sus trazados de caminos e instalaciones. Un verdadero dominio apoyado
en conocimientos de caractersticas geopolticas. Estas circunstancias no ocurrieron
con la invasin espaola, claramente improvisada, utilizando slo guas cuzqueos de prestigio, como Paullu y Vilahoma
y yanaconas como cargadores, los cuales
fueron desertando de la expedicin.
Es deducible que an en ruinas El Shincal posea un hlito de sacralidad, rasgo
que motiv ocupaciones histricas en su
ushnu y en las kallankas que los circundan.
En el ushnu los hombres del cacique Chelemn realizaron banquetes (pachamancas)
durante el gran alzamiento indgena de
1630.
Cul sera el nombre original de este rebautizado Shincal-Londres?... provendra de la
lengua local el Kakn o quizs del Keshua del
conquistador Inka? Lo que s sabemos es que
la regin estuvo ocupada por lo menos ms
de un milenio y medio antes de la invasin
del Tawantinsuyu, por etnias identificadas
en el repertorio arqueolgico del NOA. Las
tempranas o formativas de Cinaga, Condorhuasi (400 AC - 400 DC); la formidable
Aguada del llamado perodo Medio (400 900 DC) y la de Beln en el perodo Tardo
pre-Inka o de los Desarrollos Regionales
(900 - 1471 DC).

L os precursores
de E l S hincal
...Desvindonos veinticinco leguas del itinerario visitamos las ruinas de Shincal que el Ingeniero Furque (Hilarin) crey que era asiento
de Londres. Es una importante fortaleza que
iguala al Pucar (Aconquija) con muros de pie-

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

dra tallada y morros atrincherados semejantes


al Paramonga peruano (...) Tomamos posiciones geogrficas, levantamos planos y sacamos
fotografas admirables... (Telegrama enviado por Adn Quiroga al Instituto Geogrfico Argentino, Catamarca, enero de 1901.
En: Quiroga, A. 1992. Calchaqu. Reedicin,
Edit. TEA, Bs. As., pp. 3-9).
Sin pensarlo el gelogo Hilarin Furque y el historiador y polifactico Adn
Quiroga dieron la primera pincelada a un
sitio que posteriormente se convertira en
un clsico de la literatura arqueolgica de
Argentina. Fue considerado en una publicacin por Carlos Bruch de 1911, atraera
la atencin de una de las clsicas expediciones de Benjamn Muniz Barreto de la
dcada de 1920 y excavaciones parciales de
Alberto Rex Gonzlez, publicadas en 1966,
en la actualmente conocida como Casa del
Curaca o Sector Alvis. La arquitectura de
esta instalacin despert nuestro inters
en 1982 cuando descubrimos sus edificios
ms importantes. Todos ellos de clsica
factura Inka, como la aukaipata, el ushnu,
las kallankas y los cerros aterrazados con
sus escalinatas de acceso.
Hilarin Furque y Adn Quiroga en el
nacimiento del siglo XX colocaron la piedra fundamental que generara, ochenta
aos ms tarde, un proyecto histrico-arqueolgico-ecolgico que hoy se consuma
en esta publicacin propiciada por la Fundacin Azara.

R econocimientos
Este aporte, como muchos otros ya editados y relacionados con el pasado de El
Shincal de Quimivil y su entorno regional,
ha sido factible gracias al apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnologa e Innovacin Productiva presidido por el ministro
Dr. Lino Baraao, del Consejo Nacional
de Investigaciones Cientficas y Tcnicas
(CONICET) de la Repblica Argentina, del
Programa de Incentivos de la Universidad

Nacional de La Plata (UNLP), del Gobierno


de la Provincia de Catamarca y de la Municipalidad de Londres. Y especialmente
gracias al Lic. Adrian Giacchino, Director
de la Fundacin de Historia Natural Flix
de Azara.
Junto a los trabajos en El Shincal se entrelazan investigaciones exploratorias en
la Cordillera de los Andes, el altiplano de
Bolivia y el sector chileno en bsqueda de
la ruta de la invasin espaola comandada
por el conquistador Diego de Almagro y
los tambos de la alta montaa. Estos fueron
posibles gracias a los auspicios financieros
de National Geographic Society, Washington D.C., dirigidos por quien esto escribe
(Grants 2834/84, 4530/91 y 7126/2001).
Hace ya ms de veinte aos que comenzamos con este proyecto de doble ambicin;
por un lado el estrictamente cientfico, del
cual daremos cuenta en estas pginas; por
el otro, la transferencia hacia la comunidad
mediante la recomposicin de uno de los
patrimonios histrico-arqueolgicos ms
completos y estticamente logrados de Argentina y que desde 1997, por una gestin
personal, fue declarado Monumento Histrico Nacional. A travs del eco recibido
durante este tiempo, reconforta saber que
centenares de escuelas de varias provincias
de Argentina y miles de personas, cifra que
se acrecienta da a da, visitan el sitio.
Nuestro agradecimiento tambin a las
autoridades del Municipio de Londres
una institucin de bolsillo pequeo pero
de corazn grande le brinda la proteccin
que merece. Adems la Direccin Provincial de Turismo en sucesivas gestiones ha
iniciado una poltica de divulgacin que
ha permitido el lanzamiento de El Shincal
a la consideracin pblica. El turismo que
llega hasta sus instalaciones se encuentra
controlado para evitar las irremediables
perturbaciones que la exposicin de un
sitio de esta naturaleza sufre al ser abierto a la comunidad. Estas perturbaciones
afectan la mayora de los monumentos del
planeta explotados comercialmente, en lo

PRLOGO

19

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

que hemos oportunamente denominado el


sndrome Machu Picchu.
Finalmente, es grato saber que las instituciones oficiales, sea la Gendarmera, la
Polica Provincial as como algunos funcionarios catamarqueos, han acrecentado su
accionar en funcin de proteger el patrimonio de su tierra.
Nuestra gratitud a las siguientes instituciones y personas catamarqueas: a la Gobernadora de la Provincia de Catamarca,
Dra. Lucia Corpacci, al Intendente de Londres Dr. Gilberto Santilln; a la Secretaria
de Estado de Cultura de Catamarca Lic. Patricia Saseta; a la Directora de la Direccin
Provincial de Antropologa de Catamarca
Lic. Rita del Valle Rodrguez; a la Secretaria
de Estado de Turismo de Catamarca Mgter.
Natalia Ponferrada; al arquitecto Eduardo
A. Sol y a los anteriores Intendentes Municipales de Londres, el ya lamentablemente
fallecido Dr. Daniel Plaza con quien firmamos el primer convenio para la puesta
en valor; y los Sres. Vctor Vestani, Humberto Mercado y a sus respectivos Concejos
Deliberantes; al periodista y gran amigo
Joaqun Quiroga del Pino; al Lic. Sergio
lvarez e Ingeniero Ariel Del Viso de la
Direccin de Antropologa de Catamarca; a
la Lic. Mara Claudia Yapura Liz; a Cesar
L. A. Carrizo, Hortencia del Carmen Ignes,
Teresa Eufemia Purulla y Andrea Mabel
Campos del Museo Arqueolgico Cndor
Huasi de Beln; a los Profesores Ramn Bazn y Hernn Alancay de Beln; al Padre
Julio Quiroga del Pino; a la familia Alba
de El Shincal; al recordado Nicols de La
Fuente y Mercedes Paz de la Universidad
Nacional de Catamarca. Al personal de la
Municipalidad de Londres que ha realizado los trabajos de mantenimiento y revalorizacin en El Shincal y en el Museo de Sitio: Carlos Mercado, Ramn Fontees, Paulino Morales, Maximiliano Varas, Luciano
Miraval, Ramn Rodrguez, Antonia Aibar,
Regina Villafae, Rosa Nieves Ramos, Manuel Morales, Susana Ortiz Daz y Carlos
Fernndez Balboa. A las docentes Nelba A.

20

PRL O G O

Saracho, Rosa Martel de Mirabal y alumnos


de 5 ao, promocin 2000, de la Escuela Secundaria N 30 Jos Hernndez de Londres; asimismo al Dr. Walter Falcone y los
alumnos de 4 ao de la Escuela Provincial
de Educacin Tcnica EPET de Beln.
Un reconocimiento a Miguel Cervellino, Director del Museo Regional Nacional
de Atacama, Copiap, Chile, por sus apoyos logsticos durante nuestras misiones
arqueolgicas por el sector chileno de la
cordillera andina, en busca de los rastros
arqueolgicos inkas y de la expedicin de
Diego de Almagro.
Tambin al Dr. Ian Farrington de la Universidad de Canberra, Australia, quien
compuso los planos finales de El Shincal;
al arquelogo peruano Antonio Coello
Rodrguez por sus valiosos informes sobre kallankas en los Andes Centrales; a los
alumnos de la carrera de Antropologa de
la Universidad Nacional de La Plata que,
en diferentes perodos del proyecto, participaron en las clasificaciones de los materiales obtenidos en las excavaciones. Varios
de ellos ya son profesionales graduados e
investigadores del CONICET y de la Universidad Nacional de La Plata, algunos de
los cuales intervienen en esta obra: Diego
Gobbo, Lidia Anah Icona, Daro Iturriza,
Aylen Capparelli, Reinaldo Andrs Moralejo, Mara Guillermina Couso, Ana Igareta, Paula Espsito, Gisela Anala Quaranta,
Mara Agustina Ochoa, Milagros Aventn
Moretti, Julia Gianelli y Laura Romina
Giambelluca.
Al gelogo Marcelo Mannasero por su
asistencia en temas de su especialidad; a
los profesionales y tcnicos de la Divisin
de Arqueologa del Museo de La Plata, Ana
Fernndez, Jorge Kraideberg, Juan C. Mannarino, Gabriel Alarcn, Jorgelina Collazo,
Mara Marta Toddere, Victoria Garca Montes, Rolando Vazquez y Gustavo Tolosa. A
los ya fallecidos, pero nunca olvidados, la
Dra. Betty J. Meggers del Smithsonian Institution de Washington, la Lic. Mara Delia
Arena del Museo de La Plata, el Prof. Al-

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

berto Manzo de la Universidad Catlica


de La Plata y el arquitecto Ricardo J. Alvis.
Este ltimo, autor de los primeros planos
de El Shincal y mi asistente en esa materia
por casi veinte aos de trnsito en el suelo
andino.
Al Licenciado y gran amigo Armando
Ral Bazn, toda una autoridad en la problemtica histrica del NOA y autor del

magnfico prlogo de la obra ya mencionada El Shincal de Quimivl.


Todos ellos, instituciones, funcionarios,
cientficos profesionales y pirqueros de
Londres, desviaron desinteresadamente sus trabajos, esfuerzos y talentos para
contribuir a la realizacin de un proyecto
eminentemente cientfico en su derrotero,
fuertemente patritico en su vocacin.
Rodolfo A. Raffino

Divisin de Arqueologa, Museo de La Plata


Octubre de 2014

PRLOGO

21

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL:
LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO
ARQUEOLGICO

Diego Gobbo1, Lidia Anah Icona2, Daro Iturriza3


Divisin Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP; CONICET; [email protected]; 2Divisin Arqueologa,
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP; CONICET; [email protected]; 3Divisin Arqueologa, Facultad de Ciencias
Naturales y Museo, UNLP; [email protected]
1

Resumen: En este trabajo presentamos una lnea de tiempo de El Shincal de Quimivil (Departamento de
Beln, Provincia de Catamarca), que nos permite detallar los cambios ocurridos en la investigacin de un
mismo sitio arqueolgico. A lo largo de ms de 100 aos se han realizado en l distintas arqueologas.
Desde excavaciones a pico y pala en bsqueda de tumbas o necrpolis y croquis a mano alzada, hasta
fotos areas del sitio. Desde la realizacin de planos en lpiz tinta o tinta china, hasta el uso de los SIG
y los modelos predictivos. Es decir, desde aquellas herramientas que fueron pioneras en los estudios arqueolgicos, hasta aquellas otras cuya introduccin cambi el modelo analgico de trabajo por el digital.
Asimismo, hemos dejado planteadas las tecnologas a usar en un futuro inmediato y a mediano plazo en
el sitio.
Esta lnea de tiempo nos ha permitido rescatar, tambin, la perduracin de aquellas otras herramientas
que, aunque antiguas o tradicionales siguen siendo invalorables hoy por su practicidad y precisin en el
trabajo de campo del arquelogo.
Palabras clave: El Shincal de Quimivil; Lnea de Tiempo; Analgico; Digital; Herramientas

FROM ANALOG TO DIGITAL: A TIMELINE OF ARCHAEOLOGICAL SITE


Abstract: In this paper we will present what we define as El Shincal de Quimivil timeline. This chronological approach will allow us to detail how the archaeological practices have change, even related to the
analysis of a same kind of archaeological site.
Along more than 100 years of work, techniques have change from traditional shovel digging whit the
only objective to find necropolis or tombs, whit the scrapping of maps whit pencil, to the use of more
sophisticated technology as aerial photographs, GIS, and the use of predictive models. Thats means we
can see the change from those pioneers tools for archaeological studies to new ones, what means changes
from the analogical model of research to digital one. In our case, we apply those new tools for El Shincal
studies, aiming also through this, to define which will be the best one for futures studies in the time
being.
Nevertheless, this time line have show also, that some of traditional tools keep its value, due to its practicality and precision in the archaeological work even today.
Keywords: El Shincal de Quimivil; Timeline; Analogue; Digital; Tools

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

23

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Hacia fines del siglo XIX la regin conocida como Londres, al sur del valle de Hualfn, en la provincia de Catamarca, comenz
a despertar el inters de viajeros, naturalistas y cientficos cuyos primeros informes,
descripciones, dibujos y croquis conforman
parte del corpus documental de los descubrimientos arqueolgicos ms tempranos
para dicha zona. Estos trabajos marcaron el
derrotero de aquellos que, desde comienzos
del siglo XX y hasta la actualidad, usando
distintas herramientas de observacin y
medicin y apoyados en explicaciones que
respondieron a distintos marcos tericometodolgicos y cronolgicos, han venido
enriqueciendo nuestro saber sobre esta regin del NOA.
Nos ocuparemos en estas pginas de
puntualizar, cronolgicamente, las herramientas usadas en el sitio arqueolgico de
El Shincal de Quimivil (departamento de
Beln, provincia. de Catamarca) desde fines
del siglo XIX y principios del XX cuando
era conocido como Londres de Quinmivil, hasta la actualidad. Y de la manera en
que ellas se fueron complejizando al paso
de los aos hasta permitirnos el da de hoy
y sin descartar las ms tradicionales, arribar a una visin ms precisa o, en trminos
informticos, con mayor resolucin, de los
datos respecto de la exactitud que define la
realidad.

La arqueologa de las
exploraciones y las
expediciones
En 1896 y por encargo de Francisco P.
Moreno, fundador y director del Museo de
La Plata, el naturalista Carlos Bruch inicia
sus exploraciones arqueolgicas por las
provincias de Tucumn y Catamarca. Sufrir a lo largo de los aos muchas vicisitudes
y recin podr publicar el conjunto de sus
trabajos en el ao 1911. Con anterioridad y
en otra publicacin, refirindose a las exploraciones realizadas en el verano de 1897,

24

relata parcialmente que habiendo dejado


todos los materiales recogidos en Hualfn,
una crecida del ro se los llev junto a las
mulas que los trasladaban. Sus descripciones, sin embargo, pudieron ser publicadas
aos ms tarde debido al prolijo y meticuloso trabajo de dibujar cada hallazgo in situ.
En sus propias palabras: El ltimo da de
mi permanencia en Hualfn lo ocup en tomar
los dibujos y apuntes de mi pequea coleccin,
dejndola luego acomodada en los cajones, lista
para el transporte. Gracias esta circunstancia,
estoy hoy en condiciones de presentar mis datos
de entonces la publicidad, pesar de que las
colecciones mismas se hayan perdido (). Museo de La Plata, Marzo de 1901 (Bruch, 1904:
27).
Por esos aos era ya conocido el despus
clebre Londres y Catamarca de don
Samuel Lafone Quevedo (1887) y aos ms
tarde la primera edicin de Calchaqu
de Adn Quiroga (1897), ambos plenos de
referencias histricas sobre Londres de
Quinmivil. Pero ser recin en el ao 1900
Hilarin Furque quien realice la primera
descripcin y el primer croquis del sitio.
Como tres kilmetros al oeste de la actual aldea
de Londres, en el valle de Quinmivil, contra los
cerros del Poniente, existen las ruinas referidas,
ocultas entre un gran bosque. Constan como de
sesenta casas, tres cuarteles, al parecer, dos fortalezas y dos fortines. Refiere la existencia
de dos cerritos, de una muralla como de
cuatrocientos metros y En el cuartel del
sud (H), en la muralla del mismo lado, hay unas
cavidades como nichosEstos nichos se encuentran tambin en el cuartel del noroeste (E)...,
y contina describiendo El aspecto de la derruida ciudad es imponente y todo indica que el
fin principal de las construcciones era el de la
defensa. Basta formarse cargo, desde una de las
fortalezas, del conjunto general para convencerse de que era muy difcil apoderarse de ella, como
del canal toma, un enemigo que no fuera inmensamente superior por su nmero y calidad
de sus armas... (Furque, 1900: 166-168).
Reproducimos en la Figura 1 el croquis
del sitio realizado por Furque. Si bien no de-

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

talla cmo lo realiz, ofrece una descripcin


pormenorizada y da cuenta aunque sin saber de qu se trataba de los muros con hornacinas presentes en una de las kallankas
que l describe como cuarteles. Respecto
de su origen, aunque duda si fue una ciudad colonial, dice: las murallas de defensa,

el embalse estanque, los muros bien aplomados


y alineados, el canal y hasta la eleccin del terreno, todo demuestra que se trata de hombres
mucho ms adelantados que los calchaques
(Furque, 1900: 168).
En los primeros das del mes de enero de
1901 y mientras realizaba una de sus giras

Figura 1. Croquis
de Londres de
Quinmivil de
Hilarin Furque
(Furque 1900: 171).

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

25

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

antropolgicas as llamadas en el diario


La Ley de Catamarca, Adn Quiroga llega hasta las ruinas encontradas por Furque, cree ver en ellas una fortaleza Inka, al
mejor estilo de Paramonga y de inmediato
comunica la novedad al Instituto Geogrfico Argentino. Pero el paradigma de aquel
momento sostenido por Ambrosetti, no le
permite lograr el crdito de sus contemporneos.
A posteriori, entre 1906 y 1907 y en el
marco de las exploraciones antes referidas, Carlos Bruch har una descripcin de
Londres de Quinmivil que no coincide plenamente con la dejada por Furque (dice no
haber observado ciertas cavidades como
nichos en los muros que aqul describe)

y tampoco puede asegurar si las ruinas


corresponden a una fortaleza indgena o a
una ciudad colonial. Pero de todos los nombrados slo Bruch aclara cmo trabaja en el
campo, realizando algunos relevamientos,
que me he procurado, valindome de brjula y
cinta mtrica. Las reproducciones de los objetos
arqueolgicos, que aparecen las obtuve, salvo
unas pocas, por medio de fotografas, ya directamente, ya por un mtodo especial, despus de
haber trazado sobre aquellas el dibujo pluma:
con este procedimiento puedo asegurar la exactitud de los esquemas hasta en sus ms mnimos
detalles (Bruch, 1911: VI) (Figuras 2 y 3).
A fines del siglo XIX y principios del
XX las herramientas usadas en el trabajo
arqueolgico de campo eran slo la cinta
Figura 2 y 3.
Fotografas de
Londres de
Quinmivil realizadas
por Carlos Bruch en
1907 (Bruch, 1911:
166 y 169).

26

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

mtrica, la brjula y una cmara fotogrfica, a la par de un poder de observacin y


descripcin relevantes materializado en un
minucioso registro escrito. Como veremos,
estas herramientas perdurarn a pesar del
tiempo.
En 1919 el coleccionista Benjamn Muniz
Barreto decide emprender una serie de expediciones a distintas regiones del NOA
con el objeto de realizar mltiples excavaciones arqueolgicas en distintas necrpolis
indgenas, particularmente en las provincias
de Jujuy, Tucumn y Catamarca. Para ello
contratar primeramente a Carlos Schuel y
luego al ingeniero checoeslovaco Vladimir
Weiser, bajo cuyas rdenes trabajarn Federico Wolters, F. Murr y A. O. Peperniceck.
El ingeniero Antonio Bernarsich era quien
deba pasar en limpio los planos y mapas
que levantaba Vladimir Weiser. Martn Jensen y Federico Wolters, que eran dibujantes,
tenan a cargo los bocetos complementarios
de los planos de construcciones indgenas,
los paisajes regionales que permitan a posteriori el estudio de las tcnicas de construccin usadas y de las tumbas para el estudio
de las costumbres funerarias. El Dr. Salvador Debenedetti, quien en varias ocasiones
se traslad al lugar de las excavaciones, estaba a cargo de la clasificacin de los objetos arqueolgicos y de la realizacin de su
catlogo. Las exploraciones y expediciones
se realizarn durante diez aos y los datos
de ellas sern exhaustivamente registrados
en libretas de campo, diarios de viaje, dibujos, planos, croquis y fotografas en blanco y
negro (Semp, 1987: 92).
El 20 de Noviembre de 1925 el ingeniero
Weiser, acompaado de un baqueano, recorre por un lapso de tres horas nuestro sitio.
En el Diario de Viaje de la VIII Expedicin
consigna con detalle estructuras y pircas
que puede ver escasamente por estar toda
la regin, igual el llano bajo o los cerros cubierto
con un monte denso de arbustos altos y tambin
en partes por rboles grandes () Tan tupida
es esta selva que impide absolutamente una recorrida a caballo. Con dificultad se penetra a

pi, siempre agachado, torcindose de un lado


al otro, perdiendo as todo rumbo. Guiado
por el joven baqueano Bartolom Delgado
relata que, recorremos por la tarde el viejo pueblo Shincal en la quebrada Shincal, casi
una legua hacia Oeste del actual pueblo Londres,
tambin conocido bajo el nombre de pueblo viejo
de Londres () En medio del monte encontramos, dentro de una gran muralla de circunvalacin, paralelo con ella otras murallas, trozos de
viviendas, que muestran nichos en su interior.
Tambin aqu las murallas son de piedras puestas en barro. Hago dos fotos, pero la mala luz,
por el tiempo ya avanzado, no hace esperar un
buen resultado. Ms adelante seala que
hacia el sur divisa y asciende a un cerrito
que, creemos, es el actual Cerro Aterrazado
Occidental (ver Moralejo y Aventn Moretti
en esta obra, Figura 2). hay un ncleo de
algunas filas de viviendas, segn las palabras
del baqueano. Solamente con gran dificultad podemos distinguir unos trozos de murallas, una
vez subido el cerrito. Un monte denso y tupido
de breas, monte negro, cardones, etc. etc. cubre
todo el suelo. El buen baqueano indica muchos
lugares, para l conocidos pero para nosotros
invisibles. El cerrito mismo tendr una elevacin de unos 25-30 m sobre el valle; es de muy
poca extensin y tiene solamente una muralla de
circunvalacin muy cerca de plana cumbre. El
llano de la cumbre no lleva indicios de viviendas
y en muchos lugares mira la pea crecida afuera.
Parece que este cerrito serva solamente de torre
de vigilancia. Y asegura que ser muy
difcil hacer aqu excavaciones que den un resultado favorable por la tupida selva que lo tapa
todo. Peor an ser la tarea de tomar un plano de
estas ruinas (Diarios de Viaje, VIII Expedicin, Divisin Arqueologa, Museo de La
Plata) (Figuras 4 y 5).
En 1929 despus del fallecimiento del ingeniero Weiser, en el marco de la XI Expedicin, Federico Wolters excava en el asentamiento de El Shincal varias tumbas con
abundante material cermico. Los mismos
corresponderan a los estilos Beln, BelnInca e Inca (Raffino et al., 1983-1985: 437).
Las excavaciones realizadas en estas ex-

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

27

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

pediciones fueron hechas con pico y pala y


estn ilustradas por gran cantidad de fotografas, algunas de las cuales reproducimos
en las Figuras 6 y 7.
A lo largo de una dcada y como resultado de todas estas expediciones arqueolgicas patrocinadas por B. Muniz Barreto se
reunieron un total de 12000 piezas, distintas
tradiciones orales, valiosos dibujos y fotografas de los principales lugares y estructuras encontradas que fueron depositados
en el Museo de La Plata en el ao 1931. Dos
aos despus, en 1933, sern compradas
por el Estado Nacional (Semp, 1987: 93).
Los conjuntos arqueolgicos y la informacin contenida en la documentacin de
todas las expediciones permanecen desde
entonces inditas en la Divisin Arqueologa del Museo de La Plata y conforman la
Coleccin Benjamn Muniz Barreto (BMB).
Ella constituye una valiossima fuente de
informacin a partir de la cual y en conjuncin con las investigaciones en el terreno, se
han podido sistematizar los estudios para la
comprensin de los procesos culturales prehispnicos del NOA.

Figuras 4 y 5.
Fotografas de El
Shincal realizadas
por Wladimir
Weiser en 1925
(lbum Fotogrfico
Expediciones
Barreto, Divisin
Arqueologa, Museo
de La Plata).

28

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figuras 6 y 7.
Fotografas de la
coleccin Barreto
donde se ve la
metodologa de
excavacin en
tumbas (lbum
Fotogrfico
Expediciones
Barreto, Divisin
Arqueologa,
Museo de La
Plata).

La arqueologa
desde el cielo
En la dcada que se extiende desde 1950
a 1960 y en el marco de sus investigaciones
en el Valle de Hualfn (provincia de Catamarca), ser el Dr Alberto Rex Gonzlez
quien estudiar distintos materiales, libretas de campo y diarios de la coleccin Muniz Barreto e introducir, en la Arqueologa
argentina, el empleo de una herramienta

revolucionaria para ese momento, como fue


el uso de las aplicaciones aeronuticas especficamente la fotografa area para estudiar reas extensas de terreno, si bien ya la
Geografa, la Geologa y hasta la Zoologa
hacan uso de ella.
Esta metodologa tuvo un gran auge a
partir de la Primera Guerra Mundial, si bien
casi una dcada antes ya se utilizaba. La
primera fotografa area para uso arqueolgico, de la cual se tiene registro, fue reali-

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

29

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

zada por Giacomo Boni en 1899 utilizando


un globo cautivo en el Foro Romano. En
1915 y desde aviones ser Jrme Carcopino
quien comience a utilizar la fotografa area
para arqueologa en Troya y un ao despus
Len Rey hace lo mismo en Macedonia, ambos utilizando aviadores franceses (Orejas,
1995: 35). Aos ms tarde, esta prctica se
generaliz en distintos pases de Europa y
Amrica.
En Amrica, la aviacin haba sido utilizada como auxiliar de los estudios arqueolgicos desde los primeros momentos de la
historia de la aeronutica. Ms precisamente
en Per, la gran cantidad de restos y ruinas
arqueolgicas, as como las condiciones de
extraordinaria visibilidad favorecieron el
afianzamiento de esta tcnica en la dcada
de 1950 (Rowe, 1953). Una misin norteamericana cumpli 450 horas de vuelo sobre los
sitios de Chan Chan, Pachacmac y Machu
Pichu entre otros, y dio lugar a su uso sistemtico para la arqueologa, dado que permita planificar excavaciones sobre la foto para
luego realizar la bsqueda arqueolgica en
el terreno.
En el ao 19511, durante los das 11 y el
12 de marzo, Alberto Rex Gonzlez realiza
un vuelo por la zona del valle de Hualfn,
con el objetivo de tomar fotografas areas
antes de realizar trabajos de excavacin. Utiliza para ello un avin Beechcraft AE-14 de
la escuela de aviacin militar equipado para
aerofotografa. Este investigador consigna
que, si bien su inters era fotografiar el valle de Hualfn, para entrar al valle sobrevol
el cerro del Chincal o Shincal en las proximidades del pueblo de Londres. En este lugar existen abundantes restos de habitaciones, corrales
y grandes murallas de piedras. El estudio de la
alfarera que en ella se halla, revela los restos de
una antigua guarnicin incaica (probablemente
del ltimo cuarto de siglo XV) (Gonzlez,

1952b: 30). Comenta tambin que desgraciadamente la visualizacin desde el aire de estas
interesantes ruinas era sumamente difcil debido al denso monte que las cubre por completo
(Gonzlez, 1952b: 30). Recin entre 1952 y
1955 Gonzlez completa su trabajo de fotografas areas totalizando unas 16 horas de
vuelo sobre el rea comprendida entre el valle de Catamarca, Bolsn de Andalgal, Aimogasta, Aconquija, Valle de Hualfn, Santa Mara y Taf. Ello le posibilita identificar
sitios arqueolgicos como Las Estancias (de
filiacin Condorhuasi-Aguada), Taf, Cerro
de Loma Larga, Chincal, Loma Rica (valle
de Santa Mara), Hualfn y Huilische, entre
otros.
En 1954 y patrocinado por la Sociedad Argentina de Americanistas, Gonzlez (1956 y
1966) utiliza esta nueva tcnica de observacin y prospeccin para realizar una campaa en la zona de El Shincal (Figura 13a y 13b).
Excav entonces lo que l llamo las ruinas
de Simbolar, hoy conocidas como la casa del
curaca o jefe, concluyendo que, por su arquitectura, los tipos cermicos encontrados en
el lugar y por la presencia en las inmediaciones de restos del camino del Inka, se trataba
de un sitio inkaico. Sus resultados fueron
publicados en 1966 por la Junta de Estudios
Histricos de Catamarca y dej planteada
como posibilidad la penetracin inka en
el territorio del NOA, citando como valioso antecedente los trabajos del Padre Len
Strube Erdmann (Strube Erdmann, 1943 y
1945). Pero ya con anterioridad a este aporte
de Gonzlez se haban hecho estas aseveraciones. Por ejemplo, Canals Frau sostena
en 1956 que El Shincal era inkaico. Al referirse al camino del Inka, dice que pasaba
por Beln donde se fundara la primera ciudad de
Londres y cerca de un asiento del Inca que podemos identificar con las ruinas del Chincal
(Canals Frau, 1956: 36). Mrquez Miranda,

1
En Argentina, en 1934, el Dr. Olsacher fue el primero en reconocer la importancia del relevamiento areo y el uso de la fotografa area para las Ciencias;
mientras que el primero en usarla fue el Dr. Jos F. Mayo quien, mientras cumpla horas de vuelo en su entrenamiento como piloto civil, pudo reconocer
y fotografiar, con la luz del crepsculo, la lnea de fortines y rastrilladas indias que partiendo de Trenque Lauquen se dirigan a Guamin (Gonzlez
1952a y 1952b).

30

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

por su parte, menciona que aparece alfarera


santamariana bicolor asociada a elementos
inkaicos ... Tal el caso de tumbas halladas en
Chincal (Catamarca), cerca de Londres... (Mrquez Miranda y Cigliano, 1957: 23).
El uso de la fotografa area en la arqueologa argentina ser, a partir del aporte de
Gonzlez, la herramienta ms adecuada
para poder reconocer estructuras arqueolgicas de manera remota, tanto ya conocidas
como nuevas y elaborar estrategias de prospeccin y muestreo con mayor precisin.
Asimismo, a travs del reconocimiento areo de la topografa, vegetacin y erosin,
permitir realizar mapas topogrficos ms
detallados a la vez que salvar los errores que
poda producir la accin de esta ltima.
A partir de sus excavaciones en el Valle
de Hualfn y El Shincal se incorporan a los
trabajos arqueolgicos datos procedentes de
diversas fuentes de estudio, ampliando as la
informacin y los resultados de los mismos
Dichas fuentes de estudio incluyen, adems
de la excavacin de tumbas y la observacin
de la coleccin Muniz Barreto, el examen de
superficie de los sitios, pruebas estratigrficas y fechados radiocarbnicos, as como el
uso sistemtico de las fotografas areas.

La arqueologa digital y
las nuevas herramientas
Desde fines de la dcada del 70 ser el Dr.
Rodolfo Raffino quien retomar las investigaciones en la zona, comprendiendo los sectores medio y meridional del valle de Hualfn, la Sierra de Zapata y la precordillera
del occidente de Catamarca, en el marco del
Proyecto Inka, auspiciado por el CONICET
y luego por la National Geographic Society
(Raffino, 1978; Raffino, 1981).
Las herramientas utilizadas en ese momento por los arquelogos eran bsicamente mapas topogrficos del IGM (Instituto
Geogrfico Militar hoy Instituto Geogrfico
Nacional)2. Asimismo, se utilizaban fotografas areas provistas tambin por el IGM gracias al denominado Plan NOA, el cual consisti en la toma sistemtica de fotografas
areas para uso geolgico, minero y topogrfico, realizado a partir de 1969.
Puntualmente en el sitio El Shincal, Raffino
comenzar a hacer prospecciones entre 1981
y 1982, realizando planos del sitio y sistematizando sus rasgos arquitectnicos (Figura 8).
La confeccin de los primeros planos de este
sitio arqueolgico ser realizada por el Arq.
Figura 8.
Fotografa de El
Shincal en 1981
(Fotografa de R.
A. Raffino).

2
El IGM comenz a efectuar relevamientos de manera sistemtica y regular para la confeccin de la cartografa en todo el pas a partir de Octubre de
1941, en cumplimiento de la Ley de la Carta (Ley n12.696).

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

31

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 9. Vista isomtrica y probable reconstruccin de la Casa del Jefe realizada


por Ricardo Alvis en la dcada del 80 (Raffino, 2004: 36).

32

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

33

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Ricardo Alvis con cinta mtrica y brjula y


se pueden cotejar hoy da los pocos errores
cometidos en los mismos, a pesar de la espesura de la vegetacin con la que debi lidiar
(Figura 9 y 13c). Otro de los instrumentos
utilizados para cotejar las alturas de los sitios
fue el altmetro baromtrico.
Paralelamente, a fines de los aos 80, John
Hyslop (1990) visita el sitio El Shincal en el
marco de la investigacin que conformar su
obra Inka Settlement Planning, publicada
en 1990. Recorre las instalaciones y redibuja el
plano del sitio pero basndose en los publicados previamente por Gonzlez y por Raffino.
Posteriormente, y mientras Raffino se dedica a buscar las trazas del Qhapaq an que
rodea el sitio, uno de los autores de este trabajo ser comisionado para trabajar in situ,
dedicndose al registro de los diferentes
patrones arqueolgicos para definir la variabilidad social, as como al estudio de la economa espacial, analizando una amplia gama

de variables, tales como tipos de suelo y cubierta vegetal, entre otras.


La labor comprender excavaciones en
kallankas y mapeo pormenorizado en tres dimensiones de las piedras de derrumbe, incorporando por primera vez en el sitio el uso del
nivel ptico y plancheta. Todo esto utilizado
no slo para el enriquecimiento del mapa o
plano, sino para la implementacin de la tcnica de anastilosis (Raffino et al., 2000) (Figura
10). Asimismo se incorpora la utilizacin de
anemmetros, higrmetros y termmetros
en distintos sectores del sitio, como tambin
la flotacin de sedimentos para la bsqueda
de restos vegetales (Couso et al., 2015). A mediados del ao 1995, en las excavaciones de
las kallankas, ushnu y sinchiwasi se introducir
el uso de teodolito, de GPS con disponibilidad selectiva3, la digitalizacin de las planillas de excavacin y se complementar, en
esta etapa, el registro analgico con el digital
(Figuras 11 y 12).

Figura 10. Vista parcial del trabajo de anastilosis vertical realizada en el permetro del ushnu en el ao 1993
(Fotografa de D. Iturriza).
3
El error o disponibilidad selectiva (S/A), fue la degradacin intencionada de la seal del GPS (error entre 20 a 100 m) para evitar la excesiva precisin
de los receptores comerciales.

34

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 11.
Fotografa de
la excavacin
del Recinto 1
del Sinchiwasi
realizada en 1994
(Raffino, 2004:
106-107).

Figura 12.
Fotografa de la
excavacin de la
Kallanka 1 realizada
en 1995 (Fotografa
de R. A. Raffino).

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

35

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Al uso ya difundido de la fotografa area, se le sumar el de las primeras imgenes satelitales disponibles a nivel comercial.
Primeramente se usarn las Landsat 5, de
formato impreso. Y luego las Landast 7,
usadas ya de manera digital.
Los planos se realizaban, hasta aqu, con
tinta china y Rotring y los informes y datos
eran todos analgicos, usndose la mquina
de escribir, la cual ser progresivamente reemplazada por la PC4 y sus procesadores de
texto (Professional Write 2) y planillas de clculo (Lotus 123). Asimismo el advenimiento
de internet permitir obtener, compartir y
difundir informacin de una manera ms
inmediata lo que acelerar el proceso de globalizacin de la informacin arqueolgica.
A medida que se van incorporando herramientas tecnolgicas ms avanzadas en el
sitio El Shincal, comienzan a realizarse trabajos interdisciplinarios as como la paulatina incorporacin de becarios del CONICET,
quienes realizarn sus tesis doctorales sobre
diferentes aspectos del sitio (Raffino, 2004;
Couso et al., 2015). No hemos querido introducirnos en el tema de los marcos tericos,
que han ido cambiando a la par de las innovaciones tecnolgicas, por considerarlo tema
para un prximo aporte.
Hacia fines de la dcada de 1990 Ian Farrington establece que El Shincal podra ser
considerado como otro Cuzco (Farrington,
1999: 61) y realiza sus trabajos de mensura
y arqueoastronoma utilizando como herramienta la estacin total, la cual le permitir
realizar el primer plano CAD (diseo asistido por ordenador) del sitio y las primeras
mediciones de las estructuras a error milimtrico (Figura 13d).
En esta poca tambin comienzan a utilizarse en el sitio las primeras fotos digitales. Si bien stas permitan un registro ms
dinmico, obtenindose gran cantidad de
fotos en un mnimo de tiempo y facilitando

la difusin de las mismas, su resolucin era


muy pobre5. La fotografa digital permitir la realizacin de anaglifos (fotografa en
dos dimensiones con efecto tridimensional)
y, sumado ello a los programas grficos de
edicin y de animacin 3D, permitirn la
virtualizacin del sitio y de las estructuras
(Figura 14).
En el ao 2000 se comienzan a utilizar en
el proyecto El Shincal los Sistemas de Informacin Geogrfica (SIG), junto a los GPS ya
sin disponibilidad selectiva, imgenes satelitales con mayor resolucin, la fotogrametra
y los modelos digitales de elevacin. Los SIG
son un conjunto de herramientas que gestionan toda la informacin georeferenciada que
se posee tanto cartogrfica como arqueolgica en un solo software, a manera de capas
(layers), lo cual permitir la interaccin de las
mismas y la obtencin de nuevos datos y la
formulacin de hiptesis. Esto facilitar, por
ejemplo, la creacin de modelos virtuales
predictivos, tales como los estudios de visibilidad, accesibilidad, movilidad en el paisaje, entre otros.
Desde el 2004 la portabilidad de la tecnologa permitir concurrir al sitio con Notebooks y PDAs (asistentes digitales personales), para compilar y completar, directamente en el terreno, la informacin en el SIG.
A partir del 2005 comienza a producirse
la revolucin satelital gracias a la masividad de las imgenes publicadas por software
libre como el Google Earth6, el cual, paulatinamente, ir cubriendo con imgenes de alta
resolucin el territorio argentino y por consiguiente El Shincal de Quimivil, permitiendo
a cualquier usuario ver desde el cielo la
totalidad del sitio y de sus estructuras.
En un futuro cercano se prev utilizar por
primera vez en El Shincal un GPR (Groundpenetrating radar) o GeoRadar para detectar
estructuras, objetos o anomalas en el sustrato del sitio.

Intel 80286 o AT286, la cual utilizaba el MSDOS como sistema operativo.


Sony Mavica MVCFD75 con una resolucin de 640x480 o 0.3MP, zoom ptico de 10x y disquetera incorporada.
Anteriormente exista software similar pero no de uso gratuito, como el Keyhole y el EarthViewer 3D.

4
5
6

36

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 13. Planos de la Casa del Jefe o Sector 5g: a. Plano realizado por Rex Gonzlez en 1956 basado en una fotografa area
(Gonzlez, 1956: 53); b. Plano realizado por Rex Gonzlez en 1966 (Gonzlez, 1966: 19); c. Plano realizado por Ricardo Alvis en
la dcada del 80 (Raffino, 2004: 34); d. Plano redibujado basado en el levantamiento con estacin total de Ian Farrington en los
90 (Moralejo, 2011: 93).

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

37

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 14. Posible reconstruccin del Sinchiwasi utilizando el CAD realizada por Diego Gobbo (Raffino, 2004: 112).

Por otro lado, se implementar tambin el


uso de globos aerostticos y drones (UAV)7
para obtener un registro pormenorizado de
todas las estructuras, relevamiento areo de
zonas inaccesibles por la vegetacin, y para
realizar un modelo de elevacin en alta definicin del sitio a travs de restitucin fotogramtrica.
Finalmente, se est perfeccionando una
tcnica que, similar al LIDAR8, permitir el
registro en tres dimensiones a travs de un
dispositivo recreativo9 de bajo costo, para
la obtencin en 3D de los hallazgos arqueolgicos. Asimismo, creando el dispositivo
porttil se podrn registrar directamente las
diferentes etapas de la excavacin, recrendolas en la PC. Otra de las posibilidades que
nos brindar este dispositivo ser el escaneo
de las estructuras de El Shincal, realizando
as el mapeo 3D del mismo.

Consideraciones Finales
Como hemos visto a lo largo de esta lnea
de tiempo, muchos han sido los cambios
introducidos en la investigacin de un mismo sitio arqueolgico. En los ltimos veinte
aos, el uso de la tecnologa digital se ha
generalizado en el registro y estudio de las
excavaciones arqueolgicas, mejorando la
obtencin de datos, facilitando su comunicacin y demandando, a la par, que el operador de esta tecnologa sea cada vez ms
idneo, generando as una clara tendencia
a la profesionalizacin y tercerizacin del
uso de la misma. No obstante ello, esta lnea
de tiempo tambin nos ha permitido ver
aquello que ha perdurado desde fines del
siglo XIX hasta nuestros das.
Creemos que, mientras las tecnologas
constituyen una sofisticacin propia de la

Unmanned Aerial Vehicle o Vehculo areo no tripulado.


Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging, sistema que a partir de un escner laser transportado, permite obtener una
nube de puntos del terreno u objeto.
9
KINECT, sensor o controlador de videojuegos de Microsoft, que detecta la profundidad gracias a la emisin de infrarrojos.
7
8

38

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

globalizacin que no garantiza el conocimiento arqueolgico, la brjula, la cinta


mtrica y la cmara de fotos aunque ahora
digital seguirn siendo herramientas preciadas e imprescindibles para el trabajo de
campo arqueolgico, al igual que lo fueron
a fines del siglo XIX y durante el XX. Ellas
son fciles de transportar y de usar, no requieren capacitacin continua, son confiables y no las alteran los cambios climticos. Sin ellas y sobre todo, sin una certera
observacin avalada por un marco terico
adecuado, de nada le servirn al arquelogo
tantas y tan nuevas herramientas digitales.
Como acpite final de estas pginas, queremos recordar que aquella primera observacin de Furque si bien con una funcionalidad equivocada En el cuartel del sud (H),
en la muralla del mismo lado, hay unas cavidades
como nichos: estn como ochenta centmetros
del suelo y distantes dos metros uno de otro...
permiti, en el decurso de todos los cambios
polticos, econmicos y de formacin acadmica que se suscitaron a lo largo de casi un
siglo, desentraar de aquel primigenio Londres de Quinmivil, las huellas y la traza del
centro administrativo-ceremonial inkaico
de El Shincal de Quimivil.

Agradecimientos
Deseamos expresar nuestro agradecimiento a Alicia Castro y Juan Carlos Gmez
por sus comentarios y sugerencias. Y a Jorge
Kraydeberg y Gabriel Alarcn por su oportuna ayuda con los materiales fotogrficos y
de archivo de la coleccin Muniz Barreto.

Bibliografa
Bruch, C.1904. Descripcin de algunos sepulcros calchaqus. Revista del Museo de La Plata, XI: 13-28.
1911. Exploraciones Arqueolgicas en las
Provincias de Tucumn y Catamarca. Revista del Museo de La Plata, XIX (1): 1-209.

Canals Frau, S. 1956. El pueblo de Capayn y


los indios capayanes. RUNA, VII, Primera
Parte: 29-36.
Couso, M.G., R. Raffino, A. Icona , D. Gobbo,
R. Moralejo , A. Capparelli, D. Iturriza, A.
Quaranta , R. Giambelluca, J. Gianelli, M.
Aventn Moretti, A. Ochoa, P. Espsito y J.
Pellizzari
2015. 30 aos de investigaciones en el Shincal de Quimivl (Catamarca, Argentina)
Capital administrativa y Centro ceremonial Inka al Sur del Kollasuyu. Arqueologa
y Paleontologa de la Provincia de Catamarca.
Editorial Fundacin Azara y Direccin de
Antropologa de la provincia de Catamarca.
En prensa
Farrington, I. 1999. El Shincal: un Cusco del
Kollasuyu. Actas del XII Congreso Nacional
de Arqueologa Argentina. C. Diez Marn ed.,
Tomo I: 53-62. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP, La Plata.
Furque, H. 1900. Las ruinas de Londres de Quimivl. Anales de la Sociedad Cientfica Argentina, L: 166-171. Buenos Aires. Argentina.
Gonzlez, A.R. 1952a. Resucita el Avin los Secretos de Civilizaciones Milenarias, 1 Parte, Revista Nacional de Aeronutica, XII (128):
14-17.
1952b. Resucita el Avin los Secretos de
Civilizaciones Milenarias, 2 Parte, Revista
Nacional de Aeronutica, XII (129): 28-31.
1956. La fotografa y el reconocimiento areo en las investigaciones arqueolgicos
del N.O. argentino, Anales de Arqueologa y
Etnologa, Universidad Nacional de Cuyo,
Facultad de Filosofa y Letras, Tomo XII,
Mendoza.
1966. Las ruinas del Shincal. Actas del Primer Congreso de Historia de Catamarca. Junta
de Estudios Histricos de Catamarca. Tomo
Tercero: 15-28. Catamarca.
Hyslop, J. 1990. Inka Settlement Planning. University of Texas Press.
Lafone Quevedo, S. 1887. Londres y Catamarca.
Buenos Aires.
Mrquez Miranda, F. y E. Cigliano.1957. Ensayo de una clasificacin tipolgico-cronolgica de la cermica Santamariana. Notas del
Museo, Antropologa, XIX (63). La Plata.
Moralejo, R. 2011. Los Inkas al sur del Valle de
Hualfn: organizacin del espacio desde una
perspectiva paisajstica. Tesis Doctoral N

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

39

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

1150, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. Argentina. Disponible en Servicio de Difusin
de la Creacin Intelectual, UNLP: http://
sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/5242 (Setiembre 2014).
Orejas Saco del Valle, A.1995. Del marco geogrfico a la arqueologa del paisaje: la aportacin de la fotografa area. Volumen 15 de
Monografas, Consejo Superior de Investigaciones Cientficas. Editorial CSIC - CSIC
Press, Espaa
Quiroga, A. 1992 [1897]. Calchaqu. Editorial
TEA (3 edicin). Buenos Aires.
Raffino, R.A. 1978. La ocupacin Inka en el N.O.
argentino. Resumen y perspectivas. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropologa,
XII (Nueva Serie): 95-122.
1981. Los Inkas del Kollasuyu. Editorial Ramos Americana. La Plata.
2004. El Shincal de Quimivl. Editorial Sarqus. San Fernando del Valle de Catamarca.
Raffino, R.A., R. Alvis, L. Baldini, D. Olivera y
G. Ravia. 1983-1985. Hualfn - El Shincal

40

- Watungasta. Tres casos de urbanizacin


Inka en el N.O. argentino. Cuadernos del Instituto Nacional de Antropologa, 10.
Raffino, R., D. Iturriza y D. Gobbo. 2000. Revalorizacin de la kallanka 1 de El Shincal de
Quimivl. Revista Relaciones de la Sociedad
Argentina de Antropologa, XXV: 313-344.
Rowe, J.H. 1953. Technical aids in anthropology: A historical survey. En Anthoropolgy
Today: An Encyclopedic Inventory, ed. A.L.
Kroeber: 895-940. Chicago, IL: University of
Chicago Press.
Semp, C. 1987. La Coleccin Benjamn Muiz
Barreto del Museo de La Plata. Novedades del
Museo de La Plata, I (11): 92-93.
Strube Erdmann, L. 1943. Los pucars del NO
argentino son de filiacin incaica. Actas del
Congreso de Historia Argentina del Norte y
Centro. Tomo I: 270-296, Crdoba.
1945. Fortalezas y Fortines incaicos. Revista
Geogrfica Americana, XIII (136): 27-34.
1966. Londres de Quinmivil. Apuntes y Glosas. Primer Congreso de Historia de Catamarca.
Junta de Estudios Histricos de Catamarca.
Tomo Tercero: 51-57. Catamarca.

DE LO ANLOGICO A LO DIGITAL: LNEA DE TIEMPO DE UN SITIO ARQUEOLGICO

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

EL PAISAJE RITUAL EN
EL SHINCAL DE QUIMIVIL.

LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS


ARQUEOASTRONMICOS.

Ian Farrington1, Ricardo Moyano2 y Gustavo Daz 3


Visiting Fellow in Archaeology, School of Archaeology and Anthropology, ANU, Canberra, Australia; [email protected];
Becario Posdoctoral del Instituto de Investigaciones Histricas, UNAM, D.F., Mxico; [email protected];
3
Estudiante de Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales e IML, UNT,Tucumn, Argentina; [email protected]
1
2

Resumen: Se analiza el concepto de paisaje ritual a partir del anlisis astronmico del sitio El Shincal de
Quimivil, provincia de Catamarca, Argentina. Como hiptesis se plantea la utilizacin del ushnu y las
plataformas este y oeste en la zona de la gran plaza, para la observacin del Sol y la Luna, en relacin
a ejes arquitectnicos y marcadores naturales de horizonte. Los resultados sealan la importancia
de la orientacin E-W y los momentos cercanos a los equinoccios, en el fenmeno conocido como
crossover, til para el seguimiento y prediccin de eclipses dentro del ciclo Metnico. Lo que puede ser
interpretado, como el manejo consciente, de parte de los incas y/o sus representantes, del entorno local
con fines rituales, polticos y calendricos.
Palabras claves: Paisaje ritual; Inca; Observacin del cielo; Mnemotecnia; Prediccin de eclipses; El
Shincal

THE RITUAL LANDSCAPE OF EL SHINCAL DE QUIMIVIL. THE IMPORTANCE OF


ARCHAEOASTRONOMICAL STUDIES
Abstract: In this paper we analyze the concept of ritual landscape through an analysis of El Shincal de
Quimivil in the Province of Catamarca, Argentina. We pose the hypothesis that the ushnu platform and
the hills to the east and west of the plaza were for the observation of the sun and moon in relation to the
architectural and natural features of the horizon. The results indicate the importance of the E-W axis and
of the time close to the equinoxes with the phenomenon known as the crossover, which is useful for the
prediction of eclipses within the Metonic cycle. This is interpreted as deliberate actions and observations
by the Incas and/or their local representatives to organize the ceremonies, politics and calendar for El
Shincal.
Keywords: Ritual landscape; Inca; Observation of the sky; Memory aids; Eclipse prediction; El Shincal

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

41

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Introduccin
El paisaje se define desde una epistemologa occidental vulgarmente como el
terreno o espacio, observado desde un lugar, resultado de distintas variables de tipo
fsico, social o simblica, en constante interaccin con el hombre, el cual adems de
definirlo, lo transforma y le da sentido en
forma constante. Segn la UNESCO (1992),
el paisaje en su acepcin de paisaje cultural se define como el conjunto de obras
combinadas de la naturaleza y el ser humano, que ilustran la evolucin de las sociedades humanas, bajo las condiciones naturales
del medio y que son resultado de las condiciones sociales, econmicas y culturales de
cada momento histrico1.
Por otro lado, en las ciencias sociales y
en particular la arqueologa existen variados esfuerzos para definir el rol del paisaje
(espacio) en las relaciones y procesos sociales. El cual, es ante todo nunca un teln de
fondo para las actividades humanas, sino
una dimensin activa ms de las mismas,
que configura y da sentido a la vida social.
Transformndola ya sea, a travs de la experiencia y los sentidos, configurando historias y memorias que a la larga, no slo son
el resultado de las actividades humanas,
sino tambin parte de este mismo paisaje
(Iwaniszewski, 2007; Acuto, 2012; Jacob et
al., 2013).
En esta lnea de trabajo, el paisaje ritual
se podra entender como un paisaje culturalmente transformado a travs de la historia, un
lugar que conectaba los centros polticos,
caracterizados por la existencia de templos
y adoratorios que resaltaban los fenmenos
naturales, particularmente relacionados con
el culto a los cerros, las rocas, las cavernas,
los cuerpos de agua, entre otros, as como
los fenmenos atmosfricos y las observaciones astronmicas, cuya funcin era ante
todo poltica, sincrtica e integradora entre
un Estado, en este caso el Inca, y los grupos

conquistados (siguiendo ideas de Broda,


2001).
Una visin similar, pudiera ser aplicada en los Andes, salvando las distancias,
en relacin a la necesidad de los incas por
incluir las huacas locales, e.g. cerros y volcanes nevados, dentro de la poltica expansiva en la zona conocida como Collasuyu,
incorporando conceptos de la ideologa
local, a travs de las prcticas religiosas del
Estado, ligadas con aspectos tangibles de
la naturaleza y relacionadas con entidades
sagradas, tambin conceptualizadas como
lugares mticos de origen y/o morada de
los ancestros (Leibowicz et al., 2014).
Esta forma de comprender y apropiarse
del mundo, se traslad tambin al cielo e
incluy la observacin, registro y sacralizacin de los ciclos del Sol, la Luna, algunos planetas y estrellas, adems de zonas
oscuras de la Va Lctea y fenmenos meteorolgicos, tal como testifica la imagen de
Pachacuti (1993 [1613]), del templo del Sol
o koricancha en Cusco, donde se observan
divisiones (en los ejes vertical y horizontal) de jerarqua y gnero, asociados a elementos del cielo, la tierra y el inframundo,
dentro de un cosmograma con influencias
cristianas.
Aqu, la astronoma cultural corresponde al estudio de la relacin que establece el
ser humano con el cielo, en el contexto de
procesos culturales, mecanismos de conceptualizacin y representacin, que dan
origen a cuerpos de ideas sobre los fenmenos celestes. Es decir, los distintos procesos
culturales o mecanismos especficos de conceptualizacin y representacin de fenmenos astronmicos, as como el conjunto de
ideas y artefactos que resultan de la misma.
En el caso del estudio del pasado, se define
como arqueoastronoma o interdisciplina
que combina el anlisis cuantitativo de la
astronoma, con el enfoque descriptivo de
las ciencias sociales y humanidades, cuyo
fin es estudiar los sistemas astronmicos

http://whc.unesco.org/en/culturallandscape/

42

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

de los grupos humanos del pasado (Aveni,


2005; Iwaniszewski, 2011; entre otros).
Los incas, dentro de su expansin sociopoltica, econmica y religiosa, alcanzan los
territorios de la actual provincia de Catamarca con fechas cercanas al ao 1470 DC,
o inclusive un poco antes, construyendo
y/o mejorando campos de cultivo, caminos,
tambos, adoratorios y centros administrativos, destacando el sitio El Shincal, uno de
los enclaves ms importantes del noroeste
de Argentina, ubicado en la serrana homnima, entre los ros Quimivil y el Hondo (27 41 11,4 S; 67 10 42,9 W; 1356
msnm) (vase Figura 2 en el artculo de
Moralejo y Aventin Moretti de esta obra).
Por la evidencia arquitectnica, material
y paisajstica, el sitio El Shincal correspondera a una capital provincial o huamani
Inca, tiene una superficie que supera las
30 ha, dentro de la cual se destacan del
centenar de estructuras una gran plaza o
haukaypata, circunscrita por dos plataformas naturales aterrazadas al este y oeste,
una plataforma ushnu en el centro, cinco
grandes galpones o kallankas, un sinchihuasi, algunas kanchas y collcas (Raffino, 1981,
2004; Raffino et al., 1997) (Figura 1).
De acuerdo con los trabajos de Farrington (citado por Raffino, 2004: 24-29), en
relacin a la astronoma, tanto las plataformas este y oeste, as como el ushnu, seguramente fueron utilizados para ceremonias
dedicadas al Sol y otros elementos del cielo. Ideas que no resultan ajenas, si comparamos con otros contextos incaicos donde
se busc, a travs de la arquitectura y el uso
del paisaje, replicar los elementos sagrados
de la geografa y la observacin del cielo
del Cusco (Hyslop, 1985).
Trabajos recientes, incluso planteaban la
posibilidad de que la ubicacin geogrfica
del sitio, cercana a los 28 de latitud sur,
permitiera a los incas y/o sus representantes seguir el movimiento de la Luna en su
declinacin mayor al sur. No obstante que
la evidencia, a la fecha, de cuenta ms bien
de orientaciones y marcadores de horizon-

te para la parada menor de la Luna y los


momentos cercanos a los equinoccios o
crossover (Ianiszewski, 2010; Moyano, 2013;
Moyano et al., 2014).
Como hiptesis de trabajo, se plantea la
posibilidad de que los incas fueran conscientes del ciclo Metnico (19 aos 235
lunaciones), que en referencia al ao solar
de 365 das, permite seguir el ciclo de eclipses, gracias a los movimientos del Sol y la
Luna. Este fenmeno intersticial, quizs fue
conceptualizado como un momento fatdico dentro de la vida de los incas, el cual era
necesario evitar o al menos, conocer su recurrencia, para evitar la ruptura y desorganizacin y ruptura del espacio-tiempo.
La evidencia arqueoastronmica no slo
apunta en esta lnea, sino tambin complementa la nocin de paisaje sagrado que quizs manejaron los antiguos observadores
del cielo en El Shincal y que les llevo, no slo
a manejar los aspectos del calendario (siempre en relacin a fenmenos astronmicos
concretos), sino tambin a conceptualizar
de una manera viva a manera de animismo al paisaje, entendido como relacin.

El Paisaje Inca
Los incas percibieron en su paisaje, con
epicentro en la ciudad del Cusco, un conjunto de elementos que recordaban sus orgenes y la historia de sus ancestros. Donde
los cerros, valles, rocas, cuevas, ros, manantiales y otros rasgos de la naturaleza, se
hicieron como medios mnemotcnicos en la
narracin y rememoracin de sus mitos de
origen, dioses y ancestros. En tal aspecto, el
paisaje para los incas incluy tanto a la tierra, como al cielo, ste ltimo refiriendo al
da y a la noche, los movimientos del Sol, la
Luna, estrellas y constelaciones, formando
parte importante de los calendarios agrcolas y rituales, en particular los puntos extremos de sus salidas y puestas en el horizonte
(Farrington, 2013: 294-358).
La importancia de ritos y ceremonias den-

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

43

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 1. Detalle en perspectiva de El Shincal.

tro y fuera del Cusco, tuvo su centro en el


Templo del Sol o korikancha, as como en plazas pblicas como la haukaypata y el complejo ushnu. Korikancha fue tambin el centro de sistema ceque o conjunto de 41 lneas
proyectadas en el paisaje que organiz un
grupo de 328 huacas, conformado por elementos naturales y/o modificados culturalmente por los incas debido a su connotacin
sagrada, ubicados desde el centro del Cusco
hasta los lmites de la cuenca del Watanay.
Los nombres de estas huacas no slo se repitieron dentro de la cuenca, sino tambin
fueron exportados (a manera de topnimos)
hasta los territorios conquistados e incorporados por el imperio, haciendo estos paisajes ms familiares e incas.
Entre las muchas prcticas rituales de los
incas destaca la qhapaq hucha, ceremonia
practicada por primera vez al frente de la
estatua dorada que simbolizaba al Sol, durante la inauguracin de korikancha. Luego y
para incorporar al pueblo del Cusco, esta ceremonia fue repetida al frente de una piedra
en forma de un pan de azcar cubierta de
oro y que simbolizaba al Sol y un pozo de
ofrendas en la plaza haukaypata, un ushnu.
Esta ceremonia se entenda como la vinculacin entre Cusco y sus provincias, gracias
a la construccin de complejos ushnu y enclaves con caractersticas similares al Cusco,
llamadas Nuevos Cuzcos. Estos sitios fueron
elegidos por su paisaje familiar, incorporando a su toponimia los nuevos conceptos trados desde el Cusco (Farrington, 1998, 1999,
2013).
Estas ciudades no eran copias exactas del
Cusco pero cada uno era una imagen conceptual que tena los elementos ms importantes de su arquitectura y topografa, para
ser una copia de la capital. An cuando el
Cusco no fue planificado con un trazado cardinal (N, S, E y W), un detalle importante es
el descubrimiento de cuatro cerros sagrados,

44

ubicados entre 20 y 50 km de la capital,


que coinciden con los puntos cardinales
(Farrington, 2013: 339-342). Idea que al
parecer se traslad a la construccin de
ciertos edificios en otras partes del Tawantinsuyu, como son los ejemplos de los ushnus de Vilkaswaman y Hunuco Pampa,
la plaza de Hunuco Pampa, as como el

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

lado oriental de la plaza de Pumpu, en Per


(Matos, 1994).
La fundacin del sitio El Shincal, a una distancia de 1500 km al sur del Cusco, como un
centro administrativo y poltico importante,
concuerda con la prctica referida a la fundacin de estos Nuevos Cuzcos, no obstante
la falta de topnimos y elementos del paisa-

je que puedan referir al centro del imperio


(Farrington, 1999; 2013: 351-358).
El Shincal era un gran centro provincial.
Fue construido en un gran cono aluvial entre dos ros, el Quimivil al oeste y el Hondo al este, a una altura de 1350 msnm. Est
ubicado en la zona de monte espinoso,
dominado por Prosopis flexuosa (algarrobo)

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

45

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

y Geoffroea discorticans (chaar) y un sotobosque de arbustos, como Mimosa farinosa


(shinki). Los terrenos del abanico estaban
regados y eran productivos; la extensin
sigue hasta el Salar de Pipanaco; y hay algunos cerritos bajos y afloramientos rocosos.
Al norte del sitio est el cerro El Shincal,
mientras los horizontes oriental (Sierra de
Beln) y occidental (Sierra de Zapata) estn
lejos pero los dos tienen perfiles accidentados con altos cerros y valles (Figura 2).

Los incas eligieron este lugar por la ciudad que les permiti domesticar los alrededores como un Nuevo Cuzco. Aunque tiene
la plaza y el ushnu ms grande del Collasuyu, de 175 y 16 m (108.5 y 10 rikra) de lado,
respectivamente, se encierra por cerritos
empinados y aterrazados en los lados este y
oeste, de aproximadamente 25 m de altura
sobre la plaza. Estos reciben el nombre de:
Cerro Aterrazado Oriental y Cerro Aterrazado Occidental. El resto del conjunto se com-

Figura 2. El paisaje ritual de El Shincal (CAO= Cerro Aterrazado Occidental; CAE= Cerro Aterrazado Oriental)

46

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

pleta con unas kallankas y RPCs en la plaza


y otras clases de estructuras, como edificios
rectangulares, adems de un conjunto de 30
collcas en las faldas alrededor, de la plaza
principal.
La plaza principal o haukaypata est orientada ms o menos a los puntos cardinales,
tiene forma cuadrada y tiene en su centro
una plataforma ushnu, orientada al oeste (su
escalinata) a unos 265 (magntico)2. Este
lugar habra sido el foco de las ceremonias
incas, como la qhapaq hucha, confirmado por
las excavaciones y anlisis ya realizados (Raffino et al., 1997). Estos trabajos dan cuenta
de un pavimento o qocha y restos humanos,
objetos de bronce, cuentas de concha, huesos de animales, astas de ciervos, conchas
marinas, restos de comida y el cuello de
un maka. Este material es tpico tambin en
otras excavaciones realizadas en ushnus en
el Tawantinsuyu3. Segn los estudios comparativos y etnohistricos, se asume que en
el lugar hubiera estado tambin una imagen
del Sol a manera de una piedra vertical, debido a las buenas vistas de los horizontes
este y oeste, ideal para las observaciones astronmicas descritas en este artculo.
El trazado cardinal alrededor del ushnu
se acenta por algunos rasgos importantes.
A los lados este y oeste de la plaza se encuentran los Cerros Aterrazados Oriental y
Occidental. Este eje marca las salidas y las
puestas del Sol en los equinoccios. Se puede
subir el Cerro Aterrazado Oriental por una
calle y escalera recta, entrando a la cima por
los restos de una puerta. En el lugar hay
una estructura rectangular en lado sur que
posiblemente fue un templo del Sol. El Cerro Aterrazado Occidental es ms irregular
en forma. Se puede subir por una escalera
que est cerca de la Kancha II en el otro
lado del cerro. No hay ningn edificio en la
cima pero en el norte hay un afloramiento
de granito que tiene dos grandes fisuras y

tres morteros o tacitas; de 20 cm de dimetro y 20 cm de profundidad, con funciones


aparentemente ceremoniales relacionadas
con la acumulacin de agua durante la estacin hmeda en la cima del cerro, como
una paqcha. Para el caso del Cusco, existen
antecedentes de ofrendas a la pachamama
realizadas en la fisura de una roca.
En su anlisis de las piedras tacitas Giovannetti (2009), confirmaba que estas cpulas no tienen caractersticas de molienda,
sino ritual. Como tambin ocurre en otros
sitios del Collasuyu, tales como Chena en
Chile central y Samaipata en Bolivia, y que
al igual que en el Cusco pudieron tener funciones rituales destinadas al culto a la Pachamama. O tambin la deposicin de ofrendas,
la ereccin de un mstil o cuando esta lleno
de agua, tambin para observar el cielo.
Al norte de la plaza y al este del Qhapaq
an, a 468 m del ushnu, hay una roca (tipo
gnomon) tallada y redonda sobre una laja
de granito rojo de 1,7 por 0,85 m, aproximadamente 21 cm de altura y 30 cm de dimetro, al cual se accede a travs de una escalera tallada en la roca madre. Desconocemos
la funcin del mismo, pero se podra asumir
una funcin similar a otros monumentos
hallados en contextos incas, relacionados
con el ritual y la observacin astronmica.
De acuerdo con los datos manejados, no
existen otros ejemplos de este tipo al sur del
Copacabana, en Bolivia.
Desde la plataforma del ushnu, hay vistas
amplias al sur hasta el Salar de Pipanaco. A
una distancia de 1,5 km y al sur cardinal,
hay unas colinas, que se llaman Cerro de la
Cruz o Loma Larga. Ambas tienen cumbres
niveladas y cercadas por un muro de contencin, con restos de estructuras y cermica Beln. Tambin hay una cpula sobre un
afloramiento rocoso, que nunca fue usado
por molienda; con funciones posiblemente
rituales (Giovannetti, 2009: 548-549, 751).

Declinacin magntica de 0,83 W, con respecto a la lectura realizada el 19 de junio de 1995, http://www.ngdc.noaa.gov/geomag-web/.
Un dato curioso es la presencia de un gasterpodo venenoso, Conus ximenes, de la costa del Pacfico. No sabemos el papel que jug esta concha en
las ceremonias sobre la plataforma.
2
3

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

47

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Al pie de Cerro de la Cruz en el lado suroeste, hay una cueva o abrigo, lo que es llamado por la gente local, la salamanca. Esta
corresponde a una formacin natural de 6 m
de ancho y 12 m de profundidad, en cuyo
fondo existe una chimenea vertical a travs
de la cual corre el viento. Segn la tradicin
local, este lugar es tab, ya que nadie puede
ir hasta all sin sufrir consecuencias fatdicas. Se asume que ste es una chingana, un
lugar donde puede entrar la Pachamama, o
el infierno. La ubicacin cardinal, las modificaciones en las cumbres, las estructuras,
cpula y la caverna misma son una reminiscencia de Poma Urqo; la colina con la cueva
de origen de los incas, llamado Tambo Toqo,
que est a 21 km al sur del Cusco.
En el sureste, a 710 m hay una colina piramidal, Cerro Divisadero, que tiene una altura 46 m encima de la plaza. En la cumbre
hay una tacita simple de 20 cm de dimetro
y unos 25 cm de profundidad, tallada en una
laja de granito. Este no est alisado y pulido
como los morteros y est en forma cnica,
razn por la cual pudo ser tambin otro
adoratorio. Adems, hay otros tres sitios
arqueolgicos cercanos, que son posiblemente algo como huacas. Al norte hay una
kancha amurallada llamada Kancha Piedra
Hincada (Moralejo, 2011, 2013). Comprende
una kallanka de 16,3 m (10 rikra) por 3,5 m
(2 rikra) de longitud, con dos vanos y otro
edificio, los dos al lado oeste de un patio. En
el patio hay un bloque de granito de forma
trapezoidal de color negro de 85 por 56 cm
y 54 cm de altura, y de donde tiene una buena vista al horizonte sureste. Posiblemente
este era una piedra de un complejo ushnu
secundario.
Otro sitio es una cumbre aplanada de una
colina baja que esta ubicado a unos 230 m
al suroeste (242) de la plaza. Encima hay
dos edificios idnticos (4,02 m o 2,5 rikra
cuadrado) en los extremos opuestos norte y
sur del espacio aplanado (cuya superficie es
de 10,75 por 7,45 m) con dos escaleras que
suben en el centro de los lados este y oeste. Este patrn de kancha se puede ver en el

48

Cusco donde posiblemente es una clase de


templo u otro lugar sagrado.
El tercer sitio fue analizado por Salceda
y Raffino (2004); es una tumba de bota o
shaft tomb excavada en la dcada de 1920.
Se ubicaba a unos 350 m al oeste de la Casa
del Kuraka. Contena los restos seos de un
adulto masculino, 45-50 aos, con crneo
deformado tabular erecto. Estaba asociado
con un ajuar con objetos de cermica extica, una maka (arbalo) Inca Provincial y un
puko Yavi o Chicha negro. La importancia de
este entierro fue la clase de tumba con ajuar
extranjero. En el Cusco hubo una tumba de
bota dentro la ciudadela Hatunkancha donde sepultaron una reina Inca; era una huaca
importante (Polo de Ondegardo, 1916: 111
[1571], en Zuidema, 1977).
Estos datos dan pie para pensar en la existencia de un conjunto de huacas en las cercanas de El Shincal: los Cerros Aterrazados
Oriental y Occidental, y las faldas del cerro
El Shincal al norte, delimitaron un microcosmos cultural centrado en la plataforma del
ushnu, el axis mundi. La plataforma del ushnu
y la plaza articularon un paisaje sagrado que
estaba compuesto por los elementos naturales y los lugares construidos o marcados por
los incas; como edificios, muros, cavernas,
andenes, escaleras, cpulas, cementerios,
gnomon, etc. En particular, la cueva que canta y alla que est cardinalmente al sur del
ushnu habra sido un recordatorio constante
del mito de los orgenes de los incas cuando
sus ancestros surgieron de la cueva de Tambo Toqo, a manera de un paisaje lleno de significados y lugares sagrados, dentro de este
Nuevo Cuzco.

Los Ciclos Lunares


Desde tiempos remotos los seres humanos
en distintas partes del planeta han dedicado tiempo y esfuerzos a observar y registrar
los ciclos de la Luna, en particular su ciclo
de fases o sindico (29,5 das). Ello permita relacionar distintos momentos del ao

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

y cambios estacionales, e.g. los periodos de


siembra y cosecha, el fro, el calor, las lluvias
o la temporada de secas, con actividades humanas concretas como son los intercambios
y las alianzas matrimoniales, la entronizacin de algn monarca, los ritos de fertilidad
y/o los distintos tipos de tabes y practicas
vinculadas con la caza, la pesca y la recoleccin, entre otras.
En lo que refiere al registro de los ciclos
lunares, existen antecedentes en el arte rupestre, la orientacin de tumbas y centros ceremoniales, al menos desde el 29000 AC para
el Paleoltico Superior europeo. Mientras
que para la zona andina, si bien existen datos, iconografa y posiblemente calendarios
para la costa del Per, previos a la aparicin
de los incas, se sabe con seguridad a partir

de las crnicas y la etnografa que la Luna


recibe el nombre de Quilla (palabra que significa tambin mes en quechua), que era conceptualizada como la pareja del Sol o Inti y
que estaba ntimamente relacionada con los
aspectos femeninos del cosmos, entre ellos
los ciclos de fertilidad, los cuerpos de agua y
el culto a la Pachamama (Moyano, 2013).
Astronmicamente, el ciclo sindico o de
fases inicia despus de 3 das de invisibilidad
(promedio), con una delgada creciente al poniente justo tras la puesta del Sol (Figura 3).
Con el correr del mes, la Luna ir aumentando de tamao y avanzar un promedio de
13 por noche, hasta alcanzar la fase de primer cuarto el da sptimo, coincidiendo con
su mayor altura en el meridiano con respecto al Sol. Entre los das 14 y 15 la Luna llega

Figura 3. Ciclo sindico de la Luna

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

49

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

a fase llena o plenilunio, justo al momento


de la puesta de Sol a distancia de 180. Tras
lo cual, mengua (Luna decreciente), siendo
visible durante la noche o inclusive en el da,
tras lo cual desaparece e inicia nuevamente
su ciclo (Aveni, 2005).
Al respecto, el Inca Garcilaso de la Vega
seala: Contaron los meses por lunas, de una
luna nueva a otra, y as llaman al mes quilla,
tambin como la luna. Dieron su nombre a cada
mes; contaron los medios meses por la creciente
y menguante de ella; contaron las semanas por
los cuartos, aunque no tuvieron nombre para los
das de la semana (Garcilaso de la Vega, 1984:
85, libro II, XXII [1609]).
Para el caso Inca, existen tambin referencias del uso de cuentas lunares siderales.
Este ciclo corresponde al lapso necesario,
igual a 27,3 das, para que la Luna regrese
independiente de la fase al mismo sector
del cielo. Este sistema de cuenta tambin
fraccionaria posiblemente estuvo relacionado con el sistema ceque o grupo de 41 lneas imaginarias, que tenan como centro el
templo del korikancha en Cusco, destinadas
a organizar las relaciones polticas, administrativas y religiosas, a partir de la existencia
de 328 lugares sagrados o huacas (Zuidema,
1995 [1964]).
El nmero 328 corresponde a la cuenta
de 12 meses lunares siderales (12 por 27,3
= 327,6), que en factores de 8 y 41, corresponderan a su vez al valor promedio de
una semana y al nmero total de ceques, respectivamente. Si se toma como referencia el
ao solar, igual a 365 das, los 37 restantes,
corresponden al periodo de tiempo promedio en que no es visible la constelacin de
Las Plyades o cabrillas, entre el 3 de mayo y
el 9 de junio, periodo de vital importancia
para las ceremonias y ciclos agrcolas en la
zona del Cusco (Zuidema, 2011).
Resultado de la diferencia que existe entre
la rbita de la Luna con respecto a la eclptica, igual a 5 09 en promedio, origina que

la Luna alcance puntos extremos en el horizonte ms all de los solsticios dentro de


cada ciclo sindico. Este fenmeno, sumado
a una pequea oscilacin con un periodo de
173,31 das (medio ao de eclipses), resulta
en lo que se conoce como ciclo de regresin
de los nodos, igual a 18,61 aos. Razn por
la cual la Luna no tendr dos, sino cuatro
lunisticios o paradas con valores de declinacin de 28,5 para la parada mayor y de
18,5 para la parada menor, cada 18 y 19
aos aproximadamente (Aveni, 2005) (Figura 4)4.
Las paradas mayores y menores, por un
tema practico son ms fciles de observar en
Luna llena, no obstante ocurrir de preferencia en fase de primer y tercer cuarto (mayor
elongacin con respecto al Sol), cada 235
lunaciones o 19 aos, igual a un Metnico
(Moyano, 2013). Para la zona andina, este
fenmeno se ha definido como la Luna llena
supertropical y correspondera al momento
del ao cuando la Luna alcanza latitudes al
sur del trpico de Capricornio, con valores
de declinacin cercanos a los -28,5, alrededor de los meses del solsticio de junio (Ianiszewski, 2010: 147).
La naturaleza fraccionara del ciclo sindico impide que este tipo de cuenta corra a la
par con el ao asolar, de 365 366 das, siendo 11 12 das ms corto, con una cuenta de
354 das lo que equivale a 12 meses lunares.
porque contaron los meses por lunas, como
luego diremos, y no por das, y aunque dieron a
cada ao doce lunas, como el ao solar exceda
al ao lunar comn de once das, no sabiendo
ajustar el un ao con el otro, tenan cuenta con
el movimiento del Sol por los solsticios, para
ajustar el ao y contarlo, y no con las lunas
(Garcilaso de la Vega, 1984: 84, libro II, XXII
[1609]). Garcilaso de la Vega slo por citar
un caso es hbil en identificar la importancia de la Luna para el manejo del mes,
sin embargo y a nuestro parecer de manera
errnea, acenta el carcter solar del calen-

4
Es decir, despus de observar la parada mayor de la luna llena 19 aos despus de la primera, es probable que la tercera parada mayor se ver tan solo
18 aos despus de la segunda, creando las series de 19-18-19-18-19-19-18-19-18 aos, etc. (Stanislaw Iwaniszewski, com. pers. 2014).

50

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 4. Fenmeno de paradas


menores y mayores de la Luna

dario asumiendo la dificultad en el manejo


de nmeros fraccionarios, entre una cuenta
lunar sindica y otra solar, que como veremos se supera a partir del manejo de meses
en periodos cercanos a 3, 18 y 19 aos.
Como resultado a este desfase y en distintas partes del mundo ha existido la necesidad de intercalar una 13va Luna cada
2,71 3 aos, e.g. en el caso de los grupos
indgenas del suroeste del EE.UU. (McCluskey, 1986). En el caso Inca, se asume que
este mecanismo pudo aplicarse ya sea cerca de los equinoccios o los solsticios. En el
ltimo caso, vinculado con el fenmeno del
crossover o equinoccio megaltico, que corresponde a la posicin promedio que tiene
la Luna llena, en el caso del hemisferio sur
al norte del este astronmico, en fecha cercana al equinoccio de primavera (septiembre) cuando se celebraba la fiesta de la Citua
Quilla Raymi en el Cusco (siguiendo ideas

de Silva y Pimenta, 2012).


La fiesta de la Citua (Situa), mencionada
por Garcilaso de la Vega es mencionada en
otros documentos coloniales de los siglos
XVI y XVII, e.g. Juan de Betanzos (1987
[1551]), Cristbal de Molina (2008 [15741575]) y Guamn Poma de Ayala (2008
[1615]), se celebraba generalmente en septiembre, despus del mes de la siembra y
al inicio de la poca de lluvias (agosto) en
la ciudad del Cusco (vase Monteverde,
2011).
Dzese este mes Coya Raymi por la gran fiesta de la luna. Es coya y seora del sol; que quiere
decir coya, rreyna, raymi, gran fiesta y pascua,
porque de todas las planetas y estrellas del cielo
es rreyna, coya, la luna y seora del sol.
() Y en este mes mand los Yngas echar enfermedades de los pueblos y las pistelencias de
todo el rreyno. Los hombres, armados como ci
fuera la guerra a pelear, tiran con hondas de fue-

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

51

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

go, diziendo Sal, enfermedades y pistelencias


de entre la yente y deste pueblo! Djanos! con
una bos alta. Y en esto rrucan todas las casas y
calles; lo rriegan con agua y lo limpian. Esto se
haza en todo el rreyno y otras muchas serimonias para echar taqui oncoc [el que enferma con
el baile] y sara oncuy [la enfermedad del maz],
pucyo oncuy [la del manantial], pacha panta [la
del horizonte], chirapa uncuy [la de la lluvia con
el sol], pacha maca [abrazo de la tierra], acapana
[celajes], ayapcha oncoycona [enfermedades debidas a cadveres] (Guamn Poma de Ayala,
1980: 227, primer tomo [1615] nfasis en el
original).
El crossover del mes de septiembre bien
pudo ser relevante para los incas, tal como
atestiguan distintas orientaciones en la arquitectura y el urbanismo de contextos arqueolgicos y coloniales del Collasuyu ubicados en
la zona de los Nevados de Cachi, las cumbres
Calchaques y la cuenca de Santiago de Chile, entre otros. Permitiendo, tambin seguir
y predecir eclipses entendido como un momento fatdico en la sociedad Inca cada ciclo
de Saros, igual a 18,03 aos, es decir, 12 meses
lunares sindicos ms cortos que un Metnico. Tres ciclos Saros, son igual a 54 aos y 34
das, periodo necesario para que se repita el
mismo eclipse en la misma parte de la Tierra,
dentro de un periodo conocido como Exeligmos (Moyano, 2013).
Al respecto, el padre Bernab Cobo indica:
Acerca del eclipse tenan tantas boberas como
del sol; decan, cuando se eclipsaba, que un len
o serpiente la embesta para despedazarla; y por
esto, cuando comenzaba eclipsarse, daban grandes voces y gritos y azotaban los perros para que
ladrasen y aullasen (Cobo 1964:158-159, en
Zilkowski y Lebeuf 1993:299). El mismo
cronista agrega: Ponianse los varones a punto
de guerra, tanendo sus bocinas, tocando atambores y dando grandes alaridos, tiraban flechas y varas hacia la luna y hacan grandes ademanes con
lanzas, como si hubiesen de herir al len y sierpe;

porque decan que desta manera los asombraban y


ponan espanto para que no despedazasen la luna
() Lo cual hacan, porque tenan aprehendido
que si el len y sierpe hiciese su efecto, quedaran
en oscuridad y tinieblas (Cobo 1964: 158-159,
en Zilkowski y Lebeuf 1993: 299).
Esta referencia no hace ms que confirmar
la condicin negativa del eclipse en los Andes prehispnicos, idea que es coherente con
los sistemas de creencias actuales en zonas
rurales, donde este fenmeno astronmico
es generalmente temido, evitado y pocas
veces comprendido.

Instrumentos y
Observaciones
Astronmicas
La observacin del cielo, adems de su
dimensin material, tiene ante todo una dimensin cognitiva y simblica, pues representa una manera de conceptualizar el mundo o cosmovisin, a travs de los fenmenos
astronmicos que se generan, reproducen y
representan en contextos histricos y sociales
bien definidos (Broda, 2012). Aqu destacan
dos conceptos centrales dentro de la teora
del paisaje y el entorno en arqueoastronoma: instrumento y percepcin.
El instrumento se define como la utilizacin del cuerpo humano, en conjunto con
elementos naturales y/o construidos, e.g. cerros, cavernas, rocas, arquitectura, pilares,
paneles de arte rupestre, entre otros, manipulados y/o transformados culturalmente
para marcar fenmenos de horizonte y cenit5.
Y la percepcin, como la funcin psquica
que permite, a travs del uso de los sentidos,
aprender, elaborar e interpretar los estmulos
provenientes del entorno fsico, social y simblico (Moyano, 2011, 2015).
La relacin entre instrumento y percepcin,
tiene su analoga en los sistemas modernos

5
En la primera categora entran la salida y puesta de estrellas y planetas, salida y puesta del Sol (solsticios y equinoccios), salida y puesta de la Luna
(detenciones mayores y menores). En la segunda caben las observaciones de los meses sidreos y sindicos de la Luna, pasos del Sol por el cenit,
eclipses, cometas y la Va Lctea.

52

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

de medicin, definida por Bustamante y Moyano (2009), a travs de los siguientes componentes:
Componentes fijos: elementos del paisaje
y obras humanas que permiten observar el
trnsito de objetos del cielo; obras rupestres, construcciones, centros y gnomon.
Componentes mviles: objetos estelares
que presentan movimientos aparentes y
cclicos, por tanto predecibles; Sol, Luna,
planetas, estrellas y Va Lctea.
Componentes variables: aquellos que podran explicarse como consecuencia de las
variaciones de los componentes mviles
en relacin con los componentes fijos; da
y noche, estaciones del ao, variabilidad
biolgica y atmosfrica, fenmenos meteorolgicos y otros.
Los dispositivos modernos, por mucho
que amplen nuestra visin y percepcin del
cosmos, tambin alteran la interpretacin del
mismo. Sin embargo, reconstruir un sistema
astronmico del pasado, a travs del estudio
de un calendario, requiere del conocimiento
de la geometra celeste y el sistema de coordenadas, que constituyen el lenguaje bsico
de la astronoma posicional.
En este trabajo la metodologa incluy la
observacin y registro in situ del solsticio de
diciembre de 2012, desde el ushnu y las plataformas este (Cerro Aterrazado Oriental) y
oeste (Cerro Aterrazado Occidental), con la
finalidad de identificar al menos 20 puntos
astronmicos, mediante las observaciones de
horizonte, el clculo geodsico y la fotografa
en 360:
P-SSSD: pre-salida Sol solsticio diciembre
SSSD: salida Sol solsticio diciembre
P-PSSD: pre-puesta Sol solsticio diciembre

PSSD: puesta Sol solsticio diciembre


P-SSSJ: pre-salida Sol solsticio de junio
SSSJ: salida Sol solsticio junio
P-PSSJ: pre-puesta Sol solsticio junio
PSSJ: puesta Sol solsticio junio
P-SSEQ: pre-salida Sol equinoccio
SSEQ: salida Sol equinoccio
P-PSEQ: pre-puesta Sol equinoccio
PSEQ: puesta Sol equinoccio
SLEN: salida Luna extrema norte
PLEN: puesta Luna extrema norte
SLES: salida Luna extrema sur
PLES: puesta luna extrema sur
SLMN: salida Luna menor norte
PLMN: puesta Luna menor norte
SLMS: salida Luna menor sur
PLMS: puesta Luna menor sur

Con GPS (Garmin E-trex) se obtuvieron las


coordenadas geogrficas del lugar (latitud,
longitud y altura sobre el nivel mar) con Datum WGS 84. Con ayuda de un trnsito mecnico (Rossbach, lectura 1), se obtuvieron
lecturas verticales y horizontales de horizonte, verificadas luego con cartografa, brjula
y calculadora de declinacin magntica6. En
laboratorio como mtodo exploratorio se
utilizaron imgenes Google Earth, adems de
proyecciones de luz y sombra para el anlisis de cuencas visuales y fechas astronmicas. Los valores de acimut y declinacin se
obtuvieron con un sistema de referencia de
horizonte, junto con la tabla de clculo Hansometro (Martz et al., 2013). Para el anlisis
astronmico se utilizaron los softwares Starcalc 5.72 y Moshiers Ephemeris Program 5.1,
tomando en cuenta siempre el factor de la
refraccin atmosfrica y el paralaje, junto con
los datos proporcionados por el Instytut Geodezji i Kartografii (IGiK) de Polonia7 y NASA
para datos de fechas, declinacin y acimut
de eclipses8. De forma complementaria, se
construy una montea luni-solar9, junto con

http://www.ngdc.noaa.gov/geomag-web/
http://www.igik.edu.pl/
http://eclipse.gsfc.nasa.gov/eclipse.html
9
http://www.jaloxa.eu/resources/daylighting/sunpath.shtml
6
7
8

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

53

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

una fotografa panormica del horizonte


(360/21600 pixeles) para ilustrar eventos y
marcadores astronmicos identificados, gracias el editor de imgenes Photoshop.
a - Ushnu
Clculo horizonte ushnu (Tabla 1):
Fecha: 19/12/12
(lat): 27 41 11,4 S = -27.6865
(lon): 67 10 42,9 W = -67.178583
Alt.: 1356 msm
(GMT-3)
TT = 10,787777
Et Obs = 11,950785
Obs = -23,494718
LHA = -84,62562
HCalc = 15,110177
ACal = 108,89
De las mediciones realizadas, destaca las
orientaciones al este, entre un cerro en forma de punta (Agua de los Molles) (N.1) y
el punto donde se observa la salida del Sol
para el solsticio de diciembre, fuera del horizonte cercano y sin un marcador aparentemente claro.
Entre los puntos de importancia astronmica (Figura 5), se pueden considerar:

N.4: acimut 55 02 24, declinacin (paralaje) (+) 25 27 25,98, algo cerca la


salida de la Luna en su posicin extrema norte (SLEN) y eventualmente relacionado con el ciclo Metnico (19 aos o
235 lunaciones).
N.5 y N.6: ambos cercanos a la posicin
de la salida de la Luna en su parada menor al norte (SLMN). Ambos puntos de
horizonte podran estar relacionados con
la salida de la Luna llena cercana al solsticio de diciembre y con la ocurrencia de
un eclipse parcial de Luna la noche del
15/16 de noviembre de 1491 (Saros 127).
Este eclipse se repiti 54 aos despus la
madrugada del 18 de diciembre de 1545,
pero con una salida de la Luna llena en
un punto cercano a la posicin que tiene
el Sol para el solsticio de junio (Figura
6).
N.7: identificado como parte del cerro
Indio Dormido, acimut 109 38 24, declinacin (paralaje) (-) 18 04 55,89, marcando la posicin de la salida de la Luna
en su parada menor al sur (SLMS). Este
marcador pudiera estar relacionado con
la ocurrencia del eclipse parcial la madrugada del 24 de julio de 1469 (Saros
120), con una salida de la Luna la noche
anterior (23 de julio) al sur del cerro Indio Dormido. Este eclipse se repite, tam-

Tabla 1. Calculo El Shincal (ushnu)

54

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 5.
Horizonte
oriente El
Shincal (ushnu)

Figura 6. Eclipses de Luna (Saros 127, 120 y 103)


EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.
LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

55

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

bin en forma total 54 aos despus el


da 25/26 de agosto de 1523. El mismo
marcador pudo servir para observar el
eclipse total de Luna del 2/3 de mayo
de 1482 (Saros 103) con una salida de la
Luna llena en las cercanas del mismo
marcador, el cual repiti la madrugada
del 4 de junio de 1536 (Figura 6).
N.11 (al poniente, sin figura): identificado como cerro La Reina, acimut 272
48 24, declinacin (-) 01 59 2,73 (15
mar/ 28 sep), cerca de la puesta del Sol
para los equinoccios (P-PSEQ). Este tipo
de orientaciones puede explicarse en
parte por el fenmeno del crossover en
momentos cercanos al equinoccio, definido como el cruce del Sol y la Luna, til
para calibrar la divisin del ao solar en
12 o 13 lunaciones.
b - Plataforma oeste
Clculo horizonte plataforma oeste (Tabla 2):
Fecha: 20/12/12
(lat): 27 41 11,8S = -27,686611

(lon): 67 10 48,6W = -67,180166


Alt.: 1369 msm
(GMT-3)
TT = 10,642777
Et Obs = 11,959092
Obs = -23,424070
LHA = -86,926807
HCalc = 13,195064
ACal = 109,88
Entre los puntos de importancia astronmica (Figuras 7 y 8), se pueden considerar:
N.2: acimut 56 11 48, declinacin (+)
25 29 1,71, igual a declinacin con paralaje (+) 24 55 51,71, marca una posicin cercana para la salida de la Luna en
su posicin extrema norte (SLEN)10.
N.3: acimut 64 14 48, declinacin (paralaje) (+) 18 11 18,76, marca la posicin de la salida de la Luna en su posicin menor al sur (SLMN). Al igual que
en el ejercicio anterior, este marcador
pudo estar relacionado con los eclipses
parciales de Luna de los das 15/16 de
noviembre de 1491 y el 18 de diciembre
de 1545, dentro de Saros 12711 (Figura 6).
N.7: con un acimut de 87 13 48, decli-

Tabla 2. Calculo El Shincal (plataforma oeste).


N.4. en el ejercicio anterior (ushnu).
N.5 y N.6 en el ejercicio anterior (ushnu).

10
11

56

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 7. Horizonte oriente El Shincal, plataforma oeste.

Figura 8. Detalle horizonte oriente, plataforma oeste.

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

57

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

nacin (+) 00 04 16.07, estara marcando la posicin del Sol al oriente en los
equinoccios (SSEQ). Esta direccin adems marca la distribucin general del sitio, enmarcado entre las dos plataformas
al este y oeste de las gran haukaypata o
plaza principal.

Comentarios Finales
El sitio arqueolgico de El Shincal fue un
importante centro administrativo, poltico
y religioso Inca en la zona meridional andina. Tanto por las condiciones naturales del
entorno, e.g. existencia de ros, quebradas,
cerros y rocas llamativas, consideradas posiblemente huacas, junto con su arquitectura
sobresaliente que inclua rasgos de primer
orden o Inca, e.g. plaza, ushnu y kallanka,
confieren al lugar caractersticas nicas vinculadas con la existencia de una capital provincial o huamami en la actual Catamarca. La
cercana del sitio a la latitud 28,5 sur permita eventualmente seguir y observar la Luna
en sus pasos por el cenit ms all del trpico
de Capricornio, y como bien se registr, adems percatarse del movimiento del Sol en el
horizonte, gracias a marcadores naturales
ubicados al oriente y poniente.
A partir del trabajo de campo realizado, se
confirma el uso social del cielo con fines polticos y religiosos, quizs relacionados con
los conceptos de espacio y tiempo manejados por los incas y/o sus representantes, que
acentuaron la direccin este-oeste, relacionada con el culto a la Luna, al Sol y a los cerros,
no slo en la arquitectura, sino tambin en la
apropiacin simblica y efectiva del paisaje
y los marcadores naturales ya mencionados,
como parte del sistema local de huacas. Inclusive, ms all del arco solar, como ocurre
con cerros ubicados al norte y al sur, relacionados ms bien con los conceptos simblicos
de la vida y la muerte en el mundo andino.
En este contexto la observacin y registro
de las fases lunares, seguramente tambin
estuvo presente en la calendrica del lugar,

58

relacionada con los ciclos de fertilidad, los


cursos de agua y el inframundo, ste ltimo
posiblemente tambin vinculado al concepto
del ushnu (plataforma, agujero, canal y gnomon).
En los ejercicios de medicin presentados,
destaca la orientacin hacia un cerro en forma de punta ubicado fuera de los mrgenes
por donde transita el Sol y la Luna, ms bien
relacionado como un cerro huaca, al igual
que el cerro El Shincal, que por su cercana
y altura relativa con respecto al sitio, destaca del conjunto. Para ambos casos, se desconoce de la existencia de sitios arqueolgicos
y/o caminos que confirmen su naturaleza
sagrada. Se puede hablar entonces, de un
culto generalizado a la naturaleza, relacionado con la observacin del cielo, el culto a
las huacas y a los ancestros, que relacion la
orientacin cardinal este-oeste con la posibilidad de generar un Nuevo Cuzco a partir
de la bsqueda de todos aquellos elementos
potencialmente sagrados de la topografa y
el cielo, a manera de una memoria colectiva
que recuerda el lugar de origen de los incas.
De all, que el ushnu y el conjunto arquitectnico, sea visto ms bien como la teatralizacin del poder poltico y la ideologa,
es decir, un escenario para la llegada de las
poblaciones locales a este nuevo axis mundi,
en especfico refiriendo a la orientacin esteoeste como alegora del camino del Sol y la
Luna por el cielo y el horizonte en momentos cercanos a los equinoccios o crossover, as
como a la posicin de la Luna en su extremo
norte (SLEN) y las salidas de la misma en su
posicin menor al norte y al sur (SLMN y
SLMS) (Figura 9).
Contradiciendo en parte la hiptesis inicial, no se encontraron evidencias concretas
de marcadores o alineamientos a la parada
mayor al sur ( -28.5), a excepcin de la
utilizacin de los gnomones referidos y/o la
plataforma que formaba parte del ushnu (posible centro de la ceremonia de la qhapaq hucha) para seguir la Luna en sus trnsitos por
el meridiano. Tal apreciacin, es coherente
con datos obtenidos para otros contextos

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 9. Carta luni-solar El Shincal (ushnu).

Figura 10. Tabla declinacin lunas llenas (1470-1504 DC).

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

59

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

incas al sur del trpico de Capricornio (Moyano, 2010, 2013; Moyano et al., 2014), en la
zona del valle de Copiap, el centro de Chile
y noroeste de Argentina, donde los ushnus
ms bien acentan caractersticas del paisaje
local en relacin al ciclo Metnico y orientaciones pre-equinocciales.
Pese a lo preliminar de este tipo de estudios, nos atrevemos a asegurar con cierta
reserva que los incas en su camino al sur, se
preocuparon ms bien de seguir y registrar,
e.g. en la arquitectura, momentos especficos
del ciclo sindico. En donde la nula evidencia a orientaciones de parada mayor, ya sea
al norte o al sur, se explicara por el momento histrico de la llegada del Inca a esta zona
del continente, ca. 1470 DC, cuando la Luna
por efecto del ciclo de regresin de los nodos,
estaba precisamente en las cercanas de la parada menor. De esta manera, se explica que
an cuando los incas estuvieran conscientes
del ciclo Metnico, as como del uso del gnomon y los horizontes con fines calendridos,
les fuera imposible registrar algo que nunca
observaron, sino hasta fechas cercanas al ao
1484 DC (Moyano, 2013) (Figura 10).
A modo de conclusin, se plantea la posibilidad que los incas y/o los ocupantes del
sitio El Shincal se interesaran, no slo por el
Sol, sino tambin por la Luna y sus ciclos, en
particular la posibilidad de intercalar una
13va Luna cada 3 aos, adems del uso del
ciclo Metnico, til para el seguimiento y
prediccin de eclipses. Ello, como parte de
una matriz interpretativa que busc no slo
el manejo de los ciclos astronmicos, sino
tambin la apropiacin ritual del paisaje, a
travs del uso poltico del territorio y el cielo
en las regiones conquistadas.

Bibliografa
Acuto, F. 2012. Landscapes of Inequality, Spectacle and Control: Inka Social Order in Provincial Contexts. Revista Chilena de Antropologa,
25: 9-64.
Aveni, A. 2005. Observadores del Cielo en el Mxico Antiguo. Fondo de Cultura Econmica,

60

Mxico.
Broda, J. 2001. Ritos Mexicas en los Cerros de la
Cuenca: los Sacrificios de Nios. En La Montaa en el Paisaje Ritual, coordinado por J. Broda, S. Iwaniszewski y A. Montero. ENAH,
UNAM y UAP, Mxico.
2012. Observacin de la Naturaleza y Ciencia
en el Mxico Prehispnico: algunas Reflexiones Generales y Temticas. En La Relacin
Hombre-Naturaleza. Reflexiones desde distintas
perspectivas disciplinarias, coordinado por B.
Von Mentz, pp. 102-135. CIESAS, Siglo Veintiuno Editores, Mxico.
Bustamante, P. y R. Moyano. 2009. Descripcin y
Anlisis de Posibles Instrumentos de Observacin Astronmica Precolombina en el Centro y Norte de Chile. Ponencia presentada en
Skywatching and its Contributions to Society
and Culture in the America, ICA 53, Mxico.
Farrington, I. 1998. The Concept of Cusco. Tawantinsuyu, 5: 53-9.
1999. El Shincal: un Cusco del Kollasuyu.
Actas del XII Congreso Nacional de Arqueologa
Argentina, editado por C. Diez Marn, pp. 5362. La Plata.
2013. Cusco. Urbanism and Archaeology in the
Inka World. University Press of Florida. Gainesville.
Garcilaso de la Vega, I. 1984 [1609]. Comentarios
Reales. Editorial Porra, S.A. Mxico.
Giovannetti, M.A.2009. Articulacin entre el sistema agrcola, sistema de irrigacin y reas de molienda como medida del grado de ocupacin Inka
en El Shincal y Los Colorados (Valle de Hualfn,
Provincia de Catamarca). Tesis Doctoral Indita N 1023, Facultad de Ciencias Naturales y
Museo, Universidad Nacional de La Plata,
Argentina.
Guamn Poma de Ayala, F. 1980 [1615]. El Primer Nueva Cornica y Buen Gobierno, editado
por J.V. Murra y R. Adorno, traducciones y
anlisis textual del quechua por J.L. Urioste.
Siglo Veintiuno, Mxico.
Hyslop, J. 1985. Inkawasi, the New Cusco. En
British Archaeological Reports 234. Oxford.
Ianiszewski, J. 2010. Gua a los Cielos Australes.
Astronoma Bsica para el Hemisferio Sur. Editorial Mitra, Santiago.
Jacob, C., I. Leibowicz, F. Acuto y R. Moyano.
2013. Paisaje Ritual y Marcadores Astronmicos en el Sitio Ua Tambo, Nevados de
Cachi, Salta, Argentina. Arqueologa y Socie-

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

dad, 26: 291-302.


Iwaniszewski, S. 2007. La Arqueologa de Alta
Montaa frente al Paisaje Montas en Mxico Central: problemas, Interpretaciones,
Perspectivas Epistemolgicas. En Pginas en
la Nieve, Estudios sobre la Montaa en Mxico,
editado por M. Loera Chvez y Peniche, S.
Iwaniszewski y R. Cabrera, pp. 9-28. INAH,
Mxico.
2011. The Sky as a Social Field. En IAUS 278
Archaeoastronomy and Ethnoastronomy: Building Bridges between Cultures, editado por
C.L.N. Ruggles, pp. 30-37. Cambridge University Press.
Leibowicz, I., C. Jacob, F. Acuto y A. Ferrari.
2014. Paisajes Rituales Incaicos. Una Mirada
desde las Crnicas Coloniales. Revista Haukaypata, 8: 123-130.
Martz de la Vega, H., R. Moyano, Iwaniszewski,
S. y M. Prez Negrete. 2013. Hansmetro. Programa Libre para Cmputo de Arqueoastronoma
en Excel. Ms. en archivo. ENAH, Mxico.
Matos, R. 1994. Pumpu. Centro Administrativo
Inka de la Puna de Junn. Editorial Horizonte,
Lima.
McCluskey, S. 1986. Lunar Astronomies of the
Western Pueblos. Oxford II International Conference on Archaeoastronomy, Mrida, Mxico.
Monteverde, L. 2011. Los Incas y la Fiesta de la
Situa. Chungara, 43 (2): 243-256
Moralejo, R.A. 2011. Los Inkas al sur del Valle de
Hualfn: organizacin del espacio desde una perspectiva paisajstica. Tesis Doctoral N 1150,
Facultad de Ciencias Naturales y Museo,
Universidad Nacional de La Plata, La Plata.
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/5242
(07 octubre 2014)
2013. La Piedra Hincada de El Shincal de
Quimivil. Comechingonia, 17 (2): 295-301.
Moyano, R. 2010. El Ushnu y la Astronoma de
Horizonte en Via del Cerro. Chungara, 42
(2): 419-432.
2011. Sub-tropical Astronomy in Southern
Andes: the Ceque System in Socaire, Atacama, Northern Chile. En IAUS 278 Archaeoastronomy and Ethnoastronomy: Building Bridges
between Cultures, editado por C. Ruggles, pp.
93-105, Cambridge University Press.
2013. La Luna como Objeto de Estudio Antropolgico: el Ushnu y la Prediccin de Eclipses en
Contextos Incas del Collasuyu. Tesis Doctoral
indita, Escuela Nacional de Antropologa e

Historia. Mxico.
2015. Landscape, Mountain Worship and
Astronomy in Socaire. En Handbook of Archaeoastronomy and Ethnoastronomy, editado
por C.L.N. Ruggles, pp. 921-928. Springer
Science, Business Media New York.
Moyano, R., M.G. Daz, I. Farrington, R.A. Moralejo, M.G. Couso y R.A. Raffino. 2015. Arqueoastronoma en El Shincal de Quimivil:
anlisis Preliminar de un Sitio Inca en la
Franja del Lunisticio Mayor al Sur. Arqueologa y Paleontologa de la Provincia de Catamarca.
Editorial Fundacin Azara y Direccin de
Antropologa de la provincia de Catamarca.
En prensa
Pachacuti, J. de S. 1993 [1613]. Relacin de Antiguedades deste Reyno del Piru. Estudio Etnohistrico y Lingstico de P. Duviols y C. Itier.
Institut Franais dEtudes Andines, Centro
de Estudios Regionales Andinos Bartolom
de las Casas, Cusco.
Raffino, R.A. 1981. Los Inkas del Kollasuyu. Ramos
Americana Editores, Argentina.
2004. El Shincal de Quimivl. Editorial Sarqus, San Fernando del Valle de Catamarca,
Argentina.
Raffino, R.A., D. Gobbo, R. Vzquez, A. Capparelli, V.G. Montes, R. Iturriza, C. Deschamps
y M. Mannasero. 1997. El Ushnu de El Shincal de Quimivil. Tawantinsuyu, 3: 22-39.
Salceda, S. y R.A. Raffino. 2004. El Hombre de
El Shincal. En El Shincal de Quimivil, editado por R. Rafino, pp. 165-177. Editorial Sarqus, San Fernando del Valle de Catamarca,
Argentina.
Silva, F. y F. Pimenta. 2012. The Crossover of the
Sun and the Moon. Journal for the History of
Astronomy, XLIII: 191-208.
Zilkowski, M. y A. Lebeuf. 1993. Were the Incas
Able to Predict Lunar Eclipses? Archaeoastronomy in the 1990s, editado por C.L.N. Ruggles, pp. 298-308. Loughborough Leicestershire Group. D. Publication
Zuidema, R.T. 1977. Shaft tombs and the Inca
Empire. Journal of the Steward Anthropological
Society, 9: 133-178.
1995 [1964]. El Sistema de Ceques del Cuzco,
traducido por E. Salazar. Pontificia Universidad Catlica del Per, Lima.
2011. El Calendario Inca. Tiempo y Espacio en
la Organizacin Ritual del Cusco, la Idea del Pasado. Fondo editorial del Congreso del Per.
Fondo editorial de la Pontificia Universidad
Catlica del Per, Lima.

EL PAISAJE RITUAL EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL.


LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS ARQUEOASTRONMICOS.

61

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

LA arqueobotnica del sitio inka


El Shincal DE QUIMIVIL durante
la ltima dcada:
interpretacin de prcticas culinarias
dentro de un marco de comensalidad ampliada

Aylen Capparelli1
Divisin Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP; CONICET; [email protected]

Resumen: El propsito de este escrito es presentar los avances realizados durante la ltima dcada
sobre la arqueobotnica Inka de El Shincal de Quimivil (Departamento de Beln, Londres, Catamarca).
Se presenta una discusin y sntesis basadas principalmente en trabajos publicados aunque tambin
en anlisis en curso. El carcter novedoso de los mismos reside en que introducen el concepto de
sistemas poscosecha y profundizan aspectos del registro arqueobotnico relacionados con prcticas de
procesamiento vistas desde un marco de alimentacin y comensalidad ampliadas. Como metodologa
se utiliza a la etnobotnica como herramienta etnoarqueolgica y la arqueologa experimental. Se pone
nfasis en macrorrestos de Prosopis y Zea mays, aunque tambin se presenta informacin relativa a otros
taxa. Entre los resultados se destaca el reconocimiento de varios correlatos morfolgicos que permitieron
identificar prcticas culinarias pasadas de procesamiento poscosecha. El abordaje propuesto permiti
descifrar patrones de consumo tanto en mbitos domsticos, como pblicos y ceremoniales, y reconstruir
parte de las prcticas alimentarias no solo de seres humanos vivos sino tambin de los muertos y/o de
seres no humanos.
Palabras claves: Argentina; Inka; El Shincal; Arqueobotnica; Macrorrestos; Procesamiento de vegetales
Last decade of the Archaeobotany of the inka site El shincal DE
QUIMIVIL: interpretation of culinary practices within a frame of
commensality in its wider sense
Abstract: The intention of this writing is to present the advances realized during the last decade on the
Inka arqueobotany of the site El Shincal de Quimivil (Department of Beln, Londres, Catamarca). The
discussion and syntheses is based principally on published works though also in analysis in process.
The new character of the discussed paper resides in the introduction of the concept of post-harvest
practices. This allows deepening the archaeobotanical record from a wide food and commensality frame.
Methodology includes ethnobotany used as an etnoarchaeological tool and experimental archaeology.
The emphasis is given to macrorrestos of Prosopis and Zea mays, although information relative to other taxa
is also presented. Various morphological correlates were distinguished, which permit the identification of
past culinary post-harvest practices. The approach proposed allow us to know consumption patterns not
only in domestic spaces but also in public and ceremonial ones, as well as reconstructing food practices
either from human living people and for the dead and no-humans bodies.
Keywords: Argentina; Inka; El Shincal; Archaeobotany; Macroremains; Food processing

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

63

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Introduccin
El propsito de este escrito es presentar
los avances realizados durante la ltima
dcada sobre la arqueobotnica del centro
administrativo y ceremonial Inka El Shincal de Quimivil (en adelante ESH) (Departamento de Beln, Londres, Catamarca) a
manera de una actualizacin de la informacin presentada en el libro homnimo
realizado por Raffino (2004) (ver Capparelli et al., 2004). Especficamente, esta discusin y sntesis se basa tanto en trabajos
publicados en revistas y libros nacionales
(i.e. Capparelli, 2007, 2008; Capparelli et
al., 2006, 2007; Lema y Capparelli, 2007) e
internacionales (i.e. Capparelli, 2009, 2011,
2014; Capparelli et al., 2005, 2014a; Capparelli y Lema, 2011; Lema et al., 2009), como
en anlisis en curso, donde, a diferencia de
Capparelli (1997) o Capparelli et al. (2004),
se introduce el concepto de sistemas poscosecha de vegetales (Capparelli, 2009) y se
profundizan aspectos del registro arqueobotnico relacionados con prcticas de procesamiento, especialmente culinarias1.
Este abordaje se realiz con el aporte
de la etnobotnica usada como una herramienta etnoaqueolgica. La Etnobotnica
es entendida aqu como el estudio de la
interrelacin dinmica entre las sociedades humanas y las comunidades vegetales
dentro de contextos socioculturales y ambientales determinados (Alcorn, 1995); y su
aplicacin etnoarqueolgica como el estudio de las prcticas tradicionales de comunidades actuales desde una perspectiva arqueolgica (David y Kramer, 2001; Kuznar,
2001). Por medio de los datos procedentes
de estas disciplinas y del desarrollo de protocolos experimentales (i.e. Capparelli y
Lema, 2011; Capparelli, 2014), hemos sido
capaces de encontrar criterios de diagnstico para la identificacin de vas culinarias
de taxa provenientes de diversos contextos

arqueobotnicos que son discutidos desde


una perspectiva integradora.
Dicha perspectiva se inserta dentro de un
marco de comensalidad ampliada similar
al aplicado en Capparelli et al. (2015). Tal
como all se explicita, y dado que la alimentacin tiene implicancias que van ms all
de la nutricin y la obtencin de energa,
se considera su rol tanto en actividades
cotidianas relacionadas con la subsistencia
como en las prcticas sociales (Twiss, 2007;
Marschoff, 2012 y trabajos all citados). La
mayor parte de la literatura etnobotnica y
arqueobotnica en el aprovisionamiento de
alimentos
(que incluye, por ejemplo, recoB
lectar, intercambiar, cocinar, comer y/o desechar) puede ser, con ms o menos variantes, representada por las fases de adquisicin, almacenamiento, preparacin, consumo y descarte; las cuales estn embebidas
dentro de una serie de factores culturales
tales como la economa, poltica, sistemas
sociales, de creencias, entre otros (Goody,
1982; Twiss, 2007, 2012). Cada una de estas
fases, como Samuel (1996) afirma, tiene diferentes correlatos materiales que nos permiten estudiar la arqueologa de la alimentacin. Sensu Samuel (1996), utilizamos el
trmino alimentacin en su sentido ms
amplio, para incluir las materias primas en
sus diferentes etapas intermedias y finales
de preparacin hasta el punto en el que el
producto alimenticio est listo para el consumo; incluimos tambin subproductos y
elementos desechados asociados con las
secuencias de tcnicas relacionadas con los
alimentos.
El aprovisionamiento de los recursos vegetales se puede organizar tambin dentro
de las esferas de cosecha, postcosecha y
consumo (Wollstonecroft, 2007). Para esta
sntesis nos interesan particularmente los
sistemas postcosecha (entendidos en el
sentido de Wollstonecroft, 2007) y su potencial para estimular el cambio social (por

1
Cabe aclarar aqu que este trabajo representa una compilacin y sntesis de los resultados obtenidos en las publicaciones antes mencionadas, por lo
que para mayor detalle se aconseja recurrir a las fuentes originales.

64

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

ejemplo Van der Veen, 2003, 2007; Wollstonecroft, 2007). Los sistemas de postcosecha
se componen de secuencias de tcnicas y
tecnologas aplicadas con el fin de promover y / o conservar la calidad y cantidad
del alimento, as como de crear alimentos
ms seguros y ms estables (Wollstonecroft
et al., 2008, 2011). Las prcticas postcosecha estn ntimamente vinculadas con los
patrones de consumo (Capparelli y Lema,
2010), pero, a diferencia del acto de comer,
las actividades postcosecha permiten el
depsito de la mayor parte de los tipos de
correlatos arqueolgicos que pueden ser
estudiados (Wollstonecroft, 2007).
Como Sherratt (1991) seal, la gente no
come especies sino comidas, por lo que el
objetivo de nuestra investigacin es ir ms
all de una lista de especies identificadas,
para reconstruir la comida real o los alimentos que podran haberse consumido.
En reconocimiento del hecho de que las
comidas pueden estar compuestas de una
sola planta o de combinaciones de plantas,
consideramos esos dos tipos de preparacin
de comida en este trabajo. La preparacin
de comida puede implicar varios mtodos
diferentes de procesamiento de alimentos
(por ejemplo, mecnico, microbiano, actividades termales, ver Valamoti, 2011), cada
uno de los cuales puede dejar distintos
tipos de evidencia en fogones, hornos, herramientas (tales como morteros, molinos)
o vasijas cermicas, entre otros, as como
la deposicin de residuos de alimentos
en cada etapa diferente de procesamiento
(Samuel, 1996). Por lo tanto, reconocemos
el procesamiento de alimentos como una
cuestin que ofrece un marco esencial para
la interpretacin arqueobotnica, ya que
las prcticas de procesamiento ligan el
aprovisionamiento pasado de las plantas
con los restos conservados de la arqueologa (Capparelli et al., 2011 y referencias all
citadas). Las secuencias de procesamiento
de vegetales son entendidas aqu, segn lo
propuesto por Wollstonecroft (2011: 144),
como ms que el estudio de cadenas opera-

tivas (mi traduccin), ya que requieren,


para su comprensin, del entendimiento
de las plantas como entidades biolgicas
vivientes que estn sujetas a sus propios
procesos fisiolgicos, y, de esta manera,
nos permiten vincular las propiedades funcionales de las plantas consumidas por la
gente en el pasado con la tecnologa que
emplean para prepararlas, y sus implicaciones sobre sus actividades de rutina, los
hbitos dietticos, la prevencin de la salud y las enfermedades, y los cambios en la
dieta (Wollstonecroft, 2011: 114).
Por ltimo, y no por ello menos importante, hemos de tener en cuenta que las
comidas tienen un elemento fundamental
que es la comensalidad, que deriva del latn
com = junto con, y mensa = mesa (Pollock,
2012: 2, mi traduccin). Comensalidad es
mucho ms que el acto fsico de comer y
beber juntos, dado que implica innumerables elementos sociales y polticos derivados de cada ocasin de co-presencia,
en los que el hecho de compartir se sita en el centro del acto comensal (Pollock,
2012, mi traduccin). En relacin a ello la
informacin que aqu se presenta hace referencia a contextos tanto domsticos como
rituales de ESH, y se analiza desde un enfoque que considera la comensalidad dentro
de su significado cultural ms amplio. En
este sentido se entiende que puede incluir,
en el acto comensal, tanto a seres humanos
vivos como muertos, as como a seres no
humanos (por ejemplo, el ambiente circundante o determinados elementos de ste)
que, en virtud de las cosmovisiones locales,
tengan que ser alimentados (sensu Lema
et al., 2012) como parte de la renovacin del
poder de la naturaleza, de las deidades y/o
de los gobernantes.
Prosopis y Zea mays fueron los taxa que
registraron los mayores valores de conteo
y densidad relativos y de ubicuidad del
registro arqueobotnico de ESH, y se presentan asociados tanto a contextos ceremoniales como domsticos (Capparelli, 2009;
Capparelli et al., 2005). Por esos motivos la

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

65

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

discusin presentada en este trabajo pone


nfasis en dichos taxa (ver Materiales y Mtodos, ms abajo). Sin embargo, se describe
tambin un singular tipo de macrorresto
que presenta la nica combinacin culinaria recuperada en el sitio. sta se encuentra
realizada sobre la base de Phaseolus y Capsicum y es parte de una ofrenda ritual (ver
Capparelli et al., 2005).

Materiales y mtodos
El rea de estudio, el sitio El Shincal de
Quimivil y su registro arqueobotnico
Ya se ha hecho referencia a la ubicacin
de ESH y a sus caractersticas arqueolgicas ms significativas en otros artculos de
este libro (ver Farrington et al. y Moralejo y
Aventn Moretti en esta obra), por lo que en
el presente se describirn solo algunos datos relevantes para este trabajo. El Shincal
se encuentra ubicado en la porcin noroeste
del Bolsn de Pipanaco en un rea donde se
produce la acumulacin de los sedimentos
que transportan los ros Quimivil y Hondo.
Esta acumulacin se forma por un cambio
brusco de pendiente en el cauce de los mencionados ros despus de que atraviesan la
regin montaosa de las Sierras de Zapata
y de Beln al oeste y norte, respectivamente
(Figura 1). Estos sedimentos son ms ricos
en nutrientes y en disponibilidad de agua
que los de las cotas ms bajas del Bolsn.
Asimismo, la altitud (1350 msnm) y orientacin del sitio contribuyen a que las precipitaciones en forma de lluvia sean tambin
mayores.
Los estudios ecolgicos realizados en el
rea (Capparelli, 1997) han demostrado que
estas caractersticas ambientales permiten
el establecimiento de un microclima muy

especial. De esta manera, el sitio ESH se


encuentra inmerso en un Bosque abierto de
rbol negro (Prosopis flexuosa) que se extiende desde los 1250/1300 msnm hasta los 1500
msnm. El nombre vulgar rbol negro hace
referencia en la zona a P. flexuosa, mientras que rbol blanco a P. chilensis, ambos
son comnmente conocidos en los pases
hispano hablantes como algarrobos negro
y blanco respectivamente2. Acompaan en
este bosque al algarrobo negro, el chaar
(Geoffroea decorticans), el tala (Celtis tala) y
la tusca (Acacia aroma); y, en menor escala,
el algarrobo blanco, el cardn o pasacana
(Trichocereus terscheckii) y el visco (Acacia
visco). Entre las especies arbustivas que crecen por debajo de los mencionados rboles
domina, en primer lugar, el shinki (Mimosa
farinosa), que da nombre al sitio El Shincal.
Tambin encontramos el piquilln (Condalia
microphylla), el chucupi (Porlieria microphylla), la pata (Ximenia americana) y el entetaco (Prosopis torquata). Este estrato arbustivo
es ms cerrado y enmaraado al pie de los
cerros y ms abierto a menores altitudes.
Las especies antes mencionadas se distribuyen tambin en las laderas orientales de las
Sierras de Beln y de Zapata en una estepa
arbustiva baja que culmina en pastizales de
altura en la cumbre de los cerros ms altos
(por arriba de los 2200 msnm).
En las terrazas asimtricas del Ro Quimivil, desde los 1400 msnm hasta aproximadamente los 2000 msnm, se encuentra lo que
denominamos Bosque de quebradas de ros permanentes, es un bosque cerrado, ms alto que
el anterior, donde predomina el tala, acompaado por molle de beber o molle crdoba
(Lithraea ternifolia), visco y algarrobo blanco.
Aqu el estrato arbustivo consta de especies
tales como el churqui (Acacia caven) y la barba de chivo (Caesalpinia gilliesii), acompaadas por el chucupi.
En los mrgenes de los cauces temporarios
se encuentran especies arbreas tales como:

De aqu en adelante, y solo por ser el ms difundido, se utilizar el trmino algarrobo para referirnos a estas especies.

66

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 1. Localizacin del sitio Inka El Shincal de Quimivil y principales comunidades vegetales del rea de estudio.

tala, visco, tusca, garabato (Acacia furcatispina), algarrobo blanco, chaar y kapia (Maytenus viscifolia); y arbustivas tales como
pata, churqui, brea (Cercidium praecox),
shinki y maravilla (Flourensia riparia). Dentro del lecho del ro de los cauces temporarios
se conforma una comunidad muy dinmica,
sometida peridicamente a la accin directa de los aluviones. Constituye una fuente

de variabilidad de especies. Se pueden encontrar especies precordilleranas que descienden por estos ambientes hasta reas
bien alejadas de la sierra. Tambin aparecen
plantas de flores vistosas como la garrocha
(Tecoma garrocha) as como el molle (Schinus
fasciculatus) y la maravilla.
Desde aproximadamente los 850 msnm
hasta los 1250-1300 msnm hacia el interior

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

67

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

del bolsn, en la zona que se denomina bajada, se extiende una comunidad de jarilla
(Larrea cuneifolia), a la que acompaan en
primer lugar el usillo (Tricomaria usillo), luego la brea (Cercidium praecox), la pata y el
tintitaco.
Documentos histricos del siglo XVII y
de viajeros que visitaron la regin durante
el siglo XIX y principios del siglo XX, as
como datos provenientes del registro arqueolgico vegetal y de estudios ecolgicos
y paleoambientales permiten inferir que
este tipo de vegetacin estuvo presente en
la zona al menos desde tiempos Inkas (Capparelli, 1997).
El Shincal de Quimivil se compone de espacios domsticos y pblicos con numerosos tipos de estructuras arquitectnicas. Los
espacios domsticos son aquellos donde se
han realizado diferentes tareas de mantenimiento del sitio para que ste cumpla con su
funcin de centro provincial. Como ejemplo
de ellos se puede mencionar el sinchiwasi,
una construccin con varias habitaciones
que pueden haber servido como alojamiento para obreros; o las unidades domsticas rectangulares o RPC (i.e. 5cIII, Kancha
II), que constan de reas techadas y patios
adosados a stas. Por otro lado, los espacios
pblicos, como las kallankas, la aukaipata o el
ushnu, son espacios que estn relacionados
con la legitimacin del poder de los gobernantes. Si bien en stos la vinculacin entre
actividades administrativas y ceremoniales
es profunda, el nfasis en una u otra ha dependido del tipo de estructura. Se puede
decir que en las kallankas de ESH (i.e. K1,
K3), grandes estructuras utilizadas para diferentes propsitos incluida la elaboracin
o manufactura de textiles y alfarera, predominaron las actividades administrativas;
mientras que en el ushnu, estructura sobre
elevada ubicada en el centro de la aukaipata,
las ceremoniales; por ltimo en la aukaipata o plaza central intramuros se llevaban a
cabo diversas actividades, tanto ceremoniales como socio-econmicas, que establecan
vas de comunicaciones entre los diferentes

68

edificios del sitio y entre este sitio y los de


sus alrededores (Raffino, 2004). Tambin
existan espacios de almacenaje (i.e. S20E2)
donde se guardaban elementos de ndole
diversa que eran luego administrados por
el estado (Capparelli, 1997). Finalmente, se
ha podido comprobar que la distribucin
de varios de estos elementos arquitectnicos se vincula fuertemente con su funcin y
con las caractersticas mesoclimticas de las
reas donde estn emplazados (ver Capparelli et al., 2006 para ms detalle). Sobre la
base del planeamiento urbano, de los componentes arquitectnicos del sitio, del uso
del sistema de medida inka, del material
arqueolgico recuperado y de su simbolismo y emplazamiento en el paisaje, el sitio
ESH fue considerado como un Nuevo Cusco por Farrington (1999, 2013), es decir, un
lugar fuera del Cusco pero construido a la
imagen de ste, donde se recreaba la ideologa y se renovaba el poder y la autoridad del
incario (Farrington, 2013: 345-351).
Breve referencia a los mtodos
empleados en los trabajos
discutidos en el presente escrito
Las tcnicas de excavacin y recuperacin
de restos arqueobotnicos empleadas en
ESH se han descrito previamente en varios
trabajos (i.e. Capparelli y Raffino, 1997; Capparelli et al., 2004). El muestreo arqueobotnico fue implementado por medio de la
flotacin sistemtica de 33 muestras columnares que abarcaron la totalidad de las unidades estratigrficas (UE) excavadas y que
fueron tomadas de 23 estructuras arquitectnica y funcionalmente diferentes del sitio.
Para el presente anlisis fueron considerados aquellos restos recuperados de la UE 4
en adelante (0,40 a 0,90 m de profundidad),
ya que fueron dichos estratos los que contuvieron el nivel de ocupacin inka e hispanoindgena (Raffino, 2004; Capparelli, 2009).
El volumen de sedimento correspondiente a
este anlisis fue de 600,35 litros (Capparelli

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

et al., 2004) (72 % del total recuperado). En l


se hallaron 2482 restos botnicos no leosos
y se identificaron 24 taxa vegetales diferentes (vase Capparelli, 2009). Se puede decir
que ESH muestra un patrn caracterstico
del uso de plantas con respecto al de otros
sitios Inka. Las plantas silvestres (Prosopis
spp., Geoffroea decorticans, Ziziphus mistol y
Rhamnaceae/Capparidaceae, entre otras) parecen han sido tan importantes en la economa alimentaria como las especies cultivadas/domesticadas (Zea mays, Phaseolus spp.
y Cucurbita maxima). Estas ltimas representan el 22,4% del total de restos recuperados, mientras que los recursos alimenticios
silvestres representan el 34,8%. El Prosopis
y el maz registraron los mayores valores
de conteos y densidades relativos y fueron,
asimismo, los taxa ms ubicuos. Ambos se
asociaron a contextos rituales y domsticos
(Capparelli et al., 2004).
Tal como se menciona en la introduccin,
las investigaciones arqueobotnicas posteriores a la publicacin de El Shincal de Quimivl (Raffino, 2004) estuvieron orientadas
principalmente hacia un reconocimiento
de las prcticas poscosecha. stas se analizaron principalmente en relacin a aspectos culinarios del Prosopis spp. y del maz
(Capparelli, 2009) y mediante el abordaje de
tres cuestiones fundamentales: 1) el reconocimiento de caractersticas particulares del
registro arqueobotnico de los mencionados taxa, tanto cuali como cuantitativas; 2)
el registro de informacin etnobotnica en
pos de su utilizacin como una herramienta etnoarqueolgica; 3) la complementacin
con informacin proveniente del desarrollo
de protocolos experimentales, tanto propios
(i.e. Capparelli y Lema, 2011; Capparelli,
2014 en el caso de Prosopis y maz, respectivamente)
como generados por otros investiC
gadores (i.e. Johanessen et al., 1990; Gotte et
al., 1994, en el caso del maz), que permitan
el reconocimiento del procesamiento de alimentos en el material arqueolgico.
El registro de datos etnobotnicos se realiz por medio de la investigacin directa de

campo, sin embargo, como en el presente


estudio est involucrado el pasado, fueron
utilizados a modo de informacin complementaria documentos e informacin de primera mano contemplada dentro de lo que
se denomina Etnobotnica Histrica (Medeiros, 2011). El trabajo de campo se realiz
en la localidad de El Shincal en particular,
y a lo largo del Valle de Hualfn en general,
desde la localidad de Cerro Negro hasta la
de Corral Quemado, el total de personas
entrevistadas fue de 43 (Capparelli, 2007;
Capparelli y Lema, 2011; Capparelli, 2014).
Las entrevistas fueron de tipo abiertas y
semi-estructuradas, y se enfocaron hacia la
adquisicin, preparacin y consumo de alimentos o bebidas. Se complementaron con
observaciones directas y participantes de
las actividades culinarias diarias. Se colectaron especmenes actuales de plantas frescas,
as como material vegetal etnoarqueolgico
de cada etapa de procesamiento cuando fue
posible.
Posteriormente se reprodujeron las prcticas tradicionales de elaboracin de alimentos en el laboratorio en el marco de la arqueologa experimental. Dichos experimentos, cuya metodologa se explicita en forma
detallada en las publicaciones de base antes
mencionadas, nos permitieron controlar variables que no se podan medir en el campo,
as como los efectos de la carbonizacin sobre las partes vegetales consideradas. Cabe
aclarar que stos han sido desarrollados extensamente para Prosopis. No obstante, en el
caso del maz, an se encuentra en curso la
realizacin de protocolos similares con las
variedades locales, por lo que gran parte de
los datos que se discuten aqu son aquellos
generados experimentalmente por el equipo
de Ch. Hastorf (ver Capparelli, 2014, para
ms detalle). Las muestras arqueolgicas,
etnobotnicas y experimentales se describieron por medio de la observacin macro y
microscpica utilizando SEM y microscopa
ptica y estereoscpica.
Los resultados se organizan, en primer
lugar, en funcin de los taxa tratados (Proso-

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

69

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

pis spp., Zea mays, Phaseolus/Capsicum) y, en


segundo lugar, en funcin de las etapas de
investigacin desarrolladas para ambos casos. Estas ltimas se pueden resumir como:
1) descripcin de caractersticas particulares
de cada tipo de asociacin arqueobotnica;
2) registro de informacin etnobotnica utilizada como una herramienta etnoarqueolgica, anlisis de muestras etnoarqueolgicas/diseo de protocolos experimentales
que aborden el reconocimiento de prcticas
culinarias en el material arqueolgico.

Resultados y discusin
a - Prosopis spp.
Restos Arqueobotnicos
Se analizaron restos de vaina de Prosopis
provenientes de diferentes estructuras arquitectnicas (para ms detalle ver Capparelli, 2011). De P. chilensis: 355 semillas enteras y 7 fragmentos; as como 6 endocarpos
enteros. De P. flexuosa: 89 semillas enteras y

Figura 2. Macrorrestos de Prosopis de El Shincal de Quimivil: derivados de la manufactura de harina: (a) Aukaipata;
(b) S20E2; (cd) K3; (ef) Sinchiwasi; (g) 5cIII. Escala= 1 mm (Traducido de Capparelli, 2011).

70

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

un fragmento, un artejo de vaina y 6 endocarpos enteros (tres conteniendo restos de


mesocarpo). De Prosopis spp. y otras formas
posiblemente hbridas se encontraron: 245
semillas enteras y 227 fragmentos, un fragmento de testa seminal, nueve endocarpos
enteros y un fragmento (ver Capparelli et
al., 2015). Los elementos diagnsticos ms
relevantes fueron: las proporciones relativas
de cada parte de la vaina en cada asociacin
arqueobotnica (Capparelli, 2008; Caparelli
y Lema, 2011) y varios caracteres cualitativos, tales como la presencia de fragmentos
de endocarpos con su correspondiente meso
y epicarpo (Figura 2-a-d), de artejos individuales, de semillas enteras con la testa normal (no plegada o enrollada) (Figura 2-e),
de semillas con extrusiones del endosperma
(Figura 2-e,f), de semillas con la testa muy
deteriorada (Figura 2-g), de semillas con la
testa plegada (Figura 3-a, b), enrollada (Figura 3-c, d), fisurada (Figura 3-e), ondeada
(Figura 3-f) o desaparecida (Figura 3-g, h).
Informacin etnobotnica y protocolos
experimentales orientados al
reconocimiento de prcticas culinarias de
procesamiento poscosecha
De los documentos etnohistricos, as
como de nuestro propio trabajo etnobotnico (Capparelli, 2007; Capparelli y Lema,
2011), sabemos que Prosopis chilensis y Prosopis flexuosa fueron un recurso importante
en el noroeste argentino, incluso despus de
la conquista espaola y hasta el da de hoy.
La parte utilizada es el mesocarpo carnoso y
dulce de la vaina. Las vainas de algarrobo se
secan al sol y pueden ser consumidas crudas
o tostadas, o ser molidas en morteros de piedra o madera. La harina resultante puede ser
utilizada para hacer ulpo, que es un tipo de
leja producto de la disolucin (en agua) de
algarrobo y harina de maz tostada, y patay,
que es un pan elaborado a partir de harina
fina tamizada, compactada y secada. En estos casos, es el mesocarpo de la vaina (y consecuentemente el epicarpo que se muele a la

par) el principal constituyente de la harina,


mientras que las otras partes de la vaina forman parte del residuo. Las vainas molidas
pueden ser tambin utilizadas para hacer
aapa, una bebida no alcohlica, para lo cual
se las sumerge en agua fra y luego se las exprime manualmente para extraer el zumo;
o aloja, que es una bebida alcohlica que se
procesa de una manera similar a la aapa,
excepto que las vainas molidas son remojadas y posteriormente fermentadas resultando en una bebida parecida a una cerveza.
Unas pocas fuentes escritas sobre el procesamiento de Prosopis mencionan tambin que a
la preparacin de aloja se le pueden aadir
vainas hervidas, as como vainas masticadas,
las cuales podran acelerar la fermentacin.
Tambin se suele confeccionar un jarabe llamado arrope, hirviendo las vainas, raspando
y tamizndolas a travs de una tela de arpillera para obtener el zumo que se deja hervir
hasta que espese (para ms detalles ver Capparelli, 2007; Capparelli y Lema, 2011). Estos diferentes tipos de procesamientos pueden dar lugar a la depositacin de diferentes
partes, y cantidades, de vainas de Prosopis en
la superficie de terreno donde las distintas
actividades se llevaron a cabo.
Por todo lo antes mencionado es que se
dise y llev a cabo un protocolo experimental que reprodujo las prcticas poscosecha de Prosopis relevadas a partir de la
etnobotnica (Capparelli, 2008). Para ello, se
prepar patay, aapa, aloja y arrope siguiendo los mismos tipos y secuencias de actividades registradas durante las entrevistas a
los pobladores locales, y se registraron las
variaciones, a lo largo de la produccin, de
la calidad y cantidad de cada parte de vaina (Capparelli, 2008). Esto nos permiti establecer que el algarrobo puede conducir a
la depositacin de diferentes partes de fruto,
en distintas proporciones y con diferentes
aspectos morfolgicos en funcin de la especie y del producto final elaborado. Por ejemplo, productos intermedios como la harina
no refinada o refinada pueden reconocerse a
partir de la presencia de endocarpos enteros

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

71

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 3. Macrorrestos
de Prosopis de El
Shincal de Quimivil:
derivados de la
manufactura de
aapa/aloja: (a-d) K1;
(ej) Ushnu. Escala
en (a, c, i and j) =
1mm (Traducido de
Capparelli, 2011).

con fisuras caractersticas (P. flexuosa) o valvas de endocarpos y semillas (P. chilensis);
actividades de remojo, que implicaran la
manufactura de aapa/aloja, se pueden reconocer a partir de enrollamientos del epicarpo o de la cubierta seminal, y de ptinas
oscuras producto del remojo del mesocar-

72

po; la masticacin de vainas incorporadas a


la preparacin de aloja resulta en finas hebras de epicarpo entrelazadas y adheridas
a endocarpos; mientras que el arrope produce tanto endocarpos enteros con ptinas
oscuras de mesocarpo, como trozos de epicarpo en hebras finas (P. flexuosa) o grue-

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

sas (P. chilensis). Estos patrones cualitativos


fueron tiles para reconocer la preparacin
de diferentes productos de Prosopis a partir
de macrorrestos desecados (i.e. de harina,
aapa, aloja y aapa-aloja en otros sitios del
noroeste argentino, tales como Puente del
Diablo y Huachichocana III, en Capparelli
y Lema, 2011).
Dado que en ESH los macrorrestos recuperados estn carbonizados, ms tarde se
produjo experimentalmente un nuevo set
de partes de vaina resultantes de las mencionadas preparaciones, las cuales fueron
sometidas a carbonizacin controlada. Esto
se hizo dentro de un bowl lleno de ceniza,
a temperaturas del fuego que no sobrepasaron los 350 C y cuyo proceso dur entre
5 y 260 minutos segn la parte considerada
(Capparelli, 2011). Este set de partes fue pesado, medido y caracterizado morfolgicamente antes y despus de su carbonizacin.
A travs de esta experimentacin pudimos
comprobar que la mayora de las caractersticas diagnsticas cualitativas reconocidas
como potencialmente tiles para distinguir
prcticas postcosecha de Prosopis en restos
desecados, persisten y son diagnsticas, incluso despus de la carbonizacin (Figura
3-a, i). Se pudo distinguir en los derivados
de la manufactura de harina que los artejos
presentaron un mesocarpo de textura compacta (Figura 4-a, b), y que las semillas frecuentemente se abrieron por la lnea fisural
o la zona chalazal, por donde suele protruir
el albumen (Figura 4-c). Contrariamente a
lo observado en la manufactura de aapa/
aloja, la testa de las semillas derivadas de
la manufactura de harina se mantienen en
buen estado de preservacin y su cubierta
no se presenta ni plegada ni enrollada (Figura 4-c), mientras que las que fueron objeto
de remojo (Figura 4-d, e) presentan la testa
levantada, enrollada, a veces totalmente ausente (Figura 4-d) o fisurada en forma de lneas paralelas (Figura 4-e). El remojo de las
vainas tambin hace que el epicarpo de los
restos de artejos se presente enrollado y que
el mesocarpo manifieste huecos resultado

de su disolucin en agua (Figura 4-h, i). En


ocasiones el epi o mesocarpo se puede separar del endocarpo del artejo (Figura 4-i).
Los anlisis descriptos nos permitieron
reconocer, en el sitio ESH, la preparacin
de diversos productos a partir del Prosopis
y un patrn de distribucin distintiva de los
mismos en los diferentes edificios (Capparelli, 2011). Entre los rasgos ms relevantes se
observa, por ejemplo, que la aukaipata, la Kallanka 3 y la estructura S20E2, que estn espacialmente prximas, comparten tipos de
restos similares que permiten inferir la manipulacin de harinas no refinadas de Prosopis que pueden haberse carbonizado accidentalmente mientras eran transportadas
desde los lugares de almacenamiento hasta
los de posterior procesamiento/consumo. En
cambio, la asociacin de restos de Prosopis
proveniente del sinchiwasi fue interpretada
como el resultado de la preparacin de harina refinada, que con posterioridad puede
haber sido utilizada para la manufactura de
aloja, patay o ulpo (ver Capparelli y Lema,
2011). Algunos de los restos provenientes de
la Kallanka 1 y del ushnu presentan evidencia de remojo, por lo que se infiere un procesamiento del tipo de aloja/aapa (Capparelli,
2011). El anlisis de los resultados en trminos cuantitativos sugiere, incluso, que el uso
de estas vainas estara subrepresentado en el
registro (Capparelli, 2008; Capparelli, 2014).
Por otra parte, el hecho de que el mayor nmero de semillas de Prosopis haya sido recuperado del ushnu (Capparelli et al., 2005)
dentro de un contexto ceremonial asociado
a la realizacin de una corpachada, donde la
tierra es alimentada y, a travs de ella, los
ancestros muertos y las deidades (Capparelli et al., 2005), sumado a que algunas de dichas semillas presenten evidencia de preparacin en forma de aapa/aloja (Capparelli,
2011), hace suponer que el Prosopis ha tenido
tambin un relevante significado ritual en el
sitio asociado a la preparacin de bebidas,
situacin semejante a la que hemos podido
registrar para momentos inkas de Huachichocana III (Capparelli y Lema, 2011).

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

73

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 4. Efecto de la carbonizacin en las partes de vaina de Prosopis: (ac) Residuos de harina; (dg) Residuos de
aapa/aloja (remojo en agua fra); (hi) Residuos de aapa/aloja (remojo en agua caliente); (a, c, d, e, g) Prosopis
flexuosa; (b, e, g, i) Prosopis chilensis. (Traducido de Capparelli, 2011).

74

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

b - Zea mays
Restos Arqueobotnicos
El registro de maz de ESH proviene, al
igual que en el caso de Prosopis, tanto de
contextos domsticos (i.e. 5cIII) como rituales (i.e. ushnu), y corresponde a marlos
y granos carbonizados (Capparelli, 2009,
2014). No obstante, pese a los mayores valores de cantidad relativa, la densidad de
restos de maz hasta el momento es baja y
fragmentaria como para profundizar en las
prcticas poscosecha desarrolladas. De todos modos, se llegaron a reconocer algunas
(i.e. tostado, ver ms adelante) y se discute
la posibilidad de existencia de otras. El rasgo ms relevante de su registro est representado por la amplia diversidad tipos de
maz utilizados en el sitio, entre los que se
llegaron a reconocer el capia, amarillento,
pispito y carda (Figura 5).
Informacin etnobotnica y protocolos
experimentales orientados al
reconocimiento de prcticas culinarias de
procesamiento poscosecha
Los estudios etnobotnicos llevados a
cabo en ESH nos permitieron conocer los
distintos tipos de maz utilizados por los
habitantes actualmente, as como tambin
registrar sus destinos culinarios (Capparelli,

2014). El maz se almacena tanto en forma


de mazorca seca, como en forma grano procesado. Las mazorcas se desgranan, cuando
es necesario, metindolas en una bolsa y
golpendolas con una vara de madera. Los
marlos se desechan en los fogones para ser
utilizados como combustible. Diversas variedades y destinos culinarios (Figuras 6 y
7) coinciden con aquellos de Bolivia y Per,
registrados por Hastorf y colaboradores (Johannessen y Hastorf, 1989; Johannessen et
al., 1990; Gette et al., 1994). Por ejemplo, el
maz capia, de endosperma blanco y harinoso, se usa de manera similar al chullpi, para
hacer maz tostado (Figura 7), ya que segn
los pobladores de El Shincal no sirve para
moler porque se rompe todo. Los tipos
pishingo o carda, pispito y pisingallo se usan para hacer rositas, denominadas
por algunos pobladores como tutuca (Figura 7). El maz boliviano o maz blanco se usa para realizar el mote, en el cual el
grano se hierve con ceniza, se refriega para
extraer el pericarpo y se seca para almacenar (Figura 6). A diferencia del Per, el maz
denominado amarillento o amarillo en
El Shincal es golpeado en el mortero para
obtener grano partido para locro, que tambin se seca y almacena (Figura 6). Tambin
se puede almacenar el grano despicado,
es decir, sin el funculo que lo une al marlo,
los cuales son extrados manualmente uno
Figura 5. Granos
arqueolgicos de
maz de El Shincal de
Quimivil. Contexto de
fogn domstico en el
recinto 5cIII. Escala
= 1cm (Tomado de
Capparelli, 2014).

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

75

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Amarilento/Amarillo
Golpeado (mortero y mano de piedra)

Figura 6.
Destinos
del maz
amarillento,
amarillo y
boliviano
en el Valle
de Hualfn.
Escala = 1
cm (Tomada
de Capparelli,
2014).

Maz para locro

Aventado de la chaunca
Maz despicado

Boliviano

Maz para mote

por uno (Figura 6). Tanto el grano preparado en forma de mote como aquel en forma
de locro o despicado son luego utilizados
para elaborar distintas preparaciones culinarias, algunas similares a guisados. Hasta
el momento no se han registrado datos referidos a la manufactura actual de chicha en
los alrededores del sitio.
Anlisis experimentales de carbonizacin
realizados por Gette et al. (1994) sobre la
base de maces modernos de Per, similares

76

a los que se encuentran actualmente en El


Shincal demostraron que: 1) el maz tostado presenta una lnea de fisura longitudinal
que se acenta an ms luego de la carbonizacin, por lo que Gette y colaboradores
infieren que los granos tostados resisten la
carbonizacin y que se podra reconocer
este tipo de procesamiento en restos arqueolgicos; 2) la tutuca, por el contrario, presenta una fragilidad tal que posee
escasas posibilidades de preservacin y

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 7. Destinos
del maz capia,
pisingallo y pispito
o carda. Escala
= 1 cm (Tomada de
Capparelli, 2014).

de ser visualizada luego de la carbonizacin; 3) los granos preparados para mote


son los que mejor se preservan, y, por su
dureza y grado de compactacin, tendran
ms chance de preservacin que la tutuca
y que los granos germinados, e incluso que
los tostados. Gette et al. (1994) tambin
observaron que ninguno de los granos con
distintos procesamientos perdi su pericarpo o embrin por efecto de la carbonizacin, y concluyen que es muy probable
que su ausencia en granos arqueolgicos
carbonizados bien preservados se deba al
procesamiento previo (i.e. mote, chicha).
No obstante s remarcaron que el pericarpo de los granos tostados parece ms
susceptible de erosionarse por procesos
tafonmicos (Gette et al., 1994) que el de
otros tipos de procesamiento. La prctica
de moler granos para locro no ha sido registrada por Hastorf y colaboradores en
Per, sin embargo es muy frecuente en el

noroeste de Argentina, es por ello que nos


encontramos desarrollando una va para
poder reconocer este procesamiento a partir del tipo de fragmentacin que produce
(Capparelli, 2014), que requiere an de ensayos de carbonizacin adecuados.
Volviendo al registro arqueobotnico
de ESH, la nica tcnica de procesamiento
que ha podido ser efectivamente reconocida hasta el momento en el caso del maz es
la del tostado, y se aplica especficamente
a granos tipo capia recuperados en el recinto 5cIII, que poseen una marcada fisura
central longitudinal (Figura 5). Los estudios de Gette et al. (1994) demuestran que
el tostado aparentemente no implicara
una disminucin severa en el potencial de
preservacin y que los granos preparados
como maz tostado o mote tendran una escasa fragmentacin en el registro arqueolgico que, en caso de existir, sera causada
posteriormente a su carbonizacin y depo-

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

77

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

sitacin, por procesos tafonmicos o ligados a la recuperacin de los restos. Quizs


sea por ello que esta prctica fue, en ESH,
la ms visible. No obstante, la presencia
de otros diversos tipos de granos (carda,
pisingallo, amarillo), junto a los datos etnobotnicos y experimentales previamente
mencionados, nos permiten inferir que cada
uno de esos tipos ha debido tener fines culinarios precisos y ha sido objeto de tcnicas
de procesamiento particulares. Por ejemplo, los dos primeros pueden haberse destinado a preparar tutuca. Los trabajos de
Gette et al. (1994) demuestran que el maz
preparado de esta forma no posee buena
resistencia a la carbonizacin. En este sentido, podramos pensar que en ESH solo
se preserv la parte de esos granos que no
florecieron durante la preparacin, ya que
poseen mayor resistencia a la carbonizacin. Con respecto al maz amarillento, experimentaciones nuestras demostraron que
su procesado para locro da lugar a una elevada fragmentacin pre-carbonizacin/depositacin dada por el partido en mortero
de los granos, lo cual reduce su chance de
visibilidad arqueolgica (Capparelli, 2014).
Es factible pensar entonces que en ESH, el
maz amarillento se pudo procesar en este
sentido y que la baja cantidad de granos
enteros se debe a la alta fragmentacin que
requiere su procesamiento. Es necesario
tener en mente, asimismo, que la manufactura de chicha, puede ser otra fuente de
fragmentacin del maz, reductora de su
potencial de preservacin y de su visibilidad arqueolgica en forma de macrorrestos. Si bien la manufactura de esta bebida
ha sido sugerida para el sitio en funcin
de algunos contextos arqueobotnicos y de
sus materiales asociados (i.e. fragmentos
de ollas y arbalos) (Capparelli et al. 2005;
Giovannetti, 2009), la evidencia directa de
maz encontrada an no permite determinaciones contundentes. Es por ello que se
estn llevando a cabo anlisis macro y microscpicos que incluyen tanto la caracterizacin de distintas etapas de procesamien-

78

to de muestras actuales de chicha, como la


bsqueda de correlatos morfolgicos en
muestras arqueolgicas y la recuperacin
de microrrestos a partir de fragmentos cermicos (Capparelli et al., 2014). Asimismo,
como es sabido que los procesos de coccin
en general son factores que condicionan la
preservacin de los granos de maz previo
a la carbonizacin, nuestro equipo de trabajo se encuentra tambin llevando a cabo
estudios relativos a estos aspectos en otros
tipos de destinos alimenticios (i.e. locro o
mote).
Con respecto a la distribucin espacial de
los diferentes restos de maz, en relacin a
los de Prosopis presentados anteriormente,
se pudieron discernir funciones especficas
para algunas de las estructuras arquitectnicas analizadas en ESH. Se observ que el
recinto 5cIII ha tenido relacin con el procesamiento, distribucin y posiblemente
consumo de recursos principalmente cultivados, que las kallankas estuvieron relacionadas con mltiples actividades incluyendo aparentemente el desgranado de maz y
que el sinchiwasi, aunque present patrones
diferentes de uso de plantas segn el espacio, aparece ligado mayormente al procesamiento de plantas silvestres (i.e. Prosopis)
en funcin del caso ms conspicuo de reconocimiento de prcticas poscosecha (recinto R10), tal como se mencion en el acpite
anterior (Capparelli, 2009).
c - Combinacin Capsicum/Phaseolus
Restos Arqueobotnicos
Otro importante hallazgo que contribuye
al entendimiento de las prcticas poscosecha en ESH est representado por una masa
carbonizada de varios vegetales entrelazados inmersos en una matriz an indefinida
(Figura 8-a, b), recuperado del contexto ceremonial del ushnu (Capparelli et al., 2005).
Dentro del mismo han podido ser reconocidos restos de epidermis de Capsicum (Figura 8-a, c) y Phaseous (Figura 8-b, d).

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 8. Combinacin de plantas en la preparacin culinaria del ushnu: (a, b) Muestra arqueolgica;
(c, d) Muestra de referencia. (a) Epidermis de Capsicum sp.; (b) Epidermis de Phaseolus sp.; (c)
Epidermis de Capsicum chacoense; (d) epidermis de Phaseolus aborigeneus.

Informacin etnobotnica y protocolos


experimentales orientados al
reconocimiento de prcticas culinarias
de procesamiento poscosecha
Se encuentra en curso el anlisis de rasgos
asociados al contexto de recuperacin de
este resto. Por ejemplo, tipos de pastas cermicas presentes y sus caractersticas funcionales, microrrestos arqueobotnicos en
fragmentos de vasijas cermicas, entre otros
(Capparelli et al., 2014). Esto nos permitir
contar con datos necesarios (i.e. parmetros
de coccin, determinacin de la matriz en
la que pueden estar insertas las epidermis
de los taxa mencionados, reconocimiento
de otros vegetales que puedan haber sido
incorporados a la preparacin) que puedan
ser cruzados con la informacin etnobotnica disponible para elaborar a futuro protocolos experimentales acordes al hallazgo y
definir las tcnicas y secuencias de procesamiento involucradas ms all de la combinacin de los elementos.

Consideraciones finales
Los anlisis realizados sobre los macrorrestos arqueobotnicos de ESH nos permiten afirmar que en el sitio se han aplicado
diversas tcnicas de procesamiento poscosecha en secuencias definidas y reas de actividad especficas. En el caso de los hallazgos
de Prosopis, si bien stos han sido recuperados de otros siete sitios Inka del Kollasuyu
(de los cuales sorprendentemente seis se encuentran tambin en la moderna provincia
de Catamarca), ESH presenta el registro ms
abundante y diverso (Capparelli, 2011). Los
otros sitios donde se recuperaron restos de
Prosopis son: Potrero-Chaquiago (Williams,
1985), Punta de la Pea 3-La Tranca (Mara
Fernanda Rodrguez, com. pers. 2012), Intihuatana de Fuerte Quemado (Kriskautzky
y Morales, 1999); Mishma 7 (Semp de Gmez Llanes, 1984); Batungasta (Ratto et al.,
2007.); Los Colorados (Giovannetti, 2009) y
Huachichocana III (ubicado en la actual provincia de Jujuy) (Capparelli y Lema, 2011).

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

79

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

El Shincal de Quimivil y Huachichocana III


(Capparelli y Lema, 2011) son los nicos
en donde se han llevado a cabo anlisis en
trminos de prcticas poscosecha de preparaciones culinarias de este taxa. A partir de
estos trabajos se pudo saber que en ESH se
han elaborado diversos tipos de preparaciones, que incluyen tanto alimentos como
bebidas, y que su manufactura se llev a
cabo en diferentes edificios. Esto ha debido implicar una organizacin especial de la
produccin de Prosopis, en el sentido de una
intensificacin postcosecha (sensu Wollstonecroft, 2007). Aunque las aplicaciones
culinarias de las especies de Prosopis estn
lejos an de afirmar que hayan constituido
alguna comida diaria principal, tal como lo
pudo haber sido el maz, existen otras vas
por las que el algarrobo puede haber tenido relevancia en la alimentacin. Su estudio
dentro de un marco de comensalidad ampliada y que atiende a la alimentacin en todos sus aspectos (ver Introduccin) nos permite observar que el empleo de Prosopis en
la preparacin de bebidas, registrado en la
Kallanka 1 (K1) y en el ushnu, ha funcionado
como un elemento estructurador de relaciones sociales y festividades, tal como ha sido
propuesto para momentos inka de Huachichocana III (Lema et al., 2012). Incluso, aun
cuando el algarrobo no haya formado parte
de las comidas principales, puede haber formado parte de otras comidas cotidianas (i.e.
ulpo), tanto en las proximidades del sitio de
residencia como durante las tareas agrcolas
o pastoriles (tal como mencionan algunos
pobladores actuales del rea), por ser un
recurso alimenticio inmediato y disponible
en todo momento del da. El algarrobo es
actualmente muy estimado tambin por sus
propiedades medicinales (Capparelli, 2007),
por lo que este rol puede haber jugado un
papel importante dentro de las sociedades
pasadas. De esta manera, coincidimos con
Etkin (1994) en que las plantas silvestres son
a menudo menospreciadas en estudios de
alimentacin, la mayora de las veces relegadas por ser consideradas importantes solo

80

en perodos de caresta de alimentos. Sin


embargo, all donde el consumo de plantas
silvestres ha sido cuidadosamente estudiado, ste emerge como un elemento regular y
relevante para la subsistencia, incluso en sociedades agrcolas como las de ESH, las que
en ocasiones consumen ms plantas silvestres que otras predominantemente cazadoras recolectoras (i.e. Hayden, 1981; Castetter
y Bell, 1942; Hodgson, 2001). En el caso del
registro de maz, y al igual que en el caso
de Prosopis, ste proviene tanto de contextos
domsticos (i.e. recinto 5cIII) como rituales
(i.e. ushnu), y corresponde a marlos y granos
carbonizados (Capparelli, 2009, 2014). Se ha
dicho que pese a los mayores valores de
cantidad relativa, la densidad de restos de
maz hasta el momento es baja y fragmentaria como para profundizar en las prcticas
poscosecha desarrolladas, aunque se lleg a
reconocer el procesamiento de tipo tostado.
Como uno de los rasgos ms relevantes del
registro de maz en ESH es que est representado por una amplia diversidad tipos
de granos, se piensa que los destinos culinarios tambin han sido diversos, as como
la distribucin espacial de las actividades
relacionadas a los mismos, ya que se pudieron discernir funciones especficas para
algunas de las estructuras arquitectnicas
analizadas. Finalmente, el abordaje desde
un marco de comensalidad ampliada nos
permiti identificar la nica evidencia de
preparacin culinaria que demuestra la utilizacin de ms de una planta en la receta.
Este es el caso de la matriz con epidermis de
Phaseolus/Capsicum, que ha sido ofrendada
durante un evento relacionado con la alimentacin de la tierra. Observamos cmo,
a diferencia de los contextos domsticos, los
rituales nos brindaron informacin no solo
de plantas sin procesar, sino procesadas, y
de preparaciones culinarias elaboradas no
solo a partir de una planta individual (bebidas a partir de Prosopis) sino tambin de una
combinacin de ellas.
En suma, en el presente trabajo quisimos
trascender la identificacin de los taxa y

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

la sugerencia potencial de determinados


usos, para as encontrar evidencias empricas de los mismos que nos permitan ligar
las prcticas poscosecha al consumo (sensu
Capparelli y Lema, 2010) y al contexto de
accin en el que se desarrollan. De esta manera, y con un abordaje que considera a la
alimentacin desde su sentido ms amplio,
pudimos encontrar correlatos morfolgicos
que nos permitieron identificar, a partir de
residuos o cadas accidentales de partes vegetales, las prcticas que le dieron origen.
stas incluyeron diferentes tcnicas de procesamiento en secuencias determinadas, las
que vincularon los restos a instrumental y
reas de actividad especficas. Se pudieron
entonces caracterizar contextos domsticos
y pblicos que, analizados desde un marco de comensalidad ampliada, nos permitieron descifrar patrones de consumo que
incluyeron la alimentacin no solo de seres
humanos vivos sino tambin de ancestros
muertos y/o seres no humanos.

Agradecimientos
La autora agradece especialmente la colaboracin de los pobladores de El Shincal
y otras localidades del Valle de Hualfn, sin
la cual estos trabajos no se podran haber
realizado. Entre ellos se encuentran Ramn
Fontees y su Sra. Carmen Varas, Paulino
Mirabal y su Sra. Gloria Varas, Mximo
Varas, Ramn Rodrguez, Lidia del Valle
Carrizo, Isaura Rodrguez, Elba Rodrguez,
Florentina Victoria Ramos, Manuel Morales
y su Sra. Rosa Ramos, Jos Donato Marcial,
Pablo Carrizo, Beatriz Quiroga de Yapura,
Celsa Ramos de Quiroga, Mara Sanduay,
Isolina Alb, Luchi y Ester Alb, Techi y
Daniel Plaza de El Shincal; Don Cabrera, de
La Puntilla; Graciela Cedrone de Carrizal;
Domingo Morales y Flia., Marcelo, Isabel,
Valentn Carrizo, y Ricardo Ros, de Jacipunco; y Marta Peralta y Antonio Valverde,
de Cerro Negro. A los representantes de la
Municipalidad de Londres de Quimivil por

su colaboracin en este proyecto. Al CONICET, Fundacin Antorchas, International


Foundation for Science y Facultad de Ciencias
Naturales y Museo por el soporte econmico brindado a travs de varios subsidios
otorgados a quien suscribe. Al Lic. Diego
Gobbo por su colaboracin en el tratamiento de las imgenes. A los revisores de este
escrito por sus valiosas sugerencias.

Bibliografia
Alcorn, J.1995. The scope and aims of ethnobotany in a developing world. En Ethnobotany: Evolution of a discipline, editado por R.
Schultes y S. von Reis, pp. 23-39. Dioscorides
Press, Oregon.
Capparelli, A. 1997. Reconstruccin ambiental de
la instalacin arqueolgica Inka El Shincal. Tesis
Doctoral Indita N 694, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Argentina.
2007. El algarrobo blanco y negro -P. chilensis
(Mol.) Stuntz y Prosopis flexuosa DC, Fabaceae- en la vida cotidiana de los habitantes
del NOA: subproductos alimenticios. Kurtziana, 33:1-19.
2008. Caracterizacin cuantitativa de productos intermedios y residuos derivados
de alimentos del algarrobo (Prosopis flexuosa DC y P. chilensis (Mol.) Stuntz, fabaceae):
aproximacin experimental aplicada a restos
arqueobotnicos desecados. Darwiniana, 46
(2):175-201.
2009. Intra-site comparison of the archaeoethnobotanical evidence of El Shincal:
implicances to the Inka economy. En: La alimentacin en la Amrica precolombina y colonial:
una aproximacin interdisciplinaria, Treballs
dEtnoarqueologia, 7:113-144, editado por
el Departamento de Arqueologa y Antropologa del Instituto Mil y Fontanals - Consejo Superior de Investigaciones Cientficas
(CSIC), Espaa.
2011. Elucidating post-harvest practices involved in the processing of algarrobo (Prosopis spp.) for food at El Shincal Inka site (Northwest Argentina): an experimental approach based on charred remains. Archaeological
and Anthropological Sciences, 3:93-112.

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

81

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

2014. Reflexiones preliminares en torno a la


evaluacin de la importancia econmica de
dos plantas alimenticias registradas en el sitio Inka El Shincal: algarrobo (Prosopis spp.)
y maz (Zea mays). En Avances y desafos metodolgicos en Arqueobotnica: miradas consensuadas y dilogos compartidos desde Sudamrica, editado por C. Belmar y V. Lema, Univ.
Internacional SEK, Santiago de Chile, en
prensa.
Capparelli, A. y R. Raffino. 1997. Arqueobotnica de El Shincal I: tallos finos frutos y semillas. Tawantinsuyu, 3:40-57.
Capparelli, A. y V. Lema. 2010. Prcticas postaprovisionamiento de recursos vegetales:
una perspectiva paleoetnobotnica integradora aplicable al desarrollo de la arqueobotnica argentina. En Arqueologa Argentina
en el Bicentenario de la Revolucin de Mayo,
editado por R. Brcena y H. Chiavazza,
pp. 1171-1176, Fac. Fil. y Letras, Mendoza,
Mendoza.
2011. Recognition of post-harvest processing of algarrobo (Prosopis spp.) as food
from two sites of Northwestern Argentina:
an ethnobotanical and experimental approach for desiccated macroremains. Archaeological and Anthropological Sciences, 3:71-92.
Capparelli, A., V. Lema y M. Giovannetti. 2004.
El poder de las plantas. En El Shincal de Quimivil, editado por R. Raffino, pp. 141-164,
Editorial Sarqus, Catamarca.
Capparelli, A., V. Lema, M. Giovannetti y R.
Raffino. 2005. The introduction of Old
World crops (wheat, barley and peach) in
Andean Argentina during the 16th century
A.D.: archaeobotanical and ethnohistorical
evidence. Vegetation History Archaeobotany,
14:472-484.
Capparelli, A., M.J. Kristensen, J.L. Frangi.
2006. El Urbanismo Inka y su vinculacin
con mesoclimas en el sitio El Shincal de
Quimivil (Prov. Catamarca, Argentina). Intersecciones en Antropologa, 7:163-178.
Capparelli, A., M. Giovannetti, y V. Lema. 2007.
Primera evidencia arqueolgica de cultivos
europeos (trigo, cebada y durazno) y de semillas de algodn en el NOA: su significacin a travs del registro arqueolgico de El
Shincal de Quimivil. V. En Paleoetnobotnica
del Cono Sur: estudios de casos y propuestas
metodolgicas, editado por B. Marconetto,

82

N. Oliszewsky y P. Babot, pp. 25-48, Museo de Antropologa-Facultad de Filosofa


y Humanidades, Universidad Nacional de
Crdoba, Ferreyra Editor, Crdoba.
Capparelli, A., S.M. Valamoti y M. Wollstonecroft. 2011. After the harvest: investigating
the role of food processing in past human
societies, Archaeological and Anthropological
Sciences, 3 (1):1-5.
Capparelli, A., G. Couso y B. Cremonte. 2014.
Plant consumption practices at the usnu of
El Shincal de Quimivil Inka site, pcia de Catamarca, Argentina. International Congress
of Ethnobotany, Crdoba Espaa
Capparelli, A., M.L. Pochettino, V. Lema, M. L.
Lpez, D. Andreoni, L. Ciampagna y C. Llano. 2015. The contribution of ethnobotany
and experimental archaeology to interpretation of ancient food processing: methodological proposals based on the discussion of
several case studies on Prosopis spp. Chenopodium spp. and Cucurbita spp. from Argentina. Vegetation History and Archaeobotany.
24: 151-163
Castetter, E.F. y W.H. Bell. 1942. Pima and Papago Indian Agriculture. University of New
Mexico Press, Albuquerque, New Mexico,
USA.
David N y C. Kramer. 2001. Ethnoarchaeology in
action. Cambridge University Press, Cambridge
Etkin, N. 1994. The cull of the wild. En Eating on
the wild side. The pharmacologic, ecologic, and
social implications of using non cultigens, editado por N. Etkin, pp. 1-21. The University
of Arizona Press, Tucson, Arizona.
Farrington, I. 1999. El Shincal: Un Cusco del Kollasuyu. En Actas del XII Congreso Nacional
de Arqueologa Argentina, editado por Diez.
Marn C, pp. 53-62. Universidad Nacional
de La Plata, La Plata.
2013. Cusco. Urbanism and Arcaheology in the
Inka World. University Press of Florida, Ganesville.
Giovannetti M.A. 2009. Articulacin entre el sistema agrcola, sistema de irrigacin y reas de
molienda como medida del grado de ocupacin
Inka en El Shincal y Los Colorados (Valle de
Hualfn, Provincia de Catamarca). Tesis Doctoral Indita N 1023, Facultad de Ciencias
Naturales y Museo, Universidad Nacional
de La Plata, Argentina.

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Gette S., M. Williams, S. Johannessen y C. Hastorf. 1994. Towards reconstructing ancient


maize: experiments in processing and charring. Journal of Ethnobiology, 14:1-21.
Goody, J. 1982. Cooking, cuisine and class: a
study in comparative sociology. Cambridge
University Press, Cambridge.
Hayden, B. 1981. Subsistence and ecological
adaptations of modern hunter/gatherers.
En: Omnivorous primates gathering and hunting in human evolution, editado por RSO
Harding y G Teleki, pp. 344-421. Columbia
University Press, New York.
Hodgson, W.C. 2001 Food Plants of the Sonoran
Desert. University of Arizona Press, TusconArizona.
Johannessen, S. y C. Hastorf. 1989. Corn and
culture in central andean prehistory. Science, 244:690-692.
Johannessen, S., S. Goette y C. Hastorf. 1990.
Modern and ancient maize fragments: an
experiment in variability. Journal of Quaternary Anthropolgy, 2:179200.
Kriskautzky, N. y F. Morales. 1999. La vivienda
incaica en el sitioIntihuatana de Yokavil,
Fuerte Quemado, Catamarca. En Actas del
XII Congreso Nacional de Arqueologa Argentina, editado por C. Diez Marn, vol. I, pp.
233238, Universidad Nacional de La Plata,
La Plata.
Kuznar, L.A. (editor). 2001. Ethnoarchaeology of
Andean South America: contributions to Archaeological Method and Theory. International
Monographs in Prehistory, Series 4. Michigan.
Lema, V. y A. Capparelli. 2007. El algodn (Gossypium sp.) en el registro arqueolgico del
noroeste argentino: su presencia pre y post
hispnica. En Paleoetnobotnica del Cono Sur:
estudios de casos y propuestas metodolgicas,
editado por B. Marconetto, N. Oliszewsky
y P. Babot, pp. 49-78, Museo de Antropologa-Facultad de Filosofa y Humanidades,
Universidad Nacional de Crdoba, Ferreyra Editor, Crdoba.
Lema, V., M. Giovannetti, C. Deschamps, A.
Capparelli, R. Raffino. 2009. Anlisis de
restos faunsticos en el sitio inkaico El Shincal (Catamarca, Argentina). Comparacin
con informacin arqueobotnica y anlisis
cermico. En La alimentacin en la Amrica
precolombina y colonial: una aproximacin in-

terdisciplinaria, Treballs dEtnoarqueologia


7:97-112, editado por el Departamento de
Arqueologa y Antropologa del Instituto
Mil y Fontanals - Consejo Superior de Investigaciones Cientficas (CSIC), Espaa.
Lema, V., A. Capparelli y A. Martnez. 2012. Las
vas del algarrobo: antiguas preparaciones
culinarias en el noroeste argentino. En Las
manos en la masa: Arqueologas y antropologas
de la alimentacin en Suramrica, editado por
M.P. Babot, M. Marschoff y F. Pazzarelli,
pp. 639-665, UNC- UNT, Museo de Antropologa de Crdoba, Crdoba.
Marschoff, M. 2012. Enfoques tericos acerca
del cambio social y el cambio en la alimentacin. Discusiones dese las prcticas. En Las
manos en la masa: Arqueologas y antropologas
de la alimentacin en Suramrica, editado por
M.P. Babot, M. Marschoff y F. Pazzarelli,
pp. 119-128, UNC- UNT, Museo de Antropologa de Crdoba, Crdoba.
Medeiros, M.F.T. 2010. Historical Ethnobotany:
an approach throug historical documents
and their implications nawadays. En Recent
developments and case studies in Ethnobotany,
editado por U. Albuquerque y N. Hanazaki,
pp. 127-142, Sociedad Brasileira de Etnobiologa. Ncleo de Publicaes en Ecologa e
Ethnobotnica Aplicada, Recife.
Pollock, S. 2012. Towards an archaeology of
commensal spaces: an introduction. Journal
for Ancient Studies, Special Volume, 2:1-20.
Raffino, R.A. (editor). 2004. El Shincal de Quimivil. Editorial Sarqus, San Fernando del
Valle de Catamarca.
Ratto, N., M.F. Rodrguez y D. Hershey. 2007.
Explotacin y uso de recursos vegetales en
sitios arqueolgicos del rea cordillerana y
del valle mesotrmico (Dpto. Tinogasta, Catamarca, Argentina). En Actas del XVII Congreso Nacional de Arqueologa Chilena, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile.
Samuel, D. 1996. Approaches to the archaeology
of food. Petits Propos Culinaires, 54: 12-21.
Semp de Gomez Llanes, M.C. 1984. Mishma N
7. Sitio incaico del Valle de Abaucn. Depto.
Tinogasta-Catamarca. Revista del Museo de
La Plata, 65 (NS), Tomo VIII: 405-438.
Sherratt, A.G. 1991. Palaeoethnobotany: from
crops to cuisine. En Paleoecologia e Arqueologia II, editado por F. Queiroga y A.P. Dinis
AP, pp. 221-236, Vila Nova de Famalicao:

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

83

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Centro de Estudos Arqueologicos Famalicences.


Twiss, K.C. 2007. Home is where the hearth is:
Food and identity in the Neolithic Levant.
En The Archaeology of Food and Identity, editado por K.C. Twiss, pp. 50-68, Center for
Archaeological Investigations, Southern
Illinois University Carbondale, Occasional
Paper N 34.
2012. The complexity of home cooking: public feasts and private meals inside the Catalhyk house. Journal for ancient studies
Special Volume, 2:53-73.
Valamoti, S.M. 2011. Ground cereal food preparations from Greece: the prehistory and
modern survival of traditional Mediterranean fast food. Archaeological and Anthropological Sciences, 3:19-39.
Van der Veen, M. 2003. When is food a luxury?
World Archaeology, 34:405-427.
2007. Food as an Instrument of Social Change: Feasting in Iron Age and Early Roman
Southern Britain. En The Archaeology of
Food and Identity, editado por K.C. Twiss,
pp 112-129, Center for Archaeological Investigations, Southern Illinois University
Carbondale, Occasional Paper N 34.
Van der Veen M., J. Morales y A. Cox. 2010.

84

Identifying foodways-new methodological


approaches. Proceedings of the 15th IWGP,
pp. 91, Terra Nostra, Wilhelmshaven, Germany.
Williams, V. 1996. Arqueologa incaica en la regin
centro-oeste de Catamarca (Repblica Argentina). Tesis Doctoral Indita N 661, Facultad
de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. Argentina.
Wollstonecroft, M. 2007. Post-harvest intensification in late Pleistocene Southwest Asia:
plant food processing as a critical variable in
epipalaeolithic subsistence and subsistence
change. PhD Dissertation, UCL Institute of
Archaeology, London, Unpublished.
2011. Investigating the role of food processing in human evolution: a niche constriction approach. Archaeological and Anthropological Sciences, 3:141-150.
Wollstonecroft M., P.R. Ellis, G. Hillman y
D.Q. Fuller. 2008. Advancements in plant
food processing in the Near Eastern Epipalaeolithic and implications for improved
edibility and nutrient bioaccessibility: an
experimental assessment of sea club-rush
(Bolboschoenus maritimus (L.) Palla). Vegetation History Archaeobotany, 17 (suppl.
1):S19S27.

LA arqueobotnica del sitio inka El Shincal DE QUIMIVIL


durante la ltima dcada

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

CARACTERIZACIN CERMICA DE
DOS MOMENTOS DE OCUPACIN
EN EL USHNU DE EL SHINCAL
DE QUIMIVIL
Mara Guillermina Couso1, Julia Gianelli2, Mara Agustina Ochoa3
Divisin Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP; [email protected]; 2Divisin Arqueologa, Facultad de
Ciencias Naturales y Museo, UNLP; [email protected]; 3Divisin Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP;
[email protected]
1

Resumen: El Shincal de Quimivil ha sido definido como una capital regional de wamani o Provincia
Inca y como un centro ceremonial, donde se produjeron y reprodujeron las prcticas polticas, sociales,
religiosas y econmicas impartidas por el incario. Muchas de estas prcticas se realizaron en el ushnu,
estructura definida por los diferentes autores como altar, teatro y escenario.
En el presente trabajo se analiza el caso del ushnu de El Shincal de Quimivil, por considerar que se trata
de una de las estructuras ms emblemticas presentes en el sitio. Para ello se realiz una recopilacin y
revisin bibliogrfica y material de todos los elementos obtenidos en las excavaciones, llevadas a cabo
en los diferentes sectores del mismo, haciendo hincapi en el tem cermico. Se obtuvo as una sntesis
articulada de los hallazgos, tanto para el momento Inca como para el Colonial, permitindonos tener una
visin integral de los mismos.
Palabras clave: El Shincal de Quimivil; Ushnu; Cermica; Inca; Colonial

CERAMIC CHARACTERIZATION OF TWO MOMENTS OF OCCUPATION IN THE USHNU OF EL


SHINCAL DE QUIMIVIL
Abstract: El Shincal de Quimivil has been defined as a regional capital of wamani or Province Inca and as
a ceremonial center where they were produced and reproduced, social, religious and economic policies
practices taught by the Incas. Many of these practices were performed in the ushnu, defined by different
authors as altar, theater and stage structure.
In this paper the case of the ushnu of El Shincal de Quimivil is analyzed, considering that this is one of
the most iconic structures on the site. To do a compilation and review of the literature and all material
elements obtained in the excavations carried out in different sectors of the same, emphasizing the ceramic
item was made. An articulated synthesis of findings for both the Inca times to the Colonial, was thus
obtained allowing a comprehensive view of them.
Keywords: El Shincal de Quimivil; Ushnu; Ceramics; Inca; Colonial

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

85

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Introduccin
Durante el siglo XV, el mundo andino fue
testigo del surgimiento de una de las sociedades estatales de mayor alcance territorial
en la Amrica prehispnica, los Incas. Esta
sociedad polticamente expansiva ejerci
su influencia o dominio sobre diversas poblaciones a lo largo de los Andes. Una serie
de condicionamientos sociales, polticos,
religiosos y econmicos que representaban
los intereses estatales se conjugaron con las
realidades locales dando forma al paisaje
social y cultural en cada regin integrante
del Tawantinsuyu (Rostworowski de Diez
Canseco, 1999). Las estrategias polticas propuestas para estos momentos incluyen tanto aquellas de carcter coercitivo, como las
que apelan a concertaciones diplomticas,
variando fundamentalmente en razn de
la naturaleza de las relaciones establecidas
entre los grupos locales y los objetivos estatales (Williams, 2002-2005). Las caractersticas de la presencia incaica en el Noroeste
Argentino (NOA) responden a los mismos
principios, siendo El Shincal definido como
un Nuevo Cusco, en relacin a aquellos
asentamientos de jerarqua que buscaban
imitar simblicamente al Cusco y donde
se concentraban gran parte de las prcticas
polticas, festivas y rituales del Estado (Farrington, 1999; Raffino, 2004).
El Shincal y sus trabajos
El Shincal ocupa en la actualidad 21 hectreas y posee ms de un centenar de estructuras, algunas de ellas son: una gran
plaza central o aukaipata, la que alberga en
su sector cntrico al ushnu, rodeada de cinco galpones o kallancas, viviendas o kanchas,
depsitos o collcas y un sector denominado
Casa del Jefe, entre otras. Todo esto se
encuentra coronado por dos cerros ceremoniales, ubicados a ambos lados de la plaza,
con sus cimas aplanadas artificialmente y
contando con ms de un centenar de esca-

86

lones de piedra. Estos cerros, en palabras de


Farrington (1999), se vinculan a actividades
religiosas relacionadas al culto solar.
Es el doctor Raffino quien en la dcada
del 80 redescubre el sitio descripto anteriormente por algunos investigadores durante el siglo XX (Furque, 1900; Bruch, 1911;
Gonzlez, 1966, entre otros), realiza mapas
y planos, junto al arquitecto Ricardo Alvis,
permitindonos individualizar las estructuras mencionadas, siendo adems excavadas
por l junto a su equipo, de manera sistemtica, brindndonos informacin sobre las
actividades que se realizaron en el interior
de las mismas.

El Ushnu
En el ao 1996 y 1997 Raffino realiza las
primeras excavaciones en el uhsnu, publicando sus resultados en diferentes oportunidades (Raffino et al., 1997; Raffino et al.,
1999 y Raffino, 2004), considerando, como
varios investigadores, al ushnu como una
estructura de relevancia en la vida social,
militar, poltica y religiosa del Tawantinsuyu. Su intervencin ha sido de enorme inters cientfico dado que en el Tawantinsuyu se
cuenta slo con 59 estructuras de este tipo,
localizndose 18 de stas al sur del estado o
Kollasuyu, siendo adems en lo que respecta
a su tipo, el de mayores dimensiones al sur
del Cusco (Raffino, 2004: 75). Es as como
Raffino es el primero en excavar un ushnu
en el NOA.
Sus caractersticas arquitectnicas
El ushnu de El Shincal, fue construido a
partir de su planeamiento previo que lo ubic en el centro de la plaza. Es una plataforma levemente piramidal y trunca. Cuenta
con una base cuadrangular de 16 m de lado
y de 2 m de alto, posee muros dobles de 1 m
de ancho, que fueron construidos mediante
la superposicin de bloques de piedra can-

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 1. El ushnu de El Shincal (tomado de Raffino 2007: 329, figura 7.36).

teada y rellenados con argamasa de barro


y pequeos fragmentos menores de piedra,
obtenidas en las cercanas del sitio. Su acceso es por el frontis ubicado hacia el oeste,
mediante una escalinata de piedra de nueve
escalones, que conduce a un vano trapezoidal ubicado en el centro del frontis.
En su interior posea un piso empedrado
o cocha y por debajo de sta se encontraba un
piso consolidado, realizado artificialmente.
Sobre la pared norte se localiza una tiana o
banqueta de piedra de bloques planos, con
un largo de ms de 3 m y un ancho y alto de
0,80 m. La tcnica constructiva es la misma
que se utiliza en la realizacin del resto de
las estructuras presente en el sitio siendo de
aparejos murarios de tipo rstico segn la
clasificacin de Agurto Calvo (Agurto Calvo 1980 en Raffino, 2004: 75) (Figura 1).

Excavaciones realizadas
Las excavaciones llevadas a cabo por Raffino fueron realizadas mediante el empleo
de la tcnica de decapaje, definiendo niveles
artificiales de 50 cm de profundidad, hasta el piso actual de la plaza, separando la
superficie de excavacin en diferentes sectores: a) sector central y contiguo a la tiana
(incluye la unidad contextual 1 y unidad
contextual 2), b) sector tiana y c) sector poniente, abarcando as casi la totalidad de
la superficie interior del ushnu. Se registr
cada rasgo/elemento con nivel ptico, mapeo en planta, y se realiz la flotacin in situ
de los sedimentos (Figura 2).
A partir de esto se identificaron 26 unidades estratigrficas artificiales (U.E), en los
sectores central y contiguo a la tiana.

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

87

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 2.
Fotografas
tomadas por
Raffino, en la
excavacin
del ushnu
durante los aos
1996/1997.

Unidades Estratigrficas 1 a 6
Las 6 primeras unidades (UE 1 a UE 6) se
corresponden con niveles post-depositacionales, conteniendo sedimentos arcillosos y restos culturales de arrastre (Raffino, 2004: 76).
Unidades Estratigrficas 7 a 9
momento Inca
En las unidades estratigrficas que le siguen (UE 7 a UE 9) se ve la presencia Inca,

88

con miles de guijarros que conformaban


el empedrado o cocha, instalado sobre un
piso previamente consolidado por actividades antrpicas, a partir de la mezcla de
sedimento natural (50 % de arcilla) con argilominerales (illita, caolinita y esmectita) e
impurezas (cuarzo y feldespato).
A partir de la realizacin de excavaciones
se pudieron obtener elementos que permitieron tener una primera datacin absoluta proveniente de la unidad estratigrfica
8 (570 60 = 1380 DC), correspondiendo a
la construccin y ocupacin del mismo en

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

tiempos del Inca segn la cronologa tradicional andina (Raffino, 2004: 75-76).
Unidades Estratigrficas 10 a 26
momento Colonial
A medida que avanzaban las excavaciones en profundidad se advirti un evento
disruptivo en el sector central de la cocha: se
trata de un evento posterior, realizado durante el Periodo Colonial, especficamente
durante el Gran Alzamiento Diaguita (16301636), que habra perforado el empedrado
Inca, instalando un gran fogn que va desde
la unidad estratigrfica 10 a la 26 (alcanzando los 2,40 m de profundidad). El mismo se
encuentra delimitado por grandes clastos,
que fueron extrados de la pared del ushnu
y que forman un cerco de planta circular
de 2,50 m de circunferencia. En este fogn

se procesaron alimentos de origen europeo


junto a otros americanos, siendo estos varios eventos sucesivos realizados en diferentes momentos dentro del Perodo Colonial. A partir de restos de carbn y ganado
vacuno espaol (Bos taurus) se obtuvo una
primera datacin, procediendo estos restos
de la unidad estratigrfica 17, ubicando el
este evento en 310 40 = 1640 DC (Raffino,
2004: 81).
En el ao 2006, la Dra. Igareta continu
con los trabajos realizados por Raffino,
planteando sus excavaciones sobre el sector
sur, por ser uno de los pocos sectores de la
estructura que no haba sido excavado con
anterioridad. La excavacin se inici con la
apertura de 3 pozos de sondeo de 0,50 m
x 0,50 m dispuestos a intervalos regulares
sobre el lateral sur alcanzando una profundidad promedio de 1 m; se continu con
una transecta de 2 m x 1 m y de 1 m de pro-

Figura 3. Dibujo realizado en base


a la fotografa que se encuentra en
Igareta et al. 2008: 287.

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

89

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

fundidad, y con una cuadrcula de 1,75 m


por 1,75 m llegando a 2 m hasta el piso de
la plaza.
A 1,30 m de distancia de la pared sur y 5,30
m de la pared oeste y a unos 0,80 m por debajo del nivel actual de superficie del ushnu,
fueron detectados los primeros bloques de
lo que sera identificado luego como un arreglo de base semicircular de 0,65 m de dimetro, con cuerpo cilndrico de unos 0,40 m de
altura, conformado por 16 bloques de piedra
canteada de coloracin blanquecina y un
nico bloque mucho ms oscuro ubicado en
la base, encontrando en su interior elementos que fueron depositados cuidadosamente
conformando una ofrenda, concluyendo
que se trata de un evento disruptivo sobre
el piso Inca, como en el caso anterior, y que
a partir de sus rasgos formales y elementos
asociados, este evento se circunscribe dentro
de los tiempos histricos (Igareta et al., 2008:
282) (Figura 3).

Materiales obtenidos y
su anlisis: la cermica
En el presente trabajo se propone realizar una revisin completa de los materiales
cermicos obtenidos de las diferentes intervenciones arqueolgicas por los diversos
investigadores, desde el ao 1996 hasta el
ao 2008. Se puntualizar en los dos momentos definidos previamente, con el objetivo de caracterizarlos en base a la cermica
encontrada. A partir de ello se identificaron
los fragmentos con un rtulo que contiene
el nmero de fragmento y la procedencia.
Luego se trabaj con las caractersticas externas e internas de cada fragmento, esto es,
el color de la superficie (con tabla de colores Munsell), la dureza, su regularidad, la
medida de ancho, largo y espesor de cada
fragmento, como su dimetro cuando se
trata de bordes o bases. Posteriormente se
consider el tipo de manufactura, incluyendo la tcnica de elaboracin de la forma, la
tcnica de coccin y la tcnica de tratamien-

90

to de superficie, como as tambin el tipo de


decoracin, ya sea por aplicacin de pintura, por desplazamiento de materia, o por
extraccin de materia. Asimismo, se realiz
la identificacin de puntos caractersticos de
formas (bordes, bases, asas, puntos angulares y puntos de inflexin, etc.), todo esto nos
brind informacin tanto formal, como estilstica y de posible adscripcin tipolgico
cultural.

Cermica perteneciente
al Horizonte Inca
El total de fragmentos cermicos que pertenecen a este momento es de 1509, provenientes de: a) los tres sondeos y la transecta,
b) sector central y contiguo a la tiana (unidad contextual 1), c) sector tiana y d) sector
poniente. Los tipos cermicos identificados
en el contexto atribuido a este periodo se dividen en Ordinario (con holln o sin holln),
Beln, Inka y Tempranos (Cinaga, Aguada
y Condorhuasi) (Figura 4).
Cermicas de tipo ordinario sin holln
Se trata de un total de 760 fragmentos
cermicos, siendo estos muy semejantes en
sus caractersticas externas e internas, es decir, son fragmentos de coccin en atmsfera
oxidante (color de superficie marrn claro
7.5YR 6/4) con medidas de largo y ancho
que varan entre los 2 y 4 cm, y espesores
de entre de 2 a 4 mm, con excepcin de fragmentos con espesores de entre 6 u 8 mm.
Se encuentran algunas leves diferencias
en el tratamiento de las superficies, siendo
mayormente alisadas y no alisadas (Figura
5a). Los tiestos pertenecen en su mayora a
partes del cuerpo de las vasijas (Figura 5b).
Slo se han encontrado una base cncava, 4
fragmentos de borde evertido y labio recto,
con un dimetro de 10 cm, y un asa en cinta,
doble adherida, de posicin vertical con relacin al cuerpo de la vasija (Figura 6).

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

97

144

1215
Figura 4. Tipos
cermicos
pertenecientes al
evento Inca.

53

29 24 5 6

696

754

Figura 5. a) Tratamiento de superficie; b) partes del cuerpo de las vasijas de tipo ordinario sin holln.
Figura 6. Asa
en cinta.

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

91

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Cermicas de tipo ordinario con holln


Se trata de un total de 455 fragmentos cermicos, como en el caso anterior, son muy
semejantes en sus caractersticas externas e
internas, con coccin en atmsfera oxidante, que le otorga un color en las superficies
marrn claro (7.5YR 6/4), estando la superficie externa cubierta por una capa gris clara
(5/N) o en menor proporcin por una capa
gris oscura (4/N) producto de su exposicin
al fuego. Las medidas de largo y ancho varan entre los 2 y 8 cm, y espesores de entre
4 a 8 mm, con excepcin de fragmentos con
espesores de 1 cm. Se encuentran algunas
leves diferencias en el tratamiento de las superficies, siendo stas mayormente alisadas
4 4

447

452

Cermicas de tipo Beln Negro sobre Rojo


Se trata de un total de 53 fragmentos cermicos del tipo denominado Beln Negro
sobre Rojo sensu Gonzlez (1955). Se trata en
este caso de fragmentos de coccin en atmsfera oxidante, que poseen un bao de color
rojo (10R 3/6), en ambas superficies, o en su
superficie externa; siendo su superficie interna de color marrn claro, en el caso de que no
presenten el bao rojo (7.5YR 6/4). La decoracin se efecta con pintura de color negro
(2.5/N), mediante lneas verticales y lneas
onduladas (Wynveldt, 2007: 58) (Figura 8).
Las medidas de largo y ancho varan entre los 3 y 9 cm, y espesores de entre de 4 a 8
mm. El tratamiento de las superficies puede
ser alisado y pulido, siendo stas mayormente alisadas (Figura 9a). Los tiestos pertenecen en su mayora a partes del cuerpo
de vasijas cerradas denominadas urnas,
encontrando slo un fragmento de lo que
sera un puco de 10 cm de dimetro (sensu
Bregante, 1926 y Serrano, 1958) (Figura 9b).
Cermicas de tipo Inca

Figura 7. a) Tratamiento de superficies; b) Partes de las


vasijas de tipo ordinario con holln.

92

(Figura 7a). La mayora de los fragmentos encontrados pertenecen al cuerpo de las vasijas
(Figura 7b). Slo se han hallado 2 fragmentos
de borde evertido de labio recto, y con un
dimetro de 12 cm, y un fragmento de borde
directo de labio redondeado con un dimetro
de 9 cm.

Para la clasificacin de este tipo cermico


tomamos en consideracin la clasificacin
realizada por Calderari y Williams (1991),
quienes realizaron una categorizacin detallada sobre los estilos cermicos pertenecientes al Horizonte Inca en el NOA, identificando los tipos: Inka Imperial, Provincial
y Mixto.
Se recuperaron 97 fragmentos cermicos,
siendo en su mayora Inka Provincial, y en
menor medida Inka Mixto e Inka Imperial

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 8.
Cermica
Beln con
lneas
verticales y
onduladas

17

35

52

Figura 9. a) Tratamiento de superficie; b) Formas cermicas de tipo Beln.

(Cuzco Polcromo) (Figura 10a). Las vasijas


de tipo Inka encontradas pertenecen a dos
formas tpicamente incaicas: arbalos y platos (Rowe, 1944: 48) (Figura 10b).
Los arbalos fueron elaborados en una
atmsfera de coccin oxidante, tienen las
superficies pulidas, con color de superficie
externa e interna marrn claro (7.5YR 6/4)
o pueden presentar un bao rojo (10R 5/6),

siendo ste rojo diferente al encontrado en


las piezas del tipo Beln (10R 3/6). Para la
decoracin se utiliz pintura negra (2.5/N),
siendo los motivos representados lneas
verticales u horizontales, rombos en hilera,
tringulos rellenos (Rowe, 1948: 47; Gonzlez Carvajal, 2004: 376-377). El largo y ancho
de los fragmentos encontrados varan de
2 a 14 cm, con espesores de 8 a 1,2 mm. La

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

93

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

89

90

Figura 10. a) Tipos cermicos incaicos; b) Formas presentes.

mayora de los fragmentos corresponden al


cuerpo de los arbalos y solo unos pocos a su
cuello y borde (Figura 11).
Los platos fueron elaborados en una atmsfera de coccin oxidante, tienen las superficies pulidas y un bao de color rojo

(10R 5/6); slo en el caso del tipo cuzqueo


el tratamiento de superficie es bruida (presentando este adems una pequea protuberancia en posicin opuesta a la que tendra el
apndice zoomorfo). La decoracin siempre
est presente en la superficie interna del plaFigura 11. Tipos
cermicos inkas. a)
Inka Provincial; b)
Inka Mixto; c) Inka
Cuzqueo.

94

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 12. Tipos


de decoracin y
apndice zoomorfo.

to, utilizndose pintura negra (2.5/N) para


los motivos realizados, siendo representado
el patrn clepsidras en traslacin vertical y
el de rectas verticales paralelas en traslacin
horizontal (Gonzlez Carvajal, 2004: 379)
(Figura 12). Presentan adems levantados
levemente los bordes y los labios son redondeados o rectos. Se encontr slo un caso de
un apndice en forma de cabeza de pato (Figura 12). El largo y ancho de los fragmentos
varan de 1 a 14 cm, con espesores entre 7 a 1
mm y con dimetros de 8 a 10 cm.
Cermicas pertenecientes al Periodo
Formativo
Un total de 144 fragmentos pertenecen
a vasijas del Periodo Formativo (Raffino,
2007: 43), especficamente a los tipos Cinaga y Aguada. Estas piezas son en todos
los casos elaboradas en una atmsfera de
coccin no oxidante, se encuentran muy

pulidas en ambas superficies y sus colores


varan entre 4/N (gris oscuro) y 5/N (gris
claro). Los fragmentos miden entre 1 y 4 cm
de ancho y largo. La nica diferencia que se
observa entre los tipos Cinaga y Aguada
es en el espesor de sus paredes, es decir, el
tipo Aguada posee un espesor de 5 a 6 mm
y Cinaga de 3 a 4 mm.
Tambin se encuentran presentes unos
pocos fragmentos del tipo Condorhuasi,
siendo estos fragmentos del cuerpo, encontrndose su superficie externa pulida
y con incisiones a modo de decoracin. El
color de superficie externa es rojo (10R 3/6)
sobre la superficie de la vasija de color marrn clara (7.5YR 6/4), siendo este adems
su color de superficie interna. Estas vasijas
fueron elaboradas mediante una coccin en
atmsfera oxidante. Segn Gonzlez (1966)
y Raffino (2004), los fragmentos tempranos
que aparecen en el interior del ushnu son
obra del relleno de la estructura a medida
que la misma se iba construyendo, ya que

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

95

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

El total de fragmentos cermicos que


pertenecen al Periodo Colonial es de 749,
provenientes del interior y exterior de la estructura de piedra (Igareta et al., 2008) y del
sector central y contiguo a la tiana (unidad
contextual 2) (Raffino, 2004).

espesores de entre de 0,3 a 1 cm. Si bien se encuentran diferencias en el tratamiento de las


superficies, si los tomamos como fragmentos
separados, hay que aclarar que a partir de la
reconstruccin de las piezas, se pudo establecer que los diferentes tratamientos de superficie pertenecen a distintos sectores de la pieza
y no a vasijas diferentes, es decir, en un sector estn alisadas y en otro estn cepilladas
(Figura 13). Los fragmentos pertenecen mayormente al cuerpo de las vasijas. Slo se han
encontrado 2 fragmentos de borde evertido,
uno con labio recto y el otro con labio redondeado, ambos con un dimetro de 10 cm.

Cermicas de tipo ordinario sin holln

Cermicas de tipo ordinario con holln

Se trata de un total de 172 fragmentos cermicos, que a partir de su reconstruccin se


pudo establecer que son piezas cerradas, con
cuerpos globulares, bordes evertidos y labios
rectos o redondeados. Las caractersticas externas e internas son semejantes, es decir que
son fragmentos elaborados en una coccin
de atmsfera oxidante, con color de superficie marrn claro (7.5YR 6/4), con medidas de
largo y ancho que varan entre los 1 a 5 cm, y

Encontramos 534 fragmentos, sobre los


cuales se pudo establecer que son las mismas
formas de vasija que en el caso anterior, solo
que fueron expuestas al fuego. Es decir, son
vasijas de coccin en atmsfera oxidante, de
forma cerrada, con cuerpos globulares, bordes evertidos y labios rectos o redondeados,
con un dimetro de 10 cm, y con una base cncava de 6 cm de circunferencia. Su superficie
externa esta alisada y cepillada zonalmente
(Figura 14 y 15), y poseen una gran cantidad
de holln (tanto en su superficie externa como
interna), es decir con colores de superficie gris
oscuro (4/N) y negro (2.5/N). Las medidas de
largo y ancho varan entre los 1 y 10 cm y los
espesores entre 4 a 8 mm.

se utilizaron sedimentos provenientes de


las inmediaciones del sitio, como los del ro
Simbolar.

Cermicas pertenecientes
al momento Colonial

10
45

105

Cermicas de tipo Inka


11

Figura 13. Tratamiento de superficie de fragmentos tipo


ordinario sin holln.

96

Se han recuperado un total de 15 fragmentos cermicos, en todos los casos correspondientes al tipo Inka Provincial, presentando
las dos formas tpicamente incaicas: arbalos y platos (Rowe, 1944: 48). La mayora de
los fragmentos corresponden a arbalos, los
que fueron elaborados en una atmsfera de
coccin oxidante, en su mayora poseen las
superficies alisadas y en menor medida pulidas, presentando en su superficie externa

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 14. Tratamiento de superficie


de fragmentos de tipo ordinario.

Figura 15. Contexto relacionado con cermica Ordinaria con holln, donde se puede ver la vasija junto a la escala,
restos de Bos taurus, las piedras del fogn y restos de la cocha Inca.

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

97

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

un bao rojo (10R 5/6), como en el perodo


anterior, este rojo es diferente al encontrado
en las piezas del tipo Beln (10R 3/6), y sus
superficies internas son de color marrn claro (7.5YR 6/4). Para la decoracin se utiliz
pintura negra (2.5/N), siendo los motivos
representados lneas verticales u horizontales y tringulos rellenos (Rowe, 1948: 47;
Gonzlez Carvajal, 2004: 376-377). El largo
y ancho de los fragmentos encontrados varan de 2 a 6 cm con espesores de 6 a 8 mm.
La mayora de los fragmentos corresponden
al cuerpo de los arbalos, y solo unos pocos
a su borde, el que es evertido y de labio redondeado.
Los platos fueron elaborados en una atmsfera de coccin oxidante, tienen las superficies alisadas, presentan un bao rojo
(10R 5/6) tanto en su superficie externa
como interna. La decoracin est presente
en la superficie interna del plato, utilizndose pintura negra (2.5/N) representando
lneas verticales y horizontales (Gonzlez
Carvajal, 2004: 379). Presentan bordes levemente levantados con labios redondeados.
El largo y ancho de los fragmentos encontrados varan entre 2 a 8 cm, con espesores
de 6 a 8 mm y con un dimetro de 10 cm.
Cermicas de tipo Beln Negro sobre
Rojo
Se encuentran un total de 8 fragmentos
cermicos del tipo denominado como Beln
Negro sobre Rojo sensu Gonzlez (1955),
siendo en todos los casos fragmentos procedentes del tipo de vasijas llamadas urnas. Son fragmentos de coccin en atmsfera oxidante, que poseen un bao de color
rojo (10R 3/6), en ambas superficies, o en
su superficie externa, siendo su superficie
interna de color marrn claro (7.5YR 6/4)
cuando este bao se encuentra ausente. La
decoracin se efectu con pintura de color
negro (2.5/N), mediante lneas verticales y
lneas onduladas (Wynveldt, 2007: 58). Las
medidas de largo y ancho varan entre los 3

98

y 5 cm, y espesores de entre de 5 a 6 mm. El


tratamiento de las superficies presente puede ser alisado o pulido, siendo mayormente
alisadas.
Cermicas de tipo Yocavl Polcromo
Contamos con slo 2 fragmentos de este
tipo, siendo parte de la base (cncava) de
los denominados vasitos. Fueron elaborados en una atmsfera de coccin oxidante. Se encuentran pulidos en su superficie
externa, la cual es de color marrn claro
(7.5YR 6/4) y decorada con pintura de color
negro (2.5/N) y rojo (10R 3/6).
Cermicas pertenecientes al Periodo
Formativo
Un total de 7 fragmentos pertenecen a vasijas del Periodo Formativo, ms especficamente a los tipos Cinaga y Aguada. Estas
piezas son en todos los casos elaboradas en
una atmsfera de coccin no oxidante, se encuentran muy pulidas en ambas superficies
y sus colores varan entre gris oscuro (4/N)
y gris claro (5/N). Los fragmentos miden de
ancho y largo entre 2 y 4 cm, con diferencias
en el espesor de sus paredes, es decir, el tipo
Aguada posee un espesor mayor 5 a 6 mm,
y Cinaga de 3 a 4 mm.
Cermicas elaboradas con torno
Contamos con un total de 5 fragmentos
cermicos correspondientes al tipo denominado Olive Jar. Se trata de una forma cerrada, elaborada en atmsfera de coccin oxidante, con su superficie externa alisada, y
su superficie interna sin alisar, sobre la cual,
al igual que en la superficie externa se observan las marcas del torno. La base termina levemente en punta y el borde es directo,
circular, con apariencia de tapn. El color
de la superficie externa es naranja y el de

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

la superficie interna es marrn clara (7.5YR


6/4). El espesor es de 1,5 cm y los fragmentos miden de 3 a 18 cm (Figura 16).
Cermica elaborada con torno Vidriada
Fragmento de pasta roja con un vidriado
superficial verde intenso, se identificaron
3 fragmentos pequeos, posiblemente podran ser parte del tipo denominado Olive
Jar (Figura 17a).
Maylica tipo Talavera
Fragmento de pasta color crema, con superficie blanca y decorado con lneas azules, se identificaron 2 fragmentos pequeos
(Figura 17b).
Para mayor ilustracin se realiza la tabla
1, donde se comparan los materiales cermicos provenientes de los dos eventos,
detallando tipos cermicos y cantidades,
como as tambin su representacin grfica
por eventos en la Figura 18.

Consideraciones finales
y conclusin
Como mencionamos anteriormente, el
ushnu es una de las estructuras ms importantes dentro de la vida social, poltica,
econmica, militar y religiosa del Tawantinsuyu, siendo registrados aparentemente slo
en lugares que despertaron el inters del Estado, como es el caso de capitales de wamani, centros administrativos y otras instalaciones de prestigio. Gracias a los cronistas
contamos con varias descripciones sobre las
funciones que se les atribuy a los mismos,
siendo algunas de ellas tribunal de justicia,
lugar donde se practicaban estudios astronmicos, se disertaba sobre poltica y justicia,
donde asuman las funciones las autoridades
locales, entre otras, aunque nos detendremos
slo en dos de ellas, a saber: la que propone

Zuidema (1968), quien dice que se tratara de


un escenario ceremonial, donde se vertan
bebidas (chicha) que eran absorbidas por la
tierra, y la detallada en el siglo XVI por los
cronistas Annimo, Molina y Cieza de Len,
que lo consideran como orculo donde se
realizaban ceremonias, con ofrendas o capacochas de coca, chicha, ganado y sacrificios
humanos.
Si bien se dificulta interpretar desde el registro material varias de estas actividades,
podemos inferir con claridad lo relacionado
al uso ceremonial, como ya haban advertido
Raffino e Igareta en sus estudios previos. El
registro arquitectnico y material obtenido
para el momento Inca muestra indicios de
estas actividades, ya que contamos con elementos como un empedrado o cocha, donde podran haberse practicado libaciones
y ofrendas, y de donde se obtuvieron por
encima y por debajo de la misma, restos
humanos (vrtebras y molares), restos seos
de animales (camlidos, aves, suri) y restos
vegetales como maz, man, porotos y hojas
de coca, moluscos del pacfico (Pectinidae o
mullu y Conidae conus), cuentas de collar y
un tumi de bronce, entre otros. Todo esto
acompaado de gran cantidad de cermica
de varios tipos como Ordinaria con holln
que contena restos en su interior, que posiblemente sean de comida que fue cocinada y
consumida en el trascurso de estas festividades, y que adems estn siendo analizadas;
como as tambin, cermica del mismo tipo
sin holln. Adems, contamos con gran cantidad de cermica de tipo Beln, mayormente
urnas, como as tambin mucha cantidad de
cermica incaica, representada en sus tres variedades (Inka Provincial, Inka Mixto e Inka
Cuzqueo) segn la clasificacin de Calderari y Williams, siendo representado mayoritariamente partes de arbalos, a los cuales se
le ha atribuido como una de sus funciones la
de contener chicha, que seguramente ha sido
utilizada en el transcurso de estas ceremonias, tanto para ser consumida como libada
(en la actualidad se estn analizando los restos de estos recipientes).

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

99

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 16. Cermica con torno y contexto de descubrimiento (tomadas de Raffino et al., 1997)

Figura 17. a) Cermica vidriada y b) Maylica tipo Talavera.


Tabla 1. Tipos y cantidades
de cermica obtenidas de los
dos momentos de ocupacin
de ushnu.

100

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 18. Representacin de los dos momentos de ocupacin.

Todo esto podra vincularse con los estudios realizados por la Dra. Capparelli en
la dcada del 90 en El Shincal, quien determina que los frutos del algarrobo, chaar y
molle se han usado para la fabricacin de
alimentos y bebidas. Posteriormente el Dr.
Giovanetti (2009) demostr la presencia de
una gran produccin de comida y bebida,
encontrando numerosos complejos de morteros mltiples dispersos a lo largo del cono
aluvial, cuyas excavaciones demostraron no
slo una gran cantidad de trabajo de molienda realizado por mucha gente al mismo tiempo, sino la inmediata cercana de
factoras de chicha y comidas para sustentar
estas masivas festividades comunales.
En el segundo momento de ocupacin del
ushnu, desarrollado durante el tiempo Colonial, ms precisamente durante el Gran
Alzamiento Diaguita (1630-1636), los diferentes autores observan que en su interior
se realizaron varios eventos festivos o pachamanca. Llama la atencin que para realizarlos, tanto en el caso descripto por Raffino

como en el descripto por Igareta, se perfor


el suelo Inca. Raffino habla de la presencia
de una gran cocina, donde se procesaron
y consumieron alimentos, basando esta
apreciacin en la gran cantidad de restos de
animales vaca, oveja, cabra, camlidos, y
restos vegetales chaar, poroto, maz, trigo, durazno que se obtuvieron del interior
de esta cocina, adems de contar con la
presencia de bloques de la misma estructura que fueron utilizados como termforas
para cocinarlos. Margarita Gentile, refiere
sobre el evento descripto por Raffino para
este momento, que podra tratarse de una
capacocha colonial, La persistencia colonial
de esta institucin, que databa (por lo menos) del tiempo de Topa Inka Yupanqui,
evidenci la vigencia de la espera del regreso al tiempo que el Inca volviera a gobernar
y las alianzas refrendadas por la capacocha
vueltas a realizar (Gentile, 2007: 69-70).
En lo que respecta a la cermica, encontramos un tipo nuevo de cermica Ordinaria, que no aparece en el periodo anterior

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

101

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

(Incaico), y a la que todava no se ha podido


adjudicar una asignacin tipolgica cultural, siendo descripta en un primer momento
por Raffino como Caspinchango, aunque
no guarda similitud ni formal ni estilstica
con este tipo de cermica. Se trata de una
cermica, de forma cerrada, de cuerpo globular con bordes evertidos y labios rectos y
redondeados (10 cm de dimetro) con base
cncava. Presenta una superficie externa
alisada y cepillada zonalmente y puede
haber estado expuesta al fuego o no. Estas
vasijas pueden haber contenido alimentos
que fueron cocinados (se estn analizando
muestras) ya que quedaron restos adheridos en su interior, pudiendo ser testigos de
estas pachamancas o capacochas. Tambin notamos la disminucin de los tipos incaicos,
encontrndose slo el tipo Provincial, como
as tambin del tipo Beln. Aparecen dos
fragmentos de un vasito Yocavil, y tipos
nuevos, propios del Periodo Colonial como
cermica con torno y vidriada, pudiendo
adems esta cermica torneada contener
lquidos que seguramente fueron consumidos en estas actividades.
A modo de conclusin, quisiramos resaltar la importancia que esta estructura tuvo
en el pasado, y destacar la continuidad de
su uso vinculado a actividades que consideramos de corte ceremonial, desprendindose sto de datos basados en los relatos de
los cronistas, en el registro material existente y lo expuesto por los autores, tanto para
el momento Inca como para el Colonial.
Diferentes actores materializaron estas actividades eligiendo el ushnu como centro de
su construccin simblica, permaneciendo
plasmadas a lo largo del tiempo en dos momentos de ocupacin y eligiendo deliberadamente esta estructura en detrimento del
ms de centenar de edificaciones que el sitio
posee. An hoy El Shincal de Quimivil es
elegido para materializar muchas de estas
ceremonias, tanto por pobladores locales
como por personas provenientes de lugares
distantes.

102

Agradecimientos
Al Ministerio de Ciencia, Tecnologa e
Innovacin Cientfica, Fundacin Flix de
Azara, Facultad de Ciencias Naturales y
Museo, Divisin Arqueologa del Museo
de La Plata, a la Provincia de Catamarca,
Direccin Provincial de Antropologa, a la
Municipalidad de Londres, y a sus habitantes, en especial a la familia Morales y al
personal del Museo de sitio El Shincal. A Julio Quiroga y a la familia Falcone. A Julieta
Pellizari y Gabriel Alarcn por sus ilustraciones. Y a mis amigos y colegas: Rodolfo
Raffino, Reinaldo Moralejo, Anah Icona,
Diego Gobbo, Milagros Aventn Moretti,
Anala Quaranta, Romina Giambelluca,
Ayln Capparelli, Marina Sprovieri, Beatrz
Cremonte, Margarita Gentile, Ana Igareta y
Daro Iturriza.

Bibliografa
Agurto Calvo, S. 1980. Cuzco, traza urbana de la
ciudad Inca. Proyecto 39 UNESCO, Instituto
Nacional de Cultura de Per. Cuzco.
Anonimo Jesuita. 1879 [1594]. De las costumbres antiguas del los naturales del Pir. Tres
relaciones de antigedades Peruanas. Ministerio de Fomento. Madrid.
Bregante, O. 1926. Ensayo y clasificacin de la cermica del Noroeste Argentino. Estrada editores. Buenos Aires.
Bruch, C. 1911. Exploraciones Arqueolgicas
en las Provincias de Tucumn y Catamarca.
Revista del Museo de La Plata, XIX (1): 1-109.
Calderari, M. y V. Williams. 1991. Re-evaluacin de los estilos cermicos incaicos en el
noroeste argentino. Comechingonia (9): 7595.
Capparelli, A. 1997. Reconstruccin ambiental de
la instalacin arqueolgica Inka de El Shincal.
Tesis doctoral, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La
Plata. Argentina.
Cieza de Len, P. 1947 [1553]. Primera parte de la
crnica del Per. Biblioteca de autores espaoles 26. Madrid.
Farrington, I. 1999. El Shincal: un Cusco del Kollasuyu. En Actas del XII Congreso Nacional

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

de Arqueologa Argentina, (I): 53-62. La Plata.


Furque, H. 1900. Las ruinas de Londres de
Quinmivil (Catamarca). Anales de la Sociedad
Cientfica Argentina, (L): 166-171.
Gentile, M. 2007. Acatas de Alianza entre indios y espaoles (Gobernacin de Tucumn, siglos XVI y XVII). Bibliographica americana (7): 64-86.
Giovannetti, M. 2009. Articulacin entre el sistema
agrcola, redes de irrigacin y reas de molienda
como medida del grado de ocupacin Inka en El
Shincal y Los Colorados (prov. de Catamarca).
Tesis doctoral, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La
Plata. Argentina.
Gonzlez, A. 1955. Contextos culturales y cronologa relativa en el rea central del N.O.
argentino (nota preliminar). Anales de Arqueologa y Etnologa (XI): 7-32.
1966. Las ruinas del Shincal. Actas del Primer Congreso de Historia de Catamarca, (III):
15-28. San Fernando del Valle de Catamarca.
Gonzlez Carvajal, P. 2004. Arte visual, espacio
de poder: Manejo incaico de la iconografa cermica en distintos asentamientos de
la fase Diaguita Inka en el Valle de Illapel.
Chungara 36 (2): 375-392.
Igareta, A., S. Bogan y D. Gonzalez Lens. 2008.
Materiales Histricos en un ushnu incaico:
anlisis de una singular estructura de piedra. Actas del Tercer Congreso de Arqueologa
Histrica (I): 280-288. Rosario.
Molina, C. 1936 [1539]. Conquista y poblacin
del Pir. Boletn Academia Chilena de la Historia IV (7).
Raffino, R. 2004. El Shincal de Quimivl. Editorial
Sarqus, San Fernando del Valle de Catamarca.

2007. Poblaciones indgenas en Argentina. Urbanismo y proceso social precolombino. Emec


Editores. Buenos Aires.
Raffino, R., D. Gobbo, R. Vzquez, A. Capparelli, V. Montes, D. Iturriza, C. Deschamps y
M. Mannasero. 1997. El ushnu de El Shincal
de Quimivil. Tawantinsuyu (3): 22-39.
1999. El ushnu de El Shincal de Quimivil.
XII Congreso nacional de Arqueologa Argentina, (I): 294-306. La Plata.
Rostworowski de Diez Canseco, M. 1999
[1988]. Historia del Tahuantinsuyu. Instituto
de Estudios Peruanos. Lima, Per.
Rowe, J. 1944. An introduction to the archaelogy of Cuzco. Papers of the Peabody Museum of
American Archaeology and Ethnology, 27 (2).
1948. The Kingdom of Chimor. Acta Americana 6: 26-59.
Serrrano, A. 1958. Manual de Cermica Indgena. Editorial Assandri. Crdoba.
Williams, V. 2002-2005. Provincias y Capitales.
Una visita a Tolombn, Salta, Argentina.
Xama 15-18: 177-198.
Wynveldt, F. 2007. La estructura del diseo
decorativo en la cermica Beln (Noroeste
Argentino). Boletn del Museo Chileno de Arte
Precolombino 12 (2): 46-67.
Zuidema, T. 1968. La relacin entre el patrn de
poblamiento prehispnico y los principios
derivados de la estructura social incaica.
XXXVII Congreso Internacional de Americanistas, (I): 45-55. Buenos Aires.

CARACTERIZACIN CERMICA DE DOS MOMENTOS DE OCUPACIN


EN EL USHNU DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

103

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD


EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Reinaldo Andrs Moralejo1 y Milagros Aventn Moretti2


1
Divisin Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP; CONICET; [email protected]; 2Divisin Arqueologa,
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP; [email protected]

Resumen: En este artculo se presenta la historia de las investigaciones acerca de los caminos de El Shincal
de Quimivil desde los primeros aportes histricos y arqueolgicos hasta los estudios ms recientes.
Sabemos que los caminos representan para el mundo Andino la memoria de los procesos sociales
relacionados con su construccin y uso. Constituan para los Inkas un medio en s mismo para delimitar
el territorio. Por esta razn se convierten en un elemento ms para conocer la historia de las poblaciones
vinculadas a su recorrido. Los trabajos de campo y anlisis de gabinete realizados en la actualidad estn
basados en un estudio pormenorizado y holstico de la red vial del sitio y han arrojado nueva informacin
acerca de su morfologa y disposicin espacial. A lo largo de su traza se revelan diferentes materialidades
producto de la variabilidad y complejidad cultural que operaban los Inkas.
Palabras claves: Fuentes histricas; Arqueologa, Camino Inka; Paisaje; Noroeste Argentino

ROAD STUDIES OF EL SHINCAL DE QUIMIVIL


Abstract: This paper presents the history of the investigations on the roads of El Shincal de Quimivil,
from the first historical and archaeological contributions to the most recent studies. We know that in the
Andean world the roads act as the memory of the social processes related to their construction and use.
For the Inka people they were a means in themselves to mark territorial limits. Therefore, they became
one more element that allows us to grasp the history of the populations connected to their trace. The
fieldwork and laboratory analyses currently performed are based on a detailed and holistic study of the
sites road network, shedding new light on its morphology and spatial arrangement. All along its trace
are revealed the different cultural materiality that result from the cultural variability and complexity that
Inkas operated.
Keywords: Historical sources; Archaeology; Inka Road; Landscape; Northwestern Argentina.

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

105

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Introduccin
La arqueologa es una disciplina antropolgica cuyo objetivo se centra en el estudio
del comportamiento humano del pasado a
partir de los restos materiales encontrados
en el presente. Este anlisis de la evidencia
cultural del pasado a partir del presente
hace que el registro arqueolgico sea visto
como algo dinmico resultado de la interrelacin entre la evidencia propiamente dicha,
el arquelogo como producto de una sociedad y los procesos de formacin tanto naturales como culturales (Bellelli, 2001). De este
modo, estudiar el pasado, ya sea remoto o
reciente, se vuelve una tarea compleja que
trasciende los lmites del propio investigador.
La evidencia material se puede presentar
de mltiples formas. Una de estas formas
son los caminos utilizados por el hombre
a lo largo de su historia. Estos caminos no
solo deben ser vistos como un elemento
que reviste importancia en s mismo sino
tambin como parte de una red o tejido vial
cuyo propsito es, nada ms y nada menos,
la integracin cultural de diversos espaciospaisajes.
Creemos entonces que el estudio de los
caminos nos permite como antroplogos
conocer y analizar el modo en que los pueblos expresan su identidad. Una identidad
que no es pensada como una suma de rasgos atemporales, sino como el conjunto de
atributos que los propios actores sociales
consideran significativos. Es decir, aquellos
que se construyen a nivel de los valores y
que se constituirn en rituales de identidad
y marcadores identitarios (Piqueras, 2002).
Nuestro artculo se centra en un anlisis
de la historia de las investigaciones vinculadas con las redes viales de comunicacin
y transporte del sitio incaico El Shincal de
Quimivil, ubicado en la localidad de Londres del Departamento de Beln, provincia de Catamarca. Algunas preguntas que
guiarn este artculo son Cmo ha sido el
anlisis de estas redes a lo largo del tiempo?

106

Qu grado de inters tuvo en las investigaciones? A travs de qu metodologa


se puede llevar a cabo su anlisis? Cules
son los principales aportes de estos ltimos
aos? Esta problemtica forma parte de un
estudio micro y macromorfolgico que se
viene desarrollando en el sector meridional
del Valle de Hualfn y septentrional de la
Sierra de Zapata desde el ao 2004. Y que al
mismo tiempo se complementa con los estudios desarrollados en la regin, desde la dcada del 80, por el equipo de investigacin
del Dr. Rodolfo A. Raffino.
La iniciativa de este artculo surge en el
marco de los trabajos de Puesta en Valor que
actualmente se estn desarrollando en el sitio, razn por la cual pretendemos reunir
toda la informacin acerca de la vialidad
prehispnica en El Shincal de Quimivil. Este
tema es para nosotros muy significativo ya
que dentro del mundo Andino los caminos
constituyeron uno de los principales componentes del paisaje cargados de significacin
y memoria a lo largo de su recorrido.
Por qu es importante estudiar
los caminos?
En el mundo Andino los caminos expresan la heterogeneidad de las relaciones sociales que identifican la vida de las poblaciones, o dicho de otro modo, la diversidad de
los procesos sociales que caracterizan a los
pueblos que los construyeron y transitaron.
Podemos decir entonces que los caminos reflejan la memoria de los pueblos, por lo que
a travs de su estudio podemos conocer la
historia de estos. Podramos contar muchas
historias estudiando los caminos; historias
que reflejaran el andar de las personas.
El origen de los caminos en la regin andina se remonta a las pocas de sociedades
preincaicas muy complejas como Moche,
Wari o Tiwanaku, que habitaron en diferentes regiones de lo que posteriormente fue el
territorio del Tawantinsuyu, luego Virreinato
del Per y Virreinato del Ro de La Plata, y

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

que actualmente conforman las Repblicas


de Colombia, Ecuador, Per, Bolivia, Chile
y Argentina.
Siempre que hablamos del estudio de la
vialidad incaica, tema que nos compete en
este artculo, tenemos que pensar que se trata del estudio de los caminos y sitios arqueolgicos asociados. Es decir, cuando hablamos de caminos, pensamos en el conjunto
de elementos del paisaje que le confieren un
significado geogrfico y ritual que va mucho ms all del simple trnsito. A lo largo
de los caminos, a travs del movimiento y la
percepcin, se pueden producir y reproducir diferentes conjuntos de significaciones.
Las mismas podran estar materializadas
(marcadas) en el paisaje (por ejemplo, presencia de apachetas, mojones, rocas sagradas, lugares de libacin u ofrendas, cuerpos
de agua, puestos de observacin, tambos,
chasquiwasis, tipo de trazado, anchura,
puentes, rampas, entre otros), por lo que
descifrarlas es una tarea que nos compete
como arquelogos.
Segn Hyslop (1992: 32) camino inka significa cualquier ruta que exhiba o no elementos formales de construccin, que fue usada en
tiempos del Imperio y que estuviera relacionada
a edificios y/o asentamientos cuyas funciones estuvieran vinculadas al manejo del Estado Inka.
Constituy un complejo sistema administrativo, de transporte y de comunicaciones, as como un medio para delimitar las
cuatro divisiones o suyus del Tawantinsuyu
(Chinchaysuyu, Antisuyu, Contisuyu y Kollasuyu). Este sistema infraestructural en forma de caminos favoreci la articulacin en
el interior y entre las diferentes poblaciones
que habitaban en las zonas altas y bajas de
los Andes Centrales y Meridionales, permitiendo la movilizacin de diversos tipos de
productos, poblaciones (mitimaes), mano
de obra que rendan tributo al Estado (mitayos), ejrcitos, dirigentes de alto rango jerr-

quico, entre otras cosas (Hyslop, 1984; Vitry,


2000). De este modo esta compleja red vial,
compuesta por diferentes hitos culturales,
poda responder a las distintas necesidades
del imperio Inka: polticas, administrativas,
ceremoniales, de comunicacin, transporte
y limtrofes.
El Imperio Inka se desarroll a lo largo
de la cordillera de los Andes en Sudamrica desde el sur de Colombia (Departamento
de Nario) hasta la Regin Central de Chile
(regin del Maule) y Mendoza en Argentina
(Valle de Uspallata). De este a oeste, ocupaba desde el ecotono formado por las yungas
y la floresta amaznica hasta la costa del
Pacfico. La red vial de los inkas se extenda por una distancia de aproximadamente
6000 km en sentido norte-sur y alrededor de
400 km en sentido este-oeste. Abarcaba ms
de 40000 km de caminos, lo que lo convierte
en el sistema vial ms alto del planeta, que
logr alcanzar tal magnitud en un lapso
temporal de tan solo cien aos1. La eleccin
del espacio para su construccin no era producto del azar, sino ms bien de la ideologa
y de un profundo conocimiento de la geografa e interaccin social con el medio ambiente (Hyslop, 1992) (Figura 1).
Los caminos constituyeron un elemento
fundamental de la cultura Inka, no solo estaban representados en la capital cusquea
sino que tambin conformaban un rasgo
muy significativo en los territorios adyacentes a la misma y en aquellos lugares que el
imperio fue anexando. As, al pasar por numerosos pueblos realizaron una tarea unificadora, apoyada por la imposicin de una
lengua general que permita dar unidad al
incario, una integracin que fue desestructurada hacia la conquista espaola (Rostworowsky, 1988). Durante este perodo, los
caminos sirvieron de gua para la rpida penetracin de los ejrcitos espaoles de Francisco Pizarro y sus soldados en el territorio

1
La cifra inicial de la cantidad de kilmetros de caminos incaicos ha ido variando con el tiempo a la luz de las nuevas investigaciones. Hace 30 aos
John Hyslop calculaba que la red vial del Tawantinsuyu tena alrededor de 23000 km, y crea que la misma poda alcanzar los 40000 km (Hyslop, 1984:
224). En la actualidad, con los estudios realizados en el marco del Proyecto Qhapaq an se calcula que solo el territorio peruano tendra 60000 km de
caminos incaicos (Proyecto Qhapaq an, 2014).

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

107

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 1. Extensin del


Tawantinsuyu con los
caminos y principales
sitios incaicos
asociados (Tomado y
modificado de Raffino
2007: 131, figura 3.9).

del Tawantinsuyu. Ello les permiti alcanzar


en un breve perodo de tiempo un profundo conocimiento y dominacin de un vasto
territorio
El estudio de los caminos nos ayuda a
identificar y entender el funcionamiento y

108

la relacin entre diversos espacios que fueron utilizados para el asentamiento de las
poblaciones, realizacin de ceremonias, explotacin minera, aprovechamiento agrcola, pastoreo, entre otros.
La identificacin de los caminos incaicos

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

requiere de un examen exhaustivo de todas


aquellas variables vinculadas con su materializacin espacial y temporal. Para ello nos
valemos de la informacin etnohistrica, etnogrfica, histrica, geogrfica y lingstica
(toponimia) que al ser cotejada con los datos
arqueolgicos favorecen la identificacin de
los antiguos derroteros.
Nuestra investigacin sobre los caminos
incaicos se desarrolla en un marco espacial
tanto local como regional y busca describir
los procesos socio-culturales que conducen
a la construccin del paisaje. Dicho enfoque
incorpora aspectos morfolgicos, funcionales, espaciales y simblicos para el entendimiento y comprensin de la red vial incaica.
Los caminos incaicos vincularon diferentes paisajes a lo largo de miles de kilmetros, constituyendo lo que Hyslop (1992: 21)
denomin la mayor evidencia arqueolgica
de la prehistoria americana. De este modo no
solo podemos entenderlo como un componente fsico y de alta funcionalidad, sino
tambin como un elemento de poder que
fue marcando el rumbo de determinadas situaciones al momento de la expansin y que
form parte de un paisaje significativamente simblico por ende necesario a la hora
de crear alianzas con grupos locales. De esta
manera se instituan en una verdadera arquitectura de poder que operaba segn John
Murra como un smbolo o una bandera del
Estado inkaico debido a su gran visibilidad y por
la forma clara con la que vinculaban al individuo
con la autoridad central (Hyslop, 1992: 258)

El Shincal de Quimivil:
una capital incaica en el
Noroeste Argentino
El Shincal de Quimivil constituye uno
de los escenarios ms representativos de
la presencia y poder de los Inkas en el Noroeste Argentino, al sur del Kollasuyu. Se
encuentra ubicado en la localidad de Londres, Departamento de Beln, sobre el pie
de monte del Cerro Shincal, hacia el sur de

la Sierra de Beln, entre los ros Quimivil y


Hondo. Ocupa un paisaje particular a 1350
msnm, enmarcado en un bosque de algarrobos, chaares, acacias, talas y shinki. El
rea de ocupacin supera las 30 hectreas
y est compuesta por diversos edificios y/o
estructuras que en conjunto conforman un
patrn ortogonal que ha sido concebido,
planeado y construido de acuerdo al modelo incaico para sus centros administrativos
regionales (Raffino, 2004). Entre las ms importantes podemos mencionar (Figura 2):
Una aukaipata o plaza de 175 x 175 metros, en cuyo centro se encuentra el ushnu o plataforma ceremonial.
Hacia el oeste del interior de la aukaipata
se encuentra un muro doble de 60 m de
largo de aproximadamente 0,80-0,82 m
de ancho en su base, con cuatro puertas
o vanos trapezoidales de 1,08 m de ancho. Su posicin es inmediata al acceso
suroeste de la aukaipata. Al comienzo de
las investigaciones se lo ha interpretado
como la fachada de una kallanka en pleno
proceso de construccin correspondiente a una segunda fase de planeamiento y
ocupacin incaica del sitio (Farrington,
1997: 58; Raffino, 2004: 108-119-229).
Posteriormente, en una publicacin que
rene los resultados de diversas investigaciones, se lo ha interpretado como
un portal simblico (Giovannetti, 2013:
12). Nosotros proponemos otra explicacin al respecto basada en las observaciones realizadas en otros sitios incaicos
localizados en Per como el acllahuasi
de Aypate (Sierra de Piura), en una de
las plazas de Incahuasi (Caete), en el
Templo del Sol de Pachacamac (Lima)
y en uno de los sectores residenciales
de Huaycn de Cieneguilla (valle medio de Lurn). Este muro se encuentra
limitando la visibilidad desde el acceso
principal a la aukaipata, por lo que cualquier persona que penetre en la misma
debera adelantarse a dicho muro para
poder observar claramente el espacio
interior de la misma y el ushnu. De esta

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

109

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 2. Plano del sitio El Shincal de Quimivil.

manera, el muro constituye un rasgo arquitectnico que irrumpe la visibilidad


de determinados espacios de poder,
altamente significativos. Se trata de un
modo de relacin arquitectnica entre
muros y accesos que organiza el espacio
en trminos de movimiento, buscando
otorgar mayor escenificacin a ciertos
espacios o estructuras2.
Dos cerros aplanados en la cima y aterrazados, hacia el oriente y occidente de
la aukaipata, que sirvieron para prcticas
relacionadas con el culto solar.
Grandes edificios rectangulares llamados kallanka, donde se realizaban diversas actividades polticas, administrativas y ceremoniales. Una de ellas ubicadas en el sector meridional del interior
de la aukaipata.

Canales que abastecan de agua al sitio


desde el Ro Quimivil.
Dos recintos rectangulares idnticos
enfrentados entre s, localizados sobre
una colina aplanada ubicada hacia el
suroeste de la aukaipata. Al comienzo
de las investigaciones este conjunto fue
denominado Atalaya. Segn Farrington
(2013), se trata de un patrn que replica
una forma caracterstica del rea cusquea y podra tratarse de un templo u
otro lugar sagrado.
Un tramo del Qhapaq an o Camino Principal Andino conectado con un tramo
de camino transversal, que comunicaba
El Shincal de Quimivil con los enclaves
de produccin agrcola y pastoreo de
Los Colorados y Las Vallas localizados
aguas arriba del Ro Quimivil;

2
Esta organizacin del movimiento a travs del espacio tambin puede observarse en el sitio arqueolgico Chan Chan capital del reino Chim ubicado en Trujillo, costa norte de Per (Campana, 2012).

110

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Varias unidades de almacenamiento o


depsitos llamados qolqas.
Varios conjuntos residenciales con un
formato regular sujetos a algunas variaciones conocidos desde la arqueologa como RPC (Rectngulo Perimetral Compuesto) o kancha de acuerdo
al trmino quechua. Estas unidades se
encuentran dispuestas alrededor de la
aukaipata y a la vera del camino incaico.
Una de ellas, denominada Casa del Curaca o sector Alvis, estaba destinada
a los gobernantes o la lite y se localizaba de modo aislado hacia el oeste de
la aukaipata. Otras que adems de ser residencias permanentes tambin podan
alojar a los invitados que arribaban a
los eventos festivos; y algunas ms que
demuestran una ocupacin continua a
lo largo del ao y que eran exclusivas
para los habitantes que se encargaban
de mantener el sitio.
Un Gnomon o Intihuatana ubicado hacia el norte de la aukaipata sobre el Cerro
del Intihuatana, donde los Inkas realizaron observaciones solares (Farrington, 1999).
Varias estructuras de molienda.
Rocas sagradas, algunas asociadas al camino. Algunas de ellas imitan la forma
de los cerros tutelares que dominan el
paisaje del sitio.
Oquedades sobre rocas que pudieron
actuar como lugares para realizar ofrendas y/o marcadores espaciales astronmicos.
La presencia de los ros Quimivil y Hondo dentro del paisaje del sitio ha permitido
interpretarlo como un lugar de encuentro,
llamado tinkuy en lengua quechua, y que es
considerado sagrado por los Inkas. Ambos
ros juegan un rol fundamental en otorgar
humedad y heterogeneidad ambiental a
esta regin que, pese a estar dentro de un
clima rido, posee un marco natural profuso y diverso que ha aportado, a lo largo
de su historia, elementos esenciales para la
subsistencia humana (Capparelli, 1997). De

este modo, podemos ver como los edificios


en conjunto con el paisaje circundante conformaban una red de marcadores espaciales tanto geogrficos como culturales. Este
modelo social del paisaje, con determinadas regularidades urbansticas en relacin a
otros sitios incaicos de los Andes Centrales,
condujo a que investigadores como Raffino
(1990) y Farrington (1999, 2013) expresaran
que los constructores de El Shincal de Quimivil quisieron replicar simblicamente la
capital del Tawantinsuyu, dndole entonces
el carcter de Nuevo Cuzco. Podemos ver
entonces como el sitio se erige, de acuerdo
a sus caractersticas, como una de las principales capitales poltico, administrativa y
ceremonial del Noroeste Argentino.
Un dato interesante a destacar es la ubicacin del sitio en relacin a la organizacin
estatal del territorio del NOA dentro del Kollasuyu. En la dcada del 80, Gonzlez (1982:
320 nfasis en el original) manifestaba que
en el NOA debi existir una definida subdivisin geopoltica establecida por los incas y
mantenida por la pax incaica. De esta manera el NOA poda subdividirse en diferentes
provincias inkas o huamani pertenecientes a
diferentes curacazgos que, de norte a sur, se
conocen como: la Provincia de Humahuaca
con cabecera poltica en Tilcara (Gonzlez,
1982); la Provincia de Chicoana cuya cabecera podra haber estado en La Paya (Gonzlez, 1982) o en el Campo de los Tmulos
del Valle de Lerma (Raffino, 2004); la Provincia de Quire-Quire con uno de sus centros polticos posiblemente en Tolombn al
norte del Valle de Yocavil (Gonzlez, 1982)
y el otro en El Shincal de Quimivil al sur del
Valle de Hualfn (Williams, 2003); la Provincia del Tucumn que comprenda los valles
orientales y las sierras subandinas (Lorandi,
1980; Williams, 2003); y la Provincia Austral cuyo sitio principal probablemente fue
la Tambera del Inca en Chilecito, La Rioja
(Gonzlez, 1982).
Particularmente, la Provincia de QuireQuire donde segn los estudios etnohistricos exista un gran nmero de mitimaes

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

111

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

puestos por los Inkas comprenda el extremo sur del Valle Calchaqu y los valles de
Yocavil o Santa Mara, Andalgal, Hualfn
y Abaucn (Gonzlez, 1982; Williams, 2003;
Raffino, 2004). Se puede apreciar de este
modo el vasto territorio que pudieron controlar material y simblicamente los Inkas
desde el centro administrativo y ceremonial
de El Shincal de Quimivil, siempre teniendo en cuenta las particularidades de cada
regin.

Historia de las
investigaciones de la
vialidad incaica en El
Shincal de Quimivil
Los antecedentes sobre vialidad incaica
en El Shincal de Quimivil deben analizarse en relacin a la macro regin correspondiente al Valle de Hualfn y la Sierra de
Zapata (Moralejo, 2011; Moralejo y Couso,
2012). Los antecedentes corresponden a ligeras menciones y descripciones que hacen
referencia a caractersticas relacionadas con
la disposicin geogrfica y vinculacin con
reas vecinas. Es difcil buscar una sola razn que explique el porqu de ello, en principio se nos ocurre que pudo estar relacionado con enfoques terico-metodolgicos
que han priorizado el estudio de rasgos
monumentales del paisaje, dejando para un
futuro los estudios de tipo regional. En este
marco fue que decidimos emprender nuestra investigacin, basada en un estudio minucioso de las trazas camineras que confluyen en El Shincal de Quimivil, teniendo en
cuenta sus materialidades y significados.
Desde el punto de vista etnohistrico
no contamos con referencias directas que
nos lleven a suponer la ruta a travs de El
Shincal de Quimivil. Si podemos hablar de
menciones generales relacionadas con la antigua regin de Londres (donde se asentaba
El Shincal) por donde segn algunos documentos pasaba el Camino del Inka. Una de
estas menciones corresponde a la del Oidor

112

de la Audiencia de Charcas, el Licenciado


Juan de Matienzo, cuando a travs de una
carta le propone en 1566 al Rey de Espaa
la apertura de un puerto sobre el Atlntico
y la unificacin de Charcas (en la actualidad
Sucre) con Espaa. En esta carta, Matienzo
propone cuatro rutas posibles de comunicacin entre Potos y Buenos Aires. Segn su
opinin, una de estas rutas la que se diriga
a travs del antiguo Tucumn constitua el
mejor camino. Este itinerario fue trazado
uniendo diferentes puntos, los cuales no todos coincidan con la ruta incaica; y eligiendo, en varios casos, los tambos de acuerdo a
las posibilidades de ofrecer comodidad a los
viajeros y a sus caravanas de llamas (Gentille Lafaille, 1983-1985). De este modo, la
ruta una en territorio argentino Casabindo,
el Valle de Calchaqu, Chicoana, Angostaco,
Tolombn, Tambos de la Cinaga, Caete,
Santiago del Estero, la Fortaleza de Gaboto
y el puerto de Buenos Aires (Matienzo, 1987
[1566]).
A nosotros nos interesa una parte de su
carta donde plantea una bifurcacin del Camino del Inka en los Tambos de la Cinaga,
ubicado cuatro leguas al sur de Tolombn.
De all se aparta el camino del inga para la
cibdad de Londres, y de all para Chili, por la
Cordillera de Almagro, que dicen, sobre la mano
derecha; y sobre la izquierda se toma el camino
para Caete y Santiago del Estero, ques metindose hacia los llanos del Ro de la Plata (Matienzo, 1987: 207-208 [1566] nfasis nuestro).
Este breve prrafo es significativo ya que
constituye una de las primeras referencias
que deja entrever la existencia de una ruta
incaica por la antigua regin de Londres en
direccin a Chile a travs de la Cordillera de
los Andes. Sin lugar a dudas, el rol de Matienzo como magistrado judicial de la nueva Audiencia de Charcas del Virreinato del
Per, le concedi la posibilidad de enterarse
de todo aquello que exista en el territorio
donde las nuevas ciudades haban de establecerse (Levillier, 1964). Asimismo, esta
funcin le permiti recabar mucha informacin vinculada al comercio andino (Gentile

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Lafaille, 1983-1985). Ms all de los posibles


errores que pudo tener Matienzo al elaborar
su itinerario, varios fueron los que luego utilizaron su informacin para contrastarla con
la arqueologa y describir la presencia de los
Inkas en el Noroeste Argentino y sus principales rasgos diagnsticos; entre ellos Boman
(1908), Uhle (1909), Strube Erdmann (1943,
1963), Levillier (1946), Gonzlez (1980, 1982),
Raffino (1983), Gentille Lafaille (1983-1985).
A mediados del siglo XX, Rosa M. Zuluaga aporta un dato interesante cuando manifiesta que el lugar para asentar la ciudad
de Londres constitua una zona estratgica
de convergencia de caminos y densamente
poblada por aborgenes. Cuando habla de
las estrategias adoptadas por los espaoles
para fundar las primeras ciudades dice
hay que reconocer que la fundacin de la ciudad
de Londres, adems de responder a esa necesidad
de defensa mutua, tuvo en vistas otras conveniencias. No olvidemos que si se eligi la zona de
Quinmivil fue, tanto por tratarse de una regin
muy poblada de indios, como por pasar por all
el camino que dirigindose hacia la cordillera
de Almagro, comunicaba con Chile por el paso
de San Francisco. Este era sin duda uno de los
tramos del famoso Camino del Inca (Zuluaga,
1946: 166 nfasis en el original).
Posteriormente, aparece un dato ms directo acerca de la vialidad incaica en El Shincal de Quimivil. El estudio fue realizado por
Juan Pablo Vera en 1950 y est basado en un
anlisis de fuentes histricas, sin recurrir a
la arqueologa. En este trabajo se publican
dos mapas donde se coloca al Camino del
Inka (tambin llamado Camino de Almagro
o Camino de los Cuyanos) entre La Aguada
del Norte Chico de Beln y el lugar donde
estaran establecidas las ruinas del Chincal
(Vera, 1950: 107-122-123)3. Adems, supone
la posicin en un mismo lugar, sobre la vera
del Ro Quimivil, de las ruinas de la primera Londres de Quinmivil (1558-1562) y de la
cuarta Londres o San Juan Bautista de la Paz

(1612-1632). Asimismo, el autor sostiene que


este punto estara jalonando el camino incaico. La importancia de este trabajo reside
en la supuesta traza del camino, que si bien
no presenta mayores detalles, ya que solo
se trata de una lnea recta, coincidira luego
segn nuestro anlisis con el planteo de
Gonzlez (1966) para el tramo de camino entre El Shincal de Quimivil y La Aguada del
Norte Chico de Beln.
En el ao 1956, Canals Frau al referirse
al trazado del Camino del Inka en el rea
diaguito-capayana del Noroeste Argentino, manifiesta el estado fragmentario de su
conocimiento. Al respecto, de acuerdo a su
interpretacin del testimonio de Sotelo de
Narvez, dice que el camino pasaba por la
zona de Beln donde se fundara la primera ciudad
de Londres y cerca de un asiento del inca que
podemos identificar con las ruinas del Chincal.
() Es probable, pues, que el camino al atravesar
estas regiones siguiera un curso en parte idntico
y en parte paralelo al de la actual Ruta Nacional
40 (Canals Frau, 1956: 36 nfasis en el original).
Otro aporte significativo para nuestra
rea de estudio lo constituye la obra del padre Len Strube Erdmann, quien realiza un
trabajo muy detallado con documentacin
histrica, cartogrfica y arqueolgica acerca
del trazado de los caminos incaicos. La misma se basa en el estudio de fuentes escritas
antiguas y nuevas rastreando cada camino y
cada tambo a lo largo del imperio. Reconstruye as cerca de 20700 km de caminos, donde inclua una fuerte evidencia documental
para Chile y Argentina. En sus publicaciones
deja esbozado una serie de lugares por donde ira la ruta incaica: el valle calchaqu esta
cuajado de ruinas incaicas que en parte envuelven tambos y posadas: La Poma, Pueblo Viejo,
Payogasta, La Paya, Angastaco, Sumalao, Tolombn, Quilmes, Ingamana, Punta de Balasto.
Sigue la arteria imperial por el Campo del Arenal
a Nacimientos, Hualfn, Cinaga, Puerta de San

3
La palabra Shincal se escriba anteriormente Chincal. No hemos podido hallar a partir de qu fecha comenz a usarse la primera. Con respecto a la
segunda tenemos registros de su uso a partir de los trabajos de campo realizados por Friedrich Wolters (1927-1928), uno de los integrantes de las
expediciones financiadas por Benjamn Muniz Barreto.

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

113

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Jos y por el desfiladero a Famayvil y Quinmivil


(Strube Erdmann, 1963: 68)4. En Quinmivil,
el camino se bifurca hacia el oeste y hacia el
sur. El ramal del oeste, pasaba primero por
la Aguada5 para luego subir la Cuesta de Zapata, seguir hacia la cuestecilla de Anillaco
y cruzar el Bolsn de Fiambal rumbo a La
Troya, donde se encuentra el sitio Watungasta que controlaba el camino a Chile por la
Cordillera (Strube Erdmann, 1958). Por otra
parte, el ramal sur o va principal podra dirigirse desde Quinmivil hacia Alpasinche y
Pituil hasta alcanzar la Sierra de Famatina en
La Rioja (Strube Erdmann, 1963).
Entre los aos 1952 y 1954, el Dr. Alberto
Rex Gonzlez realiz tareas de prospeccin
y excavacin en un conjunto arqueolgico
ubicado sobre la margen izquierda del ro
Simbolar dentro del sitio El Shincal de Quimivil6. Los resultados de sus trabajos fueron
publicados en el 1 Congreso de Historia de
Catamarca en el ao 1966. All se hace por
primera vez mencin de un rasgo arquitectnico vinculado a un segmento de vialidad
Inka. Se trata de una pared paralela a la
pendiente del cerro que se desprende de un
recinto secundario, por fuera de la muralla
de circunvalacin (Gonzlez, 1966). Segn
nuestro anlisis, y ampliando la diagnosis de
Rex Gonzlez, este segmento correspondera
a un camino con talud, muro de proteccin
y excavacin ladera adentro (Moralejo, 2011:
351, figura VII.2).
De acuerdo a las evidencias presentadas
por Gonzlez (1966: 25), ste ya manifestaba,
sin llegar a conocer la totalidad del sitio, que
El Shincal era un importante centro en el
que convergan las rutas del Inca. Segn sus
interpretaciones, desde El Shincal de Quimivil el camino tena diferentes ramales:
A. Hacia el norte, comunicaba las ruinas
del Simbolar con La Aguada (pertene-

ciente al Norte Chico del Departamento


de Beln) siguiendo una senda de herradura que asciende por la quebrada
del Shincal (en la actualidad conocida
como quebrada del Ro Hondo). Desde
La Aguada, supone que el camino debi
continuar hacia el norte siguiendo el
curso del ro Hualfn (tambin llamado
ro Beln) hasta alcanzar las ruinas ubicadas en la confluencia de aquel con el
ro Quillay (sitio Quillay). Luego, continuara hasta la localidad de Hualfn
para posteriormente internarse en el
Campo del Arenal. Este ramal sera entonces, para Gonzlez (1966), el nico
camino que una los llanos del Bolsn
de Andalgal (o Campo de Beln) con el
Valle de Hualfn.
B. Hacia la regin de Andalgal, donde se
una con la ruta procedente del valle de
Santa Mara a travs del abra de Las Capillitas. Esta idea se funda en el hallazgo
de sitios de origen incaico muy cerca de
Chaquiago (quizs se refera al sitio Potrero Chaquiago) y en Campo del Pucar (sitio Pucara de Aconquija).
C. Hacia el sur, se diriga a La Rioja siguiendo el borde occidental del Bolsn
de Andalgal, unindose con los caminos estudiados por Francisco de Aparicio, Hctor Greslebin y Guillermo Rohmeder.
D. Hacia el oeste, valindose de los topnimos Tambo o Tambillo, supone que
el camino cruzara la Sierra de Zapata,
no lejos de la actual Ruta Provincial N 3
(antigua Ruta Nacional N 40), hasta alcanzar posiblemente el sitio Watungasta
descripto por Gunardo Lange. Desde
este punto, el camino continuaba hacia
Chile a travs del Paso de San Francisco.

Famayvil es el nombre antiguo del pueblo y ro de Beln (Strube Erdmann, 1966: 51). Por ende el desfiladero al que hace referencia entre Puerta de San
Jos y Famayvil correspondera a la actual Quebrada de Beln. Por otra parte, Quinmivil o Kilmivil es el nombre del torrente de Londres I, y seguramente
tambin denominacin del hoy llamado Shincal (Strube Erdmann, 1966: 51).
5
Sitio arqueolgico y finca sobre el Piscoyaco. Diez kilmetros al sud de Londres, camino a la Cuesta de Zapata, que separa a Londres de Tinogasta (Strube
Erdmann, 1966: 52). Creemos que este sitio correspondera al sitio Paraje La Aguada ubicado al sur de El Shincal de Quimivil (Moralejo, 2011).
6
Este conjunto fue denominado posteriormente Casa del Curaca o sector Alvis.
4

114

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

A partir de la dcada del 80, los trabajos


del Dr. Rodolfo A. Raffino y colaboradores
comienzan a marcar un importante hito en
los estudios realizados en el Valle de Hualfn e interfluvio de la Sierra de Zapata. El
comienzo de sus investigaciones se remonta
hacia el ao 1981, por lo que el porcentaje
de produccin cientfica es bastante elevado.
Raffino (1983) se ocupa de descubrir y analizar la red vial en el Kollasuyu con nfasis
en el Noroeste Argentino mediante el uso de
fuentes escritas histricas y arqueolgicas
y sus propias observaciones en el terreno.
Cuando se refiere a esta extensa red imperial, sostiene que es impropio considerar
a una nica va responsable de la movilidad de
todo el sistema, sino de innumerables ramales
conectados a una principal y anastomosados en
una prdiga red que comunic el territorio poltico del Estado Inka (Raffino, 1990: 214). En
lo que respecta a la provincia de Catamarca
comienza a otorgar un panorama ms detallado de la red vial incaica, diferenciando
entre caminos principales y secundarios, e
incluyendo sus centros administrativos y ceremoniales, tampus, chasquiwasis y fortalezas,
entre otros sitios asociados.
En el ao 1990, publica la segunda edicin
de una de sus principales obras donde manifiesta que uno de los ramales principales que
estara pasando por El Shincal de Quimivil,
emplazado en el Valle de Hualfn-Beln, es
aquel que entra en el extremo boreal de Argentina por el Tambo de Calahoyo Chico,
proveniente del Lago Poop, Tupiza, Talina
y Cusco. Desde dicho tambo se dirige hacia
el sur pasando por Pozuelos, Queta, Tambillos de Casabindo, Rincn Salinas (Rinconadillas) y el Moreno. Penetra luego en la quebrada del Toro por Punta Cinaga, gira a la
quebrada de Las Cuevas por Las Cuevas IV
y, tras sortear Tastil, se dirige hacia el Valle
Calchaqu, recorrindolo longitudinalmente. Este camino articula luego los sitios del
Valle de Yocavil, del Campo del Arenal, del
Valle de Hualfn-Beln en direccin a la sierra y bolsn de Famatina (provincia de La
Rioja), luego Rodero, Iglesia y Calingasta en

San Juan, para trasponer el de Uspallata con


rumbo al bolsn del Mapocho en Chile (Raffino, 1990).
Posteriormente, habiendo prospectado la
quebrada del ro El Tambillo al suroeste de
la actual Londres y conociendo en detalle
otros sitios incaicos del NOA y Chile complementa la informacin anterior. Desde el
nudo caminero o tinkuy de Ingamana o Punta de Balasto (ubicado en el extremo meridional del Valle de Yocavil o Santa Mara) el
camino tomaba un rumbo oeste en direccin
al Valle de Hualfn, pasando por el Campo
del Arenal o de Los Pozuelos. All los reconocimientos en el terreno son muy intermitentes. El camino recobra su imagen a partir
de los Nacimientos y Hualfn. Luego, con un
nuevo rumbo sursuroeste conectaba los establecimientos imperiales de Hualfn, Quillay,
El Shincal, Tambillos de Zapata, Anillaco y
Watungasta. Desde all comienza una lenta
ascensin a la Cordillera de los Andes en
direccin al Paso de Comecaballos y al valle chileno de Copiap (Raffino, 1995, 19951996, 1999, 2004, 2007; Raffino et al., 1982,
2001, 2008, 2012).
En lo que respecta particularmente a El
Shincal de Quimivil, mencionaremos otra
de sus principales obras, editada por Sarqus
en el 2004, por tratarse de un trabajo donde
rene toda la informacin concerniente al sitio. Cuando hace referencia a la entrada del
camino al sitio establece lo siguiente:
En las inmediaciones de El Shincal los restos
aparecen en la cuesta homnima. Se trata de dos
caminos construidos a ambas mrgenes del Ro
Hondo. El principal se eleva unos 300 m por encima del fondo de valle, caracoleando en cornisa
por la cuesta, al N del ro. Est finamente construido, protegida la cornisa con pesados bloques
de piedra, del tipo retention walls (J. Hyslop,
1984), aunque lamentablemente una parte de su
trazado ha sido remodelado en tiempos histricos por pirquineros. Sobre el lado opuesto de la
cuesta aparece otro ramal que debi usarse durante las pocas de creciente del Ro Hondo, el
cual, como sucede en la actualidad, debi cortar
el capacam principal durante los meses de ve-

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

115

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

rano. Ambos caminos confluyen y forman uno


solo cerca de la aukaipata de El Shincal; la cruza
por su borde N y, luego de transitar a un lado
de la casa del curaca, se dirige a los Tambillos
de Zapata II (1478 m). Desde este punto toma
la direccin al poniente y desciende al Valle de
Abaucn, llegando a Watungasta (1440m). Siguiendo hacia el O se interna en la Quebrada de
La Troya en busca de la Cordillera de Los Andes
y el Valle chileno de Copiap (Raffino, 2004:
34 nfasis en el original).
Esta referencia constituye el nico antecedente directo donde se describe particularmente el camino que ingresa, o sale, de
El Shincal de Quimivil por el sector norte.
Posteriormente, el trabajo de Tesis Doctoral
de Moralejo (2011) permitir complementar
la informacin existente, como asimismo
aportar nuevos datos acerca de la vialidad
incaica del sitio y la regin. Pero ello ser
tratado ms adelante luego de esbozar
nuestra metodologa de trabajo.

Metodologa y
determinacin
morfolgica de las vas
En esta seccin intentaremos responder la
pregunta acerca de Cmo hemos realizado
el estudio de los caminos? En primera instancia hay que mencionar la existencia de un
marco terico y metodolgico que permiti
canalizar nuestras problemticas acerca de
cmo se habran desarrollado bajo el modelo implantado por los Inkas las diferentes
vas de comunicacin internas en una regin cuyas cabecera poltico-administrativa
y ceremonial se localizaba en El Shincal de
Quimivil. En este sentido las preguntas giraban en torno a cmo actuaron las variables topogrficas de superficie y pendiente
natural en la disposicin y morfologa de los
caminos? y acerca de qu consideraciones
culturales como forma de concebir el paisaje modelaron la disposicin y morfologa
de los caminos durante el momento de ocupacin Inka?

116

Para responder nuestras preguntas fue necesario llevar a cabo un estudio micro y macromorfolgico (Trombold, 1991). El primero
corresponde a un tipo de estudio particularista que consisti en registrar todos los rasgos o elementos culturales especficos relacionados con los caminos: anchura, rectitud,
caractersticas de la superficie, presencia de
obras viales rampas, muros de contencin
y retencin, escalinatas, sistemas de drenaje,
bordillos o banquinas, puentes y otros rasgos como puntos de conexin con otras vas,
asentamientos laterales de apoyo, montculos artificiales de piedra, entre otros. Por otra
parte, el enfoque macro u holstico consisti
en registrar la informacin relacionada con
la extensin de la red dentro del rea de estudio, la funcin y contemporaneidad de los
puntos conectados y la configuracin global
del sistema vial.
Los procedimientos metodolgicos vinculados a nuestro estudio se llevaron a cabo
tanto en gabinete como en el terreno. Se combinaron distintos anlisis de cartas geolgicas, topogrficas, fotografas areas e imgenes satelitales, toponimia local, documentos
histricos y antecedentes bibliogrficos. Los
trabajos de campo incluyeron prospecciones
y excavaciones sistemticas, como tambin
entrevistas a varios pobladores del lugar.
Con toda la informacin recabada se elabor mediante un Sistema de Informacin Geogrfica (SIG) un mapa base de alta resolucin
donde se volcaron las coordenadas geogrficas de todos los puntos de inters y segmentos de vialidad relevados. El SIG tambin
permiti efectuar diversos anlisis espaciales
vinculados al movimiento y visibilidad en
el paisaje. Asimismo, se elaboraron modelos
matemticos predictivos para la localizacin
de trayectos de vialidad. La validez potencial
de estos modelos fue examinada y sopesada
con los datos obtenidos del anlisis cruzado
de toda la informacin disponible.
Este tipo de estudios micro y macromorfolgicos permitieron enhorabuena localizar
nuevos caminos y cumplir con nuestros objetivos iniciales (Moralejo, 2011).

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Nuevos aportes acerca


del paisaje vial en El
Shincal de Quimivil
El trazado del camino incaico de El Shincal de Quimivil se desarrolla en el piedemonte oriental del Cerro Shincal en sentido
suroeste-noreste en direccin a La Aguada
del Norte Chico del Departamento de Beln. En gran parte de su trayecto atraviesa
un denso bosque espinoso caducifolio, tpico de la Provincia Fitogeogrfica del Monte,
que se comporta como un medio difcil de
transitar.
Las investigaciones actuales han revelado que solo se trata de un camino principal que une ambas regiones en direccin
suroeste-noreste, descartando la presencia
de un camino alternativo propuesto anteriormente por Raffino (1995-1996, 2004).
A lo largo de su recorrido se conectan
distintos conjuntos arquitectnicos denominados Rectngulo Perimetral Compuesto (RPC) o kancha. De suroeste a noreste se
encuentran la Casa del Curaca, Kancha I,
Kancha II, Piedra Hincada y Kancha y.
Entre ellos existen claras diferencias tanto
en su disposicin ortogonal como en los
contextos arqueolgicos recuperados en su
interior (Couso et al., 2011; Moralejo, 2013).
Particularmente la Kancha I es la que ms
llama la atencin debido a la presencia de
un pequeo recinto dentro de un gran espacio a manera de patio delimitado por un
muro perimetral. A modo de hiptesis, solo
habiendo realizado un examen superficial,
creemos que puede tratarse de un conjunto
para actividades rituales o ceremoniales,
quizs de acceso restringido, relacionadas
directamente con el Estado Inka (Moralejo
et al., 2013).
Otro de los rasgos que comparten estos
conjuntos de RPC o kancha es la confeccin
de sus paredes sobre rocas de granito y andesita, algunas con evidencias de canteado
y otras altamente seleccionadas, provenientes de los cerros vecinos.
El ancho del camino vara entre 0,50 m

y 2 m y se caracteriza por la presencia de


diferentes rasgos formales que indican una
determinada planificacin y construccin
vial. En relacin a esto se lo ha clasificado,
al igual que el resto de los caminos estudiados en la regin, a partir de una serie de
categoras propuestas por Raffino (1983),
Hyslop (1984) y Vitry (2004), que posteriormente se fueron reelaborando a medida
que iban avanzando nuestras experiencias
en el terreno (Moralejo, 2011). Cada categora se define a partir de los rasgos estructurales caractersticos y recurrentes presentes
a lo largo del camino. En El Shincal de Quimivil hemos observado al menos seis categoras de caminos, algunas de las cuales
pueden encontrarse combinadas entre s: a)
despejado y amojonado con dos variantes,
alineamientos laterales de rocas contiguas
formando muros de una sola hilada y alineamientos laterales de rocas no contiguas;
b) con muros de proteccin como una variante del camino encerrado por muros (Figura 3); c) con talud (tambin denominado
muro de contencin o retencin); d) con talud y excavacin dentro de la ladera (Figura 4); e) con presencia de rampas para descender o ascender rpidamente. Creemos
que este caso podra estar dndose en un
segmento de camino que desciende desde
el Abra Casa del Curaca hacia la Kancha I;
f) con presencia de escalonados y sistemas
de drenaje.
Todas estas variedades de caminos se
encuentran trazadas sobre una superficie
irregular por momentos con pendientes
pronunciadas, conformando lo que Hyslop
(1992: 85) denomin Caminos en pendientes cuesta arriba y cuesta abajo combinando
pendientes laterales. A estas vas formales
debemos sumarle tambin la presencia
de vas informales, denominadas sendas.
Se trata de rasgos totalmente geomrficos
producto del desgaste a raz del continuo
movimiento de personas, y en algunos casos de animales, a travs del paisaje (Trombold, 1991).
Otro de los rasgos a destacar es la asocia-

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

117

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 3. Segmento de camino con muros de proteccin


(Fotografa de R. A. Moralejo).

cin con determinados sectores del bosque


libre de vegetacin y con diversas estructuras de almacenaje conocidas como qolqas.
Todo este conjunto de rasgos de vialidad
incaica se presentan de manera alternada a
lo largo de su traza, lo que indica la variabilidad de soluciones emanadas de sus constructores para sobreponerse a la topografa
y expresar su propia cosmovisin.
El camino no era un espacio pura y exclusivamente dedicado al transporte, sino
tambin un lugar donde se reflejaban las
creencias y sistemas de valores de la sociedad. Numerosos elementos sagrados de
la cosmovisin Andina como la presencia
de un Gnomon o Intihuatana, oquedades
sobre bloques rocosos con fines rituales
(realizar ofrendas), fuentes de agua, canales, esculturas en piedra, grandes rocas
(posiblemente tokankas (vase Vitry, 2002)),
le conferan un carcter ritual que al articularse con otros componentes del sitio como
los diferentes conjuntos residenciales, la

Figura 4. Segmento de camino con talud y excavacin dentro de la ladera (Fotografa de R. A. Moralejo).

118

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 5. Vistas desde


el Gnomon o Intihuatana
hacia el noreste (arriba) y
sureste (abajo) donde se
encuentra la Serrana de
Beln (Fotografas de R. A.
Moralejo).

aukaipata, los Cerros Aterrazados y el ushnu


integraban un paisaje sagrado con alto contenido simblico (Figuras 5 y 6).
Una mencin aparte merece el conjunto correspondiente a la Casa del Curaca o
sector Alvis. Desde el principio de las
investigaciones se habl del carcter jerrquico y distintivo propio de las elites incaicas que poda tener en relacin al resto
del sitio dado su ubicacin, arquitectura y
tipos de alfarera (Gonzlez, 1966; Raffino,
2004). Recientes estudios sobre movilidad
y cuencas de visualizacin han dado cuenta de la trifurcacin de caminos (Moralejo,
2011) y la visibilidad restringida de este
sector (Moralejo y Gobbo, 2014, 2015) lo
que corrobora aquella hiptesis. En esta
misma lnea tambin subrayamos los ltimos anlisis decorativos y morfolgicos de
cermica donde se destaca la presencia de
piezas incaicas como arbalos y platos, piezas de estilo local (Beln) y forneas (Yavi,
Sanagasta, Famabalasto Negro sobre Rojo),
como tambin piezas mixtas producto del
sincretismo entre estilos Inka, Beln y Sana-

Figura 6. Grandes rocas a la vera del camino conocidas como tokankas. La de la derecha ha sido denominada Piedra
Negra (Moralejo, 2011) (Fotografas de R. A. Moralejo).

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

119

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 7. Segmento de camino con talud, muro de


proteccin y excavacin ladera adentro en el sector Casa
del Curaca (Fotografa de R. A. Moralejo).

gasta (Giovannetti et al., 2012).


En relacin al camino, de acuerdo a nuestros anlisis e interpretaciones, hemos planteado que la Casa del Curaca constituye un
lugar donde se promueve una trifurcacin
de vas (Moralejo, 2011). Una vez que el camino penetra en la Casa del Curaca viniendo desde La Aguada contina bordendola
a travs de una muralla de circunvalacin.
Un trayecto se desprende hacia el noroeste
(El Shincal de Quimivil - Pozo de Piedra) y
otro se dirige hacia el suroeste (El Shincal de
Quimivil - Tambillos de Zapata). Ambos se
pierden en las fincas y campos de cultivos
actuales prximas al sitio. El segmento que
se dirige hacia el suroeste corresponde a
un camino con talud, muro de proteccin y
excavacin ladera adentro, de aproximadamente 25 m de largo y 2 m de ancho (Figura
7). Por otro lado, el segmento que se dirige
hacia el noroeste ha sido inferido en base
a la presencia de conjuntos para molienda
mltiples y posibles estructuras de almacenamiento o qolqas. Esta va se desarrollara

120

paralela al cauce del Arroyo Simbolar tendida sobre el piedemonte de las ltimas estribaciones de la ladera sur del Cerro Shincal
(Moralejo, 2011).
Para finalizar, y volviendo al camino
principal que conecta El Shincal de Quimivil con La Aguada del Norte Chico de Beln en direccin noreste, dicha conexin se
efecta sobre el piedemonte del Cerro Shincal a travs de la quebrada del Ro Hondo,
aguas arriba. El cerrado monte espinoso y
la abrupta ladera del cerro han dificultado
hasta el momento continuar con la identificacin del mismo. Creemos que el camino
estara tomando altura para luego bajar a la
depresin de La Falda o Pampa El Cajn y
desde ah dirigirse hacia la localidad de La
Aguada. Esta hiptesis se puede complementar con los recientes aportes de Ratto
(2013), quien ha hecho estudios en la zona
correspondientes a la Actualizacin del Estudio de Impacto Arqueolgico de la presa Embalse
El Shincal (Dpto. Beln, Catamarca, Argentina).
De acuerdo a la informacin suministrada,
el camino podra elevarse desde nuestro ltimo punto para empalmar posteriormente
con el sector alto de la Formacin Chucupal y luego descender a la Depresin de la
Falda para continuar hacia la localidad de
La Aguada. Todo esto indica que nuestros
trabajos de investigacin sobre esta va imperial no estn acabados.

Conclusiones
Las investigaciones en el sitio Inka de El
Shincal de Quimivil han sido complejas y
diversas conforme con el desarrollo de la
disciplina arqueolgica de nuestro pas. Los
resultados a lo largo de estos aos han conducido al conocimiento de un pasado relativamente remoto que ha permitido, tanto
a la comunidad como a los investigadores,
involucrarse con parte de la historia del Noroeste Argentino. En este contexto las diversas materialidades de la evidencia arqueolgica del sitio han recibido una atencin
diferenciada. En el caso de los caminos, los

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

primeros estudios se concentraban principalmente en aspectos generales de la formalidad de la va y en las posibles conexiones
que podra tener este centro administrativo
y ceremonial con otros asentamientos de los
valles de Hualfn, Abaucn y Yocavil, interfluvio de Zapata y el Campo de Beln-Andalgal o Bolsn de Pipanaco. Es decir, que
si bien la bsqueda de los caminos imperiales condujo al hallazgo de nuevos sitios, los
anlisis no se concentraron directamente
sobre la materialidad intrnseca de la traza
sino ms bien sobre determinados componentes del sitio como las kallanka, el ushnu,
algunos conjuntos residenciales (entre ellos
el sinchihuasi), conjuntos de molienda y algunas qolqas. Esto puede deberse tanto al
marco terico-metodolgico utilizado como
a los intereses particulares de cada investigador.
Los primeros trabajos de campo en El
Shincal de Quimivil, iniciados por uno de
nosotros (Reinaldo A. Moralejo) en el ao
2000, ya despertaron el inters por las vas
imperiales y qu cosas nos podan contar
acerca de las prcticas sociales llevadas a
cabo en el sitio y la regin. Prcticas que
nos permitiran reflexionar acerca las imposiciones culturales del Tawantinsuyu como
tambin de las relaciones sincrticas que se
generaron con las poblaciones locales del
Valle de Hualfn y rea circunvecina.
Los lineamientos tericos y metodolgicos de nuestra investigacin permiten ver el
espacio geogrfico no solo en su dimensin
fsica, sino tambin como producto de una
construccin social. Es decir, producto de
una relacin dialctica entre el hombre y la
naturaleza que se va modelando continuamente. Este abordaje nos remite a una metodologa de carcter sistemtico que contempla un estudio micro y macromorfolgico de
las vas y sitios asociados. A travs del anlisis micromorfolgico se pudo comprender
las caractersticas formales presentes a lo
largo de la traza; mientras que el anlisis

macromorfolgico, u holstico, permiti


reconstruir el contexto original, buscando
relaciones espaciales significativas dentro
del conjunto estudiado. De esta manera se
pudo dar cuenta de la propia lgica interna
y de su contexto significativo, como tambin
generar un modelo de organizacin respecto de las prcticas y relaciones sociales que
dieron origen al paisaje (Moralejo, 2011).
Sabemos que la vialidad incaica es una
gran obra de ingeniera e ingenio, que denota un profundo conocimiento de la geografa y un gran sentido de la organizacin
y geopoltica (Vitry y Arzeln, 2001). Se
apoy en la existencia de caminos e infraestructura construida por culturas andinas
precedentes. Este complejo sistema de caminos y asentamientos aseguraban la movilidad externa e interna atendiendo diversos
centros de produccin y de poder. No eran
simples estructuras fsicas que solo posibilitaban el movimiento a travs del territorio o el desempeo de funciones militares
o econmicas; tambin tuvieron un papel
fundamental en las prcticas de redistribucin, reciprocidad y hospitalidad ceremonial7. Los caminos constituan entonces
poderosos instrumentos simblicos para la
conquista y la dominacin (Witcher, 1997).
Al respecto, Hyslop (1992: 31) manifestaba
que para los pueblos conquistados a lo largo
de todo el Imperio, los caminos constituan un
smbolo omnipresente del poder y autoridad del
Estado.
Los estudios en El Shincal de Quimivil
han revelado la diversidad y complejidad
material presente a lo largo de su camino
principal. Se trata de una heterogeneidad
sincrnica y diacrnica indicadoras, especialmente esta ltima, del grado de evolucin del camino. De acuerdo a las investigaciones previas se ha propuesto que los Inkas
identificaban este paraje como un lugar de
reunin o tinkuy por hallarse entre dos ros
(Raffino, 1995-1996, 2004; Farrington, 1999),
por lo que la vialidad presente en diferen-

Estas prcticas fueron sealadas por Murra (1978) como componentes claves del Estado incaico.

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

121

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

tes direcciones, las ms de cincuenta qolqas,


las estructuras de molienda, la fertilidad
del valle, los acueductos, la aukaipata, las
kallanka, los cerros aterrazados y las kancha,
entre otros componentes del paisaje sagrado de los Inkas, son indicadores de un trnsito dinmico vinculado con el rol poltico,
administrativo y ceremonial de El Shincal
de Quimivil. Esta representacin social heterognea presente en el espacio-paisaje del
sitio nos remite directamente a la premisa
de Morris acerca de la gran capacidad que
tenan los Inkas para aceptar, usar y patrocinar la variabilidad en aspectos de poltica y economa (Bruce Mannheim (1999), en
Santillana 2005: 7), una caracterstica que se
puede observar en todo el Tawantinsuyu.
Sin lugar a dudas nuestras investigaciones
en el rea han estado sujetas a la complejidad de la red vial reutilizada, modificada y
construida por los Inkas; comprendiendo de
este modo la importancia que tuvo como un
conjunto de significaciones y resignificaciones del paisaje. Asimismo, logramos percibir
la relevancia que tienen estos caminos en la
actualidad, ya que an con otros sentidos,
otras intenciones y hasta con otras formas de
mantenimiento y conservacin, constituyen
una nueva resignificacin del paisaje. Es por
esto que creemos importante continuar con
las investigaciones en el rea, ya que siempre quedarn paisajes por descubrir y significados por comprender.

Agradecimientos
Estos trabajos de investigacin han podido realizarse gracias al financiamiento del
Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas, Agencia Nacional de Promocin Cientfica y la Facultad de Ciencias
Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata. Agradecemos a toda la
comunidad de Londres y Beln por su constante colaboracin en estos aos de trabajo
de investigacin y extensin universitaria.
Especialmente a nuestro equipo de trabajo

122

Rodolfo A. Raffino, Diego Gobbo, Anah Iacona, Guillermina Couso, Aylen Capparelli,
Daro Iturriza, Paula Espsito, Anala Quaranta, Julia Gianelli, Julieta Pellizari, Romina Giambelluca y Agustina Ochoa por todo
el apoyo brindado durante nuestras tareas
de campo y gabinete. Asimismo queremos
mencionar a la Direccin Provincial de Antropologa de Catamarca, Manuel Morales,
Rosa Nieves Ramos, Claudia Yapura Liz,
Julio A. Quiroga del Pino, Joaqun Quiroga
del Pino, Ana Igareta, Mara Eugenia Turus,
Ian Farrington, Christian Vitry, Axel Nielsen, Fernando Viviani, Miguel Martnez,
Ana Fernndez, Cesar L. A. Carrizo, Ramn
Bazn, Luisa Brizuela, Hernn Alancay,
Walter Falcone, Maria del Carmen Sueldo,
Eli Marcial, Anabel Cativa, Tiki Carrizo y
Chichi Carrizo, por su constante apoyo incondicional tanto desde lo humano como
desde lo acadmico.

Bibliografa
Bellelli, C. 2001. Arqueologa: como el presente
que devela el pasado. En La trama cultural.
Textos de arqueologa y antropologa, compilado por C. Bellelli y M. Garreta, pp. 61-74.
Editorial Caligraf, Buenos Aires.
Boman, E. 1908. Antiquits de la Regin Andine de
la Rpublique Argentine et du Dsert dAtacama.
Imprimerie Nacionale, Pars.
Campana, C. 2012. Arquitectura y Ceremonia en
Chan Chan. Fondo Editorial de la Universidad Privada Antenor Orrego, Trujillo, La
Libertad.
Capparelli, A. 1997. Reconstruccin ambiental de
la instalacin arqueolgica inka El Shincal.
Tesis Doctoral Indita N 694, Facultad de
Ciencias Naturales y Museo, Universidad
Nacional de La Plata, La Plata.
Canals Frau, S. 1956. El pueblo de Capayn y
los indios capayanes. RUNA, VII (parte primera): 29-36.
Couso, M.G., R.A. Moralejo, M.A. Giovannetti,
L.M. del Papa, M.C. Pez, J. Gianelli, L.R.
Giambelluca, M. Arnosio y R.A. Raffino
2011. Anlisis de la variabilidad material del
Recinto 1-Kancha II: aportes para una com-

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

prensin de la poltica incaica en El Shincal


de Quimivil. Arqueologa, 17: 35-55.
Farrington, I.S. 1999. El Shincal: un Cusco del
Kollasuyu. Actas del XII Congreso Nacional
de Arqueologa Argentina, editado por C. Diez
Marn, Tomo I: 53-62. La Plata.
2013. Cusco. Urbanism and Archaeology in the
Inka World. University Press, Florida.
Gentile Lafaille, M.E. 1983-1985. El camino de
Matienzo por la Puna de Jujuy. Una hiptesis de trabajo. Anales de Arqueologa y Etnologa 38/40 (primera parte): 159-181.
Giovannetti, M., J. Spina, G. Cochero, G. Corrado, L. Aljanati y M. Valderrama. 2012. Nuevos estudios en el sector Casa del Kuraka
del sitio El Shincal de Quimivil (Dpto. Beln,
Prov. Catamarca, Argentina). Inka Llaqta. Revista de Investigaciones Arqueolgicas y Etnohistricas Inka, 3 (3): 161-190.
Giovannetti, M.A. 2013. El Shincal de Quimivil,
la capital ceremonial inka del noroeste argentino.
Editorial Quire-Quire, La Plata.
Gonzlez, A.R. 1966. Las ruinas del Shincal. Actas del 1 Congreso de Historia de Catamarca,
III: 15-28. San Fernando del Valle de Catamarca.
1980. Patrones de asentamiento incaico en
una provincia marginal del imperio; implicancias socio-culturales. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropologa, XIV, 1 (NS):
63-82.
1982. Las provincias Inca del Antiguo
Tucumn. Revista del Museo Nacional, XLVI:
317-380.
Hyslop, J. 1984. The Inka Road System. Institute
of Andean Research New York. Academic
Press, New York.
1992. Qhapaqan. El Sistema Vial Inkaico. Traducido por E. Arias, editado por E. Mujica.
Instituto Andino de Estudios Arqueolgicos. Petrleos del Per, Lima.
Levillier, R. 1946. El Imperio Incaico. Descripcin
de sus divisiones, montaas y caminos. Nmina de tribus. Editorial Espasa Calpe, Buenos
Aires.
1964. Los incas y el quechua en el noroeste
argentino. En Homenaje Fernando MrquezMiranda arquelogo e historiador, pp. 242-283.
Publicaciones del Seminario de Estudios
Americanistas y el Seminario de Antropologa Americana. Universidades de Madrid y
Sevilla, Madrid.

Lorandi, A.M. 1980. La frontera oriental del


Tawantinsuyu: el Umasuyu y el Tucumn,
una hiptesis de trabajo. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropologa, XIV (1): 147164.
Matienzo, J. de 1987 [1566]. Carta a S. M. del Licenciado Matienzo, Oidor de Charcas, describiendo una parte de la tierra del Distrito
de la Audiencia. En Conquistadores de Indias
1. Crnicas del Tucumn, Siglo XVI, editado
por E. E. Berberian, pp. 203-213. Comechingonia, Crdoba.
Moralejo, R.A. 2011. Los Inkas al sur del Valle de
Hualfn: organizacin del espacio desde una perspectiva paisajstica. Tesis Doctoral N 1150,
Facultad de Ciencias Naturales y Museo,
Universidad Nacional de La Plata, La Plata.
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/5242
(07 octubre 2014)
2013. La Piedra Hincada de El Shincal de
Quimivil. Comechingonia, 17 (2): 295-301.
Moralejo, R.A. y M.G. Couso. 2012. La organizacin regional incaica en el Valle de Hualfn (provincia de Catamarca, Argentina): El
Shincal de Quimivil y la red vial vinculante.
En Ciudades y Territorio en Amrica del Sur, siglos XV y XVI, compilado por J. F. Bujn, pp.
77-112. Editorial Nobuko, Buenos Aires.
Moralejo, R.A., L.R. Giambelluca, J. Gianelli,
M.A. Ochoa, M. Aventn Moretti y G.A.
Quaranta. 2013. Las Kanchas incaicas de El
Shincal de Quimivil. Trabajo presentado en
el XVIII Congreso Nacional de Arqueologa
Argentina, libro de resmenes pp. 398, Simposio: Tawantinsuyu 2013 (22 al 26 de abril
de 2013). Universidad Nacional de La Rioja,
INCIHUSA-CONICET, La Rioja.
Moralejo, R.A. y D. Gobbo. 2014. Inkas, caminos
y paisajes en El Shincal de Quimivil (Noroeste argentino). Conferencia presentada
en Nuevas tendencias en el estudio de los caminos, Mesa 2: Paisaje y movimiento como expresin de la interaccin entre el paisaje y el
hombre (26 y 27 de junio de 2014). Proyecto
Qhapaq an Sede Nacional, Ministerio de
Cultura, Lima.
2015. Anlisis de visibilidad en el sitio incaico El Shincal de Quimivil. Actas del XIX
Congreso Nacional de Arqueologa Chilena,
Universidad de Tarapac, Sociedad Chilena de Arqueologa. Arica, Chile. En Prensa.

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

123

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Murra, J. 1978. La organizacin econmica del Estado Inca. Editorial Siglo XXI, Mxico.
Proyecto Qhapaq an. Qhapaq an - El Gran
Camino Inca. Conociendo el legado Infografa multimedia. Ministerio de Cultura
de Per, Lima. 2011. http://www.qhapaqnan.gob.pe/wordpress/?page_id=335 (10
noviembre 2014)
Piqueras, A. 2002. La Identidad. En Introduccin a la antropologa para la intervencin social, coordinado por I. de la Cruz, pp. 48-83.
Editorial Tirant Lo Blanch, Valencia.
Raffino, R.A. 1983. Los Inkas del Kollasuyu. Segunda Edicin. Ramos Americana Editora,
La Plata.
1990. Poblaciones indgenas en Argentina. Urbanismo y proceso social precolombino. Segunda Edicin, Corregida y Aumentada. Tipogrfica Editora Argentina, Buenos Aires.
1995. Inka Road research and Almagros
Route between Argentina and Chile. Tawantinsuyu, I: 36-45.
1995-1996. El Shincal de Quimivil. Boletn
de la Junta de Estudios Histricos de Catamarca, XII: 203-228.
1999. El camino del Inka en el Noroeste
Argentino. Texto del Informe elaborado por el
Acadmico de Nmero Doctor Rodolfo A. Raffino, aprobado en la sesin del 8 de junio de 1999.
Academia Nacional de la Historia, Buenos
Aires.
2007. Poblaciones indgenas en Argentina. Urbanismo y proceso social precolombino. Editorial Emec, Buenos Aires.
Raffino, R.A. (editor). 2004. El Shincal de Quimivl. Editorial Sarqus, San Fernando del
Valle de Catamarca, Argentina.
Raffino, R.A., R.J. Alvis, L.N. Baldini, D.E.
Olivera y M.G. Ravia. 1982. Hualfn - El
Shincal - Watungasta. Tres casos de urbanizacin Inka en el N.O. argentino. Actas
del IX Congreso Nacional de Arqueologa, pp.
470-497. La Serena, Chile.
Raffino, R.A., R.D. Iturriza, A. Capparelli, D.
Gobbo, V.G. Montes, C. Dez Marn y A.
Icona. 2001. El Capacam Inka en el rin
valliserrano del Noroeste Argentino. En
Historia Argentina Prehispnica, editado por
E. E. Berberin y A. E. Nielsen, Tomo II, pp.
493-521. Editorial Brujas, Crdoba.
Raffino, R.A., R.A. Moralejo y D. Gobbo. 2008.
El dominio Inka en la Sierra de Zapata

124

(NOA). Investigaciones y Ensayos, 56 (20062007): 309-332.


Raffino, R.A., R.A. Moralejo y D. Gobbo. 2012.
Vialidad incaica en la provincia de Catamarca (Noroeste Argentino). Inka Llaqta.
Revista de Investigaciones Arqueolgicas y Etnohistricas Inka, 3 (3): 133-159.
Ratto, N. 2013. Actualizacin del Estudio de Impacto Arqueolgico de la presa Embalse El
Shincal (Dpto. Beln, Catamarca, Argentina).
Presentado al Ministerio de Obras Pblicas
de la Provincia de Catamarca y Direccin
Provincial de Antropologa de Catamarca.
Copias disponibles en Direccin Provincial
de Antropologa, San Fernando del Valle
de Catamarca.
Rostworowsky de Diez Canseco, M. 1988. Historia del Tahuantinsuyu. Instituto de Estudios Peruanos, Lima.
Santillana, J.I. 2005. In Memorian: Craig Morris
(1939-2006). Boletn de Arqueologa PUCP, 9:
5-14.
Strube Erdmann, L. 1943. Los pucaras del N.
O. Argentino son de filiacin incaica. Actas
del Congreso de Historia Argentina del Norte
y Centro, I: 270-296. Academia Nacional de
la Historia, Crdoba.
1958. La ruta de Don Diego de Almagro en
su viaje de exploracin a Chile. Revista de
la Universidad Nacional de Crdoba, 1 (NE):
269-293.
1963. Vialidad Imperial de los Incas. Serie
Histrica, XXXIII: 1-113. Facultad de Filosofa y Humanidades, Universidad Nacional
de Crdoba, Argentina.
1966. Londres de Quinmivil. Apuntes y
glosas. Actas del 1 Congreso de Historia de
Catamarca, III: 51-57. San Fernando del Valle de Catamarca.
Trombold, C.D. 1991. An introduction to the
study of ancient New World road networks. En Ancient road networks and settlement
hierarchies in the New World, editado por C.
D. Trombold, pp. 1-10. Cambridge University Press.
Uhle, M. 1909. La esfera de influencias del pas
de los Incas. Revista Histrica, IV: 5-40.
Vera, J.P. 1950. Catamarca y las ciudades de Londres. Publicaciones de la Sociedad Argentina de Americanistas, Tomo I, N 1. Imprenta y Casa Editora Coni, Buenos Aires.
Vitry, C. 2000. Aportes para el estudio de caminos

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

incaicos. Tramos Morohuasi - Incahuasi. Salta,


Argentina. Editora Gofica, Salta.
2002. Apachetas y Mojones, marcadores
espaciales del paisaje prehispnico. Revista
Escuela de Historia, 1 (1,1): 179-191. Facultad
de Humanidades, Universidad Nacional
de Salta. http://www.christianvitry.com/
pdf/ApachetasyMojones.pdf (2 abril 2015).
2004. Propuesta metodolgica para el registro de caminos con componentes Inkas.
Revista Andes, 15: 213-250. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12701507 (07 octubre 2014).
Vitry, C. y G. Arzeln. 2001. Camino del Inka
en Salta. Diseo y Gestin de un Circuito
Turstico Cultural. http://www.christianvitry.com/pdf/CaminodelInkaenSalta.pdf
(11 septiembre 2001).

Williams, V. 2003. Nuevos datos sobre la prehistoria local en la quebrada de Tolombn,


Pcia. de Salta, Argentina. Anales Nueva poca, 6: 163-210.
Witcher, R. 1997. Roman roads: Phenomenological perspectives on roads in the landscape. Proceedings of the Seventh Annual
Theoretical Roman Archaeology Conference,
editado por C. Forcey, J. Hawthorne y R.
Witcher, pp. 60-70. Oxbow, Oxford.
Wolters, F. 1927-1928. Diarios y libretas de campo de la 10 Expedicin Arqueolgica Benjamn
Muniz Barreto. Ms. en archivo, Divisin de
Arqueologa, Museo de La Plata, La Plata.
Zuluaga, R.M. 1946. Londres, una ciudad colonial en el Noroeste Argentino. En Anales
del Instituto de Etnologa Americana, VII: 161193.

LOS ESTUDIOS DE VIALIDAD EN EL SHINCAL DE QUIMIVIL

125

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL.


NUEVOS DESAFOS EN LA PATRIMONIALIZACIN
DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Carlos Fernndez Balboa1, Gisela Anala Quaranta2 y Paula Espsito3


1
Escuela Nacional de Museologa; [email protected]; 2Divisin Arqueologa, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP;
[email protected]; 3Direccin de Antropologa de la Provincia de Catamarca; Divisin Arqueologa, Facultad de
Ciencias Naturales y Museo, UNLP; [email protected]

Resumen : El desarrollo de los procesos para la puesta en valor en El Shincal de Quimivil ha permitido la
confluencia de los aspectos fsicos, culturales y naturales en un estudio y trabajo profesional para preservarlo y acercarlo operativa y conceptualmente a la comunidad. Un anlisis de las ventajas y desventajas
de la restauracin arqueolgica (anastilosis) como metodologa de trabajo ms all de sus valores cientficos ha sido un desafo. Como as tambin incorporar el concepto de accesibilidad (tanto fsica, como
cognitiva o emocional) en cada paso y analizar crticamente los mecanismos de generacin de Sitios de
Patrimonio de la Humanidad, declarados por la UNESCO. Es necesario plantear una estrategia de visin
del sitio como Paisaje Cultural, considerando sus valores como sitio de alta significacin arqueolgica en
Argentina, sumando conceptos integradores de los aspectos socio-cultural y natural que lo rodean.
Palabras claves: Patrimonializacin; Sitios Arqueolgicos; Anastilosis; Accesibilidad fsica, cognitiva,
emotiva; Paisaje Cultural.

FROM ANASTYLOSIS TO CULTURAL LANDSCAPE.


NEW CHALLENGES TURNING EL SHINCAL DE QUIMIVIL INTO CULTURAL HERITAGE
Abstract: The different processes carried out towards the enhancement of El Shincal de Quimivil, with
professionals working and researching to preserve and accurately present its heritage to the non-academic community, have brought together physical, cultural and natural aspects that should be taken into
account. To analyze the advantages and disadvantages of archeological restoration (anastylosis) as a working methodology, beyond its scientific values, has been challenging. The same may be said for the incorporation of the idea of physical, cognitive and emotional accessibility and also when critically analyzing
the mechanisms behind the declaration of UNESCO Heritage Sites. It is necessary to present a strategy
to turn this site into a true Cultural Landscape, preserving the great archeological significance it has in
Argentina, thus adding integrative concepts to the social, cultural and natural aspects surrounding it.
Keywords: Cultural Heritage; Archaeological Sites; Anastylosis; Physical, cognitive, emotional accessibility; Cultural Landscape

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN LA


PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

127

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Introduccin
La patrimonializacin, consiste en lograr
que un bien, cultural o natural, sea declarado y sentido por la comunidad con la
categora de patrimonio. Actualmente en la
sociedad occidental se denomina patrimonio cultural al conjunto de bienes tangibles e intangibles, testigos o testimonios vinculados a hechos,
episodios, personajes, formas de vida, religin,
trabajo, usos y costumbres que ilustran el pasado y que de una u otra forma aclaran o gratifican
la identidad de una nacin (Bustos y Roura
2000, en Xicarts 2005: 54).
Los parmetros que definen lo que actualmente entendemos por Patrimonio no es solamente su carcter de construccin social.
El factor determinante es su carcter simblico, su capacidad para representar simblicamente una identidad. Esto es lo que explica el cmo y el por qu se movilizan recursos
para conservarlo y exponerlo (Prats, 1997).
Pero este Patrimonio Cultural no significa
lo mismo ni tiene los mismos valores para
todos los actores de una sociedad, lo que
muchas veces dificulta su gestin y conservacin (Gurieb y Frre, 2012).
El patrimonio arqueolgico, como parte del
patrimonio cultural, puede ser entendido en forma amplia como aquel constituido por todos los
restos materiales de culturas del pasado (Norrild 2002, en Xicarts 2005: 54). Este patri-

monio se encuentra protegido por leyes nacionales como la Ley N 25743/03 de Proteccin del Patrimonio Arqueolgico y Paleontolgico, que garantizan su conservacin
a largo plazo. En Argentina, Forman parte
del Patrimonio Arqueolgico las cosas muebles
e inmuebles o vestigios de cualquier naturaleza
que se encuentren en la superficie, subsuelo o sumergidos en aguas jurisdiccionales, que puedan
proporcionar informacin sobre los grupos socioculturales que habitaron el pas desde pocas
precolombinas hasta pocas histricas recientes
(Ley de Proteccin del Patrimonio Arqueolgico y Paleontolgico, N 25743/03, Artculo 2).
La patrimonializacin siempre se encuentra basada en el significado e importancia
que posee como parte de la identidad y autenticidad que representa y simboliza para
un pueblo, por lo que, a travs de este proceso, se consigue proteger y conservar dicho
bien como herencia y legado para las futuras generaciones. Esto que parece un simple
enunciado implica un trabajo profundo de
aquellos interesados en la preservacin de
la cultura y de todos los que estn vinculados de alguna manera a estos bienes
sociales.
Las actividades vinculadas con el patrimonio no deben ser tarea exclusiva de arquelogos, muselogos, bilogos, arquitectos o historiadores, sino de quienes deseen
Figura 1. El trabajo
interdisciplinario e
interinstitucional es
fundamental para sentar
las bases del buen
manejo de los sitios de
patrimonio. El sentido
de pertenencia de la
comunidad tambin
se genera a partir de
que la misma vea que
las autoridades del
sitio tienen en claro los
objetivos y alcances del
mismo.

128

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN


LA PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 2. La planificacin de
los sitios de valor patrimonial
no debe contemplar solo
aspectos tericos, sino
que debe ajustarse a las
necesidades particulares del
bien, desde el punto de vista
social, poltico y cultural
de la realidad que rodea e
influye sobre el sitio.

transitar un camino hasta adquirir sentido


de pertenencia sobre un bien, al momento de
tomar contacto con l. Para tal fin, se requieren una serie de procesos de comunicacin
y gestin que no todos los sitios cumplen o
consideran.
En el caso de El Shincal de Quimivil, su
historia de patrimonializacin ha estado marcada por muchos esfuerzos, individuales e
institucionales. Sobre todo estos esfuerzos
han tenido mayor nfasis en el mundo acadmico, y tambin con pulsos, se ha insertado con visiones fuertes de la sociedad cercana al sitio a nivel regional y provincial. Pero
es a partir de una serie de acciones desarrolladas en el ao 2013-2014 donde comienza, de un modo ms sistemtico, un nuevo
intento de comunicacin que transciende el
mbito acadmico hacia una oferta pblica:
puesta en valor del sitio, establecimiento de
un plan de manejo, actualizacin de su museo, publicaciones divulgativas y exposiciones ex situ del sitio son algunos de las tareas
que buscan que el sitio tenga un alcance, al
menos nacional (Figuras 1 y 2).
La idea de patrimonio y la de bien cultural
sugieren que se est ante algo de valor. Valor en
el sentido de vala, es decir, de percepcin de cualidades estimables en una cosa (Ballart 1997,
en Xicarts 2005: 54). Inserto en una sociedad
diversa, este patrimonio adquiere distintos valo-

res segn los distintos sectores de la sociedad involucrados con el mismo. Si bien se necesitarn
ciertos niveles de consenso, la adjudicacin de
valores a un objeto patrimonial variar de acuerdo a contextos y circunstancias determinadas
(Xicarts, 2005: 54). En ese sentido se debe
buscar la mayor amplitud y presentar al elemento que se patrimonialice con una visin
integral a fin de que aquel que no valore al
sitio por sus instancias arqueolgicas, pueda hacerlo por las paisajsticas o naturales,
o bien por la historia regional a partir de
mitos y leyendas o tambin por la simple
experiencia de disfrute o esttica. Todas estas consideraciones tienen en cuenta al otro
y a la necesidad de comprender que en la
medida que no comunicamos el patrimonio
es imposible que se produzca el proceso de
patrimonializacin. Lo primero para poder
aprehender y aprender de ese patrimonio es
tener acceso a l.

La accesibilidad como
primera etapa de la
patrimonializacin
El concepto de accesibilidad, con frecuencia se lo reduce a facilitar la visita desde un
punto de vista fsico del sitio, considerando
personas con capacidades reducidas. Esta

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN LA


PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

129

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

simplificacin del trmino de accesibilidad


es universal y no se consideran los aspectos
intelectuales, cognitivos ni sensitivos del sitio. Podemos hablar de accesibilidad cuando no hay transporte pblico que acerque al
sitio? Cuando la cartelera se convierte en
ininteligible o no hay espacios de descanso
en la propuesta de visita?
Debemos proyectar por tanto la accesibilidad al Patrimonio pensando en todos y
cada uno de ellos, en sus necesidades y en
sus formas de vivir el monumento, generando las diferentes lecturas superpuestas
como nico modo de alcanzar la accesibilidad total e integral del mismo (Espinosa
Ruiz, 2002).
Conocer con detalle y anticipacin el patrimonio es el paso previo a la hora de abordar un plan, programa o proyecto de accesibilidad; se trata de conocer lo mejor posible
aquello sobre lo que se pretende actuar a fin
de procurar mejoras, que en este caso, va
ms all de la accesibilidad fsica, sensorial
o cognitiva para ahondar en la experiencia
de la percepcin y uso integral de ese elemento del Patrimonio.
Podemos acceder a El Shincal de Quimivil a pesar de que gran parte de los argentinos desconoce su ubicacin? Una encuesta
espontnea, realizada a mediados del 2013
en la Escuela Nacional de Museologa Histrica dependiente de la Comisin de Museos y Sitios Histricos, con sede en Buenos
Aires, revel que de un total de 150 alumnos de la carrera solamente el 5 % conoca y
poda ubicar el sitio. Lo llamativo de dichos
resultados radica en que se trata de un pblico especialmente interesado en el patrimonio.
La accesibilidad fsica es adecuada cercana a la localidad de Londres, pero en trminos de sensibilidad o conocimiento es muy
lejana y por otro lado los medios para acceder al sitio resultan todava difusos para la
sociedad (pginas web no muy claras, mensajes demasiado crpticos para un pblico
no especializado). Sin embargo, cuando se
accede al lugar y comienza la experiencia del

130

visitante se convierte en algo muy personal


y nico debido a las caractersticas actuales
del manejo del sitio.
Trabajar en la accesibilidad al Patrimonio
es especialmente delicado por cuanto nos
encontramos con dos planos que se superponen y que, adems, tienen una cierta carga subjetiva, la que se deriva de la percepcin del Patrimonio como experiencia personal; aqu nos encontramos con el plano
del entorno fsico propiamente dicho por
una parte; y con el plano del recorrido o recorridos ms idneos para la mejor percepcin del Patrimonio; objeto y percepcin,
experiencia en el disfrute de ese entorno, de
ese lugar, de esa atmsfera, de esos siglos
que reposan en la piedra y en el aire, en la
huella dejada por el paso del tiempo, miradores, puntos de observacin, tratando de
utilizar todos los sentidos.
Todos los pasos que se hagan en materia
de accesibilidad deben seguir dos puntos:
1) no resultar intrusivos, es decir, no generar incoherencia en el conjunto patrimonial
que se presenta; 2) dar respuesta a las necesidades de cualquier visitante o usuario,
es decir, ser eficaces en todo lo que atae a
la accesibilidad de la comunidad a su patrimonio.
El patrimonio arqueolgico y, en menor
medida, el etnolgico, se encuentran fuera
de poca y de lugar, es decir, descontextualizados y requieren un fuerte tratamiento
museogrfico para que el pblico general
los entienda, pero no slo en lo que respecta a grandes planteos o a criterios generales, sino tambin en los pequeos pero
mltiples detalles que pueden formar una
barrera insalvable entre el visitante y el contenido del museo o lugar que se visita, que
conservan un fuerte aspecto y tratamiento
acadmicos, en detrimento de los criterios
didcticos, que sin merma del rigor cientfico son los que deberan de primar.
En relacin estrecha con la accesibilidad
intelectual tenemos la interpretacin (entendida como la disciplina de comunicacin
y manejo del patrimonio) materializada en

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN


LA PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

los centros de visitantes, museos, senderos


o espacios diseados pensados en la comunicacin, donde el qu comunicamos es tan
importante como el cmo lo hacemos. Pero
no slo en ellos: la interpretacin debe impregnarlo todo. Se trata de traducir la informacin de forma comprensible a travs
de mltiples recursos, tendientes a la comprensin del contexto, tanto cultural como
natural, de los objetos y de los yacimientos.
Estos espacios sirven a la vez de filtro para
el acceso al patrimonio de distintos tipos de
pblico que pretenden explicar: una oferta
variada y de dificultad o incluso restriccin
progresiva que favorece la sostenibilidad de
los recursos ms frgiles y la diversificacin
de las posibles rutas, lo que resulta del mayor inters, incluso para el desarrollo econmico de distintas zonas o regiones.
La comunidad cercana es sumamente
importante para fortalecer la identidad local y el sentido de pertenencia. Para ello es
imprescindible crear un programa de capacitacin dirigido a todos los niveles de la
comunidad. Y la comunidad son todos. Con
ello, se propicia la participacin de todos,
pues no solo basta con querer participar,
sino adems es necesario saber participar y
poder participar. Esto ltimo, siempre que
la autoridad local permita y favorezca los
espacios de participacin.

Reconstruir para
entender?
Los primeros intentos de comunicar la
arqueologa y el pasado en general, de una
forma ms comprensiva, se hicieron a travs de intervenciones museolgicas muy
antiguas en los siglos XVI-XVII. Se daba en
el marco de la cultura del bajo Renacimiento y el Barroco, y tambin nos remitimos al
siglo XIX, en el marco de las reconstrucciones llevadas a cabo en Pompeya, Herculano,
Ostia o Cnosos. Todos estos ejemplos son
manifestaciones ms o menos exitosas de
querer mostrar a los visitantes cmo poda

haber sido el pasado. En algunos casos, los


autores de estas intervenciones han conseguido hacer tan creble la intervencin, que
el visitante no se planteaba si lo que estaba
viendo era una imagen verdadera, dudosa
o simplemente una invencin. Este es el
caso de Pompeya y Herculano. En estos dos
ejemplos las ruinas fueron objeto de grandes trabajos, no solo de consolidacin y restauracin, sino tambin de reconstruccin.
Reintegracin o Anastilosis Es la recomposicin de los elementos originales pero dislocados o cados. Este mtodo conocido como Anastilosis es el medio principal para volver a colocar
elementos dislocados, siempre y cuando se tenga
base evidente, jams por conjetura, hiptesis o
analoga (Larios Villalta, 2009: 34 nfasis en
el original).
En la Carta de Venecia de 1964 la definen
como la recomposicin de las partes existentes pero desmembradas. Los elementos de
integracin sern siempre reconocibles y constituirn el mnimo necesario para asegurar las
condiciones de conservacin del monumento y
restablecer la continuidad de sus formas (Carta
de Venecia, artculo 15).
La preocupacin histrica por la forma
de intervenir sobre el patrimonio histrico
data de mediados del siglo XIX, poca en la
que se comenz a tomar conciencia sobre
la conservacin de los monumentos como
bienes a proteger o de recuperar sus valores
perdidos.
Los factores principales de esta toma de
conciencia fueron, en primer lugar, la degradacin que haban sufrido los monumentos
por el paso del tiempo y, en segundo lugar,
como consecuencia de los desastres naturales y de las guerras que haban asolado buena parte de este patrimonio.
Hay dos importantes representantes relacionados con el comienzo de la restauracin,
ms que nada en relacin a lo arquitectnico. Por un lado Viollet-le-Duc (1814-1879),
quien fuera un notable arquitecto y figura
emblemtica de las primeras teoras sobre
la restauracin que influyeron notablemente en toda Europa.

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN LA


PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

131

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Viollet-le-Duc estableci lo que se dio en


llamar Restauracin Estilstica, o sea, restaurar en estilo: tratar de devolverle al edificio
su forma original, afirmando que a partir de
las partes que an existen es posible reconstruir el total, siguiendo la lgica del estilo
plasmado.
Por otro lado, John Ruskin (1819-1900),
contemporneo de Viollet-le-Duc, crtico ingls opuesto a las teoras de aqul. Representa la conciencia romntica, moralista y literaria, en contraposicin a la restauracin en
estilo, defendiendo la autenticidad histrica.
Para Ruskin, la vida de un edificio era
como la del ser humano: nace, vive y muere.
Restaurar un monumento es destruirlo, es
crear falsas copias e imitaciones, admitiendo
como nica operacin la conservacin para
evitar la ruina.
As tambin Camilo Boito (1836-1914) es
considerado como el padre de la restauracin cientfica o del restauro moderno. Inspirador, junto a Gustavo Giovannoni, de la
famosa Carta de Atenas, documento internacional que ha servido de punto de partida de
los nuevos conceptos sobre la restauracin.
As, la primera mitad del siglo XX ha venido presidida por dos corrientes ms o menos
contrapuestas que se han denominado conservadores y restauradores. Los primeros
en la lnea de Boito y sus seguidores, proponiendo el respeto al mensaje histrico, interviniendo en el monumento solamente para
su consolidacin y reparacin pero no para
rehacerlo; y los segundos en la lnea estilstica de Viollet-le-Duc, es decir, terminar la
obra inacabada y eliminar aportaciones de
estilos anteriores.
Entre las dcadas del 60 y 70 del siglo XX
se multiplicaron las intervenciones en yacimientos arqueolgicos que tenan como finalidad obtener una aproximacin lo ms real
posible a los monumentos antiguos. Se trataba de reconstruir, en el sentido de completar
la arquitectura de un edificio antiguo, de un monumento, de una poblacin, etctera, conjeturando las partes faltantes a partir de las ruinas o de
noticias prevenidas, as como describe el dic-

132

cionario de la Real Academia Espaola este


trmino. En Argentina esta tendencia mundial se vea avanzada en los casos del Pucara
de Tilcara (Jujuy) que, ya hacia el ao 1911,
Debenedetti tuvo la ocurrencia de restaurar
las ruinas. Con la aprobacin de Ambrosetti
(quien era Director del Museo Etnogrfico
de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires) se procedi a limpiar el terreno en una extensin de unos 2000
m2 y levantar las paredes hasta una altura de
poco ms de un metro. Debenedetti no estaba conforme con realizar solo esta limpieza y
en el ao 1929 (siendo director del Museo Etnogrfico, al suceder a Ambrosetti que haba
fallecido) realiz una nueva exploracin del
lugar junto a su discpulo Eduardo Casanova
con el propsito de llevar a cabo su objetivo,
pero al morir al ao siguiente, este proyecto
qued trunco. En 1948 Casanova, retom el
proyecto y complet la reconstruccin, con
ayuda de la Universidad de Buenos Aires.
Otro caso es el de las Ruinas de Quilmes
(Tucumn) que fueron descubiertas el siglo
pasado por el padre de la arqueologa argentina, Juan Bautista Ambrosetti y restauradas
en 1978 por un equipo encabezado por Norberto Pelissero, con criterios que los arquelogos consideran hoy ms turstico que antropolgicos. Es importante destacar que estos sitios en la actualidad se han convertido
(quizs sumando a Cueva de las Manos en
el caadn del Rio Pinturas, en Santa Cruz),
en lugares de peregrinacin arqueolgica para
turistas y aficionados al tema. De hecho son
atractivos tursticos nacionales de alta importancia y han permitido el acceso masivo
de un pblico, que no podemos aventurar si
existira si no hubiera sido por este tipo de
intervencin.
Por otro lado, muchos tericos de la arquitectura y tambin de la arqueologa consideraron que lo que se deba hacer no era
reconstruir, sino restituir, en el sentido de
volver a poner una cosa en el estado o forma
que tena antes.
Encontramos muchas voces crticas en relacin a las reconstrucciones, ya que se duda

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN


LA PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

de la capacidad de los intervinientes y se


hace un anlisis dudando de la autenticidad
de dichos mtodos e incluso inculpando a
esta metodologa de la alteracin profunda de los sitios, al punto de restarles valor
cientfico. Algunos crticos muchas veces
preferiran dejar el sitio en su estado natural,
sin mediar ninguna intervencin e incluso
evitando la visitacin y olvidando a veces
de una relacin manifiesta de que el conocimiento cientfico estuviera al servicio de la
sociedad que, en definitiva, paga el gasto de
la cultura y necesita y tiene derecho a tener
acceso a ella.
En la medida en que la mayora de las personas tienen dificultades en la conceptualizacin del espacio fsico, la visita de un yacimiento arqueolgico reconstruido debera
solucionarse con una mayor comprensin
de estos. Intentar medir realmente el grado
de satisfaccin del pblico y la comprensin
de los conceptos en funcin de si la visita se
hace en un yacimiento reconstruido o no, es
muy difcil.
El primer problema que hay en este tipo
de trabajos es la carencia de modelos tericos aplicados a los centros patrimoniales. No
se han hecho estudios que intenten medir
la satisfaccin y el aprendizaje (estos estudios no son comunes ni siquiera en grandes
espacios como los museos nacionales). La
mayora de los estudios que se realizan podramos englobarlos dentro de lo que se denomina marketing comercial que a menudo lo
que intentan es medir el aumento y descenso
de las visitas, la tipologa y parmetros muy
elementales de calcular cmo, por ejemplo,
carencia en los servicios. Penetrar en el campo de la satisfaccin o del aprendizaje es otra
cosa muy diferente, puesto que los dos trminos son muy subjetivos y esconden muchos conceptos.
En Argentina los yacimientos no reconstruidos no son visitados por un pblico comn por lo tanto esto es muy difcil de medir.
La dificultad para afrontar esta problemtica
es obvia, puesto que en el caso del aprendizaje hemos de investigar los visitantes antes

de que entren a un yacimiento y despus de


que salgan, ya que esta es la nica manera
de evaluar si se ha adquirido conocimiento,
mecnica que deberamos hacer tanto en los
yacimientos reconstruidos como en los no
reconstruidos (Xicarts, 2005).
El resultado de las investigaciones realizadas en Europa y Estados Unidos muestra
bien claramente, y sin casi discusin posible,
que los yacimientos reconstruidos conllevan
siempre un aprendizaje real. En este sentido,
las diferencias entre las encuestas del antes
y el despus de la visita son muy significativas. Contrariamente, la visita a los yacimientos consolidados, no muestran la existencia
de aprendizaje sino que incluso ponen de
manifiesto la posibilidad de que la visita
introduzca confusin, es decir, que se desaprenda. Esta constatacin es sorprendente
y va mucho ms all de la hiptesis prevista
inicialmente (Masriera Esquerra, 2009).
Para mucha gente la visita a un yacimiento arqueolgico va asociada al concepto de
ruina, con toda su carga romntica y de enigma. En este sentido, la visita a un yacimiento
puede tener connotaciones no diferentes de
la visita a una iglesia, a un museo o un lugar
sagrado; se trata de una veneracin al objeto, santificado por el tiempo y por la tradicin acadmica. Por otra parte, el yacimiento
arqueolgico romntico confiere a sus visitantes elementos de prestigio social que desmerecen cuando se trata de un monumento
reconstruido o extremadamente escenificado. Puede que simplemente la visita tenga
como objetivo certificar su pertenencia a una
elite cultural, a una cofrada donde entra poca
gente; es el sello de aquello que es exclusivo. Es bien cierto, que esta ptina cultural
que confiere el yacimiento consolidado (o
el museo tradicional), no siempre la ofrece
el reconstruido, por cuando la reconstruccin tiene poco valor a ojos de este grupo.
Pero, continuando con la comparacin con
los espacios de los museos, cun diferente
es cuando se brinda contexto a los objetos,
cuando se musealiza e interviene, con correccin y respeto, para hacer accesible la

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN LA


PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

133

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 3. El desarrollo turstico de un espacio como El


Shincal de Quimivil no debe contemplar las necesidades
de la realidad turstica (generalmente ms vinculada con el
objetivo de lucro inmediato) sino que debe estar planificado
en funcin de las posibilidades y conservacin del sitio.

informacin a un pblico que merece romper la barrera de lo establecido slo para los
entendidos.
No podemos afirmar a ciencia cierta que
la anastilosis u otros medios de restauracin
sean beneficiosos para la investigacin cientfica, pero de lo que estamos seguros es que
aplicando la Carta de Venecia pilar terico
de los documentos de conservacin y restauracin del patrimonio en el mundo con
honestidad intelectual y profesionalismo,
el patrimonio nacional en muchos aspectos
podr verse beneficiado:
La restauracin es una operacin que debe tener un carcter excepcional. Tiene como fin conservar y revelar los valores estticos e histricos
del monumento y se fundamenta en el respeto a
la esencia antigua y a los documentos autnticos.
Su lmite est all donde comienza la hiptesis:
en el plano de las reconstituciones basadas en
conjeturas, todo trabajo de complemento reconocido como indispensable por razones estticas o
tcnicas aflora de la composicin arquitectnica
y llevar la marca de nuestro tiempo. La restauracin estar siempre precedida y acompaada
de un estudio arqueolgico e histrico del monumento (Carta de Venecia, articulo N 9).
Este fue el caso de El Shincal de Quimivil
(Figuras 3 y 4).

Figura 4. La reconstruccin
de los sitios arqueolgicos
actualmente, y seguramente
con razn, fuertemente
cuestionada por el mundo
acadmico es, por otro lado,
una posibilidad de comunicar
o de visualizar los yacimientos
para los absolutamente
profanos a estos temas. Como
siempre, en el justo medio
de las cosas se encontrara la
razn y no es necesario abusar
de esta tcnica en los sitios
que verdaderamente no lo
requieran.

134

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN


LA PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Cmo es El Shincal?

Breve descripcin del sitio

El Shincal de Quimivil se posa sobre un


escenario paisajstico muy particular, el ambiente que lo circunda junto con las ruinas,
las sensaciones, los olores, la perspectiva,
le dan sin duda un valor agregado. Todos
los sentidos puestos en este espacio generan
escalofros para quienes pueden interpretarlo y entenderlo. Se conjuga en l no solo
lo estrictamente arqueolgico, sino tambin
el paisaje, su fauna, sus flores. Es un todo integrado que lo hace excepcional. Naturaleza
y Cultura, complementarios e indisociables
(Figuras 5 y 6).
Este sitio fue pensado, planeado y construido siguiendo una poltica fundacional
instaurada por Topa Inka Yupanki a partir
de 1471. El trazado urbano es ortogonal o
en damero, en torno a un foco de planeamiento que usualmente es la aukaipata o el
ushnu y fue levantado en un paraje provisto
de condiciones ecolgicas ptimas dentro
de la regin. Un bosque ubicado entre dos
ros; en lo que los Inkas identificaban como
lugar de reunin (tinkuy): la unin de dos
ros, el Quimivl y el Hondo. Al pie de monte de la serrana homnima, a escasos 5 km

del actual pueblo de Londres y de la Ruta


Nacional 40 (Raffino, 2004).
Fue mencionado por primera vez por
Hilarin Furque a comienzos del siglo XX
(para ms detalles acerca de la historia de
su descubrimiento ver Gobbo et al. en esta
obra).
Desde la dcada del 90 las investigaciones arqueolgicas han ido lentamente recuperando vestigios de antiguos edificios que
integraron el casco urbano del sitio. Hoy
cuenta con ms de cien construcciones de
piedra y mampostera diseminados en una
superficie que supera las 30 ha. Entre sus estructuras se observa una plaza o aukaipata,
en cuyo interior se encuentra el ushnu o plataforma ceremonial. Hacia cada lado de la
plaza, oriental y occidental, se encuentra un
cerro aterrazado donde se realizaban practicas ceremoniales. Alrededor de la plaza
se ubica un barrio administrativo con cinco grandes edificios o galpones (kallanka).
Tambin posee acueductos de piedra, ms
de veinte qolqas o depsitos de almacenamiento; un conjunto arquitectnico conocido como sinchihuasi; una residencia de jefes
conocida como Casa del Curaca y varios
conjuntos de kancha rectangulares provistas
de un patio central y recintos de vivienda
Figura 5. Vista
de una de las
estructuras de
piedra en 1907
(Tomado de Bruch,
1911:170).

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN LA


PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

135

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 6.
Vista del
paisaje junto
a una de las
estructuras
de piedra, ao
1925 (lbum
fotogrfico
Expediciones
Barreto,
Divisin de
Arqueologa,
Museo de La
Plata).

Figura 7. Hacia la dcada del ao 1980, El Shincal de Quimivil se convirti en un sitio clave para el desarrollo de los estudios
arqueolgicos en Argentina. El equipo del Dr. Rodolfo Raffino le brind una nueva dimensin a partir de la reconstruccin
sistemtica de edificios del mundo incaico. Hoy las investigaciones avanzan en el anlisis espacial del sitio y en las vinculaciones de la sociedad con este espacio sagrado.

136

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN


LA PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

destinados a la poblacin general. No poda


faltar el gnomon o Intihuatana, como tampoco rastros del antiguo Camino del Inka o
Qhapaq an (Raffino, 2004) (Figura 7).
Lamentablemente una buena parte de estos testimonios histricos se han perdido o
perturbado por distintos factores, tanto antrpicos, fsicos y climticos. El patrimonio
prehispnico e histrico es la raz de los pueblos;
es el testimonio material que sobrevive y refleja segmentos de mundos perdidos; de antiguos
hombres y sus obras; es nico e irreemplazable
y su conservacin y proteccin es empresa de
todos. En ella no debe estar ausente ningn estamento de la sociedad ni de los gobiernos presentes y futuros (Raffino, 2004: 43).
Hoy se piensa al Patrimonio como una
construccin social. Reflexionando en nuestras responsabilidades como defensores del
patrimonio: de acuerdo a como manejemos
la informacin, la gestin, la concientizacin, el respeto y el compromiso asumido,
sern nuestros logros en el desarrollo de
acciones que mejoren las condiciones generales del lugar.

Nuevas formas de
gestionar el patrimonio:
El concepto de Paisaje
cultural
En los ltimos aos los estudios arqueolgicos de El Shincal de Quimivil no se limitaron a trabajar en el sitio arqueolgico
puntualmente, sino tambin abordaron
espacios vecinos del Valle de Hualfn, y
reas adyacentes como el Valle de Quimivil,
Abaucn, del Cajn, Santa Mara, Bolsn de
Andalgal, Salar del Pipanaco y Quebrada
del Rio El Tambillo.
Es importante analizar el sitio, no como
una isla o espacio aislado, sino como un
enclave central dentro de la simbologa incaica, un centro ceremonial, pero tambin
como un sitio que se vincula indefectiblemente con su paisaje y su entorno. No es
casual que el sitio se encuentre contenido

en un rea Natural Protegida que lo bordea y que debera dentro de las pautas de
manejo incluirlo totalmente para garantizar el ncleo intangible de su conservacin
integral.
Otro de los estudios que los investigadores analizan es la caracterizacin morfolgica, topogrfica y funcional de las vas de
comunicacin del Qhapaq an y caminos
adyacentes a El Shincal. Muy cerca de all
se encuentra un tramo del Qhapaq an o Camino Principal Andino, declarado recientemente Patrimonio de la Humanidad.
Efectivamente, en junio del 2014 la
UNESCO declar bajo la categora de Paisaje Cultural, como Patrimonio Mundial
al Qhapaq an conocido como Camino del
Inka, es el Camino Principal Andino que fue
consolidado por el Imperio Inca en el siglo
XV, pero que tiene ms de 2000 aos de historia.
En 1992 la Convencin de Patrimonio de la
Humanidad se transform en el primer instrumento legal internacional para el reconocimiento
y la proteccin de los paisajes culturales. En su
decimosexta reunin, el Comit adopt pautas
respecto de su inclusin en la Lista del Patrimonio de la Humanidad bajo esta categora.
El Comit reconoci que los paisajes culturales
representan las obras combinadas de la naturaleza y el hombre designadas en el Artculo 1 de
la Convencin. Son ilustrativas de la evolucin
de la sociedad y asentamientos humanos a travs
del tiempo, bajo la influencia de las restricciones fsicas y/o las oportunidades que brindaba su
entorno natural y las sucesivas fuerzas sociales,
econmicas y culturales, tanto internas como externas (Comit Cientfico Internacional de
Paisajes Culturales, nfasis en el original).
El Qhapaq an declarado abarca una gigantesca y compleja red de caminos que se
iniciaba en la antigua capital del Imperio
Inka, Cusco, y que una a lo largo de 50000
kilmetros los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y
Per. En Argentina incluye siete provincias
y sus puntos de mayor inters, en Catamarca: Pucar de Aconquija; Jujuy: Santa Ana y

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN LA


PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

137

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Valle Colorado; en La Rioja: Los CorralesLas Pircas; en Salta: Santa Rosa de Tastil,
Potrero de Payogasta, Volcn Llullaillaco;
en Tucumn: La Ciudacita; en San Juan:
Angualasto, Colangil, Las Heras; en Mendoza: Yalguaraz, Tambillos, Ranchillos y
Puente del Inca, que comprenden el ltimo
tramo del camino.
Inslitamente en nuestra opinin, El
Shincal de Quimivil no ha sido considerado
como un espacio que merezca ser parte de
esta categorizacin, aduciendo entre otras
cosas, la falta de autenticidad y poniendo en
tela de juicio algunos aspectos de las investigaciones realizadas en el pasado en el sitio. An para el ms profano es claro que El
Shincal resulta un exponente emblemtico
del desarrollo incaico en territorio argentino, y su exclusin del sistema de patrimonio conlleva a la falta de oportunidad de
aprovechar este espacio desde el punto de
vista educativo, turstico y comunicacional
que el sitio podra haber ofrecido al conjunto del Patrimonio de la Humanidad. En este
aspecto el aporte de El Shincal es nico dentro del universo incaico argentino.
Por otra parte la relacin Patrimonio de
la Humanidad-Turismo es, cuando menos
conflictiva, al momento de que un sitio
cuando es declarado por la UNESCO como
tal, se incrementa en un corto periodo hasta
un 200 % su nivel de visitacin Estara preparado hoy El Shincal para recibir tal masa
de visitantes?
Es una obviedad que a partir de la masificacin del turismo, luego de la Segunda
Guerra Mundial, se produjo un cambio cualitativo y cuantitativo en la relacin entre
turismo y patrimonio. Los destinos patrimoniales clsicos estn siendo sometidos a
una presin turstica cada vez ms intensa
(PN Iguaz, Misiones; PN Los Glaciares,
Santa Cruz; Ruinas Jesuticas de Misiones;
etc.). Estos entran en la lgica del consumo
turstico y se adaptan a sus exigencias (Xicarts, 2005). Finalmente se activan bienes
patrimoniales por la demanda turstica, que
ahora se hacen accesibles gracias a la faci-

138

lidad de los desplazamientos y la creciente demanda de atracciones (Prats 1997, en


Xicarts 2005: 52). En determinados casos, la
presin que ejerce la demanda turstica llega a hacer temer por el patrimonio cultural.
En nuestro pas y en muchos lugares del
mundo tanto el patrimonio natural como el
cultural estn seriamente amenazados por
factores antrpicos como el de la actividad
turstica. No obstante, como recurso, el patrimonio cultural a diferencia del natural
no es renovable, su prdida es definitiva y
esto es ms grave y determinante en casos
de sitios arqueolgicos, considerando toda
la informacin y patrimonio que all puede
existir (Xicarts, 2005). Ninguna de estas situaciones impiden considerar el espacio en
su totalidad y tender a gestionarlo como lo
que es: un autntico Paisaje Cultural integrado que permite tener una visin ms holstica de todo lo que rodea al sitio arqueolgico
en s (Fernndez Balboa, 2012).
El trmino paisaje cultural abarca una diversidad de manifestaciones de la interaccin entre el hombre y su medio ambiente natural. Reflejan con frecuencia tcnicas especficas de uso
sostenible de la tierra, tomando en consideracin
las caractersticas y lmites del entorno natural
en el que estn establecidas, y una relacin espiritual especfica con la naturaleza. La proteccin
de los paisajes culturales puede contribuir a las
tcnicas modernas de uso sostenible de la tierra
y puede mantener o incrementar los valores naturales del paisaje. La continuada existencia de
formas tradicionales de uso de la tierra sostiene la diversidad biolgica en muchas regiones
(Comit Cientfico Internacional de Paisajes
Culturales, nfasis en el original).
El paisaje cultural es una realidad compleja, integrada por componentes naturales
y culturales, tangibles e intangibles, cuya
combinacin configura el carcter que lo
identifica como tal, por ello debe abordarse desde diferentes perspectivas. Veamos
algunos tipos de paisajes culturales, segn
la Convencin sobre la Proteccin del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la
UNESCO (1972):

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN


LA PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

1- Paisaje claramente definido, creado y diseado intencionadamente por el ser humano.


Se trata de paisajes ajardinados y parques,
construidos por razones estticas que generalmente, aunque no siempre, se encuentran
asociados a edificios religiosos o monumentos de otra ndole.
2- Paisaje evolucionado orgnicamente, debido a
un imperativo inicial de carcter social, econmico, administrativo y/o religioso, y que
ha evolucionado hasta su forma actual como
respuesta a la adecuacin a su entorno natural. Este proceso se refleja de formas diferentes, por lo que se establecen dos subtipos:
Paisaje vestigio (o fsil), es aquel en el que
su proceso evolutivo concluy en algn
momento del pasado, pero sus rasgos
caractersticos son todava visibles materialmente.
Paisaje activo, es el que conserva un papel
social activo en la sociedad contempornea asociado con el modo de vida tradicional y cuyo proceso de evolucin sigue
activo.

3- Paisajes culturales asociativos, son aquellos


en los que existen poderosas asociaciones,
religiosas, artsticas o culturales con el medio natural, en lugar de pruebas culturales
materiales, que pueden ser inexistentes o
poco significativas.
Finalmente y en un esquema ms concreto podemos clasificar los paisajes culturales
en: Urbanos, Rurales, Arqueolgicos o Industriales.
El tema de esta clasificacin es cmo se la
presenta al pblico, cmo se la comunica,
cmo se la vive. La categorizacin de Paisaje
Cultural, es la de escala ms humana y ms
concreta, incluso para las comunidades cercanas al sitio (Figura 8). Un aspecto mucho
ms cercano que el del sitio arqueolgico
tradicional que obviando las pelculas de
Indiana Jones se encuentra bastante alejado de la vida cotidiana de la gente.
Sera importante realizar todo un plan de
gestin local, a travs de un equipo multidisciplinario, donde, aparte del poder local,

Figura 8. El enfoque de Paisaje Cultural, es lo ms actual que la UNESCO ha propuesto para analizar los sitios desde una
mirada integral y abarcativa. De esta forma no se pierden las posibilidades que brinda el patrimonio intangible y se puede
enfocar la conservacin del sitio a un inters ms amplio de la sociedad.

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN LA


PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

139

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

estn involucrados los miembros de la iniciativa privada y de la comunidad en general. Por cercana e influencia, en el caso
de El Shincal de Quimivil el xito tambin
reside en una buena gestin municipal. Hoy
funcionarios provinciales, nacionales, organizaciones no gubernamentales y universidades estn unidos para el gran desafo de
patrimonializar El Shincal de Quimivil, en
forma sostenible a la sociedad y cumplir el
objetivo de que todo argentino sienta que
este sitio lo incluye y le pertenece.
Como dice Mateos Rusillo (2008: 22) en su
imprescindible obra La Comunicacin global
del patrimonio cultural: En definitiva, todo cambiara cuando se tenga presente esa relacin bidireccional y horizontal entre patrimonio cultural y
sociedad, se abandonara una manera de proceder
anacrnica: unas activaciones patrimoniales del
siglo XXI para la gente del Siglo XXI.
El Shincal de Quimivil, sitio mgico y emblemtico de la cultura del norte de nuestro
pas est expectante a ser conocido y disfrutado por todos.

Algunas propuestas
para colaborar en
la conservacin y
comunicacin del sitio:
Documentar la investigacin, el trabajo
de campo y la divulgacin, haciendo un registro material mediante un soporte fsico o
digital todas las formas de Patrimonio del
sitio.
Lo ms importante desde lo pedaggico
es generar un sentido de pertenencia con
respecto a las distintas manifestaciones del
patrimonio, este es el objetivo a alcanzar y
en muchos casos es medible y fcilmente
evaluado en sus logros.
Identificar, registrar y difundir, las artesanas, los mitos, las leyendas y otras formas de patrimonio intangibles existentes y
las que estn en vas de extincin o desaparecidas, para lanzar medidas de rescate y
puesta en valor

140

Fortalecer los eventos, exposiciones,


fiestas y celebraciones populares, ferias y
mercados regionales, priorizando el protagonismo de aquellas expresiones ms tradicionales.
Realizar cursos de capacitacin, dictados
por los ms experimentados en materia de
arqueologa, tcnicas de guiado, gastronoma, artesana, msica, ciencias naturales,
historia regional, etc.
Considerar el Patrimonio Cultural Viviente regional como una particular categora de
personas o grupos sociales que, por su aporte a las tradiciones en las diversas manifestaciones de la cultura popular, ameriten ser
consideradas con esta distincin.
Establecer estmulos, como lo han hecho
varios municipios y localidades con premios, crditos y subsidios, tanto en investigacin como en gestin para quienes protejan o fomenten el Patrimonio Cultural.
Incluir la temtica del Patrimonio en los
distintos niveles curriculares de enseanza,
promoviendo a travs de los ministerios de
educacin de las distintas provincias, que se
aborde el tema transversalmente en las diferentes materias: ciencias naturales, historia,
geografa, ciencias sociales, artes y ciencias.
En forma programada tambin brindar cursos de capacitacin docente para que los
educadores puedan saber cmo dictar estas
temticas.

Agradecimientos
Los autores quieren expresar su agradecimiento a los editores del libro y a la Fundacin Flix de Azara por la posibilidad de
participar en la edicin del mismo. A Rodolfo A. Raffino, Reinaldo A. Moralejo, Anah
Icona, como as tambin a Diego Gobbo,
Guillermina Couso y Patricia Ceci por su
asesoramiento y colaboracin constante. A
todos muchas gracias.

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN


LA PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Bibliografa
Bruch, C. 1911. Exploraciones Arqueolgicas
en las Provincias de Tucumn y Catamarca.
Revista del Museo de La Plata, XIX (1): 1-209.
Carta de Venecia. 1964. Carta Internacional sobre
la Conservacin y la Restauracin de Monumentos y Sitios. II Congreso Internacional
de Arquitectos y Tcnicos de Monumentos
Histricos, Venecia. Adoptada por ICOMOS en 1965.
Espinosa Ruiz, A. 2002. La accesibilidad fsica
e intelectual de todos tipos de pblico al
Patrimonio Cultural (II). Boletn de Interpretacin, 7: 4-6.
Fernndez Balboa, C. 2012. Interpretacin y comunicacin de los Paisajes Culturales. La
necesidad de involucrar a la sociedad. Resmenes de Jornada de reflexin acerca de los
Paisajes Culturales de Argentina y Chile, 12 y
13 de Mayo 2012. Rio Gallegos.
Gurieb, A.G y Frre, M.M. 2012. Caminos y encrucijadas en la gestin del patrimonio arqueolgico argentino. Editorial de la Facultad de
Filosofa y Letras, UBA. Buenos Aires.
Larios Villalta, C.R. 2009. Manual de criterios de
restauracin para la arquitectura prehispnica.
Programa de Desarrollo de Peten para la
Conservacin de la Reserva de la Biosfera
Maya. Guatemala C. A.
Ley de Proteccin del Patrimonio Arqueolgi-

co y Paleontolgico, N 25743. 25 de Junio


de 2003. http://www.inapl.gov.ar/renycoa/
LEY_25743.pdf (18 noviembre 2014)
Masriera Esquerra, C. 2009. Las reconstrucciones arqueolgicas. Problemas y tendencias.
Revista de Museologa Hermes, 1. Ediciones
TREA, Gijn, Asturias.
Comit Cientfico Internacional de Paisajes Culturales. Paisajes Culturales. http://www.
icomos.org/landscapes/index2esp.htm (4
noviembre 2014).
Prats, Ll. 1997. Antropologa y Patrimonio. Editorial Ariel.
Raffino, R.A. 2004. El Shincal de Quimivl. Editorial Sarqus, San Fernando del Valle de
Catamarca, Argentina.
Mateos Rusillo, S.M. 2008. Hacia una comunicacin global del patrimonio cultural,
o cmo potenciar su uso fomentando su
preservacin. En La comunicacin global del
patrimonio cultural, coordinado por S. M.
Mateos Rusillo, pp. 19-52. Ediciones TREA,
Gijn, Asturias.
UNESCO. Convencin del Patrimonio Mundial. 16 noviembre 1972. http://whc.
unesco.org/archive/convention-es.pdf (19
noviembre 2014).
Xicarts, D. 2005. El patrimonio arqueolgico
como recurso turstico: El caso del Valle del
Ro Manso Inferior-Argentina. Estudios y
Perspectivas en Turismo, 14 (1): 51-68.

DE LA ANASTILOSIS AL PAISAJE CULTURAL, NUEVOS DESAFOS EN LA


PATRIMONIALIZACIN DE EL SHINCAL DE QUIMIVIL

141

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL,


LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

C. Marta Laudani1
Guia Nacional de Turismo, [email protected]

Resumen: Crecer o ser arrollados por el Turismo. La diferencia est en la presencia de la comunidad.
Son las personas germen y sostn de su Paisaje Cultural y quienes pueden marcar la diferencia. Entre
El Shincal y la comunidad de Londres hay un conflicto velado, una tensin manifiesta en ausencias aun
hoy. Para integrar esta complejidad al Turismo se requiere llevar a cabo un proceso de vinculacin ya
que si la comunidad entiende este patrimonio como algo impuesto y no lo internaliza como propio, no
lo proteger. Hay una responsabilidad de los profesionales del Patrimonio y del Turismo y del sector
gubernamental-institucional ineludible en ese proceso de vinculacin. Los riesgos de convertirse en un
enclave turstico sin conexin con lo local estn latentes, con perjuicios concretos y sin beneficios reales
para su comunidad. Turismo sin un manejo y control adecuado se convierte en un Tumi sobre la cabeza
del sitio.
Palabras claves: Turismo; Comunidad; Patrimonio; Vinculacin; Riesgos

A TUMI FOR EL SHINCAL DE QUIMIVIL, MAPS OF SOUL AND TIME.


Abstract: To Grow or to be crushed by tourism. The presence of the community is what will make
the difference. Its people are the seed and support of Cultural Landscape and only them can make a
difference. There is a veiled conflict between El Shincal and the community of Londres, an evident tension
even today. To integrate this complexity to Tourism a connection process is required. If the community
understands this heritage as an imposed instead of internalizing it as their own, it will not protect it.
Heritage and Tourism professionals as well as government and institutions have a responsibility in this
inevitable connection process. There is a latent risk of becoming a tourist enclave with no connection to
what is local, which will turn out to be concretely harmful and with no real benefits for the community.
Tourism without proper control and management becomes a Tumi over the head of the site.
Keywords: Tourism; Community; Heritage; Connection; Risks

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

143

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Pensar el ayer
Cuentos de Gentes que vienen
y gentes que estn
Hay muchas formas de empezar a contar
una historia de un pasado lejano, pero la que
sin dudas todos reconocemos con entraable e infantil cario es el famoso Haba una
vez. Esta frase nos trae del pasado al presente, personas, lugares y situaciones que
entran mgicamente a ser parte de un pacto
en el cual todos sabemos que posiblemente
lo relatado no sea real, pero pactamos tcitamente creer que si lo es. Hay tambin
formas de contar historias imaginarias de
futuros por venir, comenzando tal vez por
un en el ao 2050 que requiere un pacto
de credibilidad aun mayor, ya que el beneficio de la duda sobre la veracidad o no,
ya no tiene chances. Lgicamente sabemos
que eso no ha sucedido, que nadie ni nada
de lo relatado existe, pero elegimos creer
en la magia del relato. Funciona la magia
del cuento sin el pacto? Posiblemente no.
Funciona el pacto tcito sin la magia de un
cuento? Definitivamente no.
El problema se presenta cuando debemos
conjugar la historia en un presente cercano
y debemos reemplazar el Haba por un
Hay y el una vez por un esta vez o
reemplazar el en el ao 2050 por el En
este momento y entonces no tenemos pacto tcito, sino anlisis crtico y no tenemos
magia sino situaciones concretas.
Cuando el Turismo solo nos relata un
cuento: o bien historias de pasados lejanos
o de futuros dichosos sin presentes conjugados solo son eso: cuentos. Relatos de
pasados aislados como burbujas, de personajes sin contextos, sin defectos, sin errores,
situaciones grandilocuentes siempre heroicas, anecdticas o cmicas. Lo mismo pasa
cuando los programas y proyectos tursticos

144

cuentan futuros promisorios con fabulosos


beneficios, procesos de crecimiento ilimitado, de progresos indiscutibles y desarrollos
siempre positivos. Cada uno elige pactar
tcitamente y creer en pasados y/o futuros
perfectos. Pero si olvidamos conjugar el
presente slo son cuentos.
Pero podemos crear la magia en los
presentes imperfectos? Podemos creer en
el encanto del ahora? Podemos pensarnos como los actores de una historia que
est siendo escrita en este momento, con
la responsabilidad que eso implica? Podemos ver el pasado emerger en el presente
y proyectarse en un futuro? Est visto que
son ms las preguntas que las afirmaciones,
pero que sera de nosotros sin los espacios
a completar que nos permite la pregunta, el
espacio de crecer, de crear, de repensar y reflexionar. Este es un pequeo espacio para
los que construyen la identidad de un patrimonio y la memoria de un lugar, para quienes tienen las manos ajadas de poner piedra
sobre piedra para levantar una pirca, los
dedos manchados de teir la lana o la vista
cansada por tantas horas frente al telar, la
espalda dolorida de horas de excavacin en
metdicos estratos, la garganta gastada de
ponerle su voz a las historias y las rodillas
resentidas de transitar sus escalones, el delantal manchado de harina de los panes que
se alistan en el horno de barro, los nudillos
con callos de golpear puertas para gestionar
lo mnimo, el brazo exhausto de abrirse
paso entre malezas y burocracias, son ellos
todos y cada uno, las gentes que hacen El
Shincal.
Los invito por unas pginas a pensar en
un lugar, en ciertas personas, en determinadas historias que estn llenos de magia,
que tienen el encanto de lo real, la fuerza
de lo arcaico en lo cotidiano, la imprevisible
presencia de lo que est vivo, en marcha y
en continuo cambio y permanente construccin.

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

La construccin de un
interrogante
Un valle
Un valle y las piedras
Un valle y las piedras escondidas bajo los shinkis
Un valle y las piedras escondidas bajo los shinkis
por dcadas
Un valle y las piedras escondidas bajo los shinkis
por dcadas a pocos kilmetros de la localidad de
Londres
Un valle y las piedras escondidas bajo los shinkis
por dcadas a pocos kilmetros de la localidad de
Londres en manifiesto olvido de la memoria colectiva local.
Algo hace ruido, algo genera al menos
extraeza. Cmo es posible que estando tan
cerca geogrficamente estuviera tan lejos en
el inconsciente colectivo? Haba una extraa
lgica, que la naturaleza se adueara del lugar y lo cubriera de shinkis, era cubrirlo a su
vez simblicamente de olvido.
Pero qu haba pasado en El Shincal?
Qu le haba sucedido a la gente de Londres, Catamarca? Qu los relacionaba y que
los distanciaba?
Naturalizar este olvido, no inquirir sobre sus motivos y pretender que nada haba
pasado es negar un conflicto y una tensin
existente entre el sitio y los pobladores locales aun hoy.
Cualquier construccin profesional que
intentara hacer, ignorando esta tensin fundante, tendra como destino la construccin
de una falacia.
Es cierto que podra haber hecho un estudio de territorio con estadsticas, medidas
y citas bibliogrficas. Considerar que haba
numerosos empleados municipales y no
escuchar a uno de ellos, Don Paulino, uno
de los grandes pirqueros de la zona. Considerar que haba una gua del sitio y un
empleado de mantenimiento y anotarlos en
la columna de recursos humanos sin haber
escuchado los relatos sentidos de Rosa sobre la historia lejana y presente del sitio y
compartido la experiencia de Manuel en el

terreno y su manejo. Haber anotado como


dato la direccin de algunos artesanos o
pequeos productores para incluir en un
folleto, sin haber visitado a Doa Selva que
charlaba entre teido y tejido o no haber
compartido un caf con unas nueces confitadas que prepara Mara Ester.
La eleccin de la postura es clara: pensar
el lugar con su gente Una mirada que considera a lo social contenido en y por ese territorio.

Conocer y trabajar
en el hoy
El anlisis de los datos y la
experimentacin de las realidades
El objetivo inicial ha sido definir el estado
del arte a travs de la investigacin documental y bibliogrfica, poder determinar la
situacin actual, tanto del sitio, como del
tratamiento turstico de sitios similares, permitir un anlisis criterioso de la actualidad
y de las posibilidades ambientales y sociales para realizar propuestas pertinentes con
medidas especficas y tiempos definidos. En
segundo trmino una fase heurstica: donde
se ha recopilado material y documentacin
sobre el sitio, las ciencias aplicadas al mismo, los periodos histricos que lo atraviesan y la actualidad de la zona.
Una tercera fase de carcter hermenutico comprendi la identificacin de textos
relevantes, validacin de los mismos, bsqueda de pautas y directivas en los textos,
generacin de una interpretacin de los
mismos, la contrastacin y comparacin de
esta interpretacin con los profesionales de
las otras reas relacionadas como Arqueologa o Museologa y una fase de anlisis y
comprobacin in situ en la que he visitado
personalmente el sitio, para observar, analizar la situacin y condiciones imperantes y
conocer a los actores relacionados, directa e

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

145

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

indirectamente con l. Poder tambin cotejar material y situaciones in situ, corroborar


o refutar hiptesis.
Estableciendo contacto con la comunidad
pude realizar entrevistas con la Directora
de Turismo de Londres, el personal actual y
anterior del sitio, observacin de resultados
de talleres y realizacin de charlas con vecinos, docentes y alumnos de la localidad de
Londres, entrevistas con artesanos textiles y
productores locales de Londres.
Las tareas realizadas anteriormente para
el Plan de Manejo del sitio y los datos obtenidos, colaboran en el diagnstico y fueron
las siguientes: el relevamiento fsico de sitio.
Analizar su topografa, estudiar los accesos
y su estado, las condiciones de mantenimiento y seguridad. Corroborar mediciones
y evaluar alternativas y posibilidades en el
uso y disfrute del sitio. Evaluacin de senderos, dinmica actual del sitio, posibilidades
actuales y proyecciones ayudan a determinar necesidades. Y determinar correcciones,
complementaciones o incorporaciones de
medidas y reglamentaciones al manejo actual. El relevamiento infraestructura: turstica y sanitaria, las posibilidades culturales
y/o recreativas asociadas o con posibilidad
de asociarse al sitio. El Anlisis de posibles
corredores o destinos asociados al sitio y el
relevamiento de servicios: de gastronoma y
comerciales de Londres y de localidades cercanas: La evaluacin de las condiciones de
accesibilidad y medios de transporte, como
de Comunicacin y conectividad. El Desarrollo y tendencias tursticas y sus Potencialidades (Otero, 2012).
Esta tarea de anlisis de carcter mltiple
ha dado como resultado una serie de impresiones iniciales sobre el sitio:
Escaso conocimiento del sitio, tanto del
publico en general como en muchos profesionales del mbito turstico, sucediendo
esto a nivel nacional y local. Ampliamente
difundido y conocido en el espacio acadmico relacionado con la disciplina arqueolgica e histrica predominantemente.
Falta de conexin, inters o sentido de

146

pertenencia en parte de la poblacin local y


el sitio. Llamativa ante la cercana geogrfica y la relacin de conexin que tienen con
los cursos de aguas que atraviesan el sitio y
abastecen a toda el rea productiva y a la localidad misma.
Asociacin en una parte del imaginario colectivo local, de la cultura incaica con tems
de valoracin negativos (Inca = colla o inca
= conquistador de los diaguitas o los incas
mataron a nuestros diaguitas)
Valoracin popular positiva de la cultura
espaola y criolla por gran parte de la poblacin. (Monumento a Juan Prez de Zurita
fundador de la ciudad) sin la contraparte de
reconocimiento a pueblos originarios.
Conflictos de intereses en la explotacin
comercial del sitio y la explotacin agrcola
en las mrgenes (disputadas) del sitio.
Informalidad y falta de capacitacin en
materia turstica, tanto en personal de la localidad como en personal asignado en los
ltimos tiempos al sitio.
Buen acceso vehicular, (asfalto, consolidado y luminarias) y razonable conexin de
transporte local y con otros destinos importantes (Beln, Catamarca, Buenos Aires)
Buena conciencia de pertenencia y proteccin del sitio en un sector limitado de la
poblacin que ha tenido o tiene alguna tarea
o labor en el sitio.
El desafo es como integrar plenamente en
la cotidianeidad del sitio y de la localidad
al Turismo, con esta compleja realidad circundante donde no hay al menos una relacin arcaica, fluida y permanente de identificacin de la poblacin en su totalidad o
en su generalidad con el sitio y ha habido
notables periodos de desconexin y olvido
entre El Shincal y la localidad de Londres.
Esto en particular pone en grave riesgo la
proteccin del sitio y el cuidado necesario
que debe ejercer la comunidad hacia su bien
patrimonial, pero si no lo considera un bien
patrimonial? Si solo lo considera un bien
econmico, un bien de uso? Un bien que le
reporta a una parte (dominante) de la comunidad un beneficio econmico, y que se

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

mide por su productividad y con esa base se


define la inversin que a l se destine (Garca Canclini, 1999)
No va a ser la actividad turstica comercial
desafortunadamente quien vele por la
proteccin patrimonial de un sitio. El deseo
de proteccin, de guarda, de conservacin,
debe verse evidenciado en las acciones que
la comunidad ejerza antes, durante, posteriores y paralelas a los usos tursticos que
puedan darse en el sitio. Acciones tanto
gubernamentales, institucionales como
sociales. Generando regulaciones y leyes,
capacitando y divulgando entre los locales,
proveyendo infraestructura y adecuando la
estructura, propiciando actividades comunitarias y produccin cultural.
Reflexionar sobre los por qu y revisar
un poco su historia, habiendo observado su
realidad y actualidad pueden ser de ayuda.
Es importante considerar que la historia
de El Shincal, empieza con la historia particular de los pueblos que conformaron su
poblacin, las formas de conquista del Imperio Inca y no acaba con la cada del imperio incaico sino que se contina en el devenir
de los aos con la conquista espaola y la
fundacin de Londres. Siendo que luego de
la cada del imperio incaico los pobladores
se reagruparon en sitios cercanos y son las
naciones que ven llegar al conquistador espaol que pasa (Diego de Almagro) o al que
viene a quedarse (Juan Prez de Zurita).
Es notoria tambin la diferencia con que
los pueblos o naciones de la zona, Andalgal, Malfines o Hualfines y Abaucanes, a
pesar de la influencia incaica, no recibieron
con la misma sumisin a los conquistadores
que los Incas, sino ante los castigos inhumanos y maltratos se levantan, destruyen
el primer poblado de Londres y fieles a su
estilo montas se replegaron y refugiaron
en los cerros y combatieron desde y con los
cerros.
Es acaso todo lo pas en el valle de Hualfn entre el siglo XVI y principios del XVII?
Qu pasa con la llegada y establecimiento
del Imperio Incaico en tierras diaguitas, el

dominio inca sobre los pueblos diaguitas,


el desmembramiento y desactivacin de
Imperio, la conquista espaola, la fundacin de la localidad de Londres y el fin del
Gran Alzamiento? Es todo esto una herida
sin cicatrizar?
Dmosle voz a un paradigma otro y
lugar al pensamiento fronterizo, que
surge de los maltratados, del dolor, de la fractura de sus historias, de sus memorias, de un
cmulo de subjetividades, de sus biografas ()
como la de Waman Puma de Ayala (Mignolo,
2003: 27-28)
La localidad de Londres, con el orgullo de
ser La segunda ciudad ms antigua de Argentina (fundada por primera vez en 1558)
ha corrido muy dismil suerte comparada
con las ciudades que fueron el eje de poblamiento en la conquista espaola en la zona,
La Rioja, Santiago del Estero, Tucumn,
fundadas luego e incluso menos importantes estratgica y econmicamente durante
el siglo XVI. Qu le pas a Londres, que se
detuvo en el tiempo? Por que se mantuvo
pequea, con escasa poblacin, con poco desarrollo urbano?
Fueron las destrucciones, las quemas y
saqueos de los levantamientos indgenas
en 1561 contra Gregorio Castaeda y sus
inhumanos tratos? Fue tal vez haber sido
la base de operaciones de Gernimo Luis de
Cabrera en su avance sobre el lder del Gran
Alzamiento el cacique Juan Chelemin? El
inters espaol en la zona por las referencias a las minas de oro que hace Diego de
Almagro (Montes, 1986: 89 [1961]) la pusieron en el eje de un conflicto y una disputa
territorial con maysculas?
La conquista de los Incas sobre los pueblos del Hualfin, la llegada espaola, los
levantamientos indgenas, las luchas de
diaguitas y espaoles, el sitio de la localidad y el control de su suministro de agua
por la gente de Chelemn y por esto el exilio
forzado de su poblacin, luego el incendio
y la destruccin de la localidad, la dispora de sus pobladores, el refugio de Chelemn en la zona del sitio de El Shincal o sus

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

147

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

fortificaciones al oeste del ro Hualfn, en la


falda oriental del cordn montaoso donde
el tigre de los andes es capturado y luego
trado hasta Londres para ser descuartizado por caballos (antes que el mismo Tupac
Amaru) por parte de las tropas espaolas.
Muchas cosas, muchas heridas, en poco
tiempo.
Son todos estos acontecimientos los que
han marcado tan profundo a una poblacin
que ha ido heredando en la memoria colectiva, sensaciones tan distintas de acuerdo
al origen de sus ancestros, de acuerdo a las
enseanzas de sus maestros, de acuerdo a
los relatos de sus mayores o incluso sus silencios, sus no-respuestas, el quitarles entidad a travs de la no-mencin, sus rechazos
velados. Al punto de haber olvidado la sacralidad de esas tierras, de negar su importancia histrica y de pensarla en hectreas
de terreno productivo en muchos casos solo
con una visin mercantilista.
Los desafos: ligar ayeres y ahoras
Es necesario volver a ligar, a vincular a
la poblacin con el sitio, una gran cantidad
de aos donde no hay un registro de la
historia que los relacione, que los asocie
positivamente o sea una transmisin oral o
escrita que pase de generacin en generacin y alimente mitos fundacionales, creencias, tradiciones. Como as tambin puede
estar jugando en lo filogentico colectivo las
historias repetidas de abandono, despojo y
poca certeza y esto dificulte la proyeccin
en el lugar, porque no es seguro, porque lo
destruyen, porque hay que abandonarlo y
eso genera pensamientos y planificaciones
en corto plazo y construcciones (edilicias y
de proyectos) ms provisorias.
La comunidad llega en la historia reciente
a encontrarse con un inters cientfico por
el sitio, su redescubrimiento, las investigaciones del Dr. Rodolfo Raffino y su equipo,
sus trabajos en el sitio y sus publicaciones.
La declaratoria de Monumento Histrico

148

Nacional y la visibilidad que eso refiere.


Mas all de lo difundido acadmicamente,
ha sido de gran importancia en este proceso
de re-ligar, la interaccin que muchos de
ellos desarrollan con la comunidad de Londres, interaccin que excede los temas de
gestin y que se ha orientado de manera notoria a la generacin de vnculos, personales
e institucionales. A la difusin de las tareas
desarrolladas en el sitio, a la divulgacin de
su valor intrnseco y ese equipo es conciente
de la necesidad de involucrar a la poblacin
local en el cuidado y preservacin del sitio
arqueolgico.
La llegada de visitantes, cada vez mas
fluida hace que tambin la misma comunidad receptora que no haba puesto demasiada atencin en el sitio arqueolgico, al
menos se pregunte cada vez ms cual es el
inters que despierta en el otro, porque ser
que alguien viaja para conocer ese lugar viniendo desde tan lejos (italianos, franceses,
estadounidenses, entre otros, se registran
en su libro de visitantes).
Ahora cul es el trabajo posible y deseable en el rea turstica para colaborar con la
mayor vinculacin entre la poblacin local
y el sitio?
Cmo generar estrategias de accin que
estimulen el conocimiento del sitio, la regin y de la poblacin que lo conforma?
Generar desde el mbito turstico/patrimonial acciones de propsito mltiple que
consideren varios objetivos simultneamente y
que los mismos sirvan como regla de medida para evaluar acciones hacia el sitio:
Divulgar y Difundir: significado y valor
del sitio y su comunidad. Las caractersticas propias de las formas de vida y
tradiciones.
Potenciar: el estudio y la investigacin.
Los pequeos emprendimientos locales.
Integracin de la comunidad en actividades relacionadas al sitio.
Dinamizar: cultura popular, micro economas, autogestin, organizacin local.
Reactivar/Recuperar: tradiciones gastronmicas, prcticas de tcnicas y saberes

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

(tinturas, tejidos, pircas, tcnicas lticas y


cermicas).
Integrar: al contexto valle de Hualfin y
Qhapaq an.
Conectar: entorno natural, cultural, social.
Comunidad local y sitio.
Transmitir: la importancia de la arqueologa, la historia, el paisaje natural-cultural.
Asociar: en las historias, en las vivencias
presentes, en la construccin de actividades sociales, en el desarrollo de ejercicios
comunitarios de narracin, de integracin, de historias orales o escritas, de ficciones incluso a El Shincal y Londres.
Incluir. A la poblacin en su conjunto y
especialmente sus sectores social o econmicamente menos favorecidos de la
poblacin adulta urbana y rural en actividades de educacin no formal
Propiciar: la divulgacin desde la educacin formal a travs de la produccin
de experiencias positivas que generen
memoria conjunta y los integren ya que
colaborar enormemente una asociacin
positiva entre ambos en la construccin
de una nueva visin colectiva.

Proyectar (se en)


el maana
Turismo como fuerza desarrolladora o la
fuerza arrolladora del turismo
Uno de los riesgos graves y serios que
se corren, es que la comunidad entienda y
sienta a este patrimonio como algo impuesto, ya sea por intereses cientficos externos
a la comunidad o por intereses econmicos
impuestos por el turismo y los beneficios
generados por ste para unos pocos. Porque
estas dos formas de construir desde afuera
y sostener el patrimonio en el tiempo por
intereses muchas veces bienintencionados
pero ajenos a la comunidad, tienden a des-

gastarlo y corroer lo que debera ser su germen, la relacin de la comunidad con este
patrimonio.
En el proceso de construccin patrimonial debe darse una Invencin (conciente) y
una Construccin (inconciente). sta invencin, para arraigar y perpetuarse, necesitar
convertirse en construccin social, es decir
alcanzar un mnimo nivel de consenso
(Prats, 1997). Cuando la patrimonializacin
es impuesta y no se da como un proceso de
reconocimiento desde lo interno (comunidad) hacia lo externo se corren riesgos de
banalizar, cosificar y vaciar de contenido los
bienes patrimoniales. Los procesos de desarrollo se originan de adentro hacia afuera, el
turismo no es la excepcin.
La forma y el contenido del Tumi.
Riesgos que se avecinan
El Tumi es el cuchillo ceremonial utilizado por varias culturas andinas entre ellas la
Inca. Puede estar realizado en piedra o metal. Su forma tiene de mango rectangular o
trapezoidal y su extremo inferior redondeado, era utilizado en las ceremonias para la
trepanacin de crneos, la decapitacin de
prisioneros o la evisceracin.
Es inminente la situacin de exceder la capacidad de manejo del sitio ante la difusin
masiva sin el acompaamiento de medidas
de capacitacin en personal directo e indirecto, la divulgacin significativa a nivel local y las mejoras de las estructuras (la infraestructura ya est en proceso de mejoras).
Los procesos como la creciente difusin
por la declaratoria UNESCO como Patrimonio de la Humanidad del Qhapaq an o
Camino del Inca (que mas all de las evaluaciones o categorizaciones que se hayan
realizado para definir qu sitios incluir y
cules no en el Camino, El Shincal -sin estar
en la lista oficial- pertenece innegablemente por ubicacin, historia e importancia) es
una de sus amenazas ms fuertes.
Convertir a El Shincal en un sitio de

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

149

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

Figura 1. Tumi o cuchillo ceremonial. Coleccin del Museo


Etnogrfico de Berln. (Tomado de Wikipedia, 2014).

paso y no en un destino que de origen o


razn a un viaje. Uno de las mayores prdidas de la potencialidad para el desarrollo
turstico de Catamarca, es ceder la iniciativa
y que una herramienta para favorecer el crecimiento local se convierta en un eje para la
explotacin turstica de El Shincal por parte
de otras provincias con mejor infraestructura y mayor experiencia en el rubro.
El riesgo es que el turismo se apropie
del territorio en sus dos formas ms perjudiciales, sea mediante la superposicin
a otras actividades sin planificacin o mediante la tcnica de enclave (Capece, 2012:
Captulo 6).
El riesgo latente de convertirse en un
apndice turstico de otra provincia,
como lo ha sido la Quebrada de Humahua-

150

ca de Salta, por ejemplo, donde se muestran


imgenes de la Quebrada en los afiches de
difusin turstica de Salta. Una excursin
que nazca y termine en Tucumn o Salta y
pase por El Shincal, le reportar una nfima cantidad de ingresos a las arcas de la
comunidad de Londres y a la provincia en
general que son quienes han de exponer su
bien patrimonial a un uso sin miramientos
de proteccin o conservacin. Generar todos los males y casi ninguno de los beneficios.
Crear un efecto enclave turstico donde
el sitio es una burbuja en la realidad que lo
circunda, la comunidad no participa social
ni econmicamente de los beneficios, se
generan realidades paralelas diferenciadas
acrecentando la brecha y los que marcan el
ritmo y el pulso son los intereses del Turismo comercial.
Posibilidad latente que ante la visibilizacin creciente del sitio en el mbito turstico y patrimonial por su difusin masiva, se
proyecte la sombra del turismo (Otero y
Gonzlez, 2012), proceso de revalorizacin
inmobiliaria en los alrededores, propiciando
nuevas dinmicas locales, burbujas inmobiliarias, fiebres constructivas, incremento de
los precios de la tierra y procesos de gentrificacin progresivos donde se expulsa a la
comunidad local por no poder ya acceder a
la tierra ni a los encarecidos precios de los
productos y servicios, traccionados estos ltimos por esta revalorizacin inmobiliaria.
Una posibilidad favorable sera generar
la asociacin de un grupo de atractores con
una unidad temtica como por ejemplo un
Camino Arqueolgico que relacione a lo
largo de varios kilmetros una diversidad
de sitios, prestadores de servicios y comunidades locales en una unidad de sentido
y permita pensar un recorrido por la zona
con un tiempo de aprovechamiento y disfrute mayor, para generar estadas mas prolongadas. Pueden ser llamados Caminos,
Rutas, Corredores pero la idea central
es brindar una serie de actividades asociadas con de diversos mbitos como la gas-

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

tronoma, la hotelera, los museos, los sitios


naturales, los sitios arqueolgicos, las artesanas, los productos regionales, las actividades culturales y que todo esto est espaciado pero con cierta continuidad a lo largo
de este recorrido, generando la idea de bsqueda y descubrimiento de distintos niveles
y tipos de experiencias complementarias de
una experiencia mayor totalizadora. Una
continuidad de atributos y servicios que genere una cadena de valor (Capece, 2003). La
unidad regional y los desarrollos conjuntos
y en paralelo con vectores comunes, pueden
complementar fortalezas y carencias que las
distintas localidades tengan, ofreciendo una
idea integrada, con una unidad de sentido
lograda. Generar que dicho camino sea
un destino en si mismo.

tir que el sitio le pertenece a la comunidad y


que la comunidad pertenece al sitio. Constituir y constituirse patrimonio y paisaje.
Contando con el acompaamiento y la colaboracin de los profesionales del Patrimonio y del Turismo con acciones integradas
de divulgacin y experiencias significativas
de relacionamiento de pasado y presente
para contestar algunos interrogantes y generar varios nuevos. Hay una responsabilidad profesional de devolver al conjunto de
la comunidad en acciones de divulgacin
y difusin el saber adquirido y construir
las herramientas y proyectos de accin de
forma conjunta respondiendo a sus necesidades e intereses. Hay tambin una responsabilidad gubernamental-institucional de
facilitar los medios y colaborar en el proce-

Las manos que


sostienen el Tumi
Pensar al turismo como un gran dinamizador, econmico y social, observando solo
los posibles beneficios sin considerar los potenciales daos y modificaciones que esta
actividad puede generar en un sitio es ignorar la parte ms oscura y a su vez la ms
probable, idealizar su capacidad desarrolladora y minimizar su fuerza arrolladora.
All donde la comunidad no valore intensamente, defienda, cuide y muestre con
orgullo su patrimonio, est expuesto a continuos problemas de malos manejos, sobrecargas de capacidades, el uso de la marca
del sitio para difundir actividades y eventos
que no favorecen la asociacin con el sitio
en su difusin (actividades polticas, un
producto industrial contaminante, una actividad deportiva destructiva) como a los
usos impuestos por conveniencias tursticas, ya sea por prestadores de servicios
como por agencias de viajes.
La comunidad es el germen del Paisaje
Cultural, debe ser su motor y sostn, reconocerse en l y sentirse parte. Debe haber
un sentido de pertenencia de doble va, sen-

Figura 2. Dibujo de Waman Puma Ayala donde se observa el


uso de un tumi. El once capitn Rumiaui, traidor/ en Quito
/ mato a Inga Illescas (Tomado de Estupin Viteri, Instituto
Panamericano de Geografa e Historia).

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

151

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

so desde la gestin al financiamiento material del mismo. Es fundamental el trabajo


mancomunado del sector acadmico patrimonialista y turstico integrados, el sector gubernamental-institucional, el sector
econmico y la comunidad local de forma
directa sin demasiados intermediarios para
estimular el conocimiento, generar conciencia de pertenencia y apropiacin sensible.
Podemos pensar el proceso de integracin como refiere Garca Canclini, segn los
trminos de Raymond Williams como lo
arcaico que se perpetua en lo residual, lo
que an est en el presente y se halla formando
parte de los procesos culturales y lo emergente
que son los nuevos significados y valores, nuevas
prcticas y relaciones sociales (Garcia Canclini, 1999: 28 nfasis en el original).
Hay una memoria colectiva, hay un imaginario construido que tiene que ser reparado, rescatado, reconstruido o refundado.
Proceso que sirva para evidenciar las realidades, reconocer las carencias y falencias,
evidenciar el vnculo que hay, subsanar esas
brechas y reforzar las razones que vayan
incluyendo mutuamente en los relatos a El
Shincal y a Londres en un discurso comn.
la conciencia liga pasado y futuro para
abarcar una experiencia o una accin como un
todo. Cualquier momento particular dentro de
este complejo se experimenta como una parte
del todo. Esta concepcin de la experiencia del
tiempo preserva la nocin de secuencia () Somos homo narrator. De hecho usamos la forma
narrativa para describir la experiencia temporal
porque sta es la forma en que el tiempo entra en
la conciencia. As nuestra forma de vivir (actuar y experimentar) en el mundo no deja de ser
un proceso de constante narracin, a otros y a
nosotros mismos. Es nuestro modo de vivir en
el tiempo (Martos Garca y Martos Nuez,
2008: 33-34).
Es en la construccin de este discurso que
se va evidenciando lo emergente, esos nuevos significados, con una realidad integrada que pueda afrontar los embates posibles
y probables del Turismo y generar nuevas
dinmicas integradoras de aquello que est,

152

quienes estn y quienes los visitan. Mientras este trabajo mancomunado no suceda,
el Turismo ser un Tumi que ir creciendo
sobre la cabeza del sitio y el golpe ser asestado por la falta de acciones previsoras de
su propia comunidad.
Pero como dice Eduardo Galeano (2010)
Ojal podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las cadas
y las traiciones y las derrotas, porque la historia
contina, ms all de nosotros, y cuando ella
dice adis, est diciendo: hasta luego. Ojal podamos mantener viva la certeza de que es posible
ser compatriota y contemporneo de todo aquel
que viva animado por la voluntad de justicia y
la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva
cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

Agradecimientos
A Carlos por su permanente confianza,
entusiasmo, actitud conciliadora y espritu
colaborativo.
A Rodolfo, Reinaldo y Guillermina felicitar por su perseverancia, sensibilidad y
compromiso y agradecerles su calidad y calidez humana.
A Beatriz por compartir un profundo y
comprometido anlisis y brindarme su mirada crtica ayudndome a reflexionar sobre este escrito.

Bibliografa
Capece, G. 2003. Desarrollo turstico en el Corredor de los Lagos: la necesidad de abandonar los dogmas. Tiempos Patagnicos 9, Ao
IV. Noviembre 2003. http://www.uca.edu.
ar/uca/common/grupo21/files/patagonicos9-corredor-lagos.pdf (10 octubre 2014).
2012. El turismo como red de flujos. Ediciones
Tursticas. Buenos Aires.
Estupin Viteri, T. Los Sigchos, el ltimo
refugio de los Incas Quiteos (un avance
preliminar). Seccin Nacional del Ecuador
del Instituto Panamericano de Geografa

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

UNA CAPITAL INKA AL SUR DEL KOLLASUYU: EL SHINCAL DE QUIMIVIL

e Historia. http://www.ipgh.gob.ec/index.
php/historia/publicaciones/102-los-sigchosel-ultimo-refugio-de-los-incas-quitenos (11
noviembre 2014).
Galeano, E. 2010. Palabras de agradecimiento al
recibir el Premio Stig Dagerman, Suecia. 12
septiembre, 2010.
Garcia Canclini, N. 1999. Los usos sociales del Patrimonio Cultural. Editorial Aguilar Criado,
Encarnacin.
Martos Garca, A.E y E. Martos Nuez (Coordinadores). 2008. El Patrimonio Cultural: Tradiciones, Educacin y Turismo. Universidad
de Extremadura. Institucin Cultural El
Brocense. Excma. Diputacin Provincial de
Cceres, Extremadura.
Mignolo, W.D. 2003. Historias locales/diseos globales. Colonialidad, conocimientos subalternos y
pensamiento fronterizo. Traducido al espaol
por Juan Mara Madariaga y Cristina Vega
Sols. Ediciones Akal, Madrid.

Montes, A. 1986 [1961]. El Gran Alzamiento


Diaguita- Calchaqu. Reproduccin limitada
efectuada en forma limitada a cargo de Ana
Montes, del trabajo publicado en la Revista
Antropolgica de la Universidad Nacional
del Litoral, Tomo I, Rosario.
Otero, A. 2012. Puesta en valor del sitio arqueolgico El Shincal de Quimivil. Propuesta. Plan
Federal Estratgico de Turismo Sustentable
2020. Ministerio de Turismo.
Otero, A. y R. Gonzlez. 2012. La sombra del
turismo. Movilidades y desafos de los destinos
tursticos con migracin de amenidad. Educo,
Editorial Universitaria. Universidad Nacional del Comahue. Neuqun.
Prats, L. 1997. Antropologa y Patrimonio. Editorial Ariel, Barcelona.
Wikipedia. La enciclopedia libre. Tumi 31
octubre, 2014. http://es.wikipedia.org/wiki/
Tumi (11 noviembre 2014).

UN TUMI PARA EL SHINCAL DE QUIMIVIL, LOS MAPAS DEL ALMA Y DEL TIEMPO.

153

La Fundacin Azara, creada el 13 de noviembre del ao 2000, es una institucin no


gubernamental y sin fines de lucro dedicada a las ciencias naturales y antropolgicas. Tiene por misin contribuir al estudio y la conservacin del patrimonio natural
y cultural del pas, y tambin desarrolla actividades en otros pases como Paraguay,
Bolivia, Chile, Brasil, Colombia, Cuba y Espaa.
Desde el mbito de la Fundacin Azara un grupo de investigadores y naturalistas
sigue an hoy en el siglo XXI descubriendo especies -tanto fsiles como vivientesnuevas para la ciencia, y en otros casos especies cuya existencia se desconoca para
nuestro pas.
Desde su creacin la Fundacin Azara contribuy con ms de cincuenta proyectos
de investigacin y conservacin; particip como editora o auspiciante en ms de
doscientos libros sobre ciencia y naturaleza; produjo ciclos documentales; promovi la creacin de reservas naturales y la implementacin de otras; trabaj en el
rescate y manejo de la vida silvestre; promovi la investigacin y la divulgacin de
la ciencia en el marco de las universidades argentinas de gestin privada; asesor
en la confeccin de distintas normativas ambientales; organiz congresos, cursos y
casi un centenar de conferencias.
En el ao 2004 cre los Congresos Nacionales de Conservacin de la Biodiversidad,
que desde entonces se realizan cada dos aos. Desde el ao 2005 comaneja el Centro
de Rescate, Rehabilitacin y Recra de Fauna Silvestre Gir Oga, vecino al Parque
Nacional Iguaz, en la provincia de Misiones. En sus colecciones cientficas -abiertas
a la consulta de investigadores nacionales y extranjeros que lo deseen- se atesoran
ms de 50.000 piezas. Actualmente tiene actividad en varias provincias argentinas:
Misiones, Corrientes, Entre Ros, Chaco, Catamarca, San Juan, La Pampa, Buenos Aires, Ro Negro, Neuqun y Santa Cruz. La importante produccin cientfica de la institucin es el reflejo del trabajo de ms de setenta cientficos y naturalistas de campo
nucleados en ella, algunos de los cuales son referentes de su especialidad.
La Fundacin recibi apoyo y distinciones de instituciones tales como: Field Museum de Chicago, National Geographic Society, Consejo Superior de Investigaciones Cientficas de Espaa, Fundacin Atapuerca, Museo de la Evolucin de Burgos,
The Rufford Foundation, entre muchas otras.
www.fundacionazara.org.ar
www.facebook.com/fundacionazara

EL SHINCAL
DE QUIMIVIL
En esta obra se dan a conocer una suma
de estudios sobre el sitio arqueolgico
El Shincal de Quimivil, ubicado en la
localidad de Londres, departamento de
Beln, provincia de Catamarca.
Asumiendo la necesidad de revalorizar
el patrimonio arqueolgico del sitio, un
grupo de antroplogos, arquelogos,
bilogos, muselogos y profesionales del
turismo exponen su mirada sobre una
misma realidad y sus diferentes aspectos.
Esta tarea fue realizada gracias al
Ministerio de Ciencia, Tecnologa e
Innovacin Productiva de la Nacin, el
Ministerio de Turismo de la Nacin, el
Gobierno de la provincia de Catamarca, la
Municipalidad de Londres y la Fundacin
de Historia Natural Flix de Azara y con
el asesoramiento de investigadores del
Museo de La Plata, el CONICET y la
Universidad Nacional de Catamarca.
Las temticas abordadas, tanto
arqueolgicas,etnobotnicas,
arqueoastronmicas, patrimoniales como
tursticas y museolgicas, conforman una
actualizacin de las diversas perspectivas
del sitio arqueolgico que ha sido
considerado unCusco del Kollasuyu:
El Shincal de Quimivil.

www.fundacionazara.org.ar

También podría gustarte