Poema de La Tierra

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Poema de la Tierra (Oscar Castro)

1
Tierra, como si fueras mi corazn, te quiero,
Para decir tu salmo sobre ti me levanto
Alzo la frente, pero mis pies en ti reposan
Soy el tallo moreno en la espiga del canto.
Tierra de los viedos, tierra de los maizales
rientes y jocundos, ancha tierra del campo,
para apretarte toda contra mi pecho duro
alargara en ros melodiosos mis brazos.
Prolongacin de ti, todava conserva
tu morena humedad este vaso de arcilla.
Si el corazn desnudo cayera en cualquier surco,
te enjoyara toda de rosas purpurinas.
Tierra ma, mi tierra con olor a vendimias,
sabor del fruto dulce y del agua que bebo,
el da en que tu entraa me recoja y me absorba,
te habr devuelto slo todo lo que te debo.
2
Tierra humilde y reseca del patio de la casa
Pintada por la sombra de movedizas parras
Tierra sin horizontes, heredad que termina
Junto a la vertical tierra de las murallas.
El sol se acuesta en ella, como un perro, a la siesta
La luna le derrama sus linos y sus platas
Grises guijarros duermen junto a sus partiduras
Sobre su rostro caen hojas y sombras de alas.
Dura como las manos del destino y la angustia
Y en la actitud divina del que sufre y se calla,

Debe sentirse, cuando maduran los luceros


Fondo del pozo de la noche milenaria.
3
Tierra de los caminos del mundo entero.
Tierra hollada por las bestias grises y por los hombres
Tierra por donde pasa la cosecha olorosa.
Polvo que va marcando la angustia de los pobres.
Franja de tierra, nica de todos en el mundo,
siempre abierta y leal como una mano buena.
Predio de los poetas y de los vagabundos
que no tienen "en dnde reclinar la cabeza".
Yo me arrodillara, y para darle sombra,
plantara en su orilla mi huerto de poemas:
pasaran los hombres, cogeran las flores
y las iran, luego, deshojando en la tierra.
Yo, que nac desnudo y que nunca he tenido
ms que un surco de angustia y un sembrado de estrellas
pienso que si no hubiera caminos polvorosos,
no habra posedo ni una cosa en la tierra.
La codicia del hombre desde los caminos.
Pueden pasar por ellos, enemigos y hermanos.
Ah, si la tierra entera fuese un camino inmenso,
todos podran ir cogidos de la mano!
4
Bajo el asfalto duro de las ciudades duermes,
Escondida del sol y lejana del viento,
Tierra de las ciudades, te vendaron los ojos
Para que no miraras la sonrisa del cielo.
Sufres por los trigales que no fructificaron,
Deslumbrados de sol, sobre tu techo inmenso.
Y te clavan la entraa dolorosa y mordida,
Los tallos sin races de los postes elctricos.

Tierra ma, los hombres te olvidaron. No sienten


Tu temblor en el surco, tu fragancia en el viento.
Y ni siquiera puedes besarles las rodillas:
Entre ellos y t, est la losa de los tiempos.
Yo sentir por todos. Me tender de bruces,
Hasta que me perfumes la sangre y el aliento.
En qu rincn humilde florecer un rosal,
Cuando t seas toda de asfalto y de cemento?
5
Tanta sangre cada sobre la tierra. Tanta
Vida segada cuando su aurora comenzaba.
Todo por el anhelo de poseer la tierra
Y de alzar en la tierra fronteras y murallas.
Tierra escupida de blasfemias y sollozos,
De polvera y de sangre, tierra de las batallas,
Despus que te mordieron y te desmantelaron
Cmo podr tu entraa florecer rosas blancas?
Las manos de los muertos, las bocas de los muertos,
Se apegaron a ti, sangrientas y crispadas.
Te cubrieron entera de huesos y cenizas,
Te quemaron los bosques, te enturbiaron las aguas.
Y t, piadosamente, recogiste la sangre
Para elevarla al sol, dulce y purificada.
oh, melodioso viaje de la sabia en los troncos,
Rumbo al retoo nio o la flor deslumbrada!
Yo no s qu designio preside tus alquimias.
Luchan por ti los hombres, tierra de las batallas.
Lucha, y no comprenden que cuando a ti se fundan,
Te las entregaras, morena y perfumada.
6
Tierra los ojos y las manos,
hmeda tierra el corazn,
tierra la carne de la amada,

tierra fragante la cancin.


Tierra los cuerpos en la cpula,
enceguecidos de hambre y sol:
tierra sufriente y dolorosa,
tierra con sangre de Dios.
Solloza el mundo en nuestra tierra,
y las estrellas, y la flor,
y la palabra de los vientos
y todo rosal interior.
Y esta tierra con que sufrimos,
nos impide toda ascensin,
y toda ala cada en tierra
se nos pudre en el corazn.
Tierra las manos de la amada,
tierra su cuerpo de alba y sol,
tierra sus ojos dolorosos,
temblor de tierra su temblor

en el instante del vencimiento,


tierra otoal su extenuacin.
Ser de tierra el pensamiento
y ser tierra la emocin?

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