Manjari Bhava Explicado Aindra Das Libro
Manjari Bhava Explicado Aindra Das Libro
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o hace sino incrementar el valor de estas a sus ojos, haciendo que su mente y su
corazn se vuelvan locos por ellas, con una diferencia muy particular hacia los e
xquisitos pies de loto de Sri Radhika.
Cabria hacer una anotacin adicional a este respecto, para sealar que existen dos r
asgos que iluminan, de forma brillante, el desarrollo de ese gopi-prema tal y co
mo se describe en los shastras: ghrita-sneha- el amor comparado al ghee, que no
es dulce "per se"; y madhu sneha, sentimiento amoroso, dulce como la miel, el cu
al esta siempre impregnado de una cierta ambrosa.
Aunque Chandravali estuviera casada con otro (Govardhana Malla) esto no hace sin
o intensificar la parakiya rasa; el ala derecha que ella encabeza es el ejemplo
perfecto de grita-sneha, inundando su forma de pensar al punto de, hacerla excla
mar: "!!Yo pertenezco a Krishna".
En la medida en que Krishna responde de forma congruente con la bhava de sus dev
otos, se puede ver que a veces, en el curso de sus juguetones devaneos, se prest
a a condescender para nutrir los sentimientos amorosos de Chandravali, pero se m
antiene como un hombre aparte. En el caso de Radharani, el ala izquierda y epito
me de madhu-sneha, ejerce una influencia poderosa sobre Krishna, al punto que pu
ede permitirse de declarar: "!!Krishna me pertenece".
En la medida en que Krishna tiene que corresponder a los sentimientos de Radhe,
pierde su autonoma. Deja de ser independiente. Antes bien el amante supremo se co
nvierte en el "calzonazo" amante de aquella que juguetea de manera dominante con
la dignidad de sentirse supremamente amada por l. Ella se convierte en su amada.
El corre como un loco para entregarse a ella y ella, en alguna ocasin que otra,
condesciende hasta permitirle que se convierta en su mas rendido sirviente, haci
endo que baile a sus pies como un perrillo faldero. Ella se convierte en la prep
otente posesora de aquel que se siente incrementadamente posedo por su absolutame
nte tentador, trascendentalmente melifluo y preponderante, siempre nuevo y supra
mundano sentimiento de absoluta posesin.
As, cuando ella esta ausente, Sri Krishna, trascendentalmente engolfado en su pro
pio desengao amoroso, se sorprende a veces bailando detrs del mas hbil de los maest
ros de danza, la imagen errante, aparece ante su mirada febril en cada rbol y arb
usto de Vrindavan, en todas y cada una de las direcciones.
De modo similar parakiya-tattva va adelante hasta manifestar otra encantadora pe
rmutacin. Las sirvientas de Radha, al igual que ella, no comparten el humor de pe
rtenecer a Krishna, son en verdad radhika-snehadhika sakhis, las cuales, aunque
estn casadas con otros vaqueros, aprecian su status de pertenecer a Radhika.
Despus de haber contemplado la devocin sincera e inalterable que una de las manjar
is muerta por los pies de loto de Sri Radha, una devocin colmada de un amor sin l
imites, mayor incluso que el que l mismo siente por su propios devotos, el encant
ado Krishna no puede por menos que abrazarla, tomar las nueces de betel de su pr
opia boca y ponerla en las de el y colocar igualmente su guirnalda de flores en
su cuello.
Y por qu? Ella no es suya. Ella pertenece a otro (parakiya). Ella le pertenece a e
lla. Una vez que ha tomado refugio en la fortaleza inconquistable de los pies de
loto de Radha, ella lo ha conquistado por completo. Tal y como se ve en la Sana
t-kumara Samhita, el Krishna instruye a Sada Shiva:
"Una persona que se rinde una sola vez a Radha, diciendo: "Yo soy tuyo , me conqui
sta en verdad a Mi, sin que tenga que recurrir a ningn otra sadhana complementari
a. No hay la menor duda al respecto, por consiguiente, OH Seor Shiva, quien desee
conquistarme, debera primero rendirse completamente a ella, de esta forma uno se
vuelve muy querido a mis ojos.
an muchos casos (tal vez mas de lo que uno se piensa) en los que una manjari tie
ne que resistir heroicamente a las insinuaciones de Krishna, con el fin de poder
salvaguardar su integridad, en tanto que kinkari confidencial de Radharani. Ese
sentimiento tan parakiya de pertenecer mas bien a Radha que a Krishna, le brind
a afortunadamente, el aplomo y la firmeza necesarios para cumplir con xito su com
etido. Esto cobra un significado especial en el caso de las sadhana-siddha-manja
ris, quienes son vibhinamsha-jivatmas, en posesin de una potencia ilimitada.
Ellas son, no obstante, totalmente insignificantes, mientras que Krishna es vibh
u, ilimitadamente grande y omnipotente, por ellas mismas, las sadhana-siddhas-ma
njaris, tenan muy pocas esperanzas de resistir el acoso de Krishna, bajo la forma
de su atraccin, dulzura, belleza y hermosura. Como puede una mujer resistrsele? Pue
de acaso una partcula de hierro escapar a la fuerza de atraccin de un gran imn? Har
to improbable.
Pero as y todo, si se diera la influencia de un magnetismo aun mayor, si la sadha
na-siddhi-manjari se ve constantemente asediada por una atraccin aun mas poderosa
, mayor dulzura y mas excelsa belleza, ella podra entonces desviar fcilmente la ab
soluta e ilimitada lascivia de Krishna.
Para eso est Sri Radhika. Sin su refugio quien puede mantenerse en pie? Radhika es
la suprema svarupa-shakti, el contrapeso de Sri Krishna, ella tambin es vibhu. E
lla es igualmente ilimitada, como lo son tambin, por extensin, muchas de sus confi
dentes kaya-vyuha. Como tal, Radhika, gracias a su preponderancia trascendental,
puede de forma eficaz, rechazar la rapaz codicia de su amante, cuando ella esti
ma necesario, hacer el papel de difcil de conseguir .
Otro tanto se puede decir de sus privilegiadas vibhinsha kinkari, gracias al laz
o del afecto que sienten por Radha, reforzado adems por las poderosas instruccion
es recibidas de su sakhi-guru, cuyas directrices, van siempre de acuerdo con los
deseos de Radha, arropadas bajo la fuerza de la influencia dominante, a la vez
que amparadas por la falta de inclinacin a quebrantar la confianza de Radha, las
manjaris alardean de poseer la autoridad requerida y la prerrogativa de poder de
cir "no" a Krishna.
No solo se le resisten, sino que lo interpelan diciendo: Eh "lampata" (degenerado
), controla tus sentidos. olvdate del tema, Yo no estoy aqu para lo que se te anto
je. Yo pertenezco a mi Swamini, no soy mas que su insignificante mensajera. Desp
iadado joven. Se bueno conmigo. Sultame el borde del sari. Esta oscureciendo y te
ngo que irme para el arti. No es culpa ma que no puedas entender el mensaje de mi
querida amiga y que menosprecies su valioso regalo.
Eres demasiado inteligente como para entenderlo. Krishna porque tienes que tensar
el mortfero dardo de cupido que se esconde en tus pestaas? Oh Krishna, Oh sol de
Vraja! Si pasas de mi amiga y te pones a hacerme requiebros, me voy a suicidar a
qu mismo". De este modo, la jiva, aunque sea insignificante puede conseguir con t
oda facilidad la fuerza de mostrarse dura-de-conseguir .
Llegados a esta coyuntura, la influencia de parakiya, muestra otra faceta digna
de considerar. Esta inaccesibilidad, gracias al apreciable dominio de Radha, sita
de manera apreciable, a sus sirvientas, ya que no hace sino generar una crecien
te fascinacin en el corazn de Krishna, al punto que lo que ya era infinitesimal, r
esulta considerablemente magnificado.
Algo que se consigue de manera fcil, se suele considerar como algo barato y llega
a abandonarse. Por el contario, algo difcil de lograr u obtenido despus de una la
rga pelea, se guarda como un tesoro.
Krishna puede que olvide, ignore o rechace a la minscula jiva. Que inters puede ten
er una insignificante chispa, al lado de un enorme fuego? Se dice que Radha y Kr
ishna son como una nica lmpara de ghee, con dos inmaculadas, refulgentes e infinit
es, con respecto a Krishna, as tambin ocurre con la sakh sneha de las diversas manj
aris.
Como sucede en el caso de Rati Manjari, hay muchas que se consideran a si mismas
como la posesin de Radha. Hay otras, no obstante que abrazan el prominente senti
miento de que Radhe les pertenece. Tal y como uno pudiera suponer, Radha condesc
iende misericordiosamente con ambas posturas. Pero si damos por sentado que Radh
a pertenece a Krishna, a quien pues pertenece ella? Radha no pertenece a Krishna,
ella se auto-posee.
Es indiscutible que ella pertenece a otro (parakiya). Pertenece tan solo a sus s
akhis, Krishna, correspondiendo con la bhava de Radhika, una y otra vez corre a
entregarse a ella, pero pensis de verdad que lo tiene siempre fcil? Ciertamente qu
e no. El depende enteramente de la misericordia de las sakhis, quienes en muchas
ocasiones no se muestran muy dispuestas hacia su desenfadada manera tan licenci
osa.
En muchas ocasiones se ve obligado a mendigar a los pies de las sirvientas del a
la izquierda de Radha, quienes de forma irrisoria lo mantienen acorralado, incre
mentando de forma cmica la eficacia de la vipralambha-rasa, lo cual no hace sino
nutrir los xtasis emocionales de la pareja divina, en el momento critico de su un
in eminente.
Los devotos que aspiran a alcanzar los svakiya-mayi sambhogha-lila en la morada
eterna de la Pareja Divina, lo cual resulta trascendentalmente utpico (Ranga Maha
l) (tales devotos) piensan generalmente que la parakiya salpicada de vipralambha
bhava resulta ser antagonista para el cumplimiento favorable del deseo de Radha
-Krishna de gozar sin fin de sambhoga-rasa (nitya-kunja-viraha).
Argumentan que en el mundo espiritual, la ananda saboreada por la Pareja Divina,
en compaa de sus mas ntimos asociados, se incrementa de forma progresiva hacia la
eternidad de todas maneras, entonces que razn tiene el desearles las penas de la s
eparacin, con la intencin de hacerlo felices? Ellos se sienten ya incrementadament
e felices de estar juntos, para que sirve pues el molestarlos con el buen propsito
de querer aumentar su felicidad? Dejadlos tan solo que sean felices.
Esta idea, que no se ajusta al escenario de las diferentes rasas de Vraja-Dhama,
es muy similar a la inmadura habilidad que muestra el devoto nefito a la hora d
e valorar la eficacia del castigo impuesto por su Guru. Sri Guru castiga miseric
ordiosamente a su discpulo tan solo para robustecer, elevar e intensificar la det
erminacin y el progreso espiritual de ste. Pero as y todo, el nefito y poco intelige
nte, prefiere que el Guru lo adule, mas bien que de soportar su reprimenda, la c
ual a l se le antoja intolerable.
Es en verdad un hecho innegable que la ananda del Seor y la de sus asociados eter
nos se expande ilimitadamente. Pero no obstante, en una observacin pormenorizada
se puede detectar, no obstante, que correspondiendo a las diferentes lilas que t
ienen lugar en los distintos sectores de Goloka, Krishna y su squito conocen otro
Tipo de ananda , siempre creciente, eternamente incrementada y mas intensa.
El elemento parakiya de vraja-lila intensifica en verdad de varias maneras el pr
iti-bhajana de los asociados ragatmika del Seor. Esto hace que incremente por otr
o lado la ananda-maya del Seor en sus tratos con ellos, en una mirada de formas,
haciendo de ellos el objeto de su especial afecto y consideracin.