Cuentos de La Selva
Cuentos de La Selva
Cuentos de La Selva
Nos recostamos sobre la hojarasca que cubran el suelo, al rato uno de los
muchachos, se levanto al escuchar un sonido de algo parecido a campanitas y
vea varios huevos de lagarto que haba echado a rodar al remover las
hojarascas, no caba duda de que este sonido provena de los huevos y lo
comprobamos al hacer rodar los huevos y sonaban como campanitas.
Luego omos el crujir de dientes, al mismo tiempo que vimos salir de las
orillas prximas a dos enormes lagartos de unos 3 mtrs. cada uno, hembra y
macho que se abalanzaban contra nosotros y nosotros pegamos un salto casi
felino hacia la parte alta de la orilla, una vez arriba subimos a unos rboles.
Los lagartos queran arremeter contra nosotros, pero fueron cansndose,
luego con movimientos lentos de la cola comenzaron a reunir los huevos y a
cubrirlos nuevamente con las hojarascas y se echaron los lagartos a dormir
con la cola hacia el rio y la cabeza hacia nosotros y cuidando sus huevos.
Mientras esto ocurra, nosotros tratamos de acomodarnos lo mejor en los
arboles y esperar que los lagartos se durmieran y luego nosotros hacer el
intento de ganar la canoa.
Haba transcurrido ms de media hora del incidente y al parecer los lagartos
dorman, pero cuando queramos bajar, observbamos que los lagartos de
cuando en cuando movan su cola, es decir estaban despiertos.
Esta situacin comenz a desesperarnos, hasta que se escucho un potente
rugido de otorongo cerca a nosotros, dejndonos casi paralizados y hasta que
vimos salir de la espesura de la selva al enorme tigre y dirigirse hacia la orilla
donde se encontraban los lagartos, que en ese momento se quedaron
inmviles sin dar seales de vida, como si realmente estuvieran muertos.
El tigre no nos haba visto, porque su atencin estaba en los lagartos, el tigre
se sent tranquilamente y lanzo otro potente rugido, sin que los reptiles
optaran por moverse, ni abrir siquiera sus ojos.
Acto seguido el tigre empez su festn, se acerco a la cola de uno de los
lagartos y empez a comerla. Durante esta operacin el tigre remova al
lagarto de un lado a otro, sin que este ofreciera resistencia ni se quejara por
el intenso dolor que seguramente le producan las garras y los dientes del
tigre al prenderse en sus carnes.
Luego se canso de este y paso a comer la cola del otro lagarto, en la misma
forma como lo hizo con el primero. Cuando ya estuvo harto, se alejo de ellos
y fue al rio a beber, luego se sent en la orilla, lanzo otro rugido
ensordecedor y se dirigi al bosque donde desapareci. Mientras tanto los
lagartos apenas se sintieron libres de la presencia del tigre reaccionaron de
inmediato y sin esperar ms se lanzaron al rio con las colas mutiladas y
sangrantes.
E L
H A R A G A N
E L
P A L O M I L L A
muchachos que vieron esto, se rean celebrando la broma que le jugaron los
dos amigos al matn del Colegio. Era caca de carnero, lo que comi, ja, ja, ja,
ja,ja, se rean sin cesar.
Despus Mantecoso quera desquitarse del ridculo que le hicieron pasar y les
amenazaba con su puo cerrado a Arturo y a Melvin. A la hora de la salida,
los dos nios abandonaron el saln junto a su profesor y por detrs les
segua el Mantecoso.
Una vez afuera, el profesor tomo rumbo a su casa y Mantecoso fue a
golpearles, pero Melvin palomilla con una baladora le tiro una piedra en la
frente que le tumbo de espaldas y desde aquel da todos le tenan un callado
respeto al palomilla y se burlaban de Mantecoso que luca la frente morada a
consecuencia de la piedra que le tirara Melvin.
En un lugar conocido como el shapumbal, se reunan los muchachos a jugar a
los indios y soldados. Los indios se sacaban las camisas y cortaban los tallos
de los helechos. Eran sus lanzas y los soldados hacan lo mismo.
Se iniciaba la guerra, todos corran a esconderse, para poco a poco ir
apareciendo y matando a sus adversarios.
Melvin palomilla se escondi entre las shapumbas, el Mantecoso lo vio, corto
un tallo de tabaco caspi y lo lanzo a Melvin, que se quejo y desmayo. Todos se
dieron a la fuga, dejando al desvanecido nio.
Luego sus amigos le echaron agua en su cara y se levanto llorando
fuertemente y prometi que se desquitara en cualquier momento.
Al da siguiente le ordeno a Arturo haragan, dicindole :Arturito, en la tarde,
treme tres isulas, los metes en una botellita y me lo entregas sin que nadie
se d cuenta.
Porque no vas tu mismo a recogerlas?. Yo en cuanto llego a mi casa, como,
luego me duermo, pues tengo mucha pereza.
Est bien, mal amigo, pero cuidado de hablar de esto o te pesara. En la tarde,
en la formacin, Melvin se coloco tras el Mantecoso y con un palito saco de la
botellita dos isulas y las coloco en la camisa de Mantecoso, las isulas
subieron hasta el cuello y le picaron, que Mantecoso grito fuertemente y sali
corriendo de la formacin y nadie dijo nada.
Una tarde hablo el profesor a sus alumnos: Ya que son tan burros, a ver si
salvan su nota contando cuentos, a ver tu Melvin palomilla.
Una vez, mi cuado Chancho, se fue a montear por Shima Uma, era muy
valiente en aquel entonces, bueno, hoy da todos sabemos que es un
talegario. En un aguajal, escucho comer a unos sajinos, olio el asnay de
aquellos animales que apestan idem a sobaquina de chucuma. Se acerco,
apunto y disparo, all mismo cay muerto un sajino. Una perdiz vol asustada
de su nido, quebrando los huevos que estaba incubando, de los cuales iban a
nacer hermoso shanshitos.
Como, que de los huevos de perdiz van a nacer shanshos?, pregunto el
profesor.
El que est contando soy yo profesor y hago nacer lo que quiero de aquellos
huevos. Por si no lo saben amigos, la perdiz le burlaba a su esposo con un
shansho.
Bueno, mi cuado cargo en hombros al sajino y lo llevaba a su casa,
hombrendolo, paso por debajo de un rbol cado, paso y se dio cuenta de
que el sajino pesaba ms, entonces miro hacia arriba y vio que sobre el sajino
iba un tigre intentando comer al sajino, entonces Chancho con la mano que
tenia libre le tiro un puetazo al tigre, que rugiendo fuertemente se escapo
monte adentro con un ojo negro e hinchado.
El profesor le dijo: Sabes engaar Melvin palomilla, cuando seas grande sers
un escritor.
A ver, tu, Arturito Que nos vas a contar ? O es que para esto tienes pereza.
Mi primo Manuel cuando era nio viva con sus padres en la chacra y un da
vio que varios chanchos coman el arroz que soleaban en el patio de la casa y
comenz a arrearlos diciendo: Shoo, shoo, shooo, fuera chanchos ladrones y
as arrendoles, e fueron alejando.
Luego, llegaron sus padres y preguntaron a la abuelita sobre el paradero de
su hijo Manuel.
No lo se, estaba jugando en el patio, lo buscaron durante tres das y lo
encontraron con una rama diciendo : sho, shoo, shooo, lrguense chanchos
rateros.
Sus padres no vean nada alrededor y de inmediato comprendieron lo que
haba sucedido.
Le robo el chullachaqui, dijo su padre. Tendremos que bautizarle de
inmediato. Vmonos hijo que debes tener mucha hambre.
No papa, ya com bastantes aguajes, le respondi el nio. Muy bueno, tu
cuento, haragn. Perdn Arturito.
A ver, tu, Tedy, dirigindose al Mantecoso Que nos vas a contar ?.
Bien, mi tio Toribio, que ahora es contador, cuando era nio y como no haba
bao, hacia sus necesidades en el campo, por las noches con su alcuza
(lmpara) se iba tras de la casa, en donde haba una piedra grande y all
hacia sus necesidades.
En esos das, las gallinas amanecan sangrando, investigaron el motivo y
descubrieron que los mashos les estaban chupando la sangre. Algunas aves
se moran bien poshecas y sus abuelos decidieron quemar aj pucunucho por
las noches para que no se acercaran estos mashos.
Venan las lluvias y el aj se regaba por el suelo y todo lo que se encontraba
por all se impregnaba con el aj.
Las gallinas dorman en los arboles, no haba gallinero.
Y una noche Toribio, fue a hacer su necesidad bajo uno de esos rboles, como
en aquel entonces no haba papel higinico, se limpiaban con tuzas de maz,
con hojas o con alguna piedra.
Toribio luego que termino, se limpio con una tuza de maz y que estaba
impregnada con aj. Al poco rato , entro corriendo a su casa, llorando
fuertemente y tuvo que permanecer como dos horas cutulo sentado en el
agua hasta que le pasara el ardor del aji pucunucho en su chunchuy
muyuna.
Y as todos los alumnos, hasta el profesor se rieron con el cuento del
Mantecoso.
Carlos Velsquez Snchez
Publicado por EL MAANERO en 18:42 No hay comentarios:
Domingo,01 de Febrero del 2015
E L
B U F E O
C O L O R A D O
ELBRUJO
ejemplo, antes para curar la tos ferina o sipicuso, una tos tan fuerte que hacia peer.
Expresin quechua: tos que ahoga, tos que mata.
Y estas curanderas al que tenia sipicuso o tos ferina le daban de beber orines
guardados de varios das el cual les daba resultado.
Es del caso, resaltar hoy en da el surgimiento de sabios curanderos con indiscutible
conocimiento amplio de las propiedades vegetales o sea la Medicina Natural.
Carlos Velsquez Snchez
Publicado por EL MAANERO en 7:59 No hay comentarios:
sbado, 26 de julio de 2014
ELCHOLODESIDERIO
casa podra dormir esa noche, pero los dueos le negaron hasta el lugar
destinado a los animales.
La tempestad de recuerdos de infortunio, caa empapando la memoria
del cholo Desiderio, record que la caridad nunca haba llegado a su
corazn, record a sus seres queridos, luego impulsado por el instinto de
vivir, con voz queda, pidi un plato de comida, ofreci pagar el doble,
pero tambin se le neg.
Se dirigi a una piedra a descansar, su respiracin quera extinguirse. La
sirviente de la casa que le estaba observando, exclamo: El cholo que le
hemos botado no se ha ido, est en esa piedra sentado. Y ante el peligro
que se quedase, el amo ordeno que le den comida, pero no en el plato
Tengan cuidado! Arranquen hojas grandes y en ellas pnganle comida
a ese hombre y que se largue y advirtanle que se vaya lejos, porque ya
vamos a soltar a los perros.
Desiderio comi poco, el hambre de justicia y de amor le torturaba mas,
de pronto vio como un gorrin que picaba granos de arroz, cae de
repente en las garras de un gato que le acechaba. Y l dijo : Una vida
que se acaba en un instante. Buena suerte del avecilla y envidio su
muerte rpida.
El pen marcho huyendo de todos los humanos, como un alucinado, en
direccin al monte, por una trocha espinosa en busca del otorongo y de
Dios . En busca del otorongo para que termine con su cuerpo y en busca
de Dios para que salve su alma.
Se fue lentamente, la asquerosa silueta de su cuerpo se confundi con
las sombras de la noche, el ambiente selvtico murmuraba. Muerte
bendita! Dulce muerte!, los truenos retumbaban, los relmpagos
iluminaron el cuerpo, que yaca en su lecho fnebre de tierra frtil,
monte lozano y lluvia vivificante.
Desiderio, el pen haragn haba muerto, el cielo lloraba mucho y llego
el otorongo con sus ojos diablicos, pero tuvo asco de comer ese cuerpo
inmvil y se retiro.
Publicado por EL MAANERO en 12:08 No hay comentarios:
mircoles, 9 de julio de 2014
ELNACIMIENTODELDIOSTESLA
Yakonera, fue una mujer nativa, que por sus grandes facultades mgicas
se converta en tigre o en mujer. Casi toda su juventud la haba pasado
en el Pas de los Tigres, viviendo como acompaante de un gran tigre y
del cual haba tenido 20 hijos tigres.
Acompaaba a los tigres en sus caceras, se distingui en el ataque por
sorpresa a un Casero, pues ella los diriga, interesada en encontrar a
algn joven que le sirviera como marido.
Para ello mataron a todas las mujeres y despus Yakonera iba mirando y
oliendo a los hombres, entregando a las garras de los tigres los que no
satisfacan sus gustos. Hasta que encontr a un joven agraciado del cual
se enamoro y a quien defendi cubrindolo con una piel de tigre para
que no fuera devorado.
Despus de esta emboscada , los tigres regresaron a la selva, mas
Yakonera se retraso y se separo de los tigres para quedarse a vivir en el
Pas de los hombres, convertida en mujer con su nuevo esposo, se
encaminaron al Casero para comenzar una nueva vida.
Cuando caminaban, Yakonera se dio cuenta de que haba perdido sus
hermosas chaquiras de sus brazos y piernas y su marido le dice que
vaya a buscarlas.
Yakonera regreso sola a buscar sus chaquiras, ella ya estaba
embarazada y tenia en sus entraas a Tesla y a los dos Muichkas. En el
trayecto, Tesla desde el vientre de su madre le deca : Mama, dame esa
flor olorosa, Yakonera coga esa flor y la pona sobre su vientre. Tesla la
absorba y la flor entraba, sus otros dos hermanos pedan flores y la
madre les atenda, hasta que al querer coger unas flores, le pico la
hormiga isula en la mano, producindole grandes dolores y fiebre, ella se
enfado contra sus hijos y se golpeo fuertemente el vientre.
Los hermanos se sintieron heridos y lloraron la maldicin de su madre
que quera abandonarlos en el monte. Hasta que amaneci, la madre vio
que haba dos caminos: Uno, el de su misma casa y el otro camino el de
los tigres, dejo una seal para que al regreso no confundiera los caminos
ELSUEODELBUFEO
Para su suerte justo antes de antes de morir- fue salvado por un bufeo
que lo condujo hacia la ribera ms prxima, cuando Marco se repuso se
percat que se encontraba semidesnudo acompaado de una linda
mujer desnuda de largos cabellos de color azabache y aroma atrayente.
La belleza y encanto de esta joven mujer lo sedujo por completo e hizo
que borrara toda memoria anterior. Marco no recordaba nada, en su
mente todo era mgico, con luces de colores, bosques maravillosos y
animales fantsticos. La mujer delfn lo condujo a las profundidades de
su reino, en donde habitaba una pequea colonia de bufeos, la gente de
este lugar no hablaba, no tenan necesidad de hacerlo pues se
comunicaban telepticamente. Marco era el nuevo integrante y haba
sido aceptado por todos. Aprendi muy rpido las artes del delfn rosado,
se transformaba en delfn o humano y jugaba con su singular compaera
de la cual se senta perdidamente enamorado.
En una noche de luna blanca Marco tuvo un inusual sueo, pues vio que
la profundidad del ro lo devoraba y tragaba agua hasta ahogarse,
despert y huy despavorido del bosque encantado, su aterrador sueo
haba hecho que recobrase la memoria y una vez consciente solo
pensaba en huir. En su travesa por pantanos, quebradas y ros
caudalosos fue consciente de las ventajas de ser delfin, su agilidad y
rapidez era a prueba de toda dificultad, esta vez el gran ro marrn no
era caudaloso ni turbio para l, ya que poda nadar velozmente y saltar
por sus aguas y hasta tena una especie de radar para distinguir en
aguas profundas- todo a su paso. Antes de abandonar la selva y retornar
a la civilizacin de hombres se detuvo por un momento recordando a su
compaera delfn, a quin comenzaba a extraar. Era el momento de
tomar la decisin de su vida. Su mente le impulsaba a avanzar, pero su
corazn le impeda hacerlo. Cuando Marco decidi regresar por ella, es
decir al mundo del bufeo rosado, ya no pudo convertirse en delfn, era
solo humano. El hecho de cruzar el gran ro marrn haba sido un viaje
sin retorno a su naturaleza humana, por ms que intent nadar desde la
orilla todo era en vano.
Cuando regres a la ciudad para todo el mundo era una gran noticia
encontrarlo con vida- sus familiares y amigos hicieron una gran fiesta en
su honor. A pesar de la alegra de los presentes, Marco no poda ocultar
su tristeza y nostalgia por la mujer delfn que lo salv de una muerte
segura. En aquella noche de luna llena, cuando todos bailaban, beban o
rean, Marco observ que una hermosa mujer de vestido rosado
ingresaba a la fiesta con otras amigas, fue inmediatamente a su
encuentro, no la conoca pero increblemente tena un parecido a su
mujer delfn, con cabellos de color azabache y un atrayente aroma. El
flechazo fue inmediato, cuando se saludaron con un beso en la mejilla
ella le dijo al odo: tu amor me ha llamado. Marco no la dejara jams,
ella sera en adelante su nico destino.
Publicado por EL MAANERO en 11:29 No hay
Slo los flamencos, que entonces tenan las patas blancas, y tienen ahora como antes la nariz
muy gruesa y torcida, slo los flamencos estaban tristes, porque como tienen muy poca
inteligencia, no haban sabido cmo adornarse. Envidiaban el traje de todos, y sobre todo el de
las vboras de coral. Cada vez que una vbora pasaba por delante de ellos, coqueteando y
haciendo ondular las gasas de serpentina, los flamencos se moran de envidia.
Un flamenco dijo entonces:
Yo s lo que vamos a hacer. Vamos a ponernos medias coloradas, blancas y negras, y las vboras
de coral se van a enamorar de nosotros.
Y levantando todos el vuelo, cruzaron el ro y fueron a golpear en un almacn del pueblo.
Tantan! pegaron con las patas.
Quin es? respondi el almacenero.
Somos los flamencos. Tiene medias coloradas, blancas y negras?
No, no hay contest el almacenero. Estn locos? En ninguna parte van a encontrar medias as.
Los flamencos fueron entonces a otro almacn.
Tantan! Tiene medias coloradas, blancas y negras?
El almacenero contest:
Cmo dice? Coloradas, blancas y negras? No hay medias as en ninguna parte. Ustedes estn
locos. Quines son?
Somos los flamencos respondieron ellos.
Y el hombre dijo:
Entonces son con seguridad flamencos locos.
Fueron entonces a otro almacn.
Tantan! Tiene medias coloradas, blancas y negras?
El almacenero grit:
De qu color? Coloradas, blancas y negras? Solamente a pjaros narigudos como ustedes se les
ocurre pedir medias as. Vyanse enseguida!
Y el hombre los ech con la escoba.
Los flamencos recorrieron as todos los almacenes, y de todas partes los echaban por locos.
Entonces un tat, que haba ido a tomar agua al ro, se quiso burlar de los flamencos y les dijo,
hacindoles un gran saludo:
Buenas noches, seores flamencos! Yo s lo que ustedes buscan. No van a encontrar medias as
en ningn almacn. Tal vez haya en Buenos Aires, pero tendrn que pedirlas por encomienda
postal. Mi cuada, la lechuza, tiene medias as. Pdanselas, y ella les va a dar las medias
coloradas, blancas y negras.
Los flamencos le dieron las gracias, y se fueron volando a la cueva de la lechuza. Y le dijeron:
Buenas noches, lechuza! Venimos a pedirle las medias coloradas, blancas y negras. Hoy es el
gran baile de las vboras, y si nos ponemos esas medias, las vboras de coral se van a enamorar de
nosotros.
Con mucho gusto! respondi la lechuza. Esperen un segundo, y vuelvo enseguida.
Y echando a volar, dej solos a los flamencos; y al rato volvi con las medias. Pero no eran
medias, sino cueros de vbora de coral, lindsimos cueros recin sacados a las vboras que la
lechuza haba cazado.
Aqu estn las medias les dijo la lechuza. No se preocupen de nada, sino de una sola cosa:
bailen toda la noche, bailen sin parar un momento, bailen de costado, de pico, de cabeza, como
ustedes quieran; pero no paren un momento, porque en vez de bailar van entonces a llorar.
Pero los flamencos, como son tan tontos, no comprendan bien qu gran peligro haba para ellos
en eso, y locos de alegra se pusieron los cueros de las vboras de coral, como medias, metiendo
las patas dentro de los cueros que eran como tubos. Y muy contentos se fueron volando al baile.
Cuando vieron a los flamencos con sus hermossimas medias, todos les tuvieron envidia. Las
vboras queran bailar con ellos, nicamente, y como los flamencos no dejaban un instante de
mover las patas, las vboras no podan ver bien de qu estaban hechas aquellas preciosas medias.
Pero poco a poco, sin embargo, las vboras comenzaron a desconfiar. Cuando los flamencos
pasaban bailando al lado de ellas, se agachaban hasta el suelo para ver bien.
Las vboras de coral, sobre todo, estaban muy inquietas. No apartaban la vista de las medias, y se
agachaban tambin, tratando de tocar con la lengua las patas de los flamencos, porque la lengua
de las vboras es como la mano de las personas. Pero los flamencos bailaban y bailaban sin cesar,
aunque estaban cansadsimos y ya no podan ms.
Las vboras de coral, que conocieron esto, pidieron enseguida a las ranas sus farolitos, que eran
bichitos de luz, y esperaron todas juntas a que los flamencos se cayeran de cansados.
Efectivamente, un minuto despus, un flamenco, que ya no poda ms, tropez con el cigarro de
un yacar, se tambale y cay de costado. Enseguida las vboras de coral corrieron con sus
farolitos, y alumbraron bien las patas del flamenco. Y vieron qu eran aquellas medias, y
lanzaron un silbido que se oy desde la orilla del Paran.
No son medias! gritaron las vboras. Sabemos lo que es! Nos han engaado! Los flamencos
han matado a nuestras hermanas y se han puesto sus cueros como medias! Las medias que tienen
son de vbora de coral!
Al or esto, los flamencos, llenos de miedo porque estaban descubiertos, quisieron volar; pero
estaban tan cansados que no pudieron levantar una sola ala. Entonces las vboras de coral se
lanzaron sobre ellos, y enroscndose en sus patas les deshicieron a mordiscones las medias. Les
arrancaban las medias a pedazos, enfurecidas, y les mordan tambin las patas, para que se
murieran.
Los flamencos, locos de dolor, saltaban de un lado para otro, sin que las vboras de coral se
desenroscaran de sus patas. Hasta que al fin, viendo que ya no quedaba un solo pedazo de media,
las vboras los dejaron libres, cansadas y arreglndose las gasas de su traje de baile.
Adems, las vboras de coral estaban seguras de que los flamencos iban a morir, porque la mitad,
por lo menos, de las vboras de coral que los haban mordido, eran venenosas.
Pero los flamencos no murieron. Corrieron a echarse al agua, sintiendo un grandsimo dolor.
Gritaban de dolor, y sus patas, que eran blancas, estaban entonces coloradas por el veneno de las
vboras. Pasaron das y das, y siempre sentan terrible ardor en las patas, y las tenan siempre de
color de sangre, porque estaban envenenadas.
Hace de esto muchsimo tiempo. Y ahora todava estn los flamencos casi todo el da con sus
patas coloradas metidas en el agua, tratando de calmar el ardor que sienten en ellas.
A veces se apartan de la orilla, y dan unos pasos por tierra, para ver cmo se hallan. Pero los
dolores del veneno vuelven enseguida, y corren a meterse en el agua. A veces el ardor que
sienten es tan grande, que encogen una pata y quedan as horas enteras, porque no pueden
estirarla.
Esta es la historia de los flamencos, que antes tenan las patas blancas y ahora las tienen
coloradas. Todos los pescados saben por qu es, y se burlan de ellos. Pero los flamencos, mientras
se curan en el agua, no pierden ocasin de vengarse, comindose a cuanto pescadito se acerca
demasiado a burlarse de ellos.
WIAY MARKA
UNA LEYENDA DEL LAGO TITICACA
pumas que devoraron a la gente. Todo fue una carnicera que hizo correr
lagunas de sangre.
Ante esta situacin, el padre Sol llor inconsolablemente durante
cuarenta das y cuarenta noches; las lgrimas del Sol haban formado
una inmensa laguna, que ahog a todos los pumas que han matado a la
gente.
De esta destruccin se salv poca gente, que dijeron: Qaqa titinakawa
(son pumas grises). As naci el lago y su nombre Legendario
TITICACA.
posted by Omar Gomez at 9:01 a. m. | 0 comments
La historia nos relata que hace muchos aos atrs en Juli, existi una
serpiente de tamao enorme, que causaba pnico en la poblacin del
lugar por que haba devorado a mucha gente, mientras tanto la gente
aterrorizada, solan acudir a la virgen para implorarle que los protegiera
de todo mal y que matara a la serpiente asesina, pero ese no era el
nico problema, sino que tambin apareci un sapo enorme que quiso
apoderarse del poder de la serpiente.
En cada encuentro de estos dos feroces animales, haba un
enfrentamiento por el dominio del lugar, por poseer el mejor Apu de la
zona y reinar de pnico en las personas, entre tanto la gente no poda
transitar por los exteriores y se quedaban en sus casas, presenciando a
las criaturas.
Fue entonces que el orgulloso sapo decidi enfrentar a la serpiente para
demostrar que era el mas fuerte y poderoso de los seres existentes en
la zona, entonces ambas criaturas pactaron para luchar y el ganador se
El reto fue absorber todo el agua del Lago Titicaca, entonces el sapo se
fue a prepararse para la prueba a una comunidad llamada Tisachuro no
muy lejana a Juli, igualmente lo hizo la serpiente. Al da siguiente listos
para la prueba final, el sapo confiado en que iba ganar, espero a que la
serpiente acabara toda el agua del Lago, fue entonces en que una luz
radiante apareci de entre los cerros, era la virgen quien saco su espada
y corto la cabeza de la serpiente que de inmediato se trasformo en una
roca formando un cerro inmenso, el sapo no poda huir y por temor a
ser estrangulado por el poder de la virgen se auto transformo en roca
La Ciudad Encantada
Ilave-Puno-Per
La grandiosa y no muy conocida Ciudad Encantada, se encuentra a 58
Km. va carretera afirmada Ilave-Mazocruz, al sur oeste de la ciudad de
Ilave, regin Puno provincia el Collao, , en el distrito de Condurire,
parcialidad de Chilligua, lugar caracterizado por grandiosas formaciones
rocosas.
Encontramos espectaculares columnas de piedras que miden hasta 100
mts. de alto, farallones verticales que segn los lugareos, simbolizan
algunas costumbres, vivencias y mitos, tal es el caso del matrimonio, la
danza de los chokelas, hbitos de trabajo ganadero y agrcola. Un
testimonio nos relataque antiguamente todo era oscuridad y la cuidad
encantada era como una de las grandes ciudades del mundo, con una
iluminacin artificial sorprendente, en ello cuando de pronto se dio la luz
natural (sol) la ciudad fue convertida en piedra, En el lugar tambin
existe la mitologa de las sirenas, ya que en horas puntuales (12 am,
2pm) ellas bajan de los cerros rocosos hacia el ri y en un tiempo
prolongado la sirena se arregla el cabello estos testimonios pueden,
como no, ser ciertas, pero as lo manifiesta la gente rural.
Hay formaciones extraas, por ejemplo en uno de los cerros hay un
cmulo de piedras que forman la imagen de una serpiente de dos
cabezas acompaado de una persona. Para muchos podra ser muy
misterioso. Tambin encontramos misteriosas cuevas, formadas entre
las rocas, donde se hallan pinturas rupestres, restos seos, utensilios
cermicos y otros que perteneceran a la poca pre-inca e inca.
Es un encantador paisaje, que cuando miras lo alto de las formaciones
rocosas, sientes que te mareas y presientes una emocin inexplicable.
posted by Omar Gomez at 7:18 a. m. | 0 comments
crecer las nuevas plantas, iba creando beneficios para la raza de los
pobres mortales, para quines tambin iba dando forma a los ros y
arroyos, hacia brotar rboles, pastos y construa cmodas habitaciones
en las que pudieran vivir con decencia.
Mientras, Mama Ocllo se dedicaba hacer ha hacer su gran tarea, ya que
era ella quien iba enseando a las mujeres, las artes e industrias que les
permitiera sacar todo el provecho posible a las riquezas que su hermano
produca; as haciendo prodigios, la real pareja llego hasta un lugar en el
que, con su mgico bastn de oro, sealo el centro del imperio, la futura
ciudad y hoy el ombligo del mundo, Qosqo-Cusco.
posted by Omar Gomez at 11:52 a. m. | 3 comments
Himno de Puno
cementerio al promediar las 12 del da, hora en que los difuntos tambin
se van y se concluye con el despacho repartiendo todas las ofrendas
(Tanata Wawas) a los acompaantes luego de haber permanecido 24
horas acompaados de sus seres queridos que partirn tambin para
continuar su vida tal como el seor lo encomienda y en el caso de los
fallecidos que cumplen el tercer ao, los deudos despiden a sus seres
queridos con una singular fiesta de despedida, en el que se comparte
bebidas al son de la msica preferida.
Slo esperar el prximo ao para continuar con esta costumbre muy
tradicional en el sur Peruano en la semana de TODOS LOS SANTOS y
volver a preparar las tentadoras TANTA WAWAS.
posted by Omar Gomez at 2:27 p. m. | 0 comments
Perfidia de la Pariguana
(Fbula Andina)
Muchos cuentos y fbulas hasta las mismas pelculas y dibujos animados
demuestran la astucia del zorro, pero en las cumbres ms recnditas del
sur Peruano, nace una bonita historia de una Pariguana y el Zorro.
La Pariguana es un ave muy representativa del Per ya que de ella nace
los colores de la bandera (el rojo y blanco, que han sido creados por el
General Don Jos de San Martn quien por primera ves al ver estas aves
quedo asombrado y las represento en la bandera del Per).
Cierta temporada una pariguana lucia sus bonitas cras en medio de una
laguna, a la lejana y a las orillas del lago una zorra apreciaba y
envidiaba la belleza de las pequeas mariguanas, ya que sus cras no
eran tan bonitas.
En un encuentro, la zorra se empeo en preguntarle a la pariguana cmo
hacia para tener unos hijos tan colorados y doraditos, a lo que la
pariguana respondi con plena seguridad y malas intenciones que a sus
hijos los haba metido en un horno caliente y al escuchar la primera
reventada los saco apresuradamente y fue as como obtuvo a sus hijos
tan lindos.
La zorra confiada en el consejo de la pariguana hizo calentar un horno
en la que introdujo a sus hijos y cuando escucho los reventones, las saco
rpidamente, pero desgraciadamente quemados y muertos sin poder
hacer nada, desesperada de la furia se fue a buscar a la pariguana para
tragrsela.
Claro que la encontr, pero en medio de la laguna feliz de haber
engaado a la zorra, esta, empeosa en vengarse no encontraba la
forma de entrar a la laguna, pero intento tomarse toda el agua y al final
no consigui nada, solo complico su vida ya que haba quedado
totalmente hinchada de haber bebido demasiado lquido.
Sirenas Encantadoras
Hace dcadas atrs, la Universidad Nacional del Altiplano era un
campo descubierto y con poca infraestructura, a una corta
distancia del Lago Titicaca haba una Laguna Misteriosa, que
hoy ha sido cubierta con la infraestructura y los campos
deportivos construidos a partir del ao 95.
All por los aos de 1986 cuenta un trabajador universitario,
que, cierto da se diriga a su casa, pasando por el lugar como
era de costumbre, slo que esta vez fue media noche y estaba
pasado de copas despus de haber asistido a una fiesta, cuando
de pronto la noche empez aclarecer como si recin el da
asomara el atardecer, en medio de la laguna el trabajador pudo
presenciar a unas bellas cholitas que lo miraban con cierta
ansiedad, una de ellas se acerco al trabajador y le tomo de la
mano invitndole a caminar hacia la laguna que en este caso
pareca ser un lugar muy atractivoencantado el trabajador
acepto la proposicin.
Grande fue la sorpresa del trabajador, cuando se dio cuenta que
estaba caminado sobre el agua, y en cada paso que avanzaba
senta la profundidad de la laguna, al sentir esta sensacin
levanto la mirada a sus alrededores y las cholitas que haba
visto al principio desaparecieron en la oscuridad, sorprendido
de la ocasin, apresurado se fue para su casa y contar lo
sucedido.
Fue muy difcil para el trabajador, recuperarse del susto que
haba pasado
CUENTOS ANDINOS
Julio R. Olivera Or
CAPITULO I
"Cuentos Andinos" nace en el umbral de la ilusin, como la ansiedad de
los buscadores de fortuna, tal vez como un himno al esfuerzo que se
abre en un ro atronador y un breal de rocas milenarias como es el
Callejn de Huaylas y otros pueblos,enclavados en las cumbres de
Ancash, de una parte del Per.
Tal vez sea un inventario esttico del paisaje natural
que como los ros ganaran tantas palmas con solo dar a admitir la carga
de oro que brilla y navega en la corriente.
Legendaria y novelesca esta zona en el que el sabor buclico del campo
es potico y sortlega y hechicera la campia, ha instado y gestado estos
cuentos y leyendas como epopeya de amor, paisaje conspcuo de altura,
para engalanar el arte y saciar la fantasa.
AGUACERO DE PIEDRAS
El cateador
La blanca, cuycrudo y magistral, fueron descubiertas por don Shanti el
ms gentil cateador del pasado y maestro de muchas generaciones
posteriores.
Conoca de palmo a palmo las zonas mineralizadas del lugar y la ley de
los metales, pero lo que ms conoca era el celo del mineral y la
estacin lunar en que se anunciaban, a lo lejos su olfato perciba la
emanacin del metal y poda asegurar sin confundir que es plata o
antimonio, rastreaba la huella de los xidos y pona el odo en las fisuras
de las rocas, examinaba la vegetacin y el vuelo de las aves, paladeaba
el agua de los charcos y chupaba las astilla de los breales; deambulaba
de un sitio a otro como un enagenado y luego alzando la frente
sudorosa, sealaba la veta infalible.
Don Santiago era cientifico, saba de la formacin de los metales, su
ancestro indio le haba dejado aquella experiencia, conoca que sobre la
superficie de tal o cual terreno mineralizado, que plantas se
desarrollaban y cmo saba que donde haba grillo negro, haba hierro y
cobre y donde se posaba a cantar el togop, haba infaliblemente plata..
Era un mago aquel don Shanti, tena talismanes y huayruros, beba
infusiones de panizara e inquillpumas, no le falt en la faltriquera la
garra del puma o el huevo de una serpiente, un trozo de azufre y otro
de alcanfor, pero el detector ms exacto que utilizaba don Shanti era "el
checo" que llevaba en la piccha arrullado en la fragancia de las hojas de
coca, una a una aquellas hojas con extremada solemnidad las pona en
la boca, y luego de algunos conjuros y movimientos cabalsticos del
"checo" iba tomando forma "el bolo" y "armndose" el embrujo, entonces
don Shanti entraba en frenes y comensaba "el cateo", recorra de uno a
otro lado y el alcaloide de la coca haca contacto con las emanaciones
minerales de la plata sulfrica, del oro telural, con el cobre selnico o
con el tungsteno de cal y con ello don Shanti haba descubierto la veta.
Pallasca minero
Una abigarrada coleccin de planos, de yacimientos y de esperanzas;
una turba de cateadores y traficantes han invadido y asolado la zona, un
desfile de visionarios acicateados por la ambicin del "oro". Hombres y
FLORES EN LA CUMBRE
" La Pagra"
Por los cinco mil metros de altura garbean las ms exticas y bellas
flores peruanas. Sobre un manto de esmeraldas y por entre los bellones
"El Guagor"
El Chamuchuy
Por sobre el tapiz verde de la jalca donde enseorean los ttulos reales
la Pagra, la rima rima y el guagor, estn los seductores chamuchuyes,
florecillas humildes y vivaces que salpican el alfombrado de la puna con
aquellos sus ptalos de oro o prpura, el campo glido o ahto est
como tachonado de topacios para decorar el escenario o albergar el
consuelo, en algn festn sideral se vaciaron un cmulo de estrellas
incandescentes para engarzarse en el manto de esmeralda de los llanos
de la jalca carece de tallo el chamuchuy, la flor surge y brota de entre
el terso csped como un copo de nube amarilla o como trocitos de luna
por sobre aquella sbana florida sobreviene el idilio pastoril ms tierno
y puro de las alturas haciendo rodar los cuerpos por entre pajonales y
chamuchuyes, mas abajo y al calor del aprisco las parejas reeditan las
escenas, y nada es ms ensoador que un pastor galante y una gacela en
celo, el viajero que cruza la pampa tiene ante su vista un escenario
fabuloso cuajado de florecillas maravillosas, camina entre un cielo
estrellado o por las praderas de alguna alborada? virginales aquellas
flores son de roco, de copos de alba, de haces de luz o de fantasas de
cierzo tornasolado? aquellas florecillas luminiscentes no estn
CACIQUES Y KURACAS
!agua, agua, agua!
El curaka Huaynamango en el gobierno pre-inka se las compuso para
liberar a las mozas de chaupis, torongas, quichuas y checras de
transportar agua en cntaros desde las lagunas encantadas de shullavara
al poblado de Pallasca. Aquellas mozas bellas y macizas eran lindas y
arrobadoras y cuando llevaban los cntaros al hombro dejaban admirar
senos prvidos y cinturas fascinantes.
Huaynamango se prend de las gacelas y las cuatro le impusieron la
condicin de ser suyas si se las liberaba de la esclavitud del agua y del
fantasma de la sed, el curaka acept las condiciones y enseguida
moviliz a su gente y tendi una red subterrnea de cuatro canales a
prueba de siglos para dar agua a los cuatro barrios donde habitaban sus
dulcineas, de huacchumachay o de chonta, de tumabamba o pusacocha,
no se sabe de que largas distancias llev el agua a Pallasca aqul genio
enamorado, los canales pasaban por discretos vergeles y llevaban cada
una de ellos la fragancia inestimable de la Panisara, el Torongil, de la
hierba Luisa e Inquillpuma.
Hizo de los cuatro barrios un edn florido, donde cada una de sus
amantes le prodigaban sus encantos, la red de agua iba tatuada en
medio del seno de cada una de las mujeres y debera transmitirse igual
en la doncella primognita de la estirpe, al correr del tiempo se sec
El rapto
Legendaria es la fama de Tambamba, escenario ensoador del paisaje,
olmpico parnaso de los bates y templo de cupido en Pallasca, ri all
un antecesor del prncipe Apu Pomachaico con el cacique Atun Osco y se
qued con la bella Llullu Urpe, princesa de marca Huamachuco,
hermosura primaveral que en peregrinaje idlico acampara en
Tambamba para pasar a Cuyubamba a prestar juramento de amor.
Mucho antes el emperador Huayna Capac cay en Tambamba cautivo en
los brazos de una usta del lugar, de este idilio real, naci el inca
Apallasca Vilca Yupanqui Tukihuaraca, ahijado de don Francisco Pizarro y
padre de Apu Pumachaico; Huayna Capac y Apu Pumachaico, hicieron un
edn en Tambamba, las flores ms bonitas y exticas y los nidos de las
avecillas ms hermosas engalanaron el escenario, y las parejas
enamoradas hallaron all un lugar furtivo para la aventura amorosa,
desde entonces Tambamba era el recinto del amor, cuando Gualbina
sinti la curiosidad de conocer el paraje era porque le acosaba su
radiante juventud.
Cory Saya
la comunidad de Taule, de milenaria estirpe pre-inca es sucesora de
aguerridas generaciones que siguen defendiendo los intereses de la
comarca, un regimiento taulino por orden de Huayna Capac fue
trasladado en misin especial a la regin de Andahuaylas quedando
desde entonces vnculos inolvidables.
Cory Saya, real primognita del cacique de Taule por cortesa de linajes
se educaba bajo el amparo de la comunidad de atacara, decase de Cory
Saya ser la ms bella de cuantas hermosuras hubieran habido en Taule,
jornada romntica y sugestiva para el iniciado en estas aventuras fuera
aqul viaje de bsqueda de la belleza y de la dulcinea tras un largo
recorrido emocionante el diletante se aproxima al escenario.
la ruta entrecruza colinas y avisora los oriflamas del ocano y de la
selva, mucho antes de Atacara se advierte que el ro Pampas avienta un
muslo por las playas de Huacuray.
Atacara est prendida en la pendiente, su capilla y su plazuela son los
centros neurlgicos de donde brota la emocin vital, a un costado est
Concoyllur, y el cln de turno que atiende a Cory Saya, le dicen dina y la
tienen en Talavera, tras prolijas bsquedas, la tengo a la vista con
uniforme de colegiala, sabe que soy amigo de la comunidad y me
muestra su satisfaccin, dina es una belleza india, de la ms pura
sangre kechua, robusta es un retoo lozano, su rostro redondo es
cautivante, su torso exhbero es arrobador, el arco de su frente es de
una usta imperial y sus labios carnosos son de moras silvestres..
ALEGORIAS PAGANAS
La orqudea y la shona
Naci en Hualalay el ms vergel encantador de la campia tauquina y
cuando el botn del rosal estaba para abrirse se la llevaron a lima,
aquella flor primaveral era un portento de hermosura, su aparicin en la
capital coincidi con la aparicin de la extica orqudea..
pero mientras que la orqudea era slo inefable la shona era adorable, y
en tanto que la orqudea poda suscitar la admiracin la shona poda
prodigar las ms dulces caricias; y mientras que la orqudea
transportaba al alma a lo sublime la shona transportaba la ilusin a un
edn paradisial, la belleza de la orqudea era para el alborozo de la
vista y glorificacin del arte, la belleza de la shona deslumbraba la vista
y magnificaba el placer sensorial, era la una la idolatra del artista, la
otra era la idolatra del artista enamorado, apenas si a la orqudea se le
poda dar un sculo mental, en cambio a la shona se le poda besar a
profusin, terso e impalpable los ptalos de la orqudea, suave el ctis
de la shona y sensible al beso y la caricia, los colores de la orqudea
fascinaban por su tono novedoso, los tintes de la shona eran de la
primavera, aquellos arrobaban la mente, stos embelesaban los
sentidos, el ms pequeo ptalo de la orqudea bastara para engalanar
una exposicin de flores; un slo seno de los de la shona habra sido
suficiente para proclamar la excelsitud del arte y la maravilla de la
belleza, la orqudea aquietaba el espritu y lo transportaba al ensueo,
la shona lo enajenaba y lo transportaba al deliquio amoroso.
En posesin de la orqudea se gozaba el placer de lo bello, en posesin
de la shona se gozaba la gracia de la belleza y el placer imponderable
de la creacin artstica.
Lilia
Elegas
Conoc el dulce dolor de la ausencia, el valor ntimo de una lgrima, el
silencio de la soledad, el oriflama aperlado de las lejanas y la tristeza
infinita de la espera, la melancola, aquella bella flor del recuerdo y la
nostalgia, aquella invocacin de reclamo....hicieron de mi la vestal de
un culto idlatra.
El beso
En el kiosco del jardn guarnecido de mosquiteros, leamos o nos
besbamos, antes de los consejos de aquel sabio naturalista que visitara
tu finca nos besbamos a profusin, intuamos que el beso era una flor
primaveral y el sortilegio que renueva la juventud.
Y no es que slo fuera el contacto de los latidos sino y mucho ms el
concierto de los sentimientos del alma, toda la experiencia de los siglos
y el refinamiento del arte cobra nuevas y ms ardientes emociones,
habitada y sumisa, sintiendo que el placer inunda, anhelaba sumergirse
en sus latidos y desaparecer en su vorgine, nos transmutbamos,
tenamos la sensacin de absorbernos.
AORANZAS DE AMOR
Huataullo
Tras muchos aos de esfuerzos en gabinetes y ateneos volva don
Eusebio al solar familiar en un plan de visita y vacaciones, Jovita, hija
de su administrador, era una colegiala encantadora.
En Trujillo se haba despabilado y fuera en la hacienda huataullo una
primaveral belleza juvenil, don Eusebio la tom de secretaria y bajaba a
los temples de santa Ana en las riveras del maran.. el trpico
despert a don Eusebio emociones nuevas y desconocidas, aqul
personaje adusto y severo, pero intelecto o pura abstraccin se iba
compenetrando de la vitalidad y de la paligenecia de la selva, del
aroma enervador de flores misteriosas, del efluvio voluptuoso de las
aves, del color sensual del follaje rico, de la sombra protectora de los
bosques, bajo cuya complicidad se fecundan los seres y los stiros
pululan tras las ninfas de las corrientes.
En la ondulacin sensual de las lianas rememoraba el perfil lascivo de
bayaderas y nyades en las pinturas de Poussin y Boucher del museo de
louvre.
Los cogollos lozanos en brote exuberante tenan arrogancia de efebos y
las mariposas multicolores se aposentaban en sus hombros como
cortesanas vencidas por la lujuria.. las hojas sensitivas del follaje se
adheran a su cuerpo envolvindolo en su vaho odorante, los ramazones
se enlongaban en abrazos voluptuosos y el polen afrodisaco de las
flores excitaban sus sentidos y le cargaban de deseos inconfesables.
Doralisa
El gelogo Morris Scitovsky estudiaba los lavaderos de oro de Maybur,
cuando su esposa conoci a Doralisa en aqul su campamento de
Shindol, Litta, como as la llamaban a aquella excepcional gacela, era
un capullo de diecisis aos, ms linda que las flores del vergel y ms
luminosa que las estrellas, su lejano ancestro europeo se delataba en
aqul su tinte de melancola y nostalgia que hacan de ella una flor
extica.
La campia exhuverante y prvida haba hecho de Litta una mujer
especial, alegre, rebosaba en ella la felicidad; en su voz argentada
haba el trino de las alondras y la ansiedad romntica de las gacelas, en
su cara los tintes de perla y capul le dieron un tono especial y en sus
labios exquisitos afloraba la sonrisa como aurora crepuscular, en los
hoyuelos de las mejillas se perdan las miradas de los admiradores y el
cliz de su boca siempre en ddiva era una incitacin irresistible, el
cuerpo grcil era juncal, en el busto los senos llenos, eran ensoadores
y por los flancos una lnea sensual encenda el deseo haciendo delirar a
los mancebos, pero lo que ms embelleca a Litta no eran tanto sus
formas impecables, sin aquella su alegra natural y fragancia ertica que
haca de ella una odalisca turbadora..
La mujer de Scitovsky que cobijara a Doralisa fue a pasar con ella una
temporada en Cachicadn, en aquellas fuentes termales, Litta conoci a
Csar Vallejo y a Tarnawiesqui, mientras el uno le recitaba endechas el
otro haca tintinear las esterlinas.
En lima en chacra alta, se instalaban los Scitovsky y con ellas Litta, tras
las huellas de aqul astro, Vallejo se instal tambin en la vecindad, el
asedio del uno y la evasiva de la otra mantenan la lrica del romance
hasta que en mayo de 1923 Litta decidi asistir a una festividad de
Shindol, Vallejo se las compuso para emprender la jornada, Demcrito
Brn, amigo de Vallejo y seor feudal de los lares de huarascape y sus
contornos facilit el hospedaje y la movilidad, y el jolgorio en Shindol
fue apotesico y gloriosa la fiesta.
En las noches la luminaria de la cohetera y en el da los paseos en el
campo hacan ensoador y virgiliana la estada romntica y novelesca,
aquella fiesta marc poca y Litta celebridad, la musa popular cant a
sta belleza y la bautiz de nuevo con el nombre de "la heraldos
negros", y en verdad que aquella Litta, tena de los heraldos negros el
encanto melanclico que sublima y anega en una nostalgia metafsica
pero que insta y alienta y "encabrita todas las ansias y todos los
motivos".
Aos ms tarde se cas Litta con un comerciante principal, un seor de
la banca capitalina celebr un trueque con el comerciante, pero Litta se
rebel y repudi a su consorte, la zalamera de Litta tena en ascuas al
vecindario, envuelta en un proceso judicial por celos y rivalidades dej
el lugar y llev su hermosura a otros lares donde su belleza encontr un
altar y su vocacin romntica el escenario ensoado para amar y ser
amada, no antes deslumbr a la justicia.
la misma facilidad que sus manos de acero domaban los potros cerriles
su verbo suave y flgido avasallaba, era el orculo de la comunidad y el
dolo de las doncellas que conformaban los coros de la iglesia, entre la
avenida del sol y el pasaje Lima est la iglesia del santuario, la Scala
Celi ensoada y el edn real que gozaran los privilegiados que conocan
aquel botn secreto que abra las puertas a los subterrneos que
conducan al monasterio de las monjas, en aqul discreto monasterio
eran recluidas algunas jvenes de calidad por su propia voluntad o por
capricho familiar, estas doncellas languidecan entre la nostalgia y la
melancola o en la evocacin de algn romance que la fatalidad trunc,
para stas desventuradas criaturas el padre Eleorobarrutia era un
cordial pastor: su varona augusta y lozana, su prestigio y celebridad,
les haca estremecer de felicidad.
Doa Angela Carbajal Carhuapoma y su hermana menor Grimaldina que
se hubieran educado en lima reciban consideraciones por su beldad y
riqueza, y cuando estuvieron en el pinculo de aquella su gloriosa
juventud, aquel su noble antecesor don Austroberto fue sentenciado
como traidor a la corona de los reyes de Espaa por haber hecho
protesta viril del maltrato a los aborgenes, aquella sentencia repudiaba
a los Carbajal y condenaba a aquellas sus hermosas hijas a no poder
contraer matrimonio.
Don Matas Lara de Espinosa, noble delegado de su majestad en su visita
de informacin, encontr en el monasterio a las Carbajal, a sus ojos
expertos y a su aficin por lo bello no escap el hallazgo, don Matas
hecho mano a las armas de la elocuencia y a las galas del arte; rezag al
padre Eleorobarrutia con aqul su verbo esmaltado lleno de sugestin y
hechizo y las Carbajal de un edn pasaron a un empreo.
En su recorrido por el callejn de Huaylas las bellsimas hermanas
Carbajal conformaban la comitiva del delegado. Y en aqul escenario
florido, Angela que fuera ms una maga que una doncella de convento
colm el ensueo romntico de aqul bizarro hidalgo, no en vano era
Angela una joya de mbar, de nix o de ncar, algo as tallado en perla
al que los crepsculos del paisaje daban un tinte de nostalgia y una
hermosura de Mona Lisa, en sus labios la perfeccin se haba saciado y
logrado que sus besos transportaran al deleite infinito.
Cuando Angela cumpla en sus faenas especiales de la comitiva se
quedaba Grimaldina con don Matas, era ella un dije escultural, de
mrmol o de alabastro; un lustre de porcelana destellaba en el cutis y
en el pecho egregio los pezones de sus senos eran de guindas jugosas
que los labios de don Matas no alcanzaban agotar, los encantos de
La marina
"ven conmigo embajador
y no tema tu arrogancia"
"adis joven que te llevas hoy
el corazn y el alma"
El dilogo anuda destinos en la multitud alborozada que asiste a admirar
la "conquista de Mxico" en la representacin teatral que se escenifica
con lujo en la festividad patronal de conchucos, la marina es la ms
pura, bella y dulce gacela del lugar, escogida con primor de entre las
ms hermosas y codiciadas damiselas.
Antao aquellas querubes salan de entre las celebridades de los Corts,
Encinas, Quiones o Lara y fueran ms doncellas etreas y vestales
espirituales que integraban el coro religioso, exquisitas y decantadas
bellezas juveniles posteriores fueron el ramillete de donde salan
marinas encantadoras para rendir y subyugar a los mulos de Hernn
Corts,!es un lirio divino o un cisne alado o una meloda azul aquella
primaveral criatura!.
En el rostro todo el esplendor de la belleza, en el torso la majestad y la
omnipotencia de la vida, y tras los tules el espejismo subyugante de la
desnudez y el halo auroral de la turgencia de unos pechos celestiales, es
un juego floral y una justa de elegancias, damas alquitaradas y
caballeros hidalgos idealizan la festividad popular, y ataviada de tules y
armios la "Marina" con donaire real va en la barca con la prestancia de
una princesa palatina, alada la cada del rostro satinado de un carmn
inconsutil de gata rosa, va esparciendo sonrisas y destellos arrobantes.
CAPITULO II
Amar a esta mujer en este edn es gozar del placer de la felicidad; llevar
en el alma la meloda de su afecto, sentir el efluvio de su belleza y el
embrujo de sus caricias, comprobar que la realidad supera a la fantasa y
que el transporte del espritu es un estado natural, es una gracia y un
portento y tambin algo as como un tesoro que habr de enriquecer toda
una existencia.
En la arcaica escultura griega los dioses sonrean: era el atributo de la
divinidad. En la mujer del Callejn de Huaylas no hay sonrisa sin mirada
embelesada, ni mirada enamorada sin sonrisa angelical. Esta sonrisa es
una efusin del ser, la imagen del alma o la sinfona de sus ms ntimos
anhelos. Nada ms bello ni ms delicado que una sonrisa. Quien la da se
sublima, quien la recibe se embriaga de felicidad.
El poder de la sonrisa es aqu inconmensurable. De la msica tiene lo
exquisito y extraordinario del preludio; pero ms que de la msica la
sonrisa tiene aqu en los labios partituras de sculos que ningn ser
humano ha podido instrumentar. De la pintura tiene los tonos de arrebol
que enternecen; pero ms que de la pintura la sonrisa tiene aqu en las
mejillas la sonrosada emocin de una ilusin que ningn pincel ha podido
captar.. De la escultura tiene la pureza emotiva de sus lneas; pero ms
que de la escultura la sonrisa tiene aqu la dulzura enigmtica del
movimiento. De la literatura tiene el poder de la elocuencia; pero ms que
de la literatura la sonrisa tiene el sortilegio de un lenguaje que arrulla y
deleita. Aqu una mirada penetra como un lampo de luz y dice endechas
hasta en los arcanos del alma. Es el coloquio de los ngeles y el verbo
de los dioses. Una mirada y una sonrisa que se cruzan forjan ms
poemas que todos los recursos de la orfebrera literaria.
Aqu en el punto de encuentro de dos miradas las almas comulgan
mientras las sonrisas orquestan himnos nupciales. Aqu la sonrisa es el
boceto de alguna flor que se nos ha abierto en el corazn o la luz de
alguna ilusin que ha despertado en el alma. Aqu el sino del ser est en
una sonrisa: prodigada ella el destino de los corazones esta sellado. Es
que la sonrisa es la balada del ensueo y la entelequia del amor.
La mujer fue en la vida de Goyo una meloda ms o una cancin ms.
Busc en ellas los matices de la belleza; de algunas tom el garbo y la
sonrisa, de otras acaso slo la mirada o la msica de su voz o bien la
Ser amado, era algo que rebasaba a toda su ambicin. Era como
figurarse una deidad. Jams supo de donde le vena la ansiedad de su
pasin, menos se detuvo a meditar que aquello no fuera acaso ms que
la consecuencia de aquella tormentosa bsqueda de lo imposible o el
encuentro sin esperanza con la belleza inigualada de su madre.
No era un neurtico; era normal. Aqul su universo rosa y fruicin ertica
le vena como compensacin a la orfandad que le sobrevino a la muerte
de su madre, a la consiguiente falta de cario, a las privaciones y
frustraciones de su niez y a la ausencia de las primeras ilusiones que
abren los horizontes de la vida.
Pese aquello de sus amores eternos y pasiones vitales no fue un esclavo
de ellas, porque el siguiente amor le liberaba enseguida. No es que los
olvidara; no. Algunas veces volvi por el aroma o la gracia de alguna de
sus amadas. Y ste reencuentro le era acto ms dulce.
Jams fue obsceno. Pese al cmulo de sus amoros no cay en la lujuria.
Su honestidad regida ms por principios morales que por
convencionalismos le daba ms prestancia. De aqu su perenclitud y
aqul halo de seduccin que le diera fama. En medio del fuego de la
tentacin tena la suficiente valenta para poner la espada de Tristn
entre su arrogancia de varn en celo y el vehemente arrebato de Afrodita.
Cada nuevo amor le serva para decantar la aficin. En sus brazos la
amada se anegaba en la ensoacin: era ms una meloda que una
carica. Y Goyo como si slo pulsara acordes se entregaba al arrobo
artstico. Por eso aqul su afn de elevar el escenario a regiones
celestiales donde flotar y soar.
Idealiz a la mujer tanto como idealiz al amor. Toda su pasin consista
en adorar ms que en gozar. De ah su metafsica amatoria y aqul
estado de delirio en que vivi. Y su insaciable insatisfaccin no se
colmara con todos los encantos de la tierra, sino ms arriba, all de la
unin de las almas.
CAPITULO III
Entre los resquicios de las cumbres de Ancash Juan Gregorio, lee en los
surcos de los campos que cultiva y ausculta en las entraas de las minas que
orada. Sus antepasados aguerridos caudillos de la Revolucin Francesa llegaron al
Per expulsados por el golpe de Estado del 18 Brumario de 1789. Los Andes le
ofrecieron una plataforma inconmensurable a la tea libertaria de sus ideales.
Rebeldes a la domesticidad jams descendieron de su orgulloso retiro. Juan
Gregorio, ultimo sobreviviente de esta raza indmita tenia forzosamente que vivir
un destino agitado; el pasado heroico y mrtir, el ambiente soberbio y hosco tenan
que hacer su obra.
La fibra de las almas grandes viene de muy lejos y va muy all, por eso
sienten ms intensamente la vida y quieren vivir ms. En Juan Gregorio la vida se
ha radicado como una vehemencia angustiosa y la montaa ha impreso su carcter
hurao y contemplativo. De aqu su curiosidad insatisfecha, su actitud mstica y su
agitada inquietud espiritual. En torno suyo el elemento humano se ha estado
evadiendo y en su escenario ha repercutido solo el eco de la piedra y de la
naturaleza. Los sinfines ilimitados del horizonte despertaron en su fantasa un
anhelo casi morboso de lejanas y de ensueos. Este aguilucho hecho para habitar
los riscos ms abstractos y elevados del pensamiento viva hasta hace poco una
intensa vida imaginativa, interrogando diariamente a la naturaleza y buscando a los
hombres en el fondo de su alma. Vencido por la tortura introspectiva del anlisis se
iba consumiendo una efusin mstica hasta que un da su afn de infinito le llev a
tentar horizontes nuevos por el valle del Santa. Las magnficas partituras
meldicas del ro urgieron su curiosidad y ansi conocer los esteros y las playas
donde la msica del ro acaso meciera sus ondas armnicas en estancias ednicas
y auditorios embelezados. Y conoci paisajes adorables, panoramas
magnificentes, estampas floridas, verdaderos nidos del ensueo y de la pasin. En
los poblados risueos sinti hlitos y exhalaciones extraas a su ser; una rara
aficin social le acometi y dio a su figura huraa el placer de recorrer por los
rancios salones en una inadvertida pulcritud de modales. Sorprendido ante este
nuevo aspecto de su vida y embriagado en sus formas se dio la satisfaccin de
conocer aquellas urbes y estudiar aquella sociedad compleja en cuyo seno
presenta latir no se que extraos mirajes de felicidad. Despus de haber recorrido
todo el valle y ascendido a las entraas de donde brota el ro, busc para su
albergue las faldas de la montaa ms alta e impoluta. La cumbre gigantesca y el
ro sensorial le sirvieron de mentores. La Mirada avizora del uno y la experiencia
signos de esta pasin temblaron estas almas como flores que sacudidas por un
vendaval tocan sus corolas en raros estremecimientos de placer y de dicha. Y
surgi el amor en aquellos dos seres en el que vibraba en el corazn del uno la lira
de un poeta y se agitaba en el cerebro del otro las alas de un filsofo. Floreci el
amor como en un bello jardn de ensueos. Al contacto de estas dos almas se
ensancharon los horizontes del mundo. Y el idilio marc un evo en los Andes.
Desde entonces un rub fulgente puso tinte de aurora sobre el torso ambarino de
las cumbres. El romance teji primero un poema de tonalidades suaves de acuarela
con claridades de aurora y penumbras de noche estrellada; ms tarde puso sobre
el cuadro brochazos rojos, tintes violetas, bermellones oscuros vencidos de
pasin. Milushka, sabia en el amor, se dio al amante con la misma conciencia
placentera conque se abre la corola de una flor o la caricia solar; Juan Gregorio
enamorado de la belleza extica y enervante de la amada se entreg como un ngel
a la caricia de un ensueo inefable. Sus almas se sumergieron en los mirajes de
una ilusin de dulce fascinacin con tanta fruicin que los ms ardientes placeres
de la lujuria carnal se adormecieron.
Aport Milushka a esta pasin el abolengo romntico de sus antepasados,
refinado hasta la espiritualidad, con pleno dominio del placer hasta el pensamiento
y la mistificacin. Su belleza nostlgica tena todo el primor y encanto de las
formas estilizadas captadas en horas de adoracin por las pupilas febricitantes de
su ancestro galante. En la armona floreciente de su cuerpo, en cuyas lneas de luz
pona irisaciones mgicas haba flexiones crepitantes llenas de estremecimiento de
pasin. En su mirar suave y tierno, avasallador y encandilado haba el efluvio de no
s que lejanos vrtigos. Una luz urea emanaba de aquellas pupilas de cuarzo gris,
dorman en el fondo de ella los fulgores de todas las auroras y celajes ms tenues
de medio da. En sus labios extraordinariamente sensitivos y deliciosamente
encarnados floreci la sonrisa enigmtica con un sabor de aejas efusiones
idlicas, incitantes de las ms atrevidas e inverosmiles locuras. En el cuello
estatuario y en el pecho opulento no se que ocultas y antiguas ansiedades se
consuman como el fuego lento y expirante de los incendios en los viejos
pebeteros orientales. El resplandor mgico y turbador que emanaba de todo su ser
estaba denunciando el encanto quintaesenciado y la belleza refinada e impecable a
travs de rancias galanteras blasonadas de su nobleza. En sus antepasados se
contaba un principio de la sangre real de los Canchas que urdieron la leyenda
romntica de Shanoc y Humaraya en las estribaciones del Norte andino. Sus ms
prximos ascendientes evacuaron la montaa y llegaron a las playas del Santa,
donde la msica del ro y las melodas de las lagunas se estrechaban y reclamaban
en una fuerza telrica irresistible. Y al pie de las ondas armnicas de Cjup
acamparon impvidos de admiracin y emocin. Fruto de un verdadero amor,
cristalizacin de una pasin romntica efectiva advino Milushka excelsa, optima y
primorosa Su infancia surgi entre las alburas y celajes de pureza. Creci como
una flor mstica, austera y sensitiva y, floreci con el encanto de una rosa monacal
y la gravedad bella de una vestal misteriosa y neurtica. Y con esa voz de rosa
blanca y pura de las vrgenes llenas de msica de flauta y de dulzuras de arrebol
daba la impresin de que al hablar brotaran de sus labios corolas de flores y
volaran de su pecho torcaces procelarias
Yo no s que afn de vuelo tenan aquellos labios rojos y temblorosos en los
que se esconda el secreto de las alas del cndor y la habilidad de los de una garza.
Daban en su actitud iconogrfica la impresin de posar para viajes largos, hacia
colmenares lejanos y exticos. Jams se desplegaron aquellos labios sin una
ternura lilial y sus movimientos tuvieron la elegancia majestuosa del vuelo de las
guilas, la pulcritud alba y seorial de las palomas, la sutilidad estilizada de las
golondrinas. Labios hmedos y sensitivos donde el beso enamorado encendi
luminarias con las alas de cantridas y ptalos de amapola, tenan la rara sugestin
de postrar ensueos y levantar ilusiones y un dulce imperio de mandar adorarlos y
seguirlos sin discernimiento. Labios excelsos, prodigiosos en la ddiva y sabios
en la caricia. Jams el hasto o la languidez turbaron su serenidad victoriosa. Como
dos ascuas rojas iluminaron el fuego de la pasin y alentaron como heraldos en las
lides ms fragorosas del idilio.
La gracia augusta de una ligera curva pona sobre la nariz aguilea de Milushka
el prestigio de toda una clebre historia de amor y el sello de una raza dominadora.
Daba que soar en la corte galante de los Borbones y pensar en la arrogancia
lbrica de las guilas. Bajo aquellos arcos de acusada sensualidad las bvedas
nasales se henchan voluptuosamente, se plegaban vehementes de lujuria. Las
tupidas y largas pestaas de los ojos daban a aquella nariz algo as como la fuerza
de alas poderosas que empujaran una quilla de marfil en un ocano irdico.
Persuasiva y sensitiva, refinada en la astucia, hecha para la deleccin del olfato y
saborear el perfume de las flores ms fragantes y sutiles y, transmutar en esencias
los cuerpos ms adorados no escapaba su anhelo ni el aroma tenue de la
inocencia, ni el vaho enervante y fatal de la pasin.
Esta mujer excelsa hecha para el arrobo del amor anglico y las glorias de la
pasin tembl ante la vista de la personalidad casi salvaje de Juan Gregorio; se dio
a gustar este nuevo fruto extico, a enriquecer sus arcas con el oro nativo del
amante fil y rendida. Generosa y soadora por estirpe escanci en los labios del
amado filtros aejos, sumos efervescentes, esencias antiguas que le venan de sus
estancias lejanas y fabulosas y, dio a probar las ms nuevas e ingeniosas mixturas
espumantes y ambaradas, extraamente novedosas y tentadoras.