El Diario Del Profesor
El Diario Del Profesor
El Diario Del Profesor
El gnero autobiogrfico
El concepto de gnero autobiogrfico se sustenta en la idea de una narracin en
la que una experiencia humana vivida es expresada en un relato.
Este gnero manifiesta una estructura diacrnica que depende de factores emocionales y
sociales que conforman la experiencia de un sujeto y supone la expresin del cmulo de
recuerdos que constituye segn lo han considerado, con diferentes enfoques, distintos
autores- el fundamento mismo de la identidad, en tanto que la interpretacin personal de
las acciones y eventos pasados que componen la historia individual construye y da
unidad a la vida. As, Bruner (2003:93), en La fbrica de historias, dice:
nosotros construimos y reconstruimos continuamente un Yo,
segn lo requieran las situaciones que encontramos, con la gua de
nuestros recuerdos del pasado y de nuestras experiencias y miedos
para el futuro. Hablar de nosotros a nosotros mismos es como
inventar un relato acerca de quin y qu somos, qu sucedi y por qu
hacemos lo que estamos haciendo.
En consecuencia, si en una modalidad narrativa el sujeto se crea en lenguaje y el
texto producido lo enfrenta consigo mismo y lo lleva a adquirir conciencia de s, puede
decirse que la formulacin de relatos autobiogrficos se halla intrnsecamente
relacionada con el proceso de construccin de la identidad.
historia- cuando relatan los momentos previos o iniciales de las primeras experiencias
ulicas. Vanse algunos ejemplos en los que se manifiestan sentimientos, entre los que
sobresalen la ansiedad, el temor o la inseguridad acerca de actitudes por adoptar:
Hubo muchos nervios previos a la entrada al aula y durante los
primeros quince minutos, pero luego me tranquilic Producto de los
nervios hablaba muy ligero e intent corregirlo, pero la tentativa no
fue exitosa. (R.B. 2006)
Mi gran miedo era perder el control emocional, sucumbir ante el
pnico escnico (cosa que ya me ha pasado en oportunidades de
exposicin pblica) De todos modos, yo crea que ni siquiera iba a
poder hablar y lo hice (N.G. 2006)
Dos eran mis grandes miedos previos:
En primer lugar, a los imprevistos: esos que pueden surgir durante
una clase, desde alguna pregunta por parte de mis alumnos
temporales que yo no sepa responder [], hasta ciertas situaciones
que seran desagradables para m (una falta de respeto, por ejemplo)
(B.S. 2008)
En lo relativo a la instancia de recepcin, pueden realizarse varias
observaciones. En primer lugar, el receptor inmanente es un narratario que al igual que
en el diario privado- est conformado internamente en el discurso, con mayor o menor
claridad, aunque su presencia generalmente no est marcada por deixis pronominal o
verbal. En los diarios de prcticas que constituyen el corpus analizado, slo en
excepcionales ocasiones el yo narrador se vuelve t narratario, tal como ocurre en el
diario de L.N., en el que en una oportunidad se incorpora explcitamente el narratario,
aunque de inmediato se borra tras la primera persona del narrador:
Me pregunto: Tuviste la suerte (y tambin el condicionamiento) de
seguir un libro? Para pensar: hasta qu punto pudiste seleccionar
los contenidos y aplicarlos de manera tal que lo creas necesario?
Igual, decid manejarme mucho con fotocopias (L.N. 2006)
En lo relativo a la mencionada identidad actor-lector en el diario privado, ella se
manifiesta de manera similar en el diario del profesor. En ste, en virtud de la
autorreflexividad comunicativa y de la intencin ms orientada al desarrollo personal y
profesional de los profesores (v. s.) de su escritura, se produce la actualizacin del
contenido del texto por un lector emprico convergente con el protagonista -el docente
ejecutor- de las prcticas. Este lector se observa como actor de su propia prctica
educativa: examina sus conocimientos, reconoce sus sentimientos, reflexiona sobre los
hechos, evala las acciones realizadas por l mismo.
Vinculado con lo anteriormente expuesto y retomando al respecto la antes
consignada cita de Darcie Castillo, se enfatiza ahora la expresin primer receptor,
porque los docentes que escriben un diario tienen conocimiento de la existencia de
otros lectores diferentes de ellos mismos como lectores empricos. Si el diario est
escrito como instrumento de recogida de datos en un proceso de investigacin, los
lectores sern los miembros de la comunidad de la que participa el docente investigador.
Y, si se trata de la escritura del diario en la fase de la etapa inicial de formacin del
profesorado tal como viene considerndose en el presente artculo-, los otros lectores
sern los pares y/o los profesores de la asignatura en la que el diario es producido.
El diario del profesor manifiesta as la propuesta de un contrato de lectura
tendiente a presentar al autor con una imagen de s mismo como verdadera, y los hechos
contados como testimonio de un yo autor-actor. En este sentido, la escritura del diario
del profesor se constituye en un acto de comunicacin no ya un acto autocomunicativo,
como en el diario privado- en el que el yo se justifica frente a los otros. Aunque con la
salvedad de que no es frecuente la explicitacin en el texto de la conciencia de un otro
lector, pueden tomarse como ejemplos de lo dicho el fragmento ya arriba transcripto del
diario de A.G., en que la practicante habla de mis futuras lectoras (profesoras), o el
diario de C.K. en el que incorpora primero algunas observaciones sobre el momento
previo a las prcticas, y luego anuncia las acciones que sern consignadas con la
expresin
Ahora s pasen y v(l)ean
de la que se destaca el juego que realiza con los verbos vean -con el que queda
explicitado un narratario que no es un desdoblamiento del yo narrador- y lean, que
realiza un sealamiento a los sujetos concretos que actualizarn el texto en el acto de
lectura.
A sabiendas de que su diario ser ledo por sus pares y por sus profesores, el
autor-practicante generalmente los menciona en una construccin que identifica
narratario-lector esperado- no apostrofndolos sino refirindose a ellos en
construcciones alusivas que emplean la tercera persona: mi docente pensar, mi
otra docente dir tal vez, la profesora podr decirme pero a m me parece que
estuve bien, ella [la compaera] me dir que pero a ella tambin puede pasarle.
Esta conciencia de un otro se encuentra siempre presente en virtud del carcter
esencialmente destinado del enunciado, esto es, marcado por una prefiguracin del
destinatario tal como me lo imagino- y, por lo tanto, por una actitud respecto de
l (L. Arfuch, 2002:55).
El diario del profesor -este relato para s-para otros-, requiere una reflexin
profunda sobre lo que se quiere decir y cmo se lo va a decir, esto es, al escribir el
escritor no puede por menos que manipular explcita y sistemticamente los smbolos
que utiliza. No se puede escribir (al menos no un diario) de manera mecnica e
inconsciente (Zabalza, 2004:47). El narrador interpreta la propia experiencia, y,
siempre pensando en sus futuros lectores, busca la manera ms adecuada de transmitir
lo que quiere decir, mide cada palabra, elige algunos aspectos de los hechos, omite
otros, evala, se evala y, en ocasiones, explicita lo que piensa que su lector puede
pensar y le responde; en otras ocasiones refuta opiniones que anticipa de sus lectores
En el caso de los docentes en formacin, el narrador-autor desea, aunque no lo explicite,
la aprobacin de sus lectores esperados (sus profesores, sus compaeros) y este deseo
impregna las elecciones anteriormente mencionadas. En esto se advierte lo que expresa
J. Bruner al decir: Nuestros relatos creadores del Yo muy pronto reflejan el modo en
que los dems esperan que nosotros debamos ser (2003:96).
En relacin con el contenido temtico y con el vnculo establecido entre el
narrador-autor y sus lectores esperados, surgen algunos rasgos de estilo del diario del
profesor. Es dable destacar que en los diarios que constituyen el corpus analizado,
aparecen algunas particularidades estilsticas devenidas del carcter individual del
enunciado concreto, independientemente considerado. As, por ejemplo, el diario de
R.M., comienza con la expresin de su incertidumbre sobre su prxima interaccin con
los alumnos con un estilo lindante con lo literario manifiesto, por ejemplo, en la
seleccin del lxico y en las relaciones intertextuales que realiza. Este diario se inicia
con un epgrafe (Ave, Caesar, morituri te salutant) y con una introduccin que en
principio plantea la relacin docente-alumnos en trminos de batalla campal:
Confesiones I
Con el corazn palpitante, permanezco ante la puerta del aula. Me
repito una y otra vez, hasta el hartazgo, que hace cuatro largos aos
me vengo preparando para este momento. S que ellos estn ansiosos
por examinar a este raro ser e incierto animal, el profe (cuasi) de
lengua y literatura, y tambin s que estn dispuestos a plantar
batalla. Por un lado, yo, con treinta siglos de literatura vistos a una
velocidad excelsa casi sublime- a mis espaldas Por el otro, ellos,
con la inaguantable levedad de la pubertad, de la inexperiencia y la
ignorancia, en la edad de los emos, darks y floggers, me
pregunto: yo ser un letters o un books. El combate es desigual;
el desenlace, incierto. [] (R.M. 2008)
Sin embargo, en el diario del profesor el estilo individual no es inherente a la
intencin del enunciado sino que resulta un fenmeno secundario de su estilo genrico
en tanto que discurso perteneciente a la esfera de la prctica educativa. As, la temtica
referida a la enseanza (de la lengua y la literatura, en este caso) se proyecta en el estilo
verbal y la seleccin de recursos lingsticos -al tiempo que incorpora formas que hacen
a la construccin discursiva del yo y del otro (al respecto, cfr. ejemplos antes
transcriptos)-, integra tanto un caudal lxico especfico del metalenguaje disciplinar y
el de las teoras de la enseanza, como el referido a las prcticas y su contexto.
Valgan como ejemplo de lo antedicho algunas expresiones tomadas al azar del
diario de N.G. (2006), pero cuyo contenido aparece de modo recurrente en los otros
diarios que constituyen el corpus analizado. Se trata de construcciones fraseolgicas
vinculadas con:
- La lingstica o la gramtica de la oracin y del texto: la actividad consista en
identificar la frase temtica den cada uno de los prrafos de un texto expositivo,
estrategias explicativas, hoy seguimos trabajando con cohesin, reflexionar
sobre el uso de los tiempos verbales en el esquema narrativo, etc.
- La literatura y la teora literaria: gnero lrico, caractersticas del Barroco, el
marcado de las figuras retricas del poema, lectura intertextual, efectos de
sentido, etc.
- Las teoras de la enseanza y las prcticas y su contexto: vnculo profesor-alumno,
recuperacin conocimientos previos, interactu con los alumnos, hubo realmente
construccin del conocimiento; Si el aprendizaje es una construccin, como dicen
los pedagogos actuales, es fundamental la predisposicin a aprender, en la clase
emergen otras cuestiones que van ms all de lo estrictamente acadmico, pude usar
el pizarrn, tengo que mejorar el manejo del tiempo, realizar el prctico escrito,
resolucin de ejercicios, ejercicios de refuerzo, terminadas las evaluaciones,
las aulas estn mas sanas: las paredes no estn rayadas y los bancos estn
relativamente sanos, etc.
Lo dicho respecto de la seleccin de recursos gramaticales y lxicos obedece a
que, como dice Bajtn, (1998:252) existe un vnculo orgnico entre el estilo y el
gnero:
En realidad los estilos lingsticos o funcionales no son sino estilos
genricos de determinadas esferas de la actividad y comunicacin
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A modo de conclusin
Para cerrar con el eclecticismo anunciado al comienzo, puede decirse que el
diario ntimo y el diario del profesor comparten (aunque con ciertas diferencias)
caractersticas de la narracin, en tanto que ambos son clases de texto reconocibles entre
las formas del relato autobiogrfico. Y que, considerados los rasgos que los configuran
como gneros discursivos, se distancian en el contenido de la historia (sucesos de
carcter ntimo vs. hechos de ndole pblica); en las impresiones que registran con
respecto a lo narrado (emotividad con respecto a s mismo vs. valoracin, impresin,
representacin con respecto a s mismos en su rol de practicantes); en el contrato de
lectura (acto autocomunicativo vs. acto de comunicacin); en la seleccin del lxico
(uso espontneo vs. seleccin cuidada y uso de expresiones pertenecientes a campos
especficos). En sntesis, diferencias relacionadas con su pertenencia a dispares esferas
de la accin humana.
Sin embargo, por estar enmarcados entre las varias manifestaciones del gnero
autobiogrfico, parafraseando a Bruner (2003) puede decirse que, de acuerdo con las
diferentes situaciones, en ambas formas del diario se crea y recrea continuamente un yo,
en un proceso de construccin de la identidad: individual, en un caso, y profesional, en
el otro.
Referencias bibliogrficas
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PERDOMO, A. (2002) Un constructo: el narratario. En Revista Virtual Contexto, vol. 6, N 8.
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Notas
1. Se realiza esta observacin en razn de que los ejemplos que se expondrn (en transcripcin textual)
pertenecen a alumnos del Profesorado de Lengua y Literatura, de quienes se consignarn slo las iniciales
(tampoco se darn a conocer los nombres de las instituciones educativas en las que realizaron sus
prcticas, todas ellas escuelas pblicas de la ciudad de Ro Cuarto)
2. El subrayado, que nos pertenece, resulta interesante porque en este fragmento se incluye una
contextualizacin de la produccin del diario, al que la autora le reconoce un carcter independiente,
diferenciado de los otros textos producidos en Prctica de la Enseanza y de las escrituras de las
prcticas de enseanza (diseo de clases, diario de prcticas, memoria, registros de heteroobservacin.)