Por Que Deje El Catolicismo
Por Que Deje El Catolicismo
Por Que Deje El Catolicismo
PRINCETON
NEW JERSEY
.y.\ gL
PRESENTED BY
G-.
W,
Elderkln
POR
QU DEJ EL CATOLICISMO?
POR QU DEJ EL
CATOLICISMO?
POR
LUIS
Ex
Ex
religioso
PADROSA
sacerdote catlico
de
la
Compaa de
Jess
Director-fundador
del
Instituto
"LA AURORA"
BUENOS AIRES
EDITORIAL
CORRIENTES 728
CASA
UNIDA
APARTADO
DE
97 BIS
PUBLICACIONES
MEXICO, D. F.
Hecho
marca
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Printed in Argentina
depsito que
Ley N u.723
el
la
PROLOGO
ii
Y creca
discpulos se multiplicaba
La
historia se repite.
En
la
es
combatida una
la prensa, obligando al
tculos
inundaron
limitar
muchsimo ms
la
menguada
Gobierno a
tolerancia con-
A causa de esta injusta y exagerada campaa antiprotestante, no solamente son atrados muchos ateos
e indiferentes a los cultos evanglicos, sobre todo en
las
re-
Nada menos que el Secretario General de las Congregaciones Marianas de Espaa y despus de todo
el mundo, el Rdo. Carrillo de Albornoz, S. J., va de
Espaa a Roma y desaparece misteriosamente del escenario catlico para reaparecer en Ginebra, donde
hace pblico repudio de su fe Catlica Romana en
una Iglesia Evanglica de la ciudad de Calvino. La
cosmopolita urbe que ostenta en uno de sus parques
el gran monumento a la Reforma con su lema "Post
Tenebras Lux" acoge al ilustre eclesistico espaol,
quien manifiesta haber pasado de las tinieblas de un
Cristianismo mediatizado, ensombrecido y anquilosado por enseanzas y dogmas humanos desconocidos
PRLOGO
para
el
Le siguen en
de
el
mismo ao
diversas dicesis de
etctera).
la
aristocracia,
mente y
el
gn
este
modo
en sus manos. De
de un
ra s mismo cuando tiene que discutir con otros sobre
temas religiosos, y se inhabilita totalmente para ver
la luz de la verdad acerca de la fe cristiana.
Esta limitacin no existe, empero, en la misma medida para los elementos del clero. Ellos estn puestos
para defender la religin y es natural que procuren
saber algo acerca de aquello que tienen el deber de
combatir. Aun existe cierto temor en muchos sacerdotes, los cules no se atreven a leer un libro hertico,
ni sostendran una controversia con un protestante
sin permiso del obispo, autorizacin que raramente
se consigue; pero ese temor supersticioso no poda
existir en personas de la talla intelectual del Secretario General de las Congregaciones Marianas o del
Rdo. Luis Padrosa. Nadie temera, ni aun ellos mismos lo creyeron al principio, que personas tan bien
asesoradas en Teologa y Apologtica Catlica hubieran de apostatar de su fe por el hecho de permitirse
investigar un poco las doctrinas y razn de ser del
Cristianismo Evanglico. "Pero la Verdad es conocida de todos sus hijos" y Nuestro Salvador afirmaba:
"Todo aquel que es de la Verdad oye mi voz." El
hombre sincero y de conciencia delicada que se pone
a estudiar el Evangelio queda ganado por la sublimidad y sencillez de su doctrina.
He encontrado que no hay base en el Evangelio
para los dogmas de la Iglesia Catlica Romana
tales fueron las primeras palabras con que el Rdo, Luis
PRLOGO
Padrosa, vistiendo an hbitos talares, dej asombrado al primer pastor evanglico con quien se puso en
contacto en Espaa.
Ese ministro del Evangelio se haba preparado concienzudamente para una aguda polmica desde que
la extraordinaria visita le fu anunciada, pues el Padre Padrosa no era, en modo alguno, un polemista
dbil. Difcilmente poda vencrsele en dialctica, ni
en conocimientos de historia, ni en teologa patrstica;
seguramente estara tambin versado en Sagrada Escritura, aunque no sea ste el punto fuerte de los
catlicos. Pero toda preparacin result intil. El
Reverendo Padrosa no iba a convertir ni a ser convertido. Iba persuadido por el mismo Espritu de
Dios y la fuerza de la Verdad, ansioso de expresar lo
que por s mismo haba descubierto en las pginas de
las Sagradas Escrituras, guiado en su investigacin
por algunas buenas obras de teologa protestante que
no haba reparado en leer, creyndolas de fcil refutacin.
lio
Y estaba
10
posicin y su fama que haba ganado como conferenciante y director de los Institutos hoyla de Barcelona
y Tarrasa, para poder ser fiel a la luz que haba
recibido.
Desde
el
el
deseo de hacer
Los
mos
del Evangelio.
invitan.
PRLOGO
11
En sus vilipendiados hermanos evanglicos, a quienes apenas tuvo tiempo de conocer, dada la premura
y sigilo con que tuvieron que realizarse los preparativos de su viaje.
Estamos seguros que los talentos del Rdo. Luis
Padrosa. puestos al servicio del Evangelio mediante
su palabra y su pluma, reportarn bendicin a las
iglesias evanglicas de Hispano-Amrica, sobre todo
en la Repblica Argentina.
Pensamos que cierto nmero de sus libros pueden
llegar a manos de antiguos conocidos del Director de
los Institutos Loyola en Espaa,
y fervorosamente
pedimos a Dios tenga a bien usar estas pginas para
iluminar sus almas.
Es posible que algn ejemplar llegue tambin a
catlicos fanticos e intolerantes de la madre Patria.
A los tales nos permitimos decirles como Nuestro Seor al cegado Saulo de Tarso: "Dura cosa te es dar coces contra el aguijn." Todos los enemigos de la verdad
evanglica han hecho esta dolorosa experiencia a travs de veinte siglos y no vuede ser menos en el
nuestro y en un pas como Espaa donde quedan tantas almas sinceramente religiosas y temerosas de Dios.
12
el
si
He
(!)
9: 39.
Sagrada
Biblia,
PRLOGO
13
LOS EDITORES
2
(
Hechos de
los
Apstoles 5; 38-39.
INTRODUCCION
"POR QU DEJ EL CATOLICISMO?"
Esta pre-
dindola, se salve."
Esto quisiera que consideraran los que juzgarn mi
decisin.
que no olviden las palabras de Jess:
"No juzguis y no
seris juzgados."
Mis pblicas actuaciones como predicador de grandes multitudes han hecho que mis amigos y conocidos
se cuenten por millares. He dado pblico testimonio
de una doctrina y he convencido a muchos que vivan alejados de
He
sido
ella.
lo
que no cree?
INTRODUCCIN
15
He desviado
No pudiendo
folleto,
escrito,
los
que
con este
me
co-
No
es ste
estilo.
gtica.
sa-
bor de catolicismo.
locura o pasin.
Un corazn sincero y que de veras quiere conseguir su salvacin, ante el convencimiento de esta verdad, debe dar un nuevo rumbo a su vida.
As lo hice, y al hacerlo entr en mi corazn una
paz desconocida.
Trece aos de estudio intenso de la apologtica me
a un convencimiento inquebrantable. Conozco los argumentos de ambas partes. Los he analizado, y al hacerlo, unos se me han desmenuzado en
mis manos como arena movediza, y los otros se han
robustecido como roca firme, capaz de sostener el
formidable edificio de la fe.
han llevado
Aquellos que mejoraron su vida oyendo mi preque no vuelvan atrs. Fu cierto lo que les
dicacin,
INTRODUCCIN
17
dije. Recuerden que nunca les prediqu sobre la divinidad de la Iglesia Catlica, ni sobre la infalibili-
los lmites
difcil
de
la
"Buscad y encontraris."
"Pedid y se os dar."
"Llamad y se os abrir."
Nadie crea que abandono la Compaa de Jess
por disgustos personales con mis superiores. Desgraciadamente no siempre los superiores de las rdenes religiosas tienen entraas de caridad y espritu
paternal. Pero quiero dejar claro aqu en este mi
primer escrito despus de mi conversin al Evangelio, mi ms sincera gratitud y admiracin al P. Provincial y al P. Superior de la Residencia.
Los he visto proceder siempre con espritu sincera-
mente sobrenatural.
Siento en el alma tener que abandonar el Instituto Loyola que con tanta ilusin y tan sangrientos sacrificios fund y sostuve durante cinco aos. Pero
como que la direccin de este Instituto debe ser catlica, no puedo continuar en l mientras no se modifiquen los Estatutos del mismo. Agradezco la valiosa ayuda que me han prestado los amigos y bien-
hechores del mismo, y sepan que la labor se ha realizado tal como ellos deseaban.
A mi padre y dems parientes que en estos momentos estarn afligidos pensando que apostat de la fe,
que lean este folleto despacio, y pidan luz al Seor,
y se convencern de que no es apostatar de la religin cristiana el buscar el Evangelio en toda su pureza, libre de las aadiduras y tergiversaciones que
en el transcurso de los aos han acumulado los hombres.
Luis Padrosa
Captulo
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
El dogma Catlico de la infalibilidad del Pontfice
Romano lo deduce la Iglesia Catlica del hecho de
concesin de las llaves del Reino de los Cielos
que hizo Jesucristo a S. Pedro.
"Y yo a mi vez te digo que t eres Pedro, y sobre
esta Piedra edificar mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecern contra ella. Te dar las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares sobre la
tierra, quedar atado en los cielos, y cuanto desatares sobre la tierra, quedar desatado en los cielos."
la
(Mat.
16, 18-20).
Qu
dice la Iglesia
"Te dar
las llaves a
Romana?
ti
20
Obispos de
Roma
los
Si Pedro
Jesucris-
ha de quedar.
Y es en realidad
as?
afirma la Iglesia Catlica. Pero nosotros decimos: si as es, hemos de aceptar como consecuencia lgica que Jesucristo renunci para siempre y
en todos los casos a juzgar a los hombres.
Pedro y sus sucesores son los jueces absolutos y los
dueos de cielos y tierra por lo que se refiere a la
salvacin de los hombres.
Entrarn los que Pedro y sus sucesores digan, y se
quedarn fuera los que Pedro y sus sucesores digan.
Si es as, preguntamos: Cmo dice Jesucristo por
As
lo
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
21
haciendas." (46-47).
tes"
(51).
22
Pidieron los discpulos explicacin de esta parboy e Seor les aclara el sentido: "El que siembra
buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es
mundo;
la cizaa
Para nada
es acaso
que en
el da del Juicio,
Jesucristo so-
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
23
lamente vendr a ratificar solemnemente lo que Pedro y sus sucesores han hecho?
En este caso no dice la verdad Jesucristo cuando
afirma que vendr a juzgar, ni tampoco cuando decla_
ra en el Apocalipsis: "Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, que abre y na-
die cierra
Este dilema
la
evidente consecuencia.
*
Hemos
repetido muchas veces "Pedro y sus suporque esto es lo que dice la Iglesia Catlica.
Pero hemos de hacer notar que Jesucristo y sus Apstoles no lo dijeron ni una sola vez.
Esto solo ya hace pensar en la posibilidad de un
sofisma a toda persona que juzga serenamente y que
busca sinceramente la verdad.
Jesucristo dice explcitamente: "A ti, te doy las
llaves". Para que lo que t abras abierto quede, y lo
que t cierres cerrado quede".
Ni una sola vez dijo: "A ti y a tus sucesores".
Ni una sola vez dijo: "Lo que t y tus sucesores
cesores",
Ni una sola
No
vez-
los cielos".
24
No
44-48).
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
25
"Despus de una larga deliberacin se levant Pedro y les dijo: "Hermanos, vosotros sabis cmo desde mucho tiempo ha, determin Dios aqu entre vosotros que por mi boca oyesen los gentiles la palabra
del Evangelio y creyesen" (Hechos 15, 7)
Observemos que San Pedro no dice: "Varones hermanos, vosotros sabis cmo desde mucho tiempo ha,
Dios escogi que yo fuese el jefe infalible de la
Iglesia y por lo tanto yo declaro y defino ex ctedra
el asunto que viene debatindose en este Concilio".
Sino tan solamente: "Dios determin que por mi
boca oyesen los gentiles la palabra del Evangelio y
creyesen".
As interpret el propio San Pedro el privilegio de
las llaves. Podemos entenderlo nosotros de algn
otro modo?
"A ti, Pedro
dice Cristo
dar las llaves." Porque es caso nico su declaracin y su privilegio.
No "a ti y a los dems Apstoles" pues basta uno
solo para inaugurar.
"Pero t segn este texto, y ellos segn el captuy desatar moviendo los poderes del
cielo desde la tierra por medio de la oracin."
No a ti y a tus sucesores, pues la idea de sucesor
apostlico es totalmente desconocida en el Nuevo Teslo 18, podis atar
tamento.
Los Apstoles eran un grupo exclusivo de testigos
de Cristo, hasta el punto de que se discuta el apostolado de Pablo porque no haba andado con Cristo
en los das de su carne, si bien l se defiende declarando que vi al Seor en su gloria y esto le da de-
26
12,
1-6
.2*
Cor.
1-3).
Cul de
los
privilegios?
pos de
Roma
que quiere.
Distingue bien Jesucristo entre t, vosotros y ella.
T, Pedro, sers la piedra fundamental o sea, dicho sin metfora, el arquitecto fundador de mi Iglesia. El que puso la primera piedra del edificio con la
declaracin de mi divinidad y lo inaugurar.
ti,
honor
es-
pecial.
edificaris
que os
O) San
Cirilo,
en su libro
IV sobre
la Trinidad, dice:
los
"Creo
Aps-
toles".
San
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
27
ti,
Era de Gracia.
sumacin de los
siglos".
Luego, concluye
la Iglesia Catlica:
De
lo
Jesucristo se
San Pedro y de
los
Aps-
cin.
y sola roca de
la
eterna".
Juan
14, 2).
Notemos que
como en el caso de
"con vosotros" no con "vuestros
insiste Jesucristo,
sucesores".
No
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
29
Una
referir.
no nos da infalibilidad.
que las puertas del infierno no podrn
destruirla. Mientras haya hombres, habr quien le
ame y observe sus mandamientos, y all estar la
Iglesia fundada por l.
Todo esto es verdad, y es muy consolador. Pero no
da pruebas de infalibilidad para nadie.
esto
es cierto
30
es menester
No; Jesucristo no di ningn privilegio de infalibimenos no consta que lo diera a nadie, fuera del Colegio Apostlico, cuando stos hablaran y
lidad, o al
advirtamos bien que la infalibilidad de los Apspara que el que quiera encontrar
Verdad pueda conseguirlo con certeza.
toles es suficiente
la
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
31
ser infalible.
Y como
rosamente
una ancdota
rigu-
histrica.
que eran,
les dijo:
mado
el
os ha to-
pelo?
32
unos
los
apcrifos o simplemente historia humana. Decidme: quin ha seleccionado estos libros santos y
quin garantiza que sean stos y no aqullos los que
otros
debis creer? Si no hay una autoridad infalible, queda sin fundamento vuestra creencia en la Biblia sola.
De momento quedaron todos en silencio como sor-
Cielo.
y
Y usted sabe de quin es la Odisea y la Ilada?
Claro De Homero.
Est usted seguro?
Segursimo.
Si yo le dijera a usted que la Divina Comedia
.
de Dante tiene
bo,
y que
la
libles?
No.
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
33
el don de la Infalibilidad, lo tendramos por ignorante y por necio. Sabemos o podemos saber con certeza, si queremos, qu dijo Homero, qu dijo Horacio y qu dijo Virgilio. Y no slo
qu dijo, sino cmo lo dijo. Y distinguimos las ediciones con supresiones, interpolaciones o deformaciones de su estilo, sin necesidad de un magisterio in-
falible.
"Es absurda esta exigencia de una autoridad infaque tienen los catlicos para poder interpretar
a su capricho lo que dijeron los que ciertamente eran
infalibles. Nos basta saber lo que dijeron ellos para
estar seguros de nuestra fe.
"Y le aado ms: Qu autoridad puede haber en
este mundo que pueda impedir a nadie leer a San
Mateo, a San Juan, a San Pedro y a San Pablo? Y la
Iglesia lo prohibe. Slo permite su lectura a condicin de que el texto del escritor sagrado vaya aclarado por algn telogo catlico.
Y esto es de sentido comn dijo el jesuta
porque no todo el mundo est capacitado para entender lo que dice la Biblia.
Cierto como tampoco est todo el mundo capacitado para entender a Dante y aunque sentimos la
conveniencia de comentarios, a nadie se le ha ocurrido jams impedir la lectura directa del texto orilible
ginal.
54
el
Indice de Libros
Prohibidos.
"Y
lo
el Indi-
ce de Libros Prohibidos!
"Y lo que escribi San Pablo, en el Indice de Li-
bros Prohibidos!
"Y
lo que dice "el priel colmo del absurdo!
mer Papa, piedra fundamental de la Iglesia, puesta
por el mismo Jesucristo", condenado entre los libros
prohibidos, si no hay algn telogo catlico que le
ponga acotaciones !"
"De modo que uno que no es infalible, da licitud y
ortodoxia al texto de los que haban recibido el don de
la infalibilidad doctrinal."
Hay
bus de
tri-
Israel.
y laicos estarn
el
Supremo Juez
INFALIBILIDAD PONTIFICIA
35
Captulo
II
el
Papa y
la Iglesia
Romana
argumento.
"Es menester
dice
una autoridad que sea depositarla de las Escrituras y del tesoro doctrinal de
es infalible, usa la Iglesia Catlica otro
Jesucristo."
Verdad
es
que no pueden
las Escrituras
las en-
dad infalible.
Siempre fu necesario o conveniente a los hombres
para acertar en materia de religin una fuente segura de enseanzas, y no existi jams.
Bien les habra sido a los israelitas tener una autoridad infalible que interpretara las Escrituras. De
haberla tenido los judos, el tribunal eclesistico no
habra condenado a Jesucristo como reo de muerte
por blasfemo e impostor.
37
ms
mismo?
Lo nico que
los Apstoles
Evangelistas, la infalibilidad.
38
plimiento de la palabra de Dios; y que sta est expresada en la Sagrada Escritura, especialmente y de
una manera completa y definitiva, en el Nuevo Testamento.
Lo que Pedro y los dems Apstoles afirmaron, esto
es lo cierto. Lo que ellos condenaron es indiscutible-
mente un
error.
Despus de ellos, todo el que quiere conocer la Verdad ha de acudir a las enseanzas que ellos dejaron
escritas.
Captulo
III
UNIDAD
Para conocer cul es la Iglesia verdadera, se sealan cuatro notas con las que se distingue la verdadera iglesia de las que no lo son:
Debe ser: Una, Santa, Catlica y Apostlica.
Slo una Iglesia, la verdadera, las puede tener todas.
Pero la ms caracterstica de la verdadera Iglesia
es la
UNIDAD.
Luego,
la
Iglesia
verdadera es
la Iglesia Catlica
Romana.
40
eran de fuera de la Iglesia. Nacan dentro, y las defendan miembros de la misma Iglesia de Cristo.
De modo que se puede afirmar que la Iglesia de
Jesucristo todava no ha formado nunca un solo rebao y un solo Pastor, con aquella unidad que quera
Jesucristo, imitando la unin entre el Padre y el
Hijo.
Se
dice:
"Actualmente
slo
hay una
Iglesia
que
Romana".
Contestan: "Pero todas pertenecen al Protestantismo, y por eso decimos que est dividido".
Cierto. Pero no hay que olvidar que todas ellas,
junto con la Catlica, pertenecen a la Cristiana, que
para los que no son cristianos, est dividida como ninguna otra religin.
Los que echan en cara al Protestantismo, que est
dividido, deben pensar que con ms razn se puede
echar en cara al Cristianismo la misma acusacin,
pues es la religin ms dividida.
Un
do a
budista o
los
Cristianos:
verdad.
Ya
se ve, pues,
que
este
argumento
oratorio,
que se
LUIS
en
el
PADROSA ROCA
S.
Fotografa tomada
con
al
Sagradas Escrituras en un culto celebrado en una Iglesia Evanglica de Buenos Aires, en marzo de 1951.
UNIDAD
41
por
el
nmero y calidad de
contenga.
La que viva una doctrina ms cercana a la contenida en el Santo Evangelio de Cristo ser la verdadera.
No por ser una, sino por ser una con Cristo.
Captulo IV
TRADICION
La
nuestra
la
fe,
no slo en
Tradicin.
blia,
TRADICIN
43
cada uno no es infalible, tampoco lo sern todos juntos, si Jesucristo no les da esta prerrogativa
extraordinaria. Darn ms o menos certeza, pero inIglesia,
falibilidad,
En
no.
las
vosotros decs".
No
se ve por
por lecturas.
Dicen que nunca
Biblia
si
"Leed
la
grandes sofismas de
la
los
Iglesia Catlica.
Al principio Jesucristo' no escribi nada porque pretenda formar a los Apstoles y discpulos que despus deban predicar y escribir lo que l les haba
enseado.
Los Apstoles tampoco podan decir a la gente que
leyeran la doctrina de Jesucristo, porque no exista
la
las
enseanzas
14
si
mundo
otras
se escribiesen cada
TRADICIN
45
respondemos que no es creble que los Apsy mucho menos Jesucristo, predicaran en una
ocasin una doctrina que estuviera en contradiccin
esto
toles
Captulo
MARIA, NUESTRA
MADRE
de amar
prjimo.
todo lo que es de Jesucristo. Como quien ama a una persona, ama todo
lo que es de esa persona: su familia y sus amigos.
De aqu nace la obligacin de amar a la Virgen, Madre de Jess. Porque quin ms de Jess que su
Madre? Lo cuid con tanto cario, lo sirvi y am
tanto durante su vida, cumpli con tanta perfeccin
los mandatos de Jess, que los que amamos a Jesucristo no podemos menos de amarla entraablemente
y agradecerle lo que hizo por nuestro amado y buen
la obligacin
Quien ama
a Jesucristo,
al
ama
Jess.
47
mento
escriturstico.
Al contrario; en
glicos.
Cuando
la
le
anun-
cian su llegada, dicindole: "Ah fuera estn tu madre y tus hermanos que te buscan", la respuesta del
Salvador sorprende
al catlico
avezado a pensar en
48
muchos ms
los santuarios,
ermitas y devociones a
MARA, NUESTRA
MADRE
49
50
Adems, si Jesucristo quera que fuera nuestra mano le costaba ms esfuerzo decir: "Aqu tenis
a vuestra madre", dirigindose a los presentes, que
decirle slo a Juan: "Aqu tienes a tu madre".
Y nada le costaba decir a su Madre: "Aqu tienes
dre,
a tus hijos".
Si no hubiese habido en el Calvario nadie ms que
Juan, se poda quiz explicar ms la interpretacin
catlica. Pero estaba la Magdalena, las otras piadosas
mujeres, los discpulos, etc.
El Evangelio lo expresa bien claro. Se dirige slo
a Juan para que haga las veces de hijo y la cuide
con cario filial, y la consuele en su soledad como
verdadero
hijo.
inteligencias.
MARA, NUESTRA
MADRE
51
que quiere.
Captulo VI
OBLIGACIONES
El culto en Latn
Si la Iglesia Catlica fuera infaliblemente la Iglede Jesucristo, no mandara cosas absurdas.
sia
OBLIGACIONES
Iglesia Catlica,
que no sea
no
se
53
la latina.
Tan
latn,
en
fin.
Iglesia Catlica.
54
la latina.
Al que conoce la liturgia catlica le apena considerar lo que pierden los fieles con esta prescripcin.
Cmo gozaran los fieles entendiendo lo que se les
dice cuando se les bautiza, cuando se rezan los respon.
sos en un entierro, al darles la absolucin en la confesin, etc.!
OBLIGACIONES
55
Pero notemos
lo
que hace
observe
el
pueblo
fiel.
en
los
las
la Iglesia Catlica
Se enva
la Encclica o
Cons-
mundo.
"Las cosas inanimadas que dan un sonido, sea flausea ctara, si no dan distincin a los sonidos, cmo
se conocer lo que con la flauta o la ctara se toca? Y
a la verdad si una trompeta diera un sonido indefinido, quin se aprestar nara la batalla? As tambin
vosotros con la lengua, si no profers un lenguaje que
tenga buen sentido, cmo se va a entender lo que se
habla? Serais como quien habla al aire."
ta,
"Si yo, pues, desconociera la significacin del sonipara el que habla un brbaro, y el que me
habla, un brbaro para m. As tambin vosotros, ya
que estis vidos de espritu, procurad, para edificacin de la Iglesia, aventajaros en ellos".
do, ser
ms que
56
OBLIGACIONES
57
que
Ayuno
eucarstico
58
De nuevo
la
el hipcri-
ta sofisma!
el
Al
salir
esta pregunta:
me
La
Iglesia Catlica
impone
la confesin auricular
OBLIGACIONES
como
59
cados.
Todo
el
fundamento de
este
dogma
catlico est
en
el
reis,
En
retenidos quedarn"
como en
(20, 23)
el
retenidos quedan"
(20, 22-23)
60
eran Apstoles,
pecados?"
el
Ciertamente que no se concibe un tal privilegio concedido en tal forma, tal como lo interpreta la Iglesia
Catlica Romana. Pero no parece ser esta la interpretacin que dieron los mismos Apstoles y discpulos a
tales palabras del Seor.
Por
el contrario, a
ruega al
miento de tu corazn" (Hechos, 8, 22-23)
miendan hacer una buena confesin-
No
le reco-
San Juan
dice:
tenemos ante
el
si
OBLIGACIONES
61
Venga
labras?
teologa, ni
en la introduccin.
Por tanto no es ste
el
la inter-
62
OBLIGACIONES
63
que
se apo-
catlico.
y sacerdotes de la Antigua
Ley, y todos sabemos que no fu as, sino todo lo
contrario.
Jams manifest Dios ser impedimento para las dignidades sacerdotales y divinas, ser esposo y padre.
Por qu ahora se exige como condicin esencial?
esta tesis les diramos lo que se dice en filosofa:
"Lo que prueba demasiado, no prueba nada".
En
muy
Pero nosotros decimos que es absurda esta resCundo Dios ha dicho esto? Cierto que las
actividades del ministro del Evangelio son santas,
pero aunque as sea, por qu Jesucristo no escogi a
puesta.
04
Vamos
a considerar
como indignidad
impureza
lo
tal?
:iS
f0
necesidad incondicional de
una continencia absoluta es un apriorismo infundado
y una obligacin impuesta al sacerdote sin fundamenla
to escriturstico.
slo la
pueden en-
Luego, no se
les obligue a
OBLIGACIONES
Y
65
dotes,
virginal, p. 55)
Lstima de que se olviden de que tambin Jesu"Y sern los dos una sola carne. As que
ya no son dos sino una carne. Lo que Dios, pues, junt,
el hombre ne lo separe" (Mat. 19,6)
El Dr. Rau reconoce en su libro sobre "Teologa del
Celibato Virginal" que la virginidad es un don de
Dios, "naturalmente imposible", pero a todos posible
con el auxilio de la gracia y es a todos ofrecido"
cristo dijo:
(p. 76).
66
Pablo.
Si el matrimonio es un sacramento, no se ve por qu
debe considerarse el peor pecado y la accin ms
abominable para un sacerdote, el tener legtima es-
posa.
CONCLUSION
Con
el lector la
Pero
mo
Tenemos un alma inmortal, y al nacer se nos propone este terrible dilema: "O salvacin o condenacin
eternas".
es
menester
Dejar
el
dar
sin titubear.
68
Dnde? En
el
cristo.
1,
(4,
12).
en otro pasaje nos presenta San Lucas a un fariseo que critic a Jess porque reciba a la Magdalena
que le unga los pies. Ella era pecadora pblica; el
fariseo era pblicamente religioso. Pero l no qued
justificado en Cristo Jess. No hall en aquel mo-
mento
la salvacin.
En cambio
la pecadora oy de labios de Jess: "Quedan perdonados tus pecados" (Lucas, 7, 48). Y como
vi Jess que los comensales dudaban, les di el motivo de la justificacin de Magdalena: "Tu fe te ha
salvado
7,
47-50)
me
ensearon desde mi ms
tierna infancia que lo que salva o condena son las
obras que uno realiza que de nosotros depende nuestra salvacin que son menester devociones a la Virgen cuya devocin dicen ser prenda segura de salvacin, a los Santos con novenas y medallas, a los difun.
tos con sufragios, a la Iglesia dando dinero para que
celebren misas, comprando Bulas y pidiendo indul-
Pero en
el
Catolicismo
gencias, etc.
Esto
me
haca dudar.
Me
causaba turbacin.
CONCLUSIN
69
"Pero y
las
"Qu obras
Jess en
el
"Qu obras
no de la sangre, ni de
la
70
voluntad de
la carne, ni
de
la
en
cuanto a
la justicia
una
;
en
hombre
eran para m
la ley,
CONCLUSIN
71
la fe
(3, 1-3).
"Y que en
7-14).
Entonces, segua yo preguntando, las obras exteriores, mandadas por la ley, justifican o son intiles?
"Antes 'de venir la fe
responde San Pablo
estbamos bajo la custodia de la ley, encerrados con
vistas a la fe que deba ser revelada. De manera que
la ley ha sido pedagogo nuestro con vistas a Cristo,
para que por la fe seamos justificados: mas venida la
72
(Gl.
3,
al
la fe,
23-29).
Las buenas obras agradan a Dios. Debemos hacerlas como gratitud, para agradarle y para hacernos
semejantes a l. Pero no son causa de justificacin.
Slo los mritos de Jess son de valor infinitamente
justificadores.
Quin
(De
es el
LUIS
PADROSA ROCA
Padre Padrosa?
Villafrav.ca del
Panads)
ricos sacude el
Por
lo
74
poca del ao, tan propicia a escuchar las pocas cuesque constantemente atosigan al hombre, ha de
producir la ms viva expectacin.
(De una hoja de propaganda publicada por "Accin
tiones
Catlica").
(De Calatayud)
La
cabida.
(De Alicante)
Nuestro espritu, asfixiado por el materialismo que
enrarece el aire de nuestras modernas ciudades, recibi un empuje ascensional hacia regiones ms puras,
con las conferencias del P. Padrosa. El local donde se
han celebrado result insuficiente. Altavoces estratgicamente colocados transmitan a las personas estacionadas en las calles la clida palabra del imponente
orador.
TESTIMONIOS DE LA PRENSA
75
(De Badalona)
El P. Padrosa, con su verbo clido, subyugador, durante una hora mantuvo en intensa emocin a una
multitud verdaderamente extraordinaria.
(De Barcelona)
Y emple una gran virtud que no todos los conferenciantes conocen: la brevedad. De esa brevedad, de
esa magistral diccin y de esas demostraciones concluyentes, lograba para el da siguiente un lleno imponente, pblico para dos teatros los asistentes salan
trocados en fervorosos propagandistas.
;
(De Sevilla)
Satisfechos pueden estar los organizadores el xito
ha rebasado sus clculos ms optimistas, y de antemano tienen ya garantizada la continuidad ascendente
;
de pblico.
El P. Padrosa ha respondido plenamente a su fama
de extraordinario conferenciante.
Apndice
EN DEFENSA PROPIA
Ante las numerosas calumnias que se han propagado
con motivo de mi abandono de la religi.n catlicoromana, me han pedido los verdaderos amigos y autnticos cristianos que aadiese a mi libro "Por qu dej
el Catolicismo'' un apndice "En defensa propia", refutando las ignominiosas calumnias que tan groseramente han manchado el prestigio que hasta mi conversin al Evangelio jams nadie discuti.
Siempre me ha. parecido poco cristiano emplear
tiempo y energas en defensa propia. Pero en mi caso,
va el nombre de la causa evanglica y por ella debo
responder a los que tienen buena voluntad y desean
sobre el caso informacin seria.
Debo manifestar que aado este apndice con gran
pena y profundo escepticismo. El mal que causa la
difamacin no se puede reparar: y los que estn empeados en desacreditar una causa no se detienen ni
ante pruebas evidentes.
Ha llegado a mis manos una see de artculos periodsticos
llamndome "Judas",
''criminal"
"lujurioso"
APNDICE
y "estafador" y que todos estos papeles
como
77
los
represent
villano histrin.
de Jess siquiera con los ms peque nos orden hiciramos con ellos? A
Judas lo llama "amigo" y le da un beso de paz. A
la oveja perdida la busca y no descansa hasta encontrarla para llevarla con cario sobre sus divinos hom-
Es ste
cadores y
el estilo
lo
Han
viva
difundido
mal y que
la idea
los superiores
fesin religiosa.
la carta
misma
me
exabsten-
78
Rdo. P. Provincial:
Muy amado
en Cristo,
P.:
Siento en el alma tener que darle un disgusto grande, pues V. R. no merece sino sincero afecto y profunda gratitud. Pero hay circunstancias que obligan a
hacer lo que uno no quisiera. Y sta es una.
Mi decisin es de salir de la Compaa cuanto antes.
Desde que estudi teologa, sent la desilusin de la
fe catlica. Las pruebas no me resultaban convincentes. Los profesores podan creer que no tena talento
o que me faltaba aficin a la teologa. Pero la verdad
era que me decepcionaba cada vez ms. Nuestros argumentos estn llenos de sofismas, y el dogma catlico, muy alejado del Evangelio de Jesucristo. He estudiado y ledo mucho y con verdadera pasin por la
Verdad. Y cuanto ms avanzo, ms alejado veo el
Catolicismo de la religin cristiana. He discutido mucho con todos los que dicen conocer a fondo la teologa catlica, y no slo no me han convencido, sino
que me han alejado ms y ms de nuestras afirmaciones dogmticas.
Es intil, pues, discutir. Lo que no han conseguido
las tesis, los libros catlicos y los profesores en trece
aos, no lo van a conseguir en unos meses. S los argumentos que me propondran, lo mismo que ellos.
Sera perder tiempo. Debo ser sincero con mi conciencia delante de Dios y no puedo continuar haciendo
comedia, fingiendo y predicando lo que no siento ni
creo.
APNDICE
La semana de
79
la
los Ejercicios
nece a Jesucristo.
Fruto de los Ejercicios de este ao fu confirmarme en la verdad de Jesucristo y determinar decidi-
disgustos.
No
Igual se lo dira.
bato de momento. Cuando los nuestros se enteren,
dirn, como han dicho del P. Carrillo de Albornoz,
que me he vuelto loco; otros que me he enamorado
de alguna mujer. Otros que mi poca ciencia teolgica no ha podido contrarrestar los ataques de los
80
liquidar el Instituto.
Sirva tambin esta carta de dimisorias, pues no
ir a firmarlas a no ser que quiera que las firme
en Amrica. Desde este momento dejo internamente
la
Compaa y
la Iglesia Catlica.
Externamente,
si
APNDICE
81
Luis Padrosa,
S. J.
82
La respuesta del Padre Provincial no hace la menor alusin a los cargos que ahora se me imputan,
antes al contrario expresa el ms profundo pesar y
como lo demuestra el siguiente prrafo:
"Ya puede imaginar la pena con que le escribo.
respeto,
Esta maana, al leer la suya del 31, he quedado anonadado y sin capacidad para reaccionar y poder darle
una inmediata respuesta. Por ello, y para poder serenarme y pensar, he dicho al portador que volviera
a las seis de la tarde."
Esto solo basta para probar que mis superiores no
solamente no pensaban echarme, sino que me tenan
en gran aprecio.
No creo que se necesite ser muy inteligente para
comprender que si yo viva mal y quera seguir viviendo mal, no necesitaba cambiar de vida perdiendo
mi
prestigio,
abandonando
el
acreditado
Instituto
de tantos
distinguidos e incondicionales amigos. Si alguien gozaba de libertad para vivir sin escrpulos dentro de
la Orden, era yo. Unicamente el temor de Dios y
el peso de convicciones muy profundas adquiridas en
largos aos de estudio y reflexin pueden determinar
una decisin como la ma. Otros motivos, no; en modo alguno.
Si alguno cree que los protestantes me cegaron con
sus promesas, sepan todos mis detractores que nada
me fu ofrecido, y que cinco meses despus de mi salida de Espaa todava no tena ni trabajo ni hogar.
Y como que de Espaa no llev ms que mi ropa
y mis libros (aunque sobre esto tambin las malas
el aprecio sincero
APNDICE
83
En
el alquiler
Buenos Aires,
2?
de julio de
1951.
el
Buenos \iies
Date Due
|
fACULlt
PRINTED
IN U. S. A.
AURORA
/
/EDITORIAL^