Woodbury 1993 Defensa Muere Lengua Muere Cultura
Woodbury 1993 Defensa Muere Lengua Muere Cultura
Woodbury 1993 Defensa Muere Lengua Muere Cultura
Un caso es la ecuacin del lenguaje con la identidad tnica o cultural. Segn Michael
Krauss (1992b:11), en una revista de divulgacin cientfica:
La lengua es identidad. A pesar de que debe de haber muchos descendientes de, digamos,
etruscos en Italia y de hititas en Turqua, ellos no se piensan a s mismos como etruscos o
hititas porque esas lenguas se extinguieron y fueron reemplazadas por lo que hoy es el
italiano y el turco. A pesar de no existir un rey vasco ni un estado vasco, hay fuertes lazos
entre los hablantes de esta lengua. Mientras la gente hable una lengua aparte, mantendr
una identidad aparte. Si no lo hacen, la supervivencia a largo plazo de esta identidad est,
en el mejor de los casos, puesta en duda. Si su lengua desaparece, qu distinguir a la larga
a los indios pasamaquoddy de Maine de otros americanos, salvo sus rasgos faciales?
La cuestin de la identidad tambin es resaltada por Ofelia Zepeda y Jane Hill (Zepeda
y Hill 1990:1) en una discusin acerca de la condicin de las lenguas de los nativos
americanos en los EE.UU. Se refieren a su significado para el individuo:
Cada lengua todava hablada es fundamental para la identidad personal, social, y un
trmino clave en el discurso de los pueblos indgenas espiritual de sus hablantes. Saben
que sin esas lenguas seran menos de lo que son, y estn comprometidos con las luchas ms
apremiantes para proteger su herencia lingstica.
sintcticas, de la lengua en la cual se formaron. En estos casos, el arte no podra existir sin la
lengua, en un sentido estrictamente literal. Incluso cuando la dependencia no es tan orgnica
como en este caso, una tradicin intelectual puede ser tan ntimamente parte de la etnografa
lingstica de un pueblo como para ser, en efecto, inseparable de la lengua.
1.4. Resumen
La vinculacin de la lengua con la identidad tnica y cultural, el papel que juega en
la representacin y transmisin de tradiciones intelectuales y culturales, y su rol
constitutivo en el arte verbal convierte su prdida en el equivalente de la prdida de la
cultura.
2. Cuestionamientos a la vinculacin desde la sociolingstica y la antropologa
lingstica
Ninguno de estos argumentos, probablemente, genere mucha controversia entre los
lingistas ni en general en la mayora de la gente, dado que la nocin de vinculacin
entre lenguaje y cultura tiene una aceptacin bastante extendida3. Pero el asunto no es tan
simple. De hecho, una crtica bastante mordaz a la posicin de los lingistas emerge, tanto
implcita como explcitamente, de la sociolingstica y de la antropologa lingstica,
justamente aquellas disciplinas de las cuales podramos haber esperado el apoyo ms
fuerte.
2.1. La cultura (y la lengua) no son cosas, sino maneras
En primer lugar, un punto bastante general que es fundamental en el pensamiento
antropolgico moderno: la cultura y la lengua no son cosas4, sino maneras de pensar y
hacer (y, como los lingistas y otros cientficos cognitivos aadiran, la competencia que
adquirimos para esas maneras). La distincin importa porque las maneras, ms que las
incorpreas cosas, implican una accin humana colectiva. Las cosas, por lo tanto, pueden
perderse o reemplazarse con el tiempo, mientras que las maneras son modeladas,
remodeladas y rehechas activamente por los que las practican. As, aunque las maneras se
pierdan o reemplacen, sigue teniendo sentido describir el trabajo colectivo de los que
las practican como una continuidad y constituyendo una tradicin a travs del tiempo,
mientras que es menos fcil ver una sucesin de cosas incorpreas como una nica
tradicin continua.
El correlato de esta idea para la prdida de una lengua es obvia. Nos invita a pensar
acerca de la lengua como un conjunto de prcticas o maneras. Nos pregunta en qu sentido
incluso puede decirse que los cambios en estas prcticas o maneras constituyen una
tradicin. Y, como nuestro foco recae sobre los vnculos entre prdida o cambio de lengua
y prdida o cambio de cultura, nos llama a examinar la nocin de tradicin en un contexto
mucho ms amplio que la gramtica o la lengua per se, y esto incluye todo el tejido en
que se trama.
De modo similar, el nfasis en las maneras por encima de las cosas tiende (al menos
superficialmente) a desviar la atencin de perspectivas del lenguaje como un depsito de
saber o como la base del arte verbal, en el sentido de que las estructuras lxicas o el arte
verbal transmitido puedan ser vistos como los productos fosilizados de la actividad del
habla. O sea, pueden ser vistos corno epifenmenos, mientras que las verdaderas
tradiciones intelectuales y artsticas seran las prcticas vivientes, actuales de una
comunidad que le permiten expresarse y rehacerse de forma vigorosa e intencionada.
cdigo pueda morir y las reglas de uso continuar vivas. Y stas podran ser, al menos, parte
del sustento lingstico de la cultura tanto como la gramtica o el lxico ancestrales.
Adems, dados el cambio de cdigo y el prstamo radical, uno tambin debe preguntarse
cunto del cdigo muerto realmente ha muerto. Efectivamente, incluso cuando una
comunidad monolinge, que habla solo su lengua ancestral, es alcanzada en pocas
generaciones por una lengua como el ingls, el modelo de multilingismo recin
presentado da lugar a una significativa conservacin lingstica y cultural: el ingls se
suma al repertorio del cdigo, pasa a funcionar como el vernculo diario, marginando el
cdigo ancestral; luego el cdigo ancestral perece. En el proceso, es al menos posible que
las normas de interaccin comunicativa de la comunidad puedan sobrevivir como parte de
un patrn de competencia comunicativa continuo, y que ciertos patrones comunicativos
ancestrales de consideracin e incluso recursos lxicos o gramaticales puedan ser
conservados en el ingls resultante de la comunidad.
Siguiendo estas lneas tericas generales se han hecho interesantes trabajos acerca
de la rpida sustitucin de la lengua en comunidades nativas de Amrica del norte, que
pueden ayudarnos a ver los temas ms concretamente.
Tomando como ejemplo el coyucn, una lengua atabasca hablada tradicionalmente
en un amplio sector de la cuenca de Yucn en el interior de Alaska del norte, Kwachka
(1985, 1992) describe un cambio hacia el ingls, en una generacin o dos, en las
comunidades, pero, basndose en el trabajo de campo de los aos ochenta, tambin
informa acerca de la conservacin de un fuerte sentido de identidad cultural. La autora lo
correlaciona con una segunda observacin: que la narrativa ha seguido jugando un papel
social central (incluso pese a que los mitos tradicionales se narraban cada vez menos). Para
su correlacin, considera la hiptesis (Kwachka 1992:70) de que el pueblo coyucn ha
sido capaz de transferir y permutar un patrn cultural muy importante a nivel discursivo
la tradicin de la narrativa. Y concluye con esta especulacin general (p.72):
Tal vez, mientras los mbitos semnticos subyacen y relacionan la organizacin
social, poltica, espiritual y econmica, las estructuras discursivas bien pueden
proveer, en forma literal, el armazn para su reorganizacin durante el cambio
lingstico y cultural.
llegar a ser esta identificacin, es discutible por medio del argumento anterior que la
comunidad de ingls natural pueda hacer de ella como si fuera ingls; les da una
oportunidad de minimizar, menospreciar o negar las diferencias lingsticas por ms
autnticas que sean sobre las que est fundada la reivindicacin de identidad separada. Es
razonable concluir, entonces, que una variedad local de una lengua como el ingls sea, con
probabilidad, relativamente efmera en su funcin de emblema de identidad local,
particularmente si hay un contacto intenso con comunidades de ingls natural. En
contraste, el cdigo ancestral es relativamente insensible a este tipo de argumentos
externas.
3.2. Foco
Una segunda manera en la cual una lengua ancestral y un cdigo reemplazante
nativizado pueden diferir es en trminos de lo que Le Page y Tabouret-Keller llaman
FOCO en su trabajo sobre pidginizacin, creolizacin y la emergencia de identidad tnica
en comunidades criollas. De acuerdo con ellos (Le Page y Tabouret-Keller
1985: 205):
[] cada individuo evidencia un conocimiento parcial de una cantidad de sistemas
que pueden ser definidos hasta cierto punto en trminos de normas externas que ellos
han identificado como las propiedades del grupo que ellos han percibido. Una
comunidad, sus reglas y su lengua slo existen en tanto sus miembros perciben que
stas existen; sta es la naturaleza de la competencia lingstica y todava no hay un
modelo satisfactorio para su descripcin.
tiempo no es inevitable. Si fuera tan fcil, las normas emergentes que apartaran la
variedad nativizada podran ser reemplazadas por las normas de lo dominante
(mainstream). Hasta ahora se ha hecho poco respecto de estas cuestiones. Tenemos poca
idea del foco o la estabilidad de los tipos de ingls nativizado que han sido relevados en la
bibliografa o de su probabilidad de conservar sus caractersticas a lo largo del tiempo. Sin
embargo, esta cuestin es crucial para toda afirmacin de que son emblemas viables de
identidad cultural en un sentido similar al que lo son o fueron las lenguas nativas.
3.3. Son todos los cdigos equivalentes a nivel expresivo?
La nocin de foco tambin plantea la cuestin muy general acerca de la posibilidad
de comparar e intercambiar los cdigos, ya que afirma, en esencia, que no todas las lenguas
son equivalentes a nivel expresivo. Esto no contradice el punto de vista estndar de los
lingistas de que todas las lenguas tienen un potencial expresivo equivalente (Sapir 1921:
21-3), ya que slo significa que la realizacin de ese potencial es emergente, sensible a los
cambios y dependiente de los usos para los cuales es empleado habitualmente. El trabajo
de Kwachka y Basham (1990) sobre el ingls esquimal de Alaska discutido en 2.2 se
refiere directamente a este punto, mostrando cmo varios artificios son usados en ingls
para llevar a cabo un ideal expresivo esquimal, la circunspeccin en la asercin. En la
medida en la que son capaces de demostrar rutinas estructurales recurrentes en el ingls de
los estudiantes para alcanzar ese efecto, estos mecanismos ponen en evidencia un proceso
de refocalizacin que lo hace expresivamente ms adecuado en el contexto local. De todos
modos, estos recursos se ven opacados por aquellos del yupik de Alaska central, que tiene
muchas rutinas altamente estructuradas para la circunspeccin de diferentes tipos y grados,
y donde diferentes rutinas evocan diferentes ideas de gnero. Por ejemplo, el encltico
citativo = gguq (otro) dice/dijo, que absuelve al hablante de la responsabilidad primaria
de una asercin, evoca la narrativa tradicional si es usado de una manera, pero la narrativa
comn si se usa de otra forma. Este tipo de casos apuntan a una relacin entre forma
lingstica y patrones de uso que resulta intrincada. Surge con el tiempo, cuando los
miembros de una comunidad llegan a tener referencias comunes acerca de una experiencia
y prcticas crecientes. Mientras que no hay una razn, en principio, para que una
comunidad que ha perdido su lengua no pueda establecer convenciones distintivas
apropiadas para sus necesidades con un nuevo cdigo, los costos son elevados y los riesgos
altos en perodos de transicin social.
3.4. Un dominio seguro
Otro sentido en el que una lengua ancestral promueve la preservacin de la
tradicin cultural es proveyendo un DOMINIO SEGURO en el cual una cultura puede
crecer y ser practicada. Ya que las lenguas en peligro, casi por definicin, son lenguas que
no son conocidas fuera de las redes sociales con las que estn identificadas tnicamente, su
uso habitual refuerza la red social existente y le brinda un espacio social privilegiado en el
que las maneras compartidas pueden ser mantenidas, continuadas y reelaboradas.
De modo similar, las estructuras lxica y sociolingstica de un cdigo
histricamente forneo pueden invadir el espacio social. Por un corolario negativo de la
observacin hecha en 3.3, puede traer consigo adaptaciones a la experiencia y prctica de
la cultura fornea. Por ejemplo, la clase social es uno de los componentes sistemticos ms
salientes y ms ampliamente estudiados de la estructura sociolingstica del ingls (ver
Labov 1972, Trudgill 1984). Pero en la sociolingstica del yupik de Alaska central,
mientras que hay rutinas bien establecidas para codificar diferencias sociales, nunca se ha
sostenido jams que exista una categora sistemtica de clase, o divisiones de habla en
subvariedades basadas en clases. Mas cuando se introduce el ingls, es necesario hacer
inmediatamente elecciones vinculadas a clases, incluso si en un principio no son
reconocidas como tales. Como segundo ejemplo, considrese la siguiente diferencia entre
el yupik de Alaska central y el ingls. En el yupik de Alaska central, los lexemas para
excrementos y para la anatoma excretoria y sexual generalmente aparecen como lexemas
nicos, mientras que en ingls estos conceptos estn asociados con grupos de lexemas que
cargan connotaciones adicionales especficas (vulgar, juvenil, jocoso, eufemstico,
cientfico, etc.): anaq vs. shit/poop/feces, teq vs. asshole/anus, taquiq vs. cock/thing/penis,
etc.6 As, cuando el ingls se introduce en el entorno social del yupik de Alaska central,
reclama sensibilidad frente a todo el complejo de preocupaciones populares del Viejo
Mundo. Adems, incluso en el caso de un ingls localmente adaptado, efectivamente
depurado de distinciones de clase social o de sinonimia elaborada para el lxico de la
reproduccin o los excrementos, las normas de la comunidad ms amplia de habla inglesa
podran ser invocadas en cualquier momento, por integrantes de la comunidad o forasteros,
para evaluar las convenciones de la variedad local, volvindola caracterizable en trminos
dominantes como vulgar o refinada, informal o formal, etc.
Ejemplos de este tipo, reales o hipotticos, son fciles de aducir. Si el japons
inundase una comunidad anglfona y se desarrollase una especie de japons-ingls
nativizado, uno podra suponer que se reduciran las sofisticadas normas de rango y
deferencia del japons dominante y tal vez se marginaran formas, construcciones y
estrategias excedentes. Aun as, eso no lo resguardara de una evaluacin acorde a las
normas dominantes, ya sea por un integrante o alguien ajeno a la comunidad. De esa
manera, lo que se conservase del ingls, en tanto sobreviviese, siempre sera visible a
travs del lente interpretativo del japons. Por otro lado, lo que se conservase del ingls en
esas circunstancias ofrecera a las normas de la comunidad inglesa un dominio seguro.
Mientras que este dominio seguira siendo violable en principio por las normas de una
comunidad exterior, podra empero ofrecer un importante terreno de lucha para la
conservacin cultural.
3.5. Expresin dependiente de la forma
Como destaca Hale (citado en 1.3 arriba), algunos tipos de arte verbal dependen
crucialmente de las propiedades lingsticas formales de la lengua que los crea. Cuando esa
lengua se pierde, lo mismo sucede con las tradiciones culturales representadas por su arte
verbal. Estas tradiciones no son simplemente la suma de las obras artsticas producidas,
sino medios de expresin creativa que estn ligados a la tradicin cultural y que son parte
de ella.
Lo que realmente est en discusin es cualquier situacin donde las formas y
patrones arbitrarios de una lengua son empleados para constituir, dar forma o modelar el
propsito comunicativo o el contenido, ya que, en tales situaciones, la prdida de la lengua
automticamente llevara a la prdida de cierta parte de la tradicin cultural. Podemos
llamar a esta situacin o fenmeno EXPRESIN DEPENDIENTE DE LA FORMA. El
arte verbal es tal vez el ejemplo paradigmtico dado que todos los niveles de la forma
lingstica a menudo son empleados all de maneras sorprendentes. La estructura
fonolgica, por ejemplo, puede ser explotada para dar forma al metro y rima. La sintaxis
puede explotada por medio del paralelismo. Y la semntica a travs de imgenes y
metforas. Adems, todo esto puede proveer alternativamente motivos de gneros y
marcos de expectativa retrica cuyo significado y valor interpretativo a menudo estn
basados en conocimientos, convenciones y circunstancias culturales muy especficos. Aun
aquello/eso que est ro arriba, kiwkuni en lo/el que est ro arriba, etc.). Los
ADVERBIOS DEMOSTRATIVOS consisten en la base demostrativa, un sufijo
adverbializador -a- y la flexin de caso locativo. Funcionan como adverbios de lugar,
actuando como modificadores verbales u clausales (p. ej. Uitauq kiani Ella/l permanece
(uitauq) ro arriba).
Tabla 1. Declinaciones para kiw- adentro, ro arriba; restringido como nominal
demostrativo (base pura kiw-) y adverbio demostrativo (base derivada ki-a-). Algunos
casos nominales y categoras de nmero no estn incluidos.
Nominal demostrativo
Adverbio
(con nuna-t aldea)
demostrativo
kiw-ku-t nuna-t
la aldea ro arriba
__
kiw-ku-ni nuna-ni
ki-a-ni
en la aldea ro
(en) ro arriba
arriba
kiw-ku-nun nuna-nun
a la aldea ro arriba ki-a-nun
(a) ro arriba
__
ki-a-vet
hacia ro arriba
kiw-ku-nenq nunaki-a-ken
desde la aldea ro
desde ro arriba
neng
arriba
kiw-ku-ggun nunateggun
a travs de la aldea
ro arriba
ki-a-ggurn
va ro arriba
kiw-ku-tun nuna-citun
como la aldea ro
arriba
ki-a-ten
como ro arriba
ki-a=i!
All ro arriba!
__
Restringido
Extendido
Oculto
utauingikkiwkegpingpikkatug
mattamatawagqawqagpawpaqununeguk-
amakemqamqakempampakemcamcakem
Verbo (ir a
X)
Interpretacin general
hacia el hablante
hacia el destinatario
all, andando
cruzando
adentro, ro arriba
afuera
cuesta arriba
arriba
abajo, cuesta abajo
ro abajo hacia afuera
acercndose
Forma y visibilidad: Todo el sistema est atravesado por una divisin en tripartita
segn si el referente es evocado como compacto o inmvil (restringido), largo o en
movimiento (extendido) o invisible (oculto). Esta divisin est representada en las
primeras tres columnas de la Tabla 2.
Verbos de movimiento: Las categoras de los demostrativos tambin estn asociadas
con verbos de movimiento (ir a X) (Tabla 2, columna 4): age- puede ser interpretado
como ir all, qerar- como ir cruzando. Sin embargo, ninguno de estos verbos se
segmenta segn la forma o la visibilidad de su sujeto o tema.
Una inspeccin de las bases de los demostrativos muestra un apoyo morfolgico
considerable para el anlisis componencial. Esto es, se puede segmentar la mayora de las
bases en unidades morfolgicas primarias ms pequeas manteniendo un significado
consistente. Con seguridad, hay algunas irregularidades residuales y los verbos no se
parecen en nada a las bases de los demostrativos. De modo similar, el sistema semntico en
s no es perfectamente regular (al menos tal como lo he formulado): la dimensin de
accesibilidad no explica por completo las diferencias entre los pares y hay algunas
idiosincrasias lexicales ms que tampoco se explican (p. ej: las formas afuera qag- y
qakem- pueden tener el valor cardinal norte). De todos modos, las regularidades
morfolgicas y categoriales son lo suficientemente significativas como para que las bases
de los demostrativos seguramente deban ser internalizadas por los hablantes como un
sistema semntico componencial, ms que simplemente memorizadas como una lista
aleatoria de elementos dentro de un rango gramatical y semntico dado.
Tabla 3. Proyecciones de categoras direccionales generales en dos marcos de
referencia culturalmente cannicos: en tierra y en una casa.
Interpretacin general En tierra
En una casa
mismo lado del ro
mismo lado del fogn
All, andando
cruzando el ro
cruzando el fogn
Cruzando
ro arriba; adentro de algo
hacia la pared trasera
Adentro, ro arriba
afuera, norte
afuera
Afuera
cuesta arriba, volviendo del ro hacia la pared lateral
Cuesta arriba
hacia el cielo
hacia el techo
Arriba
cuesta abajo, hacia el ro, abajo hacia el piso/el fogn
Abajo, cuesta abajo
hacia la salida
Ro abajo hacia afuera ro abajo, hacia la boca de ro
As es entonces el sistema lingstico. Es paradigmticamente amplio: con ms de
dos docenas de bases capaces de ser flexionadas por alrededor de media docena de casos
como adverbios demostrativos y, como nombres, por al menos dieciocho combinaciones
1
de caso y nmero (no todas ilustradas en la Tabla 1), el nmero total de formas excede
fcilmente las 500. Pero antes de discutir su potencial para la expresin dependiente de la
forma, algo ms debera decirse acerca de las interpretaciones generales mostradas en la
Tabla 2. Estas interpretaciones son abstractas, sugiriendo un esquema general y flexible de
referencias direccionales. Esta sugerencia es apropiada pero incompleta, porque cuando los
hablantes describen los significados de los demostrativos lo hacen en trminos de dos
marcos de referencia cannicos y concretos: EN TIERRA, particularmente desde el punto
de vista de una persona o aldea en la orilla del ro (o del ocano) y EN UNA CASA.
Ambos marcos presuponen rasgos de la vida tradicional yupik. Las referencias a la tierra
reflejan el hecho de que las aldeas yupik, viejas y modernas, estn situadas sobre la orilla
del ro, lago o mar. Las referencias a la casa presuponen casas de cuatro paredes con un
amplio fogn en el medio, una entrada en la pared del frente y catres a lo largo de la pared
frontal, trasera y lateral. La especificidad de estos marcos de referencia cannicos le
aaden color cultural al sistema: hacen del sistema no slo un esquema abstracto y til,
sino tambin un sistema especialmente adecuado para hablar acerca de la vida tradicional
yupik. La convencionalidad de estos marcos cannicos de referencia es tambin
significativa: indica una relacin prolongada entre la lengua y la comunidad de habla.
Constituye la esencia de lo que Le Page y Tabouret-Keller llamaran un estado de cosas
altamente focalizado.
3.6.2. Su uso en un mito en prosa
Ahora tenemos los elementos necesarios para examinar el potencial de este
subsistema cotidiano de expresiones dependientes de la forma del yupik. Podemos hacer
esto a travs del examen de un mito yupik en prosa en el que este potencial se realiza de
una manera interesante. El mito fue contado en Chevak, Alaska, en 1977 por Mary Kokrak,
una anciana chevak. Fue publicado en Woodbury (1984) y, como una (re)traduccin
nicamente, en Woodbury y Moses (1993).
Lo que sostengo es que Mary Kokrak logra algunos de sus principales objetivos
comunicativos y artsticos en su relato a partir del uso recurrente e intensivo de ciertos
demostrativos. Estos se convierten en tropos o motivos que representan puntos claves del
contenido de la narracin, tanto en virtud de sus usos y significaciones generales como por
los patrones especiales de uso que emergen en el curso de la narracin.
En esta historia, unos hermanos, cuatro excelentes cazadores, viven juntos cerca de
la desembocadura de un ro con su joven hermana, quien se encarga de cuidar sus presas, y
un hermano ms pequeo que todava es un nio. Conforman una pequea aldea donde se
auto-abastecen y no estn en contacto con otras personas. Un da el nio desaparece,
raptado por el poderoso cazador de una inmensa aldea situada ro arriba, quien lo tortura
ante su gente como entretenimiento en la casa de unos hombres. Nada de todo esto se sabe
hasta que los hermanos y la hermana son visitados por un desgreado hombrecito que vive
con su abuela en los mrgenes de la gran aldea. ste invita a los hermanos a seguirlo en
una misin de rescate. Despus de entrar en la casa de los hombres, el hermano mayor
derrota a los poderosos cazadores y junto con sus hermanos y el nieto masacran a los otros
aldeanos. Luego se dirigen a la casa de la abuela, donde sta reanima al lastimado nio por
medio de la magia chamnica.
Si bien el relato de un mito es ciertamente arte verbal, su lenguaje no es potico
en el sentido usual en que se presupone la utilizacin de mtrica, rima, paralelismos
constantes, medidas en los versos, etc. A este respecto, esto nos permite observar
expresiones dependientes de la forma en una prosa relativamente ordinaria. Sin embargo,
comparado con el resto de la narrativa yupik, aqu el uso de los demostrativos es ms bien
intenso: la narradora elige usar demostrativos constantemente y a menudo elige bases con
significados especficos ms que aquellas que contienen un significado menos especfico
(especialmente las bases con significado ms general de las primeras dos filas de la Tabla
2).
Lo que a nosotros nos interesa es que ciertos grupos de demostrativos
correspondientes a las filas de la Tabla 2 y que designan direcciones particulares se
repiten de forma notable y predecible en esta narracin. Bien llamativo es, tal vez, el uso
de las series ro arriba y ro abajo.
En prcticamente la primera mitad de la media hora que dura la narracin, estas dos
categoras se emplean para evocar y referir a la topografa en donde se sita la historia.
Esta comienza as:
(2)
Tawa=llu=ggur^ukut
anngaqelriit
Kuigat=gguq^mana
imarpigmun anumaluni.
Ua=i=gguq paing
^alaiqurluni.
Su ro
flua hacia el ocano.
Ro abajo {ro abajo, rest.}
podan ver su desembocadura.
No mucho despus
lleg desde ro arriba {rest.}
UN VIEJO Y GASTADO KAYAK
Anelreluni=llu=ggur ^uka=i,
ceggaluni una,
ANGUKSAGAR ^UKNA.10
Anuuruluma
qanrucartusqengaci,
qanrucarturamci.
Mi abuela
me hizo venir para decirte,
as que vine a decirte.
Uyuqliarerce=gguj ^tang
kiwna.
Nukalpiam
ayaulluku,
nangtaqaqkii kia=i kiagpak.
Cuando el nieto regresa para conducir a los hermanos a una misin de rescate,
anelrar- ir ro abajo es usado nuevamente:
(6)
QAYARRLUGAR=AM IMNA
^MAN ^anelralliniuq.
Cuando salieron
aquella aldea ro arriba {rest.}
Estaba all ro arriba {rest.} de ellos
CUANDO ELLOS LLEGARON
RO ABAJO {rest.} DE ALL
la vieja y gastada casa del nieto estaba an
ro arriba {rest.} all {ro arriba rest.};
ESA ENORME ALDEA.
Hasta este punto, las formas ro arriba se indizan efectivamente con la aldea
siniestra donde el nio est cautivo, mientras que las formas ro abajo estn indizadas
con la aldea de la pequea familia, en su inocencia primordial. Es decir, por un efecto
similar a una preparacin psicolgica, la narracin de la historia hasta este punto crea
ciertas asociaciones emotivas y referenciales temporales sumamente especficas para las
formas, ms all de sus significados genricos o de los usos convencionalizados.
De aqu en adelante, la historia se instala en la gran aldea, con el hombre y los
hermanos yendo y viniendo desde la pequea casa de la abuela hacia la casa del gran
hombre, o qaygiq, que est repleta con aldeanos vidos de presenciar el espectculo de la
tarde. En este escenario, las formas ro abajo/ro arriba estn usadas exclusivamente
para evocar y referir a la diagramacin interna de la casa de los hombres, donde designan
las direcciones, respectivamente, de la pared trasera y la pared/puerta del frente. La
transicin a este patrn sucede cuando el hermano mayor, disfrazado y a la espera con la
abuela, escucha que es tiempo de infiltrarse en la qaygiq.
(8)
pillinii:
Qama=i=ggur= am^ tawa,
qaygi paqtaarluki,
Tutgararuluum.
Eglengut=ggur=am yaa=i,
anuuruluma
pieirkiuraaneng.
Aqu la forma oculta qama=i, ro arriba, all adentro es usada para referirse a
todo el interior de la qaygiq desde un punto de vista ubicado fuera de esta (la casa de la
abuela). Este es el segundo sentido del grupo ro arriba y no contrasta con el grupo ro
abajo sino con el grupo afuera (cf. Tabla 2). Entonces, itrar- ir ro arriba, hacia
adentro, hacia atrs es usado, adoptando la orientacin de la qaygiq, cuando los hermanos
se acercan all desde su frente:
(9)
Maaten=ggu ^itraameng
apuryarturait,
ceryarpag ^nenglarluteng!
En contraste, la direccin ro abajo aparece slo una vez, cuando el nieto y los
hermanos, reagrupados en la casa de la abuela, regresan (consideraremos la forma all,
tambin en negritas, ms adelante):
(12)
Agluteng=gguq,
tutgararuluq civuqliqluku,
tukurerteng.
Imumeng=gguq pugngami
Tutgararuluq,
cuut akuliitgun
emminun ^uavet
inglernun anelraquil(i).
^Ukut=llug=gur
^emairrluteng qaygimiut!
Imna Tutgararuluq
mayulliniluni,
kepnerem quliinun
^ingluvaqvanum;
Tauna ^tawamte=ll(u)
^uyivaangaq ^kinguakun
mayuam(i),
taum=ll(u) Tutgararuluum
nuniinun aqumluni.
El nieto
trep,
por uno de los lados del catre de arriba de la
entrada;
Y Uyivaangaq trepando justo detrs,
Cuna=ggur ^un(a),
anngaqlerteng mana,
tungliqutacigglug(u) ^yaavet.
La identificacin del malvado cazador con el catre de atrs y del nieto con el catre
de enfrente no es accidental. Tradicionalmente, los hombres poderosos e importantes
ocupaban la parte de atrs de la qaygiq, donde estaba la nica lmpara de aceite, mientras
que los hurfanos y otras personas menos poderosas estaban relegados a los catres
estrechos y ventosos en el frente (Nelson 1899: 286). En el clmax de la narracin, esta
relacin se invierte cuando los hermanos y su husped desafan y luego masacran a la
gente de la qaygiq, usando su posicin en el catre delantero superior para su ventaja
militar.
Debera estar claro ahora que el uso de ro arriba/ro abajo que primero evoca
la aldea grande y la pequea, y luego al malvado cazador y sus retadores, tiene una
poderosa unidad temtica. Los valores morales y las identificaciones de personajes
asociados con cada aldea estn destacadamente yuxtapuestos con valores e identificaciones
equivalentes dentro de la qaygiq. Decididamente, lo que permite esta yuxtaposicin es el
hecho de que el sistema de demostrativos precisamente identifica, por un lado,
atrs/adentro con ro arriba y, por el otro, hacia la salida con ro abajo. La
yuxtaposicin es realzada, adems, por la tradicin de concretar los significados de los
demostrativos en trminos de la geografa y el diagrama de la casa (tabla 3). En sntesis, el
sistema lingstico y el aparato cultural altamente focalizado que lo rodea, convierte a los
demostrativos en partes clave del funcionamiento del mensaje de esta narracin.
Tampoco son las series ro arriba y ro abajo las nicas que indizan temas o
personajes en esta narrativa: las formas de la serie cruzando invocan repetidamente al
padre del malvado cazador, el cual se sienta del lado de la pared ms alejada desde donde
suplica a su hijo que presente un buen espectculo para los aldeanos. Las formas de
abajo designan a la atormentada vctima del cazador, sujetado en el piso debajo de l. Ya
sea por suerte o por designio, stos son prcticamente los nicos usos para los cuales estas
categoras se emplean en esta narracin. En efecto, estos tambin se convierten en
leitmotifs de los personajes y, por extensin, indizan las posiciones morales que ellos
representan.
Tal vez resulta an ms interesante el uso de la serie all (cf. Tablas 2 y 3) que
designa cannicamente un lugar dentro de un rea o del mismo lado de una barrera (como
un ro o el fogn de una casa), pero es vaga con respecto a la dimensin ro arriba/ro
abajo. Hasta el final de la historia, hay dos agrupaciones principales de los usos de esta
categora. La primera es cuando el nieto viene a buscar a los hermanos para la misin de
rescate. Cauteloso de no desembarcar nunca de su kayak en la pequea aldea, le dice a la
hermana que esperar a los hermanos en un lugar en las afueras.
(13)
Wii=gguq ^amani kiw um
paingani amavet
anumallrani.
El cuidado del nieto para eludir el contacto directo con la aldea sugiere que tiene
conexiones con el mundo de los espritus, ya que desde la visin tradicional el contacto
concreto entre los mundos puede producir una ruptura potencialmente peligrosa (discutido
luego en Woodbury y Moses 1993). As, en estos usos, la categora ms bien vaga de all
seala una asociacin con la distancia real y metafrica del nieto.
El segundo agrupamiento de usos de las formas all ocurre una vez que la escena
se traslada a la aldea ro arriba. En este uso, all es la qaygiq desde el punto de vista de la
casa de la abuela, como con yaa=i all, restringido en (8), la primera instancia de uso de
esta categora. Recprocamente, tambin designa la casa de la abuela desde el punto de
vista de la qaygiq: cuando el hermano mayor ha visto lo suficiente de la qaygiq, usa ageir all en referencia a la casa de la abuela:
(15)
Equrtellermini,
NANGRALLAGTUR=GGUR
^AGNAURKUT!
Ella, como su nieto, parece tener cierta conexin con el mundo de los espritus.
Se observa, finalmente, que a pesar de que nos haban dicho (cf. (7)) que su casa
estaba ubicada en las afueras de la aldea (que incluira la qaygiq), nunca queda claro si est
ubicada ro arriba o ro abajo de sta. Adems, las formas all, por definicin lxica,
conservan esta vaguedad.
Las dos agrupaciones del uso de all tienen, de esta manera, algunos paralelos
importantes:
Sitan al nieto, o al nieto y a la abuela, afuera, en una distancia fsica y metafrica.
La distancia metafrica se produce entre el mundo de los vivos y el de los espritus.
La especificacin de esta distancia es vaga con respecto al otro esquema importante que
orienta la narrativa, ro arriba/ro abajo.
Hay, adems, una tercera agrupacin narrativa de importancia, o ms bien un par,
de los usos de all. Aparece precisamente en el clmax de la accin:
(17)
Uyivaangam=ggur ^imum
kaugtuutan(i)
atauciuluku=ll(u) iqucuunaku,
qayutuuluk(u) ^taw(a)
^aggnaurai cuut.
Anngameng=llu=gguq,
nunat=1l(u) ^taw(a)
^qayginritqallret pukugluki.
Heh!
Heh!
Agluteng=llu.
En contexto, ir all es morir y ser enviado all significa ser asesinado. Pero esta
no es una metfora lxica convencional en yupik, ni es en absoluto comn en el yupik
hablado o en su literatura oral acuar metforas particulares tan altamente figurativas11. Sin
embargo, esta metfora contiene una considerable irona dado que las formas all ya
indizan la distancia figurativa entre el mundo de los vivos y el de los espritus en las otras
agrupaciones en las que aparecen. Hay tambin una inversin irnica cuando los aldeanos
2
van all, al mundo de los espritus, mientras que el nio torturado va all a ser
reanimado. Esto, a su vez, va en paralelo con la inversin ro arriba/ro bajo discutida
arriba en relacin con (12).
3.6.3. Conclusiones
Hemos visto, entonces, cmo un sistema lingstico cotidiano y las concepciones
cannicas que recibe en su contexto comunitario altamente focalizado, pueden ser la clave
para una construccin expresiva compleja. En esta instancia, las categoras de
demostrativos indizan con mayor consistencia valores morales y personajes que
representan valores morales; estos, a su vez, son proyectados sobre campos referenciales
que se definen en trminos de significados lxicos (tabla 2) y de conceptualizaciones
cannicas (tabla 3).
Las traducciones de esta narracin al ingls ilustran el alcance de su dependencia de
la forma. Es difcil, ante todo, incluir tantas referencias espaciales en ingls sin
sobrecargarlo. Pero incluso cuando esto se resuelve, es difcil resaltar la correspondencia
de las aldeas ro arriba y ro abajo con la parte posterior y delantera de la qaygiq.
Asimismo, el sutil ncleo comn en las agrupaciones de all se pierde fcilmente: al over
there ingls se le escapa el componente de en algn lugar, del mismo lado de un lmite
del significado de la categora del yupik. Pero, ms aun, se le escapan las imgenes de
la vida yupik convencionalmente asociadas a estas y otras categoras. Por tanto, lo que se
perdera, si el yupik se perdiera, no slo sera lo que puede ser reificado como un sistema
de demostrativos, sino un grupo de tcnicas de expresin que una herencia lxicogramatical altamente integrada facilita en un contexto cultural focalizado.
Escuchando el ingls de las comunidades yupik, a menudo he notado expresiones
direccionales como in there, over there, back there y across there usadas de modos que
importan reminiscencias del yupik. A pesar de que no tengo evidencia de que esto exista,
uno al menos podra imaginar un grupo casi completo de sustituciones uno a uno en un
ingls nativizado, de modo que el sistema de categoras del yupik podra sobrevivir aun si
la morfologa del yupik original desapareciera. Ofrece esto alguna esperanza de que esta
esplndida herramienta expresiva pueda sobrevivir en las comunidades yupik aun si la
lengua no lo hiciese? No confo en que esto suceda. Las formas de los demostrativos del
ingls son opacas al sistema de categoras del yupik, mientras que las bases de los
demostrativos del yupik, al ser en gran parte morfolgicamente analizables, pueden servir
individualmente como un recordatorio para el que aprende el sistema completo. Uno se
pregunta entonces si un sistema de demostrativos de un hipottico ingls nativizado
sobrevivira intacto al pasar de bilinges yupik-ingls a los monolinges de ingls de la
siguiente generacin. Es decir, podra haber demasiadas pocas pistas en el ingls de los
bilinges que hayan preservado el esquema conceptual del yupik para que este esquema
oculto pueda ser efectivamente aprendido. Adems, los anlisis que he realizado de las
traducciones orales del yupik al ingls y de las recuentos del yupik y el ingls sugieren
que en efecto los elementos del sistema de las categoras de demostrativos sobrevivientes
en ingls estn bastante incompletos: son apenas una plida sombra del sistema yupik, por
ms sorprendentes y exticas que resulten en relacin con las normas del ingls dominante.
3.7. El lxico como expresin dependiente de la forma
El ejemplo de los demostrativos yupik es especialmente interesante, creo, porque
involucra un SISTEMA LXICO. Como tal, representa un esquema semntico al menos en
parte arbitrario que puede ser aplicado concretamente y que por eso es especialmente
ssensible a interpretaciones y convenciones culturales, las cuales, a su vez, son las bases
para las construcciones expresivas dependientes de la forma. Y su cohesin y transmisin
estn fuertemente respaldadas por cierto grado de transparencia morfolgica. Como ya se
seal, otros sistemas de demostrativos en otras lenguas tambin han sido estudiados en
estos trminos. Una situacin similar parece darse entre los trminos de parentesco, otro
tipo sobresaliente de sistemas lxicos (Haviland, 1979, Heath et al. 1982, Woodbury 1992:
xvi-xvii).
Pero mientras los sistemas lxicos proveen los casos ms obvios, puede
argumentarse que los temes lxicos que no estn tan altamente integrados muestran, en
menor escala, patrones de significado y uso que son igualmente arbitrarios y especficos de
la lengua y la cultura. Si esto es as, y si es comn en el discurso construir patrones locales
de recurrencia formal como lo hizo Mary Kokrak con los demostrativos en su mito,
entonces el significado lxico debera ser probablemente uno de los primeros lugares
donde habra que buscar ms ejemplos de expresiones dependientes de la forma.
4. Resumen y conclusin
La afirmacin defendida es:
La transmisin interrumpida de una herencia gramatical y lxica integrada indica el fin
tajante de algunas tradiciones culturales y es parte del proceso de desentraar,
reestructurar y reevaluar otras.
La mejor manera de llevar a cabo la defensa es a travs de la comparacin de
situaciones de conservacin y prdida de una lengua ancestral con el supuesto mejor de
los casos de la prdida de una lengua en el cual se conserven normas significativas o
modos de hablar en una versin nativizada de una lengua sustituyente:
Las lenguas ancestrales son ms naturales y viables como emblemas de identidad
cultural.
Las lenguas ancestrales estn tpicamente bien focalizadas en sus comunidades,
mientras que el foco de una lengua reemplazante nativizada es emergente y frgil.
Mediante el mecanismo de foco, las lenguas ancestrales son vehculos ms adecuados
de la expresin cultural y su conservacin.
Las lenguas ancestrales proveen un dominio seguro en el que una cultura puede crecer y
ser practicada, mientras que las versiones nativizadas de una lengua sustituyente estn
fcilmente sujetas a las normas de su comunidad dominante.
En cualquier situacin donde los patrones arbitrarios de la lengua son empleados para
constituir, dar forma o modelar el propsito o el contenido comunicativo, la expresin es
crucialmente dependiente de la forma; en tanto la expresin es una cuestin de tradicin
cultural como puede serlo en el arte verbal, y en el habla ritual y ms cotidiana la
tradicin cultural es directamente dependiente de la forma lingstica.
En los primeros tres casos, la prdida de la lengua conduce a un proceso de
desentraar, reestructurar o reevaluar la tradicin cultural. En el ltimo, indica el fin tajante
de sta.
La observacin general que hacen estos argumentos es que los cdigos no son en
efecto intercambiables: los cdigos individuales y los modos en que son practicados en las
comunidades individuales, estn vinculados, directa o indirectamente, al contenido cultural
esencial. La preservacin de la lengua es por eso una parte crucial de la conservacin de la
2
diversidad cultural, tal como ha sido sostenido por aquellos cuyo trabajo he defendido
aqu. En la medida en que uno asuma que la diversidad cultural es un valor humano bsico
y que la autonoma cultural y lingstica es un derecho humano bsico, es la
responsabilidad social de la lingstica apoyar las lenguas en peligro, as como su
responsabilidad cientfica. Este apoyo comienza prestando ms atencin a la gramtica, al
lxico, al uso de la lengua y a las actitudes lingsticas en comunidades donde tales lenguas
son habladas, y a las ideas, deseos y necesidades de aquellos que trabajan por preservar su
herencia lingstica.
NOTAS
* Trabajo entregado en abril de 1993 al Primer Simposio Anual de Lenguaje en Sociedad
Austin (SALSA). Publicado en Texas Linguistic Forum 33, SALSA 1. Austin: Dept. of
Linguistics, UT Austin, pp: 101-129.
Traduccin de Martina Fernndez Polcuch y Florencia Genta. Revisin de la traduccin y
correccin de estilo de Mariana Rodrguez y Mayra Juanatey.
1
Dept. of Linguistics. University of Texas at Austin. Austin, TX 78712.
[email protected]
Quisiera expresar mi agradecimiento a los organizadores de SALSA por invitarme y por
sus valiosos esfuerzos para reunir a las comunidades lingsticas y antropolgicas en
cuestiones importantes de inters mutuo. Tambin quisiera agradecer a las siguientes
personas por compartir sus ideas conmigo o por aportar su ayuda con temas discutidos
aqu: Andrew Garrett, Jane Hill, Larry Kaplan, Pat Kwachka, Leo Moses, Phyllis Morrow,
Robin Queen, Keith Walters, y Hanni Woodbury .
2
Aun as, los departamentos de lingstica difcilmente se disputan la promocin
documentacin, conservacin lingstica o asistencia a las comunidades.
3
Por supuesto, los argumentos tambin dependen de una premisa ms bsica, a saber, que
la diversidad lingstica y cultural son cosas buenas. Fishman (1982) presenta un caso
contundente y bien fundamentado a favor de esta premisa, como lo hacen muchos otros
investigadores de lenguas en peligro (ver Diamond 1992 para la perspectiva de un
bilogo). Pero la posicin no carece de controversias: por ejemplo, Ladefoged (1992) l
mismo un documentador de lenguas en peligro argumenta que la preservacin de la
diversidad lingstica no es una virtud categrica. Si bien no coincido con esta posicin o
con las premisas en las que est basada, no me explayar aqu sobre el tema.
4
Agradezco a Phyllis Morrow por haberme aclarado particularmente este punto, aunque
probablemente ella no est de acuerdo con lo que he hecho con l.
5
Los sociolingistas reconocen de buena gana los efectos de la estructura de red social en
el uso de la lengua (Milroy 1980). Pero se sigue de la perspectiva de Le Page y TahouretKeller (1985) que la prctica lingstica puede afectar en igual medida la naturaleza y la
calidad de una estructura de red social, dado que el uso de la lengua en s mismo puede ser
constitutivo de ideologa social.
6
N. de T. Los equivalentes de estas palabras en espaol podran ser mierda/caca/heces,
ojete/ano y verga/bulto/pene.
7
O AQUELLOS que ESTN ro arriba etc.: -ku- despus de khi- es en realidad un
pluralizador. Es traducido como singular aqu y en la Tabla 1 slo porque nunat aldea es
el plural lexicalizado de nuna tierra.
8
As: k-lq- adentro/afuera, p- arriba, O- a lo largo/cruzando, -i- restringido, - ano restringido, -m- oculto: -w-l-O- ms accesible, -g-l-k(e)- menos accesible, etc.
9
La base ug-, restringido, ro abajo ms el adverbializador -a- ms =i, un
encltico dectico que permite el uso del adverbio sin terminacin casual.
10
Las itlicas indican una cualidad de voz suave, a veces quebradiza, los cortes de lnea
siguen las pausas, cf. Woodbury y Moses (1993) para ms detalles.
11
Las maysculas indican una cualidad de voz profunda, spera.
12
Sin embargo, este mismo pasaje tambin contiene otras metforas significativas:
limpiar es la traduccin de pukug limpiar, lustrar, la cual es aplicada usualmente a los
huesos con carne an pegada en ellos. Limpiar estos huesos es una muestra de respeto
hacia la presa; esto implicara que la masacre de la aldea es tambin una virtud.
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