Beata María de San José - P. Ángel Peña O.a.R
Beata María de San José - P. Ángel Peña O.a.R
Beata María de San José - P. Ángel Peña O.a.R
LIMA PER
Nihil Obstat
Padre Ricardo Rebolleda
Vicario Provincial del Per
Agustino Recoleto
Imprimatur
Mons. Jos Carmelo Martnez
Obispo de Cajamarca (Per)
LIMA PER
NDICE GENERAL
INTRODUCCIN
Sus padres y hermanos.
Laura Evangelista.
Sus estudios.
Primera comunin.
Actividades pastorales.
La pureza.
Hospital San Jos.
Antonia del Castillo.
Muerte de su padre.
Nueva Congregacin.
Expansin de la Congregacin.
Vctima de amor.
Amor a Jess Eucarista.
Sin Jess Eucarista.
Experiencias eucarsticas.
La Virgen Mara.
Los santos y ngeles.
Amor al Papa.
Amor a los sacerdotes.
El demonio.
El cielo.
As era ella.
Dones sobrenaturales a) Hierognosis.
b) Conocimiento sobrenatural
c) Perfume sobrenatural. d) Profeca.
e) Resplandores sobrenaturales.
f) xtasis. g) Visin de ngeles.
h) Inedia. i) Bilocacin. j) Conservacin milagrosa.
Su muerte.
Gracias y milagros.
Milagro para la beatificacin.
Reflexiones.
CONCLUSIN
BIBLIOGRAFA
INTRODUCCIN
Para entender la vida de la Madre Mara de San Jos es importante anotar
que en los primeros aos de su vida gobern el pas el presidente A. Guzmn
Blanco (1870-1887), dejando una estela de persecucin tenaz contra la Iglesia y
las instituciones religiosas de Venezuela. Desterr al arzobispo de Caracas Mons.
Silvestre Guevara y Lira en 1870 y en 1872 decret la supresin de los
seminarios eclesisticos. En 1874 suprimi los conventos de las comunidades
religiosas masculinas y femeninas, expropiando todos sus bienes y rentas en
beneficio de las universidades y pasando los edificios al uso pblico de la nacin.
En 1876 present al Congreso nacional una ley para la creacin de una Iglesia
nacional, independiente de Roma, que fue aprobada por el Congreso, pero que no
lleg a hacerse realidad.
La Madre Mara naci en 1875 en plena persecucin religiosa. Su padre
no era catlico practicante. Sin embargo, la madre era muy religiosa y la educ
desde pequea en la fe catlica sin que su padre se opusiera directamente.
La situacin econmica de Venezuela en esa poca era desastrosa y de ah
que, desde pequea, la futura santa se dedic al cuidado de los enfermos, que
sera durante toda su vida su dedicacin especial, llegando a fundar con el padre
Justo Vicente Lpez Aveledo la Congregacin religiosa de Agustinas recoletas
del Sagrado Corazn, que en la actualidad est llevando la fe y el amor de Dios a
varios pases del mundo.
La Madre Mara tuvo muchos dones y carismas sobrenaturales. Su amor a
Jess presente en la Eucarista fue el centro de su vida y dej a sus hijas este
amor como un distintivo y una lnea de vida en sus comunidades.
Que la lectura de su biografa nos estimule en nuestro caminar hacia Dios
y renueve nuestra fe para vivirla en plenitud y compartirla con los que nos
rodean.
LAURA EVANGELISTA
Nuestra santa naci en Choron, pequeo puerto de mar, en el distrito de
Girardot, en el Estado de Aragua, Venezuela, el 25 de abril de 1875. Fue la
primera hija de sus padres, que eran convivientes, no casados por civil ni por la
Iglesia.
Cuando naci Laura, su madre no pudo darle de lactar y Laura recibi
leche materna de una pariente suya, a quien llamaba cariosamente Mam
Nicolasa.
Fue bautizada el 13 de octubre de 1875 en la iglesia parroquial de
Choron, dedicada a San Francisco de Paula, aunque el pueblo tena como
patrona a santa Clara de Ass.
La bautiz el padre Jos Mara Ypez y le pusieron por nombre Laura
Evangelista. Fueron sus padrinos Manuel Gonzlez y Dolores Sofa Bravo
Cardozo, prima de la nia. La abuela paterna le regal ese da un par de zarcillos
de oro macizo con tres esmeraldas cada uno y recin bautizada se los colocaron
en sus orejitas.
Siempre se acordar del da de su bautismo, que para ella fue un da
importantsimo, ya que comenzaba a ser hija de Dios y cristiana catlica. Al
cumplir sus 25 aos de bautismo escribi: Maracay, octubre 13 de 1900. Oh
divino Salvador mo! Hoy cumplo 25 aos que pas por el santo bautismo a ser
hija tuya y heredera de tu gloria! S, heredera de ese cielo que poseer. Qu
dignacin! Qu favores! De cunto, amado y buen Jess, no os soy deudora y
qu gracias os dar por ellos? Ah! infinitas quiero darte. ngeles del cielo, que
un da fuisteis testigos de lo que por boca de mis padrinos promet; sedlo hoy
tambin aqu en presencia de mi dulce Jess y mi madre amantsima. Yo,
adorado Jess en la Eucarista, renuncio de nuevo a Satans, a sus pompas y a
sus obras; y prometo amarte y servirte siempre ms y ms ayudada de vuestra
santa gracia. As lo espero 2.
13 de octubre de 1925. Hace 50 aos que fui admitida como hija de la
santa Iglesia. Cincuenta aos, qu felicidad. Ser hija de Dios por el bautismo y
hermana de Jesucristo. Hoy como siempre hice mi renovacin de las promesas y
mi retiro 3.
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3
24 de abril de 1925. Desde los dos aos recuerdo toda mi vida y no hay un
solo da que no est sealado con un beneficio. Para los dems como que pasan
los aos desapercibidos... Por qu ser que para m no? 4.
A los dos aos de edad fue confirmada por el arzobispo de Caracas. A los
tres aos es llevada por sus padres a Maracay; y su madre y la abuela paterna,
doa Mercedes de Alvarado, le ensean las primeras oraciones. A los cuatro aos
ya la nia responda a la abuela en el rezo del rosario. Y ella misma le ense a
leer y escribir y los primeros conocimientos de la fe catlica.
A los cuatro aos tiene lugar un suceso interesante: Una noche, despus de
las dos de la maana aproximadamente, vienen a avisar de la casa de doa
Mercedes que uno de los familiares ha enfermado de gravedad. Como doa
Margarita es solicitada siempre para prestar ayuda en estos casos, le piden que
vaya aprisa a atender al enfermo. Los nios estn dormidos, la ciudad es sana,
todos forman una sola familia, no hay peligro. Se van los dos, don Clemente y
doa Margarita, a prestar ayuda como tienen costumbre, no slo con los de su
familia, sino tambin con los vecinos. Laurita despierta a medianoche y, al
percatarse de que estn solos, toma la decisin de ir en busca de sus padres, toma
entre los brazos a Octaviano de unos meses y de la mano a Clemencia de dos
aos Qu espectculo! Una nia de cuatro aos con la responsabilidad de un
adulto.
Llega a la casa y toca a la puerta. Doa Mercedes al or el dbil golpear
adivin y dijo: Margara (Margarita) es la niita. No lo queran creer, pero
quedaron pasmados cuando la vieron con su preciosa carga al hombro sin soltar a
la nia de la mano 5.
A sus cinco aos decidieron sacarle un retrato. Le peinan los crespos, lo
cual le gustaba, e iba bailando por la calle, de un lado para otro, para hacer
notar y para lucir el gracioso vestido que llevaba. La presentan al fotgrafo toda
est lista para el retrato, pero se le antoja decir a la abuela Mercedes que hace
falta una flor en la cabeza... Laura protesta inmediatamente alegando que as
como est le gusta ms, pero su madre, tal vez por contrariar su vanidad, ordena
que se le ponga la flor y Laurita sale en la foto dando demostraciones de gran
disgusto 6.
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5
6
Sum p. 360.
Sum pp. 242-243.
Sum p. 242.
SUS ESTUDIOS
Desde los cinco aos empez a estudiar. Estudi su primaria en la escuela
de la familia Blanco, doa Rafaela Blanco y sus hijas Mara Olimpia y Mercedes.
El esposo era catedrtico y director de dicha escuela. All estudi hasta los 16
aos.
Laura fue la primera de la clase y de conducta intachable. Cont que en
una ocasin una de sus compaeras la llam aparte y le inst repetidas veces a
que repitiera una palabra muy poco decente y, a pesar de su insistencia, se
mantuvo firme en no repetir lo que ella crea que era ofensa a Dios, lo cual hizo
que la atrevida se retirara avergonzada, vindose humillada por una nia menor
que ella7.
Su madre era muy cuidadosa en observar qu amigas tena. Un da
descubre que haba en el colegio una nia que perteneca a una familia poco
cuidadosa de la conducta de sus hijos. Le prohbe venirse del colegio con ella,
pero la nia, que haba admirado las cualidades de Laura, la invita a detenerse en
su casa para que su mam la conozca. Laura le dice que no puede detenerse,
porque su madre se lo ha prohibido. La madre de la compaera le ofrece una
tortica de casabe, que era una de sus golosinas ms apetecidas.
Tentada por el gusto del casabe y por complacer a la nia, sinti lstima y
le dijo: Avisa a tu mam que, al regreso del colegio, me detendr en la puerta de
tu casa un minuto para recoger el casabe, pero eso s, que no se demore, pues
podra saberlo mi mam.
Efectivamente doa Margarita esperaba en la puerta de su casa a Laura y
la divis cuando haca su momentnea parada. Crey que Laurita entrara y sin
ms le lanz una piedra. Tuvo una gran pena, porque no tuvo tiempo de recibir la
deseada tortica de casabe y por el dolor de que la pobre seora, que deseaba tanto
conocerla, no pudo ni siquiera saludarla, adems del bochorno con la
compaerita 8.
En la escuela manifest una gran inteligencia y una prodigiosa memoria,
adems de su buen comportamiento, lo que hizo que fuera muy apreciada por sus
maestras y compaeras. Es tanto lo que la estimaban que al terminar sus estudios
fue escogida para pronunciar el discurso de graduacin en representacin de sus
compaeras y lo hizo muy bien. Su padre le prometi enviarla a estudiar a
Caracas, pero no pudo cumplir por falta de medios econmicos.
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8
Sum p. 245.
Ib. p. 245.
PRIMERA COMUNIN
El da de su primera comunin, 8 de diciembre de 1888, fue para ella un
da glorioso en la historia de su vida. Se prepar con tres das de retiro y en el
momento de recibir a Jess sacramentado hizo su voto de virginidad. Fue, dice
ella, el da de sus msticos y eternos desposorios. Lo hizo con pleno
conocimiento y desde entonces se sinti pertenecer enteramente a su amado
Jess.
En sus apuntes del retiro de 1925 escribi: Hoy (8-12-1922) hace 34 aos
que pronunci aquel grandsimo voto casi sin saber lo que haca. No, s saba,
que seis meses antes, da del Carmen, me inspir el dulce Jess al preguntarle:
Y no puedo unirme a ti como las dems mujeres a los hombres?. Y aunque s
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Sum p. 246.
Sum p. 299.
11
Sum p. 247.
10
Sum p. 247.
Sum p. 299.
Sum p. 341.
Sum p. 401.
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ACTIVIDADES PASTORALES
A los 14 aos, con el permiso de sus padres, reuni un grupo de nios
pequeos en su casa para ensearles a leer, escribir y tambin el catecismo, pero
sus padres no lo vean bien, porque los nios eran muy traviesos.
Por esa poca soaba con cuidar nios. A veces, su imaginacin la llevaba
a pensar que cuando fuera mayor se unira a un seor que tuviera muchsimos
nios a quienes cuidar y a los que ella se comprometera a darles educacin. Vea
en su imaginacin una mesa rodeada de nios y a ella sirvindoles la comida. Al
seor tambin le servira y por la maana le dira: Seor, ya tiene puesta la mesa,
ya tiene todo preparado para el bao, para dormir, etc. Pero jams tendra
conversacin ni ninguna clase de intimidad con l, que tendra que ser su jefe.
Esto revela que ya en su niez pensaba en pertenecer slo a Jess 16.
Un da, visitando a los enfermos, vio a un pobre hombre que estaba muy
grave. Le pregunt si poda llamar a un sacerdote para que le diera el santo
vitico y l contest que no le gustara, porque estaba sin afeitarse. Entonces
Laura le dijo: No, yo me comprometo a hacerlo. Y fue corriendo a su casa y con
el permiso de su padre tom la navaja de afeitar y lo dej rasurado al enfermo y
lo prepar para recibir dignamente los sacramentos. El buen hombre recibi la
uncin de los enfermos. Este caso no fue el nico, pues contaba su madre que, a
veces, incluso en la noche, iban a buscarla para ayudar a bien morir a algunas
personas 17.
LA PUREZA
Cuando tena unos doce aos pas un da junto a un grupo de jvenes y
uno le dijo: Qu bonitos ojos tienes. Y desde ese momento hizo el propsito de
no levantar la vista para que slo el Seor le viera sus ojos. Todos los que la
conocieron estn de acuerdo en afirmar que iba normalmente con los ojos bajos.
Para ella ya se haba hecho una costumbre. Y deca que no era necesario verlo
todo y orlo todo
Cuando cumpli 15 aos su padre le organiz una pequea fiesta y ella no
quiso bailar, ni asistir a la fiesta porque estaba comprometida con Jess por su
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17
Sum p. 251.
Sum p. 250.
11
Sum p. 33.
Sum p. 33.
Sum pp. 299-300.
Sum p. 275.
Sum p. 281-282.
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Sum p. 265.
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para visitar a los enfermos, Antonia le manifest que Laura no haba querido
recibir la ceniza. Ella replic: Mentirosa. El padre la llev aparte a Laura y la
reprendi, incluso le dijo: Si usted muriera en este instante, adnde ira? Y
Laura, segura de s misma, respondi: Al cielo.
Lleg el caso en que despus de haber estado aseando y amortajando a
algn muerto, no les permiti ni siquiera lavarse las manos antes de comer. Las
otras compaeras de Laura se lavaban a escondidas, pero Laura quera ser fiel a
la obediencia y sufra al no poder lavarse. No quera decrselo a sus padres, pues
seguramente le impediran volver a trabajar en el hospital y ella no quera dejar a
sus queridos enfermos.
Quera mucho a los nios y pidi al padre Aveledo el permiso para tener
en el hospital a su cuidado a una nia hurfana, cuyos padres haban muerto.
Antonia no vea con buenos ojos esta dedicacin y cario a la nia. Y una tarde
Antonia se la entreg a una familia sin consultarle absolutamente nada. Slo le
dijo: La entregu. Esto fue un duro golpe para Laura, aunque lo sufri por amor a
Jess. Pero su cuerpo no resisti y le vino una fiebre alta y lleg a estar
gravemente enferma.
A Antonia la repentina enfermedad de Laura la hizo recapacitar y,
temiendo que muriera, le prometi al Seor que abandonara el hospital, si Laura
se sanaba, y as lo hizo, cumpliendo su palabra. Sobre su relacin con Antonia,
Laura escribi: Conoc una nia, que por la infinita bondad de Dios, y no
fijndose en sus grandes pecados, le inspir el deseo de servir a Dios. Visitaba
un hospital con la mayor frecuencia, a pesar de la contrariedad de sus padres.
Entonces el Seor le depar una venerable seora ecnoma de dicho hospicio y
entonces empez para aquella feliz nia el sufrimiento, el llanto y la ms terrible
lucha. Era un martirio continuado, y lleg a ser vctima de la ms cruel, de la
ms negra, de las ms vergonzosas calumnias; a tanto lleg su doloroso estado,
que para pisar los umbrales de aquella amada casa, se detena por instantes,
vacilaba ante la atroz lucha que tena que reanudar, y luego entraba en la
capilla, donde era llevada y examinada (permtase decir) aquella vctima
inocente y al pie de Mara lloraba y peda las fuerzas necesarias para seguir la
lucha, y para entenderse con aquella que era el instrumento de su martirio y a
quien am con toda el alma.
Aquella nia estaba acaso obligada a sufrir en silencio tan cruda
guerra? Tena algn deber para con aquella para soportar todo esto sin
decirlo? No poda manifestarle su estado y la verdad de las cosas a su
confesor? No tena acaso sus padres con quienes viva y a quienes estaba
sometida? Pues, por qu no hablaba con confianza? Por qu lo dejaba
reposar el dulce sueo para entregarse a su dolor, para llorar sin consuelo?
16
Por qu jams comunic a sus padres lo que pasaba por ella? Sabis por qu?
Os lo dir: pues lo o de sus propios labios. No quiso que ellos llegaran a saber
nada porque amaba a los pobres, deseaba servir a Dios en aquella casa y saba
que al hablar algo no la dejaran pisar ms sus puertas, y prefiri sufrir por
algunos aos en silencio, antes que quejarse a sus padres y dejar de ir al lugar
de sus delicias 26.
El 5 de mayo de 1896 el padre Aveledo le comunic a Laura que Antonia
se haba ido y que ella era la nueva directora del hospital y formadora de las
postulantes.
En 1899 Laura decidi quedarse en el hospital, no solamente durante el
da como hasta entonces, sino tambin en la noche. Su padre se lo permiti y, no
pudiendo estar ningn da sin verla, se acercaba por las noches a la puerta del
hospital para verla, aunque fuera por la ventana y darle la bendicin. Le deca:
Que Dios te bendiga, hija. Su unin espiritual con su pap se afianz ms y ms.
MUERTE DE SU PADRE
Ese mismo ao 1899, su padre se enferm gravemente en diciembre. Le
avisaron a Laura que su padre estaba muy grave e inconsciente. Ella se preocup
por la salvacin de su padre, que no haba sido practicante y que ni siquiera
estaba casado con su madre. Inmediatamente fue a avisar al padre Aveledo para
que fuera a su casa para atender a su padre y darle los ltimos sacramentos. Ella
fue a la capilla y con los brazos en cruz estuvo tres horas pidiendo a Dios que
recuperara la conciencia y pudiera recibir los sacramentos.
Pasadas las tres horas de oracin, Laura se fue a la cocina para terminar de
preparar el caldo, que era la comida principal de los enfermos, y cuenta: Cuando
estaba batiendo con el cucharn el caldo, sent que me ponan la mano sobre el
hombro y me decan: Ya puede estar contenta, su padre ha satisfecho su deuda
con Dios, nunca vi a un penitente tan bien dispuesto. Cuando le manifest que
iba a confesarle y administrarle los ltimos sacramentos, me dijo: Hagan de m
lo que quieran. As recibi con una disposicin admirable los santos
sacramentos y muri de manera edificante 27.
Sus padres pudieron casarse por lo civil el 29 de diciembre y por la
Iglesia el 31 de diciembre. Tambin su padre pudo recibir la uncin de los
enfermos, muriendo ese mismo da 31 de diciembre.
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27
Sum p. 340.
Sum p. 259.
17
NUEVA CONGREGACIN
Las cuatro samaritanas que aceptaron vivir en comunidad fueron, adems
de Laura, Francisca Antonia Rojas, Juana Ulpiana Gil Quiones y Mara Flix
Rodrguez. Probablemente empezaron a vivir en comunidad en el hospital donde
trabajaban el 11 de febrero de 1900. Un ao ms tarde, el 11 de febrero de 1901,
las tres compaeras de Laura tomaron el hbito agustiniano por la devocin que
Laura tena a santa Rita de Casia, agustina. Laura lo tom unos das despus,
porque no haba tenido tela para hacerse el hbito como las otras compaeras.
Cuando la mam de la hermana Francisca se enter que Laura no tena
hbito, le ofreci el que ella haba llevado. En ese tiempo muchas mujeres
seglares llevaban hbito por alguna promesa o devocin, pero haba llegado una
orden de Roma para el arzobispo de Caracas de que esa costumbre deba ser
abolida. Solamente deban llevar hbito las personas consagradas en alguna
Congregacin establecida. As pues, la toma de hbito de Laura fue unos das
despus en el mismo mes de febrero de 1901.
El 22 de enero de 1902 las cuatro novicias emitieron su profesin
religiosa. Ella escribi: Hoy 21 de enero, vspera del grandioso da de mi santa
profesin. Qu fecha tan encantadora! Cmo olvidarla! 29.
El 21 de enero de 1927, al celebrar los 25 aos de su profesin temporal,
escribi: Recorro todo este tiempo y me avergenzo de tanta miseria, pero an
tengo tiempo. Este momento puede ser el principio de mi conversin. As lo
espero, amado de mi alma, que si es verdad que me he portado mal, tambin es
cierto que no he cometido alguna falta deliberada. Esto lo debo a tu infinita
28
29
18
misericordia, pero me reconozco ingrata. Perdn, Jess mo, perdn una y mil
veces 30.
A partir de su profesin, Laura se llam Mara de San Jos, Juana Ulpiana
tom el nombre de Catalina; Mara Flix recibi el nombre de Mxima y
Francisca Antonia conserv su mismo nombre. Mxima y Francisca eran primas
hermanas de Laura y todas ellas se pusieron bajo la proteccin de San Jos.
Las nuevas religiosas se llamaran hermanitas hospitalarias de San
Agustn, sin embargo, dado que el ao cannico exigido para hacer el noviciado
no haba sido completo (deban haber esperado hasta el 12 de febrero), al saberlo
Laura, solicit a la Santa Sede por medio de Nuncio de Venezuela, Monseor
Cento, la subsanacin del error, lo que le fue concedido por la Congregacin de
religiosos en 1931.
Despus de profesar, el padre Aveledo las llev a las cuatro a presentarlas
al arzobispo de Caracas, quien nombr a la Madre Mara como Superiora de la
nueva Congregacin y as lo fue hasta el ao 1960, de modo que la Congregacin
siempre la ha considerado la fundadora.
Inmediatamente despus, la Madre Mara y el padre Aveledo elaboraron
las Constituciones, que estuvieron en vigor hasta 1950, cuando fueron sustituidas
por otras con ms fundamento jurdico, con el asesoramiento del padre jesuita
Gregorio Martnez. Junto con las primeras Constituciones adoptaron tambin la
Regla de San Agustn, deseando as vivir el espritu agustiniano, que fue
reafirmado al ser agregadas a la Orden de Recoletos de San Agustn o Agustinos
Recoletos. Por eso, ahora se llaman Agustinas Recoletas del Corazn de Jess.
Al ao y medio de su profesin temporal, la Madre Mara por un
privilegio especial como fundadora la Congregacin de religiosos le concedi la
facultad de poder hacer sus votos perpetuos. Para ella era la culminacin de sus
deseos.
Hizo su profesin perpetua el 13 de septiembre de 1903 con las siguientes
palabras: Seor Dios omnipotente, yo, hermana Mara de San Jos, aunque
indigna de comparecer ante vuestra presencia soberana, pero confiada en
vuestra bondad y misericordia infinitas, ante el glorioso padre san Agustn y
toda la corte celestial, con entera voluntad, libre y deliberadamente, hago voto
perpetuo a Vos, Dios mo, y en vuestro nombre, al muy reverendo Padre, de
pobreza, castidad y obediencia, resuelta a permanecer en esta Congregacin de
30
Sum p. 370.
19
31
Sum p. 328-330.
20
todos los das, aunque sea en exposicin menor... Es mucho, Jess mo, y no me
lo conceders?
Haced que os ame mucho, Jess mo, haced que os ame mucho, en este
augusto sacramento, por quien siempre he vivido y por quien quiero morir. Jess
mo, tened compasin de esta vuestra ltima servidora, od mi splica: Que os
ame siempre, Jess mo, y que cada latido de mi corazn sea un acto de amor y
una comunin espiritual. Jess mo, que no se haga mi voluntad, sino la
vuestra32.
En los estatutos de la Congregacin se estableca que el fin particular de la
misma era la asistencia y el cuidado de los pobres y enfermos en los hospitales,
beneficencia y orfelinatos; la enseanza de los misterios principales de nuestra
religin, esenciales a la salvacin. Procurar el aseo de las iglesias pobres y
proporcionarles en cuanto est a su alcance los ornamentos necesarios, y lavar y
planchar la ropa de dichas iglesias.
Desde el principio, la Madre Mara se manifest como una verdadera
madre, dando a todas ejemplo de humildad y sacrificio en las tareas diarias. Viva
el voto de pobreza. Slo tena un hbito para salir y otro ms viejecito para estar
en casa; un solo y nico par de zapatos. Nunca us colchn en su cama. Dorma
sobre una tabla y ni en su ltima enfermedad quiso pasarse a una cama clnica.
Utilizaba los sobres de las cartas que le enviaban, dndoles la vuelta.
Era muy amante del silencio, de la verdad y la sinceridad. Tena paciencia
para saber escuchar, pero no toleraba que se hablara en ciertos momentos sin
necesidad. Daba mucha importancia a la recreacin comunitaria con el fin de que
fuera un momento de sano esparcimiento.
Cuando una nia del asilo se enfermaba, ella sufra como una autntica
madre y no se resignaba a que muriera. Haca que todas hermanas y gente
piadosa rezara novena tras novena por su salud y pona cirios encendidos ante el
Santsimo. Lo mismo haca, cuando estaba enferma alguna religiosa.
Una de sus alegras ms grandes era poder preparar a los nios para la
primera comunin. En 1906 prepar a dos nios y sinti mucho no poder
acompaarlos en su gran da por estar muy enferma. Y dice: Te pido arreglar
esas dos almas para recibir en su pecho por primera vez al Dios de nuestro
amor. Cunto he sufrido al no tener la dicha de llevarlos hasta los pies del
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21
EXPANSIN DE LA CONGREGACIN
Muy pronto la nueva Congregacin comenz a recibir postulantes. En
1905 la Madre le recuerda al padre Aveledo su deseo de fundar un asilo para
nias hurfanas. El padre se lo concede con la condicin de que el primer mes se
pudiera sostener con sus propios medios, ya que en aquellos tiempos la situacin
econmica era muy mala. Pero con la ayuda de buenas personas se pudo sostener
gratuitamente. La providencia de Dios, en la que ella siempre confiaba, nunca le
fall.
El 5 de mayo de 1905 recibi a las primeras nueve nias y acudi al
general Juan Vicente Gmez, presidente de la Repblica, para que le ayudara.
Con la limosna recibida fue de inmediato a comprar las cosas que consider
necesarias. Y organiz un reglamento del asilo para los nios, en el que slo
deban recibirse nios hurfanos, aunque fueran de pocos meses de nacidas. Al
principio se aceptaron nios y nias. Aos despus el arzobispo de Caracas
prohibi tener juntos a ambos sexos. As recibieron cada vez ms nias hasta
cien y ms, a las cuales se les provea de alimento y de todo lo necesario. La
providencia divina fue esplndida en ayudar a estas nias y la Madre Mara deca
a veces: Qu cosa tan grande, cmo nos ha favorecido la divina providencia! 34.
Y cada da reciba ms nias y cada da entraban ms vocaciones.
En 1909 fueron a fundar a Coro un hospital. La Madre Mara con otra
hermana lleg a Tulacas y tuvo que esperar un da hasta que arreglaran la
embarcacin. A la hora de partida el mar estaba muy picado y se avecinaba una
fuerte borrasca. El padre Aveledo que las acompaaba advirti del peligro que
corran si se embarcaban, pero la Madre no tuvo miedo y dijo: No tengo miedo,
porque la divina providencia me acompaar.
Treinta y cinco casas lleg a fundar, y haba que ver la alegra que se le
notaba cuando iba a visitar aquellos nuevos sagrarios 35.
El ao 1951 la Congregacin celebraba sus bodas de oro de existencia y
nuestra Madre pidi al Seor no estar presente, porque todo lo que supusiera
alabanzas a su persona le resultaba muy penoso y saba que ese da habra misa
33
34
35
Sum p. 249.
Sum p. 268.
Sum p. 270.
22
VCTIMA DE AMOR
La Madre Mara hizo su voto de vctima por Venezuela, por la Iglesia y en
reparacin por los ultrajes cometidos en el Santsimo Sacramento. Escribi el 6
de junio de 1923: Oh, Jess mo, aunque indigna de ofrecerme como vctima, lo
hago con todo mi corazn. Hace algn tiempo que siento un deseo muy grande
en mi alma, y o que t me pedas algo ms...
Comprendo que ese algo que me pedas era el que me ofreciera vctima
para reparar los ultrajes que sufres y recibes en el adorable sacramento, y por la
conversin de mis queridos pecadores. S, Jess mo, desde el da que
formalmente lo hice, se me quit lo que senta en mi interior.
Heme aqu, dispuesta a lo que T quieras, T eres el sacrificador, heme
aqu en tus manos. Bien sabes que no soy sino una pequea alma, no poseo nada
ms que una gran voluntad de trabajar mucho por reparar y salvar. T hars lo
dems 38.
Hace tiempo, Jess mo, que sufro al pensar si alguna vez nuestra querida
Venezuela cae en manos de un gobierno sin religin y sin fe. Te he pedido
siempre que conserves el religioso o catlico que tenemos, y que no permitas que
jams caiga en manos de sus enemigos. Si t, mi buen Jess, aceptaras lo que
hace meses te he ofrecido, porque no caigamos en poder de un gobierno
protestante, cun dichosa sera!
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37
38
Sum p. 297.
Ibdem.
EE del 6 de junio de 1923.
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Sobre las Horas santas deca: Hora santa de mis amores, hora santa de
mis ensueos. Para ella eran los momentos ms felices de su vida. Ella, a solas
con Jess, como dos enamorados, viviendo unidos en un solo corazn.
Incluso, cuando trabajaba, estaba en unin espiritual con Jess, haciendo
comuniones espirituales. Deca: Jess mo, deseo recibirte espiritualmente nueve
millones de veces y hacer otros tantos actos de amor y de fe; y as en todas las
dems horas. Que sea, muy fiel a esta prctica que hace das me habis
inspirado 42.
Todas las maanas, despus del desayuno, iba a saludar a su madre
Margarita, que viva con ella en la casa de Maracay. Al ir y venir pasaba por la
capilla y siempre entraba a saludar a Jess, entrando y arrodillndose unos
segundos. Y lo mismo haca siempre que por cualquier motivo pasaba por la
capilla. Siempre entraba, se arrodillaba y sala al punto, si tena otras cosas que
hacer.
Cuando todava no tenan el Santsimo en el asilo de nias, los jueves,
vspera del primer viernes, y en alguna otra noche, se arrodillaba en el suelo en
un pequeo saln que haca de capilla y puesta en direccin al sagrario ms
cercano, se pasaba la noche en oracin.
Algunas veces deca que quera morirse al terminar la hora santa, pues en
ese momento estaba llena de fervor y amor a Jess. Escribi: Cuando estoy ante
el sagrario que guarda al amado de mi alma, quisiera detener el tiempo que con
tanta rapidez pasa. Cuntas veces tenemos que hacernos violencia para poder
dejar el reclinatorio! 43.
Jess mo, bien sabes, amado de mi alma, que mi vida eres t y que tu
cuerpo adorable es todo para m. Prefiero todas las amarguras de la vida antes
que pasar un da sin recibirte, bien lo sabes 44.
Recomendaba mucho que despus de comulgar no abandonaran la capilla
rpidamente sino que dieran gracias a Dios. Y exclamaba: Oh adorable hostia,
en este momento augusto de la elevacin te ruego que salves mi alma, enciende
mi corazn en tu divino amor, arranca sin compasin todo lo que te desagrada.
S, hostia divina, rompe, rasga mi corazn, hazme tuya, toda tuya y tu sangre
42
43
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25
divina derrmese sobre mi pobre alma, y purifcala en este instante de todos sus
pecados, de todos sus defectos y de todas sus imperfecciones. Que nada quede en
m que no sea tuyo.
Oh augusto sacrificio de la misa, cuntas cosas me habis enseado en
este feliz momento. Me propongo firmemente con tu divina gracia reformarme
por completo en todo aquello que sabis y yo lo s necesito hacerlo, sobre todo
en la paciencia, caridad, asperezas, amor propio y todo lo dems, llevando con
exactitud mi examen particular y cumpliendo mejor lo que en el pasado ao me
propuse 45.
Oh adorable hostia, cunto quisiera decir de tu augusto sacramento! Mi
silencio, Jess mo, te lo dice todo. Si pudiera hablar, si supiera hablar de tu
sacramento de amor, como tantas almas, cmo dira de las grandezas
encantadoras y sublimes que encierras en l!
Qu dira de esos momentos de la comunin ntima del alma con Vos, y
de esas exposiciones, adorable Jess, sobre todo en las exposiciones solemnes!
Ah! las exposiciones solemnes, amable Salvador, trastornan el alma del que te
desea amar. Cmo ser, Jess mo, para aquellos que ya te aman y que han
aprendido a amarte al pie del tabernculo? Concededme, oh amor de mis
amores, esta insigne gracia: que aprenda a amarte muy mucho y a dar mi vida
por el amor eucarstico Amarte, no con los labios, sino identificndome con
Vos, siendo mansa y humilde, segn tu Corazn 46.
Cuando haca las hostias para la misa, deca: Aqu va a morar Jess.
Cuando lavaba los purificadores, recalcaba: Estos son los paales del nio Jess.
EE de setiembre de 1919.
Sum pp. 350-351.
26
27
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49
28
EXPERIENCIAS EUCARSTICAS
Una maana iba a la iglesia para or la santa misa y, al pasar por una casa
derrumbada, oy una voz que le deca: Donde est tu tesoro all est tu corazn.
Y con la vivacidad que siempre le acompa para responder a cualquier pregunta
que se le hiciese, respondi: En la eucarista est mi tesoro y all est mi
corazn50.
Qu prodigio he podido ver hoy por vez primera: siempre que recibo a mi
dulce Jess, lo contemplo como en el pesebre de Beln, en brazos de su
inmaculada madre. Me gusta tanto recibirlo as pequeito! Pero hoy, 19 de
diciembre de 1922, ha pasado por m una cosa sobrenatural. Lo podr decir,
Jess mo? Lo escribo slo: he podido contemplar a mi hostia divina despus de
la comunin, como en un ostensorio sobre mi corazn, s, no es ilusin, ms de
un cuarto de hora lo he visto con los ojos de la fe, y casi podra asegurar, que
tambin con los del cuerpo. Lo que me sucedi, no puedo, Jess mo,
explicarlo51.
Tal vez es ilusin, Jess mo, pero hoy, 4 de marzo, al estrecharte en mi
miserable corazn, en la santa comunin, me ha parecido orte muy claro: Hija
ma, yo soy el pequeo de Beln, el adolescente de Nazaret, el querido de
Betania, el amor del Cenculo, el triste de Getseman, la vctima del Calvario, la
resurreccin misma. Soy tu Dios 52.
Qu de encantos, Jess mo, he sentido hoy, 6 de junio, al recibirte, qu
paz y qu dulzura has dejado sentir a mi alma, en la santa comunin. Al recibirte
me pareci verte, amado de mi alma, como un nio, que llegando al regazo
maternal, se abraza a su madre y duerme tranquilo.
Como siempre, pido a mi querida madre que sea ella la que prepare mi
alma para recibirte, y conociendo en verdad, lo miserable de mi corazn, se est
conmigo hasta que las especies sacramentales se consuman. Por eso hoy te vi
llegar a los brazos amorosos de tu madre y recogerte y dormirte tranquilo. Y
qu paz tan grande dio esto a mi alma! Bendito seas, mi Jess, bendito seas! 53.
50
51
52
53
Sum p. 249.
EE del 19 de diciembre de 1922.
EE del 4 de marzo de 1923.
EE del 6 de junio de 1923.
29
LA VIRGEN MARA
Amaba mucho a la Virgen Mara y celebraba de modo especial el mes de
mayo en su honor. Y por devocin a la medalla milagrosa promovi la fundacin
de la Sociedad de La milagrosa entre las nias del asilo Inmaculada Concepcin.
Todos los aos recordaba el 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen. El 15 de
julio de 1925 escribi: Vspera de mi madre querida del Carmen, treinta y tres
aos que me impuse el escapulario y que el dulce Jess desde su tabernculo me
hizo or su voz divina: S mi esposa 56.
Tambin celebraba todos los aos con especial solemnidad la fiesta de la
Inmaculada Concepcin. Ese da sola repartir dulces a las nias del asilo y a las
hermanas.
Todos los das rezaba el rosario y llevaba ordinariamente entre sus manos
una imagencita de la Virgen Mara como si fuera su compaera inseparable y su
protectora contra las tentaciones del maligno. Escribi: Virgen santsima,
cundo tendr la dicha de verte en la plenitud de tu hermosura? Cundo
tendr la dicha de poseerte en el cielo? Me parece or a mi Jess que me dice:
Hija ma, no soy yo tu cielo? Qu ms cielo que yo mismo en el sacramento de
mi amor?... Maana, grandioso da para mi alma; la Inmaculada es mi gran
54
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56
Sum p. 97.
Sum pp. 275-276.
Sum p. 362.
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60
61
Sum p. 302.
Sum p. 291.
Sum p. 326.
Sum p. 291.
Proceso informativo de Valencia fol 519-519v.
31
AMOR AL PAPA
Su amor al Papa como representante de Cristo en la tierra fue
extraordinario. No se olvidaba todos los aos de enviar a Roma una felicitacin
al Papa por su da (29 de junio) y en su onomstico. Todo lo que se refera al
Papa le interesaba y estaba pendiente de cualquier noticia que se relacionara con
l para orar expresamente.
De un modo extraordinario am al Papa Po X, el Papa de la Eucarista,
que permiti a los nios recibir la primera comunin desde que tuvieran uso de
razn; adems de permitir la comunin diaria. Cuando lo iban a beatificar
escribi: Estoy contentsima, porque a mi santsimo Padre el Papa Po X lo
beatificarn pronto. Espero que l tendr un recuerdo especial para esta
humilde Congregacin.
Para su beatificacin envi a varias hermanas a Roma. Y escribi: Pas el
da tan esperado y tan deseado de ver en los altares a mi Santo Padre Po X.
Con letras de oro y con sangre de mis pobres venas quisiera escribir su
nombre... Cunto ejemplo nos has dado, Santo Padre. Tu vida toda fue un
modelo de perfeccin.... Ahora, Seor, podis llevar a vuestra pobre e intil
sierva, porque ya mis ojos han visto lo que esperaban y deseaban 62.
En junio de 1966, cuando estuvo gravemente enferma, habiendo pasado
varios das inconsciente, al despertar, lo primero que dijo fue: Hoy es el da del
Papa. Le han puesto un telegrama? Al responderle que no, replic: Envenlo
ya. Al decirle que ya eran las ocho de la noche, insisti: No importa, yo lo voy
a dictar 63.
Su amor al Papa iba unido a su amor por la Iglesia. Nos dice: Tomo la
resolucin de perseverar siempre invariablemente adicta a la Santa Sede, al
soberano pontfice, centro de la unidad catlica, pastor universal y padre
espiritual de todos los creyentes. Venerar en l al vicario de Jesucristo; y
puesto que conozco las tribulaciones que le hacen sufrir muchos de sus hijos,
puesto que s cunto gime, en vista de los inmensos males que afligen a la
Iglesia, tomar tanta parte en sus dolores como toma una hija en las desgracias
de su padre y de su madre; me esforzar en dulcificar sus penas, cuanto me sea
posible, en consolarle con mi afecto , y sobre todo, en unir mis oraciones a las de
tantas almas piadosas que no cesan de suplicar al Seor, en unin de la
62
63
32
santsima Virgen, a fin de que ilumine con su divina gracia a los enemigos de la
santa Iglesia catlica, apostlica, romana. l nos d la verdadera paz.
Jess mo, veinte siglos han pasado de tu venida al mundo, y tu Iglesia
siempre vencedora y jams vencida. Hace setenta y tres aos fui regenerada con
las aguas del bautismo. Qu felicidad tan grande, ser hija de la santa Iglesia
Catlica y Romana! Gracias, Jess mo, infinitas gracias os doy cada da,
especialmente en esta fecha 64.
Sum p. 302.
Sum p. 283.
Sum p. 285.
Sum p. 295.
33
EL DEMONIO
Al igual que en la vida de todos los santos, Dios permita que el diablo la
tentara y hasta se le presentara de alguna manera para que pudiera sentir en carne
propia lo terrible que es caer en sus manos y, sobre todo, pasar toda la eternidad
en su compaa en el infierno. Dios le haca sentir lo horroroso del pecado mortal
y la necesidad de orar por los pecadores. Al diablo lo insultaba diciendo:
Limpiador de cloacas, t no tienes nada que hacer conmigo 69.
Escribe: Qu terrible tentacin sobre la otra vida! Ay, Dios mo, slo
puedo decir: Creo en la resurreccin de la carne y en la vida perdurable.
Qu terror sent por vez primera de la muerte al despertarme, Jess mo! Tened
misericordia de m y no le des poder al demonio para semejantes cosas 70.
Qu terrible ha sido la maana de hoy para m! La tempestad fue
horrorosa... T solo sabes, Jess mo, lo que pas por m. Llegu a nuestra
celda, recost mi cabeza sobre el cuadro de mi Santo Padre Po X y llor 71.
No sabemos quin le habl de la idea de la predestinacin que para ella
parece ser una verdad absoluta. Dios sabe por adelantado quin se salvar y
quin se condenar, es decir, quin lo amar y quin lo rechazar por decisin
68
69
70
71
Sum p. 83.
Sum p. 290.
EE del 9 y 10 de agosto de 1927.
Sum p. 305.
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35
EL CIELO
La Madre Mara estaba enamorada de Jess y deseaba morir joven para ir
a vivir con l por toda la eternidad y deca: Oh muerte, por qu tardas tanto?
Hasta cundo dilatars mi destierro? Hasta cundo dilatars mi unin con el
amado de mi alma? Cundo tendr la dicha de contemplarlo cara a cara en la
mansin eterna de los bienaventurados? 78.
Virgen santsima, cundo tendr la dicha de verte en la plenitud de tu
hermosura? Cundo tendr la dicha de poseerte en el cielo? Me parece or a mi
Jess, que me dice: Hija ma, no soy yo tu cielo? Qu ms cielo que yo
mismo en el sacramento de mi amor?.
Ah, mi dulce Jess, es cierto que t eres mi cielo, pues poseerte es el
cielo; pero este cielo aqu en la tierra tiene sus temores. Es cierto que cuando te
visito, te adoro, te suplico, y sobre todo, cuando te recibo, gozo de mi cielo
anticipado. Pero te poseo sin temor, sin temor de perderte? No, ste no es mi
cielo completo, yo quiero poseerte sin temor de perderte. Qu hermosa
esperanza...! Cundo tendr la dicha, Jess mo, de poseerte sin temor? Tened
misericordia de m, Seor, compadcete de tu pobre esclava 79.
Escribe en junio de 1926: En un instante, como dos segundos, me imagino
que estoy en posesin del cielo. Yo experimento un gozo y rareza espiritual. No
pretendo decir, Jess mo, que es el cielo. No, pero digo as, porque no s
explicar. Siento por un instante una paz y un regocijo tan grandes y me parece
que nada existe a mi alrededor. Qu gozo espiritual siento. Es grande, pero muy
corto 80.
77
78
79
80
Sum p. 22.
EE de l3 de setiembre de 1919.
EE del 1 de octubre de 1919.
Sum p. 367.
36
AS ERA ELLA
Sor Gisela Carlota Daz asegura: La Madre era de baja estatura, delgada,
de andar rpido, enrgica, bien conformada, de mirada penetrante, pero suave y
de finos modales, de semblante alegre, siempre risuea, algo introvertida, pero
muy sociable 81.
Tena detalles de caridad con todos. Le gustaba saludar a las personas por
su cumpleaos y nunca se olvidaba de saludar al presidente de la Repblica y al
arzobispo de Caracas, pero eso mismo haca con las personas conocidas como un
detalle para manifestarles su cercana y su cario.
Le gustaba repetir algunas frases:
-
Se hizo querer de todos los que la conocieron. Las nias la solan llamar
mamata, porque era una madre para ellas. En cambio de s misma sola decir que
era la minimita, es decir, la mnima de todas, la ms pequea y la que menos
cuenta.
DONES SOBRENATURALES
a) HIEROGNOSIS
Hierognosis o conocimiento de las cosas bendecidas por un sacerdote o de
las hostias consagradas.
La Madre gueda Snchez declar: En la casa de Barquisimeto, en Caja
de Agua, se constat un hecho notorio en la visita que hiciera por primera vez.
Haba orden expresa del seor obispo, Monseor Dubuc, de no dejar en el
sagrario la divina Majestad, de modo que en la misa deban consumirse todas
las hostias. El motivo de esta determinacin era que la comunidad no estaba del
81
82
Sum p. 66.
Sum p. 54.
37
todo instalada, y siendo aquel lugar para aquella poca muy despoblado, ofreca
peligro dejar el Santsimo, sin quien pudiera responder en caso de alguna
profanacin.
Cuando lleg nuestra Madre Mara, la llevamos para que viese la capilla
y le advertimos que no tenamos el Santsimo. Con gran sorpresa para nosotras,
la vemos que se arrodilla ante el altar y nos dice: Pongan una lmpara, pues
all est nuestro Seor. Nos sonremos creyendo que se haba olvidado de lo
que le habamos dicho antes. Pero ella insiste y dice en voz alta: Jess mo, no
es verdad que T ests all. De pronto se arrodilla, y saliendo de la capilla nos
llama y dice: Tengo la seguridad de que el Seor est all. El me lo dio a
conocer. Obedecemos por complacerla y no contrariarla, pues estbamos
seguras de que los sacerdotes que celebraban tenan buen cuidado de observar
la orden del seor obispo. Pasados unos minutos, llaman a la puerta y se
presenta el sacristn de la parroquia La Milagrosa, con un mensaje que enva el
prroco, avisando que encendiramos una lmpara ante el sagrario, pues
forzosamente haba dejado las hostias consagradas con la intencin de volver a
celebrar otra misa el mismo da, y consumir las hostias, pero que un gran
inconveniente le haba impedido volver; lo cual manifestara al seor obispo,
pidiendo el debido permiso para mantener la divina Majestad hasta el da
siguiente. Cmo supo nuestra Madre Mara aquel hecho? No nos explicamos,
pero damos testimonio de su veracidad 83.
b) CONOCIMIENTO SOBRENATURAL
Es el conocimiento de ciertas cosas que slo pueden ser conocidas por
revelacin de Dios. Anota la Madre gueda: Muchas veces, al llegar las
hermanas a contarle algo, ya saba lo que le iban a decir, y para ver si era
cierto, lo escriba; despus constataba que efectivamente lo que le haban dicho
era conforme con lo que haba escrito. Saba anticipadamente los regalitos que
le llevaban. Conoca, segn me manifest, cuando alguien le deca una mentira;
pero saba disimularlo como si creyera lo que le haban dicho. Por tanto le dije
una vez: Madre, usted es muy inocente, cree cuanto le dicen. Me llam aparte
y me dijo: Muchas veces antes de que me digan las cosas, ya las s y estoy
segura de que me mienten 84.
83
84
Sum p. 273.
Ibdem.
38
c) PERFUME SOBRENATURAL
Celina Aranda refiere: En varias oportunidades, estando la sierva de Dios
haciendo hostias, me deca: No sientes un olor fuerte de rosas?. Yo no lo
perciba, pero ella insista en decir: Qu olor tan sabroso 85.
En sus escritos espirituales del 17 de mayo de 1925 escribi: Solemne da
de la canonizacin de santa Teresita del nio Jess! No s cmo expresar lo que
hoy me pas. S, la querida santita me concedi el gran beneficio de dejarme
aspirar un gran perfume. No se puede hablar de esto, no s hablar, Jess mo, lo
que yo experiment hoy, es muy grande. Parecime que un frasco de esencias
puras de nardo se haba roto a mi lado y por espacio de tres o ms minutos,
pude gozar de l cuanto quise, despus poco a poco se fue alejando, pero sin
dejar de aspirarlo. Eran las ocho menos cuarto de la maana. Qu gracia tan
inmerecida me habis hecho querido Jess, por intercesin de tu querida
santita!86.
d) PROFECA
Es el anuncio de cosas futuras que slo pueden ser conocidas por
revelacin. Sor Teresa Silva declar: Sobre el don de profeca estoy ms que
convencida, porque soy la religiosa a la cual ella anunci que, despus de los 50
aos, iba a tener salud; siendo as que, estando ya postrada en una silla de
ruedas, se cumpli el anuncio de la sierva de Dios, das despus de mis 50 aos.
Hecho que est reconocido por los mdicos tratantes y que forma parte del
Proceso de beatificacin 87.
e) RESPLANDORES SOBRENATURALES
Idacira Bustamante nos dice: Yo vi en varias ocasiones como si sobre la
cabeza de la Madre cayera una especie de rayos de luz, cuando se abstraa en la
oracin 88.
85
86
87
88
Sum p. 132.
EE del 17 de mayo de 1925.
Sum p. 152.
Sum p. 101.
39
f) XTASIS
En varias oportunidades, diversas personas, cuando la Madre Mara estaba
en oracin se dieron cuenta de que estaba en otro mundo, pues no senta nada ni
responda a las preguntas.
Cuenta Irma Daviott: Un da estaba la Madre en oracin ante Jess
sacramentado. Siendo necesaria su presencia en el despacho, fui a llamarla
repetidas veces y no hubo manera de que me oyera, pues se encontraba como en
xtasis 89.
En 1923 se instal a Jess eucarista en la casa madre, noviciado y asilo de
hurfanas. En el momento de la elevacin de la misa, la Madre Mara exclam en
voz alta: Jess en mi casa. Y se desplom. Qued plida, como muerta, durante
una hora. Qu haba ocurrido? Seguramente un encuentro personal con Jess
que la hizo perderse en su Corazn divino y quedar en xtasis, olvidada del
mundo que la rodeaba.
g) VISIN DE NGELES
Un caso extraordinario acaeci en la gravedad que tuvo en 1906: cuando
el sacerdote le fue a llevar el santo vitico, vio dos ngeles que acompaaban al
Santsimo y lo manifest en voz alta diciendo: Qu bellos esos angelitos que
trajeron!. Las hermanas que estaban presentes se maravillaron porque en la
celda no haba entrado sino exclusivamente el sacerdote...
El primero de enero de 1967 en su ltima gravedad, habiendo mejorado,
fue llevada a la sacrista para que asistiera a la santa misa. Al terminar, despus
del abrazo de Feliz Ao, me dice: Qu nios eran esos que estaban junto a
usted cantando la misa? Qu belleza de msica, jams haba odo un sanctus
tan bello! Qu disciplina la de esos nios! Quin los trajo? 90.
h) INEDIA
Es la gracia divina de poder vivir sin comer. Ella estuvo diez aos, de
1899 a 1909, en ayuno total de alimentos. Slo reciba diariamente la sagrada
comunin.
89
90
Sum p. 274.
Sum p. 275.
40
Este don sobrenatural lo han tenido algunos santos. Marta Robin (19021981) estuvo 50 aos sin comer, ni beber y sin dormir; Teresa Neumann (18981962) estuvo 35 aos sin comer ni beber; Alexandrina da Costa (1904-1955)
estuvo 13 aos. Y esto hablando slo de los casos conocidos del siglo XX,
porque en total se conocen ms de 15 casos.
La Madre Mara estuvo as durante diez aos, de 1899 a 1909. En este
ltimo ao, al caer gravemente enferma, el padre Aveledo por obediencia le
orden que comiera, aunque fuera poco en tres comidas al da. Y as, comiendo
poco, se mantuvo en plena actividad hasta su muerte a los 92 aos. Las hermanas
no podan comprender cmo poda vivir con tan poco alimento.
Sor Rosario Fuentes declara: Cuando yo la conoc, tomaba por desayuno
la corteza de una arepa, una tacita de leche y una naranja. Por almuerzo una
tacita de sopas con verdura y algunas veces pescado. En la cena una hallaguita
de maz tostada y otras veces unas bolitas de pltano. Nunca coma carne. No
tomaba manjares ni le gustaban las golosinas. No le vi tomar nada fuera de las
horas de comida 91.
El doctor Omar Avendao, que la atendi en su ltima enfermedad,
certific que la mnima cantidad de alimento que ingera, humanamente
hablando, no era suficiente para mantener sus fuerzas fsicas y que solamente se
entenda como un hecho extraordinario 92.
i) BILOCACIN
Es la facultad de poder estar en dos lugares al mismo tiempo. En algunas
ocasiones el ngel custodio puede hacerlo en su lugar, pero en otras
oportunidades es la misma persona, que es consciente de estar en dos lugares
distintos y conocer lo que pasa en ambos sitios.
Sor Teresa Silva declar: Yo misma le o decir a ella en una ocasin que,
estando en el hospital San Jos, deba administrarle una pastilla a un enfermo a
media noche y se qued dormida y, cuando despert, fue a llevarle la medicina,
pues haba pasado la hora. Al llegar a la cabecera del enfermo, ste le manifest
que ya haba tomado la pastilla, que ella le haba trado en horas de la
madrugada, momento en que ella estaba durmiendo 93.
91
92
93
Sum p. 86.
Sum p. 260.
Sum p. 152.
41
Sum p. 270.
Ibdem,
42
saludarla pensando que haba salido por la puerta principal, pero todo fue
intil; nuestra Madre Mara haba permanecido en su residencia de Maracay y
solamente expres el deseo de ir a las Cuarenta Horas, pero no le haba sido
posible trasladarse fsicamente.
Era muy devota de santa Teresita. El da de la beatificacin, contaba ella
que estaba rezando a su lado la hermana Mara de Lourdes, y de pronto se le
cay el Oficio de las manos y aparentemente perdi el conocimiento. La
hermana, asustada, empez a llamarla y, al volver en s, le dijo que no saba qu
le haba pasado, pero que haba visto el claustro de Lisieux y haba sido llevada
tambin a la baslica de San Pedro en Roma.
Me cont una vez que cuando le sucedan esos fenmenos, perda las
fuerzas de tal forma, que una vez tena en sus manos una dbil ramita que haba
arrancado de la gruta de la antigua casa y se le sali de las manos sin poderla
sujetar; de pronto se encontr en una casa nuestra viendo una escena que ella
nunca hubiera credo, si se la hubiesen contado 96.
Una vez le manifest que tena que escribirle en la noche, por falta de
tiempo durante el da, y me escribi prohibindome que lo volviera a hacer.
Pasado algn tiempo, tuve necesidad de escribirle, y aun cuando
recordaba su prohibicin, pens que no sera falta, por ser para ella misma.
Terminadas las oraciones, me puse a escribirle, procurando ser muy breve. La
comunidad se haba retirado a sus habitaciones y yo estaba completamente sola.
No haba trazado la primera palabra, cuando siento una palmada tan fuerte en
el hombro derecho, que me dej atontada. Volteo a ver si alguien estaba a mi
lado, nadie absolutamente. O perfectamente el ruido de una palmada, como
cuando ella lo haca para alertar a las niitas sobre algo que estaban haciendo.
Sent como si ella estuviese a mi lado. Me dio tal impresin que sal corriendo
hacia el dormitorio.
Otro fenmeno de bilocacin de nuestra Madre ocurri en Roma. Nos
cont una persona amiga que haba visto a nuestra Madre Mara en el Vaticano,
en una reunin que hubo para superioras mayores, con el Papa Po XII. Ella
nunca viaj al exterior 97.
Lucila Martnez certifica: Un da en la Casa Hogar Madre Mara de
Barquisimeto donde yo prestaba servicios, al concluir la misa, el sacerdote
pregunt si haba llegado una nueva religiosa. Le respondimos que no. l
96
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44
manifest que haba visto una nueva hermana y, al describir su persona, camos
en la cuenta de que se trataba de la Madre Mara 98.
Anglica Rodrguez manifiesta: Yo le o contar a una de las hermanas
mayores que, en cierta ocasin, haba un problema en la casa de Coro. Una de
las hermanas entr en la capilla de esa casa y vio que la sierva de Dios estaba
arrodillada en el reclinatorio en que acostumbraba hacerlo cuando visitaba
dicha casa. La hermana sali y les particip a las otras hermanas que la Madre
Mara haba llegado y estaba en la capilla. Cuando fueron en su busca para
saludarla, no vieron a nadie. La Madre estaba en Maracay en ese momento 99.
Ignacia Herrera afirma: Yo le o decir a la sierva de Dios que durante
cierto tiempo ella vea lo que las religiosas hacan en las casas locales y que le
pidi a Dios que le quitara esa facultad y, de hecho, se la quit 100.
j) CONSERVACIN MILAGROSA
En una ocasin, estando nuestra Madre un poco enferma, comulg como
de costumbre, a las seis y treinta de la maana; a las dos de la tarde, ms o
menos, sinti nuseas y qu sorpresa! arroj la hostia entera, no la haba
digerido. Caso inexplicable, pues haba desayunado, y a las doce del da,
almorzado. Tom la hostia con mucha reverencia y la guard en una cajita.
Qu pas despus? 101.
Este es un fenmeno sobrenatural extraordinario que pocos santos han
recibido. Es la conservacin milagrosa de la Eucarista en su cuerpo de una
comunin a otra. Estos santos son
sagrarios vivientes, pues tienen
permanentemente a Jess sacramentado, como hombre y como Dios, en su pecho
sin que se corrompan las especies sacramentales como normalmente sucede.
Veamos lo que dice san Antonio Mara de Claret: El 26 de agosto de 1861
el Seor me concedi la gracia grande de la conservacin de las especies
sacramentales y tener siempre, da y noche, el Santsimo Sacramento en el
pecho; por lo mismo, yo siempre debo estar muy recogido y devoto
interiormente; y adems debo orar y hacer frente a todos los males como as me
lo ha dicho el Seor. Cmo, sin mrito y sin talento, sin empeo de personas, me
98
Sum p. 124.
Sum p. 168.
100
Sum p. 161.
101
Sum pp. 276-277.
99
45
SU MUERTE
Desde 1965, con sus 90 aos, ya estaba mal de salud y sufra mucho con la
vista. Se llam al doctor Garmendia, quien orden una operacin. Se dispuso
todo para la misma y se hizo mucha oracin para que todo saliera bien. A la
maana siguiente, da de la operacin, la enfermera lleg temprano, le aplic la
anestesia y, al llegar el doctor y revisar el ojo, dijo que no haca falta operarla,
pues haba desaparecido lo que la haca necesaria. Solo lamentaba haber perdido
intilmente la anestesia, que era cara.
Al salir de la clnica, la llevaron a un famoso irilogo, que vea las
enfermedades a travs del iris del ojo. Y asegura la Madre gueda: Al revisarla
me dijo: Tu Madre tiene reflejado en el iris una muerte muy prxima, llvala
con gran cuidado, porque en el mismo camino se les puede quedar muerta.
Baj las escaleras mientras las otras dos hermanas que nos acompaaban la
llevaban a tomar el ascensor. Era tanta la prisa que llevaba que llegu primero
que ellas, pues me pareca que, cuando bajaran, ya nuestra Madre estara
muerta.
Cul fue mi sorpresa, cuando al subir al carro (coche) nos dice: Este
mdico me desahuci. Vamos a visitar la tumba de Jos Gregorio Hernndez
(un mdico laico que muri con fama de santidad) al cementerio. Despus de ir
al cementerio la llevamos a almorzar al colegio La divina pastora. Al terminar el
almuerzo, al despedirse de las hermanas, dijo: sta ser la ltima vez que
venga, pues ya los mdicos me han desahuciado. Luego dijo: Vamos al
colegio Santa Rita para despedirnos tambin.
Le pedimos que se quedara unos das en nuestra casa de Los Teques, pero
accedi a quedarse solamente uno. El 23 volvi a su residencia de Maracay. El
29 de noviembre de ese ao 1965 perdi el conocimiento en la capilla. Las
hermanas se alarmaron y llamaron al mdico, pero se recuper. As estuvo muy
delicada los prximos meses. El 6 de junio de 1966 se agrav y el mdico orden
darle una pastilla de fenergal, ya que tena convulsiones y pareca muerta. La
tensin estaba en cero y tena paralizado el corazn. Pareca que hubiera tenido
un paro cardiaco, pero poco a poco se fue recuperando. El 16 de agosto a las
cuatro de la maana se despert y se sent en la cama, al vernos pregunt qu
hacamos all. Dijo: Nunca me haba pasado esto. Mand salir del cuarto a
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Autobiografa N 694.
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todas las hermanas. Despus empez a llorar y me cont algunas cosas que le
haba revelado nuestro Seor. Algunas las recuerdo perfectamente. Otras las he
olvidado.
Se refera a su vida, a los beneficios que el Seor le haba concedido y a
las exigencias y penas a que haba sido sometida. Habl de algunas hermanas
que se haban retirado de la Congregacin y en especial de una, a quien se le
haba manifestado que, en castigo por su infidelidad, el Seor no le concedera
sucesin en su matrimonio. Luego me indic: Dgaselo, hgaselo saber
Sufra crisis horribles, vea escenas espantosas, le pareci estar al borde del
abismo y muchos demonios dando gritos estentreos. Le decan que estaba
condenada, vaca, que no haba hecho nada absolutamente.
Un da, sintindose terriblemente atacada por el demonio, me mand
fuese al noviciado y pusiese a las novicias a rezar mucho por ella, porque crea
que se condenaba sin remedio 103.
En diciembre de 1966 mejor un poco. En marzo de 1967 sufri una
recada. En los primeros das de Semana Santa se uni a todos los actos propios
del da. El Viernes Santo se sinti muy mal y el Sbado Santo estaba grave. El
lunes de Pascua mejor un poco. Anota la Madre gueda: Me dijo: No se vayan
a unir a otra Congregacin... En das pasados me haba expuesto el deseo de
que quera que un pequeo grupo de hermanas se dedicar a la adoracin
perpetua diurna y nocturna, a fin de que nuestro Seor est todo el da y la
noche acompaado. Le dije: Cmo ser eso? Una nueva Congregacin?.
Responde: No, dentro de nosotras mismas, pero unas que tuviesen ese deseo de
adorar con el mismo reglamento, cambiando nicamente de ocupacin 104.
Otro da pidi leerle la vida de santa Micaela del Santsimo Sacramento.
Su comentario constante era: Qu encanto! Quin pudiera ser as! 105.
En la noche manifest que vea como unas mariposillas que le molestaban
en la vista. Le digo que ser cosa de catarata y ella indica: Ser que nuestro
Seor me quiere quitar el rayito de luz que me queda. Respondemos: No,
dgale que no se lo quite. A lo que contesta: Soy toda de l y, si me quitare, no
digo ese rayito de luz sino algo ms que quisiera, puede hacerlo. Que haga
conmigo lo que quiera.
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Puede decirse que estas fueron sus ltimas palabras. Llegada la hora de
acostarse tom el crucifijo que tena cerca de su cama entre las manos,
bendiciendo hacia los cuatro lados con l. Le pregunt si estaba bendiciendo a
todas las casas y a las hermanas y respondi afirmativamente con la cabeza.
A las dos de la madrugada del mircoles, casi estando yo dormida al lado
de su cuarto, oigo claramente que me llama. Corro a su cuarto y me dice que no
me ha llamado, pero le not algo extrao El viernes 30 de abril se presenta la
doctora Amalia Pea, quien al verla me dice: Ya quedan pocos minutos, todo es
intil. Estn preparadas El sbado van llegando las hermanas de las casas.
Hacia las tres de la tarde le pedimos nos d su bendicin, pues la vemos con
momentos de agona. Hace un supremo esfuerzo para levantar de nuevo la mano
derecha, pero casi no tiene fuerzas, a pesar de ello hace el movimiento con la
mano sobre la cama y nos bendice Las hermanas nos reunimos alrededor de la
cama para cantarle, despus de rezar el santo rosario, el canto que nos haba
pedido muchas veces, quera or antes de su muerte. Vemos que va
aproximndose la hora Con las voces quebradas por el llanto dejamos
satisfecha aquella insistente peticin: Quiero que, cuando est en agona, me
canten: Es ms dulce tu nombre. Era su canto preferido a la santsima
Virgen106.
La letra del canto es:
Es ms dulce tu nombre Mara
que el arrullo de tierna paloma,
es ms dulce que el plcido aroma
que en su cliz encierra la flor.
Al orlo se postran los cielos,
goza el ngel y tiembla el averno,
complacido sonre el eterno,
languidecen las almas de amor.
Quin pudiera cual rauda paloma
del destierro volar de este mundo
y surcando el espacio profundo
a tus plantas divinas llegar.
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salir ellas, algunas aprovechan para hablar confidencialmente con ella, aun
cuando no puede articular palabra, le dan el encargo de no olvidarse de ellas,
cuando est en la casa del padre Dios. Al decirle una frase en forma de reclamo,
la vemos sonrer como quien oye perfectamente nuestras quejas y quisiera
decirnos: Ustedes antes que nadie. Cunto nos dijo aquella inocente sonrisa.
Al tocar la primera campanada del Angelus expir. Yo la tena recostada sobre
mi pecho y sent como si su aliento saliera y penetrara todo mi ser. Al unsono
decimos las tres que estamos presentes: Ha muerto 107.
Corren a llamar a las hermanas y sucede algo sorprendente. Al entrar las
primeras hermanas hace de nuevo un gesto agnico y para todas acababa de
morir en su presencia. Qu pas? No me explico. Bendito sea Dios! Su alma
haba volado al encuentro con su amado 108.
Eran las doce del medioda del 2 de abril de 1967, domingo segundo de
Pascua. Muri a los 92 aos menos 23 das. En su acta de defuncin se dice que
muri de bronconeumona, debido a accidente cerebro vascular, debido a
hipertensin arterial II y cardioangioesclerosis, segn el certificado mdico.
Una vez amortajada la colocaron en el atad con su cruz entre las manos y
dos azucenas atadas a la cruz con una cinta blanca. Desde la hora en que
colocaron sus restos en la capilla fue un continuo afluir de gente de todas partes.
El obispo de Maracay, Monseor Feliciano Gonzlez, concedi permiso a todos
los sacerdotes que lo desearan para celebrar all la santa misa. Hubo misas desde
las dos de la tarde hasta las ocho de la noche. Y lo mismo los das siguientes que
sus restos estuvieron expuestos al pblico.
Los tres das del velorio fue un continuo pasar de gente de toda
Venezuela, de modo que no se pudo cerrar la puerta por la noche. El cuatro de
abril, al llevar el cadver a la catedral para el funeral, haba una inmensa
muchedumbre aclamndola por las calles. Muchos tiraban flores a su paso. Una
banda del ejrcito y otra de la marina amenizaban el cortejo. Unos aviones
sobrevolaron a la multitud, echando flores. Todos decan sin dudar: Ha muerto
una santa.
En la catedral tuvo lugar el solemne funeral con mucha gente y
autoridades civiles y eclesisticas. Presidi la ceremonia el obispo de Maracay,
Monseor Feliciano Gonzlez, acompaado del obispo don ngel Prez y el
obispo de Los Teques Monseor Juan Jos Bernal con varios sacerdotes
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GRACIAS Y MILAGROS
Yolanda Lynch de Jorge da el siguiente testimonio: Mi esposo Jess
Mara Jorge, de 64 aos, ha padecido de cardiopata isqumica, ocasionndole
en diversas oportunidades varios preinfartos. A mediados de 1996 present una
crisis aguda que amerit hospitalizacin en cuidados intensivos. Se complic
gravemente el hgado, pulmn y rin hasta el punto de someterlo a dilisis sin
resultados favorables. As estuvo varios das en estado comatoso. Lo dieron por
desahuciado. Invocamos con fe a la beata Mara, cuya estampa mantuvimos bajo
su cabecera. Los mdicos retiraron todos los equipos clnicos. Pero, al da
siguiente, mi esposo reaccion inexplicablemente, orin, se le normaliz el
hgado y fue trasladado a sala de recuperacin donde permaneci en
observacin por 17 das hasta darle de alta. Su evolucin fue progresiva y desde
entonces realiza sus actividades normales 109.
Daniela Mara Bordonero manifiesta que desde 1994 le fue diagnosticado
prolapso mitral, confirmado mediante un ecocardiograma. Posteriormente se
someti a otro ecocardiograma con idntico resultado. Dicho prolapso valvular
mitral era congnito y en la etapa de desarrollo se haba acentuado. Es algo
irreversible. No admite tratamiento. Ante las suplicas de su madre a la Madre
Mara, la nia suea con ella, quien le anuncia que curar. Al siguiente, da 25
de abril, siente como una corriente en el pecho y queda sana. Nuevos exmenes
clnicos as lo evidencian. Esta familia desconoca que el 25 de abril era el
cumpleaos de la Madre Mara 110.
Hilen Briceo era una joven de 26 aos con patologa a nivel sanguneo
(coagulopata), operada de catarata congnita de retina en ambos ojos. Visin
cero en el lado derecho y en el ojo izquierdo visin de movimiento de mano. Se le
advirti que a largo o corto plazo, la retina se desprendera totalmente y la
misma no poda ser fijada dos veces.
Operada por un granuloma, a la quinta intervencin del 16 de enero de
1995 se le diagnostic el total desprendimiento de la retina del ojo izquierdo,
quedando en completa tiniebla. Durante esa noche or intensamente a la Madre
Mara de San Jos. Al despertar al da siguiente vio la luz del sol. Fue a su
oftalmlogo y este comprob, mediante exmenes, que haba recuperado el
grado de visin anterior: tena fijada la retina 111.
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Ib. p. 52.
Ib. pp. 66-67.
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hermanas no hacan sino mirarme como asustadas. Era una realidad, no era un
sueo.
Notificamos lo sucedido a la Madre Guadalupe en Los Teques y al seor
obispo de Maracay quienes aconsejaron como primera medida una visita al
mdico en Caracas. As lo hicimos. Los exmenes mdicos y radiografas lo
confirmaron: estaba inexplicablemente curada. La noticia vol como chispa en
caaveral, dando por resultado una incesante peregrinacin de personas a la
tumba de nuestra Madre Mara 115.
Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 7 de mayo de 1995 en el
Vaticano.
REFLEXIONES
Algo que todos los devotos de la Madre Mara de San Jos y sus religiosas
deben tener en cuenta es que la base y fundamento de su espiritualidad es la
sagrada Eucarista. Jess sacramentado era la esencia y el centro de su existencia.
Siempre que pasaba delante de una iglesia o capilla entraba a saludar a Jess,
aunque fuera unos segundos. Y Jess le regal algunos carismas extraordinarios
como el de la hierognosis para poder saber si Jess estaba realmente presente en
el sagrario y, sobre todo, la conservacin milagrosa de las especies sacramentales
de una comunin a otra.
Por eso, todos debemos imitarla en este amor a Jess Eucarista. Cada vez
que entremos a una iglesia donde est Jess, saludmosle con cario: Buenos
das o buenas tardes. Cmo ests, Jess? Te quiero mucho Y cada vez que
pasemos delante de una iglesia o capilla, procuremos entrar, aunque slo sea
unos minutos o segundos, aunque slo sea abrir y cerrar la puerta para mandarle
una sonrisa con cario. Y, si no podemos entrar por estar la puerta cerrada o
simplemente pasamos por la calle en automvil, enviarle un saludo mentalmente
al igual que saludamos a cualquier amigo que vemos al pasar.
De esta manera, Jess nos dar fortaleza para ayudar a los enfermos,
cuidar a los nios o sencillamente para hacer con amor las labores de cada da. l
ser nuestra fuerza en las adversidades y la alegra de nuestra existencia.
Tambin nos har amar a Mara, nuestra madre, y a todos los santos y
ngeles para formar parte de la gran familia espiritual, con la que estamos unidos
por la comunin de los santos.
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CONCLUSIN
Despus de haber ledo la vida de la Madre Mara de San Jos, nos damos
cuenta de que vali la pena que hubiera nacido. Sin ella, el mundo sera menos
feliz. Ella ha dado al mundo una nueva Congregacin religiosa, que se va
extendiendo por el mundo, irradiando amor, fe y esperanza por todas partes.
Cuntas bendiciones estn recibiendo los lugares donde estn sus religiosas!
Cunto bien ella misma realiz en el mundo! A cuntos enfermos alivi y a
cuntos los anim y fortaleci en su fe catlica!
Podemos elevar un canto de alabanza a Dios por su vida. Los lugares
donde ella vivi: Choron, Maracay, los Teques y los diferentes lugares que
visit, se alegraron con su presencia. Pero debemos pensar que ella no est
muerta, est viva entre nosotros, aunque en otra dimensin. Los santos viven
entre nosotros, pues el ms all y el ms ac estn unidos en Dios. Invocndola
con fe se har presente en nuestras vidas y seguir bendicindonos y
ayudndonos.
Ella nos sigue sonriendo y alentando en nuestra fe. Nos gua en nuestro
caminar y nos seala el camino para amar y ayudar a nuestro prjimo,
llevndoles la fe, el consuelo y la esperanza para vivir mejor y ser ms felices.
Madre Mara de San Jos, nos sentimos orgullosos de ti. Bendito sea
Dios que te trajo al mundo y bendita seas por haber sido fiel a sus designios!
Gracias por tu vida y por la alegra que has dejado en este mundo.
A todos los lectores y devotos de la Madre Mara les deseo lo mejor, que
sean santos. Querer ser santos es la mejor alegra que le podemos dar a nuestro
Padre Dios. Caminemos con decisin de la mano de Jess Eucarista y de Mara
nuestra Madre.
Que Dios te bendiga y seas santo.
BIBLIOGRAFA
Ayape Eugenio y Snchez gueda, Vida de la Madre Mara de San Jos,
Madrid, 1980.
Barrios Marcano Dilia, Camino de esperanza, Villa de Cura, 1996.
Barrios Marcano Dilia, Espiritualidad de la beata Mara de San Jos, 2001.
Barrios Marcano Dilia, Gracias y milagros, Maracay, 1997.
Barrios Marcano Dilia, La nia del Cristo, Mara de San Jos, 1995.
Barrios Marcano Dilia, Perfil biogrfico de la beata Mara de San Jos, Los
Teques, 2005.
Botello Oldman, Madre Mara de San Jos, Ed. Miranda, 1995.
Canonizationis servae Dei Mariae a S. Joseph, Positio super virtutibus, Roma,
1990.
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Prez Vctor, Madre Mara de San Jos, Ed. Trpode, 1995.
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