Fallo La Ultima Tentación de Cristo
Fallo La Ultima Tentación de Cristo
Fallo La Ultima Tentación de Cristo
i
Introduccion de la causa
1. El 15 de enero de 1999 la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (en adelante
la Comisin o la Comisin Interamericana) someti ante la Corte una demanda contra la
Repblica de Chile (en adelante el Estado o Chile) que se origin en una denuncia (No.
11.803) recibida en la Secretara de la Comisin el 3 de septiembre de 1997. En su demanda, la
Comisin invoc los artculos 50 y 51 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos
(en adelante la Convencin o la Convencin Americana) y los artculos 32 y siguientes del
Reglamento. La Comisin someti este caso con el fin de que la Corte decidiera si hubo violacin,
por parte de Chile, de los artculos 13 (Libertad de Pensamiento y de Expresin) y 12
(Libertad de Conciencia y de Religin) de la Convencin. Asimismo, la Comisin solicit a la
Corte que, como consecuencia de las supuestas violaciones a los artculos antes mencionados,
declare que Chile incumpli los artculos 1.1 (Obligacin de Respetar los Derechos) y 2 (Deber
de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno) de la misma.
2. Segn la demanda, dichas violaciones se habran producido en perjuicio de la sociedad
chilena y, en particular, de los seores Juan Pablo Olmedo Bustos, Ciro Colombara Lpez,
Claudio Mrquez Vidal, Alex Muoz Wilson, Matas Insunza Tagle y Hernn Aguirre Fuentes,
como resultado de la censura judicial impuesta a la exhibicin cinematogrfica de la pelcula
La Ultima Tentacin de Cristo confirmada por la Excelentsima Corte Suprema de Chile []
con fecha 17 de junio de 1997.
3. Adems, la Comisin solicit a la Corte que ordene al Estado que: 1. Autorice la normal
exhibicin cinematogrfica y publicidad de la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo. 2. Adecue
sus normas constitucionales y legales a los estndares sobre libertad de expresin consagrados
en la Convencin Americana, [con el] fin de eliminar la censura previa a las producciones cinematogrficas
y su publicidad. 3. Asegure que los rganos del poder pblico[,] sus autoridades y
funcionarios en el ejercicio de sus diferentes potestades, ejerzan [efectivamente] los derechos y
libertades de expresin, conciencia y religin reconocidos en la Convencin Americana, y []
se abstengan de imponer censura previa a las producciones cinematogrficas. 4. Repare a las
vctimas en este caso por el dao sufrido. 5. Efecte el pago de costas y reembolse los gastos incurridos
por las vctimas para litigar este caso tanto en el mbito interno como ante la Comisin
y la Honorable Corte, adems de los honorarios razonables de sus representantes.
II
Competencia
4. Chile es Estado Parte en la Convencin Americana desde el 21 de agosto de 1990 y reconoci
la competencia contenciosa de la Corte ese mismo da. Por lo tanto, la Corte es competente
para conocer del presente caso.
III
Procedimiento ante la Comisin
5. El 3 de septiembre de 1997 la Comisin recibi en su Secretara una denuncia interpuesta
por la Asociacin de Abogados por las Libertades Pblicas A.G. en representacin de
los seores Juan Pablo Olmedo Bustos, Ciro Colombara Lpez, Claudio Mrquez Vidal, Alex
Muoz Wilson, Matas Insunza Tagle y Hernn Aguirre Fuentes y del resto de los habitantes de
414 Corte Suprema de Justicia de la Nacin - Secretara de Jurisprudencia
IV
Procedimiento ante la Corte
12. La demanda del presente caso fue introducida a la Corte el 15 de enero de 1999. La
Comisin design como sus Delegados a los seores Carlos Ayala Corao, Robert K. Goldman y
Alvaro Tirado Meja, como sus asesores a los seores Manuel Velasco Clark y Vernica Gmez,
y como su asistente a la seora Viviana Krsticevic, Directora Ejecutiva del Centro por la Justicia
y el Derecho Internacional (CEJIL). Asimismo, la Comisin inform que los seores Juan
Pablo Olmedo Bustos y Ciro Colombara Lpez asumieron personalmente su representacin y
que las dems supuestas vctimas, a saber, Claudio Mrquez Vidal, Alex Muoz Wilson, Matas
Insunza Tagle y Hernn Aguirre Fuentes, seran representadas por la Asociacin de Abogados
por las Libertades Pblicas A.G. a travs de los seores Pablo Ruiz Tagle Vial, Javier Ovalle Andrade,
Julin Lpez Masle, Antonio Bascuan Rodrguez y Macarena Sez Torres.
13. El 27 de enero de 1999 la Secretara, previo examen preliminar de la demanda realizado
por su Presidente (en adelante el Presidente), la notific al Estado, al cual inform sobre
los plazos para contestarla, oponer excepciones preliminares y nombrar su representacin.
14. Ese mismo da, la Secretara solicit a la Comisin que presentara la direccin de la
Asociacin de Abogados por las Libertades Pblicas A.G.; los poderes que acrediten que los
seores Pablo Ruiz Tagle Vial, Javier Ovalle Andrade, Julin Lpez Masle, Antonio Bascuan
Rodrguez y Macarena Sez Torres Lpez son representantes de los seores Claudio Mrquez
Vidal, Alex Muoz Wilson, Matas Insunza Tagle y Hernn Aguirre Fuentes; y las direcciones
de los seores Juan Pablo Olmedo Bustos y Ciro Colombara Lpez con el propsito de
comunicarles, de acuerdo con el artculo 35.1.e del Reglamento, el texto de la demanda.
15. El 27 de enero de 1999 la Comisin present el anexo V a su demanda, el cual corresponde
al libro denominado La Ultima Tentacin de Nikos Kazantzakis. Al da siguiente, dicho
anexo fue transmitido al Estado.
16. El 29 de enero de 1999 la Comisin present las direcciones de la Asociacin de Abogados
por las Libertades Pblicas A.G. y de los seores Juan Pablo Olmedo Bustos y Ciro Colombara
Lpez. El 2 de febrero de 1999 la Secretara les notific la demanda.
17. El 9 de febrero de 1999 la Comisin present los poderes otorgados por los seores
Claudio Mrquez Vidal, Alex Muoz Wilson, Matas Insunza Tagle y Hernn Aguirre Fuentes a
la Asociacin de Abogados por las Libertades Pblicas A.G.
416 Corte Suprema de Justicia de la Nacin - Secretara de Jurisprudencia
18. El 26 de marzo de 1999 el Estado solicit a la Corte que le concediera un plazo adicional
de 30 das contados a partir del 27 de marzo del mismo ao, para la presentacin de las excepciones
preliminares y el nombramiento de su Agente. El 27 de marzo de 1999 la Secretara
inform al Estado que el plazo para el nombramiento del Agente haba vencido el 27 de febrero
de 1999 y que el plazo para la presentacin de excepciones preliminares venca el mismo 27
de marzo de 1999. Finalmente, le inform que su solicitud sera puesta en consideracin del
Presidente a la mayor brevedad. El 5 de abril de 1999 la Secretara, siguiendo instrucciones del
Presidente, inform al Estado que la prrroga haba sido concedida hasta el 12 de los mismos
mes y ao.
19. El 12 de abril de 1999 el Estado inform que estaba preparando una propuesta que
pretendia poner trmino a la controversia y al litigio en cuestin y solicit un nuevo plazo
adicional de 30 das para los efectos sealados. Ese mismo da la Secretara, siguiendo instrucciones
del Presidente, inform al Estado que la prrroga haba sido concedida hasta el 24
de abril de 1999.
20. El 26 de abril de 1999 Chile present un escrito, mediante el cual manifest su voluntad
de eliminar y/o modificar toda normativa que lesione o conculque la libertad en su concepto
ms elevado y propuso algunas bases para un acuerdo de solucin en el caso.
21. El 30 de abril de 1999 el seor Jorge Reyes Zapata present un escrito suscrito por l y
por los seores Sergio Garca Valds, Vicente Torres Irarrzabal, Francisco Javier Donoso Barriga,
Matas Prez Cruz, Cristian Heerwagen Guzmn y Joel Gonzlez Castillo solicitando ser
odos por la Corte Interamericana en calidad de amici curiae. Asimismo, solicitaron ser odos
en todas las instancias orales y escritas que el reglamento permita. El 1 de junio de 1999, la
Secretara, siguiendo instrucciones del Presidente, le inform al seor Reyes Zapata que la
posibilidad de participacin en el proceso ante [la] Corte est limitada, hasta la etapa de reparaciones,
27. El 26 de octubre de 1999 el Presidente emiti una Resolucin mediante la cual convoc
a la Comisin y al Estado a una audiencia pblica que se celebrara en la sede del Tribunal a
partir de las 10:00 horas del 18 de noviembre de 1999, y convoc a la misma a los testigos Ciro
Colombara Lpez, Matas Insunza Tagle y Alex Muoz Wilson, presuntas vctimas en el caso,
as como a los peritos Humberto Nogueira Alcal, Jos Zalaquett Daher y Jorge Ovalle Quiroz,
todos propuestos por la Comisin en su demanda. Adems, en dicha Resolucin se comunic
a las partes que, inmediatamente despus de recibida dicha prueba, podran presentar sus
alegatos finales verbales sobre el fondo del caso.
28. El Estado no present observaciones a la sustitucin del perito solicitada por la Comisin
dentro del plazo otorgado. El 6 de noviembre de 1999 el Presidente emiti una Resolucin
convocando al seor Juan Agustn Figueroa Yvar para que compareciera ante la Corte a rendir
dictamen pericial.
29. El 8 de noviembre de 1999 Chile present un escrito sealando que no tena inconveniente
alguno en la comparecencia del seor Juan Agustn Figueroa Yvar. Asimismo, solicit
al Tribunal que convocara a los seores Jos Luis Cea Egaa y Francisco Cumplido, propuestos
en su contestacin a la demanda, para que rindieran dictamen pericial en la audiencia pblica
sobre el fondo del caso.
30. El 9 de noviembre de 1999 la Corte emiti una Resolucin mediante la cual resolvi
rechazar el escrito de contestacin de la demanda por haber sido presentado extemporneamente
por el Estado y convocar, con base en lo dispuesto en el artculo 44.1 del Reglamento, a
los seores Jos Luis Cea Egaa y Francisco Cumplido para que comparecieran ante la Corte a
rendir dictamen pericial.
31. El 15 de noviembre de 1999 el seor Hermes Navarro del Valle present un escrito a la
Corte en calidad de amicus curiae.
32. El 11 de noviembre de 1999 la Comisin inform que los seores Alex Muoz Wilson
y Jorge Ovalle Quiroz, testigo y perito ofrecidos por la Comisin, respectivamente, no podan
comparecer a la audiencia sobre el fondo convocada por el Tribunal.
33. El 18 de noviembre de 1999 la Corte recibi, en audiencia pblica sobre el fondo, las
declaraciones de los testigos y los dictmenes de los peritos propuestos por la Comisin Interamericana
y de los peritos convocados por el mismo Tribunal con base en el artculo 44.1 del
Reglamento. Asimismo, escuch los alegatos finales verbales de la Comisin y del Estado.
Comparecieron ante la Corte:
Por la Comisin Interamericana de Derechos Humanos:Carlos Ayala Corao, Delegado;Manuel
Velasco Clark, asesor;Vernica Gmez, asesora;Juan Pablo Olmedo Bustos, asistente;Javier Ovalle
Andrade, asistente;Viviana Krsticevic, asistente; y Carmen Herrera, asistente.
Por el Estado de Chile:Embajador Edmundo Vargas Carreo, Agente; y Alejandro Salinas,
asesor.Como testigos propuestos por la Comisin Interamericana:Ciro Colombara Lpez; y
Como peritos convocados por la Corte Interamericana (Artculo 44.1 del Reglamento) (50):
Jos Luis Cea Egaa; y Francisco Cumplido.
34. El 18 de septiembre de 2000 el seor Sergio Garca Valds present un escrito en calidad
de amicus curiae.
35. El 6 de octubre de 2000 la Secretara, siguiendo instrucciones del Presidente, comunic
a la Comisin y al Estado que se les conceda plazo hasta el 6 de noviembre del mismo ao
para la presentacin de los alegatos finales escritos sobre el fondo del caso. El 23 de octubre la
Comisin solicit una prrroga de 20 das. El 24 de octubre la Secretara inform a las partes
que el Presidente les haba concedido una prrroga hasta el 27 de noviembre de 2000.
36. El 27 de noviembre de 2000 la Comisin present sus alegatos finales escritos.
37. El 30 de noviembre de 2000 la Secretara, siguiendo instrucciones del pleno de la Corte
y de conformidad con el artculo 44 del Reglamento, solicit a la Comisin que presentara, a
ms tardar el 13 de diciembre de 2000, los documentos de prueba que acrediten la solicitud
de pago de costas y gastos presentada en el petitorio de su demanda, as como los alegatos correspondientes.
El 12 de diciembre de 2000 la Comisin solicit una prrroga de un mes para
la presentacin de dicha informacin. El 13 de los mismos mes y ao la Secretara inform a
la Comisin que el Presidente le haba concedido plazo improrrogable hasta el 8 de enero de
2001.
38. El 8 de enero de 2001 la Comisin present los documentos de prueba que a su juicio
acreditan la solicitud de pago de gastos presentada en el petitorio de su demanda, as como los
alegatos correspondientes. Al da siguiente, la Secretara acus recibo y, siguiendo instrucciones
del Presidente, otorg plazo al Estado hasta el 24 de enero de 2001 para la presentacin de
sus observaciones.
39. El 22 de enero de 2001 el Estado present una nota en la cual inform sobre el trmite
en que se encuentra el proyecto de reforma constitucional tendiente a eliminar la censura cinematogrfica
en Chile. Ese mismo da la Secretara transmiti dicho escrito a la Comisin.
40. El 25 de enero de 2001 el Embajador Guillermo Yunge Bustamante present copia de
la nota emitida por el seor Heraldo Muoz Valenzuela, Ministro de Relaciones Exteriores de
Chile, subrogante, mediante la cual informa que se design como Agente al seor Alejandro
Salinas Rivera, Director de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de
Chile y como Agente Alterno al Embajador de Costa Rica en Chile, seor Guillermo Yunge
Bustamante.
41. El 31 de enero de 2001 el Estado present sus observaciones al escrito de la Comisin
de 8 de los mismos mes y ao, en relacin con la solicitud de pago de gastos presentada en el
petitorio de la demanda. Aunque el escrito del Estado fue presentado con siete das de extemporaneidad,
la Corte lo admiti, en aplicacin del criterio de razonabilidad y por considerar
que dicha dilacin no menoscaba el equilibrio que debe guardar el Tribunal entre la proteccin
de los derechos humanos y la seguridad jurdica y equidad procesal. As se lo comunic la
Secretara al Estado el 3 de febrero de 2001.
(50) El artculo 44.1 del Reglamento de la Corte dice as: En cualquier estado de la causa la Corte podr: 1. Procurar
de oficio toda prueba que considere til. En particular, podr or en calidad de testigo, perito o por otro ttulo, a
cualquier persona cuyo testimonio, declaracin u opinin estime pertinente.
V
La Prueba
Prueba Documental
42. Con el escrito de demanda, la Comisin present copia de 5 documentos contenidos
en el mismo nmero de anexos (supra prrs. 1 y 12) (51).
43. El Estado no aport prueba alguna, ya que su escrito de contestacin de la demanda
fue rechazado por la Corte por considerarlo extemporneo (supra prrs. 24 y 30).
44. Junto al escrito relativo a los gastos solicitado por la Corte, la Comisin remiti cinco
anexos contenidos en el mismo nmero de documentos (supra prr. 38) (52).
Prueba Testimonial y Pericial
45. La Corte recibi, en audiencia pblica celebrada el 18 de noviembre de 1999, las declaraciones
de dos testigos y los dictmenes de tres peritos propuestos por la Comisin
Interamericana, as como los dictmenes de dos peritos convocados por el Tribunal en uso de
las facultades sealadas en el artculo 44.1 del Reglamento. Dichas declaraciones son sintetizadas
a continuacin, en el orden en que fueron producidas: a. Testimonio de Ciro Colombara
Lpez, presunta vctima en el caso. Cuando se impuso la censura a la pelcula La Ultima
Tentacin de Cristo tena 28 aos, era y es abogado, se dedicaba al ejercicio libre de la profesin,
y desempeaba una funcin acadmica en la Universidad Catlica de Chile. No ha visto
la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo. Profesional y acadmicamente tiene gran inters
en el tema del derecho penal, de la libertad de expresin y del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos. Public un libro en Chile sobre las sanciones penales en materia de libertad
de expresin. Al iniciarse en Chile el proceso destinado a prohibir la exhibicin de la
pelcula mediante un recurso de proteccin interpuesto por siete abogados invocando la representacin
de la Iglesia Catlica y de Jesucristo, decidi intervenir por varias razones: le pareca
tremendamente grave que alguien se arrogara la representacin de la Iglesia Catlica
y de Jesucristo pretendiendo que se prohibiese la exhibicin de una pelcula; se iba a juzgar
o resolver algo determinante para la libertad de expresin en Chile, ya que se iba a sentar un
(51) cfr. anexo I: copia del documento de calificacin emitido por el Consejo de Calificacin Cinematogrfica el 11
de noviembre de 1996, mediante el cual se informa que dicho Consejo revis la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo y
que la aprob solo para mayores de 18 aos; anexo II: copia de la sentencia de 20 de enero de 1997 dictada por la Corte
de Apelaciones de Santiago, mediante la cual se acoge el recurso de proteccin interpuesto por los seores Sergio Garca
Valds, Vicente Torres Irarrzabal, Francisco Javier Donoso Barriga, Matas Prez Cruz, Jorge Reyes Zapata, Cristian
Heerwagen Guzmn y Joel Gonzlez Castillo, en nombre de Jesucristo, la Iglesia Catlica y por s mismos, y se deja sin
efecto la resolucin administrativa del Consejo de Calificacin Cinematogrfica adoptada el 11 de noviembre de 1996;
anexo III: copia de la sentencia de 17 de junio de 1997 dictada por la Corte Suprema de Justicia de Chile, mediante la
cual confirma la sentencia de 20 de enero de 1997 dictada por la Corte de Apelaciones que fue apelada; anexo IV: copia
de un proyecto de reforma constitucional que elimina la censura cinematogrfica sustituyndola por un sistema de
calificacin que consagra el derecho a la libre creacin artstica y copia del mensaje no. 339-334 dado el da 14 de abril
de 1997 por el Presidente de la Repblica de Chile a la Cmara de Diputados, como sustento al proyecto mencionado; y
anexo V: un ejemplar del libro titulado La Ultima Tentacin cuyo autor es Nikos Kazantzakis y que fue publicado por
Ediciones Lohl-Lumen en 1996 en Buenos Aires.
(52) cfr. factura no.004526 del Hotel Jade emitida el 19 de noviembre de 1999 a nombre del seor Jos Zalaquett;
factura no.004540 del Hotel Jade emitida el 20 de noviembre de 1999 a nombre de la Asoc. de Abogados por las Libe;
factura no.004541 del Hotel Jade emitida el 20 de noviembre de 1999 a nombre de la Asoc. de Abogados por las Libe;
factura no.004542 del Hotel Jade emitida el 20 de noviembre de 1999 a nombre de la Asoc. de Abogados por las Libe; y
factura no.0115909 de Aeromar Agencia de Viajes Limitada emitida el 16 de noviembre de 1999 a nombre de la Asoc. de
Abogados por las Libertades Pblicas.
precedente en la materia; estimaba importante que los tribunales chilenos, al resolver el caso,
tuviesen especial conocimiento de las normas de Derecho Internacional de los Derechos
Humanos aplicables al caso; y le pareca especialmente grave que se coartase la libertad de
expresin en materia artstica.
La sentencia que prohibi la exhibicin de la pelcula le caus perjuicios directos e indirectos.
Si bien no es un hecho imputable al Estado, como consecuencia de su intervencin
profesional en el caso termin su carrera acadmica en la Universidad Catlica, ya que se seal
que dicha participacin era incompatible con el desempeo de las funciones acadmicas.
Le parece sumamente grave el hecho de que los tribunales chilenos no hicieron referencia a
la Convencin Americana o al Derecho Internacional de los Derechos Humanos. El hecho de
que se haya prohibido la pelcula le caus un grave dao, debido a sus actividades acadmicas
y por sus intereses profesionales en materia de libertad de expresin, ya que actualmente da
clases sobre libertad de expresin en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile y
tiene contactos con acadmicos de otros pases. Se le caus un perjuicio como ciudadano al
impedrsele acceder a una pelcula de carcter artstico y con un contenido aparentemente
religioso. En consecuencia, se le priv la posibilidad de tener elementos de juicio, de formarse
una opinin, de acceder a informacin que para l era relevante. Finalmente, como no es catlico,
considera que se atent contra su derecho de conciencia, ya que un grupo de personas
de una religin determinada pretendi imponer una visin propia sobre lo que pueden ver los
dems ciudadanos.
b. Testimonio de Matas Insunza Tagle, presunta vctima en el caso
Cuando se impuso la censura a la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo cursaba cuarto
sto afecta la dignidad y la libertad de autodeterminarse de acuerdo con las creencias y valores
de la persona, est incurriendo en confusiones que suponen que no est reglando adecuadamente
el posible conflicto de derechos. Aunque a muchos les resulte chocante la pelcula
y a otros ilustrativa y edificante, no cabe calificarla como blasfemia. Considera que la Corte
Suprema decidi reprimir por blasfemas, o al menos por herticas, las expresiones utilizadas
en la pelcula, ya que en la opinin de dicha Corte eran chocantes. Sin embargo, no pudiendo
reprimir dichas expresiones la Corte Suprema encontr una forma indirecta de hacerlo, la cual
violenta el sentido racional de conflicto de derecho y de razonamiento judicial. La blasfemia,
la cual se distingue de la hereja, supone un vejamen o ridiculizacin de figuras o creencias
religiosas sin que haya un propsito de reflexin artstica, de contribucin a un debate.
En cuanto a la libertad de conciencia, en este caso se est hablando de la libertad de creencia,
de conciencia y de religin en dos sentidos: uno que coincide con la libertad de expresin,
422 Corte Suprema de Justicia de la Nacin - Secretara de Jurisprudencia
y otro que supone la libertad de buscar y recibir informacin. Como existe la libertad de formarse
una opinin o creencia religiosa y de cambiarla, es instrumental a ella el poder recibir
y buscar informacin, de lo contrario la persona no tendra acceso a todas las corrientes de
informacin, y por lo tanto no podra valerse de ellas para mantener una creencia, para cambiarla,
combatirla o disputarla con otros. En ese sentido restringido cree que se puede afirmar
que el fallo de la Corte Suprema viola el artculo 12 de la Convencin.
Respecto de la reforma de la legislacin constitucional, es evidente la buena fe del Estado
de Chile. Tambin es evidente que la justicia chilena hace caso omiso del derecho internacional,
debido a varios factores: por el derecho nacional y su supuesta supremaca, y por el
recargo de trabajo y la consiguiente dificultad para estudiar un nuevo derecho. Si se reforman
las leyes o se expide una ley en cada ocasin que la Corte Suprema ignore que hubo una derogacin
tcita, sto puede ser contraproducente para el ordenamiento interno, ya que se creera
que las normas de pleno derecho autoaplicables (self executing) no tienen vigor en ese mbito.
La reforma ms importante sera aquella que recordara imperativamente al Poder Judicial que
existe la incorporacin de pleno derecho. Si esta reforma se hiciera conjuntamente con la reforma
al artculo 19 nmero 12 de la Constitucin Poltica, ambas tendran mejor efecto.
Respecto del carcter autoaplicable (self executing character) de las normas internacionales
en el derecho interno, aquellas normas que establecen un mandato de tipificacin y las de
carcter programtico no son autoaplicables (self executing); sin embargo, las que establecen
un derecho subjetivo, afirmando un derecho y limitando sus restricciones, son autoaplicables
(self executing). Seal que un ejemplo de la prctica de los tribunales chilenos de aplicabilidad
directa (self execution) de normas de los tratados de derechos humanos ratificados por
Chile es el caso de la norma que prohbe la prisin por deudas.
Cualquiera de los poderes del Estado puede comprometer su responsabilidad internacional.
La obligacin de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos consagrados en la
Convencin est cumplida por Chile al incorporar este tratado de pleno derecho a su derecho
interno. Sin embargo, debido a la falta de una interpretacin adecuada de este tratado por parte
del Poder Judicial, puede entenderse que hay una obligacin adicional del Poder Legislativo
de garantizar dicha interpretacin. Esta se cumplir mediante legislacin interna que seale
que el derecho internacional se debe entender incorporado al derecho interno. Esta obligacin
de garantizar, si se cumpliera, puede tener un efecto en la reparacin pero no en la responsabilidad
jurdica. En su opinin, la reforma del artculo 19 nmero 12 de la Constitucin Poltica
chilena no es eficaz porque no va a producir el efecto de impedir que el Poder Judicial, va
cautelar permanente, imponga la censura cinematogrfica, de libros u otra manifestacin artstica.
Adems, la reforma propuesta incluye un elemento distorsionador de los criterios internacionales,
como es el agravante que se incorpora en el Cdigo Penal relativo a la comisin
de un delito cuando ste se ejecuta en desprecio o con ofensa de la autoridad pblica.
El Consejo de Censura Cinematogrfica ha prohibido numerosas pelculas. En algunos
casos ha revisado las calificaciones y permitido la exhibicin de las pelculas que haba censurado.
Basarse en el derecho a la honra para prohibir la exhibicin de la pelcula es una utilizacin
indirecta e indebida de instituciones en el medio jurdico pensado para otras situaciones,
a fin de ajustarse a los sentimientos de la Corte. Al afirmar la sentencia que la honra se identifica
con la capacidad de autodeterminarse, de acuerdo con los valores y creencias de la persona,
censura cinematogrfica, la cual se tradujo en una normativa de rango legal que establece un
Consejo de Calificacin Cinematogrfica, el cual puede rechazar la exhibicin de obras cinematogrficas
para adultos. Adems, hay normas de la Ley de Seguridad Interior del Estado, del
Cdigo Penal y del Cdigo de Justicia Militar que tambin permiten requisar preventivamente
la edicin completa de distintos tipos de obras e impedir su circulacin y difusin. No es slo
un problema normativo, es fundamental el criterio jurisprudencial que tienen los tribunales
superiores chilenos al hacer preponderar el derecho al honor frente a la libertad de expresin,
vulnerando clara y evidentemente el prrafo segundo del artculo 13 de la Convencin.
El principio que dice que debe regir la norma que ms favorece el ejercicio de los derechos
debera aplicarse inclusive en materia de libertad de expresin. La Corte Suprema de Justicia
y la Corte de Apelaciones de Santiago no necesitan que se modifique el artculo 19 nmero 12
de la Constitucin Poltica para hacer primar el artculo 13 prrafo segundo de la Convencin
Americana sobre las disposiciones de derecho interno, sino que deberan aplicar directamente
el artculo 27 de la Convencin de Viena sobre el Derecho de los Tratados, esto es el principio
hermenutico de aquella norma que mejor favorece el ejercicio del derecho y adems el criterio
de delimitacin del derecho.
e. Peritaje de Juan Agustn Figueroa Yvar, abogado especialista en derecho procesal
De acuerdo con la Convencin Americana, la sentencia que dicte la Corte Interamericana
tiene efecto vinculante. Con base en el artculo 62 de la Convencin, incisos 1 y 2, los Estados
parte pueden reconocer incondicionalmente la jurisdiccin del Tribunal o bien pueden establecer
reservas. Por su parte, Chile deposit el documento de ratificacin el 21 de agosto de
1990 y seal que reconoca como obligatoria, de pleno derecho, la competencia de la Corte
Interamericana respecto de los casos relativos a la interpretacin y aplicacin de la Convencin
Americana, de conformidad con lo dispuesto en el artculo 62 de dicho tratado. La expresin
de pleno derecho significa que el compromiso con la decisin respectiva no est condicionada
a circunstancia alguna para su cumplimiento.
La Corte Suprema de Chile ha declarado la preeminencia del derecho internacional sobre
el derecho interno. Respecto de la jerarqua del derecho internacional, un paso fundamental
ocurri en 1989 con la modificacin constitucional del inciso segundo del artculo 5 de la
Constitucin Poltica que estableci, en cuanto a los derechos esenciales, que ellos no tan solo
estn sealados o reconocidos por la Constitucin misma, sino tambin por los tratados internacionales
de derechos humanos.
No hay disposicin alguna en la legislacin interna que pueda tener preeminencia y que de
alguna manera obste el efectivo y real cumplimiento de lo que resuelva la Corte Interamericana.
Los tratados internacionales se entienden incorporados al ordenamiento jurdico y la mayora
de la doctrina considera que se incorporan por lo menos al mismo nivel que el del ordenamiento
constitucional. Es decir, los tratados pueden ampliar el mbito del ordenamiento
constitucional y, an ms, debe entenderse la preeminencia de la norma internacional sobre
la interna.
La jurisprudencia chilena, en materia propiamente legal, ha reconocido la preeminencia
de la Convencin sobre las normas domsticas. Por ejemplo, en materia de giro doloso de
cheques ha entendido que las normas domsticas que limitaban la libertad provisional al
depsito previo del monto del respectivo documento, se entienden derogadas por las normas
[del Pacto] de San Jos; asimismo otorg la libertad provisional a personas que pretendan ser
extraditadas, invocando la norma constitucional chilena y la Convencin. Este no ha sido el
Libertad de Expresin 425
criterio respecto de la censura previa, ya que al aplicar la norma constitucional que permite la
censura a la exhibicin de pelculas se vulnera la Convencin.
Chile ha dicho que cumple mediante la presentacin de un proyecto de reforma constitucional,
la cual es innecesaria porque en la medida en que las normas internacionales se incorporan
al rango constitucional producen la derogacin tcita de normas como la que permite
la censura previa, y contraproducente porque al enviar el proyecto de reforma est declarando
implcitamente que para recepcionar las normas internacionales se requiere un trmite previo
interno. El proyecto es tambin tardo porque el compromiso internacional del Estado naci
en 1990 con la ratificacin de la Convencin, mientras que la reforma constitucional se plante
en 1997, y reactivo porque se envi cuando ya haba sido dictada la sentencia de primera
instancia de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Los chilenos tienen derecho a ver la pelcula a partir de la ratificacin del Pacto de San
Jos. Si la reforma constitucional es una ley aclaratoria o interpretativa contribuir a dar certeza
jurdica.
f. Peritaje de Jos Luis Cea Egaa, abogado especialista en libertad de expresin
Conoce el proyecto de reforma constitucional presentado a la Cmara de Diputados por
el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle el 16 de abril de 1997, el cual ya fue aprobado por dicha
Cmara. Este proyecto establece dos modificaciones al artculo 19, incisos primero y final, de
Gobiernos del Presidente Patricio Aylwin y el del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle no compartan
los fundamentos de las resoluciones de los tribunales chilenos, se encontraban en la
necesidad de resolver esa situacin dentro del margen de la Constitucin Poltica, y el nico
camino era mediante el envo de un proyecto de reforma constitucional, ya que una vez aprobado
dara certeza jurdica y sera exigible a todos los rganos del Estado.
Una vez aprobada la reforma constitucional, incuestionablemente los chilenos mayores
de edad van a poder ver la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo.
El recurso de proteccin produce cosa juzgada relativa, por lo que una va que pudo haber
existido es que se hubiese demandado internamente al Estado y recurrir a una inaplicabilidad
por inconstitucionalidad si se estimaba que el decreto-ley de censura cinematogrfica
era inconstitucional por contravenir el artculo 19 nmero 12 de la Constitucin Poltica o la
Convencin Americana.
El problema suscitado con la Corte Suprema se debe a un problema interpretativo, en la medida
en que ha aplicado preferentemente el derecho al honor frente a la libertad de opinin, siguiendo
algunas tendencias de tribunales extranjeros y la doctrina que distingue entre derechos humanos
que corresponden a la dignidad de la persona como el derecho a la vida, al honor, a la intimidad,
respecto de derechos humanos de medio como la libertad de opinin y de informacin.
En la reforma constitucional de 1989 se opt por no presentar modificaciones a todos los
artculos de la Constitucin Poltica de 1980 que implicaren dar una mayor extensin a los derechos
humanos en ella consagrados y lo que se hizo fue establecer una norma vinculante para
todos los rganos del Estado (artculo 5 inciso segundo) que exigiera la garanta y proteccin de
todos los derechos humanos garantizados en la propia Constitucin Poltica y en los tratados
de derechos esenciales de la persona humana ratificados y vigentes en Chile. Salvo la adecuacin
en lo referente a los espectculos artsticos que va ms all de la Convencin Americana,
se acogi el planteamiento de que deban entenderse incorporados a la Constitucin los derechos
humanos consagrados en los tratados internacionales aprobados por Chile y vigentes. Se
dej vigente la censura cinematogrfica y se suprimi la posibilidad de fijar normas respecto
de la expresin pblica de otras actividades artsticas. Si haba una contradiccin entre un derecho
establecido en la Constitucin y un derecho establecido en un tratado internacional, se
plante que en ese caso correspondera a los tribunales resolver. En ese momento se pens
que los tribunales aplicaran los principios generalmente aceptados de derecho internacional.
No est de acuerdo con la interpretacin de la Corte Suprema, pero legtimamente sta tena el
derecho de hacer la interpretacin.
La modificacin de la Constitucin Poltica, en cuanto a los derechos esenciales incluidos
en el artculo 19 nmero 12, se producira automticamente en virtud del artculo 5 inciso
segundo de la misma, salvo que hubiera una ley o modificacin constitucional que necesariamente
resulte indispensable para dar cumplimiento al tratado. Esta posicin no es uniformemente
aceptada.
La va administrativa se agota con la intervencin de todos los rganos del Estado y no
slo con la sentencia de la Corte Suprema. No se agot la va interna en la medida en que el
Presidente de la Repblica envi un proyecto de reforma constitucional para hacer cumplir la
interpretacin correspondiente a la idea que el Legislativo y el Ejecutivo tienen sobre la materia
y, aunque la reforma no es un recurso judicial, es un recurso dentro del Estado. Esto basado
en el principio de subsidiariedad, en aplicacin del cual si el Presidente de la Repblica ha
hecho uso del recurso de reforma constitucional no procede an la justicia internacional.
Libertad de Expresin 429
58. La Constitucin Poltica de Chile de 1980 es considerada til para la resolucin del
presente caso, por lo cual es agregada al acervo probatorio, en aplicacin de lo dispuesto en el
artculo 44.1 del Reglamento (55).
59. Los anexos presentados por la Comisin en su escrito de 8 de enero de 2001 (supra
prr. 44), en relacin con los gastos incurridos, son considerados tiles para la resolucin del
presente caso, por lo cual la Corte los incorpora al acervo probatorio con fundamento en lo
dispuesto en el artculo 44.1 del Reglamento.
VII
Hechos Probados
60. Del examen de los documentos, de la declaracin de los testigos y peritos, y de las
manifestaciones del Estado y de la Comisin, en el curso del presente proceso, esta Corte considera
probados los siguientes hechos:
a. El artculo 19 nmero 12 de la Constitucin Poltica de Chile de 1980 establece un sistema
de censura para la exhibicin y publicidad de la produccin cinematogrfica. (56)
(54) cfr. Caso del Tribunal Constitucional, supra nota 4, prr. 48.
(55) cfr. Constitucin Poltica de la Repblica de Chile publicada en el Diario Oficial No.30.798 el 24 de octubre de
1980.
(56) cfr. Constitucin Poltica de la Repblica de Chile publicada en el Diario Oficial No.30.798 el 24 de octubre de 1980,
artculo 19 nmero 12, sptimo prrafo modificado mediante la ley de reforma constitucional No.18.825, D.O. 17-8-1989;
anexo II: copia de la sentencia de 20 de enero de 1997 dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago, mediante la cual se
acoge el recurso de proteccin interpuesto por los seores Sergio Garca Valds, Vicente Torres Irarrzabal, Francisco Javier
Donoso Barriga, Matas Prez Cruz, Jorge Reyes Zapata, Cristian Heerwagen Guzmn y Joel Gonzlez Castillo, en nombre
de Jesucristo, la Iglesia Catlica y por s mismos, y se deja sin efecto la resolucin administrativa del Consejo de Calificacin
Cinematogrfica adoptada el 11 de noviembre de 1996; anexo III: copia de la sentencia de 17 de junio de 1997 dictada por
la Corte Suprema de Justicia de Chile, mediante la cual confirma la sentencia de 20 de enero de 1997 dictada por la Corte de
Apelaciones que fue apelada; anexo IV: copia de un proyecto de reforma constitucional que elimina la censura cinematogrfica
sustituyndola por un sistema de calificacin que consagra el derecho a la libre creacin artstica y copia del mensaje no.
(58) cfr. anexo II: copia de la sentencia de 20 de enero de 1997 dictada por la Corte de Apelaciones de Santiago,
mediante la cual se acoge el recurso de proteccin interpuesto por los seores Sergio Garca Valds, Vicente Torres Irarrzabal,
Francisco Javier Donoso Barriga, Matas Prez Cruz, Jorge Reyes Zapata, Cristian Heerwagen Guzmn y Joel
Gonzlez Castillo, en nombre de Jesucristo, la Iglesia Catlica y por s mismos, y se deja sin efecto la resolucin administrativa
del Consejo de Calificacin Cinematogrfica adoptada el 11 de noviembre de 1996; y anexo III: copia de la sentencia
de 17 de junio de 1997 dictada por la Corte Suprema de Justicia de Chile, mediante la cual confirma la sentencia
de 20 de enero de 1997 dictada por la Corte de Apelaciones que fue apelada.
(59) cfr. anexo I: copia del documento de calificacin emitido por el Consejo de Calificacin Cinematogrfica el
11 de noviembre de 1996, mediante el cual se informa que dicho Consejo revis la pelcula La Ultima Tentacin de
Cristo y que la aprob solo para mayores de 18 aos; anexo II: copia de la sentencia de 20 de enero de 1997 dictada
por la Corte de Apelaciones de Santiago, mediante la cual se acoge el recurso de proteccin interpuesto por los seores
Sergio Garca Valds, Vicente Torres Irarrzabal, Francisco Javier Donoso Barriga, Matas Prez Cruz, Jorge Reyes
Zapata, Cristian Heerwagen Guzmn y Joel Gonzlez Castillo, en nombre de Jesucristo, la Iglesia Catlica y por s
mismos, y se deja sin efecto la resolucin administrativa del Consejo de Calificacin Cinematogrfica adoptada el
11 de noviembre de 1996; y anexo III: copia de la sentencia de 17 de junio de 1997 dictada por la Corte Suprema de
Justicia de Chile, mediante la cual confirma la sentencia de 20 de enero de 1997 dictada por la Corte de Apelaciones
que fue apelada.
la figura de Jesucristo, y por lo tanto afectaba a quienes peticionaron ante la Justicia, a los
creyentes y dems personas que lo consideran como su modelo de vida. La prohibicin
de la proyeccin de la pelcula se bas en la supuesta defensa del derecho al honor, a la
reputacin de Jesucristo;
i. el honor de los individuos debe ser protegido sin perjudicar el ejercicio de la libertad
de expresin y del derecho de recibir informacin. Adems, el artculo 14 de la Convencin
prev que toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su
perjuicio tiene el derecho de efectuar por el mismo rgano de difusin su rectificacin o
respuesta;
un sistema democrtico supone una sociedad abierta con libre intercambio de opiniones,
argumentos e informaciones;
c. el Gobierno no comparte la jurisprudencia de la Corte Suprema de Chile en el sentido
de dar preferencia al derecho a la honra sobre el derecho a la libertad de expresin;
d. el proyecto de reforma constitucional ya fue aprobado por la Cmara de Diputados.
Dicho proyecto consagra como garanta constitucional la libertad de crear y difundir las
artes sin censura previa y sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan
en el ejercicio de estas libertades; reemplaza la censura en la exhibicin de la produccin
cinematogrfica por un sistema de calificacin de dicha produccin; y elimina la censura
en la publicidad de la produccin cinematogrfica. Esta reforma dar certeza jurdica suficiente
para que las autoridades judiciales tengan las herramientas legales para resolver
conforme al ordenamiento interno e internacional los conflictos que se le presenten;
e. un acto contrario al derecho internacional producido por el Poder Judicial puede
generar responsabilidad internacional del Estado siempre y cuando ste en su conjunto
asuma los criterios dados por el Poder Judicial. En particular se requiere la aquiescencia
del rgano encargado de las relaciones internacionales que es el Poder Ejecutivo, lo que
no se da en el presente caso;
f. Chile no ha invocado el derecho interno para desvincularse de una obligacin surgida
de un tratado internacional; y
g. solicit a la Corte que declare que Chile se encuentra en un proceso para que, de
acuerdo al artculo 2 de la Convencin y a sus procedimientos constitucionales, se adopten
5. Estar prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apologa del
odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra
accin ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningn motivo,
inclusive los de raza, color, religin, idioma u origen nacional.
64. En cuanto al contenido del derecho a la libertad de pensamiento y de expresin, quienes
estn bajo la proteccin de la Convencin tienen no slo el derecho y la libertad de expresar
su propio pensamiento, sino tambin el derecho y la libertad de buscar, recibir y difundir
informaciones e ideas de toda ndole. Es por ello que la libertad de expresin tiene una dimensin
individual y una dimensin social, a saber:sta requiere, por un lado, que nadie sea arbitrariamente
menoscabado o impedido de manifestar su propio pensamiento y representa, por
tanto, un derecho de cada individuo; pero implica tambin, por otro lado, un derecho colectivo
a recibir cualquier informacin y a conocer la expresin del pensamiento ajeno (65).
65. Sobre la primera dimensin del derecho consagrado en el artculo mencionado, la individual,
la libertad de expresin no se agota en el reconocimiento terico del derecho a hablar
o escribir, sino que comprende adems, inseparablemente, el derecho a utilizar cualquier medio
apropiado para difundir el pensamiento y hacerlo llegar al mayor nmero de destinatarios.
En este sentido, la expresin y la difusin del pensamiento y de la informacin son indivisibles,
de modo que una restriccin de las posibilidades de divulgacin representa directamente, y en
la misma medida, un lmite al derecho de expresarse libremente.
66. Con respecto a la segunda dimensin del derecho consagrado en el artculo 13 de la Convencin,
la social, es menester sealar que la libertad de expresin es un medio para el intercambio
de ideas e informaciones entre las personas; comprende su derecho a tratar de comunicar a
otras sus puntos de vista, pero implica tambin el derecho de todas a conocer opiniones, relatos
y noticias. Para el ciudadano comn tiene tanta importancia el conocimiento de la opinin ajena
o de la informacin de que disponen otros como el derecho a difundir la propia.
67. La Corte considera que ambas dimensiones poseen igual importancia y deben ser garantizadas
en forma simultnea para dar efectividad total al derecho a la libertad de pensamiento
y de expresin en los trminos previstos por el artculo 13 de la Convencin.
68. La libertad de expresin, como piedra angular de una sociedad democrtica, es una
condicin esencial para que sta est suficientemente informada.
69. La Corte Europea de Derechos Humanos ha sealado que
[la] funcin supervisora [de la Corte le] impone [] prestar una atencin extrema a los
principios propios de una sociedad democrtica. La libertad de expresin constituye uno
de los fundamentos esenciales de tal sociedad, una de las condiciones primordiales para
su progreso y para el desarrollo de los hombres. El artculo 10.2 [de la Convencin Europea
de Derechos Humanos] (66) es vlido no slo para las informaciones o ideas que son favorablemente
recibidas o consideradas como inofensivas o indiferentes, sino tambin para
aquellas que chocan, inquietan u ofenden al Estado o a una fraccin cualquiera de la po(65) La colegiacin obligatoria de periodistas (arts.13 y 29 Convencin Americana sobre Derechos Humanos).
Opinin Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985. Serie A N 5, prr. 30.
(66) Dicho artculo dispone que: 2. El ejercicio de estas libertades, que entraan deberes y responsabilidades,
podr ser sometido a ciertas formalidades, condiciones, restricciones o sanciones, previstas por la ley, que constituyan
medidas necesarias, en una sociedad democrtica, para la seguridad nacional, la integridad territorial o la seguridad
pblica, la defensa del orden y la prevencin del delito, la proteccin de la salud o de la moral, la proteccin de la reputacin
o de los derechos de terceros, para impedir la divulgacin de informaciones confidenciales o para garantizar
la autoridad y la imparcialidad del poder judicial.
blacin. Tales son las demandas del pluralismo, la tolerancia y el espritu de apertura, sin
las cuales no existe una sociedad democrtica. Esto significa que toda formalidad, condicin,
restriccin o sancin impuesta en la materia debe ser proporcionada al fin legtimo
que se persigue.
Por otra parte, cualquiera que ejerce su libertad de expresin asume deberes y responsabilidades,
cuyo mbito depende de su situacin y del procedimiento tcnico utilizado (67).
70. Es importante mencionar que el artculo 13.4 de la Convencin establece una excepcin
a la censura previa, ya que la permite en el caso de los espectculos pblicos pero nicamente
con el fin de regular el acceso a ellos, para la proteccin moral de la infancia y la
adolescencia. En todos los dems casos, cualquier medida preventiva implica el menoscabo a
la libertad de pensamiento y de expresin.
71. En el presente caso, est probado que en Chile existe un sistema de censura previa para
la exhibicin y publicidad de la produccin cinematogrfica y que el Consejo de Calificacin
Cinematogrfica prohibi en principio la exhibicin de la pelcula La Ultima Tentacin de
Cristo y luego, al recalificarla, permiti su exhibicin para mayores de 18 aos (supra prr. 60 a,
c y d). Posteriormente, la Corte de Apelaciones de Santiago tom la decisin de dejar sin efecto
lo resuelto por el Consejo de Calificacin Cinematogrfica en noviembre de 1996 debido a un recurso
de proteccin interpuesto por los seores Sergio Garca Valds, Vicente Torres Irarrzabal,
Francisco Javier Donoso Barriga, Matas Prez Cruz, Jorge Reyes Zapata, Cristian Heerwagen
Guzmn y Joel Gonzlez Castillo, por y en nombre de [] Jesucristo, de la Iglesia Catlica, y por
s mismos; decisin que fue confirmada por la Corte Suprema de Justicia de Chile. Estima este
Tribunal que la prohibicin de la exhibicin de la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo constituy,
por lo tanto, una censura previa impuesta en violacin al artculo 13 de la Convencin.
72. Esta Corte entiende que la responsabilidad internacional del Estado puede generarse
por actos u omisiones de cualquier poder u rgano de ste, independientemente de su jerarqua,
que violen la Convencin Americana. Es decir, todo acto u omisin, imputable al Estado,
en violacin de las normas del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, compromete
la responsabilidad internacional del Estado. En el presente caso sta se gener en virtud de
que el artculo 19 nmero 12 de la Constitucin establece la censura previa en la produccin
cinematogrfica y, por lo tanto, determina los actos de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
73. A la luz de todas las consideraciones precedentes, la Corte declara que el Estado viol el
derecho a la libertad de pensamiento y de expresin consagrado en el artculo 13 de la Convencin
Americana, en perjuicio de los seores Juan Pablo Olmedo Bustos, Ciro Colombara Lpez, Claudio
Mrquez Vidal, Alex Muoz Wilson, Matas Insunza Tagle y Hernn Aguirre Fuentes.
IX
Articulo 12
Libertad de Conciencia y de Religin
Alegatos de la Comisin
(67) cfr. Eur. Court H.R., Handyside case, judgment of 7 December 1976, Series A N 24, prr. 49; Eur. Court H.R.,
The Sunday Times case, judgment of 26 April 1979, Series A no. 30, prrs. 59 y 65; Eur. Court H.R., Barthold judgment
of 25 March 1985, Series A no. 90, prr. 55; Eur. Court H.R., Lingens judgment of 8 July 1986, Series A no. 103, prr. 41;
Eur. Court H.R Mller and Others judgment of 24 May 1988, Series A no. 133, prr. 33; y Eur. Court HR, Otto-PremingerInstitut v. Austria judgment of 20 September 1994, Series A N 295-A, prr. 49.
y [de] religin de las [presuntas] vctimas y del resto de los habitantes de Chile, lo cual
viola el artculo 12 de la Convencin;
b. el reconocimiento de la libertad de conciencia se funda en el reconocimiento mismo
del ser humano como ser racional y autnomo. La proteccin del derecho a esta libertad
es la base del pluralismo necesario para la convivencia en una sociedad democrtica
que, como toda sociedad, se encuentra integrada por individuos de variadas convicciones
y creencias;
c. conforme al artculo 12 de la Convencin, el Estado debe tomar las medidas necesarias
y proporcionales para que las personas que profesan pblicamente sus creencias conduzcan
sus ritos y lleven a cabo su proselitismo dentro de los lmites que razonablemente
puedan imponerse en una sociedad democrtica. Esta norma exige abstencin estatal de
interferir de cualquier modo la adopcin, el mantenimiento o el cambio de convicciones
personales religiosas o de otro carcter. El Estado no debe utilizar su poder para proteger la
conciencia de ciertos ciudadanos;
d. en el presente caso la interferencia estatal no se refiere al ejercicio del derecho a
manifestar y practicar creencias religiosas, sino al acceso a la exhibicin calificada sujeta
a restricciones de edad y al pago de un derecho de entrada de la versin audiovisual de
una obra artstica con contenido religioso;
e. la interferencia estatal afecta a quienes mantienen creencias que se relacionan con
el contenido religioso de la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo, ya que se ven impedidos
de ejercitar el derecho a la libertad de conciencia al no poder ver la pelcula y formarse
su propia opinin sobre las ideas en ella expresadas. Asimismo, afecta a quienes pertenecen
a otros credos o no tienen convicciones religiosas, ya que se privilegia un credo en
perjuicio del libre acceso a la informacin del resto de las personas que tienen derecho a
acceder y formarse opinin sobre la obra;
f. los rganos del Poder Judicial prohibieron la exhibicin de la pelcula La Ultima
Tentacin de Cristo basados en que la visin de los personajes presentada en esta obra
artstica no se adecua a los estndares que en su opinin deberan haberse tenido en cuenta
para describirlos. Esto constituye una interferencia ilegtima al derecho de mantener o
cambiar las propias convicciones o creencias y afecta, per se, el derecho a la libertad de
conciencia de las personas supuestamente agraviadas por la prohibicin;
g. la Convencin no slo establece el derecho de los individuos a mantener o modificar
sus creencias de carcter religioso, sino a mantener o modificar cualquier tipo de
creencia; y
h. debido a que la decisin de la Corte Suprema priv a las presuntas vctimas y a la sociedad
en su conjunto del acceso a informacin que les pudiera haber permitido mantener,
cambiar o modificar sus creencias, en el presente caso se configura la violacin al artculo 12
de la Convencin. Prueba de ello son las declaraciones de los testigos Ciro Colombara y Matas
Insunza, quienes sealaron la forma en que la censura afect la libertad de conciencia de ambos.
Alegatos del Estado
Libertad de Expresin 439
2. Nadie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la libertad
de conservar su religin o sus creencias o de cambiar de religin o de creencias.
3. La libertad de manifestar la propia religin y las propias creencias est sujeta nicamente
a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad,
el orden, la salud o la moral pblicos o los derechos o libertades de los dems.
4. Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban
la educacin religiosa y moral que est de acuerdo con sus propias convicciones.
77. En el presente caso, la Comisin opina que al prohibirse la exhibicin de la pelcula La
Ultima Tentacin de Cristo, la cual es a su juicio una obra de arte con contenido religioso, prohibicin
basada en una serie de consideraciones que interfieren de manera impropia la libertad
de conciencia y de religin, se viol el artculo 12 de la Convencin. Por su parte, el Estado
opina que no se afect el derecho consagrado en dicho artculo al considerar que al prohibirse
la exhibicin de la pelcula no se viol el derecho de las personas a conservar, cambiar, profesar
y divulgar sus religiones o creencias. Corresponde a la Corte determinar si al prohibirse la
exhibicin de dicha pelcula se viol el artculo 12 de la Convencin.
78. En la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago de 20 de enero de 1997, confirmada
por la Corte Suprema de Justicia de Chile el 17 de junio de 1997, se seal que
en el filme la imagen de Cristo es deformada y minimizada al mximo. De esta manera,
el problema se plantea en si es posible, en aras de la libertad de expresin, deshacer las
creencias serias de una gran cantidad de hombres. La Constitucin busca proteger al hombre,
a sus instituciones y a sus creencias pues estos son los elementos mas centrales de la
convivencia y la pertenencia de los seres humanos en un mundo pluralista. Pluralismo no
es enlodar y destruir las creencias de otros ya sean estos mayoras o minoras sino asumirlas
como un aporte a la interaccin de la sociedad en cuya base est el respeto a la esencia y al
contexto de las ideas del otro.
440 Corte Suprema de Justicia de la Nacin - Secretara de Jurisprudencia
Nadie duda que la grandeza de una nacin se puede medir por el cuidado que ella
otorga a los valores que le permitieron ser y crecer. Si estos se descuidan [o] se dejan manosear
como se manosea y deforma la imagen de Cristo, la nacin peligra pues los valores en
que se sustenta se ignoran. Cuidar la necesidad de informacin o de expresin tiene una
estrechsima relacin con la veracidad de los hechos y por eso deja de ser informacin o
expresin la deformacin histrica de un hecho o de una persona. Por esto es que los sentenciadores
creen que el derecho de emitir opinin es el derecho a calificar una realidad
pero nunca el deformarla hacindola pasar por otra (68).
Con base en estas consideraciones que dicha Corte de Apelaciones, en fallo confirmado por la
Corte Suprema de Justicia, prohibi la exhibicin de la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo.
79. Segn el artculo 12 de la Convencin, el derecho a la libertad de conciencia y de religin
permite que las personas conserven, cambien, profesen y divulguen su religin o sus
creencias. Este derecho es uno de los cimientos de la sociedad democrtica. En su dimensin
religiosa, constituye un elemento trascendental en la proteccin de las convicciones de
los creyentes y en su forma de vida. En el presente caso, sin embargo, no existe prueba alguna
que acredite la violacin de ninguna de las libertades consagradas en el artculo 12 de la
Convencin. En efecto, entiende la Corte que la prohibicin de la exhibicin de la pelcula La
Ultima Tentacin de Cristo no priv o menoscab a ninguna persona su derecho de conservar,
cambiar, profesar o divulgar, con absoluta libertad, su religin o sus creencias.
80. Por todo lo expuesto, la Corte concluye que el Estado no viol el derecho a la libertad de
conciencia y de religin consagrado en el artculo 12 de la Convencin Americana.
X
Incump limiento de los Articulos 1.1 y 2
Obligacin de Respetar los Derechos y
Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno
1. Alegatos de la Comisin
81. En cuanto a los artculos 1.1 y 2 de la Convencin, la Comisin aleg que:
a. Chile no ha adoptado las medidas legislativas necesarias para garantizar y hacer
efectivo[s] los derechos y libertades establecidos en la Convencin en relacin [con] la
libertad de expresin;
c. Chile debi tomar las medidas necesarias para dictar las normas constitucionales
y legales pertinentes a fin de revocar el sistema de censura previa sobre las producciones
cinematogrficas y su publicidad y as adecuar su legislacin interna a la Convencin;
d. el Estado present un proyecto de reforma del artculo 19 nmero 12 inciso final de
la Constitucin Poltica, con el fin de eliminar la censura cinematogrfica sustituyndola
por un sistema de calificacin cinematogrfica. Sin embargo, al no haber aprobado todava
el Congreso Nacional dicho proyecto de reforma, Chile contina en contravencin del
artculo 2 de la Convencin;
e. las resoluciones de los tribunales de justicia generan responsabilidad internacional
del Estado. En este caso los tribunales no tomaron en consideracin lo sealado en la
Convencin respecto de la libertad de expresin y de conciencia, an cuando el artculo
5 inciso 2 de la Constitucin Poltica reconoce como lmite de la soberana el respeto de
los derechos esenciales que emanan de los tratados internacionales ratificados por Chile.
Es por ello que la sentencia definitiva de la Corte Suprema, al prohibir la exhibicin de la
pelcula, incumpli con la obligacin de adoptar las medidas de otro carcter necesarias
a fin de hacer efectivos los derechos y libertades consagrados en la Convencin;
f. si bien el Estado ha manifestado su intencin de cumplir con la norma internacional,
la no derogacin de una norma incompatible con la Convencin y la falta de adaptacin
de las normas y comportamientos internos por parte de los poderes Legislativo y Judicial
para hacer efectivas dichas normas, causan que el Estado viole la Convencin;
g. Chile es responsable de la violacin de los derechos protegidos en los artculos 12,
13 y 2 de la Convencin en relacin con el artculo 1.1 de la misma; y
h. los Estados deben respetar y garantizar todos los derechos y libertades reconocidos
en la Convencin a las personas bajo su jurisdiccin, as como cambiar o adecuar su legislacin
para hacer efectivo el goce y el ejercicio de esos derechos y libertades. En el presente
caso Chile no ha cumplido su obligacin de respetar y garantizar las libertades consagradas
en los artculos 12 y 13 de la Convencin.
Alegatos del Estado
82. Por su parte, el Estado aleg que:
a. el Derecho Internacional de los Derechos Humanos es parte del ordenamiento jurdico
chileno;
b. la Comisin, en su informe, seal que valora positivamente las iniciativas del
Estado tendientes a que los rganos competentes adopten, con arreglo a sus procedimientos
constitucionales y legales vigentes, las medidas legislativas o de otro carcter necesarias
para hacer efectivo el derecho a la libertad de expresin. Es por ello que Chile no comprende
por qu la Comisin se apresur a presentar la demanda, sobre todo teniendo en
cuenta el papel complementario de los rganos interamericanos de derechos humanos;
c. es el Estado el que tiene la obligacin de remediar el problema con los medios a su
alcance. El 20 de enero de 1997 la Corte de Apelaciones de Santiago dict la sentencia en el
presente caso y el Gobierno, al no asociarse con la solucin adoptada, el 14 de abril de 1997
present un proyecto de reforma constitucional al Congreso. No es posible que cuando en
un Estado se cometen errores o abusos por parte de una autoridad y las autoridades competentes
estn en un proceso para remediarlos, se interponga una demanda a un tribunal
internacional, desnaturalizando la funcin esencial del sistema internacional;
442 Corte Suprema de Justicia de la Nacin - Secretara de Jurisprudencia
87. En el derecho de gentes, una norma consuetudinaria prescribe que un Estado que ha
ratificado un tratado de derechos humanos debe introducir en su derecho interno las modificaciones
necesarias para asegurar el fiel cumplimiento de las obligaciones asumidas. Esta
norma es universalmente aceptada, con respaldo jurisprudencial (70). La Convencin Americana
establece la obligacin general de cada Estado Parte de adecuar su derecho interno
a las disposiciones de dicha Convencin, para garantizar los derechos en ella consagrados.
Este deber general del Estado Parte implica que las medidas de derecho interno han de ser
efectivas (principio del effet utile). Esto significa que el Estado ha de adoptar todas las medidas
para que lo establecido en la Convencin sea efectivamente cumplido en su ordenamiento
jurdico interno, tal como lo requiere el artculo 2 de la Convencin. Dichas medidas
slo son efectivas cuando el Estado adapta su actuacin a la normativa de proteccin de la
Convencin.
88. En el presente caso, al mantener la censura cinematogrfica en el ordenamiento jurdico
chileno (artculo 19 nmero 12 de la Constitucin Poltica y Decreto Ley nmero 679)
el Estado est incumpliendo con el deber de adecuar su derecho interno a la Convencin de
modo a hacer efectivos los derechos consagrados en la misma, como lo establecen los artculos
2 y 1.1 de la Convencin.
89. Esta Corte tiene presente que el 20 de enero de 1997 la Corte de Apelaciones de Santiago
dict sentencia en relacin con el presente caso, la que fue confirmada por la Corte Suprema
de Justicia de Chile el 17 de junio 1997. Por no estar de acuerdo con los fundamentos de estas
sentencias, el Gobierno de Chile present el 14 de abril de 1997 al Congreso un proyecto de
reforma constitucional para eliminar la censura cinematogrfica. La Corte valora y destaca
la importancia de la iniciativa del Gobierno de proponer la mencionada reforma constitucional,
porque puede conducir a adecuar el ordenamiento jurdico interno al contenido de la
Convencin Americana en materia de libertad de pensamiento y de expresin. El Tribunal
constata, sin embargo, que a pesar del tiempo transcurrido a partir de la presentacin del proyecto
de reforma al Congreso no se han adoptado an, conforme a lo previsto en el artculo 2
de la Convencin, las medidas necesarias para eliminar la censura cinematogrfica y permitir,
as, la exhibicin de la pelcula La Ultima Tentacin de Cristo.
90. En consecuencia, la Corte concluye que el Estado ha incumplido los deberes generales
de respetar y garantizar los derechos protegidos por la Convencin y de adecuar el ordenamiento
jurdico interno a las disposiciones de sta, consagrados en los artculos 1.1 y 2 de la
Convencin Americana sobre Derechos Humanos.
XI
Ap licacin del Artc ulo 63.1
Alegatos de la Comisin
91. La Comisin solicit a la Corte que dispusiera que el Estado, como consecuencia de las
violaciones a los artculos 12, 13, 2 y 1.1 de la Convencin, debe:
1. Autorizar la normal exhibicin cinematogrfica y publicidad de la pelcula La
Ultima Tentacin de Cristo.
(70) cfr. principe allant de soi; Echange des populations grecques et turques, avis consultatif, 1925, C.P.J.I., srie
B, no. 10, p. 20; y Caso Durand y Ugarte, supra nota 20, prr. 136.
Puntos Resolutivos
103. Por tanto, la corte , por unanimidad,
1. declara que el Estado viol el derecho a la libertad de pensamiento y de expresin consagrado
en el artculo 13 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio
de los seores Juan Pablo Olmedo Bustos, Ciro Colombara Lpez, Claudio Mrquez Vidal, Alex
Muoz Wilson, Matas Insunza Tagle y Hernn Aguirre Fuentes.
2. declara que el Estado no viol el derecho a la libertad de conciencia y de religin consagrado
en el artculo 12 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio de
los seores Juan Pablo Olmedo Bustos, Ciro Colombara Lpez, Claudio Mrquez Vidal, Alex
Muoz Wilson, Matas Insunza Tagle y Hernn Aguirre Fuentes.
3. declara que el Estado incumpli los deberes generales de los artculos 1.1 y 2 de la Convencin
Americana sobre Derechos Humanos en conexin con la violacin del derecho a la
libertad de pensamiento y de expresin sealada en el punto resolutivo 1 de la presente Sentencia.
4. decide que el Estado debe modificar su ordenamiento jurdico interno, en un plazo razonable,
con el fin de suprimir la censura previa para permitir la exhibicin de la pelcula La
Ultima Tentacin de Cristo, y debe rendir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
dentro de un plazo de seis meses a partir de la notificacin de la presente Sentencia, un informe
sobre las medidas tomadas a ese respecto.
5. decide, por equidad, que el Estado debe pagar la suma de US$ 4.290 (cuatro mil doscientos
noventa dlares de los Estados Unidos de Amrica), como reintegro de gastos generados
por las gestiones realizadas por las vctimas y sus representantes en los procesos internos y en
el proceso internacional ante el sistema interamericano de proteccin. Esta suma se pagar
por conducto de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos.
6. decide que supervisar el cumplimiento de esta Sentencia y slo despus dar por concluido
el caso.
El Juez Canado Trindade hizo conocer a la Corte su Voto Concurrente y el Juez De Roux
Rengifo su Voto Razonado, los cuales acompaan esta Sentencia.
Redactada en espaol e ingls, haciendo fe el texto en espaol, en San Jos, Costa Rica, el
5 de febrero de 2001.
Antnio A. Canado Trindade, Presidente, Mximo Pacheco Gmez, Hernn Salgado Pesantes,
Oliver Jackman, Alirio Abreu Burelli, Sergio Garca Ramrez, Carlos Vicente de Roux
Rengifo, Manuel E. Ventura Robles, Secretario.
Libertad de Expresin 447
de reflexiones, en mis Votos Disidentes en los casos El Amparo, Caballero Delgado y Santana, y
Genie Lacayo. No es mi intencin aqu reiterarlas, porque el objeto de mi disidencia en aquellos
casos (en mi entender una autolimitacin de la Corte del alcance de sus propias facultades
de proteccin), ya no existe en la jurisprudencia subsiguiente y contempornea de nuestro
Tribunal, que mucho ha evolucionado en este particular, sobre todo a partir del nuevo criterio
sobre la materia establecido en el caso Surez Rosero (cf. infra). Sin embargo, como se trata de
una cuestin central en el cas despce, creo de todo oportuno recordar los puntos principales
de aquellas reflexiones, en lo que inciden directamente en el examen de la materia en las circunstancias
del presente caso La Ultima Tentacin de Cristo.
3. En el caso El Amparo (Reparaciones, 1996) (73), relativo a Venezuela, sostuve, en mi referido
Voto Disidente, que la propia existencia de una disposicin legal de derecho interno
puede per se crear una situacin que afecta directamente los derechos protegidos por la Convencin
Americana, por el riesgo o la amenaza real que su aplicabilidad representa, sin que sea
necesario esperar la ocurrencia de un dao; de otro modo, no habra como sostener el deber
de prevencin, consagrado en la jurisprudencia de la propia Corte Interamericana (prrs. 2-3
y 6). Despus de referirme a la jurisprudencia internacional en defensa de esta posicin (prrs.
5 y 10), agregu que a partir del momento en que se constatan violaciones de los derechos
humanos protegidos, el examen de la incompatibilidad de normas de derecho interno con
la Convencin Americana deja de ser una cuestin abstracta; o sea, el cuestionamiento de
la compatibilidad con la Convencin de la vigencia de una norma de derecho interno, que
(73). Corte Interamericana de Derechos Humanos (CtIADH), Sentencia de 14.09.1996, Serie C, n. 28.
per se crea una situacin legal que afecta los derechos humanos protegidos es efectivamente
una cuestin concreta (prrs. 7-8).
4. Expres entonces, en aquel Voto, mi entendimiento en el sentido de que es la existencia
de vctimas la que provee el criterio decisivo para distinguir el examen simplemente in
abstracto de una disposicin legal, de la determinacin de la incompatibilidad de dicha disposicin
con la Convencin Americana (...) en el marco de un caso concreto (...). La existencia
de vctimas torna jurdicamente inconsecuente la distincin entre la ley y su aplicacin, en el
contexto del caso concreto (prrs. 7-8 y 11) (74). En el mismo caso El Amparo (Interpretacin
de Sentencia, 1997) (75), en Voto Disidente posterior, insist en mi entendimiento de que aquella
responsabilidad estatal se compromete a partir del momento en que el Estado deja de cumplir
una obligacin internacional independientemente de la ocurrencia de un dao adicional
(prrs. 24-25, 21 y 26). La Convencin Americana, juntamente con otros tratados de derechos
humanos, fueron concebidos y adoptados con base en la premisa de que los ordenamientos
jurdicos internos deben armonizarse con las disposiciones convencionales, y no viceversa
(prr. 13). En definitiva, advert,
no se puede legtimamente esperar que dichas disposiciones convencionales se adapten
o se subordinen a las soluciones de derecho constitucional o de derecho pblico interno,
que varan de pas a pas (...). La Convencin Americana, adems de otros tratados de
derechos humanos, buscan, a contrario sensu, tener en el derecho interno de los Estados
Partes el efecto de perfeccionarlo, para maximizar la proteccin de los derechos consagrados,
acarreando, en este propsito, siempre que necesario, la revisin o revogacin de leyes
nacionales (...) que no se conformen con sus estndares de proteccin (prr. 14).
5. Siendo as, sosteniendo la tesis de la responsabilidad internacional objetiva de los Estados
Partes como la que provee la base conceptual del deber de prevencin, acrecent que
Un Estado puede, por consiguiente, tener su responsabilidad internacional comprometida,
a mi modo de ver, por la simple aprobacin y promulgacin de una ley en desarmona
con sus obligaciones convencionales internacionales de proteccin, o por la
no-adecuacin de su derecho interno para asegurar el fiel cumplimiento de tales obligaciones,
o por la no-adopcin de la legislacin necesaria para dar cumplimiento a stas
ltimas. Es llegado el tiempo de dar precisin al alcance de las obligaciones legislativas de
los Estados Partes en tratados de derechos humanos. El tempus commisi delicti es, en mi
entendimiento, el de la aprobacin y promulgacin de una ley que, per se, por su propia
existencia, y su aplicabilidad, afecta los derechos humanos protegidos (en el contexto de
un determinado caso concreto, ante la existencia de vctimas de violaciones de los derechos
protegidos), sin que sea necesario esperar por la aplicacin subsiguiente de esta ley,
generando un dao adicional.
El Estado en cuestin debe remediar prontamente tal situacin, pues, si no lo hace,
puede configurarse una situacin continuada violatoria de los derechos humanos (denunciada
en un caso concreto). Es perfectamente posible concebir una situacin legisla(74). Y agregu: (...) En el ejercicio de la competencia contenciosa, la Corte puede determinar, a solicitud de
una parte, la incompatibilidad o no de una ley interna con la Convencin en las circunstancias del caso concreto. La
Convencin Americana efectivamente autoriza a la Corte, en el ejercicio de su competencia contenciosa, a determinar
si una ley, impugnada por la parte demandante, y que por su propia existencia afecta los derechos protegidos, es o no
contraria a la Convencin Americana sobre Derechos Humanos (prrs. 7-8 y 11).
(75). CtIADH, Resolucin de 16.04.1997, Serie C, n. 46.
un principio general (pacta sunt servanda) cuya fuente es metajurdica, al buscar basarse,
mas all del consentimiento individual de cada Estado, en consideraciones acerca del carcter
obligatorio de los deberes derivados de los tratados internacionales. En el presente
dominio de proteccin, los Estados Partes tienen la obligacin general, emanada de un
principio general del Derecho Internacional, de tomar todas las medidas de derecho interno
para garantizar la proteccin eficaz (effet utile) de los derechos consagrados (prr. 8).
9. Buscando enfatizar la importancia de la adopcin de dichas medidas positivas por
parte de los Estados, ponder que pueden ellas acarrear cambios en el derecho interno que
trascienden las circunstancias particulares de los casos concretos; la prctica internacional,
agregu, se encuentra repleta de casos en que las leyes nacionales fueron efectivamente
modificadas, de conformidad con las decisiones de los rganos internacionales de
supervisin de los derechos humanos en los casos individuales. La eficacia de los tratados
de derechos humanos se mide, en gran parte, por su impacto en el derecho interno de los
Estados Partes (prr. 5).
10. Sin embargo, en este inicio del siglo XXI, las circunstancias del presente caso La Ultima
Tentacin de Cristo parecen indicar que los avances en este particular son lentos. En el siglo
pasado, ya en 1937, un distinguido scholar de los derechos humanos ponderaba que el da
en que la evolucin histrica ingresara en una era de consolidacin consciente del derecho
internacional, los Estados no solamente adoptarn este ltimo como parte integrante de su
Constitucin, sino adems dejarn de adoptar leyes que impidan que el derecho internacional
forme parte integrante de su sistema de derecho interno (79). Hoy, en el ao 2001, podemos
decir, a la luz, v.g., del presente caso, que todava no logramos alcanzar este grado de desarrollo
del derecho interno de los Estados Partes en los tratados de derechos humanos. Hay, pues, que
seguir insistiendo en sus obligaciones legislativas y judiciales, a la par de las ejecutivas (80).
11. Tampoco sera exacto negar todo progreso en este dominio. Han habido avances, pero
lamentablemente seguimos lejos de realizar el ideal de la plena compatibilizacin del ordenamiento
jurdico interno con las normativa de proteccin internacional de los derechos humanos.
Uno de los avances se encuentra plasmado en la propia jurisprudencia ms reciente
de la Corte Interamericana sobre la materia (81). As, en el caso Loayza Tamayo versus Per
(79). Hersch Lauterpacht, Rgles gnrales du droit de la paix, 62 Recueil des Cours de lAcadmie de Droit International
de La Haye (1937) pp. 145-146; texto reproducido posteriormente, en ingls, in International Law Being the
Collected Papers of Hersch Lauterpacht, vol. I, Cambridge, University Press, 1970, p. 229.
(80). Cf., al respecto, v.g., Hildebrando Accioly, Tratado de Direito Internacional Pblico, 2a. ed., vol. I, Rio de
Janeiro, Ed. MRE, 1956, pp. 280-310; H. Dipla, La responsabilit de lEtat pour violation des droits de lhomme Problmes
dimputation, Paris, Pdone, 1994, pp. 17-32. Csar Seplveda, por ejemplo, fue muy claro al admitir la responsabilidad
de un Estado por la promulgacin de leyes contrarias a ese orden jurdico [internacional], y ms claramente, de
las que resultan en contraposicin a un tratado; y agreg que tambin se deduce responsabilidad para un miembro
de la comunidad internacional si no expide una ley para lo cual se haya comprometido por un pacto, o que deba
promulgar conforme al derecho internacional. De igual manera, puede resultar la responsabilidad cuando no acta
abrogando una ley que sea incompatible con obligaciones internacionales contradas por el Estado; C. Seplveda,
Derecho Internacional, 13a. ed., Mxico, Ed. Porra, 1983, pp. 237-238.
(81). En mi supracitado Voto Disidente en el caso El Amparo (Interpretacin de Sentencia, 1997), ponder que
la Corte Interamericana se encontraba, en aquel entonces (abril de 1997), en una encrucijada en relacin con la
cuestin aqu tratada: o segua insistiendo, en cuanto a las leyes nacionales de los Estados Partes en la Convencin
Americana, en la ocurrencia de un dao resultante de su efectiva aplicacin como precondicin para determinar na
incompatibilidad o no de dichas leyes con la Convencin (tal como sostuvo en los casos El Amparo y Genie Lacayo,
supra), o prevencin que incumbe a los Estados pasara a proceder a dicha determinacin (y de sus consecuencias
jurdicas en casos concretos) a partir de la propia existencia y aplicabilidad de las leyes nacionales, teniendo presente
el deber de Partes en la Convencin (tal como propugn en mis disidencias en los casos El Amparo, Caballero Delgado
y Santana, y Genie Lacayo, supra) (prr. 12).
dedic toda una seccin de la Sentencia (parte IX), al deber estatal de actuar en el mbito
del derecho interno, en la cual record, inter alia, que en el derecho de gentes, una norma
consuetudinaria prescribe que un Estado que ha celebrado un convenio internacional debe
introducir en su derecho interno las modificaciones necesarias para asegurar la ejecucin de
las obligaciones asumidas (prr. 68). Trtase, en suma, del deber del Estado de tomar medidas
positivas de proteccin efectiva (prr. 69) de los derechos humanos de todas las personas
sometidas a su jurisdiccin.
13. Pero el gran salto cualitativo en la jurisprudencia reciente de la Corte, en verdadero
divisor de aguas en la cuestin en aprecio, ocurri en el caso Surez Rosero versus Ecuador
(Fondo, 1997); en su Sentencia, la Corte, al declarar inter alia que una disposicin del Cdigo
Penal ecuatoriano era violatoria del artculo 2 de la Convencin Americana, en concordancia
con los artculos 7.5 y 1.1 de la misma (punto resolutivo n. 5), la Corte hizo notar no slo que
la disposicin legal impugnada haba sido aplicada en el cas despce, sino adems que, a su
juicio, aquella norma del Cdigo Penal ecuatoriano violaba per se el artculo 2 de la Convencin,
independientemente de que haya sido aplicada en el presente caso (prr. 98) (85). De
ese modo, la Corte endosaba, en fin, la tesis de la responsabilidad internacional objetiva del
Estado, admitiendo que una norma de derecho interno puede, en las circunstancias de un
caso concreto, por su propia existencia y aplicabilidad infringir la Convencin Americana sobre
Derechos Humanos.
14. Si alguna duda todava persista en cuanto a este punto, i.e., a que la propia existencia
y aplicabilidad de una norma de derecho interno (sea infraconstitucional o constitucional)
pueden per se comprometer la responsabilidad estatal bajo un tratado de derechos humanos,
los hechos del presente caso La Ultima Tentacin de Cristo contribuyen, a mi modo
de ver decisivamente, a disipar dicha duda. De los hechos en este caso La Ultima Tentacin
de Cristo se desprende, ms bien, que, en circunstancias como las del cas despce,
el intento de distinguir entre la existencia y la aplicacin efectiva de una norma de derecho
interno, para el fin de determinar la configuracin o no de la responsabilidad internacional
del Estado, resulta irrelevante, y revela una visin extremadamente formalista del Derecho,
vaca de sentido.
15. En efecto, en el presente caso La Ultima Tentacin de Cristo, se han introducido elementos
nuevos que requieren una profundizacin del examen de la cuestin en estudio. En
su escrito de 17.08.1999, el Estado demandado argument que no era posible configurar en
(82). CtIADH, Sentencia de 17.09.1997, Serie C, n. 33.
(83). CtIADH, Sentencia de 30.05.1999, Serie C, n. 52.
(84). CtIADH, Sentencia de 27.08.1998, Serie C, n. 39.
(85). Enfasis agregado.
el caso concreto su responsabilidad internacional por una sla sentencia del Poder Judicial,
sin el cumplimiento de otros requisitos; segn dicho escrito, a juicio del Estado, no bastaba
que una decisin judicial fuera estimada contraria al derecho internacional, pues tornbase
necesario que tal decisin fuera avalada por el respaldo o al menos la inactividad de los rganos
legislativo o ejecutivo. En otras palabras, segn el Estado, debera haber un concurso de
todos los poderes del Estado, en un mismo sentido, para que se configurara su responsabilidad
internacional.
16. Sin embargo, hay toda una jurisprudencia internacional secular que se orienta claramente
a contrario sensu, sosteniendo que el origen de la responsabilidad internacional del
Estado puede residir en cualquier acto u omisin de cualquier de los poderes u agentes del
Estado (sea del Ejecutivo, del Legislativo, o del Judicial) (86). Si fuera necesario buscar respaldo
para la afirmacin de la existencia de obligaciones legislativas en la jurisprudencia internacional
anterior, ah de todos modos lo encontraramos, v.g., a partir del locus classicus sobre la
materia, en la Sentencia en el caso relativo a Ciertos Intereses Alemanes en la Alta Silesia Polonesa
(Alemania versus Polonia, 1926), y en la Opinin Consultiva sobre los Colonos Alemanes
en Polonia (1923), ambas de la antigua Corte Permanente de Justicia Internacional (CPJI) (87).
Acudir a la jurisprudencia internacional clsica sobre la materia, sin embargo, no me parece
estrictamente necesario, tal como ya lo seal en otra ocasin (88): dada la especificidad del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, los pronunciamientos, al respecto, por parte
de distintos rganos de supervisin internacional de los derechos humanos, me parecen
the res judicata authority of their decisions. The cases in which certain States have resorted
to arguments based on principles of this kind, and have found arbitral tribunals willing to
accept them, belong to the distant past. Today, the belief that the respective positions of
the different powers of the State have significance only for constitutional law and none for
international law (which sees the State only in its entity) is firmly rooted in international
jurisprudence, the practice of States and the doctrine of international law.
(...) The doctrine of the impossibility of invoking international responsibility for the
acts of legislative or judicial organs has not been advanced for a long time. On the other
African Commission on Human and Peoples Rights (1986-1997), Series A, vol. 1, Banjul, 1997, pp. 55-59 y 101-104. Y la
antigua Comisin Europea de Derechos Humanos, an en el examen de peticiones que desestim como inadmisibles,
admiti, sin embargo, que, en principio, un individuo puede quejarse de una ley que, por su propia existencia, sera incompatible
con la Convencin Europea de Derechos Humanos, si corre el riesgo de ser directamente afectado por ella.
Cf., en este sentido, v.g., application n. 24877/94, A. Casotti y Otros versus Italia, decisin de 16.10.1996, in 87 Decisions
and Reports (1996) pp. 63 y 65; y application n. 24581/94, N. Gialouris, G. Christopoulos y 3333 Otros Funcionarios de la
Aduana versus Grecia, decisin de 06.04.1995, in 81-B Decisions and Reports (1995) pp. 123 y 127.
(90). Eduardo Jimnez de Archaga, International Responsibility, in Manual of Public International Law (ed.
Max Sorensen), London/N.Y., MacMillan/St. Martins Press, 1968, p. 551.
(91). Ibid., p. 551.
hand, the possibility of invoking international responsibility for such acts has been directly
or indirectly recognized on many occasions. (...) (92).
20. En el correcto entendimiento del jurista italiano, expuesto a partir de su Segundo Informe
(de 1970), sobre El Origen de la Responsabilidad Internacional, cualquier conducta de un Estado
clasificada por el derecho internacional como internacionalmente ilcita acarrea la responsabilidad
de dicho Estado en el derecho internacional; as, cualquier acto (u omisin) internacionalmente
ilcito constituye una fuente de responsabilidad internacional; como ilustracin, Ago
cit la falta de un Estado de cumplir con la obligacin internacional de adoptar ciertas medidas
legislativas requeridas por el tratado en cuestin, en el cual es Parte (93). El dao puede ser tomado
en cuenta, para el propsito de la fijacin de las reparaciones, pero no es un prerequisito para
la determinacin de que se cometi un acto internacionalmente ilcito (94).
21. Constituye, adems, un principio general del derecho de la responsabilidad internacional,
la independencia de la caracterizacin de determinado acto (u omisin) como ilcito
en el derecho internacional de la caracterizacin similar o no de tal acto por el derecho
interno del Estado (95). El hecho de que una determinada conducta estatal se conforma con
las disposiciones de derecho interno, o inclusive es por este ltimo requerida, no significa que
se pueda negar su carcter internacionalmente ilcito, siempre y cuando constituya una violacin
de una obligacin internacional; tal como seala el clebre obiter dictum de la antigua
Corte Permanente de Justicia Internacional (CPJI) en el caso de Ciertos Intereses Alemanes en
la Alta Silesia Polaca (Fondo, 1926), desde el prisma del derecho internacional, las normas de
derecho interno no son nada ms que simples hechos (96). As, no es tarea del derecho internacional
ocuparse de la organizacin del Estado (97).
22. Efectivamente, la cuestin de la distribucin de competencias, y el principio bsico de
la separacin de poderes, son de la mayor relevancia en el mbito del derecho constitucional,
pero en el del derecho internacional no pasan de hechos, que no tienen incidencia en la configuracin
de la responsabilidad internacional del Estado. Los intentos frustrados, en un pasado
ya distante, de situar los poderes legislativo y judicial del Estado al margen de contactos
internacionales (bajo la influencia, hasta cierto punto, de algunas de las primeras manifestaciones
del positivismo jurdico), no tendran el menor sentido en nuestros das. Pertenecen a
un mundo que ya no existe.
23. Ya hace dcadas el mundo cambi sustancialmente, y nadie, en sana conciencia, pretendera
hoy da avanzar un entendimiento en aquel sentido. El Estado, como un todo indivisi(92). Roberto Ago (special rapporteur), Third Report on State Responsibility: The Internationally Wrongful Act
of the State, Source of International Responsibility, in United Nations, Yearbook of the International Law Commission
(1971)-II, part I, pp. 246-247, prrs. 144 y 146.
(93). Roberto Ago (special rapporteur), Second Report on State Responsibility: The Origin of International Responsibility,
in United Nations, Yearbook of the International Law Commission (1970)-II, pp. 179, 187 y 194, prrs. 12,
31 y 50.
(94). Roberto Ago, Third Report on State Responsibility..., op. cit. supra n. (17), p. 223, prr. 74.
(95). Ibid., pp. 226, 232 y 238, prrs. 86, 88, 103-104 y 120.
(96). Ibid., pp. 227, 237 y 246, prrs. 92, 117 y 145. Del mismo modo, es jurisprudence constante de la Corte
Internacional de Justicia (CIJ) el principio segn el cual un Estado no puede invocar dificultades de derecho interno
para evadirse de la observancia de sus obligaciones internacionales, principio este que se encuentra consagrado en
las dos Convenciones de Viena sobre Derecho de los Tratados (de 1969 y 1986, artculo 27), y que fue igualmente recogido,
en su labor de codificacin, en 1957 y 1961, por el anterior rapporteur especial sobre la materia de la Comisin
de Derecho Internacional de las Naciones Unidas, el jurista cubano F.V. Garca Amador, debidamente recordado por
Roberto Ago (ibid., pp. 228 y 231, prrs. 94 y 100).
(97). Tal como lo record R. Ago, in ibid., p. 236, prr. 113.
ble, permanece un centro de imputacin, debiendo responder por los actos u omisiones internacionalmente
ilcitos, de cualquiera de sus poderes, o de sus agentes, independientemente
de jerarqua. Como muy bien seal el jurista suizo Max Huber, en su clebre laudo arbitral de
1925 en el caso de la Isla de Palmas (Holanda versus Estados Unidos), las competencias ejercidas
por los Estados (territoriales y jurisdiccionales) tienen como contrapartida los deberes
que a ellos incumben, emanados del derecho internacional, en sus relaciones con otros Estados
(98), y, yo me permitira agregar, tambin, bajo el impacto del Derecho Internacional de
los Derechos Humanos en las ltimas dcadas, en relacin con todos los seres humanos bajo
sus respectivas jurisdicciones.
24. Hoy se reconoce como una contribucin un elemento aclarador de la prolongada
labor, todava inacabada, de la Comisin de Derecho Internacional (CDI) de las Naciones Unidas
sobre la Responsabilidad del Estado (en particular de su parte I), la distincin adoptada
entre reglas primarias del derecho internacional, las que imponen obligaciones especficas
a los Estados, y reglas secundarias del derecho internacional, las que determinan las consecuencias
jurdicas del incumplimiento estatal de las obligaciones establecidas por las reglas
primarias. Esta distincin contribuye a aclarar que la responsabilidad estatal se compromete a
partir del momento del ilcito (acto u omisin) internacional, surgiendo de ah una obligacin
subsidiaria de hacer cesar las consecuencias de la violacin (lo que puede significar, en las
circunstancias de un caso concreto, v.g., modificar una ley nacional) y reparar los daos.
25. La presente Sentencia de la Corte Interamericana sobre el fondo en el caso La Ultima
Tentacin de Cristo representa, en este particular, a mi modo de ver, un sensible avance
jurisprudencial. Como se sabe, una vez configurada la responsabilidad internacional de un
Estado Parte en un tratado de derechos humanos, dicho Estado tiene el deber de restablecer
la situacin que garantice a las vctimas en el goce de su derecho lesionado (restitutio in
integrum), haciendo cesar la situacin violatoria de tal derecho, as como, en su caso, de
reparar las consecuencias de dicha violacin. La presente Sentencia de la Corte, adems de
establecer la indisociabilidad entre los deberes generales de los artculos 1.1 y 2 de la Convencin
Americana (prrs. 85-90), ubica a estos deberes en el marco de las reparaciones,
bajo el artculo 63.1 de la Convencin: la Corte correctamente determina que, en las circunstancias
del cas despce, las modificaciones en el ordenamiento jurdico interno requeridas
para armonizarlo con la normativa de proteccin de la Convencin Americana constituyen
una forma de reparacin no-pecuniaria bajo la Convencin (99) (prrs. 96-98). Y en un caso
como el presente, atinente a la salvaguardia del derecho a la libertad de pensamiento y de
expresin, dicha reparacin no-pecuniaria es considerablemente ms importante que una
indemnizacin.
26. Otra distincin encontrada en la parte I del anteriormente mencionado proyecto de
la CDI, entre las obligaciones de comportamiento y las de resultado, a pesar de todo el debate
doctrinal que ha suscitado en las tres ltimas dcadas, ha, por lo menos, ejercido el rol de
demostrar la necesidad de promover una mejor articulacin entre los ordenamientos jurdi(98). U.N., Reports of International Arbitral Awards / Recueil des sentences arbitrales, vol. II, pp. 838-839.
(99). Precisamente en este sentido ya me haba pronunciado en mi Voto Disidente en el caso Caballero Delgado
y Santana versus Colombia (Reparaciones, 1997 CtIADH, Sentencia de 29.01.1997, Serie C, n. 31), prrs. 6 y 9 (sobre
la indisociabilidad entre los deberes generales de los artculos 1.1 y 2 de la Convencin Americana), y prrs. 13-14 y
20 (sobre las modificaciones de normas del derecho interno como forma de reparacin no-pecuniaria bajo la Convencin).
cos interno e internacional (100). Considero dicha articulacin de particular importancia para
el futuro de la salvaguardia internacional de los derechos humanos, con nfasis especial en
las obligaciones positivas de proteccin por parte del Estado, con base en su responsabilidad
internacional objetiva configurada a partir de la violacin de sus obligaciones internacionales
(101).
27. La adecuacin de las normas de derecho interno a lo dispuesto en los tratados de derechos
humanos puede efectivamente ser considerada una obligacin de resultado. Pero sto no
significa que pueda ser su cumplimiento postergado indefinidamente. Toda la construccin
doctrinal y jurisprudencial de las ltimas dcadas acerca de las obligaciones positivas de los
Estados Partes en tratados de derechos humanos representa una reaccin contra la inercia, o
la morosidad, o las omisiones del poder pblico en el presente dominio de proteccin. Dicha
construccin contribuye a explicar y fundamentar las obligaciones legislativas de los Estados
Partes en tratados de derechos humanos.
28. Rstame considerar en este Voto Concurrente un ltimo punto, que fue objeto de atencin
y debate en la audiencia pblica ante la Corte Interamericana sobre el presente caso La
Ultima Tentacin de Cristo, realizada los das 18 y 19 de noviembre de 1999: refirome al argumento
del Estado demandado segn el cual los recursos internos no estaran agotados, dado
el hecho de que un proyecto de reforma constitucional se encontraba pendiente ante el Poder
Legislativo (para reemplazar el sistema vigente de censura cinematogrfica); adems, como el
Poder Ejecutivo no comparta la interpretacin del Poder Judicial sobre la materia, buscando
remediar la situacin, estara el Estado eximido de responsabilidad internacional (102).
29. El Gobierno de Chile afirm, en la referida audiencia ante la Corte, no tener discrepancias
sustantivas, de fondo, con la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),
acerca de la necesidad de asegurar la libertad de expresin, y tanto era as que el Gobierno se
disociaba del Poder Judicial en este particular, y buscaba una solucin al problema planteado
en el cas despce (103). El agente del Estado de Chile, Dr. Edmundo Vargas Carreo, coment
oportunamente que el tema de la responsabilidad internacional del Estado en general es el
(100). P.-M. Dupuy, Le fait gnrateur de la responsabilit internationale des Etats, 188 Recueil des Cours de
lAcadmie de Droit International de La Haye (1984) pp. 50 y 25; y cf. P.A. Fernndez Snchez, Las Obligaciones de los
Estados en el Marco del Convenio Europeo de Derechos Humanos, Madrid, Ministerio de Justicia Publs., 1987, pp. 59-83
y 193-194.
(101). Cf., al respecto, v.g., Jules Basdevant, Rgles gnrales du droit de la paix, 58 Recueil des Cours de lAcadmie
de Droit International de La Haye (1936) pp. 670-674; Eduardo Jimnez de Archaga, El Derecho Internacional Contemporneo,
Madrid, Ed. Tecnos, 1980, pp. 319-325, y cf. pp. 328-329; Ian Brownlie, System of the Law of Nations State
Responsibility Part I, Oxford, Clarendon Press, 1983, p. 43; Ian Brownlie, Principles of Public International Law, 4a.
ed., Oxford, Clarendon Press, 1995 (reprint), p. 439; Paul Guggenheim, Trait de Droit International Public, tomo II,
Genve, Georg, 1954, pp. 52 y 54; L.G. Loucaides, Essays on the Developing Law of Human Rights, Dordrecht, Nijhoff,
1995, pp. 146 y 149-152; Paul Reuter, Principes de Droit international public, 103 Recueil des Cours de lAcadmie de
Droit International de La Haye (1961) pp. 592-594 y 598-603; C.W. Jenks, Liability for Ultra Hazardous Activities in
International Law, 117 Recueil des Cours de lAcadmie de Droit International de La Haye (1966) pp. 105-110 y 176-196;
Karl Zemanek, La responsabilit des Etats pour faits internationalement illicites, ainsi que pour faits internationalement
licites, in Responsabilit internationale (org. Prosper Weil), Paris, Pdone, 1987, pp. 36-38 y 44-46; Benedetto
Conforti, Diritto Internazionale, 5a. ed., Napoli, Ed. Scientifica, 1997, pp. 360-363; J.A. Pastor Ridruejo, Curso de Derecho
Internacional Pblico y Organizaciones Internacionales, 6a. ed., Madrid, Tecnos, 1996, pp. 571-573.
(102). Cf. CtIADH, Transcripcin de los Alegatos Finales en el Caso La Ultima Tentacin de Cristo - Audiencia
Pblica sobre el Fondo Celebrada el 18 y 19 de Noviembre de 1999, San Jos de Costa Rica, pp. 68-69 [cf.], 70, 76-77 y
79-80.
(103). Ibid., pp. 76-77 y 79.
tema hoy ms difcil del derecho internacional (104), tanto es as que, despus de dcadas,
la CDI todava no ha concludo su labor de codificacin sobre la materia.
30. El tema de la responsabilidad internacional del Estado, adems de complejo, siempre
me pareci un captulo verdaderamente central y fundamental de todo el Derecho Internacional
Pblico. El grado de consenso que se logre alcanzar en relacin con sus mltiples aspectos,
a empezar por las propias bases de la configuracin de dicha responsabilidad, parceme
revelador en ltima instancia del grado de evolucin y cohesin de la propia comunidad
internacional. No obstante la innegable y alta calidad jurdica que supieron imprimir a sus
presentaciones en la memorable audiencia pblica ante la Corte sobre el fondo del caso La
Ultima Tentacin de Cristo, tanto la CIDH como el Gobierno de Chile, en sus alegatos orales,
as como, a sus declaraciones, tanto los testigos y peritos propuestos por la CIDH como los peritos
originalmente presentados por el Gobierno chileno y convocados por la Corte, no puedo
eximirme de formular algunas precisiones que me parecen de todo necesarias, dadas la complejidad
y alta relevancia de la materia tratada.
31. En primer lugar, la regla del previo agotamiento de los recursos de derecho interno, tal
como est consagrada en el artculo 46 de la Convencin Americana, comprende los recursos
judiciales disponibles, adecuados y eficaces, de conformidad con los principios de derecho internacional
que vinculan el Estado Parte. Estas ltimas, al consagrar y definir claramente un derecho
individual, susceptible de vindicacin ante un tribunal o juez nacional, son directamente
aplicables en el plano del derecho interno.
37. Si mayores avances no se han logrado hasta la fecha en el presente dominio de proteccin,
no es sto atribuible a obstculos jurdicos, que en realidad no existen, sino ms bien a la falta
de voluntad (animus) del poder pblico de promover y asegurar una proteccin ms eficaz de los
derechos humanos. Esto se aplica hoy da a la casi totalidad de los pases latinoamericanos, y, endichos
recursos). La regla de los recursos internos da testimonio de la interaccin entre el derecho internacional y
el derecho interno en el presente contexto de proteccin. Estamos aqu ante un derecho de proteccin, dotado de
especificidad propia, orientado fundamentalmente hacia las vctimas, a los derechos de los seres humanos y no de
los Estados. Los principios generalmente reconocidos del derecho internacional (a los cuales se refiere la formulacin
de la regla de los recursos internos en tratados de derechos humanos como la Convencin Americana), adems de
seguir una evolucin propia en los distintos contextos en que se aplican, necesariamente sufren, cuando insertados
en tratados de derechos humanos, un cierto grado de ajuste o adaptacin, dictado por el carcter especial del objeto y
propsito de dichos tratados y por la ampliamente reconocida especificidad de la proteccin internacional de los derechos
humanos. A.A. Canado Trindade, The Application of the Rule of Exhaustion of Local Remedies in International
Law, Cambridge, University Press, 1983, pp. 1-443, esp. pp. 6-56, 279-287, 290-322 y 410-412.
(109). A.A. Canado Trindade, The Birth of State Responsibility and the Nature of the Local Remedies Rule, 56
Revue de Droit international de sciences diplomatiques et politiques - Sottile (1978) pp. 157-188.
(110). Cf. CtIADH, Transcripcin de los Alegatos Finales..., op. cit. supra n. (28), pp. 15-16.
tiendo, tambin a los pases caribeos (111), lo que destaca la necesidad apremiante de un cambio
de mentalidad, al cual ya me refer. Una nueva mentalidad emergir, en lo que concierne al Poder
Judicial, a partir de la comprensin de que la aplicacin directa de las normas internacionales de
proteccin de los derechos humanos es benfica para los habitantes de todos los pases, y que, en
vez del apego a construcciones y silogismos jurdico-formales y a un normativismo hermtico, lo
que verdaderamente se requiere es proceder a la correcta interpretacin de las normas aplicables a
fin de asegurar la plena proteccin del ser humano, sean ellas de origen internacional o nacional.
38. En un libro visionario publicado en 1944, el jurista chileno Alejandro Alvarez propugnaba
con vehemencia por una reconstruccin del derecho de gentes y una renovacin del propio
orden social (112). Vivimos hoy, al inicio del siglo XXI, en un mundo enteramente distinto
de aquel de medio siglo atrs, pero el tema que en sus das inspir A. Alvarez y que hoy sera
desarrollado de modo distinto, a la luz de la propia evolucin del derecho de gentes en las cinco
ltimas dcadas, es efectivamente un tema recurrente, que sigue reteniendo en nuestros
das una gran actualidad.
39. No veo cmo dejar de sostener e impulsar, nuevamente, en el amanecer de un nuevo
siglo, una reconstruccin y renovacin del derecho de gentes, a partir, a mi modo de ver, de
un enfoque necesariamente antropocntrico, y con nfasis en la identidad del objetivo ltimo
tanto del derecho internacional como del derecho pblico interno en cuanto a la salvaguardia
de los derechos del ser humano. Siendo as, la normativa internacional de proteccin, incorporada
al derecho interno, no podr dejar de ser directamente aplicada por los tribunales nacionales
en todos los pases de Amrica Latina y del Caribe, que han dado el buen ejemplo de
profesar su compromiso con los derechos humanos mediante la ratificacin de la Convencin
Americana, o adhesin a la misma.
40. El caso La Ultima Tentacin de Cristo, que la Corte Interamericana viene de decidir en
la presente Sentencia sobre el fondo, es verdaderamente emblemtico, no slo por constituir el
primer caso sobre libertad de pensamiento y de expresin resuelto por la Corte, en la primera
sesin de trabajo por sta realizada en el siglo XXI, como tambin y sobre todo por incidir
sobre una cuestin comn a tantos pases latinoamericanos y caribeos, y que alcanza los
fundamentos del derecho de la responsabilidad internacional del Estado y el propio origen de
dicha responsabilidad. A la luz de las reflexiones desarrolladas en este Voto Concurrente, me
permito concluir, en resumen, que:
primero, la responsabilidad internacional de un Estado Parte en un tratado de derechos
humanos surge al momento de la ocurrencia de un hecho acto u omisin ilcito
internacional (tempus commisi delicti), imputable a dicho Estado, en violacin del tratado
en cuestin;
segundo, cualquier acto u omisin del Estado, por parte de cualquier de los Poderes
Ejecutivo, Legislativo o Judicial o agentes del Estado, independientemente de
su jerarqua, en violacin de un tratado de derechos humanos, genera la responsabilidad
dcimotercero, en este inicio del siglo XXI, se requieren una reconstruccin y renovacin
del derecho de gentes, a partir de un enfoque necesariamente antropocntrico, y
no ms estatocntrico como en el pasado, dada la identidad del objetivo ltimo tanto del
derecho internacional como del derecho pblico interno en cuanto a la salvaguardia plena
de los derechos de la persona humana.
Antnio Augusto Canado Trindade, Juez, Manuel E. Ventura Robles, Secretario.
VOTO RAZONADO DEL JUEZ DE ROUX RENGIFO
He acompaado a la Corte en la decisin de abstenerse de declarar que el Estado viol el
artculo 12 de la Convencin Americana por una razn especfica: para haber votado en contrario
hubiera requerido que obraran en el expediente pruebas precisas sobre el hecho de que,
al prohibirse la exhibicin de La Ultima Tentacin de Cristo, se menoscab efectivamente,
en perjuicio de las vctimas concretas del presente caso, el derecho a cambiar de religin o de
creencias.
El artculo 12 de la Convencin contempla varias hiptesis de violacin del derecho a la
libertad de conciencia y de religin, entre las cuales se cuenta la que consiste en impedir que
alguien cambie de creencias religiosas. Para lograr este ltimo efecto, no es menester que se
constria fsica o mentalmente a la persona de que se trata a permanecer atada a confesin
que profesa. Esta sera la forma ms evidente, pero no la nica, de afectar su libertad de conciencia
y de religin. El cambio de religin o de creencias suele ser el resultado de un proceso
prolongado y complejo, que incluye vacilaciones, cavilaciones y bsquedas. El Estado debe garantizar
que cada quien pueda conducir ese proceso, si decide emprenderlo, en una atmsfera
de completa libertad y, en particular, que no se le coarte a nadie la posibilidad de acopiar, sin
infringir los derechos de los dems, todos los elementos vivenciales y emocionales, conceptuales
e informativos o de cualquier otro orden que considere necesarios para optar adecuadamente
por el cambio o la conservacin de su fe. Si el Estado falta, por accin u omisin, a esos
deberes, viola el derecho a la libertad de religin y de conciencia.
Hay que tener presente, al respecto, que el artculo 12 de la Convencin Americana no
se limita a consagrar, en abstracto, la libertad de conservar o cambiar de creencias, sino que
protege explcitamente, contra toda restriccin o interferencia, el proceso de mudar de religin.
No es otro el sentido del numeral 2 del mencionado artculo 12, cuando establece, en lo
pertinente, que [n]adie puede ser objeto de medidas restrictivas que puedan menoscabar la
libertad de [...] cambiar de religin o de creencias.
Creo, con todo, que para arribar, en el presente caso, a conclusiones ciertas sobre la violacin
de la libertad de religin y de conciencia, la Corte necesitaba disponer de pruebas ms
prolijas y contundentes que las que tuvo a la vista sobre la situacin personal de los peticionarios,
sobre los procesos en que se encontraban eventualmente envueltos en relacin con
sus creencias y sobre las limitaciones a las que estuvieron o dejaron de estar sometidos para
recoger, por medios distintos a la exhibicin pblica de La Ultima Tentacin de Cristo, los
elementos que sta podra proporcionarles a los efectos de un cambio de credo religioso.
Carlos Vicente de Roux Rengifo, Juez, Manuel E. Ventura Robles, Secretario.