Riffaterre, Modelos Hermenéuticos
Riffaterre, Modelos Hermenéuticos
Riffaterre, Modelos Hermenéuticos
Una de las preguntas ms arduas de la crtica, o de la teora de la literatura, es: Por qu, a pesar
de la diversidad de culturas, los tiempos que cambian, las ideologas envolventes por qu los
lectores concuerdan tan a menudo en la interpretacin de una obra de arte literaria? Mi explicacin
tentativa es que cada texto literario contiene ciertos componentes subliminales que guan al lector
hacia una interpretacin singular y estable de ese texto. [2]Estos componentes le permiten
encontrar, bajo un escrutinio dentro de sus propios archivos mentales, dentro de las pilas de mitos
y estereotipos que configuran su competencia lingstica, homlogos del texto. Estos homlogos
son secuencias verbales, descriptivas o narrativas o ambas, fragmentos de representacin que
existen potencialmente dentro del sociolecto o de forma actual dentro del intertexto. Ellos descifran
completamente lo que el texto dice slo de forma incompleta; o dicen de un modo claro lo que el
texto dice oscuramente; o proveen el contexto dentro del cual el texto puede adquirir sentido. Por lo
tanto, el sociolecto o el intertexto ofrecen un marco de pensamiento (frame of thgought) o un
sistema de significacin que dice al lector cmo o dnde buscar una solucin, o desde qu ngulo
el texto puede ser visto como descifrable. A este marco, o sistema, o ngulo de visin, lo llamo
modelo hermenutico.
No estoy sugiriendo que un modelo tal est involucrado cada vez que interpretamos un texto, sino,
ms bien, que un modelo es requerido cada vez que nos volvemos conscientes de nuestra propia
actividad interpretativa, en cualquier instante en que un texto nos parece oscuro, o ambiguo, y a
veces, incluso, cuando nuestro problema es, simplemente, que llegamos a una interpretacin recta
sin poder dar cuenta de lo que justifica o motiva el giro particular de una frase o imagen, o la
seleccin de este o aquel episodio fictivo. Para ponerlo de otro modo, parece existir una correlacin
entre un deseo patente por la interpretacin y el descubrimiento o recuperacin del modelo para
ella. De hecho, el modelo est hecho de las presuposiciones de la palabra, frase, proposicin o
texto que se resiste a ser descifrado, o cuya razn de ser es difcil de juzgar, o parece totalmente
ausente. Es obvio, eso s, que una presuposicin es lo que tiene que ser verdad para que una
proposicin sea verdadera o falsa (vase Culler 1981, esp. 100-118; Riffaterre 1981b).
De todas las vallas que el interprete podra tener que despejar, la ambigedad es la ms frustrante,
y es tambin la que con ms frecuencia es racionalizada como un ingrediente de la literaturidad.
Esto no es sorprendente, ya que tal racionalizacin calza con una escala de valores estticos
preconcebidos, que puede resumirse en la frase: entre ms mejor. Entre ms significados contenga
una forma, ms alto califica; el discurso es artstico si elimina la menor cantidad de significados
competentes que seran excluidos por los constreimientos de la realidad en la comunicacin
pragmtica.
Si el lector se encuentra incapaz de elegir entre significados mutuamente excluyentes dentro del
mismo signo, puede suceder que el contexto est construido de tal modo que no le permita
resolver el problema nunca. En tal caso la ambigedad es el significador, y el texto es literario,
meramente, porque cancela la comunicacin y ofrece al lenguaje como un objeto, no como un
medio para otra cosa. Un asunto de interpretacin suspendida. Pero tambin puede ser que la
ambigedad resulte de un modo de lectura irrelevante, de una lectura lineal. En tal caso, la
interpretacin puede conseguirse, aunque fugazmente, cuando el lector es forzado a leer de un
ngulo distinto, a abandonar su lectura lineal. Un modelo lo fuerza un modelo silptico. [3]
As sucede, creo, con una vctima favorita de las glosas, un pasaje de los versos de Rimbaud
titulados Mmoire (1972:87) [4] . Es un Domingo por la tarde, la familia est en una paseo de
campo: la madre est de pie, rgida, con su quitasol, demasiado tensa para sentarse sobre la
hierba y arriesgarse a manchar su vestido. Los nios estn sentados, pero bajo control, leyendo un
libro. La planicie contiene, adems del grupo familiar, un detalle descriptivo cuya misma lectura en
voz alta demanda una eleccin indecidible (indeterminada):
la prairie prochaine o neigent les fils du travail
(la pradera cercana donde los hijos del trabajo [o quizs: los hilos del trabajo] se convierten en
nieve literalmente: nievan) [5]
Es suficientemente malo que no podamos aprehender rpidamente o visualizar la imagen de la
nieve. Peor an, que no podamos ni siquiera decir si la palabra deletreada f-i-l-s se supone que sea
pronunciada como [fis] los hijos o como [fil] los hilos El deletreo calza con dos palabras
pronunciadas diferente pero indistinguibles para el ojo. Fils, hijos es la eleccin ms tentadora, ya
que reconocemos en hijos del trabajo un clich suficientemente familiar, que us la literatura
burguesa de la Revolucin Industrial para referirse al proletariado. [6] Pero qu estn haciendo
estos hijos del trabajo en la pradera? Y si ests dispuesto a conceder que incluso los oprimidos
pueden entregarse ocasionalmente a un Domingo sobre la hierba, porqu habran de volverse
blancos mientras estn en eso? La lectura de fil, hilo, podra hacerse cargo del efecto de la nieve,
pero hilos del trabajo, tampoco hace mucho sentido. Un comentador elige el hilo y lo pronuncia
como un producto del trabajo: en los campos vecinos (ya no hay ms pradera) segadores o
trigadores estn lanzando al aire filamentos como hilos. Estos van arriba, suben y luego caen
gruesos como la nieve. Otro acadmico opta por hijos del trabajo, pero los inviste con ropas radas:
sus camisas blancas parecen parches de nieve sobre la hierba (Fowlie 1965:124; Peyre 1960:2829; vase tambin Cohn 1973:233, fn. 7). Es fcil rerse, pero estos son reconocibles esfuerzos por
construir una proposicin que pueda reconciliar los dos hechos de la indecidibilidad
(indeterminacin). Separarlos, dividirlos, formando una proposicin que subordine uno al otro: esta
es, de hecho, la solucin propuesta por el sociolecto. La nica razn por la que los comentadores
se equivocan es porque el sociolecto ha cambiado desde 1872.
Los lectores originales de Rimbaud deben haber sabido inmediatamente de qu se trataba todo:
porque el efecto de la nieve es presupuesto por una imagen tipo, y esta imagen por su parte
presupone la proposicin que tanteamos. De hecho, esta proposicin, literalmente, describe de
manera acuciosa un mtodo para blanquear lino ya hace largo obsoleto; en el tiempo de Rimbaud
era una industria (un trabajo) de pequeo pueblo ya establecida, especialmente entre los tejedores
de su regin nativa. Antes de que el blanqueamiento qumico llegara, lo recientemente hilado era
extendido sobre la hierba para emblanquecerse al sol. Aqu no hay ninguna analoga lejana: tan
fuertemente pintoresca era esta escena una pradera cubierta de sbanas blancas que este
fragmento de discurso tcnico ya haba adquirido un grado literario. Es un lugar comn en
descripciones de la luz de luna cayendo sobre la hierba, encontrada tempranamente en el siglo
diecisiete en una carta de Madame de Svign que se volvi una lectura escolar compulsiva, y que
Proust todava cita al pie de la letra (Proust 1955, vol. 1:653-654) nicamente este lugar comn
puede explicar un pasaje de Chateaubriand que figura a la luna dormida, yaciendo repartida como
lino. [7] Estas asociaciones verbales no pueden ser mera coincidencia. Todas ellas pertenecen
obviamente a un sistema descriptivo subliminal: este sistema transforma una tautologa de la matriz
como blanqueando en la blanqueadora en una declaracin literal como los tejedores estn
blanqueando telas sobre la hierba, o en la versin metafrica de Rimbaud: (la prairie prochain ou
neigent les fils du travail) la pradera vecina donde nievan los hijos/hilos del trabajo. Hay una sola
diferencia entre la proposicin explicativa, que separa tejedores del lino blanco, y la palabra
ambigua de Rimbaud, que no las separa y que no las explica. Slo una diferencia, pero resulta una
capital, porque es el artefacto central de su constructo literario. En vez de una explicacin
desarrollada en un sintagma, l ha elegido una palabra singular que permite dos lecturas.
poema resuena una nota de impaciencia: alguien se va en un viaje imaginario. La segunda estrofa
es una secuencia de sueos de otros climas, de otras vidas: y estas visualizadas en un teatro de
sombras, la linterna mgica de la imaginacin lanzando siluetas sobre la pared que encara al
soador. Estas imgenes son fciles de entender, pero todas ellas rompen la gramtica o las
asociaciones lxicas normales. En la tercera (y ltima) estrofa, los sueos de evasin se truecan
de ensoaciones diurnas a los fantasmas de seudo-alucinaciones: estos disuelven las fronteras
fsicas que separan el fogn protector (hogar) y el hogar (casa) del mundo externo. Al costo de
peores agramaticalidades, incluso de sin-sentidos, la fantasa de bsqueda por los horizontes
perdidos es descrita en trminos apropiados slo para el acomodado mundo interno de la veille.
El punto clave, el momento cuando la veille se resbala de las relajadas ensoaciones diurnas
hacia una fantasa de viaje, est marcado por las palabras: () La vie. Etait-ce donc ceci? -- Et le
rve frachit ( La vida. As que era esto? -- Y el sueo refresca) Frachit es un verbo que ha sido
malentendido, por algunos crticos, como si significara volviendo fro, confundidos por la raz frais
fro o incluso helado. Y as, ellos, han ledo una insatisfaccin del ensoador diurno, una desidia
inducida por demasiado confort, el taedium vitae del sedentario. Pero esto no explica por qu en la
mezcla del mundo externo y la imaginera del hogar acogedor de la estrofa final, las imgenes
hogareas se mantienen positivas y seductoras. No hay ningn tedio vital ah. Por supuesto, para
comenzar, frachir est malentendido. Sin embargo, adems, para tratar de interpretarlo
correctamente, tendremos que resolver por qu una palabra as de simple y ordinaria ha hecho que
tantos crticos se equivoquen. [11]
Lectores ms cuidadosos reconocern el significado pertinente del verbo: lejos de sugerir un
enfriamiento un extrao volverse agrio, deflacin del ensueo el verbo frachir conlleva un
sentido de tensin en incremento, de fantasa acelerndose, de una ascensin del sueo-escape.
Pero, entonces, para todas sus acuciosas lecturas, ellos se perdern en una discusin innecesaria
sobre por qu Rimbaud reniega de la ensoacin diurna, intercambindola por la visin nocturna.
Tentados por el verbo, estos crticos se han dejado llevar por el paradigma francs donde rve
sueo es ms fuerte o profundo que rverie, y donde los dos ocurren conjuntamente en el mismo
contexto, rve denota el dormir-sueo. Y eso paradjicamente cancela la veille, y todo el objetivo
de la pieza. (por ejemplo, Guyaux [1978:311-321]; Adam [1972:997]; Plessen [1967:122]; etc.).
La equvoca primera lectura de los comentadores y las muy sutiles distinciones del segundo grupo,
tienen la misma causa: el verbo frachir es visto como una metfora, la que de hecho lo es, si rve
fuera su sujeto; el aura del tropo focaliza la atencin del crtico sobre la metfora sola. Entonces,
este trata, y trata en vano, de reconciliar la metfora con el resto del texto.
Sin embargo, aislar los tropos es la debilidad del crtico profesional, no es una lectura natural. Si no
holgazaneamos a un lado del camino, recogiendo tropos, recolectando figuras, en el modo de las
disertaciones tradicionales sobre arte literario, si leemos, entonces, naturalmente, el lenguaje
entregar las pistas que necesitamos para la interpretacin. Un segundo tipo de modelo
hermenutico est en operacin, al que propongo llamar modelo hipogramtico. Hipogramtico
porque un signo dectico apunta a un texto latente, hacia un hipograma subyacente al texto, y
desde este extrae el texto su significancia. [12]
El hipograma aqu, puesto de forma bastante simple, es la presuposicin del verbo frachir. Por que
frachir viene a significar el incremento de un momentum de verdad, pero nicamente dentro de un
contexto, y tolerar un slo sujeto. Nuestro verbo es un trmino tcnico tomado del lenguaje de los
marineros, y se refiere slo a un viento refrescante, sea brisa o ventarrn. Frachir no slo
presupone vent, sino que comprende navegar (a vela), o mejor, salir a navegar (a vela) en alta mar,
atado a una aventura.
Por lo tanto, un fragmento textual es delineado dentro del sociolecto. Cualquier substitucin en la
actualizacin del hipograma necesariamente coloca una equivalencia entre el viento presupuesto y
su substituto entre rve que es expresado, y vent, que ha sido reprimido y desplazado hacia el
intertexto.
El momento en que el verbo presupuesto ha establecido la sinonimia entre sueo y navegacin (a
vela), se produce una superacin/suspensin [13] semitica. Esto hace perfectamente lgicas a las
imgenes que aparecan absolutamente sin-sentido; limpia el texto de las contradicciones que
existan slo al nivel de la mimesis vista desde el punto de la referencialidad. Esta
superacin/suspensin (un trmino no tan grandilocuente, ya que el fenmeno altera la naturaleza
del discurso) es la transformacin de una polaridad estructural en una ecuacin. La polaridad
opone los dos semas fundamentales sobre los cuales el significado de la palabra-ttulo descansa,
las dos implicaciones del significado de veille. Los semas deberan ser siempre definidos en
trminos abstractos, ya que son constituyentes estructurales; as los defino como dos variantes de
un principio de placer: uno, el placer del sedentarismo; el otro, el placer del impulso migratorio, del
deseo de errar. En trminos algo menos facinerosos, esto sugiere que el impacto potico de veille
como una palabra se debe a las direcciones conflictivas de la seguridad domstica y de un mundo
en cualquier otro lado (Coriolanus). No es por casualidad que el tema de la veille est en el lugar
de lo familiar y en una plataforma para lo misterioso.
Ahora, entonces, nuestro modelo hermenutico cambia la oposicin sedentario vs. migratorio a una
equivalencia. En la literatura romntica francesa, esta misma semiosis gener el tema del viajero
de silln, claramente ejemplificado desde Xavier de Maistre hasta Musset. En el poema que
estamos revisando, tambin se genera, y al mismo tiempo nos muestra cmo interpretar las
imgenes de la segunda estrofa, donde lo externo invade a lo interno. Sobre todo, hace obvia la
significancia de las imgenes sin-sentido de la tercera estrofa:
Les lampes et les tapis de la veille font le bruit des vagues, la nuit, le long de la coque et autour
du steerage.
(Las lmparas y las alfombras de la velada hacen el ruido de las olas, por la noche, a lo largo del
casco y en derredor del steerage [14])
Dos secuencias aparentemente incompatibles, cada una tematizando desde un sema diferente, y
ahora hechas compatibles por predicacin, son una expansin textual visible de la matriz, de la
transformacin apuntada por el modelo. As, la significancia y la unidad del poema se demuestran
una y la misma.
Aqu es importante hacer dos observaciones teorticas. Primero, esta transformacin importa hacia
una mimesis secundaria. Mientras la representacin del clido hogar se abre hacia el ocano
profundo [15] , mientras la mimesis presuponiendo referencialidad colapsa en direccin a una
contradiccin imposible, hacia el sin-sentido, se desarrolla una mimesis secundaria, basada
exclusivamente sobre la convencin especial preparada por el modelo, sobre un postulado que
sera arbitrario si no fuera la consecuencia inevitable de una presuposicin.
Segundo, la presencia subliminal del modelo hipogramtico tiene este importante resultado: la
metfora de frachir no es, a pesar de las apariencias, el agente activo que pone en movimiento a
la maquinaria potica. El motor que hace al poema lo que es, est ubicado en el sociolecto. Es el
intertexto que crea simultneamente el texto y provee la clave para su interpretacin. Sospecho
que esta teora, sostenida por exploraciones futuras, pueda degradar la importancia de los tropos
en general como constituyentes de la literaturidad. En cualquier grado, en vez de ser el foco del
poema, o por lo menos un componente inmediato de su significancia, esta metfora particular es
solo un elemento mediador. Es la primera seal que notifica al lector donde buscar pistas para la
significancia del poema. Y segundo, es el interpretante [16] , el signo mediador que establece una
relacin, vlida solamente dentro de los lmites del poema, slo por el idiolecto del poema, y de
hecho definiendo la regla fundamental de ese idiolecto.
Pienso que podramos identificar otros tipos de modelos hermenuticos. Los dos que acabo de
describir son probablemente los dominantes, ya que corresponden a las dificultades ms extremas
que puede encontrar un interprete de la literatura: ambigedad y oscuridad. No obstante, todos los
tipos tienen estas caractersticas en comn: Uno; dado que la caracterstica nica que entrega la
esttica de un texto es percibida en contraste al sociolecto, es, sin embargo, el sociolecto el que
provee las estructuras sobre las cuales el idiolecto del texto y el metalenguaje del interprete se
fundan. Es como si el sociolecto representara una plataforma intermediaria preliteraria entre el
lenguaje y el discurso literario. Dos; por muy subliminal que sea el modelo, siempre hay una
anomala en el texto que apunta hacia el modelo. Y finalmente, me gustara subrayar que a pesar
de que una ventaja del concepto de presuposicin es que es ms amplio que el de intertextualidad,
su principal inters es este: como un principio de anterioridad lgica, tiene, sobre esta, una
cualidad mecnica, obligatoria (como cuando tenemos que aceptar que nio implica padre) que
recorre un largo camino para contabilizarse entre los imperativos de la interpretacin.
[1] Riffaterre, Michael, Hermeutic Models en Poetics Today, Vol. 4:1 (1983) 7-16. Traduccin y
notas por Vicente Bernaschina Schrmann.
[2] Sobre la interpretacin, cfr. Hirsch (1967) (como tambin la discusin sobre el punto de vista de
Hirsch por Monroe C. Beardsley y otros en Genre I [1968:169-255], y Hirsch 1976. Asimismo
Suleiman y Crosman, eds. (1980), para la relacin entre lectura e interpretacin; y Jameson (1981),
sobre el papel jugado por el sociolecto en el proceso hermenutico. (Nota del original)
[3] De acuerdo al Diccionario de la Lengua Espaola de la RAE silepsis (del lat. syllepsis,
comprensin). f., y este del gr. Gram. Figura de construccin que consiste en quebrantar
las leyes de concordancia en el gnero o el nmero de las palabras // (Y ms propio para nuestras
intenciones) 2.- Ret. Tropo que consiste en usar a la vez una misma palabra en sentido recto y
figurado. (N. del T.)
[4] Dejo la cita bibliogrfica del texto original, aunque sealo que adjuntar y comparar al trabajo
realizado por Riffaterre con la versin de este poema de Javier del Prado, en: Rimbaud, Arthur,
Poesas completas (edicin bilinge), Madrid, Ctedra, 2001, pp. 488-493. (N. del T.)
[5] De hecho la traduccin de Javier del Prado dice: la pradera donde nievan los hilos del trabajo
(N. del T.)
[6] Por ejemplo, Robert Burns, The Cotters Saturday Night, lnea 20: hardy sons of rustic toil
(duros hijos del trabajo rstico [traduccin literal]), cfr. Hawthorne, The Blithedale Romance,
captulo 24: in the sweat of my brow I had there earned bread [] and my fellowship with all the
sons of labor (con el sudor de mi frente me haba ganado el pan [] y mi compaerismo con
todos los hijos del trabajo); Dickens, Hard Times, Libro 2, captulo 4, etc. (Nota del original)
[7] dans une vaste prairie naturelle, la clart de la lune dormait sans mouvement sur les gazons o
elle tait etendue comme des toiles (en un vasta pradera natural, la claridad de la luna dorma sin
movimiento sobre la hierba donde estaba extendida como telas de lino traduccin literal)
(Chauteaubriand 1872: vol. 2, 424). Chateuabriand, tomando otra expresin para la misma luz de
luna en sus Mmoires dOure-Tombe, Libro 39, captulo 5 (1951:725), dice: la lune neige sa
lumire, moon is snowing its light (la luna nieva su luz): el verbo impersonal intransitivo
paradojalmente es dado a un objeto y a un sujeto personal. Por lo que el intertexto actualiza
simultneamente dos sintagmas aberrantes que encontramos actualizados alternativamente en la
decodificacin sucesiva de la silepsis de Rimbaud (les fils neigent, il neige des fils) [los hilos (se)
nievan, nievan los hilos] Sobre este intertexto particular, vase Henri Meschonnic (1973:103ss, esp.
105-106). (Nota del original)
[8] Sobre la indeterminacin (indecidibilidad), sobre todo en Rimbaud, vase Todorov (1978:204222), y Riffaterre (1981:227-242). (Nota del original)
[9] Veilles se ha vuelto un ttulo genrico, por ejemplo, las Veilles du chteau de Madame de
Genilis (1884), una coleccin de cuentos cortos, o Veiles des chaumires, una revista de cuentos,
acrsticos, puzles, etc., para el entretenimiento familiar. (Nota del original)
[10] En el caso de Veillies utilizar la traduccin de Mauro Armio, en: Rimbaud, Arthur, Una
temporada en el infierno. Iluminaciones (edicin bilinge), Madrid, Espasa Calpe, 1998, pp. 202205. (N. del T.)
[11] Por ejemplo, Suzanne Bernard, (1969:506, fn. 2) en su edicin de las Oeuvres de Rimbaud;
Cohn (1973:118); Wing (1974:118); etc., Albert Py, en su edicin de Iluminaciones (1967:147, 180)
no logra reconciliarse totalmente con el significado real. Como un resultado, fabrica una silepsis.
(Nota del original)
[12] Vase la discusin de Paul de Man de mi definicin de hipograma como opuesto al paragrama
de Saussure (e Man 1981:24-26).
[13] Riffaterre utiliza aqu la nocin upheaval, la que se condice con el concepto alemn aufhebung,
que si lo consideramos desde Hegel, adquiere este carcter de suspensin y superacin a la vez.
[14] El signo steerage refiere a la proa, el entrepuente, como tambin al gobierno, la direccin. (N.
del T.)
[15] En la prxima oracin, las paredes se disuelven simblicamente en arbustos llenos de aves,
en imgenes de vuelo (cfr. otro poema de iluminaciones, Nocturne vulgaire).(Nota del original)
[16] En el sentido semitico, que no debe confundirse con el interprete (Eco 1970:70ss). (Nota del
original)
Cyber Humanitatis N 31 (Invierno de 2004)