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Clase 9 : Neurosis en la infancia

17 CONFERENCIA. EL SENTIDO DE LOS SNTOMAS. FREUD


Los sntomas neurticos tienen su sentido, como las operaciones fallidas y los
sueos, y al igual que estos, su nexo con la vida de las personas que los
exhiben.
La neurosis obsesiva, a diferencia de la histeria, se porta ms como un
asunto privado del enfermo, renuncia casi por completo a manifestarse en el
cuerpo y crea todos sus sntomas en el mbito del alma.
La neurosis obsesiva se exterioriza del siguiente modo:
Los enfermos son ocupados por pensamientos que en verdad no les interesan,
sienten en el interior de s impulsos que les parecen muy extraos, y son
movidos a realizar ciertas acciones cuya ejecucin no les depara contento
alguno, pero les es enteramente imposible omitirlas. Los pensamientos
(representaciones obsesivas) pueden en s ser disparatados o tambin slo
indiferentes para el individuo; a menudo son lisa y llanamente necios, y en
todos los casos son el disparador de una esforzada actividad de pensamiento
que deja exhausto al enfermo y a la que se entrega de muy mala gana. Se ve
esforzado contra su voluntad a sutilizar y especular, como si se tratara de sus
ms importantes tareas vitales. Los impulsos que siente en el interior de s
pueden igualmente hacer una impresin infantil y disparatada, pero casi
siempre tienen el ms espantable contenido, como tentaciones a cometer
graves crmenes, de suerte que el enfermo no slo los desmiente como ajenos,
sino que huye de ellos, horrorizado, y se protege de ejecutarlos mediante
prohibiciones, renuncias y restricciones de su libertad. Pero, con todo eso,
jams, llegan esos impulsos a ejecutarse; el resultado es siempre el triunfo de
la huida y la precaucin. Lo que el enfermo en realidad ejecuta, las llamadas
acciones obsesivas, son unas cosas nfimas, inofensivas, repeticiones, floreos
ceremoniosos sobre actividades de la vida cotidiana a raz de lo cual, estos
manejos necesarios, el meterse en la cama, el lavarse, el ir de paseo, se
convierten en tareas en extremo fastidiosas y casi insolubles. Las
representaciones, impulsos y acciones enfermizos en modo alguno se mezclan
por partes iguales en cada forma y caso singular de la neurosis obsesiva. Ms
bien es regla que uno u otro de estos factores domine el cuadro y d su
nombre a la enfermedad; pero lo comn a todas estas enfermedades es harto
inequvoco.
Se trata indudablemente de un pensar estrafalario. No se podra lograr algo
con el enfermo exhortndolo a distraerse, a no ocuparse de esos estpidos
pensamientos y a hacer algo racional en vez de dedicarse a tales jugueteos.
Bien lo querra l, pues tiene perfectamente claro el juicio de ustedes sobre sus
sntomas obsesivos, lo comparte y an se los formula. Slo que no puede hacer
otra cosa; lo que en la neurosis obsesiva abre paso hasta la accin es
sostenido por una energa que probablemente no tiene paralelo en la vida
normal del alma. El enfermo slo puede hacer una cosa: desplazar, permutar,
poner en lugar de una idea estpida otra de algn modo menos debilitada,
avanzar desde una precaucin o prohibicin hasta otra, ejecutar un ceremonial

en vez de otro. Puede desplazar la obsesin, pero no suprimirla. La


desplazabilidad de todos los sntomas bien lejos de su conformacin originaria
es un carcter principal de su enfermedad; adems, salta a la vista que las
oposiciones (polaridades) de que est atravesada la vida del alma se han
aguzado particularmente en el estado del obsesivo, junto a la obsesin de
contenido positivo y negativo, se hace valer en el campo intelectual la duda,
que poco a poco corroe an aquello de que solemos estar seguros al mximo.
El todo desemboca en una creciente indecisin, en una falta cada vez mayor de
energa, en una restriccin de la libertad.
Mediante el psicoanlisis se ha hecho la experiencia de que es posible eliminar
duraderamente estos extraos sntomas obsesivos.
2 Ejemplo.
Caso: Mujer, 19 aos, lozana, bien dotada, hija nica, que aventaja a sus
padres en materia de cultura y vivacidad intelectual. Ha desarrollado un
ceremonial para dormir que aflige a sus padres. Si bien toda persona normal
tiene un ceremonial para dormir, cuando las circunstancias exteriores le
imponen un cambio, la persona se adecua a l con facilidad. Un ceremonial
patolgico es inflexible, sabe imponerse an a costa de los mayores sacrificios,
se cubre de igual modo con una fundamentacin racional, y si se lo considera
superficialmente, parece apartarse de lo normal slo por cierta extremada
precaucin.
La paciente dice que para dormir le hace falta silencio y tiene que eliminar
todas las fuentes de ruido. Con este propsito hace dos cosas: El reloj grande
de la habitacin es detenido, y todos los otros relojes se sacan de ella; ni
siquiera tolera sobre la mesa de noche su pequeo reloj de pulsera. Floreros y
vasos son acomodados sobre su escritorio de suerte que por la noche no
puedan caerse, romperse y as turbarle el sueo. Exige que las puertas
entreabiertas las puertas que comunican su dormitorio con el de sus padres. La
almohada de la cabecera no puede tocar el travesao. La almohadita ms
pequea en que apoya la cabeza no puede situarse sobre aquella si no es
formando un rombo y ella pone su cabeza exactamente siguiendo la diagonal
mayor del rombo. El edredn tiene que ser sacudido antes de que se meta en
el acama, de manera que quede bien grueso a los pies, pero ella no deja de
emparejar de nuevo esta acumulacin de plumas aplastndola.
Interpretacin: Reloj Smbolo de los genitales femeninos, el tic tac del
reloj, se equipara con el latir del cltoris en la excitacin sexual, y como
repetidas veces la haba despertado esta sensacin penosa para ella, ahora
esa angustia de ereccin se exteriorizaba en el mandato de alejar de su
cercana durante la noche todo reloj en funcionamiento. Floreros y vasos son,
como las vasijas, smbolos femeninos. Conocemos muy bien la costumbre de
romper una vasija o plato con ocasin de los esponsales. Cada uno de los
hombres presentes se apodera de un fragmento, y se entiende ese acto como
renuncia a sus pretensiones sobre la novia. Cuando la paciente era una nia se
le haba cado una vasija de vidrio y se haba cortado un dedo que le sangr
copiosamente. Cuando creci y tom conocimiento de los hechos del comercio
sexual, se instal en ella la idea angustiosa de que en la noche de bodas no

sangrara ni demostrara su virginidad. Sus cautelas hacia la rotura de los


vasos, significan un rechazo de todo el complejo que se entrama con la
virginidad y el sangrar en el primer coito; es tanto un rechazo de la angustia de
sangrar como de la contraria, la de no sangrar. La almohada haba sido
siempre para ella una mujer, y el respaldo un hombre. Quera entonces,
mantener separados hombre y mujer, separar a sus padres. Aos anteriores
ella dorma en medio de los dos. Luego no permita que se cerrasen las puertas
que comunicaban su cuarto con el de sus padres, esto le procur la
oportunidad de espiar con las orejas, lo cual le atrajo un insomnio que dur
meses. Cuando creci, cambi la cama con su madre, ella dorma con su
padre. Sacudir el edredn de plumas para que provocase una hinchazn
significaba prear a la mujer; pero ella no dejaba de volver a eliminar esa
preez, ya que durante aos haba vivido temor de que el comercio sexual de
los padres diera por fruto otro hijo y as le deparara un competidor. Si la
almohada grande era la mujer, la almohada pequea representaba la hija. La
colocaba en forma de rombo, que representa el dibujo de los genitales
femeninos abiertos, ella misma, con su cabeza haca el papel del hombre, el
padre, y sustitua el miembro viril.
En el ceremonial no se ha precipitado una fantasa nica, sino toda una serie
de ellas, que tienen en algn lugar su punto nodal. Los preceptos del
ceremonial reflejan los deseos sexuales ora positiva, ora negativamente, en
parte como subrogacin de ellos y en parte como defensa contra ellos. Esta
muchacha ha cado en un vnculo ertico con el padre, cuyos comienzos se
remontan a su primera infancia. Quiz justamente por eso se muestra tan
inamistosa hacia su madre.
El sentido del sntoma reside en un vnculo con el vivenciar del enfermo.
Cuanto ms individual sea el cuo del sntoma, tanto ms fcilmente
esperaremos establecer ese nexo. La tarea que se nos plantea no es otra que
esta: para una idea sin sentido y una accin carente de fin, descubrir aquella
situacin del pasado en que la idea estaba justificada y la accin responda a
un fin.
Los sntomas tpicos desaparecen o al menos se reducen tanto que resulta
difcil conectarlos con el vivenciar del enfermo y referirlos a unas situaciones
vivenciadas singulares.
Todos estos enfermos tienen la inclinacin a repetir, a ritmar ciertos manejos y
evitar otros. La mayora de ellos se lavan con exceso, todos los sntomas tpicos
parecen resistirse a una fcil reconduccin histrica. Justamente mediante
estos sntomas tpicos nos orientamos para formular el diagnstico.
Podemos esclarecer satisfactoriamente el sentido de los sntomas neurticos
individuales por su referencia al vivenciar, pero nuestro arte nos deja en la
estacada respecto de los sntomas tpicos, con mucho los ms frecuentes. Es
difcil suponer una diversidad fundamental entre una y otra clase de sntomas.
Si los sntomas individuales dependen de manera tan innegable del vivenciar
del enfermo, para los sntomas tpicos queda la posibilidad de que se remonten
a un vivenciar tpico en s mismo, comn a todos los hombres. Otro de los
rasgos que reaparecen con regularidad en las neurosis podran ser reacciones
universales que le son impuestas al enfermo por naturaleza de la alteracin
patolgica, como el repetir o el dudar en el caso de la neurosis obsesiva.

(Hace una comparacin con el sueo) En la doctrina del sueo tropezamos


con una dificultad muy semejante. El contenido manifiesto de los sueos es
variado en extremo y diferente segn los individuos. Hay sueos a los que se
llama tpicos, que aparecen de igual manera en todos los hombres; sueos
de contenido uniforme que oponen dificultades a la interpretacin. Son los
sueos de caer, volar, flotar, nadar, estar inhibido, estar desnudo, sueos de
angustia, etc. Tambin en el caso de estos sueos, observamos que un
trasfondo comn es vivificado por aadidos que varan segn los individuos, y
es probable que tambin ellos puedan ser ensamblados en la comprensin de
la vida onrica.
18Conferencia. La fijacin al trauma, lo inconciente
En los sntomas de las neurosis obsesivas y las consecuencias de stos, se han
quedado rezagados en cierto perodo del pasado. Y en la mayora de los casos
han escogido fases muy tempranas de la vida, un poca de la infancia.
Esto pasa tambin en las neurosis traumticas, ya que dan claros indicios de
que tienen en su base una fijacin al momento del accidente traumtico. Estos
enfermos repiten regularmente en sus sueos la situacin traumatica, como asi
tambin lo hacen los neurticos obsesivos en la vida cotidiana.
Se debe considerar entonces un aspecto econmico de los procesos anmicos:
Una vivencia que provoca en la vida anmica un exceso tal en la intensidad de
estmulo que su tramitacin por las vas habituales y normales fracasa. Es decir
entonces, que la neurosis nace de la incapacidad de tramitar una vivencia
teida de un afecto hipertenso.
En las neurosis el nexo entre la accin obsesiva y la vivencia a la cual se
remonta es inconciente para el paciente. Y solo condiciones favorables
(anlisis), puede hacerse conciente. En realidad, el paciente no ha olvidad la
escena a que se anuda su accin obsesiva; sino que conserva un vvido
recuerdo de ella, pero lo que no advierte es que su accin obsesiva tiene una
gran similitud con la vivencia consecuente. Se ha interrumpido la conexin.
Se puede decir entonces que el sentido de los sntomas es por regla general
inconciente, existe tambin una relacin de subrogacin entre esta condicin
de inconciente y la posibilidad de los sntomas.
Surgimiento del sntoma: ciertos procesos anmicos perturbados de algn
modo, forzados a permanecer inconscientes. La formacin de sntoma es un
sustituto de algo diverso, que est interceptado.
En el sentido de un sntoma conjugamos dos cosas:
*Desde dnde, son impresiones venidas del exterior que necesariamente
fueron una vez concientes y despus pasan a ser inconcientes.
*Para que, su tendencia es un proceso endopsquico que puede haber devenido
conciente al principio, pero tambin puede no haber sido conciente nunca y
haber permanecido siempre en el inconciente.
La diferencia entre el sntoma de la neurosis obsesiva y el sntoma histrico es
que ste ltimo, es una cadena ntegra de impresiones vitales; y cuando estas
regresan, el paciente consigna de manera expresa que haban sido olvidadas
hasta ese momento.

23 Conferencia. Los caminos de la formacin de sntoma


Los sntomas psquicos (o psicgenos) son actos perjudiciales o, al menos,
intiles para la vida en su conjunto; a menudo la persona se queja de que los
realiza contra su voluntad, y conllevan displacer o sufrimiento para ella. Su
principal perjuicio consiste en el gasto anmico que ellos mismos cuestan y,
adems, en el que se necesita para combatirlos.
Si la formacin de sntomas es extensa, estos dos costos pueden traer como
consecuencia un extraordinario empobrecimiento de la persona en cuanto a
energa anmica disponible y, por tanto, su parlisis para todas las tareas
importantes de la vida.
Ya sabemos que los sntomas neurticos son el resultado de un conflicto que se
libra en torno de una nueva modalidad de la satisfaccin pulsional. Las dos
fuerzas que se han enemistado vuelven a coincidir en el sntoma; se
reconcilian, por as decir, gracias al compromiso de la formacin de sntoma.
Por eso el sntoma es tan resistente; esta sostenido desde ambos lados.
Sabemos tambin que una de las dos partes envueltas en el conflicto es la
libido insatisfecha, rechazada por la realidad, que ahora tiene que buscar otros
caminos para su satisfaccin. Si a pesar de que la libido esta dispuesta a
aceptar otro objeto en lugar del denegado la realidad permanece inexorable,
aquella s vera finalmente precisada a emprender el camino de la regresin y a
aspirar a satisfacerse dentro de una de las organizaciones ya superadas o por
medio de uno de los objetos que resigno antes. En el camino de la regresin, la
libido es cautivada por la fijacin que ella ha dejado tras s en esos lugares de
su desarrollo.
Si estas regresiones no despiertan la contradiccin del yo, tampoco
sobrevendr la neurosis, y la libido alcanzara alguna satisfaccin real, aunque
no una satisfaccin normal. Pero el conflicto queda planteado si el yo, que no
solo dispone de la conciencia, sino de los accesos a la intervencin motriz y,
por tanto, a la realizacin de las aspiraciones anmicas, no presta su acuerdo a
estas regresiones. La libido es como atajada y tiene que intentar escapar a
algn lado: adonde halle un drenaje para su investidura energtica, segn lo
exige el principio de placer. Tiene que sustraerse del yo. Le permiten tal
escapatoria las fijaciones dejadas en la va de su desarrollo, que ahora ella
recorre en sentido regresivo, y de las cuales el yo, en su momento, se haba
protegido por medio de represiones.
Las representaciones sobre las cuales la
libido trasfiere ahora su energa en calidad de investidura pertenecen al
sistema del inconsciente y estn sometidas a los procesos all posibles, en
particular la condensacin y el desplazamiento. De esta manera se establecen
constelaciones semejantes en un todo a las de la formacin del sueo.
As, el sntoma se engendra como un retoo del cumplimiento del deseo
libidinoso inconciente, desfigurado de manera mltiple; es una ambigedad
escogida ingeniosamente, provista de dos significados que se contradicen por
completo entre s. Sin embargo, en este ultimo punto ha de reconocerse una
diferencia entre la formacin del sueo y la del sntoma, pues en el caso del
primero el propsito preconciente se agota en la preservacin del dormir, en no
dejar que penetre en la conciencia nada que pueda perturbarlo; de ningn
modo consiste en oponerle un rotundo "No, al contrario!" a la mocin de deseo

inconciente.
La escapatoria de la libido bajo las condiciones del conflicto es posibilitada por
la preexistencia de fijaciones. La investidura regresiva de estas lleva a sortear
la represin y a una descarga de la libido en la que deben respetarse las
condiciones del compromiso.
Por el rodeo a travs del inconciente y de las antiguas fijaciones, la libido ha
logrado por fin abrirse paso hasta una satisfaccin real, aunque
extraordinariamente restringida y apenas reconocible ya.
Dnde halla la libido las fijaciones que le hacen falta para quebrantar las
represiones? En las practicas y vivencias de la sexualidad infantil.
La importancia de este periodo infantil es doble: por un lado, en el se
manifestaron por primera vez las orientaciones pulsionales que el nio traa
consigo en su disposicin innata; y en segundo lugar, en virtud de influencias
externas, de vivencias accidentales, se le despertaron y activaron por primera
vez otras pulsiones.
La fijacin libidinal del adulto, que hemos introducido en la ecuacin etiolgica
de las
neurosis como representante del factor constitucional, se nos
descompone ahora en dos factores: la disposicin heredada y la predisposicin
adquirida en la primera infancia.
Causacin de la neurosis = Predisposicin por fijacin + Vivenciar accidental
Libidinal
(traumtico) (del adulto)
Constitucin sexual
(Vivenciar prehistrico)

Vivenciar infantil

La constitucin sexual forma con el vivenciar infantil otra "serie


complementaria" en un todo semejante a la que ya conocimos entre
predisposicin y vivenciar accidental en el adulto.
La indagacin analtica muestra que la libido de los neurticos esta ligada a sus
vivencias sexuales infantiles.
A la importancia de las vivencias infantiles debemos restarle lo siguiente: la
libido ha vuelto a ellas regresivamente despus de que fue expulsada de sus
posiciones ms tardas. Y esto nos sugiere con fuerza la inferencia reciproca, a
saber, que las vivencias libidinales no tuvieron en su momento importancia
alguna, y solo la cobraron regresivamente.
Es indudablemente correcta la observacin de que la investidura libidinal de las
vivencias infantiles ha sido reforzada en gran medida por la regresin de la
libido. Pero caeramos en un error si visemos en esta lo nico decisivo.
En primer lugar, la observacin muestra, fuera de toda duda, que las vivencias
infantiles tienen una importancia que le es propia y que ya han probado en los
aos de la niez.

Es que tambin existen neurosis infantiles en las que el factor del diferimiento
temporal desempea necesariamente un papel muy reducido o falta por
completo, pues la enfermedad se contrae como consecuencia directa de las
vivencias traumticas.
Las neurosis de los nios son muy frecuentes, mucho mas de lo que se supone.
En la mayora de los casos se presenta en la forma de una histeria de angustia.
En segundo lugar, debemos admitir que seria inconcebible que la libido
regresase con tanta regularidad a as pocas de la infancia si ah no hubiera
nada que pudiera ejercer una atraccin sobre ella. Y en efecto, la fijacin que
suponemos en determinados puntos de la va del desarrollo solo cobra valor si
la hacemos consistir en la inmovilizacin de un determinado monto de energa
libidinosa.
Los sntomas crean entonces, un sustituto para la satisfaccin frustrada; lo
hacen por medio de una regresin de la libido a pocas anteriores, a la que va
indisolublemente ligado el retroceso a estadios anteriores del desarrollo en la
eleccin de objeto o en la organizacin.
El sntoma repite de algn modo aquella modalidad de satisfaccin de su
temprana infancia, desfigurada por la censura que nace del conflicto, por regla
general volcada a una sensacin de sufrimiento y mezclada con elementos que
provienen de la ocasin que llev a contraer la enfermedad. La modalidad de
satisfaccin que el sntoma aporta tiene en s mucho de extrao.
En manera alguna nos recuerdan nada de los que solemos normalmente
esperar de una satisfaccin. Casi siempre prescinden del objeto y resignan, por
tanto, el vinculo con la realidad exterior. Entendemos esto como una
consecuencia del extraamiento respecto del principio de realidad, y del
retroceso del principio de placer. Empero, es tambin un retroceso a una suerte
de autoerotismo ampliado, como el que ofreci las primeras satisfacciones a la
pulsin sexual. Remplazan una modificacin del mundo exterior por una
modificacin del cuerpo; vale decir, una accion exterior por una interior, una
accion por una adaptacin, lo cual a su vez corresponde a una regresin de
suma importancia en el aspecto filogentico.
Al igual que el sueo, el sntoma figura como algo cumplido: una satisfaccin a
la manera de lo infantil; pero por medio de la ms extrema condensacin esa
satisfaccin puede comprimirse en una sensacin o inervacion nicas, y por
medio de un extremo desplazamiento puede circunscribirse a un pequeo
detalle de todo el complejo libidinoso.
Por el anlisis de los sntomas tomamos conocimiento de las vivencias
infantiles en que la libido esta fijada y desde las cuales se crean los sntomas.
Lo sorprendente reside en que estas escenas infantiles no siempre son
verdaderas. Mas aun: en la mayora de los casos no lo son, y en algunos estn
en oposicin directa a la verdad histrica.
Las vivencias infantiles construidas en el anlisis, o recordadas son unas veces
irrefutablemente falsas, otras veces no son con certeza verdadera, y en la
mayora de los casos, una mezcla de verdad y falsedad. Los sntomas son,
entonces, ora la figuracin de vivencias que realmente se tuvieron y a las que
puede atribuirse una influencia sobre la fijacin de la libido, ora la figuracin de
las fantasas del enfermo, impropias desde luego para cumplir un papel
etiolgico.

Un primer punto de apoyo lo encontramos quizs en un descubrimiento


parecido, a saber: los recuerdos infantiles aislados que, desde siempre y antes
de todo anlisis, los hombres han llevado en su interior con conciencia pueden
estar igualmente falseados o, al menos, mezclar mucho lo verdadero con lo
falso. En estos casos no es difcil probar la falsedad, y ello nos proporciona al
menos la tranquilidad de que el culpable de este inesperado desengao no es
el anlisis, sino que de alguna manera lo son los enfermos.
En el mundo de las neurosis la realidad psquica es la decisiva.
Entre los acontecimientos que siempre retornan en la historia juvenil de los
neurticos, que
no parecen faltar nunca, hay algunos de particular
importancia; merecen destacarse. Por Ej. : la observacin del comercio sexual
entre los padres, la seduccin por una persona adulta y la amenaza de
castracin.
Particular inters presenta la fantasa de la seduccin, aunque solo sea porque
a menudo no es una fantasa, sino un recuerdo real.
De donde vienen las necesidades de crear tales fantasas y el material con
que se construyen? No cabe duda de que su fuente est en las pulsiones, pero
queda por explicar el hecho de que en todos los casos se creen las mismas
fantasas con idntico contenido.
Estas fantasas primordiales son un patrimonio filogentico. En ellas, el
individuo rebasa su vivenciar propio hacia el vivenciar de la prehistoria, en los
puntos en que el primero ha sido demasiado rudimentario. Me parece muy
posible que todo lo que hoy nos es contado en el anlisis como fantasa fue
una vez realidad en los tiempos originarios de la familia humana, y que el nio
fantaseador no ha hecho mas que llenar las lagunas de la verdad individual con
una verdad prehistrica.
Saben ya que el yo del hombre es educado poco a poco para apreciar la
realidad y para obedecer al principio de realidad por influencia del apremio
exterior. En este proceso tiene que renunciar de manera transitoria o
permanente a diversos objetos y metas de su aspiracin de placer. Pero
siempre es difcil para el hombre renunciar al placer; no la lleva a cabo sin
algn tipo de resarcimiento.
Las producciones de la fantasa ms conocida son los llamados sueos
diurnos: unas satisfacciones imaginadas de deseos erticos, de ambicin y de
grandeza, que florecen con tanto mas exuberancia cuanto ms llama la
realidad a moderarse o a ser paciente.
Sabemos que esos sueos son el ncleo y los modelos de los sueos nocturnos.
Hemos dicho que en el caso de la frustracin la libido inviste regresivamente
las posiciones que haba abandonado, pero a las que quedo adherida con
ciertos montos.
Cmo encuentra la libido el camino hacia esos lugares de fijacin? Todos los
objetos y orientaciones de la libido resignados no lo han sido todava por
completo.

La libido no tiene mas que volver a las fantasas para hallar expedito desde
ellas el camino a cada fijacin reprimida.
La retirada de la libido a la fantasa es un estadio intermedio del camino hacia
la formacin de sntoma, que merece sin duda una denominacin particular.
Jung le dio el nombre de introversin. La introversin designa el extraamiento
de la libido respecto de las posibilidades de la satisfaccin real, y la
sobreinvestidura de las fantasas que hasta ese momento se toleraron por
inofensivas. Un introvertido no es todava un neurtico pero se encuentra en
una situacin labil; al menor desplazamiento de fuerzas se vera obligado a
desarrollar sntomas, a menos que haya hallado otras salidas para su libido
estancada.
Todo lo dicho hasta aqu se refiere solo a la formacin de sntoma en el caso de
la histeria. Ya en el caso de la neurosis obsesiva hallamos muchas cosas
diferentes.
Caso Juanito
3 ejes para tener en cuenta
1. Posicin subjetiva del nio en relacin al deseo
a. Dimensin perversa polimorfa de la sexualidad infantil
b. Curiosidad sexual y la construccin de las teoras sexuales
infantiles
c. La construccin edpica
2. Nio como efecto del discurso parental
a. Posicin seductora de la madre
b. Posicin difusa del padre
3. Dimensin imaginaria de la transferencia del padre de Juanito con
Freud
1 Describa el inters de Juanito por el hacer pip
Cuando aun no habia cumplido 3 aos, juanito ya exteriorizaba un
inters particularmente vivo por la parte de su cuerpo que tena la costumbre
de designar e hacer pip. Le pregunt a su madre si tambien ella tena el
hacer pipi, en los animales tambin observaba lo mismo (vaca-ubre). Su inters
no es unicamente terico, sino que tambin lo estimulaba para tocarse.
2

Desarrolle la curiosidad sexual de juanito, cmo es su


pensamiento y cmo se va desarrollando.
Este inters en el hacer pipi lo convierte en investigador y le permite
unos correctos discernimientos conceptuales. Ve como la locomotora larga
agua y dice que tiene un hace pipi pero pregunta donde lo tiene. As descubre
que basndose e la presencia o falta del hacer pipi uno puede distinguir lo vivo
de lo inanimado un perro y un caballo tienen un hacer pipi, una mesa y un
silln no. En todo ser vivo que el aprecia como semejante a si presupone esta
sustantiva parte del cuerpo, la estudia en los animales grandes y en ambos
progenitores, la estatuye en su hermana recin nacida no dejndose disuadir
por lo que ve con sus ojos. Le pregunta al padre: tu tambin tienes un hacer
pipi?, mira como su madre se desviste para meterse en la cama solo para ver
si tambin tiene un hacer pipi. Cree que todas las personas mayores tienen

una hacer pipi como los caballos. Al presenciar el bao de su hermana Hanna
dice que su hacer pipi es todava chico y que ya va a crecer.
Adler ha designado muy correctamente como entelazamiento pulsional
al placer en el que el miembro sexual propio se enlaza con el placer de ver en
sus plasmaciones activas y pasivas. El pequeo procura ver el hacer pipi de
otras personas, desarrollando una curiosidad sexual y gusta de mostrar el
propio.
3 Desarrolle la actitud de juanito a partir del nacimiento de su
hermana Hanna
Para el desarrollo psicosexual de juanito revisti la mxima significacin
el nacimiento de su hermana cuando el tena 1 de edad.
El pregunta por que tose su mam cuando est en trabajo de parto y
dice hoy viene seguro la cigea. Le preparan un te a su madre y el reafirma
que es para la tos. Cuando lo llevan a la habitacin de la madre ve recipientes
con agua sanguinolenta y exclama pero de mi hacer pipi no sale nada de
sangre es aqu donde se afianza en el la primera desconfianza hacia la
cigea.
Juanito se muestra muy celoso con su hermana y cuando alguien la
alaba diciendo que ella es linda inmediatamente responde cosas como pero si
no tiene dientes. En los primeros das qued muy relegado y contrajo una
anginas, en medio de la fiebre se lo escuch decir pero si yo no quiero tener
ninguna hermanita.
La llegada de esta hermana le aparej muchas cosas que desde
entonces no lo dejaron tranquilo. En primer lugar una privacin: debido a la
separacin con su madre (temporaria) y luego una disminucin duradera de
sus cuidados y atencin (que tuvo que acostumbrarse a compartir con su
hermana). En segundo lugar una reanimacin de sus vivencias placenteras en
la crianza, provocada por todo lo que vea hacer a su madre con la hermana.
De ambos influjos result un acrecentamiento de su necesidad ertica,
acarreado se resarci mediante la fantasa de que el mismo tenia nenes (sueo
con sus nias).
Pasado medio ao se superan los celos y el se vuelve un hermano tierno,
conciente de su superioridad.
4 Antes de todo descubrimiento cul era la teora sexual de
juanito?
El nacimiento de la hermana le aport la incitacin para un trabajo de
pensamiento que por una parte no se poda llevar hasta la solucin, y por la
otra lo enredaba en conflictos de sentimiento. Se le plante el gran enigma de
saber de donde vienen los hijos y quizs el primer problema cuya solucin
reclama la fuerzas intelectuales del nio y del cual es probable que el enigma
de la esfinge de Tebas solo refleje una desfiguracin. Juanito rechaza que la
cigea trajo a Hanna.
Al comienzo cree que todos los seres animados tienen un hace pipi
grande como un caballo, luego ve a su hermana y dice que el de ella crecer. A
los 4 aos ve el bao de su hermana, se re y dice que es porque su hacer
pipi es muy bonito. Esta respuesta es falsa, el hacer pipi le resulta cmico, es la
primera vez que admite que hay una diferencia masculina femenina.

Antes del nacimiento de la hermana juanito crea que los bebs eran
trados por la cigea, pero investigaciones posteriores realizadas por el padre,
demuestran que juanito era conciente del estado de gravidez de la madre
diciendo que la madre era la cesta de cigea donde traan a los nios.
Luego de varias inferencias descubre que Hanna haba estado en el vientre de
su madre y despus sali como un lumpf que indica la necesidad mayor. Esto
lo demuestra abriendo una mueca con un cuchillo entre medio de las piernas
(el hijo es el lumpf para la teora sexual infantil).
5 Relate los dos primeros sueos de juanito y su anlisis
superior.
3 aos: hoy cuando estaba dormido he credo que estoy en Gmunden
con Mariedl. Mariedl tiene 13 aos, es la hija del propietario de la casa y ha
jugado a menudo con el. Luego agrega no con Mariedl, sino totalmente solo
con Mariedl.
Desde haca cuatro semanas juanito procesa los recuerdos de verano en
Gmunden donde pasaba el da correteando con los hijos del propietario de la
casa, en fantasas. Fantasea que juega con los nios Berta, Olga, Fritzl, habla
con ellos como si estuviesen presentes. Ahora que tiene una hermana le
preocupa el problema del origen de los hijos, fantasea que Berta y Olga son sus
hijas y agrega tambin a mis hijas Berta y Olga las trajo la cigea (el sueo
debe comprenderse como una expresin de aoranza en Gmunden.
4 aos: uno dice quin quiere venir conmigo?, entonces alguien
dice: yo. Entonces tiene que hacerlo hacer pipi. A este sueo le falta todo el
elemento visual, pertenece al type auditif puro. Desde haca unos das juanito
juega con los hijos del propietario de la casa, entre ellos Olga y Berta, a
diversos juegos de sociedad y prendas (a:de quien es la prenda que tengo yo?
b: ma. Entonces se determina lo que b debe hacer). El sueo imita ese juego
de prendas solo que juanito desea que quien extrajo la prenda no sea
condenado a los usuales besos y bofetadas sino a hacer pipi. Ms precisamente
alguien tiene que hacerlo hacer pipi. Es claro que el hacerlo hacer pipi (abrirle
los calzones y sacarle el chingo pa fuera) est teido de placer.
6

Qu situacin pasa a los 4 aos 9 meses en relacin a la


madre, niera y una salida con cada una de ellas y su relacin a
estar en la calle por temor a que un caballo lo muerda?
4 aos. Aparece a la maana llorando; la mam le pregunta porque
llora, y el dice: Cuando dorma he pensando que tu estabas lejos y yo no tenia
ninguna mami para hacer cumplidos Dias despus: 7 de enero. Va al
Stadtpark como de costumbre con la niera; por la calle empieza a llorar y pide
que lo lleven a la casa, quiere hacer cumplidos con la mami. A la tarde est
alegre como de costumbre; al anochecer tiene una visible angustia, llora y no
se puede separar de la mam: una y otra vez quiere hacer cumplidos con ella.
Al da siguiente la madre lo saca de paseo para ver que pasa con el y lo
lleva a Schonbrunn, a donde le gusta ir mucho. De nuevo empieza a llorar, no
quiere seguir camino, tiene miedo. Al fin va, pero por la calle tiene angustia. En
el viaje de regreso le dice a la madre tuve miedo de que un caballo me
mordiera, luego de haber visto un caballo que lo intranquilizo. Luego de un
tiempo recuerda que ese da vio como se caa de costado un caballo y hacia
barullo con las patas.

7 En que momento podemos decir que se inicia la angustia y la


fobia?
Los paseos con la niera y la madre son comienzo de la angustia y de la
fobia.
8

Relate el momento de la amenaza de castracin y cundo y


por qu toma vigencia con efecto retardado.
A los 3 aos su madre lo encuentra con una mano en el pene. Ella lo
amenaza si haces eso, llamare al doctor a que te corte el hacer pipi, y
entonces Con qu haras pipi? Juanito responde: Con la cola (popo). El
responde todava sin conciencia de culpa. Esta amenaza de castracin surgi
efecto solo 1 ao despus (a los 4 aos) con el esclarecimiento de que las
mujeres efectivamente no poseen ningn hace pipi. Miedo a que le quitaran el
suyo y lo hicieran mujer.
9

Relate la situacin del sueo-fantasa con las jirafas y su


posterior interpretacin.
Esta situacin se da luego del esclarecimiento de la diferencia sexual. A
la noche Juanito se dirige a la habitacin de los padres y dice: en la noche
haba una jirafa grande y una jirafa arrugada. Y la grande ha gritado porque yo
le he quitado la arrugada. Luego dejo de gritar, y entonces yo me he sentado
encima de la jirafa arrugada.
La jirafa grande es el padre, la jirafa arrugada es su mujer. Juanito
siempre acude a sus padres y la madre no puede dejar de tenerlo consigo en el
lecho por algunos minutos (La grande ha gritado que le he quitado la
arrugada). Juanito permanece unos minutos junto a su madre (entonces la
jirafa grande dej de gritar, luego yo me sent encima de la jirafa arrugada).El
sentarse encima es probablemente la figuracin de juanito para tomar
posesin, por medio de esta fantasa es capaz de comunicar sus deseos hacia
la madre de forma desfigurada.
10- Relate el temor al padre y cuando aparece la primera
mejora.
Luego de la fantasa de las jirafas juanito cuanta que ha pensado que estaba en
el zoolgico junto a los carneros y entonces el y el padre se colocaron por
debajo de las cuerdas y le han dicho eso al guardin de la entrada y el los ha
atrapado. El padre recuerda la visita a los carneros, el recinto estaba cerrado
con cuerdas. Juanito se asombr de que este se cerrara solo con una cuerda
por la cual uno puede deslizarse por abajo. El padre le dijo que los hombres
decentes no se deslizan por debajo de la cuerda, juanito le respondi que era
facilsimo y el padre le dijo que un guardin podra llevrselo.
Luego juanito relat otra fantasa: he viajado contigo en el ferrocarril,
hemos roto una ventanilla y el guardin nos ha llevado.
Juanito vislumbra que esta prohibido que est prohibido ponerse en
posesin de la madre, ha chocado con la barrera del incesto. Lo considera
prohibido en si mismo. En todas las picardas que el realiza en sus fantasas
est presente el padre, quien es encerrado con el.
En la fobia a los caballos lo que le molesta es que los caballos tienen
ante-los-ojos y lo negro alrededor de la boca (anteojos y bigotes del padre).

Tambin narra una situacin en donde juanito choca contra el vientre de


su padre tras lo cual el le da un golpe con la mano por reflejo.
La primera mejora aparece luego de esto, el 2 de abril, juanito
permanece una hora en la puerta de su casa.
11 -Relate la angustia por el padre y ante el padre.
Interpretacin de Freud.
El 3 de abril juanito va temprano hasta la cama de sus padres. El padre
le pregunta por que a lo que el responde hasta que no tenga miedo, no vendr
ms. Dice tener miedo cuando no est con el aqu da a entender que en el
lucha el amor al padre con la hostilidad consecuencia del papel de competidor
ante la madre, le reprocha que no le haya llamado la atencin sobre este juego
de fuerzas que necesariamente llevaba a la angustia.
Juanito tiene cario a su madre, y quiere quitar el miedo a su padre, as
ocupar l el lugar del padre. Este deseo hostil se convierte en angustia por el
padre, y va por la maana temprano para ver si este se ha ido, ya que tiene
miedo que su deseo de desaparicin o muerte del padre se haga realidad.
La angustia ante el padre proviene de la hostilidad hacia el padre, la
angustia por el padre, proviene del conflicto ente la ternura y la hostilidad.
Segn Freud, juanito es realmente un pequeo Edipo que querra tener a
su padre fuera, eliminado para poder estar solo con la bella madre, dormir
con ella. Este deseo naci en aquella residencia veraniega, cuando las
alternancias de ausencia y perseverancia del padre le sealaron la condicin a
la que se ligaba la ansiada intimada con la madre. Entonces se content con la
versin de que ojal el padre partiera de viaje, a lo cual mas tarde, merced a
una impresin accidental provocada por otra partida pudo anidarse de
inmediato la angustia de ser mordido por un caballo blanco. Luego, por primera
vez en Viena, donde ya no poda contar con la partida de viaje del padre, se
elev hasta el contenido de que ojal el padre estuviera fuera de manera
permanente (estuviera muerto)
Juanito ama a ese mismo padre por quien alimenta deseo de muerte, y al
par que su inteligencia objeta esta contradiccin, no puede evitar dar
testimonio de su existencia pegndole al padre y besando enseguida el lugar
donde le peg.
12- Cmo distingue Freud angustia y miedo?
Freud distingue la angustia de la fobia. La perturbacin se introduce con
unos pensamientos tiernos-angustiados y luego con un sueo de angustia.
Contenido de este ltimo: perder a la madre de suerte que el ya no pueda
hacerse cumplidos con ella. Es fuerza, que la ternura hacia la madre se haya
acrecentado enormemente. Es el fenmeno bsico de su estado. Es esta
acrecentada ternura por la madre lo que sbitamente se vuelca en angustia: lo
que, sucumbe a la represin. Esta angustia que corresponde a una aoranza
ertica reprimida, carece al comienzo de objeto, es todava angustia y no
miedo. El nio no puede saber al comienzo de que tiene miedo. Dice lo que
sabe, que por la calle le falta la mam con quien puede hacerse cumplidos y no
quiere separarse de ella.
Para la angustia, la terapia no sirve ya que ella permanece aunque la
aoranza pudiera ser satisfecha: la lbido es retenida en la represin por alguna
cosa (lo demuestra el segundo paseo con su madre, ahora est con ella a pesar

de lo cual tiene angustia, es decir, una aoranza de ella no saciada). La


angustia ha resistido la prueba y ahora se ve precisada a hallar un objeto. En
ese paseo se exterioriza por primera vez el miedo a ser mordido por un caballo.
La fobia al caballo es un obstculo para andar por la calle, y puede servir
como medio para permanecer en casa junto a su madre amada.

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