Cuando El Problema Es La Solucin 2a Ed
Cuando El Problema Es La Solucin 2a Ed
Cuando El Problema Es La Solucin 2a Ed
ES LA SOLUCIN
Aproximacin al enfoque
estratgico
2 edicin
Ramiro J. lvarez
CUANDO EL PROBLEMA
ES LA SOLUCIN
Aproximacin al enfoque
estratgico
2 edicin
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Crecimiento personal
C O L E C C I N
Queda prohibida, salvo excepcin prevista en la ley, cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica y transformacin de esta obra sin
contar con la autorizacin de los titulares de propiedad intelectual. La infraccin de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la
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Printed in Spain
ISNB: 84-330-1280-0
Depsito Legal:
Impresin: Publidisa, S.A. - Sevilla
NDICE
INTRODUCCIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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INTRODUCCIN
"El medio de salir es a travs de la puerta;
por qu nadie quiere utilizar esta salida?
Confucio
Recuerdo la impresin con que recib, siendo nio, el cuento de "el vestido nuevo del emperador": entre divertido y
escandalizado oa explicar al narrador un viejo maestro de
mis aos de parvulario el astuto engao con el que unos
embaucadores llegan a convencer al rey del pas de todos los
cuentos para que se deje hacer un vestido maravilloso con
una tela mgica que slo poda ser visible para las personas
sensatas e inteligentes. Por supuesto, no existan tales tela ni
vestido y el rey estren su nueva indumentaria pasendose
por la calle en paos menores en medio del cmplice silencio
de sus sbditos que no se arriesgaban a poner en evidencia su
eventual estupidez personal proclamando que eran incapaces
de ver los maravillosos encajes que adornaban el mgico
pao del vestido. El engao slo lleg a romperse con la ingenua intervencin de un nio que no pudo evitar una carcajada espontnea al ver a su majestad en calzoncillos.
En aquella poca yo desconoca el poder de la sugestin y
no poda concebir que fuera posible crear una ilusin colectiva como la que propone el relato de Andersen. No saba tampoco que los cuentos pudieran ser algo ms que meros pasatiempos para mantener tranquilos a los nios durante un
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rato; no tena la menor idea acerca de mensajes metafricos dirigidos al subconsciente ni de arquetipos compartidos que se transmiten por tradicin oral. Ignoraba que las narraciones infantiles eran
la base de los guiones de vida a los que mucha gente adapta su estilo personal de actuar en el mundo (posteriormente me fui encontrando con muchas "Caperucitas" y algunos "Lobos Feroces"; tambin llegu a conocer a unos cuantos "Patitos Feos" y a varias
"Cenicientas"). En todo caso, la imagen del nio con el valor de
desafiar los convencionalismos establecidos el pacto de silencio
frente a lo evidente se fue convirtiendo, sin saberlo yo mismo, en
un ideal de comportamiento para mi vida futura.
Mas tarde, con el correr de los aos, a medida que me fui internando en el terreno de la psicoterapia, empec a reconocer con sorpresa a muchos vendedores de la misma "tela mgica", que se dedican a colocar su inexistente mercanca a quienes estn dispuestos a
comprar humo a cambio de librarse del esfuerzo personal que,
inescapablemente, requiere todo proyecto de cambio.
Un vistazo somero al panorama ideolgico de eso que ha dado
en llamarse el "desarrollo personal" muestra una variedad de direcciones y prcticas tan dispares que ms bien parece que estemos
construyendo una nueva Babel: se recuperan los valores de Oriente
de modo que Buda, Lao-Ts y Confucio ya no resultan extraos
aunque sigan siendo igualmente desconocidos al hombre europeo actual. El chamanismo andino se une a la mejor tradicin drudica europea y se busca recuperar a travs de prcticas rituales
antiqusimas el contacto con las fuerzas de la naturaleza.
Ceremoniales de imposicin de manos se convierten en actividades
perfectamente normalizadas y el trabajo con los "chakras" o la
visualizacin del "aura" se estn convirtiendo en conceptos tan
familiares a nuestra cultura occidental como poda serlo el teorema
de Pitgoras en mis aos de estudiante.
La mentalidad popular se va tiendo de conceptos reencarnacionistas y espiritistas. Los videntes y futurlogos se profesionalizan aunque sin pagar IVA, me temo de un modo cada vez ms
sofisticado y su actividad encuentra una magnfica caja de resonancia en los medios de comunicacin que tratan todos estos temas
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INTRODUCCIN
"espirituales" con la misma seriedad que la previsin meteorolgica para el fin de semana. La oferta de cursos sobre actividades
variopintas es apabullante: "Reiki", "Renacimiento", esencias florales, sabidura interior, rituales con velas, conocimiento de vidas
anteriores... Asistimos en la actualidad a un despliegue irracional
de supersticiones teidas de pseudocientificismo que van conformando una curiosa idolatra de fin de siglo, indicativa de la pasividad mental en la que vamos incurriendo.
Y en medio de todo esto mi nio interior, el que se qued maravillado con el cuento del vestido nuevo del emperador, no deja de
alertarme ante la creciente oferta de telas invisibles:
Los mtodos para el crecimiento personal, anunciados cada
uno de ellos como el conocimiento definitivo y el control supremo
de los mecanismos psquicos, se suceden unos a otros apoyados
ms en conceptos de marketing que en nociones efectivas del funcionamiento humano. El "buzoneo" o los anuncios en revistas constituyen el flamante mtodo de auto-oferta de los "gurs" contemporneos y el pago correspondiente, en efectivo o mediante tarjeta
de crdito, el modo ms eficaz de asegurarse un programa de desarrollo espiritual completo en cursillos de fin de semana. Lo ms
normal es que los seguidores incondicionales de una escuela determinada, desengaados al cabo del tiempo, se adscriban ciegamente a una nueva doctrina recin llegada y luego a otra y a otra, sin
darse cuenta de que an no se han movido un palmo en su proyectado camino de desarrollo personal.
Personalmente desconfo mucho de las montaas que van a
Mahoma y pienso ms bien que lo lgico es que Mahoma vaya a la
montaa. No creo en la sinceridad de los maestros que venden su
sabidura a travs de anuncios publicitarios; en el camino del desarrollo personal creo que slo tiene sentido el conocido proverbio
oriental: "Cuando el discpulo est preparado, aparecer el maestro". En efecto, los maestros preocupados por conseguir discpulos,
difcilmente podrn ocuparse de su propio desarrollo personal con
lo que dejarn de ser verdaderos maestros.
La "energa" a la que tanto se apela en la terminologa "New
Age" es conceptualizada como una especie de capa sutil que
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envuelve el cosmos y se manifiesta sobre el ser humano en meridianos, chakras o coloraciones del "aura". El nivel de salud o enfermedad, los estados emocionales y hasta la buena o mala fortuna de
los sucesos que nos acaecen en la vida dependeran de la configuracin especfica de estas lneas de fuerza que nos rodean. Para
mantener una adecuada relacin de energas sera preciso recurrir
a determinados rituales (imposicin de manos), ejercicios mentales
de visualizacin, productos al estilo de esencias florales o talismanes varios. El esfuerzo personal se considera irrelevante pues en la
nueva ideologa el ser humano ha pasado de conceptualizarse
como "conquistador" activo de su universo (con toda la violencia
que ello implica!) a simple pieza del puzzle csmico en igualdad de
condiciones que las dems entidades visibles e invisibles, animadas o inertes que constituyen ese socorrido "todo".
Creo, sin embargo, que la nica energa vlida para ponerse en
camino hacia el logro de las metas personales es aquella que nosotros mismos generamos con nuestro propio esfuerzo. La energa la
desencadena cada sujeto, no se limita a "absorberla". Y aqu es
donde discrepo de un modo ms radical respecto a los planteamientos ingenuos a mi modo de ver de muchos de los seguidores de la filosofa "Nueva Era" que, al confiar en unas fuerzas universales de tipo pantesta, se limitan a esperar pasivamente a que
el viento infle las velas para dejarse ir con la nave por la derrota
ms conveniente. Los partidarios de la "Vieja Escuela" preferimos
empuar los remos si es preciso y, en todo caso, manejar el timn y
las escotas para ajustarnos al rumbo que nosotros mismos elegimos
en cada momento.
"De los esforzados es el reino de los Cielos", reza la cita evanglica.
Tambin los esforzados, y slo ellos, podrn conquistar el reino de
su propio existir. No conozco la historia de ningn gran personaje
que no haya alcanzado sus metas sin esfuerzo, a base de horas de
estudio, de trabajo, de renovados intentos tras cada fracaso. La inspiracin, la iluminacin, la curacin y la madurez slo llegan con el
esfuerzo individual, tras muchas horas de bsqueda infructuosa y
despus de muchos ensayos fallidos. Jams la "energa" se ha aposentado gratuitamente en un elegido para mimarlo con sus ddivas
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inseguridad manifiesta. Como era consciente de sus limitaciones y deseaba verdaderamente enmendar sus errores, decidi pedir ayuda al mayor
sabio del pas, un anciano que ya haba aconsejado prudentemente al anterior soberano en momentos especialmente difciles de su gobierno.
"Venerable maestro, qu es lo que necesito para imponerme a todos
mis enemigos y pacificar de nuevo el pas?" pregunt el joven monarca.
"Para vencer a vuestros adversarios, Majestad, tan slo precisis una
cosa: la espada de vuestro capitn, vencedor en las guerras de la frontera"
tal fue la respuesta del sabio anciano.
Encantado con el sencillo remedio que le acababan de sugerir, el joven
rey hizo comparecer urgentemente ante s al capitn que velaba por la
seguridad del reino en la lejana frontera del pas. Cuando tuvo ante s al
aguerrido soldado, y despus de agradecerle sinceramente su lealtad, el
soberano pidi a su capitn que le entregara la espada victoriosa en tantos
combates contra el enemigo exterior a cambio de elevarlo a la dignidad de
primer ministro.
"Tomad mi espada, Majestad. Vuestra es pues por vos ha luchado en
cada combate. Nada tenis que darme a cambio" respondi el leal soldado mientras, arrodillado ante su rey, le ofreca desnuda y brillante el arma.
Pero cuando el monarca intent levantar el arma que le ofrecan, fue
incapaz de moverla ni un solo palmo, tal era el peso del acero, y por
muchos esfuerzos que hizo no consigui sujetarla con sus dos manos.
Entonces comprendi el sentido de la enseanza del anciano consejero: lo
que puede decidir el combate no es una espada, sino el brazo de quien la
maneja!
En definitiva, mi concepcin tanto de la psicoterapia como del
desarrollo personal se fundamenta en dos principios bsicos: la
responsabilidad personal la voluntad para trazarse un camino y
ponerse en marcha sin desmayo hasta completarlo y el sentido
comn la prudencia de asegurarse tanto de que el camino proyectado es deseable, asequible y provechoso como de que los
medios utilizados para recorrerlo resultan sensatos y adecuados al
fin que se desea conseguir.
Comenc a escribir este libro que ser mi obra nmero diez a
mi vuelta de Palo Alto, en la dorada California. En lo mas escondido de la tierra prometida de los movimientos "hippie" y "new age",
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LOS INEVITABLES PROBLEMAS
"Para poderse resolver, un problema ha de ser,
ante todo, un problema"
Paul Watzlawick
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su problema no llegara nunca por ese camino, mientras que mediante una
sencilla intervencin con las actuales tcnicas quirrgicas, en setenta y
dos horas habra resuelto su dificultad... incluyendo el postoperatorio!".
Si tuviera que dar una definicin lo que es un "problema", probablemente lo describira como una situacin incmoda, persistente, que se da en un marco social, y a la que se ha intentado poner fin
en repetidas ocasiones pero sin alcanzar el resultado apetecido.
Grficamente la situacin se corresponde con el esquema de un "crculo vicioso" en el que cada vuelta al circuito nos deja en el punto
de partida, como se refleja en la figura adjunta (pg. 25). Tal es el
ineficaz sistema utilizado por el recalcitrante magistrado de la ancdota inicial, que para solucionar sus molestias de vescula acude al
balneario, pese a lo cual las molestias persisten, por lo que decide
regresar de nuevo a tomar las aguas a la temporada siguiente, para
encontrarse de nuevo con idnticas molestias... y as sin final
Si analizamos con calma las implicaciones de la definicin anterior, puede que nos demos cuenta de que la cosa no es tan simple
como pudiera parecer en un primer momento:
As, en primer lugar, ha de darse una condicin de incomodidad
para el sujeto que sufre el problema. Pero como los criterios de
molestia, agobio y sufrimiento son subjetivos, la condicin de problematicidad no reside en la situacin concreta que se debe afrontar,
sino ms bien en el propio sujeto que la define como problemtica.
Puede que yo no soporte al perro de mi vecino ni a ningn otro
can pero para l el animal no constituye ningn problema; de
hecho parece encantado de que el chucho le destroce las tapiceras
y le arae el parquet simulando que entierra huesos imaginarios.
Para los atribulados padres de un chico vago constituye un serio
problema el hecho de que el muchacho suspenda curso tras curso
sin el menor atisbo de que vaya a concluir sus estudios de bachillerato ni, mucho menos, a comprometerse con una carrera superior;
sin embargo, para el chico ms interesado en la msica, el cine y los
amigos, el hecho de suspender no constituye ningn problema.
Estas consideraciones ya nos colocan sobre la pista de una importante cuestin referida a la "propiedad" del problema y que desarrollaremos con mayor detalle ms adelante. Baste por ahora con apun-
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tar que slo el "dueo" del problema puede darle solucin: todos
cuantos sermones le endilguen los padres del estudiante melmano
a su hijo no van a lograr cambiar su comportamiento mientras el
chico no perciba como un problema real, es decir, como una situacin
poco deseable, el hecho de estar fracasando en los estudios.
Paradjicamente, una situacin aparentemente deseable puede,
en realidad, constituir un problema para su protagonista. Por ejemplo, una joven bulmica consigue adelgazar una docena de kilos
transformndose en una chica esbelta. A partir de ese momento
puede que se convierta en foco de atencin por parte de los jvenes
de su entorno pero ella, en lugar de sentirse halagada como la mayora de las chicas de su edad, tal vez se convierta en vctima de un
estrs continuo al carecer de las habilidades sociales ms elementales para relacionarse con la gente del otro sexo y atribuir las normales atenciones de sus compaeros a oscuros intentos de acoso sexual.
El segundo requisito indispensable para poder hablar con propiedad de un "problema" es la persistencia de la situacin indeseable. Todos nos enfrentamos antes o despus a situaciones vitales
dramticas: muerte de seres queridos, prdidas econmicas o laborales, proyectos frustrados, enfermedades, etc. Una situacin negativa, por indeseable que sea, si se da slo de manera puntual no
tiene por qu constituir necesariamente por s misma un problema.
Mi padre falleci cuando yo entraba en la pubertad. Fue un
golpe duro al que hube de adaptarme como tantos otros chicos que
pierden a sus padres de manera inesperada, en un accidente o por
otras causas, en un momento crtico de su desarrollo pero no por
ello quedan "traumatizados" para el resto de sus vidas. Conozco a
un ingeniero que perdi su empleo en la etapa crtica de los cuarenta y tantos; eso supuso un serio traspis para muchos de sus planes pero l supo adaptarse y encontr un nuevo trabajo temporal
en otra empresa desempeando una funcin inferior a la que por
su titulacin le correspondera. Podra contar tambin la historia de
un matrimonio que perdi hace aos a sus dos nicos hijos en un
dramtico accidente de un transporte escolar y que, a pesar de
todo, han logrado rehacer su vida y continuar adelante con un claro
proyecto de futuro. Son acontecimientos puntuales en la vida de
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La prctica de la teora
Aunque en la teora puede que todo resulte muy claro y convincente, enfrentarse a la realidad de los problemas que nos rodean no es, en modo alguno, tarea fcil. Muchas veces necesitaramos
estar fuera de nuestro bosque para darnos cuenta de la configuracin del terreno y poder trazar as la ruta que nos conduzca afuera.
Esa es, precisamente, la funcin del psicoterapeuta: servir de gua
a quien encuentra dificultades para escapar de los circuitos cerrados en los que sus problemas lo atrapan.
El propsito de este libro es fundamentalmente prctico: proporcionar pautas eficaces para que cada cual elabore la solucin
que ms le convenga a su situacin personal y vital. Por eso
mismo, en cada captulo se propondrn una serie de ejercicios
relacionados con la teora expuesta, de manera que se pueda ir
avanzando paso a paso, tanteando el terreno y, a veces, detenindose a descansar o incluso retrocediendo hasta encontrar el camino ms seguro y satisfactorio.
En la tarea de dar respuesta a las demandas de la propia vida no
se pueden dar recetas fijas ni platos precocinados; cada cual debe
aprender a guisar su propia salsa. Las situaciones vitales de cada
persona son nicas y las soluciones vlidas para un caso no tienen
por qu serlo necesariamente para otro por muy similar que parezca al primero. Por eso, los ejemplos que se utilicen a lo largo del
libro deben considerarse slo como muestras de cmo actuar ms
que como modelos de lo que se debe hacer.
En todo momento debemos tener muy claro que el objetivo
final de todo el trabajo que nos dispongamos a hacer debe estar
enfocado hacia la consolidacin de la responsabilidad personal
puesto que slo puede ser responsable quien es libre y slo es libre
quien sabe seguir su propio criterio; es decir, quien es mentalmente sano.
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Tendencia a la depresividad.
Irritabilidad, violencia.
Tendencia a aplazar las cosas, indolencia.
Dificultad para expresar las propias opiniones.
Excesiva dependencia de los dems.
Ideas o pensamientos obsesivos.
Actos compulsivos.
Dificultades de carcter sexual.
Incapacidad para tolerar las frustraciones.
rea familiar:
Disgustos, discusiones, discrepancias frecuentes con la pareja.
Problemas de control de los hijos.
Entrometimiento de la familia de origen o de la poltica.
Problemas de economa familiar.
rea laboral:
Monotona en el trabajo.
Deseo de cambiar de empleo.
Sentimiento de ser manipulado, explotado en el puesto de trabajo.
Estrs laboral.
Incapacidad para lograr ascensos.
Sentimiento de estancamiento, de ser sobrepasado por los
compaeros.
rea social:
Dificultades de relacin interpersonal.
Tendencia a ponerse colorado.
Miedo a hablar ante la gente.
Incapacidad para hacer amigos.
Vergenza, timidez ante el sexo opuesto.
Sentimientos frecuentes de soledad.
Carencia de habilidades sociales (iniciar y mantener conversaciones, decir o recibir cumplidos, etc.)
Salud:
Enfermedades crnicas.
Tendencia al insomnio.
Hipertensin.
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Un error muy corriente a la hora de describir un problema consiste en recurrir a una etiqueta diagnstica: "Mi problema es que
tengo una depresin", declara algn consultante, como si ese rtulo
fuera inequvoco e hiciera referencia a un estilo de comportamiento exactamente idntico en todos los pacientes adscritos a la categora. Pero un estado depresivo puede variar desde un ligero sentimiento de tristeza ms o menos persistente (en qu momentos
del da, o en qu situaciones concretas est ms presente y en cules no es tan intenso?, qu actividades pueden servir como distraccin frente a los sentimientos?...) hasta una sensacin de vaco
de emociones o incluso un intento de suicidio (fue planificado o
espontneo?, qu elementos decidi utilizar?...) En cualquier caso,
lo importante es destacar que los seres humanos no somos mquinas automticas y que la individualidad personal alcanza incluso a
la forma de experimentar cada problema.
Quin est implicado en la situacin problemtica adems del
que sufre la dificultad
Muchos problemas son interaccionales y en ellos ser fcil
determinar los protagonistas de la situacin conflictiva: problemas
entre los miembros de una pareja, desobediencia de los hijos, roces
con un colega, etc. Sin embargo es importante estar tambin atentos para ver si adems de los personajes ms evidentes no intervienen, adems, otros protagonistas ocultos a los que tambin cabe
atribuir una importancia capital en el mantenimiento de la situacin indeseable.
Tal vez la queja manifiesta de un matrimonio sean sus frecuentes discusiones. A la hora de detallar un poco ms pormenorizadamente el problema puede que nos encontremos con que la mayor
parte de las discusiones surgen en torno al comportamiento de uno
de los hijos o tal vez puede que sean inducidas por la presencia de
este tercer elemento de la familia. En tal caso, habr que incluir al
elemento filial en la interaccin conflictiva ya que es evidente que
algo tiene que ver en la situacin problemtica.
De qu manera lo que ocurre llega a constituir un problema.
Juan llega hambriento a su casa despus de una larga jornada de
trabajo agotador. Mara se afana en la cocina en un intento intil de
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Resumen
Un problema consiste en una situacin indeseable, de carcter persistente, que se da en un marco social, y a la que se ha
intentado poner fin en repetidas ocasiones pero sin alcanzar el
resultado apetecido.
Un incidente aislado no es un problema, sino slo un incidente.
Todo problema se da en un contexto de interaccin social
que hay que tener en cuenta a la hora de solucionarlo.
Slo el "dueo" del problema puede darle solucin.
El problema real, lo que hay que cambiar, es la solucin
ineficazmente intentada.
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"Cuando el lenguaje se toma unas vacaciones,
surgen problemas filosficos"
Wittgenstein
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TU PROBLEMA
MI PROBLEMA
Me siento mal cuando me
preguntan por las notas de mi
hijo.
MI PROBLEMA
TU PROBLEMA
Me siento abandonada,
relegada a un segundo plano.
NUESTRO PROBLEMA
Imposibilidad de ahorro
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ludible, al menos trata de poner todos los medios a su alcance para paliar en lo posible, sus consecuencias negativas.
Hace algunos meses, un buen amigo mo se tuvo que enfrentar a
un diagnstico de cncer. Si bien eso le supuso un duro golpe, l
supo asimilar la situacin con bastante serenidad de manera que, en
la medida de lo posible, continu realizando sus actividades habituales y hasta disfrutando de momentos de esparcimiento con sus
amigos. Su esposa, por el contrario, se sumi en una desesperacin
tan grande que lleg a abandonar su trabajo habitual y hubo de recurrir a tratamiento psiquitrico para tratar de salir de su profunda
depresin. Es un ejemplo ilustrativo de cmo a partir de una condicin vital incontrolable, unos, simplemente, ponen en marcha todos
sus recursos personales para hacerle frente de la mejor manera posible, mientras que otros la convierten en un problema insoluble.
En cualquier caso, hay que aceptar como inevitables muchas
situaciones que nos plantea la vida ante las cuales slo cabe el
recurso de la adaptacin y no utilizarlas como base para edificar
sobre ellas un problema, an mayor, de actitudes personales de
horripilacin y rebelda frente a lo que no est en nuestras manos
solucionar. Podramos decir que se trata de "problemas sin dueo"
y por lo tanto, sin solucin.
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cialidades malignas. Es ms cmodo, desde luego, achacar el problema a una carencia: de vitaminas, de motivacin o de cualidades
pedaggicas en sus maestros. De este modo siempre queda a salvo
el honor de la familia... aunque en cualquiera de los casos, la realidad sea que el chico corre un riesgo evidente de fracasar en sus
estudios. En todo caso, la hiptesis de la maldad suele aplicarse
ms liberalmente a personas ajenas a la propia sangre.
Mas tranquilizadora parece la alternativa de la equivocacin, el
error salvable o el trastorno transitorio porque siempre deja un resquicio a la esperanza de recuperabilidad en cuanto se encuentra la
clave frmacos, persuasin o rituales que haga que las cosas
vuelvan a la normalidad.
No hace mucho tiempo recib la visita de una esposa preocupada
porque haba descubierto que su marido estaba frecuentando con
asiduidad cierto club de alterne y se daba cuenta de que las cosas
entre ellos se iban enfriando rpidamente. Despus de que el marido, que haba reconocido abiertamente la situacin, accediese a mantener una entrevista conmigo con vistas a organizar un plan de terapia familiar, recib la llamada angustiada de la mujer para preguntarme cmo lo haba encontrado y para confirmar su suposicin inicial de que l iba a necesitar un determinado tratamiento psicofarmacolgico que pusiese fin sus aventuras galantes. Pero cuando le
expliqu a ella que su marido no precisaba medicacin alguna y que
lo que bamos a tener que hacer sera trabajar conjuntamente los tres
para provocar un cambio en la situacin, ella se mostr muy defraudada. Incluso me pregunt si no me haba fijado en el extrao brillo
de la mirada del marido, sntoma para ella confirmatorio del trastorno mental transitorio por el que deba estar pasando su esposo.
Muchos padres albergan las mismas expectativas respecto a los
problemas de rendimiento o comportamentales de sus hijos: van
buscando que alguien le de unas "charlas" al chico para que ste
reflexione y cambie a una conducta ms ajustada. Pocos estn dispuestos a hacer algo por su parte para provocar un cambio en la
situacin y encuentran la justificacin a su postura pasiva precisamente en la idea de que el problema lo tiene el chico porque "es"
vago o "le pasa algo".
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Trat en una ocasin a un muchacho de diecisiete aos que presentaba un notable problema de anorexia junto con un estado
depresivo de tal seriedad que lo haba llevado a un intento de suicidio. Parte de las preocupaciones del muchacho se referan a su
futuro acadmico: De brillantes calificaciones, l quera cursar estudios superiores aunque por problemas econmicos momentneos
de la familia, sus padres lo presionaban para que colgara los libros
y preparase unas oposiciones sencillas que le permitieran contribuir a sanear la economa domstica. Tras explicarles a los padres
la situacin, stos estuvieron de acuerdo en que era conveniente
que el muchacho continuara estudios universitarios ya que, de
todos modos, iban a poder hacer frente a los gastos derivados de la
matrcula y libros correspondientes.
El estado del chico comenz a mejorar rpidamente; gan peso,
se le vea ms animado y volvi a salir con sus amigos. Por eso me
extrao su apremiante llamada unas semanas ms tarde: Con lgrimas en los ojos, me explic que su padre haba sido trasladado temporalmente por su empresa a otra ciudad distante varios cientos de
kilmetros y que, en casa, le haban vuelto a insinuar que tal vez
sera mejor que l dejase de estudiar y empezase a pensar en unas
oposiciones. Cuando llam de nuevo a la madre para hablar sobre
la recada del chico, ella me respondi muy cortante que ya saba lo
que le pasaba a su hijo y que le haban asegurado que eso se curaba con determinadas inyecciones... Afortunadamente el muchacho
est en la actualidad terminando sus estudios de Empresariales.
A estas alturas, ya es el momento de decir explcitamente que el
error est en buscar las causas de un problema en la parte "equivocada" de la relacin. El problema no reside en slo uno de los protagonistas de la situacin conflictiva: el problema es la interaccin,
no la actitud personal de los miembros. Por eso, una terapia estratgica eficaz debe sealar como objetivo de su intervencin no al
miembro "culpable" o "enfermo", sino a la relacin en s misma.
Aunque la terapia sistmica, es decir la que centra su inters en
los sistemas sociales de los que forma parte un individuo, est
cobrando una importancia y consideracin cada vez mayores entre
los psiclogos, no deja de sorprender este enfoque a los terapeutas
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CUESTIONES PROBLEMTICAS
de formacin tradicional, seguidores en el fondo del modelo mdico clsico que busca la patologa, el funcionamiento anmalo de
determinadas estructuras psquicas o las vivencias personales traumticas para actuar sobre ellas, "intrapsquicamente".
El nfasis sobre la interaccin, antes que sobre la patologa individual, arranca del concepto de "cismognesis"4 de Gregory Bateson5
quien en su estudio antropolgico de la tribu Iatmul llega a la conclusin de que para comprender el comportamiento de un individuo, hay que tener en cuenta los lazos que establece con las personas de su entorno social y as, "cismognesis" viene a ser el "proceso de diferenciacin en las normas de comportamiento individual resultante de interacciones acumulativas entre unos individuos"
Slo desde un punto de vista integrador se puede lograr un progreso efectivo en el caso de mi paciente paranoide, que no aprender a confiar en la gente a menos que su entorno familiar afloje su
presin constante para mantener oculto el secreto a voces de su
demencia; por supuesto que ella sufre delirios, pero su ocurrencia
no estar relacionada con la actitud de prevencin que le transmite
su entorno? Del mismo modo, el marido calavera slo se dar una
oportunidad de rectificar su comportamiento cuando encuentre
una relacin diferente a la que ha mantenido hasta ahora con su
mujer; naturalmente que l no debera haber incurrido en una conducta tan deshonesta con su esposa, pero no estarn acaso presentes los factores que le llevaron a buscar esa loca aventura ms en
la deteriorada convivencia actual de ambos esposos que en la
enfermiza mentalidad de calavera del marido?
Mientras culturalmente se siga patologizando a quien se desva
de las normas establecidas y se pretenda solucionar el problema
4. Bateson sostiene que en las sociedades occidentales, la diferenciacin de un
grupo respecto a su sociedad matriz se produce de una manera "hertica";
es decir, mediante la adopcin de nuevas costumbres diferenciadoras,
mientras que algunas sociedades primitivas, como los Iatmul, la segregacin de grupos sociales diferenciados sigue una pauta "cismtica": hay un
cambio de lderes, pero no de dogma
5. Gregory BATESON: Naven: a survey of the problems suggested by a composite picture of the culture of a New Guinea Tribe drawn from three points of view, Cambridge:
Cambridge University Press, Reimp. McMillan Co. Nueva York, 1937.
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La prctica de la teora
1.- A lo largo de este captulo se han referido diferentes ejemplos
de interacciones problemticas. Como ejercicio prctico se propone
al lector que repase los ejemplos de "la joven paranoica", "el marido infiel" y "el joven depresivo" para:
a) Identificar a los personajes entre los cuales se mantiene la
situacin conflictiva en cada caso.
b) Asignar a cada uno de los personajes los problemas implcitos en la situacin que le son propios.
c) Determinar los posibles problemas compartidos por ambas
partes en cada situacin.
6. Paul WATZLAWICK, John H. WEAKLAND y Richard FISH: Cambio, Barcelona:
Herder, 1989.
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CUESTIONES PROBLEMTICAS
Resumen
Tiene un problema quien formula una queja explcita o
hace una demanda de cambio en relacin a una situacin determinada.
Slo el "dueo" del problema puede darle solucin.
La causa de los problemas de relacin no estriba en la
"maldad" o en dficits de sus protagonistas, sino en la anmala
relacin entre los implicados.
El problema es la interaccin, no la actitud personal de sus
protagonistas.
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- familiares.
- vecinos.
Situacin 2
- marido.
- esposa.
Situacin 3
- joven depresivo.
- padres.
Problema
individual
Problema
compartido
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3
SOLUCIONES INTENTADAS
"A fin de salvar la ciudad, tuvimos que destruirla"
(Informe del comandante de una unidad
norteamericana en Vietnam)
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SOLUCIONES INTENTADAS
tud frente a las personas con las que llegue a interactuar en su vida
cotidiana. Con toda probabilidad, desarrollar una postura tpicamente defensiva ante los dems como consecuencia del ncleo de
creencias individuales sobre su propio valor personal y su capacidad de protegerse frente a los otros, as como respecto a las atribuciones relativas a sus intenciones y propsitos.
Este "mapa mental" ser el punto de referencia para cada una de
las situaciones cotidianas que se le puedan presentar. De este
modo, ante la posible propuesta de invertir en una empresa o negocio, sus pensamientos adquirirn la forma de: "se quieren aprovechar
de mi"; "se van a beneficiar a mi costa", etc. y su respuesta ms probable ser una negativa a la proposicin. En cambio, la persona
que, en funcin de sus vivencias, ha llegado a elaborar mapas cognitivos de confianza en s mismo y en los dems, desarrollar una
visin mucho ms positiva de la situacin y se mostrar ms proclive a participar en el negocio.
Pero a diferencia de los geogrficos, los mapas mentales no se
suelen comparar con la realidad: mientras que, por ejemplo, en el
ocano se puede constatar que, por la accin erosiva de las corrientes, donde originalmente estaba sealado un banco de arena existe
ahora calado suficiente, de modo que resulta posible rectificar la
informacin en las futuras ediciones de la carta marina, a nivel cognitivo no siempre se procede a confrontar la informacin codificada en los archivos mentales correspondientes con los elementos de
la realidad y, a menudo, quien parte de un prejuicio acerca de las
aviesas intenciones del prjimo, no se molesta en comprobar ese
dato, sino que al activar su postura defensiva evitando as la interaccin con el otro interlocutor refuerza la creencia inicial en la
malevolencia de sus propsitos.
Un marido, inesperadamente, se presenta en su casa con un
radiante ramo de rosas para su esposa. La pregunta es: cmo reaccionar la sorprendida mujer ante una atencin tan inusual en el
repertorio de comportamientos de su cnyuge?
Podemos sentirnos tentados a responder que se sentir encantada. Sin embargo, no deberamos perder de vista que ella no va a
reaccionar directamente a la presencia de las flores (ese sera el
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SOLUCIONES INTENTADAS
El nivel de la solucin
Si bien nos fijamos, los problemas que a diario tenemos que
afrontar son persistentes. La misma inquietud nos asalta una y otra
vez y no encontramos la manera de desprendernos de ella. La actitud de resignacin impotente nos lleva a aceptar muchas situaciones incmodas de nuestro vivir dicindonos que esto es lo que nos
"ha tocado"; que es nuestro "destino" y que la nica actitud razonable frente a ello es la resignacin.
Pero un hijo rebelde, unas condiciones de trabajo penosas, una
depresin persistente o un cnyuge despreocupado no son "pruebas" que se nos ponen para que, con nuestro callado sufrimiento,
lleguemos a conquistar el cielo, sino, ms bien, consecuencias del
estilo de relacin que, a diario, mantenemos con cuantos nos rodean y con nosotros mismos. Estilo que, como hemos explicado, est
predeterminado por nuestros esquemas mentales.
La perpetuacin de un problema puede explicarse por varias
causas. Los motivos generales de persistencia de una situacin
indeseable ya se han analizado en el captulo anterior:
Negar la existencia del problema es el medio ms eficaz para
que el conflicto persista. En las asociaciones de ayuda a alcohlicos,
por ejemplo, el primer paso que se espera por parte de quien desea
ser ayudado es que reconozca la presencia de ese problema en su
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vida; de lo contrario es imposible que pueda hacer nada para superarlo. Negar que un problema existe conduce a la inmovilidad en el
seno del propio conflicto.
Convertir en problema aquello que no lo es, constituye tambin una manera eficaz de amargarse la existencia. Es el procedimiento de quienes consideran indeseables ciertas circunstancias
ineludibles de su existir, como el hecho de envejecer; realidades de
las que ms que escapar, hay que saber afrontarlas como elementos
sobre los cuales apoyar los diseos realistas de futuro, los proyectos de vida, el sentido del propio existir. Considerar como problemtico lo que simplemente es natural, conduce a falsear los datos
de la propia existencia convirtiendo la vida en un autoengao infecundo por el que se llega a valorar ms el aspecto del envoltorio
que la riqueza de la mercanca principal, perdiendo el tiempo en
superficialidades cosmticas en lugar de emplearlo en acciones
realmente importantes.
Atribuir el problema a quien no le corresponde hace que la
situacin quede sin solucionar. El responsable del conflicto se niega
a emprender los cambios que podran abrir una va hacia su resolucin y, en cambio, se empea en culpabilizar a otros. Si este dinamismo se perpeta, es evidente que la dificultad queda sin resolver
y la insatisfaccin llega a convertirse en la msica de fondo de cada
uno de los instantes de la vida.
Emitir mensajes de doble significacin resulta demoledor para
el destinatario de la comunicacin que no sabe qu sentido atribuir
a la interaccin de la que forma parte. Los mensajes de "doble vnculo" han sido propuestos por G. Bateson3 como el origen de la
esquizofrenia. Imaginemos una madre despidiendo a su hijo
pequeo que, todo ilusionado, parte por primera vez de excursin
con sus compaeros de colegio:
"Divirtete mucho le recomienda su madre no te preocupes por
el dinero y compra todo lo que te parezca bien".
A la vuelta de la excursin el nio, lo mismo que la mayora de
sus compaeros, se ha gastado casi todo el dinero en helados y
3. Gregory BATESON, Don JACKSON, Jay HALLEY y John WEAKLAND: A theory of
Schizophrenia, "Behavioral Science", 1956, 1.
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SOLUCIONES INTENTADAS
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SOLUCIONES INTENTADAS
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Ms de lo mismo
A veces se intenta abrir una va de solucin a partir de un cambio ficticio:
"Si le digo a mi hija que recoja su habitacin, entonces se tumba encima de la cama con los cascos, se asla de todo y no me hace caso. Cuando
le rio, me llama dictadora y me acusa de que siempre quiero que se haga
mi voluntad, o bien, si me enfado de verdad, se marcha llorando a su cuarto y all se encierra toda la tarde. A veces, cuando la pillo de buenas, trato
de razonar con ella hacindole ver que tiene que acostumbrarse a llevar
una casa y que el orden es algo fundamental..."
rdenes directas, reprimendas, razonamientos; tres estrategias
diferentes? Solamente en apariencia; en el fondo son tres maneras
de presentar una misma actitud: "Por la malas o por las buenas, tienes
que hacer lo que yo te digo". El cambio verdadero en una situacin
como sta requiere algo ms que el simple maquillaje formal de la
demanda materna; es necesaria una nueva pauta de interaccin con
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SOLUCIONES INTENTADAS
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SOLUCIONES INTENTADAS
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saltar el circuito y poder iniciar as un trayecto nuevo que nos conduzca a una situacin diferente.
Pero en lo ms profundo del bosque es difcil percibir el sendero que puede conducir a la salida; a veces es necesario buscar una
perspectiva area para alcanzar una visin de conjunto de todo el
entramado de caminos, sendas y atajos en el que fcilmente podemos desorientarnos con nuestra miope mirada a ras de suelo. Lo
cual, traducido al terreno de nuestras cuitas personales, significa
que, para salir del atolladero personal en el que a veces nos encontramos atascados repitiendo una y otra vez las mismas pautas de
comportamiento estril, puede ser muy oportuno recurrir a un
punto de vista externo consejero, terapeuta, persona desimplicada
de la situacin o bien buscar un plano ms elevado sobre el que
encaramarnos para conseguir ampliar el propio campo de visin.
La prctica de la teora
En vista de lo anterior, parece que el primer paso hacia la resolucin efectiva de cualquier dificultad que nos preocupe en un
momento dado debe estar constituido por el anlisis cuidadoso de
la solucin que estamos intentando aplicar al problema.
A menudo, cuando interrogamos a alguien sobre las dificultades que experimenta, obtenemos respuestas muy genricas,
comentarios imprecisos que, aunque a nuestro interlocutor pueden
parecerle totalmente explcitos, en realidad dejan un montn de
lagunas informativas a la hora de confeccionar un mapa de la situacin, tanto del problema en s como de las acciones especficas
emprendidas para solucionarlo.
Los padres de Gonzalo, un chico de catorce aos con serios problemas de obesidad (pesa ciento seis kilos) se quejan de que "por
ms que lo intentan" no consiguen romper la pauta del muchacho
que engulle su comida a toda prisa, sin apenas masticar los bocados. Explorando un poco ms las soluciones intentadas nos encontramos con una estructura de comportamiento tpica que suele
seguir esta pauta:
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SOLUCIONES INTENTADAS
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realizramos su "autopsia", del modo ms objetivo y desapasionado posible, teniendo presente que cualquier comportamiento
puede diseccionarse en tres estratos interconexionados:
El nivel fisiolgico. Aqu se producen las respuestas ms elementales y automticas, dependientes del sistema nervioso autnomo: secrecin salival, variaciones en la tasa cardaca o de tensin arterial, erizamiento del cabello y otras muchas cuyo control
no resulta inmediatamente accesible de manera voluntaria.
Algunos de estos componentes se pueden modificar a travs de
tcnicas de relajacin o similares. En el anterior ejemplo de
Gonzalo, el chico obeso, no tenemos constatacin de las respuestas
fisiolgicas de ninguno de los protagonistas por no considerarlas
relevantes al caso (otro asunto sera si se tratara de un problema
fbico donde los componentes fisiolgicos de la angustia son muy
importantes)
El nivel conductual es el comportamiento visible de manera
directa y que puede ser descrito y comprobado objetivamente por
cualquier observador. En el ejemplo anterior seran los gestos de los
tres personajes, sus actos; las palabras concretas que el padre de
Gonzalo dirige a su hijo y la respuesta de ste; las acciones especficas de la madre, "cacharreando" por la cocina, etc.
El nivel cognitivo no es tampoco observable de manera directa. Constituye el mbito de los pensamientos ya sea mediante
imgenes o a travs de una especie de dilogo interno. Mediante
un cierto entrenamiento en introspeccin cada uno puede llegar a
darse cuenta de las ideas que acuden a su mente en un momento
dado. Tal vez en el ejemplo que estamos utilizando Gonzalo se
diga a s mismo cosas como: "Ya adelgazar ms adelante". El padre
puede pensar cosas como: "Mi hijo puede llegar a ponerse fornido si
lo convenzo de empezar en un gimnasio" y tal vez la madre se diga:
"Es intil que yo intervenga; todo lo que yo hago le parece mal a mi
marido".
As pues, una vez se ha identificado la solucin a desmenuzar,
se procurar analizarla en todos sus componentes, describiendo
detalladamente en relacin a cada uno de los personajes implicados:
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SOLUCIONES INTENTADAS
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"El problema real no es que discutamos por su estilo de comer; el problema real es que esto ocurre siempre en relacin a la TV".
Etc.
Resumen
Los problemas tienen una estructura caracterstica o
siguen unas "reglas de juego".
No reaccionamos directamente frente a los acontecimientos, sino ante "mapas mentales" que representan nuestra personal interpretacin y valoracin de los hechos.
Los conflictos permanecen inmutables porque se intentan
aplicar la soluciones desde un nivel ineficaz para iniciar un
cambio.
Las soluciones repetitivas arrancan del mantenimiento de
determinadas creencias errneas que reflejan una visin muy
parcial de una realidad ms global.
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4
CATEGORAS POBLEMTICAS
"Todos los cretenses son unos mentirosos"
Epimnides de Creta
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Forzar lo espontneo
A veces, cuando me pongo delante del ordenador con nimo de
escribir una pgina, las ideas se niegan a acudir hasta la punta de
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CATEGORAS PROBLEMTICAS
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CATEGORAS PROBLEMTICAS
Aplazar lo temido
Es bien sabido que cuando un avestruz observa un peligro, simplemente esconde la cabeza para no verlo, imaginndose que as
queda a cubierto de toda amenaza. Los humanos funcionamos
muchas veces como el ave corredora y nos imaginamos que podemos controlar las situaciones temidas evitando enfrentarnos a ellas.
Pero conseguir una tregua no es lo mismo que ganar la batalla.
Posiblemente, se trate de un mecanismo de defensa que pervive desde la infancia; los nios, en efecto, saben recurrir a su fantasa para imaginarse desenlaces maravillosos a las situaciones de
angustia a las que tambin ellos tienen que enfrentarse algunas
veces. Pero si bien es normal y hasta sano que los pequeos
alberguen en sus cabezas hadas y magos, ya no lo sera tanto en
el caso de las personas adultas; de hecho, cuando una persona
mayor se empea en echar mano de esas estratagemas infantiles
frente a la ansiedad, se le suele colocar la etiqueta de "esquizofrnico".
Lo que los mayores pueden hacer de una manera ms "razonable", consiste en rehuir las situaciones temidas recurriendo a estrategias de evitacin sutiles como alegar tener asuntos ms importantes que atender o a conductas abiertamente fbicas.
Los problemas fbicos, como los de depresin, no parecen
implicar claramente una situacin de interaccin humana, condicin que asignbamos a la definicin inicial de problema, pero, si
bien se mira, las personas que rodean al sujeto que sufre el trastorno s pueden hacer mucho por favorecer o impedir la instauracin y mantenimiento del comportamiento fbico o depresivo ya
que con su propio comportamiento a veces de compasin mal
entendida llegan, en realidad, a inducir a la persona a que se
convierta en un "invlido" a base de facilitarle todo cuanto necesita o de hacerle compaa para levantarle el nimo, impidiendo
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Defender el baluarte
Muchos problemas de interaccin con otras personas se pueden
encuadrar en esta tercera categora de situaciones problemticas;
ya se trate del proverbial "abismo generacional" que tradicionalmente separa las posiciones de padres e hijos, de las problemticas
relaciones de comunidad de vecinos o de la competitiva "camaradera" que suele establecerse entre compaeros de trabajo.
En muchas situaciones de este tipo, tpicamente, los protagonistas se encuentran empeados en una especie de pugna en la que
slo se considerarn vencedores si consiguen "derrotar" a su adver-
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CATEGORAS PROBLEMTICAS
Coartadas acusadoras
La paciente paranoica que se mencionaba en el captulo II est
muy preocupada pensando si no estarn hablando de ella a sus
espaldas. Cada vez que sorprende conversando a dos miembros
de su familia se apresura a preguntarles ceuda si la estn criticando y por ms que ellos se esfuerzan en tranquilizarla explicndole el tema de su conversacin, ella considera todas esas explicaciones como un camuflaje del verdadero argumento de la tertulia:
sus manas persecutorias. Algo parecido le ocurre a un ludpata
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La prctica de la teora
Es un buen hbito aprender a tomar distancia de los problemas
para ampliar la propia perspectiva hasta alcanzar una comprensin
ms exacta de la situacin. No slo se consigue con ello un mayor
acercamiento al plano objetivo de la realidad, sino que adems dis-
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CATEGORAS PROBLEMTICAS
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Resumen
Los tipos ms frecuentes de problemas suelen pertenecer a
alguna de las siguientes categoras:
Hacer esfuerzos para lograr que suceda algo que slo
puede ocurrir de manera espontnea.
Intentar eludir o aplazar lo que se teme.
Empearse en mantener a toda costa las propias razones.
Utilizar los argumentos justificatorios como indicios para
alimentar las dudas personales.
Posible solucin al ejercicio 2:
a) "Yo nunca he tenido que hablar de sexo con
mis hijos; esas cosas ahora las explican en la
escuela con muchos medios didcticos".
Aplazar lo temido.
Defensa acusadora.
Defensa de las
razones
propias.
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
"Por lo general, lo que promueve el cambio
es la desviacin respecto a alguna norma"
Paul Watzlawick
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El grueso de sus manas se centraba en torno al aparato de televisin: nadie, salvo l, deba tocar el artefacto para encenderlo o
apagarlo. Adems, haba que comprobar determinadas alineaciones tanto en los botones del televisor como del mando a distancia
y si observaba alguna huella grasienta o una mota de polvo en el
aparato, tena que proceder a una complicada maniobra de limpieza. Si se le contrariaba en algn momento, el chico desencadenaba
una crisis de ansiedad de tal calibre que llegaba a provocarle unos
evidentes temblores corporales tras los cuales se encerraba en su
habitacin y permaneca en un mutismo total.
El caso es que todo este complejo problema se desarrollaba
exclusivamente frente al aparato de televisin, situado en la cocinacomedor, donde la extensa familia compuesta por abuelos, dos tos,
padres y muchacho, se reuna a diario para comer y no tena lugar,
por ejemplo, en relacin al aparato de TV que los padres le haban
puesto al chico en su propia habitacin.
El joven estaba siguiendo tratamiento psiquitrico y haba pasado tambin por varios psiclogos, sin que el problema hubiera
variado en absoluto en el ltimo ao. Cuando, despus de tomar
buena nota de los factores que parecan estar facilitando la ocurrencia del problema suger a los padres que empezaran por retirar
el televisor del lugar donde coman, me miraron horrorizados
explicndome que no podan privar a los otros miembros de la
familia de su entretenimiento favorito a la hora de la comida.
El horror de aquellos padres provena del hecho de que yo les
estaba proponiendo quebrantar una regla familiar estricta1 al invitarles a tomar una iniciativa que, por norma consuetudinaria, no
era de su competencia. Por su funcin de padres, ellos estaban dispuestos a hacer aicos el dichoso televisor, pero como "herederos"
1. La estructura familiar en las zonas rurales de Galicia, con una incidencia muy
acusada de los peculiares sistemas de herencia de las tierras por los que la
mayor parte de la Propiedad queda en manos del hijo mayor, favorece el
mantenimiento de rgidos sistemas patriarcales en los que los abuelos son
dueos absolutos de todos los bienes, incluida la casa donde habita la familia extensa, mientras que el supuesto heredero, an cuando pueda sobrepasar los cincuenta aos de edad, no es libre de tomar decisin alguna sin el
consentimiento de aquellos, so pena de que la herencia pase a algn otro hijo.
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no podan quebrantar una regla familiar tcita por la que era preciso consultar con los abuelos hasta las ms mnimas decisiones relativas a la casa. Todos comprendan que el problema ms inmediato
a atajar era el comportamiento del chico a la hora de comer; todos
saban que dicho comportamiento estaba relacionado con la presencia del televisor en el lugar de la comida, pero nadie quera decirlo en voz alta, arriesgndose a que la sugerencia pudiera resultar molesta a quien haba que tener contento...
En nuestras interacciones personales jugamos muchas veces a
fingir que no somos conscientes de que la otra persona est desempeando su papel, que consiste en simular que desconoce el nuestro propio. Si las reglas ocultas se hacen explcitas ya no es posible
continuar con el juego; pero esto, como ya hemos apuntado, puede
generar una considerable angustia al perder los puntos de referencia que sealan las competencias y limitaciones de cada uno de los
participantes, con lo que, a partir de ese momento, ya no se puede
predecir con exactitud el comportamiento del otro protagonista que
hasta ahora se ha ajustado estrictamente a las normas implcitas.
En otra ocasin un padre solicit una entrevista para exponerme
el caso de su hijo: el chico estaba fracasando estrepitosamente en
sus estudios, tambin haba hurtado cantidades relativamente importantes de dinero tanto de la propia casa como de la de algn
vecino; por ltimo, haba sido sorprendido en el colegio fanfarroneando ante sus compaeros con unas pajitas de hashis. Segn la
versin paterna, el chico deba de tener un cociente mental tan brillante que sus intereses intelectuales sobrepasara los contenidos
concretos de su programa de estudios, lo que haca que el muchacho no atendiera a sus clases. Por otro lado, sus problemas de comportamiento eran debidos, seguramente, al carcter histrico de la
madre que slo interactuaba con su hijo para reirle constantemente. La pretensin de este padre era que, con la excusa de
comenzar un tratamiento con el chico, llamara yo a la madre a consulta y, de una manera sutil, me pusiera a trabajar con ella ya que,
en definitiva, ella era la causa de todas las dificultades.
Evidentemente, en esa familia exista un juego de reglas muy
complejas y lo nico que se pretenda con el simulacro de acudir a
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la consulta del psiclogo era legitimar la distribucin de los papeles en la farsa que se estaba organizando: Un padre tan preocupado por la situacin que estaba dispuesto a todo; incluso hasta a
recurrir a un psiclogo en busca de ayuda; un hijo vctima de la
incomprensin de quienes se ocupaban de su educacin (profesores que no saban conectar con los verdaderos intereses del muchacho; madre nerviosa que perturbaba an ms el comportamiento
del joven) y una madre, verdadera "causa" del conflicto existente,
tan trastornada que no poda hacer nada por s misma para salir de
su estado de ansiedad permanente y empezar a contribuir as a la
paz familiar.
Pero desde mi perspectiva, la realidad que yo vea en la situacin que ese padre me planteaba era muy diferente a su punto de
vista personal. Yo vea:
Un adolescente negligente en sus estudios y con un comportamiento gravemente desajustado, ms por dejacin de sus
propias responsabilidades personales que por incomprensin
de cuantos le rodeaban o por intereses intelectuales superiores
a los habituales en su edad.
Un padre encubridor de las fechoras del muchacho, que estaba funcionando como refugio constante del chico el cual, al
sentirse defendido por el padre, no haca nada por responsabilizarse de su propia conducta.
Una madre angustiada como consecuencia de toda la situacin anmala que estaba viviendo con su hijo en la que se senta una luchadora en solitario (ella era la que iba a hablar con
los profesores, con los vecinos robados y la que se encargaba
de vigilar las andanzas continuas del muchacho).
La contrapropuesta que yo le hice a este padre consista en trabajar directamente con todos los miembros de la familia, con el
objetivo de lograr que el chico empezara a modificar su comportamiento en lugar de intentar engatusar a la madre para que slo ella
acudiera a psicoterapia lo que equivala a responsabilizarla en
exclusiva de la situacin general. Por supuesto, cuando le expuse al
"preocupado" padre mi punto de vista, el juego concluy definitivamente entre nosotros de modo que l se despidi, supongo que
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hijo no va a ser la misma si ellos consideran que el chico est pasando por un perodo, difcil pero transitorio y perfectamente justificable desde el punto de vista de su desarrollo evolutivo, que si
piensan que el muchacho est siendo vctima de alguna mala compaa, o que su hijo sufre algn trastorno de carcter patolgico. En
el primer caso la reaccin ms probable ser inhibirse, mantenindose a la espera, mientras que en el segundo, probablemente, adoptarn medidas coercitivas para lograr que el muchacho abandone a
sus amigos habituales y, en el tercero, decidirn remitir el problema
a un profesional de la salud mental.
Podemos considerar a la "postura personal" como un importante mapa mental, caracterstico de cada individuo, que refleja las creencias ms profundas en relacin a lo que uno es, a lo que puede
esperar de s mismo, de los dems y de la vida. Referida a la definicin y resolucin de problemas, es una manifestacin de los valores
vitales del sujeto que se enfrenta a la situacin conflictiva especfica.
Ejemplos concretos de posiciones personales podemos encontrarlos indagando las razones por las cuales se realizan determinadas elecciones como, por ejemplo, haber adquirido precisamente el
automvil que se posee o el motivo de vivir en el barrio en el cual
se reside: en unos casos, las razones de prestigio primarn sobre las
econmicas mientras que, en otros, ser al contrario y tambin
encontraremos motivaciones de lo ms inslito: desde la bsqueda
de la singularidad hasta el ms profundo deseo de pasar totalmente desapercibido.
Centrndonos en el mbito de las interacciones conflictivas,
podemos comprobar que la postura personal se hace sentir ya en la
definicin misma del problema. El comportamiento rebelde de un
muchacho se puede convertir en fuente de quebraderos de cabeza
para sus padres a partir de consideraciones muy diversas por parte
de stos: puede que interpreten la situacin como la evidencia de
su fracaso como educadores, o tal vez como una seal de inferioridad respecto a sus amigos que no estn teniendo conflicto alguno
con sus respectivos hijos; como una vergenza ante sus vecinos
que constatan da a da las tropelas del chico y hasta como una
amenaza al concepto de s mismos por cuanto, al fin y al cabo, la
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conducta de su hijo no deja de ser una exteriorizacin de los propios genes que como padres han transmitido al muchacho.
Tambin a la hora adoptar medidas para resolver un problema
la postura personal se hace sentir de un modo evidente: desde el
escptico que duda de poder encontrar alguna salida a la situacin
y, por ello, difcilmente intentar ninguna, hasta el optimista exaltado que minimiza la verdadera importancia que el problema
pueda tener, pudindose encontrar asimismo a la persona que se
siente responsable de la situacin y decide tomar alguna iniciativa
,y a quien espera que otros le solucionen aquello de lo que no se
siente en modo alguno partcipe.
La comprensin de la propia postura personal, o el anlisis de las
posiciones de otras personas que nos puedan pedir ayuda para la
resolucin de sus propios conflictos, resulta, como vemos, indispensable a la hora de disear un cambio efectivo que nos ayude a
desterrar las soluciones ineficaces que estn reforzando los crculos
viciosos en los que podemos estar inmersos. Por ello, merece la pena
que hagamos un pequeo alto en la consideracin de este aspecto
del comportamiento, que a menudo nos pasa desapercibido.
Virtualmente, podemos encontrar tantas posturas vitales como
personas individuales que se enfrentan a sus propios problemas.
Sin embargo, de alguna manera, es posible delimitar ciertas categoras actitudinales que los humanos solemos adoptar como consecuencia de nuestros valores personales, y este es un campo que
diferentes autores o escuelas psicolgicas han intentado acotar en
base a sus propios modelos tericos. Pues bien, dentro de las mltiples categorizaciones propuestas por diferentes sistemas o escuelas psicolgicas, me gustara destacar dos: El modelo de los patrones de comunicacin de Virginia Satir y la fascinante propuesta del
Eneagrama.
Patrones de comunicacin
Virginia Satir, la genial terapeuta familiar, fallecida hace unos
aos, consideraba que los humanos buscamos, fundamentalmente,
protegernos de la amenaza que supondra el hecho de ser rechazados por los dems y que, para lograrlo, recurrimos bsicamente a
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La propuesta fascinante
El mximo objetivo de todos los sistemas psicolgicos ha sido,
desde siempre, la elaboracin de un sistema clasificatorio de la
personalidad de tal precisin que pueda no slo describir las
caractersticas de una persona determinada, sino tambin de predecir con exactitud su comportamiento futuro. De este modo se
han definido numerosas categorizaciones algunas de las cuales
han alcanzado niveles de divulgacin considerables, como la
conocida diferenciacin entre introvertidos y extrovertidos, mien-
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tras que otros son slo manejados por los profesionales del estudio
de la conducta humana.
Pues bien, en los ltimos aos se ha comenzado a reconsiderar
una antigua propuesta de estudio de la realidad humana basada,
al parecer, en conocimientos milenarios recogidos por los sufes:
el eneagrama, de historia confusa y misteriosa elementos en los
que reside buena parte del encanto de este instrumento de autotransformacin que sorprende al profesional de la psicologa por
la detallada descripcin de caracteres humanos que propone as
como por las sensatas direcciones de desarrollo que contempla.
Aunque el tema del eneagrama se merece la extensin de todo
un libro4, por existir ya una amplia bibliografa que lo recoge, me
limitar a lo ms esencial de la cuestin, en relacin a las "posturas
personales" y proporcionar al lector interesado en el asunto una
resea de libros sobre el asunto al final del captulo.
Segn podemos observar en el grfico representativo del eneagrama, la estrella de nueve puntas, se consideran nueve actitudes
vitales las etiquetas asignadas a cada uno de los eneatipos que
generalmente se identifican mediante su nmero correspondiente de manera que
ENEAGRAMA
cada individuo, an
cuando pueda mostrar
CONCILIADOR 9
algunos rasgos atribuibles a diferentes gruLDER 8
1 PERFECCIONISTA
pos, puede encontrar
una descripcin carac- VITALISTA 7
2 SERVICIAL
terstica de su habitual
modo de ser y de com3 EJECUTIVO
LEAL 6
portarse en alguno de
OBSERVADOR 5
4 ROMNTICO
los nueve tipos, el que
corresponda a su postura personal.
Cada eneatipo se configura en torno a un defecto o "pecado
capital" comportamiento compulsivo caracterstico de las perso4. Estudiar el Eneagrama y escribir sobre l es uno de mis proyectos de
futuro.
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91
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sentando el papel de triunfador que en contacto con su propia realidad personal. La mayor parte de los denominados "yuppies"
podran asignarse a esta categora. Tal vez el cantante Michael
Jackson podra elegirse como un ejemplo de persona que, cara a los
dems, muestra ms su rol que su vida interna.
4.- El grupo de los Romnticos est constituido por cuantos
viven en y para sus propios sentimientos. Suele tratarse de gente
muy especial, de alta sensibilidad, envueltos en un aire de soledad
e incomprensin por parte de quienes les rodean. Tienen un sentido fatalista de la vida y suelen mostrar una sensibilidad muy delicada. "El sentimiento trgico de la vida" podra ser el ttulo correspondiente a su vida afectiva. La cualidad ms destacable en este
grupo es su especial sensibilidad; su debilidad ms paralizadora, la
tendencia a la depresin morbosa. "La Dama de las camelias" que
no puede llegar a disfrutar las delicias del amor sera una buena
representante de este grupo. Entre las personas de carne y hueso
que yo asignara al eneatipo "4" figura Antonio Gala, cuya alta sensibilidad se deja traslucir en sus palabras, ademanes y hasta en el
ms mnimo detalle que rodea a su persona. El problema mayor de
los "4" consiste en que, paradjicamente, slo el sufrimiento los
mantiene en contacto con la vida y por ello no saben cmo liberarse de sus pesares.
5.- "Pienso, luego existo" podra ser la frase emblemtica de los
Observadores, en buena medida ajenos a su mundo emocional y
que rehuyen la realidad a base de interponer continuamente ante
ellos la lente de la racionalidad. Temerosos de perder el control ante
aquello que no comprenden, se empean en controlar todas las esferas de la realidad convirtindose en polifacticos introvertidos. La
cualidad ms destacable de los "5" es su capacidad de integracin;
el peor defecto que pueden desarrollar: el desapego. El personaje de
ficcin ms representativo que yo encuentro para este grupo es el
detective "Nero Wolfe" que resuelve los ms intrincados casos sin
desplazarse de su domicilio, ni llegar a entrar nunca en contacto con
la sangre y las vctimas, valindose de las informaciones que le proporciona su ayudante. Bertrand Russell, polifactico pensador, matemtico, psiclogo, filsofo, etc. podra ser el prototipo real de los
93
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95
apreciar la relacin entre los eneatipos y la clasificacin de la personalidad en funcin de los intereses predominantes propuesta por
Allport, Vernon y Lindzey que agrupa a las personas en base a sus
personales preferencias de carcter terico, econmico, esttico,
poltico, social o religioso.
La zona minada
A menudo, los valores personales, la actitud o posicin desde la
que se enfoca una situacin problemtica, da lugar a una clase tpica de comportamientos que apunta hacia una intencionalidad
determinada. As, por ejemplo, la conducta consistentemente torpe
de un nio que deja caer todo cuanto pasa por sus manos o los olvidos sistemticos que experimenta un adolescente respecto a los
encargos que se le encomiendan, puede estar orientada a conseguir
la atencin que desean de cuantos les rodean en un intento efectivo muchas veces de sentirse a s mismos importantes. La reiterada desobediencia de un muchacho que, sistemticamente, va seguida por la correspondiente ria paterna, suele apuntar hacia una
lucha de poderes mediante la cual, probablemente, padre e hijo se
dedican a delimitar sus territorios personales y sus correspondientes zonas de influencia. Ciertos comportamientos constituyen pura
y simplemente intentos de venganza abiertos o encubiertos hacia
alguien contra quien se guarda algn resentimiento. Tambin es
posible encontrar muestras de ineptitud por parte de quien, simplemente, desea que lo dejen en paz.
Llamadas de atencin, pulso de poderes y desquite son tres de
los objetivos a los que apuntan numerosos comportamientos inadecuados o conflictivos en los que se encuentra involucrada una
relacin interpersonal. A menudo constituyen peldaos de una
misma escalera que, inadvertidamente, van subiendo quienes se
enredan en una dinmica conflictiva, de manera que el comportamiento que comienza constituyendo una simple molestia para la
persona hacia la que va dirigido, pasa a convertirse en un desafo a
la autoridad, lo cual desencadena la consiguiente rplica punitiva
que, a su vez, genera un deseo de desquite en el protagonista ms
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"Espera que te agarre.." (le susurra por lo bajo el reo a su acusador mientras le lanza una mirada cargada de odio).
El comportamiento de ineptitud provoca deseos de "rendirse"
dejando por imposible a quien muestra tal conducta inadecuada o
bien es la justificacin para abandonarse uno mismo evitndose la
incomodidad de todo intento de autosuperacin:
"No, mira, se hace de esta manera... (despus de mostrarle un
modelo varias veces)... oh!, est bien, deja, yo te lo hago".
O tal vez:
"Tengo una voluntad muy dbil... es intil que siga intentando dejar
de fumar...".
Pues bien, como estas actitudes son las que provocan que la
interaccin se mueva permanentemente en el mismo crculo, es
importante ser consciente de su existencia para evitar a toda costa
penetrar en la misma "zona minada" que, sin remisin, nos conducir de nuevo al lugar del que, precisamente, queremos salir.
Si el padre del primer ejemplo evita caer en su propia zona
minada de irritabilidad cada vez que su hijo solicita su atencin y
se esfuerza en desarrollar otra actitud diferente, por ejemplo
tomando l la iniciativa para desarrollar algn juego de contacto
fsico con el nio en cuanto llega a casa en lugar de enfrascarse en
la televisin, el nio ya no tendr razn alguna para persistir en sus
molestas llamadas de atencin. Otro tanto se puede decir de quien,
con su propia actitud, alimenta una escalada simtrica por la cumbres del poder: la mejor estrategia para romper el crculo de violencia engendrado por el "ordeno y mando" es otorgar a la parte
contraria algunas de las cotas de responsabilidad que demanda. En
cuanto al nimo de revancha, no es difcil comprender que el ejercicio de la venganza slo genera ansias de desquite en la parte perdedora, con lo que, fcilmente, se desencadenar una interminable
rueda de vindicaciones en la que, sucesivamente el que ha quedado por debajo se situar momentneamente arriba hasta que, de
nuevo, el otro lo haga caer.
En cuanto a las manifestaciones de ineptitud o las actitudes de
impotencia, la zona minada est constituida precisamente por el
deseo de retirada que provocan. Si un maestro "se rinde" ante la
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manifiesta cerrazn de su alumno para aprenderse la tabla de multiplicar, probablemente pasarn aos antes de que el alumno, efectivamente, la aprenda. Pero si en lugar de eso el maestro persevera
buscando formas amenas o sorprendentes de estimular el inters
del chico, acelerar el proceso de aprendizaje. De hecho, muchos
programas diseados para el mejoramiento del rendimiento intelectual, como el "Proyecto HARVARD"6 o el "Programa de Enriquecimiento instrumental" (P.E.I.)7 de Reuven Feuerstein han demostrado resultados sorprendentes en alumnos con sndrome de
Down, que si hubieran cado en manos de profesores fcilmente
asequibles al desaliento, no hubieran desarrollado todo el potencial
del que demostraron ser capaces. Lo mismo ocurre en relacin a
uno mismo: la actitud de rendirse ante los repetidos fracasos personales slo conduce a nuevos fracasos. La zona minada a evitar,
por lo tanto, frente a estas actitudes, tanto de los dems como propias, es el abandono.
La prctica de la teora
La asimilacin de los puntos tratados en este captulo, ms que
una prctica puntual sobre un par de ejercicios escritos, requiere el
desarrollo de una disposicin personal de reflexin en torno a las
posibles actitudes, propias y ajenas, que subyacen a cada fragmento de comportamiento externo:
Qu creencias, valores, qu postura personal, en definitiva,
parece estar justificando la adopcin de una determinada conducta?
Qu papel se est desempeando en el juego de comportamiento en cada caso: vctima, perseguidor, salvador?
Qu actitud vital parece ser la predominante en cada uno de
los actos cotidianos: conciliador, acusador, calculador, irrelevante?
6. CEPE. Madrid, 1992.
7. Bruo. Madrid, 1992.
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Resumen
La interacciones problemticas parecen seguir unas reglas
determinadas por los valores personales.
Las reglas encubiertas pueden definir diferentes papeles
que los protagonistas de la relacin-problema estn jugando
inadvertidamente.
Los papeles ms simples en una relacin difcil son los de
perseguidor-vctima-salvador
Las posturas personales ms frecuentes en relacin con
los dems son las de: conciliador, acusador, calculador e irrelevante.
La caracterologa individual condiciona la actitud personal frente a una situacin conflictiva. Un buen sistema de clasificacin de personalidad se puede encontrar en el eneagrama y
sus nueve tipos: perfeccionaste, entregado, triunfador, sentimental, observador, leal, vividor, justiciero y conciliador
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REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Lecturas recomendadas sobre el Eneagrama:
BARON, Renee y WAGELE, Elizabeth: El Eneagrama., Barcelona: Planeta, 1995. Se trata de una obra de fcil lectura y muy completa. Excelente como introduccin al tema.
BEESING, Mara; NOGOSEK, Robert J.; OLEARY Patrick H.: El Eneagrama Un camino hacia el autodescubrimiento, Madrid: Narcea,
1995 (3 ed.). Excelente obra de estos pioneros en el estudio y
divulgacin del tema. Contiene un interesante captulo sobre
Eneagrama y espiritualidad.
GALLEN, Maria-Anne y NEIDHART, Hans: El Eneagrama de nuestras
relaciones, Bilbao: Descle De Brouwer, 1997. Son dos excelentes obras de iniciacin en la teora eneagrmica. La primera enfocada hacia el autodescubrimiento personal y la
segunda, con una dimensin hacia lo social.
MELENDO, Maite: En tu centro: El Eneagrama, Santander: Sal Terrae,
1993. Libro de fcil comprensin, con el aliciente de estar
escrito por una autora espaola, desde un punto de vista ms
cercano a nuestra propia cultura. Ideal para iniciarse en el
tema.
PALMER, Helen: El Eneagrama, Barcelona: Los Libros de la liebre de
marzo, 1996. Se trata de la obra ms recientemente publicada
en Espaa sobre el tema y tiene la virtud de que su autora es
una autntica pionera en el estudio del Eneagrama.
RISO, Don Richard: Tipos de Personalidad. El Eneagrama para descubrirse a s mismo, Santiago de Chile: Cuatro Vientos, 1993.
Comprendiendo el Eneagrama, Santiago de Chile: Cuatro
Vientos, 1994. Estas dos obras de Riso son, probablemente,
las ms completas y didcticas publicadas hasta la fecha.
Pueden servir como manual de consulta permanente y como
texto de aprendizaje sistemtico.
Descubre tu perfil de personalidad en el Eneagrama., Bilbao:
Descle De Brouwer, 1997.
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PASOS HACIA LA SOLUCIN
"El principio de ms de lo mismo no produce 'sorprendentemente' el cambio deseado, sino que, por el contrario,
la 'solucin' contribuye a aumentar el problema
y se convierte en el mayor de ambos males"
Paul Watzlawick
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Caminar despacio
Como en msica, cada cambio tiene su "tempo" e intentar acelerarlo slo desemboca en estridencias. Problemas que han ido cristalizando a lo largo de los aos no pueden desvanecerse por arte de
magia (por cierto: la magia en psicoterapia no existe) en unos pocos
das. Es preciso asegurar el objetivo final consolidando previamente cada una de las conquistas logradas.
La actitud ms importante a desarrollar a lo largo de este camino pausado es la de observador inteligente que aprende de cuanto examina y reconoce las leyes ocultas en los fenmenos que contempla, de manera que su sensacin de control sobre la situacin
que est manejando se fundamenta cada vez con mayor solidez
en su comprensin de las relaciones entre lo que hace y lo que
obtiene.
Tambin es bueno tener en cuenta que la solucin de un problema, de cualquier problema, por importante que sea, no supone la
inauguracin de una etapa de felicidad perpetua para el resto de
los das de existencia, sino que, ms bien, la vida es una sucesin
de problemas y que, tras el que acabamos de dejar atrs, seguramente nos espera otro. Pero hay que saber tambin que un problema es slo eso: una situacin a la que conviene poner remedio. No
se trata ni del fin del mundo ni de algo "horroroso".
reas de cambio
Segn la estructura del problema al que debemos enfrentarnos
en un momento dado, puede que sea necesario enfocar nuestro
objetivo hacia los aspectos interpersonales de una relacin o quizs
el problema est principalmente ubicado en nosotros mismos, con
lo que el terreno de juego va a ser nuestra actitud personal.
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Sea cual sea el rea conflictiva, los cambios que podemos proponernos iniciar pueden estar dirigidos hacia tres aspectos de la
realidad social o personal:
El mbito interno de los pensamientos y cogniciones.
El mundo de los afectos y sentimientos ms ntimos.
El rea concreta de las acciones personales, de la conducta
observable.
Los tres espacios constituyen, en realidad, aspectos parciales de
la realidad global del funcionamiento humano:
La filosofa bsica de la vida el mapa general de referencia,
podramos decir, o la base terica de la "postura personal", constituye el sustrato a partir del cual se activan las valoraciones correspondientes a cada situacin concreta en la que nos hallamos, la
definicin de uno mismo y de los dems, con todas las derivaciones que ello implica sobre aspectos tales como autoestima, juicios
sobre los otros, expectativas, etc.. A nivel operativo se concreta en
una especie de dilogo interno permanente, ms o menos consciente, que mantenemos con nosotros mismos, ya sea en forma verbal o de imgenes.
El clima afectivo se genera principalmente a partir de las valoracin subjetiva de los acontecimientos que nos toca vivir en un
momento dado, en el sentido de que los juicios personales pueden
modular la intensidad de una emocin ya sea magnificndola o
minimizndola (recurdese la referencia a la teora RacionalEmotiva de Albert Ellis apuntada en el apartado "Problemas sin
dueo" del captulo II). Adems, la percepcin personal de la intensidad de una emocin es utilizada como criterio confirmador de los
presupuestos filosficos de partida.
El repertorio de conductas de cada cual est en funcin de sus
presupuestos filosficos bsicos al tiempo que participa tambin de
la esfera afectiva en el sentido de que el actuar o abstenerse de
hacerlo en funcin de las creencias de base, activa determinados
estados emocionales. Adems, los actos concretos sirven a su protagonista para consolidar su propia visin del mundo y de s mismo.
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Cambiar la estrategia:
"Si lo que ests haciendo no funciona, haz algo diferente". No debemos perder de vista esta mxima fundamental en la filosofa del
cambio estratgico ya que toda accin encaminada a la obtencin
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Forzar lo espontneo
Frente al empeo persistente en conseguir, sin resultado alguno,
que se produzca aquello que slo puede ocurrir de modo natural,
la nica postura que cabe adoptar para abrir una va hacia resultados diferentes es, precisamente, empearse en no lograr aquello
que deseamos conseguir. Este camino aparentemente absurdo es
ampliamente utilizado en psicoterapia, por ejemplo a partir de tcnicas paradjicas tales como la prescripcin del sntoma que propugna Viktor Frankl1 as como otros muchos autores.
Se puede constatar fcilmente que la mayor parte de los sntomas fisiolgicos como el insomnio o las disfunciones sexuales son
mantenidos, en buena medida, por la exigente demanda de que las
cosas funcionen de manera diferente: Cuanto ms empeo pone el
insomne en lograr caer dormido, mayor ansiedad se genera a s
mismo con sus exigencias de aprovechar al mximo las pocas horas
que le quedan hasta el momento de tener que levantarse. Si en
lugar de angustiarse por el reloj o la perspectiva de un da somnoliento, se dedicara a disfrutar de su msica favorita o de una lectura apasionante, o bien se afanara en hacer la limpieza del cuarto
1. Viktor E. FRANKL: Logoterapia y Anlisis Existencial, Barcelona: Herder, 1990.
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trastero, como mnimo, se desestresara y, muy probablemente, llegara a caer rendido cuando menos se lo esperara.
Del mismo modo, cuanto ms se esfuerza en experimentar una
ereccin la persona afectada de impotencia, ms es presa de su propia ansiedad de expectacin y, en consecuencia, ms dificultades
experimenta para lograrlo con lo que su frustracin aumenta, aadiendo un nuevo problema a la situacin, mientras que si aceptara
de entrada su dificultad y se centrara ms bien en el juego amoroso, en el que es posible participar sin ereccin alguna, sus probabilidades de lograrla aumentaran significativamente.
Tambin, el pretender forzar el nacimiento de un determinado
sentimiento en otra persona es encuadrable en este apartado.
Conozco un puado de casos de padres o madres separados que,
dolidos por el hecho de que sus hijos parecen ms encariados con
el padre con quien conviven habitualmente, se empean en obligar
a los pequeos a que los quieran a ellos en las fechas que el juez les
ha estipulado como rgimen de visitas cuando lo ms razonable
sera partir del hecho de que es lgico que el nio se sienta ms
apegado hacia la persona con la que convive habitualmente y tratar de ganar su cario no por decreto y a fecha fija, sino mediante
detalles y a lo largo de todo el ao.
Evitar lo temido
Cuando alguien siente aprensin ante una situacin es porque
se ve a s mismo sin los recursos pertinentes para hacerle frente y
salir airoso. En consecuencia, la reaccin ms inmediata consiste en
tratar de esquivar la situacin. Pero de ese modo se pierde la oportunidad de adquirir la prctica necesaria para el desarrollo de esos
recursos de los que no se dispone. Este es el caso de las fobias y de
las situaciones ansigenas en general. Cuanto ms se evita un estmulo temido, mayor temor llega a producir con lo que las conductas de evitacin se vuelven ms dominantes en el futuro.
La nica manera de superar el temor a una situacin es entrando en escena y haciendo frente al miedo que ese estmulo desencadena. Sin embargo, hay que hacer una matizacin: las personas
fbicas a menudo se comparan con quienes no experimentan su
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Defender el baluarte
Esta es la postura clsica del "partido de tenis". La actitud que
deberan desarrollar aquellos que siempre estn empeados en
salirse con la suya para demostrar su dominio es la de aprender
que el autntico poder se demuestra consiguiendo que el otro funcione de la manera que uno desea pero sin que se de cuenta de que
en realidad est siendo manejado.
Se trata de una especie de Judo psicolgico en el que, como en
la lucha japonesa, en lugar de oponerse frontalmente a la fuerza del
adversario, se emplea, precisamente, su propia energa para hacerle caer. Si alguien se lanza contra uno para derribarlo y el atacado
se empea en parar el golpe, en realidad lo nico que hace es ayudar al agresor a mantenerse en pie, mientras que si se aparta, es
muy fcil que el agresor caiga por su propio impulso.
Conozco a una pareja de "aries" en realidad ignoro su signo
zodiacal ni, por supuesto, me importa en absoluto conocerlo
cuyas interacciones ms habituales consisten en darse cabezazos de
oposicin dialctica. Cuando acudieron en demanda de asesoramiento psicolgico, en realidad pretendan una especie de juez que
otorgara la razn a una de las partes en detrimento de la otra por
lo que quedaron un tanto frustrados cuando les expliqu que esa
no era mi funcin. Despus de algunas sesiones con cada uno de
los cnyuges por separado, procur explicarle a la mujer dado que
ella era la que ms sufra y, en realidad, era quien haba demandado la terapia cmo poda hacer en concreto para practicar esta
clase de "Judo psicolgico", pero ella lo interpret como una propuesta para "ceder" ante las injusticias del marido. Cuando por fin
logr hacerle entender que la inteligencia es la forma ms refinada
de poder, ella empez a vislumbrar numerosas maneras de lograr
salirse con la suya a partir de una aparente actitud de sumisin
ante su esposo. Se guard su "puo de hierro" y empez a entrenar
su "mano izquierda" con unos resultados muy esperanzadores.
En definitiva, frente a la actitud de tener razn en todo momento y querer salirse siempre con la suya, se debe aprender a mantener una posicin de debilidad aparente, lo cual puede implicar
desde la sustitucin del imperioso "tienes que" por un ms amable
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Defensa acusadora
Cuando el problema ms acuciante entre dos personas consiste
en un tpico crculo vicioso que comienza con la imputacin por
parte de uno de los protagonistas de determinados comportamientos perversos en el otro y, ante la defensa negadora del acusado, se
utiliza esa misma negacin como prueba de su mala disposicin
para reformarse, lo que ocurre, en realidad, es que se est iniciando un crculo vicioso tan tupido que es imposible intentar buscar
una salida "razonable". Este puede ser el caso de un ludpata en
vas de cura: si cada vez que llega a casa su esposa le interroga acerca de sus incursiones en las mquinas tragaperras y ste niega
haberse gastado ni un duro en tal vicio, pero su negativa es interpretada como una mentira defensiva, la situacin puede llegar a ser
tan asfixiante que induzca al presunto jugador a incurrir nuevamente en su hbito, como un medio de venganza frente a la actitud
inquisitorial de la que ha de protegerse cada da.
Mi paciente paranoica, de la que ya he hablado en captulos
anteriores, vive muy preocupada pensando si no estarn hablando
de ella a sus espaldas. Una y otra vez interroga a quienes conviven
con ella, pero nunca se queda satisfecha con las negativas que recibe; ms bien sospecha que se confabulan para ocultarle la verdad
de sus veladas murmuraciones. En cierta ocasin que acudi a la
consulta acompaada por su madre aprovech para hablar con sta
y organizar una estrategia que pudiera servir a toda la familia para
aliviar un poco su tensa situacin. De este modo, en presencia de la
joven, di a la madre instrucciones en el sentido de que, cada vez
que la chica les preguntara si haban estado hablando de ella, le
contestaran sistemticamente en sentido afirmativo. Me asegur de
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La prctica de la teora
A estas alturas es posible que ya se haya perfilado alguna zona
conflictiva concreta sobre la que se desea iniciar algn cambio positivo. Por lo que llevamos expuesto, debera estar ya bastante claro
que el problema, si bien lo miramos, no radica en la "causa" que ha
dado origen a la demanda de cambio eso pertenece al pasado y
nosotros slo podemos actuar sobre el presente concreto ni,
mucho menos, es el inevitable fruto de un caprichoso "destino" del
que somos juguete. El problema, ms bien, radica en aquello que
estamos haciendo para conseguir que las cosas permanezcan inmutables, en la misma situacin indeseable en la que se encuentran; el
problema es la solucin y todos nuestros esfuerzos deben orientarse a propiciar un cambio en la estrategia que abra nuevas posibilidades de resolucin no intentadas hasta la fecha.
Por ello, el objetivo de este captulo apunta claramente a la ruptura del crculo vicioso, no abriendo un gran boquete en la estructura de nuestra conducta habitual, sino, sencillamente, permitiendo
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Resumen
Estructura lgica de la solucin de problemas:
PROBLEMA
de otro
mo
INTENTOS
DE SOLUCIN
funciona
no funciona
SEGUIR
NUEVA SOLUCIN
FIN
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El problemas es:
- Me pongo en manos de mi
oponente (Ej.: pido la colaboracin de mi hijo en lugar de empearne en que me obedezca).
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ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO
"Si no tiene ningn sentido, nos evita un montn de
preocupaciones ya que no necesitamos encontrarle ninguno"
El rey de la baraja en Alicia en el pas de las Maravillas.
Lewis Carroll
La bola de nieve
Prepararse para cambiar puede ser una tarea ms complicada de lo que a primera vista parece. El cambio es un arte, tal
como demuestra Paul Watzlawick en su obra1 y como en todo
arte, se pueden utilizar determinadas tcnicas, seguir ciertas
pautas estandarizadas y hasta esforzarse en utilizar las cantidades exactas de la "receta", pero la obra completa depende
de algo ms que de la aplicacin mecnica de unas cuantas
operaciones infalibles. A la hora de disear una estrategia de
cambio, es preciso partir no de unas normas prefijadas ("de
qu se trata aqu?: de un intento de "forzar lo espontneo? Ah,
bien! entonces lo que tengo que aconsejar es que boicotee sus intentos de xito") sino de la comprensin de la postura personal
del sujeto que demanda ayuda o de la actitud propia que, sistemticamente, nos conduce a obtener el resultado que menos
deseamos.
Entonces, cmo disear la estrategia de cambio con las
mayores garantas de xito?, cmo aplicar las instrucciones de
la receta para conseguir un guiso comestible y hasta sabroso?
1. Paul WALTZLAWICK: El arte del cambio, Barcelona: Herder.
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Los dos elementos bsicos ya han sido comentados en anteriores captulos; no obstante, dada su importancia fundamental, no
estar de ms recordarlos de nuevo brevemente:
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los mpetus arrolladores de los consultantes excesivamente impacientes por el logro de sus metas personales.
Otros aspectos no menos importantes para propiciar un cambio
efectivo son los siguientes:
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hacia la bsqueda de una salida factible puede hacer perder la perspectiva de conjunto de todas las potencialidades positivas, as como
de los episodios de la historia personal que culminaron con la resolucin exitosa de alguna situacin conflictiva anterior, que guarde
ms o menos similitud con las circunstancias presentes. Pero lo cierto es que, a menudo, se pueden encontrar en algunos mapas internos recnditos, actitudes personales que se han sabido aplicar a
otros problemas con resultado satisfactorio y, entonces, mejor que
recurrir a lo novedoso, parece ms seguro y econmico echar mano
de lo que ya ha probado ser efectivo, lo cual proporciona al sujeto,
adems, una mayor sensacin de control sobre los resultados.
Por eso mismo, es crucial realizar un estudio previo de la capacidad del sujeto, en el caso de que estemos actuando como terapeutas, o de las propias habilidades personales, si se trata de llevar
adelante un trabajo personal, a la hora de poner solucin a otros
problemas ms o menos similares al que nos ocupa.
Luis es un sujeto de cincuenta y seis aos, que acudi a consulta debido a su grave problema con las mquinas tragaperras. En el
momento de solicitar terapia, estaba endeudado en varios cientos
de miles de pesetas por causa del juego y su vida familiar estaba
seriamente amenazada por esta causa. En la entrevista inicial
observamos que Luis era un "poliadicto" que haba tenido problemas con prcticamente todas las "sustancias" legales existentes:
fumaba tres paquetes diarios de cigarrillos; sus problemas de juego
no se limitaban a las mquinas, sino que tambin haba tenido
serias dificultades con el bingo hasta que decidi autodenunciarse para que le fuera impedida la entrada en las salas de juego y se
gastaba semanalmente una buena cantidad de dinero en los diferentes tipos de lotera existentes. Adems, haba tenido problemas
con el alcohol y en la actualidad estaba tomndose altas dosis de
emetina (una sustancia que, con el alcohol, provoca el vmito y
puede servir como mtodo de disuasin para quienes no tienen el
suficiente autocontrol) para impedirse ingerir bebidas.
Intentamos inicialmente un tratamiento "de choque" mediante
tcnicas de hipnosis que, si bien tuvieron un xito parcial, no lograron erradicar totalmente el problema de ludopata de Luis por lo
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bancaria o a pedrselo prestado a algn amigo, a comentarle al cajero o al amigo, que el dinero era, en realidad, para gastarlo en las
mquinas tragaperras. A Luis le horroriz la idea, pero l mismo
coment que no resultaba mucho peor que ingerir emetina para
activar una cierta aversin por el alcohol.
En la actualidad, Luis ha liquidado todas sus deudas de juego,
dice sentir tentaciones de jugar unas "doce veces al ao" y, cuando
incurre en alguna de ellas, es a costa del dinero que lleva tasado
para sus dos cafs, pero no lo pide prestado ni lo retira de su cuenta. Curiosamente, aunque ste no haba sido un objetivo explcito
del contrato teraputico, ha rebajado sus dosis de emetina y slo
recurre a ella los das que l considera de alto riesgo de bebida, por
ejemplo, si tiene que acudir a alguna fiesta o celebracin familiar.
Adems, tras el ltimo chequeo mdico en su empresa ha empezado a plantearse el dejar de fumar!
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como una parte integrante del propio camino que, inexcusablemente, tenemos que recorrer.
Gerardo es un estudiante universitario que ha cursado los dos
primeros aos de su carrera de ingeniera industrial a trancas y a
barrancas. Este curso, se encuentra con que lleva demasiadas asignaturas arrastrando y se propone realizar un importante esfuerzo
para ponerse al da aprobando casi todas las que tiene pendientes
de cursos anteriores. Pero el "historial clnico" de Gerardo est lleno
de buenos propsitos incumplidos, de autoengaos con el tema de
"esta vez s"; por eso mismo, cuando nos pide consejo, mostramos
nuestro escepticismo y le hacemos ver que difcilmente podr llevar
adelante sus planes dado su carcter voluble. Le explicamos que,
teniendo en cuenta sus antecedentes de inconstancia, sera mejor
que decidiera matricularse slo de un par de asignaturas en la esperanza de que las saque adelante entre Junio y Septiembre.
Paradjicamente, con esta actitud de pesimismo se cubren
varios objetivos simultneamente: Se normalizan el fracaso y las
recadas y as, al aceptar mejor los errores, dejan de constituir un
lastre para el avance hacia los objetivos deseados; se estimula el
amor propio de algunas personas que encuentran en el desafo
implcito de tal actitud pesimista un motivo para superarse, o bien
se marcan unos objetivos ms modestos y razonables, ms fciles
de alcanzar y ms estimulantes, a la hora de proponerse nuevos
logros ms importantes.
Si bien se mira, el conjunto de los factores anteriores constituyen
pequeos elementos a partir de los cuales la bola de nieve puede
comenzar a rodar sin grandes esfuerzos, de un modo sutil hasta
desembocar en cambios notables. Examinemos a continuacin
algunas estrategias concretas de cambio:
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siado alto, lo que explicara su excesiva angustia ante los exmenes, as como el exagerado inters en obtener siempre calificaciones excelentes. Por ltimo, desarrollamos la hiptesis de que,
ahora que Amelia ya era una mujer, sera conveniente desplegar
otro estilo de relacin, menos protector, con la chica ya que, seguramente, una buena porcin de la angustia de la joven poda provenir del hecho de que ella estuviera empezando a plantearse
inconscientemente el hecho de que, un da, tendra que salir al
mundo sin contar con la seguridad del apoyo que ellos le estaban
dando continuamente. En resumen, se propuso a los padres de
Amelia que pensaran nuevas formas de relacionarse con ella
desde un nivel ms adulto, en lugar de tratarla como la "niita" a
la que continuamente se refera la madre.
"Algo as como darle las llaves del coche antes de que nos las pida"
apunt el padre.
Evidentemente, en esta intervencin hubo mucho camino que
recorrer ms con la madre de Amelia que con la propia chica
pero el inicio quedaba claramente sealado por la propuesta del
padre: en lugar de mantener al pollito en el cascarn para evitarle
los inconvenientes de la vida sobre la tierra, los padres deban ayudarle a desprenderse de los ltimos restos de cscara que todava
le impedan volar... an a riesgo de que fuera a darse algn que
otro batacazo
La sombra de la desgracia
A menudo, los problemas parecen estar asentados a nivel personal, ms que desarrollarse en la interaccin entre varios protagonistas. Cuestiones como los pensamientos obsesivos o las depresiones es posible que tengan un origen ms caracterstico a partir del
sistema cognitivo del sujeto que como resultado de un juego de
relaciones con otros, si bien el factor social puede tener tambin
una notable incidencia tanto en la aparicin como en el mantenimiento del problema. En estos casos, al igual que en los tpicamente derivados de las inevitables vinculaciones interpersonales, la
directriz ms clara para buscar una salida vlida al conflicto individual consiste en establecer la postura personal que parece estar
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La prctica de la teora
Tal vez la lectura de este captulo o de alguno de los ejemplos
presentados en cualquiera de los anteriores, haya podido servir de
pauta para intentar provocar algn cambio en la situacin conflictiva personal que se desea erradicar. Cada cual puede disear su
propio cambio introduciendo las variantes personales que considere ms oportunas. No existen reglas fijas ni se persigue actuar de
acuerdo con "la verdad". La sugerencia ms til que se puede dar
en relacin a un proyecto de cambio consiste, precisamente, en
intentar un cambio, no el mejor posible, ni el ms adecuado en relacin a los datos examinados, sino simplemente, arriesgarse a manipular alguna de las condiciones existentes y esperar a ver qu pasa.
En todo caso, no se debe perder de vista los dos pilares bsicos de
todo cambio efectivo:
Proponerse un cambio mnimo
Concederse el tiempo necesario para lograrlo
Es posible que cada lector est trabajando ya sobre un tema
vital, una situacin personal, que desea resolver. De todos modos,
para los ms perezosos, se proponen a continuacin algunas situaciones posibles para que se diseen sugerencias de cambio. Al final
del captulo, como siempre, se apuntan algunas posibilidades (que
en ningn modo pretenden representar "la verdad" del cambio):
He aqu, de manera muy esquematizada, diferentes situaciones
conflictivas. La tarea del lector consistir en hacer propuestas de
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De quin es Propuestas
el problema de cambio
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Resumen
El cambio, para ser efectivo, ha de perseguir slo unos
objetivos mnimos.
Hay que contar con el tiempo requerido para que el cambio se produzca.
Para propiciar un cambio hay que manipular los elementos manejables.
Se deben potenciar los recursos personales existentes.
Es recomendable mantener una actitud escptica respecto
a los resultados.
Situacin
indeseable
Ms de lo mismo... conduce
siempre al mismo resultado.
Efecto negativo
Mismo resultado
Intento de
solucin
El Cambio
variacin.
requiere
Nueva
situacin
Situacin
indeseable
Efecto negativo
Diferente resultado
Solucin
novedosa
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Conceder a la nia un
tiempo prudencial para
comer. Pasado ese momento, retirarle el plato
y mandarla a hacer sus
tareas habituales, con
una actitud normal, sin
aires de reprimenda y
sin hablar ms de la
comida.
144
Situacin
De quin
es el problema
Propuesta de cambio
De los
padres
de
Carlos.
145
8
EL ENFOQUE ESTRATGICO
"Podemos considerar la situacin tal como existe ahora y aqu,
sin comprender de qu modo ha surgido y, a pesar de nuestra
ignorancia acerca de su origen y evolucin, podemos
hacer algo con ella"
Paul Watzlawick
147
148
EL ENFOQUE ESTRATGICO
situacin sino que, por el contrario, invitan a la accin personal responsablemente asumida y se abren a la creatividad, a la iniciativa
y al inconformismo.
Diagnstico
Ya habr quedado claro que el enfoque estratgico no busca
aplicar rtulos o etiquetas diagnsticas sobre los que apoyar la
intervencin posterior. No se trata de encasillar a los sujetos en
categoras nosolgicas ni de especificar su supuesta disfuncionalidad individual. Lo que se busca, ms bien, es alcanzar una comprensin global de los elementos que constituyen la situacin problemtica de partida. La fase de diagnstico, por lo tanto, se concretar en la descripcin operativizada de la queja inicial:
Descripcin general.
Personas implicadas.
Interacciones entre las personas implicadas.
Quin parece estar manteniendo el problema.
Quien parece ser el ms perjudicado en la situacin actual.
De qu manera constituye un problema y para quin.
etc.
Una vez recabados los datos pertinentes, el terapeuta debe hacer
una reformulacin de la situacin, como un resumen, que integre
todos los elementos considerados y exponerla a su interlocutor
para comprobar la adecuacin del propio punto de vista al del consultante. En caso de que el ajuste de ambas percepciones no fuera
el adecuado, el terapeuta deber formular cuantas preguntas nece-
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150
EL ENFOQUE ESTRATGICO
Soluciones intentadas
Ya ha quedado bien establecido que, en realidad, el problema es
la solucin y por eso mismo, ser necesario especificar muy claramente cules han sido las soluciones ineficazmente puestas en
prctica, que han dado como resultado el mantenimiento de la
situacin indeseable.
En una entrevista inicial no se debe dejar de formular cuestiones
como las siguientes:
- De qu manera han procurado hacer frente a la situacin?
- Qu se ha obtenido exactamente?
- Qu es lo que parece funcionar y lo que no est dando resultado?
- Qu ha impedido que se continuara haciendo aquello que
disminua el problema?
... ... ...
Un enfoque estratgico no puede perder de vista todo el entramado de interacciones que se producen en el entorno del sujeto
que, a menudo, ni siquiera es el dueo del problema1 y rechaza
simplificar la cuestin a base de "patologizar" a cualquiera de los
implicados cargando sobre l la responsabilidad exclusiva de la
situacin. La visin de conjunto de lo que est ocurriendo en realidad, no puede quedar completa sin un anlisis detallado de los
remedios que se han intentado poner en prctica.
En el caso de Mnica la madre informa de que la ha llevado al
pediatra a causa de las somatizaciones que experimenta la nia y
que ha razonado con ella en el sentido de explicarle que los das
1. Muchas veces las sentencias judiciales intentan "forzar lo espontneo"; as,
en el caso que nos ocupa, no se puede considerar que el problema sea de la
nia por no albergar unos sentimientos de cario hacia su padre, sino ms
bien de ste por no haber sabido ganarse el cario de su hija; la solucin,
por lo tanto, no se puede implantar a partir de obligar a la nia mediante una sentencia a que permanezca con su padre en contra de su propia
voluntad, sino ms bien, de recomendar al padre una actitud hacia su hija
que le permita ganarse la confianza de esta.
151
Objetivos mnimos
Un vez desmenuzado el problema e identificados los caminos
que no llevan a parte alguna, se necesita trazar nuevos itinerarios;
pero es preciso determinar a dnde han de llevar las nuevas vas de
accin, marcando objetivos concretos y verificables que permitan
saber en cualquier momento si los intentos de cambio nos estn
acercando o no a la situacin final deseada.
En principio, los objetivos de cambio han de ser modestos y tangibles. Su cumplimentacin puede suponer un estmulo adicional
para el logro de nuevos fines ms amplios al tiempo que sealan la
eficacia del camino emprendido. Se trata, como hemos sealado
anteriormente, de poner en marcha el efecto "bola de nieve".
En esta fase puede ser de utilidad recurrir a preguntas tales
como:
De qu manera puedo yo ayudarle a afrontar este problema?
En terapia, como en educacin, muchas veces se acta sobre el
presupuesto equivocado de que es el profesional el que debe hacerse cargo de la situacin, reducindose el papel del consultante al de
un mero observador pasivo que se limita a pagar para que le
resuelvan su problema. Cuestiones del estilo de la sealada ayudan
a delimitar el problema estableciendo, por una parte, un marco de
expectativas realistas al tiempo que deja sentado que la responsabilidad de la solucin va a recaer no sobre el terapeuta, sino sobre
el propio consultante ya que ser l quien deber esforzarse en
152
EL ENFOQUE ESTRATGICO
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154
EL ENFOQUE ESTRATGICO
depresivo puede encontrar que su estado de nimo es ms llevadero en algunos momentos del da, justo cuando algo est ocurriendo en su entorno...
Este tipo de relaciones requieren una cuidadosa investigacin y,
en el caso frecuente de que durante la entrevista el consultante no
consiga configurar una respuesta a esta pregunta, se le puede proponer como tarea la observacin de esos "momentos buenos" en
funcin de los elementos de la situacin o personales que parecen
estar presentes al mismo tiempo que el problema se hace menos
acuciante.
Has tenido alguna dificultad parecida anteriormente? de qu
manera conseguiste eliminarla?
A veces, las soluciones a problemas nuevos pueden surgir del
afrontamiento eficaz de viejos problemas. Un estudiante universitario se dio cuenta de que s exista un factor que en otros tiempos
le haba ayudado a llevar adelante con xito los primeros cursos en
la facultad. Como l deca, consista en "hacerse visible" a los profesores, lo cual implicaba ocupar un siento en la primera fila
arriesgndose a que pudieran formularle alguna cuestin sobre
un tema de estudio preguntar directamente a los profesores, en
clase o fuera de ella, sus dudas acerca de los temas y otras conductas similares que, segn l, lo obligaban a mantener un cierto compromiso de "no decepcionar" al profesor que era consciente de su
existencia y su inters, con lo que se obligaba a llevar sus estudios
al da. Para empezar a solucionar sus actuales dificultades de estudio, no tuvo ms que comprometerse a reiniciar alguno de aquellos
viejos hbitos, con lo que su rendimiento empez a mejorar al cabo
de poco tiempo.
Ayudar al consultante a explorar sus recursos personales le
proporciona una estimable sensacin de autocontrol a la que
podr recurrir a la hora de comprometerse con metas ms complejas o ante futuros problemas, semejantes de algn modo a los
que afronta en la actualidad. De nuevo, el poner de manifiesto las
posibilidades personales del consultante, le permite mantener un
sentido de responsabilidad en la bsqueda de soluciones, con lo
que su implicacin en la estrategia ser mayor, as como la sensa-
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156
EL ENFOQUE ESTRATGICO
para poner tambin de manifiesto aspectos que el cliente ni siquiera haba conceptualizado como valiosos y esto puede hacerlo en
diferentes momentos de la terapia:
a) Resaltando los logros obtenidos que han podido pasar desapercibidos al cliente.
Se puede hacer esto, por ejemplo, pidindole al consultante que
verbalice su objetivo final y cuando lo ha detallado pormenorizadamente, se le puede hacer una pregunta del estilo:
"Algunos de esos elementos se estn dando ya, en alguna medida
en la situacin actual?".
De esta manera el sujeto puede reflexionar sobre algunos datos
a los que no haba prestado atencin por centrarse fundamentalmente en los aspectos ms negativos de su situacin, con lo cual se
propicia un nuevo punto vista hacia elementos ms positivos con
los que se puede estar contando ya en la actualidad.
Cuando la madre de Mnica recapacit a partir de una pregunta similar a sta, pudo darse cuenta de que, incluso los das prximos a las visitas del padre, la nia era capaz de disfrutar de muchas
horas de tranquilidad y diversin en determinadas actividades en
el colegio y con sus amigas o, simplemente, en casa, cuando estaba
enfrascada en sus programas favoritos de televisin. Un agorafbico se haba propuesto como objetivo concluir su preparacin como
abogado y comenzar a trabajar en un despacho. A poco que reflexion pudo entender que, de hecho, estaba funcionando en buena
medida tal y como deseaba; ciertamente la angustia lo atenazaba
buena parte del da, pero su funcionamiento, a pesar de ello, era
muy similar al guin de su meta ideal acuda al juzgado, realizaba mltiples trmites a lo largo del da, preparaba intervenciones,
etc. lo cual le dio nimos para perseverar en sus tareas de superacin del miedo fbico.
b) Reformulando en positivo las palabras del consultante.
En muchos de los mapas mentales que utilizamos estn impresas de un modo fijo ciertos rtulos negativos pero, si bien se mira,
tales etiquetas pueden ser examinadas desde otro punto de vista y
sustituirse por conceptualizaciones ms positivas. No se trata simplemente de un juego de palabras que hace el terapeuta, como un
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EL ENFOQUE ESTRATGICO
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EL ENFOQUE ESTRATGICO
las soluciones infructuosamente intentadas como la postura personal del consultante, as como el propsito positivo oculto tras toda
su actuacin.
La formulacin de las prescripciones, como los reencuadres,
tiene mucho que ver con el lenguaje hipntico ericksoniano. De
hecho, los terapeutas que tienen experiencia con la formulacin de
sugestiones en trance hipntico encuentran fascinante el hecho de
enunciar sugerencias "en fro", fuera del marco de un estado de
concentracin dirigida; pero, en realidad, no se trata de nada muy
distinto de las sugestiones formuladas por Milton Erickson, sin
necesidad de "oficiar" una induccin de trance formal.
Me imagino que un terapeuta novel va a necesitar tragarse
mucha saliva antes de atreverse a pedirle a una cliente depresiva
que esa noche, al disponerse a preparar la cena, derrame el aceite
por el suelo u organice alguna otra catstrofe domstica. De hecho,
supongo que el inseguro tono de voz con el que va a formular tal
peticin provocar un buen desconcierto en su consultante que no
se mostrar en absoluto dispuesta a someterse a tal sugerencia.
Pero si con el mayor convencimiento del mundo se le dice algo as
como:
"Entiendo que su temor por la posibilidad de que le pueda ocurrir
algo malo proviene de lo ms hondo de su subconsciente y est relacionado con un mecanismo de defensa de los sentimientos ms positivos que usted experimenta hacia su familia. Por eso mismo debera
usted sondear hasta qu punto esos sentimientos estn presentes y a
punto para empezar a ser liberados... no s lo que pensar usted, pero
se me ocurre que podra ser una buena idea que esta noche, cuando
se disponga a preparar la cena, provoque usted misma algo de lo que
teme; digamos, por ejemplo, derramar el aceite por el suelo, o cualquier otra pequea catstrofe que pueda disear para los prximos
das. y ser interesante esperar a ver qu descubrimientos realiza
sobre sus verdaderos sentimientos...
Es puro lenguaje hipntico! El hemisferio cerebral izquierdo
puede "volverse loco" tratando de desentraar el significado literal
de tan farragoso discurso que habla de miedos, sentimientos positivos y aceite, pero tal vez el hemisferio derecho capte con toda cla-
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162
EL ENFOQUE ESTRATGICO
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SUJETO
CREENCIAS
EXPECTATIVAS
RESPONSABILIDADES
PREJUICIOS
PRESIONES SOCIALES
NORMAS
COMPORTAMIENTO
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EL ENFOQUE ESTRATGICO
La prctica de la teora
Al comenzar este captulo tenamos en mente el objetivo de
exponer con la mayor concisin posible el esquema de lo que
puede ser el estilo estratgico. Si bien el captulo se ha orientado
ms bien hacia los profesionales de la psicoterapia, nada impide a
quienes no se dedican a tales menesteres aplicar tal esquema a
muchas situaciones de su vida diaria. En concreto, consideramos
que la comunicacin habitual puede mejorar muy notablemente si
se adopta como hbito el seguimiento de algunas de las pautas del
enfoque estratgico:
Reformular el problema integrando todos los elementos es
un ejercicio de comprensin y sntesis. Exponer a nuestro interlocutor un resumen de lo que creemos haber entendido, brindndole
la oportunidad de matizarlo o modificarlo, es el mejor mtodo para
evitar malentendidos.
Resaltar lo positivo a su vez, no slo despejar los canales de
comunicacin sino que, adems, el esfuerzo por descubrir la intencin positiva oculta tras las opiniones o la conducta de un interlocutor, constituye el ms elaborado ejercicio de desarrollo de la
empata personal.
Prescribir cambios puede ser lo mejor que podemos hacer por
cualquier persona que se vea envuelta en un problema. Hacerle ver
que lo que est haciendo no funciona y que, por eso mismo, es
necesario intentar algo diferente, puede abrirle la puerta hacia nuevas soluciones. Por supuesto, no es necesario esforzarse en recomendar sistemticamente soluciones paradjicas; tal vez, fuera del
marco de la psicoterapia, eso puede resultar demasiado forzado
pero s que podemos ayudar a nuestros interlocutores a disear
estrategias alternativas sin perder de vista que la responsabilidad
ltima no nos corresponde a nosotros, sino a ellos!
165
Como entrenamiento, vamos a proponer un ejercicio de reinterpretacin positiva de comportamientos consistente en buscar un
motivo de elogio para nuestro supuesto interlocutor a partir de su
conducta problemtica. Al final del captulo se propone una posible solucin.
Situacin
Reinterpretacin
positiva
166
EL ENFOQUE ESTRATGICO
Resumen
El enfoque estratgico parte de:
1. Determinar el problema.
2. Especificar las soluciones intentadas.
3. Delimitar una meta clara.
4. Contar con los recursos personales existentes.
Las intervenciones estratgicas comprenden:
1. Resaltar lo positivo.
2. Reencuadrar y reinterpretar.
3. Prescribir comportamientos para romper el crculo vicioso
problema-solucin.
4. Evaluar los resultados obtenidos.
167
Determinacin de objetivos:
De qu manera puedo yo ayudarle a afrontar este problema?
Por qu me ha llamado justo en el momento en que lo ha
hecho y no antes ni despus?
Cul es, en este momento preciso, el cambio que parece
ms prioritario enfocar, el ms urgente?
Si llegase a producirse, cul se podra considerar como la
primera seal de que ha ocurrido un cambio significativo,
aunque sea pequeo?
Resaltar lo positivo
Est ocurriendo ya algo que no deseas perder?
Qu objetivo o funcin positiva se oculta detrs de todo
eso?
168
EL ENFOQUE ESTRATGICO
Reinterpretacin positiva
CONTINA
169
Situacin
Reinterpretacin positiva
170
APNDICE
EL ESTILO PALO ALTO
"Let's be brief"
Lema del Centro de Terapia Breve del MRI, en Palo Alto
No deja de sorprender al estudiante de Psicologa la
amplia bibliografa sobre temas psicoteraputicos y comportamentales publicados en un lugar con un nombre de tan pintorescas resonancias hispanas. Pero el fenmeno es explicable
si se tiene en cuenta que en esa pequea poblacin californiana, no lejos de San Francisco, confluyen dos importantes
fuentes referenciales para el profesional de la psicoterapia: la
Universidad de Stanford, por una parte y, especialmente, el
"MENTAL RESEARCH INSTITUTE" (MRI) nada que ver el
uno con la otra a cuyo amparo se desarrolla el "Centro de
Terapia Breve", origen de la terapia estratgica y fundamento
de otros enfoques de plena actualidad tales como la terapia
familiar sistmica.
En el jardn central del edificio que alberga al MRI, llega a
palparse la presencia de John Weakland, en el banco de madera que sustenta la placa en su memoria, y, al tiempo que es
posible tomarse un caf con Paul Watzlawick mientras se le
van proporcionando matizaciones lingsticas a su encantadora jerga hispano-italiana o admirar el agudo sentido del
humor del sorprendente Richard Fisch, uno no puede dejar
de pasar revista mentalmente, entre reverente y encantado, a
171
la larga lista de nombres ilustres ligados de un modo u otro a la institucin; desde su precursor, Gregory Bateson, hasta los actuales
encargados de mantener vivo su espritu inconformista e inquisitivo, como la cosmopolita Karin Schlanger, sin olvidar el ramillete de
personajes, casi mticos ya, que han contribuido a la configuracin
del espritu del MRI de Palo Alto, como Don Jackson, Virginia Satir,
y "a distancia", el propio Milton Erickson. Quien desee conocer en
detalle la historia de esta institucin puede consultar la bibliografa
correspondiente .
Pero lo ms interesante para el terapeuta que all va a impregnarse de algo de ese peculiar estilo estratgico para poder reflejarlo despus en su accin profesional, es la forma concreta de trabajar que se sigue en el Centro de Terapia Breve desde su fundacin,
a principios de los aos sesenta, y que rompe con muchos de los
esquemas tradicionales de actuacin en psicoterapia:
El equipo teraputico
Lo primero que sorprende es el hecho de que se trabaje en equipo. La sala de terapia consiste en un espacio sobriamente amueblado con dos sillas de brazos y una mesa baja que sirve de frontera
entre el terapeuta principal, el responsable de la sesin, y su consultante. Una de las paredes laterales que limita con una salita contigua, est constituida por un gran espejo sin azogue, que permite
observar desde este recinto cuanto ocurre en la sala de terapia.
Aqu se instala el equipo de coterapeutas entre tres y cuatro cuya
funcin va a consistir en prestar ayuda al terapeuta principal con
sus comentarios, interpretaciones y sugerencias. Adems, un equipo de vdeo permite grabar la sesin as como transmitir su contenido a un aula ms espaciosa desde donde pueden seguir el desarrollo de los acontecimientos varios alumnos que no intervienen
directamente en la sesin.
Por supuesto, el consultante conoce la situacin y sabe que est
siendo observado. En la sesin inicial, se le ha explicado todo el
procedimiento y se solicita su consentimiento por escrito para
172
APNDICE
173
Cliente:
"En efecto, antes yo le hubiera dicho: eres un intil, no sabes nada,
no tienes decisin...".
Suena el timbre del telfono. El terapeuta principal se disculpa
y descuelga el auricular...
...
Terapeuta:
"Aj. Est bien... S, s... Se lo comunicar.
(el consultante sabe que estn hablando de l; observa al terapeuta con un asomo de expectacin).
El terapeuta cuelga el telfono y se dirige sonriente a su cliente:
"Me dice el equipo que les ha impresionado el cambio de actitud que
ha mostrado usted en ese momento y quieren felicitarlo".
El equipo teraputico proporciona una enorme creatividad al
proceso de la terapia; ayuda a evitar los bloqueos en los que todo
terapeuta incurre de vez en cuando y provee un apreciable marco
de seguridad al responsable de la sesin que sabe que va a ser asesorado en los momentos ms crticos. As, las reformulaciones positivas, los reencuadres y las prescripciones paradjicas pueden ser
aceptadas ms fcilmente por el cliente que ve tales intervenciones
como el resultado de un trabajo conjunto ms fiable, por lo tanto,
que la simple opinin de un miembro aislado.
A veces hay desacuerdo entre el equipo y el terapeuta principal.
En estos casos, pueden ocurrir dos cosas: o bien el terapeuta, director de la sesin, prescinde del comentario de su equipo y se mantiene en su lnea individual, o comunica al consultante la discrepancia existente entre l y el equipo de asistencia. En este ltimo
caso, la cuestin puede tener repercusiones teraputicas importantes ya que, por lo general, el cliente se ala con su terapeuta frente
al equipo que mantiene una postura diferente y as se posibilita una
mayor motivacin para un cambio concreto:
"Tenemos un punto de discrepancia los miembros del equipo y yo:
ellos piensan que todava es prematuro proponerle que haga un
esfuerzo para mantener un poco ms alejado ese "control a distancia" que ha venido ejerciendo sobre su hijo; sin embargo yo creo que
usted ha dado ya muestras de prudencia suficiente y pienso que
174
APNDICE
175
peuta, aceptada por el consultante, menos dificultades para el cambio experimenta este; pero si el consultante percibe que puede
imponer sus condiciones, por ejemplo en cuestiones como fijacin
de la fecha o el horario de la consulta, tipo de tareas que acepta o
se niega a llevar a cabo, frecuencia de las sesiones o cualesquiera
otros, entonces la resistencia al cambio se hace ms evidente y las
metas difcilmente son alcanzadas.
En cuanto al tiempo dedicado a cada sesin, suele oscilar en
torno a los cincuenta minutos, sin que el terapeuta tenga que ajustarse forzosamente a cubrir un tiempo determinado. De hecho,
cada sesin teraputica puede tener su ritmo propio de manera que
se alcance una resolucin antes del tiempo establecido con lo que
sera un error prolongarla ms all de lo conveniente ya que eso
podra mermar el impacto de una intervencin o de una prescripcin determinada.
En general, la primera parte de la sesin suele estar dedicada a
comentar la actuacin del cliente; el modo de llevar adelante las
tareas asignadas, problemas y descubrimientos realizados en torno
a su ejecucin y observaciones generales tanto en relacin al problema objeto de consulta como sobre otros temas relacionados.
Durante esta primera parte, el terapeuta, asistido por el equipo,
realiza las correspondientes reformulaciones y reencuadrres.
Normalmente tiene lugar, despus, un breve corte en la sesin
como consecuencia de la "mini junta" que celebran el terapeuta
principal y sus asesores del otro lado del espejo: se hace una puesta en comn de lo observado, se discuten criterios y a veces no se
llega a un acuerdo y se planifica la estrategia a seguir.
Los ltimos quince o veinte minutos se dedican a comunicar al
consultante los acuerdos o el punto de vista del equipo y en esta
fase de la sesin se introducen las intervenciones de mayor impacto: elogios, desafos, reencuadres novedosos. Finalmente, se formula la prescripcin de comportamiento que el consultante debe
poner en prctica hasta la siguiente sesin.
La frecuencia de las sesiones es, en principio, semanal. A medida que el cliente se va acercando a los objetivos teraputicos propuestos, las consultas se pueden ir espaciando como una forma de
176
APNDICE
177
Trabajar en solitario
Lo malo para cuantos nos dedicamos al ejercicio libre de la psicoterapia es que no disponemos de un equipo tras el espejo que nos
aporte creatividad, desafos, nimo y puntos de vista diferentes. De
todos modos, las limitaciones de trabajar en solitario pueden
paliarse, parcialmente, si se recurre a ciertas estrategias:
Grabar las sesiones. Tras pedirle el correspondiente permiso al
consultante, se le puede explicar que la grabacin se utilizar para
consultar determinados puntos oscuros que hayan podido quedar
en la sesin con otros colegas expertos. Y, si se tiene la posibilidad,
realizar realmente tal consulta o, al menos, volver a escuchar la grabacin y reflexionar sobre lo que all se ha planteado, planificar
nuevas estrategias o prescripciones, etc. En la siguiente sesin se
puede transmitir al consultante el resultado de nuestras consultas
o reflexiones personales.
El equipo imaginario: El "rol de espectador" tiene nefastas consecuencias en el mbito del funcionamiento sexual; tener conciencia de s mismo impide que ciertas funciones espontneas puedan
desarrollarse con normalidad. Sin embargo, en una sesin de terapia es bueno visualizarse de vez en cuando desde el otro lado del
espejo, o imaginar que "el equipo" hace una llamada, justo en el
momento en que parece haberse perdido el hilo de la sesin: qu
reencuadre o felicitacin tienen para el consultante? qu propuesta o prescripcin le haran en ese momento?
El equipo imaginario siempre ayuda a estimular la escucha activa, la percepcin del punto de vista del consultante y, a menudo, es
mucho ms exigente que el equipo teraputico real.
En definitiva, el espritu del Centro de Terapia Breve del MRI de
Palo Alto se compone a partes iguales de altas dosis de creatividad,
pragmatismo, entusiasmo y sentido comn. Cualidades todas ellas
muy deseables para cualquier terapeuta, independientemente de la
lnea terica de base que sustente su trabajo clnico. Por otro lado,
a cualquier terapeuta, de la escuela que sea, tampoco le resultar
excesivamente difcil incluir sus tcnicas concretas de trabajo dentro del marco general de actuacin aqu expuesto.
178
APNDICE
Tanto desde el punto de vista personal como desde el de profesional de la psicoterapia, entiendo que no es mala cosa intentar,
peridicamente, un pequeo cambio... y observar los resultados.
179
40. Diario de una maestra y de sus cuarenta alumnos. ISABEL AGERA ESPEJO-SAAVEDRA.
41. Valrate por la felicidad que alcances. XAVIER MORENO LARA.
42. Pensndolo bien... Gua prctica para asomarse a la realidad. RAMIRO J. LVAREZ.
PRLOGO DE JOS KLINGBEIL.
43. Lmites, fronteras y relaciones. Cmo conocerse, protegerse y disfrutar de uno
mismo. CHARLES L. WHITFIELD. PRLOGO DE JOHN AMODEO.
44. Humanizar el encuentro con el sufrimiento. JOS CARLOS BERMEJO.
45. Para que la vida te sorprenda. MATILDE DE TORRES. (2 ed.)
46. El Buda que siente y padece. Psicologa budista sobre el carcter, la adversidad y
la pasin. DAVID BRAZIER.
47. Hijos que no se van. La dificultad de abandonar el hogar. JORGE BARRACA.
PRLOGO DE LUIS LPEZ-YARTO.
48. Palabras para una vida con sentido. M. NGELES NOBLEJAS.
49. Cmo llevarnos bien con nuestros deseos. PHILIP SHELDRAKE.
50. Cmo no hacer el tonto por la vida. Puesta a punto prctica del altruismo.
LUIS CENCILLO. PRLOGO DE ANTONIO BLANCH. (2 ed.)
51. Emociones: Una gua interna. Cules sigo y cules no. LESLIE S. GREENBERG.
PRLOGO DE CARMEN MATEU. (2 ed.)
52. xito y fracaso. Cmo vivirlos con acierto. AMADO RAMREZ VILLAFEZ.
53. Desarrollo de la armona interior. JUAN ANTONIO BERNAD.
54. Introduccin al Role-Playing pedaggico. PABLO POBLACIN KNAPPE y ELISA LPEZ
BARBER Y COLS. PRLOGO DE JOS A. GARCA-MOGE.
55. Cartas a Pedro. Gua para un psicoterapeuta que empieza. LORETTA CORNEJO.
56. El guin de vida. JOS LUIS MARTORELL. PRLOGO DE JAVIER ORTIGOSA.
57. Somos lo mejor que tenemos. ISABEL AGERA ESPEJO-SAAVEDRA.
58. El nio que segua la barca. Intervenciones sistmicas sobre los juegos familiares.
GIULIANA PRATA; MARIA VIGNATO y SUSANA BULLRICH.
59. Amor y traicin. JOHN AMODEO. PRLOGO DE CARLOS ALEMANY.
60. El amor. Una visin somtica. STANLEY KELEMAN. PRLOGO DE JAIME GUILLN DE ENRQUEZ.
61. A la bsqueda de nuestro genio interior: Cmo cultivarlo y a dnde nos gua.
KEVIN FLANAGAN.
62. A corazn abierto.Confesiones de un psicoterapeuta. FERNANDO JIMNEZ HERNNDEZPINZN.
63. En vsperas de morir. Psicologa, espiritualidad y crecimiento personal.
IOSU CABODEVILLA ERASO. PRLOGO DE RAMN MARTN RODRIGO.
64. Por qu no logro ser asertivo? OLGA CASTANYER Y ESTELA ORTEGA.
65. El diario ntimo: buceando hacia el yo profundo. JOS-VICENTE BONET, S.J. (2 ed.)
66. Caminos sapienciales de Oriente. JUAN MASI.
67. Superar la ansiedad y el miedo. Un programa paso a paso. PEDRO MORENO.
PRLOGO DE DAVID H. BARLOW, PH.D. (2 ed.)
68. El matrimonio como desafo. Destrezas para vivirlo en plenitud. KATHLEEN R. FISCHER
y THOMAS N. HART.
69. La posada de los peregrinos. Una aproximacin al Arte de Vivir. ESPERANZA BORS.
70. Realizarse mediante la magia de las coincidencias. Prctica de la sincronicidad
mediante los cuentos. JEAN-PASCAL DEBAILLEUL y CATHERINE FOURGEAU.
71. Psicoanlisis para educar mejor. FERNANDO JIMNEZ HERNNDEZ-PINZN.
72. Desde mi ventana. Pensamientos de autoliberacin. PEDRO MIGUEL LAMET.
73. En busca de la sonrisa perdida. La psicoterapia y la revelacin del ser.
JEAN SARKISSOFF.
74. La pareja y la comunicacin. La importancia del dilogo para la plenitud y la
longevidad de la pareja. Casos y reflexiones. PATRICE CUDICIO y CATHERINE CUDICIO.
75. Ante la enfermedad de Alzheimer. Pistas para cuidadores y familiares. MARGA NIETO CARRERO.
76. Me comunico... Luego existo. Una historia de encuentros y desencuentros. JESS DE
LA GNDARA MARTN.
77. La nueva sofrologa. Gua prctica para todos. CLAUDE IMBERT.
78. Cuando el silencio habla. MATILDE DE TORRES VILLAGR.
79. Atajos de sabidura. CARLOS DAZ.