Reescritura Del Mito Griego en El Teatro

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Universitat Autnoma de Barcelona

Facultad de Letras
Departamento de Filologa catalana
Programa de doctorado en Lengua y Literatura Catalanas y Estudios Teatrales

Tesis Doctoral

INDAGACIONES SOBRE LA REESCRITURA DEL MITO


GRIEGO EN EL TEATRO CONTEMPORNEO.
LAS ORESTADAS DE LA SOCETAS RAFFAELLO
SANZIO, MAPA TEATRO, RODRIGO GARCA Y YAEL
FARBER

Presentada por:
Daniela Palmeri
Director:
Rossend Arqus Corominas
Barcelona, 2013

CAPTULO II: SOBRE INTERTEXTUALIDAD Y


REESCRITURA EN EL TEATRO CONTEMPORNEO

Il disvelamento del lavoro intertestuale soggiacente ad ogni spettacolo consente di mettere


meglio a fuoco il testo spettacolare nella sua natura di miscuglio di vecchio e di nuovo, di gi
detto e non ancora detto. (De Marinis, 1992: 12)
La repeticin engendrara por s misma el goce. (.) En resumen, la palabra puede ser
ertica bajo dos condiciones opuestas, ambas excesivas: si es repetida hasta el cansancio o, por
el contrario, si es inesperada, suculenta por su novedad. (Barthes, 1974: 55)

En el teatro de la repeticin se experimentan fuerzas puras, trazos dinmicos en el espritu


que actan sin intermediarios [] un lenguaje que habla antes que las palabras [] espectros
y fantasmas anteriores a los personajes. Todo el aparato de la repeticin como potencia
terrible. (Deleuze, 2002: 34-35)

INTRODUCCIN
En este captulo quisiera proponer un anlisis de la intertextualidad y la
reescritura a partir de una perspectiva interdisciplinar en la que se entrecrucen
teora de la literatura y del teatro, semitica, esttica y filosofa contempornea.
Los objetivos son presentar una visin panormica de cmo han cambiado estos
conceptos y brindar nuevas claves de lectura para comprender como funciona la
reescritura del mito griego en la escena contempornea.
Si bien es verdad que siempre han existido reescrituras teatrales de los
mitos griegos, en nuestra poca re-escribir se ha convertido en una palabra
clave. Qu es lo que cambia en la reescritura del mito en las ltimas dcadas?
Se trata de una prctica utilizada por autores y autoras, intelectuales,
directores y filsofos, como demuestra la aparicin de este trmino en ttulos de

54

libros de mbitos muy distintos. Podramos decir que reescritura se convierte


en un concepto clave de la contemporaneidad a partir de los sesenta bajo el
influjo del cambio de paradigma provocado por los movimientos juveniles,
estudiantiles, feministas y poscoloniales. Este cambio de paradigma tiene su
mxima expresin en el mayo francs de 1968, momento en el que emergen
nuevos sujetos polticos que pretenden reescribir la historia. Es imposible
hablar de reescritura sin tener presente, por lo menos como teln de fondo, las
coordenadas socio-culturales de estos aos. Como veremos, el cambio
epistmolgico se desarrolla a travs de varias tendencias: la estructuralista
primero, luego, la postmoderna y postestructuralista y, tambin, la feminista,
intercultural y postcolonial.
Este anlisis no pretende ser exhaustivo; el debate al respecto sera
inabarcable en el espacio de un captulo de la tesis. Lo que me interesa ahora es
ofrecer unas herramientas tiles teniendo en cuenta que el corpus seleccionado
ser determinante y permitir verificar la utilidad de las teoras elegidas.
Este captulo se divide en tres partes; en la primera, Intertextualidad y
reescritura en las teoras literarias, se describe el estado de la cuestin, a partir
de las teoras de la literatura empezando por Julia Kristeva. Se trata de una parte
descriptiva en la que analizar los conceptos de intertextualidad, reescritura,
transduccin, parodia y canon. El objetivo es analizar el desarrollo histrico de
este concepto y ofrecer una constelacin de trminos tiles para trabajar sobre
este tema. En la segunda parte, Llevar a la escena la reescritura, tratar de
identificar los rasgos ms importantes de la intertextualidad en el teatro, a travs
de la semitica del teatro y la teora de la recepcin. El semilogo Marco De
Marinis es el primero que aplica los estudios sobre la intertextualidad al mbito
del teatro haciendo hincapi en la figura del espectador. Si ya el lector desarrolla
un papel fundamental en la intertextualidad, la funcin del espectador es
indispensable para la reescritura contempornea. Adems, el hecho que la
reescritura en el teatro deconstruya el mito de partida, vuelve ms complejo y
relevante el rol del espectador.

55

Para concluir, en la tercera parte, Reescrituras, rizoma y sustraccin,


quisiera plantear una reflexin sobre la reescritura en la contemporaneidad a la
luz de las tesis de Deleuze y Guattari y a partir de la aplicacin de estas teoras
al teatro contemporneo (Valentini, 2007; De Toro, A. 2004a y 2004b y De
Toro, F. 2004). Me parece que la filosofa cartogrfica propuesta por estos
autores pueda aportar una rica contribucin para la comprensin de las
reescrituras actuales.

1. SOBRE INTERTEXTUALIDAD Y REESCRITURA EN LAS


TEORAS DE LA LITERATURA
1.1 La intertextualidad segn Julia Kristeva
El concepto de intertextualidad surge a partir de las teoras sobre el texto
que se generan en el grupo parisino Tel Quel, del que forman parte intelectuales
como Julia Kristeva, Roland Barthes, Michel Foucault o Jacques Derrida.
Kristeva, pensadora francesa de origen blgaro, elabora un nuevo concepto de
texto como prctica significante, es decir, como dispositivo de produccin de
significado (o productividad ) y no como mero producto acabado.
En su primer libro, Semitica, desarrolla una teora general de los signos a
travs de un anlisis socio-lingstico y psicoanaltico del lenguaje, en el que la
semitica adquiere el rol de disciplina transversal a todas las otras (Kristeva,
1978). Sus objetivos son mostrar la ambivalencia del lenguaje y analizar el
trabajo continuo de asimilacin y transformacin implcito en la literatura. El
trmino intertextualidad surge por analoga con los conceptos de
intersubjetividad y dilogo de Bajtn78, para referirse a las huellas de otras obras
literarias que pueden observarse en cada texto y que revelan el dilogo

78

Vase el ensayo de 1966 titulado La palabra, el dilogo y la novela (Kristeva, 1978: 187225). Kristeva se basa en dos ensayos de Bajtn: La obra de Franois Rabelais, sobre el
carnaval como puesta en escena de la alteridad, y, tambin, Problemas de la potica de
Dostoievski, sobre la novela y sus rasgos dialgicos y polifnicos (Bajtn, 1963 y 1965, citado en
Kristeva, 1978: 187). Sobre la idea de dilogo lase Kristeva (1978: 192-195).

56

implcito en el sistema literario. Kristeva escribe:


[..]la palabra literaria no es un punto (un sentido fijo), sino un cruce de superficies
textuales, un dilogo de varias escrituras: del escritor, del destinatario (o del personaje), del
contexto cultural anterior o actual (Kristeva, 1978: 188).

Segn Bajtin el hombre es un ser dialgico, inconcebible sin el otro e


impregnado de alteridad; asimismo, la palabra tambin es dialgica y nace por
el roce con lo ajeno. Retomando estas teoras, Kristeva arguye que:
Todo texto se construye como un mosaico de citas; todo texto es absorcin y
transformacin de otros. En lugar de la nocin de intersubjetividad se instala la de
intertextualidad, y el lenguaje potico se lee, al menos, como doble (Kristeva 1978: 190).

Claramente, esta visin de la intertextualidad no tiene nada que ver con los
conceptos de fuente e influencias de la crtica literaria tradicional. En ella se
cuestiona la linealidad del texto y del significante, y se defiende la necesidad de
leer el texto a travs de perspectivas pluridireccionales. Por estos motivos, es
fundamental abandonar la lgica lineal por una correlacional. El concepto de
intertextualidad remite, pues, a un tipo de escritura en el que existen niveles
distintos de significacin dentro de una red de conexiones infinitas. Aunque
Kristeva se apoye en el estructuralismo, estas tesis apuntan hacia un postestructuralismo avant la lettre porque se basan en la ambigedad de los textos
literarios (Moi, 1986: 5).
La reflexin sobre la intertextualidad contina en su tesis doctoral, La
rvolution du langage potique79, donde analiza el lenguaje potico de finales
del siglo XIX a partir de una prespectiva social y psicolingstica ms amplia
que la de Semitica. Kristeva llega a considerar intertextual la relacin entre el
nivel semitico y el simblico del discurso, es decir, entre el nivel irracional

79

El lenguaje no es considerado un sistema formal (objeto-lengua), sino ms bien, en una


perspectiva lacaniana, como sistema en el que interactan fuerzas opuestas. Kristeva analiza la
relacin implcita de un discurso con otro, en la que el subtexto funciona implicitamente como
una forma de ya-dicho. Se trata de tener en cuenta no slo el contenido explcito, sino,
tambin, el dilogo implcito entre lo dicho y lo no-dicho en la literatura.

57

y el racional.80 El texto constituye una representacin del despliegue de fuerzas


opuestas.
Sil y a donc un discours qui nest pas seulement un dpt de pellicules linguistiques ou
une archive de structures, ni le tmoignage dun corps retir, mais qui au contraire est llment
mme dune practique impliquant lensemble des relations inconscientes, subjectives, sociales,
dans une attitude dattaque, dappropriation, de destruction et de construction, bref de violence
positive, cest bien la littrature: nous disons, plus spcifiquement le texte, et cette notion ainsi
esquisse (nous y reviendrons) nous place dj loin du discours, mais aussi de l art
(Kristeva, 1974: 14).

El oxmoron violencia positiva evidencia una particular concepcin de la


literatura, vista como territorio de continuos sabotajes y mltiples intercambios.
Segn Kristeva, el texto surge a partir de una transgresin positiva que
implica ruptura y enriquecimiento. Como se afirma en La rvolution du langage
potique, la intertextualidad es un acto de transposicin de un sistema
significante a otro, es decir, le passage dun systme de signes un autre
(Kristeva, 1974: 59). Este trmino expresa el deseo de alejarse de la crtica
literaria tradicional y abandonar la perspectiva semitica estricta en favor de una
sociosemitica o psicosemitica.
Le terme dintertextualit dsigne cette transposition dun (ou de plusieurs) systme(s) de
signes en un autre; mais puisque ce terme a t souvent entendu dans le sens banal de critique
des sources dun texte, nous lui prfrons celui de transposition [] (Kristeva, 1974: 59-60).

Cabe sealar que el planteamiento de la intertextualidad en las obras


kristevianas presenta ciertos lmites, pues a pesar del intento de ir ms all de
una interpretacin estrictamente semilogica, no siempre se consigue abrir
nuevos caminos y salir de la visin estructuralista. Sin embargo, Kristeva cuenta
con el mrito de haber acuado uno de los trminos ms importantes la teora
contempornea, cuya fertilidad es indudable. Como se afirma en un estudio

80

En el lenguaje interactan una fuerza irracional, ligada a las pulsiones, a lo femenino y a lo


materno; y una racional, ligada a lo paterno y que trata de reprimir la primera.

58

recopilatorio, la intertextualidad se ha distinguido desde un primer momento por


su flexibility as a concept (Graham, 2000: 4). Precisamente, esta
flexibilidad del concepto es la que ha abierto y sigue abriendo mltiples
horizontes de significacin81.

1.2 A partir de la visin estructuralista. Hipertextualidad, reescritura e


interdiscursividad
Desde los aos setenta hasta hora se ha producido una amplia bibliografa
acerca de la intertextualidad. En el ensayo Palimpsestos. La literatura en
segundo grado, el narratlogo francs Grard Genette (1989) considera la
literatura como un palimpsesto, un manuscrito que conserva y esconde las
huellas de autores pasados. Con el trmino transtextualidad Genette indica
todas las relaciones posibles de un texto con otro y distingue cinco tipologas: 1)
intertextualidad, relacin de co-presencia entre dos o ms textos (por ejemplo,
cita, alusin, plagio); 2) paratextualidad (relacin que el texto en s mantiene
con su paratexto: ttulos, subttulos, notas, epgrafes); 3) metatextualidad
(relacin de comentario, crtica); 4) architextualidad (relacin del texto con el
conjunto de categoras generales a las que pertenece, como tipos de discurso,
modos de enunciacin o gneros literarios); 5) hipertextualidad (relacin con un
texto anterior) (Genette, 1982: 1-16).
Dentro de este marco, la reescritura es un ejemplo de relacin hipertextual:
al texto anterior se le llamara hipotexto, al posterior hipertexto. Con
respecto al trmino hipertextualidad, Genette escribe:


81

De toda la copiosa bibliografa sobre este tema remito tan slo a unos ensayos
recopilatorios Rabau (2002) Allen (2000) y Pigay-Gros (1996).

59

Entiendo por ello toda relacin que un texto B (que llamar hipertexto) a uno anterior A (al
que llamar hipotexto) en el que se inserta en una manera que no es la del comentario (Genette,
1989: 14)82.

A partir de estas reflexiones, tendremos en cuenta la relacin


hipertextual, entendida como trabajo en segundo grado sobre un texto ya
existente. Sin embargo, cabe sealar que Genette aborda una lectura dualista
de la literatura y de las relaciones entre texto antiguo y nuevo. En este sentido el
riesgo es no considerar los aspectos centrpetos y centrfugos de la re-escritura
come espacio plural y abierto, en el que hay diferentes niveles semiticos que
juegan entre repeticin y diferencia. As las cosas, analizaremos varios discursos
sobre la reescritura para demostrar cmo ha cambiado este concepto en el teatro
contemporneo.
Dentro de este excursus sobre las variaciones estructuralistas de la
reeescritura, es relevante la posicin de Cesare Segre, importante semilogo
italiano. En Teatro e romanzo, el hipotexto es considerado no slo un texto
clsico sino, tambin, un discurso que propone una representacin cultural y
antropolgica (Segre, 1984). Se trata de utilizar el trmino interdiscorsivit ya
que no solo hay textos escritos y, en el contexto ms amplio de la semiologa, la
textualidad coexiste con toda la trama de la cultura (Segre, 1984). Segn Segre,
hay que distinguir entre la intertextualidad, que se refiere a las relaciones entre
dos textos literarios, y la interdiscursividad, que se refiere a las relaciones entre
dos discursos culturales. Por todo ello, la reescritura es interdiscursiva y, al
operar con diversos discursos, recupera la memoria simblica y cultural.
Nella cultura i testi letterari sono presenti in varie forme: a) come testi ufficiali, testi della
cultura: si tratta dei testi in cui una data cultura si riconosce, e che continua a interrogare; b)
scomposti in materiali antropologici tematizzati, e perci sullo stesso piano del materiale
folclorico; in schemi di rappresentabilit o paradigmi conoscitivi, analoghi a quelli messi a


82

Adems, segn Genette la relacin hipertextual puede configurarse como parodia


(trasformacin mnima y ldica), travestimiento (transformacin satrico o degradante) o
pastiche (basado en la imitacin del texto anterior) (Genette, 1989: 37-44).

60

punto attraverso lesperienza della specie; c) scomposti in parole e sintagmi, sullo stesso piano
di tutti gli enunciati (discorsi) registrati (Segre, 1984: 106).

En conclusin, aunque Segre se base en las teoras estructuralistas,


consigue llevar el concepto de reescritura a un mbito menos estricto, tomando
en cuenta una perspectiva ms cercana a la semitica cultural83.

1.3 La visin postmoderna de la intertextualidad. Perlaboracin,


parodia y transduccin
En las teoras de corte postmoderno, la reescritura adquiere un papel de
gran relieve. Al abandonarse las visiones estructuralistas y formalistas, se
plantean otras lecturas que hacen hincapi en los conceptos de perlaboracin,
parodia y transduccin.
En un ensayo titulado Reescribir la modernidad (Lyotard, 1986), el terico
de la postmodernidad, Lyotard ofrece una interesante reflexin sobre el
concepto de reescritura como elaboracin, trabajo a travs (quizs se
entienda mejor el sentido de elaboracin en su traduccin al ingls, working
through). Lyotard confiesa su preferencia por el trmino reescritura sobre el
trmino postmodernidad y sugiere que tendramos que preferir la
conmutacin lxica de post- a re y la frmula reescribir la modernidad
respecto al concepto mismo de postmodernidad, ya que reescribir tiene la
connotacin de recordar (Lyotard, 1986: 26).
Citando el concepto freudiano de elaboracin, Lyotard afirma que
reescribir no significa ya en algn modo una vuelta al origen mismo, sino un
abrirse camino, una elaboracin (Lyotard, 1986: 25)84. En su ltima obra, La

83

Esta visin tiene mucho que ver con las tesis del semilogo ruso Lotman (1999) sobre la
cultura como cruce de textos y sistema complejo.
84
Lyotard se refiere a la reflexin de Freud sobre la diferencia entre repeticin,
rememoracin y elaboracin (1986: 25). Se trata de subrayar el sentido ms bien activo de
reescribir como de elaborar algo ya vivido y revivirlo. En este caso, la repeticin es otra manera
activa de recordar.

61

Confesin de Agustn, Lyotard utiliza el trmino perlaboracin 85 en su


significado psicoanaltico: se trata de una elaboracin secundaria como
demuestra la etimologa latina perlabor, penetrar a travs, infiltrarse en algo
(Lyotard, 2002). En el proceso de perlaboracin, el hilo conductor es el
sentimiento, ya que la memoria se basa en mecanismos irracionales y emotivos.
Por lo tanto, en ella no existe una jerarqua y todos los elementos adquieren la
misma importancia86.
Dentro de este marco postmoderno, otro concepto importante es lo de
parodia formulado por la estudiosa Linda Hutcheon:
La parodia - a menudo llamada cita irnica, pastiche, apropiacin, o simplemente
intertextualidad- es considerada comnemente un fenmeno que se halla en el centro del
posmodernismo, tanto por los detractores como por los defensores de este ltimo (Hutcheon,
1993: 187).87

En el libro Theory of parody, Hutcheon lleva el concepto de


intertextualidad ms all de la semitica, a un territorio poltico-cultural
(Hutcheon, 2000: 21-22) 88 . Como demuestra la etimologa del trmino (el
prefijo para en griego significa en contra de y, tambin, al lado de), la
parodia constituye literalmente una forma de counter-song, es decir, una
especie de contrapunto musical (Hutcheon, 2000: 32)89. En cierto sentido, la
parodia se basa en una paradoja, ya que, por un lado, construye un vnculo con
la tradicin pero tambin se distancia de esta y mantiene una relacin al mismo


85

Aun a riesgo de resultar atrevida, creo que el trmino perlaboracin alude a la frmula
perlocucin de Austin, es decir, el acto lingstico que toma en consideracin los efectos del
lenguaje sobre el interlocutor. Sera interesante investigar, tambin, las conexiones entre este
concepto y el de elaboracin del mito de Blumenberg (2003).
86
A partir de este concepto de perlaboracin, el crtico teatral Alfonso De Toro habla de
perlaboracin palimpsesta en el caso de las reescrituras en las que es posible observar la
presencia del hipotexto (De Toro A., 2004b: 57).
87
Hutcheon subraya que esta repeticin pardica del pasado del arte no es nostlgica;
siempre es crtica. Tampoco es ahistrica o deshistorizante (1993: 187).
88
Para ello, Hutcheon remarca que parodia no es un sinnimo de intertextualidad (2000: 23).
89
Adems, se trata de una visin que muestra un fuerte vnculo con la teora del dialogismo
de Bajtn, que ya hemos tratado anteriormente.

62

tiempo conservadora y revolucionaria (Hutcheon, 2000: 76) 90 . De este


modo, Hutcheon defiende la funcin histrico-poltica y problematizadora de
la parodia con respecto al contexto cultural (Hutcheon, 1993: 188)91.
Existe una cierta afinidad entre la posicin de Hutcheon y la del crtico
checo Dolezel. En Heterocsmica, ensayo sobre literatura y mundos ficcionales,
Dolezel explica su visin poltica de la re-escritura posmoderna (Dolezel,
1999: 286-310)92.
Toda la reescritura posmoderna redisea, recoloca y reevala el protomundo clsico.
Indudablemente, esta recreacin viene motivada por factores polticos, en el amplio sentido
posmoderno de la poltica (Dolezel, 1999: 287).

Dolezel pone en relacin el intertexto con la construccin de mundos


ficcionales; re-escribir implica la reconstruccin creativa y, tal vez, radical de un
imaginario. Por esta razn, para hablar de reescritura, Dolezel toma prestado el
trmino transduccin de las ciencias naturales, resaltando as el paso
creativo de un cdigo a otro. Segn Dolezel, la reescritura no es una mera
trasposicin sino una trasformacin:
I propose using the term literary transduction which seems to express the desidered sense
of transmission with transformation (Dolezel, 1986: 29).

Dolezel considera la transduccin como una trasformacin profunda que


permite a la cultura mantener la tradicin y renovarla al mismo tiempo. Este
concepto pretende remarcar que el objeto es transmitido y transformado a la vez.


90

Se trata de tomar en cuenta la relacin ambigua de la parodia con la tradicin, una relacin
que presupone tanto la ley como su transgresin (Hutcheon, 2000: 101).
91
En contra de esta posicin, el crtico Jameson (1991) afirma que el objetivo del pastiche
posmoderno no es la parodia crtica sino una reproduccin apoltica de la Babel lingstica del
mundo del capital.
92
Vase el eplogo La transduccin de los mundos ficcionales: las reescrituras posmodernas
(Dolezel: 1999: 279- 316).

63

1.4 Reescritura, canon y/o metatexto


Reflexionar sobre la intertextualidad implica aclarar el concepto de canon
literario. Cul es la relacin entre reescritura y canon?
Ya sabemos que el canon es la tradicin establecida que llega a ejercer un
poder y una autoridad no slo desde una perspectiva literaria, sino en todo el
mbito de la cultura93. Cuando utilizo el trmino canon, me refiero al corpus
de clsicos, entendido no como algo transhistrico, eterno o ideal, sino como
bagaje comn de las obras ms ledas, estudiadas, amadas u odiadas que
constituyen y determinan nuestro imaginario occidental94. El comparatista y
egiptlogo alemn Jan Assmann (2011) conecta a travs de un hilo rojo el
concepto de canon con el de cultura e identidad poltico- social95. Assmann
subraya que el canon tiene que ver con la memoria y que el problema es cmo
se recuerdan las sociedades y cmo se imaginan al recordarse (2011: 20).
Entonces, el estudioso arguye que la creacin del canon se hace sobre todo en
pocas de polarizacin intracultural acentuada y de tradiciones quebradas, en las
que hay que decidir el orden al que atenerse (2011: 117)96. Segn Assmann,


93

El debate sobre el concepto de canon empieza en los aos sesenta. Cabe remarcar que
existen dos tendencias: por un lado, una conservadora que trata de guardar celosamente el canon
y, por el otro lado, una innovadora que discute el estatuto de la literatura y las dinmicas de
inclusin y exclusin de los clsicos. Con respecto a la primera corriente, recordemos al crtico
americano Bloom, que elige veintisis autores fundamentales que forman el canon de la
literatura occidental, segn una ptica que resulta muy conservadora (Bloom, 1994). Los
estudios feministas y postcoloniales contribuyen al desarrollo de una contratendencia, cuyo
objetivo ha sido problematizar la autoridad del canon (vanse respectivamente Ronchetti y
Sapegno, 2007 y Vega Ramos, 2003). Adems, sobre el concepto de clsico y el canon, vase
Kermode (1975).
94
El crtico literario Ceserani escribe: la letteratura uno dei modi in cui si autorganizza e
autorappresenta limmaginario antropologico e culturale, uno degli spazi in cui le culture si
formano, si incontrano con le altre culture e le assorbono(1990: 112).
95
En este libro, Assmann compara las antiguas culturas de Grecia, Egipto e Israel con el
objetivo de investigar la funcin de de la memoria cultural en la creacin de una identidad.
96
Vase tambin: El siglo XX conoci diversas formas de recanonizacin: las formaciones
de cnones polticos bajo el signo de las frmulas unitarias anticomunista y antinacionalista de
una idea romana y europea de Occidente [] y, tambin, contracanonizaciones al servicio de
contraidentidades y contrahistorias marcadas, como las derivadas del feminismo, los black
studies y tendencias afines. [] La misin de las ciencias histricas ya no es la de derribar o
disolver (Gadamer) los lmites del canon, sino la de reflexionar y adquirir conciencia de su
correspondiente estructura normativa y formativa (Assmann, 2011: 120).

64

tambin los mitos son figuras del recuerdo porque se trata de narracciones que
tienen que ver con la memoria cultural (2011: 51).
Podramos decir que las reescrituras retoman y cuestionan la memoria
cultural, en un continuo juego de desplazamientos dentro/fuera y arriba/abajo,
desplazamientos que nos recuerdan al ttulo del libro de Sapegno y Ronchetti
(2007), Dentro/Fuori Sopra/Sotto. Critica femminista e canone letterario negli
studi di italianistica (Sapegno y Ronchetti, 2007)97. Efectivamente, este ttulo
utiliza la metfora espacial como alusin al trabajo de las mujeres en la
tradicin, un trabajo pluridireccional que desmonta la percepcin del espacio
literario98. Asimismo, podramos decir que las reescrituras trabajan sobre el
canon con estrategias pluridireccionales, moviendo y desplazando fronteras
entre centro y periferia y mostrando una compleja relacin de apropiacin y
recreacin, pero tambin de violacin y rechazo, una relacin de doble
vnculo con la tradicin literaria que funciona, a la vez, como modelo y antimodelo 99 . La re-escritura contempornea de mitos griegos nos permite, en
particular, notar las fisuras entre lo ya-dicho y lo no-dicho del mito al
establecerse unas fronteras porosas entre antigedad/modernidad.
En esta investigacin, consideramos la mitologa griega como un canon ya
que funciona como una suerte de metatexto. La investigadora VasseurLagangneux (2004), que define la tragedia griega como un mito, usa los
trminos mtathtre y mtaculture. En el teatro contemporneo el canon

97

Se trata de un libro que recoge varios ensayos de teora de la literatura, crtica y literatura
sobre el concepto de canon y gnero en la literatura italiana y en la teora en general. Muy
interesante es el ensayo Uno sguardo di genere su canone e tradizione (Sapegno, 2007: 13-23).
De este ensayo, hay dos puntos que me parecen muy importantes: 1) no es til pensar en el
canon como en una tradicin ajena o impuesta slo desde fuera; 2) es importante aprender a
entrar y salir de la tradicin para observarla desde fuera y desde dentro. A partir de estas dos
tesis, Sapegno desarrolla un discurso muy complejo sobre la relacin con la tradizione
dominante.
98
La conclusin de este libro es que la tradicin no es algo ajeno e impuesto, sino que es algo
que llevamos dentro. Sapegno explica: Poich sappiamo bene, e non certo una novit, che la
tradizione dominante, in quanto dominante, anche dentro di noi e domina anche noi, nel senso
specifico che costituisce una parte significativa del nostro modo di leggere e di capire il mondo
(Sapegno, 2007: 21).
99
Retomo aqu el concepto de doble vnculo elaborado por Gregory Bateson (1977). Con
esta expresin Bateson remite a una situacin paradjica en la que un individuo recibe un
mensaje doble y contradictorio.

65

griego funcionara como une mtaculture, un langage qui permettrait de


parler de nimporte quelle autre culture (Vasseur-Legangneux, 2004 : 215).

2. LLEVAR A LA ESCENA LA INTERTEXTUALIDAD


2.1 Notas preliminares a partir de la semitica del teatro y del texto
espectacular
Desde su origen, la semitica teatral se diferencia de la literaria por su
diferente concepcin del signo, ya que el teatro es un arte vivo hecho por
cuerpos vivos100. Como afirma Roland Barthes, la peculiaridad del teatro es la
polifona informacional y el espesor de signos (Barthes, 2002: 354)101.
[] incluso puede decirse que el teatro constituye un objeto semiolgico privilegiado,
puesto que su sistema es aparentemente original (polifnico), en relacin al de la lengua (que es
lineal) (Barthes, 2002: 354).

Al ser el teatro un objeto de estudio polifnico, ha suscitado siempre un


complejo debate entre los estudiosos, sobre todo entre textocentristas y
escenocentristas. Si bien la primera visin privilegia el texto sobre el
espectculo (Ubersfeld, 1977), la segunda subraya la materialidad del signo en
el teatro (Ruffini, 1978; Mounin, 1970). El semilogo del teatro Marco De
Marinis deconstruye el valor de esta oposicin entre espectculo y texto y acua
un nuevo trmino, el texto espectacular (De Marinis, 1978: 66-104). Ms que un

100

De la amplia bibliografa sobre la semitica del teatro, remito tan slo a unos estudios
bsicos (Bobes Naves, 2004: 497-508; Bobes Naves, 1997; Kowzan, 1992; Elam, 1980 y
Ubersfeld, 1977). La semitica del teatro se aleja del riesgo de la abstraccin estructuralista que
amenaza a la lingstica, ya que hablar de teatro implica tener en cuenta un lenguaje que pasa
por el cuerpo y por el movimiento. Podramos decir que la semitica teatral es interdisciplinaria
casi por necesidad ya que el teatro constituye un sistema complejo en el que hay que tener en
cuenta una combinacin de varios cdigos artsticos.
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Barthes explica: Estamos pues antes una polifona informacional, y esto es la teatralidad:
un espesor de signos. () Estos signos dispuestos en contrapunto (es decir, a la vez espesos y
extendidos, simultneos y sucesivos)(2002: 354).

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