Deuda Externa Mexico
Deuda Externa Mexico
Deuda Externa Mexico
singularidad de
Una de las principales diferencias entre la crisis mexicana 1995 y las crisis
"histricas" de las deudas externas es que en contraste con el pasado- cuando el
grueso de la deuda externa era a mediano y largo plazo- la mayor parte de la
deuda contratada entre 1990 y 1994 lo fue a corto plazo. Ello dificultaba la
posibilidad de proponer mecanismos de reestructuracin de deuda a plazo;
los tesobonos y la deuda comercial de la banca comercial mexicana que tuvieron
que liquidarse en 1995 y 1996, lo cual gener un gigantesco problema de liquidez
y desemboc en el rescate financiero gigantesco que encabez el Tesoro del
gobierno de los Estados Unidos, con la cooperacin del Fondo Monetario
Internacional.
Por otra parte, lo que observamos en la crisis financiera mexicana de 1995
es que en contraste con crisis anteriores, exista una mayor variedad de
instrumentos financieros de largo y corto plazo en circulacin tanto en la Bolsa
mexicana como en los mercados financieros internacionales. A su vez, a lo largo
del ao de 1994 existan fuertes tendencias a la especulacin en contra del peso
mexicano en distintos momentos, causadas por el desequilibrio en la balanza
comercial, las fugas de capitales de Mxico, la baja en la Bolsa mexicana, el
incremento extraordinario de la deuda pblica (indexada a dlares) pagadera a
corto plazo y la inestabilidad poltica. Todo ello provoc una creciente volatilidad en
los flujos de capitales hacia o desde Mxico y una baja progresiva de las reservas
manejadas por el Banco de Mxico. En otras palabras se trataba del
entrecruzamiento de una crisis monetaria, una crisis de deuda a corto plazo y una
crisis poltica, las que estallaran juntas en diciembre de 1994. Todo ello ha
contribuido, sin duda, a que sea tan compleja la debacle financiera actual y tan
difcil de resolver.
Para algunos actores claves de la poca, como Miguel Mancera,
gobernador del Banco de Mxico, los factores polticos inesperados fueron
responsables de la magna crisis financiera de 1995. Sin embargo, es evidente que
el factor riesgo hubiera aumentado en 1994 en Mxico an si no se hubieran
producido la insurreccin de Chiapas ni los asesinatos de Colosio y de Ruiz
Massieu. Y sto lo saban tanto Miguel Mancera, como Pedro Aspe y el
expresidente, Carlos Salinas. Pero ninguno de ellos deseaba modificar la
estrategia financiera por una serie de consideraciones polticas, todas ligadas con
el fin de sexenio.
En efecto, lo especfico de todas las crisis mexicanas recientes es que
coinciden con un ciclo poltico ya que, como todo el mundo sabe, dichas crisis
financieras frecuentemente se desatan con el fin del cada sexenio. Ello nos habla
de la extreme dependencia del sistema financiero mexicano de los manejos
arbitrarios de las finanzas y de la moneda por el poder ejecutivo y la Secretara de
Hacienda. Y ello se acenta por el hecho de que en los ltimos aos del sexenio
pasado se adoptaron polticas financieras arriesgadas y irresponsables tanto para
asegurar la campaa como para consolidar los negocios particulares de polticos y
empresarios amigos del rgimen.
Unidos- fue el ms grande de la historia para un slo pas realizado hasta esa
fecha. Este "plan de rescate" se conform sobre la base de una alianza financiera
multinacional- pblica y privada- por instancia del gobierno de los Estados Unidos.
El plan de emergencia para Mxico ofreci, en principio, ms de 40 mil millones
dlares y la participacin combinada de tesoreras de gobierno, bancos centrales,
bancos
multilaterales
y
banca
privada
de
Estados
Unidos,
Canad, Europa y Japn. Sus componentes ms importantes eran, en principio,
un prstamo por 17 mil millones de dlares por el Fondo Monetario Internacional y
un acuerdo "swap" entre el Tesoro de los Estados Unidos y la Secretara de
Hacienda de Mxico por otros 20 mil millones de dlares (en efecto, otro gran
prstamo) para contribuir a resolver la crisis monetaria y financiera mexicana.
Dada la complejidad del plan financiero en su totalidad, no es posible
analizar aqu cada una de sus partes, por lo que nos limitaremos a algunos
comentarios sobre las caractersticas jurdicas de los 4 acuerdos firmados entre
los gobiernos de Mxico y los Estados Unidos el 21 de febrero de 1995. Ello es
especialmente relevante porque al convertirse en el mayor acreedor individual de
Mxico, el gobierno de los Estados Unidos plante una serie de exigencias
financiero/polticas que sin duda representaban una grave amenaza para
la soberana de la repblica mexicana en el futuro.
El primero y ms global de los documentos mencionados fue el "Acuerdo
marco entre los Estados Unidos de Amrica y Mxico para la estabilizacin de la
economa mexicana", seguido por otros tres documentos/acuerdos, que cubren los
compromisos monetarios, financieros y petroleros. Sin entrar en el detalle de cada
uno de ellos, es conveniente, comentar en primer trmino una de las condiciones
ms lesivas de los mismos. En efecto, es de remarcar en todos los acuerdos que
firmaron los responsables de ambos gobiernos que se estableca de
manera irrevocable que el gobierno de Mxico se someta a la jurisdiccin
exclusiva de la Corte del Distrito de los Estados Unidos localizado en el Distrito de
Manhattan, Nueva York, renunciando a cualquier otro tribunal. Por si ello fuera
poco, se obligaba a Mxico a renunciar a clusulas claves respecto a la inmunidad
del embargo precautorio incluidas en el Cdigo de los Estados Unidos.
Igualmente lesivo e indicativos del papel de "contrayente dbil" del
gobierno mexicano fue el "Acuerdo sobre el esquema de ingresos petroleros".
Este documento estableca las condiciones referentes al uso de los recursos del
gobierno mexicano provenientes de las exportaciones de petrleo crudo y
derivados, su principal fuente de divisas fuertes. Por el mismo se estableca que
la empresa estatal PEMEX era obligada a entregar el 96% de dichos fondos en
cuenta del Federal Reserve Bank of New York durante el tiempo necesario para
liquidar las deudas pendientes con el Tesoro norteamericano. Una vez entregados
dichos fondos, el gobierno de Mxico autorizaba "irrevocablemente" al Federal
Reserve Bank para disponer de ellos para repagar cualquier cantidad que se
adeudara bajo los Acuerdos Financieros.
sectores empobrecidas de las mismas que han cargado con el peso ms duro del
pago de la deuda y que sern intimados a seguir cargando con ello.
Pero ello no implica que sea intil la participacin de las naciones
deudoras en la discusin de la poltica internacional en mltiples foros, que
incluyen no slo las Naciones Unidas (cada vez menos efectiva) sino al interior de
los consejos del FMI, Banco Mundial, BID, la Organizacin Mundial del Comercio,
el Parlamento Europeo, el Parlamento Latinoamericano, etctera. Al contrario,
sugiere que es urgente que en este nuevo siglo XXI, deben ir formulndose
posiciones nuevas para renegociar la posicin de pases del Tercer Mundo para
su defensa propia en el futuro, sea en el contexto de tratados de libre comercio o
en el contexto de nuevas estructuras financieras internacionales.
Nuevas frmulas polticas para regular la deuda a nivel nacional
Por ltimo queda por discutir una serie de problemas polticos que me
parecen centrales porque se refieren al marco poltico/jurisdiccional dentro del cual
cabe la reestructuracin de deudas preexistentes o la ratificacin de nuevas
deudas externas. Una de las lecciones de la azarosa y trgica historia de la deuda
externa en Mxico y del conjunto Amrica Latina ha sido que los gobiernos
siempre han procedido a contratar nueva deuda utilizando aquellos mecanismos
polticos que requieren la menor consulta del "pagador de ltima instancia" de la
deuda; es decir, el contribuyente y el ciudadano, en general, son los que
verdaderamente tienen que proporcionar los fondos fiscales que se usan para
pagar toda deuda, sea externa o interna.
En la mayora de los casos de negociacin de nueva deuda externa- en
situacin de gobierno parlamentarios- las autoridades ejecutivas han solicitado
una aprobacin global de un monto de fondos a contratarse en el exterior. As ha
sido a lo largo del siglo XIX y tambin en el siglo XX. Y de esta manera, los
sucesivos secretarios de Hacienda han obtenido la libertad para negociar con los
banqueros, los montos, tasas, comisiones, plazos de amortizacin y otras
condiciones que se requieren para cualquier prstamo. Sin embargo, en la
mayora de los casos no se ha contemplado- ni se contempla- si el pueblo pagador
est realmente dispuesto a pagar estas sumas en dichas condiciones, pues ni el
ejecutivo ni los parlamentarios efectan consultas reales con la mayora de los
contribuyentes para determinar si estn dispuestos a cubrir estas deudas en
moneda extranjera.
Es por ello y por los altsimos costos que han pagado los pueblos
latinoamericanos- especialmente desde la crisis de la deuda externa de 1982- que
es necesario plantear la introduccin de planes ms coherentes y detallados
sobre el manejo de la deuda pblica- y en particular la deuda externa- dentro de
los programas de los partidos polticos y dentro del contexto de NAFTA u otros
esquemas regionales. Dicho planteamiento podra instar a la adopcin de varias
medidas.
(estimado en 44 mil millones de dolares por Banamex, el mayor banco del pas).
Estas cifras superan todos los antecedentes conocidos en la historia
latinoamericana.
En quinto lugar, es necesario que se establezcan nuevos instrumentos
financieros dentro de NAFTA para estimular flujos de capitales estables hacia
Mxico, especialmente para proyectos de infraestructura y desarrollo agrcola e
industrial. Una de las principales razones por la crisis monetaria y financiera de
Mxico en los aos de 1995/96 fue la falta de soporte financiero existente para
NAFTA. El hecho de que en enero de 1995 el secretario del Tesoro de Estados
Unidos, Robert Rubin, se hubiese obligado a organizar un paquete de 50 mil
millones de dlares para rescatar a la economa mexicana en cuestin de dias- sugiere que hubo una falla estructural en el diseo de NAFTA. En resumidas
cuentas, se requieren nuevos instrumentos financieros de apoyo a este acuerdo
regional que garanticen flujos de capitales ms estables y permita evitar las
algunas de las consecuencias ms perniciosas de la excesiva volatilidad de los
mercados financieros internacionales. La gravsima crisis de la economa
mexicana- una de las ms profundas de la reciente historia latinoamericana- es
prueba contundente de la necesidad de reformas estructurales.
En resumidas cuentas, el anlisis de la deuda externa no debe quedar en el
mbito de una discusin tcnica o economicista de modelos abstractos sino que
puede ofrecer algunas perspectivas para ir planteando cmo pueden pensarse
reformas financieras y polticas que no conduzcan indefinidamente a una
peor distribucin del ingreso y a un aumento indefinido del endeudamiento sino, al
contrario, a lograr una reduccin de la dependencia financiera externa y, tambin
y (por qu no?) al forjar de una sociedad ms democrtica y ms equitativa.