El Tratado de Almizra y El Reparto Del Valle Del Vinalopó

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LA CONQUISTA CRISTIANA DE SAX, SALINAS Y VILLENA

EDICIN ESPECIAL CONMEMORATIVA DEL 775 ANIVERSARIO DE LA RECONQUISTA

7
Maral de Sax, Batalla del Puig (1410)

Rector de la Universidad de Alicante


MANUEL PALOMAR SANZ

Vicerrector de Cultura, Deportes y


Poltica Lingstica
CARLES CORTS ORTS

Alcaldes de Sax , Salinas y Villena


JOS MARA ESP NAVARRO
ISIDRO MONZ PREZ
FRANCISCO J. ESQUEMBRE MENOR

Coordinador Aula Universitaria de Sax


GABINO PONCE HERRERO

Secretariado de Sedes Universitarias


EVA VALERO JUAN

CATLOGO
Ttulo
La conquista cristiana de Sax y Salinas

Coordinadores

Juan Jos Herrero Rico


Francisco Jos Gil Pelez
Gabino Ponce Herrero
Antonio Torreblanca Algarra
Fernando Valera Chico

Textos

Rafel Azuar Ruiz


Jos Cabezuelo Pliego
Andreu Galera i Pedrosa
Francisco Jos Gil Pelez
Laura Hernndez Alcarz
Aniceto Lpez Serrano
Gabino Ponce Herrero
Jos Luis Simn Garca
Vicente Vzquez Hernndez

Fotografas

Autores y Esp
Retoque fotogrfico: Miriam Ponce Prez

Diseo

Miriam Ponce Prez

Coleccin Picayo

Dir. Gabino Ponce Herrero


N7. Ao 2015

Lugar

Aula Universitaria de Sax


CEAHM Alberto Sols
Auditorio Municipal de Salinas

ISBN 978-84-944573-2-6
Universidad de Alicante

EXPOSICIN
Alberto Ochoa Garca
Gabino Ponce Herrero

Coordinacin

Emilio Joaqun Cremades Marco


Francisco Mataix Mira

Montaje y paneles

Grupo Patrimonio Aula Universitaria Sax


Juana Arranz Cerd
Emilio Joaqun Cremades Marco
Jos Mara Espinosa Mira
Esther Gonzlez Cantora
Francisco Mataix Mira
Juan Pedro Muoz Chico
Alberto Ochoa Garca
Gabino Ponce Herrero
Vicente Vzquez Hernndez

Elementos interactivos
Alberto Ochoa Garca

Colaboran:

Asociacin de Cultural Lugar Viejo Salinas


Asociacin Cultural Tractat dAlzmirra
Ayuntamiento de Alagn
Ayuntamiento de Alcaiz
Ayuntamiento de Cardona
Ayuntamiento de Villena
Comparsa Alagoneses
Comparsa Caballeros de Cardona
Comparsa Cristianos de Castalla
Comparsa Marruecos
Comparsa Turcos
Mayordoma de San Blas
Museo Arqueolgico Jos Mara Soler, Villena
Proteccin Civil Salinas
Francisco Benavente Fuentes
scar Bernabeu Rivera
Vicente Herrero Santonja
Pepi Sarabia Gisbert
Vicente Vzquez Linares

EL TRATADO DE ALMIZRA Y EL REPARTO DEL VALLE DEL VINALOP

Jos Luis Simn Garca


El 26 de marzo de 1244 se firmaba en algn lugar del Puig de Almisra el final de las hostilidades entre las tropas de Jaime I, rey de Aragn,
y el Infante Alfonso, futuro Alfonso X El Sabio, representante de la corona de Castilla. Se acordaba
respetar a grosso modo el Tratado de Cazola de
1179, firmado por Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragn, en el que ambos reinos acordaron
que la conquista del reino musulmn de Murcia
correspondera a Castilla, mientras que la conquista de la antigua Taifa o reino musulmn de Valencia, con Jtiva y Dnia, sera para Aragn. Los
castellanos dejaban de mantener conversaciones
con el qaid de Jtiva para su conquista por rendicin, al haber penetrado por el Valle de Ayora
y Enguera, tomando previamente Moixent, y los
aragoneses retornaban las conquistas de los calatravos de Villena, Caudete, Bogarra y Sax. La divisin pactada aos antes en Cazola estableca la
frontera por los lmites entre las taifas de Valencia
y Murcia, que desde el Valle Cofrentes llegaba hasta la costa en Calpe, teniendo como hito el Pen
de Ifac. Ahora con el nuevo tratado se modificaba levemente la frontera en favor de los aragoneses, quedando el lmite en el barranco del Carritjar, un punto entre la Villajoyosa y El Campello.

Se haba llegado a la firma de muy mala
gana por ambos bandos. El rey Jaime I no tena intencin alguna de mantener lo pactado en Cazola,
que supona la imposibilidad de ampliar su reino
hacia el sur a costa de los reinos musulmanes, muy
ricos en personas, bienes y produccin, lo que aseguraba un importante caudal de rentas, tanto para
la corona como para la nobleza y la iglesia, hecho
especialmente importante tras la conquista de Valencia en 1238, donde la empresa al ser una iniciativa real haba dejado a los nobles con un botn menor del esperado. Ahora el rey con la conquista de
Murcia pretenda resarcir esta situacin (figura 1).

Por el lado opuesto, el entonces infante
Alfonso, no poda permitir la vulneracin de los
derechos de Castilla, tanto por los pactos firmados
con el reino aragons, como con los jefes militares del reino hud de Murcia, plasmados en 1243

en el Tratado de Alcaraz, donde muchos qaid de


las principales ciudades y fortalezas, ante la paralizacin poltica de Muhammad ibn Hud, soberano del reino murciano en esos momentos, haban
acordado que el tradicional pacto de vasallaje y
pago de parias se transformara en una incorporacin a la corona castellana manteniendo sus
costumbres, leyes, propiedades, lengua, etc. El
acuerdo supona la entrega de la ciudad de Murcia e todos los castillos que son desde Alicante fasta
Lorca e fasta Chinchilla, facilitaba a las reducidas
tropas castellanas hacerse con el reino murciano
sin el desarrollo de una campaa de conquista y
sitio de un elevado coste en personas y recursos.
La pleitesa de los jefes militares de Aledo, Alhama, Alicante, Cieza, Orihuela, Crevillente, Elche,
Ricote y un vago otros lugares, permita al infante Alfonso la obtencin de un botn excepcional y
una victoria militar a la altura de su padre Fernando III, que en 1236 haba conquistado Crdoba.
Con posterioridad a Almizra seran conquistadas
por el rey santo Jan, en 1246, y Sevilla, en 1248.

Lo acontecido en aquellas jornadas queda
plasmado en una de las crnicas ms interesantes
de la poca, el Llibre dels Fets, un relato redactado
en primera persona del plural por el rey Jaime I de
Aragn, en el cual narra a modo de diario o recuerdos los principales hechos acontecidos desde su
nacimiento hasta su muerte, de 1208 a 1276. Si
bien no nos ha llegado el documento original, se
conserva una copia en el Archivo Real de la Corona
de Aragn, fechada en 1380. Los estudios indican
que el rey dictaba a un escribano los hechos acaecidos, ya que era un illiteratus, es decir, no saba
escribir pero era un hombre culto, trasmitiendo en
la obra su visin personal de los hechos, cargada
de sentimientos y estados de nimo, alejando el
relato de cualquier gnero literario de la poca.

Hay que tener presente que en el momento de los hechos Jaime I tena 36 aos y estaba en
uno de los momentos lgidos de su vida, con una
amplia y dilatada experiencia poltica y militar. El
infante Alfonso contaba con 23 aos y haba recibido de su padre, Fernando III de Castilla y Len,

Figura 1.- Mapa de las operaciones militares previas al Tratado de Almizra. Fuente: Menndez Fueyo,
2010, dibujo G. Ponce

Figura 2.- Ladera Este del Castillo de Almizra. Fotografa J.L. Simn.

una autonoma que le servira para su posterior


reinado. Ambos estaban acompaados por caballeros que le ofrecan consejo y ejecutaban sus
voluntades, si bien en ambos bandos dominaba
su personal visin de los hechos y por tanto eran
responsables del resultado de sus decisiones.

Es relevante, para entender la coyuntura de
los personajes y los hechos, que se haba acordado
previamente entre ambas coronas el matrimonio
del infante Alfonso de Castilla con doa Violante de
Aragn, hija de la segunda esposa de Jaime I, doa
Violante de Hungra, que en ese momento contaba
con siete aos de edad, efectuando el matrimonio
en 1246, con apenas diez aos de edad y dos aos
despus de los hechos de Almizra. Alfonso estaba
muy interesado en aumentar la dote de la infanta
aragonesa y peda que se le asignase Jtiva y su
territorio, algo a lo que se negaba el rey aragons.

El relato respecto a Almizra comienza en
el captulo 343, en el que nos relata que el infante
Alfonso le enva un mensaje para verse en Almisra, a la cual Jaime I le responde afirmativamente
pero recriminndole la conquista de Enguera y
los tratos para la toma de Jtiva. Al mismo tiempo acuerda con el fraile Calatravo que ha tomado
por la fuerza Villena, Sax y por pacto Caudete y
Bogarra, la entrega a Castilla de esas posesiones
que segn lo pactado en Cazola le pertenecan,
lo que supona compensarle con otras posesiones
cuando la campaa militar finalizase (figura 2).

El infante Alfonso est acampado en algn
lugar de las tierras de Caudete, pues la poblacin
est bajo el control de los calatravos aragoneses,
mientras que el rey Jaime I tiene su campamento en
el castillo de Almisra. El primero se acompaa por
los maestres del Temple y Santiago, el seor de Vizcaya y varios nobles de Castilla y Galicia, algo que
nos muestra la participacin de todos los territorios
de la corona castellana en la empresa militar. Por el
bando aragons acompaan al rey el maestre de la
orden del Hospital, Guillem de Montcada y el noble Pres dArenos i en Carrs. Jaime I ofrece a Alfonso que instale su tienda para las negociaciones en
el castillo o en la puebla de Almisra, pero el infante
declina el ofrecimiento y se instala al pie del cerro.

Un personaje clave en el desenlace final es
el de la esposa de Jaime I, doa Violante de Hungra. La unin de Jaime I con la reina tena como
todos los matrimonios reales unos objetivos polticos, que adems contaban con la bendicin del

papado, tutor de las princesas de la cristiandad,


algo esencial en el tablero poltico de la Europa
del momento. Pero pronto el rey termino enamorndose de su segunda esposa, hasta el punto de
definirla como carissima coniuns mea. Eso permiti a la reina compartir las preocupaciones del
gobierno y de ese modo participar en la poltica
del reino, acompaarle en la guerra, tomar decisiones durante su ausencia y darle nueve hijos,
pariendo alguno en la propia tienda real de campaa. Por tanto sera muy interesante reconsiderar
el papel de la reina doa Violante en el gobierno
de su marido y muy especialmente en el Tratado
de Almizra. Ese papel posteriormente lo heredo
su hija doa Violante de Aragn con su marido
el ya rey Alfonso X de Castilla y Len, El Sabio.

En el captulo 344 de la crnica citada, el
rey relata como su mujer le solicita estar presente
en las negociaciones, con un claro inters conciliador. El infante Alfonso visita a la reina a su llegada
y en varias ocasiones a lo largo de las jornadas siguientes. La situacin se fue tensando entre ambos
bandos, por un lado por la insistencia del infante
Alfonso de que el rey cediera Jtiva a su hija, mientras que por otro Jaime I se negaba a dicha cesin,
tanto por su valor estratgico como por las rentas
que terminaran en poder de Castilla. La amenaza de Alfonso de conseguir Jtiva por la rendicin
del qaid setabense rompe las negociaciones y el
rey aragons sentencia su malestar y comunica su
decisin de partir de Almisra, lo que de hecho supona la guerra entre las dos coronas. Es aqu, en el
captulo 348, donde se ve con claridad el papel de

Fig. 3.- Vista lateral de la decoracin del arco sur de la torre del
homenaje del Castillo de Alcaiz. Fotografa J.L. Simn

la reina, su visin poltica y el uso de sus armas de


mujer para conseguir, casi obligar, a un acuerdo.

El rey rememora en su crnica los llantos
de su mujer, los lamentos y los negros vaticinios
que se cernan sobre ambos reinos. Cuando ambos contrincantes ya haba ensillado para marchar
cada uno por su lado, el maestre de la Orden de Santiago y don Diego de Vizcaya por el bando castellano y la reina doa Violante por el aragons, consiguen aplacar la ira de Jaime I y llegar a un acuerdo,
donde se cumpla con lo acordado previamente,
pero Jaime I se sala con la suya, ganando un poco
de terreno respecto a la delimitacin del Tratado
de Cazola. Su amplia experiencia de negociacin,
como haba quedado probada en la conquista
del reino de Valencia, tanto con los musulmanes
como con sus propios nobles y vasallos, le haba
ganado la partida al inexperto infante castellano.

El primer acuerdo, reflejado en el captulo
348, era sobre las posiciones militares de ambos
bandos. Alfonso renunciaba a Jtiva y se retiraba
de Enguera y Moixent, a cambio de recuperaba
Villena, Sax, Caudete y Bogarra. El Tratado de Almizra (Tractat dAlmisra), expuesto en el captulo

349, estableca la frontera en una lnea que comenzaba en Jarafuel y el ro Cabriel, es decir, el
Valle de Ayora-Cofrentes para Castilla, pasaba por
Almansa y Burjaharn, la actual Torre Grande en
el trmino de Almansa, y separaba por .. Castalla,
Biar, Relleu, Xixona, Alarc, Finestrat, Torres, Polop, la
mola que estroba prop de Aiges, Altea i tot el que
hi havia dins els seus termes. Las posesiones de
la corona de Aragn. Se firman los documentos
con los testigos de cada bando y se daban dos
meses para su cumplimiento. La paz permiti a
Jaime I concentrarse primero en la conquista de
Jtiva y posteriormente en las de Biar y Castalla.

Por desgracia solo contamos con una copia aragonesa del tratado, que actualmente se encuentra en el Archivo de la Corona de Aragn, la
cual ha sido traducida del latn por varios autores
a lo largo del siglo XX, recogiendo aqu la realizada
por el insigne arquelogo don Enrique Llobregat.

Acerca del reparto de la conquista de Hispania que fue hecho entre los ilustres Jaime, rey de
Aragn, Mallorca y Valencia, conde de Barcelona y
de Urgel y seor de Montpeller, y el infante don Alfonso, primognito del ilustreD.Fernando, rey de Casti-

Fig. 4 y 5.- Vista general de la clave del arco. Detalle de las dos figuras centrales abrazndose delante de sus huestes. Foto J.L. Simn

lla y de Toledo, de Len, Galicia, Crdoba y Murcia,


realizado amigablemente entre ambos y compuesto
del siguiente modo: Que el rey Jaime precitado, por
s y por sus sucesores, lauda, concede y determina al
citado infanteD.Alfonso y a sus sucesores a perpetuidad el castillo y la villa de Alacant, con todos sus
confines, y Aguas, con todos sus confines, y Busot con
todos sus confines, segn va el terreno y sale hasta
el puerto de Biar, y el castillo y la villa de Millena (Villena) con todos sus confines, y todo lo otro que est
ms all del lmite de Biar, que va hacia el puerto de
Biar entre el lmite de esta y el de Millena y hacia la
parte de Murcia y de Castilla, excepcin hecha de los
trminos completos de cada una de ambas, y todo
lo otro que queda entre el confn de Almiran y el de
Bogarra, excepcin hecha de los trminos completos
de cada una de ambas, y lo que va hacia el comienzo de la sierra de la Ra que est sobre Ayora segn
la divisoria de aguas de esta sierra desde la parte de
Castilla y cual esta sierra est donde confluye el Cabriel con el Jcar. Del mismo modo, el infanteD.Alfonso, primognito del ilustre D. Fernando, rey de
Castilla, lauda, concede y determina por s y por todos sus sucesores al ya citado Jaime, rey de Aragn
y a sus sucesores, a perpetuidad, el castillo de Caztalla, con todos sus confines, y el castillo de Biar con
todos sus confines, y el castillo de Almiztra con todos
sus confines, y cuanto se ha dicho de los castillos de
Alacant, Aguas y Busot a excepcin de los trminos
enteros de estos castillos cual ms arriba se ha expresado, y todo cuanto hay bajo el puerto de Biar hacia
Xtiva, Denia y toda la otra tierra del reino de Valencia, y todo lo dems que queda aquende los confines
sealados segn la divisoria de las aguas hasta la
parte de Valencia. Esta divisin sigue hasta el Jcar
donde el Cabriel vierte en l, y del Jcar hasta Biar segn ms arriba queda dicho. Comoquiera que cada
uno de los dos queda contento de la parte y porcin
a cada cual asignada ms arriba, se prometen con
total buena fe mutua y sin fraude ni engao alguno,
que ninguno de los dos, en la citada porcin que le
ha sido asignada, har impedimento ni contrario, ni
permitir ni consentir a nadie que lo haga, antes al
contrario la citada divisin poseer y tendr firmeza perpetua, y para que se corrobore por siempre el
dicho Rey y el Infante la corroboraron con sus sellos.
En Almizra, durante la conferencia all celebrada.
Da sptimo de las kalendas de abril del ao 1244,
era de 1282. (Siguen las firmas de los testigos y la
certificacin del secretario Guillermo (Soler, 1976).


Si observamos un mapa de situacin veremos que el lmite establecido coincide con el
de las taifas musulmanas de Valencia y Murcia,
que oscilaron levemente en funcin de auge o
decadencia de la ciudad de Denia, pero siempre tuvieron como referencia el Valle del Vinalop, que separa el llano de la montaa alicantina,
dos espacios claramente diferenciados desde la
geomorfologa, que configura unos procesos socioeconmicos e histricos que modelarn a sus
comunidades humanas hasta nuestros das. No
es de extraar que fuese una de las fronteras ms
estables del reino de Aragn en la segunda mitad del siglo XIII, frente a la castellana y la navarra.

Estos acontecimientos pudieron quedar
plasmados en las pinturas murales de la torre
del homenaje del castillo de Alcaiz, sede de la
Orden de Calatrava en el reino de Aragn, cuya
fortaleza fue donada a la orden por Alfonso II de
Aragn, entre 1190 y 1210. A principios del siglo
XIII el comendador calatravo decide ampliar el
ncleo central, con funciones conventuales y palaciegas, con una torre del homenaje, que ser
decorada entre 1280 y 1375 con una serie de pinturas murales. Si bien el conjunto pictrico que
ha llegado hasta la actualidad se extiende por el
atrio, el claustro y la plata noble de la torre del
homenaje, para los hechos objeto del presente
trabajo nos debemos de centrar en la planta noble de la torre del homenaje, en la cara sur del
arco diafragmtico y apuntado existente entre la
puerta de acceso y el ventanal (Figs. 3, 4, 5 y 6).

En dicho espacio, en la parte alta, se desarrolla una escena simtrica cuyo punto central son
dos figuras que sobre la clave del arco se abrazan.
A la izquierda se aprecia una formacin de caballeros a caballo con cervelleras que cubren sus indumentarias, donde se aprecian sus armas herldicas, al igual que en las gualdrapas de las monturas.
Los investigadores definen a la formacin como en
parada (Fig. 6), pero atenta y alerta, armados con
mazas, mientras parecen sealar el centro de la
accin. A la cabeza se sita un caballero con vestiduras y gualdrapas con las barras de Aragn, que
no puede ser sino Jaime I. En el centro de la escena, que parece suceder temporalmente a la anterior, tres caballeros a pie arropan o acompaan
al personaje principal, el que lleva nuevamente la
ropa con las barras de Aragn, el rey Jaime I, que
abraza a otro personaje que viste una tnica exte-

rior en la que algunos identifican un refuerzo de


launas. A este segundo personaje le acompaan,
al igual que al primero, varios caballeros a pie. Al
otro lado estara un squito de caballeros a caballo simtrico al anterior, pero en este caso la escena se encuentra casi desaparecida (Figs. 5 y 6).

La interpretacin del conjunto (Figs. 4 y 5)
vara segn los investigadores, unos apuntan a un
abrazo real entre Jaime I y el rey Alfonso X tras las
tensiones por la muerte del rey Enrique I de Navarra. Otros piensan que es un rey musulmn al que
abraza Jaime I, por la corona que cie, por lo que
sera Zayyan ibn Mardanish, ltimo rey musulmn
de Valencia, pero otros investigadores, entre los
que nos encontramos, plantean la posibilidad de
que pudiera ser la escena del Tratado de Almizra,
para lo cual hay que tener en cuenta el relato del
Llibre dels Fets, donde los reyes se acompaan por
sus tropas y los maestres del Temple y Santiago y
el seor de Vizcaya en el caso del infante castellano y el maestre de la orden del Hospital, Guillem
de Montcada y el noble Pres dArenos i en Carrs
en el del rey aragons. En el intrads del arco, bajo
el abrazo de los dos personajes regios, aparece la
cruz de la orden de Calatrava, smbolo del papel
jugado por sus freires en una de sus hazaas ms
significativas de la poca.

Podramos aadir a la interpretacin anterior que bajo la escena de los caballeros del

lado izquierdo, se pinta una escena en la que


ve un campamento calatravo a extramuros de
una ciudad donde ondea el pendn de Castilla y Len. Lo curioso es que tras el castillo y la
villa amurallada, se pinta una montaa que en
la parte alta hay una torre o castillo menor, que
de identificarse con Villena sera el castillo de
Salvatierra. Esta hiptesis, que nos parece muy
plausible, la ha propuesto una de las mximas
especialistas en el tema, la profesora Lacarra.

Otros investigadores la relacionan con la
estancia de Jaime I en Burgos para asistir a la boda
de su nieto Fernando, hijo de Alfonso X, con Blanca
de Francia, en 1269. Al otro lado del arco, en la cara
norte, se pinta la conquista de Valencia por Jaime
I, algo de lo cual parece no haber tantas dudas y
que supuso otro de los hitos de la conquista del
antiguo reino musulmn de Valencia. El conjunto
pictrico es mucho ms coherente con lo acontecido en los das previos y el resultado del Tratado
de Almizra que con otros episodios en donde coincidan Jaime I, Alfonso X y la Orden de Calatrava.

Sin lugar a dudas la importancia del acuerdo y su perduracin a lo largo del tiempo fue ya percibida y valorada en su tiempo, por lo que no sera
nada extrao que algunos de sus insignes participantes, los calatravos, quisieran dejar constancia
de un hecho cuyas consecuencias an perduran
en la idiosincrasia de los pueblos del Vinalop.

Fig. 6.- Detalle de la caballera aragonesa con Jaime I a la cabeza. Fotografa J.L. Simn.

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