Textos Místicos Islam
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Cul puede ser vuestra opinin?, oh musulmanes, cuando veis que
las mezquitas y oratorios, que haban presenciado la recitacin de!
Corn y la dulzura de la llamada a la oracin, estn ahora cubiertas
por el politesmo y la blasfemia, cargadas con campanas y cruces en
vez de con los seguidores del Misericordioso, con los mames, los
hombres piadosos y los almudanos. stos son arrastrados por los infieles como los animales destinados al sacrificio son llevados al carnicero. Ellos se postran humildemente en las mezquitas que son quemadas y reducidas a cenizas mientras los infieles ren y nos insultan
y nuestra religin llora y se lamenta4l
Entre las calamidades que contempla el que visita e! pas de los
cristianos, estn los cautivos musulmanes que andan con los pies trabados en los grillos, que son empleados en trabajos penosos y tratados como esclavos; asimismo, las cautivas musulmanas tienen en sus
piernas como ajorcas de hierro. Los corazones se parten por su causa, pero la compasin no les sirve para nada 42
MSTICA
Un modo especfico de desarrollo espiritual impulsa al islam a ejercitar la va mstica 1. Sea, tal vez, por una cierta exigencia de austeridad, vieja virtud de los hombres del desierto, sea, quiz, por un sentimiento creciente de la lejana de Dios que, desde la perspectiva
musulmana, viene definido como un Todo Otro, desde los tiempos fundacionales aparece esa necesidad de desprendimiento de lo
material y terrestre (zuhd) y de acercamiento hasta la fu sin en Dios
([ana').
No importa demasiado, en este punto, conocer las causas u orgenes de la mstica en el islam o si tiene ms o menos conexiones
con los desarrollos aparentemente semejantes que se dan en otros
mbitos religiosos, tanto dentro del monotesmo como fuera de l,
pero no est de ms sealar que la mstica musulmana posee una
personalidad propia bien definida y que se compadece con sus principios. Ms bien se trata de dejar constancia de una realidad de largo aliento en el mundo musulmn y muy rica en la diversidad de sus
manifestaciones, aun cuando de manera general coincida con la superacin de todas las barreras usuales entre el individuo y el Absoluto, pues como ya deca William James:
En los estados msticos nos hacemos uno con el Absoluto y nos damos cuenta de nuestra unidad; y sta es la tradici n mstica triunfante y ete rna, que apenas se altera por las diferencias de clima y de
credo. En el hinduismo, en el neoplatonismo, en el sufismo, en el
misticismo cristiano encontramos la misma nota recurrente, de ma-
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l.
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MlsTICA
MONTSERRAT ABUMALHAM
Desde los primeros tiempos del islam, nos encontramos con figuras msticas; personajes cuya vida asctica, cuyas manif~staciones
espirituales y cuya vivencia de la fe es fcilmente reconOCIble como
marcada por una fuerte tendencia mstica. Sin embargo, cuando el
islam ya posee una tradicin y un cierto desarrollo, tenemos una denominacin especial que ha pervivido hasta hoy, sufismo, para designar una forma concreta, que se manifiesta en una abigarrada variedad, de vivir la fe musulmana' . El nombre describe la apariencia
externa; el vestido de lana austero con que se cubran determinadas
personas para mostrar su adhesin a una vida de desprendimiento
de los bienes materiales para as lograr ms fcilmente una comunicacin privilegiada con la divinidad.
El trmino, poco a poco, se volver genrico y permitir designar a un abanico sumamente amplio de manifestaciones espirituales
que no son en muchos casos ni siquiera semejantes, pero que conservan un fondo comn, en donde las principales seas de identidad
sern la necesidad del creyente de lograr, de manera esc~lonada e
nicitica, el acercamiento a Dios, hasta la total fusin en El. En general, esta va inicitica se har de manera individual, pero con el
apoyo de un grupo y, en especial, bajo la gua de un maestro'.
La experiencia individual tendr su expresin en manifestaciones
literarias que van desde la poesa a los tratados filosficos, pasando
por otros gneros que podramos designar como hagiogrfico.s O de
memorias, y la experiencia colectiva se concretar en la creacin de
cofradas que desarrollarn sus propios rituales y modos de expresin y dotarn a muchas sociedades musulmanas de un entramado
tan slido como cualquier otro sistema de organizacin social, pues
uno de los rasgos ms sobresalientes de la mstica musulmana es,
precisamente, su carcter socializador y casi masificador.
2. Las variedades de la experiencia religiosa, Barcelona, 31999, p. 314.
3. A. J. Arberry, An Introduction to the History of Sufism, London, 1942; Le
Soufisme, Paris, 1988.
4. A. Popovic y G. Veinstein, Las sendas de Alldh. Las cofradas musulmanas
desde sus orgenes hasta la actualidad, Barcelona, 1997.
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MONTSERRAT A8UMALHAM
Arabi.
Desde este punto de vista, el amor de Ibn Arabi abraza as ~o?~s
las cosas por estar dirigido hacia la nica belleza real de la diVinidad [...]
. 1
El lirismo de Ibn Arabi, como su amor, trasciende as todo mve
metafrico y alegrico puesto que es uno, directa, profunda, y, podramos aadir, sinceramente sentido por las imgenes que expre~.
Su poesa no es un contra factum, poesa sensual forzada ~ un sent~
do divino y espiritual, porque en definitiva la belleza de Nlzam es divina. Ella es el objeto del amor de Ibn Arabi, y a ella ama con todo
el poder de su alma mstica. En e,ste senti~o! s.u poesa es mstica ~or
estar dirigida en ltima instanCia a la dlvlmdad; pero es ~ambl n
poesa profana, porque mantiene siempre la belleza de la Vlfgen de
la Meca y el amor por ella sentido como objeto real de sus co mpo~
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MISTle",
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MISTICA
11. Vase, entre una muy amplia bibliografa, el resumen de su biografa y pensam iento en V. Cantarino, op. cit.
12. Vasc la Introduccin de Luce Lpez BaraJt a su edicin de Las moradas de
los o /razones de Abfl- l-l:Iasa n al-Nfl ri, Trotta, Madrid, 1999. Los textos que seleccio110 es!;n Tomados d e eSTa ohra, pp. 84-85 Y 96-97.
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MISTICA
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TEXTOS
IBN AL-FARID
Jamriyya
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AL-SUSTARI
MlsTICA
no te empees en acompaarme,
cuando t ests en un mar de descuido;
dulces son mis momentos y mi vida
desde que me un a mi esencia.
T que me censuras, vete, engaador!
el corazn herido no escucha.
En ti no hay espritu, te engaas
y atizas el fuego de mi pasin;
dulces son mis momentos y mi vida
desde que me un a mi esencia 14
Copero, escnciame
el vino espiritual que me da vida,
con l me llega la alegra
y se apartan de m las penas;
dulces son mis momentos y mi vida
desde que me un a mi esencia.
I HO
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MONTSERRAT ABUMALHAM
AL-SANHAI'I
Amor divino
No s si la noche es larga o no
Cmo puede saberlo el que arde de amor?
Si cuando, de noche, miro las estrellas
me preocupase de eso, sera un desgraciado.
Los que aman de verdad y sufren por la ausencia
no se preocupan porque la noche sea breve o larga l6
IX 2
MISTlCA
Amados de mi corazn
IBN 'ARABI
I X.
19 .
I/d . p. 133.
fhid .
IX'>
MrSTICA
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21.
Ihid.,p. 166.
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25. En este poema, Ibn 'Arab hace uso de los tpicos ms clsicos de la poesa
preislmica. como son el llanto sobre los restos del campamento abandonado por la
amada (ibid. p. 151).
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AL-NORI
MISTICA
una abre a este mundo y la otra al ms all. La que abre a este mundo es la admonicin, mientras la que abre al ms all es la meditacin. En esta casa hay un divn con cuatro soportes hechos del respeto a la majestad de Dios, de la humildad en la obediencia, del
rechazo de la desobediencia y del temor al fin ltimo.
Sobre el divn se sienta un rey que tiene dos visires: el reyes la
certeza, mientras que el visir a su derecha es el temor y el visir a su
lRH
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